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Aislamiento social prolongado. Hikikomori: un fenómeno creciente en

Occidente

Article  in  Medicine - Programa de Formación Médica Continuada Acreditado · December 2019

DOI: 10.1016/j.med.2019.12.005

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4 authors, including:

Victor Pereira-Sanchez Javier Quintero

NYU Langone Medical Center Hospital Universitario Infanta Leonor
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 ACTUALIZACIÓN

Aislamiento social prolongado. Hikikomori:

un fenómeno creciente en Occidente
M.A. Álvarez de Mona,*, V. Pereira Sánchezb, L. de Antaa y J. Quinteroa
a
Servicio de Psiquiatría y Psicología. Hospital Universitario Infanta Leonor. Madrid. España. bNew York University (NYU) Langone Child Study Center. Nueva York.
Estados Unidos.

Palabras Clave: Resumen

- Hikikomori Hikikomori es un fenómeno complejo caracterizado por un aislamiento social severo. Durante años se
- Aislamiento social ha considerado como un síndrome cultural limitado a Japón; sin embargo, la amplia descripción de ca-
sos fuera de Japón parece refutar esta teoría. Supone un importante problema de salud pública, por su
- Soledad elevado impacto social y el perjuicio que causa en la salud física y psíquica de las personas que lo su-
fren. El abordaje terapéutico debe ser multidisciplinar, con una buena coordinación entre los diferentes
profesionales del sistema sanitario.

Keywords: Abstract
- Hikikomori Prolonged social withdrawal: Hikikomori: a growing phenomenon in the West
- Social withdrawal Hikikomori is a complex phenomenon characterized by a severe social withdrawal. Although it has been
- Loneliness considered as a cultural-bound syndrome limited to Japan, the broad description of cases outside Japan
seems to disprove this theory. It is an important public health problem, due to its high social impact and
the damage it causes in the physical and mental health of the people who suffer from it. The therapeutic
approach has to be multidisciplinary, requiring a proper coordination among different health
professionals.

Concepto número de casos en Japón, donde se ha descrito una preva-

Hikikomori es un término de origen japonés que hace refe-
rencia a un fenómeno complejo caracterizado por un aisla-
miento social severo de al menos 6 meses de duración, en el
que el individuo afectado permanece la mayor parte del
tiempo en su propio domicilio, y en los casos más graves
recluido en su habitación. Causa sufrimiento y una afecta-
ción grave de su funcionamiento familiar, social y laboral1. El
término, que en su significado etimológico hace referencia al
hecho de aislarse y recluirse, fue popularizado por el psiquia-
tra japonés T. Saito en la década de 1990, tras la publicación
de su libro Hikikomori: Adolescence without end. El creciente
*Correspondencia
Correo electrónico: maalvarezdemon@icloud.com
lencia mayor al 1%, ha convertido el hikikomori en un grave
problema de salud pública por sus efectos sobre la salud físi-
ca y psicológica de los afectados y sus familias y los recursos
sociosanitarios que precisan2. Los individuos afectados por
hikikomori con frecuencia refieren un intenso sentimiento
de soledad (incluso más marcado que el referido por los pa-
cientes con trastorno depresivo mayor), ausencia de personas
cercanas en las que poder confiar y dificultades en las rela-
ciones interpersonales.
El aislamiento social es una de las características más nu-
cleares de hikikomori, pero puede afectar también al resto de
la población, y supone un factor de riesgo para la salud. En
un estudio en el que participaron cientos de adultos, se ob-
servó que los participantes que referían tener al menos dos
personas próximas en las que poder confiar tenían una mayor
calidad de vida3. Múltiples estudios han descrito las conse-
cuencias negativas de la soledad a nivel cognitivo, conductual
y psicológico, así como alteraciones del sistema inmuno-in-

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ACTUALIDAD CLÍNICO-TERAPÉUTICA (IV)
flamatorio y neuroendocrinas. La soledad es uno de los pre-
dictores más fuertes de depresión y suicidio4. Algunos inves-
tigadores, como por ejemplo la catedrática de psicología
Carol Ryff, consideran la calidad de las relaciones interper-
sonales como uno de los factores más influyentes en nuestra
felicidad individual y nuestra salud a largo plazo5.
Epidemiología y salud pública
La ausencia de un consenso internacional en cuanto a los
criterios diagnósticos dificulta el estudio de este fenómeno.
Varios grupos de investigadores han realizado propuestas
para incluir hikikomori como entidad clínica propia en las
siguientes ediciones de los manuales internacionales de cla-
sificación y diagnóstico de las enfermedades mentales6. En
Japón, la Organización Mundial de la Salud (OMS) realizó
encuestas entre los años 2002-2006, encontrando una preva-
lencia del 1,2% en la población general, afectando predomi-
nantemente a varones7.
En los últimos años, se han descrito casos de aislamiento
social severo de características similares en múltiples países
fuera de Japón: Hong-Kong, China, Corea del Sur, India,
Estados Unidos, Omán, España, Brasil, Francia e Italia8-11.
Recientemente se ha descrito en España una cohorte de 190
pacientes con aislamiento social severo que cumplían los cri-
terios diagnósticos de hikikomori12. Este estudio es uno de
los más amplios llevados a cabo fuera de Japón.
En la mayor parte de las series de casos descritas hasta el
momento, hikikomori afecta predominantemente al sexo
masculino, con una ratio hombre/mujer de 3:1. Esta propor-
ción es similar en los trastornos del espectro autista. La edad
media de aparición es de 17-22 años, pero varía según los
estudios, por lo que se considera que los factores sociocultu-
rales afectan al tiempo de aparición del cuadro clínico. La
media de aislamiento antes de acudir a los servicios sanitarios
es de 3-4 años.
En Occidente, los casos descritos de hikikomori son has-
ta el momento aislados, pero la soledad se extiende como una
epidemia, afectando a todos los estratos de edad, especial-
mente a los ancianos. En enero de 2018, el Reino Unido creó
el Ministerio contra la soledad para intentar hacer frente a
esta realidad. El INE calcula que, en España, el número de
personas que viven solas se ha triplicado entre 1991 y 2016,
pasando de 1,6 millones a 4,6 millones, respectivamente, es-
pecialmente por el envejecimiento de la población y los cam-
bios sociales.
Cada vez se está dando más importancia a la calidad de
las relaciones sociales y familiares, y su relación con la salud.
Un capital social adecuado mejora los indicadores de longe-
vidad13. Quien acumula más capital social es más difícil que
enferme y, ante la enfermedad, resiste mejor. En el capital
social se incluye la participación en la comunidad, el sentido
de pertenencia a una sociedad y la solidez, confianza y forta-
leza de los vínculos familiares, laborales y también religio-
sos14. También lo conforma el valor que se otorga a la amis-
tad y la cooperación. Un mayor capital social se ha asociado
consistentemente con mejores indicadores de salud en mu-
chos ámbitos. Al sintetizar la información recogida en 148
5428 Medicine. 2019;12(92):5427-33
estudios, con un total de más de 300.000 participantes, se
encontró que quienes tenían vínculos sociales más fuertes
presentaban un incremento relativo de supervivencia del
50%.
En un reciente metaanálisis, se concluyó que el aisla-
miento social es un factor de riesgo tan dañino para nuestra
salud como fumar 15 cigarrillos al día. Múltiples estudios
han demostrado que la soledad puede suponer un factor de
riesgo para nuestra salud más determinante que la dieta,
nuestros hábitos de ejercicio, el tabaco o la genética15. Un
ejemplo significativo es el de la localidad de Roseto en Pen-
silvania, que durante años fue objeto de estudio por la eleva-
da longevidad de sus habitantes, mucho mayor que la media
del país y que la de los habitantes de las localidades vecinas.
Después de estudiar múltiples factores como la dieta o el
grado de tabaquismo, los investigadores identificaron que la
principal característica que diferenciaba a los habitantes de
Roseto de los del resto del país, incluyendo las localidades
vecinas, era su elevada cohesión social y familiar, así como la
cantidad y calidad de sus relaciones interpersonales16.
Etiología
Durante años, se ha considerado al hikikomori como un sín-
drome cultural limitado a Japón. Sin embargo, la amplia des-
cripción de casos fuera de Japón, incluyendo culturas muy
diferentes, parece refutar esta teoría, y algunos expertos lo
han descrito como un síndrome de las sociedades moder-
nas17.
El aislamiento social severo tiene un componente so-
ciocultural importante18. En ocasiones, las personan deci-
den aislarse por su incapacidad de integrarse de manera
estable y vinculante en un determinado grupo social; en
otras ocasiones el individuo obtiene algún tipo de beneficio
de su aislamiento, y es el ambiente familiar permisivo el que
lo favorece19. En la literatura científica, se describe la sobre-
dependencia respecto a los padres como un factor cultural
promotor del hikikomori en Japón; si bien en otros países
avanzados podrían pesar otros factores facilitadores como
la disponibilidad y el componente adictivo de las nuevas
tecnologías, la anonimidad y el desarraigo en las grandes
ciudades y la pérdida de valores tradicionales. Los casos
más graves suelen ocurrir cuando el aislamiento se produce
tras un fracaso, y son los sentimientos de indignidad o trai-
ción los que causan y perpetúan esta conducta20. La sensa-
ción de inaceptación a veces es tan fuerte que puede favo-
recer conductas suicidas o incluso el suicidio consumado.
En Japón, se ha descrito la pérdida de empleo, lo que en la
cultura del país nipón se asocia a sentimientos intensos de
culpa y traición al grupo social, como un factor de riesgo
para el suicidio.
Para entender esta entidad clínica, es necesario un enfo-
que biopsicosociocultural, puesto que son muchos y diversos
los factores que pueden participar en su etiología7.
En cuanto a los factores biológicos, no se han encontrado
marcadores lo suficiente sensibles y específicos para su uso
en la práctica clínica. En este sentido, parecen prometedores
los hallazgos de Hayakawa et al. en una población japonesa
 AISLAMIENTO SOCIAL PROLONGADO. HIKIKOMORI: UN FENÓMENO CRECIENTE EN OCCIDENTE
en la que los varones con hikikomori y rasgos de personali-
dad evitativa presentaban menor ácido úrico en sangre res-
pecto a controles sanos, mientras que las mujeres con esas
afecciones mostraban menos colesterol HDL en sangre21.
Desde el punto de vista psicológico, distintos factores pue-
den favorecer la aparición de hikikomori: dificultades para
superar una etapa de la vida, antecedentes de trauma o acon-
tecimientos vitales estresantes, dificultades para establecer
relaciones de amistad o románticas, etc.
Los factores socioculturales también influyen en la forma
de reaccionar al estrés o malestar; la expresión afectiva se
moldea por la cultura circundante. Por ejemplo, en Japón el
aislamiento es socialmente más aceptable que fenómenos de
acting out. Sin embargo, en la cultura occidental gritar, que-
jarse o rebelarse está más aceptado. La interdependencia pa-
dres e hijos y la aceptación por parte de los padres de que su
hijo esté aislado en casa sin trabajar ni estudiar en algunas
sociedades, así como el estigma de los trastornos mentales
que hace a los pacientes y a sus familiares ocultar los sínto-
mas problemáticos o vergonzosos ante la sociedad, facilita la
aparición y persistencia del hikikomori. Los cambios en el
mercado laboral, con un aumento de inestabilidad y desem-
pleo, y la alta disponibilidad de tecnologías en los hogares
también contribuyen al problema. Por último, el rechazo
social y el acoso pueden llevar a muchos individuos a huir del
contacto interpersonal cara a cara22.
Esta epidemia de aislamiento social prolongado se ha ge-
nerado, o al menos ha sufrido un espectacular incremento,
en poco más de una década, por lo que no es plausible que
los factores genéticos sena determinantes en su etiopatoge-
nia. Hay un ligero efecto de la genética en el hecho de socia-
lizar o aislarse, pero es mucho más determinante el estilo de
vida, el ambiente familiar y las normas sociales.
A pesar de la descripción de su existencia en múltiples
países, hay autores que defienden que el hikikomori es una
forma de vida elegida y, por lo tanto, no lo consideran pato-
lógico. Sin embargo, un estudio reciente en las redes sociales
en Occidente ha mostrado que la opinión pública mayorita-
ria parece considerar el hikikomori como un problema mé-
dico23.
Manifestaciones clínicas y entrevista
Ante la sospecha de que un paciente padezca aislamiento so-
cial, deben valorarse diferentes aspectos de la consulta médi-
ca en relación con la adecuación de la entrevista, la anamne-
sis y la exploración.
Recomendaciones para la entrevista
Son las siguientes:
1. Tratar de entender sus motivaciones para aislarse.
2. Centrar la atención en la sintomatología que molesta
y hace sufrir al paciente.
3. Crear un clima de confianza, realizar una escucha acti-
va y hacer preguntas que faciliten abordar los aspectos que se
deben explorar.
4. Si el paciente no acude a consulta, se puede comenzar
por preguntar a la familia. Es importante averiguar qué es lo
que más sufrimiento causa al paciente, para así identificar las
dianas terapéuticas. En los casos en los que el paciente no
está dispuesto a acudir a la consulta, la mejor alternativa será
la visita domiciliaria.
Anamnesis
En relación con la anamnesis, se debe incidir sobre aspectos
relevantes de la expresión clínica de hikikomori en el pacien-
te y en su entorno.
Motivo de consulta
Averiguar de quién parte la demanda de la consulta, ya que
probablemente, en este punto, a veces se encontrará dispari-
dad de opiniones entre lo que plantean los familiares y el
paciente respecto al problema. También puede darse el caso
de que haya sido derivado por otro especialista o por el cen-
tro escolar por una situación de absentismo. Es importante
explorar las demandas del paciente y de su entorno.
Historia de la enfermedad
En este punto, deberemos dejar algo más abierta la entrevis-
ta, si bien debe ser semiestructurada para dirigir el relato a la
información que se desea obtener. Como se realiza, en gene-
ral, en las anamnesis médicas, se debe establecer qué le ocu-
rre al paciente, desde cuándo, si lo atribuyen a algún factor
desencadenante o a un conjunto de situaciones, qué sensa-
ción de gravedad tienen, como ha ido evolucionando desde
su aparición, si ha recibido atención profesional en algún
momento del proceso, qué tipo de atención y sus resultados
y conocer las expectativas actuales de quien genera la deman-
da y del paciente.
Antecedentes personales
Indagaremos sobre:
1. Antecedentes obstétricos: embarazo, parto, enferme-
dades perinatales, temperamento al nacer, lactancia y alimen-
tación infantil e historia de desarrollo evolutivo (psicomotor,
lenguaje, control de esfínteres, afectividad, cuándo va adqui-
riendo autonomía).
2. Antecedentes somáticos.
3. Consumo de sustancias tóxicas.
4. Antecedentes de atención en salud mental, motivos,
diagnósticos previos, qué tipo de tratamientos ha recibido, si
han sido eficaces o no, si ha presentado efectos secundarios.
5. Antecedentes escolares: adaptación a los centros, ren-
dimiento académico, si ha habido problemas de aprendizaje,
si ha necesitado apoyos dentro del centro o algún tipo de
adaptación. Si ha repetido algún curso, si ha habido cambios
de centro y los motivos, así como el funcionamiento social,
sentimiento de pertenencia al grupo, rechazo por parte de
los compañeros y alteraciones de conducta.
6. Explorar antecedentes traumáticos: diversos estudios
relacionan la aparición de aislamiento social con experiencias
traumáticas tempranas.
Medicine. 2019;12(92):5427-33 5429
ACTUALIDAD CLÍNICO-TERAPÉUTICA (IV)
Personalidad premórbida
Se debe explorar el temperamento previo a que empezara el
aislamiento o el comportamiento que se detecta como no
adaptativo. En muchas patologías psiquiátricas, suele haber
una ruptura, describiéndose un cambio de personalidad. Al-
gunos estudios apuntan que en el hikikomori predominan
rasgos previos de timidez, introversión, personalidades sensi-
tivas y rasgos paranoides, con un marcado miedo al rechazo
o a la crítica.
Antecedentes familiares
Conocer los antecedentes familiares psiquiátricos y psicoló-
gicos nos ayudará al diagnóstico diferencial. También la ex-
ploración de la estructura familiar, así como la dinámica re-
lacional entre los distintos miembros de la familia. De aquí
extraeremos información sobre el estilo de apego. El hikiko-
mori se ha relacionado con estilos de apego ambivalente o
evitativo, generado a raíz de dinámicas familiares en las que
predomina el rechazo o la sobreprotección.
Valoración del grado de afectación de la funcionalidad
Es importante explorar el funcionamiento en todas las áreas:
personal (incluyendo el autocuidado), familiar, académico/
laboral, social (tabla 1). Este aspecto debe ser valorado con el
paciente y, en la medida de lo posible, con informadores ex-
ternos, fundamentalmente la familia, para contrastar la infor-
mación.
Aparte de la información obtenida de la anamnesis, existen
escalas validadas para valorar el funcionamiento social: Escala
de evaluación de las habilidades de comunicación e interac-
ción social (ACIS)24. Es una evaluación observacional que ob-
tiene datos acerca de la habilidad que la persona demuestra al
comunicarse e interactuar con otros en una ocupación. Se
observa durante el desempeño de una tarea real no estructura-
da y/o dentro de un grupo social del cual la persona forma
parte. El clínico es quien responde a la escala tras dicha obser-
vación. Está formada por 20 ítems que se puntúan en una es-
TABLA 1
Valoración de la funcionalidad
a. Valoración de rutinas diarias (es importante diferenciar días laborables de días
de fin de semana)
i. Hora de acostarse y levantarse
ii. Realización de aseo personal, frecuencia, rutina de vestido
iii. Rutina de ingestas, número de comidas al día, horarios, tipo de alimentación
b. Valoración del aislamiento
i. Cuántas horas pasa solo
ii. Si realiza alguna tarea o pasa algún tiempo con los familiares con los que
convive
iii. Si realiza alguna tarea fuera de casa, cuáles, si las realiza solo, a qué horas
suele salir de casa
iv. Si inicia conversaciones de forma proactiva con los familiares con los que
convive
c. Ámbito académico /laboral
i. Mantiene la actividad reglada que le corresponde por edad, ir al centro escolar
o al trabajo, con qué regularidad cumple con el mismo, si existe alguna
relación con alguien en estos ámbitos
d. Relaciones interpersonales con iguales
i. Tiene amigos en la actualidad, cuántos, si les cuenta asuntos personales o
hablan solo del tema que tengan en común (videojuego, etc.), si se ven en
persona, con cuanta frecuencia se ven, si siente que puede confiar en ellos
ii. Si realiza alguna actividad organizada fuera del domicilio, qué tipo de
actividad, con quién, con qué frecuencia
5430 Medicine. 2019;12(92):5427-33
cala tipo Likert de 4 puntos (1 = déficit severo que provoca la
quiebra de la interacción grupal; 4 = desempeño competente
que apoya la continuidad de la acción social) y que se agrupan
en tres dominios de comunicación e interacción basados en el
Modelo de ocupación humana de Fisher y Kielhofner: físico,
intercambio de información y relaciones.
Diagnóstico
Para realizar el diagnóstico de hikikomori, es imprescindible
que el cuadro clínico no pueda ser mejor explicado por otro
trastorno psiquiátrico. Se ha logrado un consenso para enu-
merar los siguientes criterios como necesarios para realizar
el diagnóstico de hikikomori: a) aislamiento social severo
en el que el individuo afectado pasa la mayor parte del tiem-
po en su domicilio; b) al menos 6 meses de duración y c)
deterioro del funcionamiento en varios ámbitos y sufrimien-
to a causa del aislamiento.
La severidad del cuadro clínico se determina por el grado
de aislamiento: a) leve (sale del domicilio 2-3 veces/semana);
b) moderado (sale del domicilio al menos una vez/semana) y
c) grave (apenas salen de la habitación). Las salidas del domi-
cilio suelen ser para asistir a una cita médica, etc. Algunos
autores consideran que los individuos que cumplen estos cri-
terios durante tres meses consecutivos están en un estadio
pre-hikikomori.
Existen múltiples especificadores para caracterizar el
cuadro clínico, siendo especialmente importantes los refe-
rentes a las interacciones interpersonales. En los casos más
graves, los individuos afectados no se relacionan cara a cara
ni con los miembros de su familia con los que conviven. Sin
embargo, en casos más leves sí existe interacción cara a cara
con las personas con las que conviven y puede existir interac-
ción con otras personas vía on-line.
Se han desarrollado diferentes herramientas útiles para el
diagnóstico, entre las que destaca la entrevista semiestructu-
rada propuesta por Teo et al.25. En el 25-ítem Hikikomori
Questionnaire (HQ-25) se evalúan tres aspectos fundamental-
mente: socialización, aislamiento y apoyo emocional.
Diagnóstico diferencial
El aislamiento social aparece en muchos trastornos psiquiá-
tricos. Es preciso valorar si el aislamiento social es primario
o secundario a otros síntomas que orienten hacia otro diag-
nóstico (tabla 2).
TABLA 2
Diagnóstico diferencial ante la presencia de aislamiento social
Trastornos psicóticos
Trastornos afectivos, especialmente trastorno depresivo mayor
Trastornos de ansiedad, especialmente fobia social o agorafobia
Trastorno de personalidad esquizoide o evitativo
Trastornos del espectro autista
Síndrome amotivacional
Síndromes dependientes de la cultura
 AISLAMIENTO SOCIAL PROLONGADO. HIKIKOMORI: UN FENÓMENO CRECIENTE EN OCCIDENTE
Trastornos psicóticos
Puede ser difícil diferenciar los cuadros en el período pro-
drómico de la enfermedad psicótica, cuando todavía no se
expresan las alteraciones más características; en esta fase,
predominan sensaciones y comportamientos de extrañeza,
aislamiento social, trastornos del sueño, abandono de algu-
nas rutinas como la higiene o la alimentación regular o difi-
cultades en la concentración. Una vez establecido el proceso
psicótico, sería diferencial la aparición de alteraciones del
pensamiento, de la sensopercepción, un comportamiento y
un lenguaje desorganizados, así como un embotamiento
ideoafectivo.
Trastornos afectivos, especialmente trastorno
depresivo mayor
También se asocia a un aislamiento similar al hikikomori, así
como a trastornos del sueño y disforia. Algunos rasgos dife-
renciales son: en el hikikomori estarían preservados el inte-
rés por actividades, aunque estas sean restringidas, y el dis-
frute con las actividades, así como la energía.
Trastornos de ansiedad, en especial fobia social
o agorafobia
En la fobia social, el individuo no se relaciona por miedo a
no saber hacerlo o sentirse rechazado, y en la agorafobia apa-
rece miedo a no poder recibir ayuda en caso de necesitarlo,
pero en ambos hay deseo de relación social.
Trastorno de personalidad esquizoide o
evitativo
En los trastornos de personalidad se trata de un patrón de
funcionamiento estable, caracterizado por la falta de deseo
en el caso del esquizoide y por miedo en el caso del evitativo.
Síndromes de espectro autista
Será necesario evaluar la capacidad de cognición social y teo-
ría de la mente, deficitaria en el caso de pacientes con síndro-
me de espectro autista (TEA).
Síndrome amotivacional secundario al consumo
de cannabis
El consumo de cannabis supone el motor principal de la fal-
ta de motivación y el encerramiento en el domicilio.
Síndromes dependientes de la cultura
Patrones de comportamiento aberrante y experiencias per-
turbadoras, recurrentes y específicas de un lugar determina-
TABLA 3
Síndromes dependientes de la cultura
Zar
Típico de países como Etiopía, Somalia, Sudán, Irán o Egipto. Se describe como
episodios disociativos con gritos, susurros, estereotipias, golpes de la cabeza contra
la pared, cantos, llanto, etc. que, en dichos países, no se consideran patológicos,
sino relacionados con espíritus que poseen a la persona
Psicosis por Windigo
Aparece en tribus de Alaska y Canadá, se caracteriza por anorexia total, náuseas y
vómitos y, a veces, insomnio y alucinaciones, apareciendo más tarde temor a ser
poseído por el espíritu del ser mitológico conocido como Windigo y convertirse en un
caníbal
Taijin kyofusho
Cuadro que aparece en Japón, consistente en miedo a que el cuerpo, partes o
funciones del mismo, ofendan, molesten o resulten desagradables a otras personas
por su aspecto, su olor, sus expresiones faciales o sus movimientos
do. Se les puede dar una explicación basada en el sistema de
creencias del grupo social en el que aparecen a manifestacio-
nes que podrían ser categorizadas de trastorno mental de
acuerdo con los manuales internacionales. En la tabla 3 se
recogen algunos ejemplos.
Tratamiento
Los individuos afectados rara vez solicitan ayuda y, por la
naturaleza del hikikomori, pueden fácilmente pasar desa-
parecidos a las instituciones sanitarias y/o servicios socia-
les. Sin embargo, es probable que una proporción impor-
tante de los pacientes dediquen mucho tiempo a navegar
por internet, por lo que las nuevas tecnologías y las redes
sociales se podrían utilizar como herramienta para identi-
ficar y ofrecer ayuda a estos pacientes26. Las redes sociales
constituyen un lugar adecuado donde estudiar los senti-
mientos, emociones, creencias, conocimientos y compor-
tamientos de la población, especialmente en jóvenes27.
Estudios previos han observado un gran interés de los
usuarios de redes sociales por las enfermedades psiquiátri-
cas28.
Debido a la complejidad del tratamiento, es necesario un
abordaje multidisciplinar con una buena coordinación entre
los diferentes elementos del sistema socio-sanitario (inclu-
yendo médicos, psicoterapeutas y trabajadores sociales)18.
Niveles de actuación
Determinantes sociales, económicos y culturales
Es necesario establecer objetivos académicos (por ejemplo:
completar la educación obligatoria) y favorecer su (re)inser-
ción en el mercado laboral. Además, es preciso intervenir a
nivel familiar cuando se haya identificado que el modelo es
perjudicial.
Programas específicos
Tratamiento en grupos reducidos y entornos específicos (por
ejemplo, hospital de día); líneas telefónicas de apoyo y mane-
jo de crisis; entrenamiento de aspectos psicológicos de pro-
tección (gestión de emociones, combatir el autoestigma),
refuerzo en habilidades sociales, participación comunitaria e
inclusión social: formación de redes de apoyo específicas, de-
Medicine. 2019;12(92):5427-33 5431
ACTUALIDAD CLÍNICO-TERAPÉUTICA (IV)
sarrollo de infraestructura segura y accesible como pueden
ser los centros recreacionales.
Intervención individual
Promover la solicitud de ayuda sociosanitaria por parte de
los individuos, valoración médica integral con evaluación
diagnóstica y diagnóstica diferencial y tratamiento de co-
morbilidades físicas y psicológicas.
Algunas pautas de tratamiento
Son pautas a seguir en el tratamiento:
1. Retomar contactos sociales, para lo que necesitará un
entrenamiento en las habilidades sociales (ejemplo: contacto
ocular), cognición social, etc.
2. Recuperar un estilo de vida saludable y ordenado: ho-
rarios de actividad y sueño, higiene y autocuidados. Estable-
cer un horario de uso de internet que incluya algunas horas
de desconexión.
3. Desarrollar grupos de apoyo donde se incluye a los
familiares.
4. Si no se logra una evolución favorable a nivel ambula-
torio, se pueden considerar otros recursos como las residen-
cias terapéuticas.
5. Respecto al tratamiento farmacológico, oxitocina y ba-
clofeno pueden ser de utilidad. El tratamiento con oxitocina
se ha estudiado en cognición social en pacientes con esqui-
zofrenia con resultados esperanzadores. Por su parte, baclo-
feno se ha utilizado en pacientes con TEA, observándose una
mejoría en la interacción social. Además, se deberán tratar las
comorbilidades psiquiátricas (tanto trastornos per se como
rasgos que producen malestar y alteración funcional).
El aislamiento es un hábito muy peligroso, porque puede
ocultar problemas de personalidad como una timidez extre-
ma, que hacen que el individuo evite las situaciones de estrés
en vez de afrontarlas. Es necesario trabajar las habilidades
psicológicas necesarias y aprender a superar estas situaciones
con recursos de personalidad. En Islandia se ha demostrado
en los últimos años que es posible cambiar los estilos de vida
de la juventud. En ese país, los datos de consumo de alcohol
y otras sustancias adictivas entre los adolescentes hace unos
años eran alarmantes; sin embargo, ahora son de los mejores
de Europa. Todo comenzó con el programa Youth in Iceland
que se inició en 1998. Se desarrollaron actuaciones indivi-
duales, poblacionales y estructurales. Un aspecto estructural
decisivo fue la promoción del ocio saludable para jóvenes. El
enfoque transversal parece haber funcionado, y no solo en
cuanto al consumo de drogas: ha aumentado el tiempo que
los adolescentes pasan en familia y la participación en asocia-
ciones deportivas ha crecido significativamente.
Responsabilidades éticas
Protección de personas y animales. Los autores declaran
que para esta investigación no se han realizado experimentos
en seres humanos ni en animales.
5432 Medicine. 2019;12(92):5427-33
Confidencialidad de los datos. Los autores declaran que en
este artículo no aparecen datos de pacientes.
Derecho a la privacidad y consentimiento informado. Los
autores declaran que en este artículo no aparecen datos de
pacientes.
Conflicto de intereses
Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
Bibliografía
r Importante rr Muy importante
✔ Metaanálisis ✔ Artículo de revisión
✔ Ensayo clínico controlado ✔ Guía de práctica clínica
✔ Epidemiología
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