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Ford para mostrzmos tan hefmosamente de qué modo en cl tono y en la ordenacién de los materiales ests expucsto el 2unro, de igual manera que en lo privado est Ja metifora ide lo pablica de un mode indisaube, Af, los eupuestor alardes literarios de AI buen soldade son silo funcionales ‘ells del mexquine coraxén del senor Dowell: aplara- mientos, encubsimientos, silencios o desmesuras retéricas ‘componen los recovecos de un corazén individual que late al comps que marca su tiempo. Madrid, 1995 ELPUNTO DEVISTA Nos hemos reunido agu eta noche para hablar de no- ‘ela, Ustedes me han invitado generosamente para que ls tiga lo que pienso accra de ese arte ofc que practic, ‘con el que mantengo una exvafi reacén, ya que a veces ‘eo saber alguna cosa acerca ded yen tas oeasiones, e0- go In impresin de que no sé absolutamente nad Cesare Paese deci que la poss no se enuncis, sino ‘que se intent. En mi uabao trai, semo algo pateido ine parece qUe Soy novelita mientras oy ecribiendo una novel. Enonces, daa dl, y durante lags meses, voy des- cabriendo bajo la masa del lengusje as formas de esa novela que inenco (Miguel Angel decia ver cata bajo Ia masa del rmdrmol las fora de sus estauas). La urgencla por contar algo, que casi nunca 6s mes que un maketar conmigo mis ‘mo, un desorden interno -que tiene que vt on el desorden aque me rdea,y del que siento que formo, de algin modo, parte se impone poco a poco, ¥. despues de inntmersbes tamtes, encuentro el lugar desde el que: ibeo mira a co- sy, 2 partir de ahi vor que las die, dl itmo yl ensign con que as cuenta el pao dela fase yd peo de cada ap culo, Me descubro cantando una historia Durante todo ese iempo fescribo pra conocer ese de- 6 sorden: conozco lo que quieto decir medida que lo voy di- ciendo: sé lo que he esrito cuando lo leo), voy aprendiendo com un aprendizaje que lo es también de lo que es la novela, cst novela de la que, cuando extoy concluyéndola, hasta creo saber el lugar que ocupa respecto 2 otras que la precedieron; de cual se siente heredera y contra cud st levanta ¢ incluso dl juego de equiibrios que mantiene con sus contempori- reas A favor de quiénes y en contra de que habla A.quién le pertenece. Pero ese saber acerca de la novela se desvanece cen cuanto termina de esriie y cori las pruebas para su edicibn, y el espacio que deja libre el libro con su ausencia viene a ocupatlo una sombria perplejidad. EI mundo mi e- lacién con el vuelve a parecerme imposible de contat, De ‘nuevo, la deriva Regreso al lenguaje balbuciente de cada dia, vucho a imirat Ia vide desde donde ka mita todo cuanto nos avaslla por igual a miy a la gente que quiero: el periddico que leo cada manana, la ridio que eseucho, ln televisdn que me asalta desde la esquina de la barra de un bar, los discursos de los politicas y mantenedores del sistema, con frecuencia tos- cas, descarados, directs: y los de sus guardianes, que utl- aan lenguajes mis refinados y seductores que no vacilan en reclamar ser tratados como novelas 0 pocmas con la misma auroridad con que lo teclaman mis libeos: pero cuya lecrura me provoca indiferenci, © rechazo, incluso rabia, porque ‘sos guatdianes de las historias recorren caminos, que. aun- {que més floridos, me llevan como la inmense mayoria de Jas columnas de los periddicos, como kas opiniones de las tertulias que organizan las emisoras de televisién y radio~ 2 ‘se punta de visea del que yo quisiera escaparme cada ver {que me siento a escribir, un lugar desde el que no se apren- cde, porque rept farmulas ya dichas, que encubre la realidad bajo las palabras, cn ver de deseubrtl ‘Sacuide mi desgana la lectura de un texto que rompe con 7 cl juego establecidos de alguna otra novela, escrita reciente- _mente, © que me llega como una vor Fresca desde una lejania de siglos, porque tambidn ella se esforzé en contar 3 un hombre y su tiempo de otra manera Ia vsién de cera peli- cule o de un cuadro determinado, que capta un destello de vida del que de otro modo ne hubieran quedado ni huellas, revive en mi la iluién de que ain se puede contar desde otra parte Io que nos ese pasando, y excita mi deseo de volver 2 Incenta el aprendizaje de que tea una novela, lo cual et cast tanto como aprender una vex mis la relacién que mantengo De ahi, el malentendido que preside este instante de nuestro encuentro. Ustedes me han invitado a venir aqul a ue les hable como noveliseay hemos tenido la mala suerte de que ahora no estoy escibiendo ninguna novela, y vivo, por tanto, en la perpljidad de no saber qué pueda 0 debo ‘sctibir y yo mismo busco el significado que posee en extor ‘momentos para mila palabra novela, y quisiera comunicée- selo a ustedes, pero cémo voy x hacerlo, iyo tampoco lo en- ‘cuentto. Por eso, y para ver si podemos aprovechar de alguna manera este £210 que vamos 3 pasar juntas, para ver si sali- mos de esta perplejidad que traigo conmigo, he pensado ‘que, alo mejor, no seria malo busca el apoyo de quienes de. rentan la autoridad del lengusje para ver qué es lo que ellos nos dicen que pueda ser la novela. Escuchéndolos a ellos, |quizé podamos establecer nosotros nuestra poscién, acep- tando la de ellos décilmence; matizindola, 0 recharindols. Leamos lo que dicen los legitimadores del lengua, quienes deciden el sentido exacto de las palabras, acerca de lo que es la novela. Bsosjueces som, por lo que se refiee al idioma en el que escribo, los académicos de la Real Academia Espafola dela Lengua. Segin el Diccionario de le lengua espanol de ta Real Academia, que es el canon que esos sabios claboraron hace n tiempo y que petiddicamence revsan para ponelo al dla, fa novela cs ina «Ola lteraria en prosa ea a que se natra una acc fingidaen todo oen pats, y cuy fin es causa placer ‘tio a los ectores con la descripcino pura de esos ‘lances itcresintes, de caracteres, de paionesy de coxtum- bess. Hasta aqui lea la respuesta que la Academia da la ‘entrada snovelan, Vamos a ver si tal deinicin puede aya- sdarnos a iniciar resto didlogo en este momento de perple iad, aunque me parece a mi que, ya en una primer lec ta, la definicin del dicionaio no sienta esa descble, ttanquilzadora y lida base que buscdbams. Pra empezar, cs una dfiicdn que etd demasiado le- 1a de dsyurivas (jensen que dice cosas como ven todo 0 en pare, adescripcin o pintus, sucess o lances). y ya saben ustedes que as dsyuntivas son difciles de acordar con la cerceras (vo blanco 0 nego, le decimas ala gente cuan- dlo queremos saber con exacttad lo que piensa sobre algo, aunque los académicos parece que lo que quieren decienos ex ‘mis bien Jo contario: que, en su aepeién, pucden caber Io blanco ylo neyo) Si seguimos analizando lo que apunta el diccionario, en- seguida adverimos que identifica la novela con acc, bro: que lo bre y To pone a habla: Y que, erisamente ante las mismas palabras se interroga sobre cossdistinas 2 la vex, sabe po ells parte de lo que supieron los contem- porineos dela obra. Alpuien que le bien y que, por leer en ‘uo tiempo, lee lo mismo, y ambien ora cosa que el paso del tiempo ha depositado sobre el libros alguien que, en cambio, no podri leer lo que ese tempo wanscurdo le ha quitado al bro, porque el tempo =o lo olvidermos-erorio- ‘a también los libres hace desaparecer de ellos rasgon que sus contemporinensapreciarony que se han evaporado pars siempre EI mirar sé hacia el rexto exis el supuesto de que el lenguaje es un bien en si, que, desde su orgen slo se cono- east mismo yas mismo se wansforma,y 90 que ha ac: do como forma de comunicacién para eansmii relidades ‘exteriors ni que, cuando se fecunda, lo hace sobre todo con lo que ese exterior le aporta. Decir queso el text importa 1 que el esritor se autre slo de textos seria tanto como de- ir que dlengusje se nue slo de lengua y que la palabra compuestavaeropuertor ha nacido port el azar de dos pal- bras simples de orgen latino ques juntaron misteiosamen- tun day no porque el hombre nests nombar una e- ‘a realidad después de haber invenado el avin. Apicado al. terreno de lo noveleco, equals a decit que Londres, Pa 2 tis; Madd, Lisboa © Mosc no les apotron gran cost & Dicken, Bale Gude Ep de Quer Toa Yo, dee lego, no perderia lo mejor de vids iene tendo ccibir novelas se restate slo de am juego, de tt, tm bord de gancillo verbal utlizando ls iloe de un gé Lad nero que otros manejaron ances que yo. Por decir clara- tment: ile de dentro de les ibeor no vviers que ver con lo Alera, o apenas vies que ver con fo de fer, fa itera "me parceria um saberbio aburimient. A lo mejor, ex sélocuetion de crite Despreco, porque me burro mae cho eon ellos, los juegos forales, como me sbuten Tos saa ela reas mi mismos; aunque ms opinigno mi caicter aq no im portion fx Porous a aa Opinién dada, sine que we une lade buena pace de quie- nes durante unas cuantor siglo han prcicda sof © tre del que ara noche nos ecupars. Alo mejor no ed de tds recordar que todos eros grands novelas Tos que me he efrido fe tn momento -y tanot y tanfos ‘tor cuando enuncaban qué es Yo que querian hacer con au obra, pe ern Como referents (a, Cervantes queria esrb contra eras novelas de cabal, contirnos cl desmoronamiento de tos ideas que eran ya slo fata, lo que pretenian qucllo que los hata snare a ecb, a veces om pasion Ge mabe lo enferiny cal haps eo inreni en agp Ge ocuria era delve ocuransmo y la intansigen- Sates eames Gully belive ena ces mergentesen el de Baia, el peo afiiante des contr tres provincans, en el de aber, que as subi su Mar dle Bovry(vexcenas de cstumbres provineianas). Clo {que ambien ha habido ecrcres que eettan como mante- ee lgprelrfefetcnepaanlatarde tas damas del corte de honor def ina dea Fs loses 8 on una rosa y el perfume de sus cabellos con el del jammin, yy ba habido novelists a quienes no desgradaba el tiempo en que vivian y se negaban a que nada mi nadie ~incuidas las novelas perturbasesu paz. Esos an sido quienes con més ahinco han defendido la inanidad de los libros ance los hhechos publicos, los que se han reneontzado con su pasion sélo a ahora de defender la impotencia dels libros, sa in- ‘apacidad para hacerse of en el espacio de lo pablco. Ha habido ous novelists que, en cambio, delendian sensi dades con las que me identiicaba: que no escrbian para ha- lagu los oidos dela sociedad, sino que se mostaban écidos con ella, pero también entre Estos, entre quienes proponian formas de vide diferentes, muchos han esrito de un modo aque no me enefiaa nada nuevo: slo cosas que yo ya sabia que, por tanto, eampoco despertaban mi interés. No es i GGhencontat una nueva vor Rarativa, como no es fii en- conte un amigo Es verdad que no hay que crcerse demasiado a pie de la leea las airmaciones acerca de la intencién Witeraria que pueda tener un escior(examos harcs de leer declraciones ‘de autores cuyos textos tericos se dan de boetadas con lo aque ellos dicen que hacen en sus novela), pero tampoco po demos cerrr tonudamente ls ojos, sobre todo en casos como lor que aabo de citar, en los que Jo que declan pre- tender y el resultado que expresa su obra se acuerdan con notable preci. Hay un poderso hilo de le novela mo- deena y contemporines que ha tendo claro que consempla- bala actividadfteraria como un arte que, aunque nace en privado,y on fceuencia en la mis absolut sledad (se Erbe solo, se lee, por lo general, soo), sin embargo tiene ‘oluntd publica, Qual historia dees hilo Fiterato sea la de un largo cspejemo, aunque uno no acabe de llegar 2 creere que toda sa gente haya ecto equivocadamente y Sun en se caso, sat Furs, la historia de a Vieratura sere 4 sumitia en un feliz y hermostsimo error al que no me impor- taria en absoluto sumarme. legados a este punto, ¢s posible que no estuviera mal volver a la definicién que da la Real Academia acerca de lo aque la novela es, para al cabo de este largo paseo entre sus disyuncivar~ detenemnos un insante en el verbo que las pone fen marcha, y que noes otro que el verbo narrar. Recordemos {que esa defnicién empiera rcfrindose a la novela como tuna cobra liceraia en prosa en la que se narran. Mi concep cin de ese arte que me ha fscinado desde la infancia y que he practicado caincide con lo que dicen esos sabios que guardan la norma: ceo que la novela cs, sobre todo, narta- cién, El fruzo de alguien que quiere contar algo y que, si quiere contarlo, es porque piensa que, si él no fo contara, nunca habia existido, porque nadie lo contac. Quizé se pueda discutir acerca de los motivos que empujan a cada tual a contar 0 que quiere: y pesen mds para uno los tor ‘mentos de su alma, mientras que en otros sea més bien st vocacin social la que los lleva 2 esribit. Pero, en todos los ‘aso, st tortura, su desco 0 su ambicin privados culminan fen ese objeto publico que es a libro; porque et libro no es tuna pasiGn privada, sino su plasmacién publica, y esa volun- tad piblica ex la que, cuando To compra y lee, adquiere cl lector 2 quien la vida del novelista puede impostarle un ri bbano y admirar, sin embargo, su novela. 'Y asi, volviendo 2 lo pilblico, resulta bastante ligico pensar que el natrador que escribe desde La soledad de ba busqueda, y no desde el aparato de lenguaje que la sociedad genera obediente a las normas que el poder de cada época ‘marca, necesita establecer una estatepia mais ambicioss, ya que ha de imponee tna pausa en el ruido, abrtse paso en la selva de fos lengusjes al uso: podemos pensar que, cuanto mds en soledad nazca, cuanto menos apoyos tenga en su cn tome la obra literatia, seré mayor su esfuerzo, y, probable- 85 me is ilo gue ns dig Des el cdo dom pant ded lngsjcon que ta scedad sect a Gime misma peas ac ec pr lar Y pus ser ecuchade Dede cig, cir voters “oar con miso menor adorns ue edo el mundo of Chet sabe ye, Pare diel que ede ah pueda sa digo gue nos srpend Lohan dicho muchas wee lesa toes Lo dees Cr dune uc mane oon me chor ate y depute ty obs que nace cm Un Bio ya heh y es qu, co cambio, peceion ear el pico gu ec aprectindols, Con demas cues Set fs a ket como un ge evra de Gidea identi onl capa are seeds, gue ot sera, shan dso anes que aco que ni eando yo ce gue no ex era ures sms ets ‘sn is mis ordre ura nara on qu pure mer voc de dtr preset su papel dete i Salta pun qu lo nace ea pa n so ain dr conocietettamben, sobre odo un pedi de Sioibuctn depose en lenge (coma see cos porque ecu dene xo sive dee ove wad, {se ola). Une ous obra en pone en ented ho lpr gue lv mandaines han ena, spyando ‘it ob brs scr obre robs econ Dan It cone dee ana sensbidad coment de sho preljad.Alrobas ads sn lr qe penne cenal mundo gue ago, ms eas gue bua tr desde oo indo saan encom on quer: pict Sin ena posilidd de mundo ens Pree Bours, en ar pr, os dice que es lis emergent yas angi police use 5 fe ion cron de use podt = empateex trstat ction begue plano Y Renal ion gus, por Inopentey hus, pense tems munca 86 gona, aunque demasndas veces I ducacin de esa agoia pueda parecmos interminable y nos condunea al desinimo. Inco el epej al lado del camino de Stendhal debe- mos suponer que et puesto en cet amo =a eracraes ‘cecidn, sno dural tanto como a vida y se conndia com lly, dems, en determinadspoicién a favor de os tayor dl solo conta, que essa poscén—lo que los xpos sen lama pnt de vi gr desde dn- dese mit, acidemes que provocan que la reaidad que x rll sempre se ve sesgada por Ia posicién del ator Geiem adem, warts no én eo eo, Ye RE Sblo ve dese lo que ha aprendido aver ys jen To gue es desires. Por exo, wn rowel non ena, com la fain tralia desu tempo, eu propia radiogsafia Gals pensaba que tempo teri Jo defini la mirada del pucbl, y tambien lade as clases meas. Zola Csaba comencdo de que eran los destrrapados quienes t- nan en sus ojor -como aqucl pesonaje ue interpetaba Ray Milland en una pelicula los rayon equis que deaban desnuda fa impostura des époc. Pik conta el mundo ded a voluntad de los bolcheviquesjvene yvesidos con ‘haquetas de coer Unos ns han conta eo que pata que nose esfumara neceiaan contr en ton lio on clave ‘elisa; em primera o en trcera personas muchos se han e- Capado en sus tests 2 ls galasias buscando una metfora Que les sive pas expicine: han ataverado cl expejo de Stendhal para ver lo que habia det, oe han perio en bosques Henos de gnomos y hada. Los hay que han slid de au casa y han paeado por ls exepas, por as cals de Pars, Roma, Maid Londres por loe maraderos de Chi capo, los povos de pete mexicanas los campos de ra- tanjs de California. Lor novelas nos han mostado la ‘ucla del eral for dea lucha de clases, el ab timienco de apa a ila ridicule de certs compo 7 tamientos humanos; pero todos, desris de cuanto nos conta- ban, nos oftecfan una inquierud para que la comparticramos con ellos: una esperanza o un hotror. Todos not dejaron plasmado su propio retrato -el retrato de sus propias pasio- res en el cuadeo de cuanto ocuela a sa alrededor que pi taron para nosotros Alo mejor no esté mal que veamos cémo lo expresaba alguicn ran en aparienciaingenua como George Eliot, cuan- ddo confsaba su simpata por vesas pineurss (cle costumbees hholandesa) que reflejn felmente la existencia monétona y cotidiana, que ha sido el destino de muchos mis mortals, ms bien que una vida de pompa o de absoluta indigencia, de tigico sulrimicaco o de uns accién que revluciona el ‘mundo». George Eliot, al ponernos el alma burguess como «je que ordena su narrativa Heva a cabo una declaracién de posiciones tan explicita como la que Marx y Engels pudie- ton expresr al esribie el Manifeso Comanista. Del mismo ‘modo que los dos ceéicas del movimiento obrero buscaban ser portavoces del proleariado con sus textos de filosofla y economia, Geoge Elio, con sus novels, queria ser portavor de las clases medias y lo confesaba sin pudor. ‘Una de las grandes desolaciones del escritor ~de la que nunca se cura~ es la de no saber nunca si ha acertado al co- locare en el lugar que le permiee contemplar el dalory a ex peranza de su tiempo. Por eso, Jos novelists, ademés de no ‘elas, escribimos textos en los que intentamos exponer rues intencién, justfcar nuestro trabajo, cexxos como el ‘que yo escribo ahora. Volvemos por ese camina al ate con Fecha de Juan Gris. A mi me gusta expresario contando que {quien mira por el ojo de una cerradura, puede contemnplar un interior de habitacién en el que se encucneran zapatos y prendas de vestir abandonadas y pensar que es un cuarto ¥a- cio y desondenado, mientras que si la ceradura esté en otra posicin, desde la que, quizi se ve la cama que se levanca en 88 el centro del cuarto, puede asistir a una apasionada escena de tion en la que su protagonists, Heras por la psi, se fan desrendido precpadamente de as prendat que ve tian, La excenae que mustanambasceraduts son rae, porque ambas nos tmuesan specs de won masa com, Peto creo que xttemor de acuerdo en que alo a través de tina de ellas se contempla a historia que est ocursendo en tit habiacin, sin que eso dignifique que la or, al motat fu pacla, nor engafie, pong e cet que bay ropa aa por cel, desotden que parcr contarnos algo. Qui sca Hasta mis heroes la tz del sl que cc sobre cs objets ahandonados los envucv, Pero la eicena etd ociiendo nots parte El Angel de Ke wiela en oto ugar "Yhablamas de una cecradur, que ei: de una habit itn en aque el decorado es sempeee alemo; qué ma po. triamos dacs actea de algo tan complejo y cambiante com la vida mix, que ex el ambicio abe que lo largo desu historia se ha propueso la arava. Quin pus de sabereen la verdad, en el comecto punto de ia ciptz de dar cuenta de fo que extéocuriendo en un iempe deter- tinao, Saber con crea que a novela que exrbe es lg So ipa de prog i de eo, 9 drop ejes que cuelgan en un armaro y que hace om po geo e eis te Acca dad onic ule cabo Cer a novela caveats en un auevo tent. Cada fovea que ecibe es ua forma de espuci 4x pregun- ta quedd excrtorlleva congo de manera petmanen. Por eo, entre los pelgros que come un aor cada ver ques enpefis ener ara poor sea separ qe Ii encontrado exo ques lama un to: gr como es tito A los estudio, los cco, le facing decir y Sar cite dele ators, pro el autor ques convence de «que ha encontrado su exo pienso que et perdido, porque Cl so de lor teil que esis pra clborar na obra 89 no le serviréen la siguiente. Los autores con eto scaban es- trechando le literatura tanto como la realidad, para que una ‘y la orra les quepan en ese maletin de formas que arrastran dde novela en novela y que les lleva a converte en retsrica lo {que en un momento pudo sec un valiaso hallazgo, Digamos © que han renuncido a incencary se conforman con reprodu- ci, En sus memorias A libro abier, dice el dtector de cine John Huston: «Cuando yo ceniacatorce a quince aos, ha- blibamos sobre el “estilo” de un auco. Yo dudaba del signifi- ado de esa palabra. Era el estilo de wn autor su forma de ‘ordenar las palabras para diferencarse de los demds autores? {a} Un dia me vino como una revelacin: la gente exribe de forma diferente porque piensa de manera diferente. Una idea original exige una exposicién original, Asi que el estilo n0 ¢s simplemente una invencién del escritor, sino sencillamente la expresién de una idea central» Digamos, por volver a ‘nuestro ejemplo de la puerta y la cerradura, que los amantes hace dias que han abandonado la babitacn y nuestro na~ trador -con el estilo hechos sigue con el ojo pegado a ea ce- rradura que tan bien le moste la excena de amor y que aho- 11 solo muestra la desolacién de un cuarto abandonado, Y ya sé que también se hacen novelas dialogando con los rayos del sol que ahora banan sélo las detoladas baldosis del suelo de esa habitacién abandonada, extrayendo de ellas hermosos tefleos. Yo mismo estoy empezando una en estos momen tos. Peto, de eso, rampoco puedo i quiero hablar hoy. Por- ‘que, mientras escribo, noto que a luz del cuarto se adelgaza, Y que tambien en esa habiacion pasa el tempo, aunque sea tun tiempo inhumano, vacio y mineral Universidad de Duisburg, 1998 MATERIAL DE DERRIBO Let Site die qu ct apenas publcaa, Mio pie de imprenta que hace efeenca 3 primers ecg, repo los zzue de vida labor pina qu tiv que ser a Bes de 1073), Pr entnce, 0 aja en La Tard, una pe auc Ube hoy, bls, como tants otras eaparecd), sivas en un semisseano de la calle Sagat, a un paso de la plaza de Alonso Martinez en Madrid All, a rvs dela rene, as leg a noi de gue Juan Mae abla obteido tn presigow premio mexicano con una novela que, et ttl, retga pare de un veto del «Cars a sob el immo {ue pasa linge excrbicron Diniio Rico y José Ma ts Alfaro, Tain se dijo ensepuida que dicks novels, por tones poles, no se publica i rb en Espa [Aunque franqulimo eaba a punt de agorase por mera onsuncim del dicador. lps viva wn momento snes vel que prea que lo bios de a dct ys ero dad tan sperpeate aun después de que Franco more tun momen de wemendo desi, Ao econo el pro-{ pio Mareen el plage qu, en 188, re utos dsp de ‘ceria novela le puso ala edicinconeida y que con Sieré dina: «Esrib exa novela convenco de ue no sein publica ama, dice en dicho pedo tarda 1

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