Borón - América Latina en La Geopolítica Del Imperialismo (Cap. 3)

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AMERICA LATINA EN LA GEOPOLITICA DEL IMPERIALISMO por ejemplo, para no hablar, en el pasado, de las dictaduras genocidas del Cono Sur, 0 el Plan Céndor-fue responsable en gran medida de la draconiana disolucién de la Comisién, en la cual Washington jugaba un papel fundamental. Por eso se opuso a su disolucién y vot en con- tra de la creacidn del Consejo, acompaiiado tan sélo por sus peones de siempre, los mismos que también lo acompafian cada afio en rechazar la resolucién abrumadoramente mayoritaria que condena el bloqueo norteamericano a Cuba: Israel, Palaos y las Islas Marshall. Se entiende que, dados estos antecedentes, Estados Unidos no hubiera sido votado para integrar la composicidn inaugural del Consejo. Como hemos visto, la debilidad del imperio no es s6lo econémica: es también politica y militar, alimentando sus reflejos autoritarios y beligerantes, como lo atestiguan sus miiliples aventuras militares y fechorias de todo tipo en Jos més apartados rincones del planeta. Capitulo 3 La importancia estratégica de América Latina para los Estados Unidos En los dos primeros capftulos de esta obra pasamos revista a una serie de cuestiones generales relativas a las cambiantes facetas del imperia- lismo como sistema y al rol que desempenia Estados Unidos en el marco de la crisis general del capitalismo. En el presente capitulo abordare- ‘mos algunos aspectos relativos al papel de Latinoamérica en el gran disetio de la politica exterior del imperio®. Una retrospectiva histérica revela ciclos en donde este es visto como consolidado y en un irresistible ascenso, y otras en que se lo percibe como enfrentado a su inexorable declinacién. Basta por ahora ‘con decir que luego de un perfodo en el cual prevalecié un desorbitado ‘optimismo acerca de la definitiva reafirmacién del unipolarismo y la onsolidacién de un “Nuevo Siglo Americano’, tal es el nombre del ya ‘mencionado tanque de pensamiento cuyo objetivo es, precisamente, §arantizar que ese nombre se convierta en una realidad hist6rica, To cierto es que en los tiltimos afios se abrié paso a un clima mucho ‘menos triunfalista®. Las varias derrotas sufridas por la politica exterior 82 Ver sobre este tema: Moniz Bandeira, Geopolitica e politica exterior, op. clt., pp. 43-76. Feletencastndlspensables para entender esta relacion desde una perspective UstGrico-estrctacalsonlamonumental Cronologiadelasintervencianesexiranjeras Mr Arica Lenina, de Gregorio Selser {Mexico oF: Centro de Investigaciones seersciplinaris en Ciencias y Humanidades/Universkdad AutGnoma dela Cudad #Mésico/CentroAcadémico de a Memoria de Nuestra Amari, oy dos textos mentales de Luis Sudres Salazar, Madre América. Un siglo de violencia y dolor ari ‘Habana: Editorial de Ciencias Sociales, 2003) y Un siglo de terror en ria Habana: Ocean Sar, 200) brs cua conslaemimos my a es sida pales prohombres y“promujeres" del grupo New American Century han Uniags 2 ¢! dia de hoy, descacadisimos funcionarios y gobernantes de los Estados finén de sigunos de sus mds poderosos empresarice.Sobresalen en ete eset ls vas on'h Bohan oh coment de Cosme bea et fancis Fukuyama; I. Lewis Libby;elsecretario de Defensa Donald Rumsfeld: n AMERICA LATINA EN LA GEOPOLITICA DEL IMPERIALISMO norteamericana desde el estrepitoso naufragio del aca en Mar del Plata, en 2005, hasta el asordinado revés sufrido por Estados Unidos en Irak (jdonde al retirar la mayoria de sus tropas quedé en Bagdad un gobierno abiertamente antiestadounidense y proirant!) pasando por el empantanamiento de sus fuerzas y su diplomacia en Afganistény, ape- nas ayer, la rebelién del mundo arabe estén dando lugar a une nueva percepcién mucho menos optimista acerca del futuro del imperio. El ya mencionado historiador briténico (pero formado académicamente en Estados Unidos) Paul Kennedy y el francés Emmanuel Todd ya habfan dado la voz de alarma en medio de tanta euforia. Dado que en el capf- tulo anterior nos hemos extendido sobre estas consideraciones, nos parece innecesario repetit aqué ese argumento. Las prudentes advertencias de estos historiadores -para no hablar de las criticas de gentes como Noam Chomsky y Howard Zinn, dentro de Estados Unidos- fueron desechadas por los idedlogos del establishment, y la formidable maquinaria de la industria cultural nore teamericana, envalentonada por Ia caida del Muro de Berlin en 1989, la desintegracién de la Unidn Soviética en 1991 y la facil victoria en la Guerra del Golfo contra un enemigo casi inerme, Saddam Hussein, en 1990-1991, alimenté la ilusién de que este, el siglo xxt, seria efectiv mente el siglo de Estados Unidos. Uno de los beneficios secundarios que para la izquierda mundial tuvo este nuevo clima de opinion impe=| rante en la Roma americana, como acertadamente José Marti deno: minaba a los Estados Unidos, fue que la naturaleza imperialista de superpotencia dejé de estar en cuestién y emergié orgullosa a la pl luz del dia, En este renovado ambiente cultural y politico el imperial ‘mo dejé de ser una mala palabra, una caracterizacién vergonzante ol baldén del que habia que cuidarse y se convirtié ~al igual que el ¢0 nialismo en la Inglaterra de la época victoriana~ en un timbre de hom para una nacién que se habia arrogado la responsabilidad mesial de llevar la libertad, la justicia yla democracia por toda la superfi orbe. En una palabra: de civilizar a un mundo barbaro que descanee o repudiaba, los valores del American way of life. Lo bueno de esta insélita apologia del imperialismo fue que) 6 para siempre las posturas de la derecha o de los “bienpensaat todo pelaje que tercamente negaban la existencia del imperial que fustigaban a la izquierda acuséndola de ser una coleccion ritus alucinados que vefan la mano del imperialismo por toda®B cuando lo que habia ocurrido en el ultimo cuarto del siglo 5 sido el arrollador avance de una globalizacién que, en su nett et ex subsecetaro de Defnsa Pal Wotlowis: presidente prop poral, Robert. Zola en abr de 212 continuo 8 estimulaba la armoniosa interdependencia de las naciones, Graciasala derecha radical norteamericana esa discusién queds zanjada y la pala bra “imperialismo”, que habfa sido desterrada por décadas en los tra. mos finales del siglo xx, reaparecié con fuerza a comienzos del actual Esta ilusién de un imperio perenne y universal -un proyecto que Noam Chomsky no vacila en comparar con las demenciales ambiciones de Adolf Hitler, que cubriria al mundo entero merced a su aplastante superioridad econdmica, tecnol6gica y militar, qued6 sepultada el ILS, No sorprende, por lo tanto, que en la actualidad sean los propios estrategas del imperio quienes admiten, con indisimullada rabia, la tesis “declinacionista’. Tal como se habia visto en el capitulo anterior, Jos principales expertos militares y civiles de Estados Unidos coineiden en un diagnéstico que subraya la presencia de cinco tipos de actores: Jos amigos incondicionales de Estados Unidos (como Israel y Gran Bretaiia; los aliados (en buena parte por razones oportunisticasy, por Totanto, inseguros); los competidores; los adversarios; y los enemigos, constelacién de la cual brotan escenarios caracterizados por multic ‘ples desafios y cambiantes correlaciones de fuerzas que impiden que Washington pueda controlar el sistema internacional con la emplitud ‘Yprofundidad habituales desde el fin de la Segunda Guerra Mundial De ahi la necesidad de contar con una nueva doctrina militar apropia. te llamada “la Guerra Infinita’, (al cual la dlo a conocer George tBush poco después del 11-S. En suma, Estados Unidos se enfrenta a hundo erizado de peligros, de competidores desleales, de amigos €5y vacilantes, y de enemigos inescrupulosos que agigantan los imhos problemas econémicos que aquejan al pais, que requiere de fn de ahorzosexternos para sobreviviry mantener su patron 9, cosa que hasta ahora ha uunque a costes crecien- ncn, rasta bora alogrndo, aunque a costs rei grag untura por la que atraviesa el imperio no podia dejar de ativasrepercusiones en su dmbito inmediato: el hemisfe- 1 ato asero" de Estados Unidos segin ls ideslogos onsets elie, que eraala vez la actualizacisn de la ey laconstitucionalizacién del neoliberalismo, rusted Proyecto apenas veladamente anexionista y fue un Se sho I co dees Oelora/alitcador de regs Standard & Poors, soc ner raja Estados Unie do Mpidamente i a i ogametmene el mon dela deuda pia (qe ysuperea lor man Semis compamnos con ol Cg. Hough Ge $4” de qu lo exeniones eae de a Can ilaje en la realidad, “ ical AMERICA LATINA EN LA GEOPOLSTICA DEL IMPERIALISM dolorose toque de atencién a quienes, tanto en Estados Unidos como fen América Latina y el Caribe, crefan que el imperio era una maqui- aria invencible. Algunos analistas de las relaciones internacionales y, lamentablemente, muchos gobernantes y funcionarios gubernamenta lesde los paises latinoamericanos aseguran sin embargo que la derrota de Mar del Plata carece de importancia, porque en el gran disefo de la politica internacional de Ia Casa Blanca nuestra region no cuenta, y él lugar que tiene en la agenda de prioridades de la Oficina Oval la ubica uly por debajo de otras dreas o paises que sf concitan la atencién de Washington. Dados estos antecedentes, lo més sensato hubiera sido obedecer mansamente las directivas norteamericanas e integrarnos sin mds trdmite al aLca. Segtin estos analistas, las prioridades del imperio serfan, en primer lugar Medio Oriente, por su enorme riqueza petrolera; luego Europa, aliada incondicional, gran socia comercial y Compinche en cuanta aventura imperialista le venga en gana a la Casa Blanca; en tercer lugar Asia Central, importante por potencial petrolero yy para crear un dique de contencidn para frenar la expansion del fun- Gamentalismo islimico; después el Extremo Oriente, por China, las dos Coreas (la del Norte por su potencial amenaza nuclear, la del Sur por su ibrante economia) y Japén: y luego, disputando el quinto lugar palmo 4 palmo con Africa aparecerfa Nuestra América, mendigando compa sidn, caridad y buenos modales Este discurso autodespreciativo, profundamente arraigado en ‘América Latina y el Caribe, hunde sus raices en Ia larguisima experien~ cia de sumision colonial de nuestro continente, incomparablemente més extensa y mas profunda que cualquier otra de su tipo en cualquier regién del planeta y que se edificé sobre un gigantesco genocidio cal Calado en sesenta millones de personas. Pocas veces se repara en este Ssunto, del que brota una diferencia fundamental al interior del une Yerso colonial. Y es que el colonialismo en Africa y Asia fue un sistemf Ye saqueo y opresion, al igual que el nuestro, pero a diferencia dee ocurrido en estos lares, en aquellos continentes no Ilegé a fundar ne Vas sociedades como silo hizo en Latinoamérica. Prueba de ello es lutego de casi dos siglos de dominacién briténica en a India, cuyos cios datan de 1757 cuando los ingleses se apoderaron de la provinctt Bengala, el tradicional sistema de castas hindit permanecié incél ante los influjos briténicos, hasta el punto que cuando se proc independencla de la India en 1947 su vigorosa sobrevivencia fue Ui los problemas més acuciantes con los que tuvo que vérselas el PY mministro Jawahaslal Nehru, China y Vietnam mantuvieron, Pest Matares del colonialismo, su organizacién aldeana; y los puebiey ‘firica al norte y a sur del Sahara hicieron lo propio con sus ident tribales, con la probable excepcién de Suddfrica, en donde el 1% mo europeo se monte sobre la perpetuacidn de las estructuras 9% Atilio 8, Boron originarias, si bien redefiniendo los trazados territoriales en suafiebra- do reparto del continente. Pero en América Latina la conquista ibérica Srvas6 y destruyé las viejas formaciones sociales y establecié un nuevo tipo histérico de sociedad, un hibrido producto del mestizaje entre lo precolombino y lo europeo, creando una nueva y contradictoria identi- Had y, al mismo tiempo, produciendo un trauma que cir tarde todavfa esté a flor de piel y no termina de cicatrizar El colonialismo y su reflejo intelectual, la colonialidad del pen samiento, dejaron una impronta que se extiende hasta nuestros dias, flimentada, sin duda, por la astuta politica de Washington hacia nues- tos paises. Convencidos de nuestra minusvalia, cuando los gober nantes o funcionarios de la regidn peregrinan a Washington lo hacen aceptando de antemano nuestra condicién de incurable inferioridad e irrelevancia econdmica y geopolitica. De esa manera, cualquier nego: in con el imperio est condenada a acordar lo que este quiera exactamente acordar ‘0 sighos mas 5 Unpentranieanisis ese rocesoencLeso mexicano elo debeross Otto aun marr es dcop ot elm cevetie arbundo publicist del neolberalstmo escrilo un par de textes notable: Baber del odd (exco rFondo de altura conti, ‘nls joc) yn nese rs ops dea Mi Se Bat Yaa or spit exe tema eco como mn fees ube 9 ot fe Bee stir cats tas SSL tema de ta cololalidad del saber y depo 1) etvencete eo examina por imeovos ares ntinoanecans : neh io ean 3 autores latinoamereanos Sages on primer ara tober renter Roary suse be le Toe than Benen ac cues 201, Cons ambien Aba Ratge Ltte Lander Eavigue Duel y ae Mig, ee vs ais : es fueron reuntdos por Lander ena clomid del sabe mtrismo Ai Y ciencias sociales. Perspectives le oy Feels sociale. Perspectives intnnamerkcanas Cuenos Aires webu’ fener buenas relaciones con Estados, opus, Mle come cs vison mena deara de no procinara os AMERICA LATINA EN LA GEOPOLITICA DEL IMPERIALISMG Desajustes entre la percepcién colonizada y la realidad: de Ia Doctrina Monroe al auca Pregunta: jes realista esta actitud? Respuesta (enfiitica): no, surge de una apreciaci6n que poco o nada tiene que ver con la realidad”. Tal comollo hemos venido diciendo desde hace mucho tiempo, je6mo com- prender el hecho paradojal de que una regién como América Latina y el Caribe, tan irrelevante segtin propios y ajenos, haya sido la destinataria de la primera doctrina de politica exterior elaborada por Estados Unidos fen toda su historia? Esto ocurrié tan tempranamente como en 1823, es decir, un afto antes de la Batalla de Ayacucho, que puso fin al imperio espanol en América del Sur, Naturalmente, se trata de la Doctrina Monre, que con sus circunstanciales adaptaciones y actualizaciones ha venido orientando la conducta de la Casa Blanca hasta el dia de hoy, Habria de transcurrir casi un siglo para que Washington diera a lvz, en 1918, una nueva doctrina de politica exterior, la Doctrina Wilson, esta vez feferida al teatro europeo convulsionado por la Primera Guerra Mundial y el estallido de la Revolucién Rusa, No es un dato anecdé6tico que esta doctrina haya sido elaborada practicamente un siglo después de otra relativa aun area “irrelevante” como Amériea Latina y el Caribe La doctrina debe su nombre al quinto presidente de Estados Unidos, James Monroe (1817-1825), pero st creador fue su secrewariy de Estado (y posteriormente presidente), John Quincy Adams, hijo a ‘su vez del segundo presidente de ese pais, John Adams (1797-1801). John Quincy Adams acufié una frase memorable, que deberfan memo- rizar muchos gobernantes de Nuestra América y de otras partes del mundo también: “Estados Unidos no tiene amistades permanente tiene objetivos e intereses permanentes”. En linea con ello, la Doctring Monroe establecié como principio la conocida formula de “Améria para los americanos”, que en realidad quiere decir para los (not americanos, porque ello convenfa a sus intereses. Con ella, Estade Unidos sentaba tempranamente sus reales en el hemisferio en 60 tra de las pretensiones hegeménicas de las potencias europeas, tay Espafia y Portugal como Gran Bretafia, Francia y Holanda, amén otras de menor gravitacién en esta parte del mundo. La aplicact6 la doctrina siempre estuvo condicionada por Ja identificacién intereses permanentes de Washington, Por eso la Casa Blanca 1OPU; ‘0 no quiso, traducir en hechos concretos esta doctrina ante 1 das incursiones de las potencias europeas en esta parte del 7 como cuando Gran Bretafa ocupé las Islas Malvinas en 1833 % 667. Bosquejamos una argumentacisn sobre este tema en “La mentire com Fig ide politica exterior de Estados Unidos hacia América Latina’, en Foris™ Espoo! (Mexico DF) Vo. 8, N" 1,206, pp. 61-68, Ailio A. Boron el bloqueo anglo-francés al Rio de la Plata entre 1845 y 1850. Tampoco feaceioné ante dos episodios que tuvieron lugar mientras Estados Unidos se desangraba en la Guerra Civil: la transitoria restauracién Unonial espafiola en la Repiiblica Dominicana entre 1861 y 1865 y la firervencion francesa en México en 1862, decretada por Napolesn iit'g imponlendo al austriaco Maximiliano como emperador de ese pats. Tampoce reaccioné para impedir el asentamiento britinico en la Pagra Mosquitia de Nicaragua y, en 1895, la ocupacicn de la Guayana Fsequiba. Mucho después, en 1982, ocurrira lo propio con el tian, el Trarado Inter-Americano de Asistencia Reciproca (1947), un derivado delmonrotsmo segn el cual Washington debia alinearse con cualquier pa(s del hemisferio que suftiera un ataque de cualquier potencia extra Continental. Pero a lo que entrelineas se referfa el Tiax era a la UniGn Sovietica, no a una potencia aliada, Por eso, cuando Gran Bretafa envia tina poderosa fuerza expedicionaria en reaccién ante la insensata © Jmprovisada ocupacién de las islas dispuesta por la dictadura eivico- filter argentina, Washington primero traté de mediar para luego ponerse decididamente del lado del colonialismo inglés, sepultando enlos hechos al Tratado, La Doctrina Monroe fue *perfeccionada” por Theodore Roosevelt en el Discurso del Estado de la Union de 1904 ele~ Yadoal Congreso, al establecer que sin pais de las Américas amenaza- Dao atacaba la propiedad de cludadanos o empresas estadounidenses, Scercenaba sus derechos, Washington se verfa obligado a intervenir ens asuntos internos del pats en euestisn para restablecer el orden y Ehimperio dea ley. Nace ast a poli del gran gatote Coherente ix Principio, en 05 Roosevelt se apropié det contol de as adus- 4 Replica Dominicana para pagar con sus ingresos la dela magi ee pls. Como veremos mis adelante, eta bravuconada din precedente que para desgracia de Nuestra América se repet mumerables ocasiones, Un par de aos antes finales de 1902, in Bretaria alas que se unio poco después Italia, habfan Me, el Corotatio di z actin co Garaatio dice to siguiente: “Si una nacién demuestra saber iencia y deeencia razonables en asuntos politicos y sociales, lee aor my cumple con sus bl no cereal area Esados Unies, Sin embargo, tn crnico mal procede, una fen Sinica eivantent dos iazos de una seed viens amg donde nen eg ininiervencdn design par elane:) dee Osten on caon grande mal procter Impuence te ace Unidos Doc Monroe pune rear aEsndos Unto spertcltels jcer an poder de pola neracional, [1 Ene eis vecnes dl St abedexan los eyes puis de tra Ader ear segues de quesetn tno pornovttes cau Ha chorale stmpaia’tomaro tel riginl enh pine 'YSupp.hcml> (traduccién propia). - AMERICA LATINA EN LA GEOPOLITICA DEL IMPERIALISMO dispuesto un bloqueo naval en contra de Venezuela en represalia por la negativa del presidente Cipriano Castro a pagar la deuda externa de este pats. Roosevelt interviene en el conflicto y mediante los Protocolos de Washington, del 13 de febrero de 1903, logra un acuerdo en virtud del cual el pais sudamericano pagarfa gradualmente st: deuda con los creedores externes. Pero la brutalidad con la cual estos plantearon sus exigencias motivé la respuesta del por entonces canciller de la Argentina, Luis Marfa Drago, qutien senté una doctrina que llevaria si nombre y segtin la cual se consagra la insanable ilegalidad de cualquier tentativa de apelar a la fuerza para el cobro de las deudas contraidas por las naciones latinoamericanas o caribefias. Drago seialé que ante Ja renuncia de Washington a aplicar la Doctrina Monroe debia apelarse a un argumento juridico mas general como el contenido en su propia doctrina. La interpretacién oficial, explicitada durante la administra cidn Roosevelt, fue que aquella doctrina no se aplicaba a casos en log cuales los paises del érea tehusaren a *honrar sus deudas". Lo que el monrofsmo queria era frustrar las tentativas de las potencias europeas de recuperar sus viejas colonias o establecer otras nuevas, pero de ninguna manera atentar en contra de los sagrados derechos del capital uusurario, cosa que no habfa sido comprendida por Drago". La doctrina Wilson fue hecha publica también en un discurso pronunciado ante el Congreso de la Unién, el 8 de enero de 1918. En se establecian 14 puntos que se suponfa debian servir como guia para Ja reconstruccién de la Europa de posguerra, Desde su aparicién fue caracterizada como una doctrina “idealista’, y hablar del “idealismo wilsoniano” se ha vuelto un lugar comuin en las ciencias sociales. Cl que en lo que hace a América Latina y el Caribe el “idealismo” de Wi ho impidi6 que ordenara toda clase de agresiones hacia nuestros pl blos. A diferencia de Theodore Roosevelt, Wilson traté de ser ama ‘con sus vecinos del Sur, Por eso negocié un tratado con Colombia em cual Estados Unidos “lamentaba” -no presentaba sus disculpas sin04 “lamentaba"- haber impulsado la secesién de la provincia de Pana ¥ ofrecia 25 millones de délares como compensacién por lo oct pero a instancias del todavia muy influyente Roosevelt el Congt rechaz6. Sélo lo aprobaria una vez que Wilson terminara su mand en 1921, jy después de retirar le expresién “lamentaba’? WilsoM ba imbuido de un espfritu mesianico que lo levs a deci, en 1984 linea con el Corolario Roosevelt, que “le voy a ensefiar a las rep {69 Sobre la Doctrina Montoe y el Corolatio Ronsevelt consultar la obra ya men dle Luts Suérea Salazar, Madre América, un texto de referencia imprescl estudio de as tropelias del imperialismo en Nuestra America, Sobre {gue nos ocupa, ver pp. 26-51 sudamericanas a elegir buenos hombres”. Contradiciendo en los hechos el “idealismo” de su teoria, intervino militarmente en México, Haiti, Cuba y Panamé, y mantuvo tropas en Nicaragua durante toda su estan, cia en la Casa Blanca para forzar la eleceién de un presidente amigo que firmara el leonino Tratado Bryan-Chamorro. El mismo expediene Jo utilizé para forzar la legistatura haitiana a elegir al candidato que ‘wilson queria como presidente, y luego sus tropas permanecieron en ese pafs entre 1915 y 1934. El idealista invadié la Republica Dominicana en 1916 para aplastar la guerrilla campesina, permaneciendo sus fue, zas en ese pais hasta 1924. En México, Wilson orden6 a sus tropas ocu parel puerto de Veracruz, donde se establecieron durante siete mesesen 1914. Entre marzo de 1916 y febrero de 1917 militares norteamericancs penetraron en territorio mexicano en una infructuosa persecucién de Pancho Villa, “el Centauro del Notte’, cometiendo toda clase de trope lias. Otras operaciones de menor cuantfa fueron también dispucstas por Wilson contra México en 1918 y 1818. En relacién con Cuba, mands alos marines que ocuparan partes de su territorio para garantizar la propiedad de las empresas norteamericanas, amenazadas por una olea da de movilizaciones populares. La ocupacién se extendié entre 1817 y 1823, las tropas estadounidenses fueron wtlizadas, con la complicidad el gobierno titere del imperialismo, para aplastar un imprevionante Torrente de huclgas desatadas entre 1918 y 1919 y liquidar el fermen. {e insurreccional de los patriotas cubanos, mientras un “procénsul” fargad Por Wilson, Enoch H. Crowder, se hacia cargo del manejo de finanzas de Cuba. Abierto simpatizante del Ku Klux Klan, Wilson fue Bip donado en 1919 con el Premio Nobel de la Paz por su contribucion Ia14 del Tratado de Versalles, que puso fin a la Primera Guerra nfausia? St Propuesta de creacion de la Sociedad de las Naciones, _Tnltustapredecesora de as Naciones Unidas” rea nclente con relacién a Wilson. Pero jcémo comprender que ta egy at'®, marginal, sin importancia hubiera sido la prime- seul la dirigencia estadounidense pens6 que era necesario ee Baste Politica? ;O que el tristemente célebre Tian haya Bn de fan 1947 antecediendo en dos aftos nada menos que la S85 armader 1949? 20 que el Comando Sur (souTucow) de las 53, mientras unidenses haya sido puesto en funcionamiento riente ine Cl Comando Central (crrcox#), con jurisdiccién tn erate nent” Ge Africa y Asia Central, y especialmente en ®M) en 29gay e* creado recién en 1983 y el Comando para Africa America, Ba ideatgnsgevilt Suarez Salazar, donde se desmontan los mitosurdides ©" wilsoniano (pp. 61-88) I so AMERICA LATINA EN LA GEOPOLITICA DEL IMPERIALISMO. para los Estados Unidos a egn dl mands mas ipomante Esper | pvades cons une en, gare por completo de important fn ante vecinos revoltosos ‘orme masa continen- 1u excepcional relevancia que Washington se sobresalta ante el sur- cl ya mencionado segundo presidente de Estados Unidos, declars tan ypafses tan pequefios coma la lela caribehia de Granada (jde 344 kra tempranamente como en junio de 1783 que “Cuba es una extension ee menos del doble que a superficie de Ia ciudad de Buenos Aies- y 60 mil habitantes en el momento de su invasi6n por los marines en 1983}) La simple prolongacién de una pista destinads a facilitar la legada de aviones de mayor porte para transportar el turismo que acudia a la isla bast6 para que tal iniciativa fuese calificada por Washington como una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos. El resto es bien sabido: Ronald Reagan, segiin Noam Chomsky uno de los mas san- guinarios criminales de guerra de toda la historia de Estados Unidos, ordens la invasidn de Granada y la captura de su gobernante izquier- dista Maurice Bishop, quien poco después fue ejecutado junto con ‘su mujer. Fue Zbigniew Brzezinski quien, al promediar la década del ochenia y en plena "Guerra de las Galaxias”, declaré con una alta dosis de realismo que Ia Unién Soviética era un problema transitorio para Estados Unidos, pero que América Latina consttuia un desafio per- manente, arraigado en las inconmovibles razones de la geografia. De ahi la persistencia del criminal bloqueo contra Cuba durante mas de ‘medio siglo; la excepcional “ayuda militar” prestada a Colombia, pais ue es el tercer receptor mundial sélo superado por Israel y Egipto; y {a predisposicién a intervenis, militarmente o de cualquier otra forma, Para controlar los procesos politicos internos de los paises de la regién, Por més pequenos y débiles que sean. Tal como se hizo en Nicaragua, minando sus puertos y armando a los “contras”; en El Salvador, orga- nizando a los escuadrones de la muerte contra la guerrilla del Frente Farabundo Mart para la Liberacién Nacional (rMLx), en la ya men- flonada Granada y, poco después, en Panama y més recientemente en nduras. Para el imperialismo no existen paises o regiones irrelevan- #fE:MUcho menos cuando la realidad de la geografia nos condena a una engcaPable vecindad. En vista de todo lo anterior, za quién se podria Sngatiar hablando de la irrelevancia de América Latina? erage” Muchos los motivos por los que Estados Unidos desea apo- re de América Latina, apelando a diversas estratagemas. Y si tal ingen? imposible, el objetivo de minima es controlar el acceso a los sap Tecursos naturales que tiene la region y que despiertan la insa. antes racidad del imperio. Fue Colin Powell quien, entre tantos otros, os int MPOrtancia de América Latina y el Caribe en sus desesp “Mentos por lograrla aprobacidn del ALCA. Segtin el ex secretario natural del continente norteamericano, y la continutidad de los Estados Unidos a lo largo de ese continente torna necesaria su anexién". Como vemos, la enfermiza obsesidn yankee con la Isla tiene antiguas raices Mas de un siglo después, el presidente William Howard Taft, no com, tento con querer apoderarse de Cuba, profetizé para Estados Unidos la anexion de todo el continente. En 1912 dijo que “no esta lejano el dia en ue tres banderas de Estados Unidos delimiten nuestro territorio: una en el Polo Norte, otra en el Canal de Panamé y la tercera en el Polo Sur, La totalidad del hemisferio sera de hecho nuestro, como ya lo es moral, mente en virtud de la superioridad de nuestra raza"! En suma: la prioridad estratégica de América Latina reconoce varios factores causales. En primer lugar es su vecina, atravesada por profundas injusticias y en permanente fermento prerrevolucionarin Una vectna a la cual, como ocurtiera en México, le ha arrebatado buena Parte de su territorio, Es, ademds, su frontera con el Tercer Mundo, Con el subdesarrollo. Es también su hinterland, su drea de seguridad militar, la zona con la cual comparte la ocupacién de la gran isla ame- ricana que se extiende desde Alaska hasta Tierra del Fuego, separada de las demas masas geogréficas terrestres y, mas todavia, depdito de inmensos recursos naturales, tema que veremos en los préximos capt. tulos. Todo eso hace que Nuestra América sea una periferia sometida al insaciable apetito del imperio, que saquea y domina a pueblos y naciones, generando con ello una vasta zona de cronica inestabilidad y turbulencias politicas que brotan de su condicién de ser una riquisima regi6n lindera con el centro imperial y, a la vez, la que exhibe la peot ¥ mas injusta distribucién de ingresos y riquezas del planeta. Esas ¥ no otras son las razones de la temprana formulacién de la Doctrina Monroe; son también los faciores que explican las causas estructurales (no ocasionales) de mas de un centenar de intervenciones militares norteamericanas en la regién; de innumerables “golpes de mercado”: 71 Como se ve, en este ema no hay absolutamente nada nuevo Y si nos remontéramto$ atin mas en el pasado, encontrariamos sin mayor esfuerzo referencias a lai como las de Taft 2Qué otra cosa era elatca ina esta preteasién de enarbolat ast banderas de Taft alo largo del hemisterio? 80 cy AMERICA LATINA EN LA GEOPOLITICS DEL IMPERIALIS de Estado de George W. Bush, nuestra regisn es un gigantesco mercado para las empresas estadounidenses, un lugar que ofrece grandes opor- tunidades de inversién con fabulosas expectativas de rentabilidad, posi- bilitadas por el control politico que Washington ejerce sobre casi todos los gobiernos de la regién, y todo esto en un territorio que albergaba un Fepertorio casi infinito de recursos naturales de todo tipo. Pero ademas de ello la nuestra podria ser, en funcidn de los desarrollos tecnol6gicos de la industria petrolera, la regién que cuente con las mayores reservas petroleras del mundo habida cuenta del ya mencionado informe de la ope que coloca a Venezuela en el primer lugar mundial en materia de reservas certificadas y la promesa de los megayacimientos submarinos descubiertos en 2008 por Petrobras en el litoral paulista. En todo caso, Nuestra América es la regién del planeta que puede ofrecer un suministro mas cercano, previsible y seguro a Estados Unidos, dato harto significativo cuando las reservas del centro imperial no aleanzan para més de diez afios y las fuentes alternativas de aprovisionamiento son cada vez mds lejanas, problematicas e inciertas, toda vez que el Medio Oriente y Asia Central han entrado en un ciclo de creciente inestabilidad politica. El petréleo venezolano puede llegar a Houston en cuatro 0 a lo sumo cinco dias de navegacién, transitando por el Caribe —que el Pentagono y los estrategas del imperio definen como un “mar interior” de Estados Unidos completamente monitorea- do y controlado por un rosario de bases navales que lo convierten en la ruta marina mas segura del planeta. E] proveniente del Medio Oriente, en cambio, emplea mas de treinta, casi siempre unos treinta y cincodias para llegar a destino, y debe sortear obstéculos de todo tipo (por ejem- plo, atravesar el Estrecho de Ormuz o, al dar la vuelta por el Cuerno de Altica, enfrentarse los piratas somalfes) y transitar por una ruta mucho mas larga y de fletes mas costosos que la que se origina en Venezuela. El derrumbe de los gobiernos del norte de Africa -principalmente Egipto pero también Tinez~; la situacién critica por la que atraviesa Libia luego del traumdtico derrocamiento de Muammar el Gadaffi; la situacién preinsurreccional que existe en Yemen y Babrein unida a la gravisima Crisis en Siria, de incierto desenlace; la agitacién popular que se extien- de como un reguero de pélvora en Marruecos, Jordania, los emiratos ¥ la propia Arabia Saudita; y las ciénagas en que se han convertido lakY Afganistén revalorizan extraordinariamente la importancia del acces? rapido y seguro al cercano petréleo sudamericano, Pero Sudameérica no s6lo posee petroleo, Tiene también grandes reservas de gas, dispone de casi la mitad del total de agua potable 4 planeta, y es el territorio donde se encuentran tres grandes cuenc®S hidrograficas: la mayor, la del Rio Amazonas, y la del Orinoco y I8 Rio de la Plata. El Amazonas es a su vez el rio mas caudaloso del mund® ue arroja al Atkintico 14.185.500 metros cuibicos de agua por segud™ 9 menos lo que hace el Timesis... jen un aft! Tiene ademas dos capacidad de recarga, lo que le asegura una duracisn pstetonmente indefinida. Vel de Chiapas ya ha sido apreciado como un muy signifi cativo aporte para enfrentar el inexorable agotamiento del suministro de agua que afecta al suroeste de Estados Unidos y que compromete el Seceso al vital liquido de poblaciones como Los Angeles y San Diego™. Si ¢omo dicen los expertos en cuestiones militares las guertas del siglo xx1 Serdn guerras del agua, 3cémo podria ser irrelevante un area que con- entra en su territorio casi la mitad de tan vital elemento?®, En el grafico {que sigue se sefialan las zonas criticas, a nivel mundial, en términos del suministro de agua. Ninguna de ellas se localiza en América del Sur. Fuente: ‘Davin ofa Thirsty century’, de Alex Kirby, en chitp://news:bbc.co.uk/2/hi! Science nature/755497 stin>, América Latina también es rica en minerales estratégicos. Un trabajo teciente de Maria José Rodriguez Rejas en relacién con el tema demues- ta que “desde mitad de la década de los noventa, cuando se dispara 7 Vertos a Tplos dos tomos de a ya mencionada obra de Elsa Bruzzone, Las guerras del agua Yo. Ua visi trial lobal sore a cis dl agua se encoaniaen ‘Sreenioriaterogicontie mages Me cry na lamads tence sobre ea cuando ecb que $2. los alimentos y os combustibles son tres necesidades que se hallan en peligro. ¥ que bi re . : ce ves 2 en podrian ser las causas de situaciones muy conflictivas, inclusive guerras, ;Puesto, en un futuro proxio, América Latina, como es sabido es altamente ehtaria en estos tres vitales elementos. Ver su “La criss global: allmemto, agua mbustibies, en Rebetidn. 10 de junio de 2008, AMERICA LATINA EN LA GEOPO! TICS DEL IMPERIALISMO, esta actividad, América Latina cuenta con wna parte importante de Ja produccién y reservas de varios minerales cuya principal fuente de destino es Estados Unidos”. Prosigue esta autora recordando que atre los diez primeros paises mineros del mundo hay seis sudameri- anos: Pert, Chile, Brasil, Argentina, Bolivia y Venezuela”, a lo que se debe agregar México en lo que geograficamente seria Norteamérica; y que los paises de la region se cuentan “entre los principales produe- tores mundiales de minerales estratégicos y metales preciosos ~son, catalogados como tales el oro, la plata, el cobre y el zinc, asi como por las reservas probadas de minerales estratégicos con alto precio en el mercado como el antimonio, bismuto, litio, niobio, torio, oro, zine y turanio, entre otros. En varios, el principal receptor de la produccién ts Estados Unidos, especialmente en el caso del bismuto (88%), zine (72%), niobio (52%) y en menor medida la fluorita (45%) y el cobre (45%)"*, En Ifnea con este anilisis, John Saxe-Ferndndez sostiene que la agenda militar/empresarial de los Estados Unidos en esta materia se refiere a los abastecimientos de petrdleo, gas y el resto de los metales yminerales, “de la A de aliimina ala Z de zinc’. Y para sustanciar esta afirmacién, senala que ya desde 1980 uno de los principales expertos Ge la fuerza aérea de Estados Unidos habia advertidu al Congreso que amén de la fuerte dependencia de las importaciones petroleras, este pafs carecia “de al menos cuarenta minerales esenciales para uné Gefensa adecuada y una economia fuerte”. De esto se desprende ke necesidad de que esos minerales puedan ser aportados por los patses latinoamericanos, sustituyendo fuentes de abastecimiento mucht mas inciertas y lejanas". De acuerdo con informaciones proporciona das por el Mineral Information Institute de Estados Unidos, este pal debe importar el 100% del arsénico, columbo, grafito, manganesd mica, estroncio, talantium y trium que requiere, y el 99% de la bate xita y altimina, 94% del tungsteno, 84% del estafto, 79% del cobalt 75% del cromo y 66% del niquel. Como asegura esa instituci6n, cad estadounidense que nace consumira a lo largo de su vida 1,315.08 kilogramos de minerales, metales y combustibles”: 415 kilogramos) 74 Marla oséRodegues Rojas. “La centaldad de América Latina en a etal seguridad hemisférica de Estados Unidos", en Rebelidn, 3 de noviembre de 20101 SShowsebellonorgotiiapptid=115986> j 15. Ver John Saxe-Ferndnder, “América Latina: reserva estratégica de Estados Uy Seen ones aire, Cuacso) ano X, Ne 25, abit de 2008, Tarnblé Elina como rverva minera:dependenciay dew ecoldgice de eu’ de Gia Delgado Ramo, en Merri (Mico or) Ne 238, noviembre de 2008, dg autor, "Recursos naturales, seguridad y los Lily Pods del Pentéigono: ol ct América Latina” en Periferias (Buenos Aires) Ano 14, N* 19, 2010, pp- 145 158. 6 v ‘Mineral Information Institute cobre, 544 de zinc, 14.530 de mineral de hierro, 5,93 millones de pies Shbicos de gas, 272.597 litros de petréleo, 244.335 kilogramos de car ton, y asf sucesivamente. Estos datos ilustran con elocuencia el enor. pee peso que ejerce sobre el planeta Tierra el sostenimiento del pateen Te consumo establecido por el capitalismo norteamericano tan s6lo en Estados Unidos, Huelga aniadir que los paises latinoamericanos son grandes productores cela mayoria de estos minerales, metales ¥ com Bustibles requeridos por el consumidor estadounidense’ Pero la riqueza de América Latina no se agota alll. Miremos la biodiversidad, :e6mo podria ser irrelevante una regién que cuenta con algo més del 40% de todas las especies animales ¥ ‘vegetales existentes enel planeta? Seguin informa un documento del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (pussa)®, Amética Latina y el Caribe albergan cinco de los diez pafses con mayor piodiversidad del planeta: Brasil, Colombia, Ecuador, México y Pert, asi como la mayor 4rea de biodiversidad del mundo: la cuenca amazonica, que se extiende a par tirde las estribaciones orientales de los Andes y avanza hacia el este y hacia el sur. Esta region contiene la mitad de las selvas tropicales del planeta, un tercio de todos sus mamiferos y algo mds de sus especies Teptiles, el 41% de sus pajaros y Ja mitad de sus plantas. Es también la fegicn de mds répida deforestacién a nivel mundial. Los Andes, por tiltimo, son el hogar del 30% de los glaciares tropicales, fuentes del 10% del agua potable del planeta. La cuarta parte de la riqueza icticola existente en los rios interiores de todo el orbe se encttentra en esta parte del mundo. La mitad de las especies vegetales del Caribe, a su vez, son exclusivas de esa regién y no se hallan en ninguna otra. Esta exuberan- feriqueza en materia de biodiversidad constituye un Iman poderost- ‘imo para las grandes transnacionales estadounidenses, dispuestas mir ~mediante los avances de la ingenieria genética el sello de Silcopyright a todas las formas de vida animal o vegetal existentes, ya Batts declio, dominar por entero la econom‘a mundial, como lo estén do, en buena medida, con las semillas transgénicas del trigo, el prac mis completos y exhaustivos trabajos sobre esta materia a Ae Mido por Mania Braman. er su Recursos atrais ¢@ geoalics Ingfatt2sH0 sul-americana’, en Andre Rego Viana, Pedro Silva Barros y Andi ian ate (compe) Governancagiopl e stereo da Améic do Sl rel) phan enc pom gov or aenaag aie Uattovtvosnivzo-governaicaglobal pat. Ver tambien su ess doctor Bentamos ou erramos. A nova conjuntura iatine americana eo pensamento Oserot: Universidad Fedral Fluminense, 2011 cap, 5-8, en State o Blodiversity in Latin America and the C: Ibbean’” (Panama: PwuMa AMERICA LATINA EX LA GEOPOLITICA DEL IMPERIALISMO maiz y la soja. Por algo el tema de los derechos de propiedad intelecttal iene tanta prioridad para Washington, como lo atestiguan las durfsi- mas negociaciones en el seno de la omc Por titimo, desde el punto de vista territorial, América es una retaguard tar de crucial importancia. Obviamente, los funcionarios del Departamento de Estado lo niegan rotundamente, ero los expertos del Pentigono saben que esto es asi. De ahi el empe. cinamiento de Washington por saturar nuestra geografia con bases y misiones militares ~tema sobre el cual volveremos mas adelante-y su obstinacién en garantizar la inmunidad del personal involucrado en las ‘mismas. Si somos tan poco importantes, tan irrelevantes como se nos dice, spor qué la Casa Blanca se desvive proponiendo politicas de con. trol y desposesin que suscitan el repudio casi universal en la region? Para concluir: hemos visto los intereses en juego en la relacién de Estados Unidos con América Latina y, a partir de alli, la enorme atraccién que sobre Washington ejercen los formidables recursos nat. rales de la region. Esto nos permite entender las razones por las cuales ante las crecientes dificultades para acceder a ellos en otras partes del mundo, Estados Unidos ha redoblado la presion sobre América Latina. Es preciso tener en cuenta que la historia del siglo xx demuestra que cada vez que el imperio cede posiciones en otras areas del planeta pro- cura hacerse fuerte en lo que sus gobernantes y su clase dominante con. sideran como su entorno natural y exclusive, Ocurrié durante los aos de la Gran Depresion de la década del treinta; luego, en la Guerra Fr luna vez finalizada la Segunda Guerra Mundial; volvid a suceder cuando 4 comienzos de los setenta era evidente que la posicién norteamericana en el Sudeste Asidtico se debilitaba hasta terminar en la catdstrofe de Vietnam; y esté ocusriendo en estos tiltimos afios, bajo el peso combina do de un escenario geopolitico internacional mas complicado y menos amigable, la nueva crisis general del capitalismo estallada en 2006, Y los gravisimos problemas ecolégicos que hoy enfrenta nuestro planeta Y que obligan a poner ciertos limites a las précticas predatorias de la explotacion de la naturaleza y al despilfarro de los recursos naturales. El rostro de este renovado interés por las riquezas de nuestra regiGn n0 es el de un juvenil empresario politica mente correcto y ecolégicamente consciente, sino el de un marine, o un Rambo, dispuestos a tomar por asalto aquello que el imperio considera necesario para el sostenimient0 de su irracional patrén de consumo. En la medida en que se profundiee Ja dependencia externa de Estados Unidos de ciertos suministros est ‘égicos y en cuanto estos se encuentren en nuestra regién, mayor sef4 |i ofensiva que desencadenard el imperio para asegurarse un acces0 Privilegiado ~y excluyente, para mas datos- alos mismos. Es a causa de esto que se ha producido en los titimos ai08 una vigorosa militarizacién de las relaciones hemisféricas. Si hao® Atiio A. Baron cincuenta afos Washington lanzaba, para fracasar poco tiempo des- wugs (CoM pronosticé con gran precisién el Che Guevara en la Conferencia de Punta del Este) la Alianza para el Progreso, los proyec- tos que hoy maneja Estados Unides son variantes del Pian Colombia, es decir, un programa supuestamente destinado a combatir al narcotrafi- coy la guerrilla colombiana, pero cuyo objetivo real es posicionarse en fraegion con tropasyequipos ala espera del momento opertune para pasar ala ofensiva”. EI Plan Puebla-Panamé es una variedad de aquel, J los acuerdos aseax implican una formidable cesién de soberania de México y Canada a favor de Estados Unidos sin que, dada la naturaleza de tales acuerdos ~que se ha premeditadamente evitado que asuman la forma de tratados internacionales-, deban ser discutidos por los res- pectivos Congresos. Por ejemplo, como cualquier viajero lo comprueba a simple vista, la vigilancia fronteriza tanto en México como en Canada estd en buena parte en manos de los Estados Unidos, y lo mismo puede decirse en relacién con el entrenamiento militar y equipamiento de las fuerzas armadas y policiales de esos paises. En suma: la diplomacia mantiene su papel, en apariencia importante, pero hoy dfa la relacion pasa fundamentalmente por un filtro militar en funcion de la prioridad absoluta que en Estados Unidos se les ha asignado, luego del 11-5, a las uestiones de la mal llamada “seguridad nacional”. Yesto explica que, enel momento actual, el ntimero total del personal civil del Comando Sur-entiéndase: excluyendo a oficiales, suboficiales y soldados-, cuya sede se encuentra en Miami, asciende a 1.600 funcionarios, lo que dduplica el ntimero total de servidores ptiblicos destinados a monitorear © intervenir en las relaciones con América Latina de todas las demas agencias y secretarias del gobierno federal, incluyendo los departa- Mentos de Estado, Agricultura y Comercio. Se trata de una situacién Que no tiene precedentes en la historia de las relaciones interameri- anas peto que, sin duda, constituye un signo ominoso de las nuevos 78 Un examen en profundidad del Plan Colombia puede verse en £! Plan Colombia 4 intensifcacion deta guera, de Jaime Caycedo Turriago (Bogots: Universidad {cional de Colombia, 20021 yen Plan Colombia. Ensayes erties de lito Estado {Bogot4: Universidad Nacional deColombia, 200), Desde fuerade Colombia, ver"tas sritades cults otras del Plan Colombia" detlsa Bruzzone,en. La vision die Washington ‘se encuentra en Teen hUCios0 recuento dol proceso histrico por el eval la diplomacia fue Tio 97442 por la funesta clocuencia de as armas se eneuenita eh el ya ead leTelma Luzzan,Territriot vgilades AMERICA LATINA EN LA GEOPOLITICA DEL. INPERIAUSMO tiempos", De hecho, si hasta hace poco mds de una década la politica exterior de Estados Unidos se elaboraba en -y era conducida por- el Departamento de Estado, en la actualidad ambas funciones las ha absorbido el Pentagono, con un obvio resultado: la militarizacién de las relaciones internacionales. Como declaré un alto oficial de las fuerzas armadas de los Estados Unidos no hace mucho tiempo, apelando a un viejo aforismo inglés; “Si el Unico instrumento que tienes es un marti- Ilo, todos tus problemas lucirén como un clavo"* 1 abe destacar que la juristiccin del Comando Sur area toda amésea 1h ral Caribe, con exception de Mevio, dato hart significative, pals inte Jisiceln del Comando Central eas fweressarmadas de Estados Unil0S 2 Una precoe deteccin de este trénsto de la diplomacia al belicity snagnifeamente bien descrip nabra el expresdentede Repiblica DOM Jha Rosch Versu EtPentagonisme, stn ae imperativo (ba Haba {eCieneis Socials, 2007) La primers econ del ie viol vz en 1967 Capitulo 4 La militarizacion de la politica exterior de los Estados Unidos y su impacto sobre América Latina En el capitulo anterior hemos tratado de demostrar la excepcional importancia que nuestro continente reviste para los Estados Unidos, Bxaminemos ahora el reverso de la medalla: la desorbitada militari- zacidn de la politica exterior de Estados Unidos, tanto més acentuada cuanto més imprescindibles son los bienes comunes que alberga nues- tra region. ‘Aclaremos primeramente que este proceso que entraiia un severo cercenamiento de Ins libertades piblicas no s6lo se verifica en el Ambito interamericano sino que también tiene su contrapartida en el interior mismo de Estados Unidos. Son muchas las denuncias que se han levantado en contra del progresivo recorte de los derechos Eiviles y las libertades individuales en ese pais a consecuencia de aquel Proceso, tema que ya ha suscitado numerosas protestas por parte de distintas organizaciones defensoras de las libertades y los derechos anos. Es que la militarizacién de las relaciones internacionales de Superpotencia dificilmente podria reposar en un ambiente signado Por la expansion de los derechos ciudadanos y el proceso democriti- £2; Inevitablemente, una politica guerrerista hacia afuera tiene como rolario el deterioro de la libertad, el derecho y la democracia puertas Font: como ya lo observ6, hace més de un siglo y medio, Alexis de eye en su influyente libro La democracia en América (1957)". Iesaleh el proceso de militarizacion tiene su origen en los aftos aprons Ouert4Fria (1948, 1991), su aceleracidn ya habia despert ledges Preocupacisn del presidente Dwight Eisenhower, quien, re discurso de despedida-el 17 de enero de 1961 ya punto de Machu. or, *chos individuales, ir al sitio web de la American Civil Liberties Union.

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