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Gabriel Morales" De la «conciencia inauténtica» a la «conciencia histérica» latinoamericana. Apuntes para una historiologia de nuestro ser histérico Resumen Fisre ensayo protende ofrecer un reflexdn que sirva de contribuciéin al estudio de las ideas » Zea, Leopoldo, 1981: lallistora de la Filosofia Latinoamericana, Kn: Manquinez Axgote, G.|1986). ga ee della : wana? Bogoté: Fl Bého. Pp. 116-128 [rcinicyps, Germin: Bolioor 7 la Revolutin, Plancta, Boot. 1984. German Arcinigas presenta t Jenteanlisis: ans sabios curopeos acabaron por declara en el siglo XIX que el progreso delos os Unidos era posible por ocupar la tnica parte del continente que puede considerarse tierra hhumanidad. No explican por qué en dos o tres siglos no hubo otra colonizacién europea en ca distinea de la de los espaiioles» (Pig 95) Y en referencia al pensamicato de Heel, véase it, Pig 98. 7 Gabriel Me haber sido formulada, se mantiene en ciertas corrientes del pensamiento filos6t antropoldgico, sociolégico y politico latinoamericano, por lo tanto, hemos reconocer que se encuentra activa socialmente, hecho que mantiene viva la poléai yle otorga sentido actual reflexionar sobre ella ¢ indagar sobre sus implicac para intentar, a inicios de este nuevo siglo, puntos de apoyo teéric metodolégicos para su resolucion. La «conciencia de ser inauténtico» La construccién de la filosofia de la historia de América Latina, aparte tn riguroso y exigente estudio de su historia y revision critica de su histori demanda el estudio de la historia de sus ideas filoséficas, por lo tanto pensamiento de sus mas licidos y creativos exponentes, tarea que hace nect en primer lugar, la construccién de la historia ~y su critica de las influe recibidas, ideologias y doctrinas que adquiricron mayor arraigo entre nuest filésofos y en cémo se expresaron en la vida de muestras sociedades, En s lugar, se hace también imprescindible la historiologia de nuestro ser historico, cémo fueron desarrollindose nuestras propias ideas al enfrentarnos alos probl ptopios de nuestra conformacién como culturas y pueblos en brisqueda de definicién propia y cules han sido las modalidades de nuestro pensar en biisqueda del sentido de nuestro pensamiento, visto en la dindmica particular momento histérico latinoamericano. En tercer lugar, también resulta no interesante sino fundamentalmente vital en el conocimiento de nuestro propio y condicién humana, interrogamios sobre dos aspectos esenciales: por una ps nuestra conformacién como civilizacién; y por otra, las ideas socialmente que como representaciones simbélicas de la experiencia han formado las div conciencias de nuestro modo de set, pensar y actuar latinoamericano, que impedido o al menos influido decisivamente, en la plena asuncidn de esta condi fo de su negacidn. Desde Ia umentalidad colonials y «conciencia esclavistas a modaliclades de la wonciencia criolla» y la econciencia mestiza» hasta nuestra si ™ Bosch Garcia, Carlos (1986): Las ideologias europedstas, En Zea Leopoldo (Coordi Amirica Latina y 23 Ineas, México. UNESCO/Sigio XXI. Serie: América Latina en su Cultuea| 239-269, Sarmiento, Domingo Faustina, 1883. Conflite.y Armonia de ls Rargas en Arica. Pp. 183 98 Dee sonia iantnicas «lave bistros ltnameriun. pant ar ana his iologla.. presente «onciencia subalternay y la mucho més elaborada intelectualmente éeonciencia dle ser inauténticoy'® con sustento en anilisis que van, desde la psicologia Ypsiquiatria, como en el caso del venezolano Francisco Herrera Luque, desde la antropologia y In sociologia, como se observa en la obra del brasilero Darcy Ribeiro, en Ia historiografia desde distintas y muy variadas fuentes hasta en la filosofia de Augusto Salazar Bondy y de quienes le han continuado con su variedad ‘de matices y soliciones propins. En su consideracién de la evolucién del pensamiento filoséfico hispanoamericano, cuando el fildsofo peruano escribe su obra a inicios de la ‘segunda mitad del siglo veinte, establece una linea en el tiempo de mas de cuatro jos de existencia, que se inicia a partir del descubrimiento de América y de la “tonquista espafiola, momento histérico a partir del cual seria posible trazar una linea de desarrollo suficientemente prolongada como. para determinar épocas ¥ _msgos caracteristicos.” Sin embargo, este autor sostiene que podria considerarse arbitrario partir de la época de la penetracién en el continente y dejar de lado todo ‘dtico pasado cultural de los pueblos indigenas, aspecto que deja sélo como ‘eunciado. Este mismo criterio selectivo tiene su sentido histdrico pues sélo se poseen datos suficientemente precisos y fidedignos del pensamiento ‘hispanoamericano a partir del siglo XVI. Ademas, slo a partir de este siglo — ‘continia cl autor se pueden encontrar productos culturales definitivamente filoséficos. Por otra parte, la comunidad histérica llamada Hispanoamérica no -existia antes del 1.500, por dos hechos: antes de ese momento no opera un factor cultural espaitol, sino ademis, porque no habsia habido entre los pueblos precolombinos integracién o intercomunicacion politico-social y cultural suficiente. Estas definiciones explican el punto de partida metodolégico y el cuerpo temético dela postura tedrica de Salazar." Resumimos su tesis fundamental asumiendo el ‘ésgo que impone toda sintésis: Nuestra primera manera de filosofar habria PEL historiador Germain Carrera Damas habla de cinco modulidades maestras de las sociedades ‘nphantadas latinoamericanas ycaribefias: 1a mentalidad colonial la concicncia criola, la mentaidad ‘el esclavo y del escavista, el proyecto nacional y el proyeeto socialista. Carrera Damas, Germ, Fandanentas bistirca de a sociedad demooritea venegolona. Caracas, FEM, UCV, 2002. Pp. 133-164. Salazar Bondy, Augusto: «Sento y problema del pensamiento filos6fico hispanoamerieanon. Eat AAVY. Memorias de América Latina, Wlias Pino learecta (Compiladon). Caracas, Fondo lditorial de ‘Humanidades y Eduencién, UCV, 2002, Pp. 169-200. ial Gare! Moral ocurrido dentro de un sistema de ideas que respondian a motivaciones humanas ajenas a las propiamente americanas, Se estudiaban las cortientes de pensamiento dominantes en Europa, sociedades cuyo sistema politico y eclesiastico oficial de educacién era formar a sus stibditos. Reconoce que hubo apariciones esporidicas de filosofias con miis sentido critico y que los temas americanos no dejaron de hacerse presentes como clemento novedoso en la inquietud tedrica pero al principio de la influencia hispana — aunque siempre generalmente europea en estos cuatro siglos — no hubo unt enfoque americano original a una doctrina que respondiera a las motivaciones del hombre americano, Nuestra filosofia habria sido entonces tuna obra de imposicién del pensamiento europeo hecha por los conquistadores, En las ideas del autor al realizar el recuento histético det pensamiento hispanoamericano con el fin de entender su caricter y sentido, se encuentra presente tun hilo conductor que da forma a una historia de las influencias europeas por ella recibida.!* Desde la introduccién de las corrientes predominanites en la Espaiia de la época colonial, de acuerdo con las ideas y los valores sancionados por el Estado yla Iglesia de la metropoli, que ademas de oficial, estuvo centrada en los intereses europeos, pasando por las inquietudes propiamente americanas (0 nacidas en la reflexién acerca del hecho nuevo de América) de los siglos XVI y XVI; el prolongado predominio dela escolistiea hasta el siglo XVIITy la influencia decisiva de las tendencias mis destacadasa partir del Renacimiento italiano." Dice el peruano que ¢! influjo de los pensadores modernos despierta una «atmésfera de cultura [que] equivale, por lo menos exteriormente, a lo que se conoce en Europa como la época de la Tustracién. ¥ Ia vinculacién doctrinaria es clara, pues la ideologia ilustrada hispanoamericana no habria sido sino ef masplante de la fiosofta europea, especialmente francesa.»' El pensamiento filossfico que dio origen a la Emancipacién y los cambios politico-sociales ocurridos en América habstian estado estrechamente vinculados, no sdlo a los suucesos del Viejo Mundo, sino a las influencias que dicho mraplante tuvo en nuestros pensadores; al punto que Salazar hace coincidir los distintos momentos de este devenir americano, con las tendencias de pensamiento mas relevantes de Europa, coincidencia tan particular que la "Augusto Salazar Bondy (1925-1974) ' Ver obra citada y Salazar Bondy, Augusto Evie wna ilosoia de muestra América? México: Sigho Veintiuno, 1968. " Inguictudes exgistradas pot cl autor pero ya mencionadas por Zca y comentadas mas arriba, a 100 rca inautntow» @ la concenia histérica»latinaamericane. Apuntes para una histotiologia.. de hasta Ia creacién de una periodizacién semejante con base en dichas cias, Estas doctrinas habrian constituido el valimento filoséfico» no sdlo de eadémicos sino de los politicos y escritores o publicistas politicos. En sus ios recorre exhaustivamente cada una de las influencias europeas y sefiala, fantas, as siguientes: el socialismo ut6pico, el anarquismo, el positivismo, el ismo, el materialismo, el experimentalismo y el evolucionismo. Se trata de ecuiento prolijamente elaborado, no de ideas y reflexiones sobre inquietudes éficas sobre esta obra humana realizada en América -hecha 0 no por canos sobre la experiencia de este ser particular y su ser-en-el-mundo sino na sola parte de ella: las influencias recibidas. No es por azar, como él mismo que no haya encontrado ni mencionado nombres de filésofos \ericanos, Intentemos entender al fildsofo peruano. sCémo encontrarnos en este tir dela historia de las influencias? Ibid. Pag, 199. 105 —_— Sy Gabriel Morale de conjunto.” Sin embargo, este es asunto de otzo ensayo, nos intetesa por ahora destacar, que Ia sistematizacién del pensamiento del filésofo peruano y su continuidad, ha dado forma a una particular tendencia real de uno de los modos del filosofar latinoamericano entendido como ,flasofia de fa fiberasién ~y fuente de otto de los grandes debates que como en el caso de nuestro autor, conforms un cuerpo tedtico basado en la apreciacién de una condicién antropolégica inauténtica de nucstzo sex, por lo tanto de nuestra condicién humana, que no seria exclusiva de los paises hispanoamericanos sino que nuestro ser defectaro seria similar y comin a todas las naciones que pertenecen al denominado Tercer Mundo. Pata xplicarla se hatia indispensable recurrir a/ comepso de desarrollo, con el concepto correlative de dominaciin, modalicad de pensamiento que dio forma a creaciones tedricas nuevas y, valga decirlo, propiamente latinoamericanas y originales, que nuttieron al marxismo europeo, enriquecido en su cuerpo docttinario Inego de haber ejercido su influencia en América como parte del paso dela filosofia occidental _por nuestros pales, como lo definieza Salazaz” Para el autor eta preciso volver la mirada a otto tipo de causas y factores explicativos como los sealados arriba, A pesarde las desconexiones y separaciones, se producia una coincidencia en sus caracteres y una evolucién comtin del pensamiento filos6fico en las naciones hispanoamericanas. Le resultaba necesatio entonces busear en el modo de vivit de auesteos pueblo: sociales, como conjuntos histérico-cultuarale explicar el problema. No estuvo sdlo en esta tarea y hubo continuadores desde el como organismos los factores y causas capaces de campo de la antropologia y Ia sociologia." Uno de ellos fue el brasilero Darcy Ribeiro, para quien Ia expansién europea que comenz6 en el siglo XV signified, que pueblos de lenguas y culturas diferenciadas, fuesen forzados a vivir bajo un azar Bondy, Op. 196-198, El peruano Juan Caslos Mariitegui, a quien se Te reconoce como une de los pensadores que mis haya aportado al pensamiento macxisea desde Latinoamérica, al igual que Salazar Bondy no. comsiderala correcto que se habase de un pensamicmto hispano-americano, 0 slo, pore muestios pensadores se habian educado en la eseuela europea sino porque no se sentia en st bea wel esp deh razan. Le pacer de Occidente pero el hispanoamericana no era generalmente sino «una rapsodia compuesta coa motivos y elementos del pensamiento europeor, Markitepai,).C. «21 siento Hispano: americana?» En: Marquinez, Argote, G. [1986]. ge es eco de jibieia ltinoamericana? Bogor: El Buo. Pp. 60-65. evidente la existencia de un pensamiento francés y otro aleman en la cultura fate un pens 106 isan a sonsenca ist cos latasomericana, Abantes para ano bistosiologi sistema econdmico tinico que transformé sus modos de ser y de pensar como Auevo patrén violentamente impuesto como uniformidad. Este hecho habria tenido como consecuencia el dristico empobrecimiento de las multiples facetas del fendmeno humano Latinoamericano cuyo resultado fue la pérdida de su autenticidad, a causa del sometimiento a los mismos procedimientos de deculturacién y sistemas productivos de dominio, cuyo resultado fue el empobtecimiento cultural y la deshumanizacién como producto de la caida en la extrema miseria, El orden social impuesto no sdlo habria afectado a las culturas originarias presentes a la llegada del europco sino a las nuevas configuraciones Ginicas nacidas en el proceso de conquista y colonizacién; y dentro de In propia ‘stiatificaci6n social, a sus elites, a quienes el dominio enropeo les afectd en sus conceptos de si mismas como inferiores. En definitiva, la América Latina se habria conforinade como una cultuca espusia y alienada.”? Evidentemente se trata de un grupo de problemas que, aparte dela necesaria dclimitacién y ubicacién de cardcter tedrico, debe incluir Ia forma como abordamos cl conocimiento de nuestro ser histérico y nuestra historia como. pueblos, etnias, culturas, naciones, Estados y civilizacién. El sentido general del anilisis de Ribeito se producia una coincidencia en sus caracteres y una evolucién comtin del se producia una coineidencia en sus caracteres y una evolucién comin del —como hicido exponente y expresién de toda una corriente de pensamiento Latinoamericana dela cual Salazar Bondy fue un importante filésofo- se producia una coincidencia en sus catacteres y una evolucién comin del. da cuenta de un solo proceso socio-histérico con dos grandes polos que se oponen: la expansién degradante de la civilizacién europea y la reaccién natural y necesatia que formé la urdimbre de una nueva configueacién socio-cultural auténtica dentro de la espusria, que dara origen un nuevo Ethos de los pueblos extraeuropeos, no sélo de los ltinoamericanos, como civilizacién emergente nacida de una posible y esperada muerte de la civilizacién europea, que daria paso a la Civilizacién Humana.” El otto polo de este debate se encuentra en las tesis que caracterizan a la obra europea en América como la lucha de la civilizacién contra la barbaric, cuya expresién en ” Com el mismo fin, en las décadas de 1960 y 1970 det siplo pasado, ol brasilero Darey Ribeiro imenté crear una aueva disciplina en las ciencias sociales, denominada antropologin dialéctica, ™ Ribeico, Darcy. Lar Avice y la Ciitzacém. Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1992 107 Gabriel Morale ¢l pensamiento filos6fico tayo su mayor influencia en el siglo diccinueve. En virtud de ello, consideramos necesatio intentar aproximarnos a una definicién de esta obra humana histrica llamada América Latina ya que mucho de lo que nos divide, tiene sus raices tanto en el desconocimiento de lo intelectualmente logrado hasta ahora, en 1a ausencia de una investigacién socio-hist6riea adecuada como en la incomprensién desde el punto de vista de lo que somos en cuanto culturas y civilizacién. La tigurosidad del pensamiento filoséfico exige definir esa obra humana como concepto primario, aunque sea provisorio y sujeto a revisiones constantes que merezcan los necesarios ¢ inevitables ajustes en el tiempo. Una vez establecida la diferencia originaria que causa el debate, estariamos cada vez mas cerca de le posibilidad de hacerlo con metodologias apropiadas que permitan superar los obsticulos epistemolégicos hasta ahorm encontrados. Los caminos de solueién del conjunto de problemas que nos compete podrian despejarse y delimitarse progtesivamente, aunque —justo es teconocerlo~ no encuentren solucidn en st totalidad dada su complejidad y una historia llena de controversias. La «conciencia hist6rica» latinoamericana En este ensayo sostenemos que el reconocimiento de nuestro «lima Aloséficon y wonciencia filoséfica» indican una madutez de pensamiento que ha petmitido una elaboracién mucho més sistematica y rigurosa, que posibilitan ampliar la perspectiva de reflexién para construit las ideas que nos abran el camino para enfrentarnos a los problemas y retos propios de nuestra conformacién como culturas y pueblos en biisqueda de una definicién propia, porlo tanto dela filosofia de nuestto tiempo, en cuanto «conciencia tacionals que haga inteligible el mundoy la vida, si hemos de utilizar los términos en los cuales Salazar Bondy expresabv la angustiosa busqueda de nuestro pen samiento original y auténtico, Abordar nuestro estudio como constelacién socio-histériea que hace parte de Ia historia de la humanidad, permititia colocarnos en ese camino genenui que quiziis nos podria ayudar a. comprendemnos con nuestras respectivas deficiencias pero también con nuestros aportes a Ia humanidad, Qué ha hecho esa historia en nosotros y qué hemos hecho nosotros en esa historia? Esta tarea deberfa desarrollarse presidida por la B Wibeitd, Op. Cit, p58 108 De la seoncencinanttican a fa scoecencin htsricas laiuoamericans, Apanter pare ana bistoxilaga intencién de comprender la esencia y el destino de cada una de las culturas y sociedades que conforman nuestra civilizacién especifiea; y por otra parte, nos ayudatia a intentar comprender cémo, en la historia de las civilizaciones de las cuales nos hemos nutrido, entendemos nuestra propia presencia actual. E1 desarrollo. delas ciencias sociales en América Latina durante el siglo XX, con investigaciones expecificas en areas metodoldgicamente bien delimitadas pero que abatcan un gran conjunto de problemas relacionados con nuestra conformacién socio— historica, contribuye desde su Area de conocimiento y en una dimensién ‘extrnordinaria, en a elaboraci6n flos6fica Latinoamericana como decisién conciente de lograr productos culturales propios. El avance en el estudio de nuestra historiografia nos permite una nueva y mejor aproximacién a la evohucién historica de América Latina y con ella, de nuestro pensamiento filoséfico. Como lo sefiala German Carrera Damas, uno de los redactores y Presidente del Comité Cientifico Internacional para la redaccién de una Historia General de América Latina, obta pattocinada y publicada por la UNESCO: «<\ lo largo de slo medio milenio, América Latina se ha conformado como una de las grandes regiones geoculturales del mundo. Su unidad tersitorial es evidente, Su maducez sociocultural es un hecho cotiianamente comprobado. Su sigaifiacién en el escenario ‘mundial de Ia cultura no requiere de nueva argumentacién. Su esfuerzo. sostenide y crecientemente exitoso por constituirse como un conjumnto de democriticas y orientadas bacianiveles cada dfa mis altos de bienestar, es eeonocido. Fin ‘ociedades modesnas, suma, América Latina es una cealidad que puede ser bistoriada como totalidad»"* Este fartum enunciado por el historiador venezolano, resultado de un esfuerzo teérico con base en estudios seriamente realizados desde distintos campos del saber, precisamente sobre esta obra histérica americana, permite un piso metodolégico para intentar dotarnos de las definiciones clave acerca de nuestro sery acontecer y de nuestra forma de estar en este mundo. Nuestros estudios nos lievan a defini que los latinoamericanos somes al menos, desde nuestra vertiente europea originaria, el producto de mas de dos mil aos de latinidad, por la filiacién directa con la macroctnia postromana de los pueblos ibéricos que, a su vez, ya habia resistido el prolongado dominio de los moros musulmanes, por lo tanto Carceca Damas, G. Mir Historias. Contrbcién a bitoiascoleivas. Caracas, PHL. UCY, 2006. Pag. 19. 109 Gabriel Sera africanizada racial y culturalmente. En su expansién salvacionista, los ibéricos se pusieron en contacto con millones de indigenas de civilizaciones primarias que constituyeron los pueblos otiginarios o pueblos-testimonio.® Nos confirma est definici6n la investigacién de Cartera Damas cuando escribe: «De esta manera las sociedades latinoamericanas actuales estén vinculadas oxpanicamente con un proceso de poblamiento del actual tertitorio americano que data de unos 25,000 afios. Este vinculo se expresa directamente en las sociedades aborigenes ¢ indirectamente, en todas las sociedades latinoamericanas.»™ Este proceso, exptesado enun drama humano especialmente problematico y polémica, incluyé el contacto con otzos tantos millones de negros africanos subsaharianos, producto de la inmigracién forzada en la forma de mano de obra esclava, emparentados con otra civilizacién ptimatia como fue la Rgipcia.? En el sentido de esta argumentaci6n, el socidlogo venezolano, Enrique Gonzalez Ordosgoitti sostiene: «We esa manera podiamos afirmar que la actual Civilizacién Latinoamericana ¢ heredera directa, por dexecho propio, de tres civilizaciones primarias (maya, azteca ¢ inca) y heredera por contacto con Europa desde el siglo XVI, que la convistis estructuralmente en cristiana, de cosmovisiones religiosas culturales cultivadas pot ¢l pueblo hebreo en contacto con Egipto y Mesopotamia, ottas dos civilizaciones primatias.* En estas circunstancias histéticas, el europeo ibérico sufrid una nueva transfiguraci6n, tanto como la suftida pot los pueblos originarios de América y Jos pueblos negros provenientes de Africa. La nueva etnia resultante” dio origena una civilizacién en el llamado Nuevo Mundo, tan vieja como las més antiguas en * Las ciuiizaciones primacias son aquellas caracterizadas por su total y absolute originalidad ue diecon origen a oteas civilizaciones, que a su ver serian la matsiz para el resto de la humanida, ‘Tomamos la definicién de Joguaribe, Hlio: Un estudio eritico de ta historia, Mondo de Cultura Heonsmica. México, 2002, Tomos Ly IE. Las definiciones de pueblos-testimonio las romaudos de Darcy Ribeiro en la obea ya citada % Cacrora Damas, Op. Cit. Pp. 21-22. Cagrera Damas lo expresa de otra manera: «Al mismo tiempo, la vectionte europea de la conformacioa de ls sociedades latinoamicanas las vincula dectamente con las originadias races del mondo mediterrineo y, en especial, con su verticnte aribiga, a lo eual se sumé en forms crecicnte el aportesubsahariano, Ibid. Pig, 22. Nota. La tim frase aparece en la veriGn elects (ig, 2) mis no en la versién impresa por la UCV. 110 De te wonciencia tnaaténtcor a ta ecosieniahistéricy lticoomenicona, Aunts paro sna bistosiologt, lo que respecta a las culturas que la han conformado, pero a la vez tan nueva en cuanto a su variedad de etnias como los pueblos jévenes mis recientes, con un patrimonio bioldgico y cultural enriqueciendo por el mestizaje continuo, en oleadas sucesivas =proceso que llega a su sexta centurin—aderezada con la herencia que la remoza cada dia més con miildples pattimonios culturales, tanto por las mezclas internas como con nuevos elementos de diversas culturas que llegan continuamente alcontinente americano, Es comin encontrar en nuestro medio intelectual, no sdlo la natural diferencia de apreciaciones sobre el caricter civilizacional de América Latina a partir de lo que se entienda y defina apropiadamente por civilizacién sino que también se exptesan las diferencias en lo que corresponde a Ia interpretacién sobre la configuracién sociolégica y antropolégica latinoamericana. En esta disputa, sin embargo, hay una argumentacién comin, con base en un error conceptual, que requiere con urgencia ser superado y sobre el cual alerta el historiador Carrera Damas, Desde el punto de vista cientifico en el estudio de la historia, resulta vano pretender establecer comparaciones en la evolucin de las grandes regiones geoculturales del mundo pues la vinculacién orgnica entre ellas y las diferencias de tiempo histérico, impiden un claro deslinde y, en consecuencia, debe evitarse toda con frontacién comparativa.® Porlo tanto, se hace necesario ubicar el tiempo histérico de América Latina, Esta és una de las geandes carencias que, en nuestro pensamiento, ha distorsionado el anilisis de algunos de nuestros teéricos, quienes al tratar de encontrar una elaboracién filosdfica exclusivamente latinoamericana, entendida como producto cultural, la comparan directamente y sin mediacion alguna, con los productos culturales de la creacion filoséfica curopea, perteneciente 4 otro tiempo histético. €Cémo encontrar autores equivalentes en sociedades o Para wna demosteacin basada en hechos histricos de la vinculacn com ls cultura pimarias, vase: Gonvile” Ordospoitti, Enrique: Amina Latina como Cislizacén. SOBICAIN. I Congecso- Biblico Nacional. 1999. Orea fuente del mismo autor: Vee América Latina como Civilizacin, [Desde a sociotogia dela Historia de I lelio Jaguaribe. UCVUCAB. Jornates Nacionales deimvenigatén Humanisica y Eduction. Apentara aia el Future, Caracas, diciembee 2004. Gonzalez es socidlogo, profesor de flosofia de la historia, especalsta en peasamiento latinoamericano y fundador de dicha Catedra en la Bscuela de Filosofia de la UCN. ” Fin realidad, el término sociol6gico y anteopoldgico apropincl seria macroetnia Gabriel Morale similitudes en la elaboracitin floséfica que cotresponden a culturas y civilizaciones de otros tiempos hist6ricos y cuyo protocolo de comparacisn corresponde a una sola de esas culturas y de su propio tiempo histérico, sin caer en lo que en metodologia historiogrifica se denomina anacronismo? No le faltaba tazm al venezolano Mayz Vallenilla cuando exigéa una cactitud histérica» como modo de enfrentarse el hombre a su propia historia, a lo historico de su tempo, pata lograe una definicién de su temporalidad En Latinoamérica se expresa esa singularidad de cada momento histérico que viven las sociedades, en el cual se conjugan de forma inédita -en unas condiciones dadas— las posibilidades en una cultura especifica, creada novedosamente por la accién humana con los materiales y fuerzas disponibles, en medio de las posibilidades existentes, dentro de un contexto histdtico especificoy singular Si efectivamente, como nos lo ensefia la historia y los grandes filésofos sociales, toda accién humana creadora rebasa los limites de la previsién, en su esencia y en su forma, ni América Latina es un producto espurio como tampaco ¢s solo un vistage de civilizaciones longevas sino un complejo cultural, tinico y diferenciado, de una extraordinasia riqueza que no puede ser negada. «América Latina constituye, por consiguiente, una encrucijada de tempos historicos que ha elaborado el suyo propiow."! Es una realidad pluziétnica, multicultural y societal que conforma una civilizacién propia. Aunque dividida internamente en torno a su propia definicidn es una realidad histéricamente definible, una constelaciéa sociolégica que vive su propio tiempo, particulasidad que necesita de una dana definicién para su compsensién.#? Es una realidad que tiende a nuevas y mis complejas configueaciones, tanto por las migraciones intemas de los pueblos que la conforman como por las continvas migraciones latinoamericanas hacia el norte del continente y hacia una Europa unificada; por las migraciones desde la India, del continente asiatico y del mundo arabe que se cruzan con las migraciones europess de fines del siglo XIX y durante el siglo XX, procesos sociales que le brindan nuevas con figuiaciones. En virtud de lo anterior y para concluis, compartimos con Carrera Damas asumir la necesidad de un cambio de enfoque en las investigaciones sobre América © Carrera Damas, Op. Cit. Pég. 19. © Ibid. Pag 24 2 Dee sseninsia tnauteticas a fa woncencia bistrica»latisoamercana. puntos Para una bisteriologi Jatina y en una nueva dimensién en el estudio de Ia historia de sus ideas, Se ha de partir de una historia de las sociedades constituidas en el latgo plazo histérico, vistas en su continuidad histérica, no exclusivamente desde la época colonial y la conformacién como naciones ¥ Estados republicans, producto de la obra emancipadora rcalizada en el siglo XIX, porque ula historia de las sociedades, ctiollas y aborigenes, ha sido escrita y cultivada en correspondencia con el proceso de conformacién social hegeménica del criollo latinoamericanon” que ha dejado enormes brechas abiertas en el anilisis de los ritmos hist6ricos y de los aportes de cada una de las tres grandes vertientes culturales y civilizacionales, en cuanto componentes originales de lo que somos hoy, donde la presencia de las sociedades no criollas ha quedado subordinada a la de ésta."" Sin embargo, este enfoque contribuiria, y en mucho, a superar la propia «conciencia stubalterna» del criollo frente a lo europeo (y lo norteamericano) como paso pata la «emancipacién mental que nos ha preocupado en demasia desde el siglo XIX, de forma que nos permita alcanzar una wonciencia histérica latinoamericana» que brinde nuevas perspectivas de aproximacién para la cteacién original de un pensamiento filos6fico auténtico. © Dice Cacrera: dIoda aptoximacién historiogsifica a América Latin est regida por tres grandes sireunstancias. En primer lugac porla acurmulacin y el enteamado de estadios del tempo hietico. En segundo lugar, porque la historicidad de la conformaciéin de las sociedades exollas se encuentea secogida, desde sis continuo. Fa. tercer lugar, porque el trabajo sostenide y productivo de arquedlogos, anteopdlogos ehistoriadores ain no ha logrado llenar por completo las breelas historicamente generadas entre has sociedades eriollasy las sociedades aborigenes mis estructucadas» Op, Cit Pig. 21 “Ibid, Pig. 22. “La aprosimaciéa teGrica del autor es la siguiente: “Superar Ia visiGn crolla de la sociedades ‘mplantadas ltinoamericanas significa asurmir una postura hstoriogeitica que procure dos objetivos primordiates: cn primer lugar, cscatarla perspectivshistérica del largo plaza americano, cepresentado por las sociedades aborigencs, (...) En segundo ign, situar a tas sociedades implantadas en una seacié de interaceién méltiple-con los Factores y peocesos que a lo largo de medio milenio han

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