La Diana Cazadora de Clímaco Soto Borda - Un Discurso Disonante de Fin de Siglo

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La Diana cazadora de Climaco Soto Borda: un discurso disonante del fin de siglo 1) James J. Astrum’: Illinois State University. Para J: Leén Helguera. ‘Aunque a primera vista Diana cazadora, (1915); la novela del bogotano, Climaco Soto Borda (1870-1919), parece tener poco. que ver con la histo- ria-turbulenta.de Colombia, un examen ds profundo de su lenguaje figurado y textos intercalados, revelard que constituye una yerdader goria del caos ético-moral prevaleciente en la capital al final del siglo Los sucesos ficticios, los cuales transcurren durante unos pocos dias, coin- ciden con Jos principios de la Guerra de los Mil Dias: la guerra civil mas sangrienta entre liberales y conservadores acaecida hasta aquel entonces. Esta lucha fratricida puso fin aun siglo de inestabilidad politica e inaugurd Ia transicién hacia una transformacién socio-econémica y wn nuevo orden civil, justo_en el momento cuando el 1odemnismo se imponia en todis partes de Hispanoamérica.’ La trama de los hermanos Acosta que representan la alta burguesia bogotana durante la época decimonénica, corre paralela con los sucesos alejados de la contienda civil a la cual se abide reiteradamente en el texto como “la guerra”? Tal repeticién funciona como una especie de leitmotiv = ines Sine Universi. erpus Box 4300, Normal, |L,61790-4300. USA, jalsu@ilstucdu. 1 Cuando estallé esta guerracivil ya existia por lo menos en Bogot i no en el resto de Colombia, ‘una conflueneia de eircinstancias ltearias y €conémicas, las cuales seaiin Angel Réma, le fueron mis\propicias-al florecimiento del modernisma; “Esta convivencia del ambiente ‘mereanti y de Ia boherialteraria, de comerciantes y cigasras en un medio deminad por las transecciones econémiens, da ia pauta de la indica socal sobre a ual se general fendmeno ‘modernista” (Rama, 1970, 26; cf: Onis, 1961, XV). Bs valioso fener en cuenta ademdso que estaba sucediendo al resto del microcosms latinoamericano de este entonces: ef. el estudio histérico global de Skidmore y Smith, 1989, 46-89. 2 Los fietores econdmicos y la opulenciareinante en Bogoté antes del eomienzo dela guerra récipitado por caidas en el valor de la bolsa el café en el meicado mundial, Se presentan de una manera convincente en Bergquist, 1978, 103-132. Estudios de Literatura Colombiana 'No. 5 julio-iclembre, 1999 La Diana cxzadora James J. Alstrum en el trasfondo de la novela. De ahi al texto se le puede signar un cardcter alegérico de parabola.a la yez: que la presencia de ciertos’ personajes ccaricaturescos como Pelusa (el epitome del bogotano tradicional y puebleri- no) y textos intercalados y a menudo parodiados como Thais (1890)de Anatole France (1844-1924), nos permiten clasificar la novela del colombiano como ‘una sétira de acuerdo con los patrones bisicos de confeccién narrativa sefia- lados primero por Northrop Frye (1971, 131-239) y mas tarde por Hayden White (1973, 1-42), Ademés, en cuanto al empleo de los tropos en el discur- somnarrativo tal y como los concibe-White; hay un juego verbal fascinante de ‘metonimia en referencia a los nombres de muchos de los personajes princi~ pales y dé iroifa ausiva al fjarse en su comportamiento psicoldgico y funcién estfiictural para el ordenamiento de eventos ficticios ¢ histéricos (31-38). Para poder apréciar plenamente la confluencia de historia real y literaria por medio de intertextualidad con la alegoria satfrica de Soto es necésario resumir primicro los hilos narrativos de la trama. Al comienzo de la novela, despues de una descripcidn nftidameinte alegérica de la Plaza de Bolivar que sirve para ambientar la obra, se relata la vuelta de Alejandro Acosta a Bogoté después de dos afios en Europa. Durante su ausencia, Alejéndro ha vivido én Paris y viajado por Europa gastando con toda liberalidad su patrimonio mien- tras affora le patria chica y contempla todo con la desgana y hosquedad que siempre Te han caracterizado. A su regreso a Bogotd, encuentra a si hermano menor Fernando, de apenas veinticinco aftos, con aspecto cadavérico y luego se entera mediante sus encuentros y conversaciones con Pelusa y su mejor amigo Antonio Valyerde, de que el joven ha desperdiciado toda su herencia y caido fisica y moralmente debido al alcoholismo y una obsesién erdtica con laramera llamada Diana. Alejandro intenta salvarle la vida a su hermano prédigo pagindole un viaje a Lima para que se aleje de los atractivos irresis- tibles y perjuidiciales de Diana, Mientras tanto, Diana, qitien Se ha convertido en la hetaira més popular de la ciudad después de haber emigrado desflorada y abandonadacon un hijo natural unos pocos afios antes, se enfurece al saber la noticia de la partida de Femando porque todicia Ia fortuna de Alejandro por conducto, de su hermano menor. El chismoso ¢ imprudente Pélusa le informa a Diana para dénde se ha ido Femando y entonces ella le manda una carta amorosa que lo conivence de volver'a Bogotd y olvidarse de las prome- sas hechas a Alejandro. Para despistar a Alejandro, Femando emplea a un vagabundo llamado Manzaneque a quien entrega plata, ropa y cartas de re- comendacién para que éste les envie telegramas a su hermano y a Valverde desde todos los lugares de paso en el camino a Lima. De vuelta a Bogoté, 10 Estudios de Literatura Colombiana No. §, jullosdiciembre, 1999 Femando. cae de nuevo en el doble vicio de Jas borracheras y Jos:amores desatinados para con Diana. Debido a la rapidez con la cual empiezan a egarles los telegramas y por algunas letras de cambio de deudas recientes a nombre de Fernando, Alejandro y Antonio se dan cuenta que Femando ha regresado y lo, buscan en balde sin poder rescatarlo a tiempo. Cuando Fer- nando. ya ha gestado toda su fortuna, se ha embsrrachado por completo y agoniza embriagado, Diana y dofia Celestina, sw alcahueta y'duefia de una licorerfa, lo echan a Ja calle abandonado a su suerte porque ahora codician mis el dinero de dos excongresistas. Pelusa descubre a Fernando, todo hara- piento y agonizante, en plena calle después del toque de queda. Lo lleva ala casa de Alejandro, Su hermano mayor y Valverde, quienes habjan sido impe- didos de salvario por el estado de sitio decretado aconsecuencia dela guerra, ‘obscrvan.angustiados Ja horrible muerte de Femando. Lo entierran al dfa siguiente con mucha pompe y ceremonia ostentosa dandose cuenta los dos ‘con mucha amargura de la gran hipocresia del medio ambiente social por la gran concurrencia que acompafa el féretro a la catedral y al cementerio. En Ja tiltima escena de la novela, le Hegan dos telegramas a Alejandro. El prime- ro es apéorifo y atribuido a Fernando pero el otro esta dirigido al hermano desaparecido y firmado por Manzaneque. En el ultimo, el cémplice e impos- tor de Fernando le pide perdén por haberse quedado con todos los bartulos del desaparecido y con Jo que importaba mucho més, el uso desu nombre y buena fama en Lima por medio de las cartas de recomendacién. Sumamente disgustado, Alejandro le prende fuego a.los dos telegramas y la novela ter- ‘mina con una descripcién de la llama'y del humo que se disipa en el viento. ‘No obstante los obvios toques melodramiticos y sensibleros de lafaiula, los cuales estén a tono con el gusto popular de la. época decimonénica, lo misiinteresante de i vulgares presentes.en rios aparentemente ajenos. Aunque la yuxtaposicién de tales elementos le dota al texto una apariencia disonante, sirve también para subrayar una disi-

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