CAPITULO 5
‘Transicién: hacia la Rusia imperialUno de los grandes historiadores rusos, Miliukov, califieé
cL siglo xvu, que fue el de los reinados de los zares Miguel (1613-
1645) y Alejo (1645-1676), de «edad de transicién», en la que to-
dlavia pervivian las costumbres del pasado, peto en la que ya se
se estaba gestando el fturo, las reformas de Pedro el Grande.
Los comienzos de una dinastia: confusion entre el Estado
yla Iglesia
La duracién relativamente larga de estos dos reinados
—una trintena de aos cada uno— permitié los primers so-
beranos de a dinasta Romnov consoidar el Estado y abrir aue-
vas perspectivas para Rusia.
I primero de estos soserano, el 2a Miguel, accedié al
posder en condiciones extraordinariamentedifcils: los desér-
denes habian legado al paroxismo y nadie se atrevia a promun-
ciarse sobre la legitimidad de los candidatos que se agolpaban a
Jas escaleras al trono. El pats estaba arrasado; Maset otras cit-
dades, devastadas por ls llamas, no eran més que ruins. El
1B‘Tesoro estaba vacfo, el Estado, en bancarrota. Bn las fronteras
de Moscovia, los eternos enemigos, los polacas y los suecos, m0
deponfan las armas. Para hacer frente a esta desastrosa situa
ign sélo encontraron a un adolescente de dieciséis afios al que’
nadie habia preparado para la inmensa tarea que recayé sobre
sus endebles espaldas. Desamparado, solo, en un principio ape
16.4 los Zemski sobor y a la Duma de los boyardos, con los cua-
les establecié acuerdos que limitaban su propia autoridad.
En 1619, el regreso a Mosca del padre del zas, al que los
polaeos tenfan prisionero, cavo notables consecuencias en la
cevolucién del sistema politico. Desde 1589 en Rusia, en Mosct,
se habfa establecido un patriareado cuyo primer representante
hhabfa sido el patriarea Job, Filareto, el padre del zar, fae nom-
bbrado patriarca, recibié el titulo de gran soberano, y a partir de.
tentonees los documentos oficiales se redactaron conjuntamente_
cen nombre del zat y del patriarea, ambos denominaclos grandes
soberanos con wn estatuto legal. En un primer momento se pro
jo la confusién entre la Iglesia y el Bstado, lo cual se debia,
sobre todo, al hecho de que la nica referencia de la identidad
de la zenacida Rusia, a del soberano y su pueblo, era la Iglesia
ortodoxa, Ax pues la religin fue un factor de desarrollo de la
conciencia nacional y, la vez, un modo de legitimacién del so-
berano y el vinculo con sus sibdites. La Iglesia aportaba a Ru-
sia y a su sistema politico la base ideolégica que les era indis-
pensable, Esto explica el hecho de que el soberano implicara
pplenamente a la Iglesia en la elaboracién de todas las medidas
politicaslegislativas y sociales. Enel siglo XV11 no existi6 en R=
sia ninguna separacién entre los Ambitos temporal y espiritual,
lo que la diferenciaba radicalmente de los sistemas occidentales,
donde Ia voluntad de separar religiGn y derecho secular habia
ug
wevalecido desde antes de la Reforma, En estos comienzos de
la Rusia moderna, el cardeterreligioso del Estado, de la perso-
tut del soberano y de su legitimidad deben imputarse al