sAprirates, dice mi madte al ot lado de la puerta; wte es
tamos esperando.» No le respondo. Desnudo me coloco,
basjo [a ducha y abro la Have. El agua cae sobre mi cabe-
za, nueda por mi cuerpo, llega al suelo completamente en-
rojecide por el polvo. \
: 1965
Desmarhe Meewes, “Cee Ves oye comets
Verne Jesse segehs de AX «
urane’, Tesapeds, Qavdors, 2006.
6
Con los ojos cerrados
Austed si se lo voy a decit, porque sé que si se fo
caento a usted no se me vaa reir en Ia cara ni me vaa re~
gaat. Pero.a mi madre no. A mamé no le dé nada, por-
aque de hacerlo no dejaria de pelearme y de regaiarme.
Y, aunque es cas seguro que ellatendsia la 1a260, no quie~
10 ole ningtin consejo ni advertencia.
Por eso. Porque sé que usted no'me va a decir nada,
se lo digo todo. ‘
Ya que solamente tengo ocho afos yoy todos los dias
ala escuela. ¥ aqui empieza la tragedia, pues debo levan-
tarme bien temprano ~cuando el pimeo que me regalé la
tia Grande Angela slo ha dado dos voces~ porque la es
cucla est bastante lejos.
‘A.cso do las seis de la maftans empieza mamé 2 pe-
Tearme para que me levante y yaa las siete estoy sentado
en la cama y estrijéndome los ojos. Entonces todo lo ten-
30 que hacer corriendo: ponerme la ropa correndo, lle
gar corriendo hasta a escuela y entrar coriendo en la fila,
pues ya han rocado el timbre y la macsra esti parada en
fa puerta
Pero ayer fue diferente, ya que la tis Grande Angela
debi ise para Oriente y tenia que coger el uen antes de
las siete. ¥ se formé un alboroto enorme en la case. Todos
Jos vecinos vinicron a despedirta, y mami se puso tan ner
aviosa que se le café la olla com el agua hirviendo en el
piso cuando iba & pasar ef agua por el colador para hacef
lea, y se le quemé un pie.
‘Con aguel escéndalo tan insoportable no me quedé
mis remedio que despertarme. Y, ya que estaba despierto,
pues me decid a levantarme.
La tia Grande Angela, después de muchos besos y
abrazos, pudo marcharse. ¥ yo sali enseguida para la es
cela, aunque todavia era bastante temprano. "
Hoy no tengo que i corsiendo, me die csi sonrien-
te. ¥ eché a andar, bastante despacio por cierto. ¥ cuan-
do fai a cruzar la calle me tropect con un gato que estz
tba acostado en el gontén de Is acera. Vaya hogar que
‘scogiste para dormib, le die, y lo toqué con Ia punta del
pic. Pero no se movi. Entonces me agaché junto a él y
ppude comprobar que estaba muert. Fl pobre, pensé,se-
‘uramente Ip arollé alguna miquina, y alguien To tir6 en
ese rincén para que no To siguieran aplastando. Que Jés-
tima, porque era un gato grande y de color amailo que
seguramente so tenia ningiin deseo de morse, Pero bue
zo: ya no tiene remedio. Y segui andando,
Como todavia era temprano me Hegué hasta la dulee-
ria, porque aunque esta Iejos de la escuels, hay siempre
thlees frescos ysabross. En esta dlera hay tambien
ds vgjtas de pie en la entrada, con una jaba cada una,
¥ las manos extendidas, pidiendo limosnas...Un dia yo le
di un medio a cada na, y las dos me dieron al mistno
tiempo: «Dios te haga un santo. Eso me dio mucha isa
¥ cog y volvia poner otros dos medios entxe aquellas ma-
nos tan arugadas y pecosas. Y ellas volviron a repetir
*Dios te haga un santor, pero 2 no tenia tantas ganas de
reinme. ¥ desde entonces, cada vex que paso por ali, me
28
Nw
rmiran con sus cars de pass picaras y no me queda mis
remedio que dares wa medio a cada una Pero ayer i que
to podia dases nada, ya que hasta la pests de la mesen:
dd la gasté en tortas de chocolate. Y por eso sali por la
prerta de aris, para que las vigjitas no me vieran
"Ya solo ne filtaba enuzar el puente,camsinar dos ca
ras y legara a escuela
En ese puente me paré un momento porque se
algarabia enorine all abajo, en l ola del ro. Me
guindé a la baranda y mi: un coro de muchachos de to-
ds tamaios tenianacoiralada una fata de agua en on i=
con y la acosabun con gitos y pedadas. La rata conia de
lun extemo a otto del rincéin, pero no tenia escapatora y
soltaba unos chillidos estechos y desesperados. Por fi,
‘uno de lo muchachos cgié una vara de bambsty golped
‘con fuerza sobre el lomo de fa rata, reventindots. Enton
ces todos los dems correron hasta donde estaba el animal
y tomindolo,cnte salts y gritos de triunfo, la atrojaron
hasta el centro del so, Pero la rata muerta no se bund.
Siguiflotando boca ariba hasta perder en la cortiente
Los muchachos se fueron con la algaabia hasta oto
sincsn del io. ¥ yo también eché a andar
«Caramba», me dije, «qué fcil es caminat sobre ol
puente.r Se pede hacer hasta con los ojos cerrados, pues
2 un lado tenemos las gas que no lo dejan a uno cae al
agua, y del ot, el contén de a acera que nos avisa antes
de que piseros la calle. Y para comprobarlo cet ls ojos
yy segui caminapdo, Al principio me sujetaba con una
mano a a bara del puente, pero luego ya no fe nece-
serio. ¥ segui chminando con los ojos cea, ¥ nose lo
‘aya usted a decir a mi madre, pero com los jos certados
tno ve muchas cosas, y hata mejor que si os lewiramos
wna
»abiertos...Lo primero que vi fue una gran nube amas
Tema que brillaba unas veces més faerte que ots, igual
aque el 01 cuando se va cayendo entre los drboles. En-
tonces apreté los pirpados bien duros y la nube rojiza
vyolvié de color azul. Fero no solamente az, sino verde
Verde y morada, Morada billante como a fusse un arco
ins de esos que salen cuando ha lovido mucho y la tera
sti casi ahogada
"7 con Tos ojos cerrados, me puse a pensar eh as ca
Iles yen las cosas sin dejar de andar. ¥ xia mi ia Gran-
dde Angela saienlo dela casa, Pero no con el vestido de
bolas toias que es el que siempre se pone cuando va para
Oriente, sno con un vestido largo y blanco, ¥ de tan alt
aque es parecia un palo de tléfono envueto en una sibe
na. Pero se veia bien.
YY segui andando. ¥ me tropecé de nuevo con el gato
en el contén, Peto esta ver, cuando fo rocé con la pun-
ta del pie, dio un salto y sali cowiendo. Salié cortiendo
¢l gaio amarillo billante porque estaba vivo y se asust6
‘cuando To despeté.Y yo me ref muchsimo cuando lo ¥i
desaparecer,desmandado y con el lomo crizado que pare-
cia solar chispas
Segui caminando, con los ojos desde luego bien cera
dos. Vai fe come legué de nuevo a la dulcera. Pero
como no podia comprarme ningin dulce pues ya me hax
bia gastado hasta la kia peseta dela merienda, me con-
formé con mitarlos a través de la vidriera.Y estaba asi, i-
ndolos, cuando oigo dos voces detrds del mostrador que
tne dicen: «No quites coment algin duke”. Y cuando
det la cabeza vi que las dependientas eran las dos vies
{que siempre estan pidiendo limosnas a la entrada dela
dhleeia, No supe qué deci. Peto ella parece que av
30
naron mis deseos y sacaton, sonrientes, una tosta grande
y casi colorada hecha de chocolate y de almendras. ¥ me
la pusieron en las manos.
'Y yo me volvi loco de alegria con aquella torta tan
grande y alfa la calle
‘Cuando iba por el puente con la tora entrelas ma
nos, of de nuevo el escindalo de los muchaches. ¥ (con
Jos ojos cerrados) me asomeé por'a baranda del puente y los
vi alla abajo, nadarido apresurados hasta cl centro del fo
para salvar una rata de agua, pcs la pobre parece que es
taba enferma y no podia radar
Los muchachos sacaron la rata temblorosa def agua y
Ja depositaron sobre una piedra del arenal para que se ores
za con el sol. Entonces los fui a lamar para que vinieran
hasta donde yo estaba y comemos todos juntos la tora
de chocolate pues yo solo no ibaa poder comerme aque:
lla torta tan grande.
Palabra que los ibaa llama. ¥ hasta [evant las manos
‘on la fort ¥ todo encima para que la viean y no fueran
a creer que era mentira Jo que les iba a deci, y vinieron
comiendo. Pero entonces, puch, me pasd el camicn casi
por arriba en medio de Iz calle, que era donde, sin darme
‘cuenta, me habia parado.
Y aqui me ve usted: con las piemas blancas por el es
paradrapo y el yeso. Tan blancas como las paredes de este
‘uarto, donde ssl entran mujeres vestidas de blanco para
darme un pinchazo 0 una pastilla también blanca,
Yno eres que lo que le he contado es mentica. No vaya
« pensar que porque tengo un poco de fiebeey 2 cada rato
me quejo del dolor en las piemas, estoy diciendo mentira,
porque no es as. Y si usted quiere comprobar si fue ver
dad, vaya al puente, que seguramente debe estar toda
31toda desparramada sobre el asfilto, la tozta grande y casi
colorada, hecha de chocolatey almendras, que me regala-
ton sontientes ls dos viejecitas de la dulecsis,
1964
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La Vieja Rosa
Por ditimo sali al patio, casi envuelta en fas lain,
se recosté a la mata de tamarind que ya no Horeca, y
1pez6 a llorar en tal forma que el llanto patecfa no haber
‘comenzado nunca, sino estar alli desde siempre, bafando
‘sus oj08, produciendo ese uido como de crujias, igual
al de la casa en el momento en que las llamas hicieron
tambelear los tzoncos més fueres, y aquel andamigjecen-
{elleante viniese abajo entre un enorme chisporroteo qe
atraves6 la noche como una explosin de fuegosartific
les, Segulallonindo, y el osto, eubirto por una aureola
rojiza, parecia, por momentos, el de una nia desorienta-
dda en medio de esas tomentas que solamente suceden en
las iustraciones alucinantes de los cuentos de bruja y
‘otras fantasmagorias que ella nunca habia fedo. Pero a ve-
ces, cuando las Hamas estallaban casi delante de #8 ojos,
‘chamuscindole las pestafas, su cara se deslumbtaba con
todas las caractersticas que el tiempo se habia encargado
de ensartarle. Entonces se veia claramente, que s€ trate
ba de una vieja, ¥ de haber pasado alguien del barrio, ha-
bia confirmado que aquela mujer no podia ser ofr que
Vieja Rosa, Los tizones, adn Hameantes,saltaban por los
aires y caian sobre las alts yetbas del patio. El fuego se
‘ultpficaba, azindose de pronto por todos los sitios y
ameoazando coa fulminar ala mujer, ala que se le hacia
B