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92 SOBRE LA ANTROPOLOGIA DE LAS EXPERIEN: Basten los ejemplos. Cada historiador podra considerar como icos a los grandes innovadores en la historia de la com. dades personales de cardcter social, psiquico 0 a otras; , ‘Tampoco este ensayo ha dejado de poner en juego tales argumen- j6n de los vencidos ha tratado de proporcionar 6gica estable. En el hecho de ser un vencido reside un potencial inagotable de conocimiento. cambio hist6 jenta de los vencidos. En la medic: en que éstos sobreviven, han hecho la experiencia insustituible de todas las historias: que suelen ir de manera distinta a como lo pretenden los afectados. Esta exp inica no es elegible ni se puede repetir. Pero puede elaborarse buscando los motivos que perduran a medio o largo plazo, es decir, que son repetibles. Esto es precisamente lo que caracteriza a los métodos. Se pueden separar de su motivacién inicial y ser nuevamente aplicados. La lo, qui- frbbmese {lor hae eo setQock' I~-2-3 ESPACIO E HISTORIA la ciencia son todo lo co do hablar de espacio como una realidad de cuatro dimensiones, puedo definirlo como un campo de fuerzas 0 como forma de la in tuicién pura, puedo hablar de espacio vi dora de identidad las ciencias sociales, diversas deter ‘como fmbito de investigacién de tas decisiones previas conducen a muy espacio e historia Que la historia sea lo que sea, tiene que ver con el espacio o, mejor, que ver con los espacios, nadie lo negara. Perolla pretensidn de generalidad de ambas categorias es tan eleva da que no deben ni difuminarse ni sobrecargarse emocionalmente. Una mirada sobre la literatura especializada aumenta la con. fusién. En primer lugar llama la atencién que la vieja historio- sgrafia haya tematizado el mundo de los hombres, sus obras y sus acciones, asf como la naturaleza, sin haberlos distinguido sufi ientemente.' Por eso sorprende la analogia cuando en Japén se utiliza la misma expresién para historia y espacio. Desde el siglo XvIIIse separan en Europa naturalezae historia, Al mismo tiempo eshistorizado el concepto de naturaleza, hasta entonces estitico, y fometido a lees de desarrollo dacrénico. La bivoria naturals, 1 Amo ica. Die Geschichte als Na 6 94 SOBRE LA ANTROPOLOGIA DE LAS EXPERIENCIAS (..1 raliza y es investigada desde entonces con su secuencia temporal y con los métodos de la ciencia natural, que se distinguen de los mé- todos de las ciencias de la cultura o de la h ia, izés hoy mis que antes a causa del desafio de los problemas ecolégicos. Falta en este boceto el concepto «espacio» Esto se debe fundamen ry muy buenas exposicio- ficas del concept na que falta un conceptual del concepto «espacio». En esta medida, al hablar ahora de espacio e historia entre consideraciones cientificas, me ‘muevo sobre un suelo inseguro, y sera en la parte final cuando in. tente poner en relacién el tiempo y el espacio. I Comienzo con la primera parte. Desde el siglo xvit espacio y ticmpo son habitualmente referidos el uno al otro, pero no espacio, sus propias tearias y procedimientos de medida para analizar el espacio y el tiempo, del 2, Wolf Lepenies, «Das Ende der Naturgeschi deme. Verzitlichung und Enthist 18. und 19, Jahehunderte», en R. Kos 3.C.E v. Weiasicker, Die Geschichte der Natur, Gotinga, 1948, 1964 (6* ced); Max Jammer, Das Problem der. 992, tomo 8, pigs. 67 ‘col6gica del concepto véanse pigs ‘expacio politico por W. Késte, véanse ESPACIO TORIA 95 ‘mismo modo que las ciencias humanas tienen sus pro procedimientos de medida para manejar el espacio y el tiempo co- ‘mo conceptos hist6ticos. Esta contraposicidn entre las categorias cientifcas e histéticas del espacio y el tiempo es moderna. A la ja historia en tanto que ciencia general dela experiencia per tanto el saber acerca de la naturaleza, como la geografia en estticto yla cronologia. Por lo menos hasta Kant y Herder los toriadores declaraban normelmente que su trabajo tenia que ver con el espacio y con el tiem ndose asia un espacio hist6r ‘coy aun tiempo histérico en el horizonte dela propia historizacién, La geografia ha entrado desde entonces en una situacion pre. caria, al tener que ser tanto parte de las ciencias de la naturaleza como también —en tanto que geografia humana, geografia cult ral, ete — parte de las ciencias sociales ydel espiitu, De este mo- do la geografia sélo puede ser concebida adecuadamente como ciencia interdisciplinas, aunque haya sido clasficada por una his- toria arrogante como mera ciencia auxiliae. Consideremos en primer lugar la declaracién de los historia- dores segtin la cual el espacio y el tiempo son las premisas de su propia ciencia. Droysen aparece aqui gracias a su propia defin cién cuando, en la tradicién kantiana, define el espacio y el ‘po como «registros de nuestra concepeidn> y declara que su sis ma de signos «como tal» no descansa en el mundo exterior. Asi adopra la perspectiva trascendental kantiana. Espacio y tiempo, dice, «se refieren correlativamente en cuanto que su disyuntiva cecharia por tierra todo aquello de lo que tenemos noticia por la percepcién (..] Las intuiciones absolutamente generales de espa- cio y tempo son vacias».’ Tienen que ser lenadas empiticamente 4. Hermann Overbeck, Kuleurlandschafsforscung und Londerkunde, Hei delberg, 1965 (Heidelberger Geograpbische Arbeiten edtado por G. Pfeifer y H. del mismo autor, Die Entwicklung der Anthropageograpbie (insbesondere Deutchland) sett der Jabrbundertwende und bre Bedeutung fir die {escbicbliche Landesforschumg, en Blittr fir deutsche Londesgercichte, 91 (1954), pigs, 182-244, reimpreso en Panktaz Fried (comp), Probleme und Me- ‘thoden der Landesgschihte, Dar 96 SOBRE LA ANTROPOLOGIA DE LAS EXPERIENCIAS ..) Droysen no utiliz la idea de que los historia y sus interacciones tienen s idea que ya Her imétto de los hermanos Humbolds, de Ritter, Kapp y Ravel haber tematizado laconsttucién espacio-temporal de as hissing empificas. Encontraron sus herederos en Lamprecht yen coleges ue desarrollaron ese concepto.en la i Proyecto de una historia social em, ue trataba de integrar todas las con talidad acotada.* Ante la alternativa formal entre el espacio y el tiempo, una abrumadora mayoria de lo historiadores opt por una prenade [ungis, tebricamente poco fundamentada, del tiempo. Asi lira, ba Bernheim que la materia histrica no posibiltaba ninguna oc 6 A i6 acerca del método historico {05 que intervienen en la fundamenta, como deci, en la sucesin temporal. Los neemeae ‘micntos, en tanto que modificaciones en el tiempo, seeseapan de ‘oda sistemética. El axioma histérico de la unicidad gobiore sure gue pueda no parecerlo, Pero es realmente desconcertante tu de, dlucciin de que una sistemitica espacial es mucho menos posible

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