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“) Los libros cldsicos como herencia Cada uno de nosotros tiene derecho a conocer -0 al menos a saber que existen~ las grandes obras literarias del patrimonio universal (...). Varios de esos contactos se establecen por primera vee en la infancia y juventud, abriendo caminos que pueden recorrerse después nucvamente ‘© no, pero ya funcionan como una sefializacién y un aviso: “Esta his- toria existe... Est a mi alcance. Si quiero, sé dnde ir a buscarla”. Ana Marfa Machado: Lectura, escuela y creacion literaria (2002: 38) ‘Tiaspasar el legado literario ha sido una de las funciones més evidentes de la educa- ign literaria en la escuela. También ha sido uno de los objetivos més cuestionados des- de la década de los pasados afios sesenta, cuando se puso énfasis en que la escuela debia crear competencias lectoras a través del acceso directo a los textos y no limitarse a mos- tar unos textos reconocidos e integrados en una historia literaria. Sin embargo, en la actualidad aumentan las voces que defienden la responsabilidad social de ofrecer a los hifios y nifias el acceso a una tradicién cultural comparcida por la colectividad, Ello Ja creacién de un horizonte de lecturas “clésicas”, entendidas como un conjun- eee por el folclore, los titulos mas valorados de la literatura infantil y el - las grandes obras patrimoniales. ué leer obras de la tradicion literaria? presra atencin a ls lsics se refiere al enlace entre ls le Fst iseurao literario para favorecer la cohesin social y cia colectivas un enlace qu tee soriedades, 4, ; nen Gpilons-arci te offecer un sentido de per arti unos referentes lingiisticos, aristcos ode tua i ifios pasan a COM| i cultura. Para domiy ales Hieerarara los nilios Pe eniores qué tos inscriben pe etlnee: Para dorvinas i : s formas habitu; con las penerasouss ate lutamente necesario dominar las as habituales de tan nicacién social, resulta absol bromea, los personajes que se evocan o |p, Feist 5 Ho ls alsones iterrias con ls que se bromea y convenciones del diteurio dt PU Cgpecialmente necesario recutrir a las obnee cli ee Ae ee cleat sn del conmumo culrurdl que he’ ea para esta funcién. Uno de ellos es pincer Sirremorts colectiva. La dimensién ty libros se desvanezcan cada vez mas deprisa : Re tatnece cial. 0 vemente comprometida y la necesidad co, tars de i ectura gua entonces pavement compenmetidy I ne id ny nicativa de compartir referentes se cul ae Wicmai Si. cn la medida ot como los televisivos o los publicitarios. ;Es un problen on Ta medida en que gaa, nuevos referentes no poseen afer intelectual, emotva yestética, asi come lah culturalizadora demostradas por el folelore y los clisicos literarios. El sequndo fendmeno es el de la complejdad creciente de las sociedades actuals ug con caracteristicas como el individualism urbano o el auge de las migraciones, venen a fragmcntr cada vee musa vida social En cambio, sbemos bien que, ise desea fy recer la cohesién social, cualquier cultura necesita crearse una tepresentacidn desi we ma como algo coherente y en esa construccién del imaginario las obras literarias han sido siempre un material de primer orden en todas ls culturas. La existencia de una eye sentacién colectiva no implica la uniformizacién, sino que puede incluir la construccey de los frculos de pertenencia de cada individuo, desde su vinculacidn a la comune ds inmediata, hasta su sentido de formar parte de la humanidad con aceeso al ate sre versal. Tanto el conocimiento intercultural en el seno de una misma sociedad, come tepresentacin de nuevos marcos integradores para todos, es un reto actual que deber contar con el porente instrumento de la educacién literaria en la infincia in juego en cada conversacisn y lege B) Un instrumento de sentido Una segunda razon para prestar atencién a la tradicin se reficre al enlace entre las obra. Se. trata de su capacidad para revelar la reflexién artistica de la Ge Bice sf misma. Un instrumento para entender el mundo, algo que va unido a la btisqueda de sentido yse done a endencia cual hacia a simp conan yixtaposicién de referentes: ae poate nos oftece obras que se han perpetuado Por su mayor potencial artisti- co. Durante décadas la escuela ha Ptimado el enfoque de traspasar ese legado, Pero lo ha cmos denominar la actitud del turista, alguien Capitulo 3: i pitulo 3: Los libros eldsicos como berencia «ramos afios la escuela ha eny Be Pe Unteie dei pias @ Prestar més atencién a este segundo aspecto, tal ver formas mis eae ea de crecer, porque cada ver las obras se publi- Be pie Goliad la cl parallegee ee el auge disciplinar de la literatura com- : i luna gran cantidad d Pieae enconces en ua especie de juggn del ras iiicexormas, Heep 2 anomie ee am tre i s ch epeticiones y similicudes. eador, una actividad que se limita a cons- Mas alld de ambos énfasis, i ; czquernas de comprensin Oe luca importante es el de ayudar a crear 7 a 4s rentabl il : ya més inteligible para cualquier pers fentables posibles para que el mundo se vuel- ona. ; : ee ceca pn Esa es la principal gracia de acceder a la tradi- tuevas genetaciones para aprovechar la reflexion que ja humanidad ha llevado a cabo sobre sf n si mi ae sma y sobre el mundo y que puede hallarse ©) Un mapa cultural Una tercera razén para prestar atencién a las obras tradi fi n icionales se refiere al enlace entre ae Peles So trata de la capacidad de los clisicos para otorgar sentido de jerarquia entre los niveles de claboracién y significado de los productos culturales. Fun- ciona como un mapa que oftece sentido de perspectiva cultural, algo que se opone a la tendencia actual a la niyelacién “en plano” promovida por el consumo indiscriminado de productos muy diversos. En los tltimos tiempos hemos asistido a miltiples debates de la teoria literaria sobre el tema de los “clisicos” 0 del “canon literario” de una sociedad. La atencién critica se ha desplazado desde el estudio del sentido de las obras hacia el estudio de la propia labor de interpretacién realizada por la critica especializada. Por ello, el centro de la reflexidn se ha suas en el tema de “quién decide y con qué criterios” lo que ¢s canénico o las poli- ticas culturales. Tete enfoque parece mucho menos prometedor para el cometido de la ensefianza ee ea actince et elas déeadas de ; Bl debate se habi que jones tedricas de las décadas de los sesenta y setenta. Bl debate se habia a enrrado entonces en la construccién del sentido entre Ia obra y el lector, algo que vino muy bien para recuperar Ia lectura literaria en la escucla. Puesto que la tarea escolar se propone objetivos tan esenciales como los tes seialads formar una identidad ciuda- dana comuin, ensefiar a construir un significado y mostrar un mapa interpretativo de la cultura, no parece que los planteamientos basados en la deconstruccién de lo estable- “cdo, en ln abolici6n de jerarqufas entre lo que ha pasado & denominatse “alta literatura” ‘restantes sistemas ficcionales 0 en la ultiplicdad de los sujetos con derecho a la tacién vayan a resultar realmente muy adecuados. “nuevo consexto, el acenco en la lectura libre aun compre absolutamente cam aptado a las circunstancias empieza a verse como una dejacion de la funcion references para construirse como ser cultural. ¥ la proliferacién de obras on Je inenos la sancién de unos tirulos que, siendo accesibles a la 99 jteratura infants’ y | Introduceién a la ti | 1y adolescence, asegueen la construccién de un horizonce de re. i il lesce y ; Jectura infantil y ado! } calidad. jetct. El papel de los eldsicos en la escuela los contenidos concretos que los textos Clasicos continuacién algunos de n que lo alt Veamos a continuacién alg lr las tres funciones del acceso a la tradi . cen al aprendizaje infantil para cump! hemos sefialado: * Conocer los textos mejor elaborados. Si los recursos literarios * reutiian Spor que han tenido éxito y constituyen un imaginario eat! © al que tanto ig, autores, como los lectores, gustan de volver tna y otra vez. Los inicios mayan tivos, las imagenes mas impactantes, los simbolos ma: Bro adores bs clipsis mig Iimpidas o las intrigas mejor resueltas se hallan en esas obras: el inicio de Pay Pan, el palacio de La reina de las nieve, el poder de los anillos... 0 n0 es pore gue deseamos mantener ¢s0s libros en la estanteria? + Obtener el placer de reconocer elementos literarios en el juego intertextual, yp placer aumentado por la conciencia de aleanzar un secreto compartido coleciva mente. La autora inglesa Margaret Meck lo denomina “hallar viejos amigos en nuevos lugares”, un tipo de gratificacién que forma parte ineludible de la lectura en cualquier edad y que se sostiene sobre los textos tradicionales. ;Cémo leer Hl cartero simpatico de los Ahlberg sin conocer los cuentos populares en los que basan las cartas que reparte? ¢Cmo no set conscientes de los traspasos del libre a las pantallas (del cine, de la videoconsola, de la televisién) y viceversa que tn. to abundan en los sistemas ficcionales actuales? * Entender el porqué de ese juego con las obras literarias anteriores. Si los autores n_nuevas versiones de las obras conocidas, es porque se proponen alterar el significado original afiadiendo al relato nuevas perspectivas ideol6gicas o artist as. Se trata entonces de aprender a leer “dos textos a la vez", ya que se espera que el lector establezca una tensién constante ent dde personajes secundatios, etc. ma de didlogo cultural con la tradici6 S DEED en los libros infantiles, Es un sean mp attida de la mds, para la escritura creativa en la Capitulo 3: Los libros clisicos como herenicia Las obras que deben seleccionarse son las que res . : ierario de las nuevas generaciones. No es posible liminne een ne . oe imita a ‘os infantiles juveniles existen poemas y relaras que los ninios pueden earndie we ene Y juvran para ellos. También pucde ampliarseel ces? ae ae ¢a la de su lectura di Pus que van a conocer con formas d pity ala de su lecxura directa. Leer buenas ado ft ee ee adaptaciones que las hagan més asequibles es una alternativa. Las varias de literatura pica de R, i : tee ‘oger Lancelyn Green o Albert Jané, o bien las versiones de cisicos castllanosy catalanes de Rost Nevenen ont enol o eituyen una'oporcunidad excelente rac 5 °, : cvettugen na oportunidad exelent para ls ovens, alas que aan versiones H ara nif y : isles dors eis pars ios como Aca yl a de manila de Ang Pero también puede pensars en otras posbildadesAlgunas obras pueden se on ae : i ; eso ea por] 0s, como hemos seialado en el capitulo anterior; otras puc- den noducire fragmentariamente como una simple cat: muchas pucden anda por lasaulas girando alrededor de los proyectos de trabajo e, incluso, puede confiarse en una primera familiarizacin a través de versiones adiovisuales, En definitiva, hay que crear un plan de lectura literaria en cada centro que articule Ja funcién de conocer las obras en el interior de un itinerario formative, el tipo de obras ylas formas de acceso a ellas a lo largo de la escolatidad; es deci, el para qué, cudles y ‘émo, Tras la reivindicacin de introducit la literarura infancily juvenl y las obras actua- Jesen la escuela, cobra sentido la defensa del papel escolar en la creacién de referentes cetables entre las generaciones. Se trata de un papel decisivo porque, en definitiva, la per- peuacién de unos tieulos u otros en el imaginario colectivo se halla en gran medida en F dhe decesa institucién. Hablando de la reciente seleccién oficial francesa para la lec- uri de libros infantiles en la etapa primaria, Anne-Marie Chartier recuerda la respon- ilidad y el poder que los maestros tienen en esta cuestidn al decir Nada estd ya decidido, porque el poder préctico reside, en tltima instancia, en manos de los macstros, Son ellos quienes, a través de la experiencia con los niftos, eli- gen y continuardn eligiendo los “libros para las clases’ que sctia conveniente llamar por su. nombre: “los clasicos” (2002: 157). 3.2. La historia de los libros infantiles istenci i : iblico infantil y adoles- Literatura especificamente destinada al public ou Trae ree ‘del mundo moderno. Surgié en el siglo Xvilt y se halla en plena expansign en la época actual. No cesan de explorarse nuevos génetos for Tey aeaanen le aus ventas en Espata supone ya alrededor del 159% del tora ei z : ea de poblacion mulch nihs torial, mientras que la literatura de aduhon, oi evolu histrica dea lite 14s. Esbozarem« Ee aes ger ast cape el: De curt pst erbleces una ror til.y juvenil acteal Introduccion a ta lteratera inf rade tradicién oral que en el siglo xix p,. «las obras andnimas de a literatt ye mak destinarse ala infanei genden tanto las que han sido escrita de + as obras de autor, duc C7 as que han sido incorporadas a la lectur, | ee difusin social. mente para és i cedolescente durante el proceso di *infany 3.2.1. La literatura de tradicion oral dle producciones, tanto poéticas, como didi, fiéndose oralmente a través de los siglos hasta far. yen distintos momentos hist6ricos. Se car Comprende un amplio conjunto narrativas, que han estado transmi por escrito, aunque sélo sea en parte por su eee ae Pele fare aoe i idas sobre un Len re mtn soc er om Gun clementos constantemente. El interés por su recoptiacion y he ‘ esarroll6 end siglo XIX a consecuencia de distintos fenémenos: por una parte, la transformacién sci derivada de la industrializacién y los inicios de la alfabetizacién masiva, cambios gue condenaban a la desaparicién la forma habitual de traspaso oral y que hicieron nacer ddesco de fijar los textos para poder preservar su conservacién; por otra parte, el interés de romanticismo por ln cultura popular como expresién del “alma del pucblo” en el momes to de establecerse las distintas culturas nacionales europeas a tenor de la constitucién de los Estados, lo cual dio impulso a los estudios folcléricos o de cultura popular especifica de cada pais. Los estudios sobre el folclore se han realizado desde muchas perspectivas y para responder a preguntas de naturaleza muy alejada. Muy pronto, la gran semejanza de los cuentos, entre sf y con otras formas de literatura oral, dio lugar a estudios com parativos ¢ intentos de clasificacién entre las variantes, tanto dentro de una misma cultura, como entre culturas muy alejadas. Esta misma semejanza provocé en segti: da la curiosidad sobre su origen y sobre la funcidn social que deberian haber cus plido los cuentos a lo largo de los tiempos. Més modernamente, la psicologia se in res6 por la representacién psiquica que podfan oftecer estas obras dada la permanente aficién a ellas por parte de todas las culturas. Y, finalmente, los estudios sobre el + toy la narracién hallaron en los cuentos populates una fuente inestimable sobre is caracteristicas esenciales del relato literario como forma humana de expresin. eng campo que nos inteesa agus, cabe destacar que los cuentos populares on 8 pe ey aa han influido en la formacién de la literatura infant! i ane parte de estos cuentos se ha tras sivamente bajo la forma de literati ; actetng lar (no especificamente infantil), por las mune 10 texto y por su enorine interr joy pervive casi exc: , ura dirigida a la infancia; do lugar, por ; : . dit ia; en segundo lugar, ie de literatura infantil han utilizado a Portillo los elementos prapios de Capitulo 3: Los libros elasicos como herencia | Clasiticacion de los cuentos populares de Stith Thompson (1955-1959) eee é sit Maravilloso. Se relieve a un reato con elementos fantastico | eal (0, por lo menos, sin localizacion deterrinada), de origen ané- ae ee a @n 6! que acostumbran a aparecer personajes con poderes espe “ aS, 00f0S, brujas, duendas, ele. Se situarian aqui, por ejemplo, los } uentos recopilados por los hermanos Grimm o por el Fae tation : por el estudioso ruso Atanasiev. sa palabra italiana que designa un relato que transcurre en wn mundo real y def nido y que se asimila las formas literarias empleadas en el Pachatandra hinds Los Cuentos heroicos, relatos extraordinarios de yostas llevadas a cabo por un hisroe deter minado, ya.sea histérico o imaginario, y organizados en forma de ciclos; por ejemplo, ! ciclo artarico en la materia de Bretafia, 2 op Las leyendas. Son relatos extraordinarios que se cuentan como sucedidos en un lugar | concreto y se vinculan, pues, con un lugar, edificio o accidente geogratico. Pueden ser de {ipo realista (un suceso bélico), maravilloso (como la construccién de un puente por par- te del diablo) 0 religioso. | 5. El cuento etiolégico. Intenta explicar el origan o caracteristicas de algo: la aparicién de la | poblacién humana, la forma de un animal, la sal del mar, toétera 6. El mito. Es un concepto usado en sentidas muy amplios y variados. Aqui se refiere a un telato que sucede en un mundo anterior al actual y, aunque pueda parecerse al cuento heroico 0 al etioldgico, afiade siempre un significado religioso; por ejemplo, las mitos Griegos, como el de Prometeo, etoétera. 7. Los cuentos de animales. Son relatos que narran la astucia o estupidez de un animal, a menudo en relacidn con su necesidad de saciar el hambre, con animo de divertir, por ejem- plo, las aventuras de zorros, tan comunes en la narrativa medieval y que dieron lugar al Roman de Renard. 8. La fébula. Con alguna excepcién (como ta de la lechera), es un cuento de animales que tiene un propésito de educacién moral, a menudo ‘axplicito; por ejemplo, las fabulas grie- gas de Esopo en el siglo via. C. El chiste o facecia. Es un relato muy corto, de tipo comico, obsceno 0 absurdo. ‘Aunque no hay duda de que las leyendas, Fabulas y otras Sofas naearnas tambien senen con la literatura para nifios, cuando se habla de “cuentos populares’ nor- ice cath aludiendo a tres tipos de cuentos: los maravillosos, los de animales y © Antonio Rodriguez ‘Almodévar (1989) denomina “cuentos de costumbres para | relatos protagonizados por humanos, en los que pueden apreciarse temas y sropios de las sociedades agrarias, lo cual les remite a un tiempo mds moder- de los cuentos maravillosos. cual Introduccién a ta liceranura infantil y juvertl a formal, los cuentos populares mantienen yn, « de apertura y cierre, como los conocidas aa ‘ha acabado”. Los estudios sobre laf; aceptacién han sido los del sq Desde un punto de vista narratiya simple y unas fermulas era” o “colorin colorado, este cuento s cuentos populares que han tenido una mayor | Propp (1928). Rasgos de los cuentos populares maravillosos segun Vladimir Propp 1. Son relatos construidos por la sucesion de una serie de “funciones” 2. Las funciones son series de elementos constantes y pueden eslablecerse en yy de 31, Rodriguez Almodovar ha propuesto ura reduccién a nueve, dada la cada una en los cuentos maravillosos espanioles: © Carencia o problema inicial (hambre, falta de descendencia, etcétera), © Convocatoria (el rey dicta un bando para casar 0 desencantar a su hija, © Viaje de ida (de! héroe hacia la aventura). ‘© Muestra de generosidad (del héroe hacia un animal 0 personaje en apurgs), i ‘* Donacién del objeto magico (como recompensa de la accién anterior), ‘© Combate (entre el héroe y el agresor). © Pruebas (a las que es sometido el héroe, quien las supera gracias al objeto © Viaje de vuelta (del héroe una vez obtenido el éxito, aunque puede ser p suplantado). ‘* Reconocimiento del héroe (a través de una nueva tarea que desenn héroe) 3. No aparecen todas las funciones en todos los cuentos, pero, cuando to hi siempre el mismo orden determinado. Los personajes que realizan estas funciones responden a siete tipas: el donante del objeto magico, el auxiliar, la princesa (que el héroe recit final), el rey 0 mandatario y el falso héroe (que pretende sustituir al su éxito). © Poderes magi Tey Midas : $ Tanstormacions: La Bolla y fa Bestia * Objetos méaicos: Afadino via Capitula 3: Los libros clasicos como herencia hy i Viajes: EI castilo de irds y n g © Deseos: Las tres deseos tle ‘ ‘* Suefio profundo: La bella durmiente t Rasgos frecuentes en fos cuentos populares segin areas ‘geogrdficas © Nordica: magia de la naturaleza. lnglosajona: fantasia. Absurdo. Coens ee ‘Mediterranea: picaresca. Humor. Realismo. Comedia dell’Arte Negro-airicana: vitalismo, Movimiento. Escatologfa. Animales. © Oriental: lirismo. Importancia del sonido de las palabras, Epopeyas hinddes. Latinoamericana: \eyendas. Manique(smo. Fiestas. : (a partir de Teresa Duran y Noria Ventura, 1979) Libros de cuentas populares Bravo Villasante, Carmen: Cuentos populares de Iberoamérica. Madrid: Gavicta. Rodriguez Almodévar, Antonio: Cuenfos populares espafioles. I. Varios. Madrid: Anaya. ‘Amades, Joan: Millors rondalles populars calalanes. Barcelona: Selecta. Lasima de Oquina. Leyendas vascas. Madrid: Altea. 1988. Etxaniz, Xavier: Geure jpuinak. \rufia: Pamiela, Cuba, Xoan R.; Miranda, Xosé; Reigosa, Antonio: “Caballo Bul igan’”. Vigo: Xerais. ‘Amo, Montserrat del: Cuentos contados. Madrid: SM. Gudule: Cuentos de las mil y una noches.||. Jordi Vila Madrid: Anaya Duran, Teresa; Ventura, Nuria: Cuenta ‘cuentos (una colecci6n de cuentos para poder contar). Madrid: Siglo XxI. Duran, T: A Jas buenas y a las malas. ! Varios. Madrid: Anaya (antologia de cuentos de todo tipo sobre hadas y brujas). : idos de los hermanos Grimm. \\. Joma. Barcelo- Grimm, Jacob y Wilheim: Mis cuentos prefer nla: Combe! né, Albert: La vuelta al mundo en achentacuents. I. Jut Morale. Baroelona: Edebé. Charles: Cuentos. Il Gustave Dore. Madrid: Edhasa. r = iones: ‘La media lunita”, editorial Algaida; “Cuentos populares”, “Fabulas” y ‘El saco | La Galera. Sasi de cuentos populares en las actividades al final del capitulo.) TOS ra infantl'y juvenil actual Introduceién a la literati Mitos heroicos y religiosos ;; Combel. and, jsea. Barcelona’ Jané, Albert: La Odisé ’ rovira Ball La Biblia. adaptacion de Josep M : a existit IL Robert Ingpen. Page, Michal Enoiclopeaia de las cosas que nunca existieron. eH fa redonda. |. Arthur Lancely Green, Roger: £/ rey Arturo y Sus caballeros de la tabla Madrid: Sirvela. Coleccién “Mitologias’. Madrid Anaya: loso. ll. Carme Solé Vendrell. Barcel La evolucién del cuento de Caperucita Roja nos servird para mostrar cuentos populares y la literatura infantil. ae La primera version escrita de este cuento se halla en las Histoires, 0 ¢ passé, avec des Moralitéz. Contes de ma mere Uoye, obra publicada en la por el cortesano Charles Perrault en 1697. Perrault realiz6 su versi6n ron las versiones populares orales que persistan en Francia, ha tintos a los del cuento escrito por Perrault. En muchas de las narraciones populares, por ejemplo, se devoracién que supone la esencia del cuento. Ast, antes ofrece la carne de la abuela como comida y la sangre verti Caperucita los come y una voz (un gato, etc.) le advierte de la La insistencia en el temor a ser devorado y el final tos hizo que algunos folcloristas lo clasificaran entre los tos destinados a advertir de algo al receptor. tab) cl6ricas no nos dan informacién sobre la pero Perrault especificé, en una anotacién al marp alzar la voz de forma terrorifica al formular la ( Por otra parte, las versiones menta de la nifia, algunas no de las agujas o de los alfileres”, se e de desnudarse de la nifia que va a (puesto que “nunca mds los necesitaré rada a través de la artimaa urgente. En estos casos, el mente la deja salir atan y escapa. Capitulo 3: Los libros eldsicos como herencia Mare Soriano ha sido uno de los autores més importantes en el estudio de los euen- tos populares desde la perspectiva sociohistérica que ve en los cuentos el reflejo de la nentalidad de una época hist6rica determinada. Al analizar las versiones populares de Caperucita Roja desde este punto de vista, Soriano (1975) insistié en que él cuento responde al hambre y a la dureza de las condiciones de vida de los campesinos hasta el siglo XVUL, al peligro real que suponia la existencia de los lobos en los grandes bosques europeos y a la complacencia de los receptores populares por el triunfo del débil frente I poderoso en los casos en que la nifia engafa al lobo. En estas tiltimas versiones, la moraleja del cuento no serfa otra que la de ensalzar la astucia para sobrevivir en el mun- do, astucia bien aprendida por la nifia que pasa de un estado inicial de inocencia a la adopcidn de una ingenuidad fingida para poder escapar De las discrepancias entre las versiones populares y el cuento de Perrault se desprende aque las caracteristicas foleldricas de los cuentos se vulneraron tan pronto como fueron escri~ tos. La moda de lo popular en la Francia del siglo XVtI hizo que Perrault tomara directa- mente de la tradicién oral al menos seis de los ocho cuentos de su libro, pero, inmedia- tamente, los convirtié en cuentos més literatios y los ditigié a las muchachas de la corte de Versalles, un publico bien distinto del que habia sido habitual hasta entonces. En primer lugar, ensut6 los aspectos menos civilizados ¢ inconvenientes para la nueva audiencia, axpec- tos como el canibalismo, el seriptease realizado por Caperucita antes de meterse en la cama 6 la escatologia en su huida; en segundo lugar, aumenté el realismo y la coherencia de la amacién én detrimento de los elementos maravillosos y absurdos, tales como la transfor- macién de la disyuntiva entre los caminos de agujas y alfileres pot la de los caminos largo y corto y;en tercer lugar, y muy especialmente, introdujo tuna moraleja de la historia: Vemos aqui que los adolescentes y ms las jovencitas clegantes, bien hechas y bonitas, hacen mal en ofr a ciertas gentes, y que no hay que extrafiarse de la broma ide que a tantas el lobo se las coma. Digo el lobo, porque estos animales ino todos som iguales: los hay con un cardcter excelente y bumor afable, dulce y complaciente, que sin ruido, sin hiel ni iritacién, petsiguen a las jdvenes Doncellas, Hlegando detras de ellas ala casa y hasta la habitacién. -Quién ignora que Lobos tan melosos Son los mas peligrosos? cambios resultan muy s ificativos: para la literatura infantil, porque ajustan a os ee en literatura dirigida a los nifios: la necesidad de cum- 107 juvenil actual ieratuera infantil ¥ Introduccion a la ti vaxarlos Kimites de lo conveniente; paral “ente colectivo, Porque imponen, q. vena de [a violacidn como niles Jas versiones populares y la Utibizag) jmbolo de la muerte fueron susiq ‘ de no trasp plir una funcién educativa Y ‘como refe truccidn del mito de Caperncita Ret OE a ja afia levorado de cuento, de manera que el remor 2 met aa radicional de la figura de lol ida dela hone ule adopt6, pues: las caracteristicg, crita por P rsidn escrita por it eee ic vera calta, El: mensaje se citige a revelar alas j ma explicita con la morale} simbé le dos por el temor a la pé La Caperucita de la ve un cucoro moral, adaio as INST Te del control dela sexalidad, ya que ellagtyy panne citas cémo funcionan las reglas social ji ,”, ese lobo que puede Saber lo peligro que es deteneri a escuchar au [OBO es oie Ts Pus Sag “hasta la habieaciSn” como les recuerda Perrault, Bl euente trata jo cual deseos. a ocopranrore 988) sefialé que Caperucita Roja destaca por la En la misma linea, George Jean (1 amos por caso, que ha potencia de sus imagenes, por ese rojo sobre negro, pongare ca : va de Perrault, un motivo reutilizado, por ejem= tenido intacto el invento de la caper f HMeula La lista de Schindler, y que ahoray plo, en el abrigo rojo de la nifia en la pel reer ta de tucren, ha sido devuelto a la literatura con el relato La mitia de la lista ‘Schindler por Stella Miiller-Made). Caperucita también destaca por la sabia model cién de la intriga, con una victima a quien vemos caminar despreocupadamente su devorador o con un didlogo enumerativo sobre las partes del cuerpo que va sando la escena, as{ como por la universalidad de motivos literarios como el del en! miento entre la inocencia y la debilidad con la perversidn y el poder. Reiv valores literarios de los cuentos se adhirid, pues, a la “tercera opcién” de MacDon por buscar nuevas formas de narrar que permitieran la continusacién del didlogo 9 los motivos ¢ imi las obras trad p* valor emocional, imagit igenes de ficionales po: por su . Jarsu condui bles de comport y-el orden mascu 2.4. Las 3.2.4, Las versiones de los euentos populares en la literatura infirntil actual La confluencia psicoy reat pedagbpica ; ; fiuré una nueva Goce de ey etaria.@ favor de la fantasia y Ia literate i ela liverattira infancl proliferada enormemente lag vents infantil que dura hasta hoy y en lag Capitulo 3: Los libros clasicos como herencia ® Naraciones mudas las imagenes del Cuento sirven para contarlo, especialmente Si detrés del libro estd el uidn de la historia Grimm: Caperucita Roja. Il. M. Balaguer. Barcelona: La Galera “s Albumes La novedad esta en fa ilustracion por ejemplo, én una van- Quardista Caperucita de brillante geometria Grimm: Caperueita Roja. K. Pakovska, Madrid: Kékinos © Cuentos ilustrados Miltiples Caperucitas con los més variados estilos ilustrativos continiian ofreciéndose a los nifios a partir del texto original Grimm: Caperueita Roja. \!. Ana Juan. Madrid: Anaya ® Novela juveni El desarrollo de la novela para adolescentes Fa includ ta rfor- mutacin de los cuentos populares en sus parametros ‘Carmen Martin Gaite: Caperucita en Manhattan. Madrid: Siruela “© Teatro Las versiones de cuentos populares también han ofrecido un i$ amplio campo a las dramatizaciones para nifios Carles Cano: jTe pillé Caperucital Madrid: Brufio la nueva visidn de la mujer devolvio a Caperucita la iniciativa ee muchas ones folcléricas. Lejos de amilanar- se, Caperucita llega a ser quien mate al lobo para hacerse un abrigo con su piel en una version humoristicamente amoral Roald Dahl: Cuentos en verso para nifios perversos. ‘Madrid: Alfaguara a reocupacion ecol6gica en auge, Caperucita ue ver ie es of iiitimo de su especie Miguel Ange! Feméndez Pacheco: Elitimo lobo y Cape- ie soba ee ae Roja. Madrid: Alfaguara ~— Gonel aumento mil raciones, Caperucita Roja serd nogra ; nel ane oss amiga de gu Capetucita Negra - migrate para “avoreoer la convivencia “cares Cano: La Canutiela Negra. Elcions del Bullent ee ruc iqurbi ‘Caperucila Roja y fa abuela teraz : Edebe arcelana: venil actual Introduccion a la literatura infantil y 1 —————__ilitantemente ta correccion y endenola a vigitar militant iat en los cuentos fue ‘4cidamente parodiada en Un dia, su madre le pidi6 que llevara una abuela, pero No po fresca agua mineral a casa de SU sa una labor propia d& mujeres, atenci6n, sing | representaba un aclo generoso que contribuiria a atia sacién de comunidad James Finn Garner: Cuentos infantiles po correctos. Barcelona; Circe “© Polticamente corectas ‘Nuevas formas de narrar El gran desarrollo de la imagen en nuestras socie mialtiples juegos narrativos entre el texto y la il que cuenta el padre y lo que imagina el nifio * Lacolaboracién texto-imagen © Intertextualidad “O.no sabes tt el cuento o td me mier y metaliteratura me de mis dientes”, dice el lobo de al Ca juego metaliterario. Los cuentos populares son que los autores pueden suponer que los nifios Poder leer la nueva version con el original Podran entender fa intertextualidad presente. ‘unos abogados envian al seftor Lobo Le escribimos en Ciencia aposie desu eee se ocpando a "2sinel consentminto de dicta sera Allan y J a Destiny net Ahlberg: Ee © Alteraciones natrativas: perspectives no omniscie personajes cess, lramas complejas, contextos actuales, etc. -O situando el cuento dentro de otro curento en el que un abue- 10 actual narra una historia equivocada a su nita ‘Gianni Roda: Conundiendo historias Il Alssandio San- na, Sevilla: Kalandraka aero bien defnidos; por elem, ala novela ~policiaca, grata Besos oe ant aciar Yvan Pommaux: Detective John Chatterton. Barcelona: are :

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