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Manuales / Ciencias Sociales El libro universitario Gary King, Robert 0, Keohane y Sidney Verba El disefio de la investigacién social La inferencia cientifica en los estudios cualitativos Version de Jesis Cuéllar Menezo Alianza Editorial 1. La ciencia en las ciencias sociales 1. Introduc Exe libro trata de la investigacin en las ciencias sociales y tiene un objeti- vo prictico: disefar investigaciones que generen inferencias validas sobre la vida social y politica, Nos centramos en la ciencia politica, pero 1uestro argumento es aplicable a disciplinas como la sociologia, la antropologia, la historia, la economia y la psicologia, as como a dreas que no se consideran ura diseiplina, como las técnicas periciales, lt investigacién en temas de edueacién y el razonamiento clinico. ‘Nuestra obre no se ocupa de {a Filosofia de las ciencias sociales, ni tam- poco es un matual para teas especificas de Is investigacién como =! dise- fio de encuestas, la realizacion del trabajo de campo o el aalisis de datos es- talisticos. En realidad, trata del disefio ce la investigacién: de como plantear preguntas y moldear los estudios académicos >ara extraerinferencias des- criptvas y causales validas. Por lo tent, se situe en un zena intermedia en- tre les abstractas polémicas filoséficas y las técnicas pricticas para centrarse ct la logica intrinseca que subyace en toda investigacion social cienti‘ica, 1.4 Dos formas de investigar, una sola lécica inferencial Nuestro principal objetivo es relacionar las trad ciones de fo que se suele de- nominar investigacion «cuantitativan y «cualiativay mediante una misma ligica inferencial. Ambas tendencias parecen bastante diferentes y, de he- a HL disefo de te imestigacisa s cho, a veces se ccnsideran enfrentadas. Para nosotros, tales diferencias silo son une cuestidn de estilo y de técnicas especificas. Los dos tipos de investi- gacién participan de una misma logica subyacente, que suele explicarse y formalizarse claramente al analizar métodos cuantitativos. Sin embargo, esta logica inferencial es igual a la que respalda las buenas investigaciones cuali- tativas, y tanto los cualitaivistas como os cuantitativistas se beeficiar:an si se le concediera una atencidr més explicita al diseiar investigaciones. Los estlos de la investigacién cuanttatva y cvalitativa son muy diferen- tes. La primera se sirve de nimeros y métodos estadisticos. Suele basarse en medidas numéricas de ciertos aspectns de los fenémenos; parte de casos concretos para llegar a una descripcisr general o para comprodar hipétesis causales y busca medidas y andlisis que otros investigadores puedan repro- ducir fcilmente, Por el contrario, la investigacién cuslitatva abarca una emplia gama de enfogues, pero, por definicién, ninguno de ellos se basa en medidas namé- Ficas, Este tipo de trabajo se centra generalmente en un caso o en un reduci- do miimero de elles; se sirve de entrevistas en profundidad o de andlisis ée- tallados de materiales histéricos; usiliza un méiodo discursivo e intenta estudiar de forma global o exhaustiva un acontecimiento o unidad. Los cua- litativisas, aunque sito tengan un pequeiio mimero de casos, suelen sacar @ la Tuz en sus estudios una gran cantidid de informacién, A veces, €2 las cas sociales este tipo de trabajo tiene que ver con estudios de area o de caso en los que el centro de atencién es un heche determinade 0 una deci- sin, institucién, lugar, problema o ley. Al igual que en la iavestigecién cuantitativa, el objeto de estidio puede ser importante en si mismo: es un cambio crucial en una nacidn, nas elesciones, una decisién transcendental ‘una crisis mundial, Por qué se derrumbé tan stibitamente 21 égimen get- ‘mano oriental en 1989? De forma ms general, zpor que casi todos los regi- ‘menes comunistas de Europs del Este s2 vinieron abajo en 1989? A veces, aunque desde luego no siempre, se puede elegir un acontecimiento como ejemple de un cie-o tipo de hechos, como seria al caso de una revolucién politica o de una determinaca comunided que decide opone-se a la instala- cidn deun depésito de residvos, Este tio de trabsjo suele estar relacionado con estudios de area en Jos que se aborsa la histo-a y la cultura de una de- terminada parte del mundo. El lugar 9 acontecimiento en cuestién se anzli- za de cerca y con odo detalle. Durante varias 4écadas, ls politélogos han venido contastando las ven- tajas de los estudins de caso con las de los estadisticos, las de los estudios de area con las de los trabajos comparativos, asi como las de las investiga- ciones politcas «cientificas», que usaa métodos cuantitativos, con les de Jas chiséricas», que se basan en una profunda comprensior de las fuentes eseritas 0 los contextos. Algunos cuenttativistas creen que en las ciencias sociales el tinico camino que leva a la verdad es el andlsis estadistice sis- temiético, Los partdarios de a investigaciOn cualittiva se oporen violen‘a~ mente 1 esta idea Esta diferencia de opiniones zenera une viva polénica, pero, por desgracia, también divide la dsciptina en dos ramas, una cuanti- {ativa-sistematica-generalizedora y ota cualitana-humanista-discursiva, A. medide que la prmera aumenta la complejidad de sus analisis estadisticos (y su trabajo se hace menos comprensible para cs que no han estudiado las, ‘téenicas), la segunda se convence cada vez mis Je que tales andlisis resul- tan jrrelevantes ara acontecimientos que, como aquellos que interesan a sus partidarios, ne parecen poder reprcducirse o generalizase Unc de tos principales propésitos d2 este libre es demostrar que las dife- rencias entre la tridicién cuantitativay la cuaitativa son s6lo de tipo estilis- tico y que su importancia en térmiinos metodokigicos y de contenido ¢s mi- rnima, Puede corsiderarse con razin— que toda buena investigacién _proced: de la misma l6gica inferencial subyacent. Tanto los estudios 2uan- ( titatives como Ics cualitativos pueden ser sisteméticos y cientificos. La investigacién histitica puede ser analitica si lo cue pretende es evaluar di- {| versas explicaciores mediante un proceso inferexcial causal valido. La his- toria,c la sociolcgia historiza, no es incompatible con las ciencias sociales (Skocpol, 1984, rp. 374-86}. Pare romper estas barreras es prec:so que catmencemos por cuestionar el concepto mismo 4e investigacién «cusliativay. Heros utitzado el térmnino ene ttulo de ese libro para hacer referencia a nuestro objeto de esudio, pero sin querer decir con ello que la investigacién «cualitaiva» se diteren- Cie farelamentalmente de la «cuantitatvan, excepto en el estilo, La mayoria de las investigaciones no correspoade claramente a una 3 otra categoria, y las mejores sue en combirar caractersticas de bos dos tipes. En el mistio proyect de invesigacién, eigunos de. los datos recogidos pueden ser chj:to de snilisis estadistico, pero no asi oiros elementos igualmerte re- levantes. Las pauras y tendencias del comportamento socia,, politico 0 eco- rnémico son ms susceptibles de anilisis cuartintivo que el flujo de ideas entre personas Bi influencia determinarte que tine un lide extraordinaro. Para entender un mundo social en cambio constante tenemos que barajar in- forracién que nces ficilmente cuanticable y también la que si lo es. Ade- mas, todas las ciencias sociales necesitan comperar, lo cual supone cue se evaliie qué fendrrenos se parecen «mis» 0 «menos» en cuestion de gredo (0 sea, diferencias cuantitaivas) 0 de tipo (diferencias cualitativas) Dos magniticss estudios recientes son ejemplo de este punto de vista En Coercive Cooveration (1992), List L. Martinquiso expiicar el grado de cooperacién intemacional en materia le sanciones econdmicas, analizando cuantitativamente 99 casos en los que se interté aplicar tales medidas des- pués de la Segunda Guerra Mundial. Aunque este andlisis cuantitativo ofte- cia mucha informacién valiosa, algunas de las inferencias sausales que in- dicabar los datos eran amiguas; de ahi que Martin deciciera estudiar en detalle seis casos de sancioves con Ia intencién 4e recabar mas pruebas de relevarcia para su inferencia causal, Para escribir Making Democracy Work (1993), Robert D. Putnam y sus colegas entrevistaron a 112 parlamentarios regicnales italianos en 1970, a 194 en 1976 y a 234 entre 1981 y 1982, asi com a 115 lideres comunitarios en 1976 y a 118 entre 1981 y 1982, Tam- ign enviaron por correo un cuestorario a mas de 500 licetes comunttarios de todo el pais en 1983, Ademas, ex profeso para este trazajo, se llovaron a ‘cabo cuatro encuestas de alzance nacional. No obstante, en:re 1976 y 1989. los autores del libro realizzron estutios de caso pormerorizados soore 1a vida politica de seis regiones. Los investigadores, con la intencién ce some- terse a Ia «prueba del trata interocular», «llegaron a conocer con cetalle las traniobras y personalidades politicas que habian animaco la politica re~ gional en las dos altimas décadas» (Pumam, 1993, p. 190). Les lecoiones de estos andlisis dezerian ser slaras: cualquiera que sea el tema de estudio, ni Ia investigacién cuantitativa seré mejor que la cuelitativa ni al contrario. Dado que muchos asuntos de interés para las ciencies socia~ les, 5 han de tener sentido, no pueden formularse de manera que sea posible a comprobacidn estadistica de hipétesis mediante datos cuantitatives, no queremos animer a nadie a cue uti.ice inicamente técnicas cuantitatvas. No pretendemos sacar de la bibliotece a todos los siemtfices sociales para Ile- ‘arlos a centros informétioos ni sustiuir conversaciones inregetibles 2or en ‘wovistas estructuradas. En realidad, lo que sefialamos es que los estudios no estadisticos tendrian resultados mis fiables si los investigadores prestaran ‘ds atencién alas reglas d= la inferencia cientifica, que 2 veces se fornulan ‘mejot con el estilo de la investigacién cuantitativa. Los prezisos métodos es- tadisticos que sustentan que distingue a las ciencias sociales de la observacién ocasional es que la primera pretende hacer inferencias vilidas mediante el uso sistemitico de srocedimientos de investigacién contrastados. El hecho de que aqui nos centremos en la inda- gacién empirica supone dejar de latlo muchos problemas de la filosctfia de las ciencias sociales, asi como las polémicas que se ocupan del pare! del Postmodernismo, del cardctsr y existencia de la verdad, del relativism y de asuntos similares, Partimes de la base de que es posible lograr cierto cano- cimiento del mundo exterior, pero tal conocimiznto siempre sera incietto, SaaS Ademis, naca en nuestro conjunt> de reglas implica que tengamos que evar a cabo el experimento perfecto (si es que existe tal 208a) 0 reunir to dos Ios datos relevantes antes de poder extraerinferencias cientiices vli- das, Merece la pena estudiar un asunto importante aunque se dispoiga de poca informacion. Si aplicamos cuslquier disso de investigacién a esta sitacién las conclusiones serdn relativamente inciertas, pero si se admite honestamente tal incertidumbre esta clase de estudio sera muy iti. Con fre- cusncia, la investigacién social se caracteriza por disponer de una informa- cidn limitada, Como el mundo socia analisis que nos ayuan a comprender ls transiormaziones ban de describirlase i inferpretarlas en su contexto, aunque_a incertidembre de nuestras conslsio- né5 Sea alta, Lanecesidad de resolver un problema puede ser tan grande que ‘Guizd haya datos —recogidos con los métodos cientficos ms itiles—que se queden obsoletos antes de organizarlos. Si une persona enloquecida corre hhazia nosotros blandiendo an hacha, puede que entregarle un cuestionario de cinco paginas sobre psicogatia no sea la mejor estrategia. Joseph Scumpe- ter cité una vez.a Albert Einstein, que habia dicho que «siempre que nue tras proposiciones sean cie-tas no dirén nada acerca de la realidad, y sempre que no digan nada acerce de Ia realidad, no serin ciertas» (Schumpeter {1936}, 1991, pp. 298-299. Sin erbarge, aunque la certeza no pueda alcan- zarse la seguridad en nuestras conclusiones, asi como su fiabilidad,validez Yy sinceridad, podrén incrementarse si prestamos atencin a las reglas de la inferencia cientifica, Las ciencias sociales que propugnamros pretenden ex- (raer del mundo inferencias descriptivas ¥ causales. Los que no comparten la premise de que es posible un conocirierto parcial e imperfecto ni aspiran a luna comprensién descriptiva y causal tendrn que buscar en otra parte inspi- raciOn o batallas sobre paradigmas en las que participa. Er resumen, agui no se dan recstas pera la investigacion cientifica empi- rica, Ofrecemos ciertos preceptos y “ey as cuys intencién es disciplinar el pensamiento, no sofocarlo. Tanto en la investigacién cuastitativa como en Ta cualtativa aplicamos de manere imperfecta reglas inferenciales tedricas 4 ciseios de investigacién y a datos empiricos inherentemente imperfectos, ‘Toda reglamentacién que tenga sentido admitira excepciones, pero hay que peli que éstas se justifiguen de maners explicita, que se evalien sus con- secuencias para la fiabitidad de la investigacién y que se plantee la incert- dumbre de las conclusiones. No buscamos un dogma, sine un pensamiento isciplinado 1.2. Definicién de investigacién cientifica en las ciercias sociales Nuestra definicion de «investigacin cientifica» es un ideal al que toda in- vestigacién cuanttativa y cualitativa, incluso la mis cuidadosa, solo puede aproximarse. Sin embargo, necesitamos definir lo que es una buena investi ERSaSis gacién. y para ello utilizamos 1a pelabra «cientifica» como calificativo | Esta palabra tiene muchas connotacisnes injustificables, inepropiacas 0, para muchos investigadores cualitativos, completamente incendiarias. De ahi que nosotros demos ung definicisn explicita. Tiene cue quedar claro que no consideremos més cientifica la investigacién cuantitativa que la cualitativa, El estlo de una buena investigacién —o sea, la que es cientifi puede Ser cuantitativo o cualitativo. Sin embargo, en lo tocante al di- eff, la investigacién tiene estas cuatro caracteristicas 1, Elchjetivo ests inferencia E] disef deta investigncin cieatiica tiene como objetivo fa extraeion de inferencias descrip vaso explicativas a parr de la irfoemaci6n emsirca que se tenga del mundo Para hacer estudios sientificos sue ser indispensable descibir con =uidado cies fe- -némenos, pero la acumulacién ce Yechos nces, en si misma, suficinte, Estos jueden ‘see reunidos (por investigadoresculitativos ¢ euantitativos) de forma mis © merns sis temitcs,y, evidentemente, la primera es mejor que la segunda; sir enbargo, rust ‘definiion de cienci conlleva ur paso adiciona, que es el de utilizar los datos inmedi tos para hacer inferencias que concuzean a algo mis amlio que no se cbserva Grecta- mente, Ese algo puede entrafiar una inferencia descriptiva —utilizar observaciones del mundo >are revelar otros hechas que no se tan abservado— o una infrencia causal conocer efectos cxusales a partir de os datos observados. El aleance ela inferencia ‘puede delimitarse en el espacio y el tiemgo —el comportamiento electeral en las elec ciones etadounidenses desde 1960, [os movimiento socales en Europa del Este desde 1989 o puede ser mis general —el comparamiento hamano desde la apatiion cela agricultera. En cualquiera de los casos, lo que distingue sinvestigacioncientifca es ‘objetivo de hacer inferencias que vayan mis ali de las observaciones es reeegido 2. Losprocedimientos son piblicos Para generar y analizar datos la investigaciSncientificawiliza métodos explicit, cock ficados y plblicos cue, por lo tanto, pueden evaluarse. Gran parte de ls investigasion social cualtativa sigue procedinientos de tisqueda o inferenciales menos precisos. ‘Como afiemé Robes K. Merton (1949), 198, pp. 71-72) «El andliss sociologico de datos cualittivossusle depender de un mundo privado de eas penatraates pero inson= ables 5 de interpreaciones inefables [J [Sin embargo] la ciencia[.. es piblica, no privaday, La afirmacia de Merton noes aplicable a todas los cualtavistas (y, po Ses- roca, x a algunos cuantitativista), pero muchos se comportan como si careciean de mead y, a veces, como si la utlizacién de dios explicitos menoscabara su cre dad, Noobstante, nc pueden dejar de uilizaralguno, De alguna forma observan fos fe- rndmenes, plantean preguntas, estzen informaciéa sobre el mundo s partir de esas ob- servasiones y hacen nferencias sobre causa y consecuercias. Si el nétodo y la login {de las observacicnese inferencss de un investigador no ze hacen explicitos, la cemuni- ‘dad szadémica no tine forma de uzgar la Velez de lo cu se ha hecho. No pod eva- luar ls principios de seleccin utlizados para registrar las observaciones, ni cémo 5€ Inan proceso étas,ni la lbgica de las conclasones, No aodrenos aprender de sus mé- {todos ni eproducir as resultados. sta invesigacion no ser un hecho pibiico, Aunque sea una >uena festun, no sera ura aportaciba alas ciercies sociales. ‘Todes los mitochs —sean ono explicites— tienen ss imitaciones, La ventaja de To explicito es que pueden captarse tales limiasionesv, ses posible remedirlas Ade- mds, los métodos se pueden ensefr y compari. Este proceso permite que los reeulta- dos ds Ia investyaciin se comparen con los de otros investigadores, cue Se reprocuacan los estucios de proyectos ajenos y que ls acedémicos apendan. 3. Lasconclusiones son inciertas La inferencia es per defnicién, un proceso imperfesto Su objetivo es utilizar datos {e, 65 imposible llegar @ conclusions perfietamente sietas utilizando datos incieros, De hectt, Ia incetdumbre e¢ un aspecto crucial de toda investigaion o conociniento del munto, Si ese fector no seealeula de manera razenatle, no se pod interpreta nin- guna de-ripcién del mundo rea ni ninguna inferenc ceusl que le fect. Un investi- gador que no cantemple abiertamente Ia iazericumbre estaré afirmando que lo sabe todo ale perfeccién o que no tiene ni idea de ia certess » incertidumore de sus resulta ‘dos. En cualquier cas, las inferencias que carecen de un elculo de incetidumbre no son ciensia tal eomoaqut se define 4. Bleantenide eset método Pra teminar, la investigacién centifica prpugna un coxjunto de normas infrerciales de las que depenie si validez, Expicar las ris imporanes es una de as tareas primor- “ales de est libro"! principal contenido dela uciencia son sus metodos y regs, 20 ‘su obete de estuio, ya que podemos utilizrtles méiodbs para estuliar pricticamente todo. Esa idea fue aeptade hace unos cien ios cuando Karl Pearsoa (1892, p. 16) ex- plicé gue «el canporde la ciencn es ilimitaco; su matera es infinita: cada conjunto de fendmeros natunles, cada fase 4e la vida socal, cada etadio del desarollo pasado o Presentees materia centifiea. Lc unidad de todas las citcias se basa inicamente en Su rétodo,no en su materia A st ver, estas cuatro caracteristicas tienen ott consecuencia: cuando la ciencia es buena, es una empresa social El trabajo de todo investigator 0 ‘equipo de investizadores esti sometico a limitaxiones de 2onocimiento ¢ ideas y los errores son inevtables, peto es probeble que otf los sefalen. “ae Comprender el caricter sacial de la ciencia puede resultar iberador, ya que implica que nuestro traba:o no tiene que estar por encime. de la critica para hace: una aportacién importante —ya sea en cuanto a la deseripciéa de un probema o a si conceptvalizacién, a la teoria o a la evaluacién de una en ‘concreto. Una aportacion sera posib e siempre que nuestro trabajo conter- ple explicitamente (o pre:enda reinterpretar) las preocuraciones ce la co- munidad académica y utilise medios publicos para hacer inferencies que respeten las reglas cientif cas y la informacién de que disponemos. Incluso la aportacién de un articulo menor seri siempre més grande que la de un ««trakajo importante» que permanezea para siempre en un cajén 0 coafina- doen un ordenador, 41.3. Ciencia y complejidad Las ciencias sociales pretenden explicar situaciones de! swundo social que consideramos rrés 0 menos complejas, Sin embargo, hay que reconocer ue lo que percibimos como complejidad 20 es algo inherente a los fensmenos: el mundo no esta dividide de forma natural en conjuntes de acontecimien- tos simples 0 complejos. Per el contrario, la complejidad que se percbe en una situacién depende en farte de en qué medida poderses simplificar la realidad adecuzdamente, y nuestra capacidad de simplificar depende de si podemos extraer con coherencia resultados y variables explicativas, Tener as observaciones pued= ayudarnos en este proceso, perc suele resular in- suficiente. Por jo tanto, «ia complejidad» depende, en parte, del estado de rnuesira teoria. ‘Los métodos cientifices pueden ser tan valiosos para ceontecim:entos intrirsecamente complejos 2omo para otros mis simples. Es probaske que a complejidad haga més inciertas nuestras inferencias, 3ero no tere pot qué tacerlas menos ciersi“icas. La incertidumbre y unos datos limitacos no tienen que llevarnos a abandonar una investigacion cientifica, Por eleontra- rio: h compensacién més grande a ka hora de atilizar les reglas de la inf rencia cientifica se logra arecisamente cuando los datos son limitadcs, los instrumentos de observacién tienen defectos, las medidas no estin claras y las relaciones son inciertas. Si hay relaciones claras y datos no ambiguos, ‘quizé el método no sea tan importarte, ya que incluso reglas o inferencias en la Ter) se encortraria en une determinada capa de la corteza terrestre que corresponde a les sedimen:os depositedos hace 65 millones ce afios; de he~ cho, el descubrimiento de este metsl 2 las capas que se habia pronosticado se ha considerado una prusba que ecafirma parcialmente esta teoria, Aun- {que este acontecimiento es sin duda tnico, hay otras muckas consecuencias observables. Para dar sélo un ejemplo, tendria que ser posible encoatar el trite del metecrito en algin lugar d: la Tierra (y ya se han encontrado al- gunos candidates)? E] problema que plantea a causa (o.causas) de la extn de_los dino- saurios sigue sin resolverse, aungve la polémica ha generado investigacio- nneS muy valiosis. Por lo que a nosztros respecta, la importancia de este ejemplo radica en que las generalizaciones cientificas son ttiles ncluso ‘cuando se estudian acontecimientos amuy poco habituales que no pemtene- cen a.un tipo ircportante, La hipdtesis de Alvarez no pued> contrastarse con tun conjunto de acontecimientos normnales, pero si tiene consecuencias ob- servables en ots fendmeaos evaluacles. Sin embargo, hey que sefilar que tuna hipdtesis no se considera una explicacién razonablemente cierta hasta que no se evalia empiricarente y se somete a ciertas pruebas estrictas Comno minimo, sus consecuencias deben ser compatibles con nuest cond cimiento del mando exterior, y cusndo la hipétesis es realmente buexa debe predecie lo que Imre Latatos (1971) denomina «hechos ruevos», 0 sea, aquellos que ne se habian obser vadthasta entances. La cuestién 2s que incluso acontecimientos aparentemente tnicos, como Ia extincién de los dinosaurios, pueden estudiarse de forma cientifica si nos ocupamos de mejorar las teorias, los datos y 1a forma de wilizarlos. Mati- var auesira teovia mediate la clarf cacién cenceptual y la especificacion de variables puede generar mis consecuencias observables e incluso poner 's pruba teorias causales rferidas a acontecimientos tni20s como la extin- cidn de los dinosaurios, Perfeccioner nuestros datos nos permitiré contem- plar un mayor adimero de consecuencias observables, mientras que uilizar- fos mejor haré posible cue extraigamos mas consecuencias de ellos. El heclo de estudiar acontecimientos muy comolejos no hace irrelevante la realizacién de un cuidadoso disefio de :nvestigacién o datos westigacién, Si recogemos datos Sobre lx mayor cantidad posible de consecuencis observables de nuestra ejorara, independicntemente de que estemos barajando muchot poees fenémenos —o incluso uno. 2. P-incipates componentes del disejio de investigacion ‘Cuandc la investigaciéa sociales de calidad, consituye un proceso creativo en el que la intuicn y el descubrimienta surgen Jentro de una consolidada estryetura de estuio cientifico. Para ei cientfieo social de primera caego- ria el dsefio de una investigacién no es un prog-ama que haya que s2guir Imecéinisamente pera recoger y evaluar datos. Por el contrar, el investiga- dor debe ser Ie suficientemente flexible como para rechazar las viejas for mas de mitar el mundo y plantear nuevas pregunias, revisar los disefios de investigncién apropiadamente y recoges después catos diferentes de los que hhabia pensado em un principio. Sin embargo, pira que sus conclusiones sean va idas y aceatables para los expertos del ire, todas estas revisiones y nuevas 2onsideraciones han de producirse siguiendo procedimientos expli- citos que respeten las normas de la inferencia. Ur praceso ce investigecién dindmico tiene lugar dentro de una normativa estadle, Con frecuerciz, los cientificos sociales comienzan sus investigaciones con un diseio poxderado, recogen algunos datos y extraes conclusiones. Sin embargo, el froceso no suele carecer de absticulos, y este orden no siempre es el mejor, ya que las conclusiones pocas veces se desprenden fa cilments del diseit> de investigacion y de los dato: que se recogen de acuer- do con el. Una vez que el investigador ha reunido esos datos, tal como indi- caba su proyecto, a menudo se encontrar con que el engarce entre las principeles pregurtas de la investigacién, la teor'a y los datos disponibles es imperfecto, En este momento, suele cundir el Jesinimo y se cree, equi- Vocacantente, cue otros cientificos sociales hallan un vineulo estrecho ¢ in- ‘mediate entre catcs e investigacién. Esia percepciin se debe a que con fre- cuencia los invesiigadores retiran los aadamios después de levantar sus edificios intelestutles, sin dejar apenas rastro de las penalidades e incerti- dumbres de la construccién, De ahi que el proceso investigador parezca mas me2énico y previsible de lo que reelmente es. 108 de nuestros consejos van dirigidos a ‘os investigadores que in- tentan relaciomat la teoria y los datos. A veces pueden concebir procedi- mientos de recogida de datos més apropiados para la mejor evaluacién de luna tcoria; en otras ocasiones pueden utilizar los datos de que disponen y re- formula: una preganta tedrica (0 incluso plantear otra completamente dife Fente que no se contempl6 en un principio) con el fin de generat un proyecto de invesigaciér mis importante. Si el estudio sigue las normes inferenciales, seguird siendo cieatifico y producira irferencias fiables acerca del mundo, ee ‘Sempre que sea posible, los investigadores deben también perfeecionar el disefio de su investigacién ances de Mevar a cabo cualquier trabajo de campo. Sin embargo, los datos disciplinan el pensamiento a su manera. Es ‘muy habitual que un disefo excelente haga aguas cuando se reccgen las primeras observaciones: ne es que la teoria eité equivocada, sino que los datos no son apropiados para respcnder 2 las preguntas planteadas en un Principio. Enteder desce el comienzo lo que se puede y no se puede hacer en les etapas finales puede ayudar al investigador a prever, al mencs, algu- ‘nos problemas cuando haga el primer disefio de investigacién. Para un mejor andisis, dividimos todos estes disefios en cuatro partes: la pregunta de la imvestigacién, \a teoria, los datos y la uizacién de los da- 10s, Estos commonentes no suelen desarrollarse por separado y los studio- Sos no se ocupan de ellos con un orden preestablecido. De hecho, para los ‘cualtativistas que comienzan el srazajo de campo antes de elegir ana pre- ‘gunta precisa para su investigacion, primero van los datcs y despues lo de- mas Sin embergo, esta peculiar rustura, que explicarros entre los aparta dos 2.1 y 2.4 de este capitulo, es especialmente itl para comprerder el caricter de los disefios de nvestigacion. Con 2l fin de determinar con pre cision lo que padria hacerse si se reorientaran los recursos, nuestros conse: jos en el resto de este apartado presuponen que el investigador dispone de tietpo y mediosilimitados. Evidentemente, e1 cualquier investizecién, rea siempre hay que hacer concesiones. Creemos que si el investigador entien- de [as consejos que damos para los cuatro componente, esto le avudard & hacer concesiones que mejoren al maximo el proyecto de su investigacién, aunque ésta sea objeto de condicionantes extemnos. 2.1 Mejorar las preguntas de la investigacién A Jo largo de este libro se plantea qué hacer una vez que identificamos el ‘objeto de estudio, Cuando hay una pregunta para la investigaciéa, ;c6mo podemos llevar ésta a cabo para dar explicaciones validas a los fenémenos sociales y politicos? Nuesto andlisis comienza con une pregunta para la in- vestigacién y continia después con las fases de diseflo v realizac‘or. Pero, {dérde se originan las oreguntas de un estudio? {Como elige un imvestige- dor el tema de andlisis? No hay respuesta sencilla a estas preguntas. Al igual que otrcs autores, Karl Popper (1968, p. 32) ha sefialado que «no existe algo que pueda llemarse méodo logico para tener auevas ideas [..] El cescubrimiento contiene un “elemento irracional” o ena “intuicién crea- tiva’. En los arimeros estadios del proceso de investigacion, las rermas de cleccién estan menos forrralizadas que las de otras activicades de ese mis- ‘mo proceso. En el frea de la elescidn social existen textos que tratan sobre como disefar experimen:os de labcratorio; er estadistica hay critesivs para seleceionar la muestra de una encussta que trate sobre las actitudes respec- Sea 2, toa una politica, y también existen manuales para llevar a cabo observa iin participants en una oficina. Sin embargo, no hay reglas que indiquen ‘céno elegir el proyecto de investigacién que se va a realizar y, si dec dimos evar a cabo trebajo de campo, tampoco las hay para indicarnos dade te- nemos que hacerlo. Podemos preponer maneras de hecer una muestra de comunidades con el fin de estudiar el impacto de diferentes politicas educarivas o formas de cconceptualizar los conflicts étniccs que nos lleven a la formulacién y com probscién de hipétesis relativas a su incidencia. Sin embargo, no existen roemas que nos indiquen si hay que estudiar la politica educativa o el con- flicto étnico. Desde el purto de vista de la metodologia de las ciencias so- ciales, hay formas mejores y peores de estudiar la caida del régimen de ‘Alemania del Este en 1989, al igucl que las hay para aborcar la relacién en~ tre las opiniones de un candidato en materia fiscal y sus probabilidades de Exito electoral, Sin embargo, no hay ninguna manera de determinar si es ‘majo: estudiar la caida de’ régimen germano o-iental 0 el papel de los im- puesios en las elecciones estadounidenses. Eltema conereto que estudia un ciertifico social puede tener un origen personal ¢ idiosincrésico. No es casval que, habitualmente, sean los miem- bros de un grupo los que comience a estudictlo: las majeres han solido evar la batuta en la historia de su propio géneto, los negios en la de su et- nia y los inmigrantes en la de Ia ersigracién. Los temas también pueden ‘verse influidos por incliraciones 0 valores personales. Es probable que quien estudia ef Tercer Mundo tenga més ganas de viajar y tolere mejor cond ciones de vida dificiles que el que se ocupa de la elaboracion de poli- ticas en el Congreso estadounidense, del mismo modo que quien analice la cooperacién internacional puede tener ura espezial aversién a los conflictos Violentos, Estas experiencias y valores personsles suelen proporcionar la motiva- cién para convertirse en tn cientifico social y, posteriorriente, pare elegir ura determinaca pregunta de investigacién. Ex consecuencia, pueden ser las «auténticas» razones para embarcarse en un determinado proyeck, y es justo que sea asi, Sin emtargo, indeendientemente de lo personales 0 pe- culiares que seen las razones para elegit un tema, los m&todos cientificos y ncerras inferenciales que se analizar en este libro ayudarin a los acacémi- cos a hacer proyectos de investigacién més sélios. Desde el punto ce vista de la posible aportacién ¢ las ciexcias sociales, las razones personales no son ri necesaris ni suficientes para justficar la eleccién de un teme, En la mayeria de los casos, no tendrian que aparecer en los escrtos académicos, Pera decirlo de manera mis directa pero menos delicada, a nadie le importa ‘nesira opinion: a la comunidad académica s6lo le interesa lo que pedemos demostrat. ‘Aunque no existan normas previsas para elegir un tema, si hay maneras de determinar —aparte de las preferencias personales— la posible trans- oT 25" ae cendencia que tiene para la comunidad eientiice una empresa investigadora, Lo ideal seria que todos los proyectos de investigacién de las ciencias s0- ciales cumplieran dos conciciones. E primer lugar, un proyecto de investi- _gacibn tiene que plantear una preguata «importante» para el mundo real. El tera ha de ser relevante para la vida politica, social 0 econdmics, para entender algo que afecte de manera significative a la vida de muchas perso- nas o para comprender o prececir acoctecimientos que pusieran resultar da- fiinos 0 beneficiosos (véase Shively, 1990, p. 15). En segundo luga:, un provecto de investigacién tene que hacer una cportacién concreta « lo es- crito en un drea académice identificale, aumertando la capacidad colecti- va de dar explicaciones cientificas verificables 2 algtin aspecto del rundo. Esta segunda condicién nc sspone que todas las investigeciones que epor- ten algo a nuestra reserva de explicaciones para las ciencias sociales preten- ddan en realidad hacer inferencias caisales. En ocasiones, ls situacion del conocimiento en un determinado campo hace que se precisen muchos datos y descripciones antes de afrontar el rio de dar una explicacion. A veces, la Aaportacin de un proyecto s6lo es la inferencia descriptiva, mientras que en otras e objetivo ni siquiera.es hacer ta inferencia, sino tinizamente observar de cerca ciertos acontecimientos o hacer un resumen de tecios histsricos. Sin embargo, en este caso se cumple nuestra segunda condic:én, porque ta- les acontecimiertos son un requisito imprescindible para lc enplicacion, La primera condicién dirige nuestro interés a. mundo real de los fenome- nos politicos y sociales, y tarbién a cémo se registran los ccontecimien:os problemas actuales e histéricos que configuran la vida de las personas. De- terminar si una pregunta de investigacion cumple dicho criteria es algo orin- cipalmente social. La segunda condicion nos sitia en la bbliografia acedé- ‘mica de las ciencias sociales, es decir, en las perplejidades intelectuales que no se han planteado todavia, en las que estin por resolver, asi como en las teorias y métodos ciemtfices de que se dispone para resolveriss. As politélegos no les resulta cificil encontrar un objeto de estudic que cumpla la primera condicién, A fo largo de los iltimos cuatrocientes afios diez guerras importantes s¢ han cobrao Ia vide de casi trinta millones de personas (Levy, 1985, p. 372); algunas «guerres limitadas», como las que libraron los Estados Unidos y Vietwarn del Nore, o Iran e Irak, han produ- cido cada una un nimero de victimas cercano al millén; del mismo modo, si hubiera una guerra nuclear, ésta podria eliminar a miles de millones de seres humanos. La mala gestién de los politicos, tanto 2n el ambito na- ciona. como en #1 internacional, ha generado —como en Jos afios teint privaciones econémicas de cardcter giobal y cris regionales y locales, tal como lo demuestran las tagicas experiencias de gran rarie de Aftica y ‘América Latina durante los sfios ochenta. En general, as variaciones entre paises en Io tocante a instituciones politicas se relacionar. con las diversas condiciones de la vida ordinera, las cuales se reflejan en la diferente espe- ranza de vida o mortalidad infantil que tienen paises con un grado de desa- rrollo econémico similar (Russett, 1978, pp. 912-28). Demo de los Esta- dos Unidos, Ia eficacia de los programas que conbaten la pobreza o Ia de- sarticukkci6n social parece haber variado de forma considerable, No cabe duda de que sera importante toda investigacion que contribuya, aunque sea de forma marginal, al conocimiento de estos problemas, ‘Aungque los cientificos sociales tienen muchas cuestiones significativas que insestigar, la: herramientas para eatenderlas son escasas y poco elabo- radas. Hay muches escritos sobre la guerra o el sufrimiente en las socieda~ des que poco cortribuyen a la comprensién de tales problemas porque no los describen de ‘orma sistematica 0 no hacen inferencias causales c des- ctiptives validas. Las ideas brillantes pueden mejorar la comprensién al aporiar nuevas ¢ interesantes hipétesis, pero la trillantez no es un método de investigacién empirica, Todas las hipétesis han de ser contrastadas empi- ricamente antes d que hagen una aportacién al conocimiento. Este libro no da contejos sobre emo serbrillante, Sin embargo, lo que si puede hacer es recalear Ta importancia de que la investigacién se leve a cabo de manera que constituya unm aportacion al conocimiento, Nuestro segundo criterio para elegir una pregenta de imestigacion, «ha- cer una aportacién», significa explicitamente que hay que situar el disetio del estudio dentro del marco de la bitliografia cizntifica existente. Esto ga~ rantiza que el investigador 2omprende el «estado de la cuestidm» y reduce al minimo la posibilidad de repetir Io que ya se ta hecho. También garanti- za quel tratajc sea importante para otros, aumentando asi el éxito del Conjunto de la comunidad académica, Se puede Hacer una aportacién expli- cita a Lo escrito sobre el tema de varias maneras. A continuacién se enume- ran elgunas de ells: 1. Bligiends usa hipbtesis que fos estdissos cons deren importante en ta biblio- sala pero de fa que no se haya realizado un esudio sistemitico, Si encontra- ‘mos pruca a favor o en contra dela hipétesis, estaemos hsciendo una aporta- ian 2, Eligiendo uaa hipStesis aceptada els bibiosratia que sospechemos es fal (o sreamos que no se ha demostrado adezusdamert2)e investigando si realmente lo es 0) ote teora es coreca 3. Intentando msolver 0 presentando mis pruebs ¢ favor de uro de los bandos en tuna polémiea que esté presente en lo escrito husta el momento; demotrando {uiza que tai esa polérica caecia Se fundarerto desde el principio, 4 Disefiando investigaciones que arer luz o evslien premisas no por la biblicgrafi 5. Seftalando gue en la bibliografia nz se ha concedido atencibn a un asuato im portantey proceder 3 cotinuacién aaportar aes: campo un estudio sistensico. 6 Se rian aplicase a otto para solucionar un problema existente, pero aparememen: te alejad inadas Jando cue las teorss pruebas rlativas a certo objetivo en un capo po- ee Si nos preo2upamos demasiado por hacer una aporucién a la bibliogra- fia ecadémica sin prestar Certa atencién a asuntos importantes para el mun- do real, correremos el resgo de formular preguntas insigificantes ‘lesde el punto de vista politico, Por el contraio, centra'se en el cantexto politico ac: tual sin preocuparse de Fasta qué runto un problema social es susceptible de investigarsesisteméticamente dentro del marco de un cuerpo de conoci rmiento conduce a trabgjos descuidados que poco afaden a una compren: sién profunda. Nuestros des criteries para elegi preguntas de invest gacién no cesariamente opuestos. A largo p.azn, la comprensidn de los fendme ‘murdo real aumenta coa la elaboracién y eval acién de hipétesis explicai vas que propugna el metodo cientifico. Sin embargo, de forma més inme: diata, puede heber contradiccién enrre lo que es itil desde ot punto d= vista practico y lo que finalrrente tiene valor. Por ejemplo, Mankiw (1990) sefia la que la teoria macroeconémica y la macroeconomia ap! icada se apertaron cconsiderablemente la una ce la o7a en los aos setenta y ochenta: modelos cuyé incoherencia teérica se habia demostrado siguieron utilizandose para hacer pronésticos sobre la zconomia estadountdense, miencras que Ics nue- vos modelos teéricos, concebidos para corregir esos falos, continsaron te- niendo un caracter especuativo y no se desarrollaron Io suficiente como para realizar predicciones ajustadas con ellos. Cuando un investigadcr elige un tema, puede parecer que los critetios de aplicabilidad al mundo real y aportacién al progreso cientifico sor. opues- tos, Algunos investigadores comenzardn con an problema del muaco real que sea muy significativo socialmerte, como la amenaza de guerra nuclear, la disparidad de ingresos entre horrbres y mujeres o la transicién a la de- ‘mocracia en Europa del Este, Ottos quiza parten de un problema intelectual planeado en ls bibliogra‘a de las ciencias sociales: Ia oontradiccién entre diversos estudios expermentales de tomas de decisior. 2n condiciones de incertidumbre o la existente entre diversas teorias de voto referidas a las eleeciones pare el Congres» estadounidense y los ltimos resultadas en las urnas. Evidentemente, no hay una distincién estricta entre ios crterios. Al- gunes preguntes de investigacidn responden los dos desde el principio, pero, a la hora de disefiar estudio, los investigadores suelen comenzar es. tandy més cerea de uno que de otro Independientemente del punto de partida, el proceso de disefia: una in- vestigacién para dar respuesta a ura pregunta debe cursplir nuestras dos condiciones, y es evident= que la direccidn de este movimiento desendera de dinde comience. Si lo que nos motiva es ura perplejidad cientifica, ten- ‘dremos que preguntarncs cmo hacer que el cbjeto de lz investigaciin sea mas relevante para asun:os importartes del mundo real: por ejemp.0, como podria un experimento de laboratorio dilucidar mejor las alecciones estraté Bicas de los decisores del rrundo real o las consecuencias que, para ei com- portemiento, puede tener esta teoria. Si partimos de un problema real, ten- dremos que preguntarnos cémo pueds estudiarse con métodos cientficos modems para hacer una aportacidn sl fondo de explicacicnes de as cien- cias scciales. Bien pudiera ser que apertase derrasiado de sno u otro crite- rio no fuera Ia mejor opcion, Los que hacen experimentos de laboratorio pueden seialar que es prematuro buscar referencias externas y que se avan- zara mis si se perfecciona la teoria y el método en un medio contrelado; quiza, en un estidio de larga duracién, esto sea cierto. Por el conttario, quien esté preocupado por un problema el musdo real puede indicar que antes de explicar es necesatio deseribir eon preesién, y puede que también tenga razén, ya que la desctipcion exactaes un paso importante de los estu- dios explicativos En cualquier caso, si es posible, odo froyecte de investigacién tiene que intenter cumplir nuestras dos condiciones: ocuparse de un asunto relevante del mundo real y estar concebido para realizar una aportacion, directa o in- directemente, a una determinada drea bisliografica acadénica. En este {i- bro, al ser nuest'a principal preocupacien que la investigacion cualitativa sea mis cientifiza, nos ocuparems més del investigadcr que parte del samundo real», pero nuestro andlisises ap icable a ambas teadencias. Cuando el punto de partida es un protlema significative del mundo real y no un drea bibliogréfica ya establecids, resulta esencial que elaboremos un plan de estudio factible. Si se propone un asunto que ne puede desarro- arse hasta comertrlo en un proyecto de investigacién concreto, que per- mmita la extraccicn de inferencias descriptivas y causales validas, hay que modificarlo 0 abandonaric, Del rrismo modo, también hay que cambiar toda propuesta que no haga alguna aportacign a los eseritos académicos, Al elegir provisionalmente un tema, estames dialogando con su bibliografa {Qué preguntas de interés 2ara nosotros se han respondido ya? ;Cémo se Puede plantear y pulir nuestra pregunta para que parezca posible contestarla con las herramientas disponibles? Po-lemos partir de un asunto candente, pero tendremos que hacer Tente tanto alo escrto en las ciencias soziales como a problemas infereneiales 2.2 Mejorar la teoria En las ciencias sociales, ura teoria es una especalacién razonada y precisa sobre a respuesta que cabe dar a la pregunta de una invest gacidn, e miclu- ye una declaracién de por qué tal respuesta es correcta, Las teorias suelen conllevar hipdtesis descriptvas o causales mas especificas. Una teoria debe estar en consomancia con los datos disponibles arteriormente sobre una pre- ‘gunta de investigacion, «Una teoris que no tiene en cuenta los datos exis- tentes es una incoherencia, Si dispusieramos de algo equivalente a la legis lacién sobre “veracidad en la publicidad’, esta incoherencia no se lanaria teotia (Lieberson, 1992, p. 4; véase también Woods y Walton, 1982), El desarrollc de la teora suele presentarse como primer paso dela in- vestigacion. A menudo, en la praccica, es lo primero, pero no tiene por qué serlo De heche, no podemos elaborar una teoria sin conocer antes los tra- bajos realizados sobre el t=ma y sin haber reun-do algunos datos, ya que en este estadio ni siquiera se sabe cull es la preganta de la investigacién, No obstante, independientemente de la cantidad de datos que se hayan reunido ya, hay algunas formas generales de evaluar y aumentar la stilidad de una teoria. Ahora sélo vamos a esbozerls, pero las analizaremcs en dealle et capitalos posteriores. En primer lugar, hay que elegir texrias que puedan estar equivocadas. En realidad, se aprende mucho “nds de les que estén equivocades que de aque- lias que se enuncian de forma tan general que puede que ni siquiers lo es- tén en principic’. Es necesario pode responder directamente a Ia pregunta’ qué datos nos convenceran de que estamos equivocados?* Si no kay res- puesta para esta pregunta, tampoco hay teoria En segundo lugar, para asegurarse de que una teotia es falsable, hay que clegir una que pueda generar tanta: consecuencias observables como sea posible, Tal elescién posibilitara que la teoria se someta a mis prucbas,uti- lizando mas datos y mis variados, que esté mis veces en peligro de ser fal- sada y que se puedan receger mas daios para darle una mayor consistencia. En tercer lugar, al diseia- teorias es preciso ser lo mas concreto posible. Las teorias e hipétesis que se formlan con vaguedad ro sirven més que para ofuscar. Se puede demostrar mis facilmente que um, teoria esd equi- ‘ocala cuando se ha enunciado con precisin y hace precicciones especifi- cas; por consiguiente, esta teoria sera mejor. Algunos investigadores recomiendan que se siga el principio de «conei- sién>. Por desgracia, este término se ha utilizado tantas veces en ccnversa- ciones informales y en escritos aceiémicos que el principio ha quedado cclipsado (véase Sober [1988] para an andlisis completo). Jeffreys (1961 p. 41) dio la definicién ms clara de concisién: «Las tearias més simples tienen en principio més probabilidaies» . Por lo tanto, la concisién es un juicio, ¢ incluso un supuesto, sobre fa naturaleza del mundo: se presupone que 25 simple. Elegir teorias cuys remisa es la existencia de un mundo simple es una regla que se aplica ccn claridad en situaciones en las que se est muy segur> de que el mundo es asi realmente, Los fisicos parecen c6- ‘modos con la concisién, pero los bislogos suelen creer cue es absurda. En las ciencias sociales, los hay que la defienden zon veherrencia para sus su- bareas (por ejemplo, Zelfner, 1984), pero nosoiros creemos que sélo es itil en ciertas ocasiones. Dads la precisa definicién de concisién como supues- to acerca del mundo, nutce deberiemos insist en que fuera un principio general a la hora de disefiarteorias, aunque sea itl en aquellas situaciones en las que haya indicios de que el samdo que estudiamos es simple. Lo que que-emos decir es que m0 recomendamos al irvestigaior que busque la cone sién come un bien en si mismo, porque, a menos que ya se- pames mucho de 1 asunto, no parece que haya tauchas racones pare 2rac- ticarla. Ni siquiers necesitamos este principio para evitar teorias excesiva- mente complicadas, porque esté implicito en la maxima ce que la toria debe ser tan eemplicada como indican les dates. Las situaciones en las que 1no hay informacion suficierte sobre la complejidad de la toria que se in- vestiga pueden conducir a lo que se denomina «disefios de investigacion imprecssos» (véase el apartedo 1 del capitulo 4), pero éstos son problemas del diseno de Ia irvestigacién y no supuestos acerca del murdo. ‘Todos los coniejos que hemos dado hasta pteden aplicarse si an no hhemos reunida nuestros datos ni hemos comenzado a analizarlos. Sir em- bargo, si estin ye recogidos, podemos utilizar esas reglas para mod ficar nuestra teoria ¥ conseguir mis datos, generanio de este modo més conse- ccuencics observables sobre a nueva tecria, Por supuesto, este proceso es caro, cuesta mucho tiempo y quizé vayamos a de:perdiciar los datos que ya se han recogido. ,Qué ocure entonces cuando esté claro que hay que me- jJorar neestra teor'a pero no podemos permitirnos recoger mas datos? Esta situasién —en la que con Eecuencia se encuent-a el invesigador— ha de tratarse-con caitea y dominio de uno mismo. Cualquierinvestigadorinteli- agente fuede elaberar una teoria eplassisle» conel conjunio de datos que surge dé un hechc; sin embargo, esto no diria nada sobre la veracidad de Ia teoria, que puede ajustarse muy bien alos datos y ser completamente falsa —y, de hecho, su falsedad ser demostrable con »tros muctos datos. & los seres hamanos se les da bien reconocer pautas, pero no tan bien detectar la falta de las mismis (jla mayoria verncs pautas 1 manchas de tnta saltea- das!). 4 una teoria hay que tacionarle los ajustes ealizados sobre la marcha que no sean coherentes con los datos disponibles, y hay que hacerlos con bastantdisciptina® “Tadavia nos queda el problema de qué hacer cuando hayamos termnado tanto le recogiia de datos como nueszo andliss y querames mejorar aues- tra teoria, En estasituacién, recomendamos que se respeten dos normas: en primer lugar, si nestra prediccin se alla condieionada por diversas varia- bles y queremos Rbrarnos de una de les condiciones, podemos hacerlo. Por ejempls, si al principio nuestra hipéress era que los paises democraticos con sisemas avarzados de proteccién soeial no hichan ente si, seria acep- table extender tl hip6tesis a todas las democracias contemporineas y de este medo contrastar nuestra teoria er un mayor aimero de casos y aumen- tar las posibilidades de que sea falsada. El progosito general es que. des- pués de ver los ditos, podamos modifica la teovia para que se pueda apli- car aura gama més amplia de fendmenos. Esta alteracion ce nuestras tesis, al expenerlas air mds a la falsacién, no debers Ilevarnos a explicaciones para salir del 2as que séle pretendan csalvan> ana teoriainadecuadh res- tringiéndola a ferdmenos con los que ye se ha comprobade que concuerda, Sin embargo, a prictica opuesta no suele ser apropiada. Después ée ob- servar os dates, »o deberiamos tinicarente afadr una condicién restictiva Sa ¥y continuar como si esa matizacién hubiera demostradc que nuestra teoria es correcta. Sila teoria original fuera que las democracias contemporiineas no luchan entre si porque tienen sistemas constituciozales, seria menos aceptable que al encontrsr excepciones a neestra «regla», limitévamos ta provosicién a las democracias que disponen de un sistema avarizado de proweccién social una vez que se ha constatado mediante la inspaccién de los datos que esta matizacién parece convertir nuestra propasiciin en co- recta. O supongamos que nuestra teoria inicial fuera que las reveluciones, s6lo tienen lugar en situaciones de grave crisis econémiza, pero nes damos ‘cuenta de que no es verdad en uno de nuestros estudios se caso. En esta si- tuacién no seria razonable aftadir tnicamente condicicnes generales como: fas revoluciones nunca tienen lugar durante periodos de prosperidad excep- to alli donde el ejército es débil, los lideres politicos sor. represivos, la eco- nnomia se basaen un reducido numero de productos y el =lima es céldo, Tal formulacién e3 una forma caprichosa (y engatiosa) de afirmar que «mi teo- ria es correcta, excepto en el pais X». Ya que hemos descubierto que nues- tra teoria no se aplica en dicho pa's, no es de mucha ayuda convattir esta falsacion en una generalizaciér espuria. Si no nos esforzamos per reca- bar nuevos datos, no dissondremos de pruebes aceptablas que sostengan la nueva version de la teoria Por lo tanto, nuestra regla basica en cuanto a la alteracién de uns teoria tuna vez que se han observado los datos es: podemos hacer que la ‘ecria sex meros restrictva (de forrie que contemple una gama mis amplia de fendme- nos y se vea expuesia a més opornmidades de falsaciby), pero esio no ha de tacerse sin haber recogido mi datos con los que contrastar tc nueva versién de la weoria. Siro podemos recabar mas datos, 2siaremos en punto Imuerto y no podemos proponer ningiin métoco magico para dejar d2 estar- lo. En ciertos momentos, aceptar que estamos equivocsdos es lo mejor y, d2 hhecio, algunos resultacos negativos pueden ser bastane utiles para an area académica, ;Quién no habria de preferir una solida conclusion negativa an- tes que varias de caricter insustancial que se basen en teorias elaboradas para salir del paso? Ademtis, si estamos equivocadas, no tenemos por qué dejar de escribir tuna vez que hayamos sdmitido nuestra derrota. Podemcs afiadir wn aparta- do a nuestro articulo o ua capitulo en el libro para ocuparnos de fiuturas ir- vestigaciones 2mpiricas ¥ de la presente especulacion teérica. En este con- texto, disponemos de bastante més libertad y podemos sefiala: nuevas condiciones que seria plausible inroducir en nuestra teoria —si creemos {que pueden solucionar el problema—; plantear la modificacién de otra teo- ria existente o apuntar hacia una gama de teorias completamente dierente En al situacidn, no podemos llegar a ninguna conclusion con mucha certe- za (excepto, quizi, al afirmar que la teoria que plantear-os al principio esti ‘equivocada), pero si podemos permitirnos et lujo de inventar nuevos dise- jios de investigacion 0 provectos de recogida de datos que 2odrian utilizarse bay para ceterminar si nuestras especulaciones son correctas. Este eje-vicio puede ser bastan itil, especialmente a la hora de sefalar reas de las que los futuros investigadores podrian ocuoarse. Como hemos sefialado anteriormente, ya se sabe que las ciencias socia~ les no siguen normas estrictas: ila necesidad de creativided a veces exige {que se prescinda del manuel! Y los datos pueden disciplinar el pensarnien- to, De ahi que alos investigadores, ura vez que se entffentan a los datos, se les ocurra cémo deberian aber corstruido la teoria en un principio. Aun- ‘que sea de forma restritiva, tal modificacién quiz valga la pena si pode- mos convencernos a nosotros mismos y alos demés de que reform lateo- ria tal como lo proponemos es algo que habrianios hecho antes de recoger los davos si se nas hubiera acurride. Sin embargo, hasta que la teoria no se contraste con nuevos datos, su posicidn seguir siendo incierta, y asi habra que considerarta Una de las consecuencias impo:tantes de esias normas es que los pro- yectos piloto suelen ser muy itiles, especialmense en invesigaciones 2n las {que los datos han de recogerse mediante antrevistas u otros medios particu- larmente costoscs. La recosida de da-os preliminar puede llevarnos # alte- rarlas preguntas de la investigaciér 0 @ modificar la teoria.Posteriormente, se pueden recaber otros datos para contrastar la nueva teotia, eviténdose asi el problema de atilizar la misma informacién para elaborar y comprobar tuna teora, 2.3 Mejorar la calidad de los datos Los «datos» son informaciones sobre el munde recogidas de forma siste- mitica y pueden ser de tipo cualitativo © cuantitativo. A veces se retinen datos para evaluar una teora muy cor-reta, perc no es inusual que los aca déraicos los recojan antes de saber exac:amente qué es lo que les interesa encontrar. Ademis, aunque los datos se reiinan para contrastar una hip6te- sis deverminada, puede que al final 2 los investigadores les interesen pre- _Buntas que no se les habjan ocurrido anteriormente, En cualquier caso, ya sea que los datos se retinan para un determrinado propésito 0 que se utilicen para oto que no esti claro cuaado se realiza la reengida, exister ciertas nermas que me oran la calidad de tales datos. En principio, podemos considerar esas normas al margen de las que s® han ‘mencionado en el apartade 2.2 para mejorar la teoria, En la préctica, para toda recogida de datos se necesita cierto grado de teoria, del mismo modo que para formular cualquier teorfa se precisan algunos datos (véase Co- combs, 1964). Nusstra primera y mas importante directriz para mejorar la calidad de los datos es: registrar y detallar el praceso con el que se generan las datos. Sin esta informecién no podemos determinar si la utiizacién de procedi- erp rmientos norma‘izados de anilisis producira inferencias sexgadas. Solo si conocemos el froceso de obtencidn de los datos podren:os hacer inferen- cias descriptivas y causales vilidas En una encuesta de cpinién de tipo Cuantitativo, para registrar el proceso de obtension de datos es preciso co- nocer exactamente de qué manera se ha realizado la muestra y qué pregun- tas se han hecho. En un estudio de caso comparado de tipo cualitativo es crucial enunciar las normas precisas que hemos utilizado pera elegi el re- ducico mimero de casos que se van a analizar. En el capitulo 6 damos mas direcrices para la seleccidn de casos en investgacién cualitativa, pero atin mas importante que elegir un buen rétodo es registrar y cetallar cor. cuida~ do cualquiera cue se utilice, asi como la informacion nzcesaria para que otros lo apliquen”, Enel apartado 2.2 defendimos teoxas de las que pudieran extraerse mu- cchas consecuen:ias observables. Nuestra segurda directrz para mejocar la calidad de los datos es: para evaluar mejor una teoria hay que recoger da- tos acerca de la mayor cantidad pssible de consecuencias observebles. Esto supone reooger tantos datos comma sea posible en los contextos is di- verscs. Cada consecuencia adicionel de nuestra teoria que observemos aportaré un nuevo contexto en el que poner a prueba su veracidad, Cuantas mds sonsecuensias observasles encontremos que sean cokerentes con la teori, mas penetrante seré Ie explisation y més ciertos sus resultados. ‘Al afiadir datos sobre nuevas corsecuencias observables de una teoria, ppodernos (2) recoger mas observeciones sobre la misma variable depen. Gientz 0 (b) registrar mas variables dependientes. Podemos, por ejemplo, esagregar los datos en petiodos de ‘empo més cortos o reas geogrificas ‘ms pequefias. También s2 puede recabar informacién sobre variables de- pendientes de un interés menos direc:o; si los resultados son como los que prevé la teoria, tendremos mis confiaxza en ella Pensemos, por ejemplo, en la teor'a de la disuasién rasicnal: los poten- ciales iniciadores de una guerra calculan los castes y beneficios de atacar a otras estados, y en estos célculos zueden influir amenazas de represalia erefbles. La comprobacién més directa de esta teoria seria eva uar si, dadas ciertas amenazas de guerra, la decision de atacar se asocia con factores como el equilibrio de fuerzas militares entre los posibles conten- dlient2s 0 con los intereses que estén en juego para el pais atacado (Huth, 1988). Sin embargo, aunque utilizar inicamente casos en los que se lanzan amenazas conferme un conjunto dz eonsecuencias observables de le teoria, éstas son s6lo una parte de las que se podrian recoger (y si blo se contem- plan Stas se podria producir un sesgo de selecsién), ya que aquellas situa- ciones en las que se disuade incluso de amenazar seriar excluidas de los datos. Por lo tanto, tambign podria merecer la pena recoger informacién sobre otra variable dependiente (0 s2a, sobre otro conjunto de consecuen- cias observables) que calibrara si los estados amenazan cuando tienen in- centivos para hecero, ES; , Siempre que se carezca de datos suficientes sobre la disuasi6n en polit- ca intertacional, también puede ser til poner a prueba otra teoria que parta de presipuestos smilares respecto a lz motivacién y que se aplique a otra variable dependiente en diferentes cordiciones, sm dejar de set una conse- cueneia observable de la misma teoria. Por ejempo, podrfamos concebir un experimento de laboratorio para ver si. en circunstancias simuladas, la ca- pacided militar y mas negociaciones firmes, en vez de acentuar las «ame- nazas», hacen queno se produzcan, También podviamos examinar si, en si- tuacionss andlcgas, actores como los oligopolics que compiten por su cuota de meteado o las familias del crimen crganizado que luchan por el tetito- rio utilizan esttategias de disuasin y hasta qué punto tienen éxito en diver- sas circanstancias, De hechc, los economistas que trabajan 2n el érea de la orgarizacién industrial han utilizado le teoria de juegos no cooperativa, en la qu: también se basa la de la disuasiSn, para estudiar problemas como el de la ertrada e1 c ertos mercados o las estrategias de precios (Fudenberg y Tirole, 1989). Como las teorias se pareven tanto, os datos empiricos en los que se pasan las predicciones de la teora de juegos acerca del comporta- mien‘o de las empresas aumentarian la plausibilicad de otras hipétesisrela- cionades con la accién del Estado en politica irternecional. Seguiria ha- bienco incertidurrbre al aplicar las conclusiones 4e un camo al otro, pero el probema es lo suficientemente importante como para justificar que se intente sacar ideas y pruebas de donde sea posible Es evidente que una recogida de daros que siempre prescinda del anlisis, impediaa la finalisaciGn de una investigacion iil 2 vez de facilitarla. Sn la prictice, las linitaciones de tiempo y de recursos siempre condicionarén los esfterzos por recoger datos. Aunque més informacién, ns casos, mis entrevistas, una nueva variable y otras formas relevantes de recopilacién de datos siempre vaya a dar mis certeza a nuestras nferencias en algiin senti- do, puede que hara investigadores prometedores que se vean perjudicados cen igual medica por el exceso de informacion que por su escase7. Itsistir en leer un libro eras 0 en hacerse con otra mattiz de datos brutos sin eseri- bir una linea e: rezetar improductividad. La tercera cire:triz es: maximizar ia validec de nuestras ediciones. La validez tiene que ver con celibrar fo que creemo; que estamos calibrando, EI indice de paro puede ser un buen incicador de la situacién econémica, pero uro y otra ne son sindnimos. En general, lo mas facil es maximizar la validezajusténoze a los datos sin permitir que se nos interpongan concep- tos no sbservados o no mersurables, Si an entrevistado responde a nvestra pregunva aducienco ignorancia, lo que sabemos es que dijo que no lo sabia, ¥ para 2so si tenemos una medida valida. Sin embargo, lo que quiso decir en real dad constituye un concepto completamente diferente que no ruede ‘medirse con un alto grado d> confianzs. Por ejetrplo, en pa'ses con gcbier- nos represivos, adicir ignorancia puede ser, para algunas personas, una for: ma de criticar el sistema politico; para ot-os es como decir «No sé». a ‘Nuestra cuarta diretriz es: asegurarse de que los métados de recogida de daios son fables, Fbilidad significa que si se aplica e} mismo procedi- miento de la misma manera siempre se obtendré la misma medids. Cuando se utiliza un procedimiento fiable en diferentes ocasionss, sin cue nada haya ocurrido entretanto que trarsforme la «erdaderay sitacin del objeto que estamos calibrando, se observari el mismo resul-ado'®. Las medidas fiatles también oftecen ios mismos resultados cuando las realizan cifere tes investigadores, y elo cepende, evidentemente, de que se puedan seguir procedimientes explicitos ‘Nuestra ima directriz es que todas los detos y anéisis deben ser, en la ‘meéida de lo posible, rproducible:. La capacidad de te2roducciée. 10 slo se aplica a los datos, con el fin de que podamos comproier si nuestras me- didas son fiabes, sino que también tiene que ver con el proceso de razonae ‘miento que se utiliza para alcanzar conclusiones. Partieado del informe de nuestra investigaciOn, o-r investigador deberia poder copiar los datos ¥ rastear la logiea de nuestras conclusiones. La capaciiad de reproducciéa es importante aunque nadie repita nuestro estudio. Los procedimientos métodos utilizados s6lo se podrin evaluar si el estudio se descrite con el suficiente detlle como para que pueda reproducirse En algunos tipos de investigacién reproducir los datos puede resuitar di- ficil © imposible: quiza los entrevistados mueran o desaparezcan y no sea posible reproducir las observaciones directas de acontecimientos del rmur- do real que han hecho testigos o paticipantes en ellos. La capaciad de re produccién también sigrifica cosas diferentes en cade calided pretende aumentar la trascendencia de lo que se explica meciaate la informacion wilizada en la explicccién. Si pademos exponer con pwecisién, a través de una o varias variables causales, © que en princi- | pio parece un complicado e%ecto, el contro! que tendremos sobre un proble- ‘ma ser muy elevado. Alterés, si podemos explicar muchos efectos a partir dde una variable o de unas pocas, también dispondremos de un contol con- siderable. En general, el control es 2scaso en las ciencias sociales y lo ¢s ‘atin més en determinadas dreas teméticas. Esto puede deberse a que bos in- vestizadores no saben atin o6mo aumentarlo, a que ta naturaleza no esta or- ganizada adecundamente 0 a ambas razones, Las dreas que se estucian ha bitualmente de forma cualitativa suelen ser aquellas en las que hey poco contol, Para explicar cualquier cosa se suele necesitar un conjuntc de va- riables explicatvas: utiizamos muchos elementos pare explicar poco. En estos casos tendriamos que proponernos diseiar investigaciones 2o1 mas contol Hay varias maneras de aumentar sl control sobre el problema de nuestra investigacién, La principal consiste en inerementar el miimero de conse~ ccuenvias observables de nuestra hipétesis y buscar ef modo de cocf rmar- las. Como se fa descrto anteriormente, esta tarea puede suponer (°) una ‘mejara dela tecria para qu> ienge mas consecuencias observables, (2) na me- jora de los datos para cue realmente se detecten més consecuencias y se utilieen para evaluar la teoria y (5) una utilizacion més provechosé de esos datos, con el fix de extraer més consecuencias de aquelios que estén dispo- niles. Ninguna de estas posibilidaces, ni tampoco el concepto general de ‘max mizacion del control son iguales a la ides de concisién, ta cual, como explcamos en 21 apartado 2.2, un presupuesto relacicnaco con la fatura- leza del mundo més que una norma para disefer investigaciones. La maximizacién del control es “an importante y tan general que reco- ‘mendamos fervientemente que los imestigadores hagan listas consiartes de aquellas posibles consecueacias observables de sus hipiteris que pudieran detectarse en sus datos 0 en otrox. Quizé se puedan comprobar algunas de esas nuevas consecuencics en la matriz de detos brutos original, sismpre que - consecuencia no «surja de» les datos y sea una hipotesis que, de ma- nera independiente, indiquen la teoria u otra matriz. de datos. Sin embargo, utilizar otros datos es air. mejor. En este sentido, tendriarros que conside rar tambign consecuencias que pudieran aparecer en nue,os datos —relati- Vos 2 otras uniades o & ot os aspectos de los que estudiamos, datos sobre diferentes grados de agregacién y de otros per odos, como las predicziones sobre el futuro préximo— y evaluat las hipétesis en esos Ambitos. Cuantas mas pruebas encontremes en diversos contextos, més convincente sera nuestra explicacién y mis confianza podremos tener nosotros y los demas en las conclusiones, En principic, algunos investignderes podrian oponerse a la idea de reco- ger consecuencias observatles en cvalquier sito o en niveles de agregacién diferentes de aquel para el que se ha disefado la teoria. Por ejemlo, Lie- berson (1985) aplica a la investigacion cualitativa la idea estadistica de «fa~ lacie ecolégice» —utiizar de forme incorrect datos agregados paca hacer BEEZ” inferencias sobre individuos— con el fin de prevenir contra las inferencias, que wilizan diferentes niveles de agregaci6n . Zstamos de acuerdo en que utilizer datos ag-egados puede llevarnos @ hacer inferenciss incorrectas so- bre los individuos: cuando son éstos los que nos interesan, sucle ser mejor cestuciarlos directamente si podemes hacernos con los datos adecuades. Sin ‘embargo, si lo que queremos es que nuestra inferencia plantee una higotesis con bastante validez, quizi sea mejo- que nuestra teoria tenga consecuen- cias en muchos niveles de anilisis diferentes y, a menudo, podremos utili- zat datos de todos para dar alguns informacidr. sobre ell. De este modo, aunque lo que més nos interese esé en un nivel de andlisis agregad>, con frecuencia podremos lograr un mayor control sebre la verecidad de nuestra ‘woria si utilizamos datos d= los otros. Po: ejemplo, si elaboramos una lecria para explicar las revoluciones, ten- ‘dremos que buscar consecuencias observables de ella no sélo en los re- sultados mas generales sino en fenémenos como las respuestas de los revolucionarios a entrevistas en profuncidad, en las reacciones de los que residen en pequeiias comunidades de zonas apartadas del pais o en declara- cienes oficiales de los cargos de los partidos. Tendriamos que estar dis- ppuestos a incorporar cualquier informacion que pudiérames lograr, siempre {que nos ayudare a conocer la veracidad de nuestra teoria. Si podemes con ‘rastarla examinando los resultados de las revoluciones, rerfecto. Pero, en la mayoria de los casos, existe poca informaciin a ese nivel, quiza una 0 dos cbservaciones cuyo valor suele ser ambiguo o estar mal medido. La existencia de ura revoluciin es compatible cor. muchas torias diferentes. Sdlo al profundizar en el caso que nos ocupa o aportando informaciéa rele- vante sobre otros sera posible difetenciar las tecrias que ya existian con an- terioridad, El tinico problema, a lahora de utilizar informacién procedente de otros niveles y fuentes para estudiar una tearie que est disefiada con un determi- nado grado de agregacién, reside en dilucidar si tales observaciones contie- nen alguna informacidn relevante para evaluar las consecuencias de nuestra teorle, Si esas auevas observaciones ayudan a comprobar la teoria, habra ‘que Ulilizarlas aunque no sean corsecuencias d: gran interés. Por ejemplo, ‘quizd no nos importen er absoluto las opiniones de los revolucionarios, pero si sus respuestas a nusstras preguntas son compatibles con nuestra teo- ria de la revolucién, seré mis posisle que éta sea correcta y la recogida de informacién adicional no habra sido inti, De techo, una sbservacién en el nivel de andlisis més agregado —que tenga lugar una revolucién predicha, por ejemplo— no es més que una consecuencia observaia de la teoria y, dada la poca informacién que contiene, no habria que coxcederle as im- portancia que a otras consecuencias observables. Tenemas que recabarint= focmacién sobre tantas ecnsecuencias abservables de nuestra teoria como sea posible “jes 3.3 Admitir ia incertidumbre ‘Tanto en Ia investigacién cuanttativa como en la cualitativa el conozimien- to y a inferencia son siempre inciersos. La medicién en embos tipos de es- tudio es propensa al error, Fero sus causas pueden ser diferentes. El entre~ vistador cualitetivo, que hace una “arga entrevista en profundidad a una Persona cuyo cantexto ha estudiado. tiene menos posibilidades de calibrar ‘mal la auténtica ideologia politica d= ese sujet que otro que entreviste de forma estructurada a una persona elegida de forma aleatoria y de la que no sepa nada (aunque lo contrario tambien es posible si, por ejemplo, el entre vistador se fia excesivaments de un entrevistado que no es fiable). Sin em= bargo, el encuestador tiende mencs que el que investiga en profundidad a extrapolar de forma inap-opiada a una poblacién amplia, 1o que sélo es plicable a casos particulazes. Ninguro de ellos es inmune @ las incertium- bres de la medicion o al inherente carécter probabilistco del mundo soe’ ‘Tedos los buenos cientifivos sociales —ya sean cuanticativos 0 cua itati- vyos— contemplan un margen aproxiiado de incertidumbre en sus inferen- cias. En la ciencia politica, quiz el problema mas importante de los estu- ios cualitativos sea la constante falta de estimaciones de incertidumbre razorables que se observa en las inferencias de los investigadores (véase King, 1990), Siguiendo las 2ormas de este libro se puede hacer ura infe- rencia valida casi en cualquier situacién, independientemente de lo limita- dos que sean los datos, pero tendriarios que evitar sacar corclusiones muy ambiviosas a partir de datas poco ecnsistentes. El problema no es que sea imposible extraer inferencias fiables en la investigacién cualitativa, sino {que siempre habria que calcular de ‘orma razonable el gredo de wcerti- dumbre que existe en cad una de ells. Neustedt y May (1686, p. 274), al ‘ocuparse de campos en los que es dificil hacer estimaciones cuantitativas precisas, proporen un método itil zara animar a los decisores politicos (que a menudo se enfrentan a Ia necesidad de legar @ conclusiones sobre qué politica seguir, utilizando datos inadecuades) a juzgar la incertidumbre de sus conclusicnes. Preguntan: «{Cvnto dinero propio ponerias en ello?». Esta oregunta tiene sentido siempre que también nos plantsemos: «Con qué posibilidades?». 3.4 Pensar como un cientifico social: escepticismo e hipdtesis contrapuestas La incertidumbre de las inferencias causales tiene como corsecuencia que los buenos investigadores sociales ro las acepten facilmente. Cuando se dice que A procuce B, alguien que epiense como un cientifico social» se preguatard si esa relacion es auténticamente causal. Es ficil hacer esas pre~ _Buntas respecto a las investigaciones ajenas, pero resulte mas importante ea) plantearlas en relacién a los propios proyector. Existen muchas razones para tomarse una explicacién causal con eseepticismo, por plausibe que pueda parecer a primera vista. Leemos en el periddico que los japoneses ccomen menos cares rojas y que suften menos ataques cardiacos que los estadcunidenses. Esta observacién es interesante por si misma y, ademas, la cexplicacién resu ta creible: comer demasiados fletes conduce a la alia tasa de eniermedsdes cardiacas de los Estados Unicos. El cieatifico social es- cépzico pregunta por la precisién de los datos (geémo conxcemos los hébi- tos alimentaros*, zqué muestra se he utilizado’, ise clasitican los ataques al corazén de forma parecida en Japim y en los Estados Unidos, de manera que podamos cemparar fexémenos similares?). Suponiendo que los datos sean precisos, {qué otros factores podtian expl car los efectos?: ghey mas vvariatles (otras diferencias dietéticas,rasgos genéticos o de forma de vida) {que piedan explicar este resultado? ,Acaso hemos intercambiado la causa y el efécto sin damnos cuenta? Es dificil imaginirse que el hecho de no su- frirun ataque al corazén pueda hacer que comanos menos carne roja, pero es porible. Quizi la gente pierda, com los afos, ls ganas de comer hembur- guesas y filees. Si asi fuera, los que (por Ia razén que sea) no han sufrido ‘un ateque al corsz6n vivirian mas y comerian menos came, Este hecho pro- dduciria Ja misma relacién que Hlevé a los experts a la conclusion de que la came es la culpeble de los ataques al corazon. Ne pretendemos cuestionar esos estudios médicos; simplemente quer ‘mos foner un ejemplo de cémo los ciestifices sociales se enfrentan al pro- bleme de la inferencia causal: con escepticisro y teniendo en cuenta las extlicaciones aiternativas que podsian haberse pasado por alto. De este ‘moda, la infereacia causal se convierte en un proceso en el que caca con~ clusién es una qportunidad de investiger atin mas, con el fin de profundizar cen ess inferencia y ponerla a prueby. Intenta-erios, mediente aproximacio- nes sucesivas, aercamos cada vez mas a una inferencia causal precisa,

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