Pen? ONY own
e
onral perpoces DT:
ae ‘3 , Los ariegos la raduje-
ron por zor0n, ela ley», y este es el sentido que
hha permanecido. La Tord es toda la ensefianza
de Dios, religiosa y moral, eserita y oral, trans-
mitida de gencracién en generacian.
En el sentido restrictivo y en el sentido que
se escucha generalmente, la Tora es cl Penta:
0
teuco, lo que se lee en la sinagoga dorante un
ciclo anual comprendido entre la fiesta de la
Alegria de la Tora del afio que acaba y a del ano
que empieza
El Pentateuco esta compuesto sélo por cineo
libros que van desde la ereacign del mundo
hasta la muerte de Moises: el Genesis, el Fxo-
do, el Levitico, los Ndimeros y ¢} Deuterono-
mio’, libros que Dios dio a Moisés, en el mon:
te Sinai, después de que Moisés hicicra salir al
pueblo judio de Exipto:
«Moises subié a la montafa. La nube cubrié
la montana. La gloria de YLIVH se establecio
sobre el monte Sinai, y la nube los cubrié da-
tante seis dias. El séptimo dia, YHVH llamo a
Moisés desde el centro de la nube. El aspecto
de la gloria de YHVH era a los ojos de los israe-
litas una ama devoradora en la cima de
la montafia, Moisés entré en la nube y subié
ala montana, Y Moisés permanecié sobre la
sanon biblico judio comprende, ademas del Pen
sco, los libros proteticos (sais, Jeremias, Barue,
Ezequiel, Daniel, Oscas, Joel, Arnis, Abdias, Joni, Mi
quets, Nahiim, Habscuc, Sofonias, Ageo, Zacutias, Ma-
Faytts)y los libros sapicneiales ¢ histdricos (Salmos,
‘Tob, Provertsivs, Rut, Cantar de los Cantares, Eclesisti
‘co, Lamentaciones, Esther, Daniel, Esdras, Nehemias 5
Crsnieas
amontafa cuarenta dias y cuarenta noches»
{Exodo, 24, 15-18).
«Moises se dio la vuelta y deseendié de la
montana con kas dos tablas del ‘Testimonio, ta
blas escritas por los dos lados, escritas sobre
tunay sobre la otra cara, Las tablas eran la obra
de Dios y la escritura era la de Dios, grabada
sobre las tablas» (Exodo, 32, 15-16).
Para comprender el judaismo en general y la
cibula en particular, es importante no olvidar
que Dios ha escrito la ‘Tora y que las letras del
texto presenten por ello un caricter particular
dchido a su origen divino. Es importante recor-
dar igualmente que Moisés fue el inico que es-
cuché la vox de Dios cuando recibio la Tora y
también el primero en transmitirla: «Todos los
israclitas se acercaron y les orcens todo lo que
YLIVH habia hablado sobre el monte Sinai»
(Exodo, 34, 33)
Por esta razén la ‘Tora recibe también el nom-
bre de Toni de Moises
Los hechos acaecieran en el siglo xii o en el
siglo XII a. de C. y la trudicion cuenta gue los
hebreos que recibieron la Tora a raves de la
vor de Moises eran silo seiscientos mil, Moisés
ahadié también estas palabras de Dios:
«No es solo con vosotros que concluyo esta
alianza... sino también con aquel que se en-
— 2
cuentra aqui con nosotros en presencia de
YIIVH nuestro Dios, y con aquel que no esti
aqui con nosotros boys (Deuteronomio, 29, 14).
La Tord afecta a todos los judios de todos los
tiempos que tienen que llegar, y todo el trabajo
de los pensadores judios ha side, por lo tanto,
conocer esta palabra con el objetivo de seguir
Joy mandamientos. éCémo lo hacen? Transm
tiéndola y comparindose ce forma permanente
con el texto, Pezo para empezar, es necesatio
comprender lo que la palabra turd engloba
lo que Ia alianza quiere decir y la naturaleza
del don.
Dios, creador del mundo, ha hecho al hom:
bre a Su imagen, para que mantenga y desarro-
lle el mundo asi creado y permita el estableci
miento del reino de Dios, La alianza que
concluye con el hombre, con «una multitud de
nacioness (Genesis, 17, 4), descansa sobre la
justicia y la rectitud y comprende Diez Palabras
Jos diez mandamientos— que son revlas de
conducta adaptadas a todos los pueblos y a to:
dos los tiempos. Israel tiene que dar el ejemplo:
«Os consideraré como un reino de sacerdotes,
tuna nacidn santa» (Exedo, 19, 6) rechazando
la idolatria y poniéndose al servicio de ki huma-
nidad. La ‘Tord se ha dado a Israel para que
a la Revelacion y permita de esta forma
3la realizacion del diseho de Dios. Encontramos
dos tipos de leyes, reunidas en el Levitico y en
el Deuteronomio: las leyes religiosas y las leyes,
morales que gobiernan la vida social y la vida
de los judios que ticnen todus como
final la salvacion de la humanidad y el
reino del Mesias.
Dios en la Tora
La Tora no nos dice nada de Dios. No hace mas
gue referir sus palabras y es esencialmente a
ttayés de sus palabras que lo descubrimos,
Dios es Uno: «¥ soy YIVH tu Dios que te
hha hecho silir del pais de Egipto... no tendras
otros dioses» (Exodo, 20, 2-3). Creo el Uni
verso con su palabra, Es omnisciente y todapo-
deroso. Es unico, inmaterial, sano, abstracto,
Iejano: «no puedes ver mi cara puesto que
el hombre no puede verme y vivir» (Exodo,
33, 20), No deja el mal sin castigo: «Dios dijo
a Noé: “EI fin de toda carne ha llegado, lo he
decidido, puesto que la tierra esta llena de vio~
Tencia a causa de los hombres y voy a hacerles
desaparecer de la tierra» (Génesis, 6, 13).
Pero es usto: «YHVH dijo a Noé: “Entra en el
area ti y toda tw familia porque te he visto
on
como el dinivo justo entre mis hijos en esta ge~
neracion"» (Genesis, 7, 1), Se mantiene cerca
de sus criaturas, amando, fiel a su alianza:
«YHVH, YHVE, Dios de ternura y de piedad,
Jento ante fa célera, rico en gracia y en fideli
dad; aquel que mantiene su gracia a roil ger
raciones, tolera falta, transgresién y pecudo
pero no deja nada sin castigo...» dijo Moises
(Exodo, 34, 6-7).
Es sabio y comunica su sabiduria 2 Israel a
través de la voz de sus profetas que El escoge y
gue El convierte en «el instrument inspirado
por surobra entre los hombres», seguin la expre
sion de A. Chouraaui,
Es simplemente. Eych (Exodo, 3, 14), nom-
bre bajo cl cual se presenta a Moisés, futuro del
verbo ser, expresa de forma fulgurante ka omni-
presencia de Dios. El futuro, en hebreo, tadu
ce tanto una accién que dura como una accidn
futura, Por lo tanto, eveb tiene que compren-
derse como un absoluto: «Soy cternamentes.
«Desde ef punto de vista del tiempo y de
la Historia, del devenir, de los futuros sucesi
vos, la esenicia permanente de Dios gasantiza la
unidad de la obra humana» (E. Amado Lévy-
Valensi, La Raiz y la fuente).
1a fidelidad a este Dios que es una Palabra,
a la Palabra de Dios, es la garantia del pucblo
as —judio que slo existiré mientras serd ttansmi
wida,
La transmision de la Tora
Moises habia previsto que cada siete anos la
Ley deberia Ioerse delante de todo el pueblo de
Israel reunido hombres, muj y ninos—
para que oigan, y aprendan @ temer a YHVEL
wuestro Dios, y cuiden de poner en prictica to-
das las palabras de esta Ley» [Deuteronomio,
31, 12). Pero no tenia ilusiones. ¢No habia di-
cho Dios «fel pueblo] me abandonari y rom-
pera mi alianza ...], los abandonaré y ocultare
‘mi rostro»? (Deuteronomio, 31, 16-17).
EI papel de los profetas ha sido esencial
puesto que han forzado a Israel a ser fiel ala
Loy, ala Tord, a han llevado de nuevo hasta el
monoteismo cuando se alejaba. Oyendo la voz
dle Dias en los acontecimientos cotidianos, tes-
timonios de sus disenos, han sido su guia, acon
sejindole, ratandeandolo, amenazandole, re-
cordandole sin cesar la mansedumbre de Dios y
la necesidad ade serviry de adorar a Dios en la
unidad» (1. Epstein, E/ Judaismo). «Convertios
y apariaos de todos vuestros erimenes; no haya
para vosotros mas ocasiOn de culpa. Descar:
208 de todos los crimenes que habeis cometi-
do contra mi, y haceos un corazén nuevo y un
espiritu nuevo» (Ezequiel, 18, 30-31).
«Acordaos de la Ley de Moisés, mi siervo, a
quien yo prescribi en e! Horeb preceptos y nor
ara todo Isracl» (Malaquias, 3, 22).
in embargo, fue la toma de Jerusalen pot
Nabucodonosor, en el aito 587 2. de C., la des
truccidn del Templo, su centro espiritual, y la
deportacién a Babilonia lo que hizo que los ju-
dios tomasen conciencia de lo justo que era el
juicio de Dios, de la absoluta necesidad de
obedecerle sometiéndese completamente a la
Tora y de que su perennidad dependia ante
todo de cada uno de clos. Fue el inicio de las
clas, de las academias: la transmisin de la
‘Tora debia hacerse a través de una ensenanza
stricta.
La wansmision se ha realizado hasta nues
tros dias de forma oral y eserita, La Tora se ha
transmitido de forma oral durante siglos. De
su forma escrita no tenemos ningtin manuscri
to anterior al siglo 1 a. de C. Ni siquiers frag
mentos de textos encontrados en Qumram,
puesto que el primer manuscrito completo de
la Tota que se conoce data del siglo xd. de
En cambio, se menciona en distintos libros de
la Biblia.Dios grabs la ‘Tora on losas que dio a Moisés
y-que se conservaron en el Arca de la alianza,
‘Moisés, antes de su muerte, puso por escrito,
esta ley (Deuteronomio, 31, 9).
‘Los escribas —los soferim, es decir, las per
sonas del libro (sepher) —, se mencionan des-
de esta epoca (Deuteronomia, 1, 15). Se sabe
tnicamente que eran una especie de funcio~
narios antes de convertirse, en una época
dificil de determinar, en los agentes de trans-
misién de la Ley, los doctores de la Ley, es de-
cir, los tinicos autorizados a impartir su ense-
En el siglo vita. de C., el libro de los Reyes
nos ensefia que bajo el reino de Josias (640.
609), un libro de la Ley fue encontrado en el
templo de YHVH (Reyes, II, 22, 8). El hallazgo
avo lugar durante los trabajos de reparacion
del templo.
En el siglo vi, Nehemias (8, 1) menciona «el
libro de la Ley de Moisés, que YHVH habia
prescrito a Istael» y un poco mas tarde se sabe
que Esdras, «un escriba versado en la Ley de
Moisés que habia dado YHVH» (Esdras, 7, 6),
habia «aplicado su corazin a escrutar fa Ley
de YHVH, a ponerla en prietica y a ensenar en
Israel los preceptos y las normass (Esdras,
7, 10).
El rollo de la Tora
La Tori ha creado un pueblo, Se encuentra en
el corazén del pueblo judio y en el corazsn de
cada judio: «CGolocaré mi Ley en el fondo de su
ser y escribiré en su corazén, Entonces seré su
Dios y ellos serin mi pueblo» Jeremias, 31
33}. Por ello, sus rollos son la posesién mas pre-
ciada de la sinagoga.
Se designa con el nombre de ford el rollo de
pergamino o de vitela, formado por dos bandas
cosidas una ala otra sobre las que se escribe. La
escritura de una nueva ‘Tora obcdece a reglas
muy estrictas. Al tratarse del texto divino, no
debe comportar ningun crror, ningtin cambio
cen relacién con el texto precedente,
El texto, en hebreo, esti copiado a mano,
con tinta negra, por un escriba que vigila para
no olvidar ni afiadir ninguna letra, asi como
para respetar los espacios entre las letras. El
texto no contiene ni vocales ni puntuacion,
Cuando el rollo esta terminado, se monta so-
bre dos barras de madera, se rodea y se rev
te con un manto o, en algunas comunidades
orientales, se coluca en un cofre de dos ba:
tientes
Elroflo de la Tora se presenta a la comunidad
durante las ceremonias en la sinagoga.
3Cuando se vuelve inutilizable, por ejemplo
cuando los caracteres se borran, cl rollo no se
desiruye sino que se entierra 0 se coloca en un
depdsito especial: la genraah. Es por esta razén
gue ha sido posible encontrar, en el Cairo, ma-
nnascritos muy antiguos de la Tora
El canon biblico fue establecido definitiva:
mente en Jabné, en el siglo td. de C., es decir
trece 0 catorce siglos después de la Revelacion
y el don de la ‘Tora.
Durante todo este tiempo, la tierra de Isracl,
descada tanto por los egipcios, como por los si:
rios, los persas, los gricgos o los romanos, co-
rocie los primeros infortunios, las guerras, los
éxodos, las tentaciones de asimilarse.
Y sin embargo, la transmision se efectué y los
profetas hicieron oit la voluntad de Dios y sal:
varon varias veces al pueblo de si mismo, recor-
dandole sus deberes: «Buscad a YIIVIL y vivi-
réis, por miedo a que se cimiente como cl Fuego
sobre la casa de José» (Amos, 5, 6); «Vuelve Is-
racl a YIIVEL tu Dios, puesto que es culpa tuya
‘que te haya hecho tropezar> (Oseas, 14, 2).
Trece 0 catorce siglos durante los cuales los
cescribas, los soferim, las gentes del libro, man-
tuvieron la Tord, la ensenaron, la adaptaron
las cireunstancias, la comentaron y dieron va-
lor a todos los textos que la piedad judia apre
40
ciaba tanto para ascgurarse de su autoridad di
vina
Trece 0 catoree siglos en definitiva durante
los cuales se desarroli6 una importante labor de
exegesis que dio las midrashim y el Talmud y
que preparé cl nacimiento de la cabala
aComprender
y ensenar la Tora
I texto de la Tori —que empieza con la
creacién del mundo por Dios y que luego
nombra a Dios por el redoblamiento del futuro
del verbo ser: Eyeh achere Eyeb— muestra bien
que el problema de la existencia de Dios no se
plantea: Dios ha sido, es y sera Dios es una evie
dencia, un axioma, La eabala es una larga me
ditacién sobre Dios y sobre la creaci6n,
La existencia de Dios es quizas el tinico con.
cepto firme de la Tord. Todo cl resto ¢s materia
para preguntar y para meditas, puesto que vi
nierdo de Dios todo es significante. ZEntonces
por qué ese dios iinico recibe el nombre de El
Elohim, Adonai, Eych 0 YHVH? éPor qué ese
dips que no se puede ver bajo pena de muerte
(FExodo, 19, 21) se describe como un humano:
«}, com-
puestos por un cierto ntimero de tratados (en-
tue siete y doce), divididos en capitulos. Este
conjunto de textos recibid el nombre de reise
y se convirtid, segin los deseos de Rabi Yehou-
da Ha Nassi, en el manual de referencia de la
vida judia, Basta leer los titulos de los sedartne
para convencerse de ello,
16El primero, el de las Semillas, se refiere a la
agricultura: todas las reglas relativas ala cult:
may al mantenimiento de los eampos y de los
jardines estin expuestas en el, asi como los de.
rechos de los pobres y de los sacerdotes en el
producto de la sicga.
El segundo trata del Tiempo, es decir, del ca-
lendario y de las leyes que fijan el tiempo del
shabbat, de las fiestas y de los ayunos.
J tratado siguiente, el de las Mujeres, se re
fiere 4 las relaciones entre los sexos, las leyes
sobre ¢! matrimonio y sobre el divorcio,
El-cuarto, el de los Perjuicios, tata de la ley y
de los procedimientos civiles y criminales, asi
como de las relaciones sociales, domesticas,
econdmicas y politicas.
El quinto tratado, el de las Cosas santas, se
refiere a la ordenacién del culto, los deberes de
los sacerdotes, y todo lo que afecta a la muerte
de los animales.
El Gltimo tratado, el de las Purificaciones,
trata de la pureza y de la impureva de las cosas
y de las persona
Muy nipidamente, la Mishna se convirti6 en
cl manual clisico de todas las escuclas del
mundo judio y el texto fundamental de los es
tuios y de la investigacién hermenéuticos en
stina y Babilonia, Fue estudiada, interpre-
50 —
tada y diseutida por los amoraine a a luz de to-
dos los textos que habian sido descartados por
Rabi Yohouda. El objetivo de los anzoraii, los
sabios que se libraban a este estudio comple-
mentario, no eri el de invalidar el trabajo de
sus predecesores sino de «aprehender su valor,
su sentido y su capacidad» (A, Cohen, E! Tal
mud).
Este trabajo de clatficacion y de justficacion
de la Mishna fue llevado a cabo de forma si-
rmultinea entre las escuelas palestinas y las es-
cuelas habilonicas durante mas de un siglo. Se
conoce como Gemara. Mubo una Gemara en
Palestina y otra en Babilonia. Ambas son in.
completas ya que slo cubren poco mis de la
mitad de los tratados de la Mishna, pero no se
limitan a las cuestiones legislativas. En cllas
pueden encontrarse consejos meédicos, especu:
laciones cientificas y debates filossficos. Debi
do a las circunstancias historicas —Babilonia,
donde la poblacién judia vivia en un elima de
gran seguridad y de prosperidad, se habia con-
vertido en el centro cultural de la vida judia—,
Ja Gemara babilsnica es la que suele estudiarse
con mais inter
La Mishna y la Gemara, compiladas en el si:
alo ¥, forman el Talmud, que se puede traducie
como «ensefianza, En él se encuentra todo lo
—a—ue se refiere a las obligaciones sociales, fami
liares y religiosas del judio (la Halachah) y la
historia, la filosofia y la teologia que constitu-
yen la Haggadah a la cual «incumbia la gran
misién moral de consolar,edificar, exhortar ¢
instruir una nacidn librada a los peores sufri-
micntos, amenazada de estaneaci6n espititual
porel exilio; ella dehe proclamar que las glorias
del pasado prefiguran un porvenir no menos
brillante y que la propia miseria del tiempo pre-
sente ocupa su lugar en el plan divine que ha
marcade la Biblia» (A. Cohen, op. cit.),
De forma paralela al Talmud, que «eneierra
todo un tesoro del pensamiento, de la historia,
de la exégesis biblica, de las costumbres ju-
dias... [que] ha moldeado la naturaleza del
judaismo y ln identidad judia» (Diecionario
ewctclopedico del judatsma), la composicién de
manusles haggidicos de tipo midrasico conti-
‘nu, sobre todo en terrtorio babilénico. En sw
mayoria eran comentarios sobre cl rexto biblico
y de homlias sobre las lecturas realizadas du-
rante lus fiestas que intentaban, con un lengua
je muy vivid, hacer comprender lo que Dios
espera de su pueblo,
Las mas conocidas son, sin duds alguna, [a
Midtash Rabu, la Genesis Rabba y las Pesik-
ta Midrashim.
Finalmente, todo e! material que no fue util
zado por los sabios para el establecimiento del
‘Talmad se ha reunido en dos compilaciones: los
TTosephta («suplementoy») y las Beraita («En-
seanzas externas»).
E! Talmud sc imprimié por primera vez en
Venecia en el siglo xv y presenta, en cada p.
nna, el texto de la Midna y de la Gereara corres
pondientes, rodeados a su vez de referencias
talmadicas y distintos comentarios, entre los
‘que se encuentra el de Rachi (1040-1105) el
gran comentador de Champaia de ka Biblia y
del Talmud.
Las relaciones entre el hombre
y Dios en el Talmud
EL Talmud, «ese gigantesco esfuerzo de refle-
ion sobre el texto» (A. Chouraqui, op. cit),
obtuvo su autoridad por el hecho de que «esta
basado en la Escritura y|...] sus doctrinas y sus
principios se obticnen directamente de los que’
ncontramos en la Tora, en los Profetas y en las
Escrituras» (1. Epstein, op. cit.)
in ninguna duda, la reflexion del Talmud
esta totalmente centrada en las relaciones entre
elhombre y Dies,
— yerDios
En el Talmud no se intenta comprender el axio-
ima biblico «Dios es uno», sino que se parte de
su aceptacion incondicional. Esta breve historia
puede dat cuenta de la importancia de tal pos
tura,
«Dejad que os pregunte ahora donde se en-
cucntra una cosa gue os acompafia de dia y de
hnoche: vuestra alma. El hombre respondid: "Lo
ignoro”. “iCémo!”, se admiré el rabino, “ino
puede decirme qué lugar ocupa una cosa que
cesxtd eleetivamente con usted y me pregunta so-
bre alguien que se encuentra a tres mil quinien-
tos afios de mi!”» Si Dios se describe a menudo
‘en Lerminos antropomérticas es, nos dice el Tal-
mud, para «hacerlo imteligible al oido humano».
Dios es una realidad cuya energia cread
siempre esta trabajando. Ey omnipres
trascendente ¢ inmanente, lo que el Talmud
traduce con el rérmino schekina, «Su Presencia
cn la creacién», en el mundo creado. Por esta
raz6n, se trata de un Dios de amor no solo para,
el pucblo judio sino para todos las pucblos y to
das las naciones. El pueblo judio no es mis que
1 instrumento clegido para que la humanidad
progtese hacia un mundo dirigido por la justin
divina
Dios posee todo, el hombre no es mas que su
depositario y el Talmud no es mas que un largo
desarrollo de lo que el ereyente tiene que hacer
para permitir la Hegada del Reino de Dios.
«Para los maestros talmudistas, Dios es ante
realizadas mediante la
observancia de la ley» (MA. Quaknin, |. Bo
této, J. Moingt, La historia mus hella de Dios).
El hombre
Si el hombre obedece fa ley moral, ef hombre
participara de la esencia de Dios; «lgual gue El
es bueno, sé bueno; igual que Fl es miserivor-
dioso, sé misericordioso; igual que El es justo,
sé justo» (Levitico, 19, 2).
EI hombre solo tiene deberes puesto que
debe de todo, y esto es lo que la Biblia transmi-
te en esta formula lapidatia: «Amants al proj
mo como a ti mismo. Yo soy YHIVH» (Levitico,
19, 18). Porlo tanto, tiene que respetar toda la
vida, tiene que evitar que sus actos atenten
contra el honor y la reputacién ajena y tiene
que scr justo y actuar de manera que cualquier
persona pueda vivir de forma decorosa y sea ca-
paz de honrar a Dios. El respeto por el otro le
prohibe cualquier tipo de engafio: «Que vues-
—tro sea recto y que vuestra 0 sea recto»
(Babe Merzta, 49 a). Debe ser caritative incluso
hacia un enemigo: «Aunque tu enemige se haya
levantado temprano para matarte y llegue
mucrto de hambre y alterado a tu casa, dake de
comer y de beber» (Midrash en Prox., 25, 21).
Es necesario ser santo a imagen de Dios
puesto que Dios ha hecho al hombre a st ima-
gen (Genesis, 9, 6) y por ello hay que luchar
Contra los sentimientos de envidia, codicia, or-
gullo y célera que pueden llegar a destruit el
bien, «Es cierto que las iniquidades del hombre
encolerizado pesan mas que sus méritosm (Ne-
darint, 22 b). Para ello, es preciso desarrollar
sus virtudes, Ja humildad, su fe en Dios y ob-
servar los sciscientos trece mandamientos
(mitsvot) presevitos.
E] Talmud, por lo tanto, trata todos los prin:
cipios religiosos prescritos en la Biblia, Insiste
en la importuncia de la plegaria matinal, preco-
niza numerosas bendiciones para agradecer a
Dios todo lo que ha puesto de bueno a disposi-
ion del hombre y regula las ceremonias priva-
das (matrimonios) y publicas tHiestas y ayunos).
EV Talmud se concibe como una guia prictica
que ha de permit al hombre judio someterse a
la voluntad de Dios no por su bien personal
sino por el bien de la humanidad al completo,
—%
puesio qe alo que ea abajo esta también
Para concluit, citaremos a A. Cohen: «Lo més
importante que el Talmud ha hecho por el pue-
blo judio ha sido hacerle sentir que la desapati
ion del Templo no comportaba ka desaparicién
de su religidn. Por muy duro que fuera el desti
ro, el camino permanecia abierto pari acercar-
sex Dios»,
_ 57) —Elevarse hacia Dios
y contemplarlo
Sens Scholem, cualyuier espiritu pro
ndamente religiaso s6lo tiene un deseo,
encontrar «la armonia imaginaria del Hombre,
del Universo y de Dios» y sélo puede hacerlo
fen su propio contexto religioso. Cualquier esp
ritu religioso aspira a la unidn, a la divinidad y
al misticismo.
El misticismo existe en la tradicién judia
como en todas las tradiciones religiosas. Esti
presente en la Biblia y, en consccuencia, en el
Talmud, Sus imégenes son de gran belleza
Pignsese en el suefio de Jacob, las visiones de
Asafas, la deseripeion del carro celeste en el Li
tbro de Ezequiel o has visiones apocalipticas del
Libro de Daniel por citar sélo las mas impor-
tantes, Sin embargo, la experiencia mistica sto
esta reservada a unos poeos: «muchos comen-
tan la Merkabah (la vision del carro] y no la han
— 9 —visto nunea en su vida» (Tosephta Mewillah, TM,
17; citado por R. Gootsehel, La Cabala),
A diferencia de otros misticos, el judio no
busca la union con la divinidad. Al principio, se
esforz) en superar las pricticas teligiosas habi-
tuales para contemplarla en su esplendor, a
ciemplo de los profetas. Mas tarde, intents des.
cubrir los secretos retomande el texto de la
“Tord con una éptica distinta de la de! Talmud
Fue en ese momento, en el siglo Xt de nuest
era, cuando el movimiento mistico judio re
bio el nombre de cabal
Mas adelante, el nombre pasé a designar
toda la mistica judta, La confusion de procedi-
mientos y fines fue tal, que los estudiosos act
fiaron las expresiones cabal estética y cabal
meditativa para diferenciarlas. No obstante, tal
distincion es arbitraria en la medida en que el
‘mistico julio busca y ha buscado siempre ac-
tuar al lado de Dios para lograr el bienestar de
la humanidad
Rabi Sime6n Bar Yochai
te sabio del siglo tse prese
—la gran obra de la mistica judia, realizada en
cl siglo x1 por Moisés de Leén— como el mis
tico por excelencia, como la Lampara Santa
de la cual es necesario transmitir la ensefian,
En la actualidad se lo considera un santo y se
lo honra durante las fiestas de Lag Ba Omer
Sin embargo, apenas hay referencias suyas: tan
solo unas pocas lineas en el ‘Talmud y la Mi
dash.
‘Guy Casaril describié a grandes rasgos su ca
rrictet cn la obra Rubf Simeon Bar Yookai y la cd
ala. De él tomamos los siguientes datos
Nacié cn Galilea a finales del siglo 1, Fue
alumno de Rabi Akiba, el maestro de la Mish
na, El Talmud nos lo muestra orgulloso y 08
cionalista a ultranza: «Rabi Juda, Rabi Joss¢ y
Rabi Simeon estaban reunidos y Judi, un hijo
de prosélito, se mantenia cerca de ellos. Rabi
Juda observe: “Los trabajos de los romanos
son admirables: han realizado caminos, han
construido puentes y termas.” Rabi Jossé guar
do silencio. Rabi Simedin replies: “Todo lo que
han hecho, lo han hecho para si mismos: los
caminos para las prostitutas, las termas para
sus cuerpos, los puentes para climinar los pea
jes"» Gabbarh, 33 b; citado por G. Casatil)
tas palabras le valicron, al igual que a su
jo, un exilio de trece ahos en el desierto,
frente a la Ley y con Dios», Durum esc
tiempo adquitié un conocimiento profundo de
—_—Ia Ley, el amor de Dios gracias a In ensefianza
ue les procligaba cada dia el propio profeta
Elias durante las visiones y con una sensibili-
dad exteema: «B] rigor no puede obrar con se
veridad en los lugates que Rabi Simeon Bar
‘Yochai tiene como costumbre frecuentar» (Zo:
bar, W).
Después de este exilio frente a Dios, seguro
de las ensefianzas que le habia dispensado el
profeta Elias, Hevé una vida santa y perfecta,
totalmente dedicada a la ensefanza del amor
de Dios. A lo largo del Zohar lo vemos llorat,
compadecer a los demas o interceder ante Dios
para salvar a uno de sus discipulos de ia mucr-
te. A su muerte, «aparecié una cohorte de
dos sobre las alas de los cuales Rabi Simeon y
su hijo Rabi Eleazar fueron elevados hasta la
Yeschiva Celeste» (Zohar, D)
Era importante entretenerse sobre li histor
de la vida de Rabi Simesn puesto que prueba
existencia desde tiempos antiguos de esta co.
rriente mistica —influida por la gnosis? y otras
herejias cristianas—. Esta corriente mistica co-
5, Las mistica judia de la MerkaPr con sus sicte palacios,
sus porteros y su divinidad sobre un trone hace pensar en
tn plerora de os pndsticos con sus vanes, sus potenetas
boro un cierto auge durante los siglos vu y vit en
Palestina y en las escuelas de Babilonia y en-
contraré su pleno apogeo en la cibala
La literatura de los Héchalot
Segdin Gershom Scholem, el texto de la vision’
de Ezequiel es cl que primero llamo la atencisn
a los dociores de li Ley. Recordemes ese bello
texto, redactado en el siglo via, de C., mientras
Ezequiel estaba exiliado en Babilonia.
En el centro de lo que nosotros llamariamos
un tornado —«era un viento de tormenta que
soplaba del norte, una gran nube, un fuego
que brora, con un resplandor alrededor —,
iel vio de pronto «cuatro animales con
sic aspecto: tenfan forma humana. Cada uno
tenia cuatro caras y cada uno cuatro alas. Sus
pietnas cran rectas y sus eascos eran como cas-
‘cos de buey, brillantes como el bronce pulido.
Bajo sus alas tenian manos humanas giradas
hacia fas cuatro dirceciones, igual que sus caras
y sus alas [...]. Respecto a la forma de sus ca:
ras, tenian una cara de hombre y los cuatro te-
an una cara de ledn a la derecha, los cua
tro tenian una cara de toro a la izquierda y los
cuatro tenian una cara de guia, Sus alas esta
—e—ban desarrolladas hacia arriba; cada uno de
ellos tenian dos alas que se juntaban y dos
alas que le cubrian el cuerpo; todos iban hacia
adelunte; iban alli donde el espirivu los em-
pujaba, no se giraban mientras caminaban...
y habia tambien una rueda en el suelo, al la
do de los animales con euateo caras. El aypec-
tw de estas ruedas |y su estructura] tenia el bri
llo de la crisolita. Los cuatro tenfan la misma
forma; respecto a su aspecto y a st estructu
14: era como si una rueda se encontrara en me
dio de la otta. Su circunferencia era de gran ta-
maho y asustaban y la circunferencia de las
cuatro estaba lena de reflejos alrededor.
Cuando fos animales avanzaban, las tucdas
avanzabsn al lado de ellos y cuando los anima-
les se elevaban del suelo, las ruedas se eleva-
han... Habia algo que pareeia una boveda, res
plandeciente como el cristal, stuada sobre sus
caberas,
Por encima de la boveda que estaba sobre
sus cabezas, habia algo que tenia el aspecto de
una piedra de zatiro en forma de trone, y sobre
esta forma de trovo, encima, en lo més ako, un
ser con apariencia humana. Y vi como el res-
plandor del bermejo, algo como fuego cerca de
Al, alrededor, desde lo que parectan ser sus ri-
ones y por encima y desde lo que parecian set
— 64 —
sus rihones y por debajo, vi algo como fuego y
un brillo alrededor; el aspecto de este brillo, a
rededor, era como el aspecto del arco que apa
rece en las nubes los dias de Havin. Era algo que
se parecia a lu gloria de YHVH» (Ezequiel, 1,
4.28).
La imagen de Dios en la nube se encuentra
ya en el Pentateuco: la nube precede alos israc-
litas que salen de Egipto (Exodo, 14, 19-20),
cubre el Sinai durante la Revelacion (Exodo,
19, 16) y mis tarde el Taberniculo (Exodo, 40.
34), el primer santuario erigido por Moisés, De
igual forma, se encuentra en el Pentateuco la
Juz resplandeciente que emana de Dios (Exodo
24, 17) ye trono de zafiro (Exodo, 24, 10). La
vision de Ezequiel precisa por lo tanto y amplia
Ja imagen de Dios en el Exodo. Otros visiona-
rigs, empezando por Enés en el siglo ta. de C.,
dain cuenta de este aspecto de Dios y mediti
tin sobre esta vision intentando comprender
todas sus elementos y construyendo de esta
forma todo un sistema que permita lograr el co-
nocimiento diving,
Este movimiento se desarrollé en el siglo uy
1V, quiza como reaccion a las persecuciones que
ta Iplesia catdlica infligia a los judios que, exi
liados y amenazados, se refugiaron en la von-
templacién de la gloria de Dios. Constituye un
— 6 —cslabén esencial entre el misticismo de las épo-
cas antiguas y lt vibala propiamente dicha.
El mekubat
El pzokubal es la persona que ha recibido la Tea-
dicién, el cabalista, Para adquiric el grado de
competencia necesario habia que someterse
tn proceso de iniciacion. Era necesario eumplir
con un cierto nGmero de requisitos: poseer
grandes cualidades morales, observar estrieti-
mente Los nif, los mandamientos, ¢ incluso
presenter caracteres fisionomicus precisos
Un largo period cle ayuno preparabu para el
deescenso' del cabalista hacia el earro, Con la ca
centze las sodillas, murmuraba plegarias, le
Lanias o himnos que permitian a su alma atrave
6 Fl alma del mctuhal subia a través de los ciel hacia
clearro a trona de Dios para contemplarie, El retome
hacia el mundo cotidiane, el descenso, era un momento
peligroso tal como veremos con la experiencia de Rabi
‘Akiba vel sus amigos. La experiencia excita esta reser
vada solo a horobres bastante equilibrados v sabios que
puedan vivirla sin desligarse de la realidad ni exeluinse
lol mundo. ELneeibul tiene que vier e9 el mundo, tra
Ina, casarse y estudiar, De abv que lt experiencia estat
case denumine baad en lugar de ascenso,
6
sar alos siete cielos y os siete palacios, rompien-
do la hostilidad de los arcontes, desbaratande Las.
artimanas de los porteros... {para llegar] final-
‘mente a la contemplacion de Dios Rey en su glo-
tiay (G. Casail, op. cit). Dos escribas lo acom.
paftaban y anotaban todo lo que veia durante su
extasis. De esta forma se constituys todo un
conjunto de textos, la literatura de los Hechador 0
Libros de los palactos agrapados bajo el nombre
de Maasseé Merkaba (Colecctim del car)
EI Moassé Merkaba
La descripcidn del descenso hacia el eatto es la
materia principal de estos tratados, Para alean
zar el objetivo de su visje, la contemplacisn de
Dios, el alma del rzekubal tiene que atravesar
sicte esferas, siete palacios que estan protegi
dos por porteros. En cada puerta es necesario
mostrar un sello magico y pronunciar una pala
bra clave, Cuanto mas se acerca el alma a la
séptima esfera, la progresion es mas dificil,
puesto que los porteros —ngeles y arcontes
son cada vez mas exigentes. Si el viaje tiene éxi-
to, el mekubal lega ante «el Dios de Abraham,
el Dios de Isaac y ¢} Dios de Jacob», que se
muestra en toda su gloria,
— 9No todos los iniciados conseguian realizar
este viaje, puesto que la experiencia mistica te-
nia que dominarse, en caso contrario llevaba a
li muerte o a la locura, La historia del Talmud
(Hagiga) explicn de la siguiente forma la
tura de los cuatro sabinos Ben Azzai, Ben 7
mah, Aber y Rabi Akiba: llegaron todos al final
de su viaje y entraron los cuatro en el Paraiso,
ppcto slo Rabi Akiba salio indemne de él, pues
to que sélo él era lo bastante sabio como para
no perder el eontaeto con la realidad: Ben Azza
murio, Ben Zomah se volvid loco y Aher rene:
go de su fe,
El Dios que contempla lo mistieo esta descr:
to on rasgos antropomérficos en el tratado
Shiur Korea (Medrdas del cuerpo). Sin embargo
sus dimensiones son tan monstruosas que se
convierte en un scr dificilmente coneebible
para la razon —al.a altura de su nuca es de tre-
ce mil veces diez mil mis ochocientos parasan
gas» (citado por R. Gaetschel).
Este Dios de Gloria, que el Shiur Konea nom:
bra tambien como Creador del Mundo, ests
servido por una muchedumbre de angeles y por
Métatron. Esta figura, que se encuentra igual-
una satigua medida de superficie que
5.250 m longitudinaes.
— «6 —
mente en el libro de Enoch, s dificil de com-
prender, Quién es Métatron? En algunos tex-
tos se identifica con Ends, cuya piedad lo hizo
merecedor de la naturaleza angelica. Otros tex-
tos lo asimilan al singel ¥ahoel, el éngel de Dios
‘que aparece en el Exodo (23, 20-21). En cual-
quiier caso, se trata de una figura césmica tan
insigne, que cuando Aher la contemple se con-
virtio en hereje. éAcaso sc trata de una refe-
rencia velada al gnosticismo, tal como apunta
R. Goetschel?
El Maassé Bereshit
El Maasse Bereshet es también una compilacion
de tratados y textos de procedencia babilonia
redactados entre los sigios ul y vid. de C. Tal
como indica su nombre (beresbit es la primera
palabra del Genesis y significa «al principio)
versa sobre la Creacion. La obra mas importan,
te es cl Sefer Ha Yetsira (Libro de la Creactén),
una obra densa y breve que explica el significa:
do iitimo de todas las cosas.
-«Sogtin treinta y dos misteriosos senderos de
sabiduria, Yah, Seitor de las Armas, Dios vi-
viente y Rey del Mundo, El Shadat |... ha gra
bado y creado su mundo». Los treinta y dos
69 =misteriosos senderos de subiduria» que apare-
cen en el primer capitulo del Sefer Ha Yetsira
son «los diez wfirut belima y lus veintids letras
principales», es decir, las veintides letras del al:
fabeto hebraico,
Estos diez sefnat belina tienen vatios signi
cados
Cada seffra representa los diez nameros pri-
mordiales, que no son cifras sino los elementos:
que constituyen la creacion, es decir, las diez
dimensiones del cosmos —lo alto, fo bajo, la
parte delantera, la parte trasera, fa derecha y
Ja izeiuierda, las dos dimensiones del tiempo,
bien y el mal—. Desasrollan igualmente kt no-
n de «viento de Dios» que encontramos en
el Genesis, 1, 2: «La tetra era caos y confusion
y oxcuridad por encima del abismo, y un viento
de Dios avieteaba por encima de las aguas». La
primera sefira es e] viento de Dios de donde
procede el aire que crea el agua y el fuego y que
se eorresponden con ef segundo, tercer y cuar-
to .efirot, Los otros seis restantes representan
las seis direcciones del espacio. Los sefint son
emanaciones de Dios, Ideas platonicas, tal
como expuso Filon de Alejandria: «Su palabra
esti en ellas (los.cfirt) en Ia ida y en el retorno
ya Su edicto corren como un torbellino y ante
‘Su trono se prosternariinm,
—n—
Igual que las Diez Palabras del Génesis for-
man el mundo, igual que los Diez Mandamien-
tos son el origen de la humanizacién de la espe
cic humana, los diez sefiro? constituyen una
doctrina de Dios Creador. Forman la estructe
ta del mundo creado y la cabala intenta hacer-
las inteligibles a través de una gran diversidad
de imagenes que reflejan la unidad infinita de
Dios.
E] significado de las veintidés letras que El
hha agrabado y esculpido Ly con las que] ha for-
mado todo lo formado y todo el futuro que se
formariy se da en los capitulos siguientes del
Sefer Ha Yewira. Las letras dlef, mem y shin re-
preseotan el fuego, el aire y el agua, pero tam.
bién el tiempo de las estaciones (el verano, la
primavera y el invierno! y las tres partes del
‘cuerpo humano (cabeza, pecho, abdomen). Es+
tas tres letras son conocidas como letras readres
y adquieren nuevos significados en el iltimo
capitulo del Sefer Ha Yetvina.
Las sieve consonantes que en hebreo tienen
tuna doble pronunciacion representan los siete
planetas del cosmos, los siete dias de fa sema-
na, los siete orificios de la cabeza, el templo y
las seis direcciones del espacio, etc
Las doce consonantes simples corresponden
alos doce érganos principales del hombre, a las
—n—doce constelaciones del zodiaeo, a los doce me
ses del aio, ete.
Combinadas entre ellas, las veintides letras
del alfabeto forman adoscientas treinta y una
puertas» en ef origen de todo lo reat (el univer-
so, el tiempo, el cuerpo, los sentides, el bien y
cel mal) y estan alli por la misma manifestacién
del Nombre, de YHVH 0 de Dios
Ast pues, segtin el Sefer Hla Yetsra, se trata de
la potencia de las letras, la energia contenida en
las letras que ban permitido la creacién del
mundo puesto que el mundo fue creado por la
palabra de Dios. Diez veces aparece la expre:
sion «Dios dijo» en el Génesis y con su vou
cred la luz, el firmamento y las aguas, la tierra,
Jos frutos de la tierra, los astros, los peces y los
pajaros, los animales terrestres y el hombre.
El poder del verbo adquitio un caricter ma
gico, G. Scholem afirmaba que en este libro tal
ver se hallaba en el origen del mito husidico del
Golem, «criatura de agua y de arcilla, de tuego
y de aire, servidor décilo rebelde», creado por
cl hombre para servirlo: «Al construir el Go-
lem, el hombre ocupaba el mismo lugar que
Dios cuando cres al primer hombre, si bien de-
hio sustitur el aire de Dios por la potencia de la
vibracion de las letras del alfabeto hebraico»
(M.A. Ouaknin, op. ett.)
2 —
Por lo tanto, el estudio de las letras es pri-
mordial para quicnes descan comprender el
misterio de Dios y de la creacién y prepararse
para la legada del Mesias.
El estudio de las letras
El hebreo es una lengua que se crea a medida
gue se lee, El alfabeto solo comprende vei
dés consonantes y por ello el lector tiene que
reconstruir las palabras aftadiendo las vocales
apropiadas, Un palabra escrita puede tener di
versos significados y sélo la vocalizacién y el
contexto le dan su significado original. Silas le
tras del rollo de la Tord no estan puntuadas,
«nos revela que su naturaleza no esta eireuns
crita sino gue es infinita, puesto que procede
del Infinito, y nos ensefia que las letras esperan
nuestros comentarios y que estos pueden ser
ilimitaclos» (A, Safran, La Sabzdarta de la cba
14). Las letras poseen una dinamica, una ener
tia que es la propia cnergia de la eteacisn, ya
que son obra divina, Dios las utilize para grabar
la Tora sobre las tablas de piedra. Y es esta
energia la que e] cabalista intenta liberar para
que el mundo continie existiendo. De hecho,
Ja palabra existncta en hebrew se escribe con kas
as ygletras HVYH, las mismas que componen el Te
tragrama (YHVH)}. Los estudios de las lecrus
son por lo tanto primordiales para el cabalista
puesto que lo conducen al conocimiento de
Dios y a la comprension de la existencia y la
creacion. La Tora vivira eternamente, pues a
través del estudio de las letras, permite con-
templar el mundo a la luz de lo infinito. Liste es-
tudio se realiza siguiendo diversos procedi-
mientos de entre los cuales los mas importantes
son Ta guematria, el notaribon y la terra.
La guematria
Cada letra hebraiea representa un sonido, una
cifra y, por lo tanto, un peso y un valor. De esta
forma lef, la primera letra, vale 1; bet, la s
gunda, vale 2; guimel, la vercera, 3; ete. Cuan-
do se analizan las palabras o expresiones segin
esie metodo —Ia guematria— se consiquen re-
sultados sorprendentes que «permiten desve-
lar el significado profundo, escondido y di
to de las palabras 0 las frases» (Diccionarto
encielopédico del judatinaa). Adernis, una pala
bra no esti compnesta sélo de letras, de valores
colocudlos uno al lado del otto y sumados, sino
tambien de lo que separa las letras en cuestisn
au
Asi pues, la palabra shem («nombre) esti
compuesta de la letra shinr (300), de mene (40) y
del espacio entre las dos, que ¢s 260 (300-40),
valor, a su vez, de la palabra sar (sanel, resh)
que puede traducirse por «alejamiento». El
nombre sélo adquiere su significado pleno si
nos «alejamos» de su significado primero para
‘comprender, para ver lo que subyace, para ver
donde dirige el pensimiento. Esta inter-
pretacién esti corroborada por el hecho de que
estas dos letras shin y mem pueden leerse como
shan («alli», «lejos». M.-A. Quaknin muestra
de esta forma como estas miitiples palabras
que encontramos en las gencalogias biblicas
ticnen que ser Jeidas para comprender no sola
mente cl significado sino también todo lo que
connotan,
M.-A. Ouaknin, a propésito de la riquera
de la lengua hebrea, explicaba que las medidas
del arca que Dios ordend construir a Noe
«300 codos para la longitud, 50 para Ta an
chura, 30 para la altura— forman en hebreo
In palabra lachone (lanied = 30, shin = 300,
snow = 50), que significa “la lengua” y que se
refiere tanto al Grgano como al idioma de un
pais». Por otza parte, es necesario senalar que
en hebreo sila palabra seva designa el arca, de-
signa igualmente a la «palabra». En consecuen-
_ 15 -m= T=
=
Ry oar fof |] OR] ew o
| oer ofa |g | soon
a | cool «| > |] op] seven] |
af ome fete || p | om ||
milo [elo |ppl = ®
plow fefe |] a] soe fo] 0 |
pf awe |efo [fp] oor jaf]!
ee ee |
wl rer fife |] Ry] saw 0
+ {ro fre |[A Lm fo
|
vworwmiencooe asians |
ss
—%
cia, quien entra en el arca entra tambien en la
palabra, «en el interior de cada palabra o en ef
corazon de cada letra hebraica, constituida asi-
mismo por otras palabras. «Entrar en Ja pala-
trav durante la plegaria y durante el estudio es
el procedimiento cabalistico por excelenci
El notarikon y la femura
Los otros dos procedimientos mas empleados
para «cntrar en Ja palabra» son el otarskon,
{que consiste cn formar una palabra con las le
tras iniciales 0 finales de las palabras de una fra~
se —G. Casatil pone como ejemplo la palabra
Addin, que revels la Negada de David y del Me
was en fa medida en gue incluye las iniciales de
sus nombres— y la fennura, que permite poner
Ja palabra en movimiento, peemutando cada
una de sus letras. La tradicion afirmaba que
cada palabra posela seventa catas.
Tales tGenicas permiten que «el hombre diri-
ja las letras», segiin la expresion del Rabi Lévi
Teshaq de Berditehev citada por M.A. Ouak-
nin (Concierto..., op. ct.). EV hecho de ditigit
las letras puede comprenderse como Una ma
nera de orientar la meditacion, de rechazar la
contemplacién pasiva el mundo, de pacticipar
aj —activamente en su comprensidn, de construit
una cultura.
Por todo ello, el Sefer Ha Yeesna tuvo una re-
percusién extraordinaria en el mundo judio.
Fue el texto fundador de toda la cabala medita-
tiv medieval tanto en Oriente como en Occi-
dente.
— 2 —
La emergencia
de la cdbala
1 desarrollo de la especulacién mistica se
vio favorecida en Babilonia por el movi
miento karaita que surgio en el siglo vill y que
se opuso al judaismo rabinico. Rechazaba la ley
oral representad por el Talmud y anunciaba un
retomo al tinico texto de la Tord —y, por consi-
guiente, fa vuelta a Palestina— con el objetivo
de adelantar la llegada del Mesias, De este mo
vimiento nacieron textos redactados con el es-
piritu de los Heéchalot y del Shiur Kone, toxla
una literatura apocaliptica relacionada con la
llegada del Mesias, obras de tendencia gndstica
ydinalmente, y de forma inevitable, obras de
magia que pretendian utilizar el pocter de las le-
tras en provecho de los hombres. Todos estos
textos dan testimonio de la abundaneia y de la
diversidad de lus ideas en Oriente y en el Me-
dio Oriente durante el periodo que vino des-pués del final del Imperio romano ¥ los inicios
de lo que llamamos la Edad Media.
La preeminencia del Talmud babilonio en el
siglo vut corre parejo al apogeo de las escuelas
judias mesopotamicas y al inicio de la expan
sidn del pensamiento mistico hebraico en Oc-
cidente, favorecida por la aparicion del islam
nel siglo vit que se reconocia deseendiente
de Abraham de la misma forma que Israel se
mostraba tolerante hacia la fe musulmana— y
cl rapido establecimiento de nuevas rutas co
merciales en la cuenca mediterrinea. La dias.
pra («dispersion») judia hacia las tiertas mas
occidentale, iniciada ya durante los ultimos si
glos del imperio romano, se complet en esta
epoca
Senderos que se bifurcan
La didspora del pucblo judio hacia Occidente
siguié dos caminos. El primero partia de Italia,
se desviaba hacia el norte de Francia y se dit
sta hacia los paises estavos hasta llegar a Rusia.
El segundo, siguiendo la estela del islam, ab:
canz6 la peninsula Thérica y el sur de Francia,
donde las comunidades jux cneontraron un
terreno favorable a su evolucin ya que en
un principio las relaciones entre el mundo
musulman y el mundo judio habian side cor-
diales y fecundas desde el punto de vista inte
lectual
En el norte de Europa las comunidades ju-
dias no tardaron en ser perseguidas a causa del
extremismo cristiano alentado por las cruzadas.
Los judios no silo se negaron a convertirse sino
que abrazaron con mis fervor sus tradiciones y
se refugiaron en la Tora, el Talroud y Ta Mi
rash, Ademis, su situacidn les parecia propic
para la legada del Mesias: «Soportar la ver-
ena y ol eseamio es un aspecto esencial de la
manera de vivie del verdadero devoto |... |. Es
Ja verdadera imitacion de Dios» (G. Scholem,
Las grandes corrientes de la nristica judia). Man:
tenidos en la parte inferior de In escala social,
crearon una forma de vida y de pensamiento
particular, el hasidismo, en el que ef ideal de
piedad era el miedo y el amor de Dios, es decin,
Ja sumision total a su voluntad. ¢ ideal se
rmanifestaba a través de una vida santa, la con
templacién, la meditacion, la aceptacion de
los sufrimientos mas vivos —pucsto que «la
recompensa ¢s proporcional al sulrimiento»
(R. Goetschel, La cadala)— y la plegaria —que
silo tenia valor si las palabras alcanzaban a
Dios. Era necesario utilizar las palabras con su
8verdadero sentido para que se correspondieran
bien con las ideas que expresaban, Selo el ani-
lisis del texto biblico mediante los proce
dimientos de la guemaerta, del notartkon y de la
femura pecmitia encontrar de nuevo la autenti
cidad de la plegaria y revitalizar su estructura
profunda
El hasidismo mokde@ de forma particular y
duradera las comunidades judias del norte de
Europa, pero no las separé de las comunidades
dol sur de Francia y de Espana donde un misti
cismo de forma mas especulativa, la cibala, se
desarrollaba. Como entre Jerusalén y Babilo
nia, se produjeron intercambios constantes en:
tte los judios del Noree, los ashlenaz, y los ju-
dios del sur, los xefaras
Y sila forma de rezar hasidica influyé en eb
cabalista Abraham Abulafi, las teorias de Rabi
Tsaae Luria gozaron, en las comunidades de
Alemania y de Europa del Este, de una gran
populasidad. Adaptadas, en el siglo xvtu, «las
tradiciones de fos askenazies por Baal Shem
Tob, el «Maestro del Buen Nombre», dieron
lugar al hasidismo modemo que se desarrolls
alo largo del izacién,
un folklore y una literatura de ta que dieron ra
zon los pogrom rusos y la Segunda Guerra
‘Mundial.
En la Europa del Sur, las condiciones de vida
permitieron la profundizacion de este «Cono-
cer-Dios»®, empezado con el Talmud y conti-
rnuado, ya dentro de la mistica, con la literatura
de los Hechalot y el Sefer Ha Yetsine, una pro-
fandizacion al que se le da, desde el siglo Xi, el
nombre de cabala.
La ciala se desarrollé en Provenva y Lan-
guedoe, luego en Catalufa y Castilla. Alli fue
donde se compuso, en el siglo st, et Zohar, el
mayor libro de la mistiea judia, que nunca dej6
de brillar.
Los inicios de Ia cdbala en Provenza
y Languedoc
La cultura y la religiin iskimicas en medio de
‘que vivian los sefarat tuvieron un papel muy
importante en la elahoraeidn de la cabala, y evi-
dentemente en todo el pensamiento judio. De
esta forma, en el siglo XI, Baya Iba Paquda es-
cribio en arabe la Introduccion a los deberes de
Jos conazones donde, al lado de consideraciones
sobre la existencia, la unidad y la eternidad de
Dios —en definitiva chisicos—, aparece la ne-
X, Expresiin que se ha tomado prestada de G, Casa
3 —cesidad de abandonarse fisieamente al amor de
Dios para obtener la perfeceién espiritual, una
innovacion de procedencia sufi
Pero no es tanto el éxtasis lo que van a bus-
car los hombres de la cabala como el devekuth,
es decir, la conformidad a la volumad divina, la
union a Dios en ef respeto de la distancia que
separa al Creador de su eriatura, la interioriza-
cion de la presencia divina en st mismo, que de-
pende necesariamente del conocimiento y la in
teligencia de Dios.
A finales del siglo xt aparecié en Provenza
una pequenia obra, el Sefer Ha Bubtr, el Libro de
la claridad, donde se realign una interpretacion
distinta del descenso mistico y se sugieren nue
vas imagenes en las que se ampararan los eaba
listas posteriores.
El Sefer Ha Bahir
E] Sefer Ha Babir mezcla distintos textos que
pueden ser tanto comentarios de la Biblia
como preceptos 0 fragmentos del Sefor Ha Yet-
ira, Presenta el mundo como un dirbol planta
do por Dios: «Yo soy aguel que ha plantado
este arbol... y he dado forma con el en todo y
lo he nombrado “Todo” puesto que el Todo:
esta unido a él y el Todo viene de él» (tradve-
cién de G. Scholem). Mas adelante, el libro
precisa que este arbol es en realidad «todas las
formas de Dios situadas una por encima de la
oira», que esta alimentado por cl agua de Dios,
es decir, por la sabiduria (sochmra) y que sus
frutos son las almas de los justos de Istael en
medio de los cuales habitaba la scbekina, es de
«ir, la presencia divina cn el mundo. El arbol
que fue plantado por Dios se ha convertido en
Ja su imagen. De hecho, el Babir es una compi-
Jacin plagada de simbolos ¢ imegenes no sien
pre ficiles de interpretat.
idud creadora le Dios ya no pertene-
ce al ambito de la numeracién, como los sefirat
del Sefer Ha Yetsira, sino al ambito de la pala-
bra, de fas Palabras, cle los maamarotb, El ver-
nino sefirot debe tamarse en el sentido de la
bra sappir. Saphir ya no alude los diez nd-
meros primordiales, sino al reflejo de la Gloria
de Dios o, ineluso, al propio Dios.
Los maamraroth son diez, como los sefirot del
Sefer Ha Yetsira y, como ellos, forman dos gru-
pos. Los tres maantaroth superiores rept
sentan la entidad divina: la corona suprema o
pensamicnto de Dios, la sabiduria de Dios
Ghochma), inicio o Tori primordial, y la madre
de los mundos (ia) que da lugar a los siete
— 5 —maamaroth inferiores. Estas corresponden a los
siete dias de la creacién, a las siete partes de u
‘cuerpo parecido al cuerpo humano y son tam-
bien «simbolos antropoldgieos, cosmologicos y
morales» gue forman un conjunto un tanto
contuso. Sin embargo, es posible comprender
que la séptima sefira simboliza lo justo, el fun-
damento de los mundos y de las almas, el sa-
bbat, el falo, y debe considerarse como el
principio masculino, puesto que el principio
femenino esta representado por la décima seft-
17a, la schekina, que simboliza al mismo tiempo
Ja esposa, la hija del rey y la comunidad de Is-
rael. Es también la ayema que produce los
anos», la fuente del tiempo. El Behir insiste
igualmente sobre la necesidad de la medita-
ion —y yano sobr concentracién de
espiritu tal como la preconizaban los antiguos
rabinos?
Isaac el Clego
Desde Provenza, la cibla leg hasta la ciudad
de Gerona, tras difundirse por Languedoc,
9, Sise desea mis informacida acerca dl Noor Ia Baht
puede consultarse la obra de R Goetschel, Lt eahela
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donde se habiun fundado comunidades mist:
cas, Seguin sus miembros, a plegaria no puede
divigirse directamente a Dios, que estd escondi
do y es trascendente, sina sus emanaciones, Ja
sefira Bina, fuente de la existencia, y la potente
Tiferet, que tige todo fo que es necesatio para cl
hombre. No se trata de contemplar a Dios sino
de comprenderlo y de elevarse hacia él a tra
vés de la meditacion.
Isaac el Ciego (1165-1235) es la figura een:
tral de este movimiento. Sélo se le conace por
su comentario del Sefer Ha Yetsira y lo que ban
dicho sus discipulos, Se dedico a meditar sobre
li nocidn de divinidad: «A partir de lis esencias
fe fel que medita] consigue llegar a una
sn sobre fas esencias no formadas y
sobre la interioridad del pensamiento que
les afecta, llega a su causa en Ew Sof (Comen
tanto del Sefer Ha Yetsira, 1, 1, Traducido por
R. Goetschel).
Ha aportado a la cabala la nocién capital de
Bx Sof, el punto escondido, desconocido e irre-
conocible, donde reside la divinidad. Se trata
del Sinfin, el [nfinito absoluto fuera del cust
nada puede existir. Ev Sof se encuentra mas alla
del pensamiento divino que constituye, ela, la
primera sefira de la que provienen la sabiduria
(bochma) y la palabra (dibbur) que se divide en
os gpvarios lenguajes que corresponden a los siete se
firot inferiores. En este contexto, los sfinot de-
sempeiian el mismo papel que los weaantaroth
det Sefer Ila Babir y muestran que no existe se-
paracion real entre las cosas y la palabra, mien-
tras que su encadenamiento demuestra la con-
tinuidad entre lo que esta arriba y lo gue esti
abajo: «El esta unido a todo y todo esta unido
aby
En cambio, la meditacién permite percibir la
tension que existe en el propio seno de la divi
nidad, una tension que se traduce de forma a
través de Ja ausencia del ‘Templo, que impide el
caulto, y a través de las dualidades entre cuerpo
yalma, consonante y vocal, femenino y mascu-
lino, Esta tensién en el seno de la divinidad es
lsigno de una imperteccion en si misma que el
hombre debe reparar a raves de la plegaria y la
meditacion sobre el ‘Tetragrammaton. Esta re-
paracion, este tiiour, sdlo es vilido si se reali
za con intencidn, si esté acompanado por la
awowana, os decir, cl deseo de acercarse a la di
vinidad. El bkoron es la eondici
Ja reparacién del mundo inferior, @ la legada
del Mesias.
or ello la meditacion reviste tal importancia
en fos eabslistas: los sitda en posicisn de com-
prender la voluntad divina y de actuar a traves,
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de sus plegarias y sus mxisvot a escala cosmica
dando «existencia a una parte de Dios [...], si
se pucde hablar de esta forma» (Menachem
Reccanati, inicios del siglo xtv, citado por
G. Scholem).
Gracias a Isaac el Ciego se desarroll6 una es
cuela de cabalistas que propago ln cabala por
toda la peninsula Ihérica desde la ciudad de
Gerona.
La cébala en Espaiia
La comunidad judia de Gerona, situada bajo la
autoridad de Azriel y luego bajo la de su diset
pulo Moisés Ben Nachman, era una de las mas
importantes de la peninsula, Su tates principal
fue la sistematizacidn de la eabala: reunio de
forma logica todos los elementos misticos, las
ideas, las ensefanzas personales y tradicionales
recibidas y transmitidas a lo largo de muchas
generaciones, para hacer de la eabala un todo
‘organics. Esta compilacion se realiz6 a pastir
de la Tora, el libro de Job, el Centar de los Car
ares siguiendo las indicaciones del Sefer Ha
Yetsira y del Sefer Ha Babir.
Dios ¢s Bx Sof el Infinito, El mundo, al estar
acabado y ser imperfecto, solo puede proceder
ade dl a través de los intermediarios, es decir, de
los efit
Por ellos, Dios «irtadia los elementos del uni
verso sin disminuir Su poder, de la misma for
‘ma que el Sol irradia la luz y el ealor sin agotar>
(L Epstein, op. ext.)
Los cabslistas de Gerona fueron acusados de
heterodoxia, No obstante, coneiliaron las dis-
tintas doctrinas misticas que propugnaban una
ereacion ex nibila y la emanacion a partir de
Dios.
Abraham Abulafia
Abraham Abulafia es el dltimo representante
de la cabala extatica y el iniciador de un meto
do de meditacion, Nacido en Zaragoza en el
ano 1240, es el contemporanco de Moisés de
Leén, el redactor del Zohar.
Recibié una educacién judia tradicional
Gracias « sus numerosos viajes por Oriente,
Grecia ¢ Italia, entro en contacto con las co.
rrientes filosoficas de su época. Se proclamé
descendiente de Maimonides, el fil6sofo y mé
ico judio de Cordoba (finales del siglo xt del
cual admiraba su rigor logico, y se apasionaba
por las docirinas misticas y especialmente por
el Sefer Hla Yetsira, al cual fue iniciado por Ba-
ruch Togart
Fiza suya la teoria de ta ereacién del mundo
a través de las letras, veoria central del Sefer Ha
Yetstra, pero la amplié diciendo que todo es di-
vino porque todo ha sido nombrado por Dios.
Sin embargo, solo los profetas pueden enten-
der este lenguaje divino porque han sabido li-
berarse del sentido primero de las palabr
porque han sabido elevarse por encima de la
palabra cotidiana. ¥ elevarse hacia lo divino es,
para Abraham Abulafia, utilizar técnieas que
permiten ir mis alla de uno mismo, que permi-
ten que el alma se cleve
No tardé demasiado en tener visiones profée-
ticas, Pronto fue capaz de aleanzar, por hi vo-
Juntad de Dios, el nivel en el que se unen la in
teligencia humana y la inteligencia divina, Esto
Je habia valido el odio de numerasos judios, ca-
balistas 0 judios ortodoxos: «Me llaman hereje
y.no creyente porque habia decidido adorar a
Dios en la verdad y no como los que erran por
la oscutidads (citado por G. Scholem, Lar gran
descorrientes de la mestica judia)
Sin embargo, conto con numerosos discipu
los para los que redacté manuales de medi-
tacion como Libro de la vida etomna, Lue de la in-
teligencia, Palabras de belleza, Libro de lu combi-
anacion (Sefer Ha Teruf) en los que expone su
técnica, el reruf, la ciencia de ks combinacion
de las letcas
Esta altima técnica se utilizaba como apayo a
Ja meditacién puesto gue era, segin Abulafia,
el medio mas apropiado para desligar el alma
de cuanto le impide acceder a lo divino, La me
ditacion necesita de la contemplacion de un
‘objeto lo bastante abstracto como para que
pueda evadirse del mundo cotidiano. El objeto
mas apropiado era el alfabeto hebreo. Las le
tras son objetes visibles, cotidianas y a Ja vez
abstractos, puesto que permiten expresar ideas.
Son, ademas, objetos divinos, ya que han escri-
to la Tord y con cllas puede transcribirse el
nombre de Dios. Son, por lo 1anto, el mejor ca-
rmino para llegar a El
La meditacién sobre las letras se realizaba de
forma progresiva. Habia que considerar prime-
ro la promunciacidn (ratvta), despues la escritu-
ra, la forma de las lotras, su disco (rnichtav) y
finalmente el pensamiento (achshav). A conti-
nuucin se pasaba a la combinacion de las le-
tras, de su asociacisn libre con el objetivo de
«catrapar nuevas cosas que [no scriamos} capi
ces de conocer por la tradicion humana |...
de prepararnos para recibir la influencia de la
potencia divina», Finalmente, cra necesario
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