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LA TORRE EIFFEL
or, ya tepulsivo, con el afecto; luego, la muerte, la vocacién de Sobre doce fotografias de Daniel Boudinet
ue ha sido captado no puede volv.
no se puede volver a tocar: por iiltimo, el séptimo sentido es pret
‘samente el que resiste a todos los otros, es el suplemento indeci
igen, hay siempre algo mds: lo
0 intratable de la Fotografia (
an a hacer todo este recorrido y a
losin descanso: con ellas no se termina nunca: son
vez, dan sin cesar, y
1ago-
I deseo?) Creams
sin cesar retienen; en
intensidad de sentido, y, finalm
te, la carencia misma de sentido:
de un goce contenido. En primer lugar, Ios sentidos abundan,
su apogeo: luego, conducido por una mano it
flexible, aunque supremamente discreta, la de Avedon, el sent
extentia: del cuerpo representado no queda ningtin adjetivo
Creo que, si Avedon me
de juzgar mi propio cuerpo (ck
de ve-
cino, mantengo relaciones espinosas), ni de encontrarme demasiado
‘uerpo se empefaria simplemente
raffa de Av!
n que firma el resto del proyecto, los dos muchachos foto es ibra: una forma que en seguida quiere de-
de Andy Warhol). En resumen, seria ral, y : sentido, al menos a un sen
en exe tal de mi cuerpo, sentra tal vez parte
grandes sabios orientales
no se plan-
yerafia, consagrada a la represent
de usos
10, el de la fotografi
es significantescadeza,jCuantas culturas comprometidas
tido propio, la d
emana cierto olor de! tiempo ancestral
‘camino que une las habi
esestrecho,
1s con el trabajo de la tierra),
ible, pero, como siempre, Dani
LA TORRE EIFFEL
SOBRE DOCE FOTOGRAFIAS DE DANIEL BOUD!
érica en la que se reunirfan, por sobreimpres
los euadros apacibles. El autor dice lo apacible indirectamente, para
que descansemos; pues si lo dijera directamente, ningin efecto (o un
efecto contrario) resultaria. De ordinario, la f afirma: aqui,
prod152 LA TORRE } SOBRE DOCE FoTOGRAFIAS DE DANIEL BOU
lejos (en el tiempo, en el es
verja que permite leer una pacio), como la simple sefia de un paisaje c
émo el hombre se libera poco a1s
vale si deseamos (aunque
SOBRE DOCE Fi
GRAFIAS DE DANIEL ROUDINET156 LA TORRE EIFFEL FOTOGRAFIAS DE DANI
BOUDINET 1ST
pinturas
-a; en la medida en que pe158 LA TORRE EIFFEL SOBRE DOcE
{a8 DE DANIEL, 159
rafias de Daniel Boudinet son muy musicales. Tienen160
Bernard Faucon
Bernard Faucon,
(reales y/o simutados).
de su empresa no es ni
den ¢ inmovil
pueden despe-
garse de
dudamos
lamente la conju
arte (una idea sin embargo usual),162 LA TORRE EIFFEL BERNARD FAUCON 163
expresiGn, es decir, de la corresponden-
yeel exterior, de la causa y el efecto?
cuerpo verdadero, que aparece en algunas escenas
apenas de
hhace dudar de su naturaleza car
sn dia bloqueada—
1¢ por misién vol
Asi se establece un164 LA TORRE EIFFEL
significante, amontona dos formas, dos significantes; al hacerlo,
amente, por su raiz,
ia un «fruto doble>; produce una uni-
dad apenas soportable, «contra natura», es decir, sobrenatural. En su
misma irrisi6n, el cuadro viviente fotografiado invoca con fuerza
cierta idea de lo Inmortal: esos infracuerpos, cuya detenci6n se re
Tes rodea, son captados por el
vocacién de ser resucitados.
artista como si tuvieran
No hay hombre
Le NouveL Onservareur
1979
que Roland Bar-
algo de mitico
La historia de las Bronté tiene alg iteratura tam-
bien tiene sus mi s tres hermanas, hijas de un pastor, educa-
das en medio de las landas bastante desoladas del Yorkshire, escri-
bieron todas ellas versos y novelas que publicaron primero con un
seudéni iferia el nombre de pila). Dos de es
tas novelas pertens eratura universal: Jane Eyre, esci
por la mayor, Charlotte, s, escrita por la me-
diana, Emily. ;Cémo pudieron nacer en ese mek
‘unas obras con tanto talento, y, sobre todo, con tanta aspereza y tan-
or mujeres?
ime de André Téchiné no destruye este mito; pero lo sortea
de una manera inesperada. El filme tiene
Bronté; pero tiene un héroe: el hermano, Este hermano (que viv
realmente, ¢ incluso escribis) supone el retomno de lo Reprimido a la
historia de las Bronté. No es un retorno triunfante. Branwell
de deseos y de dudas, no realiza nada; muere de alcohol, de opio, de
fracaso; roido, encogido, destruido desde el interi