EI silencio de
Armisticio de la
Primera Guerra Mundial
La historia del tltimo dia de la Primera Guerra Mundial:
Malcom Brown evaltia la reaccién de los vencedores el
11 de noviembre de 1918
20 BBC HistoriaRAUNA MANANA gris,
fria y hiimeda. A juzgar
por lo plomizo dal cielo,
talmenteparecia que fuera
ser otrolunes de noviem
bre tan tipicamente triste
No obstante el dia tenia una sorpresa
escondida en la manga, Esa misma tar
de, la reina Maria de Teck escribiria en
su diario en el palacio de Buckingham
ue ese habia sido “el dia masimportan:
tedela historia mundial”
Enel frente, un soldado britinico
ria algo similar. En un comenta
Seaforth Highlanders,
scribié en su diario: "Me resulta del
‘odo imposible intentar describir el
significado que dl di
choy tiene para
Robert Graves, el soldado y poeta
que se encontraba recuperindo
en Gales, salib apasear por el
‘maldiciendo y Uorando y
recordando a los muertos”
todos nosotros. Regresaremos a nus
tras casas y contaremos a la gente
ccémo fue en realidad la guerra
esperanza de que la im
este dia sea recordada por las g
ciones venideras. No cabe duda de que
después de hoy ninguna nacién civil
‘ada declarard jams la guerra a otra
Tropaecanasionses
lamadana del 11 de
newiembre de 1918
emparteren pastel
yeskascontes
lugaresas
Pm,
Robert Graves retratede durante
laPrimere Guerra Mundi,
‘Ain asi, desde el momento en que
fueran anunciadas, las noticias del ar-
misticio que marcaria el punto final
del calvario que consituyé la Primera
Guerra Mundial, 2 las once horas del
dia once del mes once de lo que seria
el lkimo aio de guerra, recibieron res-
puestas encontradas. Robert Graves, el
soldado y poeta que en ese momento
se encontraba recuperindoseen Gales,
salié 2 pasear pore dique del pantano
de Rhuddlan “maldiciendo y lorando
y recordando a los muertos”. Como
queriendo reforzar ese sentimiento de
pérdida, en Shrewsbury, en la casa fa-
miliar del gambién poeta Wilfred
‘Owen, se recibi6 un telegrama anun-
ciando su muerte en servicio, mientras
en el pueblo sonaban alegres campa~
radas que anunciaban la victoria.
No obstante, al menos el terrible
asunto habia llegado a su fin. “Yano
hrabré que recoger con palas mis restos
dde cuerpos humanos para amontonar
losen sacos de arena; ya no habré que
gritar >
BBCHistoria 21‘Gjald aguante estas iltimas
horas, esto es lo que todos
estamos pensando. Me siento
tremendamente apenado x
e0s pobres que han catdo ee
mahanas que Sequne que Ho
seri pocos”
Elnovenoregimientodetos
East Surreys aplause
animado as noticias dela
victoria enelFrente
Occidental, 11 de noviembre
de 1718 No obstante,notodas9
alesperaba,
El sonido de las campanas de
laiglesia
cho algo excitante. A las 10:45h, el of
cial de atilleria lugarteniente Arthur
Gregory, que se encontraba tras las Ii
reas situadas cerca de la localidad bel
Mons, esribié en una misiva a
casa: “Querida madre: Un cuarto de
hora mas de GUERRA. Esta es mi it
su prometida de la
siguiente manera: “Querida Olive: ;Hu-
DAILY __|
SKETCH,
24 BBC Historia
EL cielo noctumo de Londres se vio iluminado por
WHOS 0s artifuciales. EL Big Ben resonaba desde
ee an de um modo
que todo el mundo habia olvidado
Enestaimagen
aparecicaenla
erteaportod del
Dai Seated puede
verse allugartenente
Eadie Eowards, entre
onras personas,
Londres montadosen
tnametectletacon” ‘La tranguilidad no era pr
seca.
paro de artilleia:la gu
doen paz y tranquilidaaren
tery
britsnicajonto aun,
casero
nas. Un canadiense coment6 al respec:
to: "No sé emo se las arreglaron para
mantener escondidos todos es0s ali
mentos de los Hunos, pero no impor-
ta, todo el mundo estaba contento, eso
cera lo principal’
Los campos de convalecientes y los
hhospitales también se unieron a las cele-
braciones. Cuando el soldado raso “Fen”
Noakes, de los Coldstream Guards, que
se encontraba recuperindose de su se
gunda herida ese afo, fue llamado a
desfilar junto con los:
hospit
yorqué. Cuando recibieron el anun-
entonaron el God save the king y
sperary y cuando el jefe de operacio-
nes pidi tres hurras por el fin de la
guerra, Noakes escribié: “casi consegui-
mos que se pusieraa lover’
os pacientes del
la tarde del dia 11, nunca dudé
Al fin la paz
dores del di lo obtenemos de manos
dante dela 80 dvisin del 315 batallén
de ametralladorss de las Fueras Exp
= taba destinado en Argonne. En una
arta a su mujer, exeribids"La paz al fin
ina en eta terra exhausts porla gue-
ra, ungve naturalmente todos esta
nos dispuestos a lanza al ire nuestras
gorras ylanar grits de agra, lo ce
§ toes que no podemos dejar de pensar
| mismo tiempo que este auténtico
horror se ha
campo de betala, comparado con los
5 darane el breve tiempo que luchamos
nos dejamos el pellejo y nos dimos
cuenta de que la guerra moderna esa
cosa mis terrible que la mente humana
haya podido idear”
El mayor F J. (Joe) Rice, coman-
dante de bateria de artilleriabritinico,
‘observ una respuesta muda entre sus
hombres cuando se recibieron las no-
ticias. Sus oficiales mostraron tan solo
un modesto entusiasmo, aunque si
‘que visitaron una bateria antiagrea ve-
ina para comprar una botella de
‘porto. “Luego rodeamos el parque de
ametralladoras y las naves de paracai-
das e informamos al suboficial y alos
hombres. La reaccién del sargento
Goodall puede servir como ejemplo
dela calma con que fueron recibidas,
las noticias: cuando atravesamos el
parque de ametralladoras y se lo co
municamos, tan solo se detuvo, salu
46, dijo «Muy bien, sefior»... y em:
prendié de nuevo su camino!”
Por otra parte, al otro lado del rar,
Londres estallé en un ataque de locura.
Poco antes de que dieran las 11 de la
mafiana, Lloyd George, el primer mi-
nistro britanico, sao del n° 10 de Doss-
ning Street y se dirigié a la bulliciosa
rmultitud rebosante de banderas: "(Todo
seha acabado! —Ies dijo— jHan firma-
a guerra!”
Allas once en punto de la mafiana se
tiraron pe desde el pedestal dela
columna de Nelson, en Trafalgar Squa
re, se grité el “Todo despejado!” y, en
palabras de Churchill, “Las estrictas, re
suladas calles londinenses, tan marca
das por la gu
una triunfante algarabia’ Las mulkit
des atestaron los accesos al palacio de
Buckingham y, cuando los reyes apare
cieron en el baleén, fueron repet
veces ovacionados. Las condiciones a
‘mosféricas empeoraron segiin iba pa
sando el dia, pero nada p
alegria de un pueblo que acaba
terminar 52 meses de guerra
El lugarteniente Eddie Edwardes
cra un joven oficial que nos dejé una
version especialmente vivida de lo su-
cedido. Oficialmente, ea un enfermo
en recuperacién tras haber sido heri-
do en el campo de batalla pero en res-
lidad se hallaba trabajando en
nisterio del Aire en el Strand, en
Londres. Segiin : “Tan pronto como
recibimos las noticias, todo aquel ca
paz de correr, caminar 0 incluso arras
trarse se dirigié a las calles, nadie tra
bajé ni un minuto mis en todo el dia.
Lascalles de Nueva Yorkllenasdegente
Eelebrande el final de a guerra,
EL de novembre
01918 eLeseritor
CS. Lewisyla
Britainno
Sineronalesria
Sinopenapor as
‘sides durante
uerr.
Las noticias Hegaron agui antes que al
publico en general, asi que me entre-
tuve informando por teléfono a Lady
Harvey y a otras personas. Cuando
comenzaron a escucharse los disparos
y las sirenas, Tyler y yo salimos al
Strand, donde nos recibié una vision
imposible de describir. Todo el mun-
do se habia vuelto completamente
loco, Tyler y yo nos juntamos con tres
miembros de las Fuerzas Aéreas Fe
‘meninas (todas elas, por cierto, de
alta alcurnia), compramos banderas,
nos subimos los cincoa una moto con
sidecar y pasamos el dia entero dando
vuelta a Londres una y otra ver, dan-
do gritos de alegra hasta que prctica
‘mente nos quedamos sin vor.
Fuimos los primeros en dar las no-
ticias en Selfridges. Fl personal al com:
pleto se volvié hacia nosotros y nos
fovacioné. Casi nos da mal de tantas
palmadas en Ia espalda que recibimos.
Cada ver que nos deteniamos,atraia
‘mos a multitudes y tan pronto como >>
BBCHistoria 25Michael Palin acerca de la
Primera Guerra Mundial
Hablamos del armisticio con el presentador
de un programa de la BBC dedicado al final
dela Primera Guerra Mundial
Siantomés cercana a Primera Guerra Mundial que a
Segunda, Selucho aun nivel humana mucho mss
bisico, Algunos de os escrtoresy poetas mas
importantes lucharon ene jércitobritzrico,y pusieron
‘expresar ol horror que sintieron.Centerplariatumba de
Witred Owen entafotogratil durante elrodaje de este
programa documental sobre eliltime dial conflict me
resulté especialmente conmovedor, ya que su poesia
siempre me haafectadoprofundamente.Cayé muerto
probablemente enlailtims ofensve, unos cinco dias antes