InoIce
Agradectmientos n
Prefacio 2
Introductn: La paradoja demoertia «ee eeeeseee 7
4 La democacta, el poder yao petheor oes eeeeceee 3
2 Car Schmit y la paradoja de La democraca bert... 51
3. Wittgenstein, la teoria politica y la democracla B
4, Para un modelo agonfstico de democracia... 93
5. gUna politica sin adversario? . 9
‘Conclusién: La ética de la democracla G 139
indice de nombres... 153[AGRADECIMEENTOS
Los articulos de ese libro se publicaron incialmeate como s-
sue: La democracia, el poder y “lo poltico”» aparecis en una vr.
Sida ligeramente distineavtulads «Democraciay plaalismo: una
ritca del enfoqueracionalistar, en Cardozo Law Review, 16, 5, de
marzo de 1995; «Carl Schmitt y la paradoja dela democracia le
betas, en The Canadian Journal of Law and jurisprudence, X 1, de
enero de 1997; «Para un modelo agonistico de democracia», en
tuna versin alg diferente, se escribis para see publicado en Political
“Theory in Transition, obra compilada por Noel O'Sullivan (Row
tledge, 2000}; =;Una politica sin adversario?», en una version lic
‘geramente distnta titlada «El centr radical una politica sin a
‘ersario?,en Soundings, 9, verano de 1998, «Wingenstcn, la roria
politica y la democracia: ese desarrollo de un trabajo presentado
‘en una confeencia celebrada en la Universidad de Bielefeld en enero
de 1996.
‘Quiero agradecer @ Daniel Habn su apoyo editorialLos ensayos que recoge este volumen han sido escitosen los
“ltimos cinco afos. La mayoria ya han sido publicados, algunos
fen una version distinta. Uno de ellos, un artculo leido en una
conferencia, aparece aqui por vez primera. La introduccion y la
onclusién fueron esritas especialmente para esta obra, pero in
cluyen ideas desarzolladas en varios articulos que no se ineluyen
Saul
Soy conscente de que, por lo que respect alos temas prin:
pales, hay una cera tendencia ala teiteacion. Sime he decidido a
Inclurlos en su forma original ha sido porque hubiese sido impos
ble climinar esas eperciones sn alterat la ntligibilidad del argu-
mento que se expone en cada articulo.
Tos asuntos que se debaten en La paradoja democrdtica son la
continuacion de una reflexininciada conjuntamente con Ernesto
Laclau en Hegemonia y estratepia socalista, reflexion proseguida
posteriormente en El retomo de lo politico. Los acontecimientos
politicos que se han producido tras la publicacin de este ultimo
libro, acontecimientos que mucsran la creciente tendencia de lor
partidos socialdemécratas hacia una consensuada politica de cen-
tro, han robustcido mi conviccia de que es urgente que la teoria
politica proporcione un marco alternativo al que ahora domina la
feoria politica democrtica. La comprension de los principales de-
fectos que presenta el nico de lo que se ha dado en lamar ster
cera via» exigeenfrentarse ala conflictiva naturaleza dea politica
yal hecho de que no es posible erradicar ef amagonismo, justa-
‘mente todo lo contrario de lo que lo que teata de hacce por todos
los medio el cada ver mis de moda enfoque dela «democracia de-
beraiv
Al reler estos textos para su publicacién me he dado cuenta
dde que todos ellos, aunque en diferentes formas, destacaban a na-
turaleza paradojca de a democracia liberal moderna. Dado que laaversin a las paradojas esté muy extendida entre os pensadores
‘acionalistas con los que polemizo, consideré que esa eralafaceta
‘de mi acral labor que vali la pena destacat De abi el titulo de
cee libro
NTRODUCCION
[UA PARADOJA DEMOCRATICAAunque en diferentes formas, rodos los ensayos reunidos en
‘sta obra tatan de o que yo llamo la «paradojar de la democra-
‘ia moderna eintentan examina ae dstineas impicacions tedricat
¥ politica de esta nocién. Mi reflexion comienza con un examen
dela nauraleza de la democracia modema, que ceo que est lejos de
haber sido adecuadament elucidada, Para empezat,zcul esa for
‘ma ms apropiada para definir el nuevo tipo de democracia que se
ha extablecido en Occidente en cl transcurso de los dos tltimos
siglos? Se ha empleado un gran nimero de términos: democracia
moderna, democracia representativa, democracia parlamentaria,
ddemocracia plralsta, democracia consttucional, democracialibe-
‘a Ba ales xray pn deste a
Siaanigua side en hecho de queaen unas sociedades de ay
‘ainaiovcombeidad, las fomas dela deoccacia disbane
jadadeser posibles pox sz motivo democsacianadeana debe
‘Saesoprenomatver Otros autores, como Claude Lefor,insisten en
[a wansformacion simbélica que hizo posible el adveniento dela
sdemocracia moderna, esto 5, en «la disolucion de los marcadores
‘de ceridumbres." Dede ext punto de vista, la modeena sociedad de
‘mocritica es una sociedad en la que el poder, la ley y el conoct
‘miento han experimentado una radical indeterminacin. Esto es
consecuencia de la «revolucin democratca», que conduce ala de
‘siparicion den poder que antes encarnaba la persona del principe
{ys vinculaba a una autordad trascendental. Se inauguré asi un
nuevo tipo de insitacion de lo social en la que el poder quedo con-
‘etido en sun gar vacion.
Creo ques vital subraya, como hace Lefory, la aparicin de un
nuevo marco simbslico ai como la moderna imposiblidad de pro-
poreionar una garanti final, una legitimacion defntiva, No obs-
1. Chae Lor, Demand Pit! Theory, Oxon, 198818.tate, en verde idenifcar simplemente la forma moderna de de-
‘mocraia cone lugar vaco del pode, quisiera subraye tami Ia
distinc entre dos aspects: por un lad, la democracia como
forma de gobierno, es dei el principio de soberania del poco,
1 por oto el maecosimbalico en el que ve ere esa rela demo
{ritica. Lanoveded dee democracia modern, fo que a cooview
fexpropaiente moderna» esque asl advenimicnto dela Te
lytén democritiea el sj principio democraca de que el po
derdehe sec sjecido pordl push» wucveaemergen peo sata et
‘eammasca sinbdliz conigurad pore discus ibeca, con 50
‘entice dass enal valor dela iserad individual Lo derechos
Ihumanos. Esto valores son ls valores naceares del adicon Ir
‘eral son constttivos del vision moderna de mando, Sa ey
‘atgo-no deberiamon sonsidertlos como pate separable dela
‘redid democritia, cys valores centralesiguadad y sober:
‘ia popular- son diferentes. De bec, la sep
sel Eo, ene cambio del pico y ede op
ome la propia idea del Rechtstat, ue es cetel pars a policea
del liberaismo, 0 encuentra sa orgen ene discatso democraico
Sino que provene de otro sito.
Por consguinte es crcialcomprender que, con la democracia
moderna, hemos de enarar una nueva forma politica de sociedad
Sip Sead en dea arcane don adios
diferentes. Por un lado tenemos la
yabsepe:
‘ala libectad individual; por otro, la radicign democeiticacuyas
‘ideas principales son las de igualdad, identidad ents gabernantes
vel ‘soberania opulac No existe una relacion necesa-
‘a entre estas dos tradicione distintas,s6lo una imbicacion bis
‘rica contingent A tavés de esta imbricacion, tal como le gu
‘a subrayara C. B. MacPherson, el liberalism se democrat y
emocracia se liberal. No olvidemos que, aunque hay en. ia
‘ademos a dac par supuesta la existencia de un vinculo.enze a
Seca i dencac sunita os de ab sonsinuda
proceso fluido, ha sido seautada de enconadas pugnas. Muchos
liberales y muchos demécratas eran-perfrtamente conscientas del
conflict-ente sue
come delos limites que a
‘democeacia liberal imponia aa, -objeti-
as De hecho, ambos bandos sempre han tratado de inezpeetar
sus normas del modo mas convenient para sus propéritos, Desde
un puno de vista técco algunos iberales como Hayek han a
mmentado que sla democracia [es] eencialmente un medi, un
Posto utlarita pare salayuarda a pax imei la iberead
mientras no ponga en peligro la institciones =
berales, pero epidamenteprescndble stempee que lo haga. Oros
liberales han seguido una estatgia diferente, argumentando que
sila gente decdera «de un modo raconal seria imposible que fe-
‘en contra los derechos y a ibertades,y que, silo hiciera, su de-
Gsi6n no debera consdearselegitima- En lotro bando algunos
emécratas e han mostrado muy dispuetos 2 descartar la inst
‘ucionesiberales por consdearatsbertades formals burguesse,
{sfcomo a Tacha por su sustitacion por aqullas formas drectas
de la democracia mediante las cuales puede expresarse sin ob
‘culo Ia voluntad de lat personas
Tatseadenia dominate en naestos dias conse en consde-
rar la democracia de una forma que la eniia cas exasivamen-
‘econeLRechsstaat la dfensa de los deaschosbumanos,deiando
er aber
dle democriicos aus ado papel
coulda, papular nla
nario democratic, pus tect clstosanuy pele sobre la eal-
‘ed motada secon demos La propia atin
ddad-de la democracia liberal so bas en la den de la sberania
popular yl como inde a movilzacin deers idea por pate de
Ton polices popula de derechas, sera un grave error cosiderat
‘qua legado el momento de rennciar sella Las insicions I
terales demoeriias no deberian tomarse como un elemento ga
tantzado: sempre ex necearo robustectrasy deenderas. Esto
{xg aprehender sa dnamca espe reconoee la tension ue
$= deriva dels efectos de sus ditinta gas. Slo aeprando la
furadoja democriie podeemos considera modo de enfrentar
fovaell
como alara mi examen de as tess de Cat Schmit ent
capitulo 2, la I6gica democratica siempre implica la necesidad de
tar ie rin ee els y een ne ale
oe pertnecen al sdomose y aquelos use encucntan fers de €
‘rasa condcin pars lero mmo de ls derechos demo
2 Haye, The Ro Som, Londres, 1944, pS Tad st Cam
devon, Mad, 200,cos, Una condicisn que crea necesaslamente una tensin con
cl nfass liberal en el respto de los =devechos humanos, dado que
ro existe garantéa de que una decison adoptada mediante proced-
Imieatos democrticos no termine vulnerando algunos derechos ya
cexistentes. En una democ ponen siempre limite al
respeto de los derechos humanos ¥ no negaciable:
hecho, debido 2 que dependen del modo en que se definan einer
preter los «derechos humans» en un momento dado, son la expre
Sin de una begemonia preven por cosine, oj de
daira idea dequecs leptise esablecer limites pasa laso-
berania populace nombre de aibertad. De abi su-naturaleza pa
ingtancia som incampatibles, y que nahay forma de seconciislas
sig.imperfccign. O bien, por decislo ala manera de Wittgenstein,
‘Que hay una tension consttutiva entre sus rspectivas spramati-
ass, una tension que nunca puede
haya sido objeto de constantes pugnay pugnas que
hhan constitude la fuerza impulsora de los desacrollo politicos
« histricos. La tesin entre sus dos componentes slo puede ex
bilizarsetemporalmente mediante negociacions prapmatias entre
fuerzaspolcicas,y dichas negociaciones siempre establcen la hep
‘monia de una de ellas. Hasta hace poco, la existencia de fuerzas
‘opuestas se reconociaabiertamente, slo en nuestros dias, cuando
la propia idea de una posible alternativa al orden existente ha que
dado desacreditada la estabilizacion lograda durante ef perfodo de
Ihegemonia del neoliberalismo con su muy especficainterpretacion
de cudles son los derechos importantes y no negociabes~ aparece
Prdcticamente libre de todo cuestionamiento.
Una vez que ve da por supuesto que latensin entre la igualdad
¥ la libertad no puede eeconcliarse v que solo pueden existe for-
‘mas hegeménicas contingents de establizacin del conficto, se ve
, Den nado muy siya tecea via de Blt
cl snewe Mites” de Schroder, ambos nspirados por i estategia
4s tranglacine de Clinton, acepan el terreno de argo estat
eco por sus predcesores aoiberlsIneapace deo no di
‘ucsos oe ver rnguna allernativa ala presente diposin hee
fone abogan por una forma de pols que pretend suarse
“inde ald aie yl erecha, categoran qu epresentan
como obvoletas, 8 objetivo esa exeaion de un sconsenso de cen
trons ona ey segnse declarer el nico tipo de plea adap-
{ado la neva soredad dela informacin, mientras se dsacreita
odor aquello que se opongan sexe proyecto =moderiador>
“idinoloe de forza conservadoras Sin embargo, como he de
tmostar en el capio 5, cuando rascamos la peri de estar
{Gres percibinosenseguida qu, de hecho, sea limitado sim
‘lemente 2 abandona a tradicional lucha dela aquerda por la
* Lerner (Ndiqualde, So pretexto de repensry poner al daa exigencias de-
ezine fb
lade yal responsabilidad encubrens negative a comidra as
‘ivinicaciones de lot sectors populares, que qvedan exludos de
$s prordads politica y socal: An peoy ess reivindcatones
sete ca emt i in
tn sie proyecto de iaguerd hoy ya completamente descr
tad Eh ere man ida en siden coe
‘lui postbildad de anstormaion de a relactones de poder
fa guedadocliminada,no ex orprendente gus los pardon Foe.
las de derechasexgn protagoniando signicatvosavancr eo
‘aos as Et mucha on con deca
“onsets de centro watan terreno dela lh qu
handonatoliqoierda,Pasclacneteprocapane ee becho
ee muchos sectors de a cle rabajaora seman gues i
‘cress estan mejor defenidos en manos de eos partidos que en
anc els oclemacae Al her edo en ec
tal proceso democrtico, sm un blanco fl pra ls demagogos
de la derecha. 7
“La stuaci politica que acabamos de describ, caraceriada
por el ensalramiento de los valores de una politica de eosenso
encase Io que vertebra mi indspacn rede, Eta aaron
de que ponga un fais especial en lax consecoencas negara de
Considerar lies! dela democracia come la reltactn de on
Sin, desarrollada en el Cpiulo 2, conateen qu est carder
tn tlie sermino irecoetiable io dee entendrsenecesaria
tent al modo de una contradic, sno como fcws de una p=
jh Yosonteng qo, pse aque Schmit ene azn al dsaear
ins deremes formas en gue a Yogic universalist liberal eopone
al concep democritic de igualady ala neeidad de consiuir
rliiainente un sdomov», no estamos bigadorsromncana
Eis doe teccones, Coders arculcn como el etd de
tna confguracion praca pemie vara esi ene ae
tas logs de un tnodo psitv, en lugar de vera com algo gi
ondace a una contradcrondestoctiva Ea ver dee, super be
lech de reconocer eta paradoja os permite comprender cuales
ta auenia fre dela democraia ber
‘A dsr constatemnte as lance de incani/exhsin
que implica la constitcion police sdel pueblo» ~necrsara para
Sjercco del democracia-rel curso liberal elo derechos
manos universales juega un importante papel en mantener viva la
lucha democrtica. Por ota pare, sélo gracias ala logica demo-
critica dela equivalencia es posible trazar unas fronterasY esta
blecer un demos, sin el cual no seria posible ninginejerccio real de
los derechos
Es preciso subrayas, no obstane, que esta tensin entre demo-
craciayliberalismo no deberiaconcebise como una tensinexisten-
te entre dos prineipiosenteramente externos el uno al otto, entre
principios que establecen entre ellos simples relaciones de nego-
‘acion, Sila tensin se concibiese de este modo, se habriainst-
‘ido un dualismo muy simplista. Enver dees, la tension deberia
considerarse no como algo que crea una relacion de negociacin,
‘ino como algo que crea una relacion de comtamninacin en el sen
ina Ver que se ha efecuado la ariculacion de los dos
clus en el caso de que se haya hecho de forma pre-
tno de ellos cambi la identidad del oteo. Los repine-
nes deidentidades coletivas que resultan de este proceso de articu-
lacion son conjuncos cuyas configuraciones son siempre algo mis
«ue la suma de sus elementos interno. Como siempre ocurte en
ida social, hay una dimensign =gestlica» que es decisiva para
omprender la percepcin y la conducta de los sujtos colectvos.
‘La visualizacion dela dindmica de la politica liberal democrs
tica como el espacio de una paradoja cuyo efecto esrba en impe-
dir tanto el cierte total como la diseminacién completa, posbilidad
{que esd inscrita en la gramitica dela democraciay el liberalism,
+ una visualizaciin que abre muchas posibildades intresantes.
Sin duda, al imped el pleno desarollo de sus respectvas locas,
cesta atculacidn representa un obstculo para su completa realiza
‘in eanco la perfecta libertad como la perfectaigualdad se vue.
‘ven imposible, Sin embargo, esta es [a condicion de posbiidad
‘misma para una forma plualista dela coexistencia humana en
Ta que poedan existe yejercerse los derechos, donde la libertad y la
igualdad puedan arreplisela para coexist de algin modo. Este
tipo de comprension de la democracia liberal, sin embargo, es pre-
csamente lo que impide el enfoque racionalita que, en vee de re-
‘conocer la imposibilidad de eradicar esta tenis, eata de encon-
trar formas de eliminaca. De ahi la necesidad de renunciar ala
iluson de que padiera legae a producise un conseaso racional alt
ddonde esa tension sehubieralogeado eliminay, de abi cambigm la ne-
‘ceaidad de comprender que la politica pluralista democratica con-save en una serie de formas pragmatica, precariasy necesariamen-
te inestables de negociar su inherent paradoya
Esta aceptacion dela paradojica natraleza dela democracia i
beral exge comper con la perspectva racionalista dominante yre-
(quiere un marco teérico que reconazca la imposiilidad de consiuir
tuna forma de objetvidad social que no est fundada en una exclu-
‘6a original. Esta es Ia eaz6n de que el hilo conductor de mi ar
fgumentacién para una adecuada comprensién de la democracia
onsisa en destaca la importancia de un enfoque no esencalisa,
‘deudor del posestrucaralismo y de Ia deconstruccin. Una tesis
clave de mi trabajo ha sido, durante algn tiempo, la de que un en
fogue racionalista est condenado a permanecercego ala dimen
sin de antagonismo de slo politico, y tambien he sfirmado que
‘esta omision ha tenido consecuencias muy serias part la politica
‘democrétia, Esta pespectiva ya quedé expuesta en Hegemmonia'y
‘strtegia socialists y en El retorno de lo politico, y varios eap-
tulos de este libro son una continuaci de aquellos andi. Ea el
‘capitulo 3, examino igualmente lo que considero que es una con-
tribucién muy important ala elaboraciOn de un enfogue no ra-
‘ionalisea dela teoria politica. Sugiero que en el limo Wittgens-
fein enconteamos muchas intuiciones que pueden utlzase para
bordar la cuertion de que la lealtad alos valores democriticos no
fe crea mediante una argumentacia racional sino através de un
conjunto de juegos del engusie que coastruyen formas democrit-
as de individualidad. Conta la actual bisqueda ~desde mi punto
‘e vista, profundamente equivocada-, de una legtimidad fundada
fen Ia racionalidad, la posicion de Wittgenstein, segin la cual el
‘acuerdo se alcanza através dela participacia en las formas de la
‘ida comin, al modo de un «Einstimmung>,y no de un «Eiwvers-
tand>, representa una perspectva pionera ualmence importante
‘para un enfogue auténtcamente plurals 6 Su concep de »seguir
tina regla» que, de acverdo con mi argumentacin, puede ayudar-
nos avsualizar la diversidad de modos en que puede jugarse el jue-
‘go democritico.
4. Emoto Lacan Chat Mos Hegomany nd Sct Sate: Towards
«Reda! Demat Poe Landes, 985 lad cats Hegemon eae
Socal, Med Sp XX, 187)
‘Chana! Mout, The Retr of the Flt, Lode, 1993 [Tract EL
aor el pli, aon, Pn, 199
El rabajo de Jacques Derrida también es relevante para mi pro-
recto. En est caso, esa nocin de un sexterior consteuivos lo que
‘me ayuda a destacar la urlidad de un enfoque deconstrucivo para
aprehender cl antagonismo inherene a toda objetivdad, asf como a
Subrayar el cardter central de la distincion entre nosotros ellos en
|a consttuci de las identidades politicascoletvas. Con el fn de
vita cualquier equivaco, sefalaré que el sextriorconsitutivor no
puede educine a una negacin dialectic, Para ser un autentico ex
{eriog dicho exterior tiene que serinconmensurable con elinteioe ¥
al mismo tiempo, condicin para su surgimiento. Esto so es post
ble silo que etd fuera» noes simplemente el exceior de un conte:
ido conzreto, sino algo que pone en cuestion la econcrecion» como
tal, Esto es lo que impic la nocin detridiana de un «exterior cons-
titutvor: no un contenido que result afirmado/negado por otro
contenido que sera simplemente su opuestodialético Ho ques oct
‘iia sdo estuiéramos dciendo que no existe un =nosotros sn un
«ellos sino un contenido que al mostrar el caricterradicalmente
Indecidible de la tens de su consitucin, haga desu propia post
tividad una funcin del simbolo de algo que la supera: a posibildad
imposibilidad de la posivdad como tl. En ete caso, el antagonis-
‘mo no se puede redcir un simple proceso de inversion dialécoca: el
‘ellos» no es el opuest constiutiva de un nosotros» coneret, sno
l simbolo de aquello que hace imposible cualquier «nosotros
‘Concebido de este modo, el exterior constituivo nos permite
bordar las condiciones de emergencia de un antagonismo. Este
surge cuando dicha relacién ence el nosotros y el ellos, que hasta
entonces sé habia sido percibida como una simple diferencia, em-
pieza a considerarse como la que existe entre un amigo y un ene-
rmigo. A partir de exe momento, se conviere en el locus de un an-
tagonismo, es deci se converte en algo politico (en el sentido que
, que es una forma distinta de maniestacion
{el anagonismo, ya que no implica una relacion entre enemigos
Sino entre sadversarios,término éste que se define de modo para-
{jico como enemigos amistosos, eto es, como personas que son
“amigas porque comparten un espacio simbelico comin, pero que
también son enemigns porque quieren organizar ete espacio si
blico comin de un modo diferente.
‘Consider la categoria de «adversrio» como clave para con-
cebir la expecficidad de la politica pluralista y democritica mo-
‘ema, y ex una categosia que se encuentra ene centro mismo de mi
Comprension de la democracia como «pluralismo agonista». Ade
‘ns de perme rebate argumento de Schmit sob l carter
‘contracictorio de Ia idea de democracia pluralista también me
Syuda a poner en primer plano tanto las limitaciones de los ter-
os dela sdemocraciadelberativa» como las dela politica dl se
‘icente «centro radial», En el capitulo 1, por ejemplo, examino la
‘yersion mas reciente dei beralismo politico de Rawls y muestro
Tas implicaciones problematicas que supone para un enfoque pla-
ralist de su concepto de «sociedad bien ordenada>. Sugiero que un0
{de sus principales puntos débiles es precisameate el hecho de que
tiende @ borra el propio lugar que ocupa el adversario,expulsando
Sereste modo cualquier oposicion legiima de a esfra public de
Enel plano politico, se observa un fenémeno similar ene caso
dela stercera via, que es abordado en el capitulo 5. Argumento
‘que es una «politica sin adversariox que pretende que todos los
tereses pueden reconcliaesey que todo el mundo —suponiendo, por
Spuesto, ques idenifique con vel proyeeto>— puede formar par-
te wdel poeblo-. Con el fin de justifiar la aeptacion de la actual
Ihegemonia neoliberal -y pretender al mismo tiempo seguir sendo
Fadia la stercera via~ pone en marcha un concepto dela polit-
‘Ga que ha evacuado la dimensin del antagonism y que postls la
tnxistencia de un snterés general dl pueblo» cuya puesta en prée-
tica supera a antetioe fotma de resolucin de conflictos basada en
Ia dicoromia ganadoresiperdedores. HI trasfondo socioldgico de
states sostiene que el ilo dela politica de la eonfrontacion que
se ha mostrado predominante en Occidente desde la Revolucion
Francesa ha legado a su fin. La distincidn entre iquierdasy de
cas aparece ahora como itelevante, ya que estaba vincul
‘uns bipolaridad socal que ha djado de exis. Para tericos como
‘Anthony Giddens, la division entre la inquierday a derecha ~que él
identifica con la oposicon entre una democeacia social al Viejo
cstilo y un fundamentaismo de mercado~ es una herenca de la
‘modernizacion simples, y debe ser trascendida. En un mundo
{lobalizado marcado por el desarrollo de un nuevo individualis-
to, la democracia debe volverse«dialgica>. Lo que necesitamos
‘una svida politica» eapaz de llegar a las diversas areas dela vida
personal creando una =democracia de as emociones,
Lo ue falta en esta perspectiva es alguna comprension de las
relaciones de poder que estricuran las sociedades posindusrales
‘contempordneas. Nadie niega que el capitalismo se haya transfor-
‘mado radicalmente, pero eso no quiere decic que sus eleetos se ha-
yan vuelto mas benignos, lejos de eso. Quind hayamos abandonado
[a ides de una alteracva radical al sistema capitalist, pero incluso
tuna socialdemocraca renovada y moderizada ~que ¢3 fo que pre=
tende see la tercera vi debera desafiar las trincheras de eiquea
poder de a nueva clase de gestores si quiere alumbrar una sociedad
‘ns usta y responsable. El po de unanimidad social que consttu-
yela marca de fibrica del blatrsmo slo conduce al mantenimiento
elas jerarquis exstetes, Ninguna cantidad de dlogo o de pré-
fica moral lograra persuadi jamais a la clase dirigente de qu re-
nunc a su poder. EI Estado no puede limitaredniamente a tratar
Tas consecuencias sociales de los defectos del mercado,
‘Sin dada, hay muchas cuestiones nuevas que una politica para
la emancipacin debe abordar, Para considera la eeacién de una
‘Bueva hegemonia es preciso redfinirla concepeion tradicional que
se iene dla iaquerda yl derecha; sin embargo sea cual eae con
tenido que demos a estas eategorias, hay una cosa segura estamos
fen una época en la que uno debe decidir en qué lado de la com
Frontacion agonisica se sta. Lo especifco y valioso dela demo:
cracia liberal moderna es qu, sies estudiada adecuadamente, crea
‘espacio donde esa confrontacin e mantiene abierta, donde las
relaciones de poder estan sempre custionindose y ninguna de ells‘puede obtener la victoria fina. Sin embargo est tipo de democea-
{ia wagonistca> exgelaaceptacién de que el conflictoy la division
son inherentes a la politica y de que no hay ningin lugar en el que
pueda alcanzarsedefinitivamente una reconcilicién en el sentido
4e una plena actualizacin dela unidad del «pyeblo».Imaginar que
la democraca plralista podria egae ase algin dia un sistema pee-
fectamente arviculado es transformarla en un ideal que se refuta a
simismo, ya que la condicin de psibildad de una democraciaplu-
lista es al mismo tempo lacondicin de imposbilidad de su per-
oesta en prctica, De ahi laimportancia de reconocer su na
turaleza paradojica.‘Schmitt no podia coneebit le paecia imposible. Dado que su obje-
‘vo era atacar al iberalsmo, no puede sorprendernos esta atitud,
pero ciertamente indica ls limites de sureflexin teria,
"A pesar de estos defects, la critica de Schmit al liberalism es
muy podeross. Pone de manifesto varias debilidades de la demo-
‘aia liberal y pone en primer plano su punto ciego. Noes posible
‘gnorar estas deficiencias. Si hemos de claborar un concepto de la
sociedad democritica que sea convincente y digno de confianza,
‘Son defcincias que debemos abordar. Schmit es un adversario del
‘Que podemos aprender, ya que podemos inspirarnos en sus int
‘Gones. Al volver sus argumentosen su contra, deberemos usarlos|
para formolar una mejor compeensin dela democraca liberal una
‘Comprensign que reconozca su naturaleza paraddjc.SOlo tas acep-
{arel doble movimiento de inclusdniexclusién que implica lap
fica democeitica podremos enfrentarnos al reo que aos plantea
hoy en di el proceso de la globalzacin.
\WITTGENSTEIN, LA TEORIA POLITICA ¥ LA DEMOCRACIALas sociedades democriicas se enfrentan hoy a nuevos retos 2
los que apenas pueden responder debido a que son incapaces de
comprender la naturaleza de lo politico, y a que no logran aceplar
Ia paradoja que se encuentra ene nicleo de la moderna democracia,
liberal. Una de las principales razones de esta incapacidad reside,
desde mi punt de vista, en el marco racionalista que informa alas
(Vsbermar)
“Tal como ha sefalado Petr Winch en referencia Rawls, «El
“velo de gnorancia” que caracterza su posicion choca cone punto
deta de Wirgenstrn de gue lo que es "raronable"no puede set
‘aracterzado con independencia del contenido de determinados "ja
Sos" crucaese?
or su part, Richard Rorty, que propone una lctura «neo-
pragmticas de Wigenatin, ha allrmado, contaramente a Apel
} Habermas, que no es posible extacr una fosofa moral univer-
Salista de la ilosofia del lenguaje. Sein no hay nada en lana
turaleaa del Lenguaje que pudera verir de base para justiicar ante
todas la audicncias posites a superioridad de la demosaci ibe:
tl Rory aa gent «Deamon abana en
‘speranca de hallarpremisas poiicamenteneutas, premisas ue
puicran parecer justifiadas a todo el mundo y dels cuales pur
‘ira infers una obigacion de avanzr en la politica democeti
‘as! Rory sostene que mo resulta el considera los avances de
tocrdico como algo vinculado al progreso dela racionalidad, y
gue deberamos dejar de presentr lat institciones de lassie
«dads liberates cccdentales como la solucon que otras personas
hubein de adopter necesaiament cuando dejen de et sitvacionar
lesey se welvan «modemnas Siguendo a Witgentcin, Rory 20
2, Pee Winch, «Cerny and Aube A Flips Gi comp
‘Wings Ceeary Eys, Carbide, 199, pa 238
Riad Roe Sia Ausagen unre Grhungsansruche», Des
he Ze fr Psp 61984, p86,considera que lo que estéen juego sea una cuestién de racional-
ad, sino una cuestion de creenciascompartidas. En este context0,
lamar a alguien iraconal,afirma, «noes decir que no est haciendo
tun uso apropiado de sus facultades mentales. Fs decir sncamente
‘que no parece compartir con nosotros el suficiente numero de ret
«las y deseos como para conversa fructiferamente con él sobre el
punto en discuss,”
‘Abordar la accién democritica desde un punto de vista witt=
gensteiniano puede por tanto ayudarnos a plantear de tro modo
Ta euestin de la lealtad ala democracia, De hecho, nos vemos
abocados a reconocer que la democracia no exige una teora de la
verdad ni nociones como Ia de validerincondicional universal,
sino mas hien un puiado de prictcasy de iniciativas pragmaticas
bvientadas a persuadir ala gente para que amplie la gama de ss
‘compromisos hacia ls demas, para que construya una comunidad
ris incluyent. Este cambio de perspectiva revela que, al hacer
hincapi¢ exclosivamente en los argumentos necessrios para
rantzar la legitimidad de las inttuciones liberals, los teSricos
‘morales y politicos de os ilkimos tiempos han estado planteando
tuna pregunta errOnea F verdadero problema noes el de encontrar
argumentos para justificar la racionalidad ola universlidad dela
‘democracia liberal, argumentos que sean aceptables para toda pe
sona racionalo razonable. Los peincipios liberal democrticos slo
pueden defenderse como elementos constiitivos de nuestra forma
de vida, y no deberiamos tratar de fundar nuestro compromiso|
‘on ellos en algo supuestamente mas seguro. Como indica Richard
Flathman ~otro tebrio politico influido por Wittgenstein, los
acuerdos que existen respecto a muchas de ins caracteristicas dela
sdemocracia liberal no necestan estar sostenidos por ninguno de
los sentidos filosofios de a certidumbre, Desde exe punto de vist,
{Nuestros acuerdos respecto a eso uicios eonsituyen el lenguaie
‘demuestra politica Es un lenguajeal que hemos llegadoy que con:
tinuamente modificamos mediante nada menos que wa historia
del discurso, una historia en la que hemos pensado sobre ee len-
9. Richard Romy, Jota Larger Loyalty rel presntdo ena
‘il Confrence de Pols dl Ete Oct, Unveslad Se we cnet
de 1995; pubiadn en Jusice and Democracy. Coss Calaral Pps,
1 Bouenkoe y M-Sepaiats compe, University of Hawa Pre 199,
tna mimo tempo qu nos foamosvolviendo captcs de pen:
‘La apropiacién de Wittgenstein por Rort es muy i para ci-
ticarias pretensiones de os hlésofos de inspiracion kantiana como
Habermas, que quieren encontrar un punto de vista que se ence
te por encima dela politica y desde el cual se pueda garantzat la
superioridad de la democraia liberal. Sin embargo, creo que Rorty
se aparta de Wittgenstein cuando considera el progreso moral y
politico en ls términos de la universlizacion del modelo liberal
moral, Como recuerda Benhabib, ls caracterist-
eas de dicho discurso son las siguientes:
2) Ia participa en La deliberacién rig por ls norms de igual:
Ady simerias odos ene ln misma oporinicages pa nici
los actos de habla, para custona,pregunary abit debate; b co
dos tenen derecho a cuesonar Ios temas conterplados ena con
versal todos Genen derecho a inciarargamentosreflesvos
Sobre as propia ela del procedimiento del dacuroy sobre lor.
ma en que s aplicany se camplen. En principio, ao exten replay
‘ue limites Ia agenda del converscin, ola Senta de los prt
pantes, com tl de que cualgier persona 0 gropo exclide pueda
‘demostatjstificadamente que seve afectado de manera relevant
ora norma propusta ques es cuestionando”
Para eta perspec, la base de legiimidad de ls instiucio-
nes democtiias deriva del hecho de que la instance que exigen
tn pode obiatri fo hacen paricndo del presuncon de ue
‘us dechiones epresenan un punto devs imparcal que stiene
or igual ls itereses de todos, Coen tras afimar i a egit
Iidad democrats surge de decisionescolecvas ene miembros
jguaes, delaras «De acuerdo con la concepciondebeativ, una
y argumen-
tan que los dos tipos de autonomia van necesariamente juntos. Sin
embargo, Habermas considera que silo su enfoque consigue est
blecer la soorginalidad de los derechos del individ y In partici-
pacion democratica. Ama que Rawls subordina la soberania de
Inocriea a los derechos liberaes porque considera [a autonomia
publica como un medio para autorza la autonomia privada. Sin
‘embargo, tal como ha sefialado Charles Larmore, Habermas, por
su pare, pevilega el aspecto democrtic, dado que sostiene que
Ia importancia de los derechos individuals reside en el hecho de
‘que hacen posible el aurogobierno democrtic." Asi pues, hemos
de concuir que, ambien en est caso, ninguno de los dos es capaz de
Hevar a cabo lo que anuncia. Lo que quieren negates la naturalera
paradéjica dela democracia moderna y la tension fundamental en-
tre la lgica de la democraciayla Logica det liberaismo, Son inca-
paces de reconocer que, pese aque sea electivamentorierto que los
derechos individualesy el autogobiemo democritico son constnu-
tivos de la democracia liberal, cuya novedad reside preisamente en
Ja ariculacion de ambas tradciones, existe una tensin entre sus
respectivas =pramiticase que nunca podré ser eliminada, Sin dua,
yyeontrariamente alo que han argumentado adversarios como Cari
Schmit, esto no sigaica que la democracia liberal ea un eégimen
condenado al fracaso. Esa tension, pese ano poder ser erradicada,
19, Chas Lame, The Mona of Moderty, Came, 1986, pig. 27
se psd abordar de diferentes modos. De hecho, un gran prt de
is politics democrica se ocups precsamente de la epecaion
desta prado y ela artculacon de solacionespeearias Lo
reine esa aque de una sluion racine ial, No slo no
Puede tne éxito, tno gue ademiscondsce planer esto
es indebias al debate poco. Esa bisqeda Seber se recon:
Cid como lo que realmente eso into de aslara la poltca
dels elets dt paral de valores sta ver atando de hr de
tuna Yer poe todas el sige In jerarguia deo valores ber
democrats basics La tera democrsca debra enuncat 9
‘sts forman de excapismo y enenare al reto que cone lc
onecimient dl paralsmo de valores, Fst no signcaacepar
tn pralsmo teal x nctaro pone lgnos limite a pede
fn eS eonsderar eg ena efera public, Sn
cata comes tan ois dl ines
Elgar de presets como un conjnta de reqists exis
por la moral o la racionalidad. “ =
2G lealtad a la democraca?
Si tanto Rawis como Habermas, aunque de manerss diferentes,
se proponen aleenzar una forma de consenso racional en vez de un
‘simple modus vivendie on «mero acuerdo, e porque eeen que
proporcionando bases estables ala democracia liberal ese consen-
50 contribuird a garantizarelfururo de las institaciones liberal de-
‘maciicas. Como hemos visto, mientras que Rawls considera que
cfasunto clave esl justia, para Habermas ia cuestin central guarda
‘elacin con la legitimidad.Seyin Rawls, una sociedad bien orde-
nada es una sociedad que funciona seg los prinipiosestablec-
dos por un concepto de justia compartdo. Esto eso que prod-
‘ela estabilida y la acepracin dels insiuciones por pate de los
‘iudadanos. Para Habermas, una democraia estable y que funcio-
ne correctamente require la ceacin de una forma de gobierno in-
teqrada meat a perce racional dew egitim Ft x
z6n de que par los habermasianos la euesin central reside
22, He sala tape mare Cal Sch adhe Pa
ox Literal Demat) Chat Molle om The Change of Carl ek
it Lend, 194 estab epi el rose aneen encontrar wn mod de garantizar ue ls deciionesadopeadas
fo las iiciones democrats repesenten sn pun dew
[npr aps de expres por gal lorintereses eed logue
15 ver eige estableer unos procedimients capacs de generat
‘ealeadonraconales mediate Ia patipaion democeten. £0
enh, sen ls sociedad democrats com
dee serconcbida como el evs dela de-
Rhracin bls ie esta de todos en patra de
Tsu deszo de mostra is imtciones del consenso doce
tio ne model de agzeacin “ge sto se interes per la ac
Talidad nsrmestal yt forme dente popo Tor demas
Albers inssen en a importance or io de racional
‘dds aconldad qo pera aac comunity na be
‘arin publica. Quiten converte eo en principal fata mp
Sora de los adadanos democrat cna hase dew eid hacia
in inones comune
Sa preocupcton pore extado actual dels nstciones de
smocrvas sta proteapacon gue compar, pro conser que
“resoesa es profindamenteiadecvada, La soisin 4 nies
Silomacon scat no conse en sttura dominant rcio=
Salad medioutinss por one forma de aconalidad, por una
Seasick ie
oncepcioner de Ista yg er mportnte samen a om.
Piciad del ndeo que ofecn los dekmores del enfogue instr
Irena, Sinembargoesmple hecho de ssiir una clase de
Taconalidad por ora no va aayedamosaaborda el verdadero
frobiema qu planta le ccson dea ele Como now ecverda
Michael Oakesor a aaordad des nstaciones politica no es
tha custo inl a contention sino a continu recono-
‘Smicnto de uno ier que admin su obigcin de obese I
onaiciones pesca por la es publica Siuendo ext iea de
tazonanscito pecs lear a Comprender qu Toque elmente
‘tre en asad a a aucrnes demote ss cone
tos dun conjnto de pesccae gue hgan pone Is eeaion
de cudadanos democrstic. No esns cvetion de afin
ractnal sino Se disponbdad de formas democratic deni
21, Baka omar a Deter Made
22 Maina Ostedu aman Cone, Ones 1975, pig O58
i
. Eta forma de plantear el problema indica que
poder no deberiaserconcebido como una relacion externa que ie
ne lugar entre dos identidades yaconstitidas, sino mas bien como
28, Cal Sci, The Conc of the Pola, New Bswick, 196 p70
2. Erno Lala Canal Mou, Hogan surat case Mo
i, S08, 957
l lemento que consituye las propiasidentidades. Dado que cual
‘ier orden politico es la expresion de una hegemonia, de una pau
ta especifica de relaciones de pode, la practca politica no pede
ser concebida como algo que simplemente representa ls interests
de unas identidades previamenteconsttuidas, al eontrato, se tiene
‘que entender como algo qu consiuye ls propiasidentidades y que
ademas lo hace en un terreno precario y siempre vulnerable.
‘Afar la naruraleza hegeminica de cualquier tipo de orden
un desplazamiento dela relacin tradicional en
tre la democraca y el poder Segin el enfoque deliberativo, cuanto
mis democritica sea una sociedad, menor seréel poder que forme
parte de as relaciones sociales Pero si aceptamos que las relaio-
tes de poder son consitutivas de lo social, entonces la pregunta
principal que ha de atender la politica democratica no es ade mo
tliminar el poder sino la de emo constitu formas de poder mis
‘compatibles con los valoces democraticos.
‘Aceptar la naturaleza del poder como algo inherene alo social
implica renuncar al ideal de una sociedad democratca como rea-
lizacion de una perecea armenia o tansparenca, El carter demo-
‘ratco de una sociedad s6lo puede venir dado por el hecho de que
hingin ator social limitado pueda aerbuirse la eepresentacion de
la tocaldad yafiemar que tene el scontrol» de los fundamentos.
Por consiguent, la democracia require ue la naturaleza pus
ramente construida de las eelaciones sociales encuentre su comple
mento en los fundamentos puramente pragmaticos de las pre
tensiones de legiimidad del poder Est implica que no existe una
distancia insalvable entee el poder y Ia legitimidad, obviamente
no en el sentido de que todo poder sea automaticamente legtimo,
sino en el sentido de que: a)'si un poder cualquiera ha sido inca
‘paz de imponerse, es porque ha sido reconocido como lepitimo en
Algunos circles, yb) sla legitimidad no se basa en un fundamen:
{0 aprioristco, es porque esta basada en alguna forma de poder
exitosa, El vinculo ente la legitimidad, el poder y el orden heye-
‘ménico que esto implica es precsemente lo que exeluye el enfoque
Gelberatvo al postal la posibilidad de un tipo de argumentacién
‘acional en el ue se ha eliminado al poder y donde la leitimidad
‘eneentra su fandamento en la racionalidad pura
Una vez que el terreno terico ha sido deineado de este modo,
demos empezar a formular na alternatva tanto para el modelo
Ge agregacion como para el modelo deliberativo, una alternaciva‘que propongo denominar «pluralismo agonistico».” Para aclarar
Ja nueva perspeciva que estoy proponiendo: se necesita una pri-
‘mera disincion la dstncin entre sla politica» y «lo politico». Con
slo politico» me rfiro a la dimension de antagonismo que cs in-
hherente alas relacioneshumanas, antagonism que puede adopear
‘muchas formas ysurpren disintos tipos de relaciones socials. La
«politica», por otra parte, designael conjunto de prdcticas,discur-
sos einstituciones que tratan de establecer un certo orden y orga-
‘za la coexistencia humana en condiciones que son sempre Po-
tencalmente conflicivas porque seven afectadas por la dimension
de slo politico». Considero que sso cuando reconocemas la dimen-
sin de lo politico» y entendemos que «la politica» consiste en do-
:mesticar la hostilidad y en intentaratenuar el antagoniamo poten-
ial que existe en las relaciones humana, podemos plantea fo que
‘onsidero la cuestion central de la politica democratica. Sein los
"acionalistas, esta cuestion no consste en cémo alesnear un com
senso sin exclusén, ya que ello implicaria I eeadicacon de lo po-
lkico, La politica se propone la creacin de la unidad en un con-
texto de conflcto y dversidad; esta siempre relacionada con la
creacin de un snosotzoss mediante la determinacion de un ellos»
La novedad dela politica democritica no ela superacin de esta
‘oposiién nosotrosellos~que es una imposibilidad~ sino la dife-
reate forma en que és plantea. La cveston cracil estba ene=-
tablecer esta diseriminacin entre el nosotros yells de un modo
‘que sea compatible con la democraca pluralist.
Considerado desde el puneo de vita del -piuralismo agonist
«om, el objetivo dela politica democriica es constuir de tal forma
cl ellos que deje de ser preibido como un enemigo desta y se
‘conciba como un sadversation, es det como alguien cuyas ideas
‘combatimos pero cuyo derecho a defender dichas ideas no pone:
30 Tl x gu dfn el para ago un ete de pes
cn pusicio qc Radar Rony lamar ana deca: escape
‘i del epi ral democrat, aucenpenin ops days
[rani trons de edna conic, Po connie lr
Im mii que yo defend dete Singin dela omen ge bn ryan
tlimamo termi prs eerie nmap iad ete non soe
‘kefomas sews loge conases coms la tna vr, nvr de
LS gee! iain agornco no mi qu een, Ves en Jae Gy
‘heme We Pon ae sie Co ot soy fe ane
mos en duda. sees el verdadero significado de la tolerancia ibe:
ral democritica, ue no implica condonar las ideat alas que nos
‘oponemoso ser indiferentes alos puntos de vista con los que noes
‘amos de acuerdo sino trata @ quienes los defienden como a lei
timos oponentes. Sn embargo, esta categoria del eadvesario» no
, el objetivo de la politica democratica es transforma cl a
tagonismo en agonismo, Eto require proporcionas canals att
ves de ls cuales pueda dase cauce a la expresin de las pasiones
[a primera obligacion de la politica democraica no consieen el
mina las pasiones de a esfera de lo pblico para hacer posible el
consensoracional, sino en movlizar esas pasionesen la direcin de
los objtivos democrticos.
Una de las claves de la tess del pluralism agonisico es guy
lejos de pone en peligro la democracta, la controntacién agonisticn
«es de hecho su propia condicin de exitenca, La expecfcidad dela
moderna democracia reside en el econocimiento yen la egitim
«in del conflict, y en la negativa a suprimirlo mediante la impo-
Sicidn de un orden autortario Al romper con la representacion sia
halca de la sociedad como un cuerpo onginico -representacion qe
fue caracteritica dela forma holista dea organizacion social, una
sociedad democratica reconoce el plralismo de valores, el =desen-
antamiento del mundo> que diagnosticara Max Weber y los ine-
‘itablesconfictos que implica,
Estoy de acuerdo con quienes afirman que una democraca plu
ralistaexige una cera catidad de consenso y que requierelealad
Tos valores que constituyen sus =principios eico-politicas. Sin
embargo, dado que estos principis éico-polticos slo pucden
exitir mediante un gran numero de iterpretaciones diferentes y
onflctivas, tal consenso seréforzosamente un sconsenso confi
tivo», Estes de hecho el terreno mis frecuente de a confrontacion
agonistca entre adversarios. Idealment, la confrontacign deberia
tScenificarse en torno a las diversas concepciones de cudadania
‘que corresponden alas diferentes imterpretaciones de los principios
{tico-poitios: la liberal conservadora, la soialdemécrata, la neo.
liberal la radical democritica,ercétera. Cada una de estas concep-
‘ionespropone su propia interpeetacin del sbien comin y tata de
poner en pricica una forma diferente de hegemonia. Para fomen-
tar la fidelidad asus insucions, un sistema democrticoexige la
Aisponibilidad de esas formas contendiente de identficacién civ
‘dadana. Ella proporcionan el terreno enel que ls pasones pueden
smovlizase en tomo los objivos democrtcos para as rans
Foxmar el nragonsmo en agonsmo-
‘Una demorraca gue fancionecocetameneexge librante
xtra poncone polices S20
Site, exe cl peligro de que ext confontacin democrtiea se
Sts por una confrttacin ene nas forma de Hen
Scion clacva como sucede enc caso de a politica de ident
GEaCUa exces nfo en el consenso unio al rechaso de la
fenfronacign, conduc ala spats yal dtanciamitnto sepecto
{els pertcpacon politica, An pon el read puede ea
‘Sitlcin de le psionescolcias n foro a cuestons gue
tt pueden getionare mediante an prostso democratic, Ta eX
ploion de fos antagonsmos puede omperen pedo los rope
Findamentor dea cided
ores ran, el eal de una democraci plurals no puede
cons en lana conseno raconal en sexes publi, Ee
omens no pone exe Teneo qu aceptar gue todo conse
So ete como rsa temporal na genni provisional,
‘Smo una eabiactn dl odes y que sempre mc signa
forma dexlson Lis ens eu poder posra er nko me
lane un debate racional de go spied potas sn
in pura rsionaliddsonlasones que pueden poser en pero lx
inch democrns
iar ncg c modelo del democracia diberativ ela i
seni del acter ndetble no eradicate dl atagoniso,
monn que es consttuiva de Wo politico. Al posi xen:
Sia de una esfera publica no excuyente de deliberacn en lagi
der obtener un comesoraina la democracadeberativa me
Ela natural inberenemcne coins dl parla moder
So tae modelo es capa de conocer gue pone naan dle
eracn algo que siempre cel resultado de una decison que
{xclye tas pode, y ue auneadeberamo neat 4
Sur a responsabilidad de ibs deciéninvocando ol pera
Yo dea ela los prinpos generals, Esta sa raz Se que
Una perspective comols del pluralism agonisicos, que revel a
impos de enabler un consnso sn exlsin ea def
‘Encl importa para a pltcndemocrica. Al preveios
ors aon de que podria ser face real alin verona
Semocracacompleamctlegrada, nos olga amantees wv a
Stroversa democrat. Df margen pats dicrcpanciy ta. Teas promoverIaeiquets de =centro izquierd2>,
Bini y sus asesoresintentan ahora evita, por regla general cual.
‘quer referencia al conjunto dela izquierda. Desde $0 victoria, el
‘Nuevo Laborismo empez6 a vendesse asf mismo como un movi-
‘miento radical, aunque de un tipo nuevo, como una tercera via en-
trea socaldemocraia y el neolberalismo, La ercera via, vendida
‘por Tony Blair como una »Nueva politica para un nuevo sig» e
tun Panfleco Fabiano, se considera como una politica que ocupa
‘una posicin que al situarse or encima de a izquerday la derecha,
se las arregla para superar su antiguo antagonism, A diferencia
el centro tradicional, que esté en medio dl expect politico que
Separa ala derecha de la inquierda esta tercera vi, se nos dice, es
‘un «centro radical» que transciende la tradicional division entre la
inquierda y la derecha mediante el expediente de articular temas y
valores provenientes de ambos lados en una sntsis oueva.
‘Uno de los intentos realizados para teorizar este modelo su
;puestamente nuevo dela politica progresista es el efectuado por
‘Anthony Giddens en dos desu libro: Mas all dela equierda9 la
2
‘xa perspeciva dela politica es realmente engaioso y queen vez de
‘onducirnos hacia una mayor cantidad de democraia, ¢leentrsmoradical que defiende el Nuevo Laborismo es de hecho una renuncia
1 los principio basicos de a politica radial
EL defecto central de intento que leva cabo los webrcos de la
tercera vin de modemnizar la socaldemocracia reside en que se basa
tenia usin de que al no defini a un adversario, resulta posible elu
Gir los conflictos de intereses fundamentals. Los socaldeméeratas
‘nunca cometieron este error. Como sefala Mike Rustin, la socialde-
‘nocraia tanto en su variate de derechas como en su version de -
{ierda, sempre tuvo en el capitalism a uno de us antagonists, y
‘Ss tateaconsisti6 en hacer frente de manera global a os problemas
‘Sntémicos de desigualdad e inestablidad que generaba el capital
mo2 El enfogue de la tercera via, por el contrario es incapaz de
fsprehender las conexiones sstémicas que existen entre las fuerzas
del mercado global y la dversidad de problemas desde la exclusion
hasta los riesgos medioambientales~ alos que pretende enfrentase.
De hecho, la principal defciencia del andlsis de Giddens con-
siste en que parece no Set conscinte dela dristicas medidas que
se requerieian ara levar a ‘de sus propues-
tas. Queda muy bien anunciar que no deberian existe «derechos
sin rexponsabiladess ni sautordad sin democracian, pero zeomo
van a levase esos programas ala pricrica sin plantear un profundo
‘esafo a las esracturas de poder y autoridad existents? Sin apelar
lipo de total derracamiento del capitalism que algunos marastas
‘efienden, no hay dada de que puede reconocerse que, en una pol
tica radial digia ala democratizacio del sociedad, no es posible
‘iminar alguna forma de lucha antcapitalista,y que sia la rans
formacion de la configuracion hegeménica dominance pocos cam
bios sen posites,
‘Como ha sefilado, ene otros, Alan Ryan, existe un verdade
ro agujera en el corsz6n de Ia politica Iaborista, porque al haber
abandonado la idea de que la peopiedad de ls meios de produc-
‘idm era tuna cuesti central en politic, no han sido capaces de
poner ninguna otra cosa en su lugas" De abi la superfcialidad
{de vu esrategia econdmica. Creen que establecee progeamas mo-
‘ales para volver a moralzar los pobres que preparar ala gente
para fa flexibildad bastard para crear la buena Sociedad inelu-
2 Mike Rain, Editor, Soundings 1, pi 8 primavera de 199.
5, Alo Ryan “Bei Reig the Td Wis Das p,m.
eva de 1998,
vente cuyos valores predican. De hecho Ia declaracién conjunta en
la que Blair y Schroder perfilaron su punto de vista sobre la teree-
‘via en Europa, ademas de exponer un programa de desceguls-
in y de reduecidn de impuestosatenuado por a incervencin del
frente a proporcionareducacion y formacin,
‘de acabar con os conflicts en los lugares de
mn espiita de comunidad y solidaridad con e in
Ge retorzar el didlogo entre todos los grupos dela sociedad.
No es de exteaar que en esa perspectiva no haya sitio para
responder adecuadamente alas exgencias feministas pues, como ha
‘mostrado Anna Coote, no encajanen la vision de Blaic de una po-
lea indolora para Inglaterra." Para que las mujeres increment
an su poder politico haria falta que ls hombres cedieran ao del
suyo. Pero, afiema Coote, el Nuevo Laborismo no esté preparado
para dar eabida a un juego de todo o nadas no quiere perdedares,
‘xpecialmente entre lot votante ingleses. Ademas, est irgido por
un eerrado circulo de hombres blancos perenecents a la lite que
slisfrtan dl poder y no quieren cederi.
Conflicto y democracia moderna
EI Nuevo Laborismo represent el eemplo mais laro dela clin-
tonizacin» de a socialdemocraca europea, pero, tl como atstigua
la recente declaracion conjunta britintco-alemana, las sefales del
virus de la tercera via esti peesentes en todas partes ya enfermedad
podria estar extendiendose. Sus rics han de encontrar en el hecho
‘de que la aceptacion por parte de la inqueeda del importancia del
pluralismo yl insitacions liberal democratcas se ha visto acom-
patiada por la creenciaerrdnea de que eso signifiaba absndonar
ualguirintento de oftcer una alternatva al actual orden hegems-
fico, De ahi la sacrlizacion dl consenso, el borramieato dela dis-
‘incin entre la iquienday la derecha y a urgenca que manifesta
actualmente muchos pactidos dela iaguerda por steare ene centro,
in embargo eto pasa por alto un punto crucial un punto re
lacionado no solo con ia evidencia primaria dela lucha que se de
sarrolla ena vida social, sino tambien con el papel integrador que
4. Am Coot vlad ontop at Number Tee, The Guodian 1 de may
19dkeserpetin el conic ena demoxraia madera. Como a hea
‘umenrado alo argo de estos emsayos, el ariter expectco dela
{Emocracia moderna reside ene roconocimicao ena lpia
‘onde conc, como en neptiva asuprmilo mediate a
{impoicin de un orden autora. Una democracia qe uncon
Conctameat exige una onfontacin ete as pons pli
‘Ss democracy y eto reser debate el tbr as pols
stematva,Dehetho el consereo es necesari, pro debe acon
aad del derscurdo, No exit conradioion en el echo deae-
fat est, como dsearian algunon. El consenso es ncesaro en las
Itattcines qe som onsttvs del emocrca Per siempre
Cri um denacoerdo eno gs refers al modo n que debra
leva a pecs aja scien dias instuones. En
ta democratia pluralist, dicho desacuerdo debe considrarsele-
{timo y sex de hecho, ben recibido Padcmos extar de acerdo en
tEimporcancia de la ibercad y a igualdad par todos» pees que
steno en franco desacerdoreapeto ao que extoighia yrs
Fes lo ue a con iro and, eran
erie en pric, con To que ello implica en canto ala if
fents configuraciones delat rlaciones de poder. Tal e precisa
mentee tipe de desaoerdo que conatuye el meollo dea politica
Tenors y sobre eto ha Ge vera a och eee a ager y
la derecha. En consecuenca en liar deabandonaras por acu
das csmor eens eats Cando as rons pias
se ruler borrow dams Gea polio est obseacleada
4 oentorpece la constocn dels dedade olics din
Selnwala cl desires hacia los pardos polos y se desineetiva
In partcipacin enel proceso polio. Por desraia como ya hemos
fmpeado a presence en michos paises, lead no una 0.
‘fed armonca y ms mar en a ue no exten agin dvi.
‘es el aged or ip de dents coletivon srpadas en
tomo‘ formas de idetfeaion religss, naconaliea 0 Enica En
‘ta palabras evan fa confront demoeritiadesapares, lo
pelo ens dimes antag se mans a avs de oros
nates, Lor antagonsmos pueden adopear mucha formas yesh.
{Si creer que odin lear er ciminados alg da Esta a.
2 de que sea prefer dale una slida poi dentro de un i
tena desta plural y saponins
deplorable expecta qu da Estados Unidos con a ria
lzacién dosent policos proporcionan buen ejemplo dea
ddegeneracién dela esfera pli democttica. Fl culebrén sexual de
‘Cinton fue una consecuencia directa de este nuevo tipo de mundo
politico homogencizado e insuso que resulta de los efectos de st
‘strategia de riangulaién.Fsta, sin duds, le prmitié ganar un se-
sgundo mandato, ya que neutraliz6 a sus adversarios mediante una
‘abil uilizacion de ls ideas republicanas que agradaban a los vo-
{antes y su combinacién con politieas de taquetda en cuestiones
felacionadas con el aborto y la educacin Sn embargo, el cose de
tal estratega fu el de empobrecer ain mais la esfera de una pol
tia publica ya anteriormente deblitada.Deberiamos damos cuenta
de que una falea de controversia democritica en relacin con las
verdaderas altemativas politcas condace @ antagonismos que se
‘anifistanen formas que socavan la propia base de a esfera p=
blica democratca. El desarrollo de un discurso moralisay la ob-
sesiva revelacién deescéndalos en todos los mbitos dela vida, asi
‘como el aumento de varios tips de fundamentalismo religioso,
son con demasiada frecuencia algunas de las consecuencias del
vacio creado en la vida politica pot la ausenca de formas de iden
tificacién democratica informadas por valores politicos rivals,
Esti claro que el problema no se limita a Estados Unidos. Vina
mirada a otros pases en los qu, debido a a existencia de raion
nes diferentes, a baza sexual no puede agarse tal como se hace eh
cl mundo angioamericano, muestra que la eruzada contra la corrup-
«in y los pactos merquinos pueden desempehar un papel parcido
en lo que se refiere a susttuit la ausencia de una linea de demarca
‘in politica entre los adversaios. En otras circunstanci, sn em
rg, la frontera politica podria wazarse en torno a la ientida-
teligiosas 0 en torno a valores morales no negociables, como
sucede en el caso del aborto, pero lo que esto revels, en todos los
«casos, ¢s un défcit democratico creado por el desdibujamiento de
la division entre la inquierday la derecha asi como por la trival-
‘acion del discurso politico.
El reciente predominio del poder jurdico también debe enten-
derse en el contexto del debiltamiento dela esfera politica demo
critica piblicaen la que debera tener lugar la confrontacion ago-
nistica. Dada la eecientimposiblidad de concebir los problemas
de la sociedad de una forma policamente adecuada, existe Una
‘mareada tendencia a privileyiarel campo juridico ya esperar que el
derecho proporcione ls soluciones a todos los tipos de confictos.
[La esferajuridica se est convirtiendo en el terreno en el gue losconflictos sociales encuentran forma de expres, ys conside-
fa eel sistema legal responsable de organiaat la coexistenca
omana yd ela ns rlacioes sociales. Con el borramiento de
la dvi ene a iaqerds ya dereha, a sociedad liberal de-
‘moctatieas han perdido capacidad de ordenarsimbolcament as
Felciones socials deforma police, igualment a capacidad de
{ae forma alas decones fs que han de hace fete mediante
“cursos polices
Te actual hegemonia del dscursojuridic encuentra defensay
coneecion tei en persons como Ronald Dworkin, que aia
ta prmacia de un poder judicial independiente, un poder que €
onsdor el inerprete dea morlad poles de una comunidad
Seguin Dworkin, fas costones fundamentals sls gue ha de
itemarse una comridad olla en ls irest dl deseo, ae
ecto, la censura la ibaad de asacacon, etter, quedan me
for resets los acces intervenen con tal de que iterpeten ft
“Ssttucion hacen referencia pein dela ala pola,
Soda muy poco espacio al dete plo.
“Ses cousenencisinchso mas prveapate ac, del di
democtitio unido als obesin de a pola cenit eel papel
{da vez mayor auc desempetan Tos parrdos dea derecha popu
Ita De hecho, lo que yo planeo ex qu el aumento de ete upo de
partidos debera eatenderse ene contexto de una forma pola
frarcada por elsconsenso de eto, que pet a Ton parties
Popaltas desi elcomsesso dominant ysparecer com stn
Ears anita capaces de epresetar la vountad del pu
Wo. Merced 2 una hab etre poplita, pueden ardcular mo
‘has petkiones de los scores populares tachados por ls tes
tnodeniadora de etrradon¥presenrrse como [os ics a
fants dela soberania dl pusblo, Creo que esta stuacion nob
inia sid posible ss uber dispuesto de mis opciones pics
feales dentro del espectro democttcotadconal
La politica y lo politico
Por desgacia el enfoque que prevalee en la teoria politica,
nitarsta” No es de extaiar que el Nuevo Laborismo sea incapaz
de olerar la expresion dela disdencia,expresion que considera una
amenaza para Su propia existencia. Sin embargo, a esta politica sin
adversaro le sale el tico por la culata. Al pretender incluie a todo
11 mundo en sel pueblo», el Nuevo Laborismo contibuye arepro-
uci a subordinacion del propio pueblo al que, supuestamente, ee
presenta y defiende.
2, Niklas Rose, «Communi, Cizeship andthe Third Way e0D- Me
sedpthy [Minn eomp Citzonip and Carl Ply, Landes, 198.
Ua inquierday la igualdad
Lz politica radical no puede stuarse en el centro porque ser
radical ~como muy bien sabia Margaret Thatcher, a diferencia de
“Tony Blai~ es proponerse una profunda transformacion dels re
laciones de poder. Esto no se puede llevar a cabo sin trazarfronte
1 politica y sin definir un adversario o incluso un enemigo. Por
supuesto, un proyecto radical no puede tener éxito sin ganaise a
tana amplia variedad de sectores. Todas las victorias sgnicaivas
de a inquierda han sido siempre resultado de una alianza con im-
portantessectores dels clases medias, cuyos intereseshabian sido
Articulados con los dels sectores populares. Hoy més que nunca,
dicha alianza es vial para la formalacion de un proyecto radical
Pero esto no significa que dicha alianza requiera permanecer en un
terreno intermedio yexjatratar de establecer un compromiso entre
cl neoliberalsmo los grupos alos que oprime. Hay muchas cues-
tiones que concieren sla provisgn de unos servicios publics de-
centes ya la creacidn de buenas condiciones de vida, condiciones
Sobre las que podria establecerse una vastaaliaza. Sin embargo,
testo no se puede producr sin la elaboracién de un nuevo proyecto
Thegeménico que Yuelva a intuit en la agenda la lucha por la igual
dad que ha sido descartada por los abogados dl neoliberalismo.
‘Quiad el signo mis claro de la renuncia a su identidad de i=
‘guierdas por pare del Nuevo Laberismo sea el hecho de que haya
Aabandonado esta lucha en favor de la igualdad. Gon la pretension
‘de estar formulando un concepto de igualdad social democratica,
los seguidores de Bai han evitado usar el lenguaje dela rdisrbur
‘in cone fin de hablar excusivamente en terminos de inclusion y
‘exclusion. Desde su punto de vist, la mayora dl puchlo pertene-
‘ee a las clases medias las nicasexcepeiones son la pequena élite
de los muy rcos por un lado, y lade los -excluidos» por otro. Esta
nueva estructura sociales lo que proporciona la base para el son
enzo de centro» que invoean, Vemos aqu una ver mis, que si
Principio fundamental es que la sociedad ya no est estructurada
‘iediante relaciones de poder desguales. Alredfiir las desigual-
dades estracturales sisteméticamente producidas por el sistema de
mercado en trminos de exclusia,elden cualquier tipo de anlisis
cstractral de sus causasy esquivan a fundamental cuestién de qué
flo que debe hacerse para abordaras.;Como sila misma condi
‘in para Ia inclusion de los excluidos no exigiese como elementorinimo un nuevo modo de regulacin del capitalismo que permita
tuna dristica redstribuci y la correccié de las profundas des-
‘ualdades que ha traido consigo la larga década neoliberal!
{a actual evitacion por parte del Nuevo Laborismo del tema
de a igualdad y su creciente acepracin de las desigualdades es de
hecho muy sintomética. Tal como nos recuerda Norberto Bobbio,
Inia de igualdad representa la cohumna vertebral dela perspectiva
dela izquierda, mientras que la derecha, en nombre dela ibertad,
ha petmitido siempre diversas formas de desigualdad. El hecho de
{que un cierto tipo de deologi igualitara haya sido wilizado para
justfca las formas toralitaras de la politica no nos obliga a aban-
ddonar en modo alguno la lucha por a igualdad, Lo que hoy en dia
texige un proyecto de nquierda es considera est lucha por la igual-
‘dad, que ha estado siempre ene centro de la socialdemocraci, de
‘un modo capaz de tener en cuenta la multiplicidad de relaciones
sociales en las que es necesarioenfrentase ala desigualdad.
"No es mi intencién defender agut la socaldemocraciatadicio-
nal y pretender que proporcione la slucion i el thacherismo favo
{xio se debid en parte que fue capar de volver arscuaren su fa.
vor el resentimiento populae contra las earencias dela socialdeme-
«raca, Las defiiencas de la socialdemocracia tradicional se debe-
‘ron a su falta de comprensién de las formas de subordinaién de
‘nturalezano prneipalmente econémica, Esta esa azn de que el
Srgimiento de nuevos movimientos sociale revulara ser un mo-
mento decisivo en la erisis del modelo socialdemacrata. En muchos
paises esto ha favorecido ala derecha, que fue capaz de aprovechar
Ins ventajas de esa rss para movilizar un respald ala eaclon neo-
liberal contra el Estado de bienesta. Por consigient, sera necio
eer que la solucién a nuestros actales problemas pudira ser el
fetomno aun modelo socialdemécrata keynesiano, incluso aplicin-
oto a nivel europeo. Lo que hoy en dia necesitamor es guna for
ima de «politica postsocialdemecrata», a condicign de que esto n0
signifique volver a wr punto anterior la scialdemocraca yHegat
‘un punto de vista liberal presocaldemécrata, sino, al contearo,
avanzar hacia un tipo de democracia mas radical y pluralist, sin
embargo este género de epresion parece ser precisamente el ipo de
imicatva que se encuentra tas la lgica de muchas de las politics,
‘gomo el bienestar parse trabajo, por las que aboga la tercera via
Para abordar la mulipicidad de formas de suboedinacin que exis
ten en las relaciones sociales las eelacionadas con el enero la
raza, elentorno y la sexualidad-, la politica
debe ser concebida en términos de «democracia radical y ploral>,
‘como la extensén dela lucha por la igualdad la libertad en una
Aamplia gama de relaciones sociales.
John Gray, eritieo de la socialdemocracia desde hace muchos
afios, elogia al Nuevo Laborismo por haber abanonado una idea
redistribusivay socialdemécrata de lajustcia, pero se preocupa de
‘que no la hayan susttuido con nada. Gray insta al Nuevo Laborsmo
2 veinvenar una Gran Brea liberal abrazanda el Neewo Liberals
‘mo que defendian en las primerss décadas dl siglo xx L. T. Ho-
bbhouse TH. Green. Segin este tipo deliberalismo, dice Gray, las
desigualdades econémicas no se consderaban injustas y la cues.
‘én principal era la de conctiar las demandas de la elecion ind-
vidual con las necesidades de la cohesin social
‘Considero que Gray establece una falsa dicotomia entre la
‘igualda yl libertad individual. Sin duda, siempre existed una ten-
Sion entre ambos valores, instil eee que podrian conciarse a
Ja perfeccin. Pero esto no significa que no dehariostratar de me
jorar ambos y que rengamos que descartar uno para procurst obte-
fer el oto. Para quienes tn se sigue idenificando con la inquer
da existe formas de considera I jstica social que mantienen un
‘ompromiso tanto con el puralismo como con la igualdad. Por
ejemplo, en Spheres of Justice, Michael Walzer elabora este concep
to, um concepro que ei llama’ ,
punto de vista que sostiene que la politica democritieadeberia con
fiderarse como una interminable conversacion» en la que cada
imerlocuor deberia estar tratando constantemente de establect re
lacionesdialgicas con el «Otro» Sin duda, quienes defienden esta
perspectivainssten habitualmente, como Jo lo hago en la neces
sad de reconacer «diferencias» y en la imposibilidad de una com-
pletareabsorcion dela alteridad, Sn embargo, creo que al final, gal
{queen el modelo deliberativo, son incapaces de acepta lo
cn su dimension de antagonismo. Esto no supone subestimar sus
importantes divergencias. Mientras que los demécratas delibera
‘vos, co suEnfasis en a imparcaldad ye consenso raconal, en
dena formular loe fines de la politica democritica mediante el vo-
‘abulacio dl razonamiento moral kantiano, el segundo punto de
‘Vista eva el Ienguaje de Ia moraldad universal y consider lade
‘mocracia no como una custon deontologia sino como una empresa
‘éscas, como lainacabable bisqueda del econceimiento del Ot.
Para decilo de forma un poco mds esquemdtica, podramos hablar
dela oposiciin entree enfoque moral universalist y el enfoque ei
co-paricularisa. El vocabulario de quienes defenden la perspeciva
‘étcae proviene de una gran Variedad de fuentes filosicas: Levi
nas, Arendt, Heidegger o incluso Niewsche, y hay entre ella sign
ficatvas diferencias. Sin embargo, lo que falta en todas elas, como
‘suoede con el enfaque dliberativo, es una adecuada reflex del
momento de sdecisiéns que earacteriza al campo de la politica
Esto tiene graves conseciencis, ya que son precsamente esta de
‘siones, que siempre se roman en un terreno indecidble, ls que esteacturan ls elaconeshegemnis. Son deciones que impian
um elemento de ere y de ona que nunca se pace emia y
{ue noes posible sprehender decuadamente cone soo lenge
ria ica ya moralidad Necestamos hacer una teflon sobre lo
sie es propio dela polite
Scams laos. No estoy diciendo que Ia politica deba dso
ciarse dels preocupaciones aso motte, sno gues claion
debe plantearse de un modo diferent. Quserasugeie que im
posible hacerlo sin indaarla problemi dla natursleza de Ta
Socablidad humans, que informal mayor parce dl pensamiento
politco democrtico moderna are cata las carencas dela pets.
Pectva dominante hemos de volver a ts origency eto ey e-
Fido de lalusteacion. Una ga il para esta imvesigacin ela
Gue os proporcona PieeSsine-Amand en The Laws of Host
ity, unltbroenlqu propone una ancopologa poi del us
tac.” Al examina de cores los excritor de Montesqu, Vola
‘ey Rousea, Diderot Sade aor dela erpetvadesarollada
‘or René Gitard, Saint Amand pone en print plano e papel cla
‘e desempeado por la lic del itacion en el concepo oe
‘odo estos sos tienen dela sociabliad desvlando sl mismo
tiempo su mension rpm. aie Amand insewra de gué modo,
su iento de funda la pole enl Razon y Ia Naturales
tos Fil6sofos del Mustracion se vieronabocados a pest na
‘in open de la sib human, conterando la ile
‘lacomo un fendmeno acako que reimente no pertenece al
{utaleea humana. epi ells, ls formas de conde antagonists
Y violets, odo io gue saa manfestacion de Rosia pda
frradcase gracias al progreo de lor nercambios ye esrror
Ho dea socablidad, a siya cs una perspec dclzada dela
secibilidad que slo reconace un la defo que constiuye la
‘mica dela imitacdn, lee Sait-Amand indica como, en la
Silopeia, la tesiprocidad hamana se considera algo eclsva-
‘nent diigo ala ealzain del bien Est es posible porque solo
sen ncn oa pare de ly afer mic aon
hur est inclaos fa empata. Sn embargo, st uno reconoce a
‘avraleza ambivalent del concept de imitans dimension an
{agonista puede sez puesta en evidencia, Toque tenemos enonces
1. Pare Sis And, The Laws of Hoty Pic, Vee and the Ee
lm, Mine 1336
es una imagen muy distinta dela socibilidad. La importancia de
Girard estriba en que revela [a naturalezaconfitva de la mimesis,
cl doble vinclo mediante el cua el propio movimiento que une a
{os sees humanos en su deseo comiin hacia los mismos objeto se
tencuentra tambicn en el origen de su antagonismo. La rivalidad y
[a violencia, lejos de ser Ia parte exterior del inercambio, son por
tanto su omnipresente posbilidad. La reeprocidad y la hostilidad
no pueden disociarse, y hemos de darnos cuenta de que el orden
‘octal siempre se hallarésujeto a la amenaza de a violencia.
“Al negarse a econocer Ia dimension ancagonista de la imitaci,
los Filgsofos no consigueron comprender la compleja naturaleza
de la reciprocidad humana, Negaron el lado negativo deiner
‘cambio, su impulso disociativo. Esta negaci6n fe a condcion mis
‘ma pars la ficcién de un contrato social del que se habrian elim
‘nado la violencia ylahostilidad, yen el que la eeciprocidad pod
{dopea la forma de una comumicacion tansparente enre Los pa
‘icipantes, Pese a queen sus eseritos muchos de ellos no podian elu
{ir por completo las posibilidades negativas de ia imitacon, fueron
‘ncapaces de formular concepeualmente su carécter ambivalente
Esa naruralera misma de so proyecto humanist, la ambcion de
fundat la autonoma de lo socal y de garantizar la igualdad entre
los eres humanos, la que ls lleva defender una vision idealizada
dela sociablidad humana
‘No obstane, dice Sain Amand, Sade revela el canicterfcticio
de ste punto de vista, ya que denuncio la idea de un contrat social
€ hizo apologia de la violencia. Sade puede ser considerado como
tana forma de «iberlismo aberrante» cayo movil podria ser el de
‘ge los vicios privados trabajen en favor del vicio general. Sade n0
puede separarse de Rousseau, cuya idea de una comunidad transpa-
fente es eproducida por Sade deforma pervers Ia voluntad gene
Ie conver en a voluntad voluptuosa, la inmediater dela co-
‘municacidn se transforma en la inmediatez de ibertinae
1
La principal lecin que hemos de aprender de este breve viaje
4 los comienzos de nuestra perspectiva democratic moderna con-
Siete en que, al contrario de lo que argumentan Habermas y su s
‘Euldores, el aspecro epistemoloyico de a lusteacign no debe con-siderarse como una condicién previa de su aspect politico, es de-
‘is del proyecto democrtic. Lejos de constitu la base necesaria
para la democracia, el punto de vista racionalista sobre I natora-
Feea humana, con ss negacin dl aspect negativo inherente ala
‘sociabilidad, aparece como su punto mas dil Al exclu el reco-
nocimiento de que no es posible erradicar Ia violenci, hace qu la
teoria democritca sea incapaz de aprehender fa naturaeza de «lo
ico» en su dimension de hostiidad y antagonismo,
Los liberal contemporineos, lejos de ofrecer una perspctiva
mis adecuada de la politica, estn en ero modo menos dispuestos
fin que sus antecesores a econocer su slado oscuroe, Como fe-
‘mos vst, eeen que el desarrollo de la sociedad moderna ha esta-
blecido defnitivamente las condiciones para una sdemocraia de-
liberativas en la que las decsiones sobre asuntos de mutuo interés
resulten de la libre e irrestricta deliberacion publica de todos. En
tana sociedad democritica bien ordenada, a politica es seg ellos,
el terreno en el que deberd establecerse un consenso facional me-
dante el libre ejerccio de la az6n publica, como en Rawls, 0
mediante las condiciones establecidas por una comunicacion sin
Aistorsiones, como en Habermas. Como he mstrado en el capitu-
lo 4 los partidaios dela democracia delibertiva concen las eves
tones politicas como cuestiones de natualeza moral, por tanto,
como cvestionessuscepeiles de recibir un tratamiento raconal. Ei
‘objetivo de la democracia es establecer procedimientos que garant-
cen la posibilidad de aleanzar un punto de vista imparcial
Para empezar a pensar sobre la democracia de un modo dis-
tinto, ya es hora de comprender que la eritica dela epistemologt
de a'lutracion no consticuye una amenaza para el proyecto de-
‘mactitico moderno. Deberiamos hjarnos en Hans Blumenberg,
quien, en The Legitimacy ofthe Modern Age, distingue dos aspec-
tos diferentes en la Mustraci6n, uno de sautoafirmacione y oto
de sautofundamentacions.* Blumenberg argumenta que ambos
aspectos se han visto histricamente unidos, pero que no existe
tenee ellos ninguna eelacion necesaria y que ex posible separarlos
Por consiguient, es posible distinguie la iden de vautoafirmacién»,
‘que esl aspect autéticamente modenno dela Tlastacin, de ade
de sautofundamentacions, que es simplemente la ssecuperacion=
2. Hany amen, Te Lemay of he Modem Age, Cambri, Mas
hr 185.
de un planteamiento medieval, esto es, un intento de dar una res
puesta moderna a lo que no deja de see una custion premodema.
“Al seguir la exela de Blumenberg nos resulta posible comprender
{que el racionalismo, lejos de ser esencial para Ia idea de autoafir
macién, es en realidad un residuo dela problematca absolutsta
medieval. Las ilusiones de proveerse él mismo de sus propios fun-
ddamentos, isin que acompané al tabajo de la liberacion res-
‘ecto dela teoogia, deberan ser abandonadas,yla razon moderna
necesita reconocer su limites. S6lo acepeando la radicals conse-
‘cuencas de pluralismo de valores (en su version fuerte, nietzschea-
nao weberiana)y las de la imposibilidad de una armonfa completa
pode larazén modern lberarse de su hevencia premoderna
1
Una perspestva <ética» es, al menos en potencia, més condu
cente ala aprehensin de ls limites de la razon ya la concepeion
ela pluraldad de valores, y, desde luego, me siento mis proxima
‘los diferentes enfoques que mencionan curstiones de =ética» en
‘ver de asuntos de «moralidad. Sin embargo el problema de etot
cenfoques consist en que, pse a ser por reg general mis receptivos
lal papel dela retéricay la perssasin, asi como ala imporeanca de
Ins wdiferencas», adoleoen del hecho de que bien evitan, bien no en
fatizan suficentemente la necesidad de poner algunos limites al
pluralismo, y ademas no reconocen la naturaleza hegemdnica de
‘odo consenso posible ax como la violencia imposible de ercadicar
‘ue ello impli,
No me estoy refitiendo aqui alo que consdero como una for-
sma premodema de discurso sctico», a la etica neoaisotlica del
bien que invocan los comunitarstas. En El retomo de lo politico,
ya he destacado el hecho de que este discurso resula inadecuado
para una democraciapluralista moderna." Lo que tengo en mente
fon los enfoques sércos» posmodernos, enfoques que crtican
todo intento de reconcilacin Desde mi punto de vst, estos en-
foques no consiguen aprehenderlaespeificidad de lo politico por-
«que observan ef imbito dela politica a través de la lene de otro
juego del lenguaje: el de la cia. Esta es la raz6n de que su «ago-
2 Chantal Moe El eto deo poli, capil 2nismor 2 diferencia dl que yo defiendo haya climinado la di
rmensidn antagénica que es inherente a lo politico, El tipo de pl-
ralismo que aplauden implica la posibilidad de una pluralidad sin
antagonism, de un amigo sin enemigo, lo que eepresenta un 3go-
nismo sin antagonismo. Razonan como si una vez que hubiéramos
sido eapaces de responsabilizaros del otro y de comprometernos
on su diferencia, la violencia la exclusion pudieran desaparecer.
Estos imaginar qu seria posible laexistencia de un punto en el
‘que la ica y la politica pudieran coineidt a la perfeceibn, que es
precisamente lo que yo niego, porque significa borrar la violencia
Inherente a a sctabilidad, violencia que ningin contrato ni slo
igo pueden eliminar, porque constituye una de sus dimensiones. Lo
‘Que yo sugiro es que no puede garantzars nl desarvolarse la po-
ligea democritica mediante este borramiento. Al conrario, slo
econociend finalment ls tendencias contradictorias puestss en
‘marcha por el interambio social y la fragilidad del orden demo-
‘tice podremos aprehender lo que he preseatado en forma raz0-
ida como la tarea ala que debe enfrentarse la democracia la de
Como ransom pois antagonism preci aie x
wv
Para claborar mis propuestas favorables aun «pluralsmo ago-
co» he reeurido, en los capitulos anteriores, a varios dscursos
feéricos. La decoastruccién me ha parecido de particular ayuda
para citicar lo que el punt de vista del consenso ~tanto el «delibe
fativor como el de la stercra via>~ presupone en todas sus varian
tes, esto es a existencia de una esfera publica no excluyent en la
‘que se pueda lograr un conseaso no coercitivo. De hecho, como
‘muestra Derrida, ere punto de vista imparcal resulta estructural.
‘mente imposible por la indeidibilidad de lo que opera en la cons-
‘trucci de eualquier forma de objetividad. Ver la diferencia como
la condicidn de posbilidad para la constivacén de la unidad y la
totalidad, y como el elemento que, al mismo tempo, consttuye su
limite esencial, nos obliga a reconocer que la aleridad y la diferen-
“que he apoyado- como si se traase de una idea repuladora, cosa
{que embota su filo cortante. ;Cémo debe interpretrse la decons
fruccidn para evitar esta posibilidad? Sugiero que deberia enten
derse en relacion con lo que Derrida dice al examinar,en The Poli
tics of Friendship, el enigma dela «verdadera amistad’ Tal como
indica, dos som ls interpretaciones posibles la primera concibe
Ja verdadera amistad como una aré 0 un telos en cuya direcién
debe uno esforzarse pese no aleanzario nunca. En este caso, la
inaccesbilidad es meramente un distanciamiento que acaece en
Ia inmensidad de un espacio homogéneo; una via a recorer. Sin en
‘argo, dichainaccesibilidad tambien puede pensarse de un segundo
modo, esto es, en téminos dela alteridad que hace que la verda
dera 6 la perfecta amistad no sélo rsulteinaccesible como telos
concebible, sino inaccsible por ser inconcebibleen su misma esen-
ia, y por Consiguiente, en Su elas. De abi que la inacesibilidad
4 Vian gor sg on Rants on Deco ed Prag
Cn Mont np Destrcton ond Popa pa- 8 eis
Jer Dev, Te Pole of Pm, py 21-224, anes, 197.
(tat Poli des ait Mai roa 998)adquiera el significado de un obsiculo inherent l propio concep-
to de amistad. Grando a Pierre Aubenque, Deridaafrma que en
tstecaso pods decirse qu a =perfeta amistad se destruye ami
thas. Por ant, por un lado tenemos un tlos que es posible con-
Cebit ydeterminar pese a qu, de hecho, no pueda se aleanzado,y
Por otto el lor sigue senda inaceenble debi a que se contradict
2 Si mismo ens propia exncia”
eso decom luo ea doc rain
sin un eaqema similar puede ayudarnos a apeehender I ern
Cizenere modo que conc a emacraca un racionalia como
Habermas y I forms agonisia y problemstia que yo defendo.
End prime iso el consi deri consi cam an
aproxsmacion attic a la idea regoladora de una comonicacin
ite eiestrica,y los obsticulos son percibidos como parte de su
naturale empific. En el segundo cas, se reconoce la impos
‘dad concepoual de una democtaiaen i que se matecalicen aus
‘ia la atmonia En realidad, la democracia perfect se desiia
‘1 misma, Esta cs a razén de que debaconcrbirse como wn bien
‘qe slo exne en ia medida en que no puede ser skanrado.
v
Este énfasisen la imposibilidad conceptual de la reconcilia-
in, ges suficiente para aceptar la imposiblidad de erradicar el,
fantagonismo? {Nos proporciona el tipo de perspectivaétca que
fexige un concepto agonistico de la democracia? Varios autores
hhan argumentado recientemente que la wétca del psicoandlisis»,
tal como ha sido elaborada por Jacques Lacan, es lo que n0s pro”
porciona el tipo de xética de la disarmonia» que requiere la pol
fica democrtica,SlavojZidek ha mostrado el papel que desempe
Ja teoria lacaniana en lo que se refiee a socavar las ropias bases
6, tacondicsn sage el an dequ us debe dese elmaor in pata
sn amiga eo gu fo ate convea ens don Sembug noe pe de
‘cere poral mn eerazoes sono is 3 posblel on de sms
da Yee uty venoms goe eet co
lon ends sutra Qu Ss se nese si ce ye 20|
rd acl con aid,
sde una comunicacién ineersubjetva libre de limtaciones y de vio-
leaci.” De hecho, Lacan revela el modo en que el propio dscurso
8 autoritario en su estructura fundamental, debido & que, como
‘onsecuencia de a libre difusin de los marcadores de signfican-
tes, solo mediante la intervencin de un marcador de significantes
‘gue actie como pattn puede surgi un campo de significado co-
hherente. Para él el estato del marcador de significante amo, e
deci del marcador de significante de a autoridad simbolica, ciyo
fundamento reside Gnicamente en si misma fen ss propio acto de
‘enuncacin, es esrictamentetrascendental el gesto que «distor
siona» un campo simbélico, que «curva» su espacio mediante la
introduccién de una violencia infundada, es, en sentido esricto,