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10. EL ETIQUETADO Y EL CONFLICTO SOCIAL _ 102, Teoria del ecquetadoo dea reaecion social (aeling proceh) Tent Ancederes 1022. Car eeoras dl ecqustado ensued Snips fy fans de devin Danncen para Secu = Blprocen de eaqueado ya dervacn Cntr 181 La praca dl ound Pepto ce devin 1023, Valier empiien Ctiminologla eres {O21 Amacedertr Nero: conic soc {O22 Popeater cof coinologa ee ena acelnd 1022. Valder epi yaplecones 104, La Criminoogi aptcada yo maevo cease cre toss. Perpecivasferinitas dela delineuencl In jie Pines ce deat | oor dl equaling ming rea alamo ences erecta emis ‘TERMINOS IMPORTANTES Fein ara [AUTORES DESTACADOS Tar Reept NGhrase 366 GARRIDO, P STANGELAND, § REDONDO 10.1. INTRODUCCION: CONCEPTOS FUNDAMENTALES En este capitulo hemos agrupado un conjunto de perspectivas criminol6gicas desarrolladas a partir de los afios sesenta, que incluye la teorfa del etiquetado, las teorfas criticasy las nuevas teorias feministas. Cada uno de estos sectores tedricos presenta, como es légico, especificidades y matices propios. Sin embargo, todos ellos comparten algunos elementos importantes: 1. Suponen una reaccién contra la Criminologfa tradicional, funda- ‘mentada en el paradigma del consenso, cuyo presupuesto de partida es concebir la delincuencia como una realidad factual, como un problema social, que debe ser explicado y atajado con medidas diversas. 2. El paradigma que se halla en la base de todas las teorfas de este ‘grupos, por el contrario, conflictual: la delincuencia, los delincuentes, ‘s6lo existen en la medida en que los mecanismos de control establecidos los definen y los tratan como tales. 8, Segrin ello, las leyes y la justicia no son una mera consecuencia resultante de la delincuencia existente en la sociedad. Las leyes son creadas para definir ciertos comportamientos, que generalmente son «| propios de los sujetas y grupos mas fragiles (desde el punto de vista econémico, cultural o racial), eomo indeseables y delictivos. Y a conti nuacién, los instrumentos de control establecidos completan esta tarea condenando y segregando a tales individuos. Asf pues, los mecanismos de control social son las que en realidad definen y crean la delincuencia existente en la sociedad 4, Su principal perspectiva programatica y aplicada no es estudiar a los delincuentes o tratar su conducta, sino reivindicar los derechos de los grupos marginados, transformar la sociedad, y redefinir el significado de Ia delincuencia, Tal y como hemos acabamos de mencionar, en este bloque tedrico las perspectivas criminolégicas son miltiples y variadas. La teoria del etiquetado, aunque generalmente es conacida como una tinica teoria, presenta diferentes matices segrin los autores que han trabajado dentro de ella. La herencia marxista, que se halla en el origen de las perspec tivas eriticas, seha dividido en varias tendencias tedricas diferentes, con praxis de politica criminal también distintas, desde los campos de trabajos forzados del régimen estalinista hasta grupos que proponen cerrar las edrceles o permitir la libre compraventa de cualquier tipo de drogas. Por tiltimo, las teorias feministas, que han puesto de relieve la BL BTIQUETADO ¥ EL. CONFLICTO SOCIAL 367 incapacidad dela Criminolozia tradicional, hecha porhombresy partir de la delincuencia masculina, para explicar adecuadamente la crimina- lidad femenina y el control social sobre ésta, también se ha planteado desde diferentes épticas tales como el feminismo liberal, el feminismo marxista o el feminismo radical. Por razones didacticas y de extensidn, circunseribiremos nuestro analisis de este conjunto tedrico a una presentacién resumida de aquellasteorias que han tenidouna mayor proyecciénen la Criminologia internacional y espafola (teoria del etiquetado, criminologia eritica y realismo critico) 0 bien suponen nuevos desarrollos tedricos en la investigacién eriminologice internacional (teorias feministas). 10.2, TEORIA DEL ETIQUETADO O DE LA REACCION SOCIAL (LABELING APPROACH) 10.2.1. Antecedentes ‘Algunos defensores de la teoria del etiquetado han encontrado un antecedente de esta teoria en Durkheim, ya que en algunos de sus textos se refirié a los procesos de construccién de Ia delincuencia y a la normalidad de la misma, Desde Durkheim la delincuencia ha venido a ser considerada normal en cualquier sociedad (Matza, 1981). Reprodu- ‘cimos su conocido comentario al respecto, efectuado en Las reglas del método sociolégico, obra publicada originariamente en 1895: tmaginemos una socedad de santos un cautro elemplar y perfecto. All fos erimenes propnmenteSchosserin descoccids, perolataltas quoparecenvnaes lig provocsran {Tune escindlo que onde comin an hs consencasordars, Si exssocedad posee poder de jngary casi calfcars aos ator de criminals ln tratarsenconsecuone Por [amis razon el Fomre perfecamente honrado ung ut menaresdestlleciwentos morales ona sever quela mul eserva aloe ator verdaeramante dices. Ane os32tos avila corrals personas ro mea cpm individ! era mi dbl Como Fs aumentad, estos ermanes s han hecho mis rat pero ‘amnbin mucho actos que hea ee serimientohanperetradoen el derecho pela que no peterecian primicramente--cvirnis. njuras. difimacion, dla, te” (Durahe, 1986 to. ‘Ocomomés tarde Matza(1981: 25), desde su perspectiva naturalista, ha matizado: “Siendo, pues, la desviacién un rasgo comtin a toda sociedad, por venir implicada por la organizacién social y moral, no necesita de una explicacidn extraordinaria. Extraviarse de uncaminono ni ms comprensible ni mas asombroso que mantenerse en é!”, 368 GARRIDO, P, STANGELAND, S. REDONDO En 1939 Frank Tannembaum publics un libro titulado Crime and the Community (El delito y la comunidad) en el que introdujo el término tagging (sinénimo de labeling, etiquetado) para referirse al proceso que acontecia cuando un delincuente era detenido y sentenciado, Segtin Tannembaum el delitoera el resultado de dos definiciones diferentes de un determinado comportamiento, la definicién del propio delincuente y lade sociedad, de la siguiente manera (Schmalleger, 1996: 274): “Este conflicto (...) procede de una divergencia de valores. Cuando el problema {el delito] tiene lugar, la situacién es redefinida gradualmente (.... Se produce un desplazamiento paulatino desde la definicién de determina dos actos como perversos hasta la definicién de los individuos [que los realizan] como perversos, de manera que todos sus actos empiezan aser vvistos como sospechosos (..). Desde la perspectiva de la comunidad, el individuo que acostumbra a realizar conductas malvadas y dafinas es ahora un ser humano malvado e irrecuperable (...)" (el texto entre corchetes es nuestro). Considere el lector con qué precisién se halla descrito en las palabras de Tannembaum el proceso de tagging 0 etiquetado que se prodiyjo con ‘motivo del procesamiento de diversos personajes famosos en el denomi- nado caso Arny (que recibié su nombre del bar de copas sevillano en el que presuntamente sucedieron los hechos imputados). En el caso Arny, que fue juzgado a principios de 1998, diversas personas, algunas de ellas muy populares (entre las que se encontraban cantantes, actores y un jjuez), fueron procesadas por presunta corrupcién de menores. Durante los dos afios que duré la instruecién de la causa penal la mayoria de estas personas, hasta entonces admiradas y respetadas, sufrieron un conside- rable escarnio puiblico en boca de ciudadanos y medios de comunicacién, Con posterioridad la centencia de la Audiencia de Sevilla absolvié a la mayoria de ellos de todos los eargos. Una de las obras de mayor influencia sobre los tedricos del etiquetado fue el trabajo de Erving Goffman, de 1961, Internados (Goffman, 1987). ‘La pretensién de Goffman fue examinar el impacto de las instituciones totales sobre la vida de los internados en ellas, La institucién total es, segiin Goffman, un ambiente que elimina la distincién entre el trabajo, el tiempo libre y el descanso. El ciudadano normal desarrolla estas actividades en distintos ambitos y rodeado de personas diferentes: compaieros de trabajo, amigos y familia. La institucién total sustituye a todos éstos, impone su cultura propia ycambia el comportamientoy la personalidad de sus internos. FL ETIQLETADO ¥ EL. CUNPLICTO SOCTAL 369 Goffinan utilizé como fuente primaria de informacién la observacién cen una sola institucién hospitalaria, Santa Isabel en Washington, y a partir de esta observacién particular extrajo conclusiones generales Eobre diversas instituciones totales: las prisiones, los monasterios, las escuelas militares, los asilos de aneianos y los campos de concentracion. ‘Analizé los cambios y las reaceiones de los sujetos internados como producto de los ambientes en los que se encontraban mas que come efectos de la propia enfermedad, de Ia patologia que padecian. 10.2.2 Las teorias del etiquetado en la actualidad La criminologia oficial y el andlisis de la desviacién Entre los principales autores de las teorias del etiquetado puede mencionarse a Erving Goffman, Edwin Lemert y Howard. Becker, los {que se ha referido Matza (1981) como la Nueva Escuela de Chicago. Al gual que para los teéricos originarios de la escuela de Chicago, su metodologia fundamental es Ia observacién directa y el trabajo de ‘campo. Dirigen su atencién hacia los procesos de conversién de los individuos en desviados o, lo que es lo mismo, los procesos de creacién de Ja desviacisn, Para Matza (1981: 21-22), desde un punto de vista nominal ode diccionario, desviarse es “salirse fuera, por ejemplo, de un ‘camino o de una pauita”, lo que puede implicar salirse de “la claridad del camino, la distancia al camino, los auspicios bajo los cuales el camino se construye 0 recomienda, segiin que uno se salga del camino solo o en compaiiia de otros, segiin el castigo que se le inflija, segtin los motivos que se atribuyan a los que se salen (..); [en suma) hay muchos tipos de desviacién y... la desviacién es, en cierta medida, una cuestién degrado” (el texto entre corchetes es nuestro). Bsta teoria fue muy inflyente s partir de los aftos sesenta y reempla~ zéa las teorias dela tensin (anomiay subculturas) en la explicacién del fendmeno delictivo. Supwso, en los dévadae do los sesenta y setenta, una reaccién contra los presupuestos de la Criminologia oficial, de corte positivista. Se considerd que la Criminologia estaba ensimismada en pequefias cuestiones pricticas (diagnéstico de los delincuentes, trate- mientos, ete.) pero distante de las cuestiones fundamentales, concer nientes & la definicién ¥ construccién de la delincuencia mediante la estructuracién de los mecanismos para su control (Bergalli, 1983; Scull, 1989). Seguin Matza, le Criminologia ha orientado sus esfuerzos funda mentalmente hacia el estudio de los individuos desviados, poniendo el 370 V. GARRIDO, P,STANGELAND.S. REDONDO. énfasis on la identificacién de las circunstancias antecedentes que han propiciadola desviacién —afinidad—, y teniendo como propésito final la correceién de los desviados. Sin embargo, Ia Criminologia olvida, en su planteamiento, la consideracién de uno de los mas importantes produc- tores de desviacién:el estado, los mecanismos de control, todos aquellos estamentos que conceptualizan a ciertos sujetos como desviados. Contrariamente, la Nueva Escuela de Chicago ha realzado la otra cara de la moneda, el papel activo que estarfan jugando los 6rganos de control, al definir ciertas normas y sanciones para una serie de conduc tas 0 modos de funcionamiento social, como precipitadores de desvia- cién, Su metodologia se asienta en un pilar basico, que es la observacion naturalista y el trabajo de campo, que pretenden descubrir la significa- cin de las interrelaciones entre e] proceso de desviacién y diversos elementos del control, como la prohibicién de ciertos comportamientos, a detencién de los infractores, y el encasillamiento, la exclusion y 1a construceién de la identidad de desviado. Por ultimo, su elemento programético basico no es la correccién de los desviados sino la aprecia- cién detallada y empatica de los mismos. ‘Asi pues, el presupuesto central del etiquetado se contrapone a la ‘concepeién de la delincuencia como un hecho fictico, cuya consecuencia seria el control social. La delincuencia es més bien el resultado de los procesos de control social (Scull, 1989). Segiin ello, el control social debe ser considerado mds como una variable independiente que influye sobre Ja delineuencia que como una constante que resulta de la misma. La desviacién en su conjunto, yla delincuencia en particular, son interpre- tadas no como una serie de caracteristicas de ciertos sujetos y grupos, sino como procesos activos de interaccién entre desviados y mecanismos de control, En estos procesos los desviados y los delincuentes se convier- ten en la principal fuente de etiquetamiento sobre la que operan los mecanismos y sistemas de control (Giddens, 1993). Un ejemplo: en el siglo XIX el infanticidio era muy frecuente y fue considerado un delito muy grave. Se trataba, a menudo, de una chica joven y soltera que no se atrevia a decir a nadie que se habia quedado ‘embarazada, daba a luz sola y escondida, abandonando o matando al recién nacido después. Los primeros criminélogos positivistas realiza- ron estudios sobre la personalidad de las autoras de estos delitosy sobre las patologias mentales que les impelfan atal atrocidad, Nose consider In responsabilidad del padre de la criatura, que habfa abandonado a la joven, ni su carencia de recursos para mantener a su hijo, ni, por ‘supuesto, se entraba en la posible consideracién del uso de métodos ‘BL ETIQUETADO Y EL. CONFLICTO SOCIAL an. anticonceptivos o del aborto para prevenir estas situaciones. Hoy dia,en tuna sociedad menos machista, este delito ha desaparecido casi por completo, al haber disminuido el control social que forz6 a muchas mujeres embarazadas a realizarlo, Desviacién primaria y secundaria Lemert (197?; 1981) introdujo una distincién conceptual importante en la teorfa del etiquetado, diferenciando entre desviacién primaria y desviacidn secundaria. Ladesviiacién primaria correspondeala primera accién delictiva de un sujeto, que puede tener como finalidad resolver alguna necesidad, por ejemplo econémica, o producirse para acomodar su conducta a las expectativas de un determinado grupo subcultural, como por ejemplo ciertas formas de violencia juvenil. La desviacidn ‘secundaria se refiere ala repeticién de los actos delictivos, especialmen- te a partir de la asociacién forzada del individuo con otros sujetos delineuentes como resultado de su detencién, de su procesamiento y de su encarcelamiento. EL proceso de etiquetado y la desviacion Conklin (1995) ha esquematizado la teoria del etiquetado tal y como aparece en el cuadro 10.1. La perspectiva del etiquetado propone que ‘una vez que se produce la desviacién primaria (es decir, una infraccién de la norma) el individuo puede ser catalogado como desviado o delin- cuente. El etiquetamiento puede, segin la teoria, influir sobre el individuo reforzando su propio autoconcepto como desviado y facilitan- dole nuevas oportunidades para el delito al incorporarle a contextos ssubculturales (como sucede, por ejemplo, cuando se produce su ingreso enn centro de justicia juvenil oen una prisidn). Dentrode la subeultura delictiva el individuo puede cambiar su autoconcepto a través de dos mecanismos. Por una parte, mediante un proceso de asociacién diferen: ial con otros sujetos en sus mismas circunstancias. Por otra parte, mediante la interiorizacién de la etiqueta de “desviado” o “delincuente” {que le asigna la sociedad cuando le detiene, procesa y condena. En ambos ‘casos se hace relevanteelinteraccionismo simbélico (es decir, laadscrip- cin, mediante los simbolos verbales y de accién, de los ritos del etiquetamiento porel sistema de justicia) que destacara George H, Mead ten sus estudios antropol6gicos (Mead, 1934). Mediante todos estos mecanismos (cambio del autoconcepto, nuevas oportunidades ¥ 372 'V, GARRIDO, P, STANGELAND, $. REDONDO ‘marginacién subcultural) el proceso de etiquetamiento puede incremen- tar el problema, produciendo nuevos episodios de desviacidn secunda- Ceaono 101, Le perspective de etquetado (Cesare readin) (gues) —> Opies) (asociacin Aiferencial) -Reene: Coli, d E, (1998), Criminology Needham Heights (EEUU): Collinand Bacon, pi. 270. Ensuma, en loreferente a la desviaci6n, nada realmente existe hasta que es socialmente definido y tratado como tal (Clemente, 1987b). En palabras de Howard Becker (Bocker, 1971: 19), “los grupos sociales crean la desviacién al hacer las reglas cuya infraccién constituye la desviacién, y al aplicar tales reglas a ciertas personas en particular y calificarlas de marginales. Desde este punto de vista, la desviacién noes tuna cualidad del acto cometido por la persona, sino una consecuencia de la aplicacién que los otros hacen de las reglas y las sanciones para un “ofensor”, E] desviado es una persona a quien se ha podido aplicar con éxito dicha calificacién; la conducta desviada es la conducta asillamada por la gente”, Este acorcamiento ha supuesto una normalizacién de la desviacién, al reconocer aquellas caracteristicas que convierten ciertos acontecimientos en desviados o no desviados; al abordar la desviacién ‘como un elemento mas de un complejo conjunto de factores relacionados (Mappelli, 1984). Seguin Matza (1981: 24), “los fendmenos desviados son ‘comunes y naturales (...) una parte normal e inevitable de la vida social, Jo mismo que su denuncia, su regulacién y su prohibicion”, BL BTIQUETADO Y EI. CONFLICTO SOC 373 Se considera que los mecanismos de atribucign de significado tienen ‘un gran peso en la explicacién de la conducta delictiva y de la posterior reincidencia (0 desviacién secundaria) de algunos individuos. Se inter- preta la desviacién como algo relative, més que como un coneapto absoluto, como algo construido y variable en el tiempo, en los lugares y contextos diversos. Cualquier concepcién do la desviacién implica inevi- tablemente un nivel importante de ambigtiedad, segiin lo ha expresado ‘Talcott Parsons (Matza, 1981: 23):“Existe una cierta relatividad en las concepciones de la conformidad y la desviacion... Noes posible hacer un jicio sobre la desviaci6n... sin referencia especifica al sistema al que tal juicio se aplica. La estructura de las pautas normativas, en cualquier sistema que no se sea el mas simple, es siempre intrincada y, normal- mente, dista mucho de estar completamente integrada; por consiguien- te, singularizar una pauta cualquiera sin referencia @ sus conexiones con un sistema de pautas, puede conducir al error...” Seguin Ia teoria del etiquetado, una vez adquirido el estatus de desviado o de delincuente es muy dificil cambiar este estatus por dos zazones: una porla dificultad dela comunidad para aceptarnuevamente al individuo etiquetado, y otra porque la experiencia de ser considerado delincuente, y la publicidad que ello comporta, suelen culminar un proceso en el que el propio sujeto se percibe como tal. Los mecanismos de aprender a ser desviado o delincuente suelen ser consumados por las propias instituciones que supuestamente tienen lafinalidad de erradi- carla desviacién, como hospitales psiquistricos, reformatoris y cérce- Jes (Giddens, 1993). En algunas situaciones las normas violadas son relativamente explcitas, por ejemplo los delincuentes que infringen la ley penal, los bebedores encuadrados en la categoria de aleohélicos, o quienes venden servicios sexuales. Sin embargo, algunas normas pue- den hallarse més ocultas, aunque también producen a veces el estatus de desviado. La amplificacién de la desviacién Un proceso vinculado a los mecanismos de conversién de alguien en Aesviado es la amplificacién de la desviacién. La amplificacién supone ana magnificacién artificial de una cierta problemética social, como por ajemplo la delincuencia ociertos comportamientos delictivos especificos, Se produce una cadena de acontecimientos que van desde la desviacién primaria de un individuo o un grupo, pasando por la reaccién de las agencias de control, hasta la desviacién secundaria, que implica la '¥. GARRIDO, P. STANGELAND, 8. REDONDO "pi wutoconciencia del sujeto como desviado, y suele venir acompafiada de F guavas acciones catalogadas como desviadas (Lemert, 1981). Enel terreno dea enfermedad mental fueron fructiferos los plantea- mientos del movimiento antipsiquidtrico —con Laing y otros te6ricos a Ia cabeza—, que cuestionaron la institucionalizacién en centros psiquié: tricos como mecanismo “medicalizado” de control social. En el ambito de la delincuencia, deben mencionarse los trabajos de Michel Foucault, quien ha interpretado el nacimiento de la delincuencia como una categoria social producto de los diversos mecanismos de control social dirigidos al logrode una ciudadanta décily conformista (Foucault, 1992), o Jeffrey Reiman, en cuya teoria de la criminalidad ha aducido que muchas delas definiciones dela delincuencia ylasestructuras decontrol cn las sociedades modernas resultan de un sistema social competitivo (que rehuye garantizar a sus miembros una vida digna. Reiman (1979) sugiere que para lograr una mayor eficacia, el sistema de justicia penal deberia invertir las presiones sisteméticas y las desigualdades del sistema econdmico capitalista del que forma parte. Deberia confrontarse abiertamente a los representantes de la justicia penal con los sectores més rricosy poderosos dela sociedad. Sin embargo, las presiones paraevitaresta confrontacién siempre limitan la visién de los agentes de control, que suelenconcebir el delito comouna caracteristica delos pobres,y guiados por esta concepcién luchan contra la criminalidad pero nunca en una direccién gue resulte adecuada ni suficiente para reducirla o eliminarla. De este ‘modo, las estrategias de control tipicamente reproducen la delineuencia contra la que pretendidamente se proponen luchar. Bn direcciones seme- jantes han planteado su pensamiento autores como Greenberg, que ha analizadola relacin existente entre delincuencia y lasjerarquias de poder por razén de edad, clase social y raza, y Wallace y Humphrie, quienes han estudiado, mediante técnicas de anillsis de regresién, el efecto que ol incrementoen Ia acumulacién de capitales estaria produciendoen lastasas de delincuencia urbana (Pfchl, 1994). 10.2.3 Validez empirica Yaa partir de la década de los setenta se produjeron diversas eriticas ala teoria del etiquetado. Hubo quienes consideraron este acereamionto demasiado vazo y asistematico para merecer la consideracién de teoria, ‘Algunos eriticos han reducido la teorfa del etiquetadoal estatus de teoria sensibilizadora sobre la desviacién o sobre los desviados, por encima de considerarla un auténtico planteamiento analitico de este problema. ELETIQUETADO Y EL CONPLICTO SOCIAL 315 Un ataque importante a la teoria que nos ocupa ha sido gu falta de rigor metodolégico y conceptual al analizar las instituciones y los factores estructurales que constituyen st objetivos, En respuesta a osta critica, los tebricos del Than defendido fargumentando que si bien estas limitaciones gon ciertas, resultan en ‘cambio irrelevantes, ya que no puede ser criticada una teorfa por no evar a cabo aquello que no es su propésito (Seull, 1989). Eato e, los tedricos del etiquetado no han pretendido analizar, con la precisién de la metodologia positiva, las situaciones y factores sociales inmersos en. Ia desviacisn y la delincuencia, Mas bien su propésito ha sido examiner especificas situaciones de interaccién de sujetos controlados con s correspondientes estamentos controladores, para ver los efectos que tales procesos tienen sobre los individuos eoneretos. Seqrin Giddens (1999) se pueden efectuar dos erfticas fundamentales ala teoria de la reaccién social. La primera es que, al dirigir exclusive rente su atencién al proceso del etiquetado, se soslaya la consideracion Ge aquellos factores y mecanismos que conducen iniolalmente a los comportamientos que, finalmente, son catalogades como desviados o delictivos. Parece excesiva la idea de que el etiquetamiento sea un proceso totalmente predeterminado por el sistema de justicia, eviden- iindose, en cambio, factores diversos relacionados con las conductas desviades o delictivas, tales como las diferencias en los procesos de socializacién, y las actitudes y oportunidades difereneiales de los indivi- duos. En segundo lugar, noesté totalmente claro que el etiquetado tenga por se la capacidad, que le atribuye la teorfa, de fomentar la futura conducta delictiva. Cuandoun individuo es detenidoy condenado por un. delito, son muchos los factores implicados en el proceso subalguiente — ¢l propio etiquetamiento, el contacto con otros delincuentes dentro de la orisidn, las condiciones de cumplimiento dela condena, el truneamiento de sus relaciones sociales, ete.—. como para que puedan atribulrse, in mas, a uno solo de estos factores (el etiquetado) los efectos globales abservados en el individuo. Finalmente, la consideracién del hecho delictivo como una construc- vin completamente social resulta al menos dudosa en delitos que parecen transculturalmente consistentes, como el homicidio, elroboo le. violacin. Que la reaccién social a tales hechos cambie con el tiempo no tiene nada de particular. También la opinién sobre la composicién del cosmos ha evolucionado a través de Is épocas. Lo que resulta eriticable cen los teéricos del etiquetado e= que no hayan observado que la regula cidn de tales hechos delictivos no se realiza por una mera euestién de 8 \. GARRIDO, P. STANGELAND, S. REDONDO mantenimiento del statu quo sino que es una pura exigencia de la convivencia social. Ademas,nose olvide que una mayoria delas vietimas de esos delitos comunes son miembros de los mismos sectores sociales que nutren ala sociedad de delineuentes. Negar el derecho al estado de intervenir en estas cuestiones equivale a ereer que s6lo con cambiar los, términos legales, los hechos a los que se refieren tales términos desapa- recerdn. Bs la ilusién del nominalismo. Pese a las criticas, muchas de elas de cariz metodologico, realizadas ala teoria del etiquetado, resulta innegable en la actualidad su enorme aportacién al estudio de los procesos de desviacién y de delincuencia. Su énfasis en el influjo que tienen los mecanismos de control en la ereacién de desviacién es un avance irrenunciable para la Criminologfa actual. Enopinién de Rock y McIntosh 1974: xi), a novedosa focalizacién sobre las estructuras de ia creacién, aplicacién y transmisién de normas, ha tenidoimplicaciones revolucionarias paral infradesarrolladocampode Ja Criminologia’ 10.3. CRIMINOLOGIA CRITICA 10. Antecedentes histéricos: conflicto social Karl Mara (1818-183) Que co puode decir de Mara? Bn realided, es sefevencos ln deli ‘aie ef findomento de la *Criminoloie Rad ‘ton dlineentes se toran wctmas del cap BL BTIQUETADO ¥ EL CONPLICTO SOCIAL 377 Desde Marx hasta nuestros dfas, lo mas genuino de las perspectivas del conflicto, que se hallan en Ja base de la criminologia critica, ha consistido en subrayar el andlisis de los fenémenos desviacién y delin- cuencia, y su consiguiente control social, en el marco de la lucha de clases, de la confrontacién entre sectores y grupos sociales diversos, con intereses encontrados. Asi como la constatacién del desequilibrio de poder, histérico y presente, existente a favor de los estamentos més poderosos de la sociedad. que definen y estructuran el funcionamiento social, frente a los mds desvalidos, que deben someterse a él. Aunque este planteamiento ha adoptado formas y versiones diversas —y, més atin, las adopta en la actualidad— su punto de confluencia resalta la remisién a los macrofactores econémicos, politicos y culturales que estructuran las sociedades industriales modernas, de factura neoliberal. Enellas, unos pocos acumulan la mayor parte de los resortes econdmicos y la mayor influencia para la creaci6n y aplicacién de las leyes. En el ‘extremo opuesto, la infraclase (Varela y Alvarez-Uria, 1989) carece casi por entero de estos resortes e influencias, y se convierte en el objetivo de Jas mayores presiones sociales para la adaptacién, y, también, de la intervencién de los aparatos e instrumentos de control. ‘A mediados del siglo pasado el pensamiento marxista sentaria las ‘bases en las que después beberian los te6ricos del conflicto. Escribe Marx (Schoeck, 1977: 213-214: "Enla produecin social desu vida loshombres se adentranen unas relaciones determinadas,necesarias, independien- tes de su voluntad (...). El conjunto de esas relaciones de produeci6n constituye la estructura econémica de Ia sociedad, la base real sobre la que se alza un edificio juridieo y politic, ya la que responden unas determinadas formas de conciencia social. Bl tipo productivo de la vida material condiciona en definitiva el proceso vital social, politico y spiritual. Nos la conciencia del hombre la que determina su ser sino ‘que, alla inversa, es su er social el que condiciona su conciencia”. Sega Mars, el conflicto social surgiria de la siguiente sucesién de acontedl tnientos: “En un determinado estadio de su evolucién las productivas materiales de la sociedad ontran en contradiecién con Felaciones (..) de propiedad (..). ¥ entonces aparece una época d@ revolucién social. Con el cambio de a situacién econdmica se tra también todo el monstrupso edificio(.). Hay que distinguir(.. cambio material (.,.)y las formas juridicas, politicas, religiosa cas 0 filoséficas, en un palabra, las formas ideoldgicas, con hhombres toman eonciencia de ese conflictoy lo resuelven”. a8 \V.GARRIDO, P. BTANGELAND, 8. REDONDO Mn embargo, ni Karl Marx ni Friedrich Engels desarrollaron una teorta propia sobre In delincuencia. Aluden a problemas delictivos ‘varias veces en sus obras, pero sin tratarlos con profundidad, y tampoco presentan un programa de politica criminal. Un buen resumen de sus teflexiones sobre la delincuencia se encuentra en Taylor, Walton y ‘Young (1975). Eliminando la opresién y la distincion de clases sociales, 1m delincuencia, supuestamente, ibaa desaparecer. Mientras tanto habrfa que reprimirla, porque los robos o la violencia indiscriminada istraen a los obreros de Ia lucha contra su enemigo principal: el estado capitalista. Criminélogos socialistas como Ferri y Bonger realizaron estudios, sobre la influencia de factores econémicos en la conducta criminal. ‘Bonger (3916) Ilegé a la conclusién de que no es la pobreza en si, sino la Gistribucién desigual de la riqueza la que determina el nivel de la delincuencia. Consideré la delincuencia como un acto egoista, tipico de ‘una sociedad capitalista basada en ol aff individual de enriquecerse a costa de otros Una ver llegados al poder, los Iideres marxistas ten‘an queenfrentar- se directamente con el problema delictivo. En los primeros afios de la Unién Soviética, se desarrollaron programas novedosos contra la delin- cuencia, descriminalizando comportamientos que antes eran delictivos, como por ejemplo la homosexualidad, y basindose en la reeducacién y reincorporacién en la clase obrera de los delincuentes, Sin embargo, “las reminiscencias de la 6poca capitalista” no desaparecieron y la represién estatal se consolid6. La sociedad rusa en la época de Stalin fue, probe- blemente, una de las mas represivas que ha existido en la historia humana, con cients de miles de penas de muerte aplicadas,a la vez que millones de ciudadanos perecieron en campos de trabajos forzados en Siberia, encondicionesextremas de hambre yesclavitud, Lacriminologia oficial en los pafses comunistas asumié un rol de apoyo total al estado y su politica, algo muy alejado de los planteamientos de la criminologia exitica. 10.3.2. Perspectivas del conflicto y criminologia critica en Ta actualidad Nos referimos en este apartado a las perspectivas del confficto y no.a tuna Gnica teoria del conflict. Elly es debido u que en la actualidad son diversas las manifestaciones del planteamiento conflictual. En Criminologia se han diferenciado dos perspectivas fundamentales: las, ELETIQUETADO Y £1, CONFLICTO SOCTAL 379 teorias marxistas y, en un sentido mas amplio, as teorfas del conflicto, que abarcan también visiones ultra-lberales y anarquistas. Unas y otras comparten un punto de vista general contrario al planteamiento del consenso, segun el cual a organizacién social estaria basada en el acuerdo sobre los valores y normas, cuyo propésito es protegerel interés general. Por el contrario, las perspectivas conflictuales soatienen que la sociedad esta formada por grupos distintos con valores e interes contrapuestos, de manera que “no puede considerarse que la org cin del estado represente los valores e intereses del conjunto de la sociedad. Mas bien se afirma que representa los valores e intereses de grupos que tienen suficiente poder para controlar el funcionamiento del estado" (Vold y Bernard, 1986: 269) El materialismo hist6rico enfatiza el factor econémico como principal clemento del conflicto social. Segin los marxistas resulta imposible jmaginar el poder y el conocimiento de la realidad al margen de le inTuencia medidtica que tiene en la vida de las personas la necesidad de asegurarse la supervivencia econémica y material (Pfohl, 1994). Por su parte, las denominadas teorias dialéticas del eonflicto consideran que en la base de la rivalidad entre grupos existen elementos sociales y culturales diversos, Entre las perspectivas conflictuales més conocidas se encontrarian los planteamientos anarquistas, aegun los cuales los, rituales de autoridad transforman las caractertaticas artificiales de los estamentos jerdrquicos en supuestas realidades “naturales” y “perma- nentes”. Més modernamente, los movimientos feministas (Daly, 1989) ¥ los criticos multiculturalistas ponen el énfasis en el proceso de Accodifieacién de las construeciones sociales en torno a las diferencias sexuales y raciales como supuestas realidades pretendidamente univer- sales y globalmente aceptadas. En la década de los sesenta el surgimiento de la criminologia critica desencadena una nueva crisis que vendré a resquebrajar los cimientos positivistas sobre los que, hasta ese momento, se haba sostenido la Criminologia, Basdndose en lo que parecia el fracaso de la tradicion positivista, y el legado rupturista de la teor‘a del etiquetado en el objeto yel método de la Criminologia, ahora la Criminologia ha de poner de Telieve el modo en que los 6rganos de definicién y control del delito buscan perpetuarel sistema econdmicoy de poder delas clases dominan- tes (Pavarini, 1988). Ello supone el abandono del paradigma causal y empirico de la eriminclogia tradicional 0 “liberal” (mainstream Criminology) y la adopci6n del andlisis interpretative hist6rico y juridi- ‘co como tinicos métodos vlidos para desenmascarar los verdaderos 380 V. GARRIDO, P, STANGELAND, 8, REDONDO fines de la justicia penal (véase el andlisis efectuado sobre Espafia y ‘América Latina desde esta perspectiva por Bergalli—1982—, Bergalli, Buslos y Miralles —1985—, Bergalli et al. —1983—, y Mapelli—1986), De este modo, el “crimindlogo”, ya sea académico o profesional, es visto ajo sospecha de “colaboracionismo” con el sistema establecido, si su aportacién no proclama la iniquidad delos de “arriba” y el victimismodel delincuente o marginado. Hiubo cosas positivas en la criminologia critica. Sacudieron las pers- pectivas establecidas desde comienzos de sigloy sefialaron las contradic- ciones entre las declaraciones de una justicia “igual para todos” y el hecho real de que los delincuentes de cuello blanco rara vez respondfan ante la ley. También fueron particularmente perspicaces en denunciar Iainfluencia notable de los grupos de presién en la definicién de lasleyes. Sin embargo, su discurso impermeabilizado frente a la critica emp hizo a la criminologia critica particularmente, indtil a la hora de contribuir a aportar soluciones. Elerror més grave de la criminologia critica fue su despreocupacién por ladelincuencia comin y sus victimas. Enesa época se produjoun crecimien- tofuertedelaconflictividad social, un aumento delosproblemas vinculados a las drogas, un ineremento de la inmigracién del tercer mundo y, como consecuencia de ello, surgieron nuevos problemas sociales. El resultado final de estos cambios fue una avalancha de delincuencia contra la propiedad y contra las personas. Todos los indices que tenemos para observar la evolucién delictiva indican una tendencia al alza en los afios setenta y ochenta en toda la Europa Occidental, incluida Espaiia. Este crecimiento de la delincuencia fue un hecho conocido por toda la poblacién, asumido por politicos de izquierdas y de derechas, y también por jueces, fiseales y policias. Sin embargo, nunca fue asumido por los criminélogos criticos, lo que les llevé a autoexcluirse del debate sobre la politica criminal. En Francia, por ejemplo, en donde existfan importan- tes instituciones de investigacién criminolégica, a principios de los afios setenta llegaron a ser dominadas por los diseipulos de Micke! Foucault. En una sociedad alarmada por los problemas derivados del consumo de drogas, del racismo y de la delincuencia comiin, los eriminélogos se dedicaron, ante todo, a estudios histéricos y tedricos. Asimismo, los criminslogos criticos lanzaron fuertes diatribas contra las carceles, sin sugerir alternativas (Mathiesen, 1974; Foucault, 1992; Christie, 1993). El problema no era simplemente que los crimindlogos cxiticos no desarrollasen alternativas a la edreel, sino que muchos de 381 EL BTIQUETADO Y EL COSFLICTO SOCIAL «llos dedicaron su fuerza y energia acriticar las alternativas existentes, Su argumentacién era que las propuestas para reformar y mejorar el sistema penal, tales comola conmutacisn de penasdecércei porlibertad ‘igilada, o la introduecién de mediacién entre delincuente y vietima como alternativa al proceso penal, servian exclusivamente para exten- der y fortalecer la red de control social. De hecho, muchos erimindlogos triticos se manifestaron contrarios no tanto al sistema carcelario en sf, ‘ino a los sistemas alternativos a la prisién, ya que consideraron que éstos, bajo una aparente flexibilizacién y humanizacién de la justicia, suponian un aumentodelas redes de control social Black, 19842. 1984b; Cohen, 1988) 10.3.3. Validez empirica y aplicaciones Un ejemplo ilustrativo del marco de andlisis al que nos estamos refiriendo lo constituyen, en todo el mundo, y especificamente en Espafa, el tréfico y consumo de drogas y otros fenémenos delietivos conectados. Una perspectiva frecuente con respecto a estos factores consiste en disefiar politieas de represién del tréfico y uso de drogas, tal y como se plantearia desde los postulados de la escuela clasica. O, en el mejor de los casos, desplegar més amplios programas de rehabilitacion de toxiesmanos, lo que se derivaria, entre otras, de las teorias del aprendizaje. Sin embargo, desde una perspectiva critica muchos inves- tigadores han puesto el énfasis en los fuctores sociopoliticos y econémi- cos que envuelven el consumo de drogas, planteando cuestiones como la necesidad de ayuda para el desarrollo de os paises productores dedroga, ‘como la conveniencia de la despenalizacién del uso de ciertas drogas (Gonzélez-Zorrilla, 1987; Funes, 1991; Montanés, 1992; Romani, 1992). Es decir, sin que radicalmente se niegue la utilidad de ciertas aproximé ciones —el tratamiento y ayuda a los toxicdmanos, por ejemplo— realza la necesidad de invertir los factores de amplio espectro esociador conel fenémenodrogadiccidn. “Una fijacién exclusiva ya sea en el castigo ‘en la rehabilitacién ignora el contexto mas complejo y contradictoria del uso de droga en la actualidad” (Pfohl, 1994: 401). Multiples posible lidades para la inversién del planteamiento en una forma semejante & Ja comentada para el consumo de drogas pueden ser halladas ‘Ambitos de la marginacién racial y cultural, el desempleo, la de dad de la mujer, la hunmosexualidad, ete. En pardmetros més inmediatos, pero también de gran interés pg Jos andlisis de la desviacién, contamos con un ejemploclaro dela uti MM 00 hives: “given plantennlente tion ha tenido en las prisiones espaiiolas. La y las agresiones sexuales son problemas frecuentemen- te detectados en los centros penitenclarios. En Espaiia, con anterioridad ‘ala transicién democrdtica, y, mas especificamente, a la promulgacién. de la Ley penitenciaria de 1979, te sobre la homosexualidad y la olencia sexual en prisén se clreunscribia a constatar estar problems Neas, interpretatias en términos de raagos desviados de los propios reclusos, y proponer y erbitrar “soluciones” represivas o curativas de tales anomalias. Como producto de los cambios sociopolitios operados tn Espasa, e llegé a considerar con mayor profundidad que una de as raices fundamentales del problema se hallaba en la forzada abstinencia Sexual a que obligabe a ls reclusos el encarcelamiento protongado — algo, por otza parte, obvi, tanto antes como después de la transicion politica. En un momento de valentia reformadora, se decidié ponerle remedio, enla base, arbitrando mecanismos “normalizados” para que los: ‘encarcelados pudieran mantener relaciones sexuales periédicas con sus parejas De este modo, nacié la comunicacién intima denominada vis-a Fie. Ello he permitide reduc drasticamente los niveles de violencia sexual y de homosexualidad no deseada dentro de las prisiones. En la actualidad Espatia es considerada pionera en Europa en esta materia, aie sigue resolviéndose con arreglo a ls vejos pardmetros aludidos en pafees de nuestro entorno como Francia, Gran Bretafa, Alemania Talia (Garcia Ardn y De Sola Duefias, 1991) Con posterioridad, otro problema tratado con valentia en el sistema penitenciario espafiol ha sido el suministro gratuito de preservativos a los internos y la realizacién de campafias de sensibilizacién para promoversu utilizacién, Sin embargo, en este mismo émbito penitencia- rio, existen otros problemas importantes atin no resueltos en una forma semejante al de las relaciones sexuales. Por ejemplo, en la actualidad todavia se debate la conveniencia de facilitar jeringuillas asépticas dentro de las prisiones a aquellos internos toxicémanos que, pese a todo, elijan seguir consumiendo drogas 0, debido a su grado extremo de adiccién, no puedan dejar de consumirlas. Bienes verdad queen algunos centros penitenciarios espafioles se ha iniciado ya la aplicacién de algunos programas de intercambio de jeringuillas. | GARRIDO, P, TANGELAND, 8, REDONDO En términos globales, sobre la criminologta critica siempre ha exis- tido la duda de sirealmente se trataba de una teoriaccientifica omas bien dena declaracién de prineipios, y en definitiva de un programa politico, para la justicia penal, En caso de considerar a la criminologia critica un programa politico, deberia ser evaluada por su praxis y sus resultados, EL, BTIQUETADO Y EL CONFLICTO MOCIAL 383 La respuesta politica al aumento del problema delictivo an los afios setenta y ochenta fue bastante uniforme tanto en Europa y en los Estados Unidos, pese a que en algunos periodos gobernaran los partidos de izquierda: en sintesis, més policias, endurecimiento de las penas y construceién de més edreeles. El niimero de personas en la cdree! rrultiplicd en pocos ais en Ia mayoria de los patses occidentales. Es tevidente que no se puede culpabilizar alos eriminélogos erfticos, por su lucha para la abolicién de la eércel, del giro hacia la derecha de las politicas generales. Sin embargo, si que se les puede reprochar haber Uejado a los partidos de le izquierda, como resultado de su inhibicién en el terreno practico, sin programas coherentes de politica criminal. Estos partides se vieron abocados, cuando gobernaron, a aplicar poltticas adicionales, prestando atencién, es cierto, alos derechos del individuo ero careciendo por completo de medidas eficaces para mejorar la Eeguridad ciudadana que no fueran las politicas de mayor represin penal. ‘Como programa electoral y praxis politica la criminologia eritica ha sido rotundamente rechazada. Esta situacién queda bien reflejada en las reflexions que efectiia Saez Valcdrcel en relacién con la gestacién legisla fava del Cédigo penal espafiol de 1995 (citado por Silva, 1999: 51-52): +) eundounoseerrenaal ego pera! desdelaprspecvade sracerilaleglavos pred elproyete dl Gobierno enmienéseboradts polos grupos paraentris bs vcore de aus porevece na Comin de ic. esorprende ante impos ident en dacarvo qo permit caller, al menos, coo eral La nota que dstingit i Sftons cota no ernqu unas defenirania erento punta y vase mona ‘ris Propeasasuresviecon sna vera ratralezs dels conportamintos ue pretendian ‘rege “Aquélosteldoronenos valores tadionales, ya represeniados on exceso en el céeigo pera menras gue las zqlerth incentaronerminaizar ofersas alos valores colacvos que cron en tengo duane a deeads dolor ochenta fs derechos dees erabajadoresy de tiemmeses la provacién del medio amblare los intareses des minors, la dicriminacn, (Seacane yl dalos de cue blanco, Pero su espacio de debate es el mmo, Niguma de est ‘petanes puso en custin prin sini dl derecho pena En caso de considerar a la criminologia critica una auténtica teoria cientifica, ésta deberia ser evaluadaa partir de sus aportaciones para un ‘mejor conocimiento del comportamiento delictivo y del control social. La ‘capacidad de opinar sobre la delincuencia y a justicia la tenemos todos: taxistas, amas de casa y presentadores de television. Lo que supuesta~ mente distingue al cientifico de los dems es que aporta informacion verificable. ‘Sin embargo, la naturaleza cientifica de la criminologia eritica es dificil de evaluar por su rechazo frontal de la metodologia empirica 0 384 \. GARRIDO, P. STANGELAND, ReDONDO positivista. Sus propuestas no se basan ni en anélisis documentales, ni fen estadisticas sobre el fenémeno delictivo, ni en encuestas a vietimas dela delincuencia. El marco organizativo fundamental delacriminologia critica europea ha sido el European Group for the Study of Delinquency and Social Control (Grupo Europeo para el Estudio de la Delincuencia ‘yel Control Social). En los seminarios anuales de este grupo, desde 1974, ‘apenas se han presentado resultados de investigacién propia, sino més, bien contribuciones en forma de comentarios a la politica criminal; comentarios todos ellos muy eriticos, pero carentes de la informacién ‘empirica que los avale. Una excelente sintesis dela Criminologia critica ha sido realizada por Elena Larrauri en su libro La herencia de la Criminologia critica (Larrauri, 1991), Sorprende comprobar, revisando este libro y otras fuentes dccumentales, la eseasez de referencias cientificas existentesen esta orientacién criminolégica, sobre todo a partir de los afios ochenta. Nuestra impresién es-permitanosel lector laironfa-que lacriminologia critica ha dejado poca herencia y muchos huérfanos. Muchos de sus conceptos y postulados originales, propuestos en los afos seserita y setenta, no han sido adecuadamente consolidados en el plano tedrico ni verificados en el empirico, 10.4. LA CRIMINOLOGIA APLICADA Y EL NUEVO REA- LISMO Frente a la inaecién de la criminologia critica la investigacion teenoerdtica y oficialista siguié su rumbo. La evolucién del estado del bienestar necesitaba conocimientos aplicados. Se desarrollaron siste- ‘mas de vigilancia postpenitenciaria y de tutela de menores, terapias para drogadictos, nuevos modelos de actuacién policial y, ante todo, un gran niimero de nuevas instituciones penitenciarias. Para ello, se requirieron anzlisis e investigaciones, ya que muchos geetores politicos de paises europeos y americanos prefirieron no gastar el dinero alegre mente, sin antes realizar estudios sobre gastos y eficacia de las nuevas alternativas, y sobre la mejor forma de gestionarlas, Haciendontimeros, Jo mas caro que puede hacerse con la delincuencia es construir més cérceles y aumentar la poblacién reclusa (véase capitulo 24 y Redondo etal, 1997). Las alternativas ala céreel han necesitado equipos tienicns de investigacién y desarrollo de estas nuevas actividades. ELBTIQUETADO Y Bt CONFLICTO SOCIAL, 386 Bspaiia carece de esta tradicién tecnocrética dirigida a preparar reformas legales (Larrauri, 2001). La elaboracion de reformas adminis trativas y legales suele correr a cargo de un grupo muy pequefio de personas de confianza del Ministerio correspondiente, sin que se reali- Een estudios previos y sin que se de publicidad a os anteproyectos de ley Deeste modo, e1 debate publico tiene lugar porlo general después de que seaprueballaley y no,comodeberia ser, antes. Con este proceder nodebe corprender que, con frecuencia, las reformas legales fracasen y que las Jeyes no se cumplan, o, con muchisima frecuencia, se leven a cabo sustanciales reformas legales al poco tiempo de haberse aprobado una nuova ley (sirva como ejenaplo de ello el Codigo penal de 1995, que desde Sr aprobacién ya ha experimentado diversas reformas). Por otro lado, tampoco se suelen realizar evaluaciones posteriores para comprobar si Jas nuevas leyes 0 las reformas introducidas cumplen sus objetivos Mientras la criminologia “teendcrata” de los aos sesenta se apoyaba sen teorias sobre la personalidad del delincuente, la moderna utiliza ms bien teorias sobre el control social. Asi se acerca a la postura neocldsica, donde la delincuencia no es el producto de una enfermedad ‘ode una aberracién individual, sino el resultado del ejercicio del libre slbedrio en situaciones concretas, esto es, la opcién preferida por ‘lgunos individuos ante una ocasién favorable para el delito (Clarke, 1994; Ruidfaz, 1997) (véase capitulo 5). En Inglaterra y en el Norte de Europa, la criminologia “institucional” inieié otra tarea importante a finales de los arios setenta: la puesta en marcha de proyectos de prevencién de la delincuencia. Ese ha sido, por ejemplo, uno de los programas estrells de la Home Office Research Unit ‘en Inglaterra. También se han realizado proyectos interesantes en el BRA en Suecia, en el Bundeskriminalamt aleman y en unidades minis- teriales de Holanda y Bélgica (Clarke, 1992, 1993, 1994). ‘Todos estos proyectos carecieron con frecuencia de un marco teérico, Empezaron con problemas coneretos, como, por ejemplo, reducir el vandalismo en autobuses o cabinas telefénicas, mejorar la seguridad judadana en mereados al aire libre, 0 prevenir atracos a bancos. Muchas de estas experiencias fueron efectivas para resolver los proble- mas planteados y, en algunos casos, generaron nuevas teorfas sriminolégicas. Por ejemplo, algunas teorias criminolégicas ambientalistas (Brantingham y Brantingham, 1991), situacionales (Felson, 1994), y también la teoria denominada de las “ventanas rotas” [ Wilson, 1988; Skogan, 1990) nacieron a partir de investigaciones m seneillasy.con finalidades especificas, Ciertamente, las teorias novedoa 986 'V. GARRIDO, P. STANGELAND, $, REDONDO ‘auelen surgir de la confrontacién con problemas précticos yno tanto del aislamiento académico, 10.4.1. El nuevo realismo critico En 1984J.Leay4J. Young, este iltimocoautordeZa nuevacriminologia (1973) —Ia obra que dio cuerpo a la Criminologia eritica—, publicaron What's to be done about Law and Order (ZQué hacer con la Ley y el Orden?)(Lea y Young, 1984), Se trataba de dar respuesta al movimiento derechista en Inglaterra y, coneretamente, a aquellos politicos que preconizaban como solucién al problema criminal més policias y la construccién de mas cdrceles. La respuesta de Lea y Young estaba asada en la aceptacién de la delineuencia comin como un grave problema para la sociedad y en la constatacién de que la gran mayoria de sus vietimas, al igual que los delincuentes, procedian de la clase § ‘obrera y de los estratos sociales mas humildes y marginados. Una politica de solidaridad con los grupos de oprimidos existentes en la sociedad capitalista dificilmente podia olvidar a las victimas de la delincuencia, que mayoritariamente también pertenecen a esos mismos grupos. La criminologia realista busca también, al igual que habia hecho ya el neoclasicismo, soluciones coneretas a la delincuencia y reconoce la necesidad de una polieia al servicio de 1a comunidad, vigilada por representantes de los ciudadanos, que ofrezea proteccién frente a las infracciones més graves. Sin embargo, sabemos que muchas medidas para suprimir la delincuencia suelen tener repercusiones negativas en otros aspectos de la vida humana, Los criminélogos realistas tampoco desean establecer un estado policial. En su vertiente més “conservadora’, la criminologia realista quizés adolece de grandes coneeptualizaciones teéricas porque es bastante pragmatica. Las estrategias que reducen la delincuencia sin generalizar Iarepresién social son las mas deseadas por la sociedad. Loseriminélogos deberian ser capaces de identificar medidas de protecci6n eficaces para ciudadanos y comercios, sugerir mejoras en la actuacién policial y reformas que agilicen el proceso judicial. Otras estrategias de preven- cién del delito son, por ejemplo, el control de armas, el disefio de zonas Tesidenciales més seguras, loa sistemas de fisealizscién que disminnyan las posibilidades de fraude y las formas de venta que ofrezean menos oportunidades para que se produzean atracos. EL BTIQUETADO Y EL. CONFLICTO SOCIAL 387 Este tipo de eriminologia se interesa més por el delito que por el delincuente, al establecer como premisa que siempre van a existir personas dispuestas a utilizar el engafio ola fuerza fisica para conseguir ‘Suobjetivo. Se trata, por tanto, de identificar aquellas situaciones que ‘conducen al delito, mas que de identificar a personas dispuestas a Gelinquir. Esta tendencia eriminol6gica realista se nutre en la actuali- Gad de propuestas diversas procedentes de las teorfas de la oportunidad (Gottfredsony Hirschi, 1990; van Dijk, 1994), delasteoriassituacionales LaFree y Birkbeck, 1991), de la teoria de las actividades rutinarias {Felson, 1994) 0 de las teorfas ecolégicas o ambientales (Brantingham y Brantingham, 1994). Todos estos autores constituyen importantes pila- res de la criminologia realista actual, en la medida en que sus indicacio- nes para controlar la delincuencia se dirigen alla realizacion de reformas posibilistas que, precisamente por eso, se pueden llevar a la préctica. Este nuevo realismo ha heredado de la criminologia clésica los canceptos bésicos sobre la delincuencia. De este modo, si bien la gran mayorfa de los delitos son actos impulsivos con eseasa premeditacién, algunos de ellos constituyen, segtin este enfoque, decisiones racionales, basadas en el libre albedrio, El objetivo del delito suele ser la obtencién. do ventajas personales de forma rapida, sin preocuparse de las repercu- siones negativas ocasionadas aotras partes. La politicaclasica establece tun sistema de inconvenientes dirigidos a contrarrestar Ia tentacién de cometer el delito. La criminologia realista coincide en este punto con la ‘escuela criminolégica neoelésica, que establece un sistema de “respues- ta justa” (just desert) en proporeién al dafio social causado (von Hirsch, 1976; Cornish y Clarke, 1986). Por otrolado, los realistas han heredado dela criminclogia positivista su vocacién empiria ¥ sus métodos de investigacién, documentacién y andlisis de los resultados. Y, por ltimo, han asumido de la criminologia eritica (en su vertiente nds “progresista’) el interés por el andlisis del control social y la conviecidn de que el control puede fomentar la delincuencia igual que reprimirla, La delineuencia se entiende, al igual que lo hace la perspec tiva del interaccionismo simblico o del labeling, como una interaccién entre quienes imponen normas y aquellos que intentan violarlas, siendo necesario estudiar ambas partes para entender el proceso. 338 'V. GARRIDO, P, TANGELAND, 6. REDONDO 10.5, PERSPECTIVAS FEMINISTAS DE LA DELINCUEN- CIA Y LA JUSTICIA Los movimientos feministas han dado lugar durante las ultimas décadas del siglo XX a un replanteamiento del papel de las mujeres en fos distintos sectores de la vida social, Esta movilizacién femenina ha Megado también, especialmente en los Estados Unidos, al ambito de la rreflexién eriminolégica, y han surgide las que se conocen como perspec: tivas feministas de la delineuencia y de la justicia (Larrauri, 1994; Larrauriy Varona, 1995; Daly y Maher, 1998; Miller, 1998). En realidad, no existe una tinica teorfa feminista en Criminologia, sino diferentes planteamientos que son denominados por su orientacién teérica como feminismo liberal, feminismo radical, feminismo marxista 0 feminismo relacionado con las mujeres de color (Simpson, 1989). ‘Todas las perspectivas feministas comparten una visidn critica delas teorias eriminolégicas al uso, a las que consideran eminentemente ‘androcéntricas (Daly y Chesney-Lind, 1988; Chesney-Lind y Shelden, ‘1998), ya que se basan en a experiencia masculinay enlainterpretacion {que los hombres han hecho del mundo social, ‘sin tomar en considera Gon la experiencia de las mujeres, tanto en su condicién de actoras del delito como en la de victimas (...!" (Simpson, 1989: 605). Ademés, segtin ate enfoque, las teorfas criminolégicas han sido construidas prescin Giendo de una de las realidades mas evidentes de la organizacién social: In estratificacidn sexual que, sin embargo, es tanto o més influyente en Ja definicién de la estructura social que las propias clases sociales (Chesney-Lind, 1989). Asf pues, en Criminologia el género no puede seguir siendo considerado una variable més (del mismo nivel que la feducacién, la familia, la inteligencia, etc.) a la hora de estudiar la delineuencia (Chesney-Lind y Shelden, 1998). Mas alld de ello, el género constituye un factor estructural, que divide la vida social en dos maneras Gistintas de afrontarla e interpretarla: la de las mujeres y la de los hombres, Las perspectivas feministas suponen tanto una nueva visién sobre la organizacién social presente, estructurada sobre la divisién entre hom- bres y mujeres, como un movimiento social dirigido a mejorar la situacién de las mujeres (Simpson, 1989). Sus tres principales ambitos de estudio en Criminologia han sido la delincuencia femenina, la vietimacion de las mujeres y el andliais del funeionamiento del sistema de justicia en relacién con el género. Desde esta orientacién, la delin ‘cuencia de las mujeres slo puede ser adecundamente comprendida.sise ELETIQUETADO Y EL CONFLICTO SOCIAL 389 toman en consideracién la vida, los problemas, los intereses y las expectativas de las jovenes en nuestra sociedad. Muchos de los proble- mas y preocupaciones de las chicas tienen que ver con las dificultades peondaivas derivadas de eu diseriminacién por razén de su. sexo. De ‘gual modo, los andlisis del funcionamiento de los sistemas de control social(poliefa tribunales y prisiones) no pueden ignorar detenerse en él aandlisis particular de todos aquellos mecanismos encaminados « perpe- tuar la marginacién femenina en la estructura social (Chesney-Lind, 1989) Sein Simpson (1989) y Chesney-Lindy Shelden (1998) las principa- les perspectivas feministas en Criminologia son las siguientes: 1. El feminismo liberal, que reconoce la existencia de desigualdades entre mujeres y hombres en las diferentes esferas de 1a vida social {educacién, trabajo, politica, etc.) peroconsidera que mujeres y hombres pueden y deben trabajar conjuntamente para erradicar tales discrimi- nacicnes. 2, Bl feminismo marxista, cuyo punto de partida es la existencia de ‘una discriminacién estructural de las mujeres como resultado de la combinacién de la dominacién de clase (propia de las sociedades capita- {iatas) y la supremacfa patriarcal de los hombres dentro de todas y cada ‘una de las clases sociales. Su principal propuesta es que la discrimina- tiGnque sufren las mujeres, que es un reflejo més de la organizacién del povler y de los privilegios en las sociedades capitalistas, sélo puede ser Posuelta mediante la estructuracién de un sistema social diferente que tlimine tanto la estratificaciOn por clases sociales como por sexos. 3,E] feminismo radical, que considera que en el origen dea subordi- natin de las mujeres, propia de las sociedades patriarcales, se halla la gresién de los hombres en su intento de controlar la sexualidad femenina. Los hombres, que son por naturaleza més agresivos.someten falas mujeres a lolargo de todoel proceso de crianza, prepardndolas para Su nds facil control y dominacién. Se han interesado prioritariamente por los delitos contra las mujeres cometidos por los hombres: las dgresiones sexuales, los malos tratos en la pareja, 0 el acoso sexual em En el plano metodoligico las perspectivas feministas han plant en general, la necesidad de incorporar al estudio crimin 390 ‘GARRIDO, P. TANGELAND. 8. REDONDO metodologias subjetivas, interdisciplinarias e histéricas, més alla del exclusiva empleo de métodos cuantitativos (Simpson, 1989). INCIPIOS CRIMINOLOGICOS DERIVADOS Las perspectins dl eae y dl confi wpunron un reo cova ering clo {loa dl pebianecmncoge us mportan4serauenca gu eren x means 2: lon raccoon cl rofien hae lr bs eines Sed 2 Lact, ie rar op en racers etic 4. 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TEORIAS INTEGRADORAS Tee =v enone nr cera oper pa daira ee revocations memes 1122, Yeon apn dle” ting Saran ce SE deena 113, Teoria del avto-contol(o tora general dee datinewnca) de Gottedson y Misch 11 tin der mnteracire del aueo cones HBA Vader empaie 114, Teoria integradora de Farrington Ctre tt Teors egtor de Frngon 14h "eigen ec 1143, Ini peraienca y danmende det dlnevncs Us. Conelaion ros cine ere ual

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