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I. LA PREHISTORIA DE LA HERMENEUTICA 1. Comsideraciones ingitisicas previas El desarrollo de una reflexi6n explicitamente hermenéatica lleva el se- lo de la moderidad. Como hemos desarollado anteriormente con ayuda dde Nietzsche y Habermas, la modema imagen del mundo se caracteriza or comprenderse asf misma como perspectvista. Slo puede surgir una /hermentutica cuando resulta seguro que las imégenes del mundo no son simples duplicaciones de la realidad tal como es, sino que representan in ferpretaciones.pragmticas, es decir, implicitas en nuestra relacién ha. blante con el mundo. Esta situacién slo se da en la Edad Moderna. En ‘te senitido no es casual qué la palabra «hermenéutici» no aparéoca antes del siglo Xvu. Sin embargo, as huellas de ciertas concepciones de la mo- demidad pueden remontarse hasta la antigiedad, en la que encontramos ‘epresentaciones del cosmos mucho menos homogéneas de lo que suelen hhacemnos ver los w6picos, construidos precisamente por los mismos amantes de los artiguose. Al lado de los cleats y platénicos de tendencia ‘acionalisa habfa una sere de sofists inclinados al relatvismo que tenfan Perfecta conciencia de que la perspectividad de los critics humanos es. taban condicionados por el poder. Por eso es una cuesticn diflel eémo hay que determinar hasta dénde se remonta de hecho la historia de la hrermendutica. La reapuesta depende eyidentemente de qué se quiere en- fender por hermenéutica. Por eso, para delimitar nuestro tema es preciso ir siempre en busca de las seiales del lenguajea lo largo del camino. En su uso actual la palabra «hermenéutica» resulta cer extremada- mente borrosa ¢ imprecisa, lo que justamente contribuyé a su alta co- Yruntura, como ocurre con casi todas las nociones flossfcas. Conceptos como hermenéutica, significacién, explicacién, ex¢gesis 0 interpretacién se usan a menudo como sindnimos. Una interpretacién de Hegel, por semplo, puede presentarse sin miramientos como una hermenéaiea de “Hegel! «Reflexiones hermenéuties previase equivalen a aclaraciones * Un ejemplo concreto entre muchos: el libro de John Findlay, Kant and the Tranuendental Objet (Oaford 1981) tiene el subttulo «A Hermeneutic Seudys 4 previas del eriterio interpretativo en cada caso. En funcién de una del ‘mitacin terminolégica parece aconscjable definic el concepto de herm réutica de una manera més precisa y entendetlo en primer lugar como wa 1a interpretacién. De momento puede quedar indefinido lo ‘que quiere significar teorfa, puesto que las diferentes hermenéuticas te- nian también diferentes ideas acerca de lo que se podia esperar de una teorfa. Para algunos (Schleiermacher) tenia que ser una doctrina del arte del tratamiento de textos, es decir, una instruccién metodol6gica con re- ss principalmente de carécter técnico-normativo, En esta acepcién con la teoria se querfa enseiar Smo habla que interpretar para excluir lo ‘gratuito del universo de la traduccién. Para otros la hermenéutica tenia «que renunciar a esta tarea técnica para adoptar la forma més amplia de un anilisis filoséfico 0 fenomenolégico del hecho originario del interpretar 0 del comprender. En su variante fenomenoldgica parece que la hermenéu- tica ya no ensefia emo se debe interpretar, sino que se ocupa de cémo se interpreta de hecho. Por tanto, las dos vertientes fundamentales de. la hhermenéutica son la normativa y metédica y la fenomenolégica. T. el alcance del concepto de interpretacin es variable. Si se sostiene, por ejemplo, que e! lenguaje como tal es siempre interpretacién, entonces una teorfa de la interpretacién serfa una teorla general del len. Buaje 0 del conocimiento, Pero incluso si el lenguaje incluyera ineludi- blemente la interpretacién, no podria ser objeto de una introduccién his- tGrica a la hermendutica (a pesar de ello trataremos en cl presente con- texto de la contribucién de la hermenéutica a la teorfa de! lengusje) ‘También aqu{ parece pertinente usar un concepto de interpretacién heu- tisticamente mds restringido. Conforme a ello la interpretacién sélo encra «en juego cuando se quiere hacer comprensible un sentido extraio o perci- bbido como extrafio. Interpretar es aqui hacer comprensible o traducit * sentidos extrafios en comprensibles (no necesariamente en sentidos fami liares, puesto que también lo no familar como tal puede hacerse accesible a la comprensién). A este proceso de interpretacién se dedica la teoria hermenéutica. Puede parecer secundario si se lo considera slo como un equefio componente de la experiencia humana, pero adquiere una rele- vancia universal cuando nos damos cuenta de que todas las acciones hu- ‘mans tienen como base un cierto proceso de hacerse comprensibles, aunque sélo fuese a modo de una meta lejana. La pretensiGn de universa. stunque en el texto no aparezes la palabra ‘hermenéutica, Sdlo se quiere indicar {que se trata de una interpretacién de Kant. a lidad de la hermenéutica dari testimonio de ello. Sélo en el siglo XX Ia concienciafilosdfica se ha dado cuenta de esta universalidad, mientras que lanteriormente, salvo raras excepciones, se trataba el proceso de interpretar ‘como un problema especial del que se ocupaba una disciplina auniliar dentro de las ciencias exegtticas. ‘Una historia rigurosa de la hermenéutica debe volver a sus origencs “provinciales» para asegurarse de la comprensin de sf misma. De interés par el descubrimiento de su arqueotogia es la circunstancia de que hubo iertos tiempos de bisagra de la hermenéutica, en cierto modo épocas de onmutacin en as gue el problema de la inierpreacién te volvo mas lurgenfe. Aungue estos momentos han sido detectado 2 menudo retos peexwvamente, es deci, desde la Sptica de la historiografia actual, se puede Gecir que estaban relacionados con experiencias de rupturas de tradiciones {que provocaron un interés més intenso por el problema dela interpreca- dn y su teorfa hermenéutica. Asf, por ejemplo, en la filosofia postatis- totélca se desarrollé una teorfa de la incerpretacién alegérica de los mitoe ue se hablan vuelto extrafios y obscenos para somererlos a una evalua Gién racionalizadora que volvié a actualizar sus significados extrafios. Mu- ‘cas veces el allanamiento de estas rupturas de tradici6n se efectuaba al precio de interpretaciones que violentaban los contenidos, También la profecia del advenimiento de Jess, que en la tradicibnjudla pareta ener Tun lugar secundario, tuvo que provocar una reflexién especial sobre los princpios de la interpretcidn. Para el todo el temprano medievo en ge neal la interpretacién debia ocupar un lugar preferente, ya que todos los ‘conocimientos se basaban en la exégesis de las Sagradas Escrituras y de los autores de la antigiedad. En la época de la Reforma, la norma de la sola seripture modificé la hermenéutica medieval, lo que significé un nuevo impulso para la reflexién hermenéutica. Por esta razén a menudo se situs su comienzo en esta época, como lo hizo, por ejemplo Dilthey. Sin em- bargo, lama la atencién que los tratados hermenéuticos que surgieron ‘durante la Reforma en relacién con las controversias con la ortodoxia ca- télica estén plagadas de regs procedentes de la patristic, de modo que cata época de bisagra 0 ineluso del nacimicnto de la hermenéutca resulta ide hecho mucho menos revolucionaria de lo que supone la historiografia de la hermenéutica vinculada a la teologia provestante. ‘Durante el siglo XVil, comenzando por J.C. Dannhaver, aparecieron muchas hermenéuticas o doctrinas generales de la interpretacién hoy casi olvidadas, que segulan al espirtu racionalista en su propésito de ofrecer reglas metédicas para la averiguacién del verdadero sentido de los textos. 48 Bajo el estimulo de Ia “segunda revolucién copemnicana” de Kant, que ‘otorgaba a la subjetividad un nuevo y consttutivo papel en el proceso det ‘conocimiento, el romanticismo efectud una nueva ruptura, aunque ésta se limité inicialmente a elaborar unas reglas subjeivistas de la teoria de la interpretacién, aunque también en este caso se trataba en buena medida de modificaciones de modelos mds antiguos. El impulso subjetivador de 1a critica kantiana hizo surgit hada finales del siglo XIX el desafio del his torismo, que significé una confrontacién radical a la teorfa hermenéutica con el problema relativamente nuevo de la objetividad de las ciencias del cespirina, puesto que la sugerfa el auge de las ciencias de la nacuraleza ‘Autores como Boeck, Dilthey y Droysen insistieron cn la necesidad de ‘complementar la crftica kantiana con una critica de la razén histdrica. EL futuro de la hermenéutica pareca haber encontrado asi su lugar en la metodologia de las ciencias del espiriru. Fue justamente el proceso de enajenacién causado por la obsesién por la metodologia y la teorla del vonocimicnto en la filosofia lo que llevé a Heidegger a universalizar y ddicalizar la hermenéutica. El «dar a entender», que habia sido desde siem- pre la motivacién de los esfuerzos de la hermenéutica, dejé de ser un epi- fendmeno al margen de las ciencas vinculadas al texto para convertrse en cl existencial fundamental de un ente sometido al tiempo que, en funcién de su ser, se ocupaba de este ser mismo. Hasta Gadamer y Habermas este ha seguido siendo el horizonte de una hermenéutica convertida irrevoca- blemente en filoséfica. Hasta ese momento, la historia de la hermenéutica tal vez sdlo habfa sido una «prehistoriar. Nos ahora de sus etapas més impor- ‘antes, comenzando por la vuelta a la etimologia y su reconsideracién. 2. El campo semantico de la palabra tpunyveseww La idea de que el objeto de la hermenéutica es el hacer comprensible tun geniido encuentra su primer punto de apoyo en la etimologia. Desde G. Ebeling” se suele diferenciar tres direcciones de significado de ép- nveserv: expresar (afirmar, hablar), explicar: (interpretar, aclarar) y ta- ducie (trasladar), No es diffeil percatarse de que los dos iltimos significa- dos se pueden expresar con la misma palabra, puesto que traducir,o sea el * wh » peta emetic: Ri Sof Ge i Gamma, 1, 1959, p. 243. a « traslado de sonidos extrafios un discurso familiar, es en cierto modo in- terpretar. El traductor debe aclarar o hacer comprensible lo que quiere decir un sentido foréneo. De esta manera quedan dos significados princi- pales de épynvevetv: expresar e interpreta. Pero también aqui podemos ‘aptar un denominador comtin, ya que en el fondo se trata en ambos ca 05 de un movimiento semejante del esp/cita que apunta a la compren- si6n, s6l0 que en uno se dirige hacia fuera y en el otro hacia dentro, como lo formulé J. Pépin.® En el acto de xexpresar» el espirit en cierto modo dda a conocer al exterior su contenido interior, mientras que el «interpre- tare trata de penetrar lo expresado acerca de su contenido interior. En ambas direcciones se trata, por tanto, de un hacer comprensible 0 de una ‘mediacién de determinados sentidos. El interpretar busca el sentido inte- rior detrés de lo expresado, en tanto el expresar da a conocer algo interior. Exto permite comprender por qué los griegos entendian el expresar como un «interpretar, como éppnvesewv. El discurso expresado es pu ramente la traslcién de pensamicntos a palabras. Por eso el excrto logi- co-semintico de Peri hermenciase, que trata de a posibilidad. de que una oraciSHseaTlea'0 verdadera (del Abyo¢ &mopaveix6e!) pur do set traducido al latin sin excepciones por «De interpretatione». El ccnunciado (Epynveta) siempre es la waslaci6n de pensamientos que se encuentran en el alma (0 sea desde el interior) al lenguaje emerior. En este sentido la oracién es la mediadora entre los pensamientos y el destinata- rio. Esta concepcién griega del discurso culmina en la distincién estoica centre el Ady0gnpopoptxds y el Abyos EvBudDetOg (el Abyog expresado y el interior). El primero s6lo se refiere la expresién (Epunyveta), mien- tras que el timo apunta a lo interior de ella, fo pensado (Stavota). La ® Amticulo «Hermencutike, en: Reallesico flr Antite und Chritentum, vol. xiv, Scurgart 1988, p. 724 (con numerosas prucbas de tod literatura gricga) * Scgin ta informacién del comentarsta de Aristételes Ammonios (Comm. in Acist. Ge. 4,8, 5, 17/23). Véate Pépin, op. et, p. 723, © Véase J. Pepin, op. ct, p. 728, quien establece asf el hilo conector desde la filo- sofia del lenguaje arstotlca hasta la exégesis Elonia pasando por la Estoa. Esta clstincion entre un logos interior y un logos exprerado eat temdticamente plan- teada en las primeras lineas del «Peri hermeneia» (16 a) de Aristétles, donde se

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