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Sistematica molecular: cuando convergieron cuentapatas, miraestambres y calculistas de moléculas yy @ resefar mi escrito en dos temas intimamente rela- cionados; primero un resu- | men acerca de mi breve ex- periencia en sistemStica molecular y al | ‘que después uniré con los aspectos de biodiversidad y colecciones cientificas Hace casi cinco afos escrib! como ‘coautor un articulo intitulado “Caracto- res bioquimicos y nucleares en los mé- todos de 1a sistematica moderna”; el mes pasado tuve Ia oportunidad de conversar con el autor del mismo: Adrién Nieto, que actualmente esté terminando de su doctorado en Biolo- gia Evolutiva en la Universidad de Kansas. A él le pude comentar que en estos afios se habfan hecho grandes avances en biologfa molecular con gran repercusién en Ia sistemstica, de modo ‘que nuestro articulo, ademés de contar con imprecisiones, habla caido en casi ‘completa obsolescencia y apenas podria servir como mera curiosidad hist6rica, En ese largo articulo sostuvimos va- Fias tesis, de las cuales pueden rescatar- se tres para este escrito, pues considero {que contindan siendo discutibles: 1. La primera tesis citaba que la pretension de quimicos, genetistas y didlogos moleculares de reducir los problemas de Ia sistemitica, a aspectos bioquimicos, moleculares y a genes, era ‘una proposicién reduccionista muy an- tigua, al igual que la de algunos morfé- Jorge Llorente Bousquets: Museo de Zoolo- Bia, Facultad de Ciencias, uNam y Comision Nacional para el Conocimiento y Uso de Ia Biodiversidad Mesa redonda de Sistemstica molecular, 27 de agosto de 1992, Facultad de Ciencias, | logos, y cuando menos tenla medio sk | glo de existencia. En ese lapso habian Surgido mis tropiezos que éxitos, mis callejones sin salida que dinmicas prometedoras avenidas de conocimien- to Sin embargo, 1s descubrimientos y avances t6enicos de 1a ima década ruevamente se perflaban como muy promisorios y de hecho asl esté ocu- friendo, Tlustramos entonces varios casos re- tacionaios con Ia elecroforesis, el estt- dio de metaboitos secundarios comple- jos asociados con diferenciacion ‘mieromorfologea, por ejemplo, ipidos én insetos, y también dscuimos diver $08 aspectos relacionados con la se- cuenciacion de dcidos nuceicos: ADN mitocondrial y ARW ribosomal. En esia tesis concuimos que el valor taxonémi- co de los caractetes moleeulares tenia esHTULOI9 gran potencial, pero este valor, 0 su importancia, eran diferentes para cada tipo macromolecular, en la escala jerdr- quica de Ia filogenia bidtica 2. La segunda tesis senalaba que la discusién en sistematica molecular re- currentemente confundia y amalgamaba ‘una mezcla de distintos problemas, que inetufan, desde el valor de los caracte- res y las técnicas para su estudio u ob- tencién de ellos, hasta varios aspectos de la filogenia, como Io son la cronisti- ca, la genealogia, la polaridad o direc- cin evolutiva y e! significado evolutivo de Ja similitud, asf como una variedad de métodos de andlisis, los cuales era necesario diferenciar para aportar res- puestas més precisas, pues de lo con- trario se caia —de modo encubierto— cen las mismas discusiones bsizantinas {que ya se habjan superado con la polé- ‘mica de dos décadas entre las tres es- | ccuelas de pensamiento taxonémico mo- derno, a saber: la fenética, la cladistica | y el gradismo. Con ta constante confu- | ‘sin de los problemas no se aleanzaban | posibles soluciones y avances en siste- ‘mitica molecular. 3. La dtima tesis decia que los da- {os bioquimicos y moleculares no son la Panacea para la reconstrucci6n filoge- ‘nética, pues nos hace falta conocer mis acerca de sus funciones, variaciones y distribucion en el mundo orgénico, al igual que de muchos otros caracteres morfoldgicos, antes de especular sobre su importancia y valor en el estableci- ‘miento de las afinidades evolutivas de las especies. Los datos moleculares 0 los morfol6gicos, por sf solos, no son la respuesta a cada problema fllogenético; existe una Gnica historia filogenética por explicar, de modo que conjuntos de evidencia independientes pero con- gruentes entre si, apuntan al descubri- ‘miento de ese patron hist6rico. En abs- ‘acto, no existe superioridad de alguno 4e Jos conjuntos de caracteres; por otra parte, es de esperarse una gran com- plementariedad entre ambos tipos de studios en 1a Gogenia y clasificacion de los seres vivos. Como decia antes, después de cinco aos, nuestras tesis son discutibles; es- toy convencido de que pueden conside- arse conservadoras y en cierto modo para algunos— son tesis miopes ante 4a avalancha de datos, ideas y especuta- ciones que se han generado durante ese lapso. Pero, para otros, el adjetivo conservador adjudicado a nuestras tesis ‘no necesariamente tiene un sentido pe- yorativo, sino que puede significar que ‘son prudentes y escépticas, como a me- ‘nudo ocurre en la ciencia hasta que no hhaya teorias de mayor amplitud de ex- plicacién, mejores métodos y un orde- nnamiento sistematizado de toda esa in- mensa masa de datos que se han ‘generado, en nuestro caso, de los datos moleculares que comienza a incremen- {arse a velocidades cada vez mayores. ‘No obstante, en la plitica que sostu- ve con Adrifn Nieto, alcanzamos a re- ‘conocer que mis alld del debate cienti- fico respecto a los buenos y mejores ccaracteres, los malos y los peores méto- dos de anslisis de caracteres, quedaba nuestra capacidad de asombro, sorpresa No 1JULO 183 | | y cierto grado de fascinacién sobre Jos ‘nuevos descubrimientos y sus posibles implicaciones en todo el aparato te6ri- 0 y conceptual de la biologia en nues- ‘0s dias, en particular en la sistemsti- ca, la evolucion y la biogeogratia, que son las ciencias fundamentales en la biologia histérica y a la vez un eje ver- tebral de Ia biologfa comparada. De hecho, esta situacion antmica | que se genera en un bidlogo como yo, al ver el vertiginoso aumento de cono- cimientos genéticos y moleculares, fue promovida por mis colegas y amigos ue estin més cercanos a a biologia molecular, particularmente Antonio Lazcano, quien hace un par de afios re- vis6 el capitulo de colofén de un librito ‘mio intitulado La bussqueda del método natural. En ese capitulo denominado “Mis alld del método” sinteticé algu- rnos de Jos problemas ¢ incégnitas que prevalencen al descubrir aspectos sobre la dindmica del DN, la asociacién en- dosimbi6tica y 1a migracién horizontal de elementos de ADN. Sefialo esto, no Por recomendar mi libro, sino porque quiero que se advierta que en este campo uno esté obligado a admitir 1a enorme contribucién a la sistematica que ha generado la biologia molecular, también véase que la disociacion 0 di- | vergencia generacional, al menos en la que se ha dado en mi generaci6n, entre Didlogos de laboratorio y bidlogos de ‘muuseo, es una aberracién que hay que rechazar en estos tiempos modernos. Tal vez algunos de los descubrimientos ‘mds interesantes estardn_ precisamente en el dmbito de la evoluci6n molecular, para lo cual requerimos prepararnos y Preparar solidamente a los estudiantes de hoy en sistematica y biologia mole- cular; es primordial que cuentapatas y calculistas de moléculas converjan en el mismo campo de conocimientos, Durante este tiempo han aparecido antologias de gran valor, que son muy ampliamente citadas lo que refleja par- te de su impacto; por ejemplo esta el libro de sistemstica molecular de David Hillis y Craig Moritz que aparecié en 1990, el libro de Colin Paterson de 1988 que en su titulo asimila las con- ‘roversias cientificas: Moléculas y mor- fologia en evolucién: éconflicto 0 com- ‘promiso?; e1 de Ho y Fox, de 1988, que recoge varios aspectos moleculares en evoluciGn y recientemente apareci6, un libro de sistemtica molecular en plan- tas de Soltis y Doyle; hay mas textos y <ést0s tres slo son algunos de los. més importantes; ademés existe un creciente riimero de artfculos originales y revis- tas especializadas en estos t6picos. El hecho de que aparezcan tantas publica- ciones al respecto, revela que se co- mienzan a generar un nuevo lenguaje y tun discurso renovador alrededor de la sistematica, con una cierta tendencia hacia la especializacion en el érea de la sistemdtica y Ia evoluciéa molecular y clo indica, a su vez, Ia vitalidad que es- te rea del conocimiento esta tomando Yy que se manifiesta en la mayor fre uencia de reuniones y en el aumento jaciones en torno @ La segunda parte de mi escrito es uy breve y es consecuencia de la pri- mera, ya que esté relacionada con as- pectos biotecnolbgicos y la conserva- dn de la biodiversidad. La tiltima década ha estado fuerte- mente impregnada por aspectos impor- tantes de ta biologi; asi, la ecotogia, la bioteenologia o la medicina con bases smoleculares y la conservaciGn de ta bio- diversidad, son tres puntales de gran interés, que han conmovido todos los ‘Ambitos sociales. La relevancia politica que adquirieron los aspectos biotecno- Ibgicos y la biodiversidad, culmind en ‘una reunién de jefes de Estado en ju- rio de 1992; ésta ha sido la mayor reu- nin de esa naturaleza, en toda Ia his- toria de la humanidad, ‘Aqui mismo, en México, pats que se ‘encuentra entre Jos cinco primeros 1u- gares en megadiversidad, se ha desper- fado una gran efervessesencia e interés por la conservaciOn y uso sosstenido de ‘genes, especies y ecosistemas, lo que ha llevado a reestructurar los organismos relacionados con los aspectos “ecol6gi- cos", en los que esté obligado a partici- par el Estado. México, por su riqueza en recursos naturales (fauna y flora) y culturales, ddeberia tener una vocacién biotecnols- fica, para la que requiere de un mayor desarrollo de tres de sus pilares cienti- ficos mds importantes: Ia etnobiologia, {a biologia molecular y ta biologts com- parada, Para ello es indispensable em- prender una estrategia que nos permita ampliar la formaciGn de recursos hu- ‘manos ad hoc, pues los que hay en Mé- xico aii son muy pocos. En la Facultad de Ciencias de la UNAM se est traba- jando en disefiar nuevos planes de es- tudio, lo que nos brinda una oportuni- dad innegable para organizarlos y orientarlos hacia la formacién e infor- macién rica en biologia molecular y comparada, y en etnobiologia. 1a sistematica pas6 a segundo plano cen las décadas de 1960 y 1970, micn- tras que la ecologfa y la biologia mole- cular ocuparon sitios privilegiados de interés en ese mismo tiempo. Sin em- ‘argo, la preocupacién social por la conservacién de la biodiversidad, te- niendo en euenta los aspectos biotecno- logicos, ha jugado un papel muy impor- tante para persuadir a Ia comunidad cientifica, ya la sociedad, sobre el valor de la sistemstica. Sus avances te6ricos, metodol6gicos y conceptuales, asf como su relacidn cada vez mis formal y rigu- rosa con la evolucién y la biogeografia, Ja han hecho recuperar el tugar muy destacado dentro de la biologia, que tu- ‘vo desde tiempos decimondnicos. EI desafio actual ya no es solo in- ventariar ecosistemas y especies; las de- ‘mandas contempordneas a la sistemti ca nos obligan también a estudiar las NesUL0 1% rmacromoléculas, tarea que hay que ini- ciar con un inventario de especies que est a medias y con numerosos defec- tos, incluyendo los deficientes sistemas 46e museos y colecciones que tenemos. | Sin embargo, habré que hacerio. ‘También tendremos que hacer que Jos cementerios en los que trabajan los sistematas se reestructuren para empa- tar con los modernisimos y equipados laboratorios de los bidlogos molecula- res, siempre teniendo en mente que la labor de campo, en la cual el ecélogo y el biogedgrafo tienen gran experiencia, es fundamental. CCuentapatas, miraestambres y calcu- listas de moléculas, tienen ante ellos problemas muy similares: Ia reconstruc: ion de fa historia de la vida y ta disri- bbucién de los caracteres de los organis- ‘mos, cuyo conocimiento puede tener implicaciones biotecnologicas de gran valor econémico y social. Trabajemos para ello, el futuro nos 10 exige y las ‘nuevas generaciones nos lo demandan, ‘pues serdn ellas las més creativas y tas mis productivas, al menos esa siempre fe la esperanza, 55

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