Sobre Las Complejas Relaciones Entre Sociedad y Estado

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RAUL ALFONSIN OPINION ‘ve crisis del Estado que obedece a diversos factores, pero de manera principal a una historica proclvidad a Ia Sjuridicdad y a la accion directa que ha producido una asombrosa inestablidad pol- ica y ha generado, a su vez, una serie de deformaciones funcionamien- Pscwerree: les dela gestion con la consiguiente corrup- cin y ebcacia de kas presiones corporativas. ‘La situacién, simplifcada, es la siguiente: Ids argentinos no cereemos en el socionar del sector piblico y, al mismo tiempo, fftmamos una cara voeaciin democrtica. Esto nos leva a limitar ‘huestraconcepcién dela demoeracinal ejercicio de nuestralibertad y {al gooe de derta seguridad jurdica mientras recbazamos a participa fan y cl compromizo toleramos ef incumplimionto de elementakes eberes solidarios. ‘Es imposible imaginar un discurso politico afirmado en tamafia contradigson: loque deberfaser una discusion seria yfecunda parala, ‘onstruccion de mejores instituciones o nuevas estrucsuras sociales, ‘ceondmicas © culturales se transforma en lucha de predominios 0 Suereses, sin ogles de juego, en lz que mis que las ideas vale el iigmo. Sobre esta base, el debate publco suele carecer de | SEntido, se vacia de contenido y hasta se tora incomprensibl. TEI problema se agrava porque hace tempo que arrastramos el agobio de una pérdida de Ia esperanza en Ia Argentina. Esta Uesesperanza tiene bases racionales: basta recordar que no tants laos atrds el ingreso per eépita de nuestro pas, en el marco de una ‘otrucion mucho mejor que fa actual, era superior al de Italia, Expat, Franda o Japon, Ast, durante algin tiempo discutimes rasionaimente acerca de nuestro estancamiento, pasando revista @ Jos diversos factores internos y externos que ajuicio de cada no lo span. Conseuentemente, el debate tenia componentesiieo- egos y éticos. H coy en dia, la desconfianza en nuestras fuerza ha terminado or jar y en certa forma amoralizarladiscusion, ‘Gegradada por el escepticismo. Pareciera que més que rarones, causes ¥ remedios, se buscan culpables: sucesvamente 10 fiveron el exceso de lbertad, Jos militares, los trabajadores, los ‘empresarios, Jos potions y fnalmeate, claro, el Estado. La conse ‘auencia es la aparcion de una tendencia hacia a banalizacin de la ‘confrontacién politica. Como djimos, la pérdida de confianza dela ‘odedad en s misma, se traduce en una pérdida de confianzn en el [Bstado, El Estado es iremesiablemente ajeno, algo de lo que hay ‘que defenderse ose puede usufructuar, pero que no nos pertenecc ‘ene que ver con nuestra responsabilidad, Poreso,selo puedeatacar 'ypetjudicar con condcas insolidarias, tales como evadir impuestos ‘Sefectuar contrabandos, habitos estos aceptados cas sin ningin tipo de sancion soci. ara comenzar a resolver el problema, seré menester huir de ‘valquer tipo de telativismo moral y aceptar una moral basada en principio sbsolutos, que rijan tanto para to privado como para 10 ‘Pero también es necesario reconstrur un ética pola que comience po encararltemade laimagen pabica del gobierno, n0a ‘través de la propaganda y la manipulacién, sino sobre la base de Cambios de comporamient que asta altura se hacen indspense- Nosotros y el Estado bles. ¥ no nos referimos silo a ls episodios de comupeién. ‘Las formas democraticas no son simples adomos del funciona rminto del poder, sino limites precisos que sirven para legtimar el Ssicma. Franguearlos jamés puede constitu un beneficio para ta ‘democracia. Recordemos las razonesesprimidas para justifiar toJ0 tipo de transgresiones en las pésimas polities privatizadoras que se jimplementaron en Ta idea de que los controles administrativos son rmeras trabas burocrdticas en vez de resguardos esenciales que ‘garantizan i ransparencia del manejo del patrimonio pblico. Sis Seta de esta mancra, es imposible pensar en la recuperacion de Ia ide un Estado cercano, que resguarda y ampara. Es més, 12 imagen que se crea a rair del resguardo 0 del desprecio de estos aspeetos sparentemente formals, trasciende al pats: basariaimagi- nar Jo que oourira con cualquier inversor extranjero frovte a una forma politica de goberar basada en laidea dela futilidad de tomar _eeaudos, seguir provedimientos formales u obtener garantias. ile imagen que proyecta el Estado argentino reiejafrvolidad, igerez ‘enel manejo de la cosa pablica, desprejuicio en la utlizaaon de imedios con tal de lograr dudesos objedvos y la suposicién de Ia inexistencia de futuros controle, el arribo de capitales estaré mts vinoulado « la aventura que 2 la inversin. ‘Sesto es serio en aspectos que aparecen como secundaros, piéasese en las consccuencias de un grave atentado a la eredibilidad Ae las instruciones y ala seriedad del pais, cual es el intento del ‘manejo politico de une delos poderes del Estado por parte de otrode Clos, 9 el desquicio de los controles republicanos. ambi conspita contra la correcta apreciacién del Estado, ta fominosa camps dfamatoria que sufre la politica. No hay Estado democritico in politicos y es casi una perogrullada afirmar que cuanto menos prestigio tengan, menor ha de ser la ‘imagen posiiva del Estado. Pero adems, y quisiera poner el avento ‘en esta afirmacion, sin dscusiGn politica seriano hay cambio en serio, ‘Muchos reaccionaris esolazan en una eitca cruel, conel propésito ddeponera los politics aladefensva, acoquinarlos y debiltarlos, de forma de inutlizarlos como promotores de una disusion nueva € imaginetiva, capaz de lograt transformaciones que plasmen una sociedad mis justa TE prestigio del Estado se resiente cuando fallan los controles poiticos, sobre todo en sistemas hiperpresidencalistas, que pareaen Gseiiados para convertital jefe de Estado en un verdadero monarea fabsoltiste, Ea este tipo de funcionamiento, las mayorias files ‘ficaltan el control, faclitan lacorrupein, promueven la arbitrarie- ‘dad, imitan la seguridad y permiten que el Estado sea percibido ‘coma distante y aun como enemtigo. "En las democracias parlamentarias osemiparlamentarias, existen _mecanismos que permiten mantener elsistema polteoenequilibro, “apesar de cambios de rumbo miso menos vilentos sin mengua para i necesario control cargo de la representaciin politica de ta \oluntad popular. Aqui, por elcoatrario, aos cverpos colegiados se los alficar oma eficientes olosi aprueba répidamentelos prover: {0s del Ejecutivo. De lo contravio, se afirma que son lentos y hasta inservibles. ‘Esta forma de concebir la estructura del gobiemo parte dela idea de que el manejo del destino del pais debe concentrase en el Poder Ejecutivo, cuya tarea no corresponce interrumpir con planteo alguno de la representacion popula. Por este camino, las penas son de nosotros y el Estado, como las vaquits, ajeno. .

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