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TESSENOW LA CONSTRUCC HON DE Heinrich Eve libro es am breve compendia de faplicadas a temas clementales, ta sjormas xa estabilizadas. Pero pequetias casas como las de Holleran, no os.un te ta busqueda de una prreza, que se conmiuue medeg de la tradiciin cultural germinica ear ssenie, memoria colectiva, y son facilmente accesible desarvolla en sus anilisis, CASAS Y O'TROS ‘TEMAS Vessenow {a teonia compositiva de Tessenow. En el revela sus metortos formates fan clementales que en una primera impresiin frueden parecer briviales ¥ con que habia madurady sus principios a travis de la eonstoucciin de vivalista mimético del tradicionalismo, Sus propuestas suponen ‘we mediante la redueciin a lo esencial. Lmdgenes y tipologias abstraiday garantizan la comunicacin arquitectinica, restablecen ef wauray y ta sal observador por medio del formalism afectivo que 1 vont orden, ta regularid fe 1 a regularidad, la simetria son valores perennes. Para conseguistos nada mejor que el trabajo artesanal que Heva inherentes tas virludes de claridad y simplicidad. teenic EL hie estd formado por los siguientes capitulos: Trabajo artesanal y tradicién burguesa; La forma bjetividad o verdad en el trabajo artesanal; Glaridad y simplicidad en el trabajo artesanal; Con- sideraciones sobre el dividir y el unix; EL omamento, y los eapitulos que aqui se reproducen Los escritos y dibujos de Tessenow, significan una reflexién sobre ta naturaleza del trabajo del arquitecto, Hena de sensibilidad y suliteza. Heinrich Tessenow Observaciones elementales sobre la construccién EL orden Friedrich Nietzsche dijo esta estupenda frase: (0. que existiera cl caos para que Hla». Si ello es cierto. ‘sa «Era ne pudiese nacer una estr podemos esperar de toda nuestra vida y nucs~ tro trabajo cl nacimiento de la estrella mas grande y bella: en nuestro tiempo el caos ne Cesario ha logrado prosperar como nunca. (Crear un orden). Un sistema de referencia ordenado es siempre mas o menos insuficiente; comienza a estar inevitablemente en inferiori- dad frente a todo lo nuevo que acontece, a menos que intentemos no ser demasiado m ticulosos y consigamos adaptar lo nuevo a lo ejo, a lo cual se asemeja siempre. Reconoz- mos, en tanto nos empeiamos en dar al mundo un orden nuevo, que nos falta la for- taleza necesaria para comprenderlo en todos sus aspectos y aceptemos con auténtica resig- nacién nuestras imprecisiones. , Hausban und dergleichen. Berlin, 19/6. En ediciin reciente: Munich, 19% Exislen traducciones al inglés en ta revista 9-11, mim, 10, 1989, y al italiano bajo ef titulo Osserva clementari sul costruire (con introduccién de Giorgio Grassi). Franco Angeli. On i Mildn, 19. E] wabajo artesanal, la construceién de cami= nos, puentes, casas, algo de aprosimado y, precisamente por necesita recurrir a un sistema de referencias ordenado. EI mejor medio para crear orden es fa uni- formidad, y, para poder prosperar, el trabajo artesanal requicre tanto orden como uniformi- dad. En un trabajo basado en la uniformidad de los elementos, los matices mas sutiles de nues- ua imaginacién tienen cl espacio necesario para expresarse, lo cual seria imposible en el caso de una absoluta novedad; ésta es ha ven taja que obticne todo saber particular del re= conocimiento del orden y Ja unilormidad. Para lograr captar y representar la realidad en Ja uniformidad debemos afinar nuestra sensil dad comparando los matices; por ejemplo, un pastor que entre su numeroso rebaho de bla cas ovejas intenta distinguir una de otra ha de tener en cuenta necesariamente, y es capaz de hacerlo, diferencias sutiles existentes entre cada una de ellas. Pero a quienes no son pas- ‘Scanned with CamScanner es nuestro caso, todas las oveias case nutes- 1 los: tores, com este les parecen iguales, porque ¢ tras ojos no se_han ejereitade en capt matices Admitir la uniformidad signitic sibilidad, si bien orient desarrollar dda en una notable se una sola dirceeion, pues consiste en cr trar toda la atencion en las cosas que se ase mejan, a fin de poder captar todas sus sutiles diferencias: es el limite que tla uniformidad y también el orden, caracteri Cuanto mas deseamos que nuestro trabajo respete ka uniformidad sin intentar crear a toda costa una novedad absoluta, tanto mis euida- dose debera ser con los detalles; por ejemplo, nla uniformidad de la ropa masculina los fetalles satan enseguida a la vista, se notan con mucha mas facilidad que en el vestido fe- menino, donde es bastante raro prestar aten- cién a los pormenor cidn de color, ete.; la rapidez con que cambia la moda en este sector requiere una rara ha- bilidad para poder prestar ate tales. re ademas de estar al tanto de las comtinuas novedades, Si consideramos lo que repr cl trabajo artesanal en el terreno de la economia, debe- mos también tener en cuenta el detalle nada desdehable que ha supuesto en este plano la introduccién de una normativa unilicadora Suponiendo que para los diversos tipos posi- bles de vivienda nos inspira mentos esenciales que, por s en ¥ renuncidsemos, por tanto, a las soluciones mas individuales y originales en la construc- cién y distribucién de nuestras casas para re- petir cn cambio unos pocos tipos constructivos siempre iguales, nuestros modos de vida expe- rimentarfan una ventaja considerable re a la situacion actual ¢Gudnto vendria a costar, de hecho, una caja de cerillas si, para desgra- cia nuestra, estimasemos importante que cada una de ellas, ademas de caje de corte, costura, clec- cidn a los de nados, rsent pecto se hiciese de una forma distinta, segin planes arquitecténicos diferentes? En realidad nuestro gran corazén nos ha Hlevado a intentar algo parecido La uniformidad, aplicada en amplia eseala cada vex que en nuestro trabajo nos parezca de evidente importancia, lo puramente nece- sario, una gran comprensién mutua en la con laboracién, un compromiso de seriedad en el atencion divigida a los, ey taba er conjunte, como ke estrel aes prvesta al eas C1 -qHEACKIIRNERLE Se pig Finestras mnayeres eapacilades y nuesteg eye tad constrneny Eo hecho de dara fanidaanente ania trabajo. artesanal no COUSHIENYE de py yr Trastornn tan sielento come hoy podria haan ar la gran conlusi6n que nos rode, nos pen toda la produccién artesanal anterior hably gy 1 uniformidad y demuest favor de es ct puede aplicar ficilmente Hoy en dia, por cjemplo, obscrvamos ka an dad en la produceion en serie de hierra yaa. a construccién, en los tornillas dera para clavos de hierro y cn muchos utensilios meno, herramientas de vajilla, en ta anas, en las Lime res, como por ejemplo en la trabajo, cn cl mobiliario, fabricacién de puertas y ven! paras eléctricas, en los tranvias y ferrocarri. Tes, ete., y mas que en ninguna otra parte, en cl equipamicnto militar; a pesar de ello, no podemos decir que esta uniformidad nos su ponga de alguna manera un motivo de preocu- paci payios detalles no son nunca lo mis importan- te en una produccién solid y avanzada, ni siquiera en lo que respecta a la eleceién de los instrumentos de trabajo; aun cuando la uni: formidad implica necesariamente la existencia de detalles de matiz, slo damos importancia primordial a las cosas que la tienen por ser necesarias; asi, por cjemplo, los tr iguales entre si porque si fucran dile de otro, resultarian nivias son fentes uno nis. COSLOSOS. Cuando se acepta la uniformidad, se con vierte en obsticulo para las transformaciones hos cuesta deshacernos de ella, nos induce a admitir que tiene una razéu de ser muy pre cisa y deja muy poco campo a las criticas: pot cjemplo, nunca se nos ocurritia encontrar un_tanvia un motivo de risa, por mas qu contraste Hamativamente con la imagen de Ht calle en que aparece situado. Este efecto 4" Sjerce la uniformidad en nuestra sensibilidad garantiza su permanencia, mas incluso que ls consideraciones de caracter economico que ha determinado en realidad su existencia. ASS sucede que | ces nest ral nue de ja mayorfa de las. v relacién con ella supone dificultades tan § des para Hegar a una superacién que cas ‘Scanned with CamScanner PrSsE Non Jan nuestra mejor tad mas deeidida, daz munca est tpacidad y muestra volan Pero este ne cuenta 1 nad remos en Condiciones de le finir una forma de vida oun. que explote hasta agotar ¢ energias activa nuestros a forma de trabajo talmente nuestras Sy creativas, Aunque emplee a mejores recursos Hegaremos siempre @ IM punto en que dichos reennes produciran fatalmente efectos destavorabhes por tanto, los utilizaremos siempre wa peaar dle clo». aur de \ los rieos y at los poderosos no les gusta la repeticin, instrumento de las personas senei- las. Creemos a menudo que la insistencia en la repeticin tiene como efeeto la pobreza, Pero no es seguro que sea asi: la repeticién produce en ciertos casos una impresién fuerte y ri como en el siguiente ejemplo: todo esti vacio, todo es oscuro, cuando mi amor no esta junto a mi, ereia que me amabia, pero no pero no pero no pero no: me odia. La fuerte impresion que aqui suscita el «pero no» podria, quiz, conseguirse con otras pala- bras: observemos, sin embargo, que en este caso la repeticién de la simple negacién des- pierta sentimientos que son no solo muy fuer n ricos y complejos; la expre 11 s6lo por me tes, sino tambi sin «pero no» se convierte, dio de la repeticién, en lamento, desespera- cién, angustia, ct Entre los medios con que contamos para ex- ar- tesanales no son ni los mejores ni los nis ¢O- modos, sino los mas imprecisos ¢ inexpresivos Y. por consiguiente, cuando queremos expres sar en el trab un sentimiento fuer te y rico, preferimos recurrir siempre & peticién, como el poeta, quien para cantar st lamento y su desesperaci6n repite st simple frase «pero no». No hay sentimiento que sar por medio del trabajo artes plo, una casa, una silla u otras cosas Si pueden expresar muy bien y con claridad la alegria, la tristeza, ¢] jibilo, la tristeza mas presar nuestros sentimientos, los wabajos jo artes no se pueda expre- nal; por ejem= milares, ew pretund oh nobles, ba tnndiberen expresives, exper iahuen te adeenatios at tal fin, y este puede ianhien en valor aa tos that ives. Sa HOS. par ejemplo, que para tn buen artes time extreme ano dary bajo artes yes muy importante el aspect hada; pero, si pedimes a un ehanist donorase qu hos constinnya tt Saal tantan, 94 cede por primer siempre I villa que ¢ prese indiferencia, se le sicillamente Ja visa ves en nite thos diay sine qui sido asi, inelase mpos en que cl trabajo artesanal repre senmtabiv un mumdo mucho mas rice que ke mera necesidad. Cuando un trabajo artesanal posee una especial impronts expresiva, este caracter tier H origen totalmente inconsciente, Los sentimientos expresadas por medio del trabajo cn los productos artesanales unas signifi son siempre los mas generales; nos d ramente cuenta de ellos cuando, pensande Spoeas en que el trabajo de los artesanos fMo- recia de manera especial —como por ejemplo, en la Edad Media—, volvemos a encontrar siempre formas idénticas y, por 4 expresion, El tras tanto, siem- pre, mas o menos, it misni bajo artesanal ma ido no da nunca gran mportancia a lo particular; en ef fondo, tam poco nosotros actualmente se la dames, pero le tenemos ademas demasiado poco respeto, y asi ocurre, por ejemplo, que nuestra puerta de entrada transmite una la sala, en cambio, de ligereza, ete., de mancra que una expresion esti siempre en contradie- cién con Ia siguiente, sin que haya nada capaz de convencernos 6 alegrarnos Si repetimos diez veces «pero no», obtendr mos sin duda una expresion efieaz, aunque no necesariamente ric riquece si —como ocurre en La cancién cita- amos captar cl tono justo y esencial desde ef primer «pero no». Por tanto, la uni= formidad de nuestras casas o de nuestros mue- les, ete, no es siempre aceptable; lo sera si el elemento repetido es el justo y esencial, Se trata de un objetivo muy dificil de conseguir hoy en dia, En todo caso seria importante que, I 1, comenzaramos a sensacién de pesadex y ; la repeticién sélo se en= da— log respecto al trabajo artesana superar la inseguridad que experimentamos ante el orden, la repeticién y lt uniformidad stro punto de vista, en cuanto tales; desde nu [axuniversia ‘Scanned with CamSeanner vn LA PUANZA Dt estas cualidades son los instrumentas de ta bajo inis justos v effeaces Un buen trabajo artesanal teme siempre bt originalidad, pero no ba costumbre 6 be repe= tieion, portadoras en si mismas de sw propia explicacion, daridad_y. en especial, sobre ta simetvia parecer ridicule detenerse a reflexion sobre el hecho de que en ta vida cotidiana y en cl trabajo artesanal conviene cierta regula- Fidad; para nosotros, sin embargo, es evidente su importancia, Tanto ms extraio nos parcee el temor que siempre nos asalta de imprevisto cuando, a propésito del trabajo artesanal, de- tarnos a cuestiones relativas al alaridad; ‘guida por demostrar que la r pre lo mas benef Pero el hecho es que casi nunca nos preocu- pamos de lo que es benelicioso en sentido ab- soluto, sino mis bien, casi siempre, de lo que Y en general, en la vida cotidiana y en el trabajo artesanal, Ja referencia a una nor- ma y la re . sin mas, mejores que cl desorden. (A denado o regular, de modo qu se trata solo de regularidad, quiza, 0 de desorden.) Lo que no es regular, alm medida, aunque sélo lo sea de forma simple 0 burda, © por lo menos comprensible y comu- nicable puede tal vez ser algo muy profundo y de gran belleza; pero si lo exponemos en piiblico 0 lo entregamos a la colectividad —cosa que hacemos, mas 0 menos, con todo trabajo artesanal—, parecera vacio, se reduci- ¥4 inevitablemente a mera forma y no tendra para nosotros mas valor que un trozo de ma- dera encontrado casualmente en el camino. En cualquier caso, es cierto que todo trabajo ar- tesanal o arquitectonico dotado de algiin valor revela siempre abiertamente su caracter colec- tivo y tiene sin duda alguna en gran conside- racién las formas simples de la regularidad Esto muestra la clevada importancia que en todo trabajo artesanal posce la regularidad for- mal, incluso la mas elemental, como por ejem- hemos enti orden o la reg tales casos nos es fore: Mos cnse wridad no es sic oso, es mejor ularidad soi n de cuentas, todo es mas 0 menos or- en la practica imple 0 burda nos en cierta LA MODERNIDAD so de ka linea recta, del rectinguty plo. el J viculo, del Angulo de 90, ta linea horigs (todo lo cual dey ota 8s Valid, se ntre Tos tral, la vertical, etc todo en arquitecturt, pues rales es el mis vineulades al je artesa alo coleciicn, Tambien fa simetr simples de la regula ss comprender cl espiritu UAL ETHETE Las oy idad formal y nine podre HS Kenting ¥ la anténtica esencia de cualquier trabajg , tesanal si al mismo tiempo no amamos pre, pemte La simetria. ndemos disefar la planta de una casy todas sus partes en el prin. cipio puro y simple de la practicidad y si que. remos, siguiendo siempre este principio, deter. minar y distribuir cada una de sus hahitacio. nes, situar las ventanas donde permitan una iluminacién mejor, ete., la casa aparecera irre. gular y asimétrica en todos nentos: lo mismo puede decirse también de otros muchos tipos de trabajo artesanal, 0 mejor, de todos. Cuando un impulso inclemente nos mueve a buscar en todas partes la practicidad y la fan- cionalidad, acabamos indefectiblemente por pensarlo todo de manera toreida y desorde- sus eler nada Al ocuparnos de la simetrfa advertimos que nuestra atencidn se siente siempre atraida so- bre todo por la linea central o eje de simetria (del mismo modo que cl cireulo despierta en nosotros el deseo de encontrar el centro); cuane do, sin prestar demasiada atenci6n, tratamos una superficie plana segtin un orden simétrico, podemos advertir enseguida que no nos hemos distane da del centro o del ce 76n por la que la simetria resulta a menudo Jez tan desagradable. Si cedemos mecanicamente a la fuerza que dimana del cje de simetria, ésta nos Hlevari finalmente a dibujar el eje como una linea et la superficie simétrica dibujo I—; en este punto —dibujo 2— la simetria resulta absolu- tamente rigida, inerte, rota, pues hemos div dido la superficie simétrica original en dos st- perlicies simétricas. : Apartémonos un poco del dominio del d¢ de simetria y, lejos de él, insertemos nuevts figuras, como en el dibujo 3: el interés po ¢ cje se manticne vivo, pero el nuestro se divide athora entre el eje y las nuevas figuras, ¥ NUS" tra mirada oscila entre el uno y las otras, 4 do casi n mae ‘Scanned with CamScanner TESSENON i manera que el conjunto se anima subitamente Este resultado se puede perfeccionar posterior mente alejando lo mas posib guras del eje y dandoles mayor re por ejemplo, en el dibujo. La distribucion de las formas individuales en torno al cje de simetria, como en el dibr jo 5. demues lt igi las nuevas huevame te una con wtoridad del eje y tiende, por tanto, ida: se advierte de pronto algo incrte 0 va horizontales en los casos en que se haya de nero de formas en el eje concentrar cierto 1 vertical, La rigides simétriea conseguida se po- dra climinar medi que se dara un especial r nte lineas horizontales a las dencia en los dibujos 7 y 8. Sin embargo. en | realidad, Jas lincas horizontales equivalen en | este caso a una eura de caballo: tienen un efee= to tan violento que casi anulan por completo el efveto mas sutil del eje de simetria y le pri- [" r —— le 4 20 J a L I=} a o a oj a a a i a 6 jidad de Jas formas fo, a pesar de la comp fo presentes, mientras que una composicion si- métrica de la superficie —como la del dibujo 6, enriquecida con Ja insercion de algunas figuras laterales, expresa el orden de un geste renado. En un edificio, el eje de simetria que discurre siempre verticalmente tiende a atraer sobre si toda la atencidn; este hecho puede equilibrarse eficazmente trazando lineas van incluso de cualquier interés, tal como su- el dibujo 9, que se deberd comparar cede ¢ con el 10. Cuando por alguna raz6n pre r de manera especial el eje de simetr y HH, unimos a menudo endemos des- taca como en los dibujos primera imagen a una segunda, s en relacién a aquélla, como en el dibujo en este caso transferimos nuestra mirada de ‘Scanned with CamScanner om La PUJANZA DE un eje otro, dotado del mismo poder de atrae- fo. y asi el restultade es unt ny rica, que se mantis te trabada por el dela union de dos cion que el prit imagen de conjunto ni ne, sin embargo, solic cje principal, En esencia figuras mace una nueva euyo cje es invisible, imagen. simetrica —come en el dibujo 6 Pero ef hecho de que en un edilicio doble de este tipo se haya dado tanto t 1 los deta Hes conticte al conjumto una fuerza extraordi= naria que tencidn sin result sin embargo, es de una © por cllo irrelevante, elect es especialmente bello y claro, por eje plo. en muchas iglesias antiguas con dos to- an co Este LA MODERNIDAD sensacion de severidad a veces, en especial, | La smite con su verticalidad tan acey res tv ti vad calibra por In adicién de ama secu, idéntica a ka primers. Tambien on et «yet res gitieas aistadas, ka sensicivin ay Tiida at as Wottes las perez con que tan a menudo se Las caryes riza puede ser atemperada por in desir, horizontal de las lineas de kv parte supers como ocurre, por ejemplo con las torres qe han quedado sin remate La simetria sera tanto mejor cuanto ficilmente se logre percibir el cje Kis die MI ESCUELA DE CONSTRUCCION ORNAMENTO Y EDUCACION Adolf Loos Los siguientes eseritos de Loos muestran su vertiente tradicionalista y cldsica que para él no fue contvadicora con la esencia moderna. La im Al siempre fue un clasicista Ja voluntad de seguir la tradiciin en la ensenanza de el clasicivmo, entendida éste como disciplina Los dos articulos lacién del tema del omamento, dieciséis anos sldolf Loos «Meine Bauschale» en TrotzdemBrenn en A, Laas, op. cil.(en esta traducciin aparece 1913 come ta fecha MI ESCUELA DE CONSTRUCCION No existe mayor desgracia que es do a la inactividad. Cuando hace jar condena- quince ai dirigi la peticién al profesor Jose Hof mann, de que se-me permitiera amucbla sala de juntas de la Secession, hal adie ve nunca, y que sélo hubie acion que a costado. igen mas divulgada de Loos como protorracionalista hizo olvidar que en el ford, los dos articulos existen algunos pérrafos que asi lo aseveran: Loos manifesa fa arquitectura, de basar la formacién del arquitecto Y como convenciin formal. l primero de 1907 y el segundo, de 1924- silo estas manifestaciones: pro-clisicas, sino también para ente de Loos por la enseianza de ta arquitectura y et dibujo, El ~. se reproducen enteros a fin de no entresaett ender el conterto en que se producen: et ints segundo articulo representa ademés una recpitt posterior al escrito titulade Ornamento y delito. Verlag. Junsbruck. 1931. Traduccién espaiole a del primer articulo). a mie thos cientos de coronas me fue rotundame denegada, Cuando, gracias a la intervencié helm Exner, se me permitié dar, en el cu? de maestros de sastreria en el Museo Tet l6gico, unas confirencias, tuve que inteT Pirlis por orden del entonces secretarie ¥ eto de palacio Adolf Vetter. ‘Scanned with CamScanner Kibet

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