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Declaración Mesa Reflexion BID
Declaración Mesa Reflexion BID
Esta declaración ofrece una salida viable y constructiva a las legítimas preocupaciones sobre el
futuro de la institución. Responde a la convicción compartida que la elección de las
autoridades del BID debe ser precedida de una urgente reflexión sobre su papel en un sistema
interamericano profundamente trastocado por la emergencia sanitaria y sus secuelas
económicas, políticas, sociales y culturales.
América aún está sufriendo el impacto devastador del COVID-19 en múltiples dimensiones y
restan varios meses antes de que esta letal pandemia sea superada. Son tiempos de
incertidumbre sobre cuándo y cómo América Latina y el Caribe podrán emprender la difícil y
formidable tarea de reconstrucción inclusiva de las economías.
En este contexto, es imperativo repensar las prioridades y asumir, con todos los países
signatarios del Convenio Constitutivo del BID, un diálogo político que conduzca a un nuevo
consenso sobre las prioridades del financiamiento multilateral con una visión integral. Sin una
base de legitimidad renovada y sin acuerdos programáticos consensuados, quien asuma la
responsabilidad de dirigir al BID verá mermada su capacidad institucional para apoyar a los
países en la ardua tarea de reconstrucción económica y social tras la pandemia.
El papel del BID y de otras instituciones financieras multilaterales será esencial. Y ello requiere
que actúe con plena responsabilidad y una hoja de ruta de mediano y largo plazo que le
permita sortear conmociones inesperadas.
Por ello, proponemos postergar la elección de presidente en la próxima Asamblea del BID, a fin
de dedicar los próximos meses a definir estrategias y prioridades, tras lo cual concordemos de
manera consensuada quien estará a la cabeza de la institución. Esta oportunidad debería servir
también para confirmar formalmente que un ciudadano latinoamericano o caribeño debe
ejercer la Presidencia de la institución. En esta circunstancia, se trata de asumir colectivamente
el reto de una década que nos lleve a cumplir las metas establecidas en la Agenda 2030 como
la prioridad de los gobiernos de la América Latina y el Caribe.
Hacemos un enfático llamado a todos los gobiernos miembros del BID para establecer este
periodo de reflexión y evitar divisiones innecesarias a que pongan en riesgo la convivencia
continental precisamente cuando la cooperación regional resulta más necesaria que nunca.
El momento reclama hacer del BID una entidad con una legitimidad política interamericana
pensada entre todos. Esa debe ser la prioridad de nuestros gobiernos y sociedades. Los
diplomáticos, políticos y académicos integrantes de la Mesa de Reflexión Latinoamericana y las
personalidades que suscriben este documento, hacemos pública nuestra disposición a
participar y contribuir en los procesos a favor de instituciones multilaterales fuertes, eficaces y
democráticas.