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2. EL LUGAR DEL TERRITORIO EN LA MODERNIDAD; IMPLICACIONES Y ALCANCES Rarat E. Fonseca CHAVEZ ‘Master en Cooperacién al Desarrollo, especialidad en Planificacién Integral del Desarrollo Local, Universitat de Valencia Licenciado en Sociologia por la UNAM. Contenido: 1. Introduccién. 2. Progreso, desarrollo, modemnidad y medio am- biente, 3. Territorialidad, espacio y urbanidad, 4. De las relacio- nes campo-ciudad a las relaciones urbano-rurales. 5. Conclusiones acerca de las relaciones entre modemidad y terrtorio. Referencias bibliograficas 1, INTRODUCCION A lo largo de las paginas de este capitulo se abordan algunos de los con- ceptos que consideramos fundamentales para llegar a entender la direccién y la logica del espacio moderno y las implicaciones que el proceso de mo- dernizacién, tal y como se entiende, tiene para el territorio (su considera- cidn y gestién). Los dos conceptos basicos que guian el discurso, por tanto, son los de modernidad y territorio, alrededor de los cuales giran el resto. La modernidad, entendida como ideologia que juega con otros conceptos como los de progreso y desarrollo, afecta directamente ala forma de conce- bir y transformar el medio ambiente. El territorio, por su parte, se considera como el espacio sometido por una comunidad de hombres y mujeres en el que la modernidad tiene su efecto; pero también como el espacio donde se puede llevar a cabo la accién transformadora para la construccién de una ecologia social responsable. En el primer apartado que sigue a continuacién se abordan los concep- tos de progreso, desarrollo y modernidad (, por extensién, moderniza- i6n), todos ellos ligados a las consecuencias que tiene concebir la natura- leza y el medio ambiente desde esta ideologfa, En el segundo, se tratarén los conceptos de territorio y espacio. Se jugar con el concepto de vacio, desierto y desperdicio que ya se apunta en el primero, Finalmente, en el tercero se tratara la cuestién de cémo la modernidad tiene su influencia sobre el desarrollo de los espacios urbanos y rurales, sobre las relaciones 2 Rafael E. Fonseca Chavez que mantienen entre ellos y sobre la forma de entenderla. El capitulo se cierra con las conclusiones. 2. PROGRESO, DESARROLLO, MODERNIDAD Y MEDIO. AMBIENTE “Los seres humanos hacen algo mal, dejan algtin daiio sin reparay, y cuando los resultados adversos se acumulan, trabajan con todo su empetio para corregiios. Cuando parece que las acciones correctivas tienen éxito, consideran estas medidas como logros o beneficis espiéndidos. La gente hace esto una y otra vez. fs como si tun loco saltara sobre su tejado y lo rompiera, Después, cuando empieza a liover y el techo empieza a deshacerse, sube con presura para remendar el ertoy,regociandose al final de que ha lograd una solucion milagrosa”(Masawosu Fucks, 2001, p. 18 Trad. del autor—), Para escribir sobre la modernidad, progreso, desarrollo y su relacién con el medio ambiente se requiere de cierto esfuerzo creativo. Esto se debe ala inmensa cantidad de material que se ha producido con el tiempo. Po- demos hablar de estos conceptos tanto como ideologias abstractas como luna préctica concreta; 0 resumir caética y precipitadamente la responsabi- lidad que tienen sobre la situacién actual del mundo, resaltando la cuestién de la incertidumbre y de los pronésticos apocalipticos que tanto impacto tienen en nuestras sociedades. Sin embargo, alo largo de estas piginas, més bien se quiere esbozar una idea general de lo que se entiende con estos con- ceptos desde una perspectiva anti-moderna o a-moderna, Por ello mismo, se intentard ser breve y se trataran no como fendmenos nuevos y recién descubiertos, sino como una idea que se ha trabajado hace siglos pero que en los iiltimos afios ha sido reflexionada desde nuevas perspectivas, De igual manera, se pretende trabajar estos conceptos con miras a abordar criticamente su expresi6n en el territorio humano. La modernidad es el modelo de pensamiento (o ideologia) dominante en este mundo globalizado. Este marco conceptual, que guia las acciones y los sentires generales, tiene su origen en una Europa llena de miedo, Mie- do de la naturaleza, de lo divino y de lo terrenal, pero esencialmente, un miedo al “otro”, Este miedo al “otro” y a lo desconocido, junto con su ambi- i6n, es lo que desencadend la serie de acontecimientos que dirigieron a sus pueblos a emprender las campaftas de conquista global para “europeizar” al mundo, normalizando, de esta forma, las diferencias que no lograban F sllugar del teritorio en la modernidads implicaciones y alcances 3 comprender 0 aceptar (Doria Jx, 2010; Comiré INvistBLE, 2015: 30). us primeras expresiones en letra, y parte de sus fundamentos, se pueden rastrear en los textos de Hobbes, Maquiavelo, Rousseau y Montesquieu. La ideologia moderna, a pesar de ser creacién puramente europea, ha sido exportada a cada esquina del mundo. La modernidad es una idea que amalgama muchos conceptos mostra- dos en fragmentos. Se basa esencialmente en el antropocentrismo, en el ser individual, el progreso, el orden yla ciencia, Todo ello se retine en expresio- nes concretas que construyen ideas generales de desarrollo. Es, entonces, tuna totalidad que acecha y recorre todos los émbitos de la vida humana, que contiene en cada una de sus partes el germen de une ideologia que se muestra antagénica y repele numerosas formas de expresi6n. Cuando la modernidad trastoca las relaciones humanas y las dibuja bajo sus esquemas termina construyendo un mundo a su imagen y semejanza, ‘que no permite una visién independiente desde fuera, sino que lo tinico que acepta es una introspeccién basada en el eco de sus palabras. Es un concepto que tiene una fuerza de gravedad tal que no deja escapar de su 6r- bita a los demés conceptos que la acompaiian, La modernidad no es nada si no logra construir una idea de progreso, configurar una técnica especifica (con base ideol6gica en la ciencia) y formas de desarrollo que son antitéti- cas del mundo natural y, por lo tanto, contrarias al bienestar sostenido del ser humano, Para entender el modelo moderno de despojo y desprecio hacia la na- turaleza, es necesario precisar sus bases, aunque sea breve y esquemética- mente. Por lo tanto, antes de avanzar hacia otros concep‘os, se apunta lo que implicé la modernidad para el ser humano, Para ello sefialaremos unos Puntos clave con base en lo que Luis Villoro trata en su libro “El Pensamien- to Moderno: Filosofia del Renacimiento” afiadiendo algunas aclaraciones. 1, El ser humano ha perdido un puesto en el mundo, pero gané la li- bertad de ser un ente individual. Ahora el ser humano hace frente al mundo y se separa del mundo natural; él es el tinico con libertad y capacidad de trascender. Al carecer de una naturaleza fija, el ser hu- mano se convierte en posibilidad creadora. La principal separacién con los demés objetos naturales es la libertad de accién que tiene el ser humano sobre la naturaleza. 74 Rafael E Fonseca Chaves 2. La libertad ganada, al separarse de la naturaleza, le brinda la capa- Cidad de decidir sobre su propio entorno, la capacidad de crear una segunda naturaleza, que es su hogar: la sociedad. Esta sociedad no es impuesta por el medio, es un orden racional organizado a través de tun Estado, cultura e historia, El ser humano la construye y transfor- ‘ma, proyectindola hacia el futuro (progreso) 3. El ser humano conoce el mundo desde fuera, ya que se le aparece separado de si mismo. El mundo se conoce desde y por el sujeto hu- mano, reduciendo las expresiones del mundo a conceptos que le sean aprehensibles, Se separa asi, de forma dual y antagénica, el mundo entre lo humano-sujeto y lo natural-objeto, 4. Elser humano no solo es capaz de conocer al mundo, sino de trans- formarlo, Ahora puede dominar le naturaleza para modificarla segiin sus necesidades. El trabajo cumple la funcién de manipular la natu- raleza, destruirla y modificarla para asi crear artefactos y construir su segunda naturaleza. 5. Lavvisién del intelecto también se modificés pasa de las explicaciones “heredadas y transmitidas por tradicién’” alas explicaciones “basadas en la razr’: Este es el origen de la ciencia como ideologia, donde todo puede ser sometido a explicaciones racionales de medicién y cilculo. Se genera una tendencia a mantener la fe en las explicaciones del método cientifico ya que fue creado de “forma racional” por el mismo ser humano (ViLLoRo, 1992). En cuanto el ser humano se sintié libre y separado de la naturaleza, se desentendié de su medio, No se daba cuenta que caia en una contradiecion irresoluble: depende completamente de la naturaleza y a la vez la niega. Entra en una posicién de arrogancia, en la que no comprende que su pro- pio modelo no es sustentable. El querer conocer todo, a través de la ciencia, de la abstraccién y su razén, le hace olvidar que sigue atado al mundo; se siente libre, pero en realidad es una ceguera hacia su propio destino, es una negacién de si mismo. Al separarse de su propio sustento material-natural, a través de esta abstraccién racional autoimpuesta de s{ mismo, se generan dinamicas de explotacién y sometimiento jerérquico de las demas formas naturales con las que convive el ser humano. “Esta catdstrofe [occidental] es en primer lugar existencial, afectiva, metafisica. Reside en la incretble extranteza ante el lugar del teritorio en a modernided implicacionesyaleances B mundo por parte del hombre occidental, la misma que exige, por ejemplo, que el hombre se vuelva amo y poseedor de la naturaleza; solo se busca dominar caquello que se teme” (Comrre INVISIBLE, 2015: 30). Con esta extrafieza es con la que el hombre maderno (y digo hombre por su carécter patriarcal) camina por el mundo. La conquista que emprendié el hombre blanco, principalmente sobre el continente americano, reforz6 su identidad moderna de separacién soci dad/cultura-naturaleza. Su actuar violento era resultado de la imposicién de su “segunda naturaleza’, “perfecta” y “artificial” sobre la naturaleza “sal- vaje” ¢ “imperfecta” (ALvaRES, 1988: 37). Se declaré la guerra en contra del medio ambiente, y en tiltima instancia contra el ser humano mismo, La herramienta moderna ideol6gica (0 medio) que se utiliz6 para dirigit con éxito esta empresa fue la ciencia, y Ia excusa (0 fin) fue el desarrollo/ progreso, Con la modernidad, lo “natural” y lo “artificial” se convierten en sinéni- mo de lo “salvaje” ylo “humano’ respectivamente. Todo aquel proceso de transformacién que el ser humano lleva a cabo con sus herramientas moder- nas es también un proceso de “desnaturalizacién’. Es entonces cuando se abre tuna grieta ontolégica en el mundo: por un lado encontramos lo artificial/ humano y por otro lo natural/salvaje, aquel dispuesto a domar/dominar a este (MoRRow, 2009: 9) Sin embargo, este proceso de separacién creciente de lo natural através de su dominacién paraddjicamente nos une més a y nos vuelve mas dependientes de ello (LASH ET AL., 1996: 9, citado por Dex Monat ¥ PEDREGAL). La separacién de lo natural y lo artificial es una categorizacién moder- nna. Nuestras creaciones humanas son hasta cierto punto naturales, pero el ser humano moderno, en su arrogancia, lo olvida (0 lo pretende olvidar) constantemente. Aqui surgen preguntas un tanto problemiéticas como por ejemplo si una computadora o un automévil son naturales. La respuesta es si yno. La jerarquizacién ontoldgica con la que la modernidad juzga al mundo encontraré a la computadora como algo artificial que se distingue, evidentemente, de una roca o un péjaro. Pero, jen qué medida se ha perdi- do Jo natural de una computadora cuando todos sus componentes provie- nen de ella, cuando todo su funcionamiento obedece a procesos naturales? La respuesta, quizés, esta en recordar que esta separacién naturaleza- humanidad es solamente una creacién moderna. Pero eso no lo resuelve ae Rafael E. Fonseca Chavez todo ya que, evidentemente, se distingue de algun objeto puramente na- tural, como una montafa o una planta, La solucién podria ser que el hu- mano, cuando se empeiié en olvidar su propia nataraleza, logré construir herramientas, culturas e ideas que, a pesar de ser naturales, van en contra de lo natural por presentarse jerarquicamente sobre ella. Entonces, se po- dré entender que una carretera que cruza un bosque o un desierto no es ar- tificial, sino antinatural (olvidando la carga moral-religiosa del concepto). Anti-natural porque se opone a lo natural, interrumpe sus ciclos y genera dafios, Basicamente, la ciencia moderna se encargé de controlar lo natural de forma antinatural, controlando la interrupcién de sus ciclos y disminu- yendo (temporalmente) el efecto de retorno, La modernidad encontré en la ciencia un alivio para sus noches, ya que le permitia justificarse racionalmente ante el mundo sabiendo que ahora tenia las puertas abiertas para actuar sobre la realidad, Se dispuso a dejar el mundo de las ideas y permitir que la técnica cientifica materializara el ima- ginario moderno y sus conceptos sobre el mundo concreto, Rapidamente, la maquina se convirtié en la bandera y “Cristo” de la ciencia moderna. Finalmente, esta maquina se multiplicé y se constituyé como una maqui- naria completa, pues consta de un sistema de redes mecanizadas integradas interdependientes cuya pretensidn es extenderse globalmente conforman- do una maquina global. Este proyecto de mecanizacién del mundo es tan concreto como ideal, al conseguir unir los mundos ideales y materiales de lamodernidad (el idealismo y materialismo europeo) en torno a un mismo objetivo de edificacién de lo humano como méquina. La ciencia moderna busca remplazar todo aquello que se considere or- ganico con la previsibilidad y capacidad de control de lo mecénico. Por ahora es comin encontrar que se defina el cuerpo del ser humano como Ja “maquina perfecta’, ignorando que la maquina es simplemente una imi- tacién que la ciencia moderna hace de los procesos naturales autdnomos. Por lo tanto, una maquina perfecta implicaria su propia negacién, dejaria de ser méquina y seria otro proceso natural mas. Existe entonces un deseo por convertir todo lo “salvaje” en una serie de procesos predecibles y ma- nejables mecinicamente a través de la ciencia moderna y sus herramientas y técnicas. Esta forma de concebir el mundo tiene como objetivo el control definitivo de la naturaleza para dirigir sus fuerzas hacia el desarrollo/pro- greso de la sociedad humana. Este deseo de control es lo que le permite FE luge del tenor en a modernidadimplaconsy lances 7 justificar sus acciones colonizadoras, pues toda aquella zona que escape de su control implica incertidumbre y “desperdicio” (ALVARES, 1988: 39-43), La idea de desperdicio surge debido a que se intenta integrar todos los componentes naturales a la maquinaria humana cientifico-moderna, Al dejar algiin rio o valle a merced de las fuerzas impredecibles de la natura- lea se estaria dejando de lado también un componente potencial para ali- mentar la maquinaria. De esta forma, se acecha el mundo natural a través de una conquista material de sus libertades, para constrefirlas en corsés de planificacién antropocéntrica. Afios de ejercer dafios ecolégicos con la logica del “bien mayor” (favoreciendo obviamente al ser humano) han lle- vado a la pérdida de capacidad de regeneracién de la misma naturaleza y, eventualmente, nos han dirigido hacia el desastre ecoldgico global actual (Siva, 1988: 87). La ciencia otorga las herramientas de convencimien- to al Estado para desplegar sus fuerzas, actuar de forma violenta y exigir sactificios a las personas bajo la logica de la legitimidad de sus métodos y previsiones (NANDy, 1988: 2-8). Cuando la modernidad construyé su discurso, hace siglos, requerfa de su propia herramienta ontolégica para acercarse al mundo y transformar- Jo, ya que la modernidad es esencialmente una fuerza transformadora. La ciencia constituye uno de los pilares que dan fundamento a nuestra so- ciedad moderna. Nuestras acciones, tanto individuales como sociales, de- ben seguir su racionalidad. Desde esta perspectiva, la ciencia se construye como una ideologia de dominacién, pues su objetivo central es el control definitivo de lo no humano por lo humano, y de lo humano por sistemas mecanizados de decisién/accién. Surgié entonces una técnica globalizada de transformacién que desprecia cualquier otra forma de racionalidad. La ciencia se muestra como la tinica forma de llegar a la verdad, pues toda verdad sélo puede ser cientifica. Se denuestan las demés racionalidades. Boaventura de Sousa Santos describe esta racionalidad como pensamien- to moderno occidental abismal, pues parte de la invisibilizacién que se hace de cualquier otra forma de pensamiento o racionalidad: el mundo se vuelve monocultural y mono-racional (Dr Sousa SaxTos, 2010). De igual ‘manera se puede vincular con la idea del pensamiento unidimensional de Herbert Marcuse, como un pensamiento que se autovalida y que se esta- Dlece de forma institucional desde un “racionalismo moderno ascendente” a partir de los mecanismos del Estado (MarcusE, 1993: 44-45), O como a Rafael E, Fonseca Chavee scribe Milan Kundera en su libro “Inmortalidad’, que ser auténticamente ‘moderno significa no cuestionar nunca el contenido de la modernidad. El desarrollo moderno es entonces el proceso/fin al que la ciencia est dispuesta a llegar, justificindose mutuamente en la idea de progreso. El de- sarrollo es la ciencia de la separacién del ser humano de la naturaleza. Esta actividad humana basada en la ciencia y tecnologia modernas era conside- rada por Ivan llich como una actividad de guerre. Shiv Visvanathan identifica cuatro caracteristicas principales de esta forma de desarrollo: “1, El proyecto hobbesiano, la concepcién de la sociedad basada en el mé- todo cientifico. 2. Las imposiciones del progreso, las cuales legitiman el uso de la ingenie- 1fa social en todos los objetos definidos como atrasados o retrégrados. 3. El mandato de la viviseccién, en el cual, el otro se convierte en el obje- 40 de experimentacién, en esencia violento, en el que se infringe dao en el nombre de la ciencia, 4. La idea de triaje, que combina los conceptos de racional, experimental, el concepto de obsolescencia y viviseccidn, segiin el cual, una subcultura 0 especie se etiqueta como obsoleta y se condena a muerte debido a un juicio racional que lo juzga como incurable” (VisVANATHAN, 1988: 98). Bajo esta ideologia préctica, se despoja a lo natural y a lo “retrégrado” de su calidad de sujeto; se considera como un objeto experimental de des- perdicio (viviseccin y triaje). El mundo se presenta separado en seccio- nes inconmensurables, uniéndolo sélo como una totalidad fragmentada bajo tutela del orden simbélico moderno, El desarrollo/progreso encuentra sencillo justificar la construccién de un fraccionamiento urbano sobre un zea ecolégicamente o socialmente sensible debido a que la ciencia logra separar los impactos ambientales y sociales y es capaz de mostrarlos como aislados, controlados y asimilables. Sin duda, existen muchas definiciones de desarrollo moderno, cada una con su particular énfasis en uno u otro elemento. En su gran mayoria, estas definiciones no suponen un limite al desarrollo, lo entienden como algo infinito, perpetuo y ascendente. Asi como la destruccién de la naturaleza por el ser humano implica su propia desaparicién, el desarrollo ilimitado implica su propio desgaste. O en palabras de Desonn (2002: 59-60): “La garde tenritorio en la modernidad: mpliacionesyaleanees 7 victoria de la economia auténoma conlleva al mismo tiempo su derrota. Las {uerzas mecanizadas por ella suprimen la “necesidad econémica” que fue la ‘base sobre la cual se sustentaron las sociedades antiguas. Al sustituirla por la necesidad de un desarrollo econémico infinito, tiene que suplantar la satisfac- cidn de las necesidades humanas primarias; sumariamente reconocidas, por una produccién ininterrumpida de pseudonecesidades que remiten a la gran pseudonecesidad: el mantenimiento de su imperi La logica de esta tendencia subyace en la idea de progreso, que consigue destruirse a s{ misma mientras se construye. El desarrollo es el avance del progresos el progreso es el avance del desarrollo. El progreso es un con- cepto inclusive poético, similar al del horizonte, de lo inalcanzable. Es asi como se define al progreso como un avance ascendente ilimitado proyecta- do hacia el infinito, El horizonte al que se intenta llegar acaba no siendo el de la esperanza sino el de la ansiedad, un desplazamiento encarrerado por alcanzar algo imposible. 3. TERRITORIALIDAD, ESPACIO Y URBANIDAD “Yel problema no se resolveré con la compra de un coche hid, la firma ce tra: tados 0 apagando el aire acondicionado. EI mayor problema es flosslico, se vata de comprender que nuestra civilizacién esta ya muerta” (Cowiré lnvsist, 2015: 29-30). Este desarrollo/progreso y su modernidad que venimos refiriendo con- figuran formas especificas de territorio y de espacio que se expresan en nuestro entorno. Como consecuencia del despliegue de la técnica cientifica moderna sobre la tierra, logramos crear esa segunda naturaleza de la que hhablabamos en la seccién anterior. Se dibuja de igual manera una red abs- tracta de lineas imaginarias que construyen, dividen y destruyen el espacio (municipalidades, fronteras nacionales... entre otras). El Estado-nacién es tun producto icénico de esta abstraccidn. Sin embargo, no son los Esta- dos nacién los que dictan directamente la construccién del espacio, esta tarea se la delegaron a la ciudad (que fue anterior al Estado) y a sus multi- ples variables. Los Estados planifican el espacio de acuerdo a su modelo de desarrollo moderno, fundamentado en el progreso y en sus presupuestos econémicos. Sin embargo, los miiltiples elementos a los que se enfrenta el Estado en un espacio determinado (condiciones naturales, economia, rela- ciones internacionales, sistemas de ciudades, grupos politicos, entre otros) G eis “aMoRcA 80 ‘Rafael E. Fonseca Chiver hhacen que esta planificacién se modifique y se adapte a las condiciones especificas de un territorio, resultando en una ordenacién territorial con. creta, El espacio es un concepto que escapa de las ciencias sociales y de las ciencias naturales, En s{es una abstraccién humana bastante compleja que tiene una carga literaria y espiritual evidente, Muestra de ello es que las diversas culturas alrededor del mundo sienten sus espacios de forma dife. rente, La cultura occidental, por ejemplo, basa su espacio en el plano car- tesiano, definido por las direcciones Norte, Sur, Este y Oeste; las culturas indigenas generalmente consideran més de esos puntos, por ejemplo los Ding, en el suroeste de Estados Unidos, que afaden a la lista el “Arriba” y el “Abajo” El espacio se ha concebido de formas distintas a lo largo de la historia de la modernidad. No ha existido un consenso general de lo que se debe entender por espacio en las ciencias geogréficas. Inicialmente se separé el espacio humano del espacio natural, haciendo un esfuerzo para distinguir uno del otro. Una dificultad para generar un consenso sobre este concepto ¢€s que “espacio” abarca una multiplicidad de dimensiones (espacio huma- no, espacio social, espacio académico, etc.). Para simplificar, aqui busca- remos entender el espacio desde la dimensién humana y dirigida hacia la idea de territorio. Inicialmente, los primeros gedgrafos positivistas trataron de construir una idea de espacio. Como forma de homogenizar el espacio, se consideré que medir el espacio a través de formulas exactas llevaria a Poder definirlo en si mismo, bajo el presupuesto cientifico de que si algo se puede medir es porque es verdadero y, en consecuencia, universalmente aplicable (Paast, 2011: 167). Considerar el espacio como un plano carte- siano, con coordenadas y unidades de medicin es itil para acciones prag- maticas y para la aplicacién de ciertas técnicas cientificas, sin embargo nos impide acercarnos al significado humano de lo que vivimos como espacio, Para una elaboracién bisica del concepto, podemos iniciarla con ideas simples, pero amplias, con la capacidad de integrar las demas con- cepciones de espacio. Harthstrome entiende el espacio como el factor de integracion de la geografia y que relaciona los fenémenos entre ellos (Paast, 2011: 167). En la misma linea, Magnaghi entiende el espacio como una construccién hist6rica de relaciones entre la sociedad y la naturaleza (Saquet, 2016: 7). Estas dos ideas se podrian complementar lugar del tervtorio en la modernidads implicacionesy alcances a con la idea de Estébanez, para quien el espacio es la parte del mundo social donde la gente vive, trabaja y se socializa (ESTEBANEZ, 1994: 22). Con estas tres definiciones, se puede dejar una base en la que se incluye tanto la dimensién geogréficanatural como la socialhumana, ‘Aqui es donde se empieza a jugar con las posibilidades de que el espacio aterrice de forma concreta en estas dimensiones. Algunos autores en lugar de hablar propiamente de espacio hablan de territorio, ya que lo consideran como la expresién social de espacio; en otras palabras, se considera que el territorio define de forma social al espacio. Segiin Cunha, Becattini y Bagnasco el espacio humano se define como un territorio en el que existen procesos y relaciones que construyen redes a escalas locales, regionales y globales ¢ integran la idea de actores como instituciones e individuos (Sa- QUET, 2016: 67). A esta definicién de territorio como redes, también se le puede agregar la idea de Bourdin de territorio-proyecto, al considerarlo como la construccién colectiva de distintos actores en un espacio a través de acciones organizadas y dirigidas a objetivos (BouRp1N, 1994). Estas de- finiciones nos ayudan a definir bases generales del concepto de territorio, las cuales siguieron desarrolléndose y a las que se les integraron més ma- tices. Raffestin considera que la territorialidad forma parte de un sistema tri- dimensional que integra el espacio, la sociedad y el tiempo. Su idea de te- rritorialidad nos resulta muy pertinente en tanto nos ayuda a acercarnos a.una critica del espacio moderno al considerar que la cohesién territorial debe construirse a través de acciones humanas dirigidas en torno a la au- tonomfa (RarFEstin, 1981: 164, citado por Dematteis y Governa). El terri- torio para Raffestin se construye a través de la decisién y accién colectiva de los actores organizada en torno a proyectos/programas, definiendo las intenciones, voluntades y relaciones de poder. Tiene similitudes con la idea del Homo Democraticus de Habermas, en el sentido de que busca encontrar soluciones a partir de una colectividad auténoma que lleva a cabo accio- hes de forma libre en sus propios términos, siguiendo los principios de tacionalidad de la accién comunicativa, Rabinow, por su parte, nos ayuda a completar la idea, al observar que la modernidad, a través de su tecnologia, busca homogenizar y aislar a los individuos, en lugar de unirlos en torno.a su autonomia, Asimismo, habla de la colaboracién entre los actores, nece- saria para recuperar el patrimonio territorial y para transformar el espacio 82 Rafael E, Fonseca Chiver de forma reflexiva (DeMarTets ¥ GoVERNA, 2005: 38; CADUFF ¥ RABINOW, 2007: 1- 2). Dematteis y Governa tratan de integrar varias ideas de territorio y lo definen como una construccién social “resultado de la accién colectiva de los agentes la cual sin embargo, a su vez, se ejercita sobre la materialidad de los lugares” (DeMarTEIs Y Governa, 2005: 42). De igual manera, lo entremezclan con las ideas de redes, considerando las relaciones externas ¢ internas. Se basaron en Raffestin y Rabinow para tratar la cuestién de las, acciones humanas y consideran que se debe transitar de una territorialidad pasiva a una activa, Estos procesos, segtin Pasi, deben ir acompaiados de una gobernanza regional dirigida hacia la identidad con el objetivo de convertirse en entidades significativas que integren las dimensiones indivi- duales y colectivas. (Paast, 2003: 476; 2011: 171). Las criticas al concepto de territorio y espacio Ilevadas a cabo por Ra- ffestin y Rabinow, principalmente, llaman a una apertura de los mismos para dirigirlos hacia la accién en favor de lo colectivo. En otras palabras, buscan una gestién en la que las personas retomen el poder local de su territorio, uno con Ja autonomia (Raffestin] y otro por medio de la colabo- racién [Rabinow]. Gervais-Lambony y Dufaux consideran que Ia organizacién del espa- cio produce injusticia y consideran, al igual que los autores anteriores, que existe una necesidad de organizar la territorialidad de acuerdo a formas de participacién democriticas para reducir esta injusticia (GrRVAIS-LAM- Bony ¥ DuFAUx, 2009). Esta idea se acerca alo que Castells trabajo, ya que él consideraba que el espacio es un bien piblico que slo puede ser ges- tionado por la comunidad, y juega con la idea de identidades y resistencia (Demarreis ¥ Governa, 2005: 33-34; PAAst, 2011: 475). David Harvey hizo notar que en la modernidad el tiempo y el espacio estan muy ligados, ya que su objetivo es reducir el tiempo sobre el espacio; en otras palabras, incrementar la velocidad de distribucién de las mercan- cias (HaRvey, 2004). Para Harvey, el espacio se adecua a los tiempos del capital y del trabajo. Sus trabajos buscan explicar la distribucién del espacio urbano y cémo es esculpido a través de las dinamicas de la mercancfa y sus necesidades (BARNES, 2011: 155). Su trabajo esté vinculado con el de Massey, la cual también considera que el trabajo, Ia industria y su especializacién moldean la construccién Fl lugar del territorio én la moderna implicaciones yaleances 3 del espacio, La acumulacién del capital es para Harvey la base de la distribucién y es esta dindmica la que hace regiones a partir del espacio (Barnes, 2011: 156; Paast, 2011: 169). Otros autores, como Lefebvre 0 Soja, tratan el tema de la critica al espacio moderno desde otras pers- pectivas que complementan estas ideas. El trabajo de Henri Lefebvre sobre el espacio es bastante detallado y ex- tenso, Sin intenciones de desechar su enorme contribucién, en este trabajo reduciremos su idea de espacio a unas breves palabras. LEFEBVRE consi- dera al espacio social como el lugar de produccién y reproduccién de las relaciones de produccién y de dominacién. Las contradicciones del sistema se median a través del espacio y las formas de ocuparlo son expresiGn de esta mediacién. Para él, la lucha social es necesariamente una lucha por el espacio (LeFEBVRE, 1981). Edward Soja retoma muchas de las ideas de Lefebvre y de Harvey. Al igual que Lefebvre, considera que el sitio en el que la lucha social se debe desarrollar es en el espacio y que su objetivo debe ser el control de la pro- duccién social de dicho espacio (Sosa, 1986: 110), Para Soja, el espacio social tiene tres momentos:(1) la prictica espacial, (2) las representaciones del espacio y (3) los espacios de representacién. La practica espacial es el espacio percibido, es la primera aparicién del espacio frente a la préctica humana. El segundo momento es el de las representaciones del espacio, 0 espacio concebido. Este momento se construye a través del poder, la ideo- logia, el control y a vigilancia. Aqui se puede recordar un poco el concepto que introduce Rabinow, pensando en Foucault, de tecnologia disciplinaria en el territorio, dirigida a homogenizar y aislar al individuo. El tercero y ‘limo momento del espacio es el espacio de representaciones, o espacio vivido. Este tercero es el més interesante y complejo, como una apertura a la dialéctica del espacio. Su propuesta es que este espacio es una construc- cién/destruccién colectiva e individual, que su resultado es un espacio tanto imaginario como real, concreto como abstracto. El tercer espacio se construye a través de una trialéctica de historia-geografia-sociedad. La base del concepto es una apertura de las dualidades y la aceptacién de un tercer concepto, que segtin Soja es la aceptacién de un-otro (Soja, 1996: 66 -72). Este espacio permite integrar otros conceptos de espacialidad y per- mite trabajar los espacios humanos desde una perspectiva amplia y critica. EEE 84 ‘Rafael E. Fonseca Chaver Cuadro 1 Sintesis de corrientes, autores e ideas Conceptos gene- | Terrtorio | Ideas de gestén de | Autonomia, ca: Corriente | "les de espacio y | como. redes | teritorio con autono- | pital y sociedad territorio y telaciones | mia y comunidad entre actores Harthstrom, Mag- | Cunha, Be- | Raffestin, Rabinow, | David Harvey, naghiy Exébanez | catini, Bag- | Demattels y Gover- | Massey, Lefevre, Autores nasco yBou- | na, Passi, Gervais- | Soja rin Lambony y Dufaux Castells * Espacio como | + Territorio | + Terrtorio como es- | + Tiempo ye geograia y sus | como pro- | pacio, sociedad y | pacio se ade- Fendmencs cesos’ y | tiempo. Construc- | cua a empos + Construccién | relaciones | cién democrdtica | del capital histérica de la | a diferen- | tacional del es- | + Espacio so- sociedad con | tesescalas | pacio. Transforma- | cial produce lanauraleza’ | entre ac- | cién reflexwa del | y reproduce + Espacio donde | tores espacio relaciones de la gente vive, | + Idea de | Construccién co- | produccién y trabaja y socia- | territorio- | _lectiva, con redesy | _dominacién liza proyecto. | una territoialidad | * Lucha social setiva para producir we * Gobemanas aun, | apace coe vés de identidad | © apretura dia- ee individual y colee- | léctica tiva + construccién’ + Partcipacién de- | destruccién mocritica nece- | colectiva ein- saria para reducit | dividual injustcias Ideas retoma- + Bien piblico ges- | das de traba- tionado por comu- | jos de Lefevre nidad, identidad y | y Marx resistencias Ideas con influen- cia de Habermas y Foucault Fuente: Elaboracién propia Utilizaremos la idea de tercer espacio para entender lo que se concibe como urbanidad en la modernidad, Seleccionamos esta idea debido a que Soya logra abarcar gran parte de los conceptos que describimos anterior- mente de espacio y territorio, logrando una sintesis de muchos de ellos, luge del tersitorio en a moderideimplcacionesyaleances 85 ademés de que su perspectiva critica nos permite abordar el espacio mo- demo desde otro punto de vista, En los dos cuadros 1 y 2 se pueden encontrar sintesis breves de las ideas de los autores que hemos referenciado. Bagrasco Cuadro2. Concepciones de territoralidad y espacio Territorio como reciprocidad entre individuos eInsituciones, mercado, orga- sizacin interna y externa y ‘policy’. (SAquET, 2016, p. 6) Becattini “Red local de transacciones que se especializan en cieros productos vineu- lados a redes globales, en un proceso de empoderamiento de caractersticas locales y especificas.” (Suquer, 2016, p. 6) Bourdin Se concibe como tertorioproyecto, Se construye através de la accién colec- tiva de los distintos actores que conviven en el espacio, segin sus objetivos y segun la capacidad de organizacién de cada uno. El Estado es un actor clave. (Bourom, 1994) Castells El terrtorio es un bien piblico que genera ventajas y desvantajae que s6lo pueden ser gestionacos desde la comunidad, Las redes globales se achieren 8 os tertoros para operar. (Dzvartes y Govern, 2005, p, 33-34) Ayuda a ‘constuitidentidades de resistencia (Pass, 2011, p. 475) Cunha Territori definido por procesos endégenos y de relaciones de proximidad sin dejar de lado las escalasregionales y glebales. (SaqueT, 2016, p. 7), Dematteis y Governa “el teitorio (..] es una “construccién® que se realiza como resultado de la acci6n colectva de los agentes la cual sin embargo a su vez, se elercita sobre la materalidad de los lugares" (Devartes ¥ Gove, 2005, p. 42) Territorio integrado por mileu local, redes de individuos, relacién de redes locales con ecosistera y relacin de redes con redes extemas a diferentes escalas.(Saquer, 2016, p. 7) Terrtoialidad activa Estébanez El espacio es la parte del mundo social dande la gente vive wabaja y se social- iza,(Esrezanez, 1994, p22) Gonais- Lambony y Dufaux a organizaciGn de! espacio produce la injustici, La construcciGn de terito Fio deriva de la democracia particjpativa y la aplicacién de politicas necesita dde un grado minimo de terrtorializacién para responder adecuadamente a necesidades. (Geva-Lawson y Dura, 2003), Harthstrome El espacio es el factor que integra a la geogratfa relaciona alos fenémenos entre ellos (Pas, 2011, p. 167) Harvey El espacio se adecua a los tiempos del capital y abajo. Su wabajo se centra fen la forma en la que las mercancias dibujan el expacio urbano (Bases, 2011, p. 155) 86 Rafael E. Fonseca Chiver Lefebvre Territorio crea identidad. Espacio social es el lugar de produccin y reproduc. Cidn de las relaciones de produccién y dominacién, Las contradicciones del sistema se median a través del espacio y formas de ocuparel espacio. La lucha social debe convertirse en una lucha por el espacio, (Leravee, 1981) Lundberg, Concepcién positivista del espacio, se define a ravés de relaciones de posicign ‘expresadas de forma matematica, (Pass, 2011, p. 167) Magnaghi CConsiruccién histrica entre la sociedad y la naturaleza, Esta elaciGn define el deserollo como sustentable 0 degradante. (Saqutr, 2016, p. 7) El rabajo, la industria y su especializacin se organiza espacialmente. Elespa Cio es donde se acurnula el capital, que finalmente constituye regiones como base de esta acumulacién, (Barnes, 2011, p. 156; Paas, 2011, p. 169), Paasi Las regiones se despliegan en terttorios enmarcados en procesos de gober- rnanza y los convierte en entidadessignificatvas. (Pasi, 2011, p. 171) La iden tidad regional es importante para la producedén de lo individuallcolectva, desce ariba (gobernanza teritorial) y desde abajo (identiicacinteritoral y resistencia) (Pas, 2003, p. 476) Rabinow Patrimonio tertorial como proceso de una acumulaciGn selectva, de elemen. ‘os del pasado reactualizados en el presente, (Divarres v Gowen, 2008, p38) La tenologta dsciplinaria actia en un tertorio particular sobre los ind!vidu (08 en bisqueda de una homogenizacién y de aislamiento, Espacio como milieu, en el cual se unen hechos naturales y hechos atificales entretejidos histricamente, es dinémico y se transforma de forma teflexiva, (Caoure y Rasiow, 2007, p. 12) Distincién entre cooperacién y colaboracién, Raffestin Terrtorialidad es un “conjunto de relaciones que nacen en un sistema tidi- ‘mensional sociedad-espacio-tiempo con el propésito de alcanzar la mayor Autonoma posible compatible con los recursos del sistema’ (Rarresm, 1901, . 164, cTA00 rok Dewarras v Govetwa) Relaciones con lo exterior y con laalteridad, a tavés de mediadores para con- struirautonomfa, Cohestntertorial segin extrategas,tecnologias¢intereses de actores seginrelaciones de poder Soja El espacio debe ser el sitio donde la lucha social debe tomar lugar se debe tomar control dela produccin social del espacio. (Scr, 1985, 110) El espacio social tiene res momentos, la prictica espacial, las representaciones del espa Cio y os espacios de representacién (Soi, 1996, p. 66-72) Fuente: Elaboracién propia, 4. DE LAS RELACIONES CAMPO-CIUDAD A LAS RELACIONES URBANO-RURALES. Pasemos ahora al tema de la urbanidad y el espacio. El espacio urbano ¢s la forma ideolégica que toma el despliegue de las fuerzas modernas so- bre la naturaleza. La urbanizacién es el momento en el que se avanza en la sxivgar el trtoro ena modersidampicaionesyakanes ” edificacién de urbanidad sobre un espacio considerado desatendido 0 va- cio, La modernidad se ha empefiado en distribuirse espacialmente con su centro de influencia en y desde una forma territorial especifica: la ciudad. La mayoria de los tedricos positivistas, como los franceses Augusto Comte y Emile Durkheim, hablan de la ciudad como un espacio de orden, un lugar que es propicio para el progreso de la modernidad, de la ciencia y del desarrollo de sus virtudes y desgracias, Estos fundamentos tedricos permitieron el surgimiento de los primeros urbanistas, que se dedicarian a Ja planeaci6n racional del espacio con el objetivo de salvaguardar el orden del Estado-nacién, Otros tedricos, como Max Weber, pensaban apologéti- camente sobre este desarrollo pero hablaban también de la ciudad como un espacio de dominacién en el que podian desarrollarse problemas indesea- bles para las sociedades modernas y no autoritarias (MENDEZ, 2006). El Barén de Haussmann es el claro ejemplo de los primeros urbanis- tas que se apoyaron en la técnica cientifica-moderna para desarrollar pla- neacién urbana. Su trabajo se centré en la construccién de la ciudad con esquemas dirigidos a la contrainsurgencia y a la libre circulacién de las mercancias y las fuerzas policiaco-militares del Estado. El ejemplo mas cla- ro ¢s la remodelacién completa de la ciudad medieval de Paris, Su antigua distribucién en callejones y pequefas calles permitia la organizacién co- munitaria e impedia la represién y dispersion de protestas por parte de las fuerzas del Estado. Su transformacién a lo que actualmente conocemos se hizo con la destruccién de espacios potencialmente inaccesibles en caso de motines y se tradujo en largas y amplias avenidas rectas y con edificios mo- numentales, De igual forma, se trabajé en la idea estética de la urbanidad como contemplacién de un espacio mostrado como ajeno, sin posibilidad de transformacién y desvinculado de los seres humanos que lo viven de forma cotidiana. Como ya vimos, existen otras perspectivas de espacio urbano ligadas 4 perspectivas criticas, como la de David Harvey, las cuales hablan de las, ciudades como espacios de dominacién y explotacién, como expresién del desarrollo capitalista que se amolda alos tiempos y deseos de la mercancia. La modernidad en general ha considerado a la ciudad como un espacio higiénico, ordenado, racional y productivo. Esta idea moderna ha dejado aparentemente de lado la ruralidad y la ha considerado discursivamente como una sucia y antimoderna realidad o como un espacio folelorizado. Al 88 Rafael E. Fonseca Chivez final, la idea de ciudad es sinénimo de espacio moderno, transformado y madurado a su actual forma. La modernidad necesita de una expresién ideolégica-espacial que le ermita justificar la modificacién del espacio humano y dirigirla en torno a sus objetivos de desarrollo infinito que ya apuntamos anteriormente. La urbanidad es esta expresién ideoldgica. No existe de forma conereta, existe s6lo cuando se lleva a cabo su accién y difusién a través de la urbanizaci6n, El desarrollo es para la modernidad como la urbanidad es para el desarro- lo moderno. Por otro lado, la expresién activa de esta ideologia es la urbanizacién, el constante avance de la urbanidad sobre un espacio considerado vacio y “en espera” de ser “desarrollado” La ciudad es la imagen publicitaria de la ur- banidad. Su estética y su dinamismo mercantil se venden para el consumo y goce del mundo. El planeta entero entonces se muestra como una red de ciudades, un sinniimero de vinculos que estan interrelacionados para cons- tituirse como una sola urbe global. La globalizacién, seguin Soja y Brenner, consiste en la difusién de la urbanizacién en todo el planeta, en algunos puntos con mayor intensidad que en otros, pero al fin yal cabo, dirigido en torno a una planificacién urbana del planeta entero (QUuEIROS, 2016: 158). Como ya lo adelantamos anteriormente, la urbanidad es una separacién del espacio humano del espacio natural, Pero esta separaci6n no es sdlo una separacién pacifica, es una guerra directa en contra de lo natural a través de Jas técnicas cientificas ejecutadas por la urbanizacién. Lefebvre habla de la naturaleza como el origen del espacio moderno a través de su abolicién y represién en espacios demarcados ¢ identificados. Un ejemplo de ello son Jos parques urbanos, los parques nacionales y las reservas naturales. Todas estas figuras se pueden considerar como prisiones o rastros de naturaleza enmarcadas en un proyecto general de urbanidad, convirtiéndolas tan solo en un bien inmueble urbano similar a un edificio de departamentos o una cancha de tenis (LeFEBvRe, 1981: 40). La guerra contra lo natural permite que la percepcién de los habitantes de la ciudad considere a los espacios naturales fuera de su drea urbaniza- da como potenciales espacios para su expansidn, Sin embargo, a pesar de esta percepcién, la tierra es un elemento central para el ser humano, y de su vinculo depende su propia supervivencia, La ciudad no es més que una forma desfigurada y mutilada de lo natural. La urbanidad concibe a este es- tiugar del teritoro en la modernidad;implicacions y leances 89 pacio natural mutilado (la ciudad) desde una abstraccion de organizacién técnico-cientifica y lo presenta como una imagen fabricada opuesta a lo natural (LEFEBVRE, 1981: 166). La urbanidad, como vimos, contiene elementos de contrainsurgencia aque se dedica ala fragmentacién de la organizacién social. Esta fragmenta- cién en los territorios urbanos fomenta la separacién de la identidad de sus habitantes con su medio (Zoro er at., 2009: 234). Existe una tendencia general de desterritorializacién de los espacios en las ciudades, Las perso- nas dejan de sentir un vinculo real con la tierra y los tiempos y espacios naturales debido a su suplantacién con los espacios y tiempos de lo urbano. Lefebvre identifica tres Igicas visuales a las que el espacio moderno reduce el espacio natural y humano: “(1) sdlidos en imagenes y simulaciones (2) “hogar” en “habitat” (vivienda popular) y (3) finalmente reduce el espa- cio a un objeto de las ciencias de la planificacién” (Lerepvre, 1981: 339). Estas ideas estan relacionadas con la idea de espectéculo e imagen de Guy Debord. El considera que “el urbanismo es la realizacién moderna de la tarea ininterrumpida que salvaguarda el poder de clase [...]. El esfuerzo de todos los poderes establecidos [...) para aumentar los medios de mantener el orden en las calles, [que] ha culminado finalmente en la supresién de Ia ca- lle” (DeBorp, 2002: 145146). Para combinar las dos ideas, podemos decir que el urbanismo ademas de salvaguardar el poder de clase, reproduce las imagenes y simulaciones de las que habla Lefebvre. Asimismo, se transfor- ma la calle de un espacio de socializacién a un espacio de planificacién, contemplacién y trénsito, con ciertas similitudes a lo que Marc Augé llama “no-lugares” (AvGE, 2000). Otro punto importante a tratar es el entendimiento de la ruralidad como opuestaa la urbanidad, Estas dos partes se han considerado constan- temente como una dualidad en la que la primera tiende a desaparecer para abrir paso a la segunda, La urbanidad-ruralidad se puede entender como un sistema de organizacién espacial que la modernidad adopté al ajustar los espacios de produccién a su propio contexto. Por un lado existe el espa- cio de produccién industrial, tecnica e intelectual de la urbe; por el otro el de la produccién de alimentos, extraccién de materias primas y “recursos” naturales. Las formas de campo y ciudad han evolucionado durante la mo- dernidad, desde las primeras ciudades modernas en Europa hasta nuestro sistema de ciudades globales, Rafael E, Fonseca Chavez La ciudad y el campo, sin embargo, se encuentran ligadas en més de un aspecto. Son en si mismas un mismo sistema que no se deberia entender separado. La ciudad se aleja cada vex més de su propia autonomia alimen- taria; asi como el campo depende cada vez mas de la ciudad para obtener sus herramientas. Podemos entender que son espacios visualmente distin- tos, en los que inclusive las practicas sociales y Jas dindmicas econdmicas son disimiles. Al final, son espacios sociales y culturales diferenciados. Sin embargo, esta diferenciacién superficial del espacio también se encuentra dentro de una misma ciudad (una universidad frente a un barrio marginal, un parque frente a un supermercado, etc.). Estos dos espacios son final- mente un mismo sistema interdependiente, inseparable en sus dindmicas y proyecciones, El medio urbano, definido como tal, como una entidad-isla rodeada de no-urbanidad, es inexistente. La urbanidad comenz6 la destruccién de esta distincién al emprender su proyecto de expansidn y su definicién del es- Pacio como universalmente tecnificable y planificable, Con esto me refie- ro a que la ciudad desbordé sus mismas fronteras, inicialmente de forma explosiva, como lo que Lewis Mumford consideraba “masas amorfas de esiduos urbanos” que se extendian sobre los campos, Los campos entraron en una dindmica de urbanizacién de baja intensidad, donde se pretendia replicar la organizacién espacial urbana a pequefia escala y sin la misma in- versién de recursos econémicos y huumanos. No estamos hablando aqui de urbanizacién simplemente como artificializacién mediante construccién del drenaje, redes para el suministro eléctrico y pavimento; hablamos de urbanizacién como dindmicas y aspiraciones de urbanidad, tales como la individualizacién de los procesos comunitarios, la especulacién del espacio urbano o la fragmentacién de la vida social en espacios definidos (parques ara jugar, bares para socializar, calles sélo para transitar, etc.). La urbanidad como ideologia intenta llegar a todos los sitios del pla- neta, ya que su proyecto de desarrollo es el mismo que la modernidad y es incompatible con otras formas de espacio. Mientras que la modernidad considera a las demés cosmovisiones como falsas, la urbanidad considera a Jas demés formas de definir el espacio como desperdicio. El producto prin- cipal de la sociedad moderna es “desperdicio” entendido como “desecho/ basura’: De igual manera se trata a los espacios considerados “desperdicio” en el sentido de algo que podria utilizarse pero esté esperando a ser “descu- bierto” para su uso. Las tierras que se consideran desperdicio lo son debido lluges del terrtorio en la modernidad; impliaciones yaleances a a que son improductivas en el sentido antrépico-moderno del término, Por Jo tanto, el espacio moderno, la urbanidad, busca reducir el espacio des- perdiciado a través de su técnica para convertirlo en un engranaje més de Ja maquinaria moderna, Tenemos entonces as éreas naturales que rodean a las urbes 0 los campos en los proyectos de los planificadores urbanos, buscando un uso productivo para esos terrenos y sometiéndolos a la mis descabellada especulacién proyectada varios aiios en el futuro. Para ejemplificar esta dinamica, hablemos un poco de la relacién que tiene la urbanidad con el desierto. El modelo de despojo urbano mantie- ne la indiferencia al medio natural que esté destruyendo; de igual forma destruye una selva como se extiende por tierras aridas. Sin embargo, hay en el desierto una particularidad, que es el de la idea de vacio, En el imagi- nario colectivo, la imagen de naturaleza y de cuidado del medio ambiente esté relacionada con los bosques, a lo verde. El desierto, tristemente, se ve relegado a un plano distinto de conservacién. Una de las razones por las que el desierto no se considera igual que el bosque es la carga cultural que tiene el concepto, al escapar de su definicién puramente meteoclimatica « insertarse en otros espacios de reflexién humana como la literatura o la espiritualidad. José Saramago trata de explicar esta extensidn del concepto del desierto al decirnos que “el desierto no es sélo aquello que nuestra mente se acos- tumbré a mostrarnos cuando leemos u oimos la palabra, una extension enorme de arena, un mar de dunas ardientes, desiertos, tal como aqui los entienden, los hay hasta en la verde Galilea, son campos sin cultivo, los lugares donde no habitan hombres ni se ven sefiales asiduas de st trabajo” Y agrega “desierto no es aquello que vulgarmente se piensa, desierto es toda ausencia de hombres, aunque no debamos olvidar que no es raro encon- tar desiertos y secarrales de muerte en medio de multitudes” (SARAMAGO, 2008). El desierto es vacio y el vacio es la ausencia de todo, un vacfo de ex- Periencia (ALVARES, 1988: 37). Al pensar en el desierto en estos términos, como una idea generalizada de vacio, es predecible que a la urbanidad ya Ja modernizacién le sea més sencillo extenderse sobre él. La expansién de las précticas urbanas sobre una regin érida, ya sea uuna carretera, un gasoducto o un fraccionamiento urbano nuevo, aparece como el aprovechamiento de estas tierras que, a ojos del ciudadano urbano 2 Rafael E. Fonseca Chavez desentendido de su medio natural, no es mas que un montén de rocas y matorrales. El momento actual de urbanizacién ha llegado al punto de concentrar a Ja mayoria de la poblacién mundial por primera vez en la historia en las ciudades. Esto no sdlo significa un crecimiento de esta forma de espacio sino que también implica una mayor presién sobre el campo, ya que la gente que abandona sus tierras campestres debe ser mantenida en términos alimenticios por ese mismo-campo que abandonaron. Este modelo de de- sarrollo de espacio humano separado en una aparente dualidad est gene- rando dais ecol6gicos y sociales innumerables, tales como la hacinacién, elexceso de residuos sdlidos no tratados, la demanda creciente de energia, la distribucién de recursos preferencial hacia las ciudades... entre otros. Existe la necesidad de avanzar hacia un concepto de espacio humano que conciba al espacio humeno y al espacio natural como uno sdlo y trascienda esta dualidad. Seria, en términos de Soja, un tercer espacio, una tercera po- sibilidad que escaparfa de la urbanidad y Ia ruralidad y abarcaria algo més que al espacio meramente humano, 5. CONCLUSIONES ACERCA DE LAS RELACIONES ENTRE, MODERNIDAD Y TERRITORIO “L..] aquellos que ven y no saben hacer nada més que mirar, aquellos que dibu- Jan pero no saben nada més que dibujar y aquellos que citculan y no pueden hacer nada més que conducir en sus carros contribuyen a fa mutilacion y segmentacién del «espacio. EI resultado final es que aquellos que conducen sdlo para ver hacia dénde vam y que no ven nada més que las sefales y direcciones Viales, que por lo tanto, no perciben nada més que su ruta (materializada, mecanizadla, tecnificada) (..), aque los que no saben nada més que mirar, terminan por no ver bien”(Leresine, 1881 360-361. Trad. del autor) La modernidad y el desarrollo se construyen como entes auténomos que guian la préctica humana, Esta ideologia toma formas especificas y podemos entenderlas como un proyecto civilizatorio fundado en la sepa~ racién del ser humano del mundo natural, asi como en la tecnificacién y planificacién cientificoracional. Esta separacién permitié prescindir de la dimensién geogréfica, consintiendo la idea del desarrollo infinito, unifor- me y homogénco (ViSvANATHAN, 1988: 101). toga det trvtorio en la moderna; implicaciones yalances 3 Ya que toda ideologia deviene en acciones, este proyecto civilizatorio y su prictica transformadora se expresa en la dimensidn fisica, principal- mente transformando el espacio y el territorio. Como podemos ver, todo esto no s6lo tiene que ver con acciones que ocurren en un tiempo determi- nado sobre una realidad espacial abstracta, sino que la sociedad desarrolla acciones que se extienden en el tiempo, que se relacionan entre si y que ocurren en un territorio concreto. A pesar de que la ideologia moderna se muestre omnipresente y om- nipotente, no lo es. Ain con todos los esfuerzos del Estado-nacién y del capital, siguen vivas otras formas de hacer espacio y desarrollo, Sigue exis- tiendo un patrimonio territorial que podemos retomar, no como vuelta al pasado, sino como un proceso de acumulacién selectiva de elementos del pasado para reactualizados en el presente (DEMATTEIS ¥ GoVERNA, 2005: 38). La urbanidad busca desterritorializar a la cultura humana a través de la fragmentacién y distribucién controlada del espacio. Sin embargo, como dice Castells, esta fragmentacién tiene un limite y este limite est en que el territorio es un bien pablico, que en ultima instancia mantiene elemen- tos que s6lo pueden ser gestionados a través de lo colectivo. A partir de aqui surge la idea de que la fragmentacidn y desterritorializacién producen identidades locales de resistencia que, como menciona Raffestin, permiten la busqueda de la autonomia local. (CasTeLis, 1997, citado por Demar- TEIS ¥ GOVERNA, 2015: 3334), Dela fragmentacién del espacio como espacio urbano y tecnificado, de- viene la imposibilidad de la modernidad de entender el territorio tribal y el territorio animal y vegetal como espacios legitimos. La naturaleza, como origen del espacio material, nos indica que el desarrollo debe concebirse como una cohesién territorial, en la que nosotros, como setes histérico- socivespaciales tengamos la capacidad de desarrollar nuestras libertades, buscando la gobernanza local a través de la autonomia. (SAMI Y ANsst, 2013: 4-13; SEN, 2000: 19; Soya, 1996: 73; Zowwo ET AL., 2009; 234). Es necesario reconocer la posibilidad de un desarrollo local amoderno ue integre los espacios humanos con los espacios naturales y elimine a su vez la dualidad campo-ciudad. Las abstracciones que se manejaron en este capitulo pueden parecer muy alejadas de la realidad material, sin embargo, se debe trazar un limite para el desarrollo moderno humano en el espacio 4 Rafael E. Fonseca Chavez conceptual as{ como en el material. Existen ya distintas perspectivas que ‘os ofrecen alternativas, como lo son las del Sumak Kawsay [Buen Vivir] en Latinoamérica u otras més dirigidas hacia la gestién del territorio como las Indigenous Protected Areas en Australia. Estas ideas, por més tedricas que parezcan, deben aterrizar y dibujar una realidad alternativa al desa- rrollo moderno con base en las realidades territoriales especificas, siempre ‘mano a mano con sus habitantes, REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS. Atwanss, C.1988. “Science, colonialism and violence: laddite view” En NaNDY, A. (ed), Scfenc, Hegemony & Violence, Reguiem For Moderrty. 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