Download as pdf
Download as pdf
You are on page 1of 69
Primera ec: mayo de 1998 “Tradosi6n de Emil Olina Disetoeuhiersa: Dua Disseny (© BSP, elie, 1996 (© esta edilén: Laenes S.A. de élciones, 1998 ! Montseny 43, jos = 8012 Barcelona ISBN: 847554.49-2 Depésito legal: B. 17.062-1098 Fotocomposicén: Graft, 8. L. ‘Aragén, 127, 4"~1*- 08015 Barcelona Impreso en Romanya/Vall, Verdagur, 1 (08786 Capllades (Barcelona) Printed in UE FRANKENSTEIN EDUCADOR, INDICE INTRODUCCION: HAY GINEBRINOS Y GINEBRI- NOS. o sobre a etmiad den enfoque mil co en educacién FRANKENSTEIN, 0 EL MITO DB LA EDUCACION ‘COMOFABRICACION La educacién necesaria, © por qué jams se ha visto ‘una abeja deméerata Pigmalién, o la fortuna pedagégica de una curiosa historia de amet Pinacho,o las chistosidades inpeviss ‘de una ms neta impertinent Del Golem a Robocop, pasando por Julio Verne, HL. G, Wells, Fitz Lang y muchos otres, ola ex: traia persistencia de un proyecto paraddjico, Mary Shelley, o la creaciGn, por una joven modosita {de 19 anos, de un texto ejemplar: Frankenstein, ‘el moderno Prometeo. Frankenstein y su criturs, o el sorprendente juego de expejos del «no soy yo, es el otra» I pavor del doctor Frankenstein, o el descubrimien- ‘to tardfo de que no siempre hay perdén’para queues «no saben To que hacen» Frankenstein, o la educacién entre praris o poiesis ‘A MITAD DE RECORRIDO: POR UNA VERDADE- RA «REVOLUCION COPERNICANA» EN PEDA- Gosia. ‘Nos ha nacido un nifion, 0 por gué la paternidad ‘no es una casualidad B a a 2% 35 a 49 33 st 61 a 1 «Unser se nos resiste» o de la necesidad de distinguir centre la fabricaciéa de un objeto y la formacién dana persona... n ‘Toda eisetanza es una quimera»,o cémo eseapar a Ia ilusién mégica de la transmision 15 «Sélo el sujeto puede decidie aprender», o la sdmi- sin del no-poder del educador n De una spedaggie de a cave a ia spedagota de Tas condiciones... 80 acia la conguista de «la autonomy 86 Sobre el sujet en educscién, © por qué la pedago- ‘fa es castigada siempre, en el seno de Tas cien- ine humanas, por atreverse a afirmar el earsc- {er no cientific de la obra educativa, 90 {LA PEDAGOGIA CONTRA FRANKENSTEIN, ota pt ‘adojas de una aeci6n sin objet: ut «Hacer como sim, 0 fa educaci6a como eafuerzo Incansable pare srbuir aun sueto Ss actos. 119 Htscer constr In ley», © la necesidad de los 1 UB 12s Hlacer comparts la culturan, 0 Ta modestia de lo universal von 132 STROFA DE CONCLUSION: SOBREPONERSE SIEMPRE A LA PRISA POR TERMINAR won 137 BIBLIOGRAFIA... 141 INTRODUCCION: HAY GINEBRINOS Y GINEBRINOS. © sobre la legitimidad de un enfoque mitolégico en educacin La ciudad de Ginebra se enorgullece, y hace bien, de ser ela Meca de la pedagopia». No le faltan razones. Allfnacié Jean- Jacques Rousseau, en 1712, y af residi6 varias veces en el ‘eurso de su agitada vida. Cierto que, tras la publicacién de Enilio y del Contrato social, ese ciudadano de la reptblica ginebrina tavo problemas con la justicia de su pas: el Consejo Menor de la ctdad ordené que ambos bras fase desgarra- dos y quemados delante de la puerta del ayuntamiento por . Y su acto le terra tanto que eae en postracién y abandona a su suerte al ser fano- minado. Un ser que no es, ni mucho menos, bésicamente malo; lun ser que se aproxima, en sus reacciones iniciales, a ese «es- tado de naturaleza» que Rousseau describ; un ser que te ‘educaré un poco al modo de Enilio..y que caeré ex la violea- cia cuando al absndono de su creador se sume la estupidez de Jos hombres. Frankenstein es, pus, el hombre encarado a la Hegada de «otro», de una de esas eriaturas que, dice Daniel Hameline, ‘empezamos por asostener> antes de ener que «cargarconcllas» «Cargarcon ella» sin saber muy bien qué ha hecho uno y qué puede hacerse con In criatura; deseando conseguir que epros peter lo mejor posible, pero comprendiendo que ese prosperar ‘mpondrfa, sin dud, resticciones contradictorias con sa ibe tad; unas restriceiones que, por lo demas, solemios ser ineapa- ces de imponerle. Hemos «hecho» un nfo y queremos «hacer de lun hombre libre. jcomo si eso fuese cil! Porque, si se Je shace>, no sera libre, 0 al menos nolo seré de vera: y, si es libre, escaparsinevitabiemente ala voluntad y alas veledades de fabricaci6n de eu educador. ‘Veamos:;por qusel acto del doctos Frankenstein aba de ppareceros un verdadero sacilegio, sino Tuese que afecta lo sagrado. es decir, aguello que, 2n nuestro imaginaro, const ‘mye uno de esos interrogantes tan poteates que no se puede intentar davies respuesta sin que se tambaleen nucstrascons- trucciones eoneptuales ordinaiss? «Fabricar» un hombre, si. pensamos en ello, es ya tremendo como formulacién, Pero hacer un cuerpo con troz0s de carne», eso Ya resulta insopor- fable. Vulueea fa constitucién misma de nuestra humanidad originaria, viucra aquelle que hace que no tenganos derecko aalienar nuestro propio cuerpo nia desenterrar un eadaver en lun cementerio se Caspentras, de Toulon o de donde sea, «Fa Dricar un hon sta tareainsensata, Jo sabemos muy bien Y, sien, 1s también una tarea cotidiana, Ia de cada vez bb eeeeee {que nos proponemos , «Fabrica hombre» es una cosa rara que nos ingueta To sufeiente pars ‘que la novela de Mary Shelley tenga el éxito que iene. que nos tocatan de estce, algo tan fatimo, ue su evoeacié estremece. Porque sabemos perfectamente que participnn ‘nese proyecto que, sin embargo, nos da miedo. Ahors hie he ah, precisamente, el verdadero sello del mito, y del hecho . Sin ‘sas wotras referencias, lo que sey yexperimento corre! res- ‘gode no aleanzar nunca un nivel de expresién en que la inte- ligencia pueda apropiarselo; sin eso, yo me anularia en la ex presidn del instant, sin capacidad de pensarniento, de memo ‘a0 siquierailelenguaje. «£/nacimiento ylamuertey,explica Hannah Arendt (1983, p. 110), « ‘quedaexplicacin todo yjstfia, abajo reco, lapsividad, {fatlismo inchs fa incomptencia dl edcador ‘Recordemos que hace menos de un siglo, pese a algunas Inetesaudaces, la mayorparte de as difclindesinelectales de Ios tos eran considertasdficienciasmentalesconget taseincursbles. Hoy, en cambio, nichoseducadores sede can precisamente& eeeducarysaquélon Tos que en oes tismpos s cela excuidos para siempre jams del acceso al lengtajy ala cultara Otos nor, viet de taumatones Dricobgicos o sociolicor graves, no hace tanto ue eran feuds durante aos aes sin que se intentase de eras sscalos adelante Hoy es compan prc slogos y educsdo- ‘escontencdosde que uns accion edacatvay terest eh lievada puede permis reconstruir sus equities fan rentals. Yen ento a aguéllos que han suffi datos légicos imemedabls, soles dedian cuidadosatentos) Se insite en proponeries actividades astica y cultures wus, cepibls de permits expres, pesca aaa de su desven tals shnmnitads (Chalagicr, 1992), nel campo escola, la evolucin es el mismo orden aa como hace tna veiens de ais dominaba uns sso dkcrminist que aia doa escuela una maquina para las iroduceidnsistomatica de las desigaldades soca, hoy se dkseubrenfendmenos que se denominan sefecto-maesson © «cfecto-ceatro educativos; claro qu a posicibn socal de los slumaos sigue determiandoen enorme media su ftur ceo. lar. pero aigualdaddeposilon sociale disccroclucnisen. cia de prcticas pedardeiens y de proyectos de cents us permten esperar xits que qebranten el fatalioma (Duau. Bella & Henriot-van Zanen, 1992), eure, ps, com madera edcatva se earcte- tase porel pent sl poder dl edueador:nientus ge a ou tempus habia esiznaeign ante el hecho de que Tas cosas se hicieran ce modo aletori, en funcign de la queza del entomo det nino y de ls oportunidad de lo que se fuese encontrando, Iny s- pretende controlar lo mejor posible los procesos eiicativs y aetar sobre el sueto aeducar de modo ‘coberente, crenata ysistemstic... para su maximo bien, Se sabe, hoy nus que nun, la importancia que iene la educacion para el destin seas personas y el taro del mundo, y 00 aquerems sv ui sinto tan importante al azar. El edu cador modemo spliea todas sus enersi y toda su inteligencia 4 una trea que juzea al mismo tempo posible (gracias a lox faberes educativos ahora estabiizadas) ¥exteaordinara (por {gue acta a lo més valioso que tenemos: el hombre). El edit ceador modemo quiere hacer del hombre una obra, su obra YY bu optimismo voluntansta se ve, af, sostenido por el resultado de trabajos que confirman ampliamente Ia influencia considerable que un individuo pede tener sobre sug semejan- {es tan s6lo por la mirada que les apica: ls psicdlogos y los psicdlogossocialesdestacan,enefecto,loquedenominan xefee~ toexpectativa»;subrayan hasta qué pont la imagen que pode- 8 formarnos de alguien, y que le damos a conocer, a veces ‘sin darnos cuenta, determina los resultados que se obticnen de ly de suevolucidn. Rosenthal y Jacobson (1980), en una obra {que tuvo gran resonancia, explican que sia unos ensefants se les dice que tales alamnos tienen grandes capacidades intelec- tales, todas las posibilidades estn favor de que obtengan de ellos resultados excelentes, porque, convencidos de esas capa- cidades, esos enseliantes se dirigirin a esos aluranos de un ‘molo diferent, con una actitad partcularmente benévola sus- ceptible de hacerles entrar en confisnza gracias al respaldo 2 sus esfuerzosy ala atribucicn de sus difcultades ofracasos @ flaquezas pasajerasfécilmente superables. Oxros estudios ex- Pponen incluso que los ensefiantes, euando corjan los eerei= os de esos alunos, ribardn los erores mediante wna espe tle de censura con abjeto de que el resultado no desmienta as certidumbres que tienen surespecto(Noizet & Caverni, 1978). -+ Se habla, en consecuencia, de «prediccin creativaye incluso pede xantorreslizacionde profecias»,aludiéndosecconelloalcon- siderable poder de atraccin dei maestro que, decretando que talalumno es un ebuen slumnoe y comportindse con él como sifuese tal lo induce a modifica el comportamiento para mos- trarse digno de la imagen que se tiene de él. La literatura, por lodemas, nos proporciona ejemplos deesefendmeno,comeen esa narracién de Marcel Pagnol (1988) en la gue Lagneau, vn mal estudiante peculiarmente reacio a I instituein escolar y aterrado por un padre que quiere de todas todas que trun vw Tnesevela, logra, gracias & una Sere de estratagemas ides: 2 por su madre, su fa sus compafiros, que sus profesores le ‘vean como un buen lumno. ¥ Pagnol csribe (p. 76): «Desde que los profesoresempezaronatratarle como unbuen alumna, se convirié de veras en uno: para que la gente merezca nues- tra confianza, hay que empezar por darsela». Pero, claro ets, también es cierto al revés, y cada cual ha podido comprobarlo por sf mismo: hay, como decia Alain, «an modo de preguatar ‘que mata la buena respuesta; tenemos a aquel del que no se espera nada bueno y que se abandona alo peor, est aquél del ‘que se dice: «Ese chico noes inteligente»y, para no desauto- "zar una opinién tan sentenciosamente formlada, o tan 3610 Porque no se siente apoyado en los esfuerz0s que intent, se considera obligadoahacer que se cumpla la predicci6n (Alain, p. 5288) re aht, pues, al educador muy lejos de Ia impotenci ala (que a veces Sele ha pretendido condense, He ah que es cepa de identificar las situaciones que permiten chacer un hombre» Hie ah, incluso, que puede conseguir que se cumplan sus pro: pias predicciones po la sla fuerza de su mirada, po la atrac~ «in intrinseca de sus convieciones. No sorprende, pe, que, paradeseribirel fenémeno de eefectoexpectativa», Rosenthal y Jacobson recurriesen al mito dePigmalign ytitlasen su obra, Drecisamente, Pygmalion en la escuela. La modernidad, en ese punto, se adseribe, y trata de reali- zarloa gran escala, a un proyecto que la mitelogia griega nos bfrecia ya, de forma srquetipica, en la historia de Pagmalion Pigonalion, nos cuenta Ovidio en Las metamorfosis, es un es caltortaciturmo, qui incluso algo misénteopo, que vive solo y comsagra toda su energia ala elaboracién de na estatva de ‘wanll que representa a una mujer tan hermosa xque no podia sieber sm beiteza a ta naturalezay. Una ver erminada sv obra, iyanatin se comportacon suestatua de un modo extrao: ela hres imagina que sus besos le son devueltos, Te pone las ‘mejores sopas,l'colma de regalosy de joyas,y porla noche se wea junto ella. Venus, ln diosa det amor, que pasabs por sin con acasin de unas fiestas en su honor, se conmovié ante esr extra euadro y accedié ala peticién de Pigmalidn: dio ‘vila a la estatua, la cua, de ese modo, pudo converse en la 32 Praenrenon ao eA re ‘mujerde esclter...Dejemos de ladoa Venus, queabhace que secumplacl anbelo del escultor, y quedémonos con el nudo de Iahistoria una extra historia de amor y de poder: un hombre ‘consagra toda su energta, toda su intligencia, a «hacer» una ‘mujer, Una mujer que ciertamente es obra suya y que sale tan conseguida que él quiere como sea infundirie la vide, El Pigmalin de Ovidio tendré una larga descendencia li- teraria, Fl propio Rousseau adapt6 Ia historia en una sescena rica» de gran éxito en su tiempo. Bltexto, escrito en 1762, iba sacompafiado de misica y se intepreté en Lyon y en Paris, ‘donde, segin las gacetas de a época, la concurrencia de pi- blicofue prodigiosa». Verosahfaunescultorque, frenteauna dd susestatuas,expresa, ante su creacin, una multtud de sea timientoseontraditorios: desalientoy postraciénevandocons + tata que su obra «no es mas que piedra», febrilidad cuando cae presa del deseo dosbordante de Hogar més allé dela soa fabri- ‘eacién materia, pico cuando se da cuenta do sentido oculto ddesus propiasintenciones, oxgulloiamensa por haber lost| tun producto tan hermoto «que supera iodo lo que existe en la nanuraleza yrivaliza con la obra de los doses», entusiasmo y fascinacign cuando admite «que no se cansa de admirar su ‘obra, que se embriaga de amor propio y se adora a sf mismo fn lo que ha hecho» (1964, p. 1.226). Luego, el eseultor se tmbala y sus rentimientos se exacerban: pasion, termura, vér- tigo de detco, 1, izonta hacia Sf mismo y hacia s0 ‘Yoluntad ala vex imperios eirrsoria de infundir ida al mat- ‘mol, miedo, deliri.. hasta que sus anhelos se cumplen, hasta cl «éxtasis» cuando la estataa, por fn, se anima: «St, guerido ‘objeto encantador: si, obramaestradigna demis manos, demi corazén y de os dioses...eres i, silo teres te he dado todo > mi ser; ya slo viviré a través de tn (bid, p. 1.231). ‘Pigmalign est aqut, sn duda hecho a imagen del edvca- dor. ¥ es evidente que Rousseau, familiarizado con losasuntos educativos, escogid el personajesabiendo lo quchacia.. asta tal punto que ciertas eriticaslterarias consideran sin vacila- ign que ese breve texto-desvela «aquello que el moralismo ‘isimulaen milioy en LaNouvelleHeloive» Demnougin, 1994, ‘p_ 1.276). Mas allé o mas acd de las intenciones pedagégicas.. se podria detectar abt algo asf como un proyecto fundacional, ‘una intenci6n primera de hacer del otro una obra propia, una ‘obra vive que devuelva a su creado Ia imagen de una perfee= cin sofiada con la que poder mantener una relaeién amorosa sin ningunealteridad y consumada en wna transpazencia com- pleta. Amar Ia propia obra es amarse asf mismo porque se es cL autor,y es también amar a otro ser que no hay peligro que escape, puesto que uno mismo se ha adueiado de su fabrica- cidn, Esa creaci6n, claro esti, es una aventura dolorosa cuyas tapas se corresponden, probablemente, con los distiatos mo- vimientos musicales de la wescena lirica» de Rousseau: ada si, allegro vivace, andante, largo, scherzo...Obstinacién ea esmerase para que la obra sea lo mas lograda posible, e6lera ante la resistencia del otto y Ta lentitud de sus progresos, apa sionamiento cuando las cosas erapiezan a desbloqueatse y se siente que se esti cerca del éxito, desliento cuando se desea bre que, afin de cuentas, no seh conseguida nada, tristeza en Tas expansiones sobre el propio destino, entusiasma cand se exponcel proyecto aquienes se quiere convencer, inguictud de ro estar ala altura de lataea, serenidad al reemiprender tean- quilamente el trabajo. y «éxtass», a veces, cuando el otro cola nuestros deseos y se acurruca dentro de nuestro proyec- to, eusndo por fin se puede amarle y amarse a uno mismo sin reserva. ,Qué educadorno haconocido esos momentos y 0 los ha vivido eon mayor menor intensidad? Pera, tarabign, 406 educador no ha descubierto, cierto dis, que, mas ala de los infecuentes nwomentos de «€xtasi, no se ha conseguide nada Aefinitivo? La narraciin de Ovidio y la de Rousseat termina fenel monenio en yue la estatua cobra vida. Expresan de ese odo, sin dda. un intencin que a todos nos elabrs» en pro- fundidad.. per ms dejan con fa eriatura en br820s, y' nos obligan a vottesmrnes con Ta simple suposicién de que los personajes, seyiramicnte, como en los euentos de hadas, «se fasaran y tentan riches hijoso! Ahora bien: en la vids, las cosas nose intcrimnpen dese modo y, después del «éxtasisn, Fn Ia vida, la estatuas, aunque sean ws darles a vida, nunca son de todo Bemard Sho vo lar cuando setoméel tema de Pg- tale en tm sh taal qe tava Us ets conan Estamos nel Lonlics deconienans desig astnes ava cariostsexpeienciapesnggics (Shee 1013) El dotor Higgins un cnpecilste en ome qu vive came soca Enpedemigo ean labors exe donde, vee oe instruments caviosos imponcatsitentaepodacr ae tamana, sept esto de transfor ui a daguet. Lo Cosequrt basa tal punt gus en naga Lizasrlaadmirsign de todataestocaiaondseae Fess tas cosus no tardain en compere Ta jven va cbr confanea’ie stent nal ue Higgins ener su nade es falomado afecto nese joven que noes mas queel aetieas se tnexperimentor Deja hlan mare Guehebledeals rises Aate dard cuenta my pron desiereae dete Algume ten gue yo noe haya rd ena ceed sees alguna palabra quey0 no le haya pesto en la Lengua He Jabricado ena cota con tas ois de col queen tadaes pisoteadas en st pavimens de Covent Gorden Fahara tr fendehacerse conmigo ta gran damos (haw, oat ta ‘cin ene Lien yHigging aha dif setce wn aivia raccGn muita, poo esa ssinel slzive opts og, Yer con a presenti naz deta sansa edeativas de gue no pee hacer ttracion Sechelt Figgins ba seshos aLieny wo pone orn En sein, fina obay su Est cducavey nope spies cos tose aj de Pigmalin oe da, pes, aces a comprenderel mito dy educaincomo abicacn todo clucador sindada teste pre en alguna medi, un Pigmattn que quire da da a> Ae stare, No yada centurion sma acon "os neta crear an ser qu no sea un simple rodacto pasa ae ss efacroe snc qu exis por smn y ped lie dr las pracas ncesdor porqus eo poce'd paces ik Sasfacsn minima, sabia’ alguien ue 40 sed Inds que un resulta dentestos actos sempre espera gic Sesbore espn nna es teutady put paces tao desbordamicatc, cele natiberad ule pera aie se. que hemos hecho por él, Pigmalién quiere shacer»a su compafera, pero no quiere que su compafera sea una estatua 0, come lo dice Higgins, una «duquesa autémata>. Quiere una compafera que, al mismo tiempo, estéhecha enteramente por {Ly se le entrogue por libre volunta. ‘Lascosas secomplican,ynopoco:leducador quiere «hacer lotro», pero también quiere que el ato escape asu poder para ‘que entonces pueda adherrse a ese mismo poder libremente, porque una adhesin forzada a Io que él propone, un afecto fingido, una sumisién por eoaceiGn, no pueden satisfacerle. ¥ se entiende que esas cosas no tengan valor para él: quiere mis ‘uiere el poder sobre el otro y quiere la liberad del otro de, adherirse a su poder. He ahi una aspizaciGn enormemente com pleja cuyo rastro seguiremos por medio de nuevas aventuras Pinocho, o las chistosidades imprevistas de una marioneta impertinente Lomenos que puede decirsees que, con Pinocho, las aventuras| no terminan con su fabricaciéa, ¥ no es que la fabricacisa uese un asunto reposado, Recordemos que fue de un leo le- ado porazar, una noche de invierno,alacasa de un carpintero Hamado Maestro Cereza que naci el ttere. Maestro Cereza ‘queria sacar del leno un pie de mesa, pero abandoné ese pro- §eeto,aterrado, cuando, tr asestar un hachazo al troz0 de madera, oy6 una extraha vocecilla: , «Situarseenel yo.» Noseryatansélocl ti deotra persona, décil o rebelde pero siempre dependiente. No ser ya, tampoco, ef «tt» de uno mismo, que cede a la excitacién det ‘momento, que se autoconcede la ilusin de la libertad cusndo slo es prisionero de los impulsosinmiediatos, Hay quesalirdel ‘maginario enel que nada es posible porque se piensa que todo es posible: satislacer siempre a uno mismo y alos demis,re- {rearse en la pereza y comer hasta la saciedad,efecerel poder y ser querido de todos, ser ala vez hijo, hermano y amante de Jamadre,seralguicn que slo hace lo que le vieneen gana y que a lavez quiere mostrarse digno de su padre. wSitearseenel yoo es salir de todo eso, al menos por un momento... ¥ habria que decir: «situarse ea el yon como se dice «vestrse de punta en blanco»: arreglarse la Tops, echar un vistazo sereno alrededor, ‘olvidar por un instante los propios miedos y fantastnss, pensar ‘fondo en lo que te hace, ragar saliva y... darel paso: «Dame la mano, papd, ycuidado, no resbales..» ‘Pinocho, ahora, ya'no es un titere. No invoca Ia fatalidad, no se echa a grtar nia Horar, nia patalear exigiendo que al- guien le saque de abi. No inceimina a nadie, no gime por si mala suerte. Ya no se autoacusa indtikmente, como ha hecho tantas veces, de ser un enio malo». Pinocho ha erecido: ¥ano responde a las expectativas de los adultos ni con mlindres 6e ni formalito ni con el pnico de no dar la tala. Yano esta aly en el balanceo infernal ene el buen alurmno os 1©complacea todo el mando exhibiendo fos resultados ‘qneseexperan de él y el desaplicado profesional cuya ccurren- ‘ia impertineneia ya no sorprenden a nadie. Escapa de las ousgencs, deo ya visto, de To previsibe, de To que todos espe-le— "rinse atreve aun gesto que procede de otra parte, es deci, que Imoeede, en el fondo, de él mismo... un gesto que no ie es slctao por los dems, un gesto que no ha hecho nunca y que ‘wn sale hacer, pero que debe hacer precisamente para aprender {9 Fryar oR MT A SECA hacerlo... En summa: un gesto con el que «se sia en el yoo ‘Profesor, me deja que intente hacer un poema, explicar un| {ecorema, o mirar por el microscapio? De mi no se haesperado ‘nunca nada bueno; siempre he fracasado y todo el mundo se burla de mi, pero hoy quisiera provar». «Siete a caballo sobremis hombrosysujéttefuertea mt Yo me encargo del resto», dice Pinocho 8 st padre. «AS! que Gepeto esiuvo bien instalado sobre los hombros de su lio, Pinocko, seguro de lo que hacta, se lanzo al agua y eché a nadar..». Ha quedado muy atrés el pilluelo inconstante y ca- prichoso en el que nadie hubiera confiado, En su lugar hay un nfo resuelto que no vacla en afirmar su voluntad, con sere dad y sin violencia; un nino que ha abandonado las gsticula- ciones desordenadas y los impulsos contradictorios.. para ‘cumplir por fin un acto verdadero; «un acto de valentia, dirin algunos; quzd sea, simplemente, «un gesto de hombre. El resto es anecdstico: Pinocho y su padre encuentran un fecho, una modesta cabafa.Pinocho se pone a trabajar, Gana un poco de dinero y superala nueva prueba que el hada pone: cepta sacrifiear sh diero para cuidarlay salvarla la, claro, no estaba enferma: «iba de risa», como dicen Tos niflos; S610 pretendia manipular a inocho un poco mis: los adultos neoe- Sitan& veces esas cosas para saber que les quieren y sentirque cexisten, Como recompensa (los adultos suelen confundir el mor y el camercio), ef ava To perdona toda y se opera la ‘metamorfosis:«Pinocho fue amirarse en el espejo,y erey6 ver ‘alguien que no era él Yano era la imagen acostumbrada de tina marioneta de madera la que se reflejab alt, ino lai emvivace imeligente de un guapo ito de pelo castato, de os ‘ules, de aire vivo y alegre como una maslana de Pentecos- ts, ‘Una matiana de Pentecostés. Un dfa de primaveraen que el [Espiritu desciende sobre los hombres; en que los weres se ccovierten en nifios porque escapan al mismo tiempo al poder ‘desu edvcador y a Tas wampas desu imaginacin; un dia, en cierto modo, en quela educacién viene. Pero, en la vida, no| hay hadani hay tibur6n, oal menos no menudo. Y, ena vida, ‘reducaciénno adviene por milagro undiade Pentecostés. Hay De Goumt Rosser 41 {que intenta, con obstin 680 ya es otfoasunto! én, que venga en lo cotidiano...;Y DelGolema Robocop, pasando por Julio Verne, H.G. Wells, Fritz Lang y muchos otros, ola extrafia persistencia de un proyecto paraddjico Con Pigmalién y con Pinocho se express, pues, uns misma intencién, pese a las considerables diferencias que los con traponen en muchos aspectos: tanto el prestigioso mérmol del escultor antiguo como el vulgar leno del carpintero tos- ‘camo son materiales que se ofrecen ala mano de! hombre, y ste pone en ellos lo mejor de sf mismo. La forma humans por mediacién de una diosa o en virlud de algin poder que Ie es propio, se anima y vive, expresa incluso seatinientos hacia su creado... En ambos casos, en realidad, e revela una misina esperanza aeceder al secreto de Ia fabricacién de lo hhumano, ‘Siexaminaznos con atencién lahistoriade laliteraturay del cine, nos damos cuenta de que hay toda una serie de obras que intentan penetrare] mismo secreto. Esas obras, sequin denaues- raPhilippe Breton (1995)ensu trabajo:A'imagede homme: de Golem aux eréatures virtueles, constiyen vn coajunto absolutamente-especifica y hay que distinguirlas de aqueias otras que abordan la relacin del hombre con Dios, 1oabotuto, el conocimniento o el amor. Fausto @ Sisifo, Moby Dick o la princesa de Cleves, nos muestransituaciones en que elhombre, enffentado a dilemas radiates, ha de decidir su destino juga do fuerte. Poto los héroes, en estos casos, no tienen pot tate «chacer un hombre». Pues bien: «para entender la undad pro- funda de io seresarificiales y percibir mejor la frontera que Tos separa ie virosseres de ficeién, el método mds simple es ‘quizdtomarse as distintas narraciones al pie de la letra, en el nivel en que sim mus explicitas, Desde esa perspectiva concre- 1, que movil sinplemente una competencia como lector, se aiferencwn husunte bien de los demds seres fantésticos. Por (tra pric ens seve no son ni hombres ni dioses, ypor otra parte son concebidos por los hombres a imagen del hombre» Breton, 1995, p. 46), Desieesa perspectiva, es probable que, al margen de algu- nos ejemplos, por lo demas poco recordados en Is historia, de estatvas animadas en el mundo antiguo la primera figura real mente notable, junto ala de Pigmali6n, ea la del Golem en la tradicin judia. Segin explica Borges, el mito del Golem se inseribe en Ia perspectva eabalistiea: ‘Nada casual podemos ‘admtir en wn libro dictado por una inteligencia diving, ni Siquiera el nimero de las palabras 0 el orden de los signos [.-]. Los cabalisias hubieran aproiado ese dictamen; uno de los secretos que buscarom en el texto divino fue la creaciOn de seres orgdnicoss (1987, p. 108), Eocontramos, en los textos del Sefer Jevta, que la tadicién hace remontar al siglo m A.C. la idea de que la Biblia puede permit Ia comprensién del universo si se la considera como una combinacicn muy espe cial de carscteres que desvela, més alld del mensaje explfeito aque vebiculiza, indicactones precisas sobre la estructura del mundo y proporciona preseripeiones para reproducir el acto ‘reativo, Remitiéndose a esa idea, nomerosos textos, desde el Siglo xi, incorporan la figora def Golem; en st mayor parte, cexplican que ef rabino debe empezar por modelar un ser con areilla 1ojay Inego, para dase vida, grabarle en Ia frente, en bhebrea, la palabra «verdad», Emer, Elser, entonces, se snima ye convierten ua sirviente décilcapaz de eumplirtoda clase Ge tareas difcies, en particular las que contibuyan ala super ‘vivenciade a comunidad judia: es constructor de muros, guar ; qc hay ai uma contin autenicamente para) ‘ro bien uso obliga & tea y senuncia aque el oto se libre, ‘bien hay que asumir el riesgo de Ia libertad del otro y, enton- ces, no hay ninguna garanta de que se adhiera a mestrs pro- posiciones. Claro que no decimos asf las cosas: preferimos decir que «nas gustaria que ef otto se adhiriese a To que Te proponemes»... pero ude todos modos aceptamos que 80 10 haga». «Nos gustara...pero de todos modos aceptamos!» He shel let-motty,ammenudo conmovedor por su badalidad bien- intencionada del educador que no ha renunciado ala «edu cid como fabricaciGn» y seencuentra enn callején sin sada. “Nos gustaria» porque nos aderimos alo que proponemos y, or l6gica, fo que proponemos nos parece lo major, «Nos gus. tarfam porque tenemos, nosotros tenemos, la experiencia de la vida, «os gustaria» porque somos responsables de la educa- «ign del ot y, dado que el otro no ests todavia educado, n0| puede juzgar por sf mismo lo que le conviene. Pero «de todos :modos Beeplamose, pia empezar porque, la mayor parte de ns ‘yeees,no nos queda oto remedio: porgue hay quevivirynues- tra energfa no es inagotable. «De todos modos aceplamos>, también, porque preferimos que el otro se aparte do lo que Ie proponcinos antes que entrar con él en una lucha enearnizada | de la que ambos saldefamos herides.. vel otro sin ninguna Auda, afisnzado en sus convicciones. «De todos modos acep- amos» ponque nos dames cuenta de que, in fine, no tenemes| per sobre la decision de otro... la cual decision no siempre depends de 61 mismo (Meirieu, 1995) ‘Alexandre Kojeve afirma que «el dominio es un callejon sin Salida existencial» (Ibid, p. 174). ,No serfa eso aplica- ble a la educacién? ;No serd, tambiéa ella, un «callej6n s salida existencial»? ‘Si examinamos algunos de los textos ritol6gicos en los que vemos a la eriatura giarse contra su ‘readot, escapara su poder sin por ello convertrse en un ser libre capaz de entrar en una rlaci6a de iguaes, porno hablat| de un compartir, es como para pensarlo. ;Se puede, de vera, ‘fabricar un hombre» que sea «un hombre para nosotros», e5| decir, alguien capaz de establecer con nosotron algo que no sea tna relacindialéetice entre amo y esclavo? ,Se puede «for ‘maps, sin «fabricarlo», unser que se nos aseineje, que nos 10 ddoba todo, y que, al mismo tiempo, no este whl a nada respecto a nosotros? ;Un serque no intentequitarnosel puesto en un ciclo infernal de dominio reefproco? ;Un ser que no pretenda damos gusto, como Pinocho antes de crecer, ni ha- cemos desgraciados, como Ta mandrigora que se propone ha in a su ereador? (Podemos escapar a a ‘sdoble imposici6n» y renunciar a Ta conminacion paradéjica del «te obliga a adherirteibzemente>? ,Podemos no caer en la violencia que siempre se desencadena cuando se est en un allen sin salida? Ha llegado el momento de consular la storia ejemplar de Frankenstein respecto a ese asunto que adguiere, amedida que vamos avanzando, uncardeter cada Ver ins ireductble y nos permite ya entrever ol interrogante, ‘cult como un seeretoenel corszsn de todos los que ya hemos encontrado: se puede renunciara chacer al oto» sn, con ello, renunciar a educarlo? Mary Shelley, ola ereacién, por una Joven modosita de 19 aiios, de un fexto efemplar: Frankenstein, 0 ef moderno Prometeo El destino de Mary Shelley fue, es evidente, excepeional. Na- ‘iden 1791 de la nin de dos intelectualesingleses de los que hoy se dirfaque fueron vangustdistas: William Godwin, astor deAn Enguiry Concerning Political lustice, done defend la Jistibucisn de la propiedad privada segtn las necesidades atestadas de cada individuo y denunciacon violencia las injus- lias sociales Ue la sociedad britinica, y Mary Wollstonecraft, ‘que habia escandalizado teriblemente a esa misma sociedad publicando su Vindicacié de las derechos de la mujer. E808 {dos personajes extravagantes halbfan decidido vivir juntos pero Sin comparts hogar, para no hacer peligrar su independencia reciproca. En muchos aspectos, hoy podemos verlos como «fi- sguras celebres de la causa de las Luces: no tenian conciencla de ninguna sombra, salvo ta dela ignorancia a su alrededor, ¥ erefan firmemente ser portadores de una antorcha que po: ‘ta honrar la Histovia> (Spark, 1989, p. 18). Su unisn, por ‘esgraca, dacs pre, porque al eabo de cuatro aiios Mary Wollstonecraft dio a luz una fifa, que iba a ser Mary Shelley, '¥ muri6 diez dias mas tarda, de una Fiebre que los médicos ppudieron atajar. La peque'la Mary fue educada, pues, por su padre, el cual no tard6 en easarse com una vecins. Mary conoeis, durante si Infancia, como sucede a menudo en sittaciones de ese tipo, vivas tensiones con su madrasta, ala que consideraba (si ‘duda con razén) bastante mediocre por comparacisa con {a tnlre perdidae ideatizada, Elelima intelectual y politico dela . Solo Waiter Scott Gque Ia cxefa obra de Perey!) Ia elogié y subray6 que, en sa ‘opinién, revelaba 4 Ut bic hipotetico para que otcos hombres se reconozcan en olla compartan, gracias ella emocionesesenciaes de lo mano. Su obra permanece suya: su creaciGn es una pater dad erispada y posesiva; quiere, y ésaserd suru, tuna cu todos ios escenario: «ser padre» y «sercreador, ambas cass ‘ala vez; conciliar la satisfacci6n de wdarnacimiento aun hon bre» com ade «febricarun objetoenelimundon.Quiereel it material y el reconocimiento por parte de la ba misma, ins rando que no puede habermasreconocimient, prael cred gue el de sus semejantes, los dems hombres, por Ia obra lo, regalado incluso. «Nadie pwede ins ienstein en pleno frenest de acc, =a diversidad de emaciones que [J en los primeros furores del sito, me empujaban hacia adelante con una fuerza iresist ble. ..] Una neva especie me bendecirfa como su creador y fuente; muchas eriaturas felices y excelentes, me deberian si texistencia. Ningin padre podria reclamar la gratitud de sus hijos tan completamente como yo mereceria la de ellas» Ghelley, op. et.) Frankenstein quiere, pues, ser pare, y noes extraioque la csiatura no tenga nombre: ;Su apellde serd, evidentemente, como con todohio,elde supadze! Y,como todohijo,separece asa padre pese a esas diferencias de generacién (y, en este 230, de fabricacisn) que afectan la relacién de fiiacién y la ‘iferencian dela simple reproduccién. De ua nfo, se dra que tiene una sonisa, una expresign,unrasgo de carécter, un modo de andr de reacionar gue, Togazent,recerdn sus rogenitores y,encierto modo, constituyen surasto. Ylacria~ tra tiene rast asf: compare el gusto de su padse por la soledad y los grandes espacios desiertos y hostiles de la alta ‘montada; es, come é, srazonadora» ano poder més, exaltads, fobstinada hasta la tozuderia; no se detiene nonea a mitad de ‘camino yHeva su bisqueda hasta el fin. Frankenstein no cara fen orear un ser vivor la critura no cejaré en conseguir una ompatiera que comparta su destino, Y cuando Frankenstein haya renunciado, en un sarangue de lcider, a crear esa com- pallera..«Tenfa derecho, por mis intereses personales, lan ar una tal plaga sobre las generaciones imperecederas?», ‘undo hays edesgarrado enjirones informes a cosa inmndla ‘ela que irabajaba>, entonces habré de cumplisse la terrible ‘mablicign del shijos! «;La noche de tu boda, yo estaré conti- feo! Siel monstruo no ha tenid derecho a ia compte, itompoco el doctor tendrese goce! Y la simetra proseguirs ed ta terrible persecucién mundo a través, hasta los hielos drti- fs. aunque en una curiosa javersién, porque el monstruo, ttespués de haber sido el perseguidor, se convertré en una specie de fugitive voluntari: «A veces, entonces, dejaba a vopdiito detrds de € elertos indicios, poraue temfa que yO, Uesesperando de dar con él, me dejase mori ..«Llegdincla- ‘wurgrabar inscripciones en cortezas de drbol en rocas, para 56 Famererotom seo Be a ican ‘mantener mi furor: [..] Valor, enemigomio! Hemosde seguir lachando por nuestra existencia; todavta nos esperan muchas horas penosas La confusiGn entre Frankenstein y el monstruonoes, pues, tun simple error de comprensicn; muy al contrario: pone de relieve una dimensién primordial dela novela y del mito: ins crib el mimetismo en el corazén de a relacin de filiacién ‘¥ ese mimetismo esl mismo tiempo ineluctablee infernal. Es ineluctable porque, ya queda dicho, nadie puede estar presente censu propigorigen y cada cual leva consigo losrastros, forma- Tizadox por la edueacidn, de aque! o aquéllos que Te ha into ‘ducido en el mundo, Pero ese mimetismo es infernal porque, ‘como bien dice René Girard (1981), «no se puede ser dos, Identioos 0 parecidos, en ua solo pueston, y Ta violencia es inevitable cuando el parecido es tanto que cada eual proclama cl derecho a ocupar ese puesto, Es infernal, sobre todo, para ‘quienes no puedan ibratse de ia relacién de efabricacién» y {Gueden apresadosen a edialéticadelamo yelesclavon. Eves tmicreador, de acuerdo, pero yo soy elamo, {Me obedecerds!» (Shelley, 1818), dice el monstruo a su sparen. «Te equivo ‘ass, replica el creador, ela hora de ml indecision queda airs, ¥ tambien la de tu poder. No podria expresarse mejor hasta {us punto no iene sada el ealején al que conduceel proyecto {eshacer» al oto; no podifa explicarse mejorla violencia que 59 epoderaineluctablemente de quienes confunden Ta educa- ign con la omnipotencia, no soportan que el otro se les escape Y duieren dominar por completo so «fabricaciGns: «Te quiero conforme a mis proyectos; te quiero pars satisfacer mi deseo de crear a alguien a mi imagen oa ni ser .Vicio;tequiero para que hagas que me sientaimpostante, sabio, fica, un «buen padre» oun ebuen ensefantes; te quiero para Jestar seguro de mi poder. Pero te condenas a ser desgraciado, y me condenas a ‘serlo, porgue no puedo ser sin tomar tu puesto y destrurte, 2 no pedo parecerme ati sin maniestar mi libertad y escapar a tupoder, no puedo cumplirlo quedeseas sin sentirla necesidad inresisible de omper mis cadenas y girar contra tla violencia (gue llevas en ti» Bw cro PTE 7 EI pavor del doctor Frankenstein 0 l deseubrimiento tardfo de que no siempre hay perdén para quienes «no saben To que hacen» En contrast con laimaginessa complicada y barroca empleada en cine para escenficat Ia operaciGn por la cual Frankenstein dda vida al monstruo, Mary Shelley es de una sobriedad sorpren- dente: «Una siniesira noche de noviembre pude por fin con- templar el resultado de mis trabajos. Con una ansiedad mor tal, dispuse al alcance de la mano los intrumentos que me ermisirfantransmitiruna chispa de vida ala forma inerte que acta a mis pies. Era ya la una de la madrugada. La Wuvia lamborileaba ligubremente en los crstals, y ta veia iba aca bando de consumirse. De pronto, ala luz dela llama tiubean- te, vi que la eriatura entreabria sus ojos de un amarillo destustrado, Respirdprofundamente,y sus miembros se agit: ‘rom en un movimiento convulsiva>. Una ver efectvada Is ope- racién y colmado el anheto, el doctor Frankenstein siente un profundo malestar y se sume en un sue Hleno de terribles esauillas del que no despertarasinoal cabo de varias horas, En realidad, tiene un miedo inmenso; le asusta lo que acaba de hacer sn entender todavia bien qué ha hecho. Enievé, cuando \despierta, la mano del monstruo que esboza un gesto hacia é), y descubre «el horror» que le inspira su creaei6n. Hacometide Io irreparable. Ahora no ve mas posiilidad que Ta hud, Pero, es enese momento que se sella su destino? Nada tan Iejosde poder afirmarse. Ciertoquela criatura na es demasiado agradable de ver... pero, fin y al cabo, antes de que lo laven Yo vistan, jtampoco lo es un nifio recién nacido! La cratura, {e8 ya, de Vera, a partir de ese momento, el monstrao sangui- ario én que més adelante se convert? De ningin modo. Mary Shelley es categérica en ese punto. La criaturaes profun- ddamente «buena», rebosa sentimientos compasivos y no pide as que ser quetida. Es, por supuesto, torpee insegura,cigno- ‘alas costumbres humanas. Pero nohay enellanadade maldad ni de agresividad.. hasta el extremo de que algunos verdn en ella la manifestacion caracteristia de mito del «buen salvaje» ‘rato alos fl6sofos del siglo xvi: «Er la encamacin ficticia de una experiencia imposible pero en aque la flosoia dels aces no hee dejado mane de soar a de a table raze Climo seria wn hombre on estado de naturale. sin haber onocido munca la sociedad?» (Lecetele, 1994, p28), Seria rofndamente bueno, alejad de ss. depravaciones sociales y sls prjuicios culls; descabrra el mundo progresiva- mente y ae formaria de luna represenacin a parr dels Primeras vieualiaciones eimpresioner insets en su one Eencn: Aprenderfa das ona misma lo que hay due saber S6lo queen ser, evi, se quedo yapreciadotenderala mano al meat, no para grein en testmonio desu “votntad bens» cova Gta my distin dea stenavoon- tn, Seri, dicho de otro modo, el engendo de Frankenstein Lacriatur,abandonada po su creadoritentard enfee~ to, choerseunaedncacim,Paempeza descr itn ddode nmodo ue Locke os sofosempiistasmagnaban¢ posible: «No hay nada ene entenimieno gue no haya estado linterenlossentidosn cxeribeLackeen Ensayo sobre lente “tmient lomano, pblicado on 1690. ¥ el flésfo pre on ampatacontelanatisro cartesiano,ydessvllan eis de Inprioridad dels experienissconeress.. cxperenias con theta que precisament, in cnatura de Franenatin endian tlbonque que vaadar cuando escapn dl abort, Pine rodesenbre laextata mtlicidad dels sesaciones qo se Apoderan de to s ser Tbego observa iris fenéeos Sonlos que jerserlarefennse nota caloral soo juno fuego, Ta care es mejor cuando std cocina, dormit Cubjero dela ava es ms agradabley pete que el cverpo te ecobe mejor del cansanci in vies de enformar.. Poon poco, yd cutada sinimervncién de oshomre, cits Se etl, constuye su ineligencia enn qe hy amas ‘oss interaein com el mndo,y adie eens eam ~Sinentos escacals por cl emetodo narals Luego venir hewenro con a familia De Late, efigiada en a asa amp tas un cio deseaciedo, A escola cnn caer ‘ao ln criaturadscubre as costumbreshomsnas emer Dorel engtaje: «Me di cuenta de que aquella gent dispontn, Dorarculactin de sonidos, dean mediodecomunicarse uns otros experiencias y sentimientos, Observé que las palabras ‘gee promnciaban tentan eldon de causara veces, en aquellos quienes ban dirigidas, sonrisas 0 caras triste. Habta ah, Sin duda, una clenciadivina que yo deseaba aprender lo antes ostbler (Shelley, 1818). Lu eriatura, mo no, aprende fcil- mente a hablar y,en pracha de gatitd hacia susbenefactores| involuntarios, les prea, de noche, pequefios servicios: corta Jefia o aytida clandestinamente en tabajos de granja. La lega- dadeuna muchacha la que hsy queensefiara ler proporciona ala cratura la ocasiOn deenriquecersuculturaeinlegrarse mas fen la comunidad humana, Sin dejarse ver, sigue las leeciones fque el joven da a su amada y se ontera de Ia historia de Tos Rombres con Plutarco y sus Vidas paralelas de los hombres itustres de Grecia y de Roma, Ant descabre valores morales y| Sociales. alos que se adhiere de modo espontineo: «Admiraba Ia vrtud,y los sentinientos nobles» (bid), expla, conmovida por la fuerza y la simplicidad de los grandes actos y de as grandes almasde Iasque la familia De Lacey leoftececjemplos ereanos. El monstruo medita sobre su propio destino tambien porel estudio del Paraiso perdido, de Milton: «Coma Addn, yo ho estaba unido, en apariencia, por ningin vincuo a ningun ter Pero en todo lo demér eu siuacién era muy dstinta deta Inia. EU habia salida de las manos de Dios, el ser perfecto; dt (rafelizy no le faltaba nada. Ademds, le protegia su creador, (que le dedicaba atentos euidadas. [..] Yo, 2n cambio, era un esdichado, desamparado y solo. ‘De ese modo empiona a insinnarse Ia duda en esa cratura ‘ave no pide més que querer y ser querida. La duda, y nego, ‘nando deseubre el diario del doctor Frankenstein en Tos bol- Silos de su chaquets, que habia toma al hur del laboraton ta inquietad, ara y, Finalmente, la rebelia: « Maldivo sea et iiaque me vionacer!, grité, desesperado.;Malditocreador!». YY ciertamente, 2por qué crear un ser y luego abandonarlo, ‘lo, pese asus temendas desventaja, entre hombres que no mvien,sialgin mediador no les ayuda, reconocerlo como uno the fos suyos? {Por qué ponerlo en el mundo y renunciar a ‘ueirleen el mundo, a socializarlo,y a ayudar alos hom Ine a socializarse respecto a 1? El doctor Itard desafaré el csceplisiano yet miedo dels borbres,inlayendoa loshom bres de clench parabacere un eapacio a Victor del Aveyron, al easos quel no despertabs eas comtenordtea Yel ine aoe oftecido, con E! hombre elfante a fore Fellcilade David Lyne, vn ejemplo de mags tenacdady ela poiilidad, pve alespanto qu aspen as fori des iieas, de roconoceren un emonsruon aun micmbro dela omoniad humana; del Teno y soberbio hallazgn de ey manta. Nad de es en el doctor Prankeostencuanlo Comete un saelpio, eae postado seve enna cpa lid morta y parece perder por completo el sent d sis ‘caponsabilidades Repieenonres hasta saciedad que sno ‘ava lo qo hacas. er, astament, haba quesabeto. a tics vahontre woe puede haeras{como as, able pon, Sinpensri de vers, neal lasconsecoencie peg. tts qe inplia ese el far, abicerun homey abandon es comer fective te eliieago de ner de eens. St rates Un “onstoo» porque asidosbendonaa por spade» Puede desevbrirel mundo gracias sentidos tiene In oportnidad deaccederalacalton rai aencventomulagrono de sia clones qe le permitessprendiajesenenciales. Pero e fala Slgo an mds csenial arene micho, pro made poplars. {elnblando, se oeupa desu educacin. Ningdn ado a presenta sfx howabre ys fou presen. Y Yo que babi de icoderescede:elencvatodens gar. peroenfoma dousa {ttentin conmocin que genre umctoso acim ‘lest yase abe! a ists nent que a adopteevijo ciego dlafuiaDe Lacey: defend au casaconsiceida. ‘Toavia no he hecho dat a nadie. Al ontario: iempre he intentado,enlamedlda de mis modstasposibiidadea ser dil (Shelley, 118) congue decse medojnapiale Sompasin. hak Ia igada des restars fares qe, Serra, sc preiptancontrselayleasestan golpes violenor fos que a criaturase tga replica. Luego vowel uid, tl vag desexperado el malentndo qu deriva en eagedi incrstara salva san ito de ahogase los hombres, conven: Clos de aie neta hogs, te dan hae gracia gp de Prams 61 escopetazo. La historia, entonces, no puede sina dar un tumbo! «Los sentimientos de bondad y afabilidad que todavia me an ‘maban hacfa tan sélo unos instantes se cambiaron por una furia diabética que me hacta chiriar de dientes». Y, con ka fura en el coraz6n, la criatira emprende Ia bisqueda de st sreador, Los crimenes se suceden William, el hermano del doctor, es degollado; Justine es acusada del asesinatoy ahor- cada; Clerval el amigo fie, es asesinado: la mujer del doctor serd muerta la noche de la boda, y el padre de Frankenstein ‘moriré poco después. El resore estaba fensado, todo estaba punto: la miquina infernal tenfa que ponerse en marcha, Esta- ‘mos ahora en una historia cuyo desarrollo es implacable, en similitud con lo que describe Jean Cocteau en su adaptacidn de Exipo, La machine infernale: «Contempla, espectador, con la ‘cuerda tensa, de tal modo que el resorte se desenrrolle con lenttud a To largo de toda una vida human, a de las maga ras mds perfecias que han construido fos dioses infernaes ara aaniquilacidnsistemdticade wxmortal» (Cocteat, 1934, P. 12), Séloque, aq los dioses no pintan nada, Es un hombre, ‘uno de los mesos, quien, sin saber To que hacta, ha desenca \denadoe! proceso. Un hombre queha comtido el deliteimper- \donable deconfunilr «fabricacién» y «educaci6n», Unhombre ‘que ctefa que podia poner un serene! mundo sin acompafarlo en el mundo. Un homibre que sella su desgracia y la de st criaturs rar terminadoe! trabajo cuando ha termina doel«montaje> yeonstruidoel cuerpo, Perouneuerpotumano es muy distinto de un mont6n de carne: ese sitio de un seta {que se construye, que se proyecta, y que prolonga, mucho més alld de sa fabricacion algo asi como un excedente de harmani- dad. Frankenstein, ola educacién entre praxis y poiesis #, sin duda alguna, Francis Imbert quien mejor ha formulado 1a oposiciin entre praxis y poiess en educacién, Retomando esa temética de Arstteles, uminéndola con ls trabajos de Hannah Arendt (1983) y de Comélius Castoriadis (1975), ha

You might also like