| Fotocomsadora | Avelaneda TT MATERIA: HISTORIA Profesor : BOUCO SGHVARZER-BASURIDO tadusteialigacion 2057( 220 comisiones internas. El objetivo de revertic este €sta- i use a cabo después del golpe recién a Tievarse a cabo despot pe tividad de las fucto—; fa ansiedad de de decisin en Sus batalla les permiti6 recu- superaba cvalquier otra meta. Ta “ ana Pee peo igot a bueta pase de a extract faba Jue no volvi6 a recuperarse despues del coniicto prod ds tuctividad, que apenas fue ua subpro% os patrones fabriles por recuperar el poder Capitulo 7 1953-1968: LA APUESTA EUFORICA. AL CAPITAL EXTRANJERO® A comienzos de la década de! cincuenta se replanted el proce- so industrial, La produccién no erecta por falta de maquinas; éstas sélo podian venir del exterior pero el pats no generaba las divisas para comprarlas (© no habia disposicién a mayores sacrificios en el reparta de las disponibles). Tampoco se veian posibilidades a mediano plazo debido a las dificultades del agro para aumentar kt oferta exportable. dito extemo, La ini rales, en la medida en que estuvieran dispuestas a aportar esos, equips bajo la forma de inversiones directas, Si ellas se instalaban en el pais, podrfan contribuir a resolver el cuello de botella gene- rado por la falta de divisas, La nevcesidad tiende a hacerse virtud. Bsa esperanza otorg6 a las transnacionales una imagen positiva que se difundia en la so- cicdad. Eran vistas como portadoras de dinamismo, que traerian tecnologia y renovarian los ya muy antiguos métodos productivos locales. Muchos expertos consideraban que no era factible prod- cir tecnologia cn cl pafs ni, tampoco, obtenerla facilmente en el exterior. Las transnacionales, suponian, podian traer nuevos equi- pos y métodos de produccién, repitiendo la experiencia, imagina- da virosa, del ingreso de ferrocarrles, frigonificos y oteas com- Patiias de propiedad extranjera en el perfodo anterior a 1930. Los recuerdos, tan simplistas como “felices’, de ese pasado pesaban mucho més que los proyectos de un pais distinto, EE ingreso de las transnacionales presentaba tun tiesgo: con sus dimensiones y recursos financieros, podian lograr répidamente la hegemonfa en el mercado, superando suprimiendo al empresa- rio local. Las advertencias de Pinedo sobre la posibilidad de que‘Peplanse ap oye Joursd ns apsap sopyauag ofomre esardura tise UpIQWE], ‘sed [p Uo sauefoures sepuauiadxe seno opustidar ‘efryuont ap vauyl ¥] ap mes op sotuw UeMpUDA 98 Soin SOT owas 4p ns ua seiqepaide somqure & sauoKszoaur sapuRrE wis ozetd Oy 00 J@ Ua FUROIPOW [yp wa A ‘s9fe50] sapepisaoau sey 10d ou ‘“eque(d ap wiaosd eorsty e7 10d epruyap eqeiss ode anb prep -pedeo | sonposd eipod y¥T anb soqenue sojnaiyaa NOO-OF Sof & souadns epnp urs £ apues8 Anus wo sted [a va soine ap atuare] ep -uewsp eT [eps2UI0 OMX UEIB UDI MUOPUNY v gzuSTIOD HUES ¥ ‘Sorree> sorsunsd so] ap sosaur sonod v ‘zapides epeSMU uo ogeo v gai] 28 up!reIedo Ey “ep|d ns ap eZuEpRUE Ef UD ol -en anb (epia op sous aiuto ap seur too soundpe) sopesn sodinb ‘p otis wun opasd wang x ozipgeIUOD opuEnd une “OBDNY Ua sayz) -01 SOARDR SO] 9P 9402 TE OBOH| OU CVAD) wUNUAELY JesteY sexs “U] epeunuouap “esaiduta exon e[ e s95e3f 2p [ear guode [a rouqny ns wed owe Oproious [a ajsealasar ap wssaI04d e| ‘ary SAEP sousUr ON ‘SOPIUN sopEIEA So] UD ONLY anb soane sou “8 So] sted Jp ua Zonpantn esed serous seleyuD. 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Arnbas empresas crecieron a partir de su base original, ine talando nuevas plantas y estimulando la formacién de proveetlo- yes que acrecieron aun mis ese polo fabril. La onda ascendente Prosigui6 cerca de quince afios, hasta que el Cordobazo replan- {6 la situacién, En el periodo intercensal 1954-64 la ocapacion in usta en Cordcha pasé del 5,896 al 8,7% del total nactonal, luna presencia Superior en la rama metal mecinica; el aportefabril al producto global de la provincia avanz6 del 15,586 al 24,696 dl total en ese mismo periodo. 1a ley de radicacién de capital extranfero no agot6 sus efectos en Cordoba aunque éstos fueron centrales. Permitis el ingreso de Mercedes Benz, que comenz6 a montar una planta de camiones gn el Gran Buenos Aires (Gonzéle7 Cat). Hse fbica fue la cit sna de las ues, y casi tinicas, adicaciones de importancia origina. das por ese programa, Ia ley dio Inger, por Gltimo, a la concesion Ge una enorme zona en el Neuqueén a un consorcio de los Esta. dos Unidos para que explotara petleo, La propuesta, que repe- ‘ia las précticas de concesion de un territorio, propias del Medio He, fue enviadsa al Congreso; la amarga polémica que susci, {6 fe otro elemento del intenso y grave conflcto politico que de semboad en el golpe de Estado de setiembre de 1955. Tl siguien te gobiemno militar no supers sv fractura interna en touno de ese ‘etna y de ot:0s conflicios que dificultaron la toma de decisiones cen definitiva, ese proyecto terminé suspendido, igual que oro re. feridos al capital extranjero, 1a filial de Mercedes Benz fue inter. Venida debido a la presencia como socio de un personero del go. Bierno anterior y el proyecto se parliz® por un largo plo, La resolucién esas cuestiones qued6 a ca ie fell ued a cargo del gobiemo ‘ La apuesta de 1958 Astutro Frondizi lleg6 a la Presidencia de la Nacién con un Giscurso que ocultaba sus intenciones reales. Muy pronto tesul. {6 obvia su decisién de atracr al capital extranjero; sus principa. les objetivos eran que entrara en la proxlucciGn petfolera (para aumentar la oferta local y liberas divisas para importar mas) y 3 > que expandiera las ramas metal mecanica y quimiea (para modi- ficar la estructura fabril y consolidar el proceso industrial). A los pocos meses de asumir firmné un conjunto de contratos, destina- dos a extraer petr6leo lo mas rapido posible, mediante la explo- tacion de las reservas ya localizadas. Los contratos estaban pen- sados, ademés, como una fuerte sefial dirigida a los inversores externas para destacar el interés nacional por atraerlos. ‘A fines de 1958 el Congreso vot dos leyes @ pedido del Hjecu- tivo: una de inversiones extranjeras, «le acuerdo con los Tineamien tos propuestos por la Presidencia, y otra destinada a promover la inversion local. Bl gobiemo reglament6 de inmediato la primera, pa- ‘ra ponerla en vigor, pero posterg® la segunda para una etapa pos- tetior; varios decretos sectoriales especificos fijaron las reglas del 3c para las ramas automotriz, del tractor y petroquimica. Los am- bitos estimulados para nuevas inversiones coincidian, no por azar, con aquellos de mayor interés para las transnacionales, En rigor, tanto la ley como los decretos especificos y su poste~ rior aplicaci6n, mostraban tal interés por atraer 2 esos capitales que dejaron de lado las posi inversiones. La ley misma tenia bro del Senado reconoci6 que podia tener efectos costosos pero, se excus6, “el capital extranjero no llegaré 2 nuestro pais gratis © por bajos rendimientos", Bl decreto especial para la'rama automo- iriz no era menos ambiguo; su texto se limitaba a pedir.que los equipos fueran “modemos", o bien a reconover como “aportes” de capital a “otras formas’, cuyo sentido no especificaba. Ta apli- caciGn de esas reglas result6 tan generosa como su texto permitia prever. Las empresas contabilizaron sus aportes al valor. que de- searon y todos sus proyectas fueron aprobados, En la priictica, no hubo ninatin control de sus actividades. La jusificacion oficial de- cia que el mercado seleccionaria, por si solo, a los mejores. ‘Todas las rantas alentadas planteaban problemas de economias de escala. La dimension productiva més econ6mica era, en gene- ral, superior a la demanda esperada del mercado interno, de mo- do que una sola planta eficiente podia cubrie toda Ja demanda lo- cal, y hasta excederla, La disyuntiva, desde el punto de vista técnico, oscilaba entre una planta de dimension ptima (que re- queria exportar el excedente no absorbido por el mercado local) yuna algo menor, limitada al mercado local pero con mayor cos- to unitario de produccién. La disyuntiva, desde el punto de vista politico-econémico, era pemitir una sola empresa (que tendria un“£2T1AQUTOME ap F] asrezTEqRIED & OHPUAI *SO6I UD ‘UgISIAD!O 2p sos -ordaoas ap ef “1961 -o0 op seubyw ap ef “6S6r Uo ‘sejmsa 4 sedosseaey Bp UO!DIMp cond rumpus e] ozueaqe 28 {G6r Ug ‘Osn UD SD0I6 [Op Uo!Isodal reapes8 xy 4 (uoreigod y| ap ja esnRas anby oumsuod Jap owour ne oMto| ja tod epemu ‘n UEINE -28 onbiod ,seaneiZoa, sepeuny] ue1a saycuoIoIpEN seUe! sey ‘odutan fap os ed [p Yoo senBuour & espua vanisod wpuo vy amb o1A 2s sandsop oduron of9g “tanonposd esmonnsa ns a1gos atueuosas Oped un | EINSNPUL Pl Op SaIOs sora uOMDI;POW Sopepianoe. 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El apoyo al capital nacional En la primera etapa de auge del capi 41958 a 1962, bubo un crecimiento muy vidas: 36,496 para la de maquinaria y equipo extranjero, que duré de dera y papel, exhibieron un aporte estancado y hasta una caida absoluta en algunos rubros. La persistente falta de capacidad pa- ra crecer inserta en su comportamiento se reforzabva por la nueva orientacion de la demanda, que explica una caida de la dirigida hacia estos sectores. 1a actitud oficial renuente a promover el capital local fue otra contribucion negativa, En efecto, a mediados de 1961, tres afios después de votada la ley de promocién fabri, el gobierno comen- +26, firmar ios primeros decretos necesarios para aplicaria, Era tar- de; los sacudones politicos posteriores a las elecciones de febre- ro de 1962, sumados a los efectos de una nueva y grave crisis, econémice, recortaban répidamente las expectativas emnpresarias ‘on la coyuntura. A medida que pas6 la crisis y se consolidd el sistema de pro- teccién y promocién (que inclufa la reserva del mercado local, cré- a1qos pe -on ns sguodiw uexompnd anb uD eprpour ef w9 saiqeitos 108 ueIp -od 0198 ‘souoPpuco ses UT -OIpatu Je sepeadepeDr owoD sapuEss We] 298 Pv uoRBol] ‘sopnesoup songnuE soy anb yeni] “sauo!DeaI ap aware & yppafeauo [eouaro8 eimonNse BUN sous E eng “Rauoo peplanoe ns ap oWuaTUFAID OME O OseDs9 [> ‘SEISTHDA SOLE -o;epeisuT oo opefap eiqey sey ‘esKangsod A exzan8 ‘sIsuD ap sep -P09p 9p sed jo aivemp onsontedimbear ns ap uoDeftiansod ese] 1 eanezqueaio wpuaosaqosqo ns 1od sepyjnuasip seuade ‘sent “991 SauOTIpUOD stused ua UEqEIse sPSaIdUIa SBS ap SEIN, ‘sisqered sp auons tun emey opunzysep uowsny 28 ‘sajqump saudiq so] vioey epuemop o] ep uODT “auod! e] opiqop opessaut Ja Ua sopeBsmisod “USEtI0 ns ua so3 -jusai sousmbar soleq ap sapepianse uo “Oued Joseur ns 9 ‘sop ~eseq ‘uoisuedxs uo opeorour un ap oanusoUr fa wenuas cooduIE apap 2p pepredes woo soomusg & soquare8 ap opeapor weIq “PY 98 ou soxapo1oq SOT ‘OuFarsa »poYs UNsTe ap 0 oIquIED uN ap. wiadso ¥| & uepopinduey A sazopepury soj ap mumidsa ja opipsod ‘urqey sesaidura seso ap seyanyy “seniinue sour seno ap oma jo sod opeyedwoae waa as seamureuyp spur sesardurs ap ooueAe [e senpue sey ap eBay epres © eon & eso4ny -29 ‘feded) souommuodux sezeidunaar expod muzyo edn soanbe ve sgro1u ns uaiurur 4 "(eonomboned 4 eoruyoow perc ‘esBon -2pIs) .souzapout, soperepistioD s9101998 so] e ‘TeIDadso Wo "eqeA ode opeisg a wai2010 ‘ooIorensa ouNCo orstA eany Jos Ns anb 2p UaIg © “ugHsON> UD 098 jap ggoy ap peppedvo F] O1H09 ‘SOS “Boaip ssiopry ap espusdop ors ‘sepeInjOAuy seoueEE Se] Op S5U -o1smep sx] werfianuos opuend ueqeaydnmmur 2¢ soisay2 sng orb pour ap “euouoIE wIe!9 UOD ‘oUseIGOR Jop sored SOSI9AIP v2 wyppap 28 sepIpate ses ap Eun ypED “safereise sousTURIO A 1ez it sesorduso ap ued sod souaiq sns ap wicuio> ap soprpad soy ap & Soup22> 2p seuiope ‘our opeoraus [> Ue|Baioud anb seayyDadsa so[eHoIes seprpau A sojsouere ‘seorto9 seuuou :odn aso ap sep -woadso sey sepon ap oxdoxd Teluatrexioy j2 boo seanonp -o:d sees seasnu stiso e ueqplRojiand sofeoyo seprpam sey ‘omany [9 Uo sesuad v A opesed fap seouqps sopues8 se] ap epepos 24 vopisod e| 1asat v ueqezuautoo smsandasd sns A upsia ng “eu {HeSy 4] v2 [exnsnput ofomesap Jap eH#oIOepF x] sola v ozuaWOD ‘soorignd uaiquea 4 ‘sopeapd soustue®io & orpnisa ap sod “ni ‘seistaar ‘serearo op jeuniopit pas run, “seuesoidura souonez “Tutto sepursf se{ ap 4 seopr op uorsnyp v] 9p ‘sopnzed so) ap or “qure [9 us oqeo ¥ JEAN WEIGap anb Uo}DoX ‘ozy|d ouEIpoW! 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Para esos propieta~ ros, igual que para sus colegas, la asociacin subordinada a las transnacionales era una alternativa ventajosa respecto del cierre de la planta® Los primeros resultados Ta conjuncin de las medidas de shock de 1958, de fa algo ma- yor facilidad para importar equipos que fue surgiendo # medida ‘que se obtenian créditos del exterior, de la consolidacion de una ‘capa de tecnécratas en las agencias del gobiemo que creian y apo- yaban el desarrollo fabril, de! propio estimulo derivado del creci- niento de las empresas productivas, tuvo claros efectos positives en el mediano plazo. El crecimiento industrial tom6 impulso a partir de 1953, se aceleré desde 1958 y continué su marcha hasta 1974 a un ritmo del orden de 6% anual en promedio durante esas dos décadas. Fl nico momento exitico de ese largo periodo fue el provoca~ do por la crisis del sector externo desatada en 1962, que afect6 1 toda Ja economia nacional; esa crisis, a su vez, fue producto de un manejo desaprensivo del sector externo. En primer lugar, la apuesta al ingreso de capital externo y el deseo de incentivar 5 arribo al mayor ritmo posible fueron causa de ls permisivi- dad para importar partes y piezas para los proyectos aprobados, que disimulaban el ingreso de bienes de consumo durable, de~ la exusa de que se trafan para a prodveci6n. En ‘segundo lugar, la opcién por la rama automouiz. gener6 un si- ‘renee al perque rodent dels demanca de combos: tible, que compens6 el ahorro de divisas esperado de la mayor ‘extracciOn local de petroleo. Ademés, el gobierno otorgé amplia libertad de compras en el exterior, generando una demanda adi- cional de divisas hasta que se avanz6 hacia un momento criti- co. Los sectores privilegiados se atiborraron de bienes de cori: sumo, durables y no durables, a cuenta de gastos en divisas que 237 todavia no se podian finanelar con exportaciones ai con erédi- to extemo, 1a intensa crisis que se originé en la balanza de pagos fue una de las mas duras suffidas por la Argentina (aunque sv recuerdo se desdibujé a partir de la crisis de la deuda en la década del ochen- is efectos se agravaron aun més por la respuesta oficial; la -2 econémica contrajo bruscamente la demanda interna, co- Tocando a la industria frente a una situaci6n dificil. Por fortuna, los cambios politicos en el pais y la mayor facilidad para obtener al- ‘gunos créditos en el exterior lograron que le crisis no durara de- rmasiado tiempo. Una de las consecuencias del flagelo fue que las empresas fa- briles mas modemas descubrieron que la exportacion podia offe- cer una salida a sus excedentes en caso de necesidad. Los pri- meros ensayos exitosos en ese camino diefon lugar a una consolidaci6n del proceso, que fue acompaiiado por subsidios 10s fueron crecientes, aunque los andlisis de dicha evoluci6n indican que la causa mayor fue la necesidad de exportar de las mismas empresas. La cortiente de productos ma~ nufacturados al exterior comenz6 a trepar a despecho de los cambios continvos en las regulaciones oficiales, las variaciones el tipo de cambio y otras tipicas dificultades del sistema pro- ductivo. Las exportaciones de manufacturas de origen industrial, lamadas asi para diferenciarlas de aquellas basidas’én las ven- tajas del sector pampeano (carnes, harinas y aceites), pasaron de cifras insignificantes en los primeros afios de la década del senta a 170 millones de dolares en 1969. Z tado a 640 tal de venta: cosechadoras, tubos para petrbleo, tornos automaticos y lavado- ras de botellas, asf como una variedad de bienes “tecnificados”. Apenas veinte empresas, entre las que se contaban algunas trans- nacionales y varias modernas de capital cera parte de esas ventas; también en este frente, la industria, © tuna vanguardia del sector, comenzaba a despertar’ 1a expansi6n de la base industrial se produjo a despecho de Jos cierres de empresas ya mencionados y a pesar de las continuas «isis politicas y de cambio de rumbo de sucesivos goblemos en Ja larga etapa de inestabilidad que se inicia en 1955, Eso indica que diclio proceso, mis 2llé de algunas medidas “dramaticas”, es- taba apoyado en la gestion poco visible de una multinud de agen-‘avaHODaE & OpEZUaWOD mIgey anb offoLEsep jo EY CURED [9 UD sa[euODEpE sozranysa euaNbas osod ‘eqezueae Funuaaie juqey pepranoe e7 ‘sajemenpmy eeryd se] ua soumbpas SeSO ap Osn jap spaen & GepuYTp as so;aj9 sns anb orsand ‘cont 291 osaiBord [op wIprenduca vy] Ua Ieasa uaqap anb se] ap eun sa pues visg ‘omsayo fe afqeuazer eurexBoud un wert anb sey seod ese anb & peplyo ap sajosuo> eqrzjear ou sepeaiasqo sesord *W9 Ua_ 2p osiaamun jap peuiur e| anb ofeasas ZZ61 U2 Oqed e OpeA ol] SeIUaqUesIOy seamnbeur ap [eD0] eMsnpur vr] ap OFpMsa UA ‘sTPUSNPHL Oljoxresap fo a1qos up}sIA P| ap Oper 98 oappou jp opuasnmsuos einffas sodinba 4 seuinbpw 9p uo1sy] tute ero ¥] “ugiuido ap sarapy soy Jod 1u euesasduza DUAR ap ¥]20d opmumse 9 ou earai fa onb eoxpur “yin, ef ap oiu>prsaid oidosd jo vinpur as anb soy anti ‘esaut ¥| ap scuqUIaK son 80] 3P someNouo. ap eI PI -.eDeOTO ap sojaary SOME sEUT IDEN Us 4 suaureoppuerd vfauew as —ouadya jo vixep— sonal “BP 9p PepnurD sumoUs euR “ sopesardr> soIUDEUND so] ap sop -end9pe SOWSAISOUSD ap HY YY, E IGP a8 eKUDIAAD ey “eBo] -yue vwI0y wo sepediibo soplun sopmsa soy op saseqnUS sts ap FL anb sofeut savan san ¥ Sop ea repuys> soronposd ap seuradse sonqey sewed seunste va epeajdura eiqo ap ouews vy aub ‘661 lua eprunes epuopas rsout eum wa ‘ofe¥as ouadxe ong “e0d9 ¥1 ap soma sosisaip ua uomdos 98 od 289 ap sviouaraya1 SET #9) 9p OpEatiap ooo roifew [2 wUeBae as YP ap erpey ns Y 2280d anb soy aezinn ages ou anb uomeztueio eun e soaanu soojojouda1 sonuacsia seB2s8° 9p pepmaNU By xU9p ‘qeTeUDs a8 oMpAYse [9 WH “SEO A seUN anUD TePUDIOd pe} BS 9p 9666 FP A 546 [9 ONUE UeeUEA anb somuaTURpLAL UEICYNS ‘vomeoyifes jen! 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Unidas en el enfrentamiento al peronismo mientras éste ocupaba el gobiemo, se dlvidieron al dia siguiente de su caida. La falta de debate del periodo anterior se transformé en una confusa discusion en torno del diagndstico de Ja simacién argentina y su insercidn en ¢! mundo a los efectos de trazar el posible rumbo politico y econémico para el pais. La cri- sis en el seno del gobierno militar en el periocio 1955-57 reflejaba ‘esos dilemas, que no fueron superados con el arribo a la Presiden- cia de la Nacion de Frondizi: su estrategia de cambio fue gradual- mente bloqueada por los problemas econOmicos que ella misma creaba, mas Ja rigida oposicién de los militares y las élites tradi- ionales. Bl relevo del presidente, en un remedo de golpe de Es- tado, agudiz6 esas polémicas; no por azar estallaron los graves en- frentamientos armadios entre sectores militares de 1962 y 1963, El interregno de Arturo Ilia dio lugar a cierta reconstitucion de esas élites, que volvieron a probar su programa con el gobierno militar de Ongania y; otra yea, a enfrentarse entre ellas en toro del camino a seguir. La crisis politico lemas planteados y no logré superar la muerte de jue abrid el camino a la reconstituci6n politica de la él te tradicional, Esta asumi6 con un nuevo proyecto, que capitaliza- ba Ia experiencia previa, en el golpe de Estado de 1976. a crisis de la élite dirigente se confundia con la crisis politica; abria paso a un curioso desplazamiento de culpa en ef que cada 1uno acusaba al otro de la frustracién nacional. Lo cierto es que la mayor parte de la élite no se resigaba a aceptar que habia termi- nado el periodo dorado de explotacion de las ventajas compara- tivas de la pampa hémeda; una y otra vez, insistia en la necesidad de “volver al campo” sin reconocer los cambios. La pampa ya no. ofrecia la enorme diferencia de productividad con el resto del mundo (base de la renta diferencial captada antes de 1930):y mercado extemo ya no tenia la capacidad de absorci6n anterior La melancélica imagen de ese periodo bloqueaba el reconocimien- to de que no se podia volver a él. Las repetidas afirmaciones de Pinedo en defensa del sector 241 agropecuario como eje de la producci6n argentina, eran enérgicas en 1961, igual que dos décadas antes, y siguieron asi hasta su muerte en 1971; para entonces, eran retomadas por sus herederos intelectuales, miembros de la élite, directives de empresas y cor poraciones, medios de difusin y otros. [La opinion de la UIA no se diferencia en to esericial de aqué- lls, pese a su representaciéa formal del sector fabril. La entidad comenz6 a reconstituirse desde arriba, en 1955, gracias a un de- creto oficial, con los mismas dirigentes que la habian conducido antes de 1946; ese grupo forj6 de nuevo un sistema de control in- temo que aseguré su hegemonia durante un par de décadas mas. La continua reproduceién de ese grupo en la ditigencia de la UIA puso un freno a cualquier cambio en su ideologia tradicional, ba- sada en la imagen historica de una economia exitosa que no era reconocida como extractiva; eso explica que no adoptara ningiin ciiterio referido a fa importancia de la técnica, la propiedad y la organizacién empresaria u otros factores genuinos del desarrollo abril, la UIA prefiri6 mantenerse todo ese perfodo junto a las otras instituciones tradicionales de la élite en defensa de actitudes ¥ pro- puestas que ignoraban el 1 ica productiva, En ef mejor de los casos, asumia ciertas concesiones a nivel verbal. La disigencia de la entidad seguia dominada por los-duefios de las vas, carentes de capacidad técnica,y de esp en el empresario, reflejaban una falta de dinamismo que sorpren- did a muchos observadores que seguian creyendo-en el poder sin macula de la propiedad fabnil para generar, por si sola, una con- ducci6n vitwosa. oa logiea se derivaba de la convergencia de su condiciOn de bri mezelaban los nexos de familia con las actividades de nego- cios hasta limites dificiles de imaginar en una sociedad moderna, Un investigador de esos lazos lleg6 a definirlos como “incestua- 508"; los entrelazamicntos de ejecutivos y parientes que se podian detectar en los directorios de las empresas se extendian 2 las en- tidades sociales y politicas de la élite, formando una vasta red. Por su logica centrada en la familia y los grupos de pertenencia, 808 lazos.tenian poco que ver con las pautas de una sociedad moderna’ ++¥) ouraru oprasami pe owalle ap si ania sosasSur ap anta eoueusone ey & ‘9p SOMURUOD OpLEIOA oukgM sa!O}D9s SOT SapEAOIS somiyuoo so] sezen F Opiptal ey roquQUODZORDEUE LOISHA ET anf us sajqeuea sr] 2p aed outo9 soanalgo soy ua somasap awartt ~oISH90 SEYDNUN U9 LOFBT|QO SDUEAE NS UO. ordoud jap onuap owoo wiony owen ‘star ap sodnus soszoarp an ua seind se] ‘so1o19s sono ap sepuaystsar souTany e OpiGyp vy “fel ns uD seqeal senuntOD YOREUOSUD Sa|EAR] SOIqUIE soy SoLarge so1sysH09 soy eset ap oyewe & eBojowar ‘vorezmides us seusann seDualaTp se] 9p sia Wo (Kquy 30.225 [ap ,pEpraUSBoID194 wpenIUIDe, ef Bp $99 Auoua equiquy Tit) eT ‘statnadsiad 4 sauopisod sis ua UEEPIAID F] nb sowysuoD sod ypewsaye ‘.sopepDojaa sop v, se eqeyTEUS EMsApUT ey “anse| UN OtuOD eNDe eDeY sv] seMIOJas ap LDUIENE 2] 9puop ‘senBque sey ap euOseUT £] Ga OMS O] HLM ON Se} -uejd svaan sey ua asnonpord v expuai voeaoual sodeu ef “_PURY] LOuDUTY ¥ Ue ~easpee anb .swonze ap sauoHeneyd & SeuMW sey ¥ sopmosed, unis Ing Uo |p U9 sopeDIgN scoyLORLy sopuEss so] anb eI3ap sopiin, Sopeisg so uo oprarignd olegen un “eurane epunSas 9p opoyad [2 Ud eA ‘sammy solrng uo souowed sng opuresi99 WoL ory anb sepeioBe sajaqey senze|d sapuess se] ap vj v re[sums ean Den FING]ND kU op eosOPL!DUT Uos [wIsoIO FT OuOPUNE anb soonigsap sodurea S07 “errant esoidusd ep uonsed ef wo gine -noe anb sapod jep A ezanbut ¢| ap opurzo8 amnfos apond ose) urs ap eyej Y “owusa4 odiureo un euOpUEGe RU ¥| OP "801509 sasodeUE UIS YpEss99 J98 ap nS # sa|gisod somyatiaq so] Soper orp feu! 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En paralelo con ese panorama global se ‘observaron otras conflictos, quizis mis acotados pero no menos complicados. Los intentos de forjar la industria de maquinaria agricola en- frentaron fa temprana e intensa oposicion de los productores agro- ppecuarios: desde la Sociedad Rural y otras organizaciones del agro se atacaron Jos proyectos de instalar plantas de tractores, Sus ar- gumentos destacaban la menor calidad presunta y el mayor pre- cio de los que se fabricaban localmente, Las quejas comenzaron a perder vigor afios después, cuando el gobierno decidi6 subsidiar fa venta de es0s equipos. El objetivo de favorecer la mecanizacion del agro llev6 a crear esos mecanismos de subsidio cuyos fujos son dificiles de medir; el Tesoro cobraba retenciones a la expor- tacién y devolvia, en parte, esgs fondos (como subsidios) a quie- nes se equipaban. Ess manepos dieron impulso a Ja produscion de equipos, y a la acumulacién de un stock de maquinaria en el campo que posiblit6 el salto de la oferta cerealera cuando el pro- ces0 madurb, E] aumento de las exportaciones agrarias, que redujo la restric- ci6n extema desde mediados de la década del setenta, fue uno de los resultados de esos ensayos que, combinadas con la nueva tec- nologia y conocimientos proctuctivos que dlfundia el INTA, cam- biaron la productividad y eficiencia del agro. Los productores pam peanos respondieron positivamente a Ia oferta masiva y de bajo costo (cuando no gratuita) de equipos y know hou, Por esas vias indirectas, !a implantacién industrial se acoplé a la modemizacioy agnria,reptiendo en cimara lenta la experiencia histérica del d&- sarrollo que tiende a expandir los heneficios del progreso tecno- égico a todos los ambitos productivos. Los conflicts al interior del sector fabril no fueron menores. ~ Inchufan ciertas contradicciones abieras de intereses, que llevaban a situaciones de ruptura y a la parilisis de la inversiGn, asi como pujas entre posiciones diferentes, que no siempre arrojaban resul- tados negativos. Entre las primemas se puede contar la continua oposicién de la rama grifica a la produecién local de papel, que’ frenaba estos proyectos; el conflicto tuvo su mayor expresién en Ja inteasa critica de los mayores peri6dicos a la posibilidad de que se produjera papel para diario en el pais. La resistencia fue de tal ‘magaitud que las primeras experiencias exitosas del periodo de la 245 Segunda Guerra fueron suspendidas luego por un cuanto de siglo, En cambio, las demandas de la rama textil por tener fluido acce- soa la importaci6n de equipos fueron neutralizadas en buena mae- ida por los fabricantes locales de algunas maquinas destinadas 2 esa actividad, ‘Un caso muy claro de puja entre intereses diferentes se obser- v6 en la rama automotriz, Esta actuaba en conjunto para consoli- dar su actividad Jocal; al mismo tiempo, afrontaba una fuerte dis- pula entre terminales y autopartistas en tomo de las vias para lograrlo. Las primeras buscaban integrar sus filiales con la activi- normas que protegieran y alentaran la producci6n Jocal de las pie- zas que cllas podian proveer. Los autopartistas lograron tun papel fo de redlucir importaciones y alentar la pro- duccién local que impulsaba a las autoridades. Las terminales aceptaron esas reglas; en Compensaci6n, lograron avanzar en el control, © 1a compra, de las empresas de autopartes mas grandes y de cardcter estratégico a medida que una parte creciente de la oferta local se incorporaba a las unidades montadas en el pais. La rama sidertrgica ofrece otro ejemplo de graves y continuos conflictos internos de intereses, muy oscuras en sit expresiGn for- mal. El resultado fue un notable retraso de la mayorfa dé los pro- yectos de expansiOn ante la imposibilidad aparente-dé*€ncontrar ‘una soluci6n satisfactoria. $i la motosa inauguracién det primer al- to homo de Sonasa ocurri6 cuando Ia demanda local superaba a ‘su oferta, la construccién del segundo demand6 otros trece afios (después de 1961) hasta su puesta en marcha en 1974, y el terce- x0 no pas6 nunca del papel. Las pujas dentro de la rama frenaron la concrecién de una planta integrada en Ensenada, donde s6lo se mont un fren de laminaci6n en fifo, ademds de atrasar un amplio conjuunto de otros proyectos. Los empresarios hablaban de la *ron- da de decretos” siderirgicos para referirse a los dictados durante Ia década det sesenta, cuya lista incluia algunos que pretendian movilizar y otros que intentaban frenar los proyectos propuestos. as pujas en tomo de Ja politica sectorial, sus beneficiarios y sus resuntos perjudicados, impedian resolver el problema siempre presente de Ia producci6n local de acero. “Agustin Rocca, el fandador de Techint, sefialaba que en sus veintiéinco aos de trabajo en la Argentina “no recuerdo ninguna autoridad dererminante en el problema sidertirgico que haya du-seaw ap auas vun s2u0doxd ep opnuss Ja us solsaid soumid sop ‘9p sowarweatny sot artdar ‘—seiaqo souozes 1od— safeuopeuionut sopwaopuny so] ap aud op eoIsej> ‘uoIsIA esa “seDRujod A sapetoos seuonsana se] & oluatuOU UNSUMI Ue Jesed ms SOTEDOT SooTLOtOD -so1ea sewar so] peprpuryo.d ua exoydxa anb ‘Zc6T wa eperedaid. ‘awaa0 | ap eisendoud vj ua andar as aruelouras pmnoe kup, Tebos 4 oonjod opea tn wa wrEUOPURY 2189 18 OUNCD ‘opEISy BPP uo}oe ¥ optontodns 4 sarezouDs seOW opt at as seatayqaid soj anb sauodns epared sopeoyruryd omsireuny “on jf warEoV “(souOmEINBAs se] A sOpeDTaUE SO] CUA) sa10" So] 9p BINpUOD ey EUOIOIPUCD anb craroUCD & TeqOIS OIKBTUOD Jap seUI -9[Q01d s0} ‘esHopouD w ap Osn & Os390" [e SEpUDFOI 8 sz] ‘souesaxdwe so] ap Saiqeasap 074 sajqisod sopranse sey ot 09 seu} UeLOIDUAW OU sonar soy ‘SaTeDOS & soonnod sewiqaxd s0] Ue s1sejU9 o90d LOD seORUQUOSSORDELG sajquine IelatrEUE HID -vapua) Sue Zpisar saurd 8089 ap constoDeND o1odse UA ‘voprayde ns ap opoliad jo ua ajqeiadsa ugK ~todoid j ue wozoydumo 93 coodum, saueyd sosg ‘sejzex8o] ap eat 30} ®{ & Sep anus UOPETOs oUDIApE Os OU A soasap ap souoIsoId “xo 428 op unqsed ou seanmemutend seIDta Se] SSE UNE “(TCGT) Wel opuniiss [2 ua sepeiolows tosany sms ‘seisondoid & sousio sou -8[e ap pepmuatur ey seoqdxo ¥ adngruoD ‘eongiAos Worse -t1d ej ap uo}odaoxa e ‘punt [p up PFZms UD!aI anb wDEDYTU FIG 9p var 2] us CreuopeuraNs! une 4) edo} eUDIIadKa ap wey | “soprosng souy & seoide sorpaus annua ugroear eamuruy { $09 -Pauai Ant soanafqo vod ‘2jduns Anus ugfsdasuoa wun uD}I03}0 “1661 4 Ly6t Ua sopezuet ‘Sapeuanbund souriq sopewey] SOT sopemaao[ayay soatET) SOT ‘urure> ap peur © epevopuege erary anb ¥ uoseaaq] uopdo ¥s9 9p seoquIQUODD A svontIDEN SopENOYEP SET ‘SoTUMEIOSIaY Sol cosindust 2 anb sopeznin sompyseyns 4 sro¥ignd sovorssoaun sp sou austin souaw guns3s OU oad ‘(EIaIBIe ‘Jes. 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En Jugar de hablar de agentes, empresas y se- des de abastecimiento, en el texto se proponen cantidades a pro- cis: tal magnitud de estos y tal de aquellos que, en conjunto, plantean una via optimista y gradual para el desarrollo econémi- co. Vistos en la perspectiva historica, esos planes son de una ge- neralidad tal que cuesta imaginar como se pasa de ellos a una ac- cién concreta y efectiva. Comparar las cifras que sc proponia alcanzar en cadz subro para 1967 con los valores registrados en la realidad puede ser un excelente ejercicio de medida de Iss presio- hes e intereses en juego. En 1963, la crisis planted una problematica que llev6 al gobier- no a nombrar una comisién para estudiar las posibles medidas de reactivacién ind mforme de la Comision, > presidida por C, Moyano Llerena, un economista que ocupé lue- “go el Ministerio de Econom, refleja la ausencia de una perspec- tiva industrial abarcadora del problema, La ComisiOn cree que es necesario reactivar pero teme que el aumento de la demanda ie la suba de precios. Prapone que esa evoincin se haga mas globales, como la deuda externa, “una de las mas grandes del mundo” —dice, en 1963—, el déficit fiscal y el deteriora de Ja administracién publica, la Comision Honoraria de Reactivacion Industrial no tenia nada que decir con respecto a la furura evolu- i6n fabril 7 al nexo posible entre reactivacién y desarrollo. Las preocupaciones de la coyuntura bloqueaban las miradas que po- Gian dirigirse a la estructura os aflos después, cl Consejo Nacional de Desarrollo volvi6 a preparar un Plan Quinquenal para el periodo 1965-69 que sigue, “en cierta forma, los lineamientos.de los anteriores, Es un diagnos. tico de los problemas, cada vez mas preciso gracias a la progresi- vva acumulacion de informaci6n, que se acompafia con series pro- yectadas a un futuro cuya viahilidad no tiene relacién con tas, decisiones y problemas de corto plazo. Los expestos de! Conse prepararon luego, en el periado del siguiente gobierno militar, una serie de planes cuya creciente sofistificacion técnica estaba en abierta contradicci6n con la capacidad politica para implementar- @ 249 los. Varios de esos planes tuvieron vigencia slo durante el esca- so plazo hasta la publicacién del siguiente, y sus voluminosos tex- éjercicio de imaginacién. Pese a todo, ese conjunto de actividades marcaba Ia fuerza y extension de wa pensamiento técnico que, a partir del diagndstico de los probl -aba modificar la realidad impulsando el desarrol ‘Uno de los grupos més activos en ese sentido se nucle6 en tor- no de la CGE, una entidad que se bas6 en diversas instituciones de pequenios empresarios para actuar bisicamente como organo ideol6gioo del desarrollo fabri en lo econ6mico y del pacto social en Jo politico. La CGE trabajé en asociacién con numerosos equi- pos técnicos, dentro y fuera del gobiemo, y publicé un Programa Conjunto pera el Desarrollo Industrial con el Consejo Federal de Inversiones (CFD en 1963. En este manifiesto se cacacteriza la evo~ luci6a fabril argentina y se proponen vias para su desarrollo, tan- to en términos de proteccién cel mercado jnterno como de for- macién de empresarios, apoyo para la creaci6n tecnologica, etcétera. El informe destaca los problemas de baja productividad, capacidad ociosa, catencia de ciertas ramas y otros que no son ex- lusivamente técnicos; con sagacidad, agrega que “entre los facto~ res que explican el prolongado estancamiento de la economia ar- gentina en los tltimos aftos tal vez deba incluiese'ia actitud de sectores del empresariado, reacios a los cambios, la innovacién, al esfuerzo por iniciar la modifica que por mucho tiempo han regido la vida de La red de instituciones favorables al tendia a los mas diversos 4 Inciuia varias asoci dad de la Argentina, los institutos de estudios técnicos de la Uni- versidad y muchos otros. Entre Jas nuevas instituciones se cuen~ nto de escuelas de gerentes y sobre todo la creacion 0 para el Desarrollo de Fjecutivos en la Argenti- 1a), cuya accion contribuyé a difundirla imagen de moda del “eje- /o" como tna figura mitica de la empresa moderna, IDEA sur- a comienzos de la década del sesenta con el apoyo de la embajada de los Estados Unidos, de varias filiales de transnacio- nales de ese pais y de algunas grandes empresas locales, para for- tmar ditigentes de empresa. A poco andar, ensayé jugar ta tol po- litico’ mias"amplio para terminar refugiada basicamente en el dictado de’ cursos para gerentes.“requ ® epssar as anb syed un ap soqeDos & soonrjod sorquies sopeiqaye $0] ap syduo> je eAlosp as & eqeuastp as enb> Isnpur [eUOHNY rauENE exe] wsO ap sued OUIOD UEGeMDe -aureu [9 Woo ouOIpENuOD THe OU OleqEn ap OpEDLoUE jo Ue (eM wap yor visaid ns apsep osnai opezsfensta Oo0d 4 oma] NG TEHP A oprotne9 oajdita ap antary 10s ap ofap osa od ou orad oleqen 9p ealsioap e10pesausd run sas ap ofp eunsnpul ET (6561 89 2101 -sedut spur uoysouda ns wyrenuooua apuop "eqopIeD 2p PEN! e} -uasardar anb soy 4 0318 3p Josey & ‘JeuomeEN ronyod eps | ap opouad un opor g>reut an ‘aurea e] ap omrpuis onginue jap oanyjau 19pod Jap Ose20 vw ‘soiqeuea seno anus ‘uomlayas as sors sosy ‘opearenad -89 qeuosiad Ja A sooner so] seus sesad v weqezuausoD apuop TH “nistunse vUN ¥ SopeoMHED souDus sssOpefeqan so] ap ormIMopard ongaue jo apsap opuesed any eiqo ap oueut re] ap YORE -oduroo eT ‘seammansay soqeOqey Se[nsnyyD ap UOREURE et FOP gap 0 seumbeus ueqesodioour as anbiod vas Ip uoronpas ef € OWOD sesaidta ap aUOD e OWE) eKqaP a8 BIO 2p ouew Fy ap epnea eT SaqEqo(S sOTHUEEI Ua EpUETAP eso eqeZ -yennau anb vorsonpar op eonmjod eun uorsipuardura steno ord ise sod opuriio; uoromngis seunes seunsty ‘vuUaaie LUO ‘pdt ap ayqemaide woperoue eun J9s ap ofap ensnp “by 2 “®)U3898 [op ¥peagp ef ap sopepaUt op ansed e OB UT “eSOpopIANDE Svs ap uoWsuedxo wouey P| z9puave esed ‘ueqeiusume of soiueisor Sef ‘feuostad ns opfonpas vigey (@ouINb ‘suqos 9011) safssqey seareI Se| ap PEpHEIOL IED ¥] T9ST 4 SS6T OR “ug ‘topeaso osaoosd un rysHeur ua reG0d ueqesBo} OU ored “Se> py sns Ua salopeleqen ap OxDWN JP JoBRUOS OWIOD ISP [eOIPUTS onuoo fep sued sezsPENNDU UOTE: solsesaidusa Soy “OOD 2 “UrAe [9 Ua tesD)npen as OU OUSTESIPUIS [P Buq]OS saauEAE sof an ueydx9 sai0pe sono aigos edjno ey reBie> op soworur Sosy _sopuarde ap soasep avian ou (anb) e00] prauaant, x] ap sopeooisen, saioqea so; ue souopednsoa1d sng bqenuso oan] ord ‘,xdoma & soprun sopessa 80] 2p opadsos soue alutan ¥ 0430s OU, B19 UTE ns op OMNI OseN [> aNb BO “ouooat ‘zaa ne & “e2yEI5 eMIsApHT ef ap ereUtyD ej ap owaprsaud [a “sopepyjeno sesa od aiuowesrraxd rawoiere> as ow Se>tIq ij Sensor us er as anb pravoant ry Cored) uopOIpop f Boe -suos ‘uouare aioinbar jeuesou, 3oqey B] onb eqeRaiBe ‘sas0w “pur ap ofeqen yo aqyyoud Aa xf olad ‘seuano! Anu apsap asreuHioy ‘attb wounsn soxs9 ‘PPDap ‘souESaLTE & 1eBeT] eed ‘soompuarde SOT YOO ‘sapeynourp sey 4 ofecen ap epewsol ¥| ap pruySuoy (252989) rI $01 “sp ame tqeuoruaw & ‘soperoqn] 18 orad sooquogn SemDyqoud wae -2) ou vue | anb eUDISOS OUPTA ap SaIUDBGA ap rerINoHD eIPU “29 Fy ap arvapisaud [q "souesoxduro soy anus equiaduat anb svapt ‘ap wusy[2 op seanewsasaidar tos gc6L ap souOHesEPep SHUNETT ‘oleqen ap wwDIsIs [pp Setliapou sapepyss0e0 Se] ap sepeloye sent za epeD souopisod ap ofaijez un anb sew unio om seo ‘pepianonpasd ey sr10laus ap oasap jp ue urqedode as seu -rsasduia sepuciap seungie aid 15 s01809 So] FeNOFe uesoypRd anb sojerasoxt soxusauoa so] ap s¥nsneD se] seayypou A seausras se] 2p [onto [9 Opo1 sewoTa:‘seave|d Sos ap SeUZaIN savOISTOD se] v sezgjdsop vied ‘eyoay eso ap med x “euaige eyppred uN ua uosemuoysuren 2° Sc6r ap Soqe seuresoiduia selanb sepsos SET Jwpos uonsono ey ‘ssrespaud ripod 0 ugRyuyap end oze(d ouespaur ja ee a[qysod our -en oled ‘ojquns Te [EuoHIpen uopIsodo yj soUDNN TE ered sopros atuowajuopyns o| eta audurafs ou sastEAE SOSH, ose,Capitulo 8 1968: LA APUESTA SILENCIOSA AL CAPITAL LOCAL! a luna de miel con el capital extranjero duré menos de diez afios desde el ensayo de 1958. Los balances sobre sus efectos da- ban resultados mucho menos positivos que las promeredoras es- peranzas de la década anterior. El capital y la empresa extranjera no eran Jos motores del desarrollo, como se lleg6 a pensar; por ota parte, ya amenazaban la supervivencia misma de una indus- ta propiedad de empresarios locales. El primer grito de alarma vino del exterior. En I desafio americano, Servan Schreiber, un periodista francés, denunciaba los métodos empleadios por las grandes empresas norteamericanas para invadir los mescados eu- ropeos. Si el impacto se sintié fue porque esa critica.no era esgri- mida por un enemigo del sistema, sino desde adentro y por uno de sus miembros, Ese autor, de inocultable prosapia empresaria, se sumaba a la campaiia nacionalista del general De Gaulle en su época de auge. Bsa fuente de ideas era una prueba de que se po- dia estar contra [os Estados Unidos sin ser de izquierda, se podia ser “antiimperialista” sin ser “anticapitalista”, Eldesafio americano alertaba sobre el poder de las transnacio- rales basacas en Jos Estados Unidos; su penetraci6n en los mer- cados europeos tendia a suprimir la capacidad de maniobra na- clonal. Para peor, decia, esas empresas se expanden en Europa con recursos europeos, Solamente el 10% de los 4.000 millones de dolares invertidos por elias en Europa en 1965 provino de sus ¢a- sas matrices; el 90% restante brot6 de créditos y subvenciones lo- cales, més la reinversiOn de ganancias, En cierta forma, concluia, “les pagamos para que nos compren” 1a prosa fiicil y las ideas claras del manifesto de Servan Schrei- ber sacudieron a los europeos, primero, y a los latinoamericanos, 46sefeiusorod ua sepely ‘seypeios ses -soomnem sus F uvgeied sae se] ob ‘serBojouda) & searem ap osm sod ‘sey, -801 ap oxdsouoo wa sopuos ap JeUOIpe wseur Yun Ip esOLIAY BL 30d eqeavide as sesiarp ap vzuejeq Pf a1qos oaneBou o1>a¥9 PURUSaIY ef UD sepEpe St! solwuomeustiEN se] ap so1tauaG ap sessutor se] e'O}08 We tod “erressnbe oluout oft ‘Sasoiatur op ofed Ja eqeuins as soupaiD S01 8p UorpecOME vf Y “sopeBed ap pepisacau ef 10d opemaze 14 26 syed yo ‘omuord Anus ‘osoue#tia outa 2A23q we} ‘so8ed ap PzuEIed ¥| ap sewaygord soy v ondsar un gHaxo ap sepenua seaanu se] anb s3104 Bar Unio sopyouag ap sxpyts se] anbod ruses jap eptoaP #| 2P Sopeipout 9psap oanesou cary as 4 otruuotiay Jop sour FosatUA 50] oanisod any seuiade eran wopsianct ap ofnyy pr sreaidiua $639 see. 9p sealsew sauopejeist seiounid se uOseUI|HD UaIG OU OUR) ied Te sestaip ap oarisod osaisur ja ‘rapnpuao esa epect “seioureueS 9p one? olay un eIqhas ‘ssouOWa ap snsed v “4 saxauq Ans sozrid ua vas auode ns eqsadnoax zunemr ¥] {(sosad wa SoUp9:9 sod epeode) jroo} uoroe|nusnsss ey uoD equDuEUY as sopetTy SE] 9p uorsuedxo v7 3ouanxe Te ovsar ja zen 4 sopeD0] seDUEUEB SE] 3p ied Tun TAAUIOS & eIpUD sopeuO!DeUsUEN se] op wIBOIENSD ET sioxda2ai sted fap sestap ap ]e90] epttentop ej argos oze|d anaiq ua urqesod sesauar stso osed ‘opefisouure Jeau oluoU [> wNpar 7m -wn g onb opow ap ‘(SoUe san O Sop ap seu Ou) OvOD Anu OzEIS lua Ua ovjanssp J9s RIgap ONPH ose TROT TH eB MIPUDKO 2 24 -eus ef anb ,opan, cn sod epemuos ‘eassHap "eno A (ozejd ofe| e ‘uo|siaaur eun owo> sareBial so1ayo 30} & epesisiBay) eam UoIston 01 ap ‘souous ‘gun soured sop ua ade ns spi ap ajduns Anus exBatensa x ooqde esiodeur Py “ojqysod peydes ap oun [> wor>{ -an 4 soBau Jai00 e sesondsip ueqnise ou sajeuopeusuen sey anb ‘onmape os osama ‘voray tarq ou epnp ua asiauod v oZUDMCD vpuruodun eno seyja ejoey uommUauO y] ap vassIoap Uozer vN, 232 ‘POU ano ap sauiIgO oMIOD eqeAuNDUE OU sted [a anb ‘sestAp 29 walio} ue jeudeo sp auode asq ‘soqeuoDeusuen Sel & Koene ved souozes serawud se] 9p vun any 2>y3p aso sewe anb opup ‘so8ed ap aoueyeq [> aigos opaye ne eID Oarspop omowoye soWNd [I TeuO}eU Epla ef ap SHAD SepeHEA SEU 30] ua sepasde ueipod as anb ‘osasBur asa ep sepouansasuo> se] aiqos optrejna -ode as ‘auned seq a6 A ‘oxalic pend ueqeiso stonpo seso ‘aued ug “epuEn uo equDUALep wIsIp yenbe anb seusojqozd so] ap sounsie uatiso jo apsop ueqensour 1 {@ Ua SoyeuOPeUSKTEN se, ap OsauBty [2 axqOS SOP “88 SOSI9AIC“O}DeA [a Ua OX’ OU JaqiantPoS Wearag ap YORUD eT seqeuopeusmen sesasdura sey x eysonde ¥ ap SopEHNSIA, {Ho ofouresap jv ouNUED PoYEP sp z9A EPLD 12 ‘onus eon sesindum ied sesondoud ypayo soueyeg oxane tn ap sapeplreas se # osed opep Use wasone readso sey nb rensour sopeunsop Sorpaiso soxysaans -nuo9 aise Ua 42989899 UD “weg ue jeutfiuo uorrpa ns ap256 ‘mulaban beneficios ocultos girados bajo esos conceptos. Un estu- Gio det INT, sobre Ta base de los contratos registrados en 1972, sefial6 que el promedio de regalias pagadas fue del 2,796 sobre ventas de las concesionarias frente al 3,9% de ganancias (siempre sobre ventas) dectaracas por esas empresas. El estudio seftal6 que 1 mitad de los montos involucradas (que sumaban 93 millones de 3 ese aiio) respondia a contratos entre las filiales y st trices, dato que excluia cualquier supuesto de que eran el resulta- do de una negociacion entre ambas, Por otra pane, la mitad de los fondos comprometidos pagaja el so de marcas con fines comer- Ciales en lugar de conotimientos técnicos. {Los contratos imponfan la obligacién para el concesionario de comprar ciertos insumos a la matriz. Ademas, prohibian ex; desde la filial, dado que la matriz se reservaba la atencién de caclo mundial. 14s transnacionales s6lo querian incomporarse a una cstrategia de ventas en el mercado local @a famosa industraliza- ion sustitutiva de importaciones) que conspiraba contra une es- trategia potencial de desarrollo hacia afuera. Ese rumbo Hevaba incvitablemente a una crisis de la balanza de pagos porque el sis- tema no producia las divisas necesarias para pagar los servicios del capital extranjero que habia sido llamado, precisamente, para resolver los problemas derivados de la escasez de divisas? Los montos decisivos de esos contratos se concentraban en las empresas mas grandes que, a su vez, actuaban en merca gopélicos donde podian imponer su voluntad. Esos re que se verificaron en otras naciones del continente, exp! los gobiernos de la region ensayasen el control de esos flujos y 1a restricci6n legal de los porcentajes remitidos. Fsas politcas se ge- neralizaron hacia fines de la década del sesenta cuando se advis- 1G Ta magnitud de esa sangria y las dificultades para controlaria de otro modo. las élites locales tardaron mucho més en descubrir que Ia in- versin de esas empresas se contabilizaba a valores mayores que Jos reales. Las transnacionales trafan equipos antiguos, muchas ve- ces fuera de uso, que registraban a precio de nuevos para auc: spital con derecho a gananciz. La experiencia de Kaiser se repitié cn numerosos casos observados; esos métocos disimula- ban su tasa real de beneficios mientras aportaban poco al desarro- Ilo tecnol6gico local Por Gitimo, todas [as transnacionales instaladas localmente 257 1s de esta Gitima, afectando la eficiencia y ren- Las masivas entradas de partes durante la pri- ‘gimen automotriz, que fomentaron el desequili- brio de la balanza de pagos, fueron seguidas por actitudes similares en el periodo siguiente, Las transnacionales exhil mayor propensi6n a importar por unidad de producto que las in- logicamente, su presién sobre la balanza co- ida, fue asf superior al Esa propeasiGn a importar se combinaba con Ja sobrefactura- ci6n de las partes € insumos que las matrices vendian a las filia- les. Esta priictica se generaliz6 a medida que las transnacionales veriicaban la incapacidad de control oficial sobre el flujo de be- neficios ocultas en e508 precios de transferencia que se fijaban fue- ra del mercado. La industria farmacéutica parece ser una de las urri6 en mayor medida a ess mecanismos de fuga de ca- pital que pesaban sobre la balanza de pagos. A comienzos de la década del ochenta, por ejemplo, se verified que esa rama imp taba insumos por un valor declarado dei 30%6 del total de su. turacion a precios del consumicior (240 millones de dolares de sumos traidas del exterior versus 800 millones de venta: ; esa relacioa indicaba que sus operaciones locales eran comerciales, ins que fabntes. La verificacion no termind ahi, sé estimd ademas ‘que €508 240 millones de dolares estaban sobrevaltiados en 80 mi- llones de dolares que aparecian como costos locales pero eran caplacios en su casi totalidad como ganancia adicional por las ca- sa5 matrices del sector’ ‘Todas esas informaciones recopiladas mostraban que la indus~ twializacin a cargo de las transnacionales no resolvia los proble- mas de la balanza de pagos; mas bien contributa a agravarlos. Las filales de las transnacionales no exportaban dado que la estrate~ gia de las matrices consistia en explotar los mereados internos pro- tegidos de América latina mientras se reservaban la atencién de otros mercados desde su sede (o desde centros estratégicos adop- tados més tarde para ello), Un estudio mostr6 que las filiales de las transnacionales norteamericanas s6lo habian exportado e1 6% de sus ventas totales (una vez excluido el sector frigorifico) en 1966; al mismo tiempo, remitian al exterior 220 millones de déta- es anuales bajo la forma de ganancias y otros rubros*. Et mismo estudio destaca que las inversiones de las transnacio- ‘wafan partes desde la matriz en cantidades y a precios que depen ( nales en todo el periodo 1962-68 representaron menos del 1% dea ed 280 [2 apsop opemdore weiqey as onb sey wesany ‘s £9p 2p ofan) "uazeponb ant sets se anb pses oo one ear 7199 Wo Ww AazneuRy_sasrE ap seamed se opuaIBis “oonny fo uo uoisuedxa ajqeuozer wun ynpuiad af anb ‘saury souang RIO fo 9 ondure dnm ovata: un argos ojeysut a8 ‘orqure> ua ‘pro ‘ounuafie oprorat ja vod wsasdu ef 9p pas Soon sean erat soar waco) souomeseduoo srisy 30qr] ap SepEwiol Sop Ua soprtiy sopasg £0} uo seiuejd sns ueqeRanus onb vf ap sousu: w [enue uomanpaid 1s Feqeuare anb soqnomjea soseoso so] ap aued vun seuo!eIs> ered opedss urpayo seuade souorstaunp Seno ‘2eq [eau epmuaxy 2] 23qos seanepay{ 3ou0 op ouDtal un v opEysen as etUE|M ef “eIEdox ap Jo]}R) OUIOD exainbs opedere ex2Igat| sopmEN soprasy So} ap osaTUSBU UNauEU anb seORTEA ap savodjr conse sns opurzrin 6¢6r Uo EUNUDBIY B] B sOAJOa OID “pap ‘snuaa sns tod opunur jap 9puss8 seat esaidia ey SION Prous “rnfeun as onb o] ap eprpunp syux oysnut ary emu *B° B19 soustnbar soy x sopgey seaweed sey 2g woRENDapeN eT ‘souo\Sisatt ses9 teIgDa: anb ‘sopesenar sozouats ‘soqjanbe ap osenar fe wPsuopusi ey ueqeordxe sopeqou “889 soprosemy so] ap owsnueulp [a UeqeIOaGxd ob sezs0ny Seu -stU) sej anb smpuoo v aeylow ¥ Oaal] eouspuadap esa “TEx {v3 sofepour ap ozejduszer [> ex oprdys sour ‘sojapom ap opides Spe vegerquir> sexe IS ‘ssofmeM sz] ap peplanoe ¥ ap ounp fe sep “Fuoprpuo> sse teqizpanb saperpy se] Op seananpoid serrB] sey SOP) @psop 1eu0dKs ou ap uo} -ziooranb & euaixa npuotaduin ef op sopitarand sepeune ann ~eovou Ua weqenyoe anb ua epIpaut E] Ua smoNeId ses v IEENIAE ‘uepod sa[euopeusuen sey “sajenuao sopraiaus so] Ua asroLqe 2 oprlep uesqey anb sojjanbe werony seuespoweoMne] sauOpEU Se] Uo eiuaa ua sojepout So] anb ap opp>oUOD operinsas Jo QUO updo sa ‘sounp sne r sotoyauiaq aipual ¥ etAjoa onb wo!ssDA “UF aon BUN OUTOD (@DtIAUOD Jap SaUOUU seo Ua 0) EDO] [eT 1519p waved vy va ueqeyeisupss 28 ‘osm ap soqea ins “ont 6] 208 “Czmnew ese vy ap opeozauy Uo osn ap wiaTy BA sofepoU se>tTy cp ered sepezttin seyooours seduryso cred saounew se ‘sodinbo 8p uoresodioour ef us eBa1ensa uso ap opnadar kaw ojdwale tun opayo zunowro1 APU! 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Las transpacionales optaron por tamafios apenas suficien- tes para atender la magnitud del mexcado local, dado que no ¢s- taban interesadas en exportar los excedentes requericlos por la op- ci6n Optima. Las plantas producian a costos mas altos que los internacionales y requerian subsidios (generosamente otorgados por el sector pablico por distintas vias) y protecci6n contra la com- ppetencia externa, Una vez instaladas, esas mismas empresas estu- ‘vieron entre las mayores opositoras a la entrada de mucvas plan- tas en la rama, porque le eficiencia de instalaciones mas grandes y econémicas las obligaria a cerrar sus puertas. Las largas y duras batallas observadas en la petroquimica en las décadas del setenta yy ochenia se explican por esa légica técnica de las primeras plan- tas instaladas en el pais; repitiendo la experiencia previa de blo- queo sistematico observado en la siderurgia y otras ramas simila~ res, la mayor oposicion al avance fabril provenia dei seno de la | propia industria, Ta proteccion al mercado interno se basaba ca el argumento de ja “industria naciente”, Podia entenderse como una forma de contribuir al desarrollo de empresarios medianos locales hasta que alcanzaran cierta capacidad competitiva, pero se desvitu6 desde ‘que fue aplicada para servir a los intereses de las transnacionales. El comportamiento de éstas siguio ¢! objetivo de maximizar ga- nancias globales mientras reducian sus inversiones al niinimo com patible con la evolucién del mercado, la escasez de controles ofi- Gales y la ausencia de competencia local o externa; sus decisiones cen la Argentina contrastaban con las que adoptaban en las nacio- nes europeas, donde debian enfrentar a empresarios locales apo- yyacios por sus propios Estados eh mercados dinémicos. Las plan- tas de las transnacionales no eran las industrias nacientes previstas por la teoria sino productos maduros con baja capacidad de pro- gresar al calor de la proteccién. Dos décadas después de fa apertura a la inversiGn externa, un articulo de La Nacién, un periddico que no es sospechoso de hostilidad a la misma, razonaba sobre los resultados en terminos inequivocos: “Las empresas automotrices son todas g presas transnacionales que no Hegaron al lugar que oaupain 261 el mercado mundial con prebendas oficiales ni con modales de sefioritas, sino compitiendo a brazo partido para ganar cada pal- mo de ese mercado. Aqui, hace dieciocho afios que operan en una rama protegida, amparadas por regimenes especiales de di- verso tipo, ¥ no han logrado un producto capaz de colocarse por calidad y precio en el mercado mundial, ¥ eso qué cuentan con fz mano de obra especializada mas barata del mundo. Ni siquie- ra compitieron entre ellas, sino que se limitaron a repattirse tran- quilamente —por franjas— un mercado seguro. Ahora resulta que no pueden vender, claman al cielo y siguen aumentando los precios”, Las plantas locales demandaban una masa de profesionales para adaptar sus equipos a las magras condiciones de produc- ci6n, Bs0s t€cnicos e ingenicros, numerasos en algunos casos, sealizaban esfuerzos para que Ia Fabrica funcionase en las con- diciones planteadas pero no podian orientarla en una evolucién diferente, que bloqueaba la estrategia de las matrices. Las filia- les incorporaban pocos especialistas (o ninguno) para proyectar el desarrollo posible de los equipos y productos, que se decician cen general en Ia sede de fa matriz en funci6n de su vision glo- bal del negocio. La actividad técnica en esas plantas se limitaba ala bisqueda del cambio adaptativo, proceso que encuentra’ ‘muy pronto sus propios limites. Por eso, una véz quie impacta~ ron sobre el mercado local, esas filiales tendieron a a¢omodarse 2 la demanda sin presentar actitudes dindmicas y expansivas que S0lo las exigencias oficiales o In presion de la competencia po- nla creat. Esa tarea adaptativa, objeto de numerosos estudios, requerta muchas veces un esfuerzo enorme s6lo para sostener las condi- ciones del atraso fabril y no se limitaba 2 las fillales de las trans- nacionales. A mediados de la década cel setenta, un experto es- tudio la planta de AciwpaR en Rosario buscando comprender por qué seguian operando los primeros convertidores de acero que habian dado vida a la empresa pero que estaban técnicamente obsoletos depues de mis de treinta afios. Su estudio comprobo Que esos equipos habian sido varias veces mejorados por técni- £05 innovadores que, haciendo de la necesiclad virud, los adap- tron para servir ciertos *nichos” del mescado local generados Por la proteccién; los problemas operativos eran disimulados por e808 cambios, que mantenian activos los equipos pese a su anti- shedad y que mantenian la rentabilidad de la empresa gracias al‘oss0030 [ap UoIs|Aa4 Py OzUELICO ISY JRO] EISONBINg eUN ap ED “Woxghto eI eHesS9oU GeqeuMse anb ss101298 so] ap uo!>EdnoO~Id 4 sounuaire soumaidod so ap aued eun ua eunrele ae30n oad waset| opuisnidas uarony 28 soyureD ap sesaxdura se| ap sop “euopuaur sojcwvale sor ‘soje2oy sesaucuaa sey ap raduo> e| aiuerp our ssspuedsa © vomzawoo ‘OULD aso UE JOKER Jap sestamp 2980 9p pepfsonau UPEISeUIEP UB ‘sopYoURK ap UO!SeINUINE UE seper$ ‘opidys Anus oumoo sapeuomeusuen sel 3p worstteds> ey .SeunUDaie, oMoD s=unuyop sofeuoroeU sesarduta se] P HC “Ryoxd 190] owsyTeUOpeL [> “wlopered eso Eun UR “arquUON ais Jesn uetpod soMarx jap seta ap Soper ajusureaMDo}9 unsoNy anb sesarduna se] aurauejos onb ompoap epnsnf ap su95 uommsdsuy 2] ‘Seiqonie seso seyad ered ‘sesolumnxe ueiomared anb exed .eu “huailry, ap aiquiou [a woo sesaidina repuny ¥ sosomndruosau 301 -o28v soun8e & aay sojruonvusuen se] e epbufise eantsod uotea 1 ".0usS0¥9 [onuoD ofeg peparsos vuN ap MeN as “AuqWOU nS uD Sunweary, ao;p pepapos eun 1s, ‘anb jam, opearasey ve vA “e[9 ap osepuaiopp exed jeunusery, ounm “HE 8] 2p auctaou [> eqradopr safemy ses9 ap pepqeIO “yztuanouD PP #PegP ¥] ap sopeipaut x weIUAI anb ygE [9 snss9a pugey omMp ~o1d Jap 9606 ToR\svar Cood veqeuode soqeuoreusuren se} ap soe, -Y Se] 5290] OUR fo US OAISIOap BI OsaluENXD JeNdED [2 ‘Ise UNY sooyuofay sonBnue 80] 2p “eIqamnb 0 “uoleeAEIsD e e OPIqaP 3 “wom9a9] olnpas as vpuasard ns ‘emtasas [ap epea9p BI 9p SaUY ED “FH ‘sejeuoeusuen seaonu sej/ap ugDdnus x] ¥ opiqap osfaarun 989 ap pemus x] uoRBEqND seam seis ‘soue soDod ua “swiafimenS sopnurea uempur swed fap sesaschura sosose Uomo se ‘QG6T UA Teuopeu oponesap ap os No UN JeaND & OpuaIpUal ‘ea UQISIOAUL Eno Jeinbjeno eqeioyesep sauorsesodo seso ap peprqenuoy ypEAa PL olqns 289 wey ‘orauID jap opeouat fp ue aqeoide Jou un eq ~eBn anb enesueqenxs eu2j0 ef & “femedsa ua ‘A curpaio ap esEU nid wun olasap seane ap eiuaA e] eDUEUY ap scien sey ‘SEUIOPY ‘Oprorour ns assonpar ueyaa anb ‘soualq sono ¥ Eq¥Iaxe ypuEUIEP 21 ap UOEMIBHO By Z9gL Uo saiqeMp sousIG ap [eDo] ypuIOP 11 9p s4py [2 anb souat epey anuasuoD some ap eiduz0o F] O10 Se ong ‘Saivefroquoo sesne> sectanp sod 9x90 ‘So;ne ap epuE 9p &| opider esmuoume anb exed wa eqD v] 279 anb ‘osasBis [op uopEnaDuOd FT ‘onOYE [op sepUSpUD se A epeBaiBe epUEWOP ¥1 8p womeusuo yf ‘osa¥BUI Pp YOHNgINSTp wy seoyTPoM e OANA 92 -uoo 4 uarq aso Dey ewaIU! 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