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VALENTINA FAVARO, MANFREDI MERLUZZI y GAETANO SABATINI (eds.) Fronteras Procesos y practicas de integracién y conflictos entre Europa y América (siglos xvI-xx) FONDO DE CULTURA ECONOMICA Mato - ARGENTINA - BRastt - Corovtnta - CHILE ~ ECUADOR ~ ESPANA TESTADOS UNIDOS DE AMERICA ~ GUATIMALA - PERU ~ VENEZUELA, SUMARIO Introduccién. M. Mextuzzt (Universita Roma Tre) y G. SABA- TANI (Universiti Roma Tre) a 1. Un Cppacio entre dos lineas. El Mediternineo de crstianos 9 musulmanes (siglos xv-xvill). GIOVANNI RICCI (Universita di Ferrara) 25 2. El Imperio de los Austrias espaitoles y el Atlintico: propuesta Para una nueva bistoria. ALEJANDRA B. OsORiO (Wellesley College, Massachusetts). 35 3. Historiografia e imaginario de las fronteras norteamericanas. MATTEO SANFILIPPO (Universita della Tuscia)... 55 4. El cuerpo como frontera: limites y porosidades en una misién jesuita en El Chaco del siglo xvii, MaxtA PENHOs (Universi- dad de Buenos Aires) oe ZL En los confines de la «lmmensa Monarchia». América, Caupo- licén y Sicilia. ROSSELLA CANCILA (Universita di Palermo)... 87 6. Contribuciones de las expediciones borbénicas al control y defensa del Atlantico austral patagénico a finales del siglo xvii ‘ManTin A. GENTINETTA (FFyH-UNC/CONICET) 103 7. Disputas territoriales, proyectos politicos y estrategias identi- tarts: losindiosy los Confiaosfronteizos bores rel aerate América (Rio de la Plata, siglo Xvit!). ELISA FROHAUF GaR- cia (Departamento de Historia, Universidade Federal Flu- minense/FAPER]).. 123 8. El discurso de la ociosidad y su reflejo en las memorias de los virreyes novobispanos. PATRICIO HIDALGO NUCHERA (Uni versidad Auténoma de Madrid). : 137 9. El confin visible a través de las fronteras. Representacién y deportacién de los «migrantess mexicanos a principios del siglo XX. CLAUDIA BERNARDI (Universita Roma Tre). 153 7 5 a is all de las fronte- ptiago de Belén. Un guerrerg més 0 frome 10. Sar a gantUENTES (Pontticis a ntversidad Catilica de Chile). 165 stados: fronteras ontoldgicas 9 estrategias de sts Irflrs deshabitad sree an os andes, cin en le nee Seba oe wilt). EDUARDO VALEN- ZUELA (EHESS/Universid: 181 s tridentinas en Sicilia: las fron ‘D’AVENIA (Universita di 12, La aplicacién de las reformas tovas jurisdiccionales, FABRIZIO Palermo). 195 derito: los arzobispos de Monreale y los catélicos de Tog xvr-XVitI). DANIELE PALERMO (Universita 13. Fronteras rito griego (si! di Palermo). m1 14, Alianzas, negociaci6n y conflicts en las misiones de la fron- peeraguenia durante el siglo XVI1L, BENITA HERREROS Crane? bt LANGAVANT (Universidad de Cantabria) 2 15. Espacios, instituciones agentes religiosos en los procesos elec, torales. Los partidos ‘dhales de Buenos Aires a comienzos del glo XIX. MakiA ELENA BARRAL (CONICET/Instituto Ravig- nani/UBA-UNLu), VICENTE AGUSTIN GALIMBERTI (UNLU) sone 255 16. Antesala de la resignacin. La frontera como espacio de espera para los judios expulsados (reinos de Casilla y Portugal, finales del siglo XV). ELISA CASELLI [CESIL-CONICET/GEI (EHESS)]~—-_ 269 17. Ideales y realidades de justicia, imperio , , imperio y paz en la frontera ‘mediterrénea de la Monarquia Hispanica en el siglo XVI. JUAN FRANCISCO PARDO MOLERO (Universitat de Valéncia) 288, 18. Fronteras extraeuropeas y diplomacia: la segundé on 2 sgunda expedicion de W. Raleigh « la Guayana y las negociaciones ae casa miento anglo-espariol (1616-1624). VALENTINA CALDART (University of Kent/Universidade do Porto). 19, (Cie mato a Francisco de la Pefia?: neurosis demoniaca ¥ Irons de justia en la Fspata del Antiguo Régiet SA. MANTECON (Universidad de Cantabria) swnemr 32 20. Génova y su frontera maritim ; se e 1a entre los siglos xvi y XVII: lense 3 control. Exit.tano Bent (Universita di Genova) 21. 22, 238 24, 25. 26. 27. 28, 29. 30. [is fronteras entre salud y enfermedad. La peste como factor ( aiseregacién del tejido'urbano (siglo xv11). RENATO SANSA (Universita della Calabria) 5 Territorio frente a Estado. Nuevas fronteras y conflictos en la Espaiia del siglo xvit. Maki AMPARO LOPEZ ARANDIA (Universidad de Extremadura) Familias en la corte y Gobierno provincial. Patronazgo, in- luencia y articulacién de los tervtorios, Las provincias vascas (1700-1746). RarAEL GUERRERO ELECALDE (Universidad del Pais Vasco) : Extranjeria y fronteras urbanas en el norte de Espana: sua integracién conflictiva? SUSANA TRUCHUELO GakclA (Uni- versidad de Cantabria)... Servirse de la frontera: grupos sociales y estrategias transfron- terizas en los Paises Bajos espafioles (ca, 1580-ca. 1610). YVES JuNor (Université de Valenciennes)... La nobleza y la frontera. Entre los Paises Bajos y Francia: las casas nobiliarias Croy, Lalaing y Berlaymont en la segunda mitad del siglo xvt. Viouet SOEN (KU Leuven (University of Leuven)).c.s.. El «gran juego» del intercambio en el Mediterrineo y la Redenzione dei Captivi de Sicilia durante la Edad Modema. ANTONINO GIUFFRIDA (Universita di Palermo)... Reciprocidad econdmica y transferencias culturales en los pro- cesos de frontera: el caso de Guadaledzar (Nueva Espeii) en cel siglo XVII. JUAN CARLOS RUIZ GUADALAJARA (El Colegio de San Luis, A.C.) Entre Génova y Marsella: un espacio econémico comin, miil- tuples fronteras politcas (siglos XV1I-XVI1). PAOLO CALCAGNO (Universita di Genova) - me Hierro vizeaino/plata potosina: ferrones y empresarios vascos en la reconfiguracin de un territorio americano (Rio de la Plata, virreinato del Peri, 1700-1745), GRISELDA BEATRIZ ‘TaRRAGO (Universidad Nacional de Cordoba, Argentina/ Universidad del Pais Vasco, Espatia) 353 365 387 403 417 427 437 455 499 519 senate sade de frmter, bores sin framers Trabdla ari 31, Hombres de on ey os infront te la Republica de mmo y conflictos soa ; Genaca en ef siglo XVI. Principios de investiga Lo Beso (Universita di Genova) 52. La fabricacién de indianas en Barcelona durante el siglo XVII: "borado entre el mercado medite- nateria prima y producto el nereac rae atlanico. ROBERTO ROSSI (Universita di Salerno) . literninco y Ames iniversita di Palermo) Epilogo. Entre M ters. VALENTINA FAVARO (Ui Bi iografi Indice onomadstico Indice general. 533 553 569 585 673 695, 4. EL CUERPO COMO FRONTERA: LIMITES Y POROSIDADES EN UNA MISION JESUITA EN EL CHACO DEL SIGLO XVIII Manta PENHOS Universidad de Buenos Aires eFronteras? Nunes he visto una, Pero he ofdo ‘que existen en las mentes de algunas personas. ‘THor HevERDAUL 1, Introduccién sentido tomando el caso de Florian Paucke, un jesuita nacido en [a Baja Silesia (en el siglo xvit pertenecia a Prusia, actualmente a Polonia) que arribé al Rio de la Plata en 1749 y permanecié en el actual territorio ar~ gentino hasta la expulsién de la orden en 1768, desarrollando su tarea evangelizadora en el norte de la provincia de Santa Fe, en la misién de San Javier. Esta se ubicaba en la extensa regién del Chaco, érea geogra fica limitada al norte por las mesetas brasilefas, al sur por la pamps ar- gentina, al oeste por los Andes, y al este por el rio Paraguay. Se trata de uno de los confines del Imperio espaviol, donde este ejercié hasta el final del periodo colonial un dominio inestable y precario, En un largo texto y més de ciento cuarenta laminas dibujadas por él mismo, Paucke dej6 un rico testimonio de su experiencia entre los indi- genas mocovies. La obra, titulada Hin und Her, fue escrita durante el exilio de Paucke en un colegio dela ciudad de Neuhaus (Alemania), aun- jue probablemente haya tomado su forma actual en el monasterio bene. Uictno de Zwerl (Austria), donde Paucke termind suc den Rage ciones parciales en Alemania en 1870 y 1904, y en Argentina en 1938, hasta que a mediados del siglo xx aparecieron las ediciones completas, primero en espafiol y poco despues en alemén.! En Argentina, los estat Giosos dal siglo XX valoraron la obra de Paucke coms un doeeneey * Pauce, 2010. ” ] Las Liminas han sido reprodye sobre [a etapa & JgaciGn, acompaiiandg eg y abicaciones ‘nas relacionados con el del a i up om OHH PETE Jo nuevas aPeOxiMAClOne Flos ultimos aos 8¢ h2" BTS yen oportunamente, aunque an gunas dei ptico que Ta aborde de un modo integra ey I'ha considerado las imagenes g eparafia tradicional imagenes de Pa, str ello que st aor OSES, arbuvéndi coma rere Be enlaeepecio de lo representado, Por ogi ae gra de sapteegprercin de ls misma como istrackn gf ha sido Rain ro un examen de ambos registros arrojaunalecur palabra impre se corresponden del todo cos; aenes no sie Ferente, va que las imagenes ¥ ar que tal ferenes Fa cao, fo que nos leva a pensar que tal vez fueron reg Goteniem independiente. La obra puede considerarse una co das de forma en que el mamuscrito que se conserva enla bibl, del monasterio vettl seria copia ¥ compendio de y Runes escritos parcales que Paucke logeé Hevar a Europa desi aU FY Gyntta de las disposiciones de las autoridades espatiolas. re sassee: Gea las diferencias de caligrafia entre el texto y las anotacoes que se encuentran en ls Liminas, que pueden atribuirse a distintas me Mentos en su realizacién o a la intervencién de un monje copista gu dsistio al esuita, asi como la existencia de 10 liminas en rollos, 19 ba as, 7 tarjetas postales y un juego de 19 naipes con pajaros de la regit cistereiense de Zw 2, Viajes y subjetividad Auchos sie y expediciones a América Hevados a cabo desde Ee dos poral podem se vinculan con proyectos disefiados y Plats? para on ae cPalitico y religioso en los cuales los individvos Pus Inodemos 41 308 8tados de compromiso ideoldgico. Entre les“ cuentran los de caricter misional, en particular los 2 Louis Marin desarrlle la . rrll a idea dela dabledimensin de toda represen 25 puteney tai oar Por un lado, yopaca y reflexiva por otro; vease, ent OS Clone, 196.9, : 3 Pr CUE RRR DEM PRONTERA LIMELES VIKOSIREDES 5 73 egtin Cant, «la exten- satiia de Jestis, para la cual, H ! s geogtaficos y cultu- jpostolica hasta los horizon ; fundamental de su programa evangeltza- putsados por Cont Mende La actividad a verre mas Fejanos® tormo parte or vde su identidad! Me interesa abordar fas | ae ¢ s maquinaria de dominio (politico, reli; representaciones de viajes no como meros joso), sino en su Paucke muestra este aspecto desde el inicto de su obra, Como senala Hellemeyer, ef ntulo completo de la misma habla de las condiciones hi tricas ¥ emocionales de su viaje.” En efecto, Hin und Her se ha tradu- cido como «Hacia alla y para acd» con el fin de transmitir el movimiento {alejamiento y accreamiento) que implican los adverbios en alemin, tal come lo explica el traductor del texto: sel autor no intenta establecer la diferencia de lugares sino de los sentimientos encontrados en la ida (hin) y la vuelta (here: «Hacia alla (fuimos) amenos y alegres, para acd (vol- vimos) amargados y entristecidos», escribe Paucke. ET uso de la primera persona del plural, al reterirse al sentimiento de decepeisn y dolor com= partido con sus comparieros expulsados, diluye algo de la expresion in= dividual. Para el resto del largo titulo elige, et cambio, separar al autor del protagonista por medio de la tervera persona del singular: O sea: Noticia fielmente dada por un misionero en su partida desde Europa ence afio 1748 hacia la América occidental en particular a la provincia del Panagiuay y en su retorno a Europa en el afio 1769 por la cual el relata eo- pevialmente su estada por dieciocho arios en la provincia Grant Chaco, critura, * CaNTU, 2009, p. 152. Sobre el iti cn laonden,véase BROGGIO, 250K eae inerae 5 Pentios, 2013, ™“ Crcenchn, 3505, p. 2 ” Herveeyen, 01 * PaUCKE, op. cit {Pavone op. cit. p. 7, EFRNANDIZ y NAVARRO, 2008, p33, ia y de las amisiones externas» 74 MARTA PENHOS implica, en palabras de Cicerchia, la «objetivacion del sujeto, la materia- lizacién de sus emociones y su transformacién en “objetividad”. [...] Reduce [...] las incertezas implicitas de lo ajeno».!° Partiendo de Fou- cault, podemos decir que las palabras se separan de aquello que represen- tan, presentandose como , que dispone cada situacién y experiencia, fragmentarias y heterogéneas, en un lugar y en un orden que las hace comprensibles y transmisibles.!2 Otra vez. es Foucault quien nos sefiala la profunda significacién de la «coexistencia del hombre y las cosas, {lo que se descubre] a través del gran despliegue espacial que abre la representacién, es la finitud radical del hombre, la dispersion que, ala vez, aparta del origen y lo promete, la distancia inabarcable del tiempo».13 texto que anuncia el titulo pauckiano pretende, junto con las image- nes, salvar y a la vez marcar la distancia entre lo efectivamente vivido por el misionero y su situacién de exiliado, imponiéndose a aquello que re- presenta merced a su capacidad de proyectarse y trascender. En esta huella del pasado, al parecer estable y ordenada, el sujeto esté ahi para que lo interroguemos. Apenas se asoma en los entresijos del texto y en los bordes de las imagenes; es esquivo, aunque tiene algo para decirnos. Pero antes de seguir adelante es conveniente aclarar de qué subjetivi- dad estamos hablando. Mi intencién es ir mas alld, o tal vez més acd, de Ja mente que menciona Heyerdahl como productora de limites, para en- focar en el cuerpo de acuerdo con el sentido que adquiere en el pensa- miento de Merleau-Ponty. Como respuesta a la filosofia cartesiana y al empirismo, Merleau-Ponty plantea la idea de una Percepcién activa, fi- siol6gica, basada en lo real del cuerpo humano. Asi el cuerpo propia re: sulta una condicién de la existencia, un factor inherente a la conciencia, que constituye tanto la apertura perceptiva al mundo como la «creacion> de ese mundo. Este fildsofo Teconoce tanto la corporalidad de la con- cicncia como una intencionalidad corporal, contrastando asi con la on- tologia dualista cuerpo/alma o cuerpo/mente vigente durante siglos en sais uc FON san inden far Raallatcemeeees Jeros y expedicionarios, porque habili- i ‘on de una percepcién multisensorial . tralidad de la vista. que excede la cen © CicercHia 14. Vé é re pees! S F* Véase también PimenTEL, 2003, en especial, cap. 5. 1 RENHOS, 2005 y 2013, op. cit. » FOUCAULT, op. cit, p. 328. * MERLEAU-PoNry, 1975. a 75 EL CUERPO COMO FRONTERA: LIMITES ¥ POROSIDADE: En este trabajo, pues, busco examinar las nociones és cuerpo 1 poralidad, tal como podemos identificarlas en la obra de i csr yu lus modo intervienen en la construccién y representacion de la mision como espacio fronterizo entre la naturaleza y Ia eivilizaci6n. Parto del presi puesto de que Paucke poseia nociones propias del paradigma oceid we moderno, en el cual el cuerpo funciona como limite entre los sujetos y entre cada sujeto y el mundo." Su sentido de la corporalidad acompatia- tia y reforzaria ciertas concepciones espaciales presentes en su obra yque, segtin veremos, responden a un esquema de oposiciones dicotémicas. 3. Una frontera Vamos a explorar, pues, wna frontera, la de Paucke. Usar esta lente mi- croscépica puede brindarnos pistas para una comprensién de nociones compartidas social y culturalmente, en la medida en que es posible ten- der puentes entre la «episteme jesuitica» que propone Deslandres para el siglo vit y la subjerividad de uno de los miembros de la Compaiia, en especial en torno a la idea de mision y a la representacién que el misio- nero tiene de si mismo y de su tarea.'6 El texto y los dibujos de Paucke son representaciones de una realidad atravesada por el contacto intercultural y las relaciones de dominio entre jesuitas e indigenas. Fuertemente anclados en las vivencias del misionero, presentan una permanente contraposicidn entre la misién, como espacio a salvo del desorden que reina en la «tierra selvatica», y esa geogralin vasta y amenazante, sin limites precisos, que se abre mas alli. La misma dicot. mia se da entre los fieles nedfitos, quienes ya bautizados llevan una vida més recta que la de muchos cristianos espafioles, y los barbaros, similares a las bestias en su aspecto y costumbres. Tal como he analizado en otros trabajos, en estas representaciones la geografia chaquefia y los cuerpos de los mocovies se constituyen de acuerdo con una matriz ambivalente cuyos antecedentes se encuentran en otros autores de la Compaiiia: por ejemplo, el cronista Pedro Lozano y otro misionero, Martin Dobrizhoffer, que Ilegé al Rio de la Plata con Paucke y trabajé también en el Chaco.1” El discurso de Paucke se organiza, pues, en pares de Opuestos cuerpo humano/cuerpo animal, cuerpo femenino/cuerpo masculino, cuerpo des- nudo/cuerpo cubierto— que suponen una delimitacién fija y clara, Algu- Nos ejemplos confirman el esquema, a la vez que exhiben algunas suges- tivas grietas, 'S LE BRETON, 2002. ‘6 DESLANDRES, 1999, p. 253. 7 PENHOs, 2007 y 2010a. MARTA PENHOS 76 togonales organizan las edificaciones y los desfiles que se Ilevaban a cabo en el pueblo para la fiesta del santo patrono, y contrastan con las formas circulares que indican el espacio externo. De este modo, Florian expresa visualmente las dualidades presentes en el discurso de los jesuitas, y en particular los pares limitado/abierto, adentro/afuera, misién/selva. Ob- serva Wilde que «las fuentes jesuiticas asumian la existencia de una dico- tomia entre el adentro y el afuera del pueblo que, si bien no existié en los hechos, podia rapidamente equipararse, en el plano religioso, a la oposici6n imaginaria entre un mundo cristiano y un mundo infiel, entre el bien y el mal».!% Las formas circulares también sirven, en algunas li- minas, para pautar las representaciones de ceremonias estacionales que Paucke Hama «borracheras» y de otras practicas tradicionales.2° Volvere- mos mis adelante sobre estas imagenes. figura I: San Javier, ¥. Paucke, Hin und Her (ca. 1768), Biblioteca del convento cisterciense de Zwettl, Austria, ™ Cummins, 2007, Wipe, 2010, p. 130. ® PENHOS, 2007 op, eit FL CUBRPO COMO FRONTERA: LIMITES ¥ POROSIDAL 77 La matriz dual atraviesa también la configuracién del Chaco, que Paucke describe en clave paradisiaca, poniendo de relieve su abundancia y tertilidad como «dones divinos» mientras, paralelamente, lo !lama la ‘region desértica, un espacio de peligros, incertidumbres, ignorancias y vicios. Siguiendo un topico del discurso misional, Paucke asocia las «ti- nicblas» y la cuyo efecto de indefinicidn e in- versién entre hombres y mujeres se acenttia con la robustez. del cuerpo femenino, mis varonil que el del hombre. También es masculina la mujer en otro dibujo de una pareja de mocovies que tienen la vestimenta in- vertida. Se corresponde con un parrafo en el que el misionero califica de «moda cémica» este uso. Paucke dice que «cuanto mas yo me reia, mas serio estaba parado ante mi el indio», que habia ido a su choza a pedir tabaco, pero no da otras pistas acerca del sentido del episodio. Esta co- micidad encubre la perplejidad que el cruce de indumentaria hubo de producir en el misionero, quien dedicé varias imagenes a la representa- cién de habitantes del Rio de la Plata, a los que identifica gracias a su ves- timenta como espafioles, gallegos, alumnos del colegio jesuitico, etc. La leyenda refuerza lo que se observa en el dibujo: «EI indio lleva puesto el baton de la mujer y la mujer sobre su cabeza los pantalones del marido», y se duplican las inversiones, ya que ambos usan prendas destinadas a la parte inferior del cuerpo sobre los hombros o la cabeza.» ™ PAUCKE, op. cit., p. 258. 38 HELLEMEYER, op. Cit. p. 53. % Ibid, p. 268. 82 MARTA PENHOS El misionero realiz6 incesantes esfuerzos para cubrir los cuerpos in- digenas y, segtin sus propias palabras, nunca lo logré completamente: las mujeres insistian en llevar el torso desnudo, y muy pocos mocovies aceptaban abandonar el «cuerito» que tapaba el bajo vientre. Sobre dos muchachos que lo asistian dice: [...] estuvieron vestidos ya al corto tiempo pero vi pronto a los pocos dias cudn incémoda les era esta vestimenta pues ellos volvieron a apare- cer en seguida conforme a su moda primera con sus cueritos y llevaban de muy mal grado la vestimenta hecha recientemente alegando que den- tro de ella les hacia demasiado calor y les refregaba excesivamente el cuerpo. Sin embargo, como yo no cejaba, volvieron a ponerse la nueva vestimenta pero no con mucha gana.” El parrafo evidencia una vivencia del cuerpo diferente a la occidental, ya que para los indigenas las ropas no solo no eran necesarias, sino que Iegaban a ser incémodas y hasta agresivas. Paucke abordo la representacién visual de la desnudez de un modo que homologa a hombres y mujeres. Las escenas de ceremonias de be- bida estén protagonizadas por un conjunto de figuras reducidas a una sintesis extrema que no permite identificar sexo ni edad.38 En estas lami- nas, los limites entre el cuerpo femenino y el masculino, que en otras aparecen marcados por rasgos definitorios (tatuajes, vestimenta, trabajos 0 actividades) o se invierten, como vimos mas arriba, resultan diluidos, haciendo patente las dificultades de Paucke para ordenar, de acuerdo con sus pardmetros, una corporalidad ajena y compleja. Es en torno a los cuerpos indigenas que aparecen en Hin und Her las asociaciones previsibles entre desmudez-salvajismo y vestimenta-civili- zacién, permeadas por la secular ambivalencia que Occidente ha deposi- tado en la desnudez, al mismo tiempo indice de inocencia y evidencia de animalidad. En el caso de Paucke, sefiala Citro que la oaaUE de los mocovies le da ocasidn para desarrollar una visién doble en la que se mixturan la salud, fuerza y vitalidad de los mismos con sus costumbres salvajes y su falta de disciplina.>° Los cuerpos ind el texto Py a cleunesstoujes sont temmmnatoe creed tar altarryiecietcoler| de piel o edad, tienen en las escenas de conjunto el tratamiento indife- renciado que mencionamos antes: todas las figuras comparten una con- textura algo gruesa, con los gliteos marcados y su piel de un color con- vencional. Paucke plasma visualmente, por medio del abigarramiento ¥% PAUCKE, 2010, pp. 203-204. 3 PENHOS, 2007, 2 CrrRo, 2009, p. 400. EL CUERPO COMO FRONTERA: L{MITES Y POROSIDADES... 83 desordenado de las figuras desnudas en diferentes posiciones y gestos, su juicio sobre practicas tradicionales que contribuian, segtin él, a una pér- dida de la condicién humana de los participantes, que el misionero com- para con «bestias».”° El cuerpo indigena, tal como lo representa el jesuita, Cuestiona la humanidad de los mocovies, pese a que tuvieran un alma, tal y como afirma varias veces en el texto. Por eso los llama «Estas salvajes reproducciones de lo humano».*t 6. La frontera con el otro Como comenté al comienzo, el testimonio de Paucke se encuentra fuer- temente atravesado por lo empirico: «puedo aseverar asimismo que yo relato lo que he visto y experimentado en la forma como lo he cono- cido».*? Sin embargo, a pesar de la distancia entre el yo y aquello obser- vado que se deriva de esta afirmacién, recurrente en otros viajeros die- ciochescos,* tanto los textos como las imagenes nos proven de indicios sobre el compromiso corporal de la experiencia pauckiana. La frontera que analizaremos ahora es entre cuerpo indigena-cuerpo propio. En general, son muy pocos los pasajes escritos o las imagenes de Paucke en las que podemos identificar el involucramiento de su propio cuerpo en relacién con el espacio de la misién y con los cuerpos de sus neéfitos. En el texto, el impactante relato de las noches en la aldea resulta una excep- cidn por su fuerte carga corporal y multisensorial. Las imagenes, por su parte, son casi mudas al respecto. Este silencio icénico se rompe, sin em- bargo, con tres dibujos que representan el cruce de los rfos por parte del misionero, ayudado por los mocovies. En ellos, recurriendo al procedi- miento del plano rebatido, el jesuita figura una escena perteneciente a su propia experiencia, en la que confluyen narracién y descripcién. En efecto, una de las laminas con el tema aparece ilustrando la travesia entre Santa Fe y la reduccién, cuando Paucke va a hacerse cargo de la misma. La seccién tiene un tono emocional ambiguo, en el que se evidencia la esperanza del evangelizador que va a cumplir con su vocaci6n y los te- mores del viajero enfrentado a un mundo natural que presiente lleno de peligros.#" El «tan crudo tiempo Iluvioso» condiciona los progresos de la comitiva, que debe cruzar el rio Saladillo, pero, sobre todo, expone al cuerpo del autor a una constante violencia. Su sotana mojada y su som- © PENtHos, 200; # PAUCKE, op. at, p. 139. ® Ibid, p. 11. * PENHOs, 2005. 4 Paucke, op. cit. cap. XIV. 84 MARTA BENHOS brero, lejos de signiticar una proteccidn, se transforman cn tina ¢ WBA pe: sada que entorpece sus Movimientos, contrar iamente alo que sucede con la desnudez de los indigenas, en especial de «mi indiow, un muchachere quince ahos que brinda asistencia al jesuita, Para ese cuerpo desnuda ~que en la mirada del jesuita es el lugar ambiguo del salvajismo y la ino cencia-, la Iluvia constante y el agua del rio son meros incony enicntes que pueden superarse con algo de estuerzo, Asi, vestimenta y desnudes terminan siendo elementos de intereambio que enfatizan la relacion dy versa que el europeo y el mocovi entablan con el entorno natural: L...] yo estaba en la orilla despejada en el agua y lodo; tronaba y rani: zaba sobre mi; la violenta y continua lluvia me habia remajado tanto que yo temblaba por todos los miembros. Mi pequetio indio [...] estaba des. nudo delante de mi y para que la Iluvia no le mojara tanto la cabeza desnus da se colocé en su cabeza desnuda el cmadrado 0 sea mi sombrero ceri. cal y se paré ante mi como si me solicitara contemplarlo y observar si esta gala no seria sentadora también para él, Esta moneria me movié a reitme y me alent6 cuando vi que mi pequeio desnudo camarada indio comen- zaba todavia a divertirse porque yo, el arropado, tiritaba de frio.!® La insistencia en el término «desnudo» parece senalar la paraddjica ventaja que el muchacho saca de lo que es, desde la percepcién de Paucke, como desde la de muchos europeos, una carencia (de pudor, de civilidad, de estatus humano). Veamos qué muestran las imagenes. La primera presenta un alto ho- rizonte ocupado por montes con vegetacion y un espacio de representa- cién que se desarrolla en dos niveles. En el inferior se muestra el modo de cruzar el ganado y las carretas, mientras que en el superior tres mi- sioneros son llevados a través del rio por los mocovies. Sabemos que no hubo otros padres en el contingente, de modo que se trata de la triplica- cion del propio Paucke, que asi explica visualmente las diferentes formas de cruzar el rio: sobre cueros inflados, a caballo o directamente trans- portado por dos indigenas. El contraste entre las figuras enteramente cu- biertas por sus negros habitos y el cuerpo desnudo del resto de los per- sonajes es directo y contundente, con manchas oscuras sobre color ocre rosado, y se refuerza ademas en las posiciones y gestos naturales de los indigenas frente al tieso misionero, que, como una tabla, se deja llevar por dos de ellos: Florian dice que iba «como un muro sentado sobre el Cuero», expresiOn que el traductor interpreta como ainmévil, recto», ¥ 4 Tbid., p. 143. Los énfasis son del texto. @ Ibid., p. 142. EL CUERPO COMO FRONTERA: LIMITES ¥ POROSIDADES. 85 que Hos cae la focpmodlded extrema de un cuerpo no solo castigado por la naturaleza hostil, sino obligado a entrar en contacto 1s on los cuer- pos de los otros. Gad jo, F. Paucke, Hin und Her Figura 4: De qué modo el misionero pasa el ri (ca. 1768), Biblioteca del convento cisterciense de Zwettl, Austria. 86 MARTA PENHOS La segunda lamina, con la leyenda «De cémo los misioneros cruzan los rfos», es una de las imagenes que no fueron encuadernadas con el texto y que se conservan en forma de rollos.4” Muy relacionada con la es- cena del nivel superior del dibujo anterior, repite la representacién del jesuita subido a if grupa de un caballo que conduce un indigena y del que, «como un muro», es sostenido trabaj yosamente por encima del agua por dos mocovies que se sumergen hasta los hombros. El espacio picté- Tico se reduce esta vez ala franja de rio entre las dos orillas. Finalmente contamos con otro dibujo suelto, titulado «El misionero cruza el rio en un cuero». Es dificil establecer si los dos tiltimos sirvie- ron para componer la lamina que ilustra el texto, a modo de versiones preliminares o borradores, ya que no presentan diferentes grados de ela- boracién y acabado respecto de la misma, y todo indica que son desa- rrollos independientes del mismo tema. En el conjunto de los 143 dibujos predomina una posicién del sujeto mirando desde un lugar exterior a lo representado. El contacto inte- rétnico, cuando Paucke escribe o dibuja sobre él, es lineal y jerarquico, y esta marcado por la distancia que establece con sus neéfitos, sea en la transmisién de la doctrina, la ensefianza de oficios o la imposicién de normas. Los tres dibujos sobre el cruce del rio, por el contrario, mues- tran un contacto diferente, directo, horizontal, y manifiestan la expe- riencia corporal del misionero en tensién con la hegemonia de la obser- vacién distante. En este trabajo he buscado problematizar la cuestién de las fronteras introduciendo la subjetividad de Florian Paucke por medio de un exa- men de los textos e imagenes de Hin und Her. El recorrido expone que, por debajo de la matriz polar a partir de la cual el misionero organize su discurso, subyacen y se manifiestan espacialidades inestables y corpora- lidades heterogéneas. Como dirfa Heyerdahl, las fronteras existieron en la mente de Paucke. Espero haber demostrado que las porosidades de esos limites las experimenté en el propio cuerpo. * Rollo 8; 23 x 34 cm.

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