Lectura Mayo 27

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100 ‘concrete soctouocias IMDAMALES plo,en la accién tradicional. El motivo de este cardcterflui- do reside, en estos como en otros casos, en que no siempre se puede establecer de manera clara si una accién esta guia- 4a por el comportamiento ajeno ni siempre se puede llegar a determinar el significado de la propia accién, o no se lo puede establecer de manera consciente o de manera total ‘mente consciente, lo cual sucede més raramente. Por eso no siempre se puede distinguir con seguridad entre la mera «, sea de la indole que sea. La accién racional considerada en si misma como un valor (en el sentido en que la entendemos aqui) es siempre una accién «por un mandato» 0 segiin determinadas «exigencias» que el indivi- dduo cree tener impuestos. Solo en la medida en que una accién humana se gufe por estas exigencias hablamos de Wertrationatitat (de racionalidad que considera la accién como tal como un valor), lo cual suele ocurrir en unos por- centajes de casos muy diferentes, pero por lo general bas- tante modestos. Como se vera mas adelante, esta racionali- dad tiene importancia suficiente como para destacarla ‘como un tipo especifico de accién, aunque aqui, por lo de- ‘més, no estemos intentando dar una clasificacién exhausti- va de los tipos de accién. 4, Actia con racionalidad que considera la accién como di rigida a conseguir un resultado (Ziveckrationalitat) quien dirige su accién hacia un fin, hacia unos medios y hacia las consecuencias colaterales, ponderando racionalmente los ‘medios en relacién con los fines, los fines en relacién con las consecuencias colaterales y, por iltimo, los distintos fi- nes posibles entre si Es decir, que no acttia en todo caso ni 104 concer SOCIOLOGI08 FUNDAMENTALS espontineamente (en concreto, no emocionalmente) ni de manera tradicional. Por su parte, la opci6n entre los fines ylas consecuencias concurrentes 0 colusorias puede adop- tarse con la racionalidad que considera la accién como tal como un valor (Wertrationalitat). En este caso, la accién sélo tendria racionalidad instrumental en los medios. Pero el agente puede ordenar los fines en colisién en una esca~ la de priotidades expresamente ponderada por alguna ne- cesidad subjetiva sin guiarse en ello por «mandamientos» © sexigenciasy, y Iuego guiar su accién de modo que esta necesidad subjetiva sea satisfecha dentro de esa escala de prioridades en lo posible (principio de la sutilidad margi- nal), Es decir, la racionalidad que considera la accién en si misma como un valor puede relacionarse de varias ma: neras con la racionalidad que considera la accién como un medio para lograr un resultado, Pero, desde el punto de vista de esta tltima, la racionalidad que considera la accién en s{ misma como un valor es siempre irracional, y tanto ‘mis irracional cuanto mas absolutice el valor por el que se ‘guie la accién, porque, cuanto menos piense en las conse- ‘uencias de la accion, més absoluto consideraré que es el valor propio de la accién como tal (una conviccién pura, Ja belleza, un bien absoluto, un deber absoluto). Pero, por otro lado, una racionalidad instrumental absoluta es esen- cialmente un caso limite de carécter construido. 5. La accién, y especificamente la acci6n social, rara vez se guia o solamente por un modo 0 por el otro. Por otro lado, es- tos modos de dirigir la accién tampoco son en absolute una clasificacién exhaustiva de los tipos de acci6n, sino que son tipos conceptualmente puros, construidos para fines sociolé- 8gic0s, a los que las acciones reales se aproximardn més o me- nos o de los que tendran una combinacién, lo cual es lo més frecuente. Su utilidad s6lo nos la pod mostrar el resultado. 3} Larelacion social Llamamos «relacién» social al comportamiento de varias personas en la medida en que el significado de la accién de cada una esté referido al de las otras y la accién se guie por esa referencia. La relacion social, por tanto, consiste total y exclusivamente en la probabilidad de que se dé alguna accién social de algiin modo determinado (en el que haya un senti- do), siendo indiferente a este respecto en qué se apoye esa probabilidad. 1. Una caracteristica conceptual es, por tanto, que la accién de cada parte tenga un minimo de relacién reeiproca con la accién de los dems. El contenido de la relacién puede ser muy variado: lucha, enemistad, amor sexual, amistad, vene- racién, intercambio mercantil, «perfeccionamiento» 0 «evi- tacidn» 0 «ruptura» de un acuerdo, «competencia» econé- ‘mica, erética 0 de otto tipo, comunidad de clase 0 nacional ‘oestamental (en el supuesto de que todas estas comunidades produzean «acciones sociales» més alla de tener meros ele- 105 mentos comunes; de esto hablaremos més adelante). El concepto de relacién social, por tanto, no dice nada sobre si centre los agentes existe «solidaridady o lo contrario, 2. Aqui se trata siempre del significado real subjetivo atri buido por los participantes en la relacién, sea en un caso concreto 0 en el caso promedio o en el tipo «puro» cons truidos no se trata nunca del significado «verdadero» meta fisicamente ni del significado «correcto» desde un punto de vista normativo. La relacion social consiste exclusivamente, aun tratindose de las lamadas «instituciones sociales» como el «Estado» la elglesia», la «corporacién», el «matri- ‘onion, etc., en la probabilidad de que se haya dado, se dé ahora 0 se dé en el futuro una accién cuyo significado esté orientado de algin modo por la reciprocidad. Hay que in- sistir en esto para evitar una concepcién «sustancialista» de estos conceptos. Un «Estado», por ejemplo, deja de «existir» desde el punto de vista sociolégico tan pronto como desa: parezca la probabilidad de que tengan lugar determinados tipos de acciones sociales guiadas por un significado. Esta probabilidad podra ser muy grande 0 muy pequefia. Pero en la medida en que esa probabilidad haya existido o exista realmente (de manera estimada), existio, o existe todavia, la relacién social en cuestiGn. Este sentido y no otro es el que hay dar ala expresion, por ejemplo, de que un «Estado» concreto todavia wexister «no existe» ya 3. No estamos diciendo de ningiin modo que los partici pantes en una accién social concreta de cardcter reciproco eden el mismo significado a la relacién social 0 que adop- ten interiormente una actitud de acuerdo con la de la con- traparte, es decir, que exista «reciprocidad» en ese sentido, Pues la «amistad», el «amor», el «respeto», la elealtad con- 1 uaRnaciowsorts ww tractus, el esentimiento de comunidad nacional de una Iment diferente. Los patcpante en una tlain soi pueden asocirpreiment un sentido muy deena ‘unatrae por ambas partes, Pero teneteipocad on determina respect sel uta paealeorment yu soy sents acon por est expetat {Tdesartllo del acon y parla forma dela elcn, objeivamenteerecprocar en cuanto que el gna de tvs que po ermino medio tiene cada uno de los parce pants ena tlc, po empl acide jot Pesto au padre ser aproximatamenic al menos como Is Espera el pare (ene cas concrete oencl caso promedio 0 énel tipo construido)Unarelacion social que seas com Pletamente en unaactitud gue se aecw al sigieado tect proso eh ened uncaso lite ero.enmaesto cosy tela ausencia de eciprocidad sl exc la easton de una srl sci cand I ausencia de reipeidad Gesemboguerelmesteen quem lcs das una scone laspartescon ina referent matin eipocs Agu cna en eas pares a ele elmente i exstenci de todo 4. Una relacién social puede tener cardcter pasajero 0 dura- dero, es decir, que esté dispuesta de tal modo que exista la probabilidad de una repeticién continua de un comporta- ‘miento acorde con su significado, es decir, un comportamien- to vilido para ese caso y, por lo tanto, esperado, La wexisten- cia» de una relacién social significa solamente que existe esa probabilidad, una probabilidad mayor o menor de que ten= 108 ‘CONcHPTOSSOC1OLOGIS FUNDAMENTALS ga lugar una accion acorde con un sentido subjetivo deter- ‘minado; hay que insistir siempre en esto para evitar falsas ideas. Cuando se dice que existeo ha existido una samistad» © un «Estado», esto significa exclusivamente que nosotros (los observadores) creemos que existe 0 que ha existido la probabilidad de que, sobre la base de una determinada acti- tud de determinadas personas, vaya a tener lugar una accién de un modo determinado de acuerdo con un significado promedio; y no significa nada més (cfr. nim, 2 anterior) Desde un punto de vista sociol6gico no se plantea la alter: nativa inevitable ante la que se encuentra la perspectiva ju ridica de que un principio juridco con un determinado sig. nificado o vale 0 no vale (en sentido juridico), o de que 0 existe una relacion juridica 0 no existe 5. El significado de una relacién juridica puede cambiar; por ejemplo, una relacién politica de caracter solidario puede transformarse en una relacidn de colision de intere- ses. La cuestion de sien estos casos habria que hablar de tuna relacién «nueva» o de sila antigua ha recibido un «sen- tido» nuevo es sélo una cuestién de conveniencia termino- logica y del nivel de continuidad conservada en la transfor- macién. El significado puede ser en parte permanente y en parte cambiante. 6. El significado que le da a una relacién social un cardcter permanente puede formularse en «normas». Los participes en la relacién esperan de las otras partes que acepten estas normas, de modo aproximado 0 por término medio, ala ver que ellos mismos guian sus acciones por estas normas (de modo aproximado o por término medio). Fsto ocurrira tanto més cuanto mas racionalmente estén drigidas las ac ciones en cuestin (con racionalidad de medios-fines 0 con s tamscowsoesat 9 idad que considera la accién en si misma como un valor). En una relacién erotica o en una relacion meramen te espontinea (por ejemplo, una relacidn de «piedad»), la posibilidad de una formulacién racional del significado subjetivo atribuido a la accién es, por ejemplo, mucho me nor que en una relacién comercial de caracter contractual 7. El significado de una relacién social puede acordarse por ambas partes. Esto significa que los participes en la relacién se hacen promesas para su comportamiento futuro, sea entre ellos 0 no. Si cada participe hace una ponderacién racional, contara normalmente (con distinto nivel de seguridad) con que el otro va a guiar su accion por el sentido acordado, Aquél, por una part, drige su accién, con racionalidad ins- trumental, por esta expectativa (siendo, sean esto, més 0 ‘menos «leal>) y, por otra parte, le dirige, con una Wertratio- nnaitat, pr el «deber» de «cumplir» el acuerdo pactado en el sentido que él le habia atribuido. Esto es lo que podemos anticipar ahora, Paral resto, véanse capitulo 9 y capitulo 13. 4, Tipos de accién social: usos, costumbre En la accién social pueden observarse regularida- des en la realidad, es decir, acciones que se repiten con el mismo significado subjetivo tipico en un mis- mo agente 0 en numerosos agentes (y que, even- tualmente, se repiten también al mismo tiempo). De estos tipos de desarrollo de la accién se ocupa la sociologia, a diferencia de la historia, que se ocupa de la imputacion causal de acontecimientos indivi- duales importantes, es decir, decisivos. Llamamos uso a la probabilidad real de que se dé una regularidad en una accion social, en la medida en que esta probabilidad deba su existencia solamente a su préctica real dentro de un grupo de personas. Lla ‘mamos costumbre al uso que descansa en una practi real de largo arraigo. Por el contrario, denominamos uso «generado por intereses» al uso cuya probabilidad de existencia empirica esta generada solamente por acciones de los individuos guiadas, con una racionali- dad instrumental, por las mismas expectativas. 10 {nos veAcci soca 505 CONTE m 1. La cmoda» forma parte del uso. Llamamos «moda», en oposicion a la ecostumbre», cuando es la novedad del com portamiento el hecho por el se guia la accién. La moda est proxima a la «convencién», pues, como ésta, surge, la ma yor parte de las veces, del deseo de prestigio social. Ahora no vamos a entrar en mas detalles. 2. Llamamos «costumbre»,a diferencia dela econvencién» y del «derecho», a una norma sin una garantia externa,ala que Jos agentes se atienen voluntariamente, ea «ireflexivamei te» 0 por «comodidad» o por el motivo que sea, y cuyo cum- plimiento por parte de los otros pertenecientes a ese grupo hhumano pueden esperar los agentes por los mismos motivos. La costumbre no seria, en ese sentido, algo «obligatorion (gl tendes), pues a nadie se le wexige» que la siga, La transicion entre la costumbre y la convencién obligatoria y el derecho es naturalmente fluida. En todas partes lo tradicional ha sido el padre de lo obligatorio (geltendes). Hoy es «costumbre» que tomemos un desayuno por la mafiana a una cierta hora; pero no existe ninguna «obligatoriedad» al respecto (excepto en los huéspedes de un hotel); y no siempre ha sido costumbre. Por el contrario, el tipo de vestido es hoy, en gran medida, ya no s6lo costumbre sino una convencién, incluso aunque hhaya surgido de una «costumbre». Sobre el uso y la costum- bre vale la pena leer todavia hoy los apartados correspon- dientes de la obra de Jhering Zweck im Recht (volumen II). ‘Veanse asimismo P. Oertmann, Rechtsordnung und Verkehrs- sitte (1914), y, recientemente, F. Weigelin, Recht und Moral (1919) (que coincide conmigo frente a tammler). 3. Muchas y muy Ilamativas regularidades en el desarrollo de la accién social, especialmente en la accién econémica aunque no sélo en ella, no se basan en que esas acciones, m2 conctrrassocotocicns oar se orienten por alguna norma considerada «obligatoriay ni tampoco en la costumbre, sino que las regularidades se basan simplemente en que el tipo de accién social de los participes corresponde como tal a sus intereses normales, {al como ellos mismos los estiman subjetivamente, y en que sgufan su accién por este conocimiento y opinién subjetivos: Lun ejemplo de esto son las regularidades en la formacién de los precios en el mercado «libre». Los que tienen interés en el mercado orientan su comportamiento el «medio» por sus propios intereses econémicos subjetivos tipicos ~el fin a lograr-, y se guian igualmente por las expectativas-tipo que abrigan respecto del comportamiento previsible de los otros para conseguir ese fin -una «condiciOn»-. Cuanto ‘mds estrictamente racional actien, de manera més similar reaccionaran ante determinadas situaciones, surgiendo asi regularidades y continuidades en las acciones y en las acti- ‘tudes, que muy a menudo son mucho mas permanentes que ‘cuando las acciones se guian por normasy por deberes con- siderados por un grupo de personas realmente como «obli- sgatorios». Este fenémeno de que guiarse por el nudo interés propio y por el interés de los otros produce efectos iguales alos que se pretende lograr con las normas (y a menudo en vvano) ha despertado una gran atencién en el terreno eco- nnémico: este fenémeno fue precisamente el origen del na- , es decir, tiene que aceptar pequenias y grandes cosas desagradables e inconve- niencias en cuanto que las acciones de la mayorfa que lo rodea sf cuentan con esa costumbre y la siguen. La estabilidad de los intereses descansa, de manera simmi- laren el hecho de que quien no guie su accién por el interés de los otros —quien no «cuente» con ellos~ provoca la opo sicién de éstos o tiene un resultado no querido 0 no previs to por él, corriendo el peligro, por tanto, de que sus intere ses sufran dafio. 5. Concepto de orden legitimo Los participes en una acci6n, y més concretamente en una accién social y més concretamente atin en una relacién social, pueden guiar su accién por la idea de que existe un orden legitimo. Llamamos «le- gitimidad» (Geltung) de un orden a la probabilidad de que realmente ocurra que los participes en una accién social se guien por esa idea. 1. «Legitimidad» de un orden significa para nosotros, por tanto, algo més que la mera regularidad en el desarrollo de una accién social generada por la costumbre o por inte ses. Cuando una sociedad de transporte de muebles anun- cia regularmente las fechas de las mudanzas, esta regulari dad esta generada por el «interés». Cuando un vendedor ambulante visita a su clientela en determinados dias del mes 0 de la semana, esto es 0 una costumbre arraigada 0 también el resultado de sus intereses (turnar las visitas @ su clientela), Pero cuando un funcionario se presenta daria: mente en su despacho a una hora fija, esto no sélo esta ge- 14 + coxcnrro neoanes ci us nerado por un habito arraigado (costumbre), aunque tam: bién, ni sélo por un interés propio que él pudiera recrear 0 no a su arbitrio, aunque también; sino que, por regla gene ral,esté condicionado por la «legitimidad» del ordenamien to (el reglamento de trabajo) como un mandato, cuyo in. cumplimiento rechaza el funcionario no sélo porque le traeria perjuicios sino que lo denigra por su «sentido del deber» desde la racionalidad que considera la accion en si ‘misma como un valor (aunque este sentido del deber pueda ser efectivo en muy diferente medida). 2. a) Llamamos «orden» al contenido de una relacion s0- cial solo cuando la accidn se guia (por término medio 0 aproximadamente) por determinadas «maxima. b) Hablaremos de «legitimidad» de este orden solo cuando este guiarse realmente por esas maximas se produz~ cal menos también (es decir, en un nivel importante) por- «que esas maximas se consideran obligatorias (geltend) para laaccién, es decir, vinculantes o ejemplares, Evidentemente los participes se guian por un orden por motivos muy dife rentes. Pero la circunstancia de que el orden mueva, junto a otros motivos, de manera vinculante o ejemplar, es decir, on carécter normativo, a una parte al menos de los agentes, acenttia naturalmente la probabilidad de que la accion se guie por el orden, y de que a menudo lo haga en una medi da significativa, Un orden que se cumpliera solamente por motivos de la racionalidad que considera la accion como medio para un resultado es, por lo general, mucho mis fré gil que cuando un agente se guia por el orden por la sola fuerza de ta costumbre, 0 a consecuencia del arraigo del comportamiento. Este tiltimo es el modo mas frecuente de Ia actitud interior, pero es mucho més fragil que un orden que aparezca con el prestigio de tener un carscter ejemplar ‘ovinculante. En realidad, la transicién entre guiarse por un 6 caxcerTossocOLOSKS FUNERALS orden por meras motivas tradicionales o por mera raciona- lidad instrumental y la creencia en la legitimidad es natu- ralmente fluida. 3. Uno no sélo «se guia» por la legitimidad de un orden cuando «cumple» el sentido del mismo (tal como éste sea en- tendido por término medio). También en el caso de la «trans gresiony o welusidn» del orden actia (es efectiva) la probabi Tidad de que exista, a algiin nivel, un orden legitimo (como tuna norma obligatoria). El ladron que oculta su robo esta guiando su comportamiento por la slegitimidad» del c6di go penal, En este hecho de tener que ocular su trasgresion se estd poniendo de manifesto precisamente que el orden «vale» dentro de un grupo humano. Pero prescindiendo de este caso limite, el incumplimiento del orden se suele limi- tara trasgresiones parciales mas 0 menos numerosas o pre- tende presentarse como un incumplimiento legitimo con diferentes grados de buena fe; 0 existen en realidad diferen- tes concepciones del significado del orden, que —para la s0-

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