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| ES Capitulo 5 1 DISCUSIONES TEORICO-CLINICAS ACERCA DEL TGD, ADD Y OTRAS CLASIFICACIONES Gisela Untoiglich En este capitulo se pondrén a trabajar algunos de los conceptos enun- ciados en li primera parte de este libro. Cada vez: més nifios Hlegan a 1a consulta debido a que sus conductas ocasionan preocupacién en Ia instirucién escolar Es preciso aclarar que, en gran medida, las manifestaciones conductua Jes que la escusla observa como alarmantes en la actualidad deben ser tomadas en consideracién seriamente. Los aspectos que se desean problematizar en este trabajo son, por una parte, la cuesti6n de las etiquetas diagnésticas; por el otro, la construc cién misma de los diagnésticos, as{ como también los modos de interve- nir con nifios que estin estructurindo su subjetividad, en los cuales s¢ observan aspectos francamente comprometidos tc Hpmotgis cuales a es dels pesetacions clinics més freenentes cu Se profundizats ce ategorizados como TGD y Jos nifios categori- estos tiempos zados como AD! Cuanpo EL siGNIFICANTEIES EL DESTINO ual Las tareas prune Formarse 6° St on isto 1 pales que necesita realizar el cachorro humano Una de eto ¢s encontrar aquellos significantes que Jo para trans representa 7 eo, Una dels vias privilegiadas en Ja infancia para ftv en materi OTE jog” (Rod, R. 1989)! reabirar a vedo px dveros motivos an nifio est4 impedido de {Qué suede jugar? sa wl de dos alos en un colegio privado, Lugo de Francie cae durante un mes que se adaptara, y por ciertas incencar inftuctues por la psicopedagoga del establecimiento (habla conductas OOS cguridad en Je marcha, no juega esponténea- ecoldlicament®r Yon otros nifios, lora y grita a menudo), se les soli- mente, n0 inte ana consulta nearolégica. Los paces, sor- Cita alos pastes eee ita en una insttucién de renombre. El neu- prendidos, ect is al nfo, habla diez minutos con los padres y ropediatra ve G2 dios, advitiéndoles que deade su experiencia Tes coicta Oe jninningtin resultado relevante. Cuando los considera que 5 con au hijo a la consulta médica, con todos los padres regres? J. sponmules el profesional les realiza una serie de extudios com FES Teel nifio “es TGD” (trastomno generalizado del preguntas ¥ CORT”, que wclvan en seis meses, sugitiéndoles que, sino desarrollo). E57 ven con una maestra integradora y que obten- se adapta a jae escapacidad para el nifio, con Ia finalidad de que gan un cert xcs los gastos. Toda esta informacién es lanza- ‘enpresencia del nifo, sin la més m{nima contencién, da sobre 1 Pi consis ni expicao™ ain eco, luego de todo el derrotero médi- Con. seen tne! jardin de infantes todos los informes, que co, Jos padees pe -0 comiet 196 alia trasformando las demandas que le vienen del. G. Untoigich | Discusiones teérico-ctincas.. inclufan diagnéstico ¢ indicaciones terapéuticas preimpresas para facil tarles el abordaje a los docentes. Allf se encontraron con wna psicopeda goga muy satisfecha de su saber profesional, que los felicité por todo el trabajo realizado ~que por cierto confirmaba su presuuncién diagndstica y que muy amablemente les expres6 que, como ella presumfa de ante- maito, Francisco no era un nifto para esa institucién. ‘Appattir de ese momento, una vez que pudieron sobreponerse al shock, los padres se zambullen en Internet, len vorazmente para entender a stu hijo, investigan cudles son las mejores terapias, se conectan con otros padres cuyos hijos tienen “igual diagnéstico”, realizan un listado de los problemas del nifio y buscan diferentes profesionales que resuelvan cada tuna de las dificultades (fonoaudiologia: para sus problemas de comuni- cacién; terapia ocupacional: para el desorden sensorial; terapia de juego: para sus dificultades para armar un juego simbélico; hidroterapia: para su fobia al agua; etc.) y se posicionan para asumir “la discapacidad” de su hijo. Es neceserio aclarar que cada profesional recibié al nifio junto con dl diagnéstico ya realizado por la prestigiosa institucién, por lo tanto nadie lo puso en cuestién y se avanz6 desde ese punto, “Algunos meses mis tarde, Francisco se enferma y fos padres lo llevan al pediatra, aprovechando esa situacién para ponerlo al tanto del diagndsti- co de! nifio. El pediatra se sorprende, ya que antes nunca habjan men- cionado todas estas dificultades y solicita un psicodiagnéstico. Es asi como llegan a la consulta psicolégica, cuando el nifio tiene dos aos y medio. Estos padres no tienen ninguna pregunta acerca de su hijo, no estin angustiados (ya que segiin dicen no tienen tiempo para eso, hay nume- rosas cuestiones de las que ocuparse con relacién al nifio), sf estin ago- tados por el nivel de demanda que les exigen los miltiples tratamientos yla coordinacién de éstos. Es significativa la descripcién de manual que realizan acerca de las difi cultades del nifto: * dificultades en el contacto ocular; * dificultad para relacionarse con otros nifios; ‘+ habla en tercera persona; al Tstctogias actuals en la nfancin + ecolalias; + no tiene juego simbélico; « interéses restringidos; ‘ adherencia 2 rutinas. Cuando se les sefiala esto, refieren que es para facilitar el diagnéstico, Se plantea la necesidad de indagar acerca de la historia parental, lo cual desorienta a los padres, ya que no encuentran relacién entre las dificulta- des neurobioldgicas del nifio y la historia parental, Ellos ya tienen “La Respuesta”: TGD es cl significante que marcaré toda la existencia de este ni. Este es un momento interesante para introducir un punto de bifurca- cién, or qué es preciso escuchar a los padres, por qué es necesatio reconstruir la historia? UN LUGAR PARA LA HISTORIA L, Wertengel se cuestiona acerca de los senderos de la transmisién psf- quica y propone que ‘La transmisibn parental adquiere Ia particulnridad de inaygurar para cade bijo wn forma singular de apropiarse dew herencia poiqui- a, Con I versién gue de ella se dé a si mismo, el nio-va a construir los recurs de significacitn para incerpretar el mando que lo rodea, su hugar en 4, su identidad... [Es preciso] diferenciar entre lo trasmitido y lo que es recibido y trans- formato, principalmente on ol proceso de historieacibn gue hace el sujeto de su herencia® (Wettengel, L., 2001, 41). Realizar este trabajo de reconstrucci6n posibilitard el accrcamiento a has redes ientficatorias, los procesos de narcisizaci6n, los ideales, que constituyen parte de la trama de ese nuevo sez. Nunca se trataré de una lectura lineal, determinista y unicausal, del estilo “a estos acontecimien- tos histéricos les corresponde tal modalidad subjetiva”, 190 6 Untoigtch [Discusiones tesco taxa, En cl relato de I historia parental de Francisco se recortan alunos ek mentos relevantes: pareja y embarazo comicnzan casi al unison, An hoe pedres tenfan su energfa puesta en su crecimiento laboraly, si bien exp, ban cereanos a los cuarenta afios, muna habfan hablaclo de la posit iid de tener hijos. Debido a una dolencia gistrica, la mad cada y Inego intervenida quirirgicamente, embarazada, Cuando se anotician del emba entran en conflicto de pareja y se separan, BI parto se adclanta un mes, el bebé nace con bajo peso, pero sin inconvenientes. Con la llegada de Francisco al mundo, la madre se afena a él, el padre dice que cuando los visitaba sentia que no tenfa ningén lugar, el bebé o estaba durmiendo 0 estaba en el pecho de la madre, quien permanecia en la cama gran parte del dia, por lo tanto él no encon, ‘traba manera de contactarse con ninguno de los cos. € primero es mec sin sospechar que estaba 70, Se angustian, duidan, Por motivos laborales vuelven a convivit. El padre pierde su trabajo y asa a ocuparse del nifio, la madre salta a trabajar todo el dia para man. tenerlos, Comentan que el nifio era “muy buenito”, que se pasaba horas en el cochecito mirando los canales de cocina. Cando la madze legaba agotada debia ocuparse de los quehaceres domésticos, y le resultaba into- lerable el llanto del bebé, por lo tanto hacian cualquier cosa para que no llorara, Alafio y medio el nifio no hablaba, caminaba torpemente y transcurria horas con pequefios objetos que deslizaba de una mano a la otra Ala siguiente entrevista concurren los padres con el nifio. La madre llega con el pequefio en brazos y cuando abro la puerta y le sonrio, él grita: “Miedo”. Esti como adherido a su cuerpo, nego se baja timida- mente y comienza muy lentamente a tomar objetos. Cuando me acetco mds de lo necesario, © no respondo inmediatamente a Io que solicita, grita penetrantemente y luego interrumpe el alarido abruptamente. Le Presento un titere y puede establecer conmigo una conexién a través de te, le prepara comias. Intercala frases estereotipadas con algunos bre- ves intercambios verbales. La madre sefiala que habla en tercera persona, que ¢s ecolilico, que no tiene definida su lateralidad, pero que ella ya sabe que esto ocurre con todos las TGD y comenta acerca de los bene- x TUT CCT SCT TTC SCV SCCUVTVUTFTEVSVSSESEHSOD esciogtsactuales en fa nfancia ficios de tener el certficado de discapacidad. El padre se manticne apar- |f tado sin ningéin tipo de intercambio, curso del tratamiento de Francisco, cada uno de los materiales surgidos ex estos primeros encuentros file retomado, profandizado y resignifica- | do en diferentes entrevistas con los padres, que permitieron, a partir de que el vinculo transferencial se fuera constituyendo, que ciertas certezas se resquebrajaran, que algunos elementos trauméticos encontrasen nue- vas ligazones, mientras el trabajo terapéutico con Francisco posibilitaba que un nifio allf se constituyera.? ‘SERIES COMPLEJAS Y TGD Como ya se mencioné anteriormente, serfa muy tentador buscar en la historia de la pareja parental las causas de las dificultades de Francisco: embarazo no buscado, depresién posparto, desavenencias conyugales; también podrfamos optar por poner el acento en la historia de la madre: madre con importantes niveles de angustia. Asimismo, podrfamos plan- | tear que los diferentes problemas pre y perinatales (ingesta de numero- 805 medicamentos, intervencin quirdrgica, adelanto del parto) y/o pos- natales (depresi6n materna, ausencia paterna) son los causantes de la pro- blemética del nifio. Sin embargo, considero que esta forma de buscar ‘causalidades lineales es la que ocasiona parte de los problemas en la clf- nica actual. Como se hacfa referencia en el capitulo 1, hoy la elfnica nos plantea complejidad y la biisqueda de soluciones simples se transforma en un itento de aplanar la realidad para que se acomode a los saberes ya cono- «dos. Esto se aplica tanto para el biologicismo, como para aquel psicoa- nulsis que intenta encajar en sus tres estructuras a los sujetos y estos se les escurren constantemente, [100 G. Untoigich | Discusiones tedrleovcnieas... Qué es el TGD?, 0 el porgué de las nomenclaturas EI DSM I (1952) y el DSM II (1968) se escriben en pleno auge del abordaje psicodinémico, por lo tanto el supuesto que los atravesaba era que la etiologfa de las enfermedades mentales se relacionaba con las pro bblemiéticas psfquicas. Con la aparicién del DSM III (1980) se adicionan ciento doce trastornos mentales, cambia el paradigma, desaparecen los conceptos de neurosis y psicosis y son reemplazados por diferentes tipos de perturbaciones que tienen su origen en distintos tipos dle déficit neu- roguimicos 0 genéticos aunque en numerosos casos no hayan podido ser localizados-; todo esto con una pretensién de “neutralidad tedrica” gue resulta imposible de ser sostenida, ya que el recorte mismo implica una posicién tedrica, asf como también una posicién politica y ética que debe ser emunciada. As{ cl DSM IV (1994), con cincuenta y ocho nuevas nomenclaturas que sc suman a las antetiores, se transforma en un listado de conductas observables que pueden ser clasificadas en diferentes “Trastornos y Sin dromes”, para los cuales habré wna terapéutica tinica y una medicacién dcterminada que podré ser prescripta por el médico especialista, pero también por el clfnico, el farmacéutico y hasta por él vecino de la esqui- za cuyo nifio tiene caracteristicas similares, Este fenémeno se conoce como la “patologizacién de la vida cotidiana”. En fincién de lo cual se banalizan los diagnésticos ast como el consumo de psicofirmacos, tanto para los adultos como para los nifios.. La neurobiologia es uno de los campos de la ciencia que ha crecido exponencialmente en Jos tiltimos aftos. Se ha dicho que la década del noventa seré conocida como la década del cerebro. Es necesario sefialar que numerosos descubrimientos que hoy encuentran un sustrato cienti- fico fucron anticipados en la obra freudiana. Asimismo, el psicoanélisis, también puede enriquecerse con estos hallazgos: * Ia plasticidad neuronal; © el genoma humano; ‘cl funcionamiento en red del cerebro; * la neoneurogénesis; tor | resieges acts on nancia «in episene jn vuloerbildad genética; etcetera. tos son algunos de los descubrimientos neurocientificos que estén ido estudiad0s por los psicoanalistas interesados en hallar la interre- see MPO O40. ac ; Z Ta cencia médica actual ha ganado en hiperespecializacién, pero a su sis; vex ba su dimen nes diag de devote bee cen este contexto que el DSM TIT abandona el concepto de psicosis si6n humana. En este sentido, la multiplicacién de clasificacio. .stcas se encuentra al servicio de orcenar la realidad, pero pier- th dimensién histérico social e intersubjetiva de lo humano. info ¥ Denrroloo LerPssive Developmental Disorder, PDD, sa sigla en inglés), sto 20 es s6lo un cambio de nomenclaturas, sino la modificacién de un fig Una de las consecuencias més relevantes dle esta transforma- parti modo en que se realizan los diagn6sticos en la actualidad: se ign an bs condlctas observables en Jos no, se organiza wna grilla Cag icadores de exactitud cuestionable, como “poco, mucho, fre~ on vomente” se concluye con esos datos un diagnéstico, un pronésti_ caent nia estrategia terapéutica, a cotta patte, © pasa de plantear como causa fundamental de las edades mentales infantiles el vinculo patégeno con los padres rc ie oe om rial ¥/0 ideolégicamente expresado camo: “la culpa de todo la & ‘en los pares”), al origen neuroquimico de las enfermedades menta- tes (que considera que “todo esté predeterminado genéticamente”). Con ma ecto al “constructo TGD”, una nueva vuelta de timén se produce jn iatoducci6n del voncepto “Trastorno del espectro autista” EA) realizado en 1988 por L. Wing, quien realza bésicamente para rida 108 siguientes aspectos: las alteraciones severas del lenguaje ig comonicicin, los déficit en las relaciones sociales, las dificultades » inaivs ¥ 108 Patrons estercotipados de conducta y pensamiento. Bs ‘07, ‘A. Riviere complementa este trabajo con la presentacién de doce dimensiones a celta podrin manifestarse con distintos grados de difi- Jo perdido la visiin de conjunto.y sobre todo, en numerosos casos, | hace ingreser el de TGD (sigla del Trastorno Generalizado del _ 6. Untoiglch | Discusiones toérico-ctintcas... Como consecuencia de la apertura de dicho espectro, se amplié consi derablemente la cantidad de nifios que entraron en el rango de estas cate gorfas descriptivas, cambiando dristicamente la prevalencia del diagnés tico. Asf pasé de 4/10000 a 60/10000, o sea, dle un sido cada 2500, a un nifio cada 166. Dicho fenémeno est produciendo una especial sen sibilizacién al tema por parte de los profesionales de la salud y de la edu cacién, promoviendo, por una parte, la observacién més aguda de cier- tas conductas infantiles, pero, por otro lado, en aumerosas ocasiones, el etiguetamicnto con diagndsticos invalidantes a nifios cada vex més pequefios, con'los consccuentes estragos que esto produce. Es necesario aclarar que todas estas modificaciones obedecen tanto a la complejidad de la realizacién de estos diagnésticos, como a la constata- cidn de que los nifios como Francisco son muy dificiles de encuadrar en una formulacién de claros perfiles clinicos. * Retomando el recorte clinico de Francisco, sin duda Jos observables que toma en cuenta [a escuela para solicitar una interconsulta por el niiio son absolutamente pertinentes: habla ecolilicamente, tiene inseguridad en [a marcha, no jucga espontineamente, no interacttia con otros nifios, llora y grita a menudo; la cuestién a considerar aquf es: qué se conchiye a partir de lo observado y Inego qué se realiza con los diagnésticos for- mulados. Es altamente probable que, en el caso de Francisco, haya una combi- natoria de factores neurobioldgicos, entramados con circunstancias de la historia de la pareja parental, tanto como de los primeros vinculos, que dieron como una de las resultantes posibles las conductas preocupante: descriptas por la psicopedagoga del jardin y luego clasificadas por el neu- ropediatra. Los tiempos histéricos actuales le presentan al niio de hoy un mundo de imégenes, flashes, instanténeas del aqui y ahora, en las cuales patiales, envases y hasta seres humanos se convierten en descartables. En este con- texto, nos encontramos con nifios que no pueden parar, ritmo frenético que no parece dejar marca y adultos que erréneamente recomiendan que Jos nitios realicen més actividad “para descargarsc”, lo cual lo tinico que genera es que el citcuito se retroalimente y el chico quede en un estado de mayor desborde. El tertitorio de la infancia, en vez de estar habitado por lo infantil, lo esté por el movimiento indiscriminado, donde ni siquiera el propio cuer po opera como borde. Los niftos, sin demandar, actiian. Se mucven, actiian su no lugar (Levin, E., 2007). Este movimiento en més que hallamos en Jos nifios categorizados como hiperactivos da cuenta de niftos desbordados, bordes que no estén terminados de armar. Consecuentemente, la pulsién esté desamarrada, la motricidad excedida, desmesura que encarna una falla de anudamiento del cuerpo con lo simbélico; al estar ausente un otro que opere como igador, cl cuerpo desamarrado parece loco. 13] Hretoiglasactuates en la infancin ICUALES SON LOS DENOMINADORES COMUNES HALLADOS EN LAS DIFERENTES HISTORIAS DE LOS NINOS QUE MANIFIESTAN DIFICULTADES ATENCIONALES? Para responder a este interrogante se realiz6 un estudio teérico-clinico sobre 20 historias clinicas de nifios derivados por sus docentes por tener problemas en sus aprendizajes y manifestar dificultades atencionales. Bl objetivo central fie describir y anatizar las regularidades que surgen dela lectura de las entrevistas diagnésticas con padres y nis, realzando fas siguientes dreas de andlisis: 1, La presentacién de las dificultades del nifio y su caractetizacién, 2. Bl andlisis de las historias libidinales 3. Elanilisis de la produccién simbélica y la modalidad cognitiva y aten- cional del nino, Para alcanzar este propésito se analizaron, como se ha dicho, las entre- vistas diagnésticas de 20 nifios categorizados por sus docentes como «lesatentos, con la finalidad de responder a la pregunta: zes posible hallar jpuntos en comtin en los diferentes materfales clinicos de los padces y ios consultantes por problemas en sus aprendizajes que manifiestan dificultades atencionales? Se realiz6 un andlisis cualitativo de los datos obtenidos a partir de la muestra conformada por las historias clinicas de 11 nifios y 9 nifias, entre | 7y 11 altos, derivados por los Equipos de Orientacién Escolar de la Ciu- dad Autonoma de Buenos Aires. Dichas historias fueron seleccionadas debido a que tenfan como deno- minador comin, en lo que concierne al motivo de derivacién de los nifos, la existencia de problemas en sus aprendizajes y la manifestacién de dificultades atencionales, EL material sobre el cual se realizaron las indagaciones propuestas fue: ron cada una de las 20 historias clinicas en su versién desgrabada. Del [aa G. Untoigch | Discusiones verico-cneas... I conjunto de! material del psicodiagnéstico se scleccionaron metas entrevistas con los padres y las cuatro primeras entrevistas con el niflo, También se analizé el informe realizado por la dacente, a quien se le solicité la descripcién de las dificultades del iio. 1 las dos pri Tas entrevistas a padres y al ni fueron con técnica semi-divigida, no clitectiva, Los gréficos tomados fueron: Dibujo Libre y Familia Kinética Actual. El Test de Apercepcién Temética Infantil se aplicé en la version “A”, con figuras de animales (CAT-A). Se administré cl ‘Test de Intel sgencia WISC III. En has entrevistas a padres se conté con la presencia de 20 madres y 9 padres, A partir del andlisis ce las historias clinicas se lleg6 a las siguientes con- clusiones: > HMM Desile ef contexto socio-bistérico * ‘Hempos histrcos de inmediatez, conjugados con modalidades subje- tivas en las cuales Ia perentoriedad se impone ¥ el aplazamiento de la satisfaccion inmediata resulta imposible, La vida se dirime en un aqui y ahora, debido 2 que por un lado el pasado esté sobrecargado de expe. riencias dolorosas y el futuro no tiene Inger. Consecuentemente, los nifios transcurren en este tiempo presente, sin posibilidades de ligar lo Fivido, ni de catectizar el futuro, devastados por la dificultad para sim bolizar. Bl ticmpo aceleracio ¢ instanténeo hace obsticulo al pensamiento, al menos como lo conocfamos hasta ahora. Los estimulos, a la par que veloces, siempre presentes, no dan tregua y desaparecen antes de que cl psiquismo pueda procesarlos. Se constituye un medio “hiper”: medio de la hiperestimulacion, la hipereacitaci6n y la hiperactividad, ue contradice la temporalidad que se promueve en la escuela. En el trabajo terapéutico seri necesatio producir situaciones que den lugar a 4a espera, introduciendo cortes, aun temporatios, en la vertiginosidad (ML C. Rojas, 2005). io TTT ere rr rw weww ewer ww ew eersewowsca Irsclogas acrsles ent infancia WED Desde. Ins historias libidinales « Figuras parentales con scrasciffcultades para sostencr y amparat a sus hijos, ea los tiempos fandacionales de constitucién subjetiva. «Sucesvas situaciones de arrazamiento simbélico que a lo largo de las diferentes generaciones se repiten, excediendo la capacidad metabo- fzadora del psiquismo incipiente del pequesio. Es necesario aclarar que no son los hechos en sf mismos los que devieneri trauméticos, sino que lo que Jos transforma en trauméticos y arrasadores para los hifos es que ést0s no reciban las herramientas para poder tramitarlos. Cuando las experiencias afectivas son traumiticas y eseasas, el psi- uismo del nifio no se expande, retrotrayéndose a sucesivos e infruc- tnosos intentos de resolver las situaciones que sus antecesores deja- ron en suspenso; consccuentemente, se cercena la posibilidad de autonomfa psiquica y se acentéan las restricciones simbélicas (Schle- menson, $., 2001). «+ Hlooncepto de “signas de percepcién”, que 8. Bleichmar (2004) retoma de, Freud, permite localizar las marcas de lo traumético, inscripcio- ines inaccesibles, que operan como atractores, y que no son, necesaria- mente, las marcas més antiguas que conserva el aparato ps{quico, sino «que pueden producirse en diferentes perfodos de la vida, como mate- fildad iereductible a todo ensamblaje, a partir de ser producto de cperencias traumséticas inmetabolizables. Esto hace referencia a aque- lus sivaciones que el sujeto no pudo nunca incluir en su experiencia presente del yo, ni simbolizar, ¢ intenta por todos los medios aislarse ide cus experiencias agénicas para sobrevivir. Sin embargo, cllas segui- rin pugnanco por inscribirse. Esta repeticién compulsiva es llamada pork Rousillon (1995) como “cocrcién a In simbolizacién”, en la cual fo que predomina ¢s el “retorno de to escindido”, como intento fallido de tamitar aquello que no ha tenido lugar. ‘Utilizaré una pequefia vinieta clinica para ifustrar la cuestion.. atlas, de 4 astos, es derivado por ef Jardin de infuntes a la consulta parser evabnado por su deficit axencional, debido a que no puede seguir Ins consignas excolres, no presta atencién y no puede quedarse guieto en In ronda, Por otra parte lors cusi toda la jornada escolar, Jus 6. Untoigich | Discusiones tebrico-ctnicas... La madre de Matias muere cuando el nifio tenia dos aiios, en un ncci- dente de micro cuando viajaban ambos padres con su bijo al exterior. La nueva esposa del padre comensa. que, cada vex que va a buscar al nino al jardin, la sorprende encontrar a Matas preguntdndole a cada sesiora aie por allt pasa: ‘vos sos mi mand? Cuando te pregunta al padre qué informacibn le dicron al nino acerca elo sucedidto, se sorprende y responde: “El estab allt, vio todo, estidba~ mas los dos solos, é me tue que acompaiiar al bospital, a la policta, al velorio, Er muy chiguito, orco que In abuela te dijo que su mame se habla ido a una estrella, Yo no tenka tiempo para deprimirme, tenéa gue seguir adelante, por el nene y por mi, yo tenta que facturar y no podéa parar. Armé una nueva pareja y recompuse mi vida?. El interrogante que surge es qué espacio se oferta para la tramitacién de lo doloroso, cuando el Otro no esti en condiciones de donar los elementos que permitan dicha metabolizacién, debido a que él mismo ‘no se otorga tn espacio y un tiempo para transitar por lo doloroso. El pequefio queda entonces desbordado por esas cantidades que Lo inva- den, sin posibilidad de cualificarlas, irrumpen a través del desborde ya sea conductual (“no puede parar, no presta atencién”) 0 angustioso (llora por cualquier cosa”). * Los silenciamientos predominan en todas las historias analizadas. Due- los no tramitados a lo largo de las distintas generaciones, que siguen produciendo efectos en la actualidad. Se encontré la siguiente parado- ja en la historias de estos nifics: “atendé, sin entender”. {Bs posible esto? Sélo al costo de un psiquismo operando fragmentariamente. A partir de esta ftagmentacién se concluy6 que en estas situaciones In escisibn es uno de los mecanismos defensivos preponderantes. Predo- ‘mina la pulsién de muerte, la desligadura, 1o que genera, a modo defensivo, fuertes desconexiones, lo cual puede ser uno de los modos de pensar la desatenci6n y/o las descargas corporales ~modo de pensar la hiperactividad-. Estas desinvestiduras dejan huellas, al modo de “agujeros pslquicor” (Green, A., 1986), que se muestran bajo la moda- lidad de “lagunas mnésicas? (Rodulfo, M. P., 2006; Lerner, H., 2007). wl Drstotogias actuate en in infancia Cutanclo la posibilidad de establecer conexiones esti impedida, una de Jas consecuencias puede ser la desatenci6n, otra la hiperactividad, como modo de repetir compulsivamente, a través del movimiento sin senti- do, aquello que no puede inscribirse, aquello que no puede ligarse, Se observé que, ante la presencia de ciertos malestares, tanto los padres como los nifios no pueden hacer otra cosa que intentos fallidos de eva- cuarlos, sin posibilidades de construir significacién. La angustia atra: viest muchos de los materiales analizados. Se dedujo que existe un fra- caso en Ja angustia sefial. Dicho fracaso no posibilita que, tanto los padres como los nifios, puedan responder de modos més elaborados. Se los enmarcé dentro de las “patologtas del desamparo?, Por otra parte, habra que distinguir en cada caso cuando la desatencién y It actividad en exceso son producto de un sintoma -represién ope- rando, fracaso de la represién, retorno de lo reprimido-, de cuando se trata de un trastorno de tun aparato en constitucién, con fallas en el nivel de las operaciones primarias, sin que esto necesariamente consti- ‘uya una psicosis, aunque lo que se dé a ver sea un cuerpo loco, desa- tado, que parecé no tener tope. Desile ef andtisis de ta produccién simbélicay la modalidad cagnitiva y atencional del nino Se observ que cn los aspectos proyectivos de los grificos prevalecie- ron los dibujos bidimensionales, los elementos sin sostén, la falta de interacci6n entre los miembros de la familia y la indiferenciaci6n gene- racional, Bn los relatos predominé cl tiempo presente, con pocas posi- bilidades de salir de lo descriptivo y, cuando esto ocurtia, a instancias de las preguntas del terapcuta, irrumpla Lo traumético, lo desligado. Con respecto a la modalidad cognitiva y atencional, fue significativo que lt mayoria de los nifios presentaran un fadice de distractibilidad acorcle © por encima de su media, Las pruebas més descendidas fueron Informacién, Analogfas ¢ Historias, que dicron cuenta de las dificulta- des para establecer secuencias l6gicas y conectarse con Ia realidad. [us ' i G. Umoigich | Discusiones tedrico-clincas... PARA CONCLUIR Y ENLAZAR LAS DIFERENTES CLASIFICACIONES DIAGNOSTICAS, Si bien los nifios categorizados como 'TGD son muy diferentes a los enmarcados como ADD, los riesgos en las simplificaciones diagnidsticas y Ja pérdida de las historias subjetivas son tan significativos para unos como para otros. Por lo hasta aqui expucsto, se puede concluir que estos nitios y sus padres necesitan abordajes cn los cuales se pongan en relevancia aspectos constitutivos, mientras sc trabajan las dificultades cogaitivas. ‘Trabajo de historizacién y construccién de nuevos enlaces, ‘Tiempos de modernidad liquida (Bauman, Z., 2006), tiempos en los gue las patologias ligadas al desamparo se derraman en los colegios y en Jos consultorios, tiempos complejos en los cuales las simplificaciones diagnésticas no tienen lugar. Tiempos de fragilidades narcisistas, tiempos de dificultad en Ja posibilidad de representar, tiempos de serias proble- méticas en el lazo social. La diferenciaci6n que establece S. Bleichmar (1993) entre trastorno y sintoma puede orientar el camino. Ya que entender que estamos ante sujetos para los cuales el aparato psiquico no funciona a predominio de lo secundario ~1o cual es esperable en nifios pequeiios-, quie se encucn- tran con padres que tampoco operan a preponderancia de lo secunda- io ~1o cual no es esperable en adultos-, ya que también ellos dirimen su existencia en un aqui y ahora, intentando alejarse de Jos elementos que les generan suftimiento, permitiré entender que el trabajo tera- péutico serd una labor por momenitos de creacién y en otros de recom- osiciéa de los nexos entre los afectos y las representaciones que gene- taron dolores improcesables, pero que a través del trabajo de ligazén puedan, 2 lo largo de un lapso prolongado de tiempo, bordearse, meta- bolizarse. Esto posibilitaré, como consccuencia, que la energla aten- ional pueda disponerse a futuro, paraiincorporar novedades. us| SOCCCTCCCESG eo Hpatotogis actuses en la infanla + Sc tratard entonces, de habilitar espacios de escucha, en los cuales haya lugar para el despliegue del sufiimiento, a partir de un otro que esté dispucsto a alojarlo y darle tiempo, sin intentar acallarlo répidamente con medicacién 0 reentrenamiento de’ las conductas disfuncionales, Ambos, desafios dificiles de lograr en tiempos de “fast diagnosis”, que considera la eficacia terapéutica s6lo cn términos cconémicos, sin tomar en cuenta que muchos de estos diagnésticos son tan nocivos ‘como el fast food y que en el largo plazo son tan desaconsejables unos. como otros. + Por-otra parte, los psicoanalistas tendremos que emerger del refugio que brindan las cuatro paredes del consultorio y salir al encuentro de Jos maestros, directivos y otros profesionales de la salud, con los cuales hhabré que disefiar estrategias conjuntas. Ya que las problemdticas com- plejas s6lo podran resolverse con abordajes complejos, entramados (lo cual no quiere decir complicados -en términos de E. Morin-), inter- venciones en redes, ++ La escuela puede ser pensada, entonces, como una nueva oportunidad, "que puede ofertarle a ese niflo un nuevo borde que lo sostenga para “poder constituirse, més allé (6 més acd) del desamparo en el que a transcurri6 su vida, : ne: io, sin ampararse en Blobalizadores que producen Ja industrializacién de Jos dad (Rodulfo, Bat on el consigniente aplastamiento de la sabjet tonces, considerar que éste no es slo un problema Suantos ninos, sino que se trata de fendmenos que se or una dimensién epocal, Tiempos de inmedi jencias subjetivas, surcados por una demanda G. Untoigiich | Discusiones tedrico-clineas... I ra consecuencias clinicas en Ia actualidad de Jos nitios y fendmenos de desresponsabilizacin a futuro. Epoca en la cual la variable de las conse- cuencias a largo plazo no se toma en cuenta, tanto en lo que respecta a los diagnésticos psicopatoldgicos subyacentes, como a los efectos elini cos de la ingesta de psicoestimulantes en Ia infancia, ‘Epoca donde el tiempo es un bien escaso, sin tiempo para Ja escucha, sin tiempo para Jos encuentros, sin tiempo para el sostenimiento de los pequefios. Epoca que genera hiper-aceleracién que fuego resulta intole: rable en Jos nifios y que ¢s necesario acallar con medicacién, Entonces, gen qué clase de aculto se transformaré este nino qite hoy es silenciado, con psicofirmacos? Por otra parte, desde las politicas ptiblicas es necesario crear disposi vos de prevencién de patologias graves en la infancia, ya que, sobre todo en kas poblaciones més vulnerables, los riesgos de que los niios queden excluidos del sistema escolar y por ende se ubiquen en los mérgenes sociales, sin posibilidad de movimiento, son aun mayores. Ya que cs aqui cuando los caminos posibles corren el riesgo de transformarse en desti- nos inexorables. ‘No hmy transformacién de las situaciones sin transformacién de las estrazegias las herramientas y los agentes de transformacién. No es posi~ ble transformer sin transformarse® (Lewkowicz, I., 2004, 51), tad Hpscotogas actuals en la infancta Notas 1. K, Recall (1989) propane el Sjugae” como préctica signficante, como el “trabajo” | dle Is infancia, que atraviesa distintas perfodos y que comienza mucho antes que cl jneyo det Fort-da, con experiencias de agujerada, extraccién, embadurnamiento, en el encuentro con un Otro en disponibilidad de ofertar los elementos para esta bor. 2. Debide a los alcances de este capitulo, no se profundizars en las cuestiones del trata- miento, 4. Las ideas de este apartado son parte de la tesis de doctorado de fa autora, que se encnentra en proceso de evaluaci6n por parte de jurado. Tesis: “Aspectos hist6rico- Libidinates en niiios y nis con problemas en sus aprendizajes que manifisten diff cultades atencionsles” (2003-2008, Facultad de Psicologia, UBA, beca UBACYT), 4. Uno de los modos en los cuales se piensa el ADD es como un déficit en la autorre- plac. Bnwi0@navia American Psychiatric Association (2000), Manual diggwletico y estadtstica de lor trastor- nor mentales (DSM-IV), Barcelona, Masson. Anscemet, B, & Magistretti,P. (2006), A cada cual su cerebro, Buenos Aires, Katz, Bauman, Z, (2006), Modernidad Liguida, Buenos Aires, Fonelo de Cultura Eonémica, Ierger, M. (1999), EI mito hipernctivoy com trartornos de atenci6n, Madei, Sitesi. Berges, J. (2004), “Acaso los nos hiperkinéticoe tienen algo que ver con la psicomotsi- cidlad)” Disponible en wwrw-fieud-lacan.com/asticles/aetcle,php?id_artcle=00023. Gitado 9 de julio, 2004, Bleichmar, 8. (1993), La findaci6n de e inconciente. Destinas de pus, desinas del suje~ fo, Buenos Aires, Amorvortu, Bleichmat, §. 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