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LAS FORMACIONES EDAFICAS EN CONTIEXTOS AROUEOLOGICOS Las formaciones edaficas en contextos arqueoldégicos: ucién al pensamiento analitico. Ana Polo Diaz La Arqueologta como area de conocimiento de cardcter multidisciplinar es cada dfa mas tun hecho. La mayor amplitud de la perspectiva desde la que se aborda en los dtimos tiempos, el estudio de los registros antrépicos otorga un creciente protagonismo a aquellas ramas cien- Uiticas especializadas en determinados aspectos de los depésitos con vestigios de presencia humana. Las distintas informaciones acerca de carbones, pélenes. semillas, restos 6seos, minera- les y otros, han ido incorpordndose poco a poco al repertorio de materiales analizados exhaustivamente, a través de un cuerpo teérico y sistemitica técnica propios, més allé de su simple descripeidn y registro durante el proceso de excavacién. En este sentido el estudio de los suelos, articulado a través de la ciencia conocida como Edafologia, viene a contribuir de manera fundamental al anélisis de la secuencia estratigrdfica de un yacimiento. Ast pues, el presente ejercicio tiene pues ta intencién de ser un primer acercamiento al estudio arqueolégico desde el punto de vista edafogénico. Una aproximacién en la que la perspectiva analitica juega a su vez un papel definitorio y articulador, erigiéndose en la refe- rencia conceptual y metodol6gica de nuestra labor de andlisis ‘Vamos a llevar a cabo, por tanto, un acercamiento al estudio de los suelos con el fin de enriquecer el especiro tedrico desde el que acometer la investigacién arqueoldgica. Ademds, elaboraremos una propuesta de actuacién sobre los sedimentos de un yacimiento que refleje el enfoque conceptual planteado. Finalmente pondremos a prueba la propuesta a través de un ejercicio prictico que nos permita efectivamente establecer tanto los Iimites, matizaciones 0 incompatibilidades, como las complementariedades y aportaciones entre la Edafologia y una manera particular de entender la Estratigraffa y por extensi6n la Arqueologia, que supone la Dialéetica Analitica, 34 ANA POLO DIAZ Parte [ Planteamiento te6rico 1- Edafologia 11. Historia de la ciencia del suelo El estudio de los suelos se remonta a la antigiiedad cla Jica. Mago de Cartago en el siglo 1V aC. se perfila como el primer recopilador de conocimientos agrénomos y del suelo. Sus ideas Hegan a nosotros at (La) y Columetia (dC), Entre estas incipientes aproximaciones recogidas destaca la del fildsofo griego Teofrastro, quien entre finales del siglo IV y principios del Ill a.C. establece por vez primera la distincién entre “suelos” y “tierras”. Sin embargo, no es hasta m. cologuen los cimientos de la ciencia del suelo, cuyas influencias llegan hasta los primeros tiempos de la modernidad. Asi Catén (II-La.C.), Columella y Plinio (I d.C.) se erigen en principales exponentes de cuatro tendencias que mas tarde cuajarfan en otras tantas cortientes de estudio: Catén se cen- tra en el potencial productivo del suelo; Varrén en su composicién (piedras limos arenas...) Columella en sus propiedades fisicas y Plinio en los materiales de los que los suelos son originarios (minerales, rocas...). La influencia de estos autores wvés de los escritos de agricultura de autores latinos como Varrén adelante cuando agromistas romanos antiguos tendré gran repercusi6n en los estudios edaficos de la Europa de los siglos XVIII y XIX. Es entonces cuando aparece el concepto de “huntus”, s¢ identifican procesos geolégicos y procesos formadores de suelos, la ciencia edifica se se- parade la geologfa y cobra fuerza la corriente quimico-mineralégica como linea investigadora con mayor proyeccién, En el dltimo cuarto del XIX, cuando aiin en el resto de Europa se mantienen los princi- pins de la escuela geolégico-petroldgica, heredera de las teorfas clisicas -en especial de Plinio- surge una nueva corriente: 1a escuela Genética Rusa, cuya vigencia se extenderd hasta la U1 Guerra Mundial. Con Douchaev como maximo exponente de dicha corriente se propone et estudio de los suelos desde su comprensién como entes individualizados respecto de! material de partida. Asi mismo hay que destacar la introduccién del factor biolégico en el proceso de forma- cin del suelo y la gran importancia otorgada al clima, como aportaciones fundamentales de esta escuela, ambos aspectos hoy dia considerados esenciales a ta hora de ini estudio de caricter edifico, ‘Tras la 1] Guerra Mundial el panorama invest cualquier ador en este terreno se ve diversificado y especializado, caracterizindose por el desarrollo de las escuelas nacionales. Destaca en este sentido, la Escuela Sovi a: sus principios son adoptados asi mismo en Estados Unidos, fruto de cuyos trabajos es la Soil Taxonomy de 1975. Por otro lado en Europa del Este proliferan los estudios sobre micromorfologfa al mis- 1 Francia se da una mayor importancia a los agentes ecolégicos como facto~ “a, heredera de la Genética Rus mo tiempo que LAS FORMACIONES EDAFICAS EX CONTEXTS AROUEOLOGICOS 55 res protagonistas de los procesos edificos, y que en Gran Bretaia se priorizan las investiga- ciones acerca de los aspectos fisicos y quimicos del sediment. Por lo que respecta a Ja Peninsula Ubérica las teorfas desarrolladas por Columella Hegan. a través de la tradicién drabe de Ibn Al Awan en el siglo XII. Esta serd recogida a su vez.en el XVII por autores como Deca y Agustin realizando interesantes aportaciones de los suelos. Ya en el siglo XX la uadici6n genetista rusa orienta los trabajos de la mano de Huget del Villar, cuyo impulso consolida el desarrollo de esta ciencia en la Peninsula cristalizando defi- nitivamente en 1934 con Ia elaboracién del Mapa de Suelos de la Peninsula Ibérica. Tras la Guerra Civil Albadera renueva unos estudios que posteriormente toman nuevo impulso gra- cias a la creacién del CSIC ‘A nivel general los estudios sobre la aplicaci6n de los conceptos y técnicas empleadas en Edafologia a la Arqueologia aparecen en los afios 60 del siglo XX, destacando autores como Lotsperch, F. B., Tamplin, M. J., Rutter, N. W., Olson, G. W. 0 mas recientemente Holliday, V.T. En Francia Miskovsky ha desarrollado una amplia labor aplicando andi al conocimiento s fisico-qui- micos a contextos sedimentarios antrépicos tanto galos como peninsulares (Miskovsky, J. €.1991). En Espaiia a nivel estatal sobresalen los trabajos realizados en distintos yacimientos gallegos (Martinez Cortizas, A. y Moares Dominguez, C. 1995). En nuestro entorno mas in- mediato se han iniciado también aproximaciones al tema a través de estudios que recogen el anélisis de unos u otros aspectos del andlisis edaifico. En este sentido, resultan de especial interés los Ievados @ cabo en la Sierra de Encfa- Urbasa, donde se analizan diversos suelos relacionados con contextos arqueolégicas (Alberto, F. y Machin. J. 1990). Asi mismo en Arrillor - situado en las estribaciones del Gorbea - se ha procedido a la aplicacién de una serie de andlisis fisicos que han resultado de gran utilidad en la resolucidn de la secuencia estratigréfica y en la posterior interpretacién paleoclimética del yaci- miento (Hoyos, M.; Séenz de Buruaga, A. y Ormazabal, A. 1999). Por otro lado en el abrigo de Los Husos -en la vertiente meridional de la Sierra de Cantabria- las conclusiones obtenidas a partir de Jos exdmenes de cardcter quimico permiten interpretar la ocupacién del yacimiento desde una perspectiva totalmente nueva hasta el momento (Femandez Eraso, J. 2001-2002) 1.2. Conceptos fundamentales en el estudio de los suelos Un “suelo” es definido en el sentido edafogenético del témino como “un ente natural diferenciado de un material de partida mediante diversos procesos de cambio, los cuales tien- den a hacer que ese material se modifique intentando alewrear un equilibrio con las condici nes ambientales dominantes” (Martinez Cortizas, A. y Moares Dominguez, C. 1995, pg. 34), Al proceso por el cual el suelo se forma y estructura, adquiriendo durante el mismo una serie de caracteristicas fisico-quimicas y mineralégicas propias, se le denomina “edafogénesis™ 6 ANA POLO DIAZ © “edafizacion”. La edafogénesis implica por tanto, una serie de cambios en los elementos constitutivos de] sedimento original. Estas transformaciones quedan registradas en el sustrato a través de la formacién de “fren- tes" u horic mntes” cu. expresin bidime jonal es lo que conocemos como “perfil” Segiin el tipo e intensidad de las alteraciones desarrolladas en dichos horizontes pode- mos distinguir entre: frente de alteracién, frente de edafogénesis y frente superficial o bistico (op.cit. Martinez Cortizas, A. y Moares Dominguez, C.) El frente de alteracién es aquel que presenta modificacién del material de partida; esto es, meteorizacién como reflejo de los cambios quimicos y mineral6gicos ocurridos en el sedimento o estructura original. Normalmente se trata esta de una modificacién débil o al menos, no lo suficientemente intens El frente de edafogénesis, sin embargo, presenta un mayor grado de transformacién, tanto como para desarrollar una nueva organizacién estructural unida ademés a cambios qu ios y mineralégicos. Asimismo, es posible observar en él signos que delaten el incremento en la actividad biolégica y las modificaciones derivadas de ella, ‘como para provocar la desestructuracién de dicho material de base. ES FE) tenet A) Ejemptos de perfiles con dos ciclos formatives. B) Perfil con varios ciclos de forma- cidn, Fuente: Martinez Cortizas, A. y Moares Dominguez, C. (1995). LAS FORMACIONES EDAFICAS EN CONTEXTOS ARQUEOLOGICOS 37 Finalmente el frente bidtico es aquel en el que se identifican unos claros rasgos de concentracién en organismos vivos con las subsiguientes aceleracitn e intensificacién de los procesos bioquimicos. Cada uno de estos tres frentes definidos es a su vez susceptible de subdividirse en dis- tintos horizontes atendiendo a las particularidades que presente su evoluc En este sentido en el frente bidtico o superficial podemos encontrarnos con los denomi- nados hotizontes “H”, “O”, 0 “A, todos ellos caracterizados por la presencia de elementos orgénicos de manera predominante. Mientras que el horizonte “H” es tfpico de las dreas de turbera y presenta gran acumula- cién de materia orgénica, aunque escasa actividad biolégica transformadora, e! horizonte “A” muestra un grado de transformacién de dicha materia muy intenso debido a su profunda interacci6n con la fracci6n mineral, legando incluso a fundirse con ella y generar la sustancia denominada “humus” mn, Por lo que respecta al horizonte “O” aparece al igual de lo que sucede con el “ cuando hay acumulacisn biolégiea en zonas encharca periodo breve de tiempo. En el frente de edafogénesis también pueden producirse una serie de fenémenos que queden reflejados en los correspondientes horizontes. A nivel general cabe seflalar la predominancia en todos ellos del elemento inorgénico. Teniendo esta caracteristica en cuenta, cuando un horizonte de este frente pres nos de fuerte pérdida de elementos finos conservando a la vez un gran porcentaje de sus minerales resistentes es definido como “E” u “horizonte eluvial” durante un aunque en este Senta sig- Cuando por resultado de la alteracién de! material de partida -implicando con ello un importante cambio estructural- bien por la aparicién de arcillas y/o por la liberacién de 6xidos, ‘nos encontramos ante un tipo de horizonte conocido como “B”. A la conjuncién de un hori- zonte superficial y un horizonte “B” se le denomina “solunt”; es decir, se considera que hay formacién edafégica o suelo propiamente dicho si aparece esta convergencia (Martinez Cortizas ‘A. y Moares Dominguez, C. 1995) Por tiltimo el frente de alteracién esta caracterizado por el horizonte * se denomina el material a partir del cual se desarrolla el suelo. Puede este tener un origen ' que es como autéctono 0 aléctono -como consecuencia de un proceso de erosién y sedimentacién- y gene- ralmente se trata de materia mineral no consolidada. Bajo esta capa suele aparecer la roca dura, “"R”, que no forma parte del suelo propiamente dicho. Ademas de estos horizontes que podemos identificar y definir de forma mas 0 menos clara, no es extrafio encontramnos con los denominados como “horizontes de transicién’ aque- Hos que presentan rasgos de dos unidades estratigréficas diferentes-siendo entre estos los mis frecuentes: AB, AC y BC - y con los “horizontes mezcla”-A/B, AIC y BIC- en los que las caracteristicas de dos estratos aparecen combinadas. 38 ANA POLO DIAZ A fin de completar la definicién de los distintos horizontes se puede afiadir una letra ula a modo de sufijo, que nos sirva para identificar el proceso dominante en un deter- minado horizonte. El significado de la letra dependera del sistema de clasificaci6n de suelos empleado. Asf por ejemplo un nivel definido como “Bw”, segiin la sistemdtica europea, se refiere a un horizonte B producto de un cambio estructural o de alteraciGn del material de partida (Cobertera, E. 1993) Complementariamente podemos ademas subdividir una unidad sedimentaria a través de “subhorizontes” que identificaremos mediante cifras subindice a fin de destacar cualquier elemento que consideremos de interés para el andlisis. Teniendo en cuenta la evolucidn de los diferentes tipos de suelo que puedan desarrollar- se en diversas condiciones, podemos destacar los siguientes modelos de pertiles bésicos: (A) CAC, A(B) Cy AB C; los dos primeros corresponden a suelos poco desarrollados, incipien- tes y superficiales, generalmente bien por erosidn o por condiciones ambientales que dificul- icos de desiertos, estepas y tundras. El tercero y el cuarto ejemplifican el tipo de perfil que presenta desarrollo de un suelo propiamente dicho, bien por alteraci6n del material de partida - y por tanto, carente de sedimento iluvial -, 0 bien por presencia o presencia y alteracién de materia iluvial respectivamente mini tan su evolucién, Son caractes 1.3. Propiedades de los suelos Los suetos contienen una serie de informaciones de diversa naturaleza -fisica, quimica y biol6gica - que nos permiten interpretar la fase edafica en la que se encuentran, asf como posteriormente encuadrarlo dentro de alguno de las sistematicas taxonémicas al uso (Coberte ra, E, 1993). En cuanto a los rasgos fisicos, su estudio se basa en el anzlisis del estado del aire y el agua en el sedimento, Segiin ambos factores podemos identiticar las caracteristicas definidas como estructura - o forma en la que se organizan los componentes del sustrato; textura composici6n y granulométrica de las particulas elementales del suelo, definida a partir del tamaio y proporcisn de dichas particulas; presencia de agua; determinada porosidad definida en funcign de las citadas estructura y textura; temperatura especifica y color determinado. Las propiedades quimicas hacen referencia a las peculiaridades eléctricas, de intercam- bio iGnico y saturacién del complejo coloidal y los iones esenciales en la nutticién vegetal. Los datos bioldgicos por su parte nos informan acerca del tipo de materia orgdnica que contiene el suelo. Esta sustancia biolégica procede de las plantas y animales que viven en y sobre el sustrato Cuando aparece en un perfil puede encontrarse en distintos estadios de desarrollo descomposicién: desde pricticamente sin alterar hasta su completa fusién con ta fraccién mineral, dando lugar entonces a la materia amorfa y negruzea o marrdn oscura denominada “inonus”. El diferente grado de evoluci como de factores endégenos © propiamente ediificos (Hodgson, J. M.1978). Ast podemos mn que pueda alcanzar esta dependera tanto del clima LAS FORMACIONES EDAFICAS EN CONTENTOS ARQUEOLOGICOS 59 distinguir tres tipos de humus: “mull”, transformacién sufrida respectivamente moder” y “mor” definidos de mayor a menor grado de 14. Clasificacién de los suelos las sistematicas de clasificacién edifica. Las mas ulilizadas son, la norte- en la Soil Taxonomy elaborada por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos en 1975. Las europeas, cuyo modelo més representativo es el francés, que data de 1967. ¥ finalmente, la confeccionada por la FAO presentada en 1973 y completada en 1982. Entre la estadounidense y la elaborada por la FAO y las europeas ~més especificamente la francesa- existe una diferencia fundamental de criterio. Mientras que esta iltima responde a criterios taxonémicos de evolucién y génesis edéfica, la americana y la de la FAO atienden ambas a fundamentos estadfsticos. Es decir, no tienen en cuenta los Factores del contexto en Existen disti americana, que cristal que se desarrollan los suelos ni tampoco los procesos edificos que caracterizan su evolucién. Asi, quedan definidas las estructuras edficas a través exclusivamente de sus propieda- des fisico-quimicas resultando estas clasificaciones més apropiadas para la evaluacién de sue- los agricolas (Cobertera, E. 1993). Por otra parte la utilizacién de clasificaciones del tipo europeo permite el acercamiento al proceso edafogenético, asf como a I lima. Sin embargo, a pesar de la gran utilidad de estas clasificaciones en su aplicacién a suelos naturales agricolas, su operatividad no esti tan clara en lo que a suelos arqueolégicos interacciones de este con la vegetacién, la fauna y el se refiere. En primer lugar conviene seflalar que no existe una clasificacién de suelos poligenéticos ‘© suelos relictos (enterrados) -que son lo que suelen aparecer en un yacimiento-. Ni la FAO, ni la Soil Taxonomy, ni las clasificaciones europeas contemplan este problema Algunos autores proponen como solucién estudiar cada ciclo por separado (Martinez Cortizas, A. y Moares Dominguez, C. 1995). Por otro lado atin en el caso de intentar dar curso a esta propuesta tendrfamos que tener iciones el factor humano no es considerado como alld de la idemificacion de horizontes que en cuenta que en las mencionadas clasi elemento formativo de la secuencia e ica ma presentan signos de trabajo agricola moderno. En este sentido la aplicacién de cualquier clasifi tos y técnicas de estudio que las sustentan - podrfa considerarse poco practi definicién de los suelos del entomo del depésito antrépico. En este sentido serfa de gran interés, que dichas clasificaciones pudiera aportar infor- macién acerca de las condiciones de formaciGn de areas aledatias en periodos paralelos a los analizados en el propio yacimiento, como de hecho ya se ha llevado a cabo en algunas inves- tigaciones (Alberto, F. y Machin, J. 1990). in de suelos -que no asi los concep- excepto para la ® ANAPOLO DIAZ 2, Edafologia y arqueologia 2.1. Importancia y significacién del contexto Sefialébamos al comienzo de este ejercicio que la distinta naturaleza de los datos que nos proporcionan informacién en un depésito antrépico nos lleva inexorablemente a conside~ rar la teoria y prictica arqueolégica como ciencia multidisciplinar. Abordar el proceso de investigacién desde una perspectiva plural nos permite identifi- car y comprender en toda su dimensién las evidencias que manifiesta el corte estratigrifico y por tanto, resolver de manera més adecuada el proceso de formacién y contextualizacién de un yacimiento. En este sentido resulta especialmente interesante ta aproximaci6n a las Ciencias de la Tierra: Geografia, Geologia y Edafologia, mds justificado ain cexistente entre kt Arqueologia desde sus inicios y hasta mediados del siglo XX y la Geologfa. Un acercamiento tanto al acervo empirico como a los enfoques conceptuales, de estas deras, que facili (Butzer, K.W, 1989), Particularmente iil se configura esta alianza en contextos prehist6ricos de cueva 0 abrigo, donde los factores “naturales” pueden presentar —aunque no necesaria- mente- una mayor incidencia en la formacién de los depésitos, respecto a aquellos otros loca- consideramos la vinculacién una visién mas amplia, variada y completa de la informacién arqueolégica lizados al aire libre y cronolégicamente més recientes. Sin embargo. y siendo conscientes del gran valor de dichos aportes es necesario a la hora de hacer la lectura de los datos provenientes de estas disciplinas interpretar las informa- ciones paleoambientales de manera adecuada (Martinez Cortizas, A. y Moares Dominguez, C. 1995). Esto es, evitando es iblecer relaciones causa-efecto de manera automdtica entre deter- minadas condiciones ambientales y comportamientos y reacciones humans especificas, pro- curando asi evitar caer en Lo que podria considerarse como determi La respuesta humana es diversa y no desencadenada tinica y necesariamente por las condiciones del medio fisico en que se desarrolla. En ella existe un componente de caricter social que no obedece a leyes tradicionalmente catalogadas como “cientificas" Hay que ser cuidadosos, por taato, y no extrapolar formas de conocimiento entre disci- plinas ~arqueologica y geolégica- de naturaleza basicamente distinta social y natural respec tivamente- y tener presente al integrar las diversas aportaciones, que complementariedad no significa mezcla o fusion desordenada, teniendo bien claros los limites, naturaleza y jerarquia de cada aspecto. mo ambiental. AL hilo esta consideracién podemos decir que el contexto en arqueologia se entiende como [a “trama espacio - temporal de cuatro dimensiones susceptible de incluir tanto un medio cultural como un medio no cultural y de aplicarse tanto a un artefacto como a toda una constelacién de yacimientos” (Butzer, K.W. 1989, p. 4). Un contexto que ha de ser interpreta- do siempre desde una perspectiva arqueolégica y por extensién hist6rica, En este punto resulta conveniente subrayar la relacién indisoluble entre los conceptos de “espacio” y “ziempo™ en el estudio del contexto arqueolégico. Una vinculacién que nos LAS FORMACIONES EDAFICAS EN CONTENTOS ARQUEOLOGICOS 61 permite acceder a su vez a la idea de dindmica evolutiva, por la cual un yacimiento es concebido como un ente en constante cambio partiendo asi de una visi6n muy alejada de aquella otra que lo contempla de manera estitica y descriptiva, especialmente al considerar el factor medioambiental. Dentro del andlisis de los contextos arqueologicos resulta fundamental el estudio de los sedimentos ~tanto desde el punto de vista fisico y quimico como bioligico- vital en la defini- cién del entorno del paisaje a pequeiia escala (op. cit. Butzer, K. W). El arranque de la investigacién microespacial parte de la Nueva Arqueologfa y de las tendencias que dentro de ella se interesaron por la Etnoarqueologia, la Arqueologia Experi mental y la Simulacién (Sanchez Vizcaino, A. y Cabaflete Guerrero, M’ L. 1998), Englobado en una de dichas corrientes, ta neofuncionalista, y de su desarrollo posterior en la Teoria de los Sistemas destacu el citado K.W. Butzer, principal representante de la lin: que defiende una visin geoarqueolégica del registro sedimentario de los yacimientos (Butzer, K. W. 1993). En la conceptualizacién de Butzer, aunque la transformacién cultural tiene su importan- cia en la modificacién y alteracién del material arqueol6gico, el mayor énfasis recae sobre el conjunto de procesos fisicos, quimicos y biolégicos ~entre estos el hombre podria conside: se un elemento més -, que se perfilan como principales agentes modi Esto es, concibe la formacién de un yacimiento como un sistema de modificacién am- biental en el que interactdan una serie de fendmenos de movilizacién (dispersi6n, sepultamiento y perturbacién de sedimentos) asf como procesos geoquimicos (en los que intervienen ele- mentos orgénicos e inorginicos), En cualquier caso lo que nos interesa realmente de la propuesta de Butzer, mas alla de la cestructuracién de los procesos que se producen en el sedimento de un depésito antr6pico en sistemas, es la perspectiva geoarqueologica que subyace a tal planteamiento. La importancia concedida por el autor al estudio geoarqueolégico nace del gran interés que esta disciplina suscita para el conocimiento del contexto de los microam! sedimentarios. Una perspectiva en este sentido de profundas consecuencias a la hora de en- frentarnos al analisis del sedimemto y por extensidn a la comprensi6n del contexto en el que se ‘encuadra, 7 adores. ientes Es precisamente derivado de la importancia del estudio de los microumbientes que nos son de especial utilidad las herramientas y conceptos proporcionados por la Edafologta. La conocida como Ciencia de! Suelo investiga, por tanto, los distintos factores que interactiian sobre los sedimentos, los procesos a los que dan lugar y su resultado: la formacién de un ente denominado “suelo” cuya manifestac fil estratigritico de determinadas caracteristicas. 2.2. El concepto de paleosuelo Entre los elementos de formacién del suelo aparecen citados normaimente el clima material de partida, el relieve, los organismos vivos, el tiempo y el espacio, el ANA YOLO DIAZ 2 EI hombre —como ya hemos seitalado anteriormente- puede ser considerado parte del grupo de los organismos que interactiian con el ambiente, Este como ente natural a través de sus actividades puede contribuir a la formacién de estructuras edificas. Sin embargo, si bien no todos los suelos presentan como elemento constitutivo al hom- bre, si podemos afirmar que aquellos suelos originados y desarrollados en contextos arqueols gicos presentan rasgos de canicter edifico. ‘A pesar de que en el concepto de suelo subyace una perspectiva esencialmente geolégica, su contenido es en lo esencial aplicable a contextos arqueolégicas, en cuanto que estos son también susceptibles de reproducir las condiciones necesarias para la génesis y evoluci6n de estructuras sedimentarias segtin criterios edafogenéticos. Esta simbiosis entre los conceptos de depdsito antripico y formacién editica queda bien ilustrada a través del concepto de “paleosuelo” Un paleosuelo es un suelo enterrado bajo otros suelos a causa de una o sucesivas meci- nicas de erosién-sedimentacién (Martinez. Cortizas, A. y Moares Dominguez, C, 1995). En este sentido si identificamos una estructura edafica en el registro estratigréfico de un yaci- miento, normalmente se tratard de un paleosuelo. De esta manera, si bien no todo paleosuelo tiene cardeter arqueolégico (ya que puede haberse formado sin el elemento humano como factor genético y/o en un contexto no arqueol6gico), todo suelo originado en un contexto arqueol6gico puede ser considerado como paleosvelo, englobando asf la definicién geol6gica mes amplia- la arqueoligica. Uno de los aspectos de mayor interés en la identificacién de uno o varios paleosuelos en Ja secuencia de un yacimiento — lo que daria lugar a una formacién policfelica - es su valfa como indicador ambiental. Cuando se produce el sepultamiento de un suelo bajo otros, se paralizan los procesos genéticos, quedando sus propiedades y caracterfsticas como reflejo de las condiciones climdticas existentes cuando ocupaba la superficie del terreno. Es decir. las icas de un determinado paleoambiente quedan fosilizadas posibilitando su posterior reconstruceién, Esta reconstruccién tiene, sin embargo, sus limites. No nos sirve por ejemplo. al menos en términos absolutos, como indicador eronolégico (Strahles, A. N. 1974). En efec to, aunque el proceso edéfico plasme los diferentes factores que interactuaron en un momento determiniado en un lugar especitico no nos permite, por si mismo, asignarle una edad determi- nada en anos, ya que el tiempo que necesita un suelo para desarrollarse depende de una amplia variedad de elementos. Asi una formacién edifica de centimetros puede haber tardado miles de aiios en desarrollarse mientras que otta decimétrica sea sélo centenaria. caracteris 2.3. Aportaciones del estudio del suelo a la arqueologia La Edafologia aporta a la Arqueologia las técnicas de identificacién y estudio de los paleosuelos. Su aplicacién al registro arqueol6gico facilita, como acabamos de sefialar, la reconstrucci6n paleambiental asi como la identifi del suelo. icin de alteraciones naturales o artificiales {LAS FORMACIONES EDAFICAS EN CONTEXTOS ARQUEOLOGICOS 68 El sustrato de un yacimiento se convierte, por tanto, en el soporte que registra el paso del tiempo y el impacto de la ocupaciones humanas (Holliday, 1990, 1992, en Martinez Cortizas, A. y Moares Dominguez, C. 1995). Los suelos en este sentido nos proporcionan informacién de diversa indole: indiean a presencia humana sobre el medio, a través por ejemplo del desencadenamiento de procesos erosivo-acumulativos como ocurre en la descalcificacién 0 la podsolizacién (Butzer, K. W. 1982); 0 bien se convierten en elementos de definicién estratignifica, cronol6gica (relativa) y paleoambiental, De entre todas estas posibles aplicac mente utilizada es la de indicador estratigratico. En ella se emplean los rasgos edaficos para inferir diferencias entre los estratos y poder correlacionar de esta forma los restos arqueolégi cos en niveles de similares caracter Asf en suelos poligenéticos cada ciclo refleja una morfologfa y propiedades que conlle- van una serie de implicaciones arqueol6gicas, al ser posible relacionar el registro arqueol6gi- co, la secuencia cronoedsfica, los procesos postdeposicionales, el impacto del clima y la acti- vidad humana (Martinez Cortizas, A. y Moares Dominguez, C. 1995) En este sentido resultan muy interesantes dos aspectos. En primer lugar la relaci6n entre lasecuencia cronoedifica y la secuencia cultural: casi odas las industrias aparecen en el horizonate A de ciclos enterrados 0 bien en la base del horizonte A del ciclo superficial En segundo lugar, la relacién entre la ubicacién de los niveles arqueoligicas y los pro- cesos postdeposicionales: generalmente cuando las industrias estdn en el horizonte A se con- sidera que aparecen “in situ” Si por el contrario aparecen en el B o en el C se puede considerar que ha habido un desplazamiento importante. Por otro lado si aparece en el C y este es un horizonte aléctono, la industria seguramente es mas antigua que el proceso que Ia ubica en C. Si C es autéctono la industria probablemente haya sufrido un enterramiento, por lo tanto la industria y el proceso pueden ser contemporineos. Si el nivel arqueolégico aparece en_un depdsito coluvial tendré un origen exSgeno. Si la industria aparece concentrada mayoritariamente en el limite entre dos suelos segu- ramente se haya producido un fenémeno erosivo que haya eliminado las fracciones finas pro- voeando una concentracién de los materiales gruesos y con ello una traslocacign de la relacién espacial original de la industria, ‘También los procesos de erosi6n pueden provocar el desplazamiento o pérdida de mate: riales, como sucede en zonas de ladera y valle, removiendo y mezclando los materiales de diferentes épocas. nes del andlisis de los suelos.la mas frecuente- ticas ee ANA POLO DIAZ 3. Estratigraffa analitica y Arqueologia La Estratigrafia al igual que la Edafologia pertenece al conjunto de disciplinas que inte- gran las Ciencias de la Tierra, particularmente, como rama especifica de la Geologya, Conocida como Ia Ciencia de los Estratos, se centra en la sucesién y relaciones cronolégicas, forma de distribucién, composicién litolégic geoquimicas y geofisicas de los depésitos sedimentarios. Asi mismo abarca la interpretacion del ambiente de formacién y de su historia geol6gica (Hedberg, H. G. 1980). En definitiva,la Estratigrafia describe y desarrolla un sistema de conocimiento enfocado hacia la interpreta- cin del registro sedimentario. contenido fosil y propiedades Elestudio estratigratico constituye pues una parte fundamental del andlisis arqueolégi- co, Conocer la disposicién y naturaleza de los sedimentos resulta indispensable en la com- prensién cientifica del significado de un depésito antrépico (Saenz de Burvaga, 4.1998), en cuanto que proporciona la contextualizacién necesaria en la articulacién de los pardmetros cronolégicos, culturales y medioambientales de forma integrada y estructurada. Podemos de~ cir, por tanto, que la estratigrafia dota de cardcter cientffico a la arqueologia al permitirle elaborar auténtica informacion hist6rica en detrimento de la simple “brisqueda de objeros (op.cit. Saenz de Buruaga, A. p. 114). La vinculacién, en su origen y desarrollo, de la estratigrafia con la geologfa ha determi- nado que en su aplicacién arqueoldgi ios se aborde ‘el estudio de los depésitos sedimenta desde la perspectiva de un proceso estable en el sentido de estético, basado en unidades dife- renciadas y regido por unas relaciones fisicas entre horizontes a través del principio de la Imente este principio el que ha dirigido la interpretaci6n de la secuencia arqueolégica entendiendola como una sucesién temporal de culturas. De aquf se deriva a veces un establecimiento de limites temporales forzado a la vez que una definicién cultural que resulta a menudo artificial. Eseste enfoque impregnado de una manera determinada de abordar el estudio de! sedi cesién de estratos. Es pres mento bajo criterios establecidos desde Ia Geologéa, la que ha venido aplicandose por dos de arrolladas desde finales del siglo XIX: tanto en st vertiente més antigua puesta en prictica y perfecciona- las tres principales corrientes arqueolégicas de El Sistema Analitic da por Wheeler (Wheeler. M. 1954), como el Analitico-Descriptivo cristalizado en los traba jos de Harris (Harris, E. C. 1979) y Carandini, (Carandini. A. 1997), participan del mismo trasfondo conceptual que sustenta el indisolublemente vinculado binomio and isis estratigrafico- proceso de exeavacidn, en el que se fundamenta la priictica arqueolégica. Por su parte Ia Perspectiva Dialéctica, que tiene su origen en los trabajos de G.Laplace, define un sistema con una amplia aplicacién préctica, aunque con un cuerpo te6rico actual- mente en fase de desarrollo, al menos en lo que al aspecto estratigrafico, que estamos ahora tratando, se refi Representan estas tres corrientes dos formas esencialmente di macidn a la arqueologia, esto es. dos ntas de abordar la aproxi- maneras de abordar el andilisis estratign pondientes estrategias de excavacién (Saenz de Buruaga, A. 1999) ico y Sus comres- LAS FORMACIONES EDAFICAS EN CONTEXTOS ARQUEOLOGICOS 6 Mientras la analdgica y la analitica-descriptiva enfocan su estudio entendiendo el pro- cceso estratigréifico como un conjunto de parcialidades analizando cada axpecto a en el Todo al que perte- nece, al mismo tiempo que trata de captar la Unidad a través de la interdependencia de las diferentes manifestaciones que la conforman. adamente, la dialéctica trata de comprender cada elemento desde su integraci 4, Estratigrafia Analitica Edafologia y Arqueologia EI Racionalismo Dialéctico nos proporciona el modelo de conocimiento adecuado al que acabamos de referirnos para desarrollar la priitica analtti a se rige de manera esencial por el principio de cohesién segiin el cual los fenémenos se vinculan entre sia través de reluciones causales, Es deci estratigrifica nos indica que se han producido una serie de transformaciones cuantitativas y/o cualitativas. Como sefialibamos anterior mente e las diferencias entre los fenémenos que observamos en una secuen Dichas divergencias y transformaciones se entienden gracias al “principio de unidad”, que define un proceso tinico e integrador a la vez que dinmico y en constante cambio, que permite al mismo tiempo explicar el origen de tales variaciones,y superar la posible concep- cin parcial, fragmentaria y descriptiva de las interrelaciones que se establecen entre ellas. Podemos entender asf un depdsito arqueolégico como una unidad caracterizada por una dindmica interna propia. Estamos por tanto, ante una perspectiva impregnada del concepto de “proceso” (Séenz de Buruaga, A. 2001-2002). Un concepto que encierra el binomio antes referido “espacio-tiempo” y que aplicado a 1a realidad arqueoldgica supone la comprensi6n de esta desde una perspectiva de evolucién constante. Es precisamente el concepto evolutivo y progresivo el que rige asimismo los modelos de conocimiento en Edafologia: sobre la génesis y desarrollo de un ente -el suelo-, proye sobre un espacio especifico, inciden una serie de factores que a lo largo del tiempo dan lugar a unos determinados procesos, que a su vez influyen y condicionan las propiedades y caracte- risticas que presenta en la actualidad. Bs precisamente por su cardcter diacrénico, que ademas el suelo y su estudio pueden ser concebidos y enfocados como sujetos histricos y por inclu- si6n arqueol6gicos. ado La Edafologia entiende los elementos organizadores del perfil, estructurados a través de la formacién y diferenciacién del suelo (Martinez Cortizas, A. y Moares Dominguez. C. 1995), Mediante adiciones, pérdidas, transferencias y transformaciones el suelo se revela como el resultado del efecto integrado de miltiples procesos particulares encuadrados en unas coor- denadas cronoldgicas determinadas, Asi se entiende que sea considerado fruto de una dindmica, manifestada en una estruc- tura, un Todo, ~el perfil- en el que es posible identificar diferentes unidades sedimentarias — independienies entre si, pero interrelacionadas e interactuantes-, como muestra de fa evolu 66 ANA POLO DIAZ cién fisica, quimicay depésitos de origen geolégico, antrépico 0 de ambos conjuntamente. Tal es, 1a premi subyace en el concepto de “horizonte genético Al hilo de esta argumentacién podemos establecer paralelamente cierta corresponden- cia entre unidad sedimentaria o estrato y ciclo edafogenético, pues ambos conceptos contem- plan la evolucién genética de sus horizontes como resultado de las diversas condiciones que actian sobre ellos (op.cit. Martinez Cortizas, A. y Moares Dominguez, C.) Retomando como elemento de referencia la necesidad de contextualizaci6n de las infor- maciones arqueol6gicas resulta imprescindible tener presente el concepto de proceso evoluti- \égica que a lo largo del tiempo se ha producido sobre una serie de que vo ~ constante tanto en el modelo analitico como en el edafolégico- a modo de elemento unificador. Asi, si aceptamos que forma parte consustancial de ambos planteamientos vere- ‘mos que, al igual que no podemos separar la prictica arqueolégica del estudio estratigrafico, tampoco podemos desligar el andlisis estratigréfico del edafol6gico especialmente si lo abor- damos desde el punto de vista analitico En definitiva podemos subrayar que la aproximacién conceptual y practica al plantea- miento estratigrifico desde la perspectiva analitica y materializada en una forma particular de estudiar la secuencia sedimentaria, asi como en su correspondiente sistema de excavacién, necesita del enfoque edafoldgico si to que pretendemos es alcanzar una comprensién extensi- vae intensiva de la totalidad del registro arqueol6gico. Parte IT Metodologia Hasta aqui hemos incidido en la validez y utilidad que los conceptos y herramientas cempleadas en las Ciencias de la Tierra tienen para la disciplina arqueolégica. Especialmente 0s, e1 estudio de los suelos, cuyos planteamientos y recursos resultan de gran interés en el andlisis de los yacimientos desde una perspectiva analitica Sin embargo, cualquier proyecto te6rico carece de sentido si no va acompafiado de la correspondiente propuesta metodoldgica. Esta cumple la doble funcién de, por un lado, dotar de sentido prictico a las proposiciones expuestas y, por el otto, posibilitar la ampliacién, la validaciGn o en su caso, la rectifi destacado en esta sentido, es como dec i6n de las hipétesis desarrolladas. Hemos centrado nuestro objetivo en este apartado, mas que en introducir novedades, en recopilar y ordenar una serie de procedimientos.a fin de facilitar una aplicacién lo mas sencilla posible.factible de ser aplicada de manera sistematica a la hora de abordar el estudio estratignitico de un depésito de naturaleza antropi Como primera aproximacién al tema que es somos conscientes de que la fSrmula esté sujeta a posteriores modificaciones que la experiencia iré demandando. tanto en la técnica como en os planteamientos que subyacen a su aplicacién. A cont sedimentologic wwaci6n pasamos a exponer el proceso de recogida y ansilisis de la informacién naliticos, rrios edatogenéticos y [LAS FORMACIONES EDAFICAS EX CONTENTOS AROUEOLOGICOS o La recopilaci6n de datos se estructura en dos secuencias sucesivas: en primer lugar la toma de muestras y estudio de campo. a los que seguiran en segundo lugar los posteriores exdmenes de laboratorio. Por su parte en el proceso de anilisis se relacionarsin todas los resul- tados obtenidos a fin de articular una propuesta global e integradora que explique la secuencia formativa dei yacimiento. 1. Estudio y Muestreo de Campo ' 1.1. Deseripcién del sitio: Ubicacién, emplazamiento, acceso: Deseripcién del perfil: >> Lugar de la toma de muestras, fec estacién meteorolégica, k denadas altitud, orientaci6n, forma del terreno y pendiente. > Caracterfsticas del suelo: Material de partida (roca 0 sedimento), condiciones de humeded, pedregosidad, erosi6n e influencia humana. > Descripcidn de cada horizonte: espesor, color, textura, plasticidad, adhesividad. dureza/friabilidad, 1 naturaleza de la fraccién gruesa, limite con el horizonte inferior, cementaciones, carbo- es, contenido y nnatos y manchas. > Definicién de cada horizonte: eneste apartado creemos conveniente seguir de manera conjunta los criterios expuestos por la Estratigraffa Analitica (Aguirre, M. et al.,1999, pp 3-27) asf como la de! de horizonte genético (Cobertera, E. 1993) nedafoldgica 1 se procede de abajo hacia arriba con el fin de evitar contaminaciones del sedimento. Foma de muestras: 2. Estudio de Laboratorio > Secado al aire de las muestras. > Tamizado con el fin de separar la fraccién gruesa de la fina y 1a media. En el procedimiento de determinacién granulométrica tanto de Ia fracciones gruesa y media como de la fina, se ha seguido la sistemidtica desarrollada por la Estratigraffa Analitica (Aguitre, M. et al., 1999, p. 3-27) >> Los aspectos mas considerados en el estudio de la fraccién gruesa y media hacen referencia a: naturaleza litolégica, porcentaje de bloques, clastos y gravas, for- ‘ma, orientaci6n y distribucién, indice de alteracién y de desgaste y tipometr(a de los clastos. > Por lo que respecta a la fraccidn fina y al igual que ocurre con la gruesa y media, st andlisis aporta informacién vatiosa acerca tanto del origen como de la natura leza de los elementos que la conforman asf como de las transformaciones que ha sufrido a lo largo del tiempo. * Fuentes: Martinez Cortizas, A. y Moares Dominguez, C. 1995 y Artieda, O. et. al, 200) 68 ANA POLO DIAZ En este sentido la fracci6n fina estd sujeta a distintos tipos de estudios: mineralégicos, fisicos y quimicos. En los anilisis mineralégicos se determina el tipo de minerales identificables en el sedi- mento. En cuanto a los fisicos destacan entre ellos los que nos ayudan a conocer la composicién. geanulomeétrica o textura Ta rama de la micromorfologia. Se trata esta de una técnica que comienza a apl arqueolégicos a partir de la segunda mitad del siglo XX, capaz de identificar inclusiones en el sedimento del tipo de fitolitos,oxalatos de calcio y esferolitos y por ello ser de gran utilidad en la identifi 1997), Finalmente otro tipo de anal el de naturaleza quimica, Sin embargo, hay que tener en cuenta que su eficacia depende de que Hevemos a cabo de manera adecuada la selecciGn de los indicadores pertinentes (Sénchez Vizcaino, A. y Cabahete Guerrero, M* L. 1998). Son dos los factorey a considerar en la eleccin de los elementos quimicos a mbién resultan muy interesantes en este apartado aquellos aplicados a través de la carse a suelos cién y caracterizacién de suelos ocupados por el hombre (Macphail, R. I. et. al is fundamental que debe realizarse sobre el sedimento es analiza. Por un lado el tipo de informacién aportada. Existen indicadores que ofrecen informa- cin general -que son los que han de seleccionarse de forma sistemdtica- y otros que ofrecen datos acerca de determinadas acciones o actividades. 's eS esencial en primer lugar considerar ante qué clase de yacimiento nos encontramos, asf como su cronologfa. No seré lo mismo un depésito en cueva co Superior que uno al aire libre de época romana. Por otro lado, y en segundo lugar, no hay que olvidarse de las alteraciones y transforma- ciones que sufren los elementos de un yacimiento debido a las condiciones atmosféricas.el paso del tiempo u otros factores. Teniendo en cuenta ambos factores, el tipo de informacién aportada y las alteraciones que suffen los elementos de un yacimiento, seiialamos a continuacién tos indicadores quimi- cos que con eardicter general creemos mas interesante: pH El potencial hidrégeno informa a s hidroxidores decir,de la relacidn entre los elementos que participan en el ciclo de nutri- ci6n del suelo. Los valores se miden en una escala del 1 al 10, siendo 7 el valor neutro. Por ico 0 alealino; por debajo de 7 es definide como dcido. A efectos arqueolégicos el pH puede ayudar a identificar la presencia de un suelo gana- dero (pH hisico), asf como a detectar la presencia de un determinado tipo de vegetaci Ademis, un pH bajo puede sefalar una pérdida de bases por lavado convirtiendose asi en indicador de condiciones climiiticas determinadas (Senciales Gonzdilez, J. M*. y Blanco Sepailveda, R. 2001). En In eleccion de estos tltim del Paleo! ea de la relacién entre los iones hidrégeno y los ion encima de 7 se considera un suelo {LAS FORMACIONES EDAFICAS EN CONTEXTOS ARQUEOLOGICOS 0 Caleio (Ca) Es el elemento mds abundante de aquellos que intervienen en el proceso de nutriciGn del sto es: calcio, magnesio. sodio, fsforo. hidrdgeno y aluminio, Tiene su origen gene- ralmente en la roca madre y su presencia en el suelo puede darse bien en forma de caleio libre © bien como carbonato céleico, Es susceptible de indicar tanto presenci ella -por ejemplo, pastoreo- ‘Ademis puede revelar determinadas condiciones medioambientales ~en contextos iri- dos suelen producirse concentraciones de carbonatos- asi como hablarnos de la naturaleza u origen de la roca madre (op.cit. Senciales Gonzalez, J. M*. y Blanco Sepilveda. R.). Magnesio (Mg) Se elimina del perfil a mayor velocidad que el calcio, de ahf que normalmente lo encon- suelo; humana como actividades relacionadas con tremos en menor proporcién. Ademés su capacidad de movilidad se incrementa a medida que las condiciones de humedad se intensifican. Fosfor (P) La variedad de informacién que aporta este elemento junto a su gran capacidad de con- servacién en el lugar donde se hia depositado, hacen de él un indicador de enorme utilidad y rendimiento (Sénchez Vizcaino, A. y Cabafiete Guerrero, M’. L. 1998), Es interesante sefialar que el proceso de fijaci6n del f6sforo en el suelo ~que es el que permite su identifi intimamente ligado a las propiedades quimicas del mismo sustrato sedimentario. Nitrégeno (N) Se halla presente de manera concentrada en la materia orgénica, asf que en los suelos, con una importante actividad ganadera suele presentar un indice mayor que en suelos natura- les 0 no explotados por el hombre (Senciales Gonzélez, J. M? y Blanco Sepiilveda, R. 2001), Hierro (Fe) y Aluminio (Al) Si tenemos en cuenta la capacidad de movilidad de ambos elementos podemos utilizar Jos como indicativos climdticos ~por ejemplo a través de la identificacién de un proceso de acién en los analisis- est podsolizacién.. Por otra parte si comparamos los resultados de Fe y Al extrafbles entre distintos hori- zontes pueden sugerir determinadas actividades humanas como fuegos en el caso del hierto 0 pastoreo o estabulacién en el caso del aluminio, que es excretado, junto con otros metales como el cobre y minerales como el f6sforo, por los animales Materia Orgénica (MO) Ofrece datos de carter general y su andlisis suele ir de la mano del estudio del fsforo yaque se complementan en cuanto al tipo de actividad y niveles de ocupacién que identifican. (Sanchez. Vizcaino, A. y Cabaitete Guerrero, M° L.1998). La materia 01 nica presenta diferentes tipos de sustancias: las no hiimicas, con carac- teristicas quimicas reconocibles ~carbohidratos, grasas, ceras, resinas, aminodcidos y dcidos w ANA POLO DIAZ. grasos- y las nimicas, con origen en las anteriores y que presentan un estado avanzado de transformacién —humin, écido hiimico y Acido filvico- El origen de la materia orgénica en un depésito antrépico puede estar vincwlado a un proceso sedimentario—transportada desde otro sitio- 0 bien a un proceso edafoldgico, de trans- formacién y movilizacién para conformar junto a la materia original un horizonte “A” (op.cit. Sanchez Vizcaino, A. y Cabafete Guerrero, M° L. Lipidos No todos gliceroles, esteroles y derivados y compuestos alquilicos de cadena larga, utilizados general- nen interés arqueol6gico; los més estudiados suelen ser los dcidos grasos, mente en la investigacidn de contenidos fundamentalmente de recipientes cerémicos. Algunos de los andlisis de la fraccién fina aqu/ seialados requieren la implicacién de especialistas en las Ciencias de la Tierra, pues normalmente el arqueslogo carece de esa for- macién complementaria Sin embargo. sf que resulta fundamental que este conozca la diversidad de los proble- mas a los que se enfrenta al abordar el estudio de un depésito de cardcter ante6pico, asf como las diversas perspectivas y técnicas de estudio de las que dispone, a fin de descifrar de una manera mis eficiente la informacién contenida en un asentamiento (Butzer, K. W. 1971). 3. Proceso de formacién y secuencia paleoambiental Una vez realizados todos los anil datos recopilados, asf como a la reconstruecién de la secuencia paleoambiental, que es el jcas del perfil, presenten estas © no formaciones ediificas. En este apartado sefialaremos por tanto, la presencia 0 dichas formaciones y en caso afirmativo si como las implicaciones que de ello se derivan. isis pertinentes pasamos a la interpretac reflejo de la estructuracién de las diferentes unidacles estratig. isencia de trata de un suelo policiclico © monociclico. Asi Parte If] El caso de Los Husos I? Situado a los pies de Ia Sierra de Cantabria en su vertiente mediterranea, se halla ubica- do segtin coordenadas UTM en x: 537026: y: 4717033; 2: 829. Se trata de un abrigo que se abre en una formacién de conglomerados del Secundario que reaparecen entre las terrazas del Cuatrenario del rio Ebro y la estructura del Terciario que conforma la Sierra De grandes dimensiones, llega a aleanzar un maximo de 17 mts de altura, Es el mayor de una setie de cavidades abiertas en la misma formacién, de los cuales s6lo dos (Los Husos 1 y Los Husos IV). Los datos averca de la descripeién del sitio y del perfil, asi como los resultados y conclusiones del estudio ‘quimiico estin basados en las siguientes fuentes: Ferndnde Eraso, J. et.al, 2000-2001, y Fernsindez Eraso, J. 2001-2002. [LAS FORMACIONES EDAFICAS EN CONTETOS ARQUEOLOGICOS n En su interior nace un pequefio arroyo que fluye todo el afo y cuya ac influencia en el proceso de sedimentacién de los materiales, Los Husos I fue excavado entre 1965 y 1970 por Apelliniz (Apelkiniz, J. M. 1974). El resultado de sus investigaciones sirvié para articular la secuencia cultural de los periodos cerimicos prehistéricos en el Pafs Vasco, asf como para establecer dos modelos de ocupacidin y explotacién del territorio diferentes: uno permanente en la costa y otto estac interior (del que Los Husos I es ejemplo). Durante los afios 80 este planicamiento es cuestionado, en parte, porque se duda de la estrat sf como del citado modelo dual Entre 1999 y 2001 se reanudan los trabajos en el abrigo a cargo de Javier Fernindez Eraso. A consecuencia de la intervencién en los Husos I, y debido a las caracteristicas del sedimento se puso de manifiesto la necesidad de evar a cabo una serie de andlisis quimicos. Los resultados obtenidos evidencian la necesidad de un replanteamiento de la hipétesis de uso y explotaci6n del sitio y que puede reforzar la critica al modelo dual n tiene gran nal en el validez del andi igrifico, Descripcién de cada horizonte El criterio seguido en nuestro caso a la hora de identificar las Unidades Estratigrificas (LE) es geolégico, es decir. segin las caracteristicas del sedimento, y no cultural, Asi hemos establecido 4 U.E. Sme-e. Con una potencia de unos 40 emts, se caracteriza por un sedimento hiimedo, suelto, de color marrén gristiceoy abundantes clastos de naturaleza caliza y ares Con n ANA POLO DIAZ ices y pequefios fragmentos de carbén ligeramente adherente y pli cia de costras grisdiceas, ligeramente duras. Presenta una textura arenosa - franca. Sedimento hiimedo con unos 45 emts de potencia, suelto, de color marrén oscuro tico, Destaca Ja presen- con presencia de clastos y raices. Al igual que en la U.E. anterior aparecen concreciones aunque de color mas marrondceo y de menor dureza. De adhesividad entre ligera y media presenta un nivel de plasticidad alto ( plistico/muy pkistico ). La fraceién fina es de textura franca, La siguente ULE. Esta formada a partir de la sedimentacién sucesiva de capas de color gris y negro/marrén oscuro rojizo. La hemos subdividido en 2 horizontes en funcién de la frecuenca de las capas grises que hallamos en ellas: ‘Smn-e. Con un espesor de unos 65 emts, se caracteriza por un sedimento hiimedo, con tes agregados que presentan fragmentos de carbén y coloraciones grises y anaranja- das, Con pocos clastos y alguna rafz, es adherente y muy plistico. Csm-e. Con una potencia de unos 50 cmts, se trata de un sedimento himedo de color marrén oscuro. Con alguna raiz y fragmentos de carbén. Con abundantes clastos de pequeio y mediano tamaiio, se presenta adherente y muy plistico. Las conereciones y agregados de ytaman abun este subhorizonte son mas frecuentes y de mayor tamatio que en la anterior, Hemos escogido fas grandes concreciones y hemos procedido a su descripeidn y anélisis. E-Sg, Se trata de un gran bloque de agregado. Huimedo, de unos 17 emts de potencia, de color gris rosiceo, no adherente, no plistico, muy duro y cementado. Sme. Esta iltima U.E. del perfil analizado se caracteriza por un sedimento hiimedo. con alguna raiz, clastos y pequefias concreciones. Con una potencia de hasta 60 cmts, se presenta compacto, ligeramente adherente y plistico, de color marrén grisiceo. Los resultados de los andlisis fisicos y granulométricos aparecen reflejados en la tabla J una de es Andllisis quimic Segtin los resultados obtenidos en este apartado los sedimentos estan en su mayor parte ‘compuestos por caliza y arcillas. as variaciones de Fe y Al dependen de la cantidad de are El porcentaje de Fe en las muestras es similar o inferior al que presentan las muestras de control. Es decir. no hay indicios de aporte extemno de Fe como ocurrirfa por ejemplo en el caso de haber habido fuegos. la de Ta muestra, Los resultados en el nivel de f6sforo indican un porcentaje de entre 4-10 % superior respecto a las muest in las ULE, Sme-e (inferior), Sm-e, Com-e, y Sine, el fsforo se ha hallado en porcenta- jes altos (un 3% frente al 0.3% del suelo presente). Por otto lado, el contenido de Fe es bajo (alrededor de 1%). Ademiis presentan una alta concentrat icico. de control. in de dcidos himicos y cos rises, que estén compuestas por carbonato Las capas que caracterizan este paquete estratigrifico son de disposicién précticamente horizontal, con una superficie irregular con abundantes agujeros y depresiones. De aspecto anirquico se suceden horizontes de diferentes caracteristicas intermediados. Hay grupos de TENTOS ARQUEOLOGICOS «) 9 !Peppoeduao.y | wus, Tae ung, ™ sng _| a“ | Fl a Oy : cna | td a oval [ oq, eu | d 2 aud oa I | em _ se eoug su wut 1 Wed meds cou ae oS 3 oo ypowin/ Weis Morsave = 54 ANA POLO DIAZ costras muy compactas grises y rugosas formadas por la superposiciGn de delgadas laminas de carbonato célcico. Entre estas podemos encontrar finas capas negras y muy plisticas con ves tigios de ocupa in humana, Proceso de formacién Los anilisis quimicos indican datos reveladores acerca de la formacién del paquete sedimentario definido como “corral” “establo” (Ferndndez Eraso, J. 2001-2002 p. 11). Las altas concentraciones de fésforo apuntan hacia la presencia de animales en el lugar, lo que unido a los escasos restos de manufucturas recogidos permite establecer una ocupacién para- lela de hombres y animales. Por otro lado. La baja concentracién de Fe permite deshechar la hipstesis dequemas periddicas del rescinto. Asi las potentes formaciones de costras grisdceas no pueden explicar- mula se por k n de cenizas procedentes de fuegos, EI hecho de que la extensién excavada presente la forma de una pequefia cubeta por donde fluye el arroyo del abrigo; la naturaleza litilégica del mismo y los resultados quimicos nos llevan a concluir que las caracteristicas que presenta el depésito sedimentario excavado reflejan: los sucesivos cursos del riachuelo, que provocan un encharcamento periddico de la zona. Ademas el alto nivel de acidez que presenta el sedimento se debe a la deposicién de los excrementos y orines de los animales y que son arrastrados por el curso del arroyo. Las coloraciones rojas y grises serfan consecuencia de los desprendimientos de la formacisn de conglomerados en que se encuentra ubicado el yacimiento. Asi las capas grises 0 costras sean probablemente la consecuencia de estos desprendi- mientos. Su descomposicién en un ambiente écido y encharcado provocaria su disaregacién y concentracign en las capas negras depositadas sistemsticamente bajo las costras se explican por la con- centracién de elementos orgdnicos en un ambiente humedo. Por tanto, podemos concluir que capas de establo en el al quimico que se da en un ambiente encharcado y Acido. zonas bajas del sitio. 'igo de Los Husos I tiene su origen en un proceso Conclusiones Para finalizar y a modo de conclusién nos parece interesante destacar los si uientes aspectos': El cardcter multidisciplinar de la Arqueologia orienta necesariamente sus andlisis ha- ia los planteamientos y procedimientos de las Ciencias de ta Tierra, especialmente de la E lafologia, * Quisicramos agradecer la colaboracién especial de Pedro José Lobo Urrutia cuya ayuda ha sido de gran valor en Ia elaboracién del presente articulo, asi como destacar et apoyo brindado por Andoni Séen7 de Burvaga y Javier Fernindez Eraso, LAS FORMACIONES EDAFICAS EN CONTEXTOS AROLEOLOGICOS 5 Dentro de la Edafologia tiene especial relevancia e! estudio microsedimentario, en sus aspectos fisico, mineralégico y quimico. En su aplicacién a la secuencia sedimentaria de Los Husos | ha resultado de vital importancia a la hora de identificar y definir el proceso de forma- cidn del depésito, Sin embargo, como primer acercamiento que es por nuestra parte, atin quedan muchos aspectos por desarrollar y problemas que resolver, tanto a nivel tedrico como sobre todo a nivel préctico. En este sentido una aplicacién sistematica de andli is micromorfol6gicos, seria de gran utilidad en la resolucién de la secuencia estratigrafi de los yacimientos. ‘También la identificacién en el registro arqueol6gico de formaciones edéficas, mis all de la caracterizaci6n y definicién de suelos de caricter antropolégico o de ocupacién, que nos aportaria valiosa informacién acerca de las condiciones de génesis y desarrollo ambiental de los depésitos. Ademés, c6mo reconocer, definir, articular y relacionar aquellos procesos “naturales” y aquellos provocados por la acci6n o presencia del hombre. Saber la manera en que interactiian entre ellos y a qué transformaciones y manifestaciones especfficas dan lugar. A tales efectos seria de gran interés abrir una linea investigadora con el fin de establecer una tipologia espe- cifica de suelos arqueol6gicos, que ayudara a resolver los problemas particulares que se pre- sentan a la hora de abordar el estudio de un depésito arqueolégico. 6 ANAPOLODIAZ liografia AGUIRRE, M.; LOPEZ QUINTANA, J.C; ORMAZABAL, A; SAENZ DE BURUAGA.A. 1999. “Deter. minacién prictica del sedimento en el campo y jerarquizacién de componentes sedimentolégicos en Estratigrafia Analitica”, Krei, n°, p. 3-27. Gasteiz. ALBERTO, F: MACHIN, J. 1990, «ormaciones de suelos». BARANDIARAN MAESTU, L; VEGAS. ARAMBURU, J. I. (Eds). Los grupos humanos en la Prehistoria de Enc(a-Urbasa, Fundacién Jose Miguel ‘de Barandiavan, Eusko Ikaskuntza, San Sebastisn. APELLANIZ, J. 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