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Handbook Public Administration
Handbook Public Administration
La Cristalera Madrid, 19 a 22 de
Septiembre, 2011
Workshop Program 1
September 19th, after 14.00 hours arrival and welcome of the participants.
September 20th.-
Introduction.-
9.00-9.30: Why a Handbook of Public Administration in Latin America´?
B.Guy Peters, University of Pittsburgh.
Carlos R. Alba, Universidad Autónoma de Madrid.
Country Chapters.-
9.30-10.00: Argentina, Mercedes Iocaviello, CEPAS, Buenos Aires.
10.00-10.30: Brazil, Francisco Gaetani, & Frederico Gaunais,, Executive Secretary. Ministry
of Planning, Brasil .
1
This workshop and part of the whole project have been possible thanks to the generous grant given by the FIAPP and
UNPD/Brazilian Government. The academic contribution of the University of Pittsburgh and the UAM have been a crucial
support.
September 21.-
9.00-9.45: Good Governance and Controlling Corruption., Manuel Villoria, Instituto Ortega y
Gasset.
17.15-18.00: Budgeting, Monitoring and Evaluation, Sonia Ospina, New York University.
September 22.-
existe una muestra creciente de literatura que dictamina que el rendimiento del
gobierno es más importante que los procesos políticos para legitimar el sector público
(Gilley, 2009), por lo tanto la habilidad a la hora de proveer servicios de forma
eficiente es determinante para la construcción de legitimidad, y, por lo tanto, para la
construcción de una mayor efectividad2.
Existen también una serie de estudios llevados a cabo por países concretos en materia
de administración pública en Latinoamérica ( ). Estos estudios son, en su mayoría, de
gran calidad académica pero utilizan diferentes métodos para analizar el asunto y por
lo tanto pueden no ser tan útiles de cara a la construcción de un marco exhaustivo de
análisis comparativo de la administración pública como el que proponemos a
continuación. Por lo tanto, un componente de la estrategia de este volumen es analizar
cada país utilizando una plantilla común para permitir que las comparaciones se
puedan realizar con mayor agilidad.
Además de los estudios realizados por algunos países concretos, existen una serie de
artículos y libros más analíticos en materia de administración pública en
Latinoamérica. Muchos de éstos están escritos desde un punto de vista evolutivo, e
incluso han sido escritos desde una perspectiva altamente legalista. Son un conjunto
de investigaciones útiles, pero que de nuevo necesitan ser mucho más analíticos. Más
aún, existe una necesidad absoluta de enmarcar la administración pública en un
2 Por ejemplo, Seymour Martin Lipset (19xx) expuso que la legitimidad y la efectividad pueden
constituir una virtuosa, o maliciosa, espiral en el proceso de desarrollo político y social.
3 Por supuesto existen excepciones a esta desconsiderada generalización. Por ejemplo, dos revistas
publicadas en Méjico –Foro Internacional de Gestión y Política Pública- si contienen una serie de
estudios más analíticos sobre administración pública en Méjico y en otros países de la región
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 4
Es por esto último que este Manual pretende aportar a la necesidad de un análisis
exhaustivo integral y analítico de la administración pública en Latinoamérica.
Ofrecerá tanto información directamente comparable en materia de administración en
un serie de países concretos, así como una contraposición de argumentos en cuanto a
aspectos importantes de la administración pública en esta región. Ha sido diseñado
para convertirse en una importante fuente para cualquiera que busque comprender
mejor la administración pública, y especialmente a los que quieran comprender su
aspecto principal de gobernanza en Latinoamérica y otros lugares.
1. Legalismo
2. Fragmentación
3. Politización
4. Clientelismo
5. Corrupción
Conclusión
4 El Índice de Corrupción Percibida es únicamente eso, una medida de percepción, pero es usado de
forma generalizada para guiar las políticas y tomar decisiones privadas en el ámbito corporativo.
5 De nuevo, siempre según el Índice de Corrupción Percibida.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 8
1. Presidencialismo
2. Descentralización
6 Linz ofrece evidencia para apoyar su afirmación, pero dado que la mayoría de los ejemplos
presidencialistas se encuentran en África y Latinoamérica, los relativos problemas económicos de
dichos regímenes pueden ser asociados de igual manera a su inestabilidad. Si las variables económicas
se mantienen constantes los efectos del presidencialismo no son muy pronunciados.
7 Éste es el peligro que presentan los sistemas políticos desagregados, ya sean federales o no, pero
2004; Ballinas, 2012). Uno de los remedios estándares ofrecido por la Nueva Gestión
Pública, es la creación de organizaciones autónomas o cuasi autónomas. Aunque
dichas estructuras puedan albergar ciertos aspectos de eficiencia, ciertamente
fragmentan al gobierno incluso más que los gobiernos descentralizados ya existentes.
3. Inestabilidad
Referencias
Dahlstrom, C. J. Pierre and B. G. Peters (2011) Steering from the Centre (Toronto:
University of Toronto Press).
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 12
Fox, J. (1994) The Difficult Transition from Clientelism to Citizenship: Lessons form
Mexico, World Politics 46, 151-84.
Geering, J. And S. C. Thacker (2004) Political Institutions and Corruption: The Role of
Unitarism and Presidentialism, British Journal of Political Science 34, 295-
330.
Gilley, B. (2009) The Right to Rule (New York: Columbia University Press).
Peters, B. G. And J. Pierre (2004) Politicization of the Public Service: The Quest for
Control (London: Routledge)/
Peters, B. G. And J. Pierre (2012) The Handbook of Public Administration, 2nd ed,
(London: Sage).
Schick, A. (1998) Why Most Developing Countries Should Not Try New Zealand’s
Reforms, World Bank Research Observer 13, 123-31.
Capítulo Argentina
Al igual que en otras latitudes, como Estados Unidos, España y sus pares
latinaomericanos, en Argentina el proceso de democratización (1912-1916) antecedió
a la profesionalización de la burocracia, fenómeno que posibilitó a los partidos de
masas emergentes tomar ventaja de la debilidad de las estructuras estatales para sus
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 18
propios fines. De este modo, el origen de los partidos argentinos, tanto de la Unión
Cívica Radical (UCR) como del Partido Justicialista (PJ), está estrechamente ligado al
uso extensivo del patronazgo (Shefter, Leiras en Scherlis 2009, Ferraro 2010).
Si bien el uso político del empleo público ha estado presente desde el nacimiento de
los partidos en Argentina hasta el presente, las organizaciones políticas fueron
capaces de desarrollar sólidos vínculos identitarios con sus seguidores,
principalmente en el marco del advenimiento de la democracia, favoreciendo la
consolidación de una amplia red de activistas voluntarios que contribuían al
sostenimiento de las instituciones.
Estos vínculos comenzaron a debilitarse en la década de los noventa. El grado de
identificación de los ciudadanos con los partidos políticos y el grado de confianza de
los ciudadanos en los partidos políticos iniciaron una etapa de un estrepitoso declive
que aún no ha logrado revertirse8. Ante este notorio distanciamiento con la sociedad
y el consecuente debilitamiento de los partidos para atraer activismo voluntario, los
partidos se refugiaron en las estructuras estatales a los fines de garantizar su
supervivencia. Pese a la histórica utilización de los cargos públicos por parte de los
partidos, dependencia exclusiva del empleo público se ha tornado en un fenómeno
novedoso en Argentina.(Cheresky, Torre, en Scherlis)
¿Cuáles son los motivos que conducen a los partidos políticos a utilizar políticamente
los cargos públicos? La literatura identifica diversas móviles de naturaleza racional e
irracional que conducen al patronazgo.
Según un estudio basado en entrevistas a una significativa cantidad de expertos, el
patronazgo respondería, principalmente, a razones gubernamentales que incluirían
tanto la necesidad de controlar el proceso de formulación e implementación de
políticas públicas (0,94) como de obtener el apoyo de otras fuerzas o actores políticos
(0,56). Pese a que la literatura tiende a asignarle una primacía a la utilización de los
cargos como un recurso organizacional, en Argentina, ante la concentración de poder
en el presidente y otros factores como la personalización de las campañas, el
patronazgo es un medio irrelevante para fortalecer los partidos nacionales. En este
marco, es baja la proporción de referentes que le atribuyen un peso significativo al
patronazgo como medio para garantizar la cohesión partidaria (0,32), sostener el
activismo (0,3) y financiar el partido (0,34). Del mismo modo, contrariamente a
ciertas presunciones, los exponentes del mundo de la política no reconocen al
patronazgo como un mecanismo para obtener votos (Scherlis, 2009). Esta actitud
sería congruente con la nula o variable efectividad del uso político de los cargos,
medido en términos de gasto en empleo público o salarios, identificado por la
literatura en nuestro país. (Nazareno, Stokes y Brusco, 2006, Calvo y Murillo 2008) A
esto se agrega que las redes de activistas revisten mayor relevancia en el plano
subnacional y éstas se tejen, principalmente, a partir del otorgamiento de planes
sociales y no de empleo público (Scherlis, 2009).
8La confianza ciudadana en los partidos políticos disminuyó de 84% en 1983 a 4% en el 2001. Por otra
parte, sólo el 7% de los ciudadanos afirma sentirse identificado con un partido político.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 19
débil, inestable y politizada, mientras que el Poder Judicial y cancillería son los
sectores menos permeables. Además, existen segmentos de empleo público que
representan verdaderas “islas de excelencia” (Spiller y Tommasi, Scherlis, Zuvanic,
Iacoviello y Rodríguez Gustá, 2010).
¿A qué se debe este distinto alcance del patronazgo? En primer lugar, debido a la
fuerza y autonomía históricamente desarrollada por diversas burocracias (por
ejemplo, la autonomía de Cancillería se garantizó en 1826). En segundo lugar, a raíz de
que los partidos estiman conveniente mantener cierto grado de profesionalismo en
algunas áreas debido a la expertez requerida para su manejo y cumplimiento de sus
funciones. En tercer lugar, debido a que existen otros actores, como los sindicatos, que
compiten por la ocupación de los cargos públicos. En cuarto término, el escaso interés
de los partidos por realizar nombramientos en los niveles bajos, fenómeno que se
pone de manifiesto ante el reducido reemplazo del personal técnico y de servicios
ante los cambios de gobierno. Por último, debido a las restricciones legales a los
nombramientos políticos y, en particular, a las limitaciones que impone la estabilidad
del empleo público, que como ya hemos visto, tiene rango constitucional en el caso
argentino. En base a este divergente alcance del patronazgo se genera una brecha
entre lo que serían las “oportunidades de ocupación” y los puestos que los partidos
“efectivamente ocupan”.
Otros autores se inclinan por presuponer que ante la imposibilidad de aplicar
controles públicos sobre la justicia de los procedimientos de reclutamiento a varios
regímenes de empleo, la politización o la permanencia en el empleo sin estar inserto
en un sistema de carrera, alcanzan a la totalidad de los puestos regulados por cada
una de tales normas. Bajo la premisa que sólo reviste el carácter de profesionales de
carrera aquellos empleados que se rigen bajo en SINEP y el cuerpo de AGs, el grado de
profesionalismo de la burocracia nacional ascendería a 20,22% y cifra que aumenta a
35,6% si se incluyen a otros grupos de otros regímenes especiales (médicos,
científicos, etc.). (FERRARO, 2006)
Los partidos recurren a ciertas estrategias para evadir las restricciones legales que
terminan por arraigarse como prácticas habituales. Los partidos se han refugiado en
diversas modalidades de contratación a los fines de eludir los esquemas de carreras
meritocráticas o las restricciones impuestas por el congelamiento de las vacantes. La
expansión de la modalidad de contratación temporaria ha generado una verdadera
burocracia paralela, cuya incoporación se basa en la confianza política. La
justificación del uso de estas modalidades de acceso se sustentaba en la necesidad de
complementar la labor de la administración a través de la incorporación transitoria de
profesionales y técnicos de programas especiales. Sin embargo, estudios posteriores
han puesto de manifiesto la funcionalidad política de tales contrataciones. (Iacoviello,
Tommasi y Zuvanic 2003). A estas designaciones que estaban pensadas para gerentes
de nivel medio, asesores y asistentes técnicos, se sumaron nombramientos en niveles
inferiores, utilizando la simulación de contratos de locación de obra y servicios
(Ferraro, 2006). Estas modalidades flexibles coexisten con otro tipo de
incorporaciones como los convenios de pasantías con universidades o las
contrataciones a través de organismos internacionales. (Iacoviello, Tommasi, Zuvanic,
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 21
2003) Los contratos temporales en el año 2009 ascendían a 40.213, cifra que
representa el 12% de la totalidad del empleo en la administración central (Cafarelli,
2011). En definitiva, la estrategia de neutralizar al servicio civil permanente mediante
la creación de burocracias paralelas se convirtió en una práctica usual y aceptada,
mecanismo que hoy permite cubrir la totalidad de los programas de los ministerios.
(Ferraro, 2006).
Además de esta estrategia estructural de sustitución, los partidos recurren a otras
medidas de sustitución del personal de carrera por cuadros oficiales políticos (Peters
y Pierre, 2004). Los funcionarios recurren al desplazamiento los niveles medios
(directores nacionales y generales) y reemplazo de estos funcionarios por nuevos
nombramientos políticos a través de la manipulación de los respectivos concursos
(Scherlis, 2009), y también abiertamente a través de la elusión de las normas de
concurso en los cargos directivos (Zuvanic, Iacoviello y Rodríguez Gustá, 2010). Esta
estrategia se ha generalizado en el gobierno nacional en Argentina, donde se ha
instalado a través de un mecanismo de excepción el nombramiento de funcionarios en
cargos con funciones ejecutivas por designación directa de la autoridad pol
La existencia de estos esquemas de gestión paralelos, además de sumir en una
situación de trato desigual a los contratados en relación a los empleados de planta al
no reconocérseles ciertos derechos, estos mecanismos generan una serie de violencias
institucionales que redundan en in desmotivación y bajos niveles de compromiso y,
consecuentemente, en la ineficiencia del sistema. (Iacoviello, Tommasi, Zuvanic,
2003).
Este mosaico de regulaciones existentes también genera un alto impacto sobre las
relaciones entre la burocracia y los funcionarios políticos. En particular, las
contrataciones han creado una diferencia significativa entre los niveles políticos y los
empleados públicos. Los empleados que se incorporan bajo modalidades flexibles
deben demostrar lealtad y utilidad hacia los patrones a los fines de garantizar la
extensión de los contratos o el pase a planta, mientras que el personal que ha
adquirido estabilidad dispone de un mayor margen de autonomía.
Ante la mayor confianza depositada por los funcionarios políticos en los contratados, a
esta categoría de empleados le es encomendada la conducción del trabajo cotidiano,
mientras que al staff permanente es confinado a tareas de menor envergadura
(Ferraro y Tommasi en Scherlis, 2009).Este esquema conduce a una baja influencia de
los funcionarios de carrera sobre las decisiones e implementación de políticas
públicas. A partir de una serie de entrevistas realizadas a actores clave, se extraen una
serie de indicadores que ponen de manifiesto la escasa incidencia de los burócratas
argentinos en la conducción de los asuntos públicos nacionales. Por un lado, ocupan
posiciones de influencia más de cuatro designados políticos respecto a cada
funcionario de carrera. Por otro lado, la intermediación de una gran cantidad de
niveles políticos, formales e informales, entre estos dos actores, limita la posibilidad
de establecer relaciones fluidas con las autoridades superiores. Ante el inexistente
vínculo de los altos niveles burocráticos con sus superiores políticos, los contactos de
trabajo se gestan con los asesores políticos de los ministros, secretarios, etc. De este
modo, los asesores superiores operan como intermediarios entre las autoridades
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 22
tales, el Congreso se ve limitado a ejercer un rol de mero actor de veto, a diferencia del
rol dual característico de Estados Unidos, que es capaz tanto de generar políticas
públicas como de controlar a la administración. (Ferraro, 2009- 193 a 195. VER
MUSTAPIC, 2001, Y JONES, TOMMASSI Y SAGIEGH, 2000, ALCÁNTARA, MONTERO Y
SÁNCHEZ) .
3) Las tendencias delegativas que caracterizan a la democracia argentina pueden
también explicar el débil rol del legislativo sobre el proceso de elaboración de
políticas públicas. (O´Donnell, Iazzeta y Quiroga, 2011-Democracia Delegativa).
Agregar datos sobre facultades delegadas (se derogaron), decretos de necesidad y
urgencia, etc.
4) El Congreso carece de fuentes de información independientes para la consideración
de las políticas públicas. Aunque se han registrado avances en materia de acceso a la
información pública, subsisten dificultades para garantizar el acceso a la información
pública (no se ha sancionado una ley nacional) y existen signos que ensombrecen la
generación de información confiable (INDEC) (Iazzeta, 2011, 100-103)
Los instrumentos para ejercer el control político sobre el ejecutivo en Argentina son
los siguientes :
a- Acuerdo del Senado para nombramientos por parte del Ejecutivo de
Magistrados de la Corte Suprema, Jueces de los Tribunales Federales inferiores,
Embajadores y otros, Grados de oficiales superiores de FFAA.
b- Comparecencia de Ministros, Secretarios de Estado y Jefe de Gabinete para
proporcionar explicaciones e informes
c- Presentación anual del Informe Presidencial
d- Pedido de informes
e- Interpelación del Jefe de Gabinete con motivo de una moción de censura
f- Remoción del Jefe de Gabinete
g- Juicio Político
h- Aprobación del presupuesto
A partir del análisis de los instrumentos de control disponibles por los parlamentos
latinoamericanos, Alcántara, Montero y Sánchez (2005) elaboran un índice de
capacidad potencial formal de los parlamentos para ejercer el control político sobre el
poder ejecutivo. Argentina obtiene una puntuación de 9,8, mientras que el país que
menor puntaje obtiene es México (6,05) y el que mayor puntaje alcanza es Perú (10,9).
Los mismos autores también miden mediante un índice la capacidad de influencia
formal de los parlamentos en el proceso presupuestario, que varía de 1 a 10, donde 0
significa la mínima capacidad y 10 la máxima capacidad. Argentina obtiene una
puntuación de 3,5. A estas limitaciones contempladas en el orden constitucional es
preciso agregar la cesión permanente de la potestad en materia presupuestaria a
través del otorgamiento sistemático de superpoderes al Poder Ejecutivo.
En Argentina también existe la figura del Defensor del Pueblo, órgano independiente
que funciona en la órbita del Congreso y que tiene como misión la protección de los
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 24
70
60
56.4 57.8 57.3 57.3
52.9
50 50.0 48.9
45.6 45.5
43.2
40
35.37 PÚBLICAS
30 31.26
27.90 27.90 29.28 PRIVADAS
25.22 24.78
22.93
20
17.96
15.79
10
Fuente: Elaboración propia en base a datos proporcionados por Latinobarómetro. Se han considerado
únicamente las instituciones incluidas en todas las encuestas. Instituciones privadas: iglesia y
televisión. Instituciones públicas: FFAA, Poder Judicial, policía, partidos políticos y Congreso
Los datos corroboran el pronunciado declive de la imagen del Congreso y los partidos
políticos desde 1995 hasta el año 2002 y una posterior tendencia hacia la
recuperación de la confianza ciudadana que no alcanzó a superar los niveles del año
base. Este fenómeno- tal como se manifestó precedentemente- ha contribuido a la
configuración de partidos dependientes- en forma casi exclusiva- del empleo público y
demás recursos estatales. Sin embargo, la mejor consideración pública de estas
instituciones políticas no se ha traducido en un incremento de la identificación de los
ciudadanos con los partidos políticos) y, consecuentemente, en una reducción de los
niveles de politización de los cargos públicos en los últimos años.
La intensificación del uso político de los cargos públicos no ha redundado en una
pérdida de confianza en la administración pública tal como lo presumen ciertos
autores (Peters y Pierre, 2004). Contrariamente, la consideración pública de la
administración pública en el período en estudio no ha sufrido significativas
variaciones, pese al incremento exponencial de la patrimonalización del empleo
público. No obstante, esta tendencia a la estabilidad de la imagen del sector público
puede estar asociada al bajo nivel de confianza general que presenta esta institución.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 25
Referencias bibliográficas
Alcántara Sáez, Manuel; Mercedes García Montero & Francisco Sánchez López
(2005). Funciones, Procedimientos y Escenarios: Un análisis del Poder
Legislativo en América Latina. Ediciones Universidad de Salamanca. España.
Cafarelli, María Laura (2011). Informe sobre la situación actual de los Recursos
Humanos del Sector Público Nacional Argentino: Saber quiénes somos es
necesario para saber quiénes queremos ser. Tesis de Maestría en
Administración y Políticas Públicas. UdeSA.
Calvo, Ernesto y Maria Victoria Murillo (2008). ¿Quién reparte? Clientes partidarios
en el mercado electoral argentino. Desarrollo Económico, Vol. 47, Nº188: 515-
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Ferraro, Agustín. Una Idea muy Precaria (2006) El Nuevo Servicio Civil y los viejos
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No. 2, June.
Nazareno M., S. Stokes y V. Brusco (2006). Réditos y peligros electorales del gasto
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Scherlis Perel, Gerardo (2009). Patronage and Party Organization in Argentina: The
Emergence of the Patronage-based Network Party. Tesis Doctoral
Zuvanic, Laura and Mercedes Iacoviello, Ana Laura Rodriguez Gustá (2010). "The
Weakest Link: The Bureaucracy and Civil Service Systems in Latin America".
En: How Democracy Works: Political Institutions, Actors, and Arenas in Latin
American Policymaking. Ed.: Carlos Scartascini, Ernesto Stein, Mariano
Tommasi. David Rockefeller Center for Latin American Studies.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 27
Capítulo Chile
9Prepared for the workshop on the “Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin
America,” La Cristalera, Madrid, 19-22 September 2011.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 28
Historically, the Chilean state stands out as one of the most extensive and well developed in
Latin America. The development of a professionalized civil service as early as the 19 th century
also sets Chile apart from many other countries in the region. The country’s early and long-
lived experience with democratic government characterized by socially rooted political
parties and a relatively strong legislative branch stimulated the expansion of the state, which
took off in earnest during the Parliamentary Republic (1890-1925). During this period the
state’s role was primarily a dispenser of public works. After World War I this role expanded to
the provision of social welfare benefits, and government agencies, public employment and
spending mushroomed. In the 1930s the government introduced strict civil service rules and
financial controls and a strong Comptroller General (established in the 1925 Constitution)
wielded extensive powers. From the late 1930s, the Chilean state adopted a socially and
economically developmentalist role, creating numerous autonomous agencies to carry out
infrastructure development, planning, service delivery and other functions. The nature of
Chilean democracy (with its extensive patronage, logrolling and bargaining among legislators
of different parties) was such that the public sector was simultaneously politicized yet
relatively professional, judged to be honest yet characterized by a sui generis version of the
United States’ spoils system (see Valenzuela 1984, p. 271).
This trajectory was broken by the military coup of Sept. 11, 1973, which overthrew
the government of President Salvador Allende Gossens. During the years of military rule
(1973-1990), many state activities were decentralized or devolved to the private sector and
the size of the state sector was sharply reduced. The military junta led by General Augusto
Pinochet sought to drastically alter the nature of the state, reducing it from owner and service
provider to regulator.
With the return to democracy in 1990, the public sector has again undergone
fundamental changes. This paper outlines some key developments with respect to the public
sector that have occurred since the return to democratic government, with emphasis on the
civil service. From a gradual and modest beginning during the term of President Patricio
Aylwin (1990-94), successive administrations of the center-left Concertación coalition carried
out progressively more significant public sector reforms. Based on a variety of indicators,
Chile is currently judged to have both a highly capable and highly independent public
bureaucracy (Echebarríia and Cortázar 2007).
Despite Chile’s successes, however, the Chilean model of the state has become
subject to increasing criticism over the course of the last decade. While Concertación
governments from the outset took a more decisive role in promoting various public
goods and expanding programs aimed at reducing poverty, their approach continued
to be based on public-private partnerships. The problems associated with the most
controversial of this type of project, the TransSantiago bus project (which went into
effect during the administration of President Michelle Bachelet), foreshadowed the
current protests centered on Chile’s higher education system. At the heart of these
disputes is the question of the role of a democratic government, and how that role is
best fulfilled. The public administration – defined as “the aggregate of organizations,
people, formal and informal roles, capacities, and practices, the statutory mission of
which is to convert policies into laws and the budget into useful services for citizens”--
is inextricably bound up with these fundamental questions (Echebarría and Cortázar
2007). An effective and responsive public sector, in short, helps make democracy
work.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 29
Chile’s experiences with public sector reform to date, both the successes and the
challenges remaining, are thus highly relevant for a comparative study. As time passes,
relatively young democratic systems (and sometimes older ones as well) will confront similar
questions regarding the role of the state and how to ensure that the public sector supports
progress toward more effective democratic governance. Chile’s experiences in introducing
new management practices, increasing transparency, and grappling with a new generation of
citizens’ demands will thus be instructive. The answer lies partly in the technical realm of
management practices and partly in the realm of democratic politics in the sense of linkages
between citizens and the government they empower.
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The following is a schematic outline, following the suggestions of issues to be analyzed in
the project overview “The Civil Service in Latin America: Developing a Comprehensive
Research Study.”
I. This section will focus on general characteristics of the Chilean Civil Service,
beginning with an analysis of levels of civilian state employment, including
changes over time, as well as recruitment and selection processes. The discussion
of levels of civilian employment will build on the comparative research carried out
by the IDB Regional Policy Dialogues (see Payne and Carlson 2002.)
III. The relation between politics and the civil service will be analyzed. To what extent
have changes occurred in the permeability of partisan politics and the civil
service? What is the average duration in office of civil service employees currently
as compared to the past? Have legal and management initiatives led to changes in
actual practice? How has the nature of the civil service changed since the 1970s,
and to what factors can such change be principally attributed?
IV. Civil society and the Civil Service. How have changes since 1990 affected the nexus
between civil society and the public sector? To what extent and in what ways do
civil society groups interact with the public bureaucracy, and how does this
interaction (or lack thereof) affect governance and the quality of service
provision?
This section will assess the success of the reforms aimed at the civil service,
evaluate the strengths and weaknesses of the Chilean civil service at this juncture,
and extract any relevant lessons for reforms in other countries both within Latin
America and beyond.
References:
Echebarria, Koldo and Juan Carlos Cortazar. “Public Administration and Public Employment
Reform in Latin America.” In Eduardo Lora, ed. The State of State Reform in Latin America.
Washington, D.C., Inter-American Development Bank 2007.
Payne, J. Mark and Ingrid Carlson. “Cross Country Comparisons of Public Employment and Pay
of 26 Latin American and Caribbean Countries.” Working Paper, Inter-American Development
Bank, Public Management and Transparency Network. Washington, D.C. 2002.
Valenzuela, Arturo. “Parties, Politics and the State in Chile: The Higher Civil Service.” In Ezra
Suleiman, ed. Bureaucrats and Policy Making: A Comparative Overview. N.Y. Holmes and Meier,
1984.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 31
INTRODUCCION
El presente capítulo identifica, examina y explica las características más relevantes del
sistema político costarricense y en especial de su administración pública. Para una
mejor comprensión de la evolución de la administración pública costarricense se
parte del análisis de su sistema de gobierno, para luego conocer la estructura de su
administración pública, el régimen que regula el empleo público, los mecanismos para
la rendición de cuentas, y se finaliza explicando los principales cambios que se han
producido en las últimas tres décadas.
Para la coordinación de las acciones del Poder Ejecutivo, éste cuenta con un Consejo
de Gobierno el cual está constituido por el Presidente y sus Ministros, los cuales se
reúnen una vez a la semana o cuando sea convocado por el Presidente.
11 En este punto es importante indicar que, contrario a otros países, si la Asamblea Legislativa no
aprueba el proyecto de Presupuesto Nacional en el tiempo señalado por Ley, éste quede
automáticamente aprobado.
12 Costa Rica está compuesta por siete provincias: Alajuela, Cartago, Heredia, Guanacaste, Limón,
La total independencia del Poder Judicial de los otros poderes de la República fue
consignada en los artículos 9 y 154 de la Constitución de 1949 y sus reformas. El
artículo 9 establece la separación de poderes ya indicada anteriormente. El artículo
154 expresamente indica que:” el Poder Judicial sólo está sometido a la Constitución y
a la Ley…”. Para consolidar su independencia financiera, a solicitud de los Magistrados
de la Corte Suprema de Justicia y con el apoyo del entonces Presidentes don José
Figueres Ferrer, mediante Ley 2122 del 30 de mayo de 1957, se reforma el artículo
177 constitucional expresándose que del Presupuesto Público Nacional se asignará “al
Poder Judicial una suma no menor del seis por ciento de los ingresos ordinarios
calculados para el año económico”.
Cuadro 1
Características del Sistema de Gobierno Costarricense
Característica Poder Ejecutivo Poder Legislativo Poder Judicial
Número de Presidente y dos 57 diputados 22 Magistrados Corte
Representantes vicepresidentes Suprema de Justicia
Duración Mandato 4 años 4 años 8 años
Tipo de Elección popular Elección Popular Asamblea Legislativa
Nombramiento
Re-elección Si pero no Si pero no Si consecutiva
consecutiva consecutiva
Principales Representar a la Formación de la Jurisdiccional
Competencias Nación Ley Investigativa
Mando supremo Control político Acusación y
de la Fuerza Nombrar defensa pública
Pública Magistrados
Dirige y coordina Poder Judicial y
las tareas de Tribunal
gobierno y la Supremo de
administración Elecciones
pública. Aprobación
Proponer a la Presupuesto
Asamblea Público
Legislativa las
medidas que
juzgue necesarias
para la buena
marcha del
gobierno
Nombramiento
del Gabinete
Convocar a la
Asamblea
Legislativa a
sesiones
extraordinarias
b. Institución Semi-Autónoma: Son creadas expresamente por ley, pero por mayoría
simple. Poseen también independencia administrativa y las otras características de las
instituciones autónomas.
c. Empresas Públicas: En Costa Rica resulta difícil dar un concepto de empresa pública
ya que puede adoptar diversas formas jurídicas tanto como empresa pública ente
público, o como empresa pública ente privado.
provisionalmente al país por un período de 18 meses prorrogables por seis meses, tiempo en el cual se
elegiría a los miembros de una Asamblea Constituyente para que aprobara o modificara un proyecto de
Constitución Política que redactaría la Junta Fundadora y la ratificación de Ulate como presidente
electo. El 7 de noviembre de 1949 la Constitución Política de Costa Rica es aprobada por los
constituyentes.
15 Según Ley No. 5507 de 19 de abril de 1974.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 39
c.2 Empresas Públicas- entes privados: son aquellas organizaciones que desarrollan
una actividad industrial, comercial o agropecuaria en la que están involucrados
intereses públicos, que cuentan con un patrimonio público, pero que para evitar las
rigideces del Derecho Administrativo acuden al Derecho Privado bajo la figura de
sociedades anónimas. Como ejemplo de estas categorías se pueden mencionar la
Empresa de Servicios Públicos de Heredia, Correos de Costa Rica S.A., Refinadora
Costarricense de Petróleos, las operadoras de pensiones de los Bancos Comerciales
del Estado, entre otras. También existen empresas públicas-entes privados de capital
mixto, en la cual la administración pública posee un 50% o más de las acciones de
capital. Un ejemplo es la Compañía Nacional de Fuerza y Luz S.A. A pesar de lo
anterior, los conflictos que surjan entre los administrados y la empresa pública,
“deben ser conocidos y resueltos por la jurisdicción contencioso administrativa y civil de
hacienda, puesto que, en tales supuestos, la Administración Pública (central o
descentralizada) tiene un interés directo por su participación mayoritaria en el capital
social”17.
d. Ente Público No Estatal: “Se trata de entes que están y actúan al lado del Estado,
colaborando con él en la satisfacción del interés general, pero constituyendo
administraciones separadas entre sí”18. Bajo esta denominación se encuentra una gran
cantidad de organizaciones públicas, como las denominada “ Administración Pública
Descentralizada Corporativa, cuya dirección se confía a una comunidad o asamblea
general de personas vinculadas por un interés común, que puede ser el ejercicio de una
profesión –caso de los colegios profesionales-, o el desarrollo de una actividad industrial,
16 Hernández Rodríguez, Carmen Magally (2007). Fisuras, desafíos y mutaciones del estado de derecho
y el derecho público. San José Costa Rica: Editorial Universidad de Costa Rica.
17 Opinión jurídica No.O.J.249-03 del 28 de noviembre de 2003 de la Procuraduría General de la
República.
18 Costa Rica. Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica (2007). Manual Explicativo de
los organigramas del sector público costarricense. San José: MIDEPLAN, Proyecto Estado de la Nación,
Universidad de Costa Rica.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 40
Cuadro 2
Número de Instituciones del Sector Público Costarricense, 2007
Categoría Número de instituciones
Gobierno Central 98
Ministerios 1820
Órganos adscritos a Ministerios 21 80
Sector Público Descentralizado 123
Instituciones Autónomas 33
Órganos adscritos a Instituciones Autónomas 11
Instituciones Semiautónomas 11
Empresas Públicas 23
Entes Públicos no Estatales 45
Sector Público Descentralizado Territorial y 89
Político
Municipalidades 81
Consejos Municipales de Distrito 8
Total 310
Fuente: MIDEPLAN(2007). Manual Explicativo de los organigramas del sector público costarricense.
Los datos anteriores dan una clara idea de la dispersión institucional que muestra la
administración pública costarricense y las dificultades de su gestión, ya que demanda
de un alto grado de coordinación interinstitucional, el cual no se ha logrado alcanzar a
pesar de existir instrumentos formales de coordinación como la figura de “sector”,
cuya dirección recae en el Ministro Rector de Sector según lo especifica el Decreto
Ejecutivo No. 14184-PLAN: Creación del Subsistema de Dirección y Planificación
Sectorial de 1983.
20 Los Ministerios son los siguientes: Presidencia, Relaciones Exteriores y Culto, Agricultura y
Ganadería, Ciencia y Tecnología, Comercio Exterior, Cultura y Juventud, Economía Industria y Comercio,
Educación Pública, Gobernación y Policía, Hacienda, Justicia y Paz, Ambiente, Energía y
Telecomunicaciones, Obras Públicas y Transporte, Planificación Nacional y Política Económica, Salud,
Seguridad Pública, Trabajo y Seguridad Social, Vivienda y Asentamientos Humanos.
21 Incluye cuatro órganos adscritos a la Presidencia de la República
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 42
autorice dicho ordenamiento, según la escala jerárquica de sus fuentes”. En dicha Ley
también se especifica quiénes son los órganos que constituyen la administración
pública, los cuales hemos explicado anteriormente, las competencias del Presidente,
Vicepresidentes, Consejo de Gobierno, Ministros y Viceministros, composición de
Juntas Directivas, quórum para la toma de decisiones, la forma de solucionar
conflictos administrativos, del deber de obediencia que debe observar todo servidor
público excepto cuando se trate de un acto arbitrario o diferentes a la competencia
asignada (artículo 108).
c. Ley 8292 del 31 de julio del 2002 “Ley de Control Interno”: en la misma se definen “
los criterios mínimos que deberán observar la Contraloría General de la República y
los entes u órganos sujetos a su fiscalización, en el establecimiento, funcionamiento,
mantenimiento, perfeccionamiento y evaluación de sus sistemas de control interno”
(Artículo 1).
d. Ley 8422 del 6 de octubre del 2004 “Ley contra la corrupción y el enriquecimiento
ilícito en la función pública”: creada con el fin de “prevenir, detectar y sancionar la
corrupción en el ejercicio de la función pública” (Art. 1). Como un instrumento
fundamental de transparencia, el artículo 7 de dicha Ley establece el libre acceso a la
información pública y el artículo 8 regula la protección de los derechos de los
denunciantes de actos que den origen a la apertura de un procedimiento
administrativo. También se prohíbe ocupar más de un cargo simultáneo
(superposición horaria) con remuneración salarial en la administración pública. Otro
instrumento importante es la obligatoriedad de todas las autoridades electas y los
funcionarios públicos que ocupan un puesto relacionado con la administración de
fondos públicos, de presentar una declaración patrimonial al ingresar al servicio,
anualmente y al finalizar su relación con la administración pública.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 43
e. Ley 8220 del 11 de marzo del 2002 “ Ley de Protección al Ciudadano de Exceso de
Requisitos y Trámites Administrativos”: mediante la presente Ley se busca que se
cumpla con el principio de publicidad de los trámites para que los ciudadanos puedan
conocer de antemano los requisitos que debe presentar. También, promueve que la
información que presenta un ciudadano ante una entidad para la realización de un
trámite no tenga que ser requerida por otra entidad que participe de dicho trámite.
Esta ley ha sido de difícil aplicación, por lo que la administración Chinchilla Miranda
(2010-2014) ha optado decretar la simplificación de trámites en sectores específicos
como el sector economía.
Para describir los regímenes que regulan el empleo público en Costa Rica, la sección se
dividirá en dos partes. En la primera se analiza el marco institucional que regula el
sistema y en la segunda las características de los empleados públicos.
2.1 Marco Institucional del Sistema de Personal Público
De acuerdo con Marín (2008)22 “En Costa Rica, tanto los gobiernos conservadores y
liberales, en sus diversas versiones, trataron de establecer un sistema administrativo
integral al servicio no sólo del poder de las elites y la clase dominante, o de la
intermediación de los conflictos de clase, sino que también procuraron lograr una
institucionalidad relativamente eficiente y capaz de articular un proyecto estatal vi-
able”(Marín, 2008:219).
De ahí que no resulte extraño que el 30 de mayo de 1953 mediante Ley 1581 se
promulgue el “Estatuto de Servicio Civil” mediante el cual se regula el empleo público
del gobierno central, con el fin de dar cumplimiento a lo establecido en el artículo 191
constitucional que indica:“Un Estatuto de Servicio Civil regulará las relaciones entre el
Estado y los servidores públicos, con el propósito de garantizar la eficiencia de la
administración”. También se consagró constitucionalmente el principio de mérito y de
estabilidad en la función pública al indicarse que “los servidores públicos serán
nombrados a base de idoneidad comprobada y sólo podrán ser removidos por las
causales de despido justificado que exprese la legislación de trabajo, o en el caso de
reducción forzada de servicios, ya sea por falta de fondos o para conseguir una mejor
organización de los mismos”. Adicionalmente, el Estatuto de Servicio Civil consagra
los principios de igualdad y publicidad de los puestos públicos.
22Marín, Juan José (2008). “Dominio y expansión de las autoridades políticas: una aproximación a los
discursos, representaciones y percepciones sociales sobre los funcionarios públicos 1824-1941”En:
Diálogos, Revista Electrónica de Historia, ISSN: 1409-469X , Número especial dedicado a las Jornadas
de Investigación del CIHAC, 2008-2009/ pp. 189-232
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 44
Cuadro 3
Número de Funcionarios Públicos por Sector Institucional
Años
Por Sector
1990 1994 1998 2002 2006 2009
Total Sector público 844 068 964 100 185 544 222 258 264 915 305 290
Gobierno Central 841 692 961 324 87 802 107 254 128 561 135 002
Instituciones autónomas 1 708 2 252 90 206 104 737 124 113 153 596
Municipalidades 668 524 7 536 10 267 12 241 16 692
Total Sector privado 81 909 79 534 1 109 812 1 361 803 1 561 986 1 645 643
Fuente: CONARE-Estado de la Nación. Estadísticas.
En esta sección se examinan las relaciones de la burocracia con los partidos políticos,
sus vínculos con la sociedad y la burocracia política.
a. Referéndum: Mediante Ley 8221 del 16 de mayo del 2002 se instituyó la figura del
Referéndum el cual es aplicable para ratificar o no la aprobación de leyes ordinarias o
reformas parciales de la Constitución. Quedan excluidos proyectos relativos a materia
presupuestaria, tributaria, fiscal, de aprobación de empréstitos y contratos, o actos de
naturaleza administrativa. Quienes pueden convocar a referéndum son: a) Asamblea
Legislativa mediante 2/3 de sus miembros, b) Poder Ejecutivo junto con mayoría
absoluta de Asamblea Legislativa, y c) al menos 5% de ciudadanos inscritos en el
Padrón Electoral. Para que el resultado sea vinculante, se necesita la participación en
el proceso de al menos un 30% de los ciudadanos inscritos en el Padrón. A la fecha
sólo se ha realizado un proceso de esta naturaleza para decidir la aprobación del
Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y Estados Unidos.
b. Iniciativa Popular: La Ley 8491de Iniciativa Popular del 3 de abril del 2006, da la
potestad a los ciudadanos de iniciar el proceso de Ley. Para ello se requiere que el
proyecto de Ley cuente con el apoyo de al menos el 5% de los ciudadanos inscritos en
el Padrón Electoral y sólo se puede presentar durante las sesiones ordinarias del
Congreso. Se excluyen de esta participación las mismas materias del Referéndum.
Para facilitar esta participación, la Asamblea Legislativa creó la Oficina de Iniciativa
Popular que da apoyo técnico para la redacción de los proyectos. También, la
Defensoría de los Habitantes brinda apoyo en esta materia.
c. Foros de participación ciudadana: Este mecanismos ha sido especialmente utilizado
en la gestión de la política social y más recientemente para la elaboración del Plan
Nacional de Desarrollo 2010-2014 y del Plan de Seguridad Nacional.
d. Audiencias Públicas: Esta modalidad está limitada a ciertas áreas como la fijación
tarifaria de servicios públicos la cual obliga a la Autoridad Reguladora de los Servicios
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 47
A Costa Rica se le reconoce por ser una de las democracias más estables en la región
Latinoamericana. Sin embargo, no fue sino hasta el año 2000 mediante reforma
constitucional 8003 del 8 de junio que se incluyó el Artículo 11 Constitucional la
obligatoriedad de los funcionarios públicos de rendir cuentas. Concretamente, dicho
artículo establece lo siguiente:
“Artículo 11.- Los funcionarios públicos son simples depositarios de la autoridad. Están
obligados a cumplir los deberes que la ley les impone y no pueden arrogarse facultades
no concedidas en ella. Deben prestar juramento de observar y cumplir esta Constitución
y las leyes. La acción para exigirles la responsabilidad penal por sus actos es pública.
La Administración Pública en sentido amplio, estará sometida a un procedimiento de
evaluación de resultados y rendición de cuentas, con la consecuente responsabilidad
personal para los funcionarios en el cumplimiento de sus deberes. La ley señalará los
medios para que este control de resultados y rendición de cuentas opere como un
sistema que cubra todas las instituciones públicas”( Constitución Política de Costa Rica).
Para examinar la rendición de cuentas en Costa Rica, se hará uso de la tipología
propuesta por O’Donnell (1999, 2000, 2001)23. En primer lugar, O´Donnell hace una
diferenciación entre rendición de cuentas horizontal y vertical. La primera hace
referencia a las acciones desarrolladas por agencias estatales que cuentan con la
autoridad legal para imponer sanciones ante “actos u omisiones de otros agentes o
agencias del estado que pueden, en principio o presuntamente, ser calificadas como
ilícitas." (O´Donnell 2000). La rendición de cuentas vertical considera los medios con
que cuentan los ciudadanos para exigir cuentas a sus gobernantes tales como el voto,
presiones social y mediática. A continuación se identifican los mecanismos por medio
de los cuales se desarrolla cada una de los tipos de rendición de cuentas.
Para garantizar el balance entre poderes, cada uno de ellos ejecuta las siguientes
funciones de control mutuo que se señalan en el cuadro que se presenta a
continuación.
Cuadro 4
Control entre Poderes de la República
Control del Legislativo sobre el Ejecutivo
Art. 139, inciso 4) Presentar a la Asamblea Legislativa, al iniciarse el primer período anual de
sesiones, un mensaje escrito relativo a los diversos asuntos de la Administración y al estado
político de la República.24
Art. 140:
11) Rendir a la Asamblea Legislativa los informes que ésta le solicite en uso de sus
atribuciones.
15) Enviar a la Asamblea Legislativa el Proyecto de Presupuesto Nacional.
Art. 144: Los Ministros de Gobierno presentarán a la Asamblea Legislativa cada año, dentro
de los primeros quince días del primer período de sesiones ordinarias, una memoria sobre
los asuntos de su dependencia.
Art. 121:
9)Admitir o no las acusaciones que se interpongan contra quien ejerza la Presidencia de la
República, Vicepresidentes, miembros de los Supremos Poderes y Ministros Diplomáticos,
declarando por dos terceras partes de votos del total de la Asamblea si hay o no lugar a
formación de causa contra ellos, poniéndolos, en caso afirmativo, a disposición de la Corte
Suprema de Justicia para su juzgamiento;
10) Decretar la suspensión de cualquiera de los funcionarios que se mencionan en el inciso
anterior, cuando haya de procederse contra ellos por delitos comunes;
23) Nombrar comisiones de investigación para que investiguen cualquier asunto que la
Asamblea les encomiende
24Este instrumento tiene una efectividad limitada porque sólo se da una reacción de los diputados a
dicho informe pero no hay una interlocución entre el Presidente y los diputados sobre el rumbo de la
nación.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 49
24) Formular interpelaciones a los Ministros de Gobierno, y además, por dos tercios de votos
presentes, censurar a los mismos funcionarios, cuando a juicio de la Asamblea fueren
culpables de actos inconstitucionales o ilegales, o de errores graves que hayan causado o
puedan causar perjuicio evidente a los intereses públicos;
Control del Ejecutivo sobre el Legislativo
Art. 126: Dentro de los diez días hábiles contados a partir de la fecha en que se haya recibido
un proyecto de ley aprobado por la Asamblea Legislativa, el Poder Ejecutivo podrá objetarlo.
Si no lo objeta dentro de este plazo no podrá dejar de sancionarlo y publicarlo.
Control Constitucional
Mediante Ley No. 7128 de junio de 1998 se reforma el Art. 10 Constitucional para crear “una
sala especializada de la Corte Suprema de Justicia facultada para declarar, por mayoría
absoluta de sus miembros, la inconstitucionalidad de las normas de cualquier naturaleza y de
los actos sujetos a Derecho Público….le corresponde además: a) dirimir los conflictos de
competencia entre los dos poderes del Estado, incluido el Tribunal Supremo de Elecciones,
así como en las demás entidades u órganos que indique la ley; b) conocer la consulta sobre
proyectos de reforma constitucional, de aprobación de convenios o tratados internacionales
y de otros proyectos de ley”
Control Tribunal Supremo de Elecciones
Art. 102, inciso 5): “El Tribunal Supremo de Elecciones tiene la potestad de investigar toda
denuncia formulada por los partidos políticos sobre parcialidad política de los servidores del
Estado en el ejercicio de sus cargos, o sobre actividades políticas de funcionarios a quienes
les esté prohibido ejercerlas. La declaratoria de culpabilidad por parte del Tribunal será
causa obligatoria de destitución e incapacitará al culpable para ejercer cargos públicos por
un período no menor de dos años, sin perjuicio de las responsabilidades penales que pudiese
exigírsele. No obstante, si la investigación involucra al Presidente, Ministros de Gobierno,
Ministros Diplomáticos, Contralor o Subcontralor Generales de la República, o Magistrados
de la Corte Suprema de Justicia, el Tribunal se concretará a dar cuenta a la Asamblea
Legislativa del resultado de la investigación”.
Sin embargo, el Artículo 262 del Código Electoral establece que “el TSE cancelará o anulará
las credenciales del presidente, los vicepresidentes de la República y de los diputados (a) a la
Asamblea Legislativa, únicamente por las causales establecidas en la Constitución Política”.
25El sistema de control y fiscalización superior de la Hacienda Pública tiene como fundamento jurídico
la Ley Orgánica de la Contraloría General de la República, la Ley Contra la corrupción y el
enriquecimiento ilícito en la función pública, la Ley general de control interno.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 50
c. Aprobación de contratos que celebre el Estado, para lo cual tiene un plazo de treinta
días hábiles (Ley 7428 artículo 20).
Mediante Ley N° 8221 de 8 de marzo del 2002 se crea la Fiscalía Penal de Hacienda y
de la Función Pública a quien le corresponde la investigación, la presentación de
cargos, formulación de acusaciones y llevar adelante el proceso penal de los hechos
ilícitos que se cometan contra la Hacienda y Función Pública.
Adicionalmente, el Ministerio Público tiene adscrita una Oficina de Defensa Civil de las
Víctimas, a la cual le corresponde, por medio de sus abogados, ejercer la acción civil
resarcitoria y velar por el respeto de los “derechos de las víctimas, derivados de
delitos de acción pública” (Ley 7441, artículo 33).
La dirección de este ente recae en la figura del Defensor (a) y un Defensor (a) adjunto
electos por mayoría absoluta de los diputados por un período de cuatro años,
pudiendo ser re-electos sólo por un período adicional. Para el ejercicio de sus
funciones, la Defensoría cuenta con independencia administrativa, funcional y de
criterio.
26 Dicho decreto fue derogado y sustituido por el Decreto No. 26025 del 18 de abril de 1997.
Actualmente rige el Decreto 34587-PLAN del 27 de mayo de 2009.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 55
presupuesto propio, de personal, y de tecnología para poder realizar las funciones que
les fueron asignadas (MIDEPLAN, 2009).
En el caso de los medios de comunicación si bien no existe una ley marco que regule el
derecho a la información, por medio de la Constitución Política se garantiza este
derecho fundamental. El artículo 27 de la Constitución Política garantiza la libertad de
petición, en forma individual o colectiva, ante cualquier funcionario público o entidad
oficial, y el derecho a obtener pronta resolución. También el artículo 29 indica que
todos los ciudadanos tienen el derecho de “comunicar sus pensamientos de palabra o
por escrito, y publicarlos sin previa censura; pero serán responsables de los abusos
que cometan en el ejercicio de este derecho”. Adicionalmente, el artículo 129 indica
que para que una ley pueda surtir efecto jurídico, ésta debe ser publicada.
Adicionalmente, la Ley General de Administración Pública obliga a la publicidad de
todas las decisiones adoptadas por la administración pública.
Con base en lo anterior, los medios de comunicación juegan un papel muy importante
en la investigación de asuntos de interés público por medio del periodismo
investigativo, así como apoyan la rendición de cuentas por medio del cuestionamiento
a las autoridades públicas sobre sus actuaciones y resoluciones de problemas que
enfrenta la ciudadanía y para los cuales no han obtenido respuesta. En relación con
este último punto, es muy común que los medios de comunicación tengan espacios
donde los ciudadanos puedan presentar sus demandas a las autoridades públicas en
relación con la calidad de los servicios que reciben.
V. REFORMA Y CAMBIO
Al igual que el resto de países, en 1982 Costa Rica presentaba un serio problema fiscal
que requirió la intervención del FMI para su solución. Luego de la estabilización
económica, se dio inicio a un nuevo modelo de desarrollo basado en la promoción de
las exportaciones y la inserción de la economía costarricense en la economía mundial.
Para llevar adelante el proceso, se suscribieron tres programas de ajuste estructural.
El tercero de ellos se focalizó en la reforma del Estado.
A MANERA DE CONCLUSION
Si bien se han realizado esfuerzos por democratizarla y hacerla más eficiente, éstos no
han sido continuos. Queda todavía un buen camino por recorrer y para los estudiosos
de esta materia y futuros profesionales, este reto debería ser un elemento motivador
para estudiarla.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 60
Capítulo Guatemala
Presentación
Es importante destacar que, aún y cuando existe el marco legal que define, norma y
estructura niveles, salarios, escalafones, bonos, derechos del empleado público, a
partir de 1997 se incorporan reformas vinculadas a los procesos de contratación de
empleados públicos que si bien no alteran las dinámicas de relación Estado-
ciudadano, contradicen reivindicaciones y derechos laborales irrenunciables dentro
del sistema de contratación laboral en el Decreto 1441, Código de Trabajo, del
Congreso de la República de Guatemala.
28 Decreto 114-97, Ley del Organismo Ejecutivo; Decreto 63-94, Ley del Organismo Legislativo;
Decreto 2-89 y sus reformas, Ley del Organismo Judicial.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 62
Guatemala solamente puede explicarse por la historia pasada y reciente del Estado y
sobre todo por la confluencia de intereses políticos y económicos.
A. Instituciones de gobierno29
1. Órganos de control político.
1.1 Procuraduría de Derechos Humanos.
1.2 Tribunal Supremo Electoral.
2. Órganos de control jurídico administrativo.
2.1 Contraloría General de Cuentas.
2.2 Corte de Constitucionalidad.
2.3 Instituto de la Defensa Pública Penal
2.4 Instituto Nacional de Ciencias Forenses
2.5 Ministerio Público.
2.6 Procuraduría General de la Nación.
2.7 Registro General de la Propiedad.
2.8 Secretaría Ejecutiva de la Instancia coordinadora de la Reforma del
Sector Justicia.
3. Organismo legislativo.
3.1 Nivel de dirección política integrada por el Pleno del Congreso,
Comisión Permanente y Junta Directiva
3.2 Nivel administrativo y de servicios, integradas por la Dirección
Ejecutiva y las direcciones de Auditoria, legislativa, administrativa,
financiera y personal.
4. Organismo ejecutivo
4.1 Integrada por 15 secretarías de Estado y 12 dependencias
especificas de la presidencia.
4.2 Integrada por 13 Ministerios sectoriales.
5. Organismo judicial
5.1 Integrado por la Presidencia de la Corte Suprema de Justicia,
secretarías y asesorías.
5.2 Direcciones jurisdiccionales, apoyo institucional, control, ejecución y
asesoría.
6. Entidades descentralizadas, autónomas no empresariales,
instituciones de seguridad social, empresas públicas, financieras,
B. Administración pública.
B. Empleados públicos
Para los efectos del presente estudio los empleados públicos lo integran
aquellos que se encuentran directamente bajo la dependencia continuada y
dirección inmediata de la administración pública del Organismo Ejecutivo, en
virtud de nombramiento, contrato o cualquier otro vinculo que la ley
establezca.
2. Características.
En cuanto a las condiciones para la selección de empleados públicos se
contemplan procedimientos en la Ley de Servicio Civil y en el Reglamento de
la Ley del Servicio Civil Acuerdo Gubernativo 1222-88, siendo Oficina
Nacional de Servicio Civil la encargada de crear un procedimiento y los
registros para optar a puestos de trabajo.
a. Personal permanente
Que está integrado por las categorías siguientes: Directivo, profesional,
técnico, administrativo y operativo.
b. Personal temporal.
Que está integrado por las categorías siguientes: Directivo, profesional,
técnico y operativo.
A esto se agregan las tendencias de los años ochenta que introdujeron reformas
a los enfoques en la prestación de servicios que incidieron en la reducción de la
institucionalidad pública transfiriendo la producción de bienes públicos a
prestadores privados en el marco de las extensas privatizaciones que
desmantelaron y debilitaron al Estado.
C. Políticas burocráticas
La modernización del Estado y la reforma de la administración pública que
supuso para el Estado de Guatemala la apertura democrática en 1986 en el
Siglo pasado, si bien impulsaron reformas administrativas en el
funcionamiento institucional no se introdujeron reformas para modernizar el
servicio civil.
IV. Responsabilidad
i. Responsabilidades políticas:
Surge de las decisiones que asumen los funcionarios en el ejercicio de sus
atribuciones. Esta responsabilidad queda establecida mediante el control
parlamentario (diputados al Congreso de la República), juicio político o
interpelación de Ministros de Estado; así como la concurrencia de otros
funcionarios ante el Congreso de la República. Están sujetos a
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 68
A. Instrumentos formales
2. Legislatura
Durante el actual período legislativo no se detectaron iniciativas en las
comisiones legislativas sobre reformas a la ley de servicio civil por lo que
existe ausencia en recuperar procesos de modernización en material del
servicio público en Guatemala.
3. Otros
Actualmente es importante mencionar que la Servicio civil no contempla el
marco de estabilidad para la creación de la carrera administrativa que
vincule al servidor público con el Estado.
1. Medios de comunicación
Los medios masivos de comunicación social realizan la función articuladora
entre las dinámicas sociedad-Estado, creando un puente que permite
aproximar espacios inéditos y para la función
V. La reforma y el cambio
El año 2011 con el impulso del Ministerio de Finanzas Públicas se inicia el nuevo plan
de clasificación de puestos e identifica 614 ocupaciones dentro de la administración
pública, en 9 grandes series lo que da como resultado 60 nuevas clases de puestos y
salarios. Esta etapa aún se encuentra en proceso de construcción y aún no cuenta con
el respaldo político y legal necesario para ser aprobado. Se espera que en la legislatura
del período 2012-2016 se introduzcan reformas al servicio civil.
Fuentes de consulta.
Capítulo México
Agradezco la valiosa ayuda de Héctor Flores para integrar este capítulo
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 73
(BORRADOR)
INTRODUCCIÓN
Instituciones de Gobierno
Los cambios en la estructura y perfil del gobierno en México en general y de la
administración pública en particular han respondido a transformaciones amplias del
sistema político y la economía del país durante las últimas décadas (Alberro, 2010).
Después de haber padecido severos obstáculos, en la forma de crisis de balanza de
pagos, devaluaciones monetarias y hasta recesiones durante las últimas décadas del
siglo pasado, en México se ha consumado el paso de un modelo económico fundado en
la sustitución de importaciones a uno orientado hacia los mercados internacionales y
32(Peters, 1999, 70-71; Easton, “An Approach to the Analysis of Political Systems”1957, World Politics,
vol. 9, n. 3, 383-400)
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 74
del gasto público estaba destinado este nivel de gobierno, de tal manera que el 38.5%
restante estaba destinado a los gobiernos estatales y municipales. Además, este nuevo
balance entre ámbitos de gobierno también ha estado acompañado por un acomodo
más equitativo del personal del gobierno en el gobierno federal y los gobiernos locales
(Cejudo, 2007a, 13).
Frente a este panorama y para tener una idea un poco más detallada del perfil
de la administración pública en México, vale la pena apuntar también que para el año
2009, poco más de un cuarto (26.7%) de los empleados públicos del gobierno federal
tenían más de 50 años. A la vez, alrededor de 45% de los empleos públicos en el
gobierno federal estaban en manos de mujeres hacia el año de 2005 y alrededor de
35% de las plazas públicas de alto nivel del gobierno federal eran también ocupadas
por mujeres (OECD, 2011a).
El gobierno en México es uno de los más pequeños, si se le compara con otros
miembros de la OCDE, en términos de ingresos fiscales y gasto público como
proporción del PIB. Con respecto a los ingresos públicos recibidos por el gobierno
como proporción del PIB en el período 2001-2009, éste se ha mantenido en alrededor
del 20%. Para el año 2009, los ingresos públicos eran de 22.19% del PIB. En el rubro
del gasto público, la cifra se ha mantenido también en una proporción similar durante
la última década, aunque con variaciones ligeramente más pronunciadas. Para el año
2009, el gasto público en México fue de 23.52% del PIB. (OCDE, 2011b, 1). Frente a la
crisis financiera iniciada a finales de la década anterior, el gasto público se concentró
en el desarrollo de infraestructura pública, subsidios al empleo, así como en el
incremento de transferencias sociales. La mayoría de esta inyección de recursos
públicos se financió con ayuda de los fondos de estabilización provenientes del sector
petrolero.
Alrededor de un 12% de la economía; esto es, los costos de producción del
gobierno, está encaminada a la producción de bienes y servicios públicos, según cifras
del año 2009. Si se descompone este porcentaje, el 9.2% corresponde al empleo de
funcionarios públicos, mientras que el 2.7% corresponde a empleados subcontratados
para la elaboración de bienes y servicios públicos. Esta situación se refleja también en
el hecho de que el gobierno mexicano es uno de los que más depende de sus propios
empleados para la creación de bienes y servicios públicos: 76.8% de éstos productos
fueron generados por empleados gubernamentales directamente, en contraste con el
promedio de 48% que corresponde a otros países de la OCDE (OCDE, 2011b, 1).
En esta sección, conviene empezar por señalar que la Ley del Servicio
Profesional de Carrera (DOF, 10 de abril de 2003; reformada el 9 de enero de 2006)
fue aprobada por unanimidad tanto en la Cámara de Diputados, como en la Cámara de
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 79
Senadores, en el mes de abril del año 2003. 34 La promulgación de esta nueva ley en
materia del servicio civil ha sido leído, por un lado, como parte de una respuesta a los
cada vez más gravosos problemas de corrupción, discrecionalidad e ineficiencia de la
administración pública federal, que cobraron mayor relevancia con el cambio de
gobierno federal, así como a la transformación del equilibrio de fuerzas entre las
principales fuerzas políticas del país, señalada puntualmente con la caída del PRI del
Poder Ejecutivo, a inicios del siglo (Méndez, 2010, 197). Por el otro lado, lo que
también resulta evidente es que esta reforma de la administración federal respondió a
corrientes de transformación de duración más larga, tanto en la macroeconomía del
país, en el ámbito de intervención del sector público que se consideró deseable y
legítimo, como en la apertura democrática que se había operado desde algunas
décadas atrás en el sistema político (Alberro, 2010; Cejudo, 2007a; Méndez, 2010,
198).
Quizás uno de los rasgos principales de una administración pública como la de
México es su carácter sincrético, por una parte, consumidor de principios normativos
y operativos sustentados en modelos tradicionales de burocracia, y, por la otra, en
modelos administrativos provenientes de las nuevas corrientes, que ayudaban a
hacer frente a los retos políticos y operativos del presente (Arellano Gault y Klinger,
2006, 71). De esta manera, el servicio profesional de carrera que se desarrolló
iniciando la década anterior en México, buscó, de manera explícita, integrar un
componente tradicional, el reclutamiento a partir del mérito, con otro componente,
ligado a la teoría y práctica de la nueva gerencia pública, como la evaluación del
desempeño y la transparencia de la información gubernamental, entre otros (Pardo,
2005; Méndez, 2010, Arellano Gault y Klinger, 2006, 78).
Como era de preverse, durante la primera década del siglo, este difícil balance
entre distintos modelos de servicio civil probaría ser un reto que muy pronto se
transformaría en ambigüedades significativas y hasta contradicciones, por momentos
incluso insalvables, para una administración pública como la de México, que estaba
34 La Ley del Servicio Profesional de Carrera fue aprobada en el año de 2003; además, se
estableció la Secretaría de la Función Pública encomendada con la responsabilidad de poner en práctica
los reglamentos y política para asegurar el éxito de este nuevo programa en la administración federal
(Cejudo, 2007a, 16).
Los orígenes recientes de esta reforma se dieron a partir de las incitativas de ley en esta
materia presentadas previamente por legisladores de los tres partidos políticos principales en el
Congreso (PRI, PAN, PRD) y que, una vez reconocidas por el presidente Vicente Fox y su equipo en la
Oficina de Innovación Gubernamental, fueron impulsadas directamente desde el Poder Ejecutivo
(Arellano Gault ; Méndez, 2010, 184). Como parte de esta estrategia, se consultó y buscó el apoyo de
funcionarios públicos, así como de un circuito de académicos expertos en la materia, establecidos en la
forma de la Red Mexicana del Servicio Profesional, a principios del año 2003.
Además, se contó con el apoyo de agencias de desarrollo internacional y con la ayuda de
organizaciones nacionales, entre las cuales se organizaron foros, congresos y seminarios de expertos en
busca de lograr un consenso suficientemente sólido para apoyar la LSPC dentro y fuera de la
administración pública. También, se buscaron recuperar algunos de los casos exitosos del servicio civil
de carrera en instituciones mexicanas en el pasado, como en el caso del servicio exterior y el propio
Instituto Federal Electoral (Méndez, 2010, 184).
Para una revisión amplia del desarrollo de la polémica y práctica alrededor del servicio civil en
México, véase Pardo, 2005.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 80
35 Los cargos sujetos a las disposiciones de la LSPC, en un principio, fueron lo de analista, jefe de
departamento, subdirectos, directos de área, director general adjunto y directos general, dentro de la
administración pública federal. No se incluyeron, de esta forma, los gabinetes de apoyo, en la forma de
coordinación de asesores o direcciones de comunicación social, entre otros (Méndez, 2010, 185).
36 El servicio profesional de carrera estuvo originalmente organizado en siete subsistemas: el de
planeación, en el que se planteó administrar los recursos humanos de manera ágil e integrar un banco
de talentos de los servidores de carrera; el de ingreso, en el que se establecen las modalidades de
ingreso a la administración central de funcionarios públicos actuales y nuevo personal; el de desarrollo
profesional, para determinar los planes de carrera de los servidores públicos a fin de identificar
posibles trayectorias de desarrollo; el de capacitación y certificación de capacidades; el de evaluación;
el de separación del puesto, y, finalmente, el de control y evaluación, que, como lo indica su nombre,
evaluaría el funcionamiento del sistema del servicio civil en el gobierno central en su conjunto. (Pardo,
2005, 618-622)
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 81
37 Esta sección proviene del análisis y cifras proveídos en Méndez, 2010, 189-190.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 82
público, sobre todo en las plazas de nivel medio y superior del gobierno central.
Algunos han leído este problema de fondo como consecuencia de la falta de claridad
política, legal y operativa, en términos de la diferencia entre funcionarios designados
por su responsabilidad política y servidores públicos, así como el muy distinto
entramado de incentivos, expectativas y responsabilidades que tienen estos dos
grupos.(Arellano Gault y Klinger, 2006, 76).
Como ya lo hemos mencionado, la superposición de un modelo profesional de
carrera de corte tradicional y otro con componentes de la nueva gerencia pública
también resultó en serias limitaciones a la hora de poner en marcha esta reforma. La
combinación de requerimientos a veces contradictorios, como en el caso de regular a
detalle el perfil laboral, los méritos y capacidades necesarios para obtener un puesto
público o ascender, por un lado, y la necesidad de contar con un fondo de recursos
humanos flexible y dinámicas, por el otro, produjo lagunas y ambigüedades en el
ámbito reglamentario y de implementación que a veces promovió el abuso por parte
de los encargados del reclutamiento de personal público (Pardo, 2005, 624). Entre
otras cosas, la ausencia del reconocimiento de estos problemas de diseño e
implementación potenciales partió en parte de una excesiva confianza sobre los
atributos y posibilidades del servicio civil en un contexto administrativo heterogéneo
y con distintos niveles de consolidación, como sucede en el caso de México (Arellano
Gault y Klinger, 2006, 76).
Finalmente, se ha considerado que el marco institucional del servicio
profesional de carrera está todavía por ser mejorado, sobre todo en lo que se refiere a
la descentralización efectiva pero ordenada de las funciones de implementación y
normatividad de la SFP en su relación con los comités de otras secretarías y
dependencias federales (Méndez, 2010, 200). Este es un dilema que ha sido definido
también por la necesidad de balancear las capacidades y flexibilidad actuales de los
distintos componentes de la administración federal, y la necesidad de contar, con un
liderazgo responsable pero dinámico por parte de los funcionarios responsables
(Arellano Gault y Klinger, 2006, 76).
RENDICIÓN DE CUENTAS
38 Para una visión panorámica de los cambios jurídicos n materia de control de corrupción y rendición
de cuentas en México durante las últimas décadas, véase Dussauge, 2010, 221,
Cuadro 6.2: Legislaciones federales en materia de control de la corrupción y rendición de cuentas.
39 Sobre la transformación de la anterior Secretaría de la Contraloría y Desarrollo Administrativo
(1994) a la SFP, así como sus consecuencias sobre la práctica de la rendición de cuentas en la
administración federal, véase Dussauge, 2010, 218.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 85
41Sobre la reforma constitucional en materia de gasto público propuesta por la Cámara de Diputados,
véase Dussauge, 2010, 226-227.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 87
42Para más información sobre la figura jurídica de los testigos sociales, especialmente en la legislación
federal en materia de obras públicas, véase Dussauge, 2010, 223.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 89
los servidores públicos. (Guerrero Gutiérrez, 2002, 1). Las tareas cada vez más
complejas y especializadas a cargo de los funcionarios públicos, no sólo de los
representantes electos,han aumentado también la visibilidad de este relación pública.
Que los ciudadanos y grupos de interés cuenten con información completa, precisa y
útil sobre el origen y uso de los recursos públicos a cargo de la administración pública
federal es sin duda una pieza importante del rompecabezas democrático en México.
En este sentido, es de suma importancia el que, en el mes de julio del año 2002,
el Congreso haya aprobado la Ley Federal de Transparencia de Acceso a la
Información, además de constituir el Instituto Federal de Acceso a la Información para
poner en práctica las disposiciones de la ley (Dussauge, 2010, 224). Esta nueva
legislación ha introducido una nueva lógica de funcionamiento en el sector público
federal, al estipular que la información del gobierno es pública por regla general y sólo
puede ser restringida en situaciones excepcionales. Asimismo, se estableció mediante
este acto una serie de obligaciones de transparencia, es decir, un conjunto de datos de
información mínima que todo sujeto obligado debe poner a disposición del público,
sin necesidad de que se haya solicitado previa y específicamente.
La misma LFTAIPG introduce mecanismos y procedimientos para solicitar
información, y mecanismos para sancionar a las dependencias y funcionarios que
incumplan las solicitudes válidas para acceder a esta misma información
gubernamental. Una de las críticas más importantes que se le han hecho al actual
estado de la rendición de cuentas en la administración pública federal consiste en que
a las prácticas de transparencia y acceso a la información gubernamental, falta todavía
añadir el componente de retroalimentación, en la forma de examen, sanción o
punición, que garantice que, efectivamente, haya consecuencias sobre la operación de
los servidores públicos (Pardo, 2010, 32 y 34).
Por lo que se refiere a la administración pública federal y en concordancia con
los propósitos incluidas en la nueva legislación, se ha creado la Comisión
Intersecretarial para la Transparencia y el Combate a la Corrupción, luego convertida
en la mencionada Unidad de Políticas de Transparencia y Cooperación Internacional.
En este mismo sentido, ha sido especialmente importante la integración de
mecanismos de gobierno electrónico y tecnologías de la información, como en el caso
de los portales Compranet, Portal Ciudadano y Tramitanet, destinados a transparentar
el acceso de información sobre procesos de compras, licitación y otros trámites y
servicios del gobierno federal, e incluso los portales promovidos por el IFAI para
homogeneizar y publicitar la información pública gubernamental, como lo son
INFOMEX, ZOOM, y el propio Portal de Obligaciones de Transparencia (Dussauge,
2010, 231).
Como se señaló en el principio de la sección, la puesta en práctica de la
rendición de cuentas como un eje transversal de la administración pública federal,
todavía tiene algunos retos importantes por delante, y en los que quizás la
colaboración estratégica con la sociedad civil sea de la mayor importancia. Al
respecto, entre los retos que todavía quedan por sortearse, se encuentra, en primer
lugar, que la rendición de cuentas ha avanzado en medio de un terreno ambiguo,
cruzado por la estructura tradicional de control y un sistema renovado de rendición
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 90
BIBLIOGRAFÍA
Capítulo Perú
A. Instituciones de Gobierno
El Perú cuenta con una Constitución Política, la cual dicta los lineamientos generales
para el respeto y tutela de los derechos fundamentales, la actividad económica y la
protección a la propiedad, así como la organización del Estado. Cabe mencionar que la
inclusión dentro de una constitución peruana de los derechos fundamentales es con la
Constitución de 1979, fruto de la Asamblea Constituyente de 1978. Esta Constitución
rigió hasta abril de 1992, cuando se produce un golpe civil-militar que disuelve el
Congreso. El proceso termina con la convocatoria al Congreso Constituyente
Democrático – CCD que redacta la Constitución Política de 1993, texto constitucional
que rige hasta nuestros días.
La Constitución Política del Perú atribuye las tres principales funciones del Estado a
tres titulares independientes, que se fiscalizan mutuamente. Recrean un sistema de
pesos y contrapesos, asegurando el correcto funcionamiento del Estado, ya que
limitan el ejercicio abusivo del poder y garantizando la democracia. Así, como en la
mayoría de los países de la región, los tres poderes del Estado que conforman el
Gobierno Nacional son el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial.
El Poder Legislativo está constituido por el Pleno del Congreso, el Consejo Directivo
del Congreso, la Comisión Permanente, las Comisiones Ordinarias y la Oficialía Mayor,
que hace las veces de relator y secretario general.
Por su parte, el Poder Judicial está constituido por la Corte Suprema de Justicia, las
Cortes Superiores (una en cada distrito judicial), juzgados Especializados y Mixtos
(Civiles, Penales, de Trabajo, Agrarios y de Familia), juzgados de paz letrados y
juzgados de paz no letrados.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 97
En cuanto al Poder Ejecutivo –organización del Gobierno Nacional que ejerce las
funciones de gobierno del país- se encuentra conformado por la Presidencia de la
República, el Consejo de Ministros, la Presidencia del Consejo de Ministros, los
ministerios y las entidades públicas del Poder Ejecutivo (nota: organigrama irá como
anexo).
Además de los tres poderes del Estado, la Constitución menciona a los organismos
constitucionalmente autónomos (OCA), que funcionan como órganos de equilibrio y
cuyo objetivo es preservar la organización y funcionamiento constitucional. Estos OCA
son el Jurado Nacional de Elecciones, la Oficina Nacional de Procesos Electorales, el
Registro Nacional de Identificación y Estado Civil, el Tribunal Constitucional, el
Ministerio Público, el Consejo Nacional de la Magistratura, el Banco Central de
Reserva del Perú, la Contraloría General de la República, la Defensoría del Pueblo y la
Superintendencia de Banca y Seguros del Perú.
Por otra parte, la Constitución peruana establece tres niveles de gobierno: nacional,
regional y local, los cuales ejercen sus funciones y atribuciones sobre una
circunscripción determinada. El territorio de la República está integrado por regiones
(aún no constituidas), departamentos, provincias, distritos y centros poblados,
preservando la unidad e integridad del Estado y la Nación. El gobierno nacional tiene
jurisdicción en todo el territorio de la República; los gobiernos regionales y gobiernos
locales la tienen en su respectiva circunscripción territorial.
B. Administración Pública
En el Perú, la estructura básica de las organizaciones estatales está dada por los
sistemas administrativos. Aun cuando la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo señala que
existen sistemas funcionales (Defensa Civil, Desarrollo Social, Educación, Medio
Ambiente, Transporte y Vivienda) y sistemas administrativos, son sólo estos últimos
de aplicación a toda la Administración Pública peruana. Estos sistemas
administrativos son un conjunto de normas, principios y lineamientos que tienen por
objeto uniformizar la estructura de los órganos estatales. Es decir, son medios
horizontales de regulación administrativa del gobierno que orientan y homogenizan el
desarrollo de políticas de gestión en campos comunes de las entidades públicas, con el
fin de unificar y optimizar la acción del gobierno. Así, los sistemas administrativos
tienen por finalidad regular la utilización de los recursos en las entidades de la
administración pública, promoviendo la eficacia y eficiencia en su uso. Los sistemas
administrativos en el Perú son 11 en total:
El Poder Ejecutivo tiene la rectoría de los Sistemas Administrativos, con excepción del
Sistema Nacional de Control, a cargo de un organismo constitucionalmente autónomo.
En ejercicio de la rectoría, el Poder Ejecutivo es responsable de reglamentar y operar
los Sistemas Administrativos aplicables a todas las entidades de la Administración
Pública, independientemente de su nivel de gobierno y con arreglo a la Ley de
Procedimiento Administrativo General- Ley 27444.
2. Personal Público
que se han visto fortalecidos por la mejor calidad de los procesos de reclutamiento y
concurso.
B. Empleados Públicos
Por otra parte, según las estadísticas disponibles en SERVIR, uno de cada tres
servidores públicos de los niveles de gobierno nacional y regional trabaja bajo
regímenes temporales, mayoritariamente contratos administrativos de servicios
(35% del total de servidores públicos) o el régimen de servicios no personales, con
derechos mínimos cuando no inexistentes. Al inicio del gobierno de Alberto Fujimori
(1990-1992) se produjo el despido de un número indeterminado de servidores
públicos (aunque se estima superior a 100 mil) y, en adición, a través de las sucesivas
leyes de Presupuesto Público, se prohibió el ingreso a la carrera pública regulada por
el Decreto Legislativo 276. Un indicador del impacto de dicha prohibición es que la
edad promedio del servidor público es de 41 años según la ENAHO y de 52 años para
directivos y funcionarios de los niveles nacional y regional, según la información a
enero 2011 disponible en la base de datos de planillas del Ministerio de Economía y
Finanzas.
Aun cuando tanto el Decreto Legislativo 276 y la Ley Marco del Empleo Público son las
normas generales aplicables a los servidores públicos, en la administración peruana
conviven otros sistemas laborales. De hecho, el régimen laboral privado, contenido en
el Decreto Legislativo 728 es el que se aplica en la mayoría de entidades y agencias
creadas después de 1992 y, desde 2008 existe el régimen de la Contratación
Administrativa de Servicios, una contratación temporal que contiene derechos básicos
como el descanso vacacional y el seguro de salud.
3. La política de la burocracia
Los partidos políticos se encuentran regulados por la Ley 28094. En esta norma se
definen como asociaciones de ciudadanos que constituyen personas jurídicas de
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 102
Sin embargo, en el Perú existen pocos partidos políticos que se han mantenido a lo
largo de los años y los cambios de gobierno. Los más notables, son el Partido Aprista
Peruano fundado en 1930, de donde proviene el dos veces Presidente de la República,
Alan García; el Partido Popular Cristiano, fundado en 1960; Acción Popular, fundado
en 1956, con dos afiliados que alcanzaron la presidencia, Fernando Belaúnde en dos
oportunidades y Valentín Paniagua, a cargo de un gobierno de transición de
noviembre de 2000 hasta julio 2001; el Partido Perú Posible, cuyo líder Alejandro
Toledo fue elegido Presidente en 2001; el Partido Nacionalista Peruano, fundado en
2005, de donde proviene el actual Presidente de la República Ollanta Humala; el
partido Somos Perú, entre otros. Sin embargo, el sistema de partidos en el Perú es
considerado débil pues en la mayor parte de los casos, las agrupaciones políticas se
realizan con motivo de las elecciones y se autodenominan “movimientos”.
Las elecciones presidenciales se realizan cada cinco años. Esta elección implica
también la elección de los 130 congresistas de la República y parlamentarios andinos.
El presidente es elegido con el 50% más uno de los votos válidos y de no alcanzar la
cifra, los dos candidatos más votados van a una segunda vuelta electoral. Junto con el
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 103
El Perú cuenta con 29 millones de habitantes de los cuales 19.9 millones estuvieron
habilitados para votar en las últimas elecciones generales de 2011, según el padrón
electoral que aprueba el JNE. De este padrón, el 50.1% son mujeres y 3.7% de los
votantes hábiles residen en el extranjero.
Por otro lado, las agrupaciones que tienen actividad y propuesta en los diversos
niveles de gobierno son los colegios profesionales, los gremios empresariales y los
sindicatos. Los colegios profesionales en el Perú son 32 y la ley le otorga a estos la
calidad de consultores del Estado. Son asociaciones de profesionales que poseen un
título universitario. Por lo tanto como requisito indispensable para la creación de un
colegio profesional es que la profesión sea impartida y considerada dentro de una
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 104
Instituciones de Mercado
La participación reguladora por parte del Estado se refiere a la creación de agente que
cumple esta función en determinados sectores e importancia nacional. Esta forma de
intervención estatal se profundiza a partir de 1992, cuando el Estado peruano
atraviesa un proceso de privatización y de modernización institucional: se crean las
agencias reguladoras, ya sea para garantizar la libre participación y acceso de las
empresas al mercado o para tutelar los derechos de los ciudadanos en aspectos
técnicos. Así, se crean agencias como el organismo Supervisor de las
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 105
Desde los años noventa, existe una política dirigida a garantizar las inversiones de
aquellos que invertían en el Perú en diversas industrias, tanto a nacionales como
extranjeros. Así, se establecieron convenios de estabilidad jurídica, estrategias como
la promoción de las asociaciones público-privadas (APPs), que son son modalidades
de participación de la inversión privada en las que se incorpora experiencia,
conocimientos, equipos, tecnología, y se distribuyen riesgos y recursos,
preferentemente privados, con el objeto de crear, desarrollar, mejorar, operar o
mantener infraestructura pública o proveer servicios públicos relacionados a ésta. El
operador principal de estas APPs es la Agencia de Promoción de la Inversión –
PROINVERSION
Gestión Pública
Medios de comunicación
puntualmente regulados y muestra un marco legal sólido que permite el desarrollo del
sector.
En el Perú hay casi 100 periódicos, más de 800 estaciones de radio y siete canales de
televisión de señal abierta. Según las últimas estadísticas disponibles a marzo de
2011, el Perú tiene 9.2 millones de usuarios de Internet, que representan al 31.3% de
la población.
2. La reforma y el cambio
Entre 1990 y 1992, en medio de una de las mayores crisis económicas que atravesó el
Perú, la suspensión del Congreso y del Poder Judicial, así como un proceso de
concentración del poder en el Ejecutivo, se produjo un proceso de reforma cuyo
objetivo era redefinir el papel del Estado, del aparato administrativo, flexibilizar el
empleo público y modernizar áreas clave para las políticas económicas del país. Este
período trajo efectos sobre el empleo público como la reducción de personal mediante
evaluaciones y retiros voluntarios, el cierre del ingreso a la carrera administrativa, la
adopción del régimen laboral privado con el objetivo de flexibilizar y atraer personal
calificado, así como el origen del uso indiscriminado de los servicios no personales
(SNP), para los que no adoptaron el régimen laboral privado. En materia de
instituciones, en esta primera etapa se trabajó en la reforma de los servicios
tributarios, de las agencias de regulación financiera, así como se iniciaron los procesos
de privatización de empresas públicas y el Estado creó agencias de regulación de
mercados.
Con la asunción del poder por parte del Gobierno de Transición, el Estado peruano
entra en un proceso de democratización. Tras la recuperación de la autonomía del
Poder Judicial, la reapertura del Tribunal Constitucional así como el reordenamiento
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 107
Trinidad y Tobago
1ST DRAFT
ABSTRACT
Ann Marie Bissessar ( Professor, Public Management)
Head, Department of Behavioural Sciences,
The University of the West Indies
St Augustine, Trinidad
Annmarie.bissessar@sta.uwi.edu
1-868-696-2286
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 109
Like many or most of the Commonwealth territories, Trinidad and Tobago has had a
chequered history of moving from one colonial power to the other. The territories
were first conquered by the Spanish and finally became colonies of Great Britain. It is
to be expected, therefore, that when the countries acquired independence in 1962, the
political system which was introduced was modelled along the lines of the
Westminster model that was employed in Great Britain. There was some measure of
modification, namely the application of a written constitution, and the political system
was referred to as the Westminster Whitehall Model of Government. Similarly, the
systems, procedures and structures that were established in the public sector of this
country was reflective of systems, procedures and structures that were established in
Great Britain.
This chapter will accordingly focus on the public sector structures and systems in
Trinidad and Tobago and the various attempts to reform this sector overtime. It will
be found, though, that to a large extent, it has been extremely difficult to reform the
public sector. A number of explanations can be accordingly advanced to suggest why
there was limited success. One reason, that has been forwarded by writers such as
Mills and Jones (1989) was that colonialism perpetuated a culture of dependency.
Others argued that in plural societies such as the twin-island Republic state, that
appointment of personnel to this sector was based primarily on patronage. However,
it can be argued that while patronage and race were certainly major determinants, it
can be argued that in small societies the lack of political leadership and clear
direction at the various levels has resulted in limited direction, follow up actions,
feedback mechanisms and the reluctance to move on or introduce new methods and
systems.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 110
INTRODUCTION
Trinidad and Tobago is merely 1,981 square miles ( 5,131 sq km) with a population of
1,228,691 persons. It is situated in the Caribbean Sea off the northeast coast of
Venezuela. Trinidad, is the larger of the twin-island republic with a square acreage of
1,864 square (4,828 sq km) while Tobago is a mere 116 square miles (300square km).
The island of Trinidad was found by Christopher Columbus in 1498. Its original
inhabitants were Arawaks and Carib Indians. Columbus claimed the island in the
name of Spain and it remained in Spanish possession until it was ceded to Britain in
1802. Tobago, on the other hand changed hands from Britain to France several times
but it became a British colony in 1814. As part of the British dependencies, these
countries were subjected to a Crown Colony system of administration. This
administration, though had limited objectives namely the maintenance of law and
order and the provision of justice for the citizens. The attendant administrative
systems were correspondingly simple. Because Britain, or Great Britain as it was
referred to at the time, had over fifty territories, it meant that the rules and
regulations governing all fifty territories followed similar guidelines. One writer, for
instance, observed that the services of the colonies were not independent but were an
aggregate group of dependencies with varying constitutional status, wide variations in
culture, geography and racial groups linked together by a common dependence on the
British crown. It was to be expected, then, that little or no attempt was made to relate
systems of management to the socio cultural environment of the various societies.
What was also necessary at this period too, was that in order to maintain control over
her several dependencies at one time, the method of administration was largely
centralized. Authority for the administration of the services was vested in the
Secretary of State who operated from London. Within the individual colonies, the
Head of both the executive as well as the legislative councils was the Governor. To
assist the Governor with the execution of administrative matters, a coordinating
agency referred to as the Secretariat was established. The duties of the Secretariat
was exceedingly broad: it served as a channel of communication between the
governor and the departments, assisted the governor in the conduct of his
correspondence with the Secretary of State and prepared the annual budget of the
colony. One of the principal responsibilities of this establishment was to manage all
aspects of personnel administration. Because of the highly centralized nature of this
type of administration, few external agencies were established. Instead, within the
Secretariat a number of units were defined according to function, including financial
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 111
By 1925, however, there were a number of changes in the relationship of Great Britain
and the colonies. In many of the West Indian colonies self-government was instituted
in 1925 and from 1958 to 1962 an attempt was made to form a Federation which
failed in 1962 at which time Trinidad and Tobago was granted independent status.
A. Government Institutions
Self government and later Independence brought dramatic changes to the political,
social and administrative sectors of the country. Like many of the newly independent
states, the emphasis was on economic development and on the provision of basic
infrastructure and the establishment of utilities. Consequently there was an expansion
in the number of ministries and departments to meet the requirement of the new
state. In the case of Trinidad and Tobago, for example, there was an expansion in the
number of Ministries from ten in 1958 to eighteen by 1973. Statutory authorities (
quasi-governmental agencies) were also established and assigned responsibility for
the provision of water, electricity, and public transport.
the control of another agency called the Office of the Chief Personnel Officer. This
office had responsibility for industrial relations matters and also for the establishment
of regulations and terms and regulations governing civil service employment.
• There was a lack of coordination between the various agencies involved with
management policies resulting in slow rates of response and decision-making;
But more was involved in the change from colonial administration to independent
government. After the attaining of independence, specialist officers were introduced
in departments. These officers were responsible for specialist tasks. In terms of the
reporting relationships, each Ministry ( Departments were converted into Ministries
in 1956) was now under the authority of a Minister of Government. Reporting to the
Minister was a Permanent Secretary whose responsibilities were primarily
administrative and then, in addition, advice of a specialized nature was available from
a Chief Technical Officer. The Offices within the Ministry were arranged in hierarchical
order, with the largest number of workers being condensed at the lower level. While
Weber (1946) had suggested that this system offered the governing the possibility of
appealing the decision of the lower office to its higher authority, this arrangement had
a number of negative impacts. It gave rise to inordinate delays, red tape and
duplication of work. This was a consequence of the structural arrangement by which
staff were denied the opportunity of getting involved in decision-making, which in
turn, led to a greater dependence on rules, regulations, known procedures and the
passing of matters to senior officers for determination.
Perhaps one of the more critical changes to have occurred as a result of the structural
re-organization of public bureaucracies during the 1960s occurred in the area of
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 113
authority relationships which has already been alluded to. The colonial secretary had
previously been vested with responsibility for the management of staff and
departments. However, during the post independence era, a triumvirate had emerged,
consisting of the minister, the permanent secretary and the chief technical officer.
Because of these new arrangements a number of conflicts arose. Burgess and Gunn
(1966) reported that in the case of Guyana, a major contributor to the
misunderstanding between the ministers and the permanent secretaries was the
ministers’ understandable desire to get things done and their resentment of what
appeared to be more consuming red tape. The conflict between ministers and
permanent secretaries were exacerbated by more than impatience with rules and
procedures. Part of the problem was the fear of political reprisals that has first
appeared in the 1950s and was re-emerging under the independent government.
While Burgess and Gunn ( 1966) in the case of Guyana had suggested that the conflicts
in the relationships had to do because the ministers needed to initiate and implement
policy decisions speedily, it was believed that this explanation only partially
accounted for the conflicts. Instead, it seemed that there were increasing demands on
the administration by politicians who were eager to maintain the support of their
constituencies. St Hill ( 1970) a senior civil servant at that time observed that these
conflicts manifested themselves in several ways. These included:
• Ministers ignored the advice of senior civil servants and frequently did not
consult with them;
• Civil servants, in turn, complained that they were being assigned duties by
ministers in which there was a high clerical component.
2. Public Personnel
One important change that had taken place by the late 1960s and the early 1970s had
to do with the racial and class composition of the public service. With the departure of
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 114
the exp-atriates, the service remained exclusively in the hands of local civil servants.
In Trinidad and Tobago as well as in neighbouring Guyana, the plural nature of the
society led to a situation in which the service became the enclave of one dominant
group. It was observed that for a long time, the East Indian population rejected
employment in the civil service for traditional employment in agriculture and
business leaving the civil service employment to urban Africans. But over time as
resources of the state dwindled, more East Indians began to qualify academically for
access into what has become an enclave for the African working population. There is
no doubt that this dominance of a single group would have serious implications for
the public sector. Trinidadian political scientist, John La Guerre, noted that the
polarization of the two races in the public services would have serious implications,
not only for the way the resources of the state were allocated but also for the new
management system proposed by government. He wrote:
Today the rapid expansion in educational opportunities, the nature of the state,
technology, the economy and the size of the ethnic groupings in Trinidadian society in
a context of recession, retrenchment in the public service and rising employment have
converged to produce an exacerbation of ethnic conflict.
However, it was found that few measures were introduced to allow for representation
of the various groups within this sector. It should be recalled though, that like her
Caribbean counterparts the most dramatic changes during the independence period
did not take place in the public sector. Rather many of the changes took place in the
social sector, which it was claimed, had been neglected under colonialism. During the
early 1960s, and 1970s, 19,000 and 7,900 additional primary and secondary schools
respectively were established. Hospital accommodation increased from 1984 to 2502
beds and water production increased from a supply of 22 million gallons of potable
water to a supply of 41 million gallons per day.
With the increase in staffing to 12,000 and more employees in the public sector, there
was an emphasis on greater streamlining of functions and tasks by the major human
resource agencies. The Public Service Commission was responsible for all matters
pertaining to recruitment, selection, promotion, transfer and discipline. The
Organisation and Management Division which had also been established had
responsibility for developing and implementing systems and procedures within the
various Ministries and agencies. The functions of the Personnel Department came to
include the areas of job classification and accompanying compensation packages,
conditions of employment, including issues of leave, and negotiations with the
respective trade unions as they related to these concerns. The Department also
assumed responsibility for the development and implementation of appropriate in-
service training programmes for public officers. In addition, two items of revised
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 115
legislation, the Civil Service Regulations and the Civil Service Act was introduced.
These were followed in subsequent years by appropriate legislation governing other
services such as the Teaching Service, the Police and the Fire Services as well as the
Statutory Authorities which were quasi governmental agencies and were supposed to
be self-financing.While certain management systems changed in keeping with the
enhanced role of government, other systems were retained with minimal changes.
The system of recruitment, for instance, differed very little from that employed during
the late fifties. Recruitment was based on two major requirements: qualifications and
success at written examinations. The qualifications required for entry to the clerical
stream were passes in five subjects at Ordinary level, while the examinations were
conducted in two subject areas, Caribbean Affairs and Mathematics. This was followed
in most instances by a job interview. The panel of interviewers a senior member of the
Service Commissions Department, and an officer attached to the Personnel
Department. If a candidate was successful in this interview, he/she would be placed in
an appropriate Ministry where he/she would be required to serve a probationary
period of employment.
Unlike the recruitment procedure, in which little or change was made during the
period 1962- 1980s, the system of staff reporting underwent fundamental changes.
Under the Civil Service Regulations of 1966, the old confidential system of staff
reporting was replaced by a new system. The new system differed in two respects
from the former confidential system: first the new staff report required that the officer
be made aware of the final evaluation of his performance; secondly, it was one of the
mechanisms on which promotions would be based in the future.
3. Politics of Bureaucracy
By the latter half of the 1970s it was more than obvious that admidst all the
Administrative Committees that were established to recommend changes in the
method of administration in the Public Sector of Trinidad and Tobago, little reform
had actually taken place ( The Lee Report (1959); The Lewis Report ( 1964); A
Working Group on Streamlining the Public Services ( 1970); The Report of the Futures
Seminar (1973); The Administrative Report (1975). It was, however, obvious that the
concern of the state during this period was not on the development of its human
resources but rather with the development of new economic strategies.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 116
During the period 1973- 1982, with the increase in the prices in oil, Trinidad and
Tobago’s major revenue earner, the state accelerated the implementation of new
public sector programmes. Public expenditure increased from $586 million in 1973 to
over $9.4 billion Trinidad and Tobago dollars in 1982. There was a corresponding
expansion in the size of the public service from 37,062 positions in 1973 to 64,337
positions in 1978 and an increase in salaries from TT$232 million to TT$1690 million.
As numerous Commissions testified, the society of Trinidad and Tobago was strongly
divided along racial lines. To a large extent, therefore, while the West Minster
Whitehall model emphasized cooperation, consultation and compromise as essential
ingredients in the governance of a country, this was extremely difficult to achieve
when the groups within the country were so racially and ideologically opposed.
Consensus over mores and practices were hard to achieve. Moreover, as far as
governance was concerned, because the political parties which emerged were largely
reflective of the racial cleavages in the society, it was to be expected that any party
that attained political power would channel state resources to their supporters. Thus
particularly during the 1960s to the 1980s it was found that the public services, the
armed forces, the police force and the top positions on boards and state enterprises
were largely dominated by the supporters of the ruling party, The People’s National
Movement that was in fact predominantly African-based. Further, there was a racial
division of labour which saw the whites in control of the economy, the African
descended elites based in the public sector and the East Indians largely located in the
agricultural sector or in professions such as law or medicine.
While it was true, also, that there were allegations of political patronage, particularly
with respect to short-term, daily-rated, casual employment and placements to state
agencies and boards, these ‘irregularities’ did not receive the attention that they may
have occasioned in the more developed countries. The problem, then, was not that
corruption or sleaze did not occur during the period 196-1980s but rather it became a
particular form of political pathology that was largely ignored because of a number of
existing factors. These factors included:
• The lack of clear mechanisms to ensure that there was accountability so far as
the appropriation of public funds was concerned;
Of course, Trinidad and Tobago also had many elements of what Myrdal ( 1969) had
described as a ‘weak’ state. According to Myrdal a weak state included features such
as over-centralized government and a rigid bureaucracy which did not have the ability
to adjust to changing environments. Gould (1985) also outlined two critical factors
which appeared to be relevant in the case of Trinidad and Tobago. The first factor, he
claimed, was the persistence of colonial-style administrative structures which were
oriented towards law and order rather than consultation and participation. The
second was that many public servants aligned themselves to the governing party. This
latter factor was particularly true in the case of Trinidad and Tobago.
By 1986, however, it was clear that the governing party was in disarray and unable to
deliver on its election promises. When the elections were held that year, for the first
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 118
time in three decades a newly formed coalition party won 33 out of the 36 seats in the
House of Representatives. It was however a phyrric victory since soon as the new
government, the National Alliance for Reconstruction ( NAR) assumed office, it
announced to the population that the ‘treasury was empty.” The decline of the
economy was due to a number of factors which emerged during a post-mortem by the
new government. These factors included among others:
• Misuse of resources
• Corruption
• Poor judgement
By 1986, then, like many other countries including the United Kingdom, Mexico,
Argentina, and New Zealand, the economy of this small island state was in disrepair
and it was found that conventional remedies such as increased fiscal stimulus and
more governmental intervention had not worked. The Government of Trinidad and
Tobago was faced with high budget deficits, soaring interest rates and a plummeting
dollar. Given these circumstances, in 1988, the Government of Trinidad and Tobago
approached the International Monetary Fund for a loan.
This loan was accompanied by a number of conditions including a reduced role for the
state in the economy and greater reliance on market mechanism particularly in the
areas of exchange rate adjustments, trade liberalization and the use of subsidies. It
also became clear in the 1980s that rising government expenditure coupled with weak
economic performance had led to a fundamental questioning of the large public
bureaucracy in Trinidad and Tobago as well as in other parts of the world. A number
of propositions signalled the move away from what was formerly a traditional model
of public administration to what Hood ( 1991) referred to as New Public Management
( NPM). These propositions included:
• The belief that the private sector techniques were superior to those of the
public sector;
In the case of Trinidad and Tobago, however, it should be recalled that one of the
major reasons for introducing NPM was that it was tied to the loan agreements of the
International Monetary Fund and the World Bank.
By 1987, the adjustment process was intensified when the new government, The
National Alliance for Reconstruction ( NAR) began a comprehensive approach to
stabilization and a medium term structural change in the economy. The Structural
Adjustment Programme actually embarked upon by the government of Trinidad and
Tobago incorporated a comprehensive seven-year macro-economic plan ( 1989-1991)
which was to be revised annually to ensure the achievements of the following
objectives:
(b) The creation of the foundation for genuine diversification for the genuine
diversification of the economy as well as the attainment of much greater overall
flexibility and adaptability in the productive systems;
(c) The development of organizational structures and systems and the human
resource capability to sustain the developmental thrust;
(d) Putting in measures to ensure equity in the adjustment process and the
provision of some measure of protection for the most vulnerable segments of the
society.
It was obvious, then, that any effort to reform the public sector would be based on
economic considerations. Indeed, the Prime Minister in his Budget Speech (1988)
stressed that the government was required to contain expenditure in line with current
revenue and that, as a result, personnel expenditure had to be reduced and more
funds directed to goods and services. He therefore proposed that personnel
expenditure should be reduced to a level not exceeding 25% of the total recurrent
expenditure.
To achieve such a reduction a number of measures were proposed. One measure was
the introduction of a voluntary early retirement programme in the public service. The
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 120
scheme was one in which the employer, the government of Trinidad and Tobago
invited employees to withdraw prematurely from the labour force with the assurance
of immediate receipt of superannuation benefits. Thus, in lieu of compulsory
retirement at the age of sixty years, it was proposed that a public officer could retire at
any time after age fifty and be eligible for immediate payment of benefits. In addition,
any public officer who held a pensionable office and had served for at least 33 1/3
years would also qualify for full superannuation benefits.
A number of other measures were also proposed to improve the system of personnel
administration. These were:
(a) The launch on September 14, 1989 of a Manual of Terms and Conditions of
Employment in the Civil Service and Certain Statutory Authorities;
It was obvious that the newly elected government was adhering rigidly to the
stipulations outlined by a major actor, namely the international lending agency. But
the introduction of these policy measures, the reduction in salaries and VTEP had a
number of negative consequences. For instance, the reduction in emoluments was
regarded as a breach of the collective agreement reached with the Public Services
Association and other unions representing workers in the public sector. The
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 121
government argued that the alternatives would have been massive retrenchment,
devaluation of the Trinidad and Tobago currency or the introduction of a modified
work week; the trade unions were not convinced that these were the only viable
options. Consequently the matter was brought before the courts. The outcome was
that the government was ordered to restore to civil servants, at an interest rate of 4%
such emoluments as had been withdrawn from them. The government claimed that
the funds necessary for payment were unavailable so the impasse between the
employer and the public service unions and the public servants continued. Thereafter
the relations between the civil servants and the government became noticeably
strained.
Information outstanding.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 122
Capítulo Uruguay
VERSIÓN PRELIMINAR – NO CITAR SIN AUTORIZACIÓN
Conrado Ramos45.
Alejandro Milanesi46
45 Doctor en Ciencia Política por la J.W. Goethe Universität, Alemania. Docente e investigador del
Instituto de Ciencia Política, Universidad de la República, Uruguay. <cramos@fcs.edu.uy>
46 Magister en Políticas Públicas por Victoria University of Wellington, Nueva Zelanda. Investigador del
Al igual que el resto de los países latinoamericanos Uruguay tiene un régimen de gobierno
presidencialista. Al esquema clásico de tres poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial)
se agregan tres tribunales de rango constitucional, cuyos miembros son electos por
mayorías parlamentarias especiales, y que gozan de una gran autonomía en relación al
los restantes poderes. Esos “cuasi-poderes” tienen jurisdicción en materia electoral
(Corte Electoral), ejercen control de legalidad del manejo de los recursos financieros
(Tribunal de Cuentas) y de los actos administrativos del sector público (Tribunal de lo
Contencioso Administrativo).
Fuente: Elaboración propia en base a Constitución de la República 1967(2004), Chasquetti & Garcé,
2011.
el Parlamento. Como resultado, pese a que sólo dos de los seis presidentes electos
desde 1985 a 2009 obtuvieron mayoría en el Parlamento, los bloqueos fueron escasos
y en general los Ejecutivos pudieron llevar adelante con éxito su agenda legislativa
(Chasquetti y Garcé, 2011: 7).
48 Refiere a dos aspectos. Primero, si la carrera política y la burocrática están separadas o integradas.
Segundo, si el servicio civil fue designado (al menos en parte) debido a vínculos político-partidarios.
49 Durante la primera mitad del Siglo XX se construyeron sistemas de prestación de seguridad social,
educación y salud con tendencias claramente universalistas. No obstante esa vocación universalista, en
la práctica el sistema bienestarista siempre atendió primero y en forma más completa a los ciudadanos
que estaban insertos en la economía formal, con mayor capacidad de presión sobre el gobierno,
dejando en peor situación a grupos más vulnerables, insertos informalmente en la economía. Esa
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 127
tempranamente, no hacia los gobiernos locales, sino hacia entidades sectoriales con
jurisdicción nacional. Esto denota que la “agencificación”50 fue una característica
central de la construcción del moderno Estado uruguayo durante el Siglo XX, anterior
a la difusión masiva de las ideas del Nuevo Gerenciamiento Público. No obstante, no
puede descartarse la influencia de estas ideas en una ola más reciente de creación de
agencias dedicadas a implementar o regular políticas, constatable en las últimas dos
décadas.
50 Pollitt & Bouckaert (2004) advierten acerca de las dificultades de desarrollar una única definición de
agencia que sirva para todos los países y áreas de políticas. Sin embargo, los autores identifican una
serie de características comunes a estas formas organizativas: a) su rol y status está definido única o
principalmente mediante una ley; b) están funcionalmente separadas de los ministerios; c) gozan de
mayor autonomía que los ministerios centrales; d) están vinculadas a una organización de mayor
jerarquía que puede alterar su presupuesto o metas operacionales; e) la ley que las rige no las hace
absolutamente independientes del Ministro o Ministerio al que se vinculan; y f) no son entidades
comerciales.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 128
Vínculo con
Tipo Ejemplos
Ejecutivo Central
Gobiernos
19 jurisdicciones + “juntas” de 5 miembros en
Autónomos departamentales y
localidades de más de 2.000 habitantes (en desarrollo)
locales
Fuente: Elaboración propia en base a Gill, 2002; Constitución de la República, 1967 y AGESIC, 2011.
llevaran adelante tareas de interés público. Como señala Cagnoni (1992: 29), «el
Estado recibió el aporte de sectores gremiales de la sociedad para el cumplimiento de
fines que interesaban a estos sectores, pero que al mismo tiempo no eran contrarios al
interés general» (Cagnoni, 1992, p. 29). Se trataba entonces de un movimiento
centrípeto, es decir, de la sociedad hacia el Estado.
En cambio, en las últimas dos décadas muchas de las nuevas entidades de este
tipo se crearon para transferir a organizaciones más autónomas, (usualmente con
representación de la sociedad civil) tareas que anteriormente desarrollaban los
Ministerios. Es decir, se trata en esos casos de un movimiento centrífugo, del Estado a
la sociedad (Cagnoni, 1992). El mismo puede explicarse en buena medida como un
intento por permitir que algunas organizaciones públicas escapen a las pesadas
regulaciones sobre gestión de recursos humanos y materiales que rigen para los
organismos del Ejecutivo Central (Ramos, 2009). En algunos casos también están
motivadas por la necesidad de mantener a ciertas agencias (particularmente algunas
de las más nuevas relacionadas con welfare economics e investigación) al margen de
los vaivenes de la política partidaria.
51
En el Uruguay, el Estado empresario y de bienestar, y su correspondiente aparato administrativo, sentó sus bases muy
tempranamente en las tres primeras décadas del siglo pasado (antecediendo a los propios Estados de bienestar
europeos, así como de los Estados cepalinos en América Latina) y se consolidó como tal en las tres décadas posteriores,
al expandir sus funciones de regulación de los mercados y ampliar sus coberturas sociales (Ramos, 2009)
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 130
sociales, de carácter residual en relación a los que provee el gobierno nacional. Esta
situación se explica en buena medida por las escasas potestades de recaudación de
impuestos de los gobiernos departamentales, que deriva en la escasez de fuentes de
ingreso propias y la consiguiente dependencia de las transferencias nacionales52.
Fuente: Elaboración propia. Referencias: (*1) Cálculo propio en base a número de vínculos laborales con
el Estado (no individuos trabajando) según ONSC, (2011: 19) y proyección población entre 14 y 65 años
inclusive de INE (2008). (*2) Empleo en gobierno general y corporaciones públicas como porcentaje de la
fuerza de trabajo en 2008, promedio para 32 miembros de OCDE según OECD (2011: 103).
Es decir, Uruguay está por debajo de la media de los países miembros de OCDE
y quedaría en el lugar 22 de una lista que ordenara esos países de mayor a menor
porción de su fuerza de trabajo empleada por el sector público.
52 A partir de 2010 se agregó un tercer escalón de gobierno en el nivel local (debajo de los gobiernos
departamentales). Sin embargo, es posible afirmar que los nuevos municipios no han adquirido aun
legitimidad pública suficiente ni sus capacidades han sido claramente definidas.
De todas formas, con fines analíticos los vínculos laborales con el Estado
pueden ordenarse en tres grandes categorías, según el nivel de protección otorgado a
los funcionarios ante intentos de despido y su inserción (o no) en sistemas de carrera
(Ver Cuadro II.2).
Cuadro II.2 Características de empleos del sector público uruguayo (años seleccionados)
Fuente: Elaboración propia en base a ONSC, 2011 y Ramos, 2009. Referencias: Cat. 1:
Funcionarios “Presupuestados”. Cat. 2: "Contratados permanentes". Cat. 3: Zafrales y eventuales,
otros funcionarios públicos + Becarios, Pasantes, Arrendamientos de Obra y Arrendamientos de
servicio. En el caso del Ejecutivo Central (Presidencia y Ministerios) se consideran las definiciones
legales vigentes hasta diciembre de 2010, algunas de las cuales fueron modificadas por la ley
18.719.
En cambio, la categoría 3 (12.5% del total en 2010) abarca una amplia variedad
de tipos de vínculos laborales, regidos o no por estatutos especiales, que incluyen
desde personal de confianza política de las autoridades, que cesan con ellos, hasta
becarios y trabajadores zafrales. Estos vínculos tienen en común el gozar de niveles de
seguridad laboral similares a los de los trabajadores privados y ser contratados para
determinadas posiciones, sin derecho a carrera administrativa.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 133
Como se adelantó más arriba, según las definiciones corrientes de Senior Civil
Service (Haligan, 1995), en Uruguay no es posible distinguir un grupo de funcionarios
que puedan entrar en esta categoría, ya que no hay un reconocimiento formal o
informal de su existencia. Debajo del comando del Ministro y Viceministro, la
conducción de las unidades con responsabilidad por la gestión y provisión de
servicios (Comisarías, Director General de Secretaría, Inspección General del Trabajo),
así como de elaboración y definición de políticas sustantivas (Direcciones Nacionales
Industria, Dirección Nacional de Vivienda, etc.), son ejercidas por cargos de confianza
política externos a la burocracia de carrera. Para este tipo de cargos no hay requisitos
explícitos de formación o especialidad definidos, quedando éstos a discreción del
Presidente y Ministro correspondiente.
En primer lugar vale señalar que ya desde fines del Siglo XX la burocracia
pública uruguaya ha tenido siempre una amplia base de reclutamiento en todos sus
niveles. Es decir que al contrario de lo sucedido en otros países latinoamericanos, no
se puede afirmar que exista o haya existido predominancia de las clases altas, o de
elites formadas en universidades de privilegio. Este hecho determina un
relativamente importante nivel de autonomía del aparato estatal respecto de los
sectores socio-económicos más altos (Evans, 1996). En otras palabras, estos grupos
no pueden insertar directamente sus demandas en la agenda estatal, sino que deben
conducirlas a través de los partidos políticos y la burocracia, ambos con fuerte
presencia de la clase media.
burocracia, y son más dependientes de la voluntad del gobierno para oír sus
propuestas y reclamos54. No obstante, a partir de los años 90’, con la inclusión de
nuevos temas en la agenda pública, como el género, los derechos humanos o el
medioambiente, algunos de esos grupos pasan a tener relevancia como actores
políticos. De esta forma, grupos organizados de la sociedad civil, potencialmente más
débiles han logrado permear la estructura pública ampliando los temas de atención
estatal más allá de las viejas lógicas corporativas.
Puede afirmarse que Uruguay la burocracia hace sentir su peso político en los
Ministerios prioritariamente a través de lo que Peters ha denominado “the availability
of not unworkable means” (Peters, 2010). Esto es, la capacidad que tiene la burocracia
para condicionar la visión de las autoridades políticas acerca de la factibilidad y
formas posibles de implementación de sus propias ideas y proyectos. Tal capacidad de
la burocracia descansa en su dominio de la rutina y técnicas administrativas,
configurando un caso particular del problema de la asimetría de información entre
principal y agente.
54
No obstante, la izquierda ha venido ensayando mesas de diálogo con la sociedad civil, en temas tales como la Reforma
de la Ley de Educación, Reforma de la Seguridad Social, Ley de Ordenamiento Territorial, Ley de Defensa Nacional. En el
caso de la Agenda Digital, existe un Consejo Consultivo que se convoca periódicamente. En el caso de la definición de
inversiones productivas con alto impacto sobre el Medio Ambiente, se realizan audiencias ciudadanas para escuchar a
los afectados y ofrecer información sobre el proyecto.
55
En el 2010, de los 68.000 niños y adolescentes atendidos por el INAU, un 87% fueron
atendidos por centros y proyectos en convenio con el INAU y apenas un 13% en servicios
oficiales (INAU, Memoria Anual 2010)
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 137
Los organismos que integran el presupuesto nacional también deben hacer una
rendición de cuentas y balance de ejecución presupuestal indicando el grado de
cumplimiento de los objetivos programados y el costo. La rendición de cuentas es
presentada anualmente por el Ejecutivo al Legislativo quien puede proponer
modificaciones globales. El contralor interno legal y financiero está a cargo de la
Auditoría Interna de la Nación. Este es un contralor de la gestión selectivo y posterior,
que abarca aspectos presupuestales, económicos, financieros, patrimoniales,
normativos y de gestión. El Tribunal de Cuentas, compuesto por siete miembros
nombrados por la Asamblea General, realiza el control externo de la gestión
económico-financiera del Estado y actúa con autonomía funcional. Dictamina e
informa en materia de presupuestos a solicitud del Parlamento, e interviene
preventivamente en los gastos y en los pagos a realizar por entidades estatales al solo
efecto de certificar la legalidad. Dictamina también sobre los estados y balances de
organismos y entidades no estatales que perciban fondos públicos o administren
bienes del Estado57.
56
El Tribunal se limita a confirmar o anular el acto, sin reformarlo. Las reparaciones deben ser promovidas ante el Poder
Judicial.
57
También realiza un control externo de eficiencia, para lo cual las contadurías y unidades ejecutoras deberán remitirle
copia de las informaciones que le dieron a la Oficina de Planeamiento y Presupuesto.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 140
58
Esto no significa que el legistlativo tenga toda la capacidad o información para ejercer un verdadero control de todos
los asuntos de la administración.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 141
Tipos de accountability
Interno Externo
Según los principios del NPM, esta sería una forma efectiva de generar una
cultura de responsabilidad en la administración pública, ya que no solo sería posible
identificar a los responsables de las organizaciones proveedoras del servicio sino que
sería posible también medir con claridad los resultados de su gestión. En el Uruguay,
con su estilo gradualista de reforma, si bien se han dado pasos en ese sentido, la
reforma de la Administración central no ha descentralizado a sus unidades ejecutoras
dándoles fuerte autonomía gerencial y estableciendo vínculos contractuales formales
con los responsables de estas, que impliquen un sistema de premios y castigos. Eso no
quiere decir empero, que no se haya avanzado en el reforzamiento de la accountability
gerencial. Por otra parte, como fue señalado anteriormente, al tiempo que muchos
organismos comienzan a funcionar como “agencias” con crecientes autonomías, se
generan problemas asociados a la accountability en tanto no se han logrado
desarrollar mecanismos efectivos de control y evaluación de su desempeño.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 142
Una nota particular merece también el análisis del los método sociales de
accountability. En el caso de Uruguay, no se ha desarrollado un sistema de consulta
ciudadana así como tampoco instancias de rendición de cuentas de tipo obligatorios.
Tomando como base los aspectos de la accountability democrática realizada por Bar
Cendón (2000) es posible notar que, en términos de mecanismos, Uruguay ha
comenzado a avanzar en su desarrollo aunque no necesariamente vinculados a
consecuencias o adopción de actos administrativos.
Democratic accountability
Principios básicos operacionales Actuar en relación con las necesidades e intereses de grupos socials o la sociedad en
su conjunto
59
Ley Nº 18. 381. Aunque fue aprobada en 2008, el Poder Ejecutivo reglamentó la ley en 2010.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 143
V. Reforma y cambio
60
Los más significativos son el Informe Hall (publicado en 1954); el de la Comisión de Inversiones y Desarrollo
Económico (CIDE) (publicado en 1965); y el Informe Oszlak, (publicado en 1972).
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 144
Parlamento en la vida política del país. El hito más significativo que afectó a la
administración pública fue la restitución de 11000 funcionarios públicos que habían
sido destituidos por razones políticas durante el gobierno de facto, así como la
reinstalación de la Oficina Nacional de Servicio Civil. El primer periodo significativo de
reformas de Estado transcurrió entre 1990 y 1995, bajo el gobierno de Lacalle
(Partido Nacional).
61
La reforma comenzó formalmente en 1996 a través de la aprobación de la Ley de
Presupuesto que creó el CEPRE (Comité Ejecutivo Para la Reforma del Estado) como una
nueva oficina a cargo de conducir los cambios.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 145
Mucho se ha dicho acerca de los resultados de esta reforma tanto desde una
perspectiva política como administrativa. Las reformas tuvieron un éxito relativo en
ayudar a racionalizar la estructura institucional y organizacional del Estado a través
de la reducción de la cantidad de agencias y departamentos, muchos de ellos
cumpliendo tareas similares. Asimismo, se comenzó con el desarrollo de sistemas de
información de soporte a la gestión. Como fue dicho, las reformas también fueron
exitosas en reducir el gasto público y el número de funcionarios. Sin embargo, muchas
de las reducciones de personal no fueron hechas siguiendo criterios técnicos o un
análisis de requerimiento de capacidades públicas. Esta situación agravó aún más las
capacidades estatales dado que muchos funcionarios esenciales abandonaron el
sector público con la consiguiente desmoralización del servicio civil.
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Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 151
Manuel Villoria
Para poder generar conocimiento experto formal (Barzelay, en prensa) en este campo
de la gestión pública es necesario distinguirlo del conocimiento ordinario de legos,
que no es propio de expertos; y del conocimiento tácito o no formalizado de los
expertos, que no es formal. Ambos pueden ser importantes y útiles, pero no es el que
nosotros consideramos propio de un texto como el que tenemos entre manos.
Según Van Aken’s (2004), este conocimiento debe ser conectado a problemas
específicos, testado en el terreno, heurístico y generador de reglas tecnológicas. El
concepto de conocimiento tecnológico, tomado del filósofo Mario Bunge (1966), es el
que tiene como objetivo establecer normas estables de conducta humana exitosa.
Dicho de otra forma más llana, para nosotros sería obtener conocimiento útil ante
retos tipificados de gestión.
La base cuantitativa de los indicadores del Banco Mundial y, en parte, del IDH nos
permitirá definir el estado de la cuestión en AL y, con ello, dar respuesta a la primera
pregunta. Para reforzar la información sobre corrupción también se utilizarán tanto el
Índice de Percepción de Corrupción como el Barómetro Global de Corrupción de
Transparency International.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 154
FINES
•Patrimonia-
lismo
•Formalismo •Buena
•Instrumentos Secuencia-
Legados burocrático Instituciones formulación
•Procesos ción
negativos •Corrupción estatales de políticas
•Estructuras adecuada públicas
•Fragilidad
•Centralización •Correcta
•etc. implantación.
En todo caso, para conseguir implantar estas propuestas, superando los legados
negativos, es importante considerar las lecciones que la experiencia nos enseña. Así, la
OCDE (2005) insiste en la necesidad de partir de diagnósticos sistémicos como únicos
capaces de relevar no sólo los déficits sino las reformas posibles y necesarias en cada
momento. El diagnóstico sistémico nos obliga a considerar de forma integral no sólo el
contexto, sino el momento, la historia, la cultura, las fuerzas y actores operantes en el
sistema, pues son estos los elementos que nos permiten descubrir las regulaciones y
equilibrios profundos establecidos muchas veces a nivel informal y, sobre todo, las
prioridades y las reformas viables y factibles en cada momento. En suma, es necesario
distinguir las capacidades institucionales de las racionalidades instrumentales.
Construir capacidades institucionales supone reforma institucional o cambios en las
reglas de juego y de los equilibrios en el mapa de actores (Prats …[et al], 2008).
Resumiendo los criterios básicos para una adecuada implantación de las reformas
administrativas podemos afirmar lo siguiente (OCDE, 2005, Olsen y Peters, 1996 ):
determinadas. Las reformas tienen que calibrarse a los riesgos y dinámicas del
propio sistema administrativo.
Las reformas administrativas son, ante todo, el contenido de una política pública,
la política de reforma y modernización administrativa, además de ser un elemento
transversal de muchas políticas sectoriales. Cuando el reformador no puede
controlar todos los elementos del sistema, cuando los actores que interactúan en el
sistema disponen de márgenes significativos de autonomía, entonces la reforma
nunca puede darse por Decreto, debe responder a una estrategia. La reforma se
hace entonces necesariamente política.
En suma, para el éxito de una política de reforma deben darse las siguientes
condiciones:
--generar y sostener las condiciones para que puedan florecer “pequeñas mejoras”,
muchas de ellas imprevistas o imprevisibles.
Un elemento clave del buen gobierno tiene que ver con la ética del servicio público y
con la “accountability” (Wilson, 2008). La ausencia de integridad aboca
ineludiblemente a la corrupción. El perjuicio económico generado por la corrupción
sólo en Brasil entre los años de 2001 y 2008 llegó a un valor de casi US$ 2 mil
millones. El número, divulgado por la Controladuría General de la Unión (CGU), tiene
como base aproximadamente 12 mil procesos que fueron abiertos por la
Controladuría para investigar irregularidades en los gastos del dinero público. Las
investigaciones recaen sobre la falta de prestación de cuentas, irregularidades en la
aplicación de los recursos y el incumplimiento de los compromisos asumidos.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 158
Tener servidores públicos íntegros debe ser uno de los objetivos esenciales de toda
política pública de reforma del Estado. Ello exige una clarificación de lo que está bien y
lo que está mal en el servicio público. La clarificación de los principios y valores de la
ética profesional es esencial para el buen gobierno. También es clave disponer de
sistemas de selección de personal y gestión de los recursos humanos que promueva la
entrada y desarrollo de las personas honestas y un bloqueo a la entrada y carrera de
personas deshonestas. Por ejemplo, dados los problemas de seguridad pública
existentes, este objetivo es cuestión vital en la selección y carrera para ingreso en los
cuerpos de seguridad nacional. En todo caso, sería muy optimista creer que se puede
asegurar un servicio público íntegro simplemente clarificando principios y valores y
seleccionando y desarrollando personal honesto. Se precisa mucho más. La ética en la
Administración pública es un tema transversal que es afectado directa o
indirectamente por todo el conjunto de reglas formales e informales con las que
funciona el Gobierno. Los incentivos que generen estas reglas determinarán en gran
medida la conducta con la que actuarán los servidores públicos en el desempeño de
sus cargos, trabajos o comisiones, por ello, las normas, procesos y estructuras de las
administraciones públicas tienen en efecto la posibilidad de constreñir las conductas
ineficientes, arbitrarias, corruptas e ilegales e incentivar la eficiencia, imparcialidad e
integridad, pero lo hacen en conjunto, no aisladamente.
Por esta razón, para favorecer esa integridad en la actuación de los servidores
públicos, existen todo un conjunto de instrumentos, procesos y estructuras que
integrados holísticamente constituyen marcos de incentivos y constricciones muy
útiles y necesarios para favorecer la integridad. Desde una perspectiva operativa, un
gobierno íntegro es el que asume e implanta los instrumentos, procesos y órganos
necesarios para prevenir la corrupción y fomentar un servicio público coherente con
los principios y valores que fundamentan su ética profesional en un régimen
democrático. Desde esta perspectiva, podríamos considerar principios esenciales del
buen gobierno: 1. El respeto y promoción de los derechos humanos en el marco
constitucional correspondiente. 2. El servicio al interés general. 3. El respeto al Estado
de Derecho y la imparcialidad en la aplicación de las normas y el ejercicio de su
actividad. 4. La búsqueda de la eficacia, eficiencia y el uso correcto de los bienes
públicos. 5. La apertura a la participación ciudadana, unida a la responsabilidad
profesional y la humanización de la Administración, o la preocupación por los
problemas de la ciudadanía, evitando la distancia y la indiferencia burocrática. 6. La
transparencia en la actuación pública. 7. La plena disposición a la rendición de
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 159
Por otra parte, la corrupción pública (no hablaremos aquí de la corrupción en el sector
privado, que también existe y en volúmenes importantes) sería la expresión más
grave de las fallas o deficiencias éticas en el ejercicio de la acción de gobernar y servir
los intereses generales. Resumidamente, podemos considerarla como un abuso de
posición, con un beneficio directo o indirecto para el corrupto o los grupos de que
forma parte éste, con incumplimiento de normas jurídicas o de las normas éticas que
una comunidad asume como válidas, y donde el actor corrupto siempre pone por
delante el interés privado sobre el interés general (Villoria, 2007). Con este concepto
se puede afirmar que existe la posibilidad de corrupción sancionable por el derecho
penal, corrupción sancionable desde el derecho administrativo y corrupción que no es
sancionable desde el derecho pero que es contraria a la ética del servicio público
(Kurer, 2005). Un ejemplo de la primera sería un soborno, donde hay abuso de
posición y beneficio privado, independientemente de que el dinero vaya al sobornado
o al partido. Un ejemplo de la segunda sería un incumplimiento de la normativa de
incompatibilidades y conflictos de interés por un ex alto cargo que, a los dos meses de
cesar en su cargo, pasa a trabajar con una empresa a la que adjudicó contratos
durante su mandato. Y un ejemplo de la tercera, sería la elaboración de una ley, por un
parlamento, gracias a la mayoría de un grupo parlamentario, en la que se conceden
privilegios a algún lobby o sector económico como contrapartida al apoyo económico
que este grupo da al partido en el Gobierno para su financiación ordinaria o electoral:
es lo que se llama captura de políticas. En relación a este último problema de la
captura de políticas y decisiones por los grupos de poder, el PNUD/OEA nos dice: “La
insuficiente capacidad estatal para formular políticas públicas y la falta de poder
político para la aplicación de políticas redistributivas representan algunos de los
mayores obstáculos para la expansión de la ciudadanía social y la reducción de
brechas de bienestar. La dependencia de los poderes fácticos genera ruptura entre el
Estado y el resto de la sociedad” (2010, p. 144).
2.2. ¿Cuáles son las normas, procesos y estructuras adecuadas en este ámbito
del estudio?
63 Algunas de sus funciones básicas serían: investigación en diversas líneas de acción en Ética Pública y
Buen Gobierno, elaboración y publicación de materiales relativos a la temática, fomento de valores
éticos en aspirantes a cargos de elección o representantes públicos, fomento de valores éticos en
funcionarios y aspirantes al funcionariado, supervisión, control y evaluación de la conducta de los
servidores públicos.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 161
Códigos éticos
Evaluar
Evaluaciones sistemáticas de
riesgos de corrupción
Implementación de controles
internos y externos para
inhibir el riesgo de la
corrupción y el fraude y
fomento de la minuciosa
rendición de cuentas.
Junto a ello, la lucha contra la corrupción penalmente perseguible exige unas normas
penales actualizadas, leyes de control sobre el financiamiento a partidos políticos,
leyes para combatir el lavado de dinero, un proceso penal ágil, un ministerio público
especializado, unidades de asuntos internos eficaces, una policía especializada en los
delitos económicos y financieros y un poder judicial independiente e imparcial.
o No discriminación (83%)
Por otra parte, siguiendo la estela de Colombia, que ya en 1888 estableció una norma
de acceso a la información (segundo país del mundo tras la norma sueca de 1766),
diversos países como México, Perú, Panamá (en 2002) o República Dominicana y
Ecuador (2004) elaboraron leyes de acceso a la información pública. Hoy, la expansión
de estas normas por América Latina es imparable. Muy interesante ha sido como
modelo la norma mexicana, la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información
Pública Gubernamental, con la creación de un órgano que tiene un notable grado de
independencia y eficacia en el control del cumplimiento de la norma, el Instituto
Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI). En este caso, la norma ha ido unida
a procesos –como el premio anual a la transparencia- y estructuras –el IFAI-.
65 Uno de los resultados de este foro fue la creación de la Red de Instituciones de Combate a la
Corrupción y Rescate de la Ética Pública (RICOREP) que coordina el CLAD.
66 Basado en las conclusiones de la XII Conferencia Internacional Anticorrupción, Guatemala, 15-
noviembre de 2006.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 165
Los pilares de un buen sistema nacional de integridad son (Pope, 2000): la voluntad
política en el ejecutivo de prevenir y combatir la corrupción; un sector público
competente, objetivo e imparcial, con adecuados sistemas de contratación y
distribución de subvenciones; la existencia de un Parlamento activo en la promoción
de buena gobernanza y en el combate a la corrupción; un eficaz sistema de auditoría y
control contable y financiero; partidos políticos comprometidos con la lucha
anticorrupción y que se financian limpiamente; un poder judicial independiente e
imparcial, además de competente en la lucha anticorrupción; una defensoría del
pueblo y/o varios sistemas de defensa del ciudadano frente a abusos y mal
funcionamiento del servicio público; un organismo central en la detección e
investigación de la corrupción, así como en la promoción de medidas de prevención de
la misma; unos medios de comunicación que se toman en serio la corrupción y la
combaten con la investigación y la denuncia; una sociedad civil bien informada e
implicada en la lucha contra los abusos de los poderes públicos y privados; y un sector
empresarial honesto y responsable.
claramente represiva, pero trabaja poco con la fase preventiva; en otras ocasiones, se
lanzan múltiples códigos éticos y otras medidas preventivas en entornos de
corrupción sistémica e impunidad insultante. Finalmente, la secuenciación es, en
ocasiones, claramente errónea, por ejemplo, cuando se crean órganos sin
competencias o normas sin órgano de control y aplicación, o estructuras sin procesos.
En todo caso, existen países que están teniendo éxito en su estrategia anticorrupción y
en la construcción de integridad en el servicio público, como son los casos de Chile o
Uruguay, sobre los cuales conviene echar una mirada para analizar sus marcos de
integridad nacionales y tratar de incorporar, adaptando al contexto, lo que de mejor
ofrecen.
En todo caso, lo más importante para explicarse tanto el fallo de diseño como el de
implantación es la existencia de una trampa social y de una trampa política. La trampa
social se manifiesta en la propia incoherencia de la sociedad cuando, por una parte
reclama honestidad en el Gobierno, pero actúa en la práctica incentivando la
corrupción, bien pagando sobornos, bien incumpliendo las normas, bien demandando
privilegios en el marco de redes clientelares, etc…La razón última tiene que ver con
que, en aquellos sistemas políticos en los que las políticas gubernamentales son
ineficientes, parciales (persiguen el beneficio de grupos sociales particulares) y
corruptas, se imposibilita el desarrollo de un sentido de solidaridad social y se
estimula la confianza particularizada en diferentes grupos sociales por encima de la
confianza generalizada en toda la sociedad. Cuando ocurre esto, cuando la confianza
que prevalece es la que se deposita en la propia familia, clan, etnia o partido político,
la política en esa sociedad se convierte en “un juego de suma-cero entre grupos en
conflicto” (Rothstein y Uslaner, 2005: 45-46). Estas sociedades se enfrentan a una
“trampa social” que no les permite construir el consenso social necesario para adoptar
las políticas públicas que generarían crecientemente una solidaridad social y una
confianza generalizada (más allá de los grupos particulares de pertenencia).
Por otra parte, la trampa política surge del fuerte efecto de dependencia de senda o
inercia (path dependency) que tiene la consolidación de las redes de patronazgo o
clientelismo. Aún siendo claro que la desaparición de las redes de patronazgo depende
de la instauración de sólidos y efectivos constreñimientos al poder de los ejecutivos,
este es un paso muy difícil de dar. Como dice Wolfgang Müller (2007), un partido
político que deseara pasar de una distribución altamente particularizada de servicios
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 167
públicos a una asignación imparcial, tendría dos difíciles retos ante sí. Primero,
tendría que enfrentarse a la oposición de su propia clientela al frustrar las
expectativas que ésta habría desarrollado de disfrutar del botín del poder. En segundo
lugar, este partido tendría un gran problema de credibilidad para convencer al resto
de votantes de que iba en serio y vencer el escepticismo de éstos tras una larga
tradición de clientelismo. Ambos obstáculos son realmente complicados de sortear y
hacen extremadamente difícil la ruptura de las inercias clientelares y, con ello, la
reducción de la corrupción.
No olvidemos que Chile y Uruguay están entre los 25 países menos corruptos del
mundo. Veamos qué tienen desde una perspectiva de marco de integridad nacional e
intentemos fomentar una infraestructura institucional adaptada a cada contexto, pero
semejante. En concreto, también creemos prioritaria la implementación del Código
Iberoamericano de Buen Gobierno en cada país firmante. Y, cómo no, el progreso en la
construcción de marcos de integridad como el descrito en líneas anteriores, con
instrumentos, procesos y estructuras que se apoyen mutuamente. A pesar de sus
límites, la incorporación de marcos de integridad en cada organización supondrá un
avance importante hasta tanto se vaya cerrando el círculo de integridad nacional.
Los países con mayor desarrollo burocrático podrán optar por una implantación
integral, los de menor desarrollo quizá puedan acometer el proceso gradualmente,
pero en ambos casos deberían contar con un programa sistémico acordado y
compartido. Un momento clave será el de la constitución de los órganos encargados
de gestionar la implantación y el control, dada la dificultad para garantizar la
independencia de estas estructuras; en todo caso, nos remitimos a las reflexiones de
futuro sobre el servicio civil de carrera (siguiente sección) para la definición de las
guías de acción.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 168
El Colegio de México
Primer Borrador
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 170
Introducción
Este texto tiene dos objetivos: uno, presentar una visión general de la evolución y
estado actual de la gestión de personal público (GPP) en América Latina y, dos, evaluar
dicha evolución con base en un tipo ideal: un servicio profesional moderno (SPM),
esto es, que balancea los principios del servicio profesional clásico (SPC) (ingreso por
mérito, estabilidad laboral, capacitación y carrera por ejemplo) y los de la Nueva
Gestión Pública (NGP) (evaluación y compensación por desempeño, movilidad laboral,
competencia externa, etc.). Las ideas centrales son: 1) la mayoría de los países de la
región están muy lejos de este SPM, ya que su GPP es aún desorganizada y
discrecional; 2) existe un pequeño grupo de naciones que se han ido acercando al
SPM, si bien de manera muy inestable y frágil (con algunas excepciones); 3) ello se
debe a que el diseño e implementación de los principios de un SPM involucran dilemas
difíciles de resolver y resistencias difíciles de superar; y 4) por lo tanto, se recomienda
adoptar enfoques más realistas, estratégicos y graduales en el diseño e
implementación de nuevos sistemas de GPP en la región. El texto tiene tres partes: la
primera reseña el marco histórico general de la GPP en el mundo; la segunda presenta
la evolución de la GPP en América Latina en general; y la tercera hace referencia a los
países que se han acercado más al SPM arriba mencionado.
Es bien conocido que hasta el siglo XIX, en los países de Occidente el personal
público se reclutaba con base en el sistema de botín, en el cual no existía restricción
alguna para los nombramientos y éstos se realizaban con el objetivo de recompensar a
los seguidores o asegurar la lealtad de los funcionarios hacia sus jefes. En su
momento, este sistema tuvo algunos méritos, como flexibilidad y rapidez, que
facilitaron la formación de los Estados nacionales (Grindle 2012). Sin embargo,
también involucró problemas, como la corrupción, la violencia, la opacidad, la
ausencia de igualdad de oportunidades en el acceso a los puestos públicos y la
discontinuidad en la provisión de los servicios.
Esta transición no fue fácil y en cada país se llevó al menos varias décadas
(Grindle 2012); con todo, como señalan Peters y Savoie (1995), el SPC permitió un
acomodo funcional entre burócratas y políticos, en donde en el contexto de
democracias representativas cada uno pudo jugar un papel constructivo: en teoría, los
políticos proveían el liderazgo político y los burócratas la experiencia administrativa.
Diversos autores han presentado evidencia empírica sobre los efectos positivos
de un SPC en el crecimiento económico. Existen dos tipos de evidencia empírica en
este sentido. En primer lugar la evidencia de casos, ya sea de alto (por ejemplo Asia) o
bajo crecimiento económico (por ejemplo África). Por ejemplo, existen estudios de
caso bien conocidos que vinculan empíricamente el buen desempeño gubernamental y
el alto crecimiento de Japón (Johnson 1982), Korea (Amsden 1989) y Taiwan (Wade
1990) a la existencia en esos países de burocracias organizadas en buena medida bajo
los principios de un servicio profesional. El propio Banco Mundial ha reconocido el
papel crucial que han jugado dicho tipo de burocracias en el impresionante ritmo de
industrialización que los “tigres asiáticos” tuvieron en la segunda mitad del siglo XX
(Banco Mundial 1993).
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 172
Los servicios profesionales pueden ser “de carrera” o “cerrados”, pero también
pueden ser “abiertos” si adoptan una estructura “de empleo o puesto”. Ambos
modelos traen consigo ventajas y limitaciones importantes en términos de flexibilidad
en la gestión del personal y consolidación de un “espíritu de cuerpo”, y pueden ser
más o menos útiles según el tipo y grado de desarrollo de las organizaciones públicas.
En algunos países como Francia o Japón, los servicios profesionales históricamente
han adoptado características de un modelo “cerrado” o de carrera”. En estos sistemas
el servidor público ingresa en el puesto más bajo, para luego, si gana los respectivos
concursos internos, ir ascendiendo en la escala jerárquica de la burocracia a lo largo
de su carrera. A veces los servicios cerrados se organizan por “cuerpos”, esto es, por
grupos de funcionarios que cumplen una función específica. A diferencia de los
sistemas de carrera, en los servicios profesionales “de empleo/puesto” o “abiertos” no
suele asumirse que los funcionarios desarrollarán toda su carrera en una misma
organización, en un mismo cuerpo o incluso sólo dentro del sector público. En países
como Estados Unidos o Inglaterra, los servicios profesionales fomentan el ingreso de
nuevos funcionarios a puestos específicos. Por lo tanto, el ingreso lo mismo puede
presentarse en la parte baja, media o alta de la institución (Bossaert y Demke 2003;
Bossaert et al. 2001; Dussauge 2005a). .
en países como Inglaterra y los Estados Unidos afectaron los equilibrios arriba
mencionados e impulsaron la NGP. Ésta criticó la rigidez y el corporativismo
involucrados en el SPC y planteó un esquema de organización asociado a la
administración privada, ya que promovió la sujeción de la permanencia en el puesto al
buen desempeño, la descentralización de la GPP, la mayor competencia externa, la
toma de mayores riesgos para innovar, la auto-suficiencia de la administración (por
ejemplo el uso de cuotas por servicio), entre otros principios.
Dado que tanto una burocracia neutral como una politizada pueden
obstaculizar la implementación del mandato electoral de gobiernos que en una
democracia pueden variar de signo ideológico, el concepto de una “burocracia
responsiva” (Peters y Savoie 1995) podría constituir un parámetro útil para pensar en
la naturaleza que debe tener la GPP. Es decir, deben existir, por un lado, mecanismos
para asegurar que los servidores públicos implementen en forma y tiempo las
políticas establecidas por los políticos (por ejemplo una planeación estratégica
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 174
En general, los países de América Latina han desarrollado en forma tardía o a veces
simultánea (en relación a los países más desarrollados) las etapas generales de la GPP
arriba indicadas. Si bien puede haber algunos cambios muy recientes, con base en
varios estudios (Echevarría 2006; Salvador y Ramió 2008; Ramió y Serna 2007) la
GPP a mediados de la década de los 2000 en las naciones latinoamericanas podían
dividirse en dos grandes grupos: 1) el de los países de la región en los que la GPP es
ampliamente desorganizada y discrecional, como Panamá, El Salvador, Honduras,
Nicaragua, Guatemala, Paraguay, Perú, Ecuador, República Dominicana y Bolivia y 2)
el de los que, ya sea de forma parcial o extendida, han introducido en la práctica
principios del SPC --como Brasil, Costa Rica, Argentina, México, Uruguay, Colombia y
Venezuela--, a veces en forma complementaria con principios de la NGP --como Chile-,
si bien en la mayoría de estos casos la introducción de estos principios profesionales
ha sido en realidad muy reciente (hace algunos años o par de décadas).
En 2008 Salvador y Ramió (2008: 86) señalaban que “en contraste con las
dinámicas de reducción de efectivos, las estrategias de la modernización aplicadas a
otros aspectos clave de sistemas de servicio civil mostraron resultados mucho más
limitados.” Ellos muestran la existencia de problemas para desarrollar mecanismos de
planificación, la debilidad de los sistemas de información de personal y la ausencia de
estrategias de capacitación en la mayor parte de estos países, con la excepción de
Brasil y Costa Rica.
Si bien, como en su momento fue el caso en los países hoy “más desarrollados”,
en inicialmente estos patrones pudieron haber facilitado la creación de los Estados
nacionales, más tarde la insuficiente homogeneidad profesional del personal público
de los países de esta región derivaría en una marcada fragmentación administrativa y
política, incluso en gobiernos autoritarios. Las pugnas entre los diferentes grupos
asociados al patrón arriba descrito hicieron que muchos Estados aparentemente
“fuertes” de la región hayan sido en realidad Estados fragmentados interiormente y,
consecuentemente, con baja capacidad política y administrativa para impulsar
políticas públicas, en claro contraste con países como Estados Unidos, fragmentados
“por arriba” debido a la división de Poderes y el federalismo, pero gracias al SPC (más)
integrados “por abajo” en cuanto a la acción colectiva que involucran las políticas
públicas (Méndez 1996).
En parte quizá por observar su clara presencia en los países más desarrollados
hacia principios del siglo XX, a partir de mediados de ese mismo siglo varios países
latinoamericanos comenzaron a introducir el SPC en sus legislaciones nacionales. Sin
embargo, ello no significó que se introdujera en la práctica (con algunas excepciones,
de nuevo como Brasil o Costa Rica). Será hasta finales de los años ochenta y principios
de los noventa que, motivados por crisis o cambios de gobierno --y cierta presión
internacional--, un conjunto de naciones latinoamericanas comenzaron a introducir en
su GPP principios del SPC, a veces simultáneamente con principios de la NGP.
En esta sección trataremos de dar una idea general de la evolución de la GPP en este
conjunto de países, el cual a su vez podemos dividir en dos subgrupos: 1) Brasil y
Costa Rica en los que existe un SPC que funciona de manera real y bastante extendida,
junto con Chile donde los principios del SPC se han complementado con cierta
aplicación de principios de la NGP; y 2) Argentina, Uruguay, México, Colombia y
Venezuela, en los que algunos principios del SPC (y a veces de la NGP) se han aplicado
pero en forma frágil y parcial. En este texto se describirán brevemente seis casos, los
tres que forman el primer subgrupo y tres casos del segundo de ellos.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 176
Brasil
donde Cardoso había promovido la terciarización) y ello sin duda ha sido cierto en
algunas áreas de la administración pública brasileña como la social o la económico-
financiera, los avances parecen haber sido relativos y su gobierno mantuvo o quizá
incluso elevó el grado de politización de áreas tradicionalmente politizadas (por
mencionar un ejemplo, el ministerio del trabajo). En general, en Brasil si bien existe el
ingreso por mérito éste se da con base en pruebas muy generales, más bien de
conocimientos, y de títulos profesionales. Además, la “gestión por desempeño” ha
observado resistencias y dificultades técnicas que han impedido el cumplimiento de
sus objetivos y los casos de separación siguen siendo excepcionales, lo que ha
reforzado la rigidez y el corporativismo. El intento de relacionar la evaluación con la
compensación no fue exitoso, en parte porque tuvo el efecto ya común de empujar
hacia abajo los niveles de las metas a fin de distribuir “políticamente” los incentivos,
que, especialmente a partir del gobierno de Lula da Silva, han sido ampliamente
extendidos (Iacoviello y Rodríguez 2006; Pacheco 2011).
Chile
de segundo nivel, entre otras funciones. Otro órgano relevante es Dirección Nacional
del Servicio Civil, órgano ejecutivo dentro del Ministerio de Hacienda.
Costa Rica
La estructura legal del sector público costarricense está definida por La Constitución
de la República, que data de 1949, y por el Estatuto de Servicio Civil, establecido en la
Ley 1.581. Cabe mencionar que el Estatuto establece las bases del concurso para el
acceso a 56% de los cargos públicos, un porcentaje similar al de Brasil. El proceso de
selección con base en el mérito funciona eficientemente y en general está bien
aceptado por los servidores públicos y los ciudadanos en general, en forma parecida a
Brasil.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 179
Sin embargo, Iacoviello y Zubanic (2006d) indican que a mediados de los años
2000 aún existía cierta influencia política en el ingreso al servicio, la flexibilidad
salarial y la movilidad eran insuficientes y la gestión de rendimiento y la planificación
eran aún débiles, debido a que los resultados de las evaluaciones no se habían logrado
vincular con las metas individuales e institucionales y el sistema de información
presupuestaria era inadecuado.
Argentina
Así, Argentina muestra de nuevo que cuando los costos políticos de normas
profesionales de GPP son percibidos como muy altos, éstas tienden a ser evadidas en
la realidad. De esta manera, representa otro caso que ha seguido el ciclo de
construcción, desconstrucción y reconstrucción.
México
México tuvo desde los años 1940s hasta el año 2000 un sistema político de partido
dominante, ya que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ganó
consecutivamente la presidencia y, hasta 1997, la mayoría en el congreso. Ello
favoreció una GPP basada en el sistema de botín.
Sin embargo, en los años siguientes surgieron diversos problemas que han
dificultado su implementación. Además de dificultades para encontrar instrumentos
de evaluación capaces de efectuar concursos públicos basados en competencias
laborales, se quiso desarrollar todos los principios profesionales en forma simultánea
y digital, lo cual causó muchos problemas y retrasos. Aunado a esto, prácticamente
desde el inicio del sistema de ingreso, en muchos casos se ha utilizado el artículo 34
de la ley (concebido originalmente para casos excepcionales) para evitar realizar los
concursos y muchos puestos han sido sacados del universo al que le aplican los
principios profesionales. Por otro lado, el sistema de evaluación del desempeño
también ha sido difícil de implementar, ya que ha derivado en calificaciones
predominantemente altas y por lo tanto no ha servido como instrumento para la
promoción, la sanción o la capacitación (Méndez 2010).
Para 2010 ya se había otorgado la planta a casi todos los funcionarios sujetos a
la ley, pero de una manera cuestionable, lo que pone en duda su estabilidad cuando
llegue el nuevo gobierno en 2012. De esta manera, el caso mexicano representa un
ejemplo más del ciclo de construcción, destrucción y reconstrucción que ha seguido la
GPP en América Latina.
En este país, sin embargo, existen agencias que han logrado acercarse
considerablemente a un SPM, ya que se ha logrado un balance importante entre los
principios del SPC (por ejemplo el ingreso por mérito) y los de la NGP (por ejemplo, la
evaluación del desempeño), como en el Instituto Federal Electoral.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 181
Colombia
La Ley 909 de 2004, que regula el régimen actual, no se limita a llenar el vacío
normativo ajustando las disposiciones de carrera a la jurisprudencia sino que
introduce elementos novedosos sobre empleo público en general y el tema de los
empleos de Gerencia Pública. Se acaban los concursos cerrados. Las convocatorias en
adelante deben hacerse por concursos abiertos; se amplía el periodo de prueba de 4 a
6 meses y se establece explícitamente que se debe hacer una evaluación a los
funcionarios de carrera anual. La Ley desarrolla todo un título sobre los empleos con
responsabilidad directiva, a excepción de los que nombre directamente el Presidente
de la República, el gobernador o el alcalde. Para la provisión de estos empleos se
tendrá en cuenta el mérito, la capacidad y experiencia, se podrán aplicar pruebas para
evaluar las capacidades, se aplicará una entrevista y se valorará los antecedentes de
estudio y experiencia. El “gerente público” realizará un “acuerdo de gestión” con su
superior jerárquico donde (concertación de objetivos y compromisos a cumplir; sobre
la base del cumplimiento, se realiza la evaluación que será por escrito). Así, Colombia
también ha buscado un equilibrio entre los principios del SPC y la NGP.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 182
Con todo, son varias las debilidades que presenta la GPP en este país. Por
ejemplo, las evaluaciones del desempeño se han aplicado en forma incompleta y en
todo caso también han tendido a ser muy benevolentes; además, ha existido una gran
dispersión en las compensaciones y en general en los marcos normativos de la GPP.
En general, la GPP aún no alcanza suficiente legitimidad entre los funcionarios y la
población en general. Entre los aspectos positivos que se podían observar hacia
mediados de los años 2000 se encontraba la gestión de la formación, que se aplicaba
permanentemente y se orientaba por una adecuada planificación (Iacoviello y
Zubanic, 2006c; entrevista a funcionario público).
Conclusión
Como puede observarse, la GPP es muy diversa en América Latina. Mientras que en
algunos casos no sólo se ha logrado introducir el ingreso por mérito sino avanzar
también hacia una permanencia dependiente de la evaluación del desempeño, en
otros países la aplicación de ambos principios es aún muy débil y en otros países más
ni siquiera se ha intentado, por lo que la GPP permanece desorganizada y discrecional.
Particularmente reveladoras son las dificultades que los países con la más alta
profesionalización de su GPP, como Brasil o Chile, han tenido con la implementación
de los aspectos más modernos del servicio profesional, los ligados a la NGP, entre ellas
evidentemente la evaluación del desempeño. Estas dificultades sin embargo no son
distintas a las que han experimentado también los países más desarrollados
(Bouckaert y Halligan 2008).
Por supuesto éstas no son sino recomendaciones muy generales, ya que las
circunstancias particulares de cada país hacen que sea inadecuado plantear recetas en
este campo.
Bibliografía (incompleta)
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Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 185
Introducción
En la sociedad actual, los procesos nacionales de decisión pública se vuelven cada vez
más permeables a la influencia de actores internacionales, nacionales, regionales y
locales. Asimismo, la reforma del Estado en América Latina, iniciados en los años 80,
asociada a la privatización, la desregulación, la terciarización de servicios y la
delegación de responsabilidades de gestión pública a espacios locales han cambio las
relaciones entre el Estado y la sociedad.
En este nuevo entorno complejo, cambiante y con múltiples actores, el Estado, garante
del bien público, no puede por sí solo solucionar los problemas de la sociedad actual.
Por ello el concepto de gobernanza (governance) adquiere cada vez más relevancia en
los debates teóricos y en la práctica política en tanto nuevo modo de gestionar las
políticas públicas. La misma surge como un nuevo estilo de gobierno, distinto del
modelo de control jerárquico y de mercado, caracterizado por un mayor grado de
participación de actores privados, tales como organizaciones de interés, ONGs, grupos
de ciudadanos, empresas privadas, consultoras que participan en la formulación y la
implementación de políticas públicas. Se espera que a través de este proceso de
elaboración de las políticas fundamentado en la colaboración, el consenso y la
participación de distintos actores, se mejoren los resultados y rendimientos de las
políticas, y en definitiva se garantice la gobernabilidad del sistema político.
67
El término se traduce indistintamente como buena gobernanza, buena gobernabilidad y
buen gobierno.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 188
El contexto latinoamericano
En América Latina, los nuevos formatos de gestión pública con mayor incorporación
de actores de la sociedad emergen en un particular contexto histórico. La región
asiste a un doble proceso de transformación, primero, a una serie de cambios
asociados a la democratización del régimen político, seguido por un cambio de modelo
socio-económico, que transitó de un modelo de desarrollo estado-céntrico a un
modelo centrado en el mercado.
Este conjunto de reformas estatales llevadas adelante a fines de los 80 han sido
llamadas también “reformas de primera generación”, cuyo énfasis estuvo primero en
desregular y reducir el gasto, el tamaño y la intervención del Estado en la economía y
sociedad. Posteriormente, a comienzos de los 90, frente a los limitados resultados
alcanzados en términos de crecimiento económico y reducción de la pobreza y de la
desigualdad (Burky y Perry 1998,3), se promocionaron las “reformas de segunda
generación”. Estas últimas si bien mantuvieron el signo neoliberal, plantearon la
necesidad de fortalecer las capacidades estatales y generar instituciones eficientes
para que pueden garantizar el funcionamiento del mercado.
Este estilo de gobernar ha estado en vigor desde hace mucho tiempo en numerosos países,
sobre todo los del norte de Europa, pero en muchos otros ha llegado a ser una estrategia
consciente de reforma. Por ejemplo, en Estados Unidos muchas de las recomendaciones sugeridas
por el programa de Revisión del Desempeño Nacional (NationalPerformance Review,
1993) estaban encaminadas a aumentar la capacidad tanto de los ciudadanos
comunes como de los niveles inferiores del servicio público para influir en las políticas
y en el estilo de administrar. En Canadá, primero el programa llamado PS 2000 y, más
tarde, el programa para la participación ciudadana proveyó opciones para que la
población intervenga de manera activa. Incluso aquellos países del norte de Europa
que tradicionalmente habían practicado el corporativismo o ciertas modalidades
corporativas pluralistas de relación entre el Estado y la sociedad han reforzado las
oportunidades para que los ciudadanos tomen par-te en el gobierno, al tiempo que
han procurado emponderar a los escalones más bajos de la burocracia pública (Peter
2005).
68Para un análisis más detallado de los principios de la NPM, v. Peter Aucoin (1990), Christopher Hood
(1991), Christopher Pollitt y Geert Bouckaert (2000) y Michael Barzelay (2001).
69No hay un solo concepto de gobernanza, según Torfing y Sorensen (2009) cuatro son los conceptos
que han dominado el debate europeo. Encontramos desde posturas extremas, donde algunos autores
sostienen que puede haber “gobernanza sin gobierno” y que las redes sociales pueden muy bien
organizarse a sí mismas y proveer de dirección a segmentos específicos de la sociedad hasta autores
que plantean los límites de la gestión en red y como un forma más de gestión que convive con el modelo
burocrático y de nueva gerencia pública.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 190
El PNUD (1997: 12), por su parte, define gobernanza como “el ejercicio de la autoridad
económica, política y administrativa para administrar los asuntos de un país a todos
los niveles de gobierno. La misma comprende los mecanismos, los procesos y las
instituciones a través de las cuales los ciudadanos y los grupos articulan sus intereses,
ejercen sus derechos legales, cumplen sus obligaciones y resuelven sus diferencias”.
Desde este punto de vista, la gobernanza adecuada se caracteriza como “participativa,
transparente (…) con control público (…) efectiva y equitativa (…) promotora del
estado de derecho (que) asegura que las prioridades políticas, sociales y económicas
estén basadas en un amplio consenso en la sociedad”.
Desde este enfoque, buen gobierno implica determinadas características del proceso
de gobernabilidad, donde el Estado debe garantizar el cumplimiento de la ley (y
hacerlo en forma transparente y libre de corrupción), dar lugar a la participación de la
sociedad civil y garantizar el estado de derecho.
Para ello, se define una selección estratégica de las acciones colectivas que el Estado
debe promover, junto con mayores esfuerzos para aligerar la carga que pesa sobre el
sector público, mediante la participación de los individuos y las comunidades en el
suministro de los bienes públicos fundamentales. En ese sentido, resulta trascendental
distinguir entre lo que el Estado debe y lo que no debe hacer.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 191
Con otras palabras, se sugiere un modelo de gestión gerencialista, por el cual el Estado
tiene que dejar de ser un proveedor directo para pasar a ser un articulador, un
mediador entre los actores de esa compleja matriz de provisión de servicios públicos.
En este contexto, las capacidades regulatorias del Estado deben dirigirse,
fundamentalmente, a promover la actividad de los mercados, para lo cual es necesario
establecer reglas claras de funcionamiento y regulaciones específicas (ad hoc, no de
corte keynesiano). Esto generará un marco adecuado en el que se moverán los actores
responsables de la provisión de los servicios públicos. Las instituciones públicas,
finalmente, tienen que desarrollar capacidades de diseño, evaluación y monitoreo de
políticas. Lo más relevante a enfatizar es que en estas recomendaciones está implícito
un modelo de Estado, un modelo de Estado neoliberal.
Los principales interrogantes que se plantean son: ¿cuáles han sido los esquemas de
gobernanza efectivamente introducidos en la región?, ¿cuánto se ha transformado el
Estado?, ¿se ha logrado gestionar las políticas públicas de forma más eficaz, eficiente,
transparente y democrática?. Con el fin de responder a estas preguntas es preciso
profundizar en los estudios de casos de políticas públicas más significativas, y de esta
forma, analizar el impacto que ha tenido la transferencia de los formatos de
gobernanza en el Estado latinoamericano.
70Para un análisis más detallado de los principios de la NPM, v. Peter Aucoin (1990), Christopher Hood
(1991), Christopher Pollitt y Geert Bouckaert (2000) y Michael Barzelay (2001).
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 192
Gobernanza en infraestructura
En los años 80, América Latina experimenta un notorio cambio en la gestión de las
políticas públicas en beneficio de la participación del sector privado, en el contexto de
privatización de empresas públicas primero, y de instituciones reguladoras después.
En este marco, las agencias internacionales en América Latina promovieron la
gobernanza como la mejor herramienta para proveer mejores servicios de
infraestructura y alcanzar el desarrollo sustentable.
Entre las diversas experiencias de políticas públicas con participación del sector
privado en la región, el caso de la infraestructura merece ser considerado,
especialmente en materia de agua y servicios sanitarios. Desde el año 1997, el rol de la
comunidad internacional en la promoción de la importancia del acceso al agua y el
saneamiento se hace presente en los Foros Mundiales del Agua. Por su parte, la
iniciativa más relevante en esta materia está contenida en los Objetivos de Desarrollo
del Milenio (ODM) de la Organización de Naciones Unidas (ONU), la cual representa
un acuerdo global surgido en las cumbres mundiales. Los ODM se relacionan con el
sector del agua en lo que respecta a la reducción de la pobreza, la sustentabilidad
ambiental y el desarrollo mediante la promoción de acciones conjuntas a escala global
(Phumpiu y Gustafsson, 2009).
En este contexto, cobra importancia indagar las causas de las trayectorias divergentes
que han mostrado los países de América Latina.
Otros tres casos de estudio para mencionar son los de Honduras, Perú y Paraguay. En
un acuerdo tácito, la empresa nacional de agua, única organización oficialmente
autorizada para proveer agua, vende el agua a los propietarios de camiones cisterna al
mismo precio al que pone a disponibilidad el agua de canilla. Sin embargo, el precio al
cual los consumidores acceden al agua puede ser entre cinco y diez veces más caro,
como sucede en los casos de Lima (Perú) y Tegucigalpa (Honduras) (De Soto, 2001).
Asimismo, el agua vendida a los consumidores proviene de fuentes poco confiables
que no cumplen con los estándares mínimos de calidad. Por otra parte, la entrega del
agua no tiene lugar en un mercado organizado, por lo que la calidad y la frecuencia del
abastecimiento no están ni establecidas ni efectivamente reguladas.
Gobernanza local
71Se puede mencionar algunas experiencias exitosas a nivel local pero sus impactos ha sido limitados
por falta de marcos institucionales apropiados (De Soto, 2001; Zadek, 2004: 12-13). Ejemplo de ellos
son la municipalidad de Puerto Cortés (Honduras), en Saltillo (México), en las municipalidades de
Recife, Cartagena y Porto Alegre (Brasil) (Holland, 2005).
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 195
Los elevados niveles de exclusión social determinaron que a comienzo de los años 90,
los gobiernos latinoamericanos y los organismos internacionales apoyaran con fuerza
políticas sociales para reducir la pobreza y la desigualdad social a través de la
provisión de servicios de salud y educación más descentralizada, así como la
privatización del régimen de pensiones y un mayor énfasis en mecanismos de
participación
en la entrega de de los beneficios sociales. Todas estas iniciativas pretendían
aumentar la eficiencia, la transparencia y la calidad de la gestión (Molyneux, 2008, 9).
La nueva política social implicó cambios en el locus y el carácter de las actividades del
Estado, en el surgimiento de una amplia gama de nuevos organismos e instituciones
paralelas para ayudar a la prestación de asistencia social, y la promoción de la
colaboración de la sociedad civil en el desarrollo y los programas de alivio de la
pobreza (Holtzmann y Jorgensen 2000). Por su parte, los principios orientadores de la
mismas fueron, la participación, emponderamiento y co-responsabilidad o co-gestión
(Banco mundial, 2001).
Sin embargo, más que un proceso de participación y activación de los actores sociales
tuvo lugar una transferencia de gestión a las ONGS, al mercado de los programas
sociales, bajo el modelo inspirador de la NGP. Con otras palabras, estos programas
poco han contribuido a fortalecer la ciudadanía, fortalecer los derechos sociales y el
capital social (Molyneux, 2008).
Así, luego de casi dos décadas dominadas por estas políticas bajo estos formatos de
gestión, los resultados de impacto en la reducción de la desigualdad social fueron
limitados, y en términos de reducción de la pobreza no fue homogénea. Por su parte,
la incorporación de otros actores en esta área ha generado una serie de problemas
asociados con las dificultades del Estado en orientar a los actores privados hacia el
cumplimiento de los objetivos de las políticas públicas (Barrientos, et. al., 2008).
En los regímenes de Estado de Bienestar potencial (Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica
y Uruguay) el rol del Estado es importante. En estos países se ha alcanzado un estatus
socio-económico mejor que el resto de la región porque el Estado tiene una
participación activa en la economía y, consecuentemente, un peso mayoritario en la
gestión de las políticas sociales. Ni la intervención del sector público, ni los
comparativamente bajos niveles de desigualdad parecen haber afectado la capacidad
de estos países para el crecimiento económico y cohesión social.
Los países con regímenes informales (El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua,
Paraguay y Perú) muestran niveles de bienestar social considerablemente menores.
Se trata de países en los que se deja la provisión de bienestar en manos del mercado,
la comunidad y las familias. Las relaciones sociales resultantes son generalmente
jerárquicas y asimétricas. Los procesos de inclusión resultan problemáticos, dado que
los más carenciados obtienen seguridad a corto plazo a cambio de la profundización
de su vulnerabilidad y dependencia en el largo plazo. Este sistema de seguridad social
informal limita el rol de los gobiernos, que no pueden cumplir ni siquiera sus
cometidos básicos. Se trata, en definitiva, de un círculo vicioso de inseguridad,
vulnerabilidad y sufrimiento para la amplia mayoría, en beneficio de una pequeña
élite y sus defensores y clientes.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 200
Movimiento Desarrollo
Pioneros en la
Argentina, Comparativamente sindical fuerte, industrial
expansión de la
Brasil, mayores niveles autónomo, de (basado en el
Regímenes seguridad social
Chile, de urbanización. izquierda. modelo de
potenciales de (desde 1920).
Costa Dinámicas de Continuidad sustitución de
bienestar Comparativamente
Rica, seguridad social democrática importaciones,
mayor solidez
Uruguay segmentadas. comparativamente excepto en
institucional.
mayor. Costa Rica).
Petróleo
principal
Movimiento
fuente de
Ecuador, Provisión de sindical protegido Historia político-
Regímenes ingresos.
Venezuela, beneficios sociales por el Estado: institucional
conservadores Gran
México segmentada. México y heterogénea.
volatilidad de
Venezuela.
los ingresos
fiscales.
Estado problemas
para el control
eficaz del
Sociedades con territorio. El
Los sectores
importantes Estado y el
Bolivia, Vocación informales
Regímenes de niveles de división mercado parecen
Colombia, reformista del juegan un rol
bienestar dual y conflicto interno incapaces de
Panamá Estado. central en la
(Colombia y establecer sus
economía.
Bolivia). dinámicas en el
contexto de una
economía
sumergida.
El
Los países más Conflictos
Salvador,
pobres de la armados (excepto La tenencia de
Guatemala, Importante
Regímenes región. Ruralidad. en Paraguay). la tierra es un
Honduras, debilidad
informales Altos niveles de Enfrentamiento factor central
Nicaragua, institucional.
inseguridad y de oligarquías de conflicto.
Perú,
violencia. poderosas.
Paraguay
El resultado más relevante de este estudio es que los países que mantuvieron al
Estado como proveedor de servicios sociales han tenido un mejor desempeño en los
indicadores económicos y sociales, que aquellos que privilegiaron el rol del mercado.
En contraste, el mercado tiende a generar altos niveles de polarización, que
potencialmente replican y profundizan las desigualdades económicas. Esto estaría
indicando que la gobernanza de mercado por sí sola no puede generar altos niveles de
cohesión socia y como las consideraciones político-institucionales son centrales para
analizar el impacto diferencial que tienen la transferencia de estos modelos. Por su
parte, en los países de más bajos ingresos, las poblaciones se vieron obligadas a
depender de alguna mezcla de instituciones formales e informales para su seguridad.
Las redes familiares y una variedad de prácticas sociales e instituciones voluntarias
han desempeñado un papel central garantizar la sobrevivencia de los sectores más
vulnerables.
Con otras palabras el legado histórico es importante para comprender los formatos de
gobernanza que se desarrollan en América Latina. Los mismos están relacionados con
el tipo de Estado que se fue consolidando en el siglo XX, débil en garantizar el estado
de derecho, con predomino de una accountability vertical sobre la horizontal. En un
sistema político de estas características se consolidaron históricamente formas de
procesar las demandas, de resolver los conflictos, de distribuir los recursos públicos y
el poder, orientados a satisfacer los intereses particulares de individuos o grupos y no
el bien público. Así terminaron dominaron lógicas jerárquicas de patronazgo político,
en la relación entre el estado y la sociedad, una suerte de combinación de clientelismo
y corporativismo, pero el punto central es que el Estado fue controlado por los
partidos y que en muchas ocasiones pasó a ser dominada por los intereses
específicamente político-partidarios, que compitieron con el carácter más amplio de
las metas y objetivos propios de las organizaciones estatales. Estas características se
terminan reproduciendo en los formatos de gobernanza analizados.
Con otras palabras, la discusión sobre gobernanza e instituciones puso poca atención
a los procesos políticos, a los patrones culturales y a los diferentes tipos de
coaliciones de intereses que promueven o resisten el cambio. En este contexto cobra
sentido la necesidad de involucrar la dimensión política para comprender la formatos
de gobernanza que se terminaron desarrollando y transformado el Estado en
América Latina (Lefwicht, 2005).
Ello demandan estudios con nuevos marcos teóricos y analíticos que permitan indagar
hasta qué punto las tradiciones estatales, los arreglos constitucionales, la estructura
burocrática y la cultura política propia de América Latina con sus particularismos,
formatos clientelistas y corporativos afectan la administración de políticas públicas, a
partir de la incorporación de nuevos formatos de gobernanza emergentes y entender
las transformaciones del Estado y su relación con la sociedad. En última instancia,
como impactan en la capacidad de los Estados para gestionar políticas orientadas al
bien público.
En este sentido, se hace necesario avanzar hacia una visión más desagrega del Estado
para saber qué Estado ha quedado, hasta donde llega el mercado y la sociedad civil en
los procesos decisiones. Ello demanda contemplar a las políticas públicas como forma
de abrir la “caja negra” e incorporar nuevos marcos analíticos que enriquezcan el
debate, en tanto es a través de ellas que el Estado interviene y se transforma.
Por lo tanto cualquier análisis institucional del Estado debe ser político, discernir
cuales son las configuraciones de poder, intereses e instituciones que permite a un
Estado fomentar el desarrollo económico y social, mientras que otra configuración no
lo hace.
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J. Ignacio Criado
Assistant professor and academic secretary. Departament of Political Science and International
Relations. Universidad Autónoma de Madrid.
Postdoctoral visiting scholar. Center for Technology in Government State University of New York (SUNY
at Albany)
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 211
Table of contents
- Introduction
o e-Procurement portals
o Interoperability initiatives
o Intergovernmental collaboration
o Plus ça change…?
- Conclusion
- References
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 212
J. Ignacio Criado
Introduction
At the same time, the analysis of ICTs in public administration has gained
interest in the last decade from scholarly research. Traditionally, the focus on DG has
pertained, on the one hand, to extreme visions about the consequences or effects of
those interactions; and, on the other hand, to deterministic perspectives about the
causal foundations to explain these processes in the public sector (Chadwick, 2006;
Dunleavy et al., 2006; Fountain, 2001; Yildiz, 2007). The author of this study assumes
the intertwinement of human-agency and decisions, as well as institutional settings in
the analysis of the processes of adoption, management, and use of ICTs in public
sector organizations, as recent studies recognize (Criado, 2009a, 2009b; Gil-García &
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 213
Martínez-Moyano, 2007; Luna-Reyes et al., 2009). While the scope and extension of
this chapter is not sufficient to completely fulfill this approach, the case of LatAm
countries offers an excellent touchstone to analyze DG on these premises.
In first instance, the study of ICTs and the Internet diffusion help to understand
different dimensions of the Information Society (IS), also in the region. This section
pinpoints some dimensions of the deployment of ICTs and the Internet in LatAm
countries, including the access to the Internet, the use of personal computers and
mobile phones, and the dissemination of broadband connections. Using data and
information from different and reliable public and private sources, this work will shed
light on the general situation of the IS in LatAm. At the same time, these pages identify
areas requiring governmental promotion in the countries of the region in the nearest
future.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 214
To start with, the LatAm region scores as the most dynamic in terms of access
to the Internet among the developing areas of the World. Table 1 shows the level of
access to the Internet in different regions, with LatAm (including here the Caribbean
countries) (36.2%) only behind North America (78.3%), Oceania & Australia (60.1%),
and Europe (58.3%). This goes together with an impressive level of growth during the
last decade, more than 1.000% of new Internet users from 2000 to 2011. Therefore,
the people connected to the Internet are over the World mean, experiencing one of the
faster growing rates of social acceptance.
Finally, a group of less experienced societies shows the lowest rates of Internet
access in the region. This group is comprised by Panama (27.7%), Ecuador (22.3%), El
Salvador (17.1%), Paraguay (17.1), Guatemala (16.5%), Cuba (14.5%), Bolivia (12.1),
Honduras (11.8%), and Nicaragua (10.6%). Here, only the cases of Panama and
Ecuador have accomplished the 20% rate of Internet users. To say it in other words,
this group still exhibits a significant lack in terms of basic accessibility to the Internet,
and exemplifying the most negative side of the digital divide.
the Internet through mobile devices, regarding to their growing level of acceptance,
including those cases with more limited Internet social penetration.
2009 2010
Argentina 8.67 9.56
Bolivia 0.98 0.97
Brazil 6.09 7.23
Chile 9.76 10.45
Colombia 4.43 5.66
Costa Rica 3.92 6.19
Cuba 0.03 0.03
Dominican 3.02 3.64
Republic
Ecuador 1.69 1.36
El Salvador 2.43 2.83
Guatemala 1.11 1.80
Honduras n/a 1.00
México 8.47 9.98
Nicaragua 0.82 0.82
Panamá 6.76 7.84
Paraguay 0.22 0.61
Perú 2.81 3.14
Uruguay 8.96 11.37
Venezuela 4.72 5.37
Source: International Telecommunications Union. Available: http://www.itu.int/ITU-
D/icteye/Indicators/Indicators.aspx#. Access data: September 1st 2011.
During the last decade the development of the IS in LatAm countries has been
parallel to the enhancement of ICTs and the Internet in public administration. This
section will commence by pinpointing the common efforts to develop DG from a
regional perspective, notably those coming from inter-governmental institutions and
international organizations devoted to formulate, design, and, in some cases,
implement projects, initiatives, or regulations in this field. This regional overview
needs to be brought forward by giving an approximation to the development of e-
government readiness in LatAm, looking comparatively at the most recent available
data. Therefore, the next pages deliver a comprehensive, but not exhaustive, picture of
this emergent dimension in the public administrations of the region.
These next pages do not suggest a unique perspective in the whole region
about how to develop DG. Conversely, there exist different approaches across the
different governments in LatAm countries. At the same time, it should be underlined
the existence of informal and formal efforts to exchange common knowledge and
problems, build up joint technical applications, or develop shared objectives in the
field of e-government. In this endeavor, some institutions like the CLAD, OAS, IDB,
among others, have played a prominent role to fulfil regional approaches in building
the DG. In some extent they have also promote some type of policy transfer process
during the recent years.
The current common strategy is eLAC 2015, adopted in the Declaration of Lima
in November 2010. This regional blueprint has embraced four goals for the LatAm
region in terms of e-Government to be achieved by 2015 (CEPAL, 2010b: 7. ):
Goal 1: Make as much data and information and as many administrative formalities
and services as possible available online to citizens and enterprises through multiple
convergent interactive and interoperable media, with an emphasis on quality and
security and on the needs of the lower-income population and microenterprises and
SMEs. In particular, promote support for the Network of e-Government Leaders of
Latin America and the Caribbean (REDGEALC) as a forum for collaboration and an
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 219
Goal 2: Provide the necessary tools and technological platforms to support capacity-
building among local governments, local government agencies and citizens with a
view to the deployment and use of applications, interactive content and services for
the local population with due regard for standards and criteria on inclusion and
accessibility, in the interests of citizen participation. In particular, promote the
participation, with due transparency, of microenterprises and SMEs in electronically
conducted public procurement and tenders.
Goal 4: Promote the adoption in all countries of the region of critical information
system infrastructure protection plans which contemplate, among others, national
computer emergency response teams (CERTs) and national computer security
incident response teams (CSIRTs) and develop methods of interaction and
coordination in response to security incidents as well as exchange of know-how and
experience.
This set of goals gives an idea of common challenges within the diversity of the
region. One of the key aspects is the eLAC 2015 focus on integration, interoperability,
common standards, and collaborative work in the region. During the last years, the
Network of e-Government Leaders of Latin America and the Caribbean (REDGEALC)
has promoted the collaboration from a technical point of view. This network of
national experts has been acting as a forum to boost e-government in the region, but
also as an institutional mechanism to enforce, even informally, the policy transfer
process in the field (Criado, 2009c). REDGEALC actions, meetings, and projects are
funded by international organizations like the IDB or OAS. One of its most remarkable
projects is eGobex, a common tool for sharing and transferring applications of e-
government at national, regional, and local layers (see:
http://www.egobex.net/home/en/). In sum, eLAC 2015 guidelines (as well as CEPAL,
and other international and intergovernmental institutions behind) play the role of
framing this policy field, targeting the type of actions in DG that need to be
implemented by national governments.
Table 5. United Nations e-Government readiness index in Latin America (2010 & 2008)
with per capita gross domestic product (GDP), putting together LatAm countries with
some of the countries in top ten positions in the ranking. The literature assumes that
GDP is the factor explaining most of the e-government readiness factor. However,
there are some cases that challenge this hypothesis, mainly South Korea (Rep. of
Korea). This country is in the first position of the ranking, although its per capita GDP
is not over other industrialized nations (see Graphic 1).
Graphic 1. United Nations e-Government readiness index in Latin America (2010 &
2008)
countries exhibit two regional cases among the 20 more developed: Colombia (9) and
Chile (18). In the case of Colombia reflects the policies implemented in terms of
interoperability, among other outstanding aspects. The position of Chile relies mostly
on the progress made it terms of transparency and public procurement. Another five
cases lack behind among the 50 most advanced: Uruguay (32), México (39), Salvador
(40), Argentina (44), and Peru (45) (see Table 6).
In LatAm countries this on-line service delivery index is more developed than
the general e-government readiness index. In other words, the supply-side of e-
government (on-line service delivery) has been more expanded than the supply-side
in the countries of the region. This seems to be clearly the case of Colombia or Chile,
although it is the same situation in other like El Salvador or Dominican Republic.
Although these data do not offer more than a general picture of the situation of the DG
in the countries of the region, they provide key ideas from a comparative point of
view. One of them is that the region experiences the digital divide phenomenon, while
important groups of citizens still remain out of the demand side. At the same time, it
seems that the governments of the region have invested their resources in the supply-
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 223
side of DG. However, it is also necessary go in depth analyzing the type of DG supply-
side implemented during the last years. This is the objective of the next section.
This section develops the analysis of DG in Latin America with the study of
specific dimensions of the supply-side of electronic services and other important
aspects for public administration management. In so doing, the following sections are
scrutinized:
e-Procurement portals
Interoperability initiatives
Intergovernmental collaboration
Conclusions
The final conclusion section summarizes the contents of the chapter, its
implications, and the future areas to work in the field, both for managers and scholars.
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Resumen en Español
En este capítulo exploramos los esfuerzos nacionales en América Latina por crear
sistemas de evaluación y monitoreo (E&M) de los resultados de la Gestión Publica que
redunden en un sector público con mayor capacidad para rendir cuentas. Al hablar de
rendición de cuentas en la región es necesario referirse a este desarrollo en los
últimos 20 años, relacionado con la preocupación por evaluar el desempeño del sector
público tanto en el buen uso de los recursos públicos como en la naturaleza de los
resultados de la gestión donde estos han sido invertidos. Estos sistemas representan
un esfuerzo deliberado por conectar la rendición de cuentas con el desempeño,
tendencia que responde a un mandato global de la gestión publica.
Casi todos los países latinoamericanos en la actualidad cuentan con un sistema o este
se encuentra en proceso de desarrollo. Estos sistemas se relacionan con los procesos
de presupuestación a través de los cuales se gestiona el gasto público y/o con los
procesos de planeación estratégica relacionados con las políticas públicas en el país.
En teoría son creados para ofrecer información sobre las consecuencias de las
acciones gubernamentales con el propósito de ofrecer documentación que sea útil
para el aprendizaje y la toma de decisiones de los gestores públicos. Por tanto se
pueden considerar como instrumentos de política pública que además permite
desarrollar una cultura orientada a los resultados y prácticas consecuentes con la
misma en el sector público. Esta estrategia de desarrollar sistemas comprensivos a
nivel nacional no es exclusivo de la región, también es dá en otras latitudes, en
particular en países en vías de desarrollo en África y Asia, pero América Latina lleva la
delantera.
El capítulo está estructurado así: primero, los sistemas son descritos brevemente en
abstracto y localizados dentro de los esfuerzos mas amplios para confrontar los
desafíos de rendición de cuentas y desempeño en el sector público en los países de la
región. Sigue luego una categorización y descripción de los sistemas y una exploracion
de los desafíos en su implementación y operación. Nuevas tendencias en los últimos
años y sus implicaciones para la buena gobernanza se presentan en una tercera
sección, finalizando con unas conclusiones que identifican desafíos hacia el futuro
para los sistemas.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 229
Con este contexto, una siguiente subsección describe los aprendizajes de la primera
investigación comparada sobre los países pioneros . El estudio, conducido entre el
2001 y el 2002 (Cunill & Ospina 2003) compara los sistemas de Chile, Colombia, Costa
Rica and Uruguay e identifica dos modelos diferentes con orientaciones y prácticas
diferenciadas: el sistema “modelo presupuesto”, en Chile y Uruguay, y el sistema
“modelo plan”, en Colombia y Costa Rica. Se observa que estos parecen estar alineados
con la estrategia nacional para gestionar los recursos en cada país. En el primer caso
los sistemas están alineados con la existencia de Presupuestos Nacionales como el
motor de las macro estrategias , y en el segundo caso los sistemas se alinean con la
existencia de Planes Nacionales de Desarrollo. El primer sistema es de corte
predominantemente económico, directamente vinculado con procesos
presupuestarios y el secundo de corte predominantemente político, vinculado con
procesos de implementación de políticas públicas.
En este estudio también se intenta explorar los factores que interfieren en el uso de la
información creada por los sistemas y su impacto en la gestión y políticas públicas.
Se realzan tres hallazgos: Primero, con la excepción de uno de los sistemas en Chile
(SCG), no existe una relación entre los resultados de la evaluación y la asignación de
recursos o decisiones de los gestores. Los otros países carecen de incentivos formales
para que sus gestores y decisores usen la información. Segundo, los sistemas están
poco integrados con otros sistemas claves del ciclo de la gestión y políticas publicas y
existe poca coherencia entre los varios niveles jerárquicos relacionados con la E&M. El
diagnóstico es entonces que existe poca coherencia institucional (integración vertical
y horizontal). Tercero, contrariando lo que predeciría la nueva gestión publica, los
sistemas no ofrecen a los gestores mayor autonomía y en muchos casos la información
que genera se presenta en formatos que no son útiles para informar la gestión.
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 230
La siguiente subsección de esta segunda parte del artículo incorpora los avances en
conocimiento al ampliar el estudio de cinco sistemas en cuatro países a catorce
sistemas en doce países de la región (incluyendo los pioneros ya estudiados antes) en
el estudio del 2006-07: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica,
Honduras, México, Nicaragua, Paraguay, Perú and Uruguay (Cunill and Ospina, 2008).
La Tabla 1 ofrece un mapa descriptivo de los sistemas, así como algunos aprendizajes
interesantes sobre la ecología de los sistemas vistos como un fenómeno regional.
Descartando los sistemas predominantemente sociales (que no fueron objeto de
estudio), la mitad de los sistemas identificados, siete, son predominantemente
políticos, seguidos por cinco que son predominantemente económicos y dos que tiene
una orientación mixta. No se encuentra en la Tabla sin embargo un patrón que ayude a
explicar las diferencias en orientación o en vocación funcional.
La subsección final de esta parte del capítulo hace una discusión sobre el proceso de
institucionalización de los sistemas en la región. Para el año 2006, con la proliferación
de los sistemas en la región, surge el interrogante sobre los factores que contribuyen a
mantener un sistema en el tiempo como un mecanismo legítimo de rendimiento de
cuentas del sector público en la región.
cada una. En resumen, el factor mas relevante parece ser la calidad de la información
producida, y el menos relevante la existencia de una infraestructura estable. Otros
factores sugerentes incluyen la madurez (edad) del sistema; las capacidades técnicas
del personal; y el liderazgo político, particularmente del Presidente en el caso de los
sistemas de orientación política.
SYSTEM’S
GENERAL
ORIENTATION
political Honduras
-SINE Costa Rica
-PEG/SEV Uruguay
-SINERGIA Colombia
economic
-SSEGP Peru Uruguay
-SSEEP Argentina
economic and
-SE Bolivia
political (mixed)
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Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 237
Canadá
EL LEGADO HISTORICO
En este sentido, la transición por lo general implicó una absolución y olvido del
pasado inmediato. También involucró una continuidad de políticas públicas, practicas
y estructuras administrativas con una fuerte raigambre neoliberal, avaladas por la
superpotencia regional, bajo los términos del Consenso de Washington. A pesar de
una re-democratización formal las reformas económicas iniciadas durante las
dictaduras militares reconfiguraron irreversiblemente rol del estado y su relación con
la economía y sociedad. “Lo publico” ha sido reducido en su ámbito, al igual que su
ingerencia en la planificación y el desarrollo económico, particularmente en la
prestación de servicios: salud, educación y bienestar social. Lo que ha emergido es un
estado débil, privatizado y transnacionalizado, actuando como protector de las elites
locales y sus aliados externos.
El cuerpo de funcionarios del estado ha sido desde sus orígenes una oficialidad
de status, derivada de la posesión de títulos oficiales. Un funcionario es “alguien
importante”; ya sea en la burocracia, el ejercito, la policía, o aun la empresa privada;
irrespectivamente del prestigio de tales servicios. Se da un doble standard: una
fachada formal y legalista para “los de afuera” y una esfera privada de excepcionalidad
para los “de adentro”. A pesar de las apariencias, se da un alto grado de autonomía
operacional. Aquí el formalismo es un modo de evitar responsabilidad, y justificar un
Handbook of Public Administration and Civil Service in Latin America 241
CARACTERÍSTICAS ORGANICAS
En este legado estructural hay numerosas agencias y roles heredado del Estado
Administrativo keynesiano. Tres o cuatro décadas atrás en los países de mayor
desarrollo relativo, el ámbito y profundidad de la intervención estatal fue
impresionante. Este estatismo incluía educación masiva, salud, seguridad social,
vivienda, crédito, comercialización, servicios sanitarios, y de agua potable,
electrificación, empresas industriales estratégicas (acero, cemento, hidrocarburos,
petroquímica, aeronáutica, e incluso producción de Films). En Chile, Costa Rica,
Uruguay, Brasil, México y Argentina se establecieron corporaciones de desarrollo
nacional para financiar y sostener bajo su jurisdicción numerosas empresas, y
entidades semi-privadas, financiadas por créditos de gobierno. Muchas de estas
entidades han sido privatizadas o eliminadas bajo las políticas de ajuste estructural;
pero algunas de ellas aun persisten. Corporaciones exitosas, como el monopolio
petrolero mexicano (PEMEX), PETROVEN de Venezuela, la empresa eléctrica y
telecomunicaciones, INE de Costa Rica, o la Corporación del Cobre (CODELCO) en
Chile, han sobrevivido el tsunami privatizador. En varios casos, el proceso de
privatización ha sido lento y complicado o el grado de inserción de estas empresas lo
suficientemente fuerte para resistir privatizaciones.
Desde las transiciones de los años 90 ha habido una reducción del ámbito y
tamaño relativo del sector publico, con la notable excepción de las fuerzas de “orden y
seguridad. Esto se ha logrado a través de cierres de agencias, privatización de
actividades, en especial servicios esenciales (agua, electricidad, transporte) y
contratando servicios privados. Numerosas entidades privadas han surgido de estas
transformaciones, con clientelas cautivas y baja elasticidad: fondos de pensiones
(AFPs), servicios de salud, empresas sanitarias; aun paramilitares.
CONCLUSIONES
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