Byuas Chef thew!
ee rout & bos
Melancolia
En tiempos recientes se ha proclamado con fie~
cuencia el final del amor. Se piensa que hoy el
‘amor perece pot a ilimitada libertad de elecci6n,
por las numerosas opciones y la coaccién de lo
Sptimo y que, en un mundo de posibilidades
ilimitadas, no es posible el amor. También se de-
rnuncia el enfriamiento de la pasion. Eva Mlowz,
cen su obra gPor qué duele el amor?, atribuye este
iamiento a la racionalizacién del amor y a lapa En realidad, el hecho de que el ofro todas partes.Todo es aplanado para convertirse-en
De psne ce caaes dramitico, pero se trata objeto de consumo.
meee Ree que progresa sin que, por desgracia, Vivimos en una sociedad que se hace cada ver
hee a mis narcisista. La ibido se invierte sobre sodo
pobre ee dace sentido enfitico,que tn la propia subjetividad. El narcisismo no es
puede alcanzarse bajo el régimen del yo. Por ringtin amor propio. El stjeto del amor propio
tmprende una delimitacion negativa frente al
iro, a favor de si mismo. En cambio, el sujet
reaista no puede fijar claramente sus limites,
De exta forma, se diluye el limite entre él y el
otro, El mundo se le presenta solo como Pro-
ee ieultek yecciones de sf mismo. No.es capaz te conoest
Saale Se 0 JB rosy en su akteridad y de reconocetto e®-e5t
ef lenguaje:no se puede hablar de é, sobre ; todo alteridad. Solo hay alli donde él se
atributo ¢ falso, doloroso, torpe, mortificante».' are
La cultura actual del constante igualar no permite
ninguna negatividad del atopos. Comparamos de
‘manera continua todo con todo, y asi lo nivela~
‘mos para hacerlo igual, puesto cee
precisamente la atopiscontir
.cién del uno por ¢l otro, Ahora bien, el
oir, despojado de su alteridad, queda degradado
ala condicion de espejo del uno, al que confirma
en su ego. Esta logica del reconocimiento atra~
pa en su ego, ain mas profundamente, al sujeto
ista del rendimiento, Con ello se desarrolla
una depresién del éxito, El sujeto depresivo del
rendimiento se hunde y ahoga en si mismo. En
Eambio, el Eros hace posible una experiencia del
‘otro en su alteridad, que saca al uno de su infierno
narcisista. El Eros pone en marcha un volunta~
rio desreconocimiento de si mismo, un voluntario
vaciamiento de si mismo. Una especial debilidad
se apodeta del sujeto del amor, acompafiada, a
la vez, por un sentimiento de fortaleza que de
todos modos no es la realizacién propia del uno,
sino el don del otro. En el infierno de lo igual,
Ja legada del otro atépico puede asumir una
forma apocaliptica. Formulado de otro modo:
hoy solo un apocalipsis puede liberarnos,es mas,
redimirnos, del infierno de lo igual hacia el otro.
Del mismo modo, la pelicula Melancholia, de
Lars von Trier, comienza con el anuncio de un
suceso apocaliptico, desastroso. Desastre significa,
literalmente, no astro (lat. des-astrum). En el cielo
nocturno, Justine descubre, en presencia de su
hermana, una estrella resplandeciente de color
rojo que mis tarde se revela como un no astro,
a
Melancholia es un desastrum? con el que inicia su
curso todo el infortunio. Pero alli hay algo negativo
de lo que parte un efecto salvador, purificador.
tn este sentido, «Melancholia» ¢s un nombre pa~
radéjico, en la medida en que produce tna cura
para la depresi6n como tna forma especial de Ia
Fielancolfa. Se manifiesta como el otro at6pico Arve
aque sacaa Justine del pozo narcisista. As, lorece
yealmente ante el planeta que trac 1a muerte.
El Bos vence la depresién. La relaci6n tensa en-
tre amor y depresion domina desde el principio
el discurso de la pelicula Melancholia. Bl preludio
de ‘Tiistén e Tsolda, que anquea musicalmente la
dnta, conjura la fuerza del amor. La depresin
se presenta como la imposibilidad del amor. O
bien ol amor imposible conduce a la depresion.
Por primera vez, el planeta Melancholia, como
‘un otro atépico, que irrumpe en el infierno delo
‘gual, concita en Justine la aspiraciGn erotica. En
la escena junto a'la roca del rio se ve el cuerpo
desnudo de una amante envuelto en voluptuosi-
dad. Llena de esperanza, Justine se tumba bajo la
Juz azul del planeta portador de muerte. En esta
escena parece como si Justine anhelara el choque
mortal con el atopico cuerpo celeste. Ella espera
+ «Melancholie es también et nombre con el ques bau
tina a esa estrella resplandecientes, (N: del E.)
cE]Los cazadores en la nieve se extiende a la propiedad
la catistrofe que se aproxima como una union
dichosa con el amado. Nos vemos forzados a de Claire, Los cazadores, con un vestido oscuro,
pensar en la muerte de amor de Isolda. Ante la yuelven a casa profundamente encorvados. Los
muerte que se acerca, también Isolda se entrega péjaros negros en los arboles hacen que el paisaje
con sumo placer al «todo que sopla en la respira~ invernal parezca todavia mis sombrio. El letrero
ion del mundo». No es ninguna casualidad que de la posada «Zum Hirschen», con la imagen de
Justo en esa tinica escena erética de la pelicula un santo, esti torcido y casi se cae. ‘Este mundo
resuene de nuevo el preludio de Tristin e Isolda. leno de melancolia invernal produce un efecto
Este conjura magicamente la cercania entre Eros de abandono de Dios. Lars von Trier hace que
y muerte, apocalipsis y redencién, De manera del cielo caigan lentamente fragmentos negros,
parad6jica, la muerte que se aproxima da vida que devoran el cuadro como una fogata. A este
a Justine. La abre para cl otro. Justine, liberada melancélico paisaje invernal le sigue una escena
de su prisién narcisista, se aboca al cuidado de que produce un ‘efecto similar al de una pintura,
Claire y su hijo. La magia real de la pelicula es cena cual Justine imita ala Ofelia de John Everett
la prodigiosa transformacién mediante la cual Millais. Con una corona de flores en la mano,
Justine deja de ser una depresiva y se convierte flota en el agua como la bella Ofelia.
‘en una amante. La atopia del otro se muestra Justine, después de una disputa con Claire,
como la utopia del Eros. Lars von Trier intercala «cae de nuevo en la desesperacion, y su mirada se
con clara intenciOn Conocidos cuadros clisicos desplaza con desamparo a través de los cuadros
para dirigir discursivamente la pelicula y dotarla abstractos de Malevic. Luego,en un ataque,arran~
de una semantica especial. Asi aparece, en la intro ‘ca del estante los libros abiertos y los reemplaz
surrealista, el cuadro de Pieter Brueghel Las ca- ‘ostensiblemente por cuaclros que refieren,t0d08 o,~
_zadores en la nieve, que sume al espectador en una ellos, a pasionesabismales del hombre. ste
‘profunda melancolia invernal. En el fondo del momento preciso suena de nuevo el preludio de
- Sl tca sls istdne Isolda, Port de amor,daa David con la cabeza de Goliat, de Caravaggio,
a El pais de Jauja de Brueghel y, finalmente, a un
dibujo de Carl Fredrick Hill en el que se repre-
senta a un ciervo que ronca en soledad.
La bella Ofelia, flotando en el agua, con su
boca medio abierta y la mirada perdida en el
espacio, semejante ala de un santo o un amante,
sugiere de nuevo la cercania entre Eros y muerte.
‘Cantando igual a las sirenas, leemos en Shakes-
peare, muere Ofelia, la amada de Hamlet, rodeada
de fiores caidas. Ella tiene una bella muerte, una
muerte de amor. En la Ofelia de Millais puede
reconocerse una flor que no se menciona en Sha~
espeare, una amapola, que alude a Eros, alsueio
y la embriaguez. También David con la cabeza de
Goliat, de Caravaggio, es un cuadro de deseo y de
muerte. En cambio, Elpas de Jayja, de Brueghe!,
muestra una sobresaturada sociedad de la positivi-
dad, un infierno de lo igual. Los hombres yacen
ccon apatia aqui y alli con sus cuerpos repletos,
agotados por la saciedad. Incluso el cactus no
tiene ninguna espina. Es de pan. Aqui todo es posi-
tivo siempre que pueda comerse y disfrutarse, Esta
sociedad sobresaturada se parece a la mérbida so-
la. El poder invisible de la positividad contrasta
a con haviolencia brutal dela negatividad, que
explora y expolia. Justine abandona la biblioteca
justo después de haber extendido en el estante
‘dibujo de Un cero que ronca, de Carl Friedrick
Hill Fl dibujo expresa de nuevo el desco erdtico
ola afioranza de un amor, que Justine nota en su
interior. También aqui se representa su depresion
como la imposibilidad del amor. Sin duda, Lars
von Trier sabia que Carl Frederik Hill padeci6
todo el di
erotica, vencé lidepresion. Conduce detinfierno
>a ms 31 up deo
Saimeamate cer
radio apocliptico de Melancholia se parece»
aquel cielo vacio que para Blanchot representa
cexcena originaria de su nifiez. Ese cielo le revela
Ta atopia de lo completamente otro, cuando de
‘pronto interrumpe lo igual:
‘Yo era un nifio de siete w ocho afios de edad, menocer lo infinito, pero lo infinito infinitamente vacio.
El resultado era extrafio. El stibito y absoluto va-
cio del cielo, no visible, no oscuro —vacio de Dios:
‘esto era explicito, y en ello superaba con mucho la
‘mera referencia a lo divino—, sorprendié al nifio
con tal encanto y tal alegria, que por un momento
se lend de ligrimas, y —afiado preacupado por la
vverdad— yo creo que fteron sus éltimas ligrimas.?
Elnnifio se ve arrebatado por la infinitud del cielo
vacio, Es arrancado de si mismo y desinterio-
rizado hacia un afuera at6pico, es des-limitado
¥ des-vaciado, Jie aconeecimenie-dasatsso
esta irrupcién del afuera, de lo totalmente oto,
realiza como un des-propiar (expropiar), como
supresion y vaciamiento de lo-propio; a saber,
como muerte: «Vacto del cielo, muerte diferida:
desastres.é Pero este desastre lena al nifio de_
‘alegria devastadora», es mis, de una dicha de la
ausencia. En eso consiste la dialética del desastre,
én estructura la pelicula Melancholia
No poder poder
La sociedad del rendimiento esti dominada en sa
votalidad porel verbo modal poder.en contrape=
sici6n a la sociedad de Ja disciplina, que formal
prohibiciones y utiliza el verbo deber. A parts
de un determinado punto de preheat
palabra deber se topa pronto con su limite, Pa
el increment de ls produccion et sustituida
a
person pr eh
a Tx iniciativa, proyecto, es mls fica at
Elsujeto
SS at
jotaci6n que el atigo y