Pascal - Pensamientos

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Wbiblioteca a virtual Blaise Pascal Pensamientos 2003 - Reservados todos los derechos Permitido el uso sin fines comerciales Blaise Pascal Pensamientos Seccién I 1, DIFERENCIA ENTRE EL ESPIRITU DE GEOMETRIA Y EL ESPIRITU DE FINURA. -En el primero, los principios son palpables, pero estén alejados del uso comin; de suerte que cuesta trabajo volver la cabeza hacia este lado, por falta de hibito; pero por poco que se vuelva hacia ¢l, se divisan de leno los principios; y seria menester tener un espiritt absolutamente falso para razonar mal con principios que caen tan de su peso que es casi imposible pasen inadvertidos. Pero en el espiritu de finura, los principios son de uso comin, y estén ante los ojos de todo cel mundo, No es menester volver la cabeza ni hacerse violencia; basta tener buena vista, pero es menester tenerla buena de veras; porque los principios estén tan desleidos y son tan numerosos, que es casi imposible que se nos escapen. Ahora bien: la omisién de un principio lleva al error; por esto es menester poseer visin muy clara para ver todos los DPrincipins, y Inegn espirity precisa para na razanar falsamente enn principing canncidas Todos los geémetras serian, por tanto, finos si tuvieran buena vista, porque no razonan falsamente sobre los principios que conocen: y los espiritus finos serian geémetras si pudieran acomodar su visién a los prinecipios inusitados de la geometria Lo que hace, pues, que ciertos espiritus finos no sean geémetras es el que no puedan en manera alguna volverse hacia los principios de la geometria; pero lo que hace que los, geémettas no sean finos es que no ven lo que tienen delante, y que acostumbrados a los prineipios perfilados y globales de la geometria, y a no razonar sino después de haber visto bien y manejado sus prineipios, se pierden en las cosas de finura, en que los principios no se dejan manejar de esta suerte. No se ven apenas, se sienten mas que se ven; cuesta infinitos trabajos hacerlos sentir a quienes no los sienten por si mismos; son cosas tan delicadas y numerosas, que es menester un sentido muy delieado y agudo para sentirlas, y juzgar derecha y justamente de acuerdo con este sentimiento, sin que Ins mas de las veces sea posible demostrarlas por orden como en geometria, porque no es asi como se poseen los prineipios de ella, y seria una faena infinita el intentatlo. Es preciso ver siibitamente la cosa en un solo golpe de vista, y no con un razonamiento progresivo, por lo menos en una cierta medida. Y acontece raramente, por esto, que los geémetras sean finos y que los finos sean ‘geémetras, debido a que los geémetras quieren tratar geométricamente estas cosas finas, y resultan ridiculos intentando comenzar con definiciones siguiendo por los principios, cosa improcedente en esta suerte de razonamientos. No es que el espititu no lo haga; sino que lo hace tacitamente, naturalmente, y sin reglas, porque su expresion excede a todos los hombres y su sentimiento no pertenece sino a pocos. Por el contrario, a los espiritus finos habituados a juzgar de un golpe de vista, les extraa tanto -que se les presenten proposiciones de les que no entienden nada, y para penetrar en las cuales hay que pasar por definiciones y principios, tan estériles sin costumbre de ver en detalle-, que se ven repelidos y sienten repugnancia. ero los espiritus falsos no son jamés ni finos ni geémetras. Los geometras que no son sino geémetras tienen, pues, el espiritu recto, pero con tal que se Jes expliquen bien todas las cosas con definiciones y prineipios: si no, son falsos € insoportables, porque no son rectos més que apoyandose en principios bien esclarecidos. Y los finos que no son sino finos no pueden tener la paciencia de descender hasta los, primeros principios de las cosas especulativas y de imaginacion, que jamés han visto en el ‘mundo, y son absolutamente innsitadas 2. Diversas especies de sentido recto; unas, en cierto orden de cosas, y no en los demas, en Jos cuales extravagan, ‘Unos deducen bien las consecueneias de unos pocos principios, y es una reetitud de sentido. Otros deducen bien las consecuencias de cosas en que hay muchos principios. or ejemplo, los unos comprenden bien los etzctos del agua, en Lo cal hay pocos principios; pero sus consecuencias son tan finas que sélo una extrema rectitud puede llegar hasta ellas. Y aquéllos, quiz’, uo por eso solamente sean grandes geémetras, porque la geometria comprende un gran niimero de principios, y ua espiritn pede ser de tal indole que pueda penetrar perfectamente unos pocos principios hasta el fondo, sin que fuera capaz de penetrar en modo alguno las cosas en que hubiera muchos principios. Hay, pues, dos suertes de espiritu: uno que penetra viva y profindamente las consecuencias de los principios, el espiritu de precisidn; otro, que comprende un gran miimero de principios sin confuunditlos, es el espiritu de geometria. El uno es fuerza y rectitud de espiritu, el otro es amplitud de espiritu, Pero el uno puede darse perfectamente sin el otto, pues el espiritn puede ser fuerte y angosto, y puede ser también vasto y débil. 3. Los que estan acostumbrados a juzgar seaiin el sentimiento, no entienden una palabra de Jas cosas de razonamiento, porque quieren penetrar primeramente con un solo golpe de vista y no estin habituados a inquirir los principios. Y los otros por el contrario, los que cst acostumbrados a razonar por prineipios, no entienden una palabra de las cosas de sentimiento, pues inquieren en ellas sus principios y son capaces de ver con una sola mirada 6. Como se estropea el espiritu, asi se estropea también el sentimiento. Se forman el espititu y el sentimiento por las conversaciones. Se estropean el espiritu y el sentimiento por las conversaciones. De esta manera, Ias buenas o las malas lo forman o lo estropean. Es, pues, de primera importancia saber escoger, para formarlo y no estropearlo; ¥ mo puede hacerse esta eleccién si no se tiene ya formado y no estropeado. Y esto coustituye un circulo; son bienaventurados los que salen de él. 14. Cuando un discurso natural pinta una pasién o un efecto, se descubre dentro de si mismo la verdad de lo que se escucha, Ia cual no se sabia que estuviera ahi, de suerte que nos sentimos inclinados a amar a quien nos la hace sentir; porque no nos ha exhibido su haber, sino el nuestro; y asf este beneficio nos lo hace amable, aparte de que esta comunidad de inteligencia que con ella tenemos inclina, necesariamente, nuestro corazén a amarla 15. Elocueneia que persuade por dulzura, no por imperio; en tirano, no en rey. La elocuencia es un arte de decir las cosas de tal manera: 1°. Que aquellos a quienes se habla puedan entenderlas sin trabajo y con agrado, 2°. Que interesen en forma que el amor propio les Ileve més bien a reflexionar sobre elas. Consiste, pues, en tna correspondencia que se trata de establecer entre el espiritu y el corazén a quienes se habla, por un lado, y por otro, los pensamientos y expresiones de que se sirve, lo cnal supone que se ha estudiado perfectamente el corazdn del hombre para conocer todos sus Fesortes y para encontrar después las justas proporciones del discurso adecuado. Es menester colocarse en el lugar de los que han de escuchamnos y ensayar en su. propio corazén el giro que se da al discurso, para ver si el uno esta hecho para el otro, y si se esta seguro de que el auditorio se ha de ver como obligado a rendirse. Es preciso refugiarse lo més posible en lo natural sencillo; no hacer grande lo que es pequello, ni pequeito lo que es grande. No basta que una cosa sea hermosa, hace falta que sea adecuada al tema, que no haya en él nada de mas ni nada de menos. 20. ORDEN. -;Por qué me voy a empeiiar en dividir mi moral en cuatro puntos mejor que en seis? Por qué colocaré la virtud en cuatro, en dos, en uno? {Por qué en «abstine et sustine» mejor que «seguir la naturaleza», 0 «conducir sus asuntos particulares sin injusticia», como Platén 0 cualquier otra cosa? Pero, diréis, se recapitula todo en una frase. Si, pero ésta es imitil si no se explica; y cuando se Hega a explicarla, en cuanto se abre este precepto que contiene a todos los demas, surgen éstos en la primera confuusién que se quiere evitar. Asi, pues, cuando todos estén encerrados en uno, estan en é1 escondidos e imitiles, ‘como en un cofie, y jamvés comparecen més que en st natural confusion, La naturaleza los ha establecido a todos sin encerrarlos a unos en otros. 22. No se diga que no he dicho nada nuevo: le disposicién de las materias es nueva; cuando se juega a la pelota, ambos jugadores juegan con la misma pelota, pero el uno la coloca mejor que el otto. Tanto da que se diga que me he servido de palabras antiguas. Como si los mismos pensamientos no formaran, por una diferente disposicién, el cuerpo de un discurso distinto,

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