Rodriguez Carmona Antonio - La Religion Judia (Scan) PDF

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ANTONIO RODRIGUEZ CARMONA LA RELIGION JUDIA Historia y teologia SEMINA VERBI Serie monografica sobre las religiones no cristianas DIRIGIDA POR Jestis Lépez Gay, S. IL BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS MADRID + MMI A Edith Stein, Santa Teresa Benedicta de la Cruz, judia y cristiana Disefio de portada: BAC © Antonio Rodriguez, Carmona © Biblioteca de Autores Cristianos Don Ramén de la Cruz, 57, Madrid 2001 Depésito legal: M. 15.003-2001 ISBN: 84-7914-583-8 Impreso en Espafia. Printed in Spain INDICE GENERAL Pags INTRODUCCION SIGLAS Y ABREVIATURAS PRIMERA PARTE FORMACION Y EVOLUCION DEL JUDALSMO RELIGIOSO PRIMERA SECCION: LA HERENCIA DE LOS DESTERRADOS. LA RELI- GION DEL ANTIGUO IsRAEL 3 CAPITULO I. Los pattiarcas 0... secsserseesssecsrescensseresseners 5 I. La terminologia 5 Il. Los desterrados y su berencia 9 I. Los patriarcas 11 1. La tradicién ll 2. Valor de esta tradicién 13 3. Culto ...... 17 4. Caracteristicas de la religién del padr 19 CaptruLo II. Yahvismo 23 I. Yahvismo 23 IL. Mozsés 23 Ill. Revelacién del nombre Yahvé y origen del yabvismo 24 IV. El éxodo 31 V. Laalianza. 33 1. Realizacién de la alianza . 34 2. El primitivo yahvismo o la religién de Moisés 36 a) Mandamiento basico del yahvismo: Yahvé, unico Dios 36 4) Elsaébado 37 ©) ElDecdlogo 38 d) Elculto primitive 39 e) Apertura al futuro 41 3. Secuencia éxodo-alianza ..... 41 x Indice general Pags. CapiruLo III. Asentamiento en Canaan y monarquia ......... I. Asentamiento en Canaén 1. Contenidos de la fe yahvista 2. Influencias de las religiones cananeas 3. Nace una nueva legislacién Il. La monarquiia ... . La monarquifa, institucién sagrada . Vinculacién de David al yahvismo . Sacralizacién de Jerusalén y vinculacién al yahvismo Secularizaci6n .. . Mentalidad derdsic: . Sincretismo y movimientos opositores Los profetas ..... Elias y la lucha del yahvismo contra Baal . . Jeremias y el Deuteronomio ....... . En los comienzos del mesianismo Bwoowaua wre CapiruLo IV. Actividad de los desterrados I. El profeta Ezequiel Il. Relectura de las tradiciones .. a) Relectura deuterondémica 6) La tradicién sacerdotal (P) . I. Isaéas I... SEGUNDA SECCION: JUDAISMO DEL SEGUNDO TEMPLO CapiruLo V. Epoca petsa ... I. La vuelta del destierro y la época persa. Reconstruccion del templo ... Tl. Esdras y Nebemia. 1. Obra de Esdras .. 2. Obra de Nehemias . 3. Actuacién conjunta de Esdras y Nehemias I. Iv. VI. del judaismo durante la época persa . 1. La Tora como centro religioso . 2. Escribas laicos .... 3. El judaismo como comunidad religiosa . CapfruLo VI. Tico ... L I. Captruto VII. periodo I. IV. a< VIL. Vil. Ix. Indice general XI Pags. Tendencia al exclusivismo y a la distincién Pérdida de la soberania nacional Yahvé, Sefior de la historia ... Israel en el contexto de la historia Retribucién y destino del hombre Escatologia Mesianismo Swern avs 1 Epoca helenista-romana. Contexto hist6- Epoca helenista poca romana .. 1. Los comienzos 2. Herodes el Grande 3. Epoca de la prefectura (6-41 d.C.) 4. La procura romana (44-66) ... Epoca helenista-romana. Caracteristicas del El judaismo se heleniza .... 1. El helenismo en Palestina 2. El helenismo en la diaspora Tord escrita y oral . Se completa la biblioteca biblica 1. Glosas ... 2. Obras canénicas Se hacen traducciones de la biblioteca biblica 1. Los LXX . 2. Targum .. Comienza la biblioteca apécrifa del judaismo Se desarrolla el culto sinagogal .... Se configuran grupos y corrientes religiosa 1. Sacerdotes y escribas 2. Corrientes religiosas .. a) Asideos .... 4) Fariseos ©) Saduceos d) Esenios . Esenios y Qumran El pueblo Apocalipsis, Apocaliptica, Apocalipticismo . 100 101 101 102 103 104 105 107 107 112 112 113 115 117 121 121 121 122 124 125 125 126 129 129 129 130 130 Bt 133 135 135 136 143 145 148 51 152 XU Indice general Pags. 1. El género literario apocalips: 2. Los contenidos apocalipticos . X. — Jestis de Nazaret y los cristianos .... TERCERA SECCION: EPOCA RABINICA Captruto VIII. Marco histérico I. Consecuencias de la guerra contra Roma Il. Rebelion en la diaspora .. Ill. Segunda guerra IV. Historia posterior . Cavtruio IX. Formacién del judaismo rabinico. Epoca tan- naita ... 1. Pertodo de Yabne . 1. 2. Los rabinos de Yabne a) Yojanan ben Zakka' 4) La originalidad de ¢) Otros maestros d) Otras escuelas 3. La obra de Yabne.. a) Paz con Roma 4) Religiosidad centrada en la Tora c) Se potencia la sinagoga, el rabinado y las escuelas. d) Se comien: . e) Preocupacion por la Tora oral .. f) Ponen las bases de una nueva organizacién . @ Yabne, templo y culto sacrificial 4. Exclusivismo ......sssceceeees Il. Academias Galileas: Uia y Bet Searim Capiru.o X. Formacién del judaismo rabinico. Epocas si- guientes see 1. Epoca amoraita palestina . Il. Séforis y Tiberias ... Ill. Judatsmo babilénico: amoraitas 1. El judaismo babilénico bajo el Imperio parto arsacida (240 a.C.-224 d.C.) .. 2. ELI judaismo babildénico bajo ‘a ‘Imperio persa sasdnida (226-G42).....ccsscccsessssnreecsssnisecssnieeennnetets 154 156 160 165 167 167 169 174 Iv. Vv. Vi Vil. Indice general La época de los saboreo: poca gednica Las academias Caraismo ... CaptruLo XI. EI judaismo en Europa. Edad de Oro en Espaiia ... L I. il. IV. Vv. CaPiTULO XII. La mistica judia de la Cabala I IL. I. Iv. Vv. VI. CapiruLo XIN. Hasidismo L IL Ul. Iv. Vv. VI. Vil. VI. Florecimiento en la Espatta musulmana y cristiana Algunos personajes importantes .. La expulsion de Espafa Italia, Francia, Alemania Polonia y Europa oriental La mistica en el judaismo La Cabal 00.0... La Cabala en Espana Safed y los nuevos maestros . Sabatianismo ..... Naturaleza de la Cabala Hasidismo askenazi Hasidismo de Europa oriental .. Israel ben Eliezer Baal Sem Tob Evolucién. Ber Dob de Mezeritscl Doctrina .. Literatura Oposicién Escuela Habad CuaRTA SECCION: DESDE LA ILUSTRACION HASTA NUESTROS DIAS .., CapituLo XIV. Ilustracién o Haskala L IL TL. IV. Vv. VI. Vu. Vill. La Iustract6: Los grandes pro: La reforma religiosa ... Evoluctén de la Ilustractn El Romanticismo La neo-ortodoxia El Judaismo como Ciencia EL Sionismo Pags. 214 215 218 222 225 225 229 237 238 241 243 243 246 249 251 253 255 259 259 260 261 262 263 264 264 265 267 269 269 270 272 273 274 275 276 277 XIV Indice general Pags. CaPiTULO XV. Situacién actual ..........ccccscceescessecseeneeeetnees IL CapiTULO XVI. Introduccién. Teologia judia Unos datos . EE.UU...... 1. Judaismo ilustrado reformado 2. Ortodoxos . 3. Conservadores 4. Reconstruccionismo . Israel 1. El sector ortodoxo 2. Judaismo conservador y reformado . 3. Tensién entre dos mundos Europa Grandes retos del presente SEGUNDA PARTE FE Y PRAXIS DEL JUDAISMO lL. Teologia judia IL. Fuentes ........ Il. Historia de la teologia judia IV. Algunas obras teol6gicas ... V. Estructura de la teologia judi PRIMERA SECCION: «YO SOY EL SENOR TU DIOS» siesssssssessscsrseesssees Captruto XVII. Un solo Dios L It. Il. Iv. Vv. CapftuLo XVIII. Nombres y atributos divinos I IL. TL IV. Vv. Vi VII. La herencia biblica El Judaismo Dios es Uno Creencia fundamental La idolatria Nombres divinos ....00.... EI problema de la denominacion de Dios El Todopoderoso, Gebura La Presencia, Sekind El Lugar Los Cielos . EI Santo .. 282 283 284 285 288 289 291 293 295 296 299 299 305 305 309 310 315 318 321 323 323 326 327 330 332 335 335 335 336 339 342 342 343 Indice general XV Paigs. VII. Padre 344 IX. Espiritu de Dios 347 X. Nombre de Dios y magit 351 XI. Atributos de Dios . 352 Capituto XIX. Reflexién teolégica 355 I. Teologia medieval 355 Il. Relacién de Dios coi 356 Ill. Voluntad de Dios . 356 IV. Existencia de Dios 357 V. Postura antifilosfica 359 VI. Evolucton posterto’ 360 VIL. Siglo XX wesc 361 VIL. Reflextén sobre la joa 363 CaptruLo XX. La corte celestial ..... 367 I. Herencia biblica ... 367 Il. Tarea de los angele. 368 Ill. Judaismo rabinico 369 VW. Naturaleza ...... 370 V. Culto a los angeles 372 VI. Judaismo contemporineo 372 VIL. Angeles caidos y angeles malos 373 SEGUNDA SECCION: «AMARAS AL SENOR TU Dios». La Tord ........ 377 CapiruLo XXI. Naturaleza de la Tora «0.0... 379 I. Etimologia y uso de la palabra ....... 379 Il. Caracteristicas de la Tord. Preexistencia 382 Ill. La Tord de vida 384 IV. Alcance de la Tord 386 V. La Tord ha stdo revelada por Dio: 387 1. Revelacion e inspiracion . 387 2. La Tora ha sido revelada 392 VI. Inmutabilidad y eternidad 396 VU. Obligatoriedad 399 CaprituLo XXII. Sagrada Escritura 407 I. Origen. La Tord-revelacién en Israel y en el judatsmo antiguo 407 IL Tord ese 410 Ill. Canon de las Escrituras y sus criterios 411 IV. Contenido del canon 415 XVI Indice general CariruLo XXIII. Tora oral .. I. Terminologia. Naturaleza II. Origen Ill. Autors IV. Contenido . V. Literatura escrita . CapiruLo XXIV. Mandamientos CapiruLo XXV. La halaka V. Canon dentro del canon VI. Revelacion de la Escritur VIL. Inmutabilidad VII. Destinatarios IX. Los mandamientos nodquicos Il. Mandamiento en contexto de Alianza . Ill. Mas allé del mandamiento IV. Contenido y finalidad .... V. Division de los mandamientos VI. El principal mandamiento VIL. El decdlogo esseeesecesseene VIII. Ley rabinica y tribunal rabinico . IX. Puro e impuro Il. Necesidad de interpretar la halakd Ill. Premisa de la halakd rabinica IV. Fuente bdsica de la halaké .. V. Las costumbres como fuente de halaké VI. El rabino al servicio de la halakd VII. Normas practicas . Pags. I. Miswa, mandamiento, como concrecion de la Tord I. Cumplir los mandamientos VIM. Algunas normas sobre costumbres CaptruLo XXVI._ Instituciones al servicio de la Tora. 1. El rabinado ese I. El rabino Il. El iter para ser rabino 1. La Casa del Libro ... 2. La Casa de la Investigacion o Bet ha-Midras 3. La ordenacién .. sass IN. Procedimientos hermenéuticos 420 421 422 425 426 429 429 439 Indice general XVII Pags. IV. Los grandes maestros del judaismo rabinico veers 1. 2. 3. 4. CapiruLo XXVIL I. Patriarcado y exarcado Tannaitas Amoraitas Saboreos .. Geones ... Instituciones al servicio de la Tora. 2. Patriarcado, exarcado, sinagoga y tribunales ............... 1. El patriarcado en Tierra Santa . 2. Elexilarca I. La sinagoga 1. Origen 2. Naturale: 3, Organizacié: 4. El edificio sinagogal .. 5. Elservicio sinagogal Ill. Justicia y tribunales 1, En Tierra Santa .... a) Tribunales de aldea y ciudades .. 4) Sanedrin ..... ©) Tribunales rabinicos . d) ) Naturaleza . co) Origen . 3. Talmud.. a) Talmud de Jerusalén o Palestinense . 4) Talmud de Babilonia (TB) ............ ©) Tratados extracanénicos del Talmud 493 493 496 497 498 499 499 499 502 505 505 506 507 508 510 510 510 511 512 518 519 520 523 523 523 523 524 525 528 529 529 529 530 530 531 532 533 XVII Indice general Pags. 4. Codificaciones medievales y modernas a) Los risonim 5) Los abaronim Il. Midrds ... 1, Halakicos 2. c) Otros midrases hagadicos . d) Colecciones medievales ... ‘TERCERA SECCION: «POR EL AMOR QUE OS TIENE OS HA SACADO EL. SENOR DE LA SERVIDUMBRE». EL HOMBRE - IsRAEL - SALYA- CapttuLo XXIX. El hombre ..... I. Dios creadar del hambre IL. Hombre y mujer ... IIL. ¢Qué es el hombre: 1. Nombres 2. rganos IV. Monismo antropologico .. V. ¢Dualismo en el judaismo? VI. Caracteristicas basicas del hombre. Conocimiento VII. Inclinactén buena y mala: yezer ha-tob / yezer ha-ra'... VIN. El hombre es libre, capaz de moralidad, responsable .. IX. ¢Determinismos? ¢Es posible teoldgicamente la i- bertad? ... X. El hombr XI. ¢Vision negativa de la creacion CapituLo XXX. Israel, pueblo de Dios I. Eljudio, miembro del pueblo de Dios Il. Le mujer israelita .. I. La familia . IV. Pueblo elegid V. Eleccién, alianza y Tora VL Hijos de Abraham ...... VIL. Tierra Santa, Tierra de Israel . VIIL Israel y los gentiles ...... IX. La fe como respuesta a la eleccion . 533 534 534 534 535 537 337 538 539 540 541 543 343 547 548 348 348 549 552 558 559 561 366 568 S71 573 573 573 574 575 576 580 581 585 587 Indice general CapituLo XXXI. Pecado y perdon...... I. El hombre pecador expulsado del paraiso Il. Naturaleza del pecado Il. Clases de pecado ..... IV. Consecuenctas del pecado Ve Conversion wees VI. Conversion y redencion . I. Esperanza Il. Odbjeto de la esperanza Wl. E/Dia.. V. Reino de Dios .. VIL Redencién VIL. Munda ven VII. La resurreccion ....... 1. Origen y sentido de la idea 2. Historia del uso de resurrec a) Aparicién . 4) Desarrollo gundo Templo ¢) El rabinismo d) La Ilustracién. Declaracién de Pittsburgh. Hoy dia e) La Cabala y la doctrina de la transmigra- cién de las almas .. IX. Paradigmas escatol6gicos .......... 1. Reino de Dios en este mundo a) Sin Mesias 5) Con Mesias 2. Reino Mesianico en este mundo y Reino de Dios en el mundo futuro 3. Reino tinico de Dios en el CapiruLo XXXII. Oracién y liturgia I. Historia de la investigaciin IL. Oracién TH. = La berak 625 629 629 631 631 632 634 635 636 637 637 637 638 639 641 643 643 645 648 1. 2. Beraké y peticién 3. Formas de la Beral IV. Semd Yisrael, Escucha, Israel 1. 2. Contenido teoldgico “VIL La lectura de la Tord VIL. Liturgia familiar . vVayne 1. 2. Liturgia familiar IX. Fiestas vVayNr Culto sinagogal 1. AY BiBLIOGRAF{A GENERAL GLOSARIO .. Indice general Pégs. Beraké como actitud basica Estructura .... Nombres Contenido y estructura Uso Origen La Birkat ha-Minim Berakot individuales en casa a) Bendicién de la mesa 5) Saébado ©) Pascua Caracteristicas Culto de dias feriales Durante el sébado .. La lectura de la Tor: Otros acontecimientos especiales Las fiestas de peregrinacién . a) Pascua 4) La fiesta de Sabu‘ot o Pentecostés ©) La fiesta de Sukkot Fiestas austeras a) RoSha-Sana 6) Yom Kippur Afio sabatico y Afio Jubilar Las fiestas menores ...... a) Fiesta Hanukkah b) Purim 648 649 649 650 651 652 653 653 654 655 656 657 661 661 662 663 663 664 667 673 673 673 676 676 679 681 682 682 683 684 686 687 689 691 692 692 693 695 703 Indice general Lnpices: Onomistico Temitico . Citas biblica: Citas de Filén, y apécrifos Citas de literatura rabinica ..... Pags. 711 722 741 750 753 INTRODUCCION 1. Finalidad Esta obra, que forma parte de la coleccién Semina Verbi dedicada a las diversas religiones, intenta presentar la reli- gién judia actual, practicada por millones de personas. Se trata de una presentacién de tipo medio, que no pretende aportar datos originales, sino facilitar el conocimiento de datos conocidos sobre la religién judia al lector no iniciado de lengua espafiola. El concepto religion es un concepto am- biguo, cuando en él se quieren englobar todas las manifesta- ciones religiosas que se dan histéricamente, pues se trata de fenémenos heterogéneos. No es la misma la estructura de la religién cristiana, que la de la judia, la budista u otras. Hoy dia muchos judios ven con desagrado que se denomine reli- gion a su praxis religiosa, especialmente por parte de cristia- nos, pues existe el peligro, que se da frecuentemente, de proyectar sobre el judaismo religioso los esquemas estructu- rales del cristianismo —dogmas, autoridad, templos, culto, moral— sin tener en cuenta sus peculiaridades. Los judios suelen describir el judaismo «como una forma de vida mas que una religién» '. Ciertamente el judaismo religioso tiene grandes afinidades con el cristianismo, en cuanto que ambos tienen un mismo tronco comin, una misma matriz, pero son dos hermanos diferentes con sus caracteristicas propias. La obra esta dedicada al judaismo como fendémeno reli- gioso peculiar. Esto plantea otra dificultad que complica este objetivo, pues el judaismo es un fenémeno complejo que abarca diversas facetas histéricas, culturales, socioldgicas, religiosas, éticas, filoséficas, literarias, artisticas, politicas, etc., muchas de ellas izseparables entre si, especialmente la reli- giosa de la sociolégica y la histérica’, Sin embargo, aunque ' Cf N. pe Lance, Judaismo, 14. 2 No hay acuerdo sobre las caracteristicas basicas que determinan el ser ju dio. La vision tradicional, representada por el judatsmo ortodoxo rabinico, ila- XXIV Introduccién inseparables, es legitimo considerarlo primariamente desde una de estas perspectivas, sin olvidar las demas. Este es nues- tro caso. La presente obra se centra en el estudio de 1a faceta religiosa, en el judaismo como religién actual *, la faceta mas importante de todas. Como escribe Samuel S. Cohon, «his- téricamente hay que reconocer que la religién es la pieza clave de este edificio, aunque no es el contenido exclusivo [...] judaismo para la mayor parte de nuestro pueblo es, en primer y dltimo lugar, la religién judia» *. ma judio a toda persona nacida de madre judia o al que se ha convertido a la religion judia legitimamente, de acuerdo con la normativa ortodoxa. A partir de la Hustracion se discutié esta norma: el judaismo reformado o liberal concibe al pueblo judio como una comunién religiosa; en circulos sionistas y en determi- nados ambientes de Israel en que predomina una actitud laica 0 incluso hostil a Ja religién, la pertenencia a un grupo religioso no se considera esencial, y se subraya una visién puramente secular de la idea de nactonalidad. Esta visién implica que se pueda conceder la ciudadania judia a miembros de otra religion. El Estado de Israel mantiene una postura ambigua entre las concepciones ante- tiores. Concede democraticamente la ciudadania israelita a todos los residentes legitimamente en el Estado de Israel, aunque profesen otra religién, como es el caso de musulmanes y cristianos residentes en el Estado de Israel, pero sélo reconoce la ciudadania judéa al nacido de madre judia, de acuerdo con la nor- ma tradicional, pero afiade una condicién, para excluir las consecuencias de la postura laica: y no se profesa miembro de otra confesién religiosa. De hecho, hoy dia una persona se considera judia o porque ha nacido de madre judia, sea cre- yente 0 no, sea practicante 0 no, 0 porque es miembro de una comunidad reli- giosa judia, sea su madre judfa o no. Hay, pues, dos elementos basicos que de- terminan el ser judio, uno étnico y otro religioso, que pueden darse unidos 0 separados. E] étnico es basico y consiste en la pertenencia a un pueblo que fie- ne una historia singular, historia que se asume como propia; el religioso es la aceptacién de lo que los sectores ortodoxos consideran la quintaesencia de esta historia religiosa singular, fa herencia religiosa, aceptacién que justifica que una persona pueda considerarse perteneciente a ese pueblo aunque étnicamente no pertenezca al pueblo judio. Véase mas adelante p.297-298 y 300s. * Posiblemente el sentido primitivo del término judaismo es el religioso, Aparece por primera vez en 2 Mac 2,21; 8,1; 14,38 (cf. 4 Mac 4,26 —final del s. a.C—), por lo que parece que fue acuiiado en oposicién al helenismo, posiblemente por gentiles, pero pronto se emples sin este matiz por gentiles y judios para designar la practica de la religién judia, En Gal 1,13-14, Pablo opone judaismo a la nueva fe en Cristo. En hebreo el término yehudut no se incorporé hasta la Edad Media. Ni la Biblia hebrea ni el Talmud emplean este nombre para designar la religién judia. En la Biblia aparece como culto de Dios, abodat Elohim, temor de Dios, yireat Adonai, Ley de Dios, tord Adonai, alianza de Dios, Berit Adonai, y en el Talmud como teligién de Moisés, Dat Mosbé, religién de Moisés ¢ Israel, Dat Moshe weyisrael, religién de Istael, Dat Israel; pero en este caso se fuerza el sentido de «dat», decreto, orden, norma, que es una palabra que pertencce al campo de la ley, no al de la fe. Cf. SAMUEL S. Couon, Jewish Theology, 57s, N. DE LANGE, 0.c., 15. * What we Jews believe (Assen 1971) 24. Introduccién XXV En la presentacién de esta faceta religiosa se haran cons- tantes referencias a otras facetas en la medida en que es nece- sario para una mejor comprension: se ofrecerén de una mane- ra especial —toda la primera parte— datos histéricos en cuanto que son necesarios pata explicar los antecedentes y na- cimiento de la religién judia rabinica, aunque la obra no pre- tende ser una historia de Israel ni del judaismo. Ello explica que el lector pueda echar de menos datos importantes de la historia del pueblo judio, pero que no tienen relacién directa con la faceta que se estudia. Se ofrecern datos literarios en la medida en que son necesarios para conocer la génesis de la fa- ceta religiosa del judaismo, aunque la obra no pretende ser una historia de la literatura judia, biblica y postbiblica. Esto expli- ca igualmente que el lector pueda echar de menos obras im- portantes en si mismas, pero sin relacién con nuestra temati- ca, o que algunas obras importantes se traten de modo superficial. De forma semejante, esta obra no tiene en cuenta directamente otras facetas importantes del judaismo, como pueden ser la socioldgica, la econémica y la politica. El judaismo como religién actual est4 enraizado en la religion del antiguo Israel, que va evolucionando hasta llegar al judaismo rabinico. Esto plantea el problema de la materia que hay que exponer para presentar adecuadamente el fené- meno religioso del judaismo actual. Hay obras que lo pre- sentan a partir de los patriarcas; otras, sin embargo, la mayo- rfa, hacen una breve alusi6n a los antecedentes del judaismo rabinico y se centran en éste. Puesto que el judaismo se considera una religién histdrica, ligada a la historia del pue- blo judfo, en la que los hechos del pasado forman parte de la fe, toda presentacién debe incluirlos, al menos sustancial- mente, en cuanto que son objeto de fe y, por otra parte, son premisas de la forma actual de la religion judia. Por ello hay que incluir sustancialmente a los Patriarcas. El judio practi- cante actual cree en el Dios de Abraham, Isaac y Jacob y se siente hijo de los patriarcas; aunque practica su fe en el Dios de Abraham, Isaac y Jacob de forma diferente a los patriar- cas, su religiosidad conserva unas caracteristicas bdsicas que hunden sus raices en ellos, por lo que es sumamente util estudiar esta época, no en toda su complejidad, sino en fun- cién de las bases que ofrece al judaismo actual. Hay que incluir igualmente la religidn yahvista preestatal y la del primer Templo. El judio actual asume como herencia basica XXVI Introduccion los datos de esta religiosidad: adora a un solo Dios, Yahvé, que los ha elegido y hecho pueblo suyo, el pueblo de las loce tribus, reconoce la alianza sinajitica, el don de la tierra con Jerusalén como ciudad santa, el templo como lugar es- pecialmente santo, David como el gran rey, el mensaje de los profetas, el salterio... Aunque practica su religion de forma diferente a como lo hacfan los israelitas de estas épocas, su religiosidad actual esta enraizada en estas etapas, sin las cuales serfa ininteligible, lo mismo que para un cristiano el Nuevo Testamento es ininteligible sin el Antiguo Testamen- to. Finalmente, todos los autores estan de acuerdo en que hay una época que debe estudiarse de una manera especial, la del destierro y el segundo Templo (época persa y helenis- ta-romana), en la que empieza el judaismo y constituye la pteparacién inmediata del judaismo rabinico, del que proce- den otras formas actuales. Esta obra se centra en la religién judia tal como la con- cibe el rabinismo, pero tendra en cuenta, por una parte, los hitos fundamentales de su prehistoria, de forma que el lector pueda descubrir el proceso de formacidn progresiva y, a la vez, valorar la importancia de los elementos que Ia integran y, por otra, las manifestaciones actuales mas importantes. «Se siguen juicios deformados si para presentar el judaismo se toma sdlo una de sus expresiones particulares, como el Pentateuco, los profetas, los fariseos... Sdlo la visién histéri- ca de su desarrollo en su totalidad, es decir, el reconocimien- to de sus elementos basicos como aparecieron en las condi- ciones cambiantes de la historia, hace justicia de su verdadero caracter. Deforma el judaismo quien sdlo ve los profetas... o las leyes... verlo todo, ver el judaismo como unidad histérica»’, En la Declaracién de Principios de la Central Conference of American Rabbis (Columbus, Ohio, 1937) se define el judaismo como «la experiencia religiosa histérica del pueblo judio», con lo que no se quiere negar la existencia de creencias 0 elementos doctrinales, sino subra- yar que lo primario es la experiencia histérica®. > CE Samus S. Conon, o.¢., 29. © N. dE LANGE, o.c., 19. Introduccién XXVII 2. Dos partes La obra consta de dos partes intimamente relacionadas. La primera es de caracter histérico. Comienza con los inicios del judaismo, la época del destierro y segundo Tem- plo, y, como prdlogo, una rapida visién de la herencia que traian los desterrados: religién del padre-yahvismo. Después se centra en el rabinismo. Finalmente se ofrece una visién del desarrollo posterior, insistiendo en algunos fenémenos, como la Edad de Oro en Espafia, la Kabala, el Hasidismo y la Ilustracién. Todo ello ayudar4 a comprender las diversas modalidades que tiene hoy dia la practica de la religion judia. Esta parte se propone ofrecer las grandes lineas de la religion judia, desde sus origenes hasta el momento actual. Ahora bien, intentar reconstruirlas es dificil y, a veces, impo- sible’. Por ello se oftece una presentacién que descansa en los hechos, pero que no se quiere atar a reconstrucciones concretas determinadas, dado el caracter hipotético que tie- nen muchas de ellas. Se sigue lo que podria Tlamarse consen- so genético entre los historiadores de Israel y del judaismo, sin bajar a detalles. La segunda parte de la obra es de cardcter sintético y ex- pone de forma ordenada los diversos contenidos religiosos del judaismo, creencias y practicas, principalmente desde la pers- pectiva del judaismo rabinico, pero teniendo a la vista otros aspectos actuales. En esta parte se intenta ver la praxis religio- sa desde el punto de vista judio, ya que el ambito de lo religio- so no coincide en el cristianismo —nuestra forma de ver— y en el judaismo, que incluye en él actividades que no considera religiosas el cristianismo. Con esta finalidad hemos buscado informacién principalmente en autores judios, especialmente ortodoxos (p.ej., Ephraim E. Urbach, A. Kaplan), a los que seguimos de cerca en la exposicion de las doctrinas rabinicas. 7 Cf. M. Norn, Historia de Israel (Barcelona 1966): «La auténtica histori- cidad de Israel no queda en entredicho por la circunstancia de que en su historia nos enfrentamos con elementos fuera del alcance humano o que quizas somos incapaces de situar segiin cl encadenamiento de causas y efectos cono- cidos, por lo que parecen inexplicable. Dichos elementos se presentan en toda historia» (p.1), Mas adelante afirma: «Hay inevitablemente un elemento mis- terioso, “no histérico”, en toda la historia humana, cuya existencia se percibe en las fronteras de todo conocimiento histérico. La historia de Israel no cons- tituye una excepcién a esta regla. A pesar de ello, o precisamente por ello, subsiste como una historia verdadera» (p.13s). XXVIII Introduccién Igualmente hemos tenido siempre a la vista el rico contenido de los articulos de la Encyclopaedia Judaica. 3. Destinatarios Los destinatarios de la obra son los lectores cristianos, a los que deseamos ofrecer una introduccién a la religion judia que ayude al didlogo mutuo, frecuentemente recomendado por el Magisterio a los cristianos*. Entre muchos cristianos es co- rriente la idea de que el judafsmo es la religién de los que sélo aceptan el Antiguo Testamento, de los que se han quedado en el Antiguo Testamento. Esta fue la respuesta mayoritaria a la primera pregunta de una encuesta sobre el judaismo realizada en Italia entre sacerdotes, religiosas y seglares en 1982. A la pregunta ¢Qué sabemos de la religién hebrea?, casi el 40% respondié aludiendo al Antiguo Testamento: /o contenido en 1a Biblia, lo que esta escrito en el Antiguo Testamento, lo que se aprende del Antiguo Testamento °. Esta mentalidad ignora que la corriente religiosa creada por el Antiguo Testamento conti- nia después de Cristo y que es precisamente después de Cris- to y de la época biblica cuando se configura en lo que hoy conocemos como religién judia. Como dice J. Neusner”, el judaismo no es sélo ni principalmente la «religién del Antiguo Testamento». Aunque sus constructores consideran inspirada la herencia literaria del antiguo Israel, eligen y seleccionan de ella lo que consideran util al servicio de un sistema que quie- ren construir. El judaismo sélo tuvo expresién literaria a par- tir de la Misna, un documento en el que la Escritura juega un papel subordinado. La Escritura en el judaismo es sélo un componente de la Tord, que tiene otro componente importan- te en la Tord oral. Por ello, el judaismo descansa sdlo asimétri- camente sobre la base de la Escritura hebrea. Por otra parte, una lectura incorrecta de los evangelios ha creado entre mu- chos cristianos una idea falsa y caricaturesca de la religién ju- dia, viéndola como religion formalista y legalista, e ignorando muchos de los grandes valores religiosos que posee. El uso pe- yorativo que tiene la palabra fariseo entre nosotros es prueba ® Cf Nostra aetate 4; Vita consecrata 102, etc. ° Cf. A. Cacuiati, Che cosa sappiamo della religione ebraica? (Casale Mon- ferrato 1982) 11ss. ° Writing with Scripture. The Authority and uses of the Hebrew Bible in the Torah of the Formative Judaism (Minneapolis 1989) 166. Introduccién XXIX de ello. Se identifica una deformacién religiosa con el com- portamiento de todas las personas que pertenecieron a esta secta, y esto, ademas, sin caer en la cuenta de que, cuando los evangelistas condenan determinados comportamientos de los fariseos, estan pensando en los lectores cristianos, destinata- trios de sus escritos, mas que en los fariseos histéricos: el fari- seismo, como deformacién religiosa, es propio de toda praxis religiosa, incluida la cristiana. El autor de esta presentacién del judaismo es cristiano y, naturalmente, conoce este fendémeno religioso desde fuera. Esto es verdad, pero no impide el que se pueda realizar una aproximacién lo més objetiva posible, lena de simpatia y procurando informarse especialmente en autores judios. 4. Terminologia Una de las varias dificultades que aparecen cuando se es- cribe sobre esta materia, es la referida a la terminologia que se debe emplear, si situarse en el punto de vista judio y utilizar su terminologia, o en el punto de vista cristiano y emplear el vocabulario a que se esta habituado. Por ejemplo, el escritor judio, al dar una fecha, la da con referencia a la era comtin, y asi escribe: afio 5 antes de la era comtin (5 a.e.c.); el cristiano, en cambio, emplea antes o después de Cristo (5 a.C.). Dados los destinatarios de la obra y su cardcter de presentacién glo- bal del judaismo, parece mas conveniente emplear la termino- logia usual en la cultura cristiana, para facilitar la lectura al lector no iniciado. Con relaci6n a la transcripcién de nombres de rabinos y de obras judias, se emplean las transcripciones y abreviaturas empleadas en las obras Introduccion a la Literatu- ra Talmdidica y Midrdsica de Strack-Stemberger y en la Misnd editada por C. del Valle. Agradezco al P. Jestis Lopez-Gay, S.J., coordinador de la coleccién Semina Verbi, el haberme invitado a escribir este volumen. Y al P. Reinhard Neudecker, S.J., los utiles consejos que me ha dado para Ilevarlo a cabo. También la repetida hospitalidad recibida del Centro Espafiol de Estudios Ecle- sidsticos de Roma (Iglesia Nacional Espafiola), que ha facili- tado este trabajo. Igualmente a Gabriel Leal Salazar su ayuda en la elaboracién de los indices. SIGLAS Y ABREVIATURAS Generales AB amorajita babilénico a.C. antes de Cristo a.c. articulo citado a.e.c. antes de la era comin AP amoraita palestino art. articulo AT Antiguo Testamento c. capitulo cf. confréntese de.c. después de la era comin DEJ Dictionnaire Encyclopédique du Judaisme DJ Diccionario del Judaismo ec, era comin ed. ediciém, editor ed. es decir EJ Encyclopaedia Judaica esp. especialmente GLAT Grande Lesstco del Antico Testamento GLNT Grande Lessico del Nuovo Testamento ib. ibidem JR Conctse Companion to the Jewish Religion by L. Jacobs ms. manuscrito n. namero NT Nuevo Testamento 0.c. obra citada p. pagina p.e. por ejemplo . Rabi s. siglo qT tannaita de la 1." generacién TM texto masorético v. versiculo vol. volumen Biblia Abd Abdias Ag Ageo Siglas y abreviaturas Amés Apocalipsis Baruc Cantar Corintios Crénicas Daniel Deuteronomio Eclesiastés Eclesidstico Efesios Esdras Ester Exodo Ezequiel Filemén Filipenses Galatas Génesis Habacuc Hechos Hebreos Isaias Judas Judit Jeremfas Joel Juan Jonas Josué Jueces Lamentaciones Lucas Levitico Macabeos Malaquias Marcos Miqueas Mateo Nahum Nehemias Nameros Oseas Pedro Proverbios Reyes Romanos Sabiduria Sal Sam Sant Sof Tes Tim Tit Tob Zac Siglas y abreviaturas XXXII Salmos Samuel Santiago Sofonias Tesalonicenses Timoteo Tito Tobias Zacarias Abreviaturas de apécrifos ApocMoisés AsMo 1 Bar 2 Baruc 4 Esd 1 Hen 2 Hen Jub 3 Mac Martls Or Sib PsSal Test As Test Ben Test Dan Test Gad Test Jos Test Juda Test Levi Test Nef Test Rub Test Sim Test Zab Apocalipsis de Moisés Asuncién de Moisés 1 Baruc 2 Baruc o Baruc siriaco 4 Esdras 1 Henoc o Henoe etidpico 2 Henoc o Henoc eslavo Jubileos 3 Macabeos Martirio de Isafas Ordculos sibilinos Salmos de Salomén Testamento de Aser Testamento de Benjamin Testamento de Dan Testamento de Gad Testamento de José Testamento de Juda Testamento de Levi Testamento de Neftalf Testamento de Rubén Testamento de Simeén Testamento de Zabulén Citas literatura rabinismo Talmud de Babilonia = sélo sigla del tratado Tulmud de Jerusalén = sigla de tratados con J. antepuesta TB = Talmud de Babilonia = Babli Tratados de Misna = sigla del tratado con M. antepuesta Tratados de Tosefta = sigla del tratado con Tos antepuesta XXXIV Siglas y abreviaturas Siglas de tratados Ab Abot Ar Arajin AZ Aboda Zard BB Baba Batra Bek Bekhorot Ber Berakot Bes Besa Bik Bikkurim BM Baba mesid BQ Babé qammé Dem Demay Ed Eduyot Er Erub Git Guittin Hag Hagiga Hal Hala Hor Horayot Hul Hulin Kel Kelim Ker Keritot Ket Ketubbot Kil Kilayim Maas Maaserot Mak Makkot Maksh Makshirfn Meg Meguilé Meil Meil4 Men Menakot Mid Middot Miqw Miqwaot MQ Moed gatan MSh Maaser sheni Naz Nazir Ned Nedarim Neg Negaim Nez Nezigin Nid Nida Ohol Oholot Orl Orla Par Par Pea Pea Pes Pesakim Qid Qiddushim Qin Qinnim RhSh Rosh ha-shana Sanh Sanhedrin Shab Shebi Shebu Sheq Sot Suk Taan Tam TebY Tem Ter Toh Uq Yad Yeb Yom Zab Zeb Midras ARN CantR DtR EstR ExR GenR LevR Mek Siglas y abreviaturas Shabbat Shebiit Shebuot Shegalim Sota Sukka Taanit Tamid Tebul Yom Temura Terumot Toharot Ugsin Yadayim Yebamot Yoma Zabim Zebayyim About deRabbi Navin Cantar de los Cantares Rabba Deuteronomio Rabba Ester Rabba Exodo Rabba Génesis Rabba Levitico Rabba Mekilta Mek R.Yismael Mekilta deRabbi Yismael MidrEster MidrProv. MidrTann MidrTeh NumR PesR PesRK PRE QohR RatR SDt SER SEZ SLev SNum SOR Szuta Tanh Midras de Ester Midras de Proverbios Midrés Tanna’im Midrds Tehillim o de salmos Numeros Rabba Pesikta Rabbati Pesikta deRab Kahana Pirge deRabbi Eliezer Qohelet Rabba Rut Rabba Sifre Deuteronomio Seder Eliyahu Rabba Seder Eliyahu Zuta Sifra a Levitico Sifre Nameros Seder ‘Olam Rabba Seder ‘Olam Zuta Tanhuma XXXVI Tanh B Targumes N O° PsJn tg tg Cant Siglas y abreviaturas Tanhuma, edici6n Buber targum Neophyti targum Ongelos targum Pseudo Jonatén o YeruSalmi I (= Tj I) targum targum del Cantar de los Cantares targum de Isaias targum de salmos targum YeruSalmi II o Fragmentario (= Fr) PRIMERA PARTE FORMACION Y EVOLUCION DEL JUDAISMO RELIGIOSO El judaismo rabinico, objeto directo de esta obra, es fru- to de una rica herencia, que comenzd con la religidn del antiguo Israel y lleg6 a su culmen a lo largo del segundo Templo. Posteriormente, bajo el influjo de la Ilustracién, el judaismo se desarrollé en diversas lineas. De aqui las cuatro secciones en que se divide esta primera parte histérica: la primera presenta la religién del antiguo Israel, fundamento de todo el judaismo. La segunda describe el nacimiento y desarrollo del judaismo a lo largo de la época del segundo Templo. La tercera se centra en el nacimiento y desarrollo del judaismo rabinico. Finalmente, la cuarta ofrece una pa- noramica de las diversas formas actuales en que se manifies- ta el judaismo, como consecuencia de la Ilustracién. PRIMERA SECCION LA HERENCIA DE LOS DESTERRADOS. LA RELIGION DEL ANTIGUO ISRAEL El judaismo nace a la vuelta del destierro babilénico como desarrollo y adaptacion de la religion de Israel, el yahvismo, fundamento del judaismo. Esta es la rica berencia que llevaron los desterrados a Babilonia, sin la cual no se puede entender la historia posterior. Esta primera seccion presenta la religion de los patriarcas (capitulo 1), el yahvismo original (capitulo 2), su desarrollo durante la monarquia (capitulo 3) y durante el destierro (capitulo 4). Capituto I LOS PATRIARCAS I. LA TERMINOLOGIA Dividir \a historia del judaismo es cuestién dificil, porque con frecuencia intervienen ctiterios subjetivos confesiona- les, inspirados en el valor que una determinada confesién —judaismo 0 cristianismo— concede a cada etapa. Esto ex- plica las diversas divisiones que se han propuesto de toda la historia o de parte de ella y las diversas terminologias usadas: Israel biblico y Judaismo postbiblico. Aunque es correcta la distincién Israel-Judaismo, no lo es tanto entre biblico- no biblico, pues no esta claro cuando acaba lo biblico vete- rotestamentario, que para algunos ocurre con Esdras y para otros en el s.1 a.C. Periodo preexilico, exilico y postexilico. De por si, la divi- si6n es correcta, pero la tiltima etapa, ademas de quedar imprecisa (¢cuando acaba?, ¢hasta nuestros dias?), a veces se emplea con una valoracién negativa, especialmente cuando se emplea postexilico en contraste con preexilico, viendo en éste la época de los grandes reyes y profetas, el tiempo del yahvismo puro, mientras que la época postexilica seria una época de decadencia y deformacién del yahvismo. Cierta- mente que en esta época hay evolucién y cambios impor- tantes, que dan lugar al judaismo, pero esto no implica de- cadencia. Antiguo Israel y Judaismo. Esta division bipartita de toda la historia es ampliamente aceptada hoy dia. El primer perfo- do comprende desde los origenes hasta el destierro y el se- gundo desde el destierro hasta nuestros dias. Realmente es legitima la distincién religidn del antiguo Israel y religion judia o judaismo, pues, por una parte, las fuentes de la época persa denominan judios a los exiliados que regresan exten- diendo a todos el nombre de los antiguos moradores de la tribu de Juda, y, por otra, los grandes cambios que tienen 6 PL. El judatsmo religioso. Formacion y evolucin lugar a partir de la vuelta del destierro afectan mucho a la vida religiosa, que ya no es exactamente igual que la religion israelita. Pero esta segunda época, muy amplia, necesita ser subdividida, y en ello ya no hay acuerdo. A partir del s.x1x se emplea entre escritores cristianos la divisién judaismo tardio (Spatiudentum, Late Judaism) o épo- ca que va desde el regreso del destierro hasta la destruccién del templo cl afio 70 d.C., y judaismo rabinico, 0 época osterior hasta la Ilegada de los arabes. El segundo miem- Bro. en general, es bastante aceptado, aunque hay quienes prefieren llamarlo judaismo talmidico, poniendo el énfasis en la obra culmen que recoge todo el trabajo de esta época, _ ya que la denominacién rabinico atribuye una importan- cia excesiva a los maestros. Desde un punto de vista confe- sional, algunos también lo Ilaman judaismo normativo. Con todo, es el primer miembro, judaismo tardio, el que ha pro- vocado un rechazo cada vez més general, en cuanto que emplea el adjetivo tardio en sentido negativo, implicando un juicio negativo de valor: se trataria de un judaismo que esta al final de su historia, 2 punto de desaparecer ante la llegada del cristianismo. Como se comprende facilmente, esta deno- minacién ha nacido en ambientes cristianos, interesados en el judaismo en funcién del cristianismo y desinteresados en su historia posterior. Naturalmente los estudiosos judios re- chazan esta denominacién. Por ello se han propuesto otras denominaciones alternativas mds aceptables para la misma época. Judaismo temprano o naciente (Friihjudentum, Early Ju- daism): quiere ser la réplica a la denominacion anterior, de tardio se pasa a temprano. Se inspira en el hecho de que el judaismo rabinico se va formando a lo largo de los siglos m1 a.C. al u d.C. La denominacion en principio fue bien acogi- da, por no implicar juicios negativos de valor, pero hoy dia se va dejando por sus imprecisiones y falta de objetividad. Por una parte, es imprecisa y equivoca, primero, porque ya se ha empleado para otta cosa, es decir, desde la primera parte del s.xx se ha designado con ella la época persa; en segundo lugar, porque, al centrarse en el nacimiento del ju- daismo rabinico, esta excluyendo la época anterior, la persa. Ahora bien, el judaismo naciente no fue un fruto caido del cielo, sino continuacién de la época anterior, de la que no puede prescindir. De aqui un dilema: si incluye la época C1. Los patriarcas 7 persa, el periodo designado va del s.vi a.C. al 1 d.C., y es una denominacién muy vaga para periodo tan largo; si no la in- cluye, no se explica este cardcter naciente. Por otra parte, la palabra zaciente se refiere al judaismo rabinico, como si fue- ra el tinico que se estaba formando en esta época, que real- mente fue pluriforme y dio a luz a otros tipos de judaismo. Epoca de la comunidad de culto. La denominaci6n es co- rrecta si se quiere subrayar la importancia del templo, pero no si se quiere aludir a una caracteristica propia de esta época, pues el judaismo siempre se ha considerado una co- munidad cultual. Por otra parte, siendo verdad que el judais- mo es una comunidad cultual, siempre ha sido mas que una comunidad religiosa. Mas adecuada seria la denominacién Estado del Templo, en cuanto que el templo era el centro, no sdlo de la vida religiosa, sino de la vida social, politica y econémica y, cuan- do desaparecié, acabé una época, y aparecié una nueva es- tructura desde el punto de vista social y un nuevo rostro desde el punto de vista religioso'. Otros prefieren sustituir estado por judaismo, que es mas apropiado, y emplean Ju- daismo del segundo Templo. La férmula es neutral y valida, pero se objeta que es vaga y no distingue subperiodos. De aqui que otros han buscado subdividir en funcién de las épocas histéricas: época persa, época griega, época de los Macabeos, época romana, época rabinica (Shaye J. D. Co- hen)? 0, sustituyendo época por judaismo, judaismo persa, judaismo helenista-romano, judaismo rabinico. Se objeta que helenista-romana es imprecisa, porque la dominacién roma- na cubre también la época rabinica. Por ello G. Boccacini propone llamar la época que va desde el s.mta.C. al u dC. judaismo medio, nombre que es correlativo al anterior (judaismo persa) y al posterior (rabi- nismo y cristianismo) e incluye todo el pluralismo de la época. La formula en si es valida para designar la época helenista-romana hasta el afio 70 d.C., pero sin alargarla hasta el s.1, como hace el autor, pues en el tercer tercio del s.1d.C. el cristianismo ya se habia configurado como fenémeno so- cio-religioso y en el judaismo ya estaban en accién todas las fuerzas que estaban dando a luz al rabinismo. ' J. Mater, I! Giudaismo del secondo tempio (Brescia 1991) 52. ? From the Maccabees to the Mishnah (Philadelphia 1987) 18. 8 PL EL judaismo religioso. Formacion y evolycién Otra denominaci6n de origen cristiano para la época helenista-romana-rabinica es periodo intertestamentario. Esta denominacién, aunque de por si no contiene prejuicios y es legitima en el estudio de los origenes del cristianismo, no lo es tanto dentro de la historia del judaismo, pues no lo estu- dia por si mismo sino en funcién del cristianismo, y, por otra parte, no distingue adecuadamente las diversas épocas que comprende. Finalmente es imprecisa, pues de por si lo ézéer- testamentario cubriria un periodo de unos 100 afios, desde el 50 a.C. en que se escribe Sabiduria, hasta el 50 d.C. en que comienzan a aparecer los escritos del Nuevo Testamento, pero de hecho abarca desde el siglo 1/1 a.C. hasta finales del u d.C. en que aparece la Misnd. Para evitar entrar en toda esta problemitica, otros pro- ponen designar todo este periodo con la denominacién neu- tral Judaismo del segundo Templo y judaismo rabinico. El Judaismo del segundo templo comprende las épocas persa, helenista y romana, es decir, desde el afio 538 a.C. al 70.d.C., por lo que puede subdividirse en funcidn de ellas, aunque entendiendo fa época romana hasta el afio 76 d.C. Esta de- nominacién para la primera, refleja la concepcidn que el judaismo de la época tenia de si, como puede verse en Flavio Josefo que divide la historia de Israel en seis periodos (Ant Jud), en la que el quinto es la edad del primer Templo y el sexto la edad del segundo Templo. Realmente, todo este pe- tiodo tiene el templo como centro: los desterrados Iegan a Palestina para construirlo, el templo es el centro de toda la vida religiosa, social y politica, y cuando es destruido, cam- bia sustancialmente i €poca y comienza otra, el judaismo rabinico. Es la divisién que se seguir en esta obra, con J. Maier y P. Sacchi’. Asi, pues, se emplea la siguiente terminologia: — Para toda la historia: Antiguo Israel y Judaismo. — Diwvisién general del judaismo: Judaismo del segundo Templo y rabinico (talmtidico 0 normativo). — Divisién del judaismo del segundo Templo: judaismo persa, judaismo helenista-romano (hasta el afto 70 d.C.). — Divisién del judaismo rabinico: talmtidico o normati- vo, medieval-moderno, Ilustracién, contempor4neo. > Cf. J. Maer, 0.c., 50s; P. Saccut, Storia del Secondo Tempio, Israele tra VI secolo e I secolo d.C. (Torino 1994). C.1. Los patriarcas 9 II. LOS DESTERRADOS Y SU HERENCIA Entre 597 y 586 a.C. tiene lugar el mayor de los desastres que sufrid el reino de Juda. Significé el final de una época y el comienzo de otra. El 597 a.C. Nabucodonosor toma Jerusalén, depone a su rey Joaquin y lo lleva desterrado a Babilonia junto con un grupo de notables. En su lugar pone como rey a su tio Mattanias, a quien impuso el nombre de Sedecfas. Este, pasado un tiempo, también se rebela, por lo que en 586 a.C. Nabucodonosor toma de nuevo Jerusalén, destruye la ciudad y su templo, hace prisionero al rey, al que saca los ojos y destierra a Babilonia junto con un numeroso grupo de nobles, soldados, sacerdotes, artesanos y todo tipo de personas que pudieran encabezar otra posible rebelién. Comienza asi el periodo del destierro babilénico, periodo relativamente breve (597/586 al 538), pero importante y decisivo para el futuro del pueblo judio. Por ello, dentro de la historia de Israel, constituye una época propia, en la que se ponen los cimientos de una nueva forma de vivir la reli- gién de Yahvé, ef judaismo. Con la segunda deportacién a Babilonia los habitantes del destruido reino de Juda quedan divididos en dos grupos, los que quedaron en Juda y los que fueron Ilevados al des- tierro. Los primeros, pueblo indefenso e ignorante, conti- nuaron la vida religiosa en la misma linea en que se habia desarrollado hasta ahora, pero sin culto sacrificial, pues el templo habia sido destruido, y sin ayuda de sacerdotes, que habian sido deportados. En estas circunstancias, sufrian con mayor fuerza el influjo de los ritos y creencias cananeas y el de grupos de extranjeros, residentes entre ellos, que habian asumido a su manera la religién del lugar y vivian un yahvis- mo heterodoxo. Las circunstancias no favorecian la perma- nencia en un yahvismo ortodoxo. Esto explica el que el yahvismo de este grupo haya evolucionado de forma diferen- te al de los desterrados, y el que mas tarde, cuando regresen los desterrados, no se entiendan ambos grupos. Los desterrados constitufan la parte culta, activa e influ- yente del pueblo. De hecho, su historia y planteamientos religiosos son los que han llegado a nosotros y forman parte de la historia del pueblo judfo, mientras que la historia con- creta del otro grupo nos es practicamente desconocida y no influyé en el desarrollo posterior. Los desterrados son, ade- 10 PL. El judatsmo religioso. Formacién y evolucién més, conscientes de esta situacién, por lo que se consideran los verdaderos representantes y herederos no sdlo del reino de Juda, sino también del antiguo reino de Israel, reivindi- cando frente a los que quedaron en la patria un estado de superioridad elitista. Estaban integrados por diversas clases de personas, entre las que se pueden distinguir*, sensu lato, el grupo pequefio de la familia real davidica, y cuatro grupos numerosos. El primero lo formaban las familias sacerdota les, el grupo mas consistente, compacto y activo espiritualmente, gracias a una firme tradicién hereditaria de la propia profe- sién; sin embargo, al no poder ejercitar su oficio sacerdoral, no podian realizar sus planes mas que en pequefia escala. De entre ellos saldra el profeta Ezequias. Junto a ellos las fami- lias de levitas constitufan un grupo importante histérica y culturalmente. Unos son ex-funcionarios del templo de Jeru- salén y estan ligados a los intereses de los sacerdotes, otros son ex-funcionarios reales de las ciudades de Judea, que conocen y conservan las tradiciones extrajerosolimitanas. Los laicos aristécratas integraban el tercer grupo, que no tenia consistencia propia, apoyando unos a la familia real y otros a los sacerdotes, segtin la antigua orientacién de sus propias familias. Finalmente, estaba la clase media, que primero fue influenciada por los levitas, pero que después, a lo largo del destierro, gracias a una rapida expansién econémica, se gand un lugar y peso propio con conciencia de su importancia. Todos ellos sufrieron una grave crisis, fruto del desarrai- go de la tierra de Israel y de sus instituciones politico-religio- sas: han perdido la tierra santa, tierra de Yahvé, en la que habita de forma especial. Han perdido el templo de Jerusa- lén, lugar especial de la presencia de Yahvé y de su culto. Han perdido al rey, el ungido de Yahvé, el hijo de David, a quien Dios habia prometido una descendencia perpetua. Y todo ello por obra de un rey extranjero, que atribuye su poder a la proteccién de sus dioses. ¢Qué tipo de dios es Yahvé, que no puede impedir que su pueblo sea vencido y llevado al destierro? ¢Esta Yahvé presente en medio de ellos en tierra extranjera? ¢Es posible darle culto sin templo? Para afrontar esta situacién y su problematica los deste- rrados cuentan con una rica herencia religiosa, que les ayu- dara a superarla. Se reconocen miembros de una historia 4 CE J. Mater, o.c., 53s, C.1. Los patriarcas ll que comenzé con los patriarcas y continud con el yahvismo, éxodo y alianza sinaitica, conquista de la tierra y monarquia. Se reconocen herederos de Ja revelacién de Dios, dada por medio de Moisés y explicada por los profetas. Reflexionaran sobre esta herencia y profundizaran en ella, descubriendo aspectos nuevos, que darén una nueva configuracién al pue- blo, naciendo lo que se conoce como judaismo. Antes de seguir en la descripcién de la tarea que realizan los deportados, es importante conocer las lineas basicas de la tradicién que han recibido. No es éste el lugar para exponer con toda su complejidad historica, literaria y teolégica la tradicién anterior al destierro, que podra encontrar el lector en las Historias de Israel’. Sélo se trata de presentar breve- mente la aparicién y desarrollo progresivo de los diversos componentes basicos de la religién israelita, que ofreceran la base sobre la que reflexionaran los desterrados y comenza- ran a levantar el edificio del judaismo. Til. LOS PATRIARCAS® 1. La tradici6n Los desterrados consideran la experiencia patriatcal, jun- to con la del éxodo y Sinai, como fundamento y origen de su religion y de su ser pueblo. > R. Avpertz, Historia de la religion de Israel en tiempos del Antiguo Tes- tamento 1-II (Madrid 1999); J. Bricut, La Historia de Israel (Bilbao 1966); 8. Herrmann, Historia de Israel en la época del Antiguo Testamento (Salamanca 1979); Y. KaurrMann, A History of the Israelite Religton I-II (Tel-Aviv 1962); M. Noth, Historia de Israel (Barcelona 1966); R. bE Vaux, Historia Antigua de Israel I-Il (Madrid 1975); G. E. Wricut, Arqueologta Biblica (Madrid 1975). 6 Bibliografia, R. ALBERTZ, 0.c., 60-83; A. ALT, Der Gott der Vater (Stutt- gart 1929) (= Kleine Schriften zur Geschichte des Volkes Israel 1, Miinchen 1953, Iss); J. Bricur, o.c., 81-125; H. CazeL.es, Patriarches: DBS VII (1966) 81-156; F. M. Cross, Jk., Yabvé and the God of Patriarchs: HTR 55 (1962) 225- 259; B. DiesNER, «Die Gétter des Vaters» - Eine Kritik der «Vatergott» - Hypo- these Albrecht Alts: DBAT 9 (1975) 21-51; O. E1ssreLp, El and Yahvé: JSS 1 (1956) 25-37 (= Kleine Schriften III, Tibingen 1966, 386-397); M. GREENBERG, Hab/piru and Hebrews, en B. Mazar (ed.), The World History of the Jewish People Ul: Patriarchs (Tel-Aviv 1970) 188-200; M. Haran, An Outline of the Patriarchs’ religion (Ben Gurion Volume, Jerusalem 1964) 40-20; The Religion of the Patriarchs: An Attempt at a Synthesis: Annual of the Swedish Theological Institute 4 (1965) 30-55; The Religion of the Patriarchs: Beliefs and Practices, en B. Mazar (ed.), The World History of the Jewish People Ml: Patriarchs (Tel- 12 PI. El judaismo religioso. Formacién y evolucién Se consideran hijos de los patriarcas (Gén 12-50). Creen que la religién de Yahvé comenz6 con la eleccién de Dios que llamé a Abraham, a quien manda dejar Mesopotamia y ditigirse a una nueva tierra, Canaan, que le dara en propie- dad (Gén 12,1; 15,18-21). Le promete ademas una gran des- cendencia (Gén 15,4), acompafiarle en su camino (Gén 12,7.17) y una bendicién especial para él y los suyos. Abra- ham obedece a Dios, dejando a sus padres, que eran adora- dores de otros dioses (Jos 24,2), y se encamina a Canaan, donde habita como extranjero. Le concede, después de va- rias pruebas, el hijo prometido, Isaac, a quien renueva las promesas (Gén 26,3.4), igual que al hijo de éste, Jacob. A éste también ordena partir (Gén 32,10), le acompafia y de- fiende (Gén 28,15.20; 31,42; 32,12; 35,3) y le hace promesas para el futuro, especialmente una descendencia que asegure la existencia del clan (Gén 28,14) y de una tierra donde asentarse (Gén 28,13), Descendencia y tierra son las dos gtandes aspiraciones de los pastores seminémadas’, Los des- tetrados han recibido esta tradicién elaborada teolégicamen- te de dos formas ®* y la asumen como propia, considerandose Aviv 1970) 219-245; S. HERRMANN, 0.c., 61-79; J. Horiyzer, Die Verhetssungen an die drei Erzvatter (Leiden 1956), Y, Kaurrmann, A History of the Israelite Religion I (Tel-Aviv 1962) 23-36; M. Kocxert, Vatergott und Vaterverheissun- gen: FRLANT 142 (1998); J.-.R. Kupper, Les nomades en Mésopotamie au temps des rots de Mari (Paris 1957); V. Maac, «Der Hirte Israels». Eine Skizze von Wesen und Bedeutung der Viterreligion, en V. Maac, Kultur Kulturkontakt und Religion. Gesammelte Studien zur allgemeinen und alttestamentlichen reli- gionsgeschichte, 1980, 111-114; R. Martin-AcHarb, Actualité d’Abraham (Neuchatel 1969); H. G. May, The Patriarchal Idea of God: JBL 60 (1941) 113- 128; B. Mazar, Canaan on the eve of the Patriarchs’ Period: Exetz Israel 3 (1954) 18-32; S. Moscatt, I predecessori d'Israele (Roma 1956); M. NotH, Die Urspriinge des alten Israel im Lichte neuer Quellen (Kéln 1961); Historia de Israel, 120-125; A. Parrot, Abraham et son temps (Neuchatel 1962); E. Rup- RECHT, Die Religion der Vater. Hauplinien der Forschungsgeschichte: DBAT 11 (1976) 2-29; J. van SeteRs, The Religion of the Patriarchs: Bibl 61 (1980) 220- 233; F. VaTTioni, Nuovi aspetti ‘el problema dei patriarchi biblict: Augusti- nianum 4 (1964) 331-357; R. pe Vaux, Les patriarches hébreux et I’histoire: RB 72 (1965) 5-28; Historia Antigua de Israel 1, 171-285; G. E. WRIGHT, 0.¢., 57- 75; S. Yetvin, The Patriarchs in the Land of Canaan, en B, Mazar (ed.), The World History of the Jewish People I: Patriarchs (Tel-Aviv 1970) 201-218. 7 Las reelaboraciones posteriores extenderan la promesa de una descen- dencia a todo el pueblo de Israel y la de una tierra a toda la terra prometida, pero las tradiciones que sirven de base son antiguas (cf. R. DE Vaux, Historia, 72). * Las tradiciones, fuentes o documentos se suelen denominar J y E, aun- que actualmente todo esto es muy discutido. C1. Los patriarcas 3 descendientes de los patriarcas y herederos de las promesas que Dios les hizo. Se ha creido ver en el fondo de la tradici6n patriarcal un grupo que practicaba una religién antigua, la religién del padre. Para nuestro estudio es importante verificar la afirma- cién y analizar los componentes basicos de esta religién, puesto que ello nos ayudard a ir descubriendo los compo- nentes basicos del yahvismo. 2. Valor de esta tradicién Es amplia y compleja la problematica que lleva consigo el estudio de la realidad histérica de los patriarcas y su religién, problematica que actualmente sigue siendo objeto de un vivo debate y de la que no se ha dicho todavia la ultima palabra®. Para nuestro objetivo basta resumir la ponderada sintesis de ° Plantes criticamente el problema Wellhausen en el siglo pasado (Prole- gomena, 317), que sometié a un anilisis critico literario los datos del Pentateu- co y concluyé que las sagas de los patriarcas no tienen ningin valor histérico. Esta opinion ha tenido mucha influencia y, entre otros, ha sido desarrollada por M. Noth, que mantiene una postura escéptica radical, negando toda po- sibilidad de conocer los patriarcas y su religion, pues los datos que tenemos son tatdios y proyectan sobre el pasado la teologia y usos de su tiempo. No son mas que proyecciones de la posterior religién yahvista. Contra esta postura negativa reaccioné A. Alt (cf. Der Gott der Vater, Stutegart 1929 [= Kleine Schriften zur Geschichte des Volkes Israel 1, Munchen 1953, 1ss]). Estudia las sagas patriarcales con los métodos de la critica formal y consigue llegar a la prehistoria oral de las mismas. Intenta construir asi un puente fiable que le permita alcanzar elementos auténticos de un estadio pre-yahvista de la reli- gion. Considera como tales la designacién «Dios de Abraham», «Terror de Isaac», «Dios de mi/tu/su padre» que aparecen en Génesis. Los estudia a la luz de inscripciones nabateas —muy posteriores— y describe la religién pa- triarcal con estas caracteristicas basicas: 1) el dios de los patriarcas no esté ligado a un lugar sino a un grupo de personas; no hay asociaciones locales; 2) se preocupa por el destino y bienes de sus adoradores, p.ej. promete des- cendencia y después también la tierra. Para Alt la religion de los patriarcas tiene puntos de contacto con la posterior religion de Yahvé y puede haber sido su predecesora. R. de Vaux desarrollé este punto de vista, afirmando que es posible un conocimiento sustancial de los patriarcas y la religién del padre. Acepta con M. Noth que en los relatos biblicos hay elementos de proyeccién, peto no todo es proyeccién, ya que los relatos a veces subrayan las diferencias, p.cj. Yahvé es un nombre nuevo, que debe sustituir al antiguo; del mismo modo se constata que no se proyectan en los relatos patriarcales las institucio- nes cultuales del yahvismo posterior, sino que se conservan usos abandonados por el mismo (cf. alusién a otros dioses e idolos traidos de Mesopotamia y anteriores a Yahvé [Gén 35,2-4; Jos 24,2.14s], a lugares de culto, a piedras y Arboles sagrados). Por otra parte la religidn del padre es conocida por testimo- 14 PL. El judaismo religioso. Formacién y evolucién R. Albertz". Estima que hay que admitir sustancialmente la existencia de los patriarcas y de la religién de los padres, como un conjunto de creencias de los predecesores de Israel, diferentes al posterior yahvismo. La fuente principal para el conocimiento de esta religion es la Biblia. Se trata de tradiciones integradas en un relato que esté al servicio del yahvismo, que inspira toda la tradi- cién principal del pueblo judio. Esto explica que no se haya transmitido toda la tradicion sobre la religién patriarcal, sino que se haya seleccionado todo aquello que servia de base, apoyo y preparacién al posterior yahvismo, por lo que la informacién que ofrece es fragmentaria. Sin embargo, lo que ha llegado nos muestra un mundo simbélico religioso consis- tente en si mismo, diferente en muchos puntos de la religién yahvista de las tribus de Israel. Su contenido esta determina- do por los problemas centrales de la supervivencia experi- mentados por la familia némada y agricola. Las estrechas relaciones personales en el interior de la familia son también normativas en las relaciones con dios. nios que se remontan a los comienzos del segundo milenio a.C. Las formulas el dios de mi padre (anénimo), el dios de mi padre seguido de un nombre propio de un dios de un lugar, estén atestiguadas por las tablillas capadocias del s.xix a.C., por los archivos de Mari (s.xvit a.C.) y por cartas de Tell el Amarna (s.x1v). En Ja Biblia aparece la f6rmula de distintos modos, que refle- jan una evolucién: — el dios de mt/tu/su padre (Gén 31,5.29; 43,23; 46,3; 50,17; Bx 3,6; 15,2; 18,4). Es la formula més primitiva y anterior a — el dios de nuestros/vuestros/sus padres; — el dios de (nombre): el dios de Abraham (en Jas tradiciones sobre Isaac), el dios de Isaac, el pariente de Isaac (en las tradiciones sobre Jacob), el dios de Nabor (en las tradiciones sobre Isaac). Nunca aparece el dios de Jacob, aunque si el poderoso 0 toro de Jacob (Gén 49,24); — se desarrolla Ja formula anterior uniendo los nombres: el dios de Abra- ham, el dios de Isaac, el dios de Jacob; —— se desarrolla aludiendo también al dios del padre inmediato: yo soy of dios de tu padre (de Moisés), el dios de Abraham, el dios de Isaac y el dios de Jacob (Ex 3,6). — El dios del padre en su forma primitiva es anénimo, pero mas adelante puede tener un nombre. Es verosimil que el dios del padre, al que sigue Abraham, tuviera el nombre de Sadday, el de la estepa, y que este nombre lo tuviera ya desde su estancia en Mesopotamia. . 3 bo. Al final de la evolucién se identifica al Dios del padre con Yahvé (Ex 15s). La hipétesis de Alt-De Vaux ha dado lugar a una discusién, especialmente por Diebner en 1975 y Kéckert en 1988, cuya consecuencia ha sido la mati- zacion y modificacién de la «religién de los padres», tal como la presentaba It. ® O.c., 55-83. C.1. Los patriarcas 15 Se ha objetado que las tradiciones actualmente recogidas en la Biblia transparentan unos narradores cuyas condiciones de vida hay que situar en el contexto de la edad de hierro, hacia el 1200 a.C., es decir, en la época en que las tribus israelitas se estaban estableciendo en Canaan. Pero el que los narradores pertenezcan a esta época no implica que los con- tenidos narrados sean también de la misma; pueden ser, y de hecho son, anteriores, y esto pot dos razones: la primera, porque los relatos patriarcales, transmitidos en un contexto teligioso yahvista, describen el mundo religioso que se atri- buye a los predecesores de forma claramente diferente del mundo simbélico de la religion yahvista. La segunda razén es el hecho sociolégico de que, mientras la religién yahvista, desde el comienzo, esta orientada al grupo mayor —tribus, alianza de tribus, pueblo—, la religion de los patriarcas tiene una otientacién basicamente familiar, es una piedad familiar y personal. Se puede objetar que los narradores proyectan las formas personales de piedad de su época —que es posi- ble—, pero no todas las manifestaciones religiosas existen en la época del narrador, una parte de ellas se remontan a la época anterior. Los datos biblicos, aunque fragmentarios y transmitidos por narradores posteriores, encuentran correspondencia y confirmacién er datos extrabiblicos, lo que autoriza a verlos en si mismos, fuera del contexto yahvista actual, y considerar la religién de los patriarcas como una etapa previa al yahvis- mo. Se trata de la religién del padre, una religién sumerio- babildnica vigente en los comienzos del segundo milenio. En este contexto encajan los datos basicos sobre los patriarcas y su religion. Sus nombres y las circunstancias sociolégicas " R. AcBertz (0.c., 65-67) distingue tres tipos de designaciones en las mas antiguas tradiciones del Génesis: 1) Dios de mi/tu padre (Gén 31,5; 42,29; 49,25; 50,17); 2) el Dios de Abrabam (Gén 31,42), ef Dios de Abraham y Nahor (Gén 31,53), y 3) pabad de Isaac (Gén 31,53.42), en la que pabad no puede interpretarse con certeza; quiz4 aluda a Dios como un terror dino. Otra serie de menciones son posteriores, lo que implica que se siguieron empleando; incluso parece ser que jugaron un papel en la familia real davidica. Sin embar- go el uso esta tan firmemente enraizado en la tradicién antigua, que la expre- sién debe ser considerada como tipica de la religion familiar anterior al estado. La formulacién mejor atestiguada y més original es Dios de mi padre, mientras que el tipo impersonal Dios de N sélo se usa en las fuentes antiguas para distinguir el dios de una familia del de otra (cf. Gén 31,53a). Una comparacién histérica permite ver que Dios del padre es una denominacién comun, que se daba a unos dioses que podian tener un nombre propio. Entre estos nombres 16 PL El judaismo religioso. Formacién y evolucion a las que aluden los relatos son propios de los semitas occi- dentales de la primera parte del segundo milenio (2000- 1500). Por ello hoy dia no se identifica a los patriarcas con dioses locales, figuras miticas o antepasados ficticios de de- terminados grupos de gente”. Grosso modo, a la luz de los datos de que disponemos, se puede afirmar que en la prime- ra parte del segundo milenio a.C. unos grupos de amorteos, pastores de ganado menor provenientes de Mesopotamia, lle- gan a Canaan y viven como seminémadas junto a tierras cul- tivadas en torno a varios ntcleos urbanos, donde al entrar en contacto con una poblacién sedentaria, comenzaron a asen- tarse?. Se les denomina también hebreos, ‘ibrim, denomina- cién de origen y sentido oscuros, que posiblemente es un vestigio de la condicién extranjera y némada de los primeros inmigrantes '*, Con relacién a la denominacién arameo dada probablemente se emplean Saddai (Gén 49,25) y algunas formas de El, el gran dios que en Ugarit preside el pantedn en el segundo milenio (en el primero sera substituido por Baal), cf, El Olam en Beerseba, El Roi en el Negeb (El- Elyon, El Beth-el, El Isra-el parecen ser desarrollos histéticos posteriores). La aparicin del componente El en el nombre Ismael confirma que ya se emplea como designacién del Dios del padre. Sin embargo, «El - el Dios de mi padre» s6lo tiene en comtn el nombre con el gran El de Ugarit, que tiene un culto y una proyeccién social y politica totalmente diferente que el Dios del padre, que sdlo se proyecta en un nivel familiar. Es interesante constatar, analizando los distintos nombres tedforos, que cambian los elementos tedforos, segan el contexto religioso en que se encuentra la familia, pero no las acciones que se esperan de Dios, que siempre se mantienen en el ambito familiar. * La novela Sinubé el Egipcio {s.xx a.C.) refleja en parte esta situacién. Sobre esta problematica cf. R. pz Vaux, Historia Antigua de Israel 1, 225-255; S. HERRMANN, 0.c., 70; M. Haran, The Religion of the Patriarchs: Beliefs and Practices, 219-245. Este tltimo autor afirma que al comienzo de la era patriar- cal tuvo lugar cierto cambio entre las tribus hebreas 0 algunas de ellas, que les condujo a un nuevo nivel de desarrollo religioso. La Biblia concentra este cambio en la figura de Abraham... No supone continuidad entre los predece- sores de Abraham y él. Hay una ruptura repentina (igual que antes y después de la alianza del Sinai). Puede decirse que por regla general las fuentes no presentan a Abraham como una figura puramente etnogréfica. Abraham no es lo que se llama un Stammudter; ninguna nacién del mundo toma su nombre de él. Y aunque un determinado grupo étnico esté representado por su persona- lidad, sin embargo él y sus hechos no son menos notables por su caracter religioso. El es protagonista de un determinado despertar religioso (236-238). > Cf R. pe Vaux, o.c., 225; $. Yervin, The Patriarchs in the Land of Canaan, 201-218. ‘* Este término esta relacionado con las palabras habiru - apiru, menciona- das con frecuencia en los documentos del segundo milenio. No hay objecién decisiva contra la aproximacién de las dos palabras (babiru e ‘ibri), dada una serie de analogias generales (grupos de gran movilidad, que se encuentran por diversos lugares, clase social baja, forma de vida pobre: extranjeros, vagabun- C.1. Los patriarcas 17 a Abraham, se trata de un anacronismo, que refleja la época (s.xI-x a.C.) en que se fijaron y se pusieron por escrito las tradiciones del Génesis (cf. R. de Vaux, o.c., 213). 3. Culto Apenas si se nos han transmitido datos sobre el culto de aquellos némadas y agricultores, fuera de las escasas noticias sobre la pascua. Ex 5,1; 12,21 supone que la fiesta de pascua es conocida desde antiguo por los hebreos. Era una fiesta familiar de pastores nomadas o seminémadas del desierto, nocturna, que se solfa celebrar durante la noche del 14 al 15 del primer mes, es decir, en el plenilunio, no por razones de culto astral sino por ser la noche del mes en que hay mas claridad. En ella tenfa mucha importancia el ritual de la san- gre: se sacrificaba un animal joven para obtener la fecundi- dad y prosperidad del ganado; la sangre se untaba sobre los palos de las tiendas para alejar los poderes maléficos; se come la carne asada al fuego, sin utensilios de cocina, con panes sin levadura, que es el pan de los beduinos, y con hierbas amargas, plantas del desierto, que los beduinos suelen coger ara acompafiar su comida; los comensales estan con los lomos cefiidos y las sandalias en los pies, como para una larga marcha, y con el baculo de pastor en la mano. Se ce- lebraba con la finalidad de alejar los poderes demoniacos que pudieran dafiar hombres y ganados durante la trashu- mancia, circunstancia importante en la vida de los néma- das. Otros sacrificios eran sencillos, como el zebah del tipo del sacrificio pascual. Eran sacrificios de familia, efectuados fuera de santuarios, sin altar ni sacerdotes, en los lugares donde se acampaba'’. Son también probables el uso de pie- dos, mercenarios, trabajadores por cuenta ajena... aunque a veces llegan a ocupar puestos elevados...), por lo que la descripcién se puede aplicar a los antepasados de los israelitas (R. DE Vaux, 0.c., 218), que segtin esto serfan amorreos, integrantes de un grupo més amplio, el de los bebreos (cf. R. DE Vaux, 0.c., 218-219). Es cierto que en la Biblia siempre se emplea bebreo como gentilicio, nunca como denominacién de estado social, pero esto se puede explicar como consecuencia de una evolucién en el sentido, que primero ha- bria sido social, y después, cuando se necesité un gentilicio para designar al gtupo de descendientes de Abraham el hebreo, se habria empleado como gentilicio (cf. M. GREENBERG, Hab/piru and Hebrews, 188-200, esp. 200). R ALBERTZ, 0.¢., 74-78. R ve Vaux, o.c,, 281s. 18 PI. El judaismo religioso. Formacién y evolucién dras sagradas, masbot, y arboles sagrados, como recuerdos de una teofania y signos de una presencia divina ”. Estos relatos pueden tener origen etiolégico y pretender justificar o lega- lizar lugares de culto existentes 0 posteriores. En todo caso, se trata de practicas condenadas por el yahvismo posterior y que los relatos del Génesis atribuyen a los patriarcas con naturalidad. Con relacién a las imagenes es probable que no hayan tenido un papel importante. Un caso interesante es el de los terafim, pequefias figuras de dioses familiares. En su origen pudieron ser representacién de los antepasados divinizados. Seria un indicio de que los antepasados de los patriarcas compartian el culto de los antepasados, igual que en el norte de Siria, segin testifica el material encontrado en Ugarit. Pero lo cierto es que en el contexto de las tradiciones pa- triarcales los terafim, por la influencia del Dios del padre, han perdido su caracter de objeto de veneracion y solo sir- ven para asegurar la continuidad de la familia y la solidari- dad entre una generacién y la siguiente. El significado origi- nal es basicamente familiar". No esta claro cuando adoptaron los patriarcas la circun- cision, si antes de llegar a Canaan o después, pues hay indi- cios en ambas direcciones. De todas formas, no tenia el sen- tido de signo de la alianza entre Dios y su pueblo, que mds tarde le dard la tradicién sacerdotal (cf. Gén 17), sino que era un rito de iniciacién al matrimonio y a la vida comun del clan (cf. Gén 34,14-16) Se trata, pues, de un culto familiar firmemente enraizado en la vida diaria. No tiene personal cultual especializado: el mismo padre ejerce las funciones sacerdotales. No est liga- do a lugares ni tiempos santos ni a mediadores instituciona- les de lo santo”. " Alude a piedras sagradas Gén 28,18.22; 35,14 (cf. H. RinGGREN, Israe- litische Religion (Stuttgart 1963] 21-23, citado por R. pe Vaux, o.c., 283). Con telacién a arboles, se nombra la encina de Moré en Siquem (Gén 12,6), un tamarisco en Berseba (Gén 21,33) y la encina de Mambré (Gén 13,18; 18,1). La tradicién posterior los silencié o disminuyé su importancia. 8 Cf H. Rincoren, 0.¢., 37-39. ° R pe Vaux, o.c., 284s, ® CER. ALBERTZ, 0.¢., 82-83. C.1. Los patriarcas 19 4. Caracteristicas de la religién del padre Es importante tener presente que en la prehistoria del judaismo esta la religidn del padre, una religion historica ya existente y practicada por otros grupos. Dios elige una expe- riencia religiosa sencilla, caracterizada por su cardcter fami- liar y de confianza mutua, para comenzar a revelarse positi- vamente e ir construyendo poco a poco una peculiar Historia de Salvacién, que se va a caracterizar por una serie de notas que estardn siempre presentes, Una primera caracteristica es el culto a un solo Dios, ahora bajo forma de monolatria. El adorador del dios del padre admite la existencia de otros dioses, pues cada familia o clan tiene el suyo, pero él sdlo adora y sigue el de su grupo, con el que mantiene una relacidn personal en toda su existencia. Esto no obsta para que no sdlo reconozca la exis- tencia del dios de otro clan, sino que jure por él y lo ponga por testigo: Laban pone por testigos «al dios de Abraham y al dios de Nahor» (Gén 31,53) y jura por el dios de su padre Nahor (Gén 31,53). Es una actitud religiosa diversa a la del posterior yahvismo, que poco a poco llegara a ser monoteis- ta, polémico y exclusivista”’. Otra caracteristica es la iniciativa divina. En la religién del padre, Dios tiene la iniciativa, es el protagonista que gratuitamente eclige, llama, promete y acompafia. Dios pro- mete de forma incondicional, como aparece en la promesa del hijo, independientemente de las cualidades morales y conducta ética (Gén 12,10-20; 16,7ss). Al elegir al hombre, Dios hace una alianza eterna con él, que implica relacién reciproca. Pero no se trata de una eleccion y alianza particu- larista, pues el Dios de los patriarcas quiere la salvacién de todos los hombres. En la conciencia de Israel los patriarcas son el comienzo de un proyecto salvifico de alcance uni- versal: en ti serdn bendecidas todas las naciones de la tierra (Gén 12,3). Igualmente, se caracteriza el dios del padre por no estar asociado con un pais o lugar especifico sino con personas, a las que acompafia y protege por todas partes”. Dios esta presente como un Dios cercano y familiar, que acompafia y | Cf. ibid., 69-70. ” S, YEIVIN, a.c., 209. 20 Pl. El judaismo religioso. Formacién y evolucién protege en el camino. La experiencia de la cercania de Dios es siempre una experiencia positiva e¢ incondicional (Gén 26,3; 28,15; 31,3), sin que exista un peligro numinoso por la cercania cultual de Dios (Gén 28,16). Es interesante consta- tar que Dios defiende al individuo y al grupo, pero de forma peculiar, no violenta. Esto aparece en los relatos de Gén 26,19ss: en la disputa de la familia de Isaac con los pastores del rey de Guerar en torno a los derechos sobre los pozos, Dios interviene ayudando a encontrar nuevos pozos. Igual- mente en las disputas entre los pastores de Laban y Jacob sus dioses familiares sélo tienen la funcién de proteger el tratado entre los dos (Gén 31,53) ”. Dios esta presente en la historia de los hombres mas que en lo césmico, en los fend- menos naturales, como lo presentan otras religiones. El Dios del padre es ef que conduce una familia y crea una historia en la que se revela especialmente. Mas tarde, en contacto con los santuarios cananeos, fue asimilando caracteristicas césmicas, y en el destierro babildnico se llega a la conclusién de que es Dios tnico y creador, pero sin perder el caracter de Dios de la historia. Finalmente, el dios del padre es un Dios que bendice, hablando una palabra dindmica portadora de vida para Abraham. Desde el comienzo la palabra-promesa tiene un papel importante. Por otra parte, las promesas confieren a este movimiento religioso una orientacién basica hacia el futuro, una tensidén hacia el cumplimiento; es una caracteris- tica que est4 presente en todas las fases de su desarrollo. La respuesta basica del hombre es la fe, fiarse de Dios y caminar de acuerdo con su palabra. La fe en la eleccién implica que el judaismo se concibe a si mismo como fruto de una accién especial de Dios, gratuita, que le saca de otros pueblos. Como subrayara la tradicién biblica, es fundamen- tal la presentacién de Abraham como el creyente (cf. Gén 15,6); crey6, be’emin, se hizo fuerte sobre la palabra-promesa hecha por Dios y orient su vida sobre ella, esperando su realizacién por el poder de Dios, dispuesto hasta a ofrecer su hijo (Gén 22,1-12). Refleja la conciencia de que el judaismo tiene en su base un acto de fe y es una religién de fe, ? Cf. R. ALBERTZ, 0.¢., 73-75. *4 CEH. Kone, Judatsmo, 25. C1. Los patriarcas 21 Dios invita al hombre a caminar delante de él (Gén 17,1): la nueva religidn se presenta como didlogo entre Dios y el hombre, no tiende a absorber al hombre en Dios en una unidad. Lo que determina desde el principio la religion pa- triarcal no es una mistica de la unidad panteista ni una mistica sapiencial, sino el cara a cara de Dios y el hombre”, una relacién personal mutua. Las practicas religiosas primitivas son las propias de una vida familiar: Dios exige del hombre fe y confianza y que se jonga en camino de acuerdo con su palabra; hay un sacri- icio, pero no templos ni altares. Desde un punto de vista sociolégico, otra caracteristica basica es el caracter familiar de la vida religiosa. En la reli- gién del padre, Dios es un dios de la familia. Los predece- sores de Israel son presentados como una asociacién de fa- milias con una organizacién patriarcal, en parte pastores ndémadas en las colinas de Palestina y en las dtidas zonas marginales del sur, y en parte agricultores sedentarios**. Las estructuras sociales suprafamiliares estaban muy poco desa- rrolladas y la familia era la unidad bdsica en la vida econé- mica y social. Esto explica que la familia sea clave en la estructuracién de la vida religiosa: el padre es el sacerdote, el culto es en su mayor parte familiar, las experiencias y conceptos religiosos estan condicionados por el horizonte de las necesidades de la familia”. Esto aparece en varias mani- festaciones de esta religiosidad. En primer lugar en la idea de Dios, que se presenta como el Dios del padre o el Dios del ascendiente, y como un Dios que esta al servicio de las ne- cesidades de la familia”, especialmente en la promesa del hijo, totalmente necesario para la familia. Se manifiesta igual- mente en la conviccién de que se puede encontrar a Dios fuera del culto, en la vida de cada dia, idea caracteristica de la piedad familiar. Por ello la promesa del hijo no necesita de un mediador cultual institucionalizado”. En este contex- to es muy importante el papel de la mujer, pues la promesa del hijo es una experiencia religiosa caracteristica femenina. Si se tiene en cuenta la marginacién de la mujer en el culto % Thid., 22. 26 Cf. R. ALBERTZ, 0.¢., 72-73. 7 Tbid., 64-65. % Cf. ibid., 72-73. » Cf. ibid., 71-72. 22 Pl. El judatsmo religioso. Formacion y evoluctén oficial, es realmente impresionante el papel central que se le concede en la religién familiar a su mundo de experiencias religiosas°. El caracter familiar, pues, es un valor importan- te, que se mantendré a lo largo de la historia posterior, cuan- do se institucionalicen y generalicen formas de culto estatal a Yahvé, Dios del pucblo. Estan ausentes rasgos que seran importantes en el yahvis- mo, como el caracter exclusivo de las relaciones con el dios, el alto grado de exigencias éticas, la proyeccién a la vida politica, las diversas instituciones cultuales y la reflexién teoldgica. Se puede describir la piedad pre-israelita como una religién pre-ciltica, pre-politica y pre-moral. Es impor- tante tener presente para el ulterior desarrollo religioso de Israel que no todas las manifestaciones religiosas nacieron con el yahvismo, sino que existid una esfera de religion fami- liar anterior a él, sobre la que se construyé el yahvismo y que a lo largo de la historia fue integrada firmemente dentro de él. Sin embargo, esta piedad familiar primitiva no es toda- via el comienzo real de la historia de la religién israelita. La decisiva experiencia religiosa fue la que tuvo lugar en Egipto y en el desierto”. °° Tbid., 71-73. * CE. ibid., 82-83. ” Cf. ibid., 86-87. Capituto IT YAHVISMO! I. YAHVISMO Los descendientes de los patriarcas, adoradores del Dios de los padres, estuvieron en Egipto y, al salir, entiquecicron su fe con el yahvismo. Previamente se les revelé el nombre de Yahvé. Después tuvieron una experiencia especial de Yahvé en el Sinai, donde fueron hechos pueblo de Dios, contrayendo una alianza especial con él. Revelacién del nom- bre, salida y alianza son tres pasos en la constitucién del yahvismo e implican una continuidad profundizante en la religion del padre. Estamos en los comienzos del yahvismo y de la religién israelita, la gran herencia de los desterrados. I. MOISES Moisés aparece en las fuentes biblicas como el personaje mas importante en las experiencias que tuvieron los hebreos en Egipto, en el éxodo, en el Sinai y en el desierto camino de Palestina. Por ello es un personaje muy vinculado al ori- gen del yahvismo. Es cierto que la tradicién idealizé y en- grandecié su obra, atribuyéndole una serie de leyes religiosas y civiles posteriores, pero el hecho de que se hiciera esta atribucién refleja que existia una sdlida tradicién histédri- ca sobre el papel decisivo de Moisés en el origen del yahvis- mo y del pueblo de Israel. Desde un punto de vista estric- tamente histérico, no son muchos los elementos que tene- ' Cf. bdsicamente R. DE Vaux, 0.¢., 289-448, Véanse ademas G. FouRER, Geschichte der israelitischen Religion (Berlin 1960); W. Ercuropt, Teologéa del Antiguo Testamento I (Madrid 1975). *'C£, R. pe Vaux, 0.c., 431, Algunos autores, como M. Noth, niegan la presencia de Moisés en el éxodo y desierto. Segiin él, sdlo actuaria antes de la entrada en Canaan (cf, Historia, 33; Uberlieferungsgeschichte, 172-191). 24 Pl. El judaismo religioso. Formactén y evolucion mos? para juzgar. A pesar de ello, el historiador que quiera explicar adecuadamente toda la tradicién existente en torno a este personaje, debe admitir su existencia real y decisiva en el origen del yahvismo y del pueblo de Israel *. Hablando con propiedad no se puede llamar a Moisés fundador del yahvismo. Este, como movimiento religioso, se deriva de la religion del padre, que es anterior a él, y las ac- ciones decisivas en su aparicién no se deben a él sino a Dios que se revela, El fue la persona privilegiada que recibié esta revelacién y la comunicé al pueblo, fue el mediador de la alianza entre Yahvé y su pueblo. Aquf radica su vinculacién especial con el yahvismo, y con ello su grandeza, que desbor- da los titulos de caudillo, legislador, sacerdote, profeta y tau- maturgo, que pueden atribuirsele a la luz de su actividad. «No fund una religion, si por ello se entiende que hubiera deter- minado su credo y establecido sus instituciones. La accién de Moisés se desvanece ante la accién de Dios: no es mas que un instrumento suyo, y Gnicamente en el primer estadio. A la muette de Moisés, al entrar en la tierra prometida, el yahvis- mo eta todavia la religi6n de un simple grupo seminémada; para llegar a ser una religi6n mundial, debera realizar un lar- go desarrollo en el que tomarén parte otros hombres de Dios y el mismo Dios. Pero Moisés estuvo presente en el origen de este movimiento, pues fue quien sembré ese germen de fecun- didad extraordinaria»’. Ul. REVELACION DEL NOMBRE YAHVE‘ Y ORIGEN DEL YAHVISMO Para la tradicién biblica Yahvé no se revelé desde el prin- cipio a sus elegidos, pues la revelacién de su nombre tuvo lugar en tiempos de Moisés, fuera de Palestina, en un lugar indeterminado del desierto al sur de Palestina’. Ex 2-3 rela- ciona la revelacién del nombre YHWH a Moisés con una es- > El nombre de Moisés, igual que el de otros miembros de su familia, son egipcios, lo que confirma su pertenencia al grupo de descendientes de los patriarcas que estuvo en Egipto (cf. R. pe Vaux, Historia, 322), Cf. R ve Vaux, o.c., 431 5 R pe Vaux, o.c., 431s (cf. W. Eicuropt, Teologfa del AT, 263s), © Deberia transcribirse Yahweh para conservar el tetragrammaton divino, pero pot razones editoriales seguimos la escritura normal Yahvé. 7 C£. G. von Rap, Teologta del AT I, 234; R. ALBERTz, 0.c., 51. C2. Yahvismo 25 tancia de éste en tierra de Madian, posiblemente al este de la peninsula del Sinai, durante la que estuvo al servicio de un sacerdote madianita llamado Jetré, con una de cuyas hijas se casé. Habida cuenta de la hostilidad de Israel hacia los ma- dianitas (Nim 25,6-9; 31; Jue 6-8), estos datos no se pueden considerar una invencién posterior, sino que tienen que tener un fundamento histérico*. De hecho la mayor parte de los his- toriadores aceptan la historicidad basica de los datos’. Con relacién al nombre divino revelado'°, Ex 3,13-15 lo explica con TAN WRN WAR, ’hyh ’ir *byb, que los LXX 5 Cf. R. pe Vaux, 0.c., 323 y 325. ° Incluso, para algunos, Jetrd, el suegto de Moisés, habria tenido un papel importante en la transformacién de la religién del padre en yahvismo. Jetré habria sido sacerdote de Yahweh, religion ya existente, y habria iniciado en su religién a Moisés. Se fundan para ello en varios datos biblicos: a Jetro se Je llama el sacerdote de Madién (Ex 2,16; 3.1; 18/1), que oftece un sactificio (Ex 18,12), invoca el nombre de Yahvé (Ex 18,10) y preside un banquete sagrado (Ex 18,12). Cf. bibliografia y argumentos en H. H. Row ey, From Joseph to Joshua, 149-155; Moses and Monotheism, en From Moses to Qumran (London 1963) 48-57, citado por R. DE Vaux, 0.c., 325. R. de Vaux esta en desacuerdo con esta explicacién (cf. 0.c., 329s), pues ni se puede probar que Jetré fue siempre un adorador de Yahvé ni se puede afirmar que la montatia de Elobim fuera un santuario madianita atendido por él. Es cierto que al suegro de Moisés se le llama sacerdote de Madian, pero no sabemos nada sobre el sacerdocio madianita ni sobre el de los antiguos némadas de Arabia del norte y del Sinai. No se puede probar que Jetré actuara como sacerdote de Yahvé ni que trans- mitiera su fe a Moisés. No sabemos qué divinidad adoraban los madianitas; no sabemos nada acerca de su culto y su sacerdocio. Por todo ello la teoria del origen madianita del yahvismo sigue siendo una hipstesis indemostrable. No es que sea imposible para el creyente el origen madianita del yahvismo. Lo mismo que Dios se sitvid del fendmeno religioso religin del padre para reve- larse de una manera especial a Abraham, podria haberse servido de una hipo- tética religién yahvista para revelarse a Moisés. Lo que sucede es que no se ha demostrado que fuera asi. Es posible, ¢ incluso probable en virtud de su forma arcaica, que el nombre divino Yhwh haya existido fuera de Israel antes de Moisés, pero ni poseemos todavia ningiin testimonio seguro ni nos consta a qué tipo de religiosidad estaria asociado. Seguin el testimonio de Ex 3, el origen del yahvismo esta en una revelacién especial que tuvo Moisés. Esta revelacién determina la nueva fe de Moisés y su profundizacién en la idea de Dios, existiera 0 no antes el yahvismo. 8 Aparece de dos formas, una larga, yhwb, que es la més frecuente y més antigua fuera de la Biblia y cuya pronunciacién para la mayor parte de los expertos es Yahvé, y otra breve, yh, que en los siglos 1x-vm se pronuncia Yahu y posteriormente Yaho, lo que concuerda con la expresidn atestiguada por los Padres de la Iglesia ‘Io (cf. W. EicHropr, Teologéa, 171, n.47). Ambas for- mas proceden del imperfecto simple del arcaico hwy/hwh, que se convirtié en hyh, y expresan el aspecto realizado de dicho tiempo, cuyo sentido es él es. La filologia no ha permitido establecer el sentido causativo del nombre de Yahvé (cf. R. DE Vaux, o.c., 339s; W. EicHropr, 0.c., 173). 26 Pl. El judaismo religioso. Formacién y evolucién traducen ¢yo eit. La formula puede tener un valor de tota- lidad ¢ intensidad con el sentido de que él es y acttia con poder y ha de ser entendida de acuerdo con la mentalidad judia, evitando proyectar sobre ella nociones metafisicas griegas. Para el judio, ser es, ante todo, exéstir. Por ello, para R. de Vaux la mejor manera de traducir la formula de Ex 3,14 seria yo soy el Extstente; Yahvé es el Dios que Israel debe recono- cer como realmente existente, el Gnico existente para Israel, porque es el tinico cuya salvacion ha experimentado y lo ha constituido pueblo, acttia en la historia de su pueblo Israel, y este pueblo debe reconocerlo como su tinico Dios y unico sal- vador. Yo soy el que soy es el Dios que con toda verdad y rea- lidad esta presente, preparado para actuar y ayudar, como lo ha estado siempre''. El pensamiento se mueve dentro del 4mbito de una monolatria practica basada en la experiencia y ésta indisolublemente relacionada con la liberaci6n concreta que experimentaron los judios, la de Egipto. Por ello el nom- bre esta intimamente relacionado con el articulo fundamental de la fe istaelita: Yahvé es el que hard salir al pueblo de Egipto (cf. Ex 3,9-11; Dt 26,5-9) y lo constituird pueblo. Es la afirma- cién de una presencia operante y una promesa de auxilio”. Es interesante constatar que el texto biblico sélo ofrece una ex- plicacién del nombre a Moisés; al pueblo sdlo se le da el nom- bre y Jo que hace: liberar’. Yahvé es el Existente que hace ser al pueblo israelita. De aqui que la fe mosaica en Dios implique sentirse bajo el impacto de una presencia, a veces benévola, a veces terrible, pero siempre conmovedora y eficaz, de un Dios que da el ser y, con increfbles demostraciones de poder, afir- ma su sefiorio y garantiza su victoria. Esto explica que la fér- " R. pe Vaux, 0.c., 339; (cf. W. EicHRopr, 0.c., 174; G. von Rap, Teologia del AT I, 235; T.N. D. Merrincer, Buscando a Dios. Significado y mensaje de los nombres divinos [Cordoba 1994] 56). ” R ve Vaux, o.c., 342-345; W. Eicuronr, 0.c., 174; G. von Rap, 0.¢., 236.238. . ” Oseas, que contiene la anica referencia explicita del AT a la formula de Ex 3,14, lo interpreta de la misma manera: «Lldmale No-mi-pueblo, Lo’ ‘Ammi, porque vosotros no sois mi pueblo y yo No-soy (lo’ ‘ehyeh) para vosotros» (Os 1,9). Existe un paralelismo entre «No-mi-pueblo» / «No-soy» y «Mi pueblo» (Ex 3,10) / «Yo soy» (Ex 3,15b): asf como «mi pueblo» de Ex 3,10 se convierte en «no-mi-pueblo», también el «Yo soy» se convierte en «No-soy». Para Oseas el Yo soy es la causa que crea y mantiene al pueblo de Israel. La infidelidad del pueblo ha roto esta relacién, pero la misericordia de Dios la restablecera: en vez de llamarles «no-mi-pucblo», se les llamara «hijos del Dios vivo» (Os 2,1). Cf. W. Eicuropr, 0.c., 171. C2. Yabvismo 27 mula «y sabréis que yo soy Yahvé» aluda siempre a la presencia de Dios, que aflige 0 bendice “. Yahvé es un Dios que se sitta totalmente aparte, aunque dentro de un horizonte monolatrico; no se describe su ori- gen como el de los dioses de las teogonias: Yahvé stempre es, nunca se cuestiona su origen. Se manifiesta primariamente como un Dios cercano que irrumpe en la historia, elige libre- mente y salva a un pequefio grupo de esclavos. Es un Dios salvador en la historia concreta de un grupo marginado. En el origen del yahvismo hay una experiencia histérica de sal- vacién realizada por un Dios libre y fiel. No se trata de un Dios necesariamente atado por lazos atavicos y ancestrales al clan de los abrahamidas. Las tradiciones biblicas dan por supuesto que Israel es un pueblo adoptado por Yahvé para cumplir unas promesas hechas a unos antepasados cuyo primer ascendiente habia sido politeista”. El Yahvé del desierto no es un Dios primariamente vin- culado a los fenémenos naturales, como los dioses de la fe- cundidad y de la vegetacién, sino que es el Existente para Israel, el que dirige la historia humana. Israel primero tiene conciencia de un Sefior de la historia, antes de formular la creencia en un Dios Creador y Sefior del cosmos. Aunque esta segunda vision completa la primera, en las primeras tradiciones biblicas esta consideracién es marginal. Primero es el Dios salvador en la historia, que invita a la fe confiada, después el Dios vinculado a los fenédmenos naturales que produce miedo césmico'’. Se trata de una concepcién reli- iosa totalmeute distinta de las que habian conocido los hebreos en Egipto y de las que encontraran en Canaan, aun- que, como veremos més adelante, la imagen de Yahvé reci- bird influencias cananeas ". La religidn del padre, con la revelacién del nombre Yahvé y los acontecimientos salvificos que la acompafian, se convierte en el yahvismo. Entre ambos hay, pues, con- tinuidad, crecimiento y novedad. Hay continuidad en cuan- to que la religién del padre, como el yahvismo primitivo, es una religién de pastores y se desarrolla en el desierto, ™ W. Eicuropt, Teologia del AT, 175. ' M. Garcta Corpero, Teologéa del AT I (Madrid 1970) 86. 's Tbid., 90. " C£R. pe Vaux, Historia, 346s. 28 PI. El judaismo religioso. Formacién y evolucién aunque el grupo de hebreos haya sido obligado a sedenta- rizarse en Egipto y a trabajar como esclavos. Hay varias pistas que muestran cémo en Ia tradicién de Israel el re- cuerdo del desierto y la vida némada son caracteristicas de los origenes; asi, por ejemplo, los recabitas, grupo de yahvis- tas fervientes, se marchan al desierto como el lugar de los origenes. Por otra parte, a Yahvé se le llama e/ del Sinat (Jue 5,5; Sal 68,9), no en el sentido de que esté vinculado a esta montafia santa, pues estd presente en todas partes con su pueblo, igual que el Dios de los padres, en Egipto, en el Sinai, en el desierto y en Palestina. E/ del Sinai se tefiere, pues, a una aparicién que estd en los origenes. Otro tasgo de continuidad esta en que tanto la actividad del Dios del padre como la de Yahvé esta centrada en la necesidad del grupo: Dios se dirige al grupo, revela un nuevo futuro por su palabra y vigila por su supervivencia. La accién salvadora de Dios y la adhesién a él juegan un papel esen- cial en ambos niveles de la religidn israelita'*, Igualmente la promesa de la tierra juega un papel importante en ambas concepciones religiosas. Pero se va dando un progreso que diferencia a Yahvé del Dios del padre: en primer lugar, en el Dios del padre existe una vinculacién de Dios con el padre y Jos swyos, perma- neciendo éstos en un lugar indefinido; ahora pasan a un pri- mer lugar y Yahvé se vincula directamente a todos ellos, son el pueblo de Yahbvé. No es sélo ni principalmente el Dios de Moisés, pues éste esta al servicio del pueblo de Yahvé. Es precisamente cuando Yahvé revela su nombre, cuando por primera yez llama a los descendientes de los patriarcas mt pueblo (Ex 3,17.10). Esta relacién de Dios con el grupo se explicitard en una alianza. Por otra parte, en la religién de Yahvé la accién divina esta relacionada con un grupo amplio y su necesidad es una necesidad politica. Mientras que en la religién del padre las necesidades eran mas simples y la accién de Dios se realiza- ba en plazos cortos, p.ej., un hijo, un afio, aqui la accion salvadora de Dios es mas compleja y comprende una serie de acciones: crear solidaridad entre los esclavizados, salida, proteccién contra militares, promesa de una tierra... y todo ello en un largo plazo, es decir, «40 afios» en nimeros re- "© Cf. R. ALBERTZ, History 1, 96-97. C2. Yabvismo 29 dondos, el tiempo de una generacién"’. Otra diferencia es que en la religion de Yahvé hay intermediarios, Moisés es el principal. Aunque no es el fundador del yahvismo, es el in- termediario indispensable de los oraculos de Yahvé”. Igual- mente, otra diferencia es la importancia mayor que tiene en el yahvismo la cooperaci6n humana: hay que responder a la accién de Dios y tomar decisiones: los esclavizados hebreos deben decidir si dejan la tierra, poniéndose en camino. Desde el comienzo el yahvismo se centra en una correspondencia entre la accién divina y la conducta humana”. A estas dife- rencias se afiaden otras: si el Dios del padre era andénimo, 0 era llamado El Sadday, ahora tiene un nombre propio, cuyo sentido se revela, Yahvé, el Existente, Dios transcendente que acompaijia al pueblo con su poder y providencia. Desde un punto de vista sociolégico hay que destacar otra caracte- ristica, que diferencia al yahvismo de la religién del padre. Desde sus origenes la religion de Yahvé es la religién de un grupo amplio y se diferencia profundamente en estructura y contenido de la religién del pequefio grupo de familia. Y porque las necesidades de un grupo mayor son politicas, @ priori, la religisn de Yahvé tiene una marcada orientacién politica”. Finalmente, Yahvé se revela como un Dios guerre- ro, que combate en favor de su pueblo, a quien protege de sus enemigos y capacita para conquistar la tierra que le ha prometido. Es éste un aspecto que aparece claramente en las fuentes antiguas en el contexto de un Moisés combativo, cuyas guerras tienen cardcter religioso, por lo que en ellas interviene Yahvé. Hay quien vincula el cardcter guerrero de Yahvé al influjo del dios cananeo E/, pero se explica mejor como un desarrollo de la religién del padre. Yahvé, como guerrero, contintia desempefiando la accién protectora de siempre con los suyos, como puede verse comparando Gén 21,42; 32,12 con Ex 15,2; 18,4. La idea de Yahvé guerrero y la ideologia de la guerra santa est4 asi intimamente vinculada alos comienzos del yahvismo: cuando el pueblo experimenta a Yahvé como el Dios que le libera de Egipto, nace en él la conviccién de que es un Dios guerrero (Ex 14,31; 15,3.21). De hecho, el mundo antiguo oriental no nos proporciona » CE ibid. * CF ibid, 97. ® Cf ibid”, 89. 30 PI. El judaismo religioso. Formacién y evolucién ningtin patalelo suficiente para explicar el papel personal predominante y, a veces, tinico que desempefia Yahvé en las guerras santas de Israel”. Asi, pues, «respecto a la religion del padre el yahvismo representa una ampliaci6n y una profundizacién en todos los sentidos. Significa una novedad extraordinaria, pero no cons- tituye una ruptura»*, Pero en el yahvismo se daran también otras influencias. Mas adelante, cuando los adoradores de Yahvé Ileguen a Ca- naan y entren en contacto con la cultura cananea, continuard con telacién a Yahvé el mismo proceso de asimilacién con el dios cananeo El que ya se dio anteriormente con el Dios del padre. Asi, en Gén 46,3-4 se afirma que El, el Dios del padre de Jacob, bajaré con los suyos a Egipto y en Nam 23,22; 24,8 se reconoce que El te bizo salir de Egipto. Igualmente, en los ord- culos de Balaan se da un paralelismo entre Yahvé y El: Num 23,8 (El = Yahvé); 23,21-22 (Yahvé = El/Toro salvaje) *. Como consecuencia de esta asimilacién se atribuiran a Yahvé algunos rasgos de El, como el caracter de Dios césmico y el titulo de rey (cf. Nam 23,21 [oraculos de Balaan] y en los poemas antiguos de Ex 15,18; Dt 33,5). Yahvé, el Dios de la historia, es vinculado a la creacién, al origen y al gobierno del mundo. Cuando Israel se establece en Canaan, surge la vincu- lacién de Yahvé a un territorio determinado, en concreto al pais conquistado, absorbiendo asi las prerrogativas césmicas de los dioses locales, que eran, ante todo, dioses de la vegeta- cién y de la fecundidad. Asi se presenta a Yahvé como fuente de la feracidad del pais, con sus bendiciones, y también como causante de las sequias cuando se enoja con su pueblo adop- tado”*’, En este contexto se le atribuy6 también la idea de la corte divina, formada por los bene elohim?". 2 Cf£R. pe Vaux, Historia, 437s. * Thid., 432s. » Posiblemente se encuentre una alusién polémica al culto a El en el episodio del becerro de oro, en el que se atribuye al becerro la salida de Egipto. Se trataria del toro, epiteto que los textos ugariticos atribuyen al gran dios El. Seguin esto, un grupo disidente de Moisés quiso tener como simbolo de Ia presencia de Yahvé-El, no el arca de la alianza, sino un toro (cf, R. DE Vaux, Historia, 434s). % Cf. M. Garcia Cornero, 0.¢., 85, que cita a L. KOHLER, Theologre des Alten Testament (Tibingen 1947) 49.53.57.63s. 77 Cf. R. pe Vaux, Historia, 436. C2. Yahvismo 31 IV. EL EXODO Los antepasados de Israel estuvieron en Egipto, Las fuen- tes sugieren que Ilegaron en diversas oleadas. Se trataba de clanes descendientes de los patriarcas, adoradores del Dios de los padres, cuyo namero y afiliaci6n concreta no es posible determinar hoy dia. Residian en el Bajo Egipto, en el delta del Nilo, en la tierra de Gosén. Habjian sido obligados a realizar trabajos forzados, posiblemente en el siglo xi a.C., cuando el faraén Seti I empezé un plan de construccién de fortalezas, continuado por Ramsés [1. En este contexto tu- vieron una serie de experiencias religiosas en las cuales e/ Dios de los padres, que se ha revelado como Yahvé, les saca de Egipto y se revela como el Dios que cumple sus promesas y libera de la esclavitud. Es importante destacar cémo el origen de la religi6n de Yahvé esta en conexién con un proceso de liberacién politica de un grupo de extranjeros obligados a trabajos forzados en la sociedad egipcia. El yahvismo y todas sus derivaciones posteriores sera siempre una religién encarnada en los problemas del hombre y ene- miga de toda opresién®. La salida de Egipto es el articulo fundamental de la fe de Israel y centro de su tradicién mas antigua: Yahvé hizo salir . S 0 sa y subir a su pueblo de Egipto, de la casa de la esclavitud”. La afirmacién esta presente en toda la tradicién y aparece en toda la Biblia hebrea y griega en todas sus formas literarias: nartativas, proféticas, salmicas, determinando la identidad de Israel. La celebra el himno de Ex 15, antiguo en su con- tenido, aunque su dltima redaccidn es de época posterior (alude al final al monte santo de Jerusalén) **. Pero gqué fundamento real tiene esta conviccién de fe? La pregunta se plantea al estudiar criticamente las fuentes mas antiguas, en las que aparecen rasgos legendarios, restos de mitos y retro- proyecciones cultuales*'. Todo esto es verdad y es conse- cuencia de una lenta y compleja formaci6n de los textos, en la que no entramos en esta obra, pero las tradiciones exigen 28 Cf R. ALBERTZ, 0.¢., 94-96. ” G, von Rap, Teologia del AT I, 36.230. © Cf Brevarp S. Cuitps, Biblical Theology of the Old and New Testa- ments. Theological Reflections on the Christian Bible (Minneapolis 1992) 130. Rope Vaux, Historia, 315. 32 Pl. El judaismo religioso. Formacién y evolucién un fundamento real en la historia, pues sin ella seria inexpli- cable toda la tradicién de Israel. Pensamos con muchos historiadores de Israel que los descendientes de los patriarcas residentes en Egipto tuvie- ron dos salidas, una, obligada, en la época de fos hicsos y otra en época posterior, en el s.xIl, que tuvo caracter de huida. La primera tuvo lugar como consecuencia de las operaciones de la dinastia XVIII contra los asiaticos, a los que expulsan; con ellos algunos elementos de la tribu de Lia se dirigen a Palestina por la ruta del norte, acampando en Cadés y entrando en Palestina por el sur. La segunda salida en forma de huida tuvo lugar por el este, pasando por el Sinai y Ilegando a Palestina por Transjordania. Fue- ron estos tltimos, posiblemente algunos elementos de las tribus de Raquel, los que experimentaron una ayuda espe- cial de Dios al salir de Egipto. Desde un punto de vista histérico, los diversos datos que ofrecen las tradiciones dejan entrever un nicleo histérico que, con R. de Vaux, se puede resumir asi: «en cierta primavera, en el momento en que se celebraba la fiesta para la prosperidad del ganado, pesah, antes de salir para los pastos de verano y con ocasion de una plaga que devasté Egipto, los israelitas salieron de este pais conducidos por Moisés en nombre de su Dios, Yahvé» ”. . El milagro del mar (Ex 14,10-31) se produjo una sola vez, en tiempos de Ramsés II (h.1250) y esta vinculado al éxodo-huida de Moisés, pero a causa de esta dualidad de » Historia, 358, que cita a H. Cazewres, Les localisations de ’Exode et la critique littéraire: RB 62 (1955) 321-364; J. Borrerweck, Israels Erettung im Wunder am Meer: Bibel und Leben 8 (1967) 8-33. Segan el mismo De Vaux, literariamente se combinan dos temas, el de la dltima plaga y el de la pascua; se refieren al mismo acontecimiento, pero son independientes. Al unirse ambos temas, se modificé el sentido primitivo de esta fiesta de pastores, relacionan- dola con esta experiencia de salvacién e interpretando el nombre pesah en funcién de la salida, en la que Yahvé salt6, pasd, perdond, protegio las casas de Jos istaelitas marcadas con la sangre de la victima pascual. En este mismo contexto los panes sin levadura se convirtieron en simbolo de la prisa (cf. R ve Vaux, Historia, 358). * R pe Vaux, Historia, 367. Ex 14 es la fusion de dos presentaciones: segtin la primera, la mas popular, Moisés levanta el bastén, extiende la mano sobre el mar y lo divide en dos para que puedan pasar los israelitas a pie seco (Ex 14,16; 14,21a0.bB.22); les persiguen los egipcios, pero quedan anega- dos en las aguas, que vuelven a su posicidn original (14,23.26.274.28.29). Se- gun la segunda presentacién, Dios los destruye, los israelitas sélo miran: los C2. Yahvismo 33 tradiciones y del trabajo redaccional, no es posible saber dénde tuvo lugar’. Se trata de una experiencia de salvacién que confirmé en los huidos la fe en Yahvé (Ex 14,31) *. Asi, pues, el acontecimiento fundante del kerygma israe- lita es una salvacidn politica y social en el terreno de la historia real de los seres humanos. El antiguo Israel no espi- ritualizé nunca este acontecimiento ”’. Israel vio en esta libe- racién la garantia de su futuro, la certeza absoluta en la voluntad salvifica de Yahvé, algo asi como la fianza a la que podia recurrir en tiempos de prueba (Sal 74,2) °°. Yahvé se revela en ella como un Dios fiel y liberador, que no quiere esclavitudes, libera a los suyos y los invita a unirse especial- mente a si por una alianza. Desde sus comienzos el yahvismo tiene una vertiente vertical y otra horizontal, crea una fuerte conciencia de pertenencia a Dios y de solidaridad con los miembros del pueblo. V. LA ALIANZA Las tradiciones de los desterrados en Babilonia hablan de una alianza de Dios con sus antepasados en el Sinai que, junto al hecho del éxodo, esta en el origen del yahvismo. Para nosottos estas tradiciones plantean una problematica israelitas se creen perdidos y se rebelan contra Moisés; Moisés les ordena que permanezcan donde estén y que miren (Bx 14,10-14). La columna de nube que los protege se coloca entre ellos y los egipeios (Ex 14,194.20). Duran- te la noche Yahvé hace soplar un fuerte viento del este que seca el mar, en el que entran los egipcios (21aa.bB). Al dia siguiente de madrugada, Yahvé, desde la columna de fuego y de nube, siembra el panico entre los egipcios y entorpece las ruedas de sus carros (24-25). Al apuntar el dia, las aguas vuelven asu lecho y Yahvé sumerge en ellas a los egipcios (27aBb). Ese dia salvé Yabvé a Israel... ¢ Israel vio a los egipcios muertos en la orilla del mar (30). Ambas presentaciones son incompatibles. Parece mas verosimil la segunda, en la que Yahvé se revela como un Dios guerrero, que lucha en favor de su pueblo, movilizando los elementos de la naturaleza, el viento, la nube, el fuego. Si se observa el cardcter épico que tiene ya el relato en prosa de Ex 14, es imprudente investigar qué sucedié en realidad. Los fugitivos se encontraron en una situacién desesperada y se salvaron en unas circunstancias que les parecie- ron una intervencién poderosa y milagrosa de su Dios (cf. R. DE Vaux, Histo- rta, 368). * CER. pe Vaux, Hrstoria, 370. ° Cf J. S. Croarro, Historia de Salvactén, 58; G. VON Rab, Teologia del AT I, 230. © G. von Rap, Teologia del AT 1, 230. 34 Pl. El judaismo religioso. Formacion y evolucion similar a los relatos del éxodo”’. En la redaccidn actual del Pentateuco la alianza constituye el tema central, que ocupa la mayor parte de Ex, Nim y Lev y se proyecta sobre toda la Biblia. Ciertamente que, en una época posterior, se aplicaron al Sinai una serie de leyes posteriores, porque crefan que la alianza sinaitica era su Ultimo fundamento. Todo ello postula como explicacién razonable la existencia real de una expe- riencia religiosa inicial en la que el grupo de Moisés tuvo una experiencia de Yahvé en el Sinai, hizo alianza con él y se convirtié en pueblo de Dios. Entendemos aqui pueblo en el sentido de que Dios se compromete con una colectividad, no con individuos aislados en cuanto tales. Esta primera colec- tividad, con el paso del tiempo, se unira a otros grupos con los que compartir su fe y daran lugar a la realidad socio- religiosa que conocemos como pueblo de Israel. En todas las fuentes, a pesar de su frecuente estado muy fragmentario, la realizacién de una alianza entre Yahvé e Israel se acredita como elemento originario. Toda la tradicién veterotestamen- taria sobre la alianza est4 enraizada fuertemente en las épo- cas mas antiguas de Israel**. 1. Realizacién de la alianza” A la luz de Ex 24,1-11 y 34,1-28, posiblemente la alianza tuvo lugar en la montafia del Sinai con la mediacién de Moisés y un pequefio grupo de representantes del pueblo. Contenia unos mandamientos y fue ratificada con un rito. El nucleo primitivo se centra en las prohibiciones de adorar dioses diferentes de Yahvé y de fabricar imagenes (cf. Ex *” Cf. R. Avperrz, History I, 104-107: se ha discutido su historicidad, di- ciendo que es una leyenda cultual para justificar el yahvismo... pero todo esto crea m4s problemas que resuelve: gpor qué se situd esta leyenda en el Sinai, un lugar donde ya no se practicaba culto a Yahvé? Pero este autor cuestiona el que en este momento tuviera lugar una alianza formal y opina que ésta es una interpretacién posterior de los tedlogos deuteronomistas. Sin embargo cree que hay que aceptar que, desde el comienzo, existié una relacién especial entre Yahvé y el grupo del éxodo, que fue creciendo con la experiencia de la liberacién y se consolidé con la teofania y el culto (cf. 0.c., 107-108). 1 * W. Eicuropt, Teologia del AT, 33 y n.2; G. von Rab, Tealogia del AT, |, 32s. *” Es inverosimil que la alianza primitiva tuviera forma de un tratado de vasallaje, aunque es verosimil que esta forma influyera en la redaccién de algunos textos biblicos (cf. R. pz Vaux, Historta, 418-422). C2. Yabvismo 35 20,2-6), dos mandamientos que son uno solo y constituyen el mandamiento fundamental de la alianza“°. Hay en este nticleo inicial varias realidades dindmicas que iran configurando a Israel. Por una parte, el protagonismo de Yahvé, el nico Dios para Israel, que lo elige, protege y exige correspondencia. La voluntad de Yahvé sera la fuerza configuradora del pueblo, que tomara conciencia de tal en la medida en que acepta esta voluntad. «La existencia del pue- blo estaba basada en la voluntad de Dios». De hecho, al grupo inicial se iran uniendo otros grupos, judios o no, que se constituyen en pueblo de Dios por la aceptacién de la voluntad de Dios manifestada en la alianza*'. Por otra parte, desde el primer momento adquiere importancia en este pue- blo la palabra de Dios, que contiene y manifiesta la voluntad de Yahvé. Es la palabra del Dios de la alianza que, poco a poco, ira configurando toda la vida del pueblo y que exige obediencia: la prosperidad vendra cuando el pueblo es obe- diente, las crisis y catéstrofes cuando es infiel. Esta idea es- tar4 muy viva entre los desterrados y les ayudar a juzgar y comprender su situacién. Finalmente, la alianza da al pueblo un profundo sentido de solidaridad: todos unidos son el pueblo de la alianza y esta unidad debe estar presente en todas las manifestaciones de la vida, al servicio de,la volun- tad de Yahvé. * Ex 24,1-11 funde dos tradiciones antiguas, segdin las cuales la alianza se realiz6 sobre la montafia directamente con Moisés y un grupo de representan- tes del pueblo, contenfa unos mandamientos y fue ratificada, segin una tradi- ciédn, por una comida de alianza en la que sdlo comen los representantes, y segdn otra por un rito de sangre que significaba la unién de Yahvé con su pueblo, Ex 34,1-28 ofrece otra version, adaptada a la época del asentamiento en Canaan. A pesar de las adaptaciones claramente posteriores, contiene un nicleo antiguo, Ex 34,14-17, la prohibicién de prosternarse ante otro dios fuera de Yahvé y de fabricar imagenes divinas, porque Yahvé es un Dios celoso, ‘el gana’. Este epiteto califica a Yahvé como el Dios que reacciona con pasién y violencia ante la conducta de su pueblo; un Dios que no se deja aprisionar en una imagen, que no soporta a otro dios a su lado. Este nicleo primitivo corresponde a los dos primeros mandamientos del decdlogo (Ex 20,2-6), texto con el que Ex 34,14-17 no tiene relacion literatia, por lo que ambos deben proceder de una fuente comin. No hay razones para no hacer remontar la tradicién a Moisés (cf. R. pr Vaux, Historia, 422-427). * Cf. W. Excuropr, Teologia del AT, 36 y 267; G. von Rap, Teologia del AT I, 249. Es significativo el hecho de que la aceptacién de Ja alianza no supone un rechazo total de los extraiios, sino que estd continuamente asimi- Jando a Jos que estén fuera (cf. W. Eicuront, Teologia del AT, 36). 36 PI. El judatsmo religioso. Formacién y evolucién 2. El primitivo yahvismo o la religién de Moisés Una lectura critica de las diversas fuentes permite aproxi- marse a lo que serian los contenidos primitivos de esta alian- za, lo que podriamos Ilamar la religi6n de Moisés. a) Mandamiento bdsico del yahvismo: «Yabvé, tinico Dios» No tnico en el sentido de monoteismo, sino de monola- tria, pues el israelita admite todavia la existencia de otros dioses. Para el judio el tnico que es, el inico que acta para él, acompafidndole y salvandole, es Yahvé, y por ello es el nico al que le da culto. Esta terminantemente prohibido tanto tener relacién con otros dioses como el darles culto: No habré para ti otros dioses junto a mi ni te hards imdgenes de Yahvé (Ex 20,3-4a; Dt 5,7-8a; cf. Ex 20,23; 34,17; Dt 28,15; Lev 19,4; 26,1). El israelita no acudira a otros dioses para pedir ayuda ni para darles,culto. De aqui la presentacién de Yahvé como un Dios exclusivo y celoso, que no acepta ni compafifa, como la diosa compafiera que aparece en las mi- tologias, ni que su pueblo tenga relaciones con otros dio- ses. Acepta que otros grupos den culto a sus propios dioses, pero no su pueblo. Este exclusivismo y esta intolerancia distingue la religién de Israel de todas las del antiguo Orien- te. La lucha contra otros dioses comenzé al salir del desierto, con la entrada en Palestina. Como los cananeos y otros pueblos tenian sus propios dioses y cultos con facetas atra- yentes, Israel tuvo que luchar constantemente contra el pe- ligro de darles culto®. Por otra parte, Israel no debe hacer imagenes de Yahvé, pues esto induciria a deformar la concepcién de Dios, espi- ritual y transcendente, que acompafia a su pueblo por to- das partes y no solo donde esta su imagen. En la mentali- dad hebrea antigua, un dios sélo estd presente y activo don- de se encuentra su imagen. No es éste el caso de Yahvé, que acompafia a su pueblo por doquier. Junto a esto se evita el peligro de intentar controlar a Yahvé, transportandolo a donde el pueblo decide. Al contrario, es Yahvé el que, pre- * CER pe Vaux, Historia, 439; G. von Rab, Teologia del AT I, 262; R. Axpertz, History I, 109-110.119-120. C2. Yabuismo 37 sente en la nube, decide el camino y el ritmo de marcha. Finalmente, la prohibicién era una consecuencia de la con- cepcién transcendente que se tenia de Yahvé, incapaz de ser representado (cf. Ex 20,4; Dt 5,8; 4,16-19). Se trata de una prohibicién que tiene todos los visos de remontarse a la época mosaica*’. b) El sdbado Es verosimil que el sabado se remonte a los origenes del yahvismo, aunque sobre su comienzo sdlo se puedan hacer conjeturas“*. Los israelitas no adoptaron el sabado en Ca- naan, ya que aqui era desconocido; lo observaban, por tanto, antes de la entrada. Es cierto que en el desierto, cuidando el ganado, no se podria observar como cese de todo trabajo, pues el ganado exige cuidado diario. Se observaria de otra forma, que desconocemos. Posiblemente fuera Gnicamente un dia «santificado», es decir, puesto aparte para Dios, en el ® No se explica como influjo de Canaan, donde son frecuentes las image- nes, y, por otra parte, la desobediencia en la época de los jueces (cf. idolo de Mica, Jue 17) provoca una fuerte reaccién, lo que deja entrevet que se trata de un mandato antiguo y arraigado. La prohibicin se limita sélo a las image- nes de Yahvé, no a otras imagenes asociadas, p.ej., imagenes de querubines del santuario de Silo y del templo de Jerusalén. El becerro de oro en su sentido primitivo era una especie de pedestal de la divinidad invisible (cf. R. pE Vaux, Historia, 442), Segan R. ALBeRTz (History, I, 120s), el desarrollo de la prohi- bicién de imagenes parece haber corrido paralelo a la prohibicién de otros dioses. Aunque la formulacién actual es tardia, ya en el periodo primitivo aparece una tendencia anicénica en el culto a Yahvé, p.ej. el trono de Dios en el templo de Jerusalén estaba vacio. La mejor explicacién de esto es que el culto del grupo del éxodo no tenia imagenes. . 1 Los principales textos que ofrece la Biblia —el Cédigo de la Alianza (Ex 23,12) y el pequefio cédigo yahvista o «Decdlogo ritual» (Ex 34,21)— son de €poca posterior, pues suponen una vida sedentaria y agricola, distinta de la némada del desierto, pero parecen ser una adaptacién de una ley mas antigua. Se encuentra igualmente en las dos formas del decalogo (Ex 20,8-11; Dt 5,12- 15) y es en ambos casos el mandamiento central y mds desarrollado. Estos desarrollos son tardios y datan de una época en la que el sabado habia venido a constituir una de las principales observancias religiosas. Pero las motivacio- nes que se ofrecen son distintas en cada caso: en Ex 20,11 es la imitacién del descanso de Dios después de la creacién; en Dt 5,15 es el recuerdo de la esclavitud de Egipto. Estas explicaciones, precisamente por ser distintas, sub- rayan la antigiiedad de la ley (cf. R. pe Vaux, Historia, 448; G. von Rap, Teologta del AT I, 40). (Sobre el sabado y su problematica cf. E. JENNI, Die theologische Begriindung des Sabbatgebotes im AT, 1956). 38 PL El judaismo religioso. Formacién y evolucién que no se desplazaba el campamento”’; un dia de cada sema- na es «santificado», es un dia especial para Yahvé, sin que implique la celebracién de una fiesta ni esté sefialado por un rito especial. c) El Decélogo Ciertamente los desterrados en Babilonia conocen ya todo el decalogo, al menos en una de sus formas **, pero ¢se remonta todo él a Moisés o es fruto de una elaboracién posterior? Los preceptos de la monolatria y el sébado son primitivos, pero los restantes en la forma actual del decélogo reflejan una redaccién posterior, aunque en una forma mas primitiva se podrian remontar a la época mosaica. Realmente hoy es muy dificil determinar la fuente comin que subyace a Ex 20 y Dt 5. Lo mas que se puede afirmar es que el decdlogo estaba compuesto de diez sentencias apodicticas negativas, cuya finalidad era la de asegurar la estabilidad religiosa y social del grupo: relaciones con Dios, relaciones con el grupo “, © Esto corresponderia a lo que parece ser el sentido primitivo de Ja pata- bra sabado: una «parada». * La de Ex 20,2-17, pues se discute cuando se redacté la de Dt 5,6-21, si antes del destierro o durante el mismo. * Las dificultades provienen de su transmisién oral, independiente del relato del Sinai, lo que implica que tuvo una vida y transmisién independien- te. Se transmitié oralmente en los grupos que habian compartido la experien- cia religiosa del Sinai. En la tradicién oral se fue adaptando a las nuevas circunstancias del pueblo. Y cuando se ponen por escrito las tradiciones ora- les, tanto la tradicién que recoge Ex 20 como la de Dt 5, la sittan en su contexto adecuado, en el relato de la teofania del Sinai (cf. R. pz Vaux, His- toria, 427). Por su patte G. von Rav (Teologia del AT I, 42s y n.9) cree que no podemos probar ni refutar con argumentos cientificos el «origen mosaico» del «decalogo primitivo», es decir, del decdlogo limpio de adiciones secunda- rias. Segtin él, el contexto mosaico es el Stat in Leben mas antiguo que pode- mos atestiguar cientificamente. Esto no comporta decisién alguna sobre la antigiiedad absoluta del mismo. Cada mandamiento en particular proviene de un periodo mucho més antiguo, pues el decdlogo es, con toda probabili- dad, una compilacién consciente y meditada de los preceptos mds caracteris- ticos del yahvismo para ser recitada en las festividades; era, por tanto, una seleccion sacada de una tradicién mas extensa. Atribuye el decdélogo a Moisés H. H. Row.ey (Moses and the Decalogue, BJRL 34 [1951-52] 81-118 y Men of God [London 1963] 1-36); aceptan su pertenencia a la época mosaica A. ALT (Essays on Old Testament History and Religion, 101-171), M. Nors (Historia de Israel, 125-137). C2. Yahvismo 39 d) El culto primttivo La religién yahvista tiene un culto propio, caracterizado por su vinculacién a la experiencia histérica. Mientras que en otras religiones del Préximo Oriente prevalecen las expe- riencias de dios en un culto desconectado de la historia, la religion israclita enfatiza la experiencia histérica. La relacién del israelita con Dios no se basa en el Sinai sino en el éxodo, la posterior teofania sinaitica confirma y perpetta lo que pre- viamente se ha dado como base histérica y lo traduce en celebraciones cultuales, que son asi confirmaciones de la alianza. Pero junto a esto el culto fue reforzando la compo- sicién social y la conciencia de pertenencia del grupo. En la €poca del desierto este culto tuvo que ser relativamente sim- ple, pero ya contenia los comienzos del posterior culto ins- tituctonalizado. Comenzé en el desierto y no estaba condi- cionado a un lugar sino a un grupo de personas. Esto es importante y explica por qué, cuando se pierdan los lugares de culto, ot judeigne seguira dando culto**. Algunos ele- mentos de este culto: — El santuario del desierto y el arca. No se puede alcan- zat ninguna certeza, pero es muy probable que la tienda y el arca se remonten a la época mosaica, que la tienda albergara el arca y que fuese el lugar de encuentro con Yahvé, preci- samente porque contenia el arca, simbolo de la presencia divina, que acompafia a su pueblo”. * CER, ALBERTZ, 0.c., 110s.116. * No hay ninguna raz6n para negar que los israelitas en el desierto tuvieran realmente una tienda sagrada conteniendo un arca, como simbolo de la presen- cia de Dios. Ya el Dios de los padres es el que acompaiia a la tribu y Yahvé asume esta misma caracteristica, acompafiando y protegiendo al pueblo. Cier- tamente se prohfben las imagenes, pero esto no obsta para que exista un simbo- lo cultual de la presencia. Hay un dato que apunta a la antigiiedad del arca, y es que, después del asentamiento en Canaan, se modifica su concepcién: en un primer momento el arca es simbolo del Dios que acompajia y protege a su pue- blo, de Yahvé guerrero. En esta linea esta la referencia del arca llevada del san- tuario de Silo al campamento israelita en Eben Haézer. Se presenta como Dios que viene al campamento (1 Sam 4,3-8). Este dato se mantiene en la linea de Num 14,11 y 10,33-36. Pero junto a esto se afiade otra caracteristica nueva, que se debe al influjo cananeo: es «el arca de Yahvé Sebaot que reside entre queru- bines» (1 Sam 4,4). Ahora se concibe a Yahvé ocupando un trono real protegi- do por esfinges aladas. Este nuevo simbolo se combina con el antiguo, y el arca- morada se convierte en escabel del trono divino (cf. R. ve Vaux, Historia, 444s; W. Ercuropt, Teologia del AT, 98s; R. Avertz, History I, 111). 40 PI. El judaismo religioso. Formacién y evolucién — El sacerdocio y los sacrificios. En el yahvismo primiti- vo no habia sacerdocio constituido. A Moisés nunca se le designa como sacerdote. Se le presenta como mediador, in- tercesor, receptor y transmisor de los ordculos y ensefianzas de Dios, pero nunca como sacerdote. Igual que los patriar- cas, manda erigir un altar y sacrificar a un grupo de jévenes (Ex 24,5), pero no lo hace él personalmente ni existe un grupo especializado para la tarea. Aarén aparece como sacerdote del desierto, pero se trata de una concrecién muy posterior, realizada por los desterra- dos de Babilonia (cf. fuente sacerdotal, P). En la tradicién antigua no se llama a Aarén sacerdote ni actia como tal. Igualmente en las mismas tradiciones el grupo de Levi no aparece nunca con funciones sacerdotales, aunque es posible que el estatuto especial que tienen se remonte a la época mosaica, en cuanto que Moisés habria confiado a sus parien- tes, de su misma tribu, el santuario mévil del desierto”. La ausencia de sacerdocio constituido no significa que los israelitas no sacrificasen en el desierto sacrificios cruen- tos, que forman parte de una religion de pastores*!. Parece ser que la religi6n mosaica conocia Gnicamente una forma de sacrificio indiferenciada, el zehah, en el que, tras la inmola- cién de la victima, se esparcia su sangre y se comia su carne. Esta forma se conservé en el rito arcaico de la Pascua y es posible que se mantuviera también en los sacrificios de fami- lia y de clan (1 Sam 1,21; 2,19; 9,12; 20,6) *. Con relacién a la pascua, se trata de un rito antiguo, que ya practicaban los hebreos y que contintan celebrando en esta época los israelitas todavia seminédmadas como fiesta de la primavera. *" Este recuerdo apareceria en las tradiciones posteriores, que confian a los levitas el transporte de la tienda y el arca (cf. Nam 1,50-51; 3,8; 10,17.21; Dt 10,8.2; R. pe Vaux, Historia, 446; R. ALBeRTz, History I, 111). Por su parte, W. Eicuropr cree, sin justificarlo adecuadamente, que el sacerdocio es ante- rior a la revelacion del Sinai (cf. Teologia del AT, 358). * Parecen negarlo el hecho de que el decdlogo no diga nada sobre el culto y los textos de Am 5,25 y Jer 7,22, pero realmente estos textos no niegan la existencia de sacrificios, sino que son exponentes de una corriente profética (cf, Os 6,6; Mig 6,6-8) que critica el culto, especialmente el culto que no expresa una adhesién a la voluntad de Dios. En realidad sabemos muy poco de Jos sactificios ofrecidos en el desierto. Los textos actuales que nombran diversos tipos, reciben influencia de cultos posteriores. ” Cf R. pe Vaux, Historta, 447. C2. Yahvismo 41 La fiesta ta celebran todas las familias, como fiesta comtin de todas las tribus. Mas adelante se relaciona con el éxodo, porque en cierta primavera Dios liberé al pueblo de Egipto. Esta relacién esta atestiguada en la tradicién J (Ex 12,12- 13.17), pero pudo ser mucho mas antigua, dada la coinci- dencia entre el tiempo de la fiesta y el tiempo de la libera- cién®’. Ciertamente los desterrados en Babilonia ya conocen el nexo pascua-liberacién y la celebran como fiesta de libe- racion y accién de gracias. e) Apertura al futuro La apertura al futuro, que ya caracteriza la religién del padre, contintia siendo una nota distintiva del yahvismo naciente. Exodo y alianza configuran un pueblo que camina hacia el futuro. El éxodo hace salir de Egipto hacia una tierra que Yahvé ha prometido dar. La alianza determina las condiciones de crecimiento del don que han recibido los salidos de Egipto, ser pueblo de Dios. Esto es una tarea que deben ir realizando a lo largo de Ia historia: seréts mi pueblo y yo seré vuestro Dios. El yahvismo nace como religion de esperanza. 3. Secuencia éxodo-alianza El actual libro del Exodo narra primero la salida de Egipto y a continuacién la alianza sinaitica. Esta secuencia es hoy dia cuestionada en algunos sectores, porque una serie de textos, fuera del Pentateuco, la ignora, hablando sélo del éxodo™, Creemos que la secuencia éxodo-alianza tiene fun- » Cf R. pe Vaux, Instituciones del AT, 615-617. *4 Existen varios testimonios que apuntan en la linea de la secuencia: los relatos sobre el éxodo estan orientados al Sinai ya en Jas redaccignes mas antiguas, p.ej. Ex 20,2. Yahvé es al mismo tiempo el Dios del éxodo (Ex 15,21) y el Dios del Sinai (Dt 33,2; Jue 5,5; Sal 48,8-9.18). El tema del éxodo-conquis- ta esté asociado al de la ley y alianza en las «confesiones de fe» de Dt 6,20- 24 y Jos 24 y también 1 Sam 12. La observancia de la ley esta ligada a la toma y posesion del pais en Dr 31,10-13. El Sal 81 testifica la union de ambas tradiciones en el culto, Lo mismo aparece en Os 1,9, que, como vimos, une una férmula de denuncia de la alianza con una alusién al nombre divino; igualmente en Os 2,16s; 11,1-4; 12,10; 13,4-6 la tradicién del éxodo-conquista 42 PI. El judatsmo religtoso. Formactén y evoluctén damento histérico, a pesat del silencio de una serie de textos, pues se trata de un silencio explicable a la luz de las diferentes relecturas y actualizaciones que se fueron hacien- do de la alianza en diversas épocas”. Ciertamente, en la esté vinculada a la de la marcha por el desierto, del «encuentro» con Yahvé y el establecimiento de relaciones especiales, hecho que alude implicitamente a Ia alianza sinaitica. Testimonios en contra son los diversos textos fuera del Pentateuco que ignoran la alianza del Sinai (cf. R. be Vaux, Historia, 386-401, que defiende la secuencia). Por su parte, G. von Rad y M. Noth niegan que Ja tradicién del Sinai pertenezca a la misma época y secuencia de aconteci- mientos que supone la tradicién del éxodo y la conquista. * Un vistazo sobre estas relecturas nos ayudaré a ver la importancia que ha tenido la alianza en la vida de Israel. En el principio esta la alianza del Sinai, por la que el grupo de huidos de Egipto con Moisés se convirtié en el pueblo de Yahvé. Es una alianza que sigue en linea de la religién del Dios de los padres y que se compara con la alianza establecida con Abraham (Gén 15). Se la concibe como un acto constitutivo, que tuvo lugar de una vez para siempre y no seré nunca rescindido, sino que tendré efectos permanentes. E] pueblo ird haciendo relecturas de esta experiencia basica, adaptandola a nue- vas circunstancias histéricas. Las primeras y més importantes se presentaron con el asentamiento en Canaan, cuando grupos que no participaron en la experiencia del éxodo y del Sinai se agregan at grupo yahvista y, en la asamblea de Siquem, e!

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