Claves para Mejorar La Escuela Secundaria

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Capitulo 4 i i ENRIQUECER EL AMBIENTE: LOS RECURSOS PARA LA ENSENANZA Mariano Palamidessi «,..Es misién del ambiente escolar tratar que cada individuo logre una oportunidad para librarse de las limitaciones del grupo social en que ha nacido y para ponerse en contacto vivo con un ambiente mds amplio”. John Dewey, Democracia y educacién 1. LA EXPANSION DE LA EDUCACION SECUNDARIA Y LAS BASES MATERIALES DE LA ENSENANZA La educacién secundaria surgié como un nivel educativo destinado a la formacién de segmentos minoritarios de la poblacién (Brint, 1998). En 79 | I Claves para mejorar la escuela secundaria la Argentina, la red de colegios nacionales, escuelas de comercio y escue- las normales en las capitales de provincias, creada en el ultimo tercio del siglo XIX (Tedesco, 2003), se ordené en torno a un modelo de forma- cién de cardcter humanista-enciclopédico, basado en una infraestructura edilicia moderna (bibliotecas, laboratorios, salas de mtisica) y en una pro- visién de recursos adecuada a los requerimientos de un curriculo de base disciplinar y a una practica pedagégica centrada en el docente. A lo largo del siglo XX, las sucesivas olas de expansién del nivel en sus distintas modalidades se acompafiaron con una ampliacién de la infraes- tructura edilicia de diversa calidad y, en mucha menor medida, con una dotacién inicial de recursos pedagégicos. Por lo general, salvo en aquellos establecimientos creados y equipados en funcién de proyectos o progray mas especiales (EMER-EMETA, Proyecto 13, PRODYMES), la proviv sién de equipamientos y de recursos para la ensefianza en el nivel no vol» vié a concitar la atencidn sistematica de las administraciones educativas. En una sociedad que incrementé sus niveles de desigualdad social en el tercio final del siglo XX, la educacién secundaria se configuré como uf espacio social altamente segmentado, con una marcada regresividad en la distribucién de las oportunidades educativas (Tenti, 1992) y de los con» textos materiales de aprendizaje (Llach, 2005). Durante las tiltimas déca- das, la combinaci6n de tasas insuficiente de inversién publica en infraes- tructura e inversiones atin mas bajas en equipamiento y recursos, dio forma a una base material de la ensefianza en la educacién secundaria sumamente empobrecida. Estas dindmicas terminaron asociando a la educacién secundaria publica con la experiencia de un ambiente material desertizado, caracterizado por espacios insuficientes y/o inadecuados, bibliotecas desactualizadas y poco frecuentadas y laboratorios sin insu~ mos} Los esfuerzos de inversién en equipos y recursos suelen ser discon: tinuos y, hasta el momento, han sido insuficientes para mejorar en forma generalizada la base material con la que se enseiia y se aprende’. Al mismo tiempo, este patrén de expansién ha posicionado en forma diferencial a las escuelas del sector puiblico y del sector privado’. Las priv vadas, que atienden sectores sociales de mayor ingreso, disponen de un mayor margen de maniobra para enriquecer los ambientes de ensefanza (Tiramonti, 2004). En el sector publico, esta posibilidad depende de la capacidad de las cooperadoras escolares para obtener recursos de las familias y/o para demandar al Estado la provision de recursos. No obstante, muchas escuelas disponen de cierta cantidad de equipos (computadoras, televisores, instrumentos de laboratorio) y recursos para la ensefianza (libros, mapas, peliculas) pero, por diversas razones. Su uti- lizacion suele ser poco frecuente (Dussel, Brito y Nuiiez, 2007). Hay secundarias muchos bloqueos o “imposibilidades” en Ja cultura y en la yestion de nuestras escuelas que tienden a convertir a las aulas en espacios despojados de otros estimulos pedagdégicos que no sean la voz del docen- , mientras la ecologfa escolar es invadida por la presencia creciente de juevas especies, mas méviles y ubicuas (celulares, mp3 o I-pods). : M. Palamidessi | Enriquecer el ambiente: los recursos. 2. LAS TRANSFORMACIONES DEL PROCESO Y DEL AMBIENTE EDUCATIVO liva (Tenti, 1992), los requerimientos sociales, tecnolégicos y pedagdgi- cos respecto de las caracteristicas que definen a un ambiente como edu- cativo cambiaron fuertemente! Desde mediados de la década de 1960, las escuelas secundarias comenzaron a atravesar una serie de cambios funda- mentales: \) Las transformaciones en la concepcién del conocimiento y del curriculo. La concepcién del conocimiento pedagégicamente valioso se desplaza del modelo disciplinar hacia concepciones procesuales, relacionales y abiertas (Bernstein, 1988). El curriculo deja de ser pensado exclusiva- mente como un reservorio ordenado de contenidos, para dar espacio (© sea, tiempo) creciente a actividades pedagdgicas que enfatizan Ja reconstruccién y la contextualizacién del conocimiento (actividad de reconocimiento de patrones de relaciones significativas, de limites difu- sos y en permanente movimiento)’. Sin dejar de lado la pedagogia dis- ciplinar, emerge un se¢ de competencias vinculadas con el aprender a Junto con un deterioro de los principales insumos de la oferta educa- I Claves para mejorar la escuela secundaria aprender, la resolucién de problemas, la negociacién de significados: en contextos de diversidad cultural o el trabajo en equipos flexibles. b) Los cambios en las relaciones pedagégicas. Las modalidades de comu- nicacién y control de la conducta se desplazan desde légicas posicio~ nales y jerarquicas hacia formas contractuales y personalizadas de rela- cién, en continuo proceso de redefinicién 0 negociacién. El cuestionamiento de los cwadros que ordenan el espacio-tiempo de la ensehanza, desde los anclajes espacio-temporales uniformes (cuadri- culas horarias, ritmos fijos, secuencias homogéneas), hacia légicas di creciente diversidad y heterogeneidad espacial y temporal. d) La flexibilizacién de los agrupamientos de caracter disciplinario clasico (grados 0 divisiones), basados en la categorfa de edad. Esta flexibiliza” cién es acompaiiada por la valoracién de la diversidad, el funciona miento de grupos méviles, organizados en torno a proyectos y por lil necesidad de promover un progresivo incremento de los margenes dé decisién de los estudiantes*. c) Como telén de fondo o contexto que alimenta estos cambios en | formas en que se concibe y organiza la tarea de las escuelas, est4 la eme gencia de una sociedad crecientemente articulada por los flujos elec nicos globales. Estos proveen una parte cada vez mds importante de materia sobre la que se construye la vida y la identidad de los individuo} los grupos y las organizaciones (Castells, 1999). Crecientemente, | adolescentes se comunican y articulan sus conocimientos y creencii inmersos un magma cultural caracterizado por un complejo (cadtico! concierto de voces, perspectivas y narraciones (Pérez Tornero, 2000) De este modo, los sujetos de la educacién secundaria llevan consigo le guajes y afectos que complejizan la gestion de la comunicacién en el auli El conocimiento del mundo se pone en perspectiva y la palabra auto} zada no se estabiliza en una posicién fija, sino que se negocia. Los procesos de formacién flexibles, de “plan abierto”, expresan emergencia de formas de transmisién cultural mas sensibles a los nue’ patrones de comunicacién y de socializacién. Pero cl despliegue efecti de estos procesos requiere una infraestructura material y de recursos my M. Palamidessi | Enriquecer el ambiente: los recursos... I distinta de aquella que sostenja la transmisién en el secundario cldsico! La base material del secundario de élites residfa en un espacio enclaustrado, cn la disponibilidad de libros adecuados y en una practica pedagdgica centrada en un profesor que impone un alto ritmo de instruccién a su clase. En cambio, las formas flexibles o abiertas necesitan infraestructu- ras mas amplias y polifuncionales (salones de usos miltiples, salas de reu- niones, areas de trabajo aut6nomo) y una mayor disponibilidad de herra- mientas € insumos para la experimentacién, la simulacién, la aplicacién y |a creatividad, sin poder dejar de lado los espacios y recursos especializa- los ya conocidos. En la actualidad, nos encontramos ante un escenario signado por las isincronfas y las yuxtaposiciones. Por un lado -con la excepcién de un nucleo de escuelas de élite y de algunas iniciativas pedagégicas innova- doras-, la escuela secundaria conserva casi inalterados los rasgos estruc- \urales del ambiente educador fines del siglo XIX. Por otro, las sensibili- lades y (una parte importante de) las prdcticas se orientan hacia modali- slides més abiertas y negociadas, aceptando delimitaciones culturales mds porosas y promoviendo una mayor apertura hacia los problemas sociales y la cultura juvenil (Dussel, 2007). ° 3. UN AMBIENTE PEDAGOGICAMENTE MAS RICO: LAS TAREAS ACADEMICAS Y LOS RECURSOS PARA LA ENSENANZA |. riqueza de un ambiente educador no reside tinicamente en la can- \idad y en la diversidad de espacios, equipos y recursos. El factor deter- ininante en el grado de riqueza de un ambiente educativo es la naturale- iy la complejidad de la tarea académica (Doyle y Carter, 1984). Los \bientes son construcciones complejas de recursos materiales y de sis- temas de acciones humanas. \si, teniendo en cuenta las transformaciones antes sefialadas, se puede plantear que un ambiente rico y estimulante para la educacién secunda- fii es aquel capaz de proponer tareas y ofrecer a los estudiantes oportu- Hidades sistemé ‘as, entre otras® de: I Claves para mejorar la escuela secundaria * aprehender sistemas complejos y diversificados de conocimiento orientaci6n, bases de una cultura critica y creativa; * acceder, buscar, analizar y evaluar informacién en diversos format y soportes; ¢ desarrollar actividades de investigacién; * experimentar, manipular y/o realizar ejercicios de simulacién con objetos/sistemas (simbédlicos, sociales y naturales) de diversa co. plejidad; * analizar y fabricar dispositivos técnicos de uso cotidiano; ¢ dialogar con multiplicidad de perspectivas tedricas, culturales, est ticas; * participar de debates sobre temas y problemas fundamentales q atraviesan a la sociedad y a sus grupos de pertenencia y referencia; * elegir, planificar y autorregular una parte de sus a rendizajes’; ‘SIF, pI y 8 Ie, * participar en proyectos colaborativos®, Para generar alternativas sustentables a la “pedagogia centrada en profesor”, tipica de una ensefianza secundaria enciclopedista-humanis| que se ha ido degradando, el ambiente requiere la puesta en juego de diversidad modos de ensefiar’ y de mayores dosis de interactividad, Per qué equipamiento y recursos deberfan tener las aulas/escuelas secun rias para “sostener” y estimular el desarrollo de esta pluralidad de for ensenlar y de una ensefianza que asegure mecanismos de feedback intensos? Entre los més importantes, destacamos: * espacios y equipamientos especializados “cldsicos” (laboratorios ciencias experimentales, aulas de artes visuales y escénicas, tale} tecnolégicos, gimnasios); * bibliotecas y/o centros de recursos, con reas silenciosas, espacios proyeccién y mesas de trabajo grupal, provistos de recursos actu: zados y con cantidad y diversidad de textos (revistas, libros, map, filmes, audio) para cada dominio de aprendizaje y abundantes may riales de interés general; M, Palamidessi | Enriquecer el ambiente: los recursos... I * espacios y mobiliario para el trabajo en pequefios grupos; * laboratorios digitales, Provistos de diversidad de periféricos (senso- res, cAmaras, proyectores), impresoras, software educacional, tuto- tiales y juegos de simulacién, etc.; * puntos de acceso libre a bases de informacién y a redes de comuni- caci6n en aulas y/o espacios comunes; * miltiples interfases y vias de comunicacién con el entorno comuni- tario y el medio social mds amplio (diarios, carteleras, pagina web y plataformas de administracién de contenidos, etc.). Las infraestructuras y recursos para la ensefianza deben potenciar sus conexiones, evitando su encierro en compartimientos © su apropiacién cn funcién de una materia o departamento. Sin dejar de reconocer el lugar protagénico que por mucho tiempo conservaré el aula fisica, el enriquecimiento de los ambientes pasa también por reconocer las posibi- lidades de trascender el cardcter “fisico” del aula (y, también, de cada escuela), conectando comunidades de aprendizaje, areas y localizaciones tliversas, (Briinner, 2001). Esta perspectiva implica atender, claro esté, al problema del cambio en las tareas del profesor y la complejizacién de la division del trabajo técnico y pedagégico a nivel institucional Asimismo, se presenta el problema del orden de los procesos y de los Hbjetos pedagdgicos: todo ambiente educativo, junto con una cierta sbundancia de estimulos, también debe atender al problema de su selec- “lon, secuencia y organizacién sistematica!®, Aqui el soporte organizati- yoy cl rol del gestor de informacién y de medios resultan claves. La Ppues- {cn marcha de un proceso de enriquecimiento de los ambientes “arras- {u", necesariamente, una revision de los ejes estructurantes de los men- hijes pedagdégicos y de las formas en que se conciben y coordinan las tare- s, los espacios y los recursos. Es que, en definitiva, la riqueza creciente del ambiente formador en la educacién secundaria (y el lugar de los fecursos en él) dependerd siempre de la articulacién compleja e inestable (le tres dimensiones: I Claves para mejorar la escuela secundaria M. Palamidessi l Enriquecer el ambiente: los recursos... I a) la calidad de las tareas académicas propuestas a los estudiantes (curt culum y practicas pedagégicas); La tinica manera de incrementar la riqueza y la diversidad de los imbientes de ensefianza garantizando niveles de creciente equidad es mediante la puesta en marcha de una polftica publica coordinada nacio- nalmente". Esta polftica tendria que articular la accién de distintos acto- ics (nacionales, provinciales y municipales/locales) en un cuadro comin de responsabilidades. El primer punto a trabajar deberia ser la revisi6n y mejora de las normas existentes respecto de espacios, equipamiento y fecursos para la ensefianza, as{ como la definicién de nuevos indicado- ies y esténdares. Por esta via se podria especificar un conjunto de Condiciones Basicas Comunes (resonando con otros CBC...) para las \areas de ensefiar y aprender en todo el pais, cuantificando los derechos {ormalmente consagrados en Ia reciente Ley de Educacién Nacional. Sin in proceso de normalizacién que estandarice y cuantifique algunas ‘acteristicas basicas de los ambientes escolares no hay posibilidad efec- iva de controlar o reclamar el cumplimiento del derecho a una educa- «ion secundaria de calidad, ni de asegurar niveles basicos de equidad en \\ distribucién de oportunidades educativas”. Una vez discutidos y defi- hidos esos estandares, serfa preciso revisar los criterios de prioridad utili- vidos en la inversi6n y en la asignacién de recursos. Las autoridades edu- titivas dispondrfan de un cuadro de situacién de los déficits y podrfan ilefinir prioridades de inversién sobre esa base. A la vez, las escuelas y las somunidades podrian reclamar la provision de recursos sobre fundamen- {os mas precisos y justos. b)la disponibilidad de espacios y recursos (arreglos institucional insumos materiales, equipos, tecnologias); y c) la gestién institucional (relaciones sociales, organizacién del bajo). 4. ALGUNAS CLAVES PARA LA MEJORA Pensar la problematica de los recursos en los términos plantea puede parecer un ejercicio utdpico o de ciencia ficcién si se lo aplica mediaciones- a la mayor parte de las escuclas en un’ sistema educat acostumbrado a una muy escasa inversién en equipos, a una espasm ca/raquitica provisién de recursos y a una revisibn de la division del bajo y de las capacidades escolares. A continuacién se presentan algunas claves basicas para pensar perspectiva de enriquecimiento de los ambientes de ensefianza, de m de integrar la mejora de los recursos a una estrategia integral de des; Ilo de la educacién secundaria argentina. Se trata de Ifneas de ac generales que suponen distintos niveles institucionales, cuyos esfue! habria que articular en una perspectiva comin. Al mismo tiempo, las politicas estatales deben orientarse a amplificar y Mejorar los ambientes educativos de la educacién secundaria mediante el ilesarrollo de espacios y dispositivos de formacién y colaboracién en Hinea, Este escenario comenzé a desplegarse en los iltimos afios median- te cl desarrollo de portales nacionales y provinciales que proveen recur- wy actividades, aunque su articulacién con la vida de las escuelas sea ‘in sumamente débil (Palamidessi, 2006)!*. También habria que men- a) Politicas estatales de enriquecimiento de espacios y recursos pedagdgicos El enriquecimiento de los recursos disponibles en las escuelas secu di : ae an i 2 A a depende, al ee ao dos pos de condiciones. Por un lado, ‘ionar los timidos avances en la puesta en funcionamiento de una televi- ‘ aioe sy una sae ptiblica de inversi6n en infraestructuy son educativa que contribuya en forma organica y sistematica (0 sea, vin- le provision de i écni ez, del dese el : bathe = Pp insumos basicos y apoyo técnico. A la vez, del desarr ‘lida con prioridades curriculares) a facilitar recursos para la ensefianza. de capacidades en las escuelas para movilizar, aprovechar, cuidar y a centar sus recursos y su know-how. I Claves para mejorar la escuela secundaria b) EL nivel institucional Como se sefialé, la gestidn institucional de los recursos pedagdgico: una dimensién clave para una “reforma de los ambientes” de ensefi: Para esto se necesitan escuelas con capacidades fortalecidas para artic los proyectos de mejoramiento de los espacios, los equipamientos y recursos con proyectos pedagégicos prioritarios para la escuela en su ¢ junto. Sucede que, junto con la escasez de recursos, un problema ri rrente en nuestras escuelas secundarias suele ser la subutilizacién de equipos y materiales disponibles. Salas de computadoras que perman cerradas buena parte del tiempo y bibliotecas y laboratorios poco cot tridos nos recuerdan que el cambio no puede avanzar sin considerar distintas dimensiones. Se requiere movilizar al mismg tiempo un cam| pedagégico y cultural a nivel institucional: cerrar la distancia entre potencialidades asignadas a los equipos y recursos y su aprovechamiel en una practica pedagégica més rica no depende, fundamentalmente. la sofisticacién de un equipamiento o de una abundancia sin fin de re: sos, sino de la calidad de las instituciones y de la calidad de las relaciol entre personas. Por eso es preciso evaluar los usos potenciales de equij y recursos en funcién de las areas curriculares y de los proyectos de bajo que sean considerados claves para la oferta formativa de la ese Asimismo, el enriquecimiento de los ambientes debe acompafiarse niveles superiores de civilizaci6n en el uso de los recursos: requieren desarrollo de pautas de cuidado, control y autorregulacién. Una de las claves actuales para pensar en recursos interconectad polivalentes en las escuelas reside en Ja multifuncionalidad, la flexibili y la capacidad de integracién de las tecnologias de la informacién y d comunicacién; en su capacidad para captar cualquier tipo de dato ambiente y procesarlo, almacenarlo, recuperarlo, transportarlo y tral formarlo. En una sociedad crecientemente tramada por redes electri cas, una politica de enriquecimiento de ambientes y recursos a nivel { titucional no puede operar solamente al modo tradicional (por cone traci6n de equipos en lugares fijos y acumulacién de textos). Ade tiene que escanear el medio ambiente en forma permanente para busi recursos en funcién de sus necesidades M. Palamidessi | Enriquecer el ambiente: los recursos... I Por eso, un proyecto de trabajo institucional puede asumir configura- ‘ones muy diversas: * la conformacién de un centro de recursos filmicos en una escuela, asociado a un ciclo permanente de cine que se desarrolle en funcion de temas prioritarios del curriculum; * la formacién una red de bibliotecas -escolares y no escolares— en un barrio, que permita compartir recursos y especializar las tareas y los acervos, incluyendo un centro de documentacién de la historia local con capacidad para digitalizar y archivar documentos y fotografias; * el desarrollo de un pequefio laboratorio de ciencias, asociado a un invernadero, equipado con computadores para el procesamiento de datos provistos por sensores de humedad, luz y temperatura, etc.; * el montaje de una sala para el estudio de problemas geograficos, ccondémicos o ambientales, sobre la base de una pequeiia red de computadores, utilizando programas de simulacién y recursos dis- ponibles en la web (como los mapas de Google o las bases de datos de organismos como la NASA o el INTA); * la creacién y el desarrollo de centros de disefio y experimentacién visual y musical. Los proyectos de gestién de los recursos pedagégicos a nivel institu- ‘ional deberfan desarrollar capacidades y disposiciones para: * buscar, seleccionar, captar, evaluar y adquirir recursos; * clasificar, archivar, almacenar y procesar materiales, im4genes, datos, textos, filmes bajo distintos soportes; * definir mecanismos fluidos de acceso y puesta en disponibilida * mantener, acrecentar y diversificar equipos y recursos; * desarrollar en todos los actores escolares una cultura de cuidado y de uso productivo y responsable. Para desarrollar y sustentar esas capacidades institucionales se precisa: * fortalecer la capacidad de coordinaci6n y planificacién institucional "5; I Claves para mejorar la escuela secundaria ¢ mejorar las condiciones de trabajo docente y estimular el funcios miento de instancias de (auto)formacién; * incluir en las plantas funcionales cargos vinculados con la gestién. medios, recursos e informacién, dedicados a promover y sustentar uso de recursos y tecnologfas; ¢ estimular la participacién activa de coordinadores, docentes y esi diantes en la adquisicién de recursos y el desarrollo de ambiente! ¢ avanzar en el trabajo en red con otras escuelas y organizacio} -culturales, productivas, cientificas— para la utilizacién cooperat de recursos y para la conformacién de espacios de formacién sencial y a distancia. 5. Los DESAFiOs FUTUROS La educacién secundaria tiene el gran desafio de preparar a las fu generaciones para una mayor diversidad y amplitud de conocimient capacidades, que hagan posible su participacién competente y civ en un mundo mis interdependiente y en permanente cambio. Para es fundamental asegurar que todos/as los/as jévenes, sin excepcidn, adqi ran los conocimientos y herramientas bdsicas para ser ciudadanos de P derecho. Desarrollar en los adolescentes estos sistemas de orientacit accién requiere el concurso de ambientes —tareas, equipos yang ricos y complejos que faciliten su confrontacién con diversos tipog experiencia, informacién y conocimiento. En promedio, nuestra ¢s secundaria est lejos de ese escenario. Es muy probable que la invel publica no crezca en forma sustancial en los préximos aiios y subsis fuertes diferencias entre las escuelas en materia de infraestructura, pi nal, equipos ¢ insumos. No obstante, es imprescindible reflexionar st las posibles vias de cambio y acerca de los modos de potenciar los csi zo y la creatividad de cada escuela. Contamos con recursos limitados realizar nuestra tarea y es preciso usarlos con inteligencia. M. Palamidessi | Enriquecer el ambiente: los recursos. Novas |. Segitn Landau, Serra y Gruschetsky (2007), habrfa que duplicar el parque informéti- co del nivel medio y conectar al 40% de los establecimientos para llegar a un escena- tio de cobertura bésica y a una ratio de 13 estudiantes por computadora. De acuerdo con datos del afio 2005, el porcentaje de establecimientos de nivel secun- ‘lario/polimodal que poseia computadoras para la ensefianza en el sector piblico y n el privado no presentaba diferencias marcadas (92 y 96% respectivamente), pero si era notoria la distancia en la ratio de estudiantes por computadora (36 en el sector estatal y 14 en el privado) (DENIECE, 2006). ) Levy (2001) seftala que el desplazamiento del conocimiento-archivo al conocimien- \o-flujo ¢s uno de los rasgos centrales de la cibercultura. | De esta enumeracién de tendencias no debiera entenderse que nuestra posicién sea presentar a la flexibilidad 0 la integracién curricular como la panacea del cambio edu- ‘tivo que requiere la educacién secundaria. No se trata de integrarlo todo (si algo le eso es pensable...). La educacién secundaria precisa del mantenimiento de formas especializadas y “extramundanas” de discurso (disciplinas). Niveles complejos de ‘onocimiento y comunicacién necesitan basarse en orientaciones y objetos de cono- timientos descontextualizados, abstractos y, en principio, poco “

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