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| Historias para FILOSOFARCON «= “2 "Gp LOS MAS CHIQUITOS { Ediciones NOVEDADES EDUCATIVAS Coleccién FILOSOFIA Y ESCUELA - Serie TEXTOS DE FILOSOFIA PARA NINOS Santiago, Gustavo Filomeno y Soffa : historias para filosofar con los mas chiquitos. - 1a ed. 3a reimp. - Buenos Aires : Centro de Publicaciones Educativas y Material Didactico, 2008, 64 p. ; 26x17 cm, ISBN 978-987-538-054-7 1, Filosofia-Ensefianza . 2. Educacién Inicial. |. Titulo DD 107 : 372.21 Coleccién: Filosofia y Escuela Serie: Textos de Filosoffa para Nifios Disefio y diagramacién: Analia Kaplan Correccién de estilo: Susana Pardo llustracién de tapa: Gabriel Freidkes 1° edici6n, abril de 2002 1° reimpresion, agosto de 2004 2° reimpresién, abril de 2005 3° reimpresi6n, julio de 2008 © Ediciones Novedades Educativas del Centro de Publicaciones Educativas y Material Didactico S.R.L. Av. Corrientes 4345 - (C1195AAC) Buenos Aires - Argentina Tel.: (54 11) 4867-2020 Fax: (54 11) 4867-0220 E-mail: noveduc@noveduc.com / www.noveduc.com Ediciones Novedades Educativas de México S.A. de C.V. Instituto Técnico Industrial # 234 (Circuito Interior) - Oficina # 2 - Planta Alta (Ref: Metro Estacion Normal) - Colonia Santo Tomas. Deleg. Miguel Hidalgo México, D. F. C. P, 11340 - Tel/Fax: 53-96-59-96 / 53-96-60-20 E-mail: novemex@noveduc.com - info@novemex.com.mx L.S.B.N. N° 978:987-538-054-7 Quedo hecho el depésito que marca la ley 11.723 Impreso en Argentina - Printed in Argentine stn prohibidasy penadas poraley lareproducci6n y a cifusién totales oparciales de esta obra, en cualquier forma, por medios mecéinicos © electrénicos, incluso por fotocopla, grabacién magnetofénica y cualquier otro sistema de almacenamiento de informacién, sin el previo consentimiento del Editor. La relaci6n entre la filosofia y los nifios puede verse desde distintos puntos de vista, Hay quienes no perciben ninguna relacién, pues entien- den que la filosoffa es una construccién racional de un nivel de abstrac- cién ajeno a los nifios. Otros afirman que los nifios son filésofos “natura- les": la filosoffa se presentaria como una suerte de disposicién, de acti- tud que se da a cierta edad y luego se abandona. En otro sentido, algu- nos sostienen que la filosoffa debe aprenderse como una historia de lo que pensaron los grandes fildsofos a lo largo del tiempo a la que los nifios nada tendrian para agregar. Pero también es posible entender la relacién entre la filosoffa y los mas pequefios como una actividad e inclu- ‘so Como un juego, un juego que tiene lugar pensando y dialogando con otros. Filomeno y Sofia invita a-participar en ese juego, que es el que juegan sus personajes a través de historias que inventan y que se cuen- tan mutuamente. Filomeno y Sofia es la historia de dos amigos que buscan preguntar e indagar acerca de aquello que les resulta probiematico, curioso. ;Cual es la diferencia entre imaginar y recordar? {Qué quiere decir ‘portarse bien’? ;Qué es la verdad? son s6lo algunas de las muchas preguntas que surgen durante la lectura. La historia de Filomeno y Soffa tiene estrecha relacién en su planteo yen su estilo con los materiales del Programa de Filosofia para Nifios de Matthew Lipman. Los chicos discuten en un contexto que el lector puede reconocer como familiar y que opera como. modelo del trabajo en el aula. Pero el texto de Gustavo Santiago supera el marco del modelo y juega en el terreno mismo de la historia de la filosofia. Sofia suefia con “Las tres transformaciones” de Nietzsche; Filomeno cuenta la historia de Renato (Descartes), a quien no le gusta que le mientan y que desconfia de sus sentidos; una amiga de Filomeno Filomeno y Sol Gustavo Santiago y Soffa narra la “alegoria de la caverna” platénica en clave de fébula con hormigas, por mencionar algunos de los hitos de la filosoffa occidental que aparecen en el relato. {Se trata de instruir a los nifios en la historia de la filosofia? No lo creo. Los chicos no necesitan saber que existen obras llamadas Asfhablé Zaratustra y La repdblica, porque la invitacién es a jugar a la filosofia, a pensar en los problemas y discutirlos. Pero tomar estos episodios de la filosoffa no resulta de ninguna manera inocente por parte del autor: no pone reverencialmente la filosofia a disposicién de los nifios, sino que juega él también con la vieja disciplina, quitandole ese halo de veneracién que suele rodearla. El pasaje de las Meditaciones metafisicas de Descartes se pone al alcance de Ics nifios porque queda planteado el problema, no porque el protagonista sea Renato. Y es que hacer filosofia en la escuela exige a quien esté frente a un grupo, entre otras cosas, ser capaz de acceder a los problemas de los que se ocupa la filosofia por el propio cuestionamiento, por la propia curiosidad. “No es momento de hacer preguntas”, dice la maestra de Filomeno, pero Filomeno vuelve a preguntarse cémo es que hay momentos en que est bien y momentos en que esta mal preguntar. La prdctica de la filosofia en la escuela encuentra su sentido cuando genera una actitud de indaga- cién, una actitud que no se detiene en la regla que sefiala lo que esta bien y lo que esté mal, sino que lleva a preguntar y cuestionar por qué algo est bien o est mal. Filomeno y Soffa constituye un material apropiado para emplear en ni- vel inicial o en primer afio de la escolaridad basica y es el fruto de la experiencia de su autor en el trabajo con nifios de esas edades. La novela fue escrita pensando en ellos y poniendo a su alcance no s6lo algunos de los problemas de la filosoffa que pueden relacionarse con la experiencia de los chicos, sino también las disposiciones y herramientas necesarias para la discusién filos6fica 0, dicho de otro modo, para jugar el juego de la filosoffa: sentarse en ronda, verse las caras, dar ejemplos, hacer pre- guntas, hablar frente a los demés, decir lo que cada uno piensa, escu- charse, respetarse. La ensefianza de la filosoffa, la practica de la filosoffa en la escuela, no puede conformarse con programas preestablecidos, sino que requiere de la bisqueda y la creacién de nuevas formas de promover la discusi6n, formas que respondan a las necesidades encontradas en las aulas y que problematicen algunas de las inquietudes manifestadas por los chicos. Filomeno y Sofia es un buen ejemplo de ello. Vera Waksman seaeonpa sapepaaon sauopipg, Ediciones Novedades Educativas Episodio 1 A Filomeno hay varias cosas que le gustan. Cuando esté en la escuela, le gusta mucho jugar con sus amigos; cuando esté en su casa, le gusta mucho jugar con su perra Noni (la mama le conté que a la perra le pusieron Noni porgue cuando era cachorrita se pasaba todo el dia durmiendo. Filo no se acuerda bien de eso, porque cuando Noni era chiquitita él era un bebé y les bebés no tienen mucha memoria). Algo que también le gusta mucho es cantar canciones usando una zana- horia como micréfono. Por eso, cuando su abuela esté preparando la ensa- lada, Filomeno aprovecha y le pide dos cosas: que le dé una zanahoria y que prenda la radio. Entonces, como si fuera un cantante profesional, agarra el micr6fono-zanahoria con las dos manos y mientras canta le va dando mordisquitos hasta que lo hace desaparecer. Hay dos cosas més que le gustan a Filomeno tanto como jugar con sus amigos 0 con su perra y cantar. Estas dos cosas son: que le cuenten histo: rias y hacer preguntas. Filomeno se la pasa haciendo preguntas. Le hace preguntas a todo el mundo, en cualquier lugar, jhasta en el colectivo! Su mama siempre le dice: “Filo, gno te cansds de preguntar?” Entonces Filomeno, por un ratito, deja de hacer preguntas. Pero enseguida vuelve a la carga. Filomeno conoce preguntas que empiezan con “c6mo”, otras que empiezan con “para qué” y otras que empiezan con “cuando” Pero las que realmente le gustan, las que practica todo el dia, son las que empiezan con “por qué”. {Por qué hace tanto ‘rio hoy? -le pregunta a su pap cuando lo levanta a la mafiana tempranito. Filoneno y Soffa Gustavo Santiago —iPor qué la “Noni” se puede quedar acostada y yo tengo que ir a la escuela? -pregunta mientras va a lavarse los dientes. ~{Por qué algunas veces suefio cosas lindas y otras veces tengo pesadi- llas? Sle dice a su mama mientras toma el desayuno. Y asi, preguntando por qué y por qué, Filo se va preparando para comen- zar el dia. Soffa es la mejor amiga de Filomeno. Algunas veces se pasan todo el recreo charlando. A Sofia le encantan las preguntas que hace Filomeno y a Filomeno le encantan las historias que le cuenta Soffa. Porque a Soffa lo que més le gusta hacer es contar historias. Algunas historias las inventa ella misma, otras se las cuenta su abuelo. Lo que Sofia no sabe muy bien es de d6nde saca las historias su abuelo, porque nunca lo vio leyendo ningdin libro (aunque en su habitacién tiene un mueble muy grande con libros de todos los tamafios. Soffa piensa que deben de ser de cuando el abuelo era joven, porque en vez de tener hojas blancas tienen hojas amarillas). La unica vez que Sofia le pregunt6 a su abuelo de dénde sacaba las historias, el abuelo se tocé la cabeza con un dedo y dijo: “de la memoria”. Sofia no entendié muy bien qué quiso decir el abuelo cuando dijo “de la memoria”, ni por qué se tocé la cabeza con el dedo, pero no se animé a repetirle la pregunta. Cuando Sofia le cuenta historias, Filomeno se queda calladito, escuchan dola con mucha atenci6n. Pero cuando Sofia termina o hace alguna pausa Porque no se acuerda muy bien la historia que esta contando, Filomeno se impacienta y comienza a hacerle preguntas. Episodio 2 Soffa y Filomeno estaban sentados en el tobogdn que hay en el patio de la escuela. —{Sabés lo que me conté mi abuelo anoche? -le dijo Soffa a Filomeno. —Contéme -le respondié ansioso Filomeno. —Que cuando él vivia en el campo, en Pergamino, a la noche se sentaba en ronda con todos sus compajieros de trabajo y, mientras torhaban mate, él los entretenia contandoles alguna historia. —{Se sentaban en ronda? -pregunts Filo. —Si. Mi abuelo dice que las historias hay que escucharlas sentados en ronda -contesté Sofia. —iY por qué hay que sentarse asi? ~pregunté Filo. svaqjeonpg sapepaaon ssuopipy Ediciones Novedades Educativas Capitulo 1 —No sé -contest6 Sofia-. Si querés hoy le pregunto. ~Bueno -dijo Filo-. Pero ahora contame una historia, que se esta por aca- bar el recreo. ~{Sabés qué te voy a contar? -le dijo Soffa-. Te voy a contar lo que sofié anoche. ~i¥ es lindo tu suefio? ~pregunté entusiasmado Filo. =No sé. Yo te lo cuento y después vos me decis si te gusté o no. ~Bueno, dale. -Sofié que iba caminando por la arena, jHacfa un calor! ~comenzé Sofia. —{Por la arena? jEn la playa? -No, no era una playa porque no habia mar -aclaré Soffa-. Estaba en el desierto. —iEn el desierto? ;Y qué hacfas en el desierto? —Caminaba. Iba caminando despacito, sintiendo la arena caliente en mis cuatro patas -continud Sofia. —i4Cémo en tus cuatro patas?! dijo sorprendido Filomeno-. Vos tenés piernas, no patas. Ademés, tenés dos piernas y no cuatro patas. —iYo sabfa que te ibas a sorprender! Pero, ;sabés qué pasaba? En mi sue- fio, iyo era un camello! —{Un camello? -dijo Filomeno. -Si. —iUn camello de verdad? isi {Con joroba y todo? —Si, jno me creés? ~pregunt6 Sofia. —Si, claro que te creo -respondié Filomeno un poco pensativo-. Pero me parece raro eso de sofiar que uno es un camello. —A mi también me parece raro, Por eso te lo estoy contando. Si no, gqué gracia tendria? Bueno, segul conténdome. —Yo iba caminando muy tranquila y, de repente, aparecié una sefiora que trafa un mont6n de paquetes y bolsas. Y gsabés qué hizo? Me puso todos los. paquetes y las bolsas encima y me dijo: "Tenés que llevar estos paquetes”. ‘WYOs A ONaWO]L Gustavo Santiago Filomeno y Sofia “jAdénde?”, pensé yo. “jTenés que llevar estos paquetes!”, me repiti6. Yo le queria decir: “;Ad6nde tengo que llevarlos?", pero no podia decirle nada porque era un camello, y los camellos no hablan. La sefiora me volvié a decir, gritando: "jTenés que llevar estos paquetes! jRApido!” —i¥ entonces qué hiciste? ~pregunté Filo. —Traté de correr, pero los paquetes me pesaban tanto que muy rapido no podia ir. —iY por qué no dejaste los paquetes en el suelo? —Porque la sefiora me habfa dicho que tenfa que llevarlos -respondié Soffa. —Pero, jc6mo queria que los llevaras si no te habla dicho adénde llevarlos? “Eso era lo que yo pensaba mientras caminaba, muy cansada, por el desierto. Y me dije a mf misma: "Tengo que hacer algo para que me entien: da. Voy a intentar hablarle otra vez”. Entonces caminé hacia donde estaba la sefiora y le dije bien fuerte: "iGrerrerrer!” {Qué le dijiste? iGrrrrrrrr! -repiti6é Sofia. —Pero... eso mas que un camello parece un le6n -dijo Filo. —iAdivinaste! —iQué es lo que adiving? ~pregunt6 sorprendido Filomeno. —iQue me habfa transformado en un leén! —iEn un le6n? Si —iCon cola, melena y todo eso? —iSi! zNo te parece genial? -dijo Soffa sonriendo. —Si, claro, me parece barbaro. Pero, ino es muy raro tu suefio? —Bueno, pero asf es mi suefio. {Te sigo contando o te aburriste? -pregunté Soffa. —No, segut, seguf -le dijo Filo-. ;Qué hizo la sefiora cuando se dio cuenta de que eras un le6n? —Salié corriendo gritando: “iSocorro!, jsocorro!”. Ahi aproveché, dejé to dos los paquetes en el suelo y me fui corriendo y pegando saltitos mientras pensaba: “Por fin soy libre!”. ~jLibre? Libre de qué? ‘Seag}eonpy S9pepason SsuODIPY Ediciones Novedades Educativas Capitulo, 1 ~y, de tener que cargar con todos esos paquetes tan pesados. —iY para qué querias ser libre? -le pregunté intrigado Filomeno. —Bueno, eso es lo que empecé a pensar cuando me cansé de correr. Pen- saba: “Ahora que soy libre, ;qué puedo hacer?, ;qué quiero hacer?” Y mien- tras pensaba esto, me tropecé con algo que estaba medio enterrado en la arena. {Sabés qué era? {Una rueda de bicicletal —jLa rueda sola o toda la bicicleta? —No, la rueda sola. Y, sabés qué pas6? Cuando vi la rueda me di cuenta de lo que realmente queria hacer: jjugar! Entonces desenterré la rueda ha ciendo un pocito con las manos y me puse a jugar haciéndola girar por la arena. —Esperé —dijo Filo-. {Con qué dijiste que sacaste la rueda de la arena? —Con las manos, ;con qué va a ser? ~respondié Sofia. —Pero los leones no tienen manos. Tienen patas -aclaré Filomeno. Es que cuando encontré la rueda... jya era yo de nuevo! —iCémo que eras vos? ~Y, si. Era Sofia otra vez. ~iY antes quién eras? —jAntes? gCudndo? —Cuando eras el le6n 0 el camello. No segufas siendo Soffa? —Bueno, no sé. {Puede ser que fuera yo y que, al mismo tiempo, fuera un le6n 0 un camello? ~pregunt6 Soffa. iY yo cémo voy a saberlo, si la que estaba sofiando eras vos? Pero, gc6mo termin6 tu suefio? ;No pasé nada més? —Creo que no... No me acuerdo. —La verdad es que tu suefio me parecié bastante divertido -le dijo Filo-. Yo nunca sofié cosas tan raras. {Estas segura de que eso es lo que verdadera- mente sofiaste, no? {No habrds inventado todo eso nada mds que para con térmelo a mi? —iY qué diferencia habria? “le respondié Soffa-. ;Acaso los suefios no son historias que nos inventamos y que nos contamos a nosotros mismos mien: tras dormimos? Justo cuando Filo pensaba en algo para contestarle a Sofia, la seforita Laura comenzé a llamar a todos los chicos para que volvieran al salén. WJos A OxaWo}Ly 10 Gustavo Santiago Episodio 3 Filomeno lleg6 a su casa muy contento. El suefio de Sofia todavia estaba muy vivo en su memoria. Después de darle un beso a su abuela, dejé la mochila sobre la cama y se fue a jugar con la Noni. Jugaron a correrse. Primero Filomeno empez6 a dar vueltas alrededor de un arbol que esta justo en el medio del patio, y la Noni lo persegufa ladrando a grito pelado. Cuando se cansé de que la Noni lo corriera, Filo se dio vuelta bien rapido y empez6 a correrla a ella. Después de un rato estaban los dos tan cansados que tenfan que respirar con la boca abierta. La Noni sacaba la lengua bien afuera, como si se la estuviera mostrando al doctor. Filomeno probé respi- rar como la Noni, pero en seguida le parecié que por algo los nenes no respiran con la lengua afuera. “Es muy inc6modo”, pens6, y se senté a descansar contra el Arbol. Su papé dice que el arbol es un ciruelo, pero Filomeno nunca.vio que diera ninguna ciruela, asi que no est4 muy seguro de que sea un ciruelo de ver- dad. “Si un pajaro no vuela, ges un verdadero pdjaro? -pens6 Filomeno-; si un perro no ladra, ges un verdadero perro?; si un ciruelo no da ciruelas, ipuede ser un verdadero ciruelo? A lo mejor sdlo se parece a un ciruelo, pero en realidad no lo es”. De repente, el suefio de Soffa volvié a aparecer en su cabeza. ~iQué estas haciendo, tan calladito? -le pregunt6 su abuela. ~Estoy pensando -respondié Filo. ~iY se puede saber en qué estds pensando? -En una cosa que me conté Sofia. Un suefio en el que primero era un camello, después un le6n y después era ella misina. Me estaba imaginando c6mo me sentiria yo si fuera un camello -iY cémo te sentirias? -Me parece que mal, porque los camellos no hablan y a mi me gusta mucho hablar. -En eso saliste a mf -dijo la abuela riéndose, mientras lentamente iba caminando hacia la cocina para calentar la comida. Filomeno no entendié muy bien de qué se refa su abuela, pero igual se puso contento porque le gusta mucho verla reir. Después de almorzar, Filomeno se sacé los zapatos y -e acosté en el sill6n grande del comedor (Filo sabe que a su mamé no le gusta que ponga los pies arriba del sillén, pero como su abuela no lo reta, cuando estan los dos solos siempre lo hace) y se puso a cambiar los canales del televisor con seanvonpg sopepaAon ssuOPIpS Ediciones Novedades Educativas Capitulo 1 it el control remoto, como hace su papa. "{Cémo funcionaré esto?”, se pre- gunt6 Filo mientras cambiaba de un canal a otro. “Debe mandar un rayo invisible que le dice al televisor que cambie de canal”, pens6. Cuando Ilegé al canal de los dibujitos, se quedé mirando un momento, pero enseguida se dio cuenta de que ese capftulo lo habia visto un monton de veces y se lo sabia de memoria. Entonces siguié cambiando los canales hasta que llegé al de los animales. “Aaaaggg, jqué horrible!”, dijo Filo al ver unas arafias peludas que estaban luchando entre si. A Filo le gustan mucho todos los animales. 0 casi todos, porque a las arafias no las puede ni ver. Justo cuando iba a apagar el televisor para ir al fondo con la Noni, soné el teléfono. “;Quién sera? {Seré mamA? Pap no, porque papa nunca llama cuando esté trabajando”. -Es para usted, sefior le dijo la abuela sonriendo. -iPara mi? -se sorprendié Filo-. gEs mama? -Me parece que no -dijo la abuela haciéndose la misteriosa-. Vamos, :no vas a atender? Filomeno se bajé del sillén y, descalzo como estaba, fue a atender al telé- fono. Cuando escuché la voz se dio cuenta enseguida de que era Sofia. “Si..., bueno..., espera que le pregunto a mi abuela”, dijo. —Abue, es Sofia; dice si quiero ir a jugar a su casa. ;Puedo? “Si, si su mamé est de acuerdo. —Dice Soffa que su mamé no estd, pero que su abuela y su abuelo la dejan. —Bueno, entonces. Pero portate bien, Después de colgar el teléfono y mientras se ponfa un par de zapatillas, Filo le pregunt6 a la abuela: —Abue, {por qué siempre me estas diciendo “portate bien”? —Porque soy una vieja aburrida -le contesté la abuela riéndose-. Yo sé que vos siempre te portas bien. Filomeno se qued6 pensativo. “No es cierto que siempre me porto bien - pens6-. Tampoco es cierto que la abuela sea una aburrida”. Iba a decirle a su abuela que no le habia entendido bien, pero prefirié callarse y empezar a juntar las cosas que iba a llevar a la casa de Soffa. Vos no venis, porque si te llevo seguro que hacés un lio barbaro —le dijo aun mufieco vestido con ropa de soldado-. Ademés, a Soffa no le gustan los juegos de guerras o de peleas. 12 g 3 Gustavo Santiago —Vos te venis conmigo -le ordené a un oso de trapo-. Seguro que Sofia nos cuenta una historia a los dos. jNo vayas a interrumpirla cuando habla, eh! —Filomeno, icon quién estas charlando? -le pregunté la abuela desde la cocina. —Con nadie, abuela; con mis juguetes. ~iY te hacen caso? ~Abuela, ic6mo me van a hacer caso si son nada mas que juguetes? ‘ Episodio 4 Sofia y Filomeno estaban sentados sobre unos cajoncitos de madera que la mamé de Soffa tiene en el fondo. ~iQué gato gordo! -dijo asombrado Filomeno. -No es un gato. Y tampoco es gordo -le dijo Soffa. -iCémo que no es un gato? —Te digo que no es un gato. Es otra cosa. ~Pero yo veo un gato. Si no es un gato, ¢qué es? ~Adivina. -No sé. Decime vos. Para mi es un gato. ~iEs una gata! —dijo Soffa riéndose. —Bueno, estd bien, es una gata. Pero os una gata gorda. -No -dijo Soffa. Es una gata flaca; muy, muy flaca. No es cierto, Es una gata gorda, muy, muy gorda ~dijo Filomeno. —Es mi gata, se llama Piolin. Y le pusimos ese nombre porque es muy, muy flaca ~agregé Soffa, riéndose de nuevo. ~iY por qué entonces yo la veo gorda? -pregunt6 Filomeno. Porque ahora est gorda. Pero pronto va a volver a ser flaca como siempre. -(Me estas cargando? ~dijo Filomeno. -No, Filo. Lo que pasa es que Piolin va a ser mama. jEsté embarazada! ~iY el esposo quién es? -pregunté Filomeno. -iEl esposo? Seareonpa sopepason seuOPIpg ~Claro, el papa de los gatitos. Ediciones Novedades Educativas Capitulo 1 13 Ah, no se sabe. -iC6mo que no se sabe? gEntonces no van a tener papa? -iY eso qué tiene de malo? -dlijo Soffa que ya no estaba tan contenta-. Yo tampoco tengo papa. Yo la voy a ayudar a Piolin como si yo fuera la mama de ella. ;Te imaginas? Voy a ser como la abuela de los gatitos. {No es genial? ~Puede ser -dijo Filomeno, y se quedé muy pensativo. oo¢ —Sofi, ;puedo hacerte una pregunta? le dijo Filomeno. Claro que podés. —i¥ me vas a contestar la verdad? —Por supuesto. ;Qué me querés preguntar? No, nada. Dejé. Otro dia te lo pregunto. —Filomeno, ;qué te pasa? -le dijo Sofia. —No me pasa nada. Solamente estoy un poco triste. Pero ya se me va a pasar. —iNo me querés contar por qué estés triste? ~le pregunt6 Sofia. —No, mejor hablemos de otra cosa. —jTampoco me vas a decir qué me querfas preguntar? —No, Sofi. Mejor contéme una historia. Mmm... Te voy a contar algo mejor que una historia. ;Te voy a contar un secreto! {Un secreto? -dijo sorprendido Filomeno-. Algo que no sabe nadie, na die mas que vos? —Claro, Los amigos pueden contarse secretos. Y yo te voy a contar un secreto para que veas que para mf sos mi mejor amigo. Pero prometéme que no te vas a refr de mi. —Te lo prometo -dijo Filomeno-. Ahora contéme, jcudl es ese secreto? —Hace muchos, muchos afios, cuando yo era chiquita, les tenia miedo a los trenes. —iA los trenes? a 2 3 =Te copiaste. Eso es lo que dijo Filomeno -le dijo Soffa con una cara rara, ° como si estuviera enojada. ~iY qué? -dijo Josefina- ;No puedo pensar lo mismo que Filomeno? Por un momento, la sefiorita, Soffa y Jose se quedaron en silencio. Hasta que la sefiorita dijo sonriendo: ~iQué pasa, Filo? gPor qué te ponés colorado? oe Mientras Filomeno pensaba qué contestarle a la sefiorita Laura, se escu- ché la voz de Tomas diciéndole una cosa muy pero muy fea a una nena. Filomeno pens6 que la sefiorita iba a retar a Tomés, pero, en vez de retarlo se acercé a él, se puso las manos en la cintura y con la cara muy cerquita de la suya, le dijo, hablando muy fuerte: ~iQué bonito! ;Muy lindo lo que le dijo a la compaferita! ;Ahora parece que el sefior es todo un poeta! ~Sefiorita -dijo Filomeno-. A mi lo que dijo Tomas me parecié muy feo. ;Por qué le dice “qué bonito”? ~iFilomeno! -contesté la sefiorita, que ahora parecia mAs enojada que an- tes-. No es momento de hacer preguntas. ;Ahora vas y te sents en tu mesita! Filomeno se qued6 muy quietito, sorprendido por la respuesta de la sefio- rita. No entendia por qué se habia enojado con él. Siempre decfa que estaba bien hacer muchas preguntas, y ahora lo retaba porque habia hecho una. Ademés, gqué queria decir eso de que “no es momento de hacer preguntas”? jHay momentos en los que esta bien y otros en los que esta mal hacer pre- guntas? Eso nunca se lo habia dicho nadie. Ni siquiera su abuela, que deca muchas, pero muchas cosas. Vamos a Sentarnos, Filo -le dijo Sofia, agarrandolo de la mano-. En qué te quedaste pensando? -En muchas cosas le contesté Filo, contento de que Sofia lo escuchara. Y después de estar en silencio un momentito, le pregunté: Sofi, gqué es un poeta? Episodio 2 Soffa y su mama estaban sentadas en el sill6n del comedor, delante del televisor. En realidad, el televisor estaba prendido, pero ninguna de las dos seapeonpg sopepason ssuopipg 3g 3 4 2 Z 4 Capitulo 5 43 estaba mirando nada. Hacia un rato que los abuelos se habfan acostado a dormir, después de tomar un plato de sopa cada uno. Los abuelos de Soffa todas las noches toman sopa, también en las noches de verano en las que hace mucho calor. Soffa disfruta mucho ese ratito en que se queda sola con su mama. Algu: nas veces juegan con unos mufiequitos de extraterrestres que a la mama de Soffa le gustan mucho. Otras veces se quedan charlando o viendo televisién. -Ma, jestés mirando? -le pregunté Sofia. -La verdad, no -contest6 la mamé-. Si me preguntas de qué se trata, no tengo ni idea. -iLo apagamos y jugamos a algo? -dijo Soffa, poniéndose contenta. -No, hija, mejor no. Dejemos la tele prendida. Pero, mama, zno me dijiste que no estabas mirando nada? -Si, pero estoy tan cansada que prefiero quedarme asi, sin hacer nada. Una vez la mamé le cont6 a Sofia que para recibirse habia tenido que hacer un esfuerzo muy grande y que s6lo porque sus ganas de ser médica eran tantas logr6 superar todos sus problemas. Sin embargo, aunque esté muy contenta de ser médica y de trabajar en el hospital, algunas veces, cuando vuelve a la noche, tiene cara de estar preocupada o triste. ~{Pas6 algo en el hospital, ma? ~le pregunt6 Soffa. —Ay, hija, hija -dijo la mama y le dio un beso muy suavecito en la frente. Las dos se quedaron asf un buen rato, en silencio, mientras en la televisi6n terminaba un programa y comenzaba otro. De pronto, la mamé le hizo una caricia en la cabeza y le dijo: “me parece que ya es hora de ir a dormir”. Una cosa, mami -dijo Sofia. ~iQué, mi amor? -le contest6 la mama. {Me vas a llevar mafiana al cumple de Carolina? Lamamé de Sofia respiré hondo, como sie faltara el aire y dijo en voz bien bajita: Claro, hija, gc6mo no te voy a llevar? oO Filo estaba en su habitacién poniéndose las zapatillas nuevas, las que s6lo usa para salir de paseo. yog 4 onawoyy 44 Gustavo Santiago ~Ponéte la remerita verde -le dijo su mama desde el comedor. -Si, ma -respondié Filomeno. Hay dos remeras que para Filomeno son especiales: una roja, con un cuellito azul que le gusta porque se la regalé su tfo Ernesto (Filo quiere mucho a su tio Ernesto porque siempre que va de visita le hace chistes y juega con él. Pero como vive lejos, no son tantas las veces en que puede visitarlo) y la verde, que le gusta simplemente por eso, porque es verde y ése es su color preferido. Mientras se ponfa la remera, Filo pensaba en que ya no faltaba mucho para su cumpleafios, porque estaba empezando a hacer calor y su cumpleafios es en verano. Antes de comenzar la escuela, a Filo le gustaba que su cumplea- fios fuera en verano, porque podia invitar a algunos amigos del barrio a jugar en el patio y porque sabfa que después de cortar la torta su mamé servia helado para todos y a Filomeno el helado ~especialmente el helado de duraz. no- es una de las cosas que més le gustan. Pero, desde que va a la escuela, ya no esté tan contento con su fecha de cumpleafios porque, como es en vacaciones, seguro que muchos compafieros no pueden ir a su fiesta. ~i¥a ests listo? -pregunté su mamé entrando a la habitacién-. Miré que la tarjetita dice a las cinco y ya son las cinco y cuarto. -Si, ya voy, ma -respondié Filo-. ;Y el regalo? Arriba de la mesa. {Lo vas a llevar vos 0 me lo vas a hacer cargar a mi, como siempre? “Mejor llevalo vos, ma, porque la que cumple es una nena -respondi6 Filo. -i¥ eso qué tiene que ver? —Nada, ma. Pero los otros chicos me pueden cargar. Episodio 3 La puerta de la casa de Carolina estaba adornada con dos globos y un cartel de color rosa en el que una elefanta y una jirafa decian“Bienvenidos”. Filo salud6 a Carolina, le dio el regalo -un libro que habia elegido con su mamié: y se fue a jugar con los otros chicos. Cuando se cansé de correr, Filo fue para la cocina a tomar un vaso de gaseosa. En ese momento vio a Soffa, que estaba parada delante de los regalos de Carolina. Hola, Sofi -la salud6 Filomeno-, no te habia visto, gllegaste recién? Filoneno y Sofia Seapeonpg sapeperon souopips Ediciones Novedades Bducativas Capitulo 5 45 -Si. Estaba por ira jugar con ustedes, pero me quedé un ratito mirando los regalos. ~iTe gustan? -le pregunté Filo. ~Algunos si son muy lindos. Pero otros... ~Bueno, cada cual regala lo que puede -dijo Filo. -No, pero si yo no estoy diciendo que sean feos. ~iY entonces? —dijo Filo sin entender qué era lo que le molestaba a Soffa. ~Miré estos juguetes -dijo Sofia-: una planchita, una escobita, una cocinita. ~{Qué tienen? -dijo sorprendido Filo-. Estén lindos, parecen de verdad. -Eso es lo que no me gusta. -No te entiendo ~dijo Filo. -Eso, que parecen de verdad. A mf nunca me regalaron juguetes como esos porque mi mamé dice que esas cosas son para trabajar, para hacer cosas que son necesarias, pero que no le gusta hacer a nadie, no para jugar. {Vos qué le trajiste a Carolina? -Un libro. Es de una familia de osos que viven en un bosque y, un dia que estan paseando, llega una nena y primero les come toda la comida que tie nen guardada en la heladera, después se mete en su bafiadera y, al final, se acuesta en su cama, ~iLe lefste el regalo a Carolina antes de regalarselo? -No, Sofi, Lo que pasa es que yo a ese libro ya lo tengo. Es bastante diver- tido porque los osos, cuando llegan a la casa, no entienden qué fue lo que pas6 y cuando ven a la nena durmiendo se asustan mucho. iY eso qué tiene de divertido? A mf asustarme no me divierte nada. -A mi, tampoco, Pero lo que pasa es que no te lo estoy contando bien. Si querés, después te presto el libro y lo leés tranquila. Vas a ver que es divertido. ~{Te fijaste que en todos los cuentos pasan siempre cosas muy raras? ~iCosas raras? {Como qué? -pregunté Filo. ~¥, por ejemplo, en ese cuento que me estabas contando, los osos tienen una casa con heladera, camas, bafladeras. Los osos de verdad no tienen nada de eso. -Es cierto. Siempre hay animales que hacen cosas que los animales de verdad no hacen. wyos A ovawoyy Filoneno y Soffa 46 Gustavo Santiago -O personas que tienen poderes, que vuelan o cosas asf dijo Soffa mien- tras se servia ella también un poco de gaseosa-. {Por qué no harén cuentos con cosas que pasan de verdad? Cuando Filomeno estaba pensando en algo para responderle a Sofia escu- charon unos gritos que venian del patio. Primero se escucharon voces de chicos y, enseguida, las de los papas y las mamés. ~{Vamos a ver qué pas6? -dijo Soffa y los dos dejaron los vasitos en la mesa y salieron corriendo. eee Cuando llegaron al patio vieron a la mamé de Carolina que estaba lloran- do, mientras el papa hablaba por teléfono, y escucharon que la mama de Soffa decfa “no la muevan, no la muevan”. Los nenes estaban todos amonto- nadbos, tratando de ver qué pasaba, mientras algunas mamés y algunos pa: pas les decian que fueran a jugar adentro. ~iQué pas6, ma? —dijo Filomeno, un poco asustado con tanto alboroto. -Natalia se cay6 y se doblé el brazo ~contest6 la mama. ~zY se lastimé mucho? -La mamé de Soffa dice que no es nada serio, pero que duele mucho. Ahora va a venir una ambulancia y la van a llevar al hospital para hacerle algunos estudios. -iY la mamé de Soffa no la puede curar? Ella es doctora, ino? -Si, Filo, pero ella es cirujana y lo que Natalia necesita es un traumat6logo. ~{Un qué? -dijo Filo con cara de susto. -Es un médico que se especializa en fracturas y torceduras -le explicé la mama. En ese momento soné el timbre. Filomeno pens6 que seria la ambulancia, pero no. El que entré fue el padre de Natalia que, cuando la vio, comenz6 a decir en voz muy alta: iA vos te parece! jHacernos esto a mama y a mi! ;Qué clase de nena sos, que andés corriendo y revoleandote como los varones? jCudntas veces te dijimos que las nenas no tienen que andar corriendo y saltando como si fueran nenes? Pero sefior —dijo la mama de Sofia-, Natalia no se cayé por ser nena, se cayé por un accidente. seaeonpg sapepason souopIpg Ediciones Novedades Educativas Capitulo 5 47 ~iY qué tenfa que hacer corriendo? ~dijo el pap4 de Natalia. -Lo que hace cualquier chico: jugar. Cuando Natalia vio a su papa tan nervioso, se puso a llorar todavia mas fuerte de lo que estaba llorando. El timbre soné de nuevo, Esta vez sf era la ambulancia. Un doctor y una doctora vestidos de verde entraron y fueron rpido al lugar donde habfan acostado a Natalia. La mamé de Soffa les dijo que ella era médica y que crefa que Natalia se habia fracturado el brazo. El doctor salié rapido para afuera y enseguida volvié con otro sefior y una camilla y, entre los dos subieron a Natalia y pasaron muy rapido con ella hacia la ambulancia. Los papas de Natalia se fueron con ellos. WYOs A ONSWO}LY g 3 q 3 é 5 a Episodio 1 Filo, ite diste cuenta de una cosa? -le dijo Soffa. {De qué, Sofi? —De que se termina el ajio. -Si -respondié Filo-. Te acordas del primer dia de clase? ~Me acuerdo de que hacia mucho frio -dijo Soffa. =Si, y habfa un montén de chicos llorando en la puerta, jte acordés? -dijo Filomeno. -Ajé. Sabés qué me parece raro? Que en ese momento no fuéramos amigos. ~iY cémo fbamos a ser amigos si no nos conocfamos? ~Eso es lo que me parece raro, que no nos conociéramos. Creo que ni siquiera me acuerdo de cuando fue que hablamos por primera vez. -Mmmim, no s6; yo tampoco me acuerdo. Qué cosa rara que es la memo- ria: cuando te querés acordar de algo, no podés; cuando no querés acordar- te, el recuerdo viene solo. ~4C6mo? ~pregunt6 Sofia. ~iNunea te pasé con las canciones? Te querés acordar de una cancién y no te sale; después estés jugando y, sin darte cuenta, ests cantando esa can: ci6n que no te acordabas. Si, tenés razén -dijo Soffa. Filomeno y Soffa 50 Gustavo Santiago ~{Sabés de qué me acordé ahora?, del dia en que me contaste la primera historia. Yo estaba sentado en mi mesita, creo que tenfamos que hacer un dibujo 0 algo asi. Me acuerdo de que estaba un poco triste, porque a mi mucho no me gustaba, al principio, venir a la escuela. Entonces vos te acer: caste y me preguntaste si no queria que me contaras una historia. Pero, ;qué te pasa? ~iQué me pasa? Pasa que me estoy acordando de una cosa. ;Vos no eras uno de los nenes que lloraban en la puerta porque no querfan entrar a le escuela? ~{Yo? Me parece que no te acordas bien, me confundis con Martin 0 con otro de los chicos. Puede ser, la verdad es que muy clarito no me acuerdo, pero estoy casi segura. Igual, eso no tendria nada de malo, ;no? -iNo? {No te parecerfa mal que un nene lloraré porque no quiere ir a la escuela? le pregunté Filomeno. ~iY por qué me iba a parecer mal? oe Filo estuvo todo el dia tratando de recordar cudndo habla hablado con Soffa por primera vez, pero no pudo. Cuando le parecfa que el recuerdo esta baa punto de llegar, las cosas se le mezclaban y Soffa se convertia en Paulina oen Victoria. No es que se convirtiera de verdad en ellas, sino que en el recuerdo se mezclaban como si fueran la misma nena. Cuando su mama llegé del trabajo, Filo le conté lo que le pasaba. La mama se quedé pensativa y después le dijo: ~iSabés de qué me hiciste acordar? De un cuento. Era una historia un poco extrafia sobre un lugar en el que las cosas nunca eran las mismas cosas. Si alguien se estaba bafiando en el rio y salfa un ratito del agua, ya no podia volver a meterse al rfo porque el rio se habfa transformado en otra cosa. ~iNadie se podfa bafiar dos veces en el mismo rio? ~pregunté Filomeno. -No, ni jugar dos veces con el mismo juguete, ni mirarse dos veces. al espejo. {EI espejo se transformaba en otra cosa? -insistié Filo. -Si, por ejemplo en un arbol o en una piedra. Pero la gente igual podfa mirarse en otro espejo -dijo Filo. seagieonpg s9peparon, souCIIpg Ediciones Novedades Educativas Capitulo 6 51 -Si, pero si se miraba en un espejo vefa una cara y si se miraba en otro, vela una cara diferente. -Ma, no entiendo nada -protesté Filo-. {La gente cambiaba de cara todo el tiempo? -Si, ms 0 menos como te pasa a vos cuando querés acordarte de la pri- mera vez que hablaste con Soffa: primero tiene una cara y después tiene otra. Filo y su mamé se quedaron en silencio un ratito. Después, su mama le dijo: ~iTe acordés del dia en que estuvimos mirando fotos? Un dfa en el que llovia a céntaros. -Si, me acuerdo de que papa habfa tenido que salir y que no me habfa podido contar el cuento de los domingos. -4Sabés por qué me acordé ahora? Porque estaba pensando que con las fotos también pasa algo parecido a lo que deciamos antes. También all las caras de las personas van cambiando. ~iEn las fotos? -pregunté Filo asombrado. ~Bueno, en realidad en las fotos no, sino en la gente. Cuando miro una foto de cuando era més joven veo que tengo una cara; si miro una de algunos afios después, la cara ya no es igual, igual. Ahora que lo pienso me parece que las fotos sirven para eso, para ayudar a la memoria a recordar. -iY los recuerdos son como fotos? -pregunté Filomeno. —No sé, hijo -respondié su mamé-. Pero, qué interesante que es esto de la memoria, ;no? ~Interesante y_misterioso -dijo Filo. Episodio 2 Cuando los chicos entraron al aula, a la mafiana temprano, la sefiorita Laura ya tenfa todo preparado. Habfa colocado las sillas en ronda y, justo en el centro, habla puesto una mesa repleta de cosas diferentes. “ {Para qué seran todas estas cosas?”, pensé Filomeno. Iba a preguntarselo a la sefiorita, pero se dio cuenta de que lo que la sefiorita Laura estaba esperando era que se sentaran y que hicieran silencio para poder explicarlo. wyog A ovawoyy 52 Gustavo Santiago Filomeno y Sofin ~Como ustedes saben -comenz6 la sefiorita con un tono emocionado-, hoy es un dia especial. El largo camino que comenzamos a principio de afio va llegando a su fin. Es por eso... ~dijo, y por un momento no pudo continuar porque los ojos se le llenaron de lagrimas y tuvo que sonarse la nariz con un pafiuelo que tenfa preparado en la mano. ~iQué le pasa, sefiorita? ~pregunt6 Soffa-. {Se siente mal? ~iNo ves que esté triste porque se terminan las clases? ~dijo Martin. -No, no estoy triste ~dijo la sefiorita-. Aunque parezca raro, estoy llorando porque estoy contenta. -A mi no me parece raro -dijo Mauro-. Yo también cuando estoy muy con- tento Horo. ~Gracias, Mauro -dijo sonriendo la sefiorita-. En realidad, lo que me pasa es que estoy emocionada porque se terminan las clases. Pensaba decirles un largo y aburrido discurso pero, mejor, les digo para qué traje todas estas cosas. Entonoes, la sefiorita explicé que iban a jugar a filosoffa por ditima vez, que iban a contar la tltima historia, pero que antes querfa que cada uno de los chicos pensara en el afio que habfan vivido juntos y que eligiera uno de los, objetos que habia sobre la mesa. La condicién que tenfan que tener en cuen- ta para elegir el objeto era que les hiciera acordar a algo que hubiera pasado ese afto. ~iEntendieron qué es lo que hay que hacer? ~pregunt6. Si, sefio dijo Natalia-. Primero tenemos que pensar en todo lo que hici- mos este afio y después ver si alguna de estas cosas nos hace acordar algo que hayamos hecho. -Eso es ~dijo la sefiorita, sondndose de nuevo la nariz. Todos los chicos se acercaron a la mesa y se pusieron a mirar los objetos. Habia cosas muy raras: una llave grandota que seguro que no cabfa en nin- guna cerradura, un globo pinchado, un reloj despertador, un mouse de com: putadora, un teléfono viejo, un zapatito de bebé, un ovillo de lana, una pelota de pléstico, una heladerita de juguete, un par de anteojos y un montén de cosas més. Martin y Federico comenzaron a discutir porque les habfa gustado el mis- mo objeto: un camioncito volcador al que le faltaba una rueda. Estaban a punto de pelearse cuando decidieron preguntarle a la sefiorita si los dos podian elegir el mismo camién. Como la sefiorita estuvo de acuerdo, se sen- taron rapido a esperar que los demas terminaran de elegir. ‘seareanpa sapeparon souopypg, Ediciones Novedades Educativas Capitulo 6 53 Cuando todos estuvieron sentados, la sefiorita Laura dijo que iban a expli car por turno su eleccién y les pidié a Federico y Martin que, ya que habfan elegido el mismo objeto, comenzaran ellos. ~Yo lo elegi porque a mi los camiones me gustan mucho -dijo Federico:; y las cosas que aprendf este afio también me gustaron mucho. -iY por qué no elegiste el otro camién, que es igualito a este pero esté entero? ,No lo viste? -pregunté la sefiorita. -Si lo vi, sefio ~respondié Fede-, pero elegi éste por eso, porque le falta la rueda. -No entiendo, Fede -dijo la sefiorita. -Es que a mi las cosas que hicimos me gustaron mucho, como el camién. Pero, cuando algunas veces usted me retaba y me decfa que me porte bien era como si al camién se le saliera la rueda -explicé Federico. ~iY vos, Martin? Por qué elegiste el mismo camién? ~Porque asi quedan enseguida mis juguetes. Nunca me duran sanos. ~iY eso qué tiene que ver con lo que hicimos este afto? -pregunté Tomés. ~¥, que me di cuenta de que nadie me quiere prestar las cosas porque se me rompen. Cuando se rompié el lapiz de Paulina, no me gust6 que todos pensaran que habia sido yo, pero me di cuenta de que tenfa que tener més cuidado con las cosas que me prestan ~Yo eleg/ el reloj -dijo Victoria cuando Ie tocé el turno de hablar, porque para mf lo que paso a lo largo del afio fue el tiempo, y a los relojes los hace andar eso: el tiempo. -Cémo, cémo? ~pregunt6 la sefiorita Laura, que ahora parecia estar de muy buen humor, —Claro -explicé Vicky-. Los relojes adentro tienen tiempo y cuando el tiem: po sale de los relojes, los numeritos van cambiando y entonces va pasando el tiempo. ~i€s asf, sefio? -pregunt6 Raquel. -iY a vos qué te parece? —le pregunté la seftorita Después de que Raquel dijo lo que pensaba, estuvieron charlando un buen rato acerca del tiempo. Parecfa que cada chico tenfa una idea diferente y que nunca iban a ponerse de acuerdo. La sefiorita se dio cuenta de que si se- guian con ese tema muchos nenes iban a quedarse sin decir por qué habian elegido su objeto, asf que pidié que interrumpieran la discusién. yyog A onanoyly 54 Gustavo Santiago Cuando cada uno de los chicos explicé su eleccién, la sefiorita dijo que todavia faltaba algo mas. Episodio 3 -Y ahora... ~anuncié la sefiorita., ahora viene el broche de oro. Qué quiere decir “el broche de oro”? -pregunté Raquel. —Quiere decir que viene el final, y que el final es lindo, ;no, sefio? -intervino Maria Luz. — Bueno, quiere decir que es un final especial -respondié la sefiorita. -iY cual va a ser ese final? spregunt6 Tomas. —Una historia. Porque una de las cosas més importantes que hicimos este afio fue aprender a contar historias jugando a Filosofia. Entonces, pensé que lo mejor era que terminéramos de esa forma: con una historia. ~iY la va a contar usted, sefio? -pregunt6 Clara. -No. La van a contar dos nenes, los nenes que inventaron el juego. Todos los nenes giraron sus cabezas hacia donde estaban sentados Soffa y Filomeno. Se pusieron tan pero tan colorados que parectan dos manzanas con ojos. La sefiorita les sonrié y les dijo que pensaran alguna historia linda para dar por terminado con el juego por ese afio. -iPor qué tenemos que terminar, sefiorita? ~ pregunt6 Josefina. Porque se terminan las clases, Jose -le respondié la sefiorita Laura. -iY no hay ninguna manera de hacer que las historias no se terminen? ~ insistié Josefina. ~Creo que tengo una idea dijo Soffa, con cara de pensativa-. Una vez mi abuelo me conté una historia que no se podia terminar. ~{Tan larga era? ~pregunt6 Soledad -No, no era muy larga pero era... jredonda! ~dijo Soffa entusiasmada -1Cémo redonda, Soffa? No te entiendo -dijo la sefiorita Laura. Claro, era redonda y por eso no sé podfa terminar, porque el principio y el final era el mismo. En realidad, no habia ni principio ni fin. -Sigo sin entender. Filoweno y Sofia Seaeonpg SopepoAon SuUO!IPs Ediciones Novedades Educativas Capitulo 6 55 ~No sé cémo explicarlo bien, sefio. Pero, a lo mejor, si lo podemos hacer no hace falta explicarlo. Entonces Soffa le dijo algunas cosas al ofdo a Filomeno. Al principio pare cia que Filo tampoco entendfa lo que Soffa queria hacer, pero después co menz6 a decirle que sf con la cabeza. -Bueno, ya estamos listos -dijo Sofia. oOoe La sefiorita pensaba que Soffa y Filomeno le iban a explicar la idea de nuevo, pero, en vez de hacer eso, se pusieron a contar la historia que habfan preparado. La primera en comenzar a contar fue Sofia. “A Filomeno -dijo Soffa: hay varias cosas que le gustan. Cuando esté en la escuela, le gusta mucho jugar con sus amigos; cuando est4 en Su casa, le gusta mucho jugar con su perra Noni (la mama le conté que a la perra le pusieron Noni porque cuando era cachorrita se pasaba todo el dia durmien. do. Filo no se acuerda bien de eso, porque cuando Noni era chiquitita él era un bebé y los bebés no tienen mucha memoria). Algo que también le gusta mucho es cantar canciones usando una zanaho- ria. como micr6fono. Por eso, cuando su abuela esté preparando la ensalada, Filomeno aprovecha y le pide dos cosas: que le dé una zanaheria y que pren- da la radio. Entonces, como si fuera un cantante profesional, agarra el mi- créfono-zanahoria con las dos manos y mientras canta le va dando mordisquitos hasta que lo hace desaparecer. Hay dos cosas ms que le gustan a Filomeno tanto como jugar con sus amigos 0 con su perra y cantar. Estas dos cosas son: que le cuenten historias y hacer preguntas. Filomeno se la pasa haciendo preguntas. Le hace preguntas a todo el mun- do, en cualquier lugar, jhasta en el colectivo! Su mamé siempre le dice: ‘Filo, ino te cansés de preguntar?’ Entonces Filomeno, por un ratito, deja de hacer preguntas. Pero enseguida vuelve a la carga. Filomeno conoce preguntas que empiezan con ‘cémo’, otras que empiezan con ‘para qué’ y otras que empiezan con ‘cuando’. Pero las que realmente le gustan, las que practica todo el dia, son las que empiezan con ‘por qué” ~iPor qué hace tanto frfo hoy? “le pregunta a su pap4 cuando lo levanta a la mafiana tempranito. ~{Por qué la ‘Noni’ se puede quedar acostada y yo tengo que ir a la escue- la? pregunta mientras va a lavarse los dientes. twos 4 onanony 56 Gustavo Santiago Filomeno y Sofi ~{Por qué algunas veces suefio cosas lindas y otras veces tengo pesadi llas?-le dice a su mama mientras toma el desayuno. Y asi, preguntando por qué y por qué, Filo se va preparando para comenzar el dia.» eo Sofia hizo silencio. Entonces continué Filomeno: «Sofia es la mejor amiga de Filomeno. Algunas veces se pasan todo el recreo charlando. A Soffa le encantan las preguntas que hace Filomeno y a Filomeno le encantan las historias que le cuenta Soffa. Porque a Sofia lo que mas le gusta hacer es contar historias. Algunas historias las inventa ella misma, otras se las cuenta su abuelo. Lo que Soffa no sabe muy bien es de dénde saca las historias su abuelo porque nunca lo vio leyendo ningin libro (aunque en su habitacién tiene un mueble muy grande con libros de todos los tamajios. Soffa piensa que deben de ser de cuando el abuelo era joven porque en vez de tener hojas blancas tienen hojas amarillas). La Gnica vez que Soffa le pregunté a su abuelo de dénde sacaba las historias, el abuelo se tocé la cabeza con un dedo y dijo: ‘de la memoria’. Soffa no entendié muy bien qué quiso decir el abuelo cuando dijo ‘de la memoria’, ni por qué se tocé la cabeza con el dedo, pero no se animé a repetirle la pregunta.» ‘seaqeonpy sapepaaony SoUOpIP, Filomeno y Sofia cuenta la historia de dos nifos (éde cinco afios?, éde seis?) que comparten una misma pasién por los relatos. Sdlo que Filomeno prefiere oirlos y Sofia, contarlos. En lo que coinciden si, es en que una historia se disfruta mas si se la comparte con otros y en que la historia no termina cuando acaba su narracién, sino que se prolonga en los dia- logos que pueden derivar de ella. Jugando a “las historias" y dialogando acerca de las cosas que les pasan, Filomeno y Sofia recrean -sin saberlo- algo que caracteriza a la practica filosdfica desde hace milenios: la reflexion en torno a relatos portadores de sentido y a la propia experiencia. Si bien Fi/omeno y Sofia puede leerse “de corrido", como cual- quier relato para nifios, esta pensado especialmente como texto para suscitar la reflexin y el didlogo. Una sugerencia de lectura es hacer con la novela lo mismo que los personajes hacen con las historias que comparten: narrar un episodio y detenerse a pensar acerca de lo escuchado 0 leido. 1.S.B.N. 987-538-054-7 SBN 987-538-054-7 Ediciones NOVEDADES EDUCATIVAS sll78987 5380547

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