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eT ELLOS DACA Tradiciones, personajes, comunidades 5 J narrativas de la ciencia en México Mechthild Rutsch Mette Marie Wacher Oar COLECCION CIENTIFICA Portada: Ex librisde Nicolas Le6n. Traduccién de la leyenda superior. “Quien no sabe escribir; cree que no es trabajo”. Traduccidn de la leyenda inferior. “Tres dedos escriben, el resto dei cuerpo sufre”. ‘Tomado de Frederick Stary, sf, Mexican Indian Motif in Bookplates, reprinted from the 1928 of Bookplate Collectorsand Designers, Washington, D.C. Primera edicién: 2004 Coedicién: Instituto Nacional de Antropologia ¢ Historia/Universidad Iberoamericana D.R. © Instituto Nacional de Antropologia e Historia Cérdoba 45, col. Roma, 06700, México, D.E sub_fomento.cncpbs@inah.gob.mx D.R. © Universidad Iberoamericana - Prol. Paseo de la Reforma 880, Col. Lomas de Santa Fe, 01210, México, D.F. ISBN: 968-03-0050-1 Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducci6n total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografia y el tratamiento informitico, la fotocopia o la grabacién, sin la previa autorizaci6n por escrito de los titulares de los derechos de esta edicién. Impreso y hecho en México Indice Prologo . 9 José Luis Vera Cortés HISTORIA, CONCEPTOS Y TRADICIONES Por una nueva historiografia de los conceptos cientificos El caso de la herencia biolégica . 17 Carlos Lépez Beltran EI programa de la sociologia y su reestructuracién .. 55 Fernando Castafieda Sabido LA ESCRITURA DE LA ANTROPOLOGIA, La arqueologfa y Ia escritura del pasado... 75 Fernando Lopez Aguilar io de escribir antropologia .. 93 Carlos Garcia Mora PERSONAJES DE LA ANTROPOLOG/A MEXICANA, Lenguas e historia en tres obras mexicanas del siglo xix. Barbara Cifuentes La danza de las disciplinas. El Museo Nacional a través de los trabajos y los dias de Gumesindo Mendoza... 141 Rafael Guevara Fefer El doctor Nicolas Leén frente al evolucionismo.. 157 Fernando Gonzélez Davila La mirada de Kirchhoff al Bajio Un caso para la historia de la arqueologia . - 201 Ana Marie Crespo y Beatriz Cervantes Utopias espajiolas en tierras mexicanas: Angel Palerm y la formacién de nuevas generaciones de antropélogos........._ 223 Alba Gonzélez Jécome COMUNIDADES CIENTIFICAS Los Anales de! Museo Nacional . 243 Rosa Brambila Paz y Rebeca de Gortari Sobre historia de la antropologia mexicana: 1900-1920. 275 Mechthild Rutsch EI maestro y las alumnas. Una excursién escolar de la clase de etnologia del Museo Nacional en 1906 . 293 José Roberto Gallegos Téllez Rojo El proyecto de Tenayuca y la comunidad arqueolégica en México: 1925-1935 Haydeé Lépez Herndndez 325 La comunidad antropolégica de la Universidad Auténoma del Estado de México (UAEM) ... 351 Leif Korsbaek, Tonatiuh Romero Contreras y Carlos Castafios Montes TEORIAS Y NARRATIVAS EN LA ANTROPOLOGIA MEXICANA. Antropologia y educacién intercultural Perspectivas interdisciplinarias en México... 397 Nicanor Rebolledo La antropologia juridica: un intento de regulacién social .. . 419 Sergio Ricco Narrativas vergonzantes, antropologias peligrosas .... . 443 Ignacio Rodriguez Garcla Noticia de autores .. - 455 Utopias espafiolas en tierras mexicanas: Angel Palerm y la formacién de nuevas generaciones de antropdlogos Alba Gonzélez Jacome* Introduccion Angel Palerm antes que espajfiol, se consideraba a si mismo catalan; como antropéloge se veia como un miembro de la tradicién mexica- na. A diferencia de otros personajes que migraron a México como consecuencia de la guerra civil espafiola llegé al pais en 1939, a los 22 afios de edad y sin haber realizado estudios superiores en aquel pais. Académicamente se formé en la Facultad de Filosofia y Letras (1945), lugar donde estudié historia universal y se relacioné con don Pablo Martinez del Rio y posteriormente, en 1948, cuando ingresé a la ENAH, con profesores como el mismo don Pablo Martinez del Rio, quien era el director, Pedro Armillas, Jorge Viv6, Pedro Carrasco, Arturo Monzén, Ricardo Pozas, Norman A. McQuown, Stanley New- man, Sol Tax e Isabel Kelly. Angel Palerm tenfa desde su infancia un gusto personal por el campo y por la naturaleza, asi como expe- riencia en el trato con los campesinos, condiciones de gran impor tancia en su carrera como antropélogo (Suarez, 1990; 13; Viqueira, 2001: 2). Angel Palerm recibié su entrenamiento de campo al ingresar a la ENAK, donde trabajé con Isabel Kelly en el Tajin; con una tradicién que venia de Alfred Kroeber, de quien Kelly era discipula. Palerm sefiala que con Kelly: “aprendi el rigor del trabajo de campo, la meto- dologia y la reflexién colectiva. Los otros profesores me habian dado muchas cosas, pero lo que suele llamarse e/ oficio lo aprendi con Isabel” (Palerm, citado en Garcia Acosta, 2000: 16). Por otra parte, en esa época la ENAH preparaba al estudiante para ir al campo, ade- més de reunir “los mejores profesores y los mas avanzados métodos de ensefianza donde los estudios se ligaban al trabajo de campo casi desde el principio” (Garcia Acosta, 2000: 15). Carmen Viqueira (2001: 3-4) considera que “la inclusién de la anomalia de que un estudiante iniciara el programa de antropologfa participando en un * Posgrado en Antropologla Social. Departamento de Ciencias Sociales y Politicas-Uni vorsidad Iberoamericana, 223 trabajo de campo tuvo importantes consecuencias para modificar el programa de antropologia de la Universidad Iberoamericana”. Esto resulté en que afios mas tarde, los estudiantes de la Iberoamericana iban al campo desde el primer semestre de su ingreso a la carrera, donde podian considerar si tenian o no el gusto por la disciplina. Ajios més tarde, en 1965, después de trabajar por 14 afios en la Organizacién de Estados Americanos (OEA), donde llegé a dirigir las publicaciones, Palerm regresé a México y se incorpord como profe- sor de antropologia en la ENAH y en la Universidad Iberoamericana (UIA). La formacién de Palerm resulté de una forma peculiar de en- sefianza, en la que se entrenaba a los estudiantes de antropologia — tanto en su grupo de la ENAH como en la UIA- con una inmersién en el trabajo de campo en un drea rural, que se iniciaba desde el primer semestre de su ingreso a la carrera y se iban complementando con una serie de cursos y seminarios donde los alumnos podfan conside- rar si tenian 0 no el gusto por la disciplina. Las largas discusiones y platicas en la cafeteria de cada una de las dos instituciones educati- vas completaban el proceso de ensejfianza-aprendizaje de los estu- diantes. Para Palerm el trabajo de campo era una condicidn esencial de la antropologia La participacién temprana en la investigacién de campo tiene dos propésitos: uno, aprender el métada antropolégico llevando a cabo investigacién, y otro, permitir un diagnéstico temprano de aquellos estudiantes que realmente no permanecerian en {a antropologia y dartes la posibilidad de proseguir sus intereses en otras dreas que les fueran mas afines. Insistia en que aquél al que no le gustase el trabajo de campo' en areas rurales del pais, no podia ser antropélogo. Esta idea, tan polé- mica para otras escuelas, se ha aplicado hasta nuestros dias a todos los nuevos profesores de antropologia en la UIA, independientemen- te de la corriente teérica a la que pertenezcan. Esto ha sido un reto en la formacién de antropdlogos, que en su gran mayoria provienen de contextos urbanos y que deben aprender a estudiar y entender sociedades que son completamente diferentes a la propia. Muchos de los estudiantes de Palerm han escrito sobre sus do- tes personales y su capacidad de relacionarse con ellos; es bien sabido que le considerabamos antes que nada un gran maestro, para muchos fue también un amigo y un gufa sensible e inteligente que * El trabajo de campo se entiende como una investigacidin que se lleva a cabo en un lugar diferente a aquél donde ef estudioso vive, trabaja o esta personalmente inmerso. Por eso el Enfasis en distinguir entre trabajo de campo y estudio de sociedadas rurales come términos, distintos 224 sabia escuchar y orientar. Esto fue quizé resultado de su vocacién magisterial y del gusto que sentia al convivir con las entonces jéve- nes generaciones de estudiantes. Gran parte de su obra_radicé en la ensefianza de la antropologia y en cémo hacerla ademas de cientifi- ca y Util al pais, accesible tanto a iniciados como al ptblico que le escuchaba. Las caracteristicas de su prosa eran la sencillez y la claridad, era capaz de hacer féciles y comprensibles las ideas y los pensamientos més dificiles y obscuros; era, en pocas palabras, un maestro con grandes capacidades diddcticas y con la fortaleza para llevar sus utopias al terreno de la realidad. La utopia Angel Palerm (1974: 15) pensaba que |] en términos de la organizacién del trabajo de campo, esto significa que el estudiante de etnologia debe ser expuesto, sometido si se quiere, a una experiencia inicial y temprana de contacto intenso con una cultura distinta de la propia. No es ¢ afén de buscar lo exético lo que estd en el fondo de esta exigencia, por supuesto, sino todo lo contrario, La investigacién de una cultura distinta ayuda a reconocer y a controlar el etnocentrismo, y eventualmente debe permitir descubrir la unidad esencial del hombre bajo todas sus formas culturales. Esta experiencia puede llevar- sea cabo facilmente en paises con pluralismo cultural, como ocurre en México y en. la mayor parte de América. En el mismo texto Palerm {idem) nos expresa que “el cambio socio- cultural y el contacto intercultural pueden verse como las fases dia- orénica y sinerénica de una misma experiencia”. Mas adelante agrega: la segunda experiencia en trabajo de campo para un estudiante de etnologia debe estar relacionada con algin problema de profunda y répida transfor ‘maciénsociocultural. No faltan en América posibilidades para ello, sea bajo la forma de estudios de aculturacién de los grupos indigenas, de modificacién del campesi: nado, de urbanizacién e industrializaci6n, de reformas agrarias o de revoluciones. Lo importante, por supuesto, es participar como etndlogo en la experiencia viva de la evolucién en marcha de las sociedades humanas. En tercer lugar Palerm (1974: 15-16) consideraba que {...] la etnologia tiene otra fuente importante: la constituida por la praxis social de los etndlogos. La praxis incluye una inmensa variedad de situaciones reales: des- de los antropéiogos servidores de las conspiraciones cesaristas a los etnélogos de la critica, la retorma y la rebelién; desde Ie antropologia aplicada a los planes de cambio microcultural, a la utilizada en los esquemas revolucionarios de cambio estructural, En términos de trabajo de campo, esto indica la necesidad de organizar, tuna experiencia relacionada con algin aspecto o fase de la aplicacién de la etnolo- gia. O més bien, con algtin caso de actividad de los etnélogos, como tales, en Telacién a una sociedad concreta, a un proyecto particular 0 a una institucién doter- minada, Tampoco deben encontrarse dificultades para identificar posibles areas de estudio en México y en América [...]. 225 Para Palerm (1974; 16-17) la organizacién esencial de un programa de ensefianza de la antropologia debia incluir "por lo menos tres niveles de experiencia: la del ‘choque cultural’; la de la realidad con- creta de los procesos de cambio sociocultural, y la de la praxis etnolégica en todos sus aspectos”. Mas adelante Palerm decia que \...] el proceso de aprendizaje ha de efectuarse en el campo y en condiciones lo mas reales posibles. Son el aula de clase y el salén de seminario que deben desplazarse temporalmente al campo. El campo es para el etndlago atin mucho mas de lo que el laboratorio es para ol quimico. En condiciones ideales, un estudiante de etnologie debe pasar por lo menos tanto tiempo en el campo come en las aulas. Para poder ensefiar antropologia a su primera generacién de estu- diantes en la ENAH estudié a profundidad la teorla antropolégica disponible de los Uiltimos afios de la década de los sesenta del siglo pasado y produjo la primera versién de su Teoria etnoldgica (1968) como libro de texto para introducir a los futuros antropdlogos en las discusiones tedricas del momento; mismo que revisé poco antes de morir en 1980 y cuya Ultima publicacién, en el afio de 1997, muestra los planteamientos de su original pensamiento antropolégico.? Tam- bién organizé la creacién de una estacién permanente de trabajo de campo, con la idea de hacer posible la ensefianza de la investigacién a los jvenes estudiantes. La estacién de campo Joseph de Acosta Esta situada en el pueblo de Tepetlaéztoc, a escasos 10 kilémetros de la ciudad de Texcoco, en el Estado de México, aunque desde 1967se organizaban y hacian practicas de campo en el area, la esta- cién de campo fue fundada formalmente en el afio de 1969, para realizar prdcticas de campo supervisadas e investigaciones para tesis de los estudiantes de licenciatura y posteriormente del posgrado en Antropologia Social de la Universidad Iberoamericana; en los primeros afios también participaron en las investigaciones estudiantes de la ENAH que trabajaban con el doctor Angel Palerm. Ademés, a lo largo del tiempo Ia estacién de campo ha sido centro de investigacién de varios estudiantes extranjeros relacionados con la Iberoamericana y que concluyeron en ella los trabajos para sus tesis de doctorado. Varias consideraciones fueron tomadas en cuenta para el estableci- miento de la estacién de campo en ese lugar: la accesibilidad, que 2 Una combinacién del evalucionismo multilineal y su metadelogia -conoeida como ecologia cultural con economia politica, que estuvo fuertemente influida por el anarquismo (Rosa Luxemburgo, Nicolés Krapotkin, Kari Kauteku, A.V, Chayanov) y el Marx tard. 226 estuviese en un drea de gran diversidad geografica, que estuviese en un 4rea central dentro del proceso histérico, que existiese abundante material histérico para permitir estudios sobre causalidad histérica, que la casa fuese bastante grande como para albergar un grupo y lo bastan- te barata para ser adquirida con recursos limitados, ya que originalmen- te fue costeada con fondos particulares del entonces director de Antro- pologia en la Iberoamericana, don Luis Gonzdlez, el propio Angel Palerm y su esposa Carmen Viqueira (Viqueira 2001: 7-8). La estacién fue ubicada en una vieja casona de Tepetladztoc, pueblo situado en el somontano del érea denominada por Palerm como el Acolhuacan septentrional, area de chichimecas, misma que habia sido recorrida por él en compaiifa de Eric Wolf en el verano de 1964. En la época novohispana, Tepetladztoc habia sido parada de diligencias en el camino entre la ciudad de México y el puerto de Veracruz y, por ello, contaba con grandes casonas de espacios am- plios y también con leyendas trasmitidas de generacién en genera- cién sobre bandides y tesoros escondidos. El auge de la poblacién terminé cuando se construyeron primero el ferrocarril y luego la ca- tretera que pasaron por otros poblados, lejos de Tepetiadztoc. A mediados de la década de los sesenta del siglo pasado el pueblo estaba semiabandonado y en ruinas; muchas casas estaban vacias y los vecinos que permanecian en él se dedicaban a la cria de pollos promovida por la empresa La Purina, a la extraccién de pulque y a una agricultura de subsistencia basada en el cultivo de maiz. Una serie de ranchos con ganado para leche circundaban el poblado; éstos enviaban el producto a la ciudad de México. Tepetladztoc permitia el estudio de una serie de problemas de investigaci6n que incluian la agricultura tradicional, la agricultura convencional, los procesos de cambio entre ambos tipos de agricul- tura, los procesos de urbanizacién y modernizacién de las dreas turales en México, su articulacién con procesos indistriales, el pro- blema del agua y su distribucién entre las poblaciones asentadas en lo que Palerm denominé el area histérico-cultural del Acolhuacan septentrional. Desde 1967 se organizaron practicas de campo en el area; sin embargo, la estacién de campo se inauguré oficialmente en 1969, En sus primeros afios albergé estudiantes de la UIA y la ENAH que investigaban bajo la supervisién del doctor Palerm, ademés de estudiantes extranjeros. EI trabajo de campo La concepcién inicial de antropologfa que manejaba Angel Palerm (1997: 14-20) era parte de la escuela de pensamiento neovolucionista, 227 donde se comprende a la disciplina como el “estudio de la evolucion del hombre, de la sociedad y de su cultura”, basada en el estudio empirico de los hechos sociales. La antropologia social, desde este punto de vista tedrico, requiere necesariamente del trabajo de cam- Po para estudiar la realidad social. Era importante la distincién entre cultura y sociedad, la primera entendida como “los modos de con- ducta aprendidos que se trasmiten socialmente de una generacién a otra en una sociedad dada y que pueden ser difundidos de una sociedad a otra” (Steward, 1992: 189}; la sociedad considerada como “un. grupo particular de gente cuyas relaciones siguen normas espe- ciales” (/dem) y que se ubica en un lugar especifico y concreto, es decir, parte de un espacio fisico con determinadas caracteristicas. Ambos conceptos son distintos pero complementarios, ya que la sociedad no existe en abstracto y la cultura no puede existir sin la sociedad.? Para Palerm la investigacién y la ensefianza eran elementos inse- parables, que se trasmitian a los estudiantes por medio de la premi- sa de que “se ensefia a investigar investigando” y, como ya lo indi- camos previamente, desde temprano, cuando los estudiantes inicia- ban Ia licenciatura y para ello era necesario contar con un lugar acondicionado para su entrenamiento. De aqui que la conformacién de a estacién de campo era un elemento indispensable en el progra- ma de ensefianza que planted en la Universidad Iberoamericana. Por otra parte, la inmersién en el trabajo de campo se hacia desde los primeros ajfios del estudiante en la carrera y requeria de la direccién cercana y estrecha de un profesor encargado de realizar asesorias colectivas e individuales con el grupo bajo su cargo.* El primer paso del trabajo de campo consistia en la inmersién de los estudiantes en la realidad social. mexicana mediante el estudio de 4reas, que podian tener naturaleza historica, geogrdfica, cultural, econémica, politica 0 una combinacién de ellas y de donde se deri- varian los problemas de investigacién. El area era concebida “como un conjunto o sistema sociocultural, esto es, como una unidad.es- tructural consistente de diversas clases de segmentos 0 subgrupos socioculturales y de instituciones que estén en mutua relacién fun- cional 0 de dependencia entre si y con el conjunto” (Steward, 1992: 209}. Es decir, el drea es dindmica y su estudio holistico, porque no era meramente el estudio de la suma de las partes, sino de todas las 3 A posar de |as discusiones sobre el concepto de culture, sigue siendo de gran utilidad y se ha convertido en histérice. Véase por ejemplo e! articulo de G, Bruman. "Writing for Culture Why a SuccessfulConcept Should not be Discarded” (1999: 1-27). *En esos afios la licenciatura de la ula estaha estrechamente articulada al posgrado; con su ciere, el posgrado se reestructurd, pare, sequla combinande el trabajo individual (profesor- estudiante}, con el colectivo Imaestrfa-doctorade) tanto en los serinarios come en la investi- 228 relaciones e interrelaciones entre ellas y los resultados de éstas. Es decir, el estudio de sociedades rurales como sociedades complejas y no como primitivas. Este primer paso incluia la convivencia cotidiana, en periodos mi- nimos de ocho semanas, con otros jévenes estudiantes que tenfan distinto origen étnico, social y cultural, con los que la vida en comtin no fue siempre facil, pero que constitufa un punto clave en el proceso de sensibilizacién de los futuros antropdlogos. Es decir, el choque cultural se iniciaba en esta convivencia cotidiana y debia ser resuelto desde este inicio. Por otra parte, el proceso inclufa la realizacién de tareas cotidianas a las que muchos no estaban acostumbrados y que se combinaban con el diario trabajo de investigacién. Ademés, perid- dicamente llegaban invitados —generalmente especialistas o persona- jes muy ilustres y reconocidos en el mundo antropoldgico o intelec- tual de México 0 del extranjero— que impartian charlas 0 que se inte- graban a los recorridos por el érea de estudio. Entre quienes visitaron la estacién de campo, compartieron los recorrides y dictaron conferencias, recordamos a Karl Wittfogel, Gon- zala Robles, Eric Wolf, Sydel Silverman, William T. Sanders y su equipo de estudiantes y a Efraim Hernandez X., quien en cada visita levaba consigo a numerosos investigadores del Colegio de Postgraduados. Afios mds tarde, cuando Carmen Viqueira se encar- gaba de la estacién de campo, podemos incluir entre los invitados a Herbert Elling, Perla Valle, Luz Maria Mohar y Jacinta Palerm. Mas tarde, Tomas Martinez Saldafia llevé a la estacién a varios investiga- dores del Colegio de Postgraduados. Un segundo paso consistia en lograr un conocimiento general del drea a investigar. Para ello, Palerm combinaba las técnicas cartogréficas y el andlisis aerofotografico con recorridos a pie por las distintas zonas del 4rea. Los recorridos a pie eran particularmen- te interesantes porque dentro de ellos se incluia la observacién cui- dadosa de los elementos del paisaje, la comparacién con las regio- nes 0 con las zonas que se habia visitado previamente, se estable- cia las relaciones existentes entre los elementos observados, se realizaban platicas con personas con las que habia un contacto ca- sual y se hacia una comparacién constante y sistemética donde era esencial el estudio de los contrastes entre las llanuras, el somonta- no y la sierra para acercarse a los aspectos de organizacién social, economia, historia politica, religién y demés. En forma paralela y ya en la estacién de campo, una serie de lecturas y discusiones com- pletaba la visién que sobre el drea se iba formando en cada uno de los participantes. El tercer paso consistia en subdividir al grupo en equipos de trabajo, formados por dos o tres participantes, que eran enviados a 229 observar en detalle aspectos o problemas de estudio considerados como relevantes en el area y que hablan sido detectados en los recorridos preliminares. Esto podia incluir el recorrido de éreas natu- rales, localidades, empresas, instituciones de la sociedad mayor, Tanchos 0 restos de construcciones antiguas y zonas arqueolégicas. La base tedrica de este paso radica en la idea de que los diversos tipos de sociedad poseen estructura y funcién determinadas por la herencia cultural del area en cuestién y constituyen sistemas 0 con- Juntos socioculturales; un sistema sociocultural [J €s una unidad en Ia cual los segmentos sociales e instituciones tienen una interrelacién ¢ interdependencia funcional en grado significative. Sin embargo, todo sistema sociocultural es una estructura ideada empiricamente que representa un tipo particular de sociedad dentro de un continua de desarrollo particular, es decir, dentro de una determinada érea mundial (Steward, 1992: 194-195) En el cuarto paso, cada participante del grupo debia elegir una unidad de estudio, donde Ia aplicacién de la metodologia de investigacién debia adaptarse al sistema sociocultural seleccionado. Era fundamental no olvidar la relacién de las partes con el todo; es decir, de la unidad de estudio seleccionada con el area en su conjunto. Aqui quedaba com- prendida la seleccién de comunidades que debian representar proble- mas de investigaci6n articulados al area, lo que se estudiaba aplicando el principio de los niveles de integracién sociocultural. Se partfa gene- ralmente del estudio de la familia, cuya naturaleza y funcién varia de acuerdo con la naturaleza del todo. El método etnogréfico se iniciaba con periodos de tiempo viviendo en las localidades, preferentemente dentro de una familia del lugar, y permitla estudiar las interrelaciones funcionales en todos los aspectos de Ia sociedad y su cultura, donde los subgrupos socioculturales verticales y horizontales constituyen la totalidad de la estructura social y son “el esqueleto y el sistema nervio- 80 que recorre la totalidad de la sociedad unida y afecténdola en todos sus puntos” (Steward, 1992: 201). El estudio de comunidad partia de una seleccién de problemas que representaban patrones principales de la vida en el area que se entendia como: un conjunto “y no como un mero agregado de comunidades...” (Steward, 1992: 213). El andlisis y discusion semanal de los avances individuales de investigacién permitia llegar al anélisis de la relacién entre las comunidades y de éstas con el conjunto del 4rea. En esta fase la discusién con varios especialistas permitid una mayor comprensién de la problematica global y particular, lo que constituia de hecho un quinto paso en el trabajo de campo, que a la vez que permitia el refina- miento de la investigacién en su conjunto, abria nuevas tematicas y problemas a la misma. La observacién participante, las entrevistas abier- tas y semicerradas, el registro sistemdtico y cuidadoso en el diario de 230 campo y la elaboracién de fichas de trabajo acompariaban ésta y todas las fases del proceso de investigacién, que se completaba con recorri- dos, elaboracién de mapas in situ, diagramas y fotografia, cuyo andli- sis posterior permitia contrastar las observaciones. En estos aiios, a finales de los sesenta y principios de los seten- ta, en el trabajo de campo realizado en el Acolhuacan septentrional se eligieron para estudio varias comunidades campesinas, cuyas di- ferencias culturales regionales resultaban de distintas adaptaciones a cuestiones como los distintos ambientes locales, el uso de la tierra, las formas de produccién, los sistemas de cultivo, la presen- cia 0 ausencia del regadio, las plantas cultivadas y su destino en los mercados regionales, nacionales ¢ internacionales, las relaciones entre la industria y el campo, las relaciones entre las comunidades y los centros regionales, 0 aquellas que parecian tener una larga historia en el drea y, por supuesto, la historia particular de cada una de elas. Las reuniones semanales donde cada estudiante informaba de sus avances permitia una mayor comprensién del Area, sus regiones y la problemética en cada una de elas, La sexta fase del trabajo de campo consistia en la preparacién de un informe final, donde el estudiante elaboraba una etnogratia de la comunidad seleccionada; éste era presentado y discutido en ptiblico y con él se terminaba Ia investigacién en el campo. Muchos estu- diantes continuaban trabajando en las comunidades para realizar sus tesis respectivas. Ademds del reporte, cada estudiante hacia fichas de trabajo con la informacién recogida; éstas se escribian a maquina, por duplicado, para entregar una copia al archivo general ubicado en la estacién y que podia ser consultada por los participan- tes 0 por investigadores que llegaban posteriormente a ella. Los materiales se clasificaban de acuerdo con la Guia de Murdock y se depositaban en un fichero colectivo; es decir, se organizaban en lo que ahora conocemos como una base de datos. Una serie de principios éticos eran aprendidos por el estudiante en este proceso [...] Para instalarse en la comunidad deberia pedir permiso primero a las autoridades del pueblo, En los afios setenta era frecuente que las autoridades convocaran a una asamblea donde el estudiante explicaba lo que se proponia hacer en la investiga- cién y cudles eran sus motivos. El estudiante debfa ser totalmente honesto en esta explicacin. No debfa pretender ser lo que no era, ni debia hacer promesas sobre su contribucién a ayudar al pueblo de alguna manera. La relacién con el pueblo debia ser como antropdiago. En acasiones nuestras estudiantes eran sacerdotes, maes- ros, ingenieros; pero su relacisn debia establecerse independientemente de estas otras profesiones (Viqueira, 2001: 12) Otros principios consistian en que “era deseable que el estudiante se alojara con una familia del pueblo” (Viqueira, 2001: 12), no se 231 pagaria a cambio de la informacién, se seguirian las normas de reci- procidad e intercambio de regalos acostumbrados en la comunidad, la actitud del estudiante seria la de ir a aprender de los nativos y no de ensefiarles, a la regién y al pueblo debja llamérseles por su nom- bre real sin cambiarlos o modificarlos, se debia ser veridico en la informacién primero recogida y luego escrita en el diario de campo y en las fichas respectivas, no se permitia el consumo de alcohol ni mucho menos de drogas en la estacién de campo ni en las comuni- dades, se debian respetar las costumbres de las poblaciones estu- diadas y adecuarse a la vida del lugar, tampoco se debia trasmitir la informacion recibida de una a otra persona dentro de la comunidad. A partir de 1970 Angel Palerm decidié ampliar los lugares de trabajo de campo a los que acudian los estudiantes. Se iniciaron los proyectos en Tepeaca, dirigido por Luis Reyes; La Meseta Tarasca, dirigido por Arturo Warman, y en Tlaxcala, bajo la supervisién de Hugo Nutini. Mas tarde, entre 1971 y 1972, se abren los grandes proyectos como el de Morelos, donde bajo la direccién de José Lameiras se pretendié crear otra estacién de campo permanente. Estos esfuerzos incluyeron la adquisicién de una casa y los inicios de investigaciones en el 4rea; sin embargo, una serie de problemas impidieron que el proyecto Ilegara a fructificar. Poco mas tarde, con la creacién del entonces CISINAH y bajo la direccién de Palerm, la investigacién se diversificé y surgieron entonces las estaciones de trabajo de campo temporales, que se enfocaron a reproducir las formas de investigacién de la estacién Joseph de Acosta y que merecen cada una particular atencién, pero que quedan fuera de las intenciones de este escrito. Al mismo tiempo, en combinacién con el CISINAH, Palerm impulsé la conformacién de proyectos de investigacién fuera de las fronteras mexicanas; en 1975 se inicié el proyecto sobre relaciones interculturales en la frontera de México con Estados Unidos dirigido por Juan Zorrilla.® En 1978 se inicié el proyecto sobre procesos de toma de decisiones politicas en Washingto, 0.C., dirigido por Gusta- vo del Castillo.” En 1980 se inicié el proyecto sobre la cuenca del Valle del Tennesse, dirigido por Roberto Melville.® Esta linea tiene que entenderse en funcién de las relaciones histéricas tan particula- © Se crearon estaciones de campo en lugares centrales a las Investigaciones. Las casas se rentaban 0 eran prestadas por los campesinos en Tlaxcala, por ejemplo, se organizaron estaciones de campo en Santa Ana Chiautempan, en San Pablo Apetatitlin y en Santa Maria Acuitlapiico que funcionaros en forma secuencial para las Investigaciones sobre la industria textil, relaciones entre industria y agricultura y sistemas agricolas en el Proyecto Tlaxcala, ue entre 1975 y 1978 recibié las asesorlas del doctor Richard Adams, de la Universidad de Texas en Austin. ©Barticiparon en él Marla Antonieta Gallart y Elena Bilbao, > Participaron Elena Bilbao y Jaime Espén, © Participaron Maria Antonieta Gallart y Leonor Domingue. 232 tes que existen entre México y Estados Unidos, que permean y ex- plican gran parte de la economia nacional en ambas naciones, Con Palerm se inicié el estudio antropolégico de cuestiones que antes no habjan sido tratadas en forma prioritaria por esta disciplina en México.® Entre las nuevas cuestiones propuestas y organizadas bajo la direccién de Palerm estuvieron: los estudios campesinos en sociedades complejas, la investigacién en cuencas hidrolégicas {Pro- yecto de La Angostura, en Chiapas), las investigaciones sobre desa- rrallo regional (Proyecto de La Chontalpa, en Tabasco}, los estudios en unidades de produccién industrial (Proyecto de Ciudad Sahagtin, industria textil en Tlaxcala), los estudios sobre minorias étnicas no indigenas en México y demés cuestiones que solamente esbozamos aqui. Resultados académicos Estos pueden medirse en primera instancia por las tesis resultado de los numerosos ajios de investigacién en el Acolhuacan septentrional. Es importante aclarar que Angel Palerm dirigié el trabajo en la esta- cién de campo durante los primeros afios de su fundacién, ademas de otras investigaciones en otras dreas del pais; sin embargo, no aparece como director de tesis de muchas de las que en realidad fue el guia intelectual. Para fines de este escrito consideraremos solamente aque- llas tesis realizadas como resultado de las investigaciones en la esta- cién Joseph de Acosta. No contamos con un registro total, pero el que presentamos da una idea aproximada de las problematicas trata- das en ollas.'° Por otra parte, muchas veces los directores de tesis eran profe- sores invitados por Palerm a la estacién de campo y que siguieron trabajando con los estudiantes después de los periodos de investi- gacién que en esos primeros afios eran en el verano y en el invierno. Otras veces eran invitados a dirigir las tesis especialistas en la temé- tica central de éstas, la mayoria no pertenecia a la planta docente de la Universidad Iberoamericana, por ello vemos la participacién de personas pertenecientes a distintas instituciones en México; sin embargo, el trabajo de campo y la investigacién en su conjunto estuvo dirigido por Palerm en los primeros aiios y posteriormente por los profesores de la Iberoamericana. * Dedicada principalmente al estudio de sociedades indigenas, cuostiones de identidad, politica indigonista y accién gubernamantal. Véase Andrés Medina (2003: 21-97). En las tesis de la uia no se hace referencia escrita al director de tesis, lo que dificulte llevar un registro completo. 233 En el siguiente cuadro no se incluyen todos los estudiantes de licenciatura en Antropologfa Social de la Universidad Iberoamericana, misma que fue cerrada en 1981, tampoco las tesis de doctorado de los estudiantes estadounidenses que realizaron sus investigaciones en la estacién de campo, de los que recordamos por lo menos a tres: Ann Millard, J. Sokolovsky y Michael Ennis-McMillan; y otra tesis de docto- rado realizada por Jacinta Palerm para una universidad en Francia, Atio Grado Titulo Autor Director 1970 Maestria ‘San Miguel Tlaixpan: su Lucila Gomez Guillermo organizacién politico-social”. — Sahagtn Bonfil 1970 Maestria “Asentamiento e historia. Ma. dela Enrique demografica: custro Soledad Brito comunidades de! Pérez Lizatr Acolhuacan” 1971 Maestrie “Escuela y comunidad en un Margerita Guillermo pueblo del Acolhuacan”. Campos Bonfil Calderén 1976 Licenciatura “San Miguel Tiaixpan: una Mla. Marcela. Sid comunidad del valle central”. Richeud Torres 1977 Licenciatura “Chiconeuac: pueblo de Marta Creel Sid artesanos y capitalistas”, 1979 Licenciatura "La explotacién de Wayne Alba microambientes en un Robins Gonzalez pueblo del norte de la Golden Jécome lanura del valle de Texcoco: una perspectiva histériea”, en Ecologia cultural: tres ensayos. 1979 Licenciatura “Proceso de cambio y Ma. Crsitina Alba transformacién de dos Domenech Gonzélez comunidades campesinas: Aranda Jacome Mesé6n Viejo y Chiconcuac”. 1988 Licenciatura “San Pablo ikayoc, cambio, Gerardo Carmen integracién y articulacién a Aldana Viqueira la dinamica regional Martinez texcocana”’ 1991 Maestria “Estudio dela alimentacién Lucia Carmen habitual y de la comida de Gabriela Vigueira las fiestas de la poblacién de Bascufian San Miguel Tlaixpan, Termini Texcoco: una propuesta metodolégica”, 234 {Continuacién) Apo Grado Titulo Autor Director 1991 Maestria “Estudio de Ia alimentacién Lucia Carmen habitual y de la comida de las Gabriela_—-Viqueira fiestas dela poblacién de San ——_—Bascufian Miguel Tlaixpan, Texcoco: una Termini propuesta metodolégica". 1992 Maestria “Unesstudio antropoldgico de la__—Florencia. Carmen ciudad de Texceco: los Rosemberg Viqueira fayuqueros”. Séllor 1993 Maestria "Santa Catarina del Monte, José Carmen bosques y hongos”. Rodrigo —-Vigueira Gonzalez 1994 Maestria “Nonos sobra, pero gracias a Dios Dubravka. Carmen tampoco nos falta: crecimiento Mindek Vigueira demografico y modemizaciénen —_ Jagic San Jorénimo Amanalco". 1995 Maestria “San Juan Tezontla, lucha por el AR Carmen agua”. Rodriguez Viqueira Rojo 1997 Maestria “Santa Maria Nativita” Mariana Carmen Lane Viqueira Mefeers 1999 Maestria “Aquihay cazusla siempre. La Alejandro.—_Patricia persistencia del trabajo artesanal_ Cornejo Torres en Santa Cruz de Arriba, Oviedo Texeoco, México. El modelo de produccién doméstico". 2004 Maestria “Tlaltehuacén: lugar de hombres Rubén Roger con tierras divididas, Continuidad Esteban Magazine y cambio en el nicleo agrario de — Lechuga un ejido en el Acolhuacan”. Paredes Como puede verse por los titulos de las tesis, la problematica mane- jada en el rea ha variado con el tiempo y con los problemas nacio- nales. Esta es quiz la caracteristica mas relevante de todas, la apli- cacién de los estudios antropolégicos a los grandes problemas na- cionales a partir de unidades locales de investigacién que fueron seleccionadas en un rea determinada, una manera en que lo local tiene importancia por su representatividad y no por ser un caso exéti- co, interesante, raro o Gnico. Varias de estas tesis han sido publica- das en la Coleccién Tepetladztoc de la UIA. En segunda instancia, un aspecto importante ha sido la forma- cién de personal académico que al dirigir investigaciones en el drea 235 se ha formado también dentro de esta tradicién etnolégica. Los numerosos trabajos de campo en la estacién Joseph de Acosta in- cluyen la direccién de los profesores siguientes: Angel Palerm, Bolf- var Herndndez, Shoko Doode, Lucila Gémez Sahagiin, Alba Gonzélez Jécome, Patricia Torres Mejia, Carmen Viqueira Landa’! y Tomas Martinez Saldafia, en colaboracién con Alba Gonzdlez Jécome para el afio 2000. Fungieron también como ayudantes Jacinta Palerm y Guadalupe Montes de Oca. En el afio 2001, pero perteneciendo a una formacién académica diferente de la palermiana, estuvo en la estacién Roger Magazine, quien actualmente dirige el trabajo de campo a estudiantes de posgrado de la UIA, en colaboracién con David Robichaux. Algunas consideraciones Angel Palerm fue sin duda el gran promotor en la realizacién de sus propias utopias, un formador de nuevas generaciones de antropélogos surgidos de la peculiar combinacién del maestro entre sus origenes étnicos, su experiencia de vida, sus origenes académicos y su labor como profesionista en Estados Unidos. Una mezcla interesante en- tre las tradiciones briténica, estadounidense y su propia formacién personal y académiea que hicieron realidad su utopia de crear una etnologia donde la historia, el trabajo de campo y la teorfa marcha- ran juntos en la comprensién de la realidad nacional, donde las nue- vas generaciones de estudiantes se formaron en un marco de exce- lencia académica. La estacién de campo Joseph de Acosta ha servido para formar numerosas generaciones de antropdlogos, muchos de ellos no han realizado sus tesis en el Acolhuacan, pero aprendieron “el oficio” en ella, haciendo realidad la utopia palermiana de aprender a investigar investigando y de hacer de la antropologia una disciplina cientifica, articulada a la problemética social de la nacién desde una base em- pirica. A mas de 20 afios de la muerte de Angel Palerm, sus ideas sobre la ensefianza del trabajo de campo y la antropologia siguen produciendo generaciones de investigadores en el campo de la an- tropologia. Sus antiguos estudiantes realizan investigaciones y for- man nuevas generaciones de antropdlogos en la UIA, el CIESAS, El Colegio de Michoacén, el Colegio de Postgraduados (CEDERU), la "La doctora Viqueira utiizé un modelo de investigacién diferente al de Angel Palerm, aunque después de 1980 concluyé a direccién de algunas tosis que él habia iniciado. El modelo de Viqueira cembia la etnogratis de los clisicos ingleses con la etnopsicologia y el enfoque regional de los gedgrafos franceses. 236 ENAH, la ENAH-Chihuahua y multiples centros de investigacién en México y el extranjero, De hecho, la antropologia mexicana actual debe a Angel Palerm la conformacién de otra opcién para el estudio de las sociedades humanas y su cultura. Esta se fundamente en una concepcién novedosa donde la problemética nacional es el eje central de la in- vestigacién y que ofrece una amplia perspectiva sincrénica y diacrénica. El trabajo de campo ha permitido la generacién de infor- macién propia, que distingue a la disciplina antropolégica de otras ramas del pensamiento social y que la da la posibilidad de estudiar cuestiones locales inmersas en problematicas regionales, naciona- les e incluso internacionales. Al mismo tiempo, los grupos estudia- dos se han multiplicado, para incluir indigenas, campesinos, mino- rias no indigenas, obreros, mineros, comerciantes, empresarios y todas las clases sociales urbanas del pais. 237 Bibliografia Brumann, Christoph, “Writing for Culture: Why a Successful Concept Should net be Discarded”, en Current Anthropology, vol. 40, suplemento, febrero de 1999, pp. 1-27. Cuadernos de posgrado en antopologia social, Catalogo de tesis de maestria y doctorado del Programa en Antropologia Social, Méxi- co, UIA, 2000. Garcia Acosta, Virginia (coord.), La diversidad intelectual. Angel Palerm in memoriam, CIESAS (Coleccién Antropologias), 2000. 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