Lectura 01 Mecánica de Suelos I - 2020-2 PDF

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ee rmectitas, la materia orgénica y los restos biogénicos. Estas condiciones son representativas de las arcillas del Valle de México, donde Ia composicién es alofi- nica, con altos contenidos en sales, materia organica y restos fésiles, 10 que origina su elevada plasticidad y compresibilidad, En el Valle de La Laguna, en Te- herife, también se encuentran arcillas lacustres de alta plasticidad, de composicin montmorillonttica, muy ccompresibles, Sin embargo, en Canarias Ios suelos ‘predominantes son de tipo residual y coluvial. Problemas planteados por los suelos en ingenieria Los suelos, en general, pueden incluirse en uno de los siguientes grupos: — Los que forman parte del medio natural so- metido a la accién antr6pica, respondiendo a Jos problemas generales que esta accién plan- tea: excavaciones a cielo abierto, tincles, cons- truceién de cimentaciones, ete, constituyendo los problemas habituales en ingenierfa gool6- sca. — Los que plantean problemas especiales debido a su propia condicién y a la accién de 1a naturale- za, sin intervencién humana. Estos problemas pueden afectar a la actividad ingenieril de por sf, 0 bien porque la accién antrépica acentic los problemas naturales existentes. Entre ellos se encuentra el flujo de suelos arcillosos en casos de Muvias intensas, cuando se sitan en pen- dientes inadecuadas, dando lugar a avalanchas de barro o de tierra, 0 la licuefaccién (anulacién de las tensiones efectivas) en suelos areno-li- ‘mosos sometidos a terremotos. En ambas casos los procesos pueden producirse sin que afecten al hombre, pero pueden crear grandes proble- mas si, por ejemplo, se construye en un valle a pie de una ladera con peligro de avalanchas (como en numerosas ocasiones ha sucedido en Peri, Colombia, Centroamérica, ete.) 0 cuando se instala una ciudad sobre dep6sitos licuefacta- bles (como en Niigata en Japdn, Anchorage en ‘Alaska, ete.). Estos suelos pueden denominarse ‘como «conflictivos» y se les presta atencién mas adelante en este apariado. Respecto a los problemas generales, los més hat tuales que pueden plantear los suelos en ingenic gooldgica suelen ser los siguientes: — De capacidad portante o resistent en euan- to que el terreno ha de ser capaz de soportar los [ERGY cen contnce incrementos (positives o negativos) de tensio- nes que inducen en ellos las obras de ingenieria, sin alcanzar los niveles limites de seguridad previamente establecidos: la curva de resisten- cia intrinseca o la relaci6n carga-asiento para tun cierto factor o coeficiente de seguridad (Fi- gura 2.90). — De deformabilidad, en cuanto que la estructura fa cimentar ha de ser capaz. de experimentar los, movimientos de la cimentacién sin repercusio. nes especiales, Esos movimientos son la conse- ceuencin de las deformaciones inducidas en el terreno por Is cargas que transmit el cimiento. Es habitual establecer un asiento maximo, Saxe ¥y una distorsiOn angular méxima (AJL) admi bles (en funcidn del tipo de estructura) que no deben de ser superados (Figura 2.91). — De perennidad a lo largo del tiempo, en cuanto «que las condiciones de resistencia y deformabili- dad deben permanecer invariables a lo largo del tiempo 0, al menos, no disminuir por debajo de los valores admisibles establecidos. Por ejemplo, luna excavacién pr6xima a una eimentacion pree- xistente no solo puede producir nuevos movi- ‘mientos, sino también variar la capacidad por tante de los cimientos antiguos (Figura 2.92). Suelos con problematica especial Los problemas considerados como especiales se pueden poner de manifiesto por la propia naturaleza, © bien a causa del hombre, que con sus obras puede interferir en el equilibrio natural y alterarlo (una prime~ ra vez o varias veces, ciclicamente), 0 puede hacer, con sw intervencién, que las obras y cl terreno circundante sufran de forma distinta 1a aéciGn climética, muchas ‘veces periédica, pero no por ello menos intensa. En ese sentido cabe distinguir los problemas propios de: P,(CARGA TRANSITION POREL PLAR) SsieNto oe |_—S IA ZAPATA) “AEECTADO POR LA ZAPATA Problemas de seguridad por capacdad portante MOMENTOS FLECTORES EN EL PORTICO, ORIGINADOS. POR ASIENTOS DIFERENCIALES, ay t T L Problems de deformabiida — Las arvillas expansivas Los suelos dispersivos. — Los suelos salinos y agresivos. — Los suelos colapsables, El permafrost. — Los fangos y suelos muy blandos y sensitivos. Los suelos licuefactables n el comportamiento de algunos de estos suclos, como os suclos expansivos, influyen, ademés de su ‘én, las variaciones climéticas (como en el bién del permafrost); en otros, como los li- afastables, influyen los proceso geoligicas come los terremotos, ESFUERZOS woviuzapos NEL TERRENO, so Pao F= COEF. DE se. = Pigs » A $ CCRITERIOS DE DEFORMABILIDAD: (vatoR miauo apamoo POR RAZONES PRACTICNS) 4 pisroRsiON mAxiMa BO ADWUTIEAENTA PRACTICA) Arcillas expansivas Bajo este nombre se incluyen aquellos suelos arcillo- 08 (es decir, con predominancia de partieutas de ta- mafo inferior a 2 micras) cuya estructura mineral6gi- cay Fabrica les permite absorber agua con un cambio de volumen importante. Las moléculas de agua pe- netran en la ted crislalina, entre las eadenss de sili tos que est unidas por enlaces débiles, disminuyen do o anulando fos mismos, pasando la red eristalina a ‘ocupar un mayor volumen aparente, sin que se pro duzcan reaeciones quimicas. Si después cambian las condiciones (por ejemplo, por desecacién continuada © por drenaje), esas moléculas de agua pueden salir de 2 retesooans SE ZOPATA. FORMA DE ROTURA, DEL TERRENO ~ Phanoaevro F=coer nese, « Ho 2) Stuacén ine [HEI ceneractn ce stuaonas erent con el pas dl tempo la red y producirse una disminucién de volumen 0 re tracci6n, La capacidad de cambio de volumen de estos mate- rales viene condicionada, por lo tanto, por el conteni- do de arcilla y su mineralogfa, su estructura y rica. Expansividad es el aumento de volumen por ab- soreién de agua, y retracci6n la disminucién de volu- ‘men por eliminaciGn del agua, El cambio de volumen (expansividad y retraccién) cesté condicionado por los siguientes factores (ademiis de los geoldgicos) — Las variaciones climstieas, ya que de éstas de- ppende la presencia del agua necesaria para pro- dducir Ia expansién o la evaporacién del agua pata inducir la retraccién. Los cambios de volu- ‘men se feflejan en los edificios que estin cons- truidos sobre arcillas expansivas y pueden pro- dlucir agrietamientos al someter a la estructura a movimientos que, si son inducidos por determi- rnados cambios de condiciones climaticas es cionales o plurianuales (como ocurre en el sur de Espaia), pueden ser eiclicos (Figura 2.93). — La vegetaetén, que puede cambiar localmente ‘el contenido de humedad del terreno y dar luge ‘os cambios de volum: gtacidn y la accidn de las ‘agentes desencadenantes del fenémeno. — Los cambios hidrolégicas generales produci- ddos tanto por las acciones climatol6gicas, como poor las variaciones de nivel fredtico debidas a explotacién de acufferos, construccién de em: balses, etc. © 108 mcemienta czor0ctea NUEVA FORA DE a ie “NO SINETRICA -+ Puno Piano < Fiano ) Excavacién préxima. Estacion agritada por la expanlén de aries Jaén {foto C.Oteo), La expansividad, por tanto, tiene un caricter poten- cial: — Por un lado debe exist una arcilla con la mine~ rilogia y fibriea adecuadas. Los carbonatos pueden cementar Ia estructura € impedir 0 dis- rminuit fa expansividad, pero la destruccién de los enlaces diagenéticos (por ejemplo, al extraer el suelo para si utilizacién como material para terraplenes) permite que Ia accién del cemento desaparezca y que los minetales puedan ser afectados por el agua — Debe producinse una variacién en la humedad del suelo, por cualquier causa, que induzea a la Grados de expansividad y valores medios de pardmetros geotécnicos Finos | Limite | indice Presién de Hinehamiento Grado | xpansvided (9) | tiquido | Lambe GPs) | inchanionto (APs) | bre) 1 mp | 95 | >6 | >20 > 300 >10 cexpansividad 0 a la reuaccisn, pudiendo ir una seguida dela otra (la retrain va unida a perio- dos de sequiay la expansividad alos de Huvia) Por esta causa, Jos suelos potencialmente expansi- vos y problemsticos se sittan en zonas de climas éri- dos y semidridos, como la franja mediterrénea (sur de Espaia e Italia, Turquia, Israel, Marruccos, Tiine atc.) Sudfrica, sur de Norteamética (Nuevo México, Arizona, Texas, Norte de México), norte de Sudamé- rica (Colombia, Ecuador, Pet, etc. ‘A efectos pricticos, dado que Ia expansividad se re- laciona con el contenido arclloso, es habitual emplear parimetros de earacterizacin de arcillas para evaluar y graduar la posible expansividad de un suelo. Gene ralmente se consideran cuatro grados de expansividad (La IV), tal como se indica en el Cuadro 2.12, en el {que aparecen los intervalos de valores que definen es- tos cuatro grados en lo referente a contenido de finos ¥ limite Liquido. Ademés, se utilizan otros ensayos de Taboratorio de mayor calidad y realizados a propésito para evaluar Ia expansividad: 4) El ensayo de Lambe, que proporciona la pre= sidn que ejerce el suelo (remoldeado) al hn rmectarse en el interior de un molde y reaccio- har contra un pist6n calibrado (Figura 2.94), Su descripeién puede consultarse en Jiménez Salas y Justo Alpaiés (1975). >) Bl ensayo de presién de hinchamiento, que es la maxima presién que desarrolla una mues- tra de suelo inalterado (dentro de un molde edométrico) cuando, al humeetarse, se impide su hinchamient, ©) El ensayo de hinchamiento libre, mixima variacién de espesor de una muestra inalterada en un molde edométrico, cuando se humecta y se pemite Ja expansién, Los valores indice de estos tes ensayos que sirven Para fijar el grado de expansividad potencial se in- ‘luyen también en ef Cuadro 2.12. Aparato de Lambe para caracterzar la expansive ad de os suels (foto C. Oto. En Espatia existen este tipo de suelos en la Meseta Norte (Palencia, Valladolid), en el sur de Madrid y en todo el Valle del Guadalquivir. En ef mapa de arcillas expansivas (Ayala et al,, 1986) se seiilan las zonas donde aparecen estos suelos, sin que ello evite reali zar estudios de detalle sobre la expansividad concreta en cada zona, con eriterios mas detallados, como los del Cuadro 2.12 0 el de Ia Figura 2.95, basados en la relacién entre el Ifmite Ifquido y el cociente entre la fhumedad y ese Kimite liquido, ineluyendo datos de pre- si6n de hinchamiento e hinchamiento libre probable. 2 wecincion sono [taal EE 1 EXPANSMIDAD NULAA BALA, Ih EXPANSMIDAD BAIA A MEDIA Il EXPRNSWIOAD MEDIA MALTA IN EXPANSIDAD ALTA A MUY ALTA 1 1 g 1 8 ee z oa 3 E ae 4 iret Pee fees g ae 02 ae = 7 oo 6 mo ire Lav00 citer de petigrosdad a partir do la expansividod (Oteo, 1986) En zonas volednicas suelen existir arillas expansi- vvas versicolores, que constituyen, a veces, depésitos Ccoluviales y, otras, lagunares, aunque en ocasiones faparecen como episodios volednicos incluidos entre mmasas de fonolitas, como Tas que han dado problemas ide empujes en los tineles de Trasvasur (Gran Cana ria) a lo largo de mas de 25 afios, TExisten otros stelos que también dan problemas de cexpansividad, como los derivados de Ia congelacién dde agua en el terreno, y los problemas de hinehamien- to que se producen en escorias de horno LD por exis~ tencia de cal libre (se han obtenico hinchamientos Ti- ‘res de hasta el 5% en zonas con 3,5 % de esta cal) © de Gxido de magnesio (hinchamientos del 4-6 % para ‘contenidos del 14 % de MgO) al absorber agua, O los fendmenos de hinchamiento por bidratacién cle anki rita (sulfato céleico deshidratado) al pasar a dihidra- {o (yeso comin) por absoreién de agua (en Espafia se ha producido un importante fenémeno de este tipo al vandes voimenes de tierra para instalar ut central de enereia). En ocasiones, la expansividad de una arcilla puede incrementarse por el paso de agua a través del terreno ‘con iones socio, que aumentan Ia separacién de la red ‘eristalina de los minerales. Asi ha ocurrido en la de- puradora sur de Madrid, al abrirse las fisuras de una acilla margosa con yeso al eliminar 20 m de terreno t iniciarse un flujo de agua que legaba a esas arciflas tras pasar por capas de glauberita (yeso con sulfato s6dico); en este caso se registraron levantamientos de mas de 50 cm en un decantador de aguas residuales, ‘como consecuencia de ka expansién generalizada, INGeMIERIA GEOLOGICA Suelos dispersivos LLos suelos dispersivos son aquellos cuya constitucién imineraldgiea y fabrica es tal, que las fuerzas repulsi- was entre las particulas finas (arcillas) exceden a tas fuerzas de atraccién de esas particulas. Debido a ello, cen presencia de agua, los suetos floculan, es decit, se ‘separan los agregados de particulas y quedan particu- fas de menor tamaiio que son mas ficilmente arrastra das por el agua con cierta velocidad, produciéndosc la cerosi6n interna de estos suelos. ‘Los agregados de particulas 0 fldculos estin consti- tuidos por particulas arcillosas, y ademas suelen tener tuna proporcin elevada de sales disueltas (por encima del 12% en el agua que est ocluida en los poros del suelo). ‘Se emplean dos criterios para reconocer el riesgo de dispersi6n, que en terraplenes y presas con agua puede dar lugar a erosiones intemas, creando canales de seccién circular: uno de tipo fisieo (ensayo doble tgranulométrico por sedimentaciGn, con o sin disper- ante de particulas), y otro de tipo quimico, determi nando el contenido de iones de Na, Ca, Mg y Ky ‘compariindolos relativamente (Figura 2.96). En el ca so de emplear el doble granulométrico, se define el indice de dispersién, Jy,, como la relacién entre el porcentaje de particulas menores de 0,005 mm en el ‘ensayo con agua desmineralizada y el mismo pardme- {ro obtenido en el ensayo normal, con dispersante. Si tee indice es superior a 50 % se considera que el suclo ticne gran estabilidad frente ala dispersiGn, si est en~ ie 50 y 30-35 la estabilidad es intermedia o marginal, sis inferior a 30-35, el material es dispersable. Suelos salinos y agresivos Suclen contener mas del 15 % de su capacidad iGnica ide cambio saturada de iones de sodio, ademis de con tener cantidades apreciables de sales solubles. Su PH ten solucién saturada es del orden de 8,5 0 menor: En suelos salinos asociados a altos grados de evapo: racidn y, por lo tanto, de concentracidn de sales, como Jos que existen en Trin ¢ Trak, se pueden dar también ‘caracteristicas de expansi6n, pero pequettos cambios en Ta constitucién salina pueden cambiar el riesgo de ex- pansividad al riesgo de colapso, en funeién de Ia densi- {ad inicial de las arcillas que contienen, ‘Un caso extremio de suelos salinos son tos de la de presién del Mar Mucrio (Jiménez, Salas y Oteo, 1999), donde se proyects la Presa de Karamehan (Jor dania), sobre limos calcéreos con finas léminas de aragonito. Fl conjunto est muy consolidade, por To que In estabtidad actual del aragonito esté asegurada por la composicién del agua intersticial, fuertemente salina. Pero el embalse esta destinado a contener agua m ZONAC. 2 ZONAB- NO DISPERSIVO oa 1 0 magi (Ca + Mg + Na-K) Potencial de dispersivida en funcén del contenido quimic, segtin Jos critrio de Sherard y otros, 1976, dulee, lo que puede producir un cambio de salinidad cep est agua intersticial, a largo plazo, con consccuen- cas atin desconocidas ‘Muchos de estos suelos salinas son agresivos al hor- migén de las cimentaciones, sobre todo si hay agua de cireulacién en el subsuelo, que se leva el producto, del ataque del suelo al cimiento y permite que éste si- ga progresando. Normalmente $2 considera que por debajo de un 0,02.% de sulfatos (medida en contenido de SO.) no existen problemas de este tipo. En el Cua- dro 2.13 se indican valores de referencia pata suelos y en relacién al grado de ataque al hormigén. Suelos colapsables Estos suelos, earacterizados por tener una estructura muy abierta y floja, mantienen su estabilidad por el Grados de jue al hormigén de suelos agus on fuclon de su contenido en 30, Sal rata a 7 fsusye |) smpSOrAyseny| MESO Da 2.00 30 Hos 3.12000 Fen 1200 Insc Hongo Exracural (1998). Minera Foe Nid estado de sequedad de la atmésfera. Inicialmente, al ser depasitadas (por via acuosa o edlica, 1o que ayuda fa formar dicha estructura) no tienen ninguna cohe~ si6n, pero acaban cementindose ligeramente por cris- tales de sulfatos © por rellenarse sus huecos con parti- clas més finas, lo que les da, en seco, una resistencia apreciable. Estos suclos, gcotéenicamente metaestables, tienen ‘un comportamiento que varia segtin el contenido de hhumedad, Al aumentar ésta, la estructura inicial pue- de ser destruida, produciéndose una importante dismi- rnucién de volumen apareate (colapso) y el con guiente asiento (ademas de un posible arrastre de paticulas por agua con cierta velocidad). En el Valle Central de California se han medido subsidencias de amas de 4 m, al poner en riego suelos de este tipo, e in- filtrarse el agua poco a poco. A veces, si las zonas su- perficiales se han encostrudo (por depdsitos de earbo- nnatos, por ejemplo, 0 por colapsos antiguos), el colapso y arrastre, y disolucidn de los iones sulfatos, se dan por debajo de la superficie, forméndose cuevas © simas que acaban cediendo al romperse las costras les. Esto ocurre, por ejemplo, en las zonas sas en que se encuentran los limos yesfferos del Valle del Ebro; estos limos se han depositado élicamente en los Fondos de los «valés», con poten- cis de hasta 15 m, con particulas limosas sujetas por enlaces de sulfatos. El suelo seco presenta una cohe sién aparente a corto plazo que permite excavar zan- jas con retroexcavadores, quedando paredes verticales con las huellas de Ia pala, Pero bajo la acci6n del agua, 2 mime oa) | | | | | Criterios de colapsabilidad a a Grado Peso especifico Potencial de A ‘de colapso ‘se -colapso (%)(*) io sp) 5.0 [Aen indi preys Bajo inundated 2 fara iii de mst se producen disoluciones en Ios suifatos, con grandes reduceiones de volumen y araste de las particu, pa- fando de su bajo peso espectico (de 10 a 13 KN/am") a festados en que se produce una disminucién de volu- men de hasta el 10% (Faraco, 1972) Para caraeterizar Ia peligrosidad de estos suelos se uniliza el peso espectfico seco aparente y los ensayos de colapso (Cuadro 2.14). Estos ensayos se realizan tnel edémetro someticndo a las muesiras @ una carga Geterminada y midiendo el asiento tras la inundacion de dicha muestra, En Espaiia se han producido fenémenos de colapso, dems de en los Tinos yestferos citados, en la costa mediterranea, en limos arenosos de abanicos aluviales Dréximos @ Alicante que, dado el elma seco de la 20- ha, tienen un grado de saturaciGn bajo (20-30% y. ‘casionalmente, 60-75 %). Como en los limos yesffe~ tos, i parte superior esté encostrada y dura, pero por Alebajo los suelos no estén cementados y estin flojos (Gensidades secas del orden de 14-15 kN/m’), por 1o {que las infiltraciones pueden dar lugar a colapsos muy altos, hasta del 15%. ‘Otros posibles casos de suclos colapsables en Espa fia son los siguientes: 4a) En Canarias, las tobas blandas y los aglome= rados piroclisticos, con estructuras muy fbiertas y débiles contactos entre las particu jas, y con densidades muy bajas, pueden colap- ssar bajo eargas moderadas y/o por inundacién, (Uriel y Serrano, 1971). 1b) Los rellenos antrépicos. no compactados, en. Jos que se origina una estructura floja en la que cl agua queda en los contactos entre particulas (formando meniscos, gracias a la succién que se crea por In diferencia de presion entre el aire y el agua de Tos poros). Estos meniseos in- troducen fuerzas intergranulares que compri~ men las partfculas y dan una resistencia consi erable en condiciones normales de humedad. La saturacién en agua elimina los meniscos, disminuye las fuerzas intergranulares ¥ provo- 2) cement ceosora ‘ca fuertes colapsos 0 disminuciones de yolu- men (del 2 al 74%, en el caso de los rellenos ‘con «arenas de miga» det centro de la Penfnst Ia Ibérica), fenémeno que ha inducido grandes problemas en diversos tellenos (como en el ca fo de In Avenida de la Tlustracién de Madrid). En este tipo de suelos, el ensayo de penetra ccién continua (ver Capitulo 6), puede distin- fuir claramente lo que es suelo natural (més de 55.30 golpes/20 em) de To que es material de relleno sin compactacién adecuada (5-15 gol ppes/20 em). Muy conocidos a nivel intemacional como suelos colapsables son los «loess» sedimentados e6licamente Jy ave aparecen entre ls paralelos 30 y 85 de cada he tnisferio Siberia, Uerania, Rumania Australia, Arzen- tina, Uruguay, Medio Oeste norteamericano, etc). E nigona ocasion se ha acudido a inundar vales enteros, afin de provocar el colapso por inundacién y evar al terreno una sitacién més estble y densa, eon 1o que, desde el punto de vita de cimentaciones, se con porta de forma admisible. De hecho, los limos yest qos aragoneses, removides y compactades, aleanzan dlensidades secas dptimas del orden de 17,5 kN © Sea, se transforman en un suelo macho mds dens que el original La accion del hielo y el «permafrost» La penetracidn de la helada en el terreno va acomps fiada de diversos Fenémenos fisicos, entre los que des- taca el aumento de volumen del agua del suelo al con- gelarse, que puede destruir la estructura del suelo o de fa roca, El efecto mas significativo suele ser Ia acu~ rmulueidn de lentejones de hielo, que da lugar a expan- siones en inviemo y a reblandecimientos en verano. ‘Se considera que a medida que aumenta la propor ‘cién de suelo con una granulometria por debajo de 0,02 mm, Io hace también ta susceptibilidad a la ac Gin del hielo, Si esta fraccién es superior al 3% y et ‘coeficiente de uniformidad del suelo (Da/D.) €s del fden de 15, el suelo es susceptible a los efectos de It helada, Y cuando esa fraccién excede al 10%, el cocf ciente de uniformidad debe oscilar alrededor del 5 part {que el suelo sea susceptible frente a ese fendmeno. Tin dreas muy grandes de Canadé, Alaska y Siberia cexisten suelos permanentemente congelados («perma frost») que aleanzan profuundidades que dependen de Is conduetividad t&mica del terreno y del clima, Por debs jo dela superficie, generalmente muy dura, el suclo pue- de tener una estructura floja, ya que el agua congelala, fal aumentar de volumen, desiruye Ia unién y cementa- ‘cin entre particulas. Mientras exista el hielo, ef conjun- to es resistente; pero si por algin motivo sube la tempe raitura en el terreno (por ejemplo, al construit un edificio con ealefaccién) se lita el hielo de los poros y el terre 1, flojo, se convierte en un baro poco resistente, con los consiguientes problemas de apayo para el edificio (o que en estas zonas leva a cimentar sobre pilotes pro- fundos), Fangos blandos y sensitivos La desembocadura de los rios y algunas zonas coste~ ris eon roecas blandas estin cubiertas por depésitos fi- nos (limosos y arcillosos), saturadas y muy blandos, que suelen contener materia organica (4-5 %); se de- ‘hominan como fangos. En las costas andaluzas de Cé diz y Huelva, alcanzan espesores miximos de 25 m y constituyen verdaderas zonas «amarismadas». En es- os materiales el contenido de agua es muy elev (60-140 %) y la estructura es muy floja (peso espectti- 0 seco de 7,0-14,0 kN/m'), en funcidn del tipo de se dimentacién, contenido de materia orgénica, granulo- ‘metrfa, ete, 1o que lleva a que sean muy deformables (muy blandos, eon indices de compresién C, de 0,400 a mayor de 1,0). En Espafla se conocen casos con valo- res de C, de 0,600 (Ria de Bilbao) y 0,800 (Puerto de Santa Marfa), considerando aparte los materiales con ado predominio de materia orgénica (como las twrbas de Padul, Granada, con humedad del 400% y C, del or- den de 1,200), Esta gran deformabilidad (que equivale a médulos dde deformacién medios de 1.000-3.000 kPa) supone, ademés, que a resistencia al esfuerzo cortante sin ddrenaje sea muy baja, del orden de 15 a 50 kPa; aun: que en superficie (por deposicién de sales, efectos ef- elicos de variacién de mareas, etc.), pueden estar alzo encostradas (los 3-4 metros superficiales), con lo que Ja resistencia al corte puede duplicarse. A veces tienen humedades por encima del guido (estado fluido), por lo que Ia estructura puede estar determinada por la naturaleza quémica del ligui- do intersticil En los casos de las marismas del sur de Espata las hhumedades son del orcien del 45-60 %, algo por deba- jo del Iimite liquido, y se muestran algo cementadas, ‘como ya se ha indicado, en los 2-3 m superiores. En ellas predominan tas arcillas limosas (con 6-10 m de espesor), aunque se interealan con capas de arenas fi nas (2-4 m de espesor). La identificacién de estas ca pas se hace muy bien con piezoconos, y la evaluacién de su deformabilidad puede estudiarse adecuadamente ‘con terraplenes experimentales, En la Figura 2.97 se ‘muestran los asientos relativos medidos bajo terraple a Saux, #1 SeviLLa cs) sm foo DERI sees reson suo andes sn rations de eure doen Sas y Oto, 1950) nes sobre diversos suelos blandos sin ningén trata- miento de refuerz0. Estos fangos, ademas, pueden tener susceptibilidad tixotrépica, legando a perder su resistencia inicial por remoldeos (por ejemplo, al producirse desizamientos, hinca de pilotes proximos, etc.). En Norucga se han producido grandes movirnientos en arcillas marinas Susceptibles (arcillas ripidas), a veces provocadas por tin pequeiio deslizamiento de 2-3 m de profundidad; “I remoldeo sobre el terreno préximo se hace progre- Sivo, llegando a mover el terreno superficial de un Ford en mas de 6 km de longitud. Suelos licuefactables ‘Se denominan asf aquellos suelos que con un conteni- do predominante areno-Timoso, en estado saturado, al fexperimentaresfuerzos cortantes andmalos y réidos, permiten un aumento de lis presiones intersticiales {por falta de drenaje), hasta valores del orden de ta presin total exislente. En este caso Ia presién efect- Na se anula prieticamente, con lo que los granos dejan Bibliografia recomendada Fookes, P. G. (1997). Geology for engineers: The 260- Topical model, predetion and performance. Quarter iy Journal of Engineering Geology. vol. 3, par 4, pp 293-425, Jiménez Salas, 1. A. Justo Alpanés, J. L. (1975). Geo: Tecnia y cimicntos 1. Ed, Rueda, Mac Lambe, 7 W_ and Whitman, R. V. (1981). Mecénica ‘de suelos. Ea. Limusa. México. Mitchell, J. K. (1976). Fundamentals of soil behavio ‘Tohn Wiley & Sons. N.Y. Referencias bibliograficas ‘Ayala, F., Femrer, M., Ote0, C. Salina, J. L. (1986). Mapa previsor de Fesgos por expansividad de arc Tas en Espana a escala 1:1,000,000. IGME-CEDEX. Serie: Geologia Ambiental Bennet, R. H. andl Hulbert, M. H. (1986). Clay micros: fracture, Ed, It. Human Resources Dep. Co. Burland, J, B. (1988). Behavior and design of founda ions, MSc Course on Soil Mechanis. Imperial Colle- ge, London. Capper P-L. Cassi, W. F and Geddes, J.D, (1974), Pro- ‘lems in engineering soils. EF.N. Spon. Londres. SAA) cone conten EEE le de estar en contacto, la resistencia al corte desaparece y el material se comporta como un liquide, dando Te ar a movimigntos. verticales y horizontales de st asa, que se traducen en deslizamientos (en caso de taludes), o.en grandes asientos. Este fendmeno de suclos areno-limosos flojos y con baja permeabilidad ha dado lugar, durante terre= motos (que con Ta repetici6n ciclica y ripida de es- fuerzos tangenciales legan a anular las presiones cfeetivas), a grandes desastres: en Niigata Glapén), en tl terremoto de 1964, se produjo el hundimiento de ocenas de edificios bien preparados para la respuesta tstructural (cajones rigidos), pero apoyados en de- posits floos lieuables, lo que llev6 a asientos de me tros y al vuelco y gito de 10s edificios. ‘También ese ‘ano se produjeron, por el mismo motivo, grandes des- Tizamientos en las proximidades de Anchorage (Alas~ kia; los edificios afectados experimentaron recorridos ddl orden de 200 m desde su posicién inicial. EI estudio de la licuefaccidn se trata en detalle en el Apartado 15.6, Capitulo 15. Casagrande, A. (1932). The structure of clay and its importance in foundation engineering, Jounal of Benton Society of Civil Engineers, 19, 4, pp. 169 208. Day, R. W. (1999), Geotechnical and foundation engi- neering, MeGraw-Hill, Faraco, C. (1972). El colapso de tos limos, yesfferos “Tests Doctoral. Universidad Politéenica de Madd. Insdito. Gonzilen de Vallejo, L. 1, Jiménez Salas, J. A. y Le~ ‘nuey Jiménez, S. (1981). Engineering geology of the tropical voleanie soils of La Laguna, Tenerife, Engineering Geology, 0." 17, pp. J-17, Elsevier Grim, Re E. (1962). Applied clay mineralogy. MeGraw- Hil, Hough, B. K. (1957). Basic sols engineering. ‘The Ro- ‘nald Press Company. New York Jay, J. (1944), The coefficient of earth pressure a rest “Wournal for Society of Hungrian Architects and Ena neers, pp. 355-358. Budapest Jiménez Salas, J. Ax. Justo Alpafés, J. L. y Serrano ‘Gonzilez, A. A. (1976). 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