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capfruto 1 LOS COMIENZOS DE UNA CIENCIA Lacieneia de la politica internacional esta dando sus primeros pasos. En 1914 la direcci6n de las relaciones internacionales estaba regida por la preocupaciGn de las personas profesionalmente vinculadas a ellas. En los paises democraticos la politica internacional era considerada‘algo fuera del alcance de la politica de los partidos y los érganos representativos no se sentfan competentes para ejercer un control riguroso sobre las miste- riosas operaciones de los ministerios de exteriores. En Gran Bretafa la » opinién ptblica despertaba répidamente cuando estallaba la guerra en cualquier regién considerada tradicionalmente esfera de interés briténi- co, osilaarmada britinica dejaba de poseer momenténeamente ese mar- gen de superioridad sobre los rivales potenciales que en aquel momento se consideraba esencial. En la Europa continental el servicio militar ~ obligatorio y el miedo crOnico a una invasi6n extranjera dio lugar aun conocimiento més generalizado y continuado de los problemas inter- nacionales. Sin embargo, este conocimiento fue expresado principal- mente por el movitniento obrero, que de vez en cuando aprobaba alguna resolucién en cierta medida tedrica sobre la guerra. La Constitucién delos Estados Unidos de América contenta la clatisula tinica de que los tratados 33 EHOMRR fueran ratificados por el presidente “con el asesoramiento y consenti- miento del Senado”. Pero las re jones exteriores de los Estados Unidos parecian demasiado localistas como para otorgarle un sentido mas amplio a esta excepcién. Los aspectos més pintorescos de la diplomacia tenian algin atractivo mediético, pero en ninguna parte, nien las universidades, nien circulos intelectuales més amplios, existia un estudio organizado de las cuestiones internacionales del momento. La guerra atin era conside- rada principalmente cosa de soldados y el corolario de esto era quela poli- tica internacional era asunto de los diplomiticos. No existia un deseo generalizado de arrancar la conduceién de las cuestiones internacionales delas manos de los profesionales o deal menos prestar una atenci6n seria y sistematica alo que estaban haciendo. La guerra de 1914-1918 puso fina la visiOn de la guerra como cues- tion que afectaba sélo a los soldados profesionales y, de este modo, disi- pé la correspondiente impresién de que la politica internacional podia ser dejada de forma segura en manos de los diplométicos profesionales. La campafa para la popularizacién de la politica internacional comena6 en los paises de habla inglesa en forma de protesta contra Jos tratados ) <+ secretos, que fueron acusados, sin pruebas suficientes, de ser una de las * > ‘causas de la guerra. La culpabilidad de los tratados secretos deberia haber sido atribuida no a la maldad de los gobiernos, sino a la indiferencia de los pueblos. Todo el mundo sabia que dichos tratados habfan sido firma- dos y, sin embargo, antes de la guerra de 1914 poca gente tuvo alguna curiosidad por ellos o los consider6 censurables.' La campafia contra los ‘mismos tuvo, no obstante, una enorme importancia. Fue el primer sin- \ toma de la exigencia de popularizacién de la politica internacional y || anuncié el nacimiento de wna nueva ciencia. PROPOSITO Y ANALISIS EN LA CIENCIA POLITICA {La ciencia de la politica internacional, por tanto, ha surgido como res- | puesta auna demanda popular. Ha sido creada para serviraunfiny, en ‘este sentido, ha seguido el eaquema de otras ciencias, A primera vista 3 UA chests DELOS VENTE AROS 0919-1999) ‘este esquema puede parecer il6gico. Nuestra primera tarea, se dice, es recoger, clasificar y analizar nuestros datos y definir nuestras inferen- cias; en ese momento estaremos listos para examinar el objetivo al que nuestros datos y deducciones se dirigen. Los procesos de la mente humana, sin embargo, no parecen tener lugar en este orden logico. La mente humana trabaja, por asf decirlo, al revés. El objetivo, que de * forma logica deberia ir después del andlisis, es necesario para dazle a | este ditimo tanto su impulso inicial como su direcci6n. "Si la sociedad | tiene una necesidad téonica —eseribi¢ Engels sirve de mayor estimu- '/— lo para el progreso de la ciencia que diez universidades”.? El primer ! manual de geometria existente "presenta un conjunto de reglas précti- cas para solucionar problemas concretos: ‘regla para medir un huerto de arboles frutales’; ‘regla para establecer las lindes de un terreno’; “‘cdleulo del pienso consumido por gansos y bueyes™”.* La raz6n, dice Kant, debe dirigirse hacia la naturaleza “no [...] con el espiritu de un alumno, que escucha todo lo que su maestro decide contarle, sino con elde un juez, que obliga alos testigos a responder a aquellas preguntas que él decide plantear”.4 "No podemos estudiar ni siquiera las rocas 0 los étomos —escribe un soci6logo moderno— sin estar en cierto modo determinados —en nuestro modo de sistematizar, en la preeminencia dada a una w otra parte de nuestro estudio, en la forma de las pregun- tas que planteamos ¢ intentamos responder— por intereses directos y humanos”.5 Es el propésito de promover la salud lo que crea la ciencia médica, y el propésito de construir puentes el que da lugar a la cien- ‘ade la ingenieria. El deseo de curar la enfermedad del euerpo politi- | , «ha dado impulso e inspiraci6na la ciencia politica. El propésito, sea | cousciente 0 no, es una condicién del pensamiento y pensar por el ‘ero hecho de hacerlo es tan anormal y estéril como la acumnulacién de «dinero por parte del avaro. "El deseo es padre del pensamiento” es una ~ ‘lencripeién precisa del origen de la reflexion humana normal. Si esto es cierto para las ciencias fisicas, lo es atin més para la cien- +a politica, En las ciencias fisicas, la distinci6n entre la investigacién ‘te lox hechos y el objetivo hacia el que se dirigen estos hechos no es solo teoricamente valida, sino que también se cumple constantemente 35 HAR en la practica. Bl trabajador de laboratorio inmerso en investigar las causas del céncer puede haber estado inspirado originariamente por la _{intencién de erradiear Ia enfermedad, Pero su propésit es, en sent 1 do estricto, irrelevante para la investigacién y separable de la misma. Su conclusi6n no puede ser més que wn informe fiel de los hechos. No puede hacer que los hechos sean distintos de los que son, ya que los hechos existen independientemente de lo que cualquiera piense sobre _; {ellos. En las ciencias politicas, las cuales se ocupan del comportamien- * | o humano, no existen tales hechos. E] investigador esta movido por a deseo de curar alguna enfermedad del cuerpo politico. De entre las causas del problema, diagnostica el hecho de que los seres humanos normalmente reaccionan de determinada manera ante ciertas condi~ ciones. Pero este no es un hecho comparable al de que los cuerpos hhumanos reaccionan de determinada manera ante ciertas drogas, Es tun hecho que puede ser modificado con el deseo de hacerlo y este deseo, presente de forma previa en la mente del investigador, puede extenderse, como resultado de su investigacién, aun ntimero suficien- ‘te de otros seres humanos como para hacerlo efectivo. El propésito no es, como en las ciencias fisicas, irrelevante a la investigaciOn y separa ble de ella; es en si mismo un dato més, En teoria, adm puede hacerse la distincién entre el papel del investigador que establece los hechos y el papel del que decide el eurso de la acci6n. Ena practica, un papel se \confunde con el otro, Propésito y andlisis se convierten en parte inte |\grante de un tnico proceso. ‘Algunos ejemplos ilustrardn este argumento, Marx, cuando eperi- bi6 Hl capital, estuva movido por el prop6sito de destruir el sistema capitalista al igual que el investigador de las causas del cfncer est movido por el objetivo de erradicar el cancer. Pero los datos sobre cl capitalismo no son, como las datos sobre el cAncer, independjentes de la actitud que tenga la gente hacia ellos, El andlisis de Marx pretendia cambiar, y de hecho cambi6, esa actitud, Durante e] proceso de anéli- ‘sis de los datos, Manx los alter6. Intentar distinguir al Marx cientifico del Marx propagandista es establecer una distinci6n imitil, Los exper- tos financieros, que en el verano de 1932 advirtieron. al Gobierno 36 [UA cRISIS DELOS VENTE AROS (1919-173 britanico que era posible convertir el 5 por ciento de los Préstamos de Guerra al 3,5 de interés, sin duda basaron su asesoramiento en el ané- lisis de determinados datos; pero el hecho de que dieran esta opinién fue uno delos factores que hizo, al ser conocido en el mundo financie~ ro, que la operaci6n tuviera éxito. Andlisis y propsito estaban inextri- cablemente mezclados. No s6lo el pensamiento de los profesionales 0 de los estudiosos de la politica eualificados constituye un hecho politi- co. Todo el. que lea las columnas politicas de un periédico o que acuda aun mitin politico o que discuta cuestiones politicas con su veeino es, en ese sentido, un estudioso de la politica y el juicio que haga se con- vierte (especialmente, aunque no de forma exclusiva, en los paises democréticos) en un factor dentro del curso de los acontecimientos ~ politicos. Asi, quien examine este libro posiblemente pueda criticarlo, no porque sea falso, sino porque sea inoportuno y esta critica, justifi- cadao no, seria comprensible, mientras que la misma criticaa un libro sobre las causas del céncer no tendria sentido. Todo juicio polit ayuda a modificar los hechos en los que se basa. El pensamiento poli tico es en s{ mismo una forma de accién politica. La ciencia politica no s6lo es la ciencia de lo que es, sino también de lo que deberia ser. ~ EL PAPEL DE LA UTOPIA Si, por tanto, el propésito precede y condiciona el pensamiento, no es sorprendente averiguar que, cuando la mente humana empieza a funcionar en un nuevo terreno, se da una fase inicial ena que el ele- mento de deseo o propésito es tremendamente fuerte y la tendencia a analizar datos y significados es débil o inexistente. Hobhouse seiala como caracteristica de “los pueblos més primitivos” que “la veracidad de una idea no es todavia separable de la cualidad que Iahace agradable”.® Se podria decir exactamente lo mismo de la fase primitiva, o ut6pica, de las ciencias politicas. Durante esta fase, los ) investigadores prestarén poca atencién a los “hechos” que se dan o al | andlisis de causa y efecto y, sin embargo, se dedicardn fervientemente | a H.caRe ala elaboracién de proyectos ut6picos para la consecucién de los 1 fines que tienen en mente, proyectos cuya simplicidad y perfeccion \[es dan una imagen sencilla y universal. S6lo cuando estos proyectos fracasan, y el deseo 0 propésito demuestra ser incapaz de alcanzar _., por si solo el fin deseado, los investigadores solicitardn la ayuda del | andlisis y el estudio, al emerger de su perfodo infantil y ut6pico, rei~ vindicar4 ser considerado una ciencia. "Puede decirse que la socio- logia —seftala el profesor Ginsberg—ha surgido como reaccion a las generalizaciones extendidas no sostenidas por un planteamiento inductivo detallado”.” Puede ser posible encontrar un ejemplo de esta regla incluso en el campo de la ciencia fisica. Durante la Edad Media, el oro era un medio de pago reconocido. Pero las relaciones econémicas noestaban lo sufi- cientemente desarrolladas como para requerir més que una cantidad limitada de tal medio. Cuando las nuevas condiciones econémicas de los siglos catorce y quince introdujeron um sistema general de transac~ ciones monetarias y se vio que el suministro de oro era inadecuado para tal fin, los hombres inteligentes del momento empezaron aexpe~ rimentar con la posibilidad de transformar metales comunes en oro. El * | pensamiento del alquimista era puramente intencional. Nose detuvo a preguntarse si las propiedades del plomo eran tales como para permi~ ~ ;tirle convertirse en oro, Supuso que el fin era absoluto (esto es, que el {oro debia ser producido) y que los medios y materiales debian ser de algun modo adaptados a él, Fue sélo cuando fracas6 este proyecto ut6- pico cuando los investigadores se vieron movidos a dirigir su pensa~ miento al examen de los “hechos”, esto es, la naturaleza de la materia, Y aunque el propésito ut6pico inicial de sacar oro del plomo est més lejos que nunca de cumplirse, la ciencia fisica moderna ha evoluciona- do a partir de esta aspiracién primitiva. Pueden tomarse otros ejemplos de disciplinas més parecidas.al tema que nos ocupa. Fue en los siglos quinto y cuartoa. C. cuando tuvieron lugar los primeros intentos serios de erear una ciencia dela politica: Estos inten~ tose hicieron de forma independiente en China'y en Grecia: Pero ni 38 |LAcRISISDELOS VEINTE ANOS (919-1799) Confucio ni Platén, aunque por supuesto estuvieron profundamente influenciados por las instituciones politicas bajo las que vivieron, intentaron realmente analizar la naturaleza de dichas instituciones 0 buscaron las causas fundamentales de los males que condenaban Como los alquimistas, se contentaban con proponer soluciones alta~) » ‘mente imaginativas cuya relaci6n con los hechos existentes era de sim-} cu42. ple negacion.® El nuevo orden politico que promulgaban era tan| diferente de cualquier cosa que veian a su alrededor como el oro del plomo. Era producto no del andlisis, sino de la aspiracién, Enel siglo dieciocho, el comercio en Europa occidental se habia hecho tan importante como para hacer fastidiosas las innumerables restricciones establecidas sobre él por la autoridad gubernamental justificadas por la teoria mercantilista. La protesta contra estas res~ tricciones adopté la forma de una concepci6n ideal del libre comer- ~ cio universal; a partir de esta concepci6n los fisideratas en Francia, { 4.\... am Smith en Gran Bretafia, erearon una ciencia de la economia | politica. La nueva ciencia estaba basada fundamentalmente en una negacién de la realidad existente y en ciertas generalizaciones arti- ficiales no verificadas sobre el comportamiento de un hipotético hombre econdmico. En la practica, aleanz6 algunos resultados muy utiles e importantes. Pero la teoria econémica mantuvo por mucho | tiempo su carécter ut6pico e incluso hoy algunos “economistas cla- sicos” insisten en considerar el libre comercio universal —una situaci6n imaginaria que nunca ha existido— el postulado normal de la ciencia econémica y toda la realidad una desviacién de este proto- tipo utépico.” 7 En los primeros attos del siglo diecinueve, la revolucién indus- trial ere6 un nuevo problema social que el pensamiento humano debia abordar en Europa occidental. Los pioneros que primero se enfrenita- ron a este problema fueron los hombres a quienes la posteridad ha dado el nombre de “socialistas utépicos”: Saint-Simon y Fourier en - Francia y Robert Owen en Inglaterra. Estos hombres no intentaron ‘nalizar la naturaleza de los intereses de clase o de la conciencia de clase 0 de los conflictos de clases a los que daban lugar. Simplemente 39 ws en camn hicieron suposiciones no verificadas sobre el comportamiento hhumano y, partiendo de la fuerza de las mismas, construyeron esquemas ut6picos de comunidades ideales en las que hombres de todas las ¢lases vivirian juntos env amistad, compartiendo los frutos de sus trabajos en proporci6n a sus necesidades. Para todos ellos. , como seftalaba Engels, “el socialismo es la expresién absoluta de 1a | verdad, la razén y la justicia, y s6lo necesita ser descubierto para | conquistar todo el mundo en virtud de su propio poder”.'° Los socialistas ut6picos hicieron un valioso trabajo al crear entre los = hombres la conciencia del problema y la necesidad'de abordarlo. { Pero la solucién propuesta por ellos no tenia conexién logica con las ® | condiciones que crearon el problema. Una vet més era producto m0 qe | del andlisis, sino de la aspiracién. Los esquemas elaborados con este espiritu, por supuesto, no fun- cionarian. Al igual que nadie ha conseguido nunca hacer oro en un laboratorio, nadie ha logrado nunca vivir en la repiiblica de Platon, 0 fen un mundo de libre comercio universal, 0 en los falansterios de Fourier, No obstante, es perfectamente correcto venerar a Confucio y Plat6n como los fundadores de la ciencia politica, aAdam Smith como 1 fandador dela economia politica ya Fourier y Owen como los funda- | dores del socialismo. La fase inicial de aspiraciOn hacia un fin es una. ~| pase esencial del pensamiento humano. El deseo es padre del pensa- ~ miento, La teleologia precede al anslisis. El aspecto teleol6gico de la ciencia de la politica internacional ha sido llamativo desde el principio. Aument6 eon una guerra enor~ ie y desastrosa y el objetivo mayor que domin6 ¢ inspir6 alos pio neros de la nueva ciencia fue impedir una repeticién dé esta enfermedad del cuerpo politico internacional. El deseo apasionado | de prevenir Ia guerra determin6 todo el curso inicialy la direceién } del estudio. Como otras ciencias jévenes; la’ ciencia de la politica ~ fnternacional ba sido marcada y francamente ut6pica: Ha sido en la fase inicial en la que el deseo ha prevalecido sobre ek pensamiento, la generalizacién sobre la observacion y en la cual se hatt hecho povos intentos de andlisis eritico de los datos existentes o:de Tos 40 LAGRSIS DE1L05 VENTE AROS (177-1799 medios disponibles. En esta fase, la atencién se concentra casi exclusivamente en el fin'a conseguir. El fin ha sido considerado tan/ importante que la critica analitica de los medios propuestos ha sido| con frecuencia calificada de destructiva y poco uitil. Cuando el presi-! dente Wilson, de camino a la Conferencia de Par, fue preguntado por algunos de sus asesores si creia que su plan para una Sociedad de Naciones funcionaria, respondié brevemente: “Si no funciona, hhabrd que hacer que funcione”.1" El partidario de un esquema de fuerza policial internacional o de “seguridad colectiva”, o de cual- quier otro proyecto de orden internacional, generalmente respondia a las criticas, no mediante un argumento disefiado para mostrar e6moy por qué pensaba que su plan funcionaria, sino, bien median- te la afirmacién de que habria que hacer que funcionara porque las consecuencias de su fracaso serian desastrosas, bien mediante la exigencia de algin remedio total alternativo.!? Este debié de ser el espiritu con el que el alquimista o el socialista ut6pico habrian res~ pondido al escéptico que hubiera preguntado si el plomo se conver- tiria en oro o si los hombres vivirian en comunidades modélicas. El pensamiento ha sido infravalorado. Mucho de lo que se ha dicho y escrito sobre politica internacional entre 1919 y 1939 merece lacen- sura hecha en otro contexto por el economista Marshall, quien com- para “la irresponsabilidad nerviosa que concibe esquemas utépicos apresurados” con la “descarada facilidad con la que el jugador débil resuelve répidamente el mas dificil problema de ajedrez. jugando tanto con las negras como con las blancas”.!¥ Como atenuante de este fallo intelectual se puede decir que, durante los primeros momentos de esos aftos, las piezas negras de la politica internacio- nal estaban en manos de jugadores tan débiles que las verdaderas dificultades del juego eran apenas evidentes incluso para la inteli- gencia mas aguda. El curso de los acontecimientos después de 1931 revelé claramente la improcedencia de la mera aspiracién como base de una ciencia de la politica internacional, ¢ hizo posible embarcar- se por primera vez en una critica seria y en un pensamiento analiti- ¢o sobre los problemas internacionales. 4 E Weare x ELIMPACTO DEL REALISMO. Ninguna ciencia merece ese nombre hasta que no haya adquirido la ) | suficiente humildad como para no considerarse a si misma omnipo- |tente y para distinguir entre el andlisis de lo que es de la aspiracién ' sobre lo que deberfa ser. Ya que en las ciencias politicas esta distincién nunca puede ser absoluta, algunos prefieren negarles su derecho a recibir el titulo de ciencia. Tanto en las ciencias fisicas como en las ~ politicas, pronto se llega al momento en el que la fase inicial de deseo ~ debe ser sustituida por una fase de andlisis contundente e inflexible. La diferencia esta en que las eiencias politicas nunca pueden emanci- parse totalmente del utopismo y en que el cientifico politico esta pre- parado para mantenerse més tiempo en el perfodo inicial que el Cientifico fisico en la fase ut6pica de desarrollo. Esto es perfectamen- te normal. Mientras que la transformacién del plomo en oro'no ibaa alcanzarse antes porque todo el mundo en el mundo lo deseara fer- vientemente, es innegable que si todo el mundo deseara realmente un “estado mundial” o una “seguridad colectiva” (y si para todos tuvieran el mismo significado), serfan fécilmente alcanzables; y el estudioso de 1a politica internacional puede ser disculpado si empieza suponiendo que su tarea consiste en hacer que todo el mundo lo desee. Le llevar algin tiempo entender que no hard ningin progreso siguiendo ese g {eamino y que ninguna utopia politica tendrd el m4s minimo éxito mientras no nazea de la realidad politica. Una vez hecho este descubri- miento, se embarcard en ese anélisis contundente e inflexible de la realidad que es el rasgo distintivo de la ciencia y uno de los hechos. { Cuyas causas tendré que analizar es el de que poca gente desea un “esta~ ~| do mundial” o una “seguridad colectiva” y que aquellos que creen que ! Ios desean los consideran cosas distintas ¢ incompatibles. Habra llega- do a la fase en la que el propésito parece por si solo estéril y en la que el andlisis de la realidad se impone sobre 61 como ingrediente esencial de su estudio. El impacto del pensamiento sobre el deseo que, durante el desarro- ~ lo de una ciencia, sigue ala quiebra de eus primeros proyectos ut6picos 4 {LACRISIS DE LOS VENTE Aes (1919-1999 y™marea el fin de su perfodo especfficamente ut6pico, es cominmente denominado realismo. Al representar una reaccién contra las aspira- = ciones de la fase inicial, el realismo es capaz de adoptar un aspecto eri tico y en cierto sentido cinico. En el terreno del pensamiento, pone el énfasis en la aceptacién de los hechos y en el analisis de sus causas yefectos. Tiendea despreciar el papel del propésito y a mantener, expli- cita o implicitamente, que la funci6n del pensamiento es estudiar una secuencia de acontecimientos que no tiene el poder de influiro alterar. ~ Enel terreno de la acci6n, el realismo tiende a enfatizar el pod sistible de las fuerzas existentes y el carcter inevitable de las tenden- cias existentes y a insistir en que la mayor sabiduria reside en aceptar yadaptarse a esas fuerzas y tendencias. Este tipo de actitud, aunque es mantenida en nombre del pensamiento "objetivo", sin duda puede lle~ garaun punto en el que dé lugar a la esterilizacién del pensamiento y a Ja negacién de la accién. Pero hay una fase en la que cl realismo es el ~ correctivo necesario para la exhuberancia del utopismo, al igual que en otros periodos el utopismo debe ser invocado para contrarrestar la} esterilidad del realismo. El pensamiento inmaduro es predominante- | mente intencional y ut6pico. El pensamiento que rechaza por comple- to el propésito es el pensamiento de la vejez. El pensamiento maduro -/ combina el propésito con la observaciény el anliss. Uapiay realidad ~/ son, asi, dos facetas de la ciencia politica. Un pensamiento politico yuna vida politica sélidos s6lo podrén darse cuando ambos sean teni: dos en cuenta. NOTAS 1. Unrecientehistoriador de ta alianza franco-russ, tras relatarlas protests de algu- ‘nos radiealesfranceses en contra del secretismo que rodeo a esta negeciacién, con ‘inuaba:“Parlamento y opiniéa toleraron este completo silencio y se contentaron con permanecer en la mis absoluta ignorancia de las eldusulas y el alcance del acuerdo” (Michon, Llliance Franco-Russe, p. 76). En 1898, en la Cémara de los Diputados, Hanotaux fue aplaudido por definir fa revelacin de sus términos de “absolutamente imposible” (bid. p. 82). ~ 2, Citado en Sydney Hook, Towards the Understanding of Kar Mars, p. 279, = aie 3: J, Ruel, Fam the Physical tothe oval Selnces (tang). 27. 4 Kant, ritigue of Pure Reason (ed, Everyman), p. 1. 4B eKoRe 8. LT, Hothouse, Devapinent and Pupase,p. 100 Heiicccr oped St so cn tes maa an pe il ed hin sete cs nee 3 ng on sericea i ar Gul lca omen teon cae geet a Fe prelate cient ae a at dere rede nrein chad me sa erg aot aioe a fe, Sepia arg gant ren tat scare tobe rt eemetreiing srt aed ote cee em i egg ey ee Sep ur plea at scare one nema mat feet tetera rs eee nel ero oo alc ihr fe tee 1» Raviealaerp aa tenn eet rea irece Seana rg 2 Fe na cE ens Pee oboe emer ieee ara Cees car ogi Uae ear lcs mnnea tomarlas?” (LB, Namier, In the Margin of History. p. 20) > bce eet CAPITULO 2 UTOPIA Y REALIDAD La antitesis entre utopia y realidad —un equilibrio siempre inestable que nunca se alcanza por completo—es una antitesis que se manifiesta en muchas formas de pensamiento. Los dos tipos de enfoque —la ten- dencia aignorar lo que fue ylo que es en beneficio de lo que deberia ser | yla tendencia a deducir lo que deberia ser delo que fuey de lo que es | ~ © determinan actitudes contrarias hacia cualquier problema politico. “Bs la eterna disputa”, como afirma Albert Sorel, "entre aquellos que imaginan el mundo para que se adapte a su politica y los que hacen que su politica se adapte a las realidades del mundo” 1 Puede ser inte- resante desarrollar esta antitesis antes de proceder al examen de la actual crisis politica internacional. LIBRE ALBEDRIO Y DETERMINISMO La antitesis entre utopia y realidad puede ser equiparada en algunos _ aspectos a la antitesis entte libre albedrio y determinismo. El ut6pico - es necesariamente voluntarista: erce ela posibilidad de rechazar mas * 45 EHcaRR © menos radicalmente la realidad y sustituirla por su utopia mediante + unacto de voluntad. El realista analiza un curso predeterminado de los acontecimientos que no tiene poder para cambiar. Para el realista, la filosofia, en as famosas palabras del prefacio de Hegel a su Flosofia del Derecho, siempre “llega demasiado tarde” a cambiar el mundo. Mediante la filosofia, el viejo orden “no puede ser rejuvenecido sino solamente conocido”. El ut6pico, fijando su mirada en el futuro, pien- ~ sa en términos de espontaneidad creativa; el realista, anclado en el - pasado, en términos de causalidad. Toda accion humana sana y, por > tanto, todo pensamiento saludable, debe lograr un equilibrio entre utopiay realidad, entre libre albedrio y determinismo. El realista com- pleto, al aceptar incondicionalmente la secuencia causal de los aconte- cimientos, se niega a si mismo la posibilidad de cambiar Ja realidad. EL utépico completo, al rechazar la secuencia causal, se niega la posibi dad de entender ni la realidad que pretend cambiar, ni los procesos {Porlos que puede ser cambiada. El vicio caracteristico del utépico es la (ingenuidad; el del realista, la esterilidad.? TEORIAY PRACTICA La antitesis ente utopia y realidad también coincide con la antitesis ° entre teoriay préctica. El ut6pico hace de la teoria politica una norma ~ ala que la préctica politica debe conformarse. El realista ve la teoria — politica como una especie de Actica politica. La relacién entre teorfa y préctica ha sido considerada en los iltimos afios, ‘uno de los problemas centrales del pensamiento politico. Tanto el ut6- +v pico como el realista desvirtéan esta relacién. El ut6pico, preten- diendo admitir la interdependencia de propésito y hecho, trata el propésito como si fuera el ‘inico hecho relevante y constantemente ~ formula proposiciones condicionales en el modo indicative. La Declaracién de Independencia Americana sostiene que "todos los hombres son creados iguales”; el Sr. Litinoy, que “la paz es indivisi- ble”.2y Sir Norman Angell, que "Ia divisién biolégica de la humanidad 46> vs. Hodge sbow\ LUscnisis DE Los VENTE AROS 1919-1939 ‘en estados independientes en guerra” es “una ineptitud cientifica”. Sin embargo, es cuestién de mera observaci6n que no todos los hom~ bres nacen iguales ni siquicra en Estados Unidos y que la Unién Soviética puede permanecer en paz mientras sus vecinos estin en gue rma; y tendrfamos probablemente en poca consideracién a un zodlogo que describiera a un tigre comehombres como “ineptitud cientifica”. Estas proposiciones son puntos dem programa politic disfrazades ae | afirmaciones de hecho y el ut6pico vive en el mundo imaginario com- | puesto de e508 "hechos”, lejos del mundo de la realidad, enla que pue~ { den observarse hechos bastante contrarios. El realista no tiene » © ninguna dificultad para percibir que estas proposiciones ut6picas no son hechos sino aspiraciones, que pertenecen al modo condicional, noal indicativo, y continta mostrando que, consideradas como aspira- ciones, no son proposiciones a priori, sino que estan arraigadas en el mundo de la realidad de un modo que el ut6pico no es capaz de com- prender del todo. Asf, para el realista, la igualdad de los hombres es la ~ ideologia de los no privilegiados que tratan de colocarse en el nivel de los privilegiados; la indivisibilidad de a paz, la ideologia delos Estados — que, estando particularmente expuestos a un ataque, estn deseosos de establecer el principio de que un ataque sobre ellos es una cuestion que concierne a otros Estados mejor situados;® la ineptitud de los Estados soberanos, la ideologia de las potencias predominantes que encuen- tran la soberania de otros Estados un impedimento al disfrute de su propia posicién predominante. Esta exposicién de l: la teoria ut6pica es un prolegémeno necesario de. cualquie: politica seria. Pero el realista, al negar Gialquier cualidad a priori alas teorias politicas, y al probar que estan arraigadas en la practica, cae fécilmente en un determinismo que afirma que la teora, al nosernadaj « mis que una racionaliza lo y pre minado, es un mero subprodueto y es impotente para alterar el curso de los acontecimientos. Por tanto, mientras el ut6pico trata el propé- sito como el tinico y més importante hecho, el realista corre el riesgo de tratar el propésito tinicamente como el producto mecinico de otros hechos. Si reconocemos que esta mecanizacién de la voluntad y de la 4 Enc aspiracién humana es insostenible ¢ intolerable, entonces debemos ) Feconocer que la teoria, ya que surge de la préctica y da lugar a la préc- { tica, juega su propio papel transformador en el proceso. El Proceso | politico no consiste puramente, como cree el realista, en una sucesion de fenémenos gobernados por las leyes mecéinicas de la causalidad; tampoco consiste inicamente, como eree el ut6pico, en la aplicacién enla prictica de ciertas verdades tedricas concebidas porla conciencia «de personas intligentes yvisionaras, La ciencia politica debe basar- se en un reconocimiento de la interdependencia de teoria y pricti- ~ ea, que s6lo puede ser alcanzada mediante una combinaci6n de utopia ~ yrealidad. EL INTELECTUALY EL BUROCRATA Una expresi6n conereta de la antitesis entre teoria y préctica en la poli- > tica es la oposicién entre el “intelectual” y el "burécrata",’ el primero, preparado formalmente para pensar fundamentalmente de forma aprio~ E+ ristica; el segundo, empiricamente. Es normal que el intelectual se encuentre en el bando que intenta hacer que la préctica se adeoue a la teoria, ya que los intelectuales son especialmente reacios a reconocer ~ que su pensamiento esta condicionado por fuerzas externas asf mis- mos y les gusta considerarse lideres euyas teorias proporcionan la fuerza motriz alos llamados hombres de accién. Ademis, todo el punto de vista intelectual de los dltimos doscientos afios ha estado fuerte~ mente influido por las ciencias mateméticas y naturales. Establecer un ~ principio general y comprobar lo particular a la luz de ese principio ha sido considerado por la mayoria de los intelectuales una base necesa- riay un punto de partida de cualquier ciencia, A este respecto, el uto- ~ pismo, con su insistencia en los prineipios generale, puede decirse que representa el enfoque intelectual caracteristico de la politica. Woodrow Wilson, el ejemplo moderno mas perfecto de intelectual en politica, "sobresalié en la exposicin de fundamentos (...] Su método politico [...] era fundamentar sus Hamami ipios amplios 48 {UA CRISIS DE Los VENTE AROS (919-1799 simples. evitando el compromiso sobre medidas especificas”.® Algtin + Principio supuestamente general, como la “autodeterminacién nacio- nal”, el “libre comercio” o la “seguridad colectiva” (todos los cuales pueden ser aceptados por el realista como expresiones coneretas de ~ condiciones ¢ intereses particulares), es tomado como patr absolu- yas politicas son declaradas buenas o malas en funcién de si se ade~ cuan o se desvian de él. En la época moderna los intelectuales han sido los ideres de todo movimiento ut6pico y los servicios que ha prestado cl utopismo al progreso politico deben ser atribuidos en gran parte a ellos. Pero la debilidad caracteristica del utopismo es también la debilidad caracteristica de los intelectuales politicos: el no entendi a micnto de.la realidad existente y de la forma en la que sus propios 1® Patrones estén anclados en ella. “Podian dar asus aspiraciones politicas”, 4 cseribié Meinecke sobre el papel de los intelectuales en la politica ale- ‘mana, “un espiritu de pureza e independencia, de idealismo filos6fico y de clevaci6n sobre el juego conereto de los intereses [. pero con su sentimiento deficiente de los intereses realistas de la vida actual del Estado, descendicron répidamente desde lo sublime hasta lo extrava~ ante y exeéntrico”.? Amenudo se ha afirmado que el pensamiento de los intelectuales csté menos directamente condicionado que el de aquellos grupos cuya vohesion depende de un interés econémico comin y que, por tanto, ‘capan una posicién aventajada au-dessus de la mélée, Ya en 1903. ‘nin atac6 la “visién anticuada de la intelectualidad por ser capa [...] «le permanecer al margen de las clases sociales”! Mas recientemente, ~ upinién ha sido resucitada por el Dr. Mannheim, quien afirma que \s intelectualidad, al estar “relativamente fuera de las clases” y “social- ‘wonte desvinculada”, “subsume en ¢ los intereses que smpregnan la vida social”, y puede, leanzar un mayor grado «le arparcialidad y objetividad.”” En un sentido limitado, esto es cierto, "evo cualquier ventaja que se derivara de ello pareceria quedar anula- ‘1s por una ineapacidad respectiva, esto es, la separacién de las masas, ‘wy actitud es el factor determinante de la vida politica. Incluso cuan- le lu tlusién de su liderasgo ha sido mas intensa, los intelectuales 3 49 B eH CARR modernos a menudo se han exicontiado en la posicién de oficiales cuyas tropas estaban lo suficientemente preparadas como para seguir- les en tiempos de tranquilidad pero podian desertar en caso de un _~ combate serio. En Alemania y en algunos paises europeos mas peque- ios, las constitueiones democraticas de 1929 fueron el trabajo de inte- Jectuales entregados y alcanzaron un alto nivel de perfeccidn teérica. Pero cuando estall6 la crisis se derrumbaron en casi todas partes al no ganarla lealtad duradera de la mayoria de la poblacién. En los Estados ~ Unidos los intelectuaes jugaron un papel preponderante al crear la Sociedad de Naciones y la mayoria de ellos siguieron siendo partida~ tios declarados de ella. Sin embargo, la mayoria del pueblo estadouni- dense, aunque parecié que apoyaba su iniciativa, la rechax6 cuando ~ legé el momento critico. En Gran Bretata los intelectuales afianza- ron, mediante tna propaganda entregada y enérgica, un apoyo arrolla~ dor a la Sociedad de Naciones. Pero cuando el Pacto parecié requerir ‘una actuacién que podria haber tenido consecuencias précticas para la mayoria de la poblacién, los gobiernos siguientes prefirieron la inac- ciény las protestas de los intelectuales no causaron tna reaceién per~ ceptible en el pais. ° Elenfoque burocritico de la politica es, por otro lado, fundamen- talmente emp{rico. El buréerata pretende manejar cada problema par ticular "por separado”, evitar la formulacién de_principios y guiarse por el buen camino mediante algén proceso int extensa experiencia y no del razonamiento consciente. "No hay casos __ generales”, dijo un oficial francés que actuaba como delegado francés ante una Asamblea dela Sociedad de Naciones, “hay sélo casos concre- tos”.!? En su aversién a la teoria, el burécrata se parece al hombre de ‘accién. “On s’engage, puis on voit” es un lema atribuido a més de un general famoso. La excelencia de la administracién piblica briténica cen parte se debe a la facilidad con la que la mentalidad burocratica se acomoda ala tradici6n empirica de la politica briténica. El funcionario perfecto se adecua en gran medida a la imagen popular del politico inglés como hombre que $e separa de las constituciones ¢ ~ los eonvehios solemnes y se deja guiar por el precedent 5° |LAGRISISDELOS VENTE AROS 1919-139) sentimiento de hacer lo correcto. Este empirismo esté, sin dud: dicionado por un punto de vista especifico y refl a la co ae gonservadore de la vida politica briténica. EI burderta, tl ver Tmas on a ta oulguer otra clase dentro de la comunidad, esta icin del precedente como enero “segute de cient la hee cracia degenera fécilmente en el formalismo rigide y vacuo del nina eeu onan tn dele pvt — no es accesible ni a la persona més inteligente ajena a al 7 8 Yau mieux que science” es el tipico lema burocritico. Los logros del aprendizaje y de la ciencia, escribié Bryce, € do un prejuicio muy extendido, “sirven poco para hacer a how. bre sea inteligente en politica”.!8 Cuando un. urberata deve ae una propuesta la denomi a", La prictica, no lat formacién_burosrtica, no lantez intelectual, es la escuela del saber politico. El burécrata tiende a hacer de la politica un fin en s{ misma, Merece la pe: r i eee na se¥ialar que tanto Maquiavelo como Bacon fue- — a fate fundamental entre los tipos de pensamiento inte- “tsa y burderata, Intent siempre yen todo lugar, ha aparecido en la sltima mitad del siglo en un 4mbito en el que dificilmente se hubiera ‘-sperado: en el movimiento obrero. Escribiendo en la década de 1870. Fngels felicité a los trabajadores alemanes porque "pertenecian sat es ae te6rica del mundo y habfan conservado ese sentido te6rico ‘we habia sido perdido easi por completo por las clases llamadas ‘edu- “wlas' de Alemania”, Comparaba este prospero estado con “la indife- ‘encia ante cualquier feorfa, que ¢s una de las razones principales de] 'rnto progreso del movimiento obrero inglés”.!4 Cuarenta afios més oe + otro escritor alemén confirmé esta observacién.!5 E] andlis is aa ‘i 0 . ladoctrina marxista se convirtié en una de las preocupaaio 7 cD aaa 3 los principales socialdemécratas alemanes y ° rvadores creen que este des int | parei vw factor importante del colaps fa dl ale ea inal vierobritgnto, hasta loe dines sbaas es eke 5 ewan del partido bolchevique en la Rusia soviética eran, en parte al menos, explicables como conflictos entre el “partido de la intelectua- lidad”, representado por Bujarin, Kamenev, Radek y Trotsky, y el “par~ ido maquina”, representado por Lenin, Sverdlov (hasta su muerte en 1919) y Stalin." Laoposicién entre el intelectual y el burécrata fue particularmen- te importante en Gran Bretafa durante los veinte afos de entreguerras en el terreno de los asuntos exteriores. Durante la Primera Guerra | Mundial, el Union of Demoerati¢ Control, una organizacién de inte~ lectuales ut6picos, luch6 por popularizar la vision de que la guerra se debia en gran parte al control de los asuntos exteriores por diplométi- cos profesionales. Woodrow Wilson crefa que la paz estaria asegurada silas cuestiones internacionales fueran fijadas “no por diplométicos 0 por politicos, cada uno deseoso de satisfacer sus propios intereses. , sino por cie sionados —gedgrafos, etnélogos, econo- | mistas— que hubieran hecho estudios sobre los problemas existen- tes".!” Los burdcratas, y especialmente los diplométicos, durante mucho tiempo fueron vistos con sospecha en los efrculos de la Sociedad de Naciones y se consideraba que la Sociedad contribuiria en gran medida ala solucién de los problemas internacionales al qui- tarlos de las manos reaccionarias de los ministerios de exteriores. Wilson, al presentar el borrador de Pacto ante la sesién plenaria de la Conferencia de Paz, hablé de “la sensacién de que, siel cuerpo deli- berativo de la Sociedad de Naciones iba a ser meramente un cuerpo de funcionatios que representara a los distintés gobietios, los pue- bblos del mundo no estarian seguros de que algunos de los errores que 16s funcionarios ensimisinados reconocieron haber cometido no serian repetidos”.!® Mas tarde, en Ja Cémara dé los Comunes, Lord Cecil fue mas mérdaz: 5 [LARS DE.L0S VEINTE AROS (919-1799 Me temo que en la Conferencia de Paz Ulegué ala conclusién de que, desde mi propia experiencia, los prusianos no se circuns- cribian exclusivamente a Alemania, Hay también toda una ten- dencia y tradicién de las clases funcionariales [...] No se puede evitar coneluir que entre ellos hay una tendencia a pensar cualquier cosa que exista esta bien.!9 peers En la Segunda Asamblea, Lord Cecil invoe6 el apoyo de la “opinion piiblica”, que la Sociedad supuestamente debia representar, mata las “clases funcionariales”;?9 y tales lamamientos fueron escuchados ~ con frecuencia durante los diez afos siguientes. Por su parte, el burécra ta desconfiaba igualmente del entusiasmo misionero de los intelectua- les, emocionados con la seguridad colectiva, el orden mundial y el desarme general, esquemas que le parecian el producto de la pura teoria, separada de la experiencia préctica. El tema del desarme ilustraba bien esta disparidad de opiniones. Para el intelectual, el principio general a simple y sencillo, las dificultades esgrimidas para aplicarlo eran debida: ala obstrucci6n de los “expertos".” Para el experto, el principio eral no tenia sentido y era ut6pico; si los armamentos podian: (al 10 y. si se podia, eudles debian serlo, era una cuestion “ptactica” que \lebia decidirse en cada caso "por separado” ees a IZQUIERDA Y DERECHA + antftesis entre utopiay realidad, y entre teoriayy préctica, también se Gos enla antitesis entre radical y conservador, entre Iaquierda y «recha, aunque seria precipitado suponer que los partidos que llevan ‘ss etquets siempre representa estas tendencasfundementales. Ge if eee ‘utdpico y el conservador, realista. Elinte- ~ teva oabre de la teoria, gravitard en torno a la lequierda de cae n ral como el burécrata, el hombre dé la préctica, gravita- ‘orno ala Derecha. Ast, la Derecha es débil en la teoriay padece una] muccesibilidad a las ideas. La debilidad caracteristica de la Taha [ 3 EAR — es suincapacidad de traducir su teoria en préctica—un fallo del que se puede acusar a los burécratas, pero que es inherente a su carécter ut6~ | pico—. "La Tzquik larazén (Vernunf), la Derecha tiene asabi- © “\duria (Verstand)’ el filésofo nazi Moeller van den Bruck. Desde los tiempos de Burke en adelante los conservadores briténicos j| siempre han negado con contundencia la posibilidad de deducir la | prictica politica de la teoria politica mediante un proceso l6gico. “ Seguir tinicamente un silogismo es un atajo aun pozo sin fondo”, dice Lord Baldwin’® —una frase que puede sugerir que practical igual que = predica, la abstenci6n de modos de pensamiento rigurosamente l6gi- + | cos~. El Sr. Churchill se niega a creer que “la l6gica extravagante de la ‘doctrina” resulte atractiva para el elector briténico. Una definicién especialmente clara de las distintas actitudes hacia la polit ‘+ se deriva de un discurso pronunciado por Neville Chamberlai ‘Cémara de los Comunes en respuesta a una critica laborist {Qué quiere decir su Senioréa.con politica exterior? Puede plan ~ tear proposiciones vdlidas y generales. Puede decir que su politica exterior consiste en mantener la paz; puede decir que es proteger los intereses britdnicos; puede decir que es usar su influencia, la que sea, para defender lo justo sobrelo injusto, en la medida en que ‘pueda distinguir lo justo de lo injusto. Puede establecer todos esos ~ principios generale, pero eso no es una politica. Con toda. seguri~ dad, si quiere Uevar a cabo una politica, debe tomar as situaciones ~ particulares y considerar qué accidn 0 inaccidn es adecuada a esas situaciones particulares. Eso es lo que para mi significa la politica _yrresulta bastante claro que, ya-que en las cuestiones exteriores las ‘situaciones cambian continuamente dia tras dia, su politica no | puede ser establecida de una vez y para siempre, si se quiere ) que pueda ser aplicable a cada situacién que surja = Lasuperioridad intelectual de la Izquierda rara ver es puesta en duda. La Izquierda idea por si sola principios de accién politica y desa- rrolla ideales que sean perseguidos por los hombres de Estado. Pero le 54 LACRISIS DE Los VENTE AROS (1919-1907 En Gran Bretafla después de 1919 fue una gran desgracia que la Inquierda, habiendo ocupado el gobierno durante perfodos insignifi- - cantes, tuviera poca experiencia sobre las realidades administrativas y se convirtiera cada vez més en un partido de mera teoria, mientras que Ia Derecha, habiendo pasado tan poco tiempo en la oposicién, tuviera - pocas tentaciones de enfrentar la perfeccién de la teoria a las imper- fecciones de la practica. En la Rusia soviética el grupo en el poder ° desecha cada vex lapractica a medida que va perdiendo la memor origen revolucionario. La historia siempre \ muestra que, cuando los partidos o los politicos de izquierdas son puestos en contacto con la realidad mediante la toma del poder politi- co, tienden a abandonar su utopismo “doctrinario” yse mueven hacia) & la Derecha, con frecuencia reteniendo sus etiquetas de Izquierda, afia- diendo de ese modo mayor confusién ala terminologia politica. ETICAY POLITICA ¥ lo més importante, la antitesis entre utopia y realidad est4 arraigada en \una concepcién distinta de la relacién entre politica y ética. La antitesis entre el mundo del valor y el mundo de la naturaleza, ya implicita en la dicotomia entre propésito y hecho, esta profundamente grabada en ‘s coneiencia humana yen el pensamiento politico. El utépico establece | « un patron ético que pretende que sea independiente de la politica y trata | «te lograr que la politica se adecue a él. El realista no puede entender de> - ‘orma l6gica ningiin patron valorativo salvo el de los hechos. En su opi- | nin, el patr | ut6pico esta condicionado y dictado por el/ «- vurden social yes, por tanto, politico. La moralidad s6lo puede ser relati +9. no universal. La ética debe ser interpretada en términos de politica y a biisqueda de una norma ética fuera de la politica est ‘rucién, La identificacién de la realidad suprema con el bien supremo, we el cristianismo alcanza mediante un golpe enérgico de dogmatismo, salcanzada por el realista a través del supuesto de que no hay otro bien ¢ ‘jue la aceptaci6n y el entendimiento de la realidad. 58 ~» moderna de Ja pol EHoARR Estas consecuencias de la oposicin entre utopia y realidad apa: recerdn con mayor claridad en el estudio mas detallado de la crisis ica internacional, - NOTAS 1. A. Sorel, ‘Europe etla RolutionFranoitep. 474 2, Elpeicdlogo puede estar interesado en establecer aqui una analoga—serfa peligro fo ratarla como algo més con la clasificaidn de Jung de los tipospeicologcos en “fatrovertidos”y “extravertdos” Qung, Psicoloic! Type) o com los pares opues- —-* toed Wiliam James: Racionaista-Empirsta, Inielectal-Senssconalisa deaita- ‘Materialia, Optimista-Pesimista,Religieo-Irelgiso,Lbrevolunsarst-Fatalista, Monista-Plralista, Dogzdten-Esotptica (W. James, Pragati). 3. League of Notions: Ssteenth Asembiy. p. 4 Angel, The Great Blusion, p38, + Deforma parecia, la teova de Mare sobre a plusvalia tine, en palabras de un er= fico simpatizante, “mds el sentido de un elogan politic y social qu el de wna ver~ dad econdmica” QM. Beer, The Life and Teaching of Kar Mars. p129) 6, Aldescabrir que otrot Estados extaban tal vermis expuestoe un ataque qu ellos ‘nismos, la storidedcesoviteas despdieron al Sr Litinov en mayo de 1989 7 dejaron de hablar de Ia indvistbilidad dela pa. 1. Puede consideraree que, en este sentido, el termino “bundertainclaye «aquellos {niembos de las fuerzas armadas que te ocupan de la dieccin dels pliticas. Tal ‘eswea nnecesario afadir que no todo el que ene intelcto esun intelectual. o que Tho todo elque ocupa una ota en un departamento gubernamental es un bur6cra- ta, Hay, no obstante, modos de pensamiento que eon, en general, carateristcos del “burderata”y del “intelectual” respectvamente. 8. RS, Baker, Woodrow Wilson Life ond Letter, ip. 90 ‘9. Meinecke, Sigat und Perslichki,p. 136 19. Lenin, Obras Ged. rsa) vil p. 72 11, Manneim, leo’ and Utopia, pp. 137-140. 12, League of Nations: Pfienth Assembly. Sexto Comité, p- 62. 13, Bryce, Modern Demoorcies. i. p 8 Ti. Chen Lain Obras ted rasp 98 14 "Poveemos el movimiento obrero mis teérico del mundo” (F. Naumann, Central Europe, tad. inl. 9-121). 16, Ente interpretacion, que aparece en Leni, de Mirsiy (pp. 1.14718) publicado ‘en 1931, fue confirmada por los acontecimientosposteriore, La diviién vol era doe primeros das el partido. En 1904 Lenin atacaba alo intelectualea del — | partido por eu rechazo ala disiplinay ala organizaci6ny los intelecuales atacaban Tor métodos burociticos de Lenin Lenin, tras (a4 ed. rut). pp. 309-31) aq, RS. Baker, Woodrow Wilson and World Settements i. p 112 15. History ofthe Pose Conference ed H. Tempertey. i p. 62. ig, Cimara de los Comunes, 1 de julio de 1919: Oficial Repr. cl. 998. 20, League of Nationt Sevan Assembly, Teroer Comité, p18 56 BBE ‘LACRISISDE.LOS VENTE Aas (1919-1737 . “No se tolerars" dij el socialistabelga De Brouckére, “que el pueblo sea despoja~ eect ett Dr zee ee ttm eres want ores rete Scteshoe iaeentigametcnae racer ares eee ee Sune cel mo agen ee Segara eee ene cess peace ence nb le emer errs ae ee . Baldwin, On England, p. 153. - Chtnara de los Comunes, 21 de octubre de 1987, reproducido en N. Chamberlain, The Struggle for Peace, p. 33. 5? E.W.caRR EH. CARR NADO 107 Y ESTUDNS EM LA MERCHANT TAYLORS SCHOOL. LONDRES. EVEL TRINITY COLLEGE. CAMBRIDGE. SEINCORPORG AL. NITRO DE EXTERIORES G4 1914 Y TRABAJO EM PARIS Y RIGA FUE POSTERIORMENTE ‘ASESOR AD.UNTO PARA LAS CUESTONES DE LA SOCIEDAD DE NACIONES. PRMER SSEORETARO EN EL MNISTERIO DE EXTERIORES ¥. POR UN ARO DURANTE LA. ‘GUERRA. OIRECTOR DE PUBLIOOAD EXTERIOR OEL MINITERIODE INFORMACION. 'U PRIMER CARGO ACADEMIC FUE COMO CATEDRATICO WALSON DE POLIT INTERNACIONAL EN GL UNVERSTY COLLEGE OF WALES. ABERYSTHTTH. Y AL ‘so TEMPO DE 161A 1 FUE EDTOR ADJUNTO DE THETMES. OE 1953.4 198 FUE TUTOR DE POLINCA EW EL SALLI COLLEBE. CXFORD, PERO EN 1955S TRASLADO A CAMRIOGE AL SER EL.EGIO0 FELLOW OGL TRNTY COLLEGE. MURIO ume | E.H. Carr La crisis de los veinte afios (1919-1939) UNA INTRODUCCION AL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES ‘Traduecién de Emma Benzal Alonso

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