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ELIGE TU PROPFIO ESCALOFRIO FLIGE TU PROPID ESCALOFRIO LAMOMIA QUE NO QUERIA MORIR E. A. M. JAKAB Iustraciones: BILL SCHMIDT Un libro de Edward Packard No se permite la reproduccién toral o parcial de este libro, ni el registro en un sistema informético, nila transmisién bajo cualquier forma o através de cualquier medio, yasea electrdnico, mecénico, por forocopia, por grabacidn o por otros métodos, sin el permi- 50 previo y por escrito de los tiulares del copyright. Dedicado a Anna «Cuzco» Disefio de cubierta: Victor Viano Titulo original: The mummy whowouldn’e die ‘Traduccién: Gemma Gallart Copyright © 1996, Edward Packard © Ilustraciones: Bantam Doubleday Dell Books for Young Readers, 19% Published by arrangement with Bantam Doxbleday Dell Books For Young Readers, a division of Bantam Doubleday Dell Publishing Group, Inc, New York, US.A. All rights reserved «Choose Your Own Nightmare» ] es marca registrada por Bantam Doubleday Dell Boos for Young Readers, divisin de Bantam Doubleday Dell Publishing Group «lige tu propio escalofrio» es marca registrada } © Grupo Editorial Ceac, S.A., 1997 Para la presente versi6n y edicién en lengua castellana ‘Timun Mas es marca registrada por Grupo Editorial Ceac, S.A. ISBN: 84-480-2053-7, Depésito legal: B.4.113-1997 Gersa, Industria Grafica Impreso en Espaiia - Printed in Spain Grupo Editorial Ceac, S.A. Peri, 164 - 08020 Barcelona ADVERTENCIA Sin duda habras lefdo libros a cuyos perso- najes les suceden cosas aterradoras. Pues bien, en Elige tu propio escalofrio, ti formas parte de la accién: jeres ti quien se encuentra en situaciones espeluznantes! Afortunadamente, a medida que vayas leyen- do, tendrds la oportunidad de elegir qué hacer a continuacién. Cada vez que tomes una decisién, pasa a la pdgina indicada. De tus elecciones dependeré el final de tu aventura. En La momia que no queria morir, tienes que devolver a una momia su amuleto sagrado. ¢Podrds hacerlo antes de que ella se dé cuenta de que ha desaparecido? Es importante que elijas con cuidado... Una momia enloquecida no es cosa de broma. 1 —jLas momias son algo fantastico! —explicas a Kate y a Josh Danvers mientras atravesdis la bulliciosa entrada principal del Museo Metropo- litano de Arte—. En especial cuando resucitan. —Si, con los brazos estirados, listas para ma- tar —replica Josh, siguiendo la broma. —Vamos, eso sdlo sucede en las peliculas —interviene Kate, lanzdndote una severa mi- rada—. Nada de eso sucederé aqui. —Nunca se sabe —replica Josh en tono dra- matico. —Si, claro. —Kate pone los ojos en blanco. Ella y Josh se comportan de modo tan distin- to, que resulta diffcil creer que sean hermanos. Paseas la mirada por el atestado vestibulo central. Pasar un soleado sdbado en el museo no es algo que consideres muy divertido, pero el martes tenéis que entregar un proyecto esco- lar sobre el antiguo Egipto. —Apuesto a que ya has encontrado tu tema —dices a Kate. La muchacha es una alumna de grado superior, y el estudio del antiguo Egipto es uno de sus pasatiempos. —Vasos canopes —responde ella con aire sa- tisfecho. —¢ Qué son? —preguntas. Pasa a la pagina 2. 2 —En ellos se guardaban las entrafias de la momia. E] estémago, los intestinos, el higado y los pulmones se introducian en vasos distintos. —jAsqueroso! —exclama Josh, y sus ojos se iluminan. Por fin parece sentir interés por el antiguo Egipto. El ala egipcia esta a vuestra derecha. En la en- trada se encuentra una mastaba auténtica, una tumba, en forma de «U», de un solo piso de pie- dra caliza, con un techo plano y las paredes in- clinadas. Tiene el tamaiio de una casa pequefia. —jQué sitio mas estupendo para vivir! —exclama Josh al ver salir de su interior a un hombre de rostro aguilefio. El individuo os lanza una mirada penetrante mientras se aleja ripidamente. ~~ Vaya! Nos ha echado mal de ojo —afiade tu amigo. Kate y ti suspirais. —Bueno, pues no parecfa simpatico —farfu- lla Josh. Pasa a la pagina siguiente. 3 No hay ninguna momia en la mastaba, pero si una capilla donde los parientes del difunto habfan orado y depositado comida en el pa- sado. —Generalmente a las momias las enterraban en cémaras subterrdneas, al final de pozos se- cretos situados a doce metros 0 mas por debajo de la mastaba. —Os explica Kate—. Lo hacian para evitar que robasen en las tumbas, porque a las momias las enterraban con todos sus te- soros. — Quieres decir que pensaban que podian llevarselo todo con ellas? —preguntas. —Claro —responde Kate, mientras pene- tris en el ala egipcia—. Momificaban el cada- ver para que su espiritu pudiera reconocer el cuerpo y darle vida eterna. — Oye, sucede algo con las luces? —pre- guntas—. Esta muy oscuro. —Siempre est4 igual —responde ella. Sin duda tiene que saberlo porque viene aqui muy amenudo—. Todo esto tiene miles de afios. No soportarfa una luz potente. —Resulta bastante tétrico —replicas con cierto nerviosismo. Pasa a la pagina 4. 4 Tampoco hay demasiados visitantes. Esta todo muy tranquilo, al contrario del bullicioso vestibulo central. —Mirad —dice Josh, sefialando a un grupo de personas detenidas junto a un objeto acor- donado. —jEsa debe de ser la nueva momia, Tutmo- sis I! —profiere Kate—. j;Acaban de descubrirla! Ante vosotros se encuentra un reluciente sarc6fago de piedra negra, el receptaculo exte- rior de la caja que albergaba la momia. Estd cu- bierto de incisiones; jeroglificos, la escritura pictogrdfica del antiguo Egipto. Kate os ex- plica que se trata de oraciones y conjuros magi- cos contra el mal. Pasa a la pdgina siguiente. 5 Después veis un sarcéfago de madera pin- tada y esculpida. Esta cerrado, y te preguntas si habr4 una momia dentro. A un lado, en una vi- trina de cristal, estan la mascara de oro de la momia, sus joyas y otros artilugios. Vuestros ojos se concentran en un amuleto que repre- senta un escarabajo de piedra, engastado en oro. — Qué hermoso escarabajo-corazén! —ex- clama Kate. —;Para qué sirve? —preguntas. —Los egipcios lo colocaban sobre el cora- z6n de una momia para que lo ayudara durante su juicio en el otro mundo. —Tu amiga sacude la cabeza—. No tendrian que haberlo sacado de la momia —refunfufia. —Bah, no es mds que un insecto ridiculo —interviene Josh. Hace una mueca y se gira a toda prisa para entrar en la siguiente sala; pero en su lugar, choca contra un hombre alto que contemplaba con atencién el contenido de la vitrina. —jChico esttipido! —grita el hombre. Se trata del individuo de rostro aguilefio de la mastaba—. gEs que no sabes comportarte en un museo? Pasa ala pagina 17. jPero te duele mucho la cabeza, y sabes que debes huir! En el mismo instante en que el l4- tigo del capataz restalla, te dejas caer al suelo y ruedas lejos de alli, a toda velocidad. jLuego te incorporas de un salto y echas a correr! Llegas al templo antes que el capataz, y te acurrucas en un rincén oscuro. Desde el exte- rior, él te grita que regreses. No puede ofender alos dioses invadiendo este lugar sagrado. Finalmente se va. Lanzas un suspiro de ali- vio y abandonas tu escondite. Hay un joven sa- cerdote sentado junto al pequefio altar, con- templandote. Tiene la cabeza afeitada, y lleva una ttinica blanca de lino y unas sandalias. — Por qué has venido? —te pregunta con severidad. —Yo no pertenezco a este lugar —respon- des, aunque no puedes recordar de dénde vienes. El sacerdote arroja unos guijarros sobre el altar y los observa con atencién. Pasa ala pagina 50. 7. Tienes el presentimiento de que Josh sabe lo que se hace; asi, que vas tras él. —jEspérame! —grita Kate. Pasiis entre sarcéfagos, estatuas y vasos ca- nopes. je encantaria echar un vistazo si no es- tuvieras intentando escapar! Sin saber cémo, Josh se os ha adelantado y ha desaparecido. ¢ Qué hards ahora? En ese instante te das cuenta de que la habi- taci6n esta totalmente en silencio. —Estén escuchando para averiguar donde estamos —susurras a Kate. Tu amiga asiente, luego indica un tenue resplandor a vuestra iz~ quierda. ¢Ser4 Josh con el amuleto? Pasa ala pagina 74. Tiras de Josh hacia atras. —jCorramos! —susurras. —A lo mejor es una momia amistosa —dice él. —jNo acttia como silo fuera! —exclamas. —Vete, yo me quedaré —replica tu amigo, sacando el brillante amuleto. Comprendes que no sirve de nada intentar hablar con él. —No te preocupes, conseguiré ayuda —di- ces y decides regresar al templo de Dendur. jAlli habra guardas! Abres de un empujén la puerta de cristal del enorme anfiteatro en el que se encuentra el templo. Un gato surge de la oscuridad y entra como una flecha delante de ti. —jEh, ése es el gato que me arafié! —auilla una voz. jEs Ben! Fue una suerte que el gato entrara primero, porque Ben podria haberte cogido. Te precipitas detras de una hilera de seis gran- des estatuas de piedra de Sejmet, la diosa con ca- beza de leén, que representa la guerra, las tor- mentas y la peste. Kate mencioné antes que Sejmet a veces ayuda a la gente, y, aunque sabes que es esttipido, deseas que te eche una mano. —jOs dije que cerrarais con llave esa puerta! —chilla otra voz. Es la del sefior Ramsey. Oyes un clic. Estas atrapada. Pasa a la pagina 14. 9 —Devolvamoslo a la vitrina —dices. De ese modo nadie sabra lo sucedido; incluidos tus padres, que te importunarian durante semanas. Sin duda sera facil. —Kate y yo podemos charlar con cualquier guarda que se acerque, mientras tt deslizas el amuleto dentro de la vitrina —explicas a Josh. —Hay que moverse. El museo no tardard en cerrar —advierte tu amiga. El ala egipcia esta mucho més oscura ahora. Y se encuentra desierta. Mientras corréis por el pasillo, tropiezas con la base de una enorme columna de granito. —)Ay! —chillas, cogiéndote la pierna. Mientras te incorporas, oyes un curioso gol- peteo sordo a lo lejos, y luego el rapido claque- teo de unas fuertes pisadas que se dirigen hacia vosotros. Pasa ala pagina 24. 10 —Kate est en lo cierto —dices—. Debemos averiguar qué esté sucediendo en lugar de dejar volar nuestra imaginacién. —Serd mejor que yo me quede aqui —sugiere Josh—. Sino regresdis, iré en busca de ayuda. —jApuesto a que crees que la momia ha vuelto ala vida! —se burla Kate. —Nuncea se sabe —responde él, en tono mis- terioso. —Josh tiene razén. Alguien tiene que que- darse atrés —replicas, a pesar de que piensas que tu amigo ha visto demasiadas peliculas de terror. Kate te sigue de puntillas. Est4s a punto de echar una ojeada a la habitacién cuando vuel- ves a oir los chirridos, y retrocedes. ¢Es pru- dente proseguir adelante? —Vamos, yo entraré primero —te dice Kate, doblando la esquina a toda velocidad, antes de que puedas detenerla. — Socorro! —grita al cabo de un instante. Corres tras ella. Algo se esté moviendo y se est incorporando. jEs la momia! Contemplas con horror cémo extiende una mano vendada hacia Kate. Parte de la cabeza de la momia esta desenvuelta, y sus ojos muertos te ob- servan feroces mientras extiende la otra mano... Pasa a la pagina 21. iz —Hemos de encontrar a Josh —dices—. Apuesto a que nos oy6 chillar y fue en busca de ayuda, de modo que no sabe que hay ladrones en el musco. —Vamos —secunda Kate. Abandoniis el templo y salis a toda veloci- dad por la puerta lateral. De repente veis a tres personas al final del pasillo; aunque os es imposible saber quiénes son, distinguis que llevan linternas. No tenéis tiempo de regresar al templo, asf que os introducis en una galeria poco ilumi- nada, llena de sarcéfagos vacios bellamente de- corados. La mayoria estén colocados de pie, con las tapas retiradas; todos estan detras de cristales. Mejor dicho, casi todos. Alguien ha retirado algunos de ellos de los paneles de cristal. — Habran escapado las momias? —mur- muras, dando un paso atras y mirando a tu al- rededor con temor. —jAquf no hay momias! Sélo los sarcéfagos vacios —musita Kate—. ;Podemos ocultarnos en ellos! Pasa ala pagina 42. 13 Quieres terminar lo que empezaste, y eso significa encontrar la momia. También signi- fica que hay que moverse deprisa! —Seguidme —susurras, cruzando a toda ve- locidad el pasillo para penetrar en una sala con vitrinas llenas de shabtis, horquillas, peines y abalorios. Justo a tiempo..., el ruido de pasos no tarda en detenerse, y las linternas recorren la zona de exposicién. —jEh! jHa sucedido algo aqui! —dice una voz de hombre. —Se lo comunicaremos inmediatamente al jefe —responde una mujer, cuya voz resulta fa- miliar. Las pisadas retroceden de vuelta al ves- tibulo central. —Ser4 mejor que no sigamos en este lugar cuando regresen —apunta Kate. —Vayamos al templo de Dendur —propo- nes—. Como estd iluminado podremos planear nuestra bisqueda sin que nada nos asuste. —Y si nos descubren? —pregunta Josh. —Diremos que nos hemos perdido —con- testas. — Y qué sucede con el amuleto? —jLes diremos que lo encontramos alli! Pasa ala pagina 37. 14 Atisbas desde detrds de una estatua. Han va- ciado el estanque, y varios hombres bajan sar- céfagos y otros objetos por una escalera. —jCuando llegue la policfa, ya estaremos a punto de reunirnos con nuestro comprador se- creto! —se regodea el sefior Ramsey—. jCre- yeron que podrian atraparnos, disfrazandose de guardas y momias! —Pero no hemos encontrado el amuleto —interviene Ben atropelladamente. —Lo meti en el bolsillo de aquel chico antes de que la policia pudiera cogerme —contesta Ramsey—. Es la pieza mas valiosa de todas. Pero sé el nombre del chico y dénde vive. jJosh esta en peligro! —jMiiiaaauuu! —mailla el gato. Se dirige hacia la estatua tras la que te has escondido; sin duda, ha percibido tu presencia. —jApartad ese gato del tablero de mandos! —chilla Ramsey. El y Ben corren hacia ti. Te vuelves, y descubres un panel a tu espalda. Presionas todos los botones, y un suelo de bal- dosas deslizante empieza a cubrir la escalera. jEl agua vuelve a brotar en el interior del estanque! —jTu! —ruge el sefior Ramsey, arreme- tiendo contra ti. Pasa a la pagina 70. 1S Entonces os mira, a Kate y a ti. —Teniente Anna Cuzco, departamento de policia de Nueva York. ; Qué hacéis aqui? —Intentamos devolver el amuleto —expli- cas—. No sabemos cémo aparecié en el bolsi- Ilo de nuestro amigo Josh. —,Donde esta él? —os pregunta. —Justo ahi fuera —respondes. —Ahi no hay nadie —dice ella. Las tres corréis hasta la entrada. Josh ha desa- parecido. Gritdis su nombre, pero nadie contesta. La teniente Cuzco habla por un pequefio transmisor. Luego os indica que permanezcais junto al detective Kelley, mientras ella y sus hombres buscan a Josh y atrapana la banda. —No os preocupéis, estard bien —os dice. Regresas al templo y te preguntas si vosotras no deberiais también ir en busca de Josh. —Josh est en peligro —afirma Kate. Luego se detiene—. jNo podra distinguir a los policfas de los ladrones, porque los policias van disfrazados! Intercambidis una mirada de desaliento. Si decides ir en busca de Josh, pasa ala pagina 12. Site quedas en el templo, pasa a la pagina 52. 16 Con los guardas empujando desde atrAs, descendéis por la desvencijada escalera, y cru- zais otra puerta que conduce a una especie de almacén y taller, lleno de objetos egipcios. La puerta de la escalera se cierra de un por- tazo. Corres hasta ella y mueves la manilla. jEsta cerrada con llave! Oyes las fuertes pisa- das de los guardas que suben por la escalera. —jAhora si que nos la hemos cargado! —se lamenta Kate. —No hay que darse por vencido —le dice Josh. —jOh, no! ;Fijate! —gime ella, sefialando un par de camas rigidas en forma de ledn. Los lechos se parecen a mesitas altas de café, y estan tallados en forma de leones—. 'Tenemos problemas. ;Esas plataformas se usaban para envolver alas momias! Le lanzas una mirada asustada. —No creerds que el conservador nos quiere convertir en momias, verdad? —No es el conservador —interviene Josh con voz tranquila. —jCémo lo sabes? —le preguntas. —El amuleto —contesta como en suefios, y lo saca del bolsillo. El objeto desprende un suave fulgor. Pasa a la pagina 53. 17 Josh retrocede. —Por qué no se mete con alguien de su ta- maiio, sefior? —le increpa una mujer de cabe- llos rizados, que lleva unos vaqueros. —jEstos objetos son sagrados! —contes- taél. —No creo que la momia vaya a salir de ese sarcofago para vengarse —replica la mujer. Varias personas se echan a refr. El hombre enrojece, y se aleja veloz. —Gracias —dice Josh a la mujer. Esta le mira frunciendo el entrecejo. —El tiene razon, sabes. Deberias mostrar un poco de respeto. —De acuerdo —responde él sumiso. Ta y tus amigos os vais a toda prisa. Hay mucho que ver, como, por ejemplo, los shabtis, estatuillas que realizan el trabajo de la momia en la otra vida... {Te encantaria tener una que te hiciera el proyecto! Y momias de gatos. Los gatos eran sagrados en el antiguo Egipto. jIn- cluso, llevaban pendientes! Pasa a la pagina 40. 18 —Mueve el amuleto arriba y abajo de la pa- red —indicas a Josh. Horrorizada, descubres que tenéis compaiifa. —jBichos! —chillas. jEstdis sentados sobre escarabajos, no sobre guijarros! Los tres os incorporais de un salto, sa- cudiéndoos frenéticamente los insectos. —jLos tengo en el brazo! —grita Kate, empu- jandote contra la pared. Clic-clic. La puerta de piedra se abre y aparece un pasadizo a tu es- palda. Miras el punto de la pared contra el que acabas de chocar, y descubres un panel con va- rios botones... jE] panel de control! —jUn pasadizo oculto! —musita Josh. —jVamonos! —dice Kate, regresando a la pequefia capilla de la mastaba. —Quizis el tiinel sea mds seguro. Esos ma- tones atin siguen ahi fuera —indica Josh. —Podemos escabullirnos sin que nos vean —responde ella—. Ademéas, no sabes adénde conduce el tiinel. Crees dificil que los ladrones no os vean; pero el pasadizo parece horripilante. Si decides entrar en la capilla, pasa ala pagina 20. Si prefieres meterte en el tinel, pasa ala pagina 62. 19 —Yo voy en busca de Johnson —anuncias. Josh te acompaiia, y Kate decide subir la es- calinata para ir a buscar al sefior Ramsey. —Ten cuidado —susurras a Josh cuando en- trdis en el ala egipcia. Esta muy oscuro, y mientras esperas que tus ojos se acostumbren a la poca claridad, oyes voces; no puedes descifrar lo que dicen. Algo te roza la pierna, y sueltas un grito ahogado. —Chissst —musita Josh—. Es sdlo un gato. Josh sostiene una especie de luz tenue. A su lado hay un gato grande y delgado, con unos ojos enormes. Le haces una caricia. Sin duda, es un gato va- gabundo que se ha metido en el museo. Tiene un agujerito en una oreja, «probablemente a causa de una pelea», te dices. — De dénde has sacado esa luz? —preguntas. —Es el amuleto—murmura Josh—. Brilla. jUn amuleto que brilla en la oscuridad! ¢Y ahora qué? Bueno, al menos lo podéis utilizar para buscar a Johnson. Tu amigo se vuelve a guardar el amuleto. —Nos verian. No se puede apagar —explica. Volvéis a estar a oscuras; pero ahora puedes ver. Pasa ala pagina 71. 20 Decides salir por la capilla de la mastaba. Una vez de vuelta en el pasillo del museo, os podéis esconder de los ladrones y buscar a los auténticos guardas. Pero al entrar en la capilla, casi tropiezas con varias bandejas de comida. Al verte, una pareja, curiosamente ataviada, retrocede horrorizada. No entiendes lo que dicen. Entonces te das cuenta de que es de dia... y de que hace mucho calor. jAlgo no anda bien! —jRetroceded! —gritas a Kate y a Josh. Corréis de vuelta al interior de la habitacién de los escarabajos, y presionas todos los boto- nes del cuadro de mandos. ‘Tanto la puerta de piedra como la abertura del tunel se cierran. ;Y los escarabajos empiezan a correr otra vez por vuestras piernas y brazos! Pasa ala pagina 58. 2k —jEsta viva! —chilla Kate. El terror te impide moverte. Tienes la frente perlada de sudor. —jQue alguien... nos ayude! —gritas. La momia se lleva ambas manos a la cabeza. —jEh, callaos un poco! ;Sois capaces de des- pertar a un muerto! Sientes que te vas a desmayar, cuando de im- proviso observas manchas de sangre en los vendajes de la cabeza de la momia. Las momias no sangran. —j(No eres una auténtica momia! —jadeas. —Detective Dave Kelley, departamento de policia de Nueva York, distrito diecinueve. —jVaya! gEst4 aqui debido a los robos? —preguntas. —Acertaste. Sdlo que los ladrones me atra- paron primero... me dejaron sin conocimiento. Mientras Kate y tt ayudais al detective Kelley a levantarse, entra corriendo la mujer de los cabe- llos rizados, que defendié a Josh en la exposicién. —j(Dave! Estas bien? —exclama. —Lo estaré en un minuto —contesta él. —Las salidas estén cubiertas. No pueden huir —anuncia ella—. No tenemos mas que lo- calizarlos. Pasa a la pagina 15. 23 Hay un hombre sentado de espaldas ante un gran escritorio, hablando por teléfono; cuando termina, se vuelve hacia vosotros. jOh, no! jEs el desagradable tipo de rostro aguilefio de la mastaba y de la exposicién de la momia! —Soy el sefior Ramsey —se presenta, ce- fiudo—. ¢Queriais hablar conmigo? —Si, sefior —respondes, hablando tt antes de que Kate pueda decir nada. No sabes si de- bes hablarle del amuleto. Seguramente culpara a Josh; jpuede que, incluso, haga que lo arres- ten, y también a tu amiga y a ti! Parece bastante mezquino. Por otra parte, habéis venido a devolver el amuleto. ¢Realmente quieres marcharte con él, cuando atin Josh lo tiene en el bolsillo? Si optas por entregar el amuleto al senior Ramsey, pasa ala pagina 47. Siprefieres inventarte una excusa, pasa a la pagina 51. 24 —jHay que esconderse! —susurra Josh. Los tres os apelotondis detras de la columna de granito. El haz de luz de una linterna barre el punto en el que os encontrabais hace un instante. Oyes voces, pero todo lo que consigues en- tender es: «Debe de ser el gato», y unas risas. Luego los pasos se alejan. —Tengo un mal presentimiento —musita Kate. —Todo ira bien —susurras, aunque no estas tan segura. E] museo ya debe de haber cerrado, asi que una vez haydis restituido el amuleto, tendréis que explicar al guarda que os habjais perdido. No resultara divertido; es probable que los empleados del museo telefoneen a vues- tros padres. Las luces de la exposici6n se apagan. —jAlgo va mal! —susurra Josh. Pasa ala pagina 69. | | 25 De repente se oyen unos arafiazos en el inte- rior del templo. Arafiazos muy fuertes. —jMe parece que la momia se ha desper- tado! ;'Tenemos que irnos! —murmura Josh. —Deberiamos averiguar qué est4 sucedien- do —replica Kate con firmeza. Tu légica esté de acuerdo con ella, pero tu imaginacién parece haberse desbocado igual que la de Josh. ; Qué debéis hacer? Sieliges salir corriendo del templo, pasa ala pagina 32. Si decides regresar para echar un vistazo a la momia, pasa a la pagina 10. 26 Te empieza a doler mucho la cabeza. Ya no puedes recordar lo que es un libro 0 un museo. —No eres la tinica aqué que suefia con el fu- turo —masculla el capataz—. jEs asi como los espiritus de los faraones se vengan de los que no trabajan! Estas en una loma elevada, desde donde pue- des ver a los obreros trabajando penosamente en una pirdmide medio terminada. Parece un trabajo agotador. Reparas en un sendero sinuoso que conduce a un pequefio templo. ;Podrias llegar hasta él? Estarfas a salvo del capataz durante un tiempo y conseguirias descansar un poco més, Enton- ces quiz4 lograrias descubrir por qué los dioses te han maldecido. Pero no sabes si conseguiras moverte con la suficiente rapidez para escapar al latigo del ca- pataz. Si decides regresar al trabajo en la piramide, pasa a la pagina 73. Si intentas regresar al templo, pasa ala pagina 6. 27 —Eso parecia divertido —suspira Josh, pen- sativo. —jTampoco pertenecemos a ese lugar! —ex- clama Kate—. Es peligroso estar en la época equivocada! —Josh, esta vez mantén el amuleto fuera —indicas, y aprietas de nuevo los botones. Los tres salis a una oscura y desierta capilla, luego abandoniis la mastaba y penetrdis en el pasillo del museo. jEstdis de vuelta en vuestro tiempo! De repente aparece un guarda uniformado que empufia una pistola. —Quietos donde estais —ordena. Se te cae el alma a los pies. ;Ahora si que es- tdis atrapados! —Detective Al Johnson, departamento de policia de Nueva York —dice el hombre, guar- dando el arma—. Trabajo aqui en secreto. —Se saca algo parecido a una radio pequefia del bol- sillo del abrigo. —Los encontré, teniente, sanos y salvos, y con el amuleto —anuncia por el transmisor. jFenomenal! ;Por fin podéis volver a casa! Pasa a la pagina 81. 28 —jEh, agente! —chillas—. ;Puede detenerse un minuto? Pero no lo ves por ninguna parte. ¢Cémo ha podido ir tan rapido? Entonces, al doblar una esquina, distingues un curioso resplandor de- lante de ti. Es el agente disfrazado de momia. Todo él brilla. —{ Qué sucede? —te pregunta en voz baja. Te echas hacia atrds. Sam sigue tumbado so- bre el hombro de la momia, pero ahora tiene el rostro convulsionado y la mirada desorbitada por el terror. Algo terrible est4 sucediendo. —(Po... podria da... darme su no... nombre, se... sefior? —inquieres—. Mi... mis pa... padres me dijeron que siempre preguntara el nombre de la persona a la que entregdramos cosas de valor. —Desde luego —contesta la momia con una risita—. Me llamo... Thad Moses. Detective Thad Moses. —jUh... gracias! —dices, antes de dar la vuelta y echar a correr a toda velocidad junto a Josh. —i Qué ocurre? —pregunta tu amigo. —Nada —respondes. Decides que es mejor que no lo sepa. jPero desde luego compadeces alos otros ladrones si Thad Moses, alias «Tut- mosis» les pone sus vendadas manos encima! Fin he 30 jSubitamente recuerdas algo! —Este templo seré mundialmente famoso. Vendra gente de todas partes para contemplarlo. —Eso no puedes saberlo —contesta el sacer- dote con una carcajada—. Tan sélo unos pocos escogidos conocen el nombre del templo y su destino. —Dendur. Y sera dedicado a la diosa Isis de Filé —respondes. El rostro del sacerdote se torna palido. Te vuelve a doler la cabeza, pero sigues ha- blando. —Trasladaran el templo muy lejos, al otro lado del gran mar, y lo colocaran dentro de una casa gigantesca. —Que los espiritus de los faraones te ayu- den —murmura el sacerdote, retrocediendo atemorizado—. Adiés, amiga mia. Sientes como si te arrancaran de dentro de ti misma. —No te olvidaré —le dices. La cabeza te duele de un modo atroz, asi que cierras los ojos. Todo parece dar vueltas a tu alrededor... jEs- tés en un tinel y caes cada vez mds deprisa! Pasa a la pagina 66. ZL Ramsey ordenaa los guardas que empiecen a trasladar los tesoros a un camién que espera fuera. Luego os ata; primero a ti, y después a Kate, sobre una de las plataformas con aparien- cia de leén. —jSeréis las esclavas de Tutmosis en el otro mundo! —chilla, y Kate se desmaya. Antes de que puedas gritar, Ramsey te unta el cuerpo con una gruesa capa de pasta de al- quitrdn, que penetra en tu nariz y tu boca... as- fixiandote. Las vendas empiezan a enrrollarse a tu alrededor con rapidez. {Te vas a convertir en una momia! En ese momento, oyes: «;Policia! |Estan de- tenidos!» ;Asi que, finalmente, Josh consiguidé ayuda! Escuchas disparos y ruido de lucha. Pero es demasiado tarde para ti. Alguien vuelca tu plataforma de embalsamar con forma de leén, tus ligaduras se rompen, y vas a dar contra el suelo. Algo te cae sobre el pecho. Pasa ala pagina 83. 32 Si en el templo estan sucediendo cosas so- brenaturales como la vuelta a la vida de la mo- mia, jt quieres salir de alli! —Vayamos a escondernos detras de esas esta- tuas de Sejmet —propones, al recordar una hile- ra de estatuas de esa diosa que has visto antes—. Desde allf podremos observar lo que sucede. —Gran idea —asiente Josh. —Sois unos gallinas —os dice Kate—. Se- guro que el ruido lo ha hecho ese gato callejero que mencionaron los guardas. — Vamos, Kate! —suplica Josh. La muchacha sacude la cabeza. Sabes lo tozuda que puede ser tu amiga, de modo que ni siquiera discutes. Te pones en marcha para salir de alli. —jEspera! —auilla Josh, corriendo hacia ti. Da un traspié y chocais, de tal manera que te derriba y hace que te golpees la cabeza con el suelo de piedra. ‘Tardas unos minutos en recuperarte, pero enseguida comprendes que algo no va bien. Es- t4s tumbada sobre la hierba con la luna Ilena brillando encima de ti y, a lo lejos, distingues los contornos de enormes pirdmides. Una brisa calida alborota tus cabellos. Oyes voces. Pasa a la pagina 44. 33 Es Josh, de pie junto a una momia al fondo del ttinel. El amuleto resplandece sobre el pe- cho de la momia. {Qué alivio! Kate y ti, temblando, os ayu- dais mutuamente a incorporaros, luego corréis hacia Josh, dando trompicones. —Esto es el almacén secreto de Ramsey para las cosas que ha robado —explica Josh—. Sé como salir. —Y el amuleto? —pregunta Kate. —Pertenece a esa momia —contesta él. En ese momento ofs un ruido en la entrada del ténel. —jLos encontré! —chilla una voz. Uno de los guardas aparece en el corredor, jempufiando un revolver! —jQuietos! —ordena. —jCorred! —grita Josh, alejéndose. Inten- tas agarrarlo pero ya esta fuera de tu alcance. Al ver que el guarda os apunta, Kate y ti os arrojais al suelo. ;Un alarido escapa de vuestras gargantas cuando varias momias os caen en- cima! Pasa ala pagina 56. 34 —Si hay ladrones en el museo, podrfamos correr peligro —dices—. Si esperamos a los guardas, éstos sin duda telefonearan a nuestros padres y seremos castigados, pero al menos es- taremosa salvo. —Tienes razén —dice Kate, y Josh asiente con la cabeza. —jSocorro! jSocorro! jNos hemos perdido! —gritdis a coro. Los pasos se detienen, luego se encaminan hacia vosotros. Los dos guardas iluminan vues- tros rostros con sus linternas. —Mira qué hay aqui, Sam —observa un guar- da rollizo y coloradote. En su placa se lee: BEN. —Por favor, aytidenos —suplica Kate—. Nos hemos perdido. —jAsi es como hemos encontrado la exposi- cién de la momia! —les dices, indicando toda la habitacién—. ;Alguien la ha saqueado! —Lo sabemos, esta todo bajo control —res- ponde Sam, que es bajo, enjuto y de facciones angulosas. —¢ Qué hacemos con ellos? —pregunta Ben. —Sacarlos de aqui, como han pedido —res- ponde el otro. —De acuerdo —rie Ben—. Por aqui, chicos. Pasa a la pagina 75. 3S —;Te encuentras bien? —pregunta, ayud4n- dote a levantar—. jNo era mi intencién hacerte caer! jEra un suefio! {Qué alivio! Miras a tu alre- dedor para asegurarte. El cocodrilo de piedra est en su sitio; las palmeras crecen todas en macetas, y no hay pirémides alo lejos. Entonces un escalofrio te recorre la espalda. No hay monedas en una zona del estanque, la zona donde los hombres de tu suefio vadeaban, —2 Qué ha...? —empiezas a decir, justo en el momento en que Ilegan Kate y unos guardas. Tu amiga te cuenta que el personal del museo ha atrapado a los vandalos que han causado el embrollo con la exposicién de la momia. Todo vuelve a estar en su lugar. —Incluido el amuleto —afiade. El jefe de los guardas desvia la mirada hacia el estanque. —jBen y Sam vuelven a robar monedas! —exclama—. ¢Ddnde estan? jEsta vez los des- pediré! —Nadie los ha visto —responde otro guarda. Tragas saliva. Tienes el presentimiento de que los hombres desaparecidos seguiran desa- parecidos. Fin 36 El guarda mas corpulento enrolla un trozo de tela alrededor de su mano. —jEse maldito gato! —gruiie. —Ben, olvidate del gato —le espeta el guarda mds menudo—. Saquemos el material. La momia primero. —Eh, Sam, esto pesa muy poco —dice Ben mientras levantan el sarc6fago de la momia. —Eso se debe a que las momias estdn secas como una pasa—rie el otro. —A lo mejor es que la momia no estd aqui dentro. —Ser4 mejor que lo comprobemos —indica Sam, mirandolo. Apoyan la caja contra la pared y retiran la tapa. —jLo ves! ;Una momia! —anuncia Sam. En ese instante, jla momia extiende los bra- zos y lo agarra por el cuello! Sam empieza a farfullar, con ojos desorbitados. —jEsta viva! —aiilla Ben, arrojando la tapa al suelo antes de salir corriendo. Sam no se mueve. La momia lo suelta, muy despacio sale de la caja y mira a su alrededor. Os agachiis. El corazén te late con violencia. jNo puede saber que estais ahi! ;O sf puede? Pasa a la pagina 64. 37 De regreso al pasillo, andas més despacio para no tropezar con nada. Sientes un gran ali- vio cuando Ilegas al templo, aunque la tenue iluminacién nocturna del lugar crea espesas sombras que producen un ambiente mas miste- rioso del que recordabas. Incluso las dos enor- mes estatuas del faraon Amenofis III, situa- das cerca de la entrada, parecen contemplarte airadas. —Vamos. Entremos en el templo —indica Kate. Agachados, os escabullfs hasta la plataforma del templo. Por un instante, tienes la impresién de que el cocodrilo de piedra del borde del es- tanque se ha movido; aunque cuando miras atrds, tiene el mismo aspecto de siempre. La fi- gura muestra en sus ojos de piedra la misma ex- trafia expresién que las estatuas. ste no es momento para dejar volar la ima- ginacion. Pasais por debajo de la cuerda, colocada para mantener al publico fuera de las dos salas inte- riores del templo, y os precipitais dentro de la Ultima sala, en el santuario. —jOh, no! —jadeas. Pasa ala pagina 57. 38 Josh y té deberiais intentar desatar a John- son antes de que la momia consiga llegar hasta vosotros. La criatura se mueve muy despa- cio..., seguramente debido a que acaba de re- gresar de la muerte. —jEh, venid aqui y echadme una mano! —os grita de improviso la momia. Se te ponen todos los cabellos de punta, y empiezas a temblar. Josh abre la boca aténito; parece mas asus- tado que tu. Luego traga saliva con fuerza. —j Esto es grandioso! —dice con voz entre- cortada—. jEstamos hablando con una momia! Con las piernas paralizadas por el terror, contemplas cémo la criatura intenta moverse. —Tenemos todo el museo vigilado para atrapar a esta banda, y yo tengo que seguir con el disfraz. ;Podéis desatar al detective John- son? —pregunta la momia, agitando sus manos vendadas. Aspiras con fuerza. Claro que no se trata de una momia auténtica; éstas no vuelven a la vida ni hablan castellano. —En realidad no creia que estuviese viva, si es eso lo que estés pensando —te suelta Josh, con el rostro rojo como un pimiento. Pasa a la pagina 72. ; ' 39 Si no supieras que es imposible, pensarfas que una momia se est4 desenvolviendo. —Quizé deberiamos regresar —susurra Kate. —No, ya casi estamos en el despacho de Ramsey —replicas. Doblais una esquina, y alli est4 la puerta... y también un trozo de tela mu- cho mas largo. Sin duda alguna, algo se esta desenvolvien- do o dejando un rastro. Nerviosa, abres la puerta. La pequefia sala de espera esta totalmente a oscuras; pero se filtra una luz por debajo de la puerta que conduce al despacho interior. ¢Deberias llamar? Oyes un golpe sordo; luego otro, y ense- guida voces enojadas, aunque no entiendes lo que dicen. —jSalgamos de aqui! —te exhorta Kate. Vacilas un instante. El sefior Johnson nece- sita ayuda. A lo mejor las voces slo son perso- nas que trasladan los objetos del sefior Ramsey de un lado a otro.” Si decides marcharte, pasa ala pagina 49. Siabres la puerta de Ramsey, pasa ala pagina 65. 40 Tu zona favorita del museo es donde est el templo de Dendur, donacién del gobierno egipcio. Este se encuentra en una sala inmensa del tamajfio de dos gimnasios, con una pared de cristal de una altura de casi cuatro pisos que da a Central Park. El templo descansa sobre una plataforma rodeada por tres de sus lados por un estanque poco profundo. Un cocodrilo de piedra ensefia los dientes desde una esquina, mientras que el fondo del estanque aparece Ileno de monedas, como si se tratara de un pozo de los deseos. ‘Tras tomar unas notas, abandonais el museo € inicidis el regreso a casa, cruzando el parque. —Mi proyecto serd sobre la nueva momia —anuncia Josh—. Apuesto a que nadie mas co- noce atin su existencia. He escrito unas cuantas cosas estupendas. —Introduce la mano en el bol- sillo... ;y saca el escarabajo-corazén de oro! —jEh! ¢Cémo llegé esto aqui? —exclama, contemplando boquiabierto el amuleto. —jJosh! ¢Cémo has podido robarlo? —chi- lla Kate. —jNo lo hice! —protesta él. —No importa cémo llegé hasta aqui. jHe- mos de devolyerlo! —dices. Pasa a la pagina 59. 42 Puesto que no hay otro lugar donde escon- derse, aprietas los dientes y te introduces con suma cautela en uno de los sarcdfagos. Kate también lo hace. Te gustaria saber cémo era el propietario de tu escondrijo. ¢Le importar4 que te ocultes en él? Entonces, ante vuestro horror y sorpresa, las personas que estaban en el pasillo entran en la sala. —No tenemos mucho tiempo —dice una voz. Reconoces que ésta pertenece al hombre del rostro aguilefio—. Que cada uno coja un sarc6fago, y nos vamos. Ya atraparé al chico del amuleto mas adelante; sé dénde vive. Echas una furtiva mirada. ;Un tipo grandu- ll6n con uniforme de guarda se dirige directa- mente hacia donde estais Kate y tu! ¢Qué puedes hacer? jEsta entre tt y la en- trada! f Pasa a la pagina 67. 43 Ella tiene razén, pero a ti se te ocurre algo. —Ocultémonos en la cdmara central. ;Cuando se precipiten al interior del santuario, nosotras salimos corriendo y vamos en busca de ayuda! —jDe acuerdo! —responde Kate, y corréis a colocaros en lados opuestos de la entrada a la habitacién central. Quienquiera que sea, esté penetrando en la pri- mera c4mara. Es Josh! El muchacho va a tal velo- cidad que ni os ve cuando entra en el santuario. Sin pensar, estiras el pie cuando pasa la se- gunda persona. j;Zas! Un tipo corpulento vestido con un uniforme de guarda se estrella contra el suelo, quedandose sin conocimiento. —Me ha perseguido por todo el museo para coger el amuleto. Debe de ser el objeto mas va- lioso de la exposici6n —jadea Josh, regresando. —Tenemos que atarlo, pero gc6mo? —dices. —Es facil —responde Kate. Entra en el san- tuario y vuelve a salir con las vendas de los bra- zos del dormido Kelley—. Esto serviré —anun- cia. Y asies. Los tres os sentais en el suelo a esperar el re- greso de la policia. —jEspero que sepan apreciar nuestra ayuda! —exclamas. Fin 44 Un hombre corpulento, cubierto con una tinica, vadea dentro de un fangoso estanque si- tuado a poca distancia, inclinandose para coger monedas. —jRiqueza! —exclama—. jHay tanta ri- queza! —Olvida esa calderilla, Ben —le chilla un hombre mas menudo, penetrando en el agua tras él—. 'Tenemos cosas ms importantes que hacer! {Un tesoro auténtico! —jSam, aqui también hay pasta! —respon- de Ben. Te ocultas detras de una gruesa palmera en el mismo instante en que aparece un hombre for- nido, con un latigo en la mano, que grita: —jRegresad al recinto de los obreros! —Piérdete —grufie Sam—. Estamos ocu- pados. El hombre chasquea el latigo, pero no contra los dos hombres, sino hacia el cocodrilo de pie- dra colocado en el borde del estanque. El animal vuelve a la vida y se desliza dentro del agua. —jViene hacia nosotros! —atlla Ben. Los dos hombres se abren paso hasta el otro ex- tremo del estanque; donde el hombre del latigo espera a que salgan, luego se los lleva con él. Pasa ala pagina 76. 45 —Llevemos el amuleto al conservador —di- ces—. Resultaria demasiado arriesgado inten- tar devolverlo a su lugar. Ademds, no podemos abrir la vitrina. Esta cerrada con llave. Josh parece asustado y desdichado. —Nadie te culparé —afiades. —Sf, lo haran —murmura. Kate, que se ha acercado ya al guarda, se vuelve y hace un gesto con la mano para que os acerquéis. —E]l nos acompaiiard hasta el conservador —anuncia. Josh y tt suspirdis aliviados. El guarda os conduce a la parte de arriba por la escalera mecdnica situada a la izquierda de la escalinata principal y, a continuacién, por un estrecho pasillo polvoriento. Saca una llave y abre una puerta que chirrfa. Penetrdis en un pe- quefio vestibulo oscuro y luego en una destar- talada sala de espera. «jQué lugar tan miserable para un despacho!», piensas. El guarda desaparece dentro del despacho, luego vuelve a salir y os dice que entréis. Pasdis auna habitacién grande que contiene innume- rables objetos egipcios: vasos canopes, seccio- nes de paneles murales, shabtis, estatuas y, en un rincén, un sarcéfago bellamente decorado. Pasa ala pagina 23. 46 Crees que vuestras posibilidades de escapar serdn mayores si los tres os separdis, y echas a correr hacia la parte mds oscura del almacén. Si no encuentras una salida, siempre puedes ocul- tarte. Vas avanzando a tientas a lo largo de una fria y sucia pared de piedra, cuando el haz de luz de una linterna te ilumina. —jNo te muevas! Es uno de los guardas que os trajo aqui..., el mas menudo. El hombre te obliga a retroceder. Ramsey ha atado a Kate a una columna, y sonrie peligrosa- mente cuando te ve. —jNo lo conseguiré! —exclamas. Pero po- dria... a menos que Josh haya escapado. —Sefior Ramsey, hagamos un trato —inter- viene Kate con frialdad—. Nuestros padres pa- garfan de buena gana un rescate. —Tengo otros planes —responde él con una carcajada, sefialando las plataformas de embal- samar. Kate y té lo contemplais horrorizadas. Pasa a la pagina 78: 47 Quieres acabar con esto y volver a casa. —Encontramos un escarabajo-corazén de oro —dices. —jEl amuleto! jLo hemos estado buscando! —Te mira con ferocidad—. ;Lo encontrasteis? jMe parece que lo robasteis! —Entonces, gpor qué tendriamos que de- volverlo? —interviene Kate con voz severa. —jSomos buenos ciudadanos! —chillas. —Queremos telefonear a nuestros padres —afiade Josh. El sefior Ramsey se tranquiliza de inme- diato. —A lo mejor os he juzgado mal —responde con suavidad. —Claro que si —replica Kate, fresca como una lechuga. Eso tienes que reconocerlo. —Bien, :dénde esta? —inquiere impaciente el conservador. —Yo lo tengo —responde Josh, introdu- ciendo la mano en su bolsillo. Una expresién de alarma aparece en su rostro—. j;No esta aqui! Pasa a la pagina 61. 48 —Ayvisemos al sefior Ramsey —sugieres. —Yo no quiero volver a ver al sefior Ramsey nunca més —dice Josh—. Me quedo aqui. —Eso podria ser peligroso —advierte Kate. —Me esconderé detras del mostrador de in- formacién. —Haz lo que quieras —replica Kate. La escalera mecdnica esta parada ahora, asi que empezais a subir por la escalinata princi- pal. La ascensi6n os resulta eterna. No se oye niun ruido, a excepcidn de vuestras pisadas. — No deberia haber guardas? —susurras. —A lo mejor es su hora de descanso. —Si, probablemente —contestas. Entonces descubres algo en el suelo, en la parte superior de la escalera. —jEs una tira de tela de las que se utilizan para envolver momias! —exclama Kate, reco- giéndola del suelo—. jUf! Tiene alquitran. —Intenta arrojarla al suelo, pero la tela se le pegaa las manos. ;Pruebas a arrancarsela, y en- tonces se te engancha a ti! Tu amiga te la quita... y se le vuelve a pegar a ella. —No importa, sigamos —te dice. —Hay otro trozo —musitas, sefialando al suclo. Pero esta vez no lo recogéis. Pasa a la pagina 39. 49 Piensas que permanecer aqui es demasiado peligroso, y que es mejor ir en busca de ayuda a otra parte. De repente la puerta chasquea como si se abriera. Mientras Kate y tii os metéis detrds de un es- critorio, tu mano se posa sobre otro pedazo de venda. Sientes un escalofrio, aunque sepas que una momia no puede hacerte dafio. A menos que resucite. Introduces la tela en tu bolsillo. —Acabo de encontrar mds venda —susurras a Kate. —Yo también. jA lo mejor la momia esta aqui, en esta habi- tacion! —Marchémonos ya —dices, y tu amiga asien- te. Pero cuando empezais a arrastraros hacia la puerta de la sala de espera, la puerta de la ofi- cina se abre de golpe. Salen dos guardas, sosteniendo un cuerpo envuelto en una manta. Ves un brazo aperga- minado y una mano como una garra, colgando fuera. ;Es una momia sin sus vendas! Pasa a la pagina 85. 50 —Cierto. Fista no es tu época —anuncia, in- troduciendo los guijarros en una bolsita. —jEso es! —exclamas excitada—. Ahora lo recuerdo. Vengo del futuro. —Aqui tenemos a mucha gente del futuro —te dice el sacerdote—. Son personas que co- metieron sacrilegio contra nuestros faraones. —Sonrie sombrio—. Traerlos aqui, es uno de los modos en que se vengan los espiritus de los faraones. Yo no ayudo a los profanadores. —jPero yo no soy ningtin profanador! —pro- testas. EI sacerdote vuelve a arrojar los guijarros sobre el altar. —Dices la verdad. — Puedes ayudarme a regresar a casa? —preguntas. —jPor desgracia, no! —suspira—. Pero te puedo inscribir en la escuela de escribas, o con- vertirte en escanciador del faraon. Te entristece no poder regresar nunca més a casa; a pesar de que ya no la recuerdas. Pasa ala pagina 30. $1 No confias en el sefior Ramsey, y no quieres darle el amuleto. —Nos hemos perdido —dices, intentando que tu voz parezca asustada. Kate y Josh se te quedan mirando con un asombro apenas disi- mulado—. ;Y no podemos salir porque el mu- seo esta cerrado! —lloriqueas. —Este lugar me pone la carne de gallina. {Quiero irme a casa! —gime Kate, represen- tando también su papel. —Me duele el estémago por culpa de esas pata- tas fritas que coméen la cafeteria —se queja Josh. —iYa basta! —refunfufia Ramsey. Se re- cuesta en su sillén y os contempla con una mi- rada dura y desagradable. ;Sospecharé algo? —Muy bien —continiia por fin. Aprieta un botdn de su escritorio, y entra un guarda. —Johnson, escolte a estos nifios fuera del museo. —Si, sefior. Seguidme chicos. —Gracias, sefior Ramsey —te despides con toda educacién. —Fuera—replica él. Seguis a Johnson con paso rapido, y, precedidos por él, descendéis por la gran escalera que con- duce al vestibulo central y a Ja entrada principal. Pasa a la pagina 60. 52 —Quedémonos aqui —dices— No harfa- mos mas que estorbar, y nos tendrian que res- catar a todos, no sdlo a Josh. —Tienes razén —asiente Kate. Cuando regresas al santuario del templo, en- cuentras al detective Kelley sentado contra la pared. El vendaje de momia de su cabeza ha sido reemplazado por una venda sobre la he- rida. —WNuestro médico me ha puesto una inyec- cién —explica, bostezando. jEsperas que no se duerma! Pero lo hace. De todos modos, el templo es un lugar seguro, porque la teniente Cuzco te dijo que tenfan rodeados a los ladrones en la cafeteria, en el otro extremo del museo. —jOigo algo! —musita Kate. —Controla tu imaginacién —le contestas. Entonces, ti también lo oyes. Pasos. Cada vez ms fuertes. ;Corriendo ha- cia vosotros! Intentas despertar a Kelley, pero no hay nada que hacer. —jAqui no hay ningan lugar donde ocul- tarse! —exclama Kate. Pasa ala pagina 43. S53 —Por qué no se lo diste? —chilla Kate—. jA estas horas ya estariamos en casa! —Porque es un impostor, y ése no era el des- pacho del conservador —explica él—. Ademas, el amuleto nos ayudaré a escapar. —Oye, Josh, ges que te has dado un golpe en la cabeza o qué? —exiges enojada, pero él se li- mita a sonreirte. —Hemos de encontrar una salida —dices. —Seguidme —indica él, poniéndose en mar- cha hacia una zona repleta de objetos. —jEspera! —interviene Kate—. Si cada uno va por un camino diferente, tendremos tres po- sibilidades de escapar en lugar de una. ‘Tu amiga tiene raz6n. Pero gy sila idea de Josh es mejor? jA lo mejor el amuleto es magico! De improviso oyes pisadas que descienden por la escalera. ;Aunque consideras que el te- mor de Kate a verse conyertida en momia es un poco exagerado, desde luego no quieres estar aqui cuando el sefior Ramsey cruce esa puerta! ¢ Qué puedes hacer? Sicorres tras Josh, pasa ala pagina 7. Si intentas escapar por ti misma, pasa ala pagina 46. Los guardas dejan caer la momia y corren detras de vosotras. Empiezan a ganaros terreno cuando alcanziis la escalinata principal. Tus pies parecen de plomo mientras corres como una exhalacién por el corredor. En cual- quier momento los guardas pueden atraparte. Lanzas una exclamacién ahogada. ;Toda la escalinata esta cubierta de vendas de momia! —jNo las pises! —chillas a Kate. Crees que ya se ha ofendido suficiente a Tutmosis para que ahora, encima, se pisoteen sus vendajes. —jSigue corriendo! —aiilla Kate. Entonces Ben y Sam se adelantan, y, pisando todos y cada uno de los pedazos de venda, os atrapan. —jSuélteme! —gritas. jDe pronto quedas libre! Giras en redondo. ;Kate también esté libre! Pasa ala pagina 86. jE] corazén te late con tanta violencia que tienes la impresion de que te va a estallar! —jAhhh! —grita el guarda. Kate y tt atisbais desde debajo de un pega- joso brazo de momia. El hombre yace también en el suelo bajo un montén de ellas. jE] albo- roto en el tunel debe de haberlas tumbado! Pasa a la pagina 68. 57 La momia desaparecida, con las vendas man- chadas de barro, est4 cafda boca abajo en el suelo... sus manos vendadas casi tocan tus pies. Kate te agarra de la mano, hundiendo las ufias en tu palma. ‘Tus ojos se abren de par en par mientras con- templas el cuerpo mohoso que tienes delante. De repente la momia se mueve. Los tres lanzdis un grito y salis corriendo al exterior. —jVayamos en busca de los guardas! —su- plica Josh. —CaAlmate. No creo que se haya movido en realidad —dices, aunque el corazén te sigue la- tiendo a toda velocidad—. A lo mejor el museo la guarda aqui. —Estoy segura de que alguien intentaba ro- barla —afirma Kate. — Quién querria una momia? —preguntas. —Existe un mercado negro para este tipo de cosas —responde ella. Recuerdas haber leido algo en el periédico sobre recientes robos en museos. Las cosas em- piezan a tener sentido. Pasa ala pagina 25. $8 —¢Qué fue eso? —jadea Josh, mientras se sacude los escarabajos del brazo. Te preguntas si las picadas de esos bichos no os estaran produciendo alucinaciones. —Esa pareja le Ilevaba comida al espiritu de una persona muerta —dice Kate. —jVaya! ;Debemos de encontrarnos en al- guna especie de deformacién del tiempo! —ex- clama Josh. —Intentemos volver a salir —sugieres. —Pero no pertenecemos a esa época —pro- testa él. —No podemos quedarnos aqui para siem- pre—replica Kate—. ; Ademas, estos escaraba- jos no paran de picar! Aprietas los botones, y os aventurdis al exte- rior. Esta vez un equipo de cine esté preparando una escena. —Eh, chicos, llevais la ropa equivocada. ;Id al guardarropa inmediatamente! —os chilla uno de sus miembros. Regresdis corriendo a la diminuta habita- cién. Pasa a la pagina 27. 59 Es casi la hora de cerrar, de modo que corréis todo el camino hasta el museo. —Hum... tenemos que entrar un momento —informa Kate al guarda uniformado de la en- trada—. Creo que me he dejado la libreta sobre una vitrina. El guarda mira su reloj y frunce el entrecejo. —Os quedan diez minutos —os dice. Josh se pone en marcha hacia el ala egipcia. —jEspera! —chilla Kate, y corréis tras él—. Hemos de llevarselo a un encargado; por ejem- plo, al conservador. —jCreera que lo hemos robado! —protesta Josh con voz temblorosa. —jMaés atin lo creerd, si los guardas nos en- cuentran intentando devolverlo! —replica ella. Como de costumbre, ambos te miran para que des el voto decisivo. Si decides devolver el amuleto a la vitrina, pasa ala pagina 9. Sieliges llevarlo al conservador, pasa ala pagina 45. 60 —Resulta muy misterioso tan vacio —dice Josh. De repente, se produce un fogonazo de luz y se escucha un ruido sordo. —jQué d...! —exclama Johnson—. Voso- tros, chicos, esperad aqui. —Se precipita al in- terior del ala egipcia. ‘Transcurren varios minutos. Ya no se vuel- ven a ver fogonazos ni a ofr ruidos, pero tam- poco regresa Johnson. —jDebe de tener problemas! —exclama Josh. —Vayamos a buscar al sefior Ramsey —su- giere Kate. —iY si se trata de una emergencia? —grita su hermano. —No sabemos qué es lo que sucede. ;Po- driamos desaparecer nosotros, también! —res- ponde Kate frenética. Aunque no te cae bien el sefior Ramsey, sa- bes que regresar para contarle lo sucedido con Johnson es lo correcto. Pero zy si Johnson ne- cesita ayuda con urgencia? Si decides ir en busca de Johnson, pasa a la pagina 19. Siprefieres ir a avisar al senor Ramsey, pasa a la pagina 48. 61 —A lo mejor se cayé en el parque —su- gieres. —jNo! jLo tenia en la mano! —exclama él. —jCémo pudiste perderlo? —profiere Kate. —jSilencio! —chilla el sefior Ramsey. La ex- presion de su rostro da miedo—. Me estis ha- ciendo perder el tiempo. —Se acerca a la puerta y llama a dos guardas. —Llevadlos abajo —ordena. —j No puede retenernos aqui! ;Tenemos de- rechos! —protestas. — Aqui no los tenéis! —os espeta Ramsey. Intentas esquivar a los guardas, pero no lo consigues, y os arrastran a los tres hasta una puerta secreta en la pared del fondo. Una esca- lera oscura conduce hacia abajo. Pasa a la pagina 16. 62 Examinas el tinel con atencidn y descubres que desciende. ;El museo no deberia tener aqui un pozo que condujera a la cdmara funeraria? De improviso resbalas... jy caes al pozo! Mientras tratas de agarrarte a las paredes para detener tu cafda, la abertura se cierra. jEs- tas atrapada..., y cada vez caes a més velocidad! —jSocorro! —chillas al salir disparada del tanel, y aterrizar en el suelo con un doloroso golpe. Estas fuera. ;Y hace sol y calor! No ves nada porque el sol te da en la cara; asi que te le- vantas protegiéndote los ojos con la mano. No se ve la abertura del ttinel por ninguna parte. —jEh, tt, vuelve al trabajo! —ordena una voz severa. Un hombre fornido vestido con una ttinica y sandalias, que empufia un latigo, se te acerca. —jCon el tiempo que tt y los otros os esca- bullis para descansar, esta pirémide no estar4 terminada cuando el faraén muera! —Yo no pertenezco a este lugar —contestas. —jAsi que has vuelto a sofiar con el futuro! —tuge él. Entonces te das cuenta de cémo vas vestida; jigual que en las ilustraciones de los obreros, que construfan las piramides, de tu guia del museo! Pasa a la pagina 26. iii 64 —jHa regresado del mundo de los muertos! —exclama Josh. —jSalgamos de aqui antes de que nos atrape! —-siseas. — No podemos dejar al sefior Johnson asi! —El guarda sigue atado y amordazado. Josh tiene razén; pero ta también. ;No po- déis enfrentaros a una momia! Echas otro vis- tazo. jOh, no! jLa momia te est4 mirando ira- cunda! Sieliges quedarte para ayudar a Johnson, pasa ala pagina 38. Si decides echar a correr, pasa ala pagina 8. 6§ —Estoy abriendo la puerta —anuncias, gi- rando el pomo. Una momia, sentada en un sillén de cuero, te contempla fijamente. Le falta parte de las vendas, y puedes ver los descarnados pies y manos cubiertos de alqui- tran, Huele fatal. jEsta debe de ser la momia a la que se le ca- yeron los vendajes! ¢ Vino andando hasta aqui? Esta viva? —jSalgamos de aqui! —susurras a Kate. —Espera. No se mueve —dice ella. —jPor eso debemos marcharnos ahora mis- mo! —insistes. Vuelves a ofr ruidos sordos, como si algunas personas subieran por una escalera. Echas una ojeada a la habitacion. ;Todos los objetos egip- cios han desaparecido! —jEl sefior Ramsey debe de estar robando el museo! —exclamas. En ese mismo instante se abre una puerta ca- muflada en la pared, y deja al descubierto una escalera. Retrocedéis rapidamente cuando veis surgir por ella al sefior Ramsey y a dos guardas. —E! amuleto no estaba en la exposicién —comenta el guarda mas menudo. Pasa a la pagina 80. 66 jBaaamm! Aterrizas sobre el césped, en el exterior del Museo Metropolitano. Te levantas de un salto y corres hasta la entrada principal en la Quinta Avenida. Kate y Josh estan senta- dos en los peldaiios de acceso al museo, co- miendo brezels blandos y bebiendo gaseosa. —jAhi estds! —exclama Kate—. Empezaba- mos a preocuparnos. —Te perdiste todo el alboroto! —manifiesta Josh—. Kate y yo hemos vivido toda una aven- tura. —Yo también —respondes—. ;Ese tunel de mala muerte fue una auténtica pesadilla! Fin 67 Algo te insta a mirar abajo, y descubres que en el suelo hay unas cuentas de colores. Te aga- chas y, tras deslizarlas fuera de sus hilos, las lanzas por el suelo en direccién a los tres hom- bres. El grandullén resbala y cae al suelo, ha- ciendo un ruido sordo. El otro se estrella con- tra un panel de cristal. Unicamente el tipo de rostro aguilefio consigue mantener el equili- brio... ;Y ademés te descubre! {No tienes esca- patoria! Abandonas apresuradamente el sarcéfago. jSi puedes conseguir que te persiga, quizd Kate consiga huir y encontrar ayuda! Pasa a la pagina 79. 68 En ese momento entra Ramsey a toda velo- cidad. —Me ocuparé de esto personalmente —in- dica despectivo, recogiendo el arma. Stibitamente, unas momias situadas a ambos lados del ttinel le caen encima, y los brazos mo- mificados en movimiento lo inmovilizan. E] revélver cae al suelo. Kate y tt apartdis los brazos de las momias que os estan tocando, y corréis tiinel abajo hasta donde Josh os aguarda. Este abre una vieja puerta de madera..., y ya estis fuera, en el parque. —jEso si que estuvo cerca! —exclamas. —Si—dice Kate—. jHa sido aterrador! Los tres decidfs no contar a nadie lo suce- dido. Es demasiado increible. Un afio més tarde, estés paseando con tu prima por el ala egipcia del museo, y una de las nuevas mascaras de momia que se exhiben, te re- sulta vagamente familiar. En un principio no sa- bes el motivo, pero al poco rato lo comprendes. La mascara se parece mucho al desagrada- ble hombre de rostro aguilefio. Tras la mascara se encuentra su momia, bien envuelta en un su- dario. Fin eee BEL a 69 Tus ojos ya se han acostumbrado a la poca luz, y descubres que alguien ha vuelto el sarcd- fago de lado y que la vitrina de cristal, que con- tenia la mascara de oro, las joyas y todo lo de- mis, esta vacia. Fijas la mirada en la caja de la momia. Esta abierta, y no hay ninguna momia dentro. —jAlguien se llevé las cosas del expositor y la momia! —exclamas con voz ahogada. —jO ha vuelto a la vida! —indica Josh. —jOh, vamos! —interviene Kate, asustada. —A lo mejor la momia anda buscando su amuleto —bromeas. Pero nadie se rie. —Hemos de avisar a los guardas —dice Kate. —jPensaran que lo hicimos nosotros! —pro- testa su hermano, pasdndose los dedos nerviosa- mente por los cabellos. —No si descubrimos dénde estén la momia y sus pertenencias, y se lo decimos —respondes. Entonces volvéis a ofr ruido de pisadas. — Por favor! jSalgamos de aqui antes de que sea demasiado tarde! —insiste Josh. Si decides ir en busca de la momia, pasa a la pagina 13. Siesperas alos guardas, pasa a la pagina 34. 79 Ben intenta llegar hasta el tablero de man- dos, pero el gato salta sobre su espalda, gru- fiendo y arafiéndolo. —jAy! —chilla el hombre, dando saltos. Mientras forcejeas para liberarte de las ma- nos del sefior Ramsey, descubres otro botén, y lo oprimes con tu mano libre. Las seis estatuas de Sejmet empiezan a girar sobre pedestales invisibles. Una de ellas atrapa al sefior Ramsey contra la pared... y se detiene. jEres libre! Corres hacia la puerta..., jest abierta! Sales a toda velocidad hasta el pasillo, donde ves a un monton de gente que viene hacia ti. Te gustaria que fuera la policfa. Loes. —jGracias por tu ayuda! —te dice un agente, después de haber sacado a los ladrones. —{Dé las gracias al gato y a Sejmet! —con- testas con una sonrisa. E! policia te mira con extrafieza. No te sor- prende. El gato —con aquel curioso agujero en la oreja— ha desaparecido; y las estatuas de la diosa vuelven a estar en su posicin original. Pero tti sabes lo que realmente ha sucedido aqui. Al menos crees saberlo. Fin 71 —Por aqui —susurras, avanzando muy des- pacio junto a una hilera de estatuas arrodilla- das de faraones. Al adelantaros, el gato te vuelve arozar. —Aqui, gatito, gatito —llama una voz—. jAy! Josh y ti atisbais desde una esquina, y lan- zais una exclamacién ahogada. Johnson esta en el suelo, atado y amorda- zado, justo al lado de la exhibicion de la momia que habiais visitado..., jaquella a la que perte- nece el amuleto! Toda la exposicién est patas arriba. Tan solo el enorme sarcéfago de piedra sigue en su lu- gar... sin duda pesa unas cuantas toneladas. Dos guardas estan envolviendo la mascara de oro de la momia y otros objetos en trozos de tela, que se parecena las envolturas de lino para momias que habias visto horas antes en algunas de las galerias. No hay duda de que las cosas no pintan bien. Pasa ala pagina 36. 72 —Si, claro—Lanzas una carcajada; pero mientras Josh y tt desatdis a Johnson, te das cuenta de que, después de todo, a tu amigo le ha decepcionado que la momia no fuera real. —Gracias, amigos —os dice el detective, in- corporandose—. Habéis sido de gran ayuda. —Tras una r4pida consulta con la momia, se alejaa toda prisa. Josh se acerca a la figura vendada. —Ejem... gagente? —{ Qué sucede Josh? —inquiere la momia en voz baja. Te preguntas por qué sabe el nom- bre de tu amigo. Josh saca el amuleto. Este brilla con un ful- gor asombroso. —TIntentaba devolver esto. No lo robé, sabe. —Lo sé—responde, cogiendo el objeto. La momia se echa a Sam al hombro con toda facilidad. ;Sin duda es muy fuerte! —Voy a sacar fuera a este ladr6n —anun- cia—. Estaréis a salvo aqui. Mientras se aleja a grandes zancadas, observas que lleva puesto el amuleto, y que éste le sienta bien. Repentinamente, te das cuenta de algo. —Espera aqui, enseguida vuelvo —le dices a Josh, y sales corriendo detras de la momia. Pasa a la pagina 28. 73 Hoy no puedes correr mas deprisa que el capataz. Tendr4s que huir cuando te sientas mejor. El hombre te conduce abajo, hasta un grupo de obreros que manipulan las cuerdas para su- bir un enorme bloque de piedra por una larga rampa. No reconoces a ninguno de los trabaja- dores. — Qué hacemos? —pregunta uno de ellos al jefe de la cuadrilla. —jPoneos a trabajar, deprisa! —le espeta él. El capataz os contempla a todos con fero- cidad. —Toma, coge esta cuerda —te ordena el en- cargado. La coges y empiezas a tirar. —/Todavia no! —aulla él. Has desequilibrado a todos tus compaiieros. El bloque de piedra se suelta de las cuerdas y resbala rampa abajo... jy tu estas justo delante de él! jPam! La piedra choca contigo y te aplasta. Bueno, al menos ya no tienes que realizar mas trabajos agotadores, te dices, mientras tu espiritu se encamina al otro mundo egipcio. iY entonces descubres que también tienes que trabajar en la otra vida! Fin 74 Kate y tt seguis el resplandor por un corto tramo de escalones que descienden hasta un ti- nel estrecho y oscuro. Extiendes una mano para apoyarte... y tocas algo duro. Algo frio, pegajoso y maloliente. jUna momia! El ténel esta repleto de ellas, apiladas como sardinas contra la pared. jEI he- dor del alquitran con que las conservaban es nauseabundo! Sientes tal pavor que no puedes ni gritar, y lo mismo le sucede a Kate. Os desplomais sobre el duro suelo. ; Vuestra peor pesadilla se ha he- cho realidad! Estas horribles momias apestosas os van a... —1Pssst, por aqui! —dice una voz. Pasa a la pagina 33. 75 —,Estan en el turno de noche? —preguntas mientras los sigues por el pasillo. No recuerdas haberlos visto antes. —Se podria decir que si—responde Ben. Al llegar a la mastaba, Ben agarra de impro- viso a Kate y a Josh, mientras que Sam te sujeta. Os arrastran, pateando y chillando, al interior del pequefio edificio. ;Sin duda son los ladrones! —(Ustedes no son guardas! —aiillas. —Lista, la nifia —grufie Sam, empujandote hacia la diminuta capilla de la mastaba. Oprime un botén de la pared, y una puerta de piedra se abre con gran estruendo. Los dos hombres os arrojan a los tres dentro de un espacio del ta- mafio de un armario. Aterrizas a cuatro patas sobre arena y guijarros, mientras la puerta se cierra con un chirrido. jEstais ‘atrapados! —jNo veo nada! —gime Kate. —Esperad —dice Josh. De pronto, puedes ver su rostro. Tu amigo sostiene en alto el amu- leto, y éste emite un suave resplandor dorado. —Es magico —explica con voz temblorosa. —Es todo de oro —comentas, aunque no lo crees. Pero consideras que es importante ac- tuar como si todo fuera normal, para poder concentrarte en la manera de escapar. Pasa a la pagina 18. 76 De repente el cocodrilo da la vuelta y se arrastra fuera del agua. jSe dirige hacia ti! Sus dientes son largos y afilados. Saltas hacia ade- lante... los cocodrilos son lentos en tierra, de modo que tendria que ser facil huir. Pero sigues tan aturdida que tropiezas y te vuelves a golpear la cabeza. Intentas incorpo- rarte, pero no puedes. Lo ultimo que ves antes de desmayarte es el cuerpo escamoso y malo- liente del cocodrilo deslizdndose junto a ti, re- chinando los dientes. Te da la impresién de que sonrie. / Cuando recuperas el sentido, un hilo de luz procedente del techo te cae directamente sobre los ojos. Josh esta inclinado sobre ti, con ex- presion preocupada. Pasa a la pagina 35. 78 El guarda corpulento entra deprisa, reso- Ilando que Josh ha escapado. «jFantastico!», te dices.

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