Fung - 2005 - El Estado Del Arte de La Ciencia Política

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Ellestanlojdeljante} dejalciencianolitica Flestado del arte de la clencia politica a) Dr. C. Carlos J. Delgada Diaz (viesesordinador) net W edinvancia Ln Habana, 2005 Edicion y correcci6n: Lic. Niurka Casanovas Herrero Diserio interior y de cubierta: Frank Herrera Garcia Diagramacién: Yohanka Morején Rivero INDICE A modo de presentacién / V Primera Parte. La ciencia politica en boga 2. Talcott parsons y la complejidad del sistema social Jose Leis Messoez Misnes (3 © Thalta M. Fung River6n (coordinadora), 2005 2. El pensamiento politico de Mancur Olson a través de La © Sobre la presente edicién: logica de ia accién colectiva Editorial Félix Varela, 2005 ‘Rarast Garcia Guianre / 24 3. La “teoria de la accién” de Hannab Arendt “Manta M. Persz Gonz (35 4. Michel Foucault: la inquietud del poder ‘Fina Hewchvoez Castro / 69 5. Karl Dentsch y su concepcién del poder ‘Oraa Dornes Romay / 93 6. Reflexiones de Robert Dahl en torno a los sistemas politicos ‘Toaw Siar Rosas | 100 7. Norberto Bobbio: una concepcién dinamica de la politica Mauna Saananta Ror /110 8. Arend Lijphart: su nuevo institucionalismo ISBN 959-258-878-3 Awa KaRgLiA GonzALez Rosei.é / 142 9. Acerca de la teorfa neocontractual de John Rawls: . una valoracién Editorial Félix Varela Aurcts Morrii Garcta / 152 San Miguel No. 1111, e/ Mazin y Basarrate, Vedado, Ciudad de La Hat mi 10. La concepcién del sistema politico en David Easton ‘Joss Fervanpaz Ouavera / 185 11. Una vez més acerca del liberalismo politico Masver Qonvmaxa Pemex | 194 12, Daniet Bell y la sociedad posindustrial ‘Maria Awroxia Rouios Moras / 204 13. La teorfa de las olas civilizatorias: Alvin Toffler Ataero GonzAuzz Teseps / 220 Segunda Parte. Una ciencia politica alternativa 1. Globalizacion y hegemonfa. Fundamentos teéricos y practicos de la filosofia politica actual Joan Paawersco Furwrks Pep0s0 / 245 2. La epistemologia y 1a ciencia politica: una aproximacién en la primera década del siglo xa Cantos Ses0s Detoavo Diaz / 255 3, La cultura politica y su dimensién actual: una mirada desde el sur Exsie Pua Rap-Curr / 276 4, Una ciencia politica desde el sur Tuauta M. Fuse RIex0n:/ 286 De los autores / 360 wv AMODO DE PRESENTACION Para el Grupo de Ciencia Politica de Ja Facultad de Filosofia ¢ Historia de la Universidad de la Habana y para la Seccién de Cien- cia Politica de la Sociedad Cubana de Investigaciones Filos6ficas es una satisfacci6n introducir el libro El estado del arte de la cien- cia polttica, estructurado en dos partes: La ciencia politica en boga y Una ciencia politica alternativa. En esta obra se presentan diversos enfoques de estudiosos cu- banos de la ciencia politica que; a la asuncién critica de la teoria politica occidental, unen sus experiencias te6ricas y précticas en las reflexiones y metarreflexiones de los postulados de dicha disciplina, en busca de salidas a la complejidad de) mundo polt- tico de hoy. ‘Cada ciencia posee su propia historia epistemol6gica, de la que no se excluye la ciencia politica sistematizada a partir de Maquia- velo en una linea euronorteamericana que lejos de complejizarse con el devenir, se hace cada dia m4s unicentrista. En este libro no se pretende instrumentar salidas ala emergente complejidad del mundo de hoy, aunque constituye en sf la bisqueda de una alter- nativa; mas bien es un camino que se sabe leno de vueltas, retro- cesos, asi como de las espinas que enfrenta tado lo que se opone al perisamiento consensuado; pero, como decia Marx, a la ciencia no se transita por una calzada real, y ese desafio lo han asumido os autores, que presentan su isin en lucha, precisamente, con- tra paradigmas al parecer intocables. ‘Comparta, lector, nuestras inquietudes. Sus criticas ayudaran a nuestro trabajo, es més, usted, con ellas, devendré también un constructor de lo que restiltarfa una ciencia politica alternativa. v PRIMERA PARTE La CIENCIA POLITICA EN BOGA 1 TALCOTT PARSONS' Y LA COMPLEJIDAD DEL SISTEMA SOCIAL José Luts Mexnsz Menor Sociélogo estadounidense, fundador de 1a escuela del funciona- lismo en sociologia y considerado un clasico de la ciencia social contempordnea. Una aproximacién a Talcott Parsons nos revela que su trabajo se centré en formular un sistema tedrico general para analizar a la sociedad, cuya idea principal era la vision de esta como un organismo, en contraste con la escuela del estructu- ralismo? que veia a la sociedad como una estructura en la cual cada parte tenia un papel que desempefiar en la preservacién de un equilibrio dinmico vital, punto de vista expuesto en su libro The Social System (El sistema politico, 1951). En esta obra, Parsons argumenta de forma esencial que la ca- racteristica fundamental de [as sociedades, al igual que en orga- nismos bioldgicos, es la homeostasis, es decir, el mantenimiento de un estado estable y que sus partes pueden ser interpretadas solamente en los términos de su totalidad. Comenzé su carrera como bidlogo y mas tarde se interesé en la economia y en la sociologia. Ensefié economia en la Universidad de Harvard, desde 1931, hasta su retire; dirigié alli el Departamento de Relaciones Sociales. Publicé mas de 150 libros y articulos, Fue titu- Jar de la cdtedra de Sociologia de esa universidad. Se distinguié por 'Nacié en Colorado, Springs; graduado de Amherts College, bachiller en artes en 1924, de la Escuela de Economia de Londres, Inglaterra, y de la Universi- dad de Heidelberg, Alemania, donde se doctor en 1927; estuvo en Harvard desde 1927 hasta su retiro entre 1973 y 1974. Talcott dirigio en la Universidad de Harvard lg revista The American Sociologist. °8e convirtié al funcionalismo bajo la influencia del antropologista Bronislav ‘Malinowskt, Sus aportes a la teorfa sociol6gica desde el punto de vis - turalista-funcionalista que tiende a privilegiat los aspects estate sg de la realidad social respecto a los de cambio y conflict. En su mundo intelectual coincidi6 en Harvard con el socislogo Tuso nacionalizado estadounidense Pitirim Alexandrovich Sorokiy quien desde 1930 dirigio el Departamento de Sociologia en esa uni” Versidad y se especializ6 en trabajos sobre la sociologta rural y del conocimiento. También con David Reisman, quien impartié cla. ses de ciencias sociales en Harvard entre 1958 y 1981, y cuya obra més relevante es Abundance por What?, una aguda eritica a la sociedad de consumo; y con Robert King Merton,’ sociélogo estadounidense, egresado, y profesor en Harvard y director de su Departamento de Investigacién Social Aplicada desde 1942, Como se sabe, Merton dio grandes aportes a la teoria sociologica, a la socio. logia del conocimiento y, al igual que Parsons, al anadlisis funcio. nal-estructural de la sociedad estadounidense, que lo convirtieron enuna de las figuras méximas de la sociologia anglosajona. Después de obtener su doctorado, Parsons regres a Estados Unidos para dedicarse a la ensefianza de la economia, En 1954 asumi¢ un puesto como profesor de Sociologia en la Universidad de Harvard, Trafa en su curriculum una obra de envergadura como lo fue The Structure of Social Action (La estructura de accion so. cial), publicada en 1937,* en la cual pas6 revista alo que él llamo js0ciologa positivstay ealiz6 critcas a la obra de Alfred |, Vilfredo Pareto, Emile Durkheim, y la al Weber, que 61 tradujo af inglés. eee * Raci6 en 1910, us principales obras son: Socal The Nagien 130 ss pics ore son: Sct Tear nd Socal Struc, ‘También Free Press public, en 1964, The Social Sytem * Pareto (1873-1960), economista y s0ci6logo italiano, fue conocido por su teoria sobre la interaecidn dels masasy elites» porls aplcaciondstareneen as al andlisis econémico, Escribié en 1926 su: obra. sociolégica de mayor enverga- dura, La meme y a sociedad, onde tet de dar saluekinalos Probie ee at asegaraba gu a ecoomt opie resolver aj a opin de gue habfa problemas que Ia economta no pod Pareto se vole hacia la socclogia, En La mnte) le ociedash poate Clases sociales emergen delas personas de habiiGades superionce aus toes siempre mejorar y contirmar su posiclonsoeal Aquslos de sche aan intentan siempre utilizar sus habilidades y con ello mejorar, mientras que en- tre las ets ol proces es inverso.De esta manera an personas cle jen das delas lass bajesasciendena retar als delesclasc aaa por su eo 4 Como este tiltimo, Parsons quiso describir de manera convin- cente los tipos lgicos de relacién social que se pueden aplicar a todos los grupos, sean pequefios o grandes. Su logro mas impor- tante consistié en construir un sistema 0 teorfa general de accion social para incluir todos sus aspectos, basdndose en diferentes disciplinas y reinterpretando teorias previas. Su primer intent con relacién a esta sistematizacién aparecié publicado en la obra La estructura de accién social, en 1937, seguida de Ensayos sobre teorfa sociolégica, pura y aplicada, de 1942.6 El soci6logo-politélogo Gabriel Almond y sus seguidores, bajo la influencia de Talcott Parsons, definieron el desarrollo poli- tico en términos de la secularizaci6n de la cultura politica y del desarrollo organizacional, también llamada diferenciacion estructural. Obviamente los dos mencionados sindromes definen el bajo desarrollo de la secularizacién cultural y organizacional.” Parsons intent también integrar todas las ciencias sociales dentro de la ciencia de la accién humana. Para entender todo el movimiento intelectual creativo que lo rode6, es necesario con- sultar obras como: Foundations of Social Theory, de James Coleman, publicada en Cambrige, MA: Belknap Press of Harvard University Press; Philosophy of Social Science, de Alexander Rosemberg, Boulder, CO., Westview Press; Max Weber: Essays in Sociology, de Hans H. Gerth y Wright C. Mills, New York, Oxford University Press; y de Robert K. Merton, Social Theory and Social Structure, 3rd edition, New York, Free Press. En todos ellos abun- dan las formulaciones que Parsons expres6 en su obra, Esta también fue criticada por otros sociélogos, como el esta- dounidense Charles Wright Mills* de ideas progresistas, el cual ‘social, produciendo de esta manera una continua “circulacién de elites”. Debi- do a esta teoria sobre la superioridad de aquellos que pertenecen a la clite, a Pareto a veces se le asocia al fascismo. “véase Talcott Parsons: Politics and Social Structure, New York, Free Press. *Véase “Political Culture and Democracy in Cuba: Comparative Reflections” de Mauricio Salatin, Statement for Conferencie of the Association for the Study of the Cuban Economy (ASCE), august 1998, tomado de Internet, * Vivi6 entre 1916 y 1962, fue un profundo analista de la alienacién del hombre, ena doble esfera del consumo y el ocio, dentro de las sociedades capitatistas contemporéneas. Sus obras principaies son: The New Men of Power, 1948; White Colfar, 1953; The Elite, 1956; The Sociological Imagination, 1959, y The Marxists, 1962, que e8 una antologfa critica de los textos marxistas fundamentales. 5 cultiv6 una sociologia critica que opuso a la sociolost, de su pals, y de manera especial'a Ia de Parsone ween oo Reno teoria abstracta y a los de un empirismo reducido a 1enos Microsociolégicos, reivindi: i imaginagin serial eg owHeeS, Teivindicé la necesidad de la Cuando se estudia la sociologia clasica, es inprescindible co- socer 408 Planteamientos fundamentals clasicos de la teor'a Sociologica de Max Weber y Talcott Parsons, considerande cue presupuestos ontolégicos y epistemol6gicos, sus formulaciones ted, TMasY metodol6gicas, y las condiciones historico-sociales que con. {ribuyeron ala constitucién de las tradiciones sociolégicas, esl como evaluar la vigencia de las propuestas de estos autores. Cuando Parsons profundizé en aspectos basicos: *- La orientacién motivacional o “expectativa estructurada”, com: puesta de elementos para analizar problemas que tienen inte. rés para el actor social. Esta orientacién incluye, entre otras cosas, el conocimiento y ta evaluacién de lo que los actores sociales pueden obtener al emprender una aceién determina, 94 ¥ cuales “costos” habran de pagar al participar en ella, 2. La orientacién de valor. Es la que “da los criterios que son las Soluciones satisfactorias alos problemas planteados en la orien, acién motivacional”, inehsidas tos eriterios morales, que son Particularmente importantes. El valor, segin Parsons, es “un Clemento de, un sistema simb6tico compartido que puede ser, Tir dt eviterio para la seleccion entre las alternativas de orien. acit jue sé presel i edie Pi ntan intrinsecamente abiertas en una a otientaciOn motivacional formula los problemas a los gue cualquier actor social se enfrentaria al participar en una acon Foncreta; la orientacién de valor propone los criterias que de, ben ser considerados para solucionar los problemas por le orien. tacion motivacional. Ambas orientaciones som momentos diferentes y complementarios en el proceso de ia toma de det Siones. Las dos llevan al actor sociat al limite donde la accion debe , Parse, ‘acon (1966): “El sistema social”, cn Revista de Occidente, Madrid, 6 ‘comenzar, pero ninguna de ambas orientaciones constituye 1a at ci6n social. La integraci6n de estos dos componentes del sistema social cons- tituye un nécleo central en la obra de Parsons, Ambos son los com- Ponentes esenciales del célebre “teorema dinamico funda-mental de [a sociedad”, que se enuncia asi: “La estabilidad de cualquier sistema social... depende, hasta cierto punto, de (la) interaccisn... de una serie de pautas de valores comunes con la estructura dela disposicién de necesidad internalizada (de los actores)”. Parsons considera que este teorema es “el punto principal de referencia de todo anélisis que pretenda ser un andlisis dindmico del proceso cial”? Cuando se analiza fa obra de este cientifico a fa luz del marxis- mo, hallamos diversos andlisis de su obra, entre los que se en- cuentran el trabajo de Manuel Guerrero Antequera, titulado “Estratificacién social en Talcott Parsons y Jucha de clases en Carlos Marx”. Parsons ve la necesidad de actualizar el concepto de clase social, debido a los cambios estructurales ocurridos en la for- ma de complejizacién de [a ocupacidn; complejizacién del mer- cado y complejizacién de las formas de propiedad. Estos cambios estructurales han afectado ala distribucion de los intereses. Como novedad, Parsons integra al andlisis de las clases sociales las re- laciones de ia estructura del parentesco. Laclase social puede ser considerada una phiralidad de unidades de parentesco. Lo que habria, entonces, es un sistema de clases con aspectos de parentesco, de “status de clases”, De esta manera, Parsons ve como rasgo distintivo de la “estr: tificacién social”, el hecho de que esta estructura ubica a los indi viduos en una jerarguia social genera] y no en un contexto especifico. Asf, Parsons ve dos contextos especificos de la socie- dad industrial moderna, desde el cual surge esta estratificacion: Ja estructura que se organiza en torno al trabajo realizado por los hombres y [a de! parentesco, : El sistema ocupacional forma parte de lo que Parsons Ilam6 “el complejo industrial”, que estaria compuesto, ademas de la ocupa- “Tbfdem. i Buente: “A 150 afies del Manifiesto: las criticas de Talcott Parsons a Marx”, en revista Pluma y Pincel, Santiago de Chile, 1998. 7 cién, i i fs 7 ‘dieercambio y la propiedad, Estos tres elementos son Tistica de que eS: Pero el sistema ocupacional tiene la caracte. na soviet 2,8 alto nivel de diferenciacion estructural de un sistema social, es el menos vari: oitegms octal es s variable y, por tanto, estructu-ralmente Esto debido a que un sistema de roles Ocupacionales muy seeceetlgunos rasgos de constancia relativa. Por ejerinien ct cardcter individualista. Ast, sefiala Parsons, el status del individuo con ningtin grupe solider, casei manera, Parsons puede argumentar que la distribu- | ¥ los procesos de movilizacién di status, no se constituye en térmij oo ' cons rminos de i términos del individuo como unidad. ©“ “8"08 Sino en ‘or estas mismas razones, dicho sis i ; , tema social es i - camentejerérquieo, os decir el cardeter de diferenciacion inter es intrinseco. Asf, los individ 2 bien sea por cualidades originales ean (destreza teen s vriginales que posean (destreza té por ejempio), o bien por ia centratizaci nciacion de gar lemon bien po izacion y diferenciacion de i . El sistema es, como ver indi. vidualista y competitivo, ‘ iar, sogcn los grants < . tiende a diferenciar, sega de ppsbonsabilidad y mando, a as individuos eum segundo contexto mencionado es el d e lel parentesco. La di- ferencia con el sistema ocupacional es que en as relscionce io Parsons entiende, por tanto, , , Por clases sociales la articulacii del complejo tanta y el parentesco. EI status de clase eH mpartido con los otros mit i. dad de parentesco efectiva. Asi, Parsons solala que. bette 8 de vida, y [...] en el diferente acceso que tiene la generacién mAs joven a las oportunidades...”.? éCudtes son fos efementos que dan pie, por tanto, a una teoria de la estratificacién social, y que expliquen de una manera actua- lizada el conflicto social? + El cardcter individualista del sistema ocupacional que esta- blece una competencia injusta. « Laracionalidad interna del sistema de produccién implica dis- ciplina y autoridad. + La relacién desigual entre patrones y trabajadores, relacién que no se reduce af de fa explotacién. + Laexistencia de subculturas, es decir, la internalizacion de pau- tas de valoracién diferenciadas. + Larelacién entre el parentesco y la orientacién del actor en el sistema laboral. + Elpredominio de la estructura del parentesco por sobre la me- dicién estandarizada del desempeno y logro. E! mayor desacierto de Marx, segiin Parsons, es el de haber quedado atrapado en su concepto de clase en la teoria de la explo- tacién, lo que Jo lev inevitablemente a la idea de que el nico conflicto social por excelencia es el del conflicto de clases. Ello debido a su tendencia, en palabras de Parsons, a tratar la estructura socioeconémica de ia empresa capitalista como una {nica entidad indivisible. Por esto, Marx habria pensado en la inevitabilidad del conflicto de clases. Frente a esta percepcién que pudiera ser totalizadora de Marx, Parsons propone la fragmentacién analitica. Y es respecto a este punto donde existen opiniones diferentes que han suscitado cons- tantes discusiones, el problema de la “universalizacién” del con- flicto de clases y de la “estructura socioeconémica de la empresa capitalista” y sus efectos sobre Ja estructura social. Lo que mas critica Parsons de la teoria de Marx, es la vincula- cin de este wltimo a criterios “extrasociol6gicos”, en el fondo, “extracientificos”. Es posible que ésta misma opinién, pero a la inversa, hubiese tenido Marx sobre Jas posiciones de Parsons, quien todo lo explicaba, no obstante ser economista, por medio de ‘Tomado de: Guerrero Antequera, Manuel: “A 150 afios del Manifiesto: las erfticas de Tatcott Parsons a Marx”, en revista Pluma y Pincel, Santiago de Chile, 198. Ja sociologia. Parsons interpreté lo estudiado por Marx, de acuer- do con las condiciones concretas que vivié en su medio, econdmi- co, politico y social. ‘ De ahi que le resulte dificil distinguir un Marx i el desarrollo de la ciencia social, y un Marx fundador ideoldgiea del “socialismo cientifico”; una perspectiva del conflicto de cla, ses importante para la sociologia moderna, “un primer paso fun. damental més alld del punto aleanzado por fos utilitaristas”, y una perspectiva del conflicto de clases que lleva a la utopica sociedad sin clases que “puede cuestionarse muy seriamente”. También Parsons cuestiona con fuerza la teoria de Marx so- bre el proletariado y la vinculacién de-esta teoria con la lucha Por el comunismo. {Cémo pudo unir Marx ambas cosas?, se pre. gunt6 este. Seguin Parsons, en primer lugar, lo que Marx postula es que la teoria de las clases sociales, y de modo mas especifico, le teoria del proletariado y su vineulacién con la lucha por el co munismo, no es posible desligarla de las dindmicas de los con flictos y contradicciones sociales entre los segmentos de la sociedad realmente existentes. Marx ve en el proletariado, tanto teérica como empiricamente, © sea, en Ia praxis, como una fuerza social real, que crece en ef capitalismo, y cuyo enfrentamiento con la burguesia podra dar lugar a una sociedad nueva. Es decir, la perspectiva revoluciona ria se asocia 4 unas fuerzas sociales presentes en la sociedad, y encuentra asi una base social “realista’” : éQué es el comunismo?, se pregunta Parsons: es el movimiento real que anula y supera al estado de cosas actual, movimiento que se nutre de premisas actuales, existentes. En el siglo xx, Marx identified a este movimiento comunista con el movimiento de los proletarios en lucha contra la burguesta, y est condicionado por la explotacion a que son sometidos, por la forma en que se insertan enel modo de produccién capitalista; pero, por sobre todo, por el grado de universalizacion de estas relaciones, : El efecto universatizante de este modo de produccién es anali- zado por Marx en el contexto concreto que le tocé vivir, en dos sentidos: el “intercambio universal” en las condiciones mate. riales que genera el capitalismo, de las cuales una de ellas es la explotaci6n y el sojuzgamiento tiniversal; y, en el sentido de la superacion de estas condiciones, con el derrocamiento del orden social existente por obra de la revolueién comunista. 10 Esel proceso mismo de produccién material capitalista el que ge- nera los efectos universalizantes, que permite a su vez que la histo- ria, por medio de fa revolucién, se convierta en historia universal Es decir, lo universal no es entendido como manifestacién de un espiritu en la historia, ni como un ente trascendental del cual somos ‘un momento y actualizacién constante, ni como el cierre categorial sistemético de un mundo cibernético, sino como el conjunto de relaciones —un modo de produccién— que en cada época con- creta implica a todos los hombres. Dado que tiene un carécter concreto, material, es inttil buscar el proletariado descrito por Marx en nuestro momento concreto. Pero si es posible, por sobre todo, captar el efecto totalizante, universalizante que tiene el modo de produccién que nos consti- tuye, ordena, asimila, organiza. Sus claves y estrategias son las que debemos abordar. No es novedad, por tanto, que hayan cambiado los referentes em- pfricos en las condiciones actuales, que hayan habido cambios es- tructurales que requieren actualizacién. Si esto corre paralas ciencias sociales es porque también corre para la politica. Parsons critica a Marx, por cuanto este privilegia en exceso la divisién clasista en su anilisis de lo social. Asi también se expresa Daniel Bell: La sociologia marxista probablemente puede ser resumida en una sola frase: toda estructura social es, fundamentalmente, una estructura de clases. Esta es la fuerza del marxismo, pero también es su problema. Decir que todas Jas divisiones de la sociedad derivan de las clases es brindar un poderoso prisma Para examinar la conducta social. Postula un solo eje que divi- de intereses bAsicos, identifica diferentes concepciones del mundo (y hasta verdades) y diferentes estilos de vida en térmi- nos de clase. La dificultad es que el enunciado es mas metafo- rico que demostrativo. Empieza a derrumbarse cuando se pregunta: équé significa clase?”. ¥ claro, Marx nunca hablé de las clases como si fueran el re- flejo de la verdad en sf, tal como lo intentan las ciencias sociales. Marx nunca creyé en la verdad “objetiva”, si de ello se deriva la unidad del objeto con la exclusién del sujeto. La concepcién de clases y lucha de clases que en su estructura econémica en tlti- ma instancia o filos6fica en su contradictorio devenir responde de modo principal a la politica, a la practica politica que esta- blece una necesidad politica de unas sociedades y unas circuns- tancias histéricas, materiales, concretas 1 Asi, Marx no solo hablé del proletariado y de la burguesfa, tam- bién hablo de los terratenientes, los agricultores, los pequefios burgueses, en fin, el término “Clase” es utilizado con interés polf- tico para indicar, definir, desnudar los conflictos relacionados con los procesos de explotacién, de lucha, visto como lucha entre po- los, condicionados por los modos de produccién concretos, con los mecanismos econdmicos, y con las relaciones de apropiacion. Con el concepto de clases se puede aludir, por tanto, a categorias heterogéneas. Por ejemplo, en su trabajo Las luchas de clase en Francia de 1848 a 1850, Marx habla de Ja aristocracta financiera, la burgue- sia industrial, los pequefios burgueses, los campesinos, los obre- 0s, los domésticos, los empleados, etcétera. En El Capital Marx habla de profesiones ideolégicas como fuerzas sociales extremas del cuadro clasista, como el gobierno, el clero, las gentes de leyes, los militares, etcétera. En este sentido, la enorme brecha que separa a Marx de Parsons, es que este tiltimo escribe como si lo hiciera describien- do la sociedad de modo contemplativa, mientras que Marx lo hace en forma activa en un movimiento de ruptura: con antropologia y la politica tradicionales Silos anélisis del momento posmoderno en la antropologia de- bieron empezar por hacernos observar que {a construccién de la antropologia moderna se debia a un doble juego de ausencia y presencia, como lo expresara Malinowski, al parecer Parsons con- sigue resumir toda la antigua querella posmoderna contra ‘Malinowski, en su ensayo Malinowski y {a teoria de los sistemas sociales, donde en una de sus partes expresa: “Era tan realista y racional como cualquier europeo moderno, poseia un conocimiento empirico considerable del mundo en que vivia y lo aplicaba de un modo enteramente racional para satistacer sus necesidades. Pero, al mismo tiempo, la autenticidad y la seriedad de su creenciaen la eficacia del ritual, en la necesidad de realizar ritos magicos en determinadas ocasiones y en la verdad de los rituales religiosos con la inclusién de ios mitos expresados en ellos [...] esto era para Malinowski" un dogma central [...] el problema de Malinowski fue el de hacer ambos tipos de conducta humanamente comprensibles a los europeos contemporéneos, usando para ello una determina- ‘'Véase a Talcott Parsons: Malinowski y 1a teoria de los sistemas sociales. 12 da teoria de funcién”.* La cita explica como Parsons establece jus- tamente las estrategias de representacion de Bronislav Malinowski, que ha sido criticado con profusién al considerarse que lo que é1 denomina teorfa, no lo es en absoluto, sino una gufa para la reco- lecci6n y la ordenacién de datos, una especie de vademécum para elinvestigador de campo, como dijera Evans-Pritchard (1987:254)."* ‘Mientras Parsons con su teoria sistemética hace el recorrido I6gico desde lo abstracto a lo concreto, el marco de referencia dentro de las cuales se lee a los datos empiricos, Marx no es que oponga la infantil “primero actiio, luego pienso”. ‘Marx tiene otro concepto de la actividad humana, de la cual su propio pensamiento y escritos son muestra: es critico-practico en un mismo movimiento. Es decir, es una préctica orientada por una teoria abiertamente critica a “lo real”, es una critica orien- tada hacia una practica; y es una practica que critica (niega) el estado de cosas existente. Su pensamiento se inserta en lo que él Ila- m6 la “praxis revolucionaria”, o sea, aquella practica que trans- forma al mismo tiempo las circunstancias y al hombre. Talcott Parsons y la familia Sobre este tema es muy atendible el anéllisis de Familia, cultura de paz y valores democrdticos, de José Tuvilla Rayo, quien sefiala que tanto desde el punto de vista sociologico como desde el juridi- co, la familia es una de las instituciones que posee una existencia més dilatada en el tiempo, pero también la que esté sufriendo pro- fundos cambios. ‘Se ha repetido con mucha frecuencia que como representante mas destacado del funcionalismo sociolégico, Talcott Parsons con- sideraba que el equilibrio era la caracteristica fundamental de la familia, cuyo papel esencial era la estabilizacién y entre cuyas funciones socializantes la transmisién de valores, normas y mode- Jos de comportamiento establecidos constitufan un importante ele- mento hacia la autorregulaci6n y la autosuficiencia de la sociedad, manteniendo determinadas necesidades humanas, entre las que se inelufan la preservacidn del orden social, el abastecimiento de Parsons, T. (1997): “Malinowski y la teorfa...", tomada de: Tani, Rubén y Nico- 1s Guigou (2001): Por una antropologia del “Entre”, pp. 64-65. 'Ypidem, 13 bienes y servicios, y la proteccién de la infancia. Sin embargo, en un mundo que experimenta una evolucién tan répida como el de hoy, es dificil mantener esta teorfa. Parsons y la modernizaci6n y el desarrollo Estos dos términos aparecen con fuerza como una pareja de la posguerra. E] término “modernizacion” se institucionaliza en la sociologia académica durante los afios cincuenta en los mbitos anglosajones, para referirse a las consecuencias sociales y politicas generadas por el crecimiento econémico que por entonces se estaba produciendo en los paises Ilamados en “vias de desarrollo” y de aquellos descolonizados tras la Segunda Guerra Mundial, los cuales se suponian que debia transitar el mismo camino de los p: ses desarrollados, de desarrollo autosostenido, La modernizacién se marcé sobre la base del modelo occidental y especificamente anglosajon: britanico primero y norteamericano después. Al partir del enfoque estructural-funcionalista de Talcott Parsons, se desarroll6 entonces la llamada Escuela de Moderni- zaci6n, que sostenia la existencia de un proceso de moderniza- cién tnico, con un carécter fuertemente normativo, Se introdujo el término de diferenciacién institucional, que fue acufiado por Parsons y hace referencia a la subdivision, diversificacion y es- pecializacisn de las formas organizativas de la sociedad. Este es ‘un concepto Clave en Ja Escuela de Modernizacién'* de la cual se derivé la Escuela de Desarrollo Politico, también enmarcada en el modelo teérico estructural-funcionalista de Parsons, que pos- tulaba una especie de determinismo socioeconémico segin el cual, conforme se desarrolla el proceso de industrializacién, sus efec- tos se trasladarian espontdneamente al subsistema politico. La jurisprudencia en la obra de Talcott Parsons La obra y el aporte de Parsons a la ciencia social es amplio y vi- gente. Cuando se evaliia el estudio de la justicia se ha legado a la ‘para profundizar sobre este aspecto recomendamos leer las obras de: Rostow, ‘Smelser, Macllelland y en América Latina a Gino Germani. 14 conclusién de que es necesario conjugarla con las actividades des- criptivas de la jurisprudencia socioldgica. En las ciencias sociales se ha tomado una mayor conciencia de que las cuestiones de politi cay de justicia aun deben ser precisadas después de que la ciencia social se ha desarrollado. Disciplinas como la economia, muchas veces se someten a las directrices de la politica y la justicia. En el libro de Parsons, The Structure of Social Action, esboz6 un amplio enfoque sobre el conocimiento social, que respetaba la diferencia entre hechos y valores, dando un lugar a cada uno. Des- pués en su obra The Social System,” continué este impulso, que fue llevado a un programa especializado de investigacién sobre Social Values and Public Policy, por el Departamento de Ciencia Poiftica de la Universidad de Pennsylvania, el cual comenzé en 1960 e integré en su disefio la totalidad de problemas, entonces en estudio, sobre este tema y su ubicacidn en las ciencias sociales, La década de los sesenta significé un incremento en el desarrollo de todas las esferas de las ciencias, en particular de las ciencias sociales, incluso se incursioné en la teoria de la necesidad de sistematizar su estudio y llegar hasta los esfuerzos de su precursor ‘més activo en ese momento que fue Parsons con su “sistema social”. El pensamiento sociolégico contempordneo desarrollado por algunos de los resultados de Parsons, busca un marco capaz de entendimiento de los datos provenientes de la sociedad, que per- mitan ver el “sistema social” como un equilibrio integrado de decenas de sistemas operativos de valores e instituciones inclui- dos dentro de él. Parsons influy6 de forma decisiva en los cambios de horizon- tes en la jurisprudencia sociologica, aunque debié transitar y ven- cer obstdculos que mantenfan “congelados” los conceptos, que la vida misma hizo obsoletos por el desarrollo propio de la sociedad y de sus instituciones. Hasta su muerte en 1979 dejé un reto para los juristas sociol6- gicos del futuro, cuando las investigaciones afines se encontra- ban en pleno apogeo. En esos momentos, ya entonces se habia “Entre las obras de Parsons se destacan: The Structure of Social Action, 1937; The Social System, 1951; Structure and Process in Modern Societies, 1960; Social Structure and Personality, 1964; Societies, 1965; Soctological Theory and Modern Society, 1967, y Politics and Social Structure, 1969, que aunque son eminentemente socioldgicas posibilitan derivarse al contexto y Ta accion politica. 15 weneralizado lo necesario de un enfoque de los problemas jiridicos ‘comunes a través de un anilisis amplio del contexto social, orien- tados a buscar respuesta desde el conocimiento social mas diverso. La muerte en la obra de Parsons Las contribuciones tanatolégicas de Talcott Parsons a la sociolo- gia médica y a la medicina, desempefiaron un destacado papel, junto a las de Foucault, que hizo mucho por la estética de la vida al estudiar las formas manifiestas y ocultas del poder, o a Comte, que fund6 una suerte de religion cientifica, en la cual la muerte tiene su papel. La mayoria de los antrop6logos y de los cientificos sociales han aceptado en la actualidad la teoria de! cdesempefio de las funciones sociales de los miembros de la sociedad, después de que las funcio- ‘es han sido distribuidas entre ellos. Esta teoria es importante en la sociologia de Parsons. La nocién de funcién, como apuntaba Nadel, descansa en el hecho de que prove un concepto intermedio entre “sociedad” e “individu”, lo cual facilita el entendimiento de cémo el comportamiento individual puede convertirse en conduc- ta social y cémo se transforman en normas sociales. El anilisis realizado sobre el funcionalismo, neofuncionalismo y teorfa critica, por los profesores Horacio Conrado y Karina Kalpschtrej, es interesante, pues permite contribuir ala actuali- zacion en la teoria sociolégica de enfoques que, por distintos mo- tivos, quedan relegados e imposibilitados de profundizar, y que mediante su problematizacién, pueden contribuir a desarrollar un debate entre los estudiosos de las ciencias sociales. Al mismo tiempo, la critica a estos enfoques como el funcionalismo, el neofuncionalismo, la teoria critica y otras escue- Jas que dieron lugar a la crisis del paradigma dominante que supo Mamarse “consenso ortodoxo”, tuvo gran influencia en la reestruc- turacién de la teoria social contempordnea. A la luz de estos cam- bios, la teoria social presenta una nueva situacién que pone en acto la posibilidad de revisar los fundamentos de la disolucin del “consenso ortodoxo” y de contrastar las caracteristicas de la nue- va configuracién de la teoria sociolégica. Dentro de estos enfo- ques se destacan los de Talcott Parsons, Jeffrey Alexander y Niklas Luhmann, principales representantes en ese orden del funciona- lismo, de! neofuncionalismo y del funcionalismo radical, 16 Enelestudio de la sociologia de la educacién, la obra de Parsons también es utilizada con frecuencia, de él se recomienda Hacia una teoria general de la accién, y “La clase como sistema social: algunas de sus funciones en la sociedad americana”, en Alain Grass. En la teoria social contempordnea se consideran los aportes de los autores mas destacados e influyentes de nuestro tiempo, entre Jos que se consideran a los pensadores clasicos del siglo xix: Marx, Durkheim y Weber, eran algunos de cuyos aspectos han sido retomados por los pensadores contemporéneos, como Habermas, Giddens, Talcott Parsons, Foucault y Bourdieu. Asimismo, muchos documentos elaborados por cientificos s0- ciales, coinciden en que cuando se estudien las teorfas sistémicas, en el entendido de la definici6n y el enfoque de la teoria de los sistemas, su interdependencia y el sistema de interdependencia en cascada se consulten las obras de: Kenneth Boulding y Talcott Parsons, y cuando se aborden los subsistemas se incluya a: David Easton y Morton Kaplan. En resumen el aporte de Talcott Parsons para la ciencia politi- ca occidental se expresa en muy diversas aplicaciones. Fue un socidlogo encasillado en la corriente del “‘funcionalismo norma- tivista”, ademas de una variedad de apelativos, tal el caso: imperativismo funcional, teoria general de la acci6n, teoria de la accién social, pero se puede afirmar con justeza que el primero es el més adecuado. Esta afirmacién se sustenta por el predominio explicativo del normativismo-valorativo, lo que no se debe entender como un determinismo culturalista, sino que a pesar de que los limi- tes posibles de accién son establecidos por las condiciones ma- teriales, estas no le otorgan direccién, sino que viene a través de los valores culturales. Esto es, que un conjunto de condicio- nes materiales dejen entrever una variedad de cauces de ac- ci6n; cual de estas sera elegida, vendré orientada por el techo normativo valorativo. Por otro lado, concibe como un sistema de accién el adoptar, con perspectiva funcionalista, el analisis de la estructura social. Parsons parece entender e! fucionalismo como la resultante de dos vertientes intelectuales, Malinowski y Pareto. Podriamos caracterizar a la obra de Parsons como dificil, ex- tensa, cuestionable en su interior, afianzada en una particular concepci6n del quehacer teérico en sociologfa, que le dan un per- fil distintivo y peculiar a su visi6n. 17 Como resultado de la dificil conceptualidad y lo denso de su trabajo, muchas veces se ha adjudicado cierto grado de inteligibi lidad ala traduccién del inglés, asf se explican ciertas afirmacio- hes erréneas de su obra; en ese sentido podemos decir que la obra parsoniana no es un dechado de claridad y sencillez, mucho me- nos podemos estereotipar al “funcionalismo normativista” con un enfoque conservador. Fue un cientifico prolijo en su obra con més de un centenar de articulos, traducciones y quince libros; su interpretaci6n global se ve afectada por una suerte de modismo en lo que se refiere al ataque sus obras, con lo que podemos afirmar que se puede estar o no de acuerdo con Talcott Parsons, pero nunca ignorarlo, Hay quienes lo han bautizado como el tltimo clésico de la sociologia Tanto es asf que se discute la existencia de més de un Parsons, a pesar de sus esfuerzos por demostrar que cada obra suya suma al desarrollo progresivo y sistemdtico de ideas larvadas en teo- tias anteriores, lo que hace que diste mucho en ser reconocida con unanimidad la continuidad y unidad interna de sus obras. In- cluso segtin algunos detractores, el “sistema social” supone una Tuptura en la linea de pensamiento, percibiéndose dos esquemas de accién diferentes, tanto en sus premisas fundamentales como en las perspectivas motivacionales, ademés del tipo de datos abarcativos, hipétesis que subsumen, cardcter y aleanice de la teo- ria sustentiva de inspiraci6n, El cimulo de argumentaciones alienta esta dualidad parsoniana, que tiene punto de inflexién en un antes y un después de The Social System, sefialando el abandono del esquema voluntarista de la accién y una poco fiable adopcién del modelo freudiano, dando més importancia a la estructura que a la accién. Desde otro éngulo, se resalta la bésica unidad a lo largo del tiempo, al afirmar conceptualidad y argumentabilidad al desarrollo de ideas implicitas en los puntos fundamentales, lo que otorga entonces cierta coherencia interna a pesar de los defectos que se le sefialan a su obra. Como ocurre con frecuencia, no existe una tinica y exclusiva lectura tanto de la obra de Parsons como de ningiin otro autor, en particular con una obra tan amplia, que incluso intenta aportar su integracién con un sol enfoque de la realidad des- de un sitio de observacién ubicado en la accién social y es- tructura social. O sea, conciliar en un tnico esquema la micro y macrosociologia, 18 Al estudiar su peculiar concepcién de la naturaleza del andli- sis tedrico, teniendo en cuenta la coherencia ldgica, encontramos un contraste neto con una concepcién ldgica experimental, po- niendo énfasis en el aspecto sistémico de coherencia interna, enviando a segundo plano los aspectos epistémicos. Es decir, sugiere concentrarse en aspectos sistémicos de las categorias analiticas, dejando en plano secundario la operativizacién y contrastacién empfrica. Este “realismo analitico”, que lo seguir de por vida, se ve {uertemente influido por su formacion cientifica como bidlo- go, aunque nutrida por cursos de economia, literatura, filoso- ffa; en sintesis, una educaci6n heterodoxa, pero con un marcado sesgo a las ciencias naturales que lo llev6 a realizar esquemas clasificatorios reflejando sistemdtica y ordenada- mente la realidad mediante hipétesis causales experimenta- les verificables; a lo que podemos decir que el significado de teoria est més cerca de la clasificacién que de la explicacién causal. Parsons entiende a la actividad te6rica como reproduccién, enel ambito analitico, de la realidad social; con la meta de ela- borar un aprendizaje completo en lo conceptual que sea capaz de reflejar la realidad en forma sistematica, antes que elaborar teorfas explicativas directas sobre esta. Para ello ha formado un programa para la construccién de teorfas, o aporta una serie temporal e histériea de contribuciones para desarrollar determi- nados sistemas. En The Structure of Social Action (1937) deja ver su volun- tarismo sociol6gico, donde analiza a Durkheim, Weber, Pareto ¥ Marshall, al utilizarlos para desmenuzar las relaciones entre el individuo y la sociedad; intentando conceptualizar cémo existe la sociedad y qué la hace posible, y como conciliar a sus distin- tos individuos miembros. Logra demostrar el error intelectual del positivismo al negar la independencia de valores, y del idealismo al negar la impor- tancia de las condiciones ambientales. Resulta sorprendente que, a pesar de las grandes diferencias de estos cuatro pensadores, presenten premisas basicas en co- mitin, tal el caso de superaci6n de las aporias del individualismo y el idealismo por medio de esquemas explicativos que llevan a Parsons a definir estas similitudes de “convergencias”, lo que le trajo més de una critica, burla y dolor de cabeza. 19 Fiel a su visi6n particular, lo lleva a concluir que teorfas correc- tamente elaboradas en forma coherente y sistematica, poseen forzosamente puntos de coincidencia y todas han de reflejar ta realidad, acercéndose a una concepci6n unificada; que hace facilmente pensable elaborar un método explicativo minimo, el cual sirva como referencia 0 comin denominador para superar la barrera casi infranqueable dei problema hobbesiano del orden. Desde su estrategia analitica, Parsons concibe al actor social como un individuo atrapado por su herencia y entorno, y en me- dida minima racional, libre y calculador. Asi podemos decir que esta condicionado por su entorno fisico y cultural ademas del componente biolégico con cierto margen de autonomia decisoria. Es aqui donde afirma que la minima expresién del tejido no es ef actor sino sus acciones, denominado por Parsons acto-unidad. Este acto-tnidad consta de un actor social, perse- guidor de los fines que posee los medios para alcanzarlos en medio de diferentes condiciones, tal e} caso de la herencia bioi6- gica, limitaciones ecoldgicas, etoétera, siendo el mismo regido por normas, ideas y valores. Se puede sefialar cierto grado de componente de “interaccio- nismo simbélico” en la concepeién que fa estructura tedrica es in- separable de su origen; ese lazo de acto-unidad entre los enfoques macro ¥ microsociolégicos es definido por un significado colectivo y observable como conducta, esto cobra sentido al apreciar que este acto actia como bisagra articulada para compatibilizar los enfoques institucionales y subinstitucionales; y dejan en claro que el voluntarismo parsoniano no se mimetiza con el libre albedrio, sino que es el hombre el encargado de dar el impulso. Vemios que para la éptica parsoniana, el actor social es una equilibrada sumatoria del hombre racional, libre y calculador, con el hombre producto de su carga hereditaria y su entorno; esto hace una delicada relacién entre la individualidad y el condi- cionamiento; la racionalidad con la irracionalidad. Podremos observar con detenimiento que entre ambos polos extremos, vale destacar que es ficticio ¢ irreal, una variacion de menor a mayor conflictividad y que en su extensién se ubican las sociedades hist6ricas concretas. Parafraseando a nuestros abue- los, encontraremos en la obra de Parsons, entre lo blanco y lo negro, la zona de los grises que son indicativos en todos los ambi- tos de la vida. 20 Contribucién e impacto de la obra de Parsons a la ciencia politica contemporanea ‘, y La ciencia politica cuyo objetivo es el estudio sistemAtico del go- bierno en su sentido més amplio; el origen de los regimenes poli- ticos; sus estructuras, funciones ¢ instituciones, y las interacciones. entre grupos e individuos en el establecimiento, mantenimiento y cambio de los gobiernos. La ciencia politica se considera parte de las ciencias sociales que incluyen ta antropofogia, 1a psicologia y la sociologia. Los Precursores de las ciencias politicas se ocupaban de la forma de alcanzar y mantener objetivos ideales. ‘A lo largo de los siglos aparecieron obras clasicas, casi todos estos autores se ocupan de la forma en que una sociedad puede generar las condiciones necesarias para el bienestar de todos sus, ciudadanos, Los éxitos que se habfan conseguido en el campo de tas cien- cias naturales llevaron a muchos investigadores politicos a la creencia de que, con el tiempo, empleando el anilisis sistematico y la metodologia de la fisica, la quimica y la biologia, podrian de- sarrollar teorias explicativas. En sus intentos por conseguir cre- dibilidad, estos estudiosos se unieron con investigadores en los campos de la sociologia y la psicologia. De los sociGlogos tomaron el método estadistico para recoger y analizar el comportamiento colectivo. De los psicstogos tomaron [as definiciones, propuestas y conceptos que les ayudaran a entender por qué los seres huma- nos actuan de ciertas maneras. Como resultado de estos présta- mos de otras ciencias sociales, la ciencia politica se convirtié en un campo independiente. ‘A pesar de este lamamiento por una disciplina realista y con- creta, basada en la objetividad y las herramientas cientificas, el estudio mas antiguo, especulativo y normativo, siguié siendo to més comiin hasta la mitad del siglo xx, momento en que el punto de vista cientifico empezé a dominar el campo. Este movimiento fue llamado conductismo porque sus defensores sostenian que la medicién y Ja observacién objetivas se apticaran a todas las con- ductas humanas tal y como se manifiestan en el mundo real. Parsons, como socidlogo, se centr6 en formular un sistema te6- rico para analizar ala sociedad, asi sustentaba el cardcter estable y que sus partes pueden ser interpretadas solamente en los tér- minos de su totalidad. Parsons comenz6 como bidlogo y redondes 2 sus coriocimientos en la economia, de manera que con suficiente erudicién analizé la primacfa de la conducta, concibié a la politi- ca como una variable pero condicionada por lo social y lo cultu- ral, resalt6 la importancia del consenso. La obra de Parsons contribuye ideolégicamente a legitimar las necesidades de estabilidad y preservacién del capitalisme coma sistema, consolidé el enfoque de fa sociologia y la ciencia politica burguesa basado en el estudio del equilibrio, la integracién y la funcionalidad de las estructuras politicas de dicho sistema. Como padre de la corriente estructural-funcionalista norteame- ricana, Parsons se concentra en el anélisis de estructura y funcio- nes, deja a un lado los procesos de desarrollo. Al mismo tiempo favorece un punto de vista subjetivista, al sobrevalorar la impor- tancia del “sentido” 0 “significado” de las acciones y situaciones sociales. Intenta ofrecer una visién compleja de la sociedad, al en- tenderla como un sistema social conformado por varios subsistemas, aunque subestima el papel de los factores econdmicos, Su obra constituyé un importante punto de referencia con im- pacto para la sociologia y la ciencia politica norteamericana, que encontré seguidores destacados en autores como Robert K. Merton, La obra de Parsons es criticada por sociélogos criticos de Estados Unidos como Charles Wright Mills en la Imaginacién Sociolégica, y Alvin Goulder en La crisis de la sociologta occidental; no obs- tante, la balanza de aportes se inclina a su favor. Bibliografia Auanaz, J. (1982): La teoria sociol6gica de Talcott Parsons, Cen- tro de Investigaciones Sociales, Espafia, Gino, Lipa (1999): “Talcott Parsons hoy: el individualismo institucionalizado y las asociaciones”, en Revue Socioldgica, No. 40, Atio 40, mayo-agosto, pp. 15-34. 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Weer, Max (1977): Economia y sistema, Bogota, Colombia. 23 2 EL PENSAMIENTO POLITICO DE MANCUR OLSON A TRAVES DE LA LOGICA DE LA ACCION COLECTIVA avast Garcia Goarne Este politélogo norteamericano se inscribe dentro de la tendencia de la eleccion racional que toma referentes metodolégicos de la economia, En el Ambito de la ciencia politica, la corriente de la eleccién racional surge en la década de los setenta del siglo xx. La irrup- cion de la teoria de ta eleccién racional en la ciencia politica su- puso la superacién del paradigma sociolégico que limitaba el enfoque al andlisis empirico de los comportamientos politicos de Jos individuos y de los grupos: la aplicacién de algunos de los prin- cipios metodolégicos propios de la economia a los andlisis de la realidad politica permiti6 el desarrollo de un enfoque alternativo frente ala escuela conductista y también abrié un nuevo punto de vista sobre temas y aspectos relevantes para la ciencia politica, _ De la teoria de la eleccién racional surge un conjunto de propo- siciones explicativas (y contrastables empiricamente) mediante el desarrollo de un discurso axiomatico y deductivo que puede llegar a recibir un tratamiento formal o matematico bastante sofisticado. Con la aceptaci6n de unos pocos axiomas o principios metodo- légicos muy restrictivos (al mismo tiempo que intuitivamente aceptables), y la aplicaci6n de unos criterios de cardcter econémi- co al andllisis de las ms diversas situaciones politicas reales o hi- Potéticas, ha sido posible la elaboracién de nuevos modelos explicativos en ciencia politica. Estos principios metodolégicos se reducen basicamente al individualismo metodolégico y al supuesto de racionalidad individual. El individualismo metodol6gico pretende explicar, a partir de las acciones individuales, los fenomenos de cardcter colectivo; a 24 diferencia del enfoque sociolégico predominante, destacc la im- portancia de las acciones o elecciones individuales huyendo de cualquier determinismo de tipo estructural. En general, se supo- ne que estas acciones individuales responden al clasico criterio econémico de la maximizacién de la utilidad: los individuos dispo- nen de un conjunto finite de alternativas entre las cuales elegir y, de manera coherente con sus fines, escogen aquella que esperan que les proparcione el mayor grado de satisfaccién o utilidad (un concepto que puede ser definido de muchas maneras, pero que siempre respondera a una valoracién subjetiva). ‘Uno de los primeros pensadores politicos de la teorfa de la elec- cidn racional es el politélogo Anthony Downs que en su articulo“Teo- ria de la democracia: una aproximacién econémica”, introduce un nuevo tipo de modelos explicativos en ciencia politica que derivan directamente de un enfoque econémico: los modelos espaciales. En este tipo de modelos se supone que cada ciudadano realiza una elec- cién racional del partido en el que va a votar, estableciendo una cla- ra analogia con los mecanismos que operan en el mercado. Los partidos politicos ofrecen diferentes “productos” —o programas—, y los electores se comportan como consumidores. ‘Anthony Downs sugiere que cada ciudadano votaré en funci6n de la distancia que haga entre sus preferencias politicas y las po- Iiticas o programas de los partidos que concurren alas elecciones (partidos que en su andlisis estarén dispuestos en un eje unidi- mensional). El modelo espacial iniciado por Downs ha sido poste- riormente desarrollado con la elaboracién de modelos que consideran la existencia de espacios multidimensionales. Este autor expone una de las paradojas més relevantes de la democracia: “... si supusiéramos que los votantes se comportan como si realizaran un simple calculo de los costos y beneficios derivados del acto de votar (como hace un consumidor a la hora de escoger un determinado producto), cabria esperar que la inmensa mayoria de los ciudadanos racionales se abstuvieran dada su escasisima capacidad para influir en el resultado final de las elecciones”.' Esta paradoja derivada de un uso puramente “instrumental” del voto, ha sido contestada mediante los conceptos de la “persuasién” del "Downs, Anthony (1973): “Teoria econémica de la accién politica en una demo- cracia”, en Diez textos basicos de ciencia politica, Editorial Ariel S.A., Barce Jona, 1992, p. 10. 25 voto como “consumo” (entendiendo que el simple acto de votar ya aporta beneficios subjetivos al votante) o del voto inducido por ias instituciones. Cabe destacar que la racionalidad individual no implica de manera alguna la existencia de una “racionalidad colectiva”; pre- cisamente gran parte de las paradojas analizadas por este nuevo enfoque residen en la incoherencia existente entre las preferen- cias individuales y los resultados colectivos, Asi, la economia ha inspirade o inducido algunos de los principios fundamentales en los que se basa el nuevo enfoque metodolégico que ha permitido los més recientes desarrollos a la ciencia politi- ca occidental contempordnea. Este nuevo enfoque también supone una nueva perspectiva so- bre los temas y preguntas que son considerados relevantes para la ciencia politica. Bajo los pardmetros de la teoria de la eleccin racional, se han elaborado nuevos modelos explicativos que se refieren al objeto que fuera “clasico” de la disciplina de la ciencia politica: las instituciones politicas. El énfasis en el estudio de los “comportamientos” esta siendo actualmente sustituido por un retorno al andlisis de las instituciones politicas que de ninguna manera supone una vuelta al enfoque juridico de antafio, sino que precisamente responde al enfoque “econémico”, derivado de la teoria de la eleccién racional: “un nuevo institucionalismo”. La obra de Mancur Olson es una de las de mayor influencia en el enfoque “econémico” de la politica. Analiza \a capacidad de un gru- po de individuos para promover la consecucién de bienes pabli- cos que sean de interés comin a todos los miembros. El principal interés de M. Olson reside en el tamafo del grupo: “.. de manera contraria a lo que cominmente pudiera pensarse, cuanto mayor sea el grupo, menos incentives tendrén los individuos que !o componen para asumir los costos en tiempo, esfuerzo y dinero de participar en una accién que les permitiria la obtencién del bien pablico deseado, dicho en otras palabras, cuanto mayor sea el grupo, cabré esperar una mayor pasividad entre sus miembros que los que se producirfan en grupos reducidos [...} La solucién de esta paradoja reside en los “incentivos selectivos’ (ya sean de cardcter negative o positivo), unos incentivos que favorecen la accién colectiva y que no dependen de los bienes ptblicos hacia los que se orienta la misma”? Olson, Mancur (196): “La logica de la accion colectiva”, en Diez textos... p. 97. 26 Uno de los descubrimientos de Olson en su obra La logica de la «ccidn colectiva es que los servicios que prestan colectivos como los sindicatos, las asociaciones profesionales, las organizaciones ayrarias, los carteles y los grupos de presién, se parecen a los nervicios basics del Estado, desde un punto de vista claramente decisive. Los servicios de dichas asociaciones, al igual que los ser- vicios basicos 0 “bienes pablicos” brindados por los gobiernos, si won proporcionados a alguien Ilegan a todos los miembros de una doterminada categoria o grupo. Del mismo mode que la ley y el ‘orden, la defensa o la lucha contra la contaminacién, tal como los, ponga en préctica el gobierno, favorecen a todos los habitantes de un pais o de un area geografica; la tarifa obtenida gracias al esfuer- zo de una organizacién agraria sirve para que suban los precios ton beneficio de todos los productores del articulo que se trate. Igualmente el aumento salarial conseguido por un sindicato se aplica a todos los trabajadores de la categoria correspondiente. Este mismo razonamiento aplicado de forma més general a cada grupo de presién que obtiene un cambio global de la legislacién 0 de las reglamentaciones, consigue con ello un bien ptiblico 0 co- lectivo para todos los que se ven beneficiados por ese cambio, cualquier combinacién —es decir, cualquier "cartel" — que utilice la accién en el mercado o en la industria para lograr un precio 0 un salario mas elevado, cuando restringe la cantidad suministra- da eleva el precio para cada vendedor, creando asi un bien colec- tivo para todos los vendedores. El principal argumento de M. Olson defendido en La légica de la accién colectiva, comienza con una paradoja que se manifiesta en la conducta de los grupos: “A menudo se da por supuesto que si todos los miembros de un grupo de individuos de empresas tienen determinado interés en comin, el grupo manifestaré una tendencia a satisfacerlo. Asi muchos estudiosos de las ciencias polfticas en los Estados Unidos han supuesto durante mucho tiem- po que los ciudadanos que tienen un interés politico comin se organizarén y lucharan a favor del mismo. Cada individuo de la poblacién estaria en uno 0 en varios grupos y el vector de las presiones de estos grupos en competencia explicaria los resul- tados del proceso politico. De igual modo a menudo se ha su- puesto que si los trabajadores, los productores agricolas o los consumidores tuviesen que enfrentarse con monopolios perjudi- ciales para sus intereses acabarfan por obtener un poder com- pensado a través de organizaciones como los sindicatos laborales 7 0 las organizaciones agricolas, que han conseguido determinado poder dentro del mercado y una accién protectora por parte del gobierno. "A mayor escala, las clases sociales dan pie a pensar con fre- cuencia que van a actuar en interés de sus miembros. La forma mis tipica de esta creencia est4 enmarcada, por supuesto, en la afirmacién marxista segdn la cual en las sociedades capitalistas la clase burguesa hace que el gobierno sirva a sus propios intere- ses. Una vez que la explotaci6n del proletariado ha llegado a de- terminado nivel, y ha desaparecido la ‘falsa conciencia’, la clase obrera se revelara en su propio beneficio y establecerd una dicta- dura del proletariado. De modo general si los individuos de deter- minada categoria o clase social tuviesen un grado suficiente de interés propio, y si toda ella coincidiese en un interés compartido, el grupo actuaria también a favor de sus propios intereses”.> “Si examinamos con cuidado la légica de la frecuente suposi- cin que se recoge en el parrafo anterior, cabe apreciar que es basica e indiscutiblemente err6nea. Imaginémonos qué tendria que hacer un trabajador que pensase que una amenaza de huelga ouna ley de salario minimo elevaria su jornal, si el consumidor 0 el trabajador dedicé unos cuantos dias y un poco de dinero a orga- nizar un boicot o un sindicato, o a ejercer presiones para lograr una legislacion que proteja sus intereses, habra sacrificado tiempo y dinero. Qué obtendria con este sacrificio? En el mejor de los casos, el individuo logrard que la causa avance algo (a veces im- perceptiblemente). Sea como fuere habra conseguido una mints- cula participacién en laganancia que obtenga de la accién. El hecho mismo de que el objetivo o el interés sea algo comin al grupo y compartido por éste, lleva a que las ganancias conseguidas median- te el sacrificio que realice un individuo para servir a esta meta comin sean compartidas por todos los miembros del grupo. Si el boicot, la huelga o las presiones tienen éxito, mejorardn los precios © los salarios para todos los miembros de la categorfa correspon- diente de manera que al individuo que forma parte de un gran gru- po con un interés comin sélo le tocar una participacién diminuta en los beneficios logrados a través de los sacrificios que lleve a cabo el individuo con objeto de lograr este interés comén”.* Olson, M.: Ob. cit, p. 98. “Ibidem, p. 99, 28 El argumento empleado por M. Olson en este razonamiento para demostrar su “I6gica de accién colectiva” revela el comportamien- to de los individuos que pertenecen a un grupo con interés comin sobre la base de la empiria. Al aplicar los principios metodol6gicos que se reducen al individualismo y al supuesto de racionalidad individual derivados de las relaciones econ6micas de la sociedad burguesa, en realidad fundamentan [a raz6n instrumental que se traduce en la reduccién que hace el capitalismo de los logros de la raz6n humana —la ciencia, tecnologia y cultura— para obtener la maxima ganancia economica para los grandes monopolios. Esta raz6n instrumental de la sociedad burguesa expresa el desquiciamiento de la razén humana al ser apropiados los bienes producidos por la burguesfa para resolver sus necesidades eco- n6micas egoistas a expensas de la explotacién de las grandes masas de trabajadores de todo el mundo, lo cual genera una sociedad que funciona de una manera irracional, que expresa una parado- ja mayor por cuanto mayor desarrollo de la ciencia y la tecnolo- gia originan una mayor pobreza y explotacién general para la humanidad. Esta paradoja se hace contrastable de forma empiri cay teérica con la aplicacién de la ideologia del neoliberalismo a las relaciones econdmicas y politicas internacionales por la cum- bre de poder de Estados Unidos y sus aliados y organizaciones econémicas internacionales. La teorfa de la eleccién racional constituye una forma de reduccionismo economicista de toda accién politica individual y de grupo, centrada en la légica de 1a economia burguesa, que se expresa en el supuesto de que las acciones humanas individuales —consideradas las més importantes— estén fundamentadas en interés de buscar la maxima utilidad econémica, argumentando asi que las actividades y relaciones entre las personas en la socie- dad estén mediadas por esta raz6n instrumental que sirve de fun- damento a la “I6gica de la accion colectiva”. Esta l6gica es expresién de la propia situacion del individuo “atomizado” en la sociedad capitalista, que obliga a los ciudada- nos a luchar solo para alcanzar los medios necesarios para la vida, condicionado por las relaciones monetario-mercantiles y el mer- cado, donde la ley del valor y el dinero constituyen la fuente de todo valor. La “légica de la accién colectiva” encuentra su refe- rente en la propia realidad de la sociedad burguesa, por cuanto la explicacién que da del comportamiento y accién de los indi- viduos, grupos ¢ instituciones en las relaciones politicas posee 29 determinado grado de objetividad, sobre todo, en ef escenario po- litico de Ja sociedad norteamericana, donde el autor hizo todos sus estudios. Aunque como sefalé el propio autor, “... los datos dispersos que posefa de otros paises, eran coherentes con los que poseia sobre los Estados Unidos.. La paradoja que resulta de la accién de los grupos numerosos —sindicatos, asociaciones de agricultores— y la accién del go- bierno, con respecto a los minimos beneficios colectivos obteni- dos para cada miembro del grupo, se explica por el autor, por los lamadbos incentivos selectivos. En el caso de los gobiernos, la res- puesta se fundamenté en que los gobiernos estén respaldados por la obligatoriedad de los impuestos. A veces la oposicién a dicha obligatoriedad es escasa, acaso porque mucha gente comprende de manera intuitiva que los bienes publicos no podrian venderse en el mercado, ni financiarse por un mecanismo voluntario. Como se ha sefialado anteriormente, cada individuo obtiene solo una minima participacién en los servicios gubernamentales que ha pagado y, en cualquier caso, conseguiré el nivel de servicio que haya sido proporcionado por los demas. En el caso de las organizaciones que brindan bienes colectivos a sus grupos a través de una accién politica o comercial, la res- puesta no ha sido obvia, pero no es menos tajante. Las organiza- ciones de este tipo —por lo menos cuando representan grandes grupos— tampoco reciben apoyo debido a los bienes colectivos que proveen, sino porque han tenido la suerte en encontrar lo que Olson denomina: “incentivos selectivos”. Un incentivo selectivo es el que se aplica de forma selectiva a los individuos segan con- tribuyan o no a procurar el bien colectivo. Los incentivos selectivos tos clasifica en negativos y positivos. Puede tratarse, por ejemplo, de una pérdida o de castigo impuesto Gnicamente a quienes no ayudan a proporcionar el bien colectivo. Como es natural, el pago de los impuestos se consigue con la ayuda de incentivos selectivos negativos dado que quienes no pagan sus impuestos deben someterse, al mismo tiempo, a la exaccion fiscal y a una penalizaci6n. E] tipo de grupo organizado de interés mejor conocido en las sociedades burguesas —segtin Olson—, el sindicato, también suele ser respaldado, en parte, a través de in- centivos selectivos negativos. La mayorfa de las cuotas que perci- 30 ben los sindicatos més fuertes se obtienen a través de conventou de sindicacién obligatoria, que convierten el pago de cuotas en algo mAs o menos coactivo y automatico. También se aplica una técnica que se denomina como piquete de cuotas que funcionaba con gran sencillez, donde un grupo de miembros que pagaban la cuota seleccionados por el director del distrito (generalmente mas por su corpulencia que por su tacto) se colocaban a la puerta de la {ébrica con una palanca de hierra o un bate de béisbol en las ma- nos, y se encaraban con cada trabajador que se incorporaba a su turno. La fase inicial de 1a sindicalizacin supone, a menudo, el empleo de la violencia por parte de los sindicatos y de los patro- nos, y de trabajadores que se oponen a la sindicalizacién. Los incentivos selectivos positivos también son frecuentes, como lo muestran diversos ejemplos que aparecen en La l6gica de la accién colectiva. Las organizaciones agrarias norteamericanas brindan ejemplos elocuentes, muchos de los miembros de las orga- nizaciones agrarias mas poderosas forman parte de ellos porque su cuota se deduce automaticamente de los dividendos de patronatos de las cooperativas rurales o estén incluidos en las primas que pa- gana las campatias de seguros mutuos vinculados a sus organiza- ciones. Existen muchas asociaciones con clientes urbanos que brindan incentivos selectivos del mismo tipo en forma de politicas de seguros, publicaciones, tarifas, 4reas para viajes en grupo y otros bienes privados que solo estén a disposicién de sus miembros. Las reivindicaciones sindicales suelen ofrecer también incentivos selectivos dado que las peticiones planteadas por los miembros activos sor las que a menudo atraen el maximo de atencién. Estos ejemplos que aparecen en La ldgica de la accién colecti va son tomados de situaciones reales del escenario politico de Histados Unidos del tercer tercio del siglo xx. La principal limitacién de esta teoria es que toma el interés eco- n6mico individual como fuente o causa del comportamiento 0 ac- ci6n de los individuos aislados o formando parte de una organizaci6n, cuando encuentra incentivos selectivos positivos o negativos. ‘Los argumentos que se emplean para contradecir la posicién marxista acerca de ia actuacién de un grupo tan numeroso a escala social como la clase de los trabajadores cuando tienen conciencia de su situacién y los intereses comunes, movidos mas por intereses politicos y sociales que expresan la necesidad de su emancipacién a través de la revolucién social, solo recogen la situacion especifi ca del escenario polftico de Estados Unidos, donde la sociedad 3t burguesa ha tratado por todos los medios de asimilar al movimien- to obrero a través del modo de vivir y pensar a la manera capital ta, creando la ilusién de que todos pueden llegar a escalar el status de burgués, comprando acciones en la bolsa, eliminando asi la resis- tencia de los trabajadores y su capacidad organizativa, al redu- cirlos al egoismo extremo y al individualismo, En su obra, Olson no refleja la situacion y el comportamiento de los trabajadores en otras partes del mundo y con sentido hist6- rico, donde sobran ejemplos de la capacidad del movimiento obrero para organizarse y luchar para alcanzar, no solo los bienes colec- tivos de cardcter material, sino para aleanzar el poder politico y poder realizar su plena emancipacién. En la propia sociedad norteamericana, también existen com- portamientos individuales y colectivos de cardcter politico que estén fundamentados en motivaciones e intereses humanistas, que buscan el bien comin, y no solo intereses egofstas, reducido ala maxima utilidad econ6mica; ejemplos de grupos que luchan por intereses politicos y sociales comunes se pueden identificar con los grupos pacifistas, ecologistas, los cuales buscan la igualdad racial; religiosos y los millones de inmigrantes indocumentados que viven en Estados Unidos. Otros de los incentivos que se analizan en la obra son la censu- ra, 0 incluso el ostracismo, aplicados a quienes no comparten las obligaciones de la accién colectiva, ya que en la sociedad moder- na, el confinamiento en soledad es, después de la infrecuente pena de muerte, el castigo legal més grave. Uno de los razonamientos que se realizan en el trabajo de Olson acerca de los incentivos selectivos y su limitacion cuando se quie- rran aplicar a los grupos o categorias que se beneficiaran de un bien colectivo, es el relative a cuando el grupo es heterogéneo. La ob- servaci6n cotidiana revel6 que la mayoria de los grupos socialmente interactivos son bastante homogéneos, y que muchas personas rehisan entablar una interaccién social amplia con los sujetos a quienes atribuyen un status inferior o unos gustos muy diferentes. Otro problema que se plantea para organizar y mantener grupos socialmente heterogéneos es que parece menos probable que estos se pongan de acuerdo acerca de la naturaleza exacta del bien co- lectivo del cual se trate, 0 sobre qué cantidad vale la pena adquirir. En otra parte del andlisis que hace Olson en su obra, este sefiala las razones que hacen que los ciudadanos norteamericanos con- vertidos en votantes tipicos, cada dia presten menos interés por 32 conocer los asuntos piiblicos y se conviertan en “racionalmente ignorantes”, por cuanto la l6gica de la probabilidad hace que el votante tipico considere que su peso en que se produzca un cam- bio en el resultado de la eleccién es pequefio. Con frecuencia la informacién acerca de los asuntos publicos resulta tan interesante oentretenida que vale la pena recibirla Gnicamente por eso. Esto parece ser la fuente mas importante de excepciones a la generali- zaci6n segtin la cual los ciudadanos tipicos son racionalmente ig- norantes de los asuntos publicos. Por otra parte, los individuos que ejercen ciertas actividades especificas pueden recibir una recompensa muy considerable en bienes privados, si adquieren un reconocimiento excepcional de los bienes piiblicos. Los politicos, los integrantes de los grupos de presi6n, los periodistas y cientificos sociales, por ejemplo, pue- den ganar més dinero, poder o prestigio gracias a su conocimien- to de tal o cual asunto publico. En alguna ocasién, un conocimiento excepcional de la politica de la administracién piblica genera cuantiosos beneficios a través de la bolsa de valores o de otros mercados. Al mismo tiempo el ciudadano tipico se encuentra con que su renta y sus posibilidades vitales no mejorarén debido a un meticuloso estudio de las cuestiones publicas 0 de algdn bien co- lectivo en particular. ‘A su ez, el limitado conocimiento de los asuntos péblicos es un factor necesario para explicar la eficacia de los grupos de pre- sién. Si todos los ciudadanos hubiesen obtenido y asimilado la infor- macién pertinente, no los influiria la publicidad u otros medios de persuasién. Con ciudadanos perfectamente informados, los car- wos gubernamentales electivos no estarian sometidos a los halagos de los integrantes de los grupos de presién, ya que los votantes sabrian cuando se traicionan sus intereses, y en la eleccién si- guiente, el representante infiel resultaré derrotado. En su razonamiento, Olson realiza una critica a los medios de difusion masiva por tergiversar la realidad politica de Estados Unidos, y los hace responsables de una buena parte de la ignoran- cia de tos ciudadanos en cuanto a los asuntos puiblicos y la gestin de los gobernantes influida por los grupos de presién. Uno de los elementos esenciales que incorpora a las ciencias politicas la teorfa de la eleccién racional es el “individualismo metodolégico” que pretende explicar, a partir de acciones y moti- vaciones individuales, los fenémenos de cardcter colectivo y des- taca la importancia de las acciones o elecciones individuales 33 huyendo de cualquier determinismo de tipo estructural que pre- domina en ef enfoque sociolégico (propio de la teoria conductista). Trata de explicar, de manera general, que !as acciones indivi- duales responden al clsico criterio econémico de Ja maximizacion de la utilidad. Sus supuestos metodol6gicos son importados de la economia a 10s cuales se adicionan los principales componentes de la teria politica de ta eleccién racional. Destaca fos elementos como los “incentivos selectivos” que explican la accién de los gru- pos de forma paradéjica con respecto a los intereses y motivacio- nes de fos individuos pertenecientes a dichos grupos. Esta teoria es de las mas actuales en ciencia politica y coexiste con la teoria de enfoque sociolégico en el pensamiento accidental. Bibliografia Cuamnertin, J. (1974): “Lectura de teoria politica positiva”, en American Political Science Review, vol. 68. Downs, ANtuony (1973): Teoria econdmica de la accién politica enuna democracia, Hooper Raw, New York, 1957 (traducido al espaol, Editorial Aguilar, Madrid, 1973). Harpm, R. (1982): Collective Action, The Johns Hopkins University Press. Orson, Mancur (1965): La légica de la accién colectiva, Harvard University Press. (1986): Auge y declive de las naciones, Editorial Ariel S.A. Barcelona. (2992): Diee textos basicos de ciencia politica, Editorial Ariel 8.A., Barcelona. Scueiuina, T.C. (1991): Micromotives and Macrobehavior, W:W: Norton, New York-London, 1978 (traducido al espaol en Fondo de Cultura Eeonémica, México, 1991). Tavior, M. (1978): The Possibility of Cooperation, Cambridge University Press. 34 _ 3 LA “TEORIA DE LA ACCION” DE HANNAH ARENDT ‘Manns M. Peres Gouger Nacié en Hannover en 1906 det seno de una familia judia de clase media, ilustrados, partidarios de 1a asimilacion y préxi- mos a posiciones socialistas. Estudi6 en las universidades de Marburgo (donde recibe influencia de su profesor Martin Heidegger), de Friburgo y de Heidelberg (aqui conoce a Karl Jasper, profesor que también ejerceria gran influencia en su desarrollo teérico). Son dos los acontecimientos que en los afios veinte marcaron su pensamiento politico y nos permiten comprender épor qué y cudles son sus preocupaciones? Al primer acontecimiento se le denomina “Shock filosdfico” y no es otro que la filosofia del existencialismo de Martin Heidegger y de Karl Jasper. Con am- bos mantuvo una larga e intensa amistad, aunque con Heidegger esta se vio salpicada de silencios & incomunicacién debido a sus diferentes posiciones politicas. Con Jasper mantuvo una activa correspondencia, confiéndole ideas que incluso no habia madurado: “... sospecho que la filoso- fia no es totalmente inocente en este lio. Naturalmente no en el sentido de que Hitler tenga que ver con Plat6n. Mas diria en el sentido de que la filosofia occidental no ha tenido nunca un con- cepto claro de la realidad politica, y no podia tener uno, ya que, por necesidad, ha hablado de} hombre y séto tangenciaimente se ha ocupado de la pluralidad. Pero no deberia haber escrito todo esto, se trata de ideas todavia sin madurar”* "Arendt, Hannah: ¢Qué es la polttica?, p. 13, 35 En su obra se ve la huella de Heidegger en: la relacién de los conceptos con la experiencia, la importancia del lenguaje, su in- terpretacién de la accién como revelacién del sujeto y la historicidad del ser; y la huella de Jasper en: la temporalidad, la Tuptura entre Ja existencia y el pensamiento, y las consecuencias negativas del desarrollo de la técnica para el hombre. Al segundo acontecimiento se le nombra “Shock de la realidad”, el cual constituye la consolidacién del movimiento nacional-socia- lista y el surgimiento del totalitarismo que merced al terror y la ideologia hacen cristalizar una nueva forma de gobierno y domi~ hacién como un hecho establecido que no se puede aprehender mediante las categorias habituales del pensamiento politico, rom- piendo la continuidad de la historia de Occidente. No podemos olvidar que ella misma fue victima de esta forma de dominacién, teniendo que emigrar por su origen judio, En 1933, al conocer que su nombre y el de su primer esposo estaban en manos de la GESTAPO, emigra a Paris donde estan hasta la cafda de la ciudad en manos del nazismo alerén, reem- Prendiendo el camino del exilio, ahora hacia New York, en Esta- dos Unidos, donde se radicé definitivamente, aunque en afios posteriores viajé en varias ocasiones a Europa, Es en Estados Unidos donde desarrolla una intensa actividad Piblica y teérica manifesténdose en: ~ Dirigié 1a Conferencia sobre Relaciones Judias (1944-46). ~ Dirigié la Jewisch Cultural Reconstruccién Inc. ~ Fue catedrdtica de la Universidad de Chicago, imparti6 con- ferencias en las universidades de Columbia, Princeton y Berkeley, ~ Algunos de sus libros provocaron polémicas, La década del cincuenta es la mas fructifera, en ella escribe sus obras més importantes: ~ Los origenes del totalitarismo (1951). ~ La condicién humana (1958) ~ Entre el pasado y el futuro (1961). También podemos citar: - Eichman en Jerusalén (1963) ~ Sobre la revolucién (1963). ~ Crisis de la Repiblica (1973). ~ La vida del Espiritu (1978) fue publicada péstumamente. ~ éQué es la politica?, recopilacién de articulos (1997). 36 Se le considera como la primera pensadora politica, en el mun- do anglosaj6n, en aplicar el método fenomenoldgico a la compren- ni6n de la politica. Al tratar de clasificar su obra resulta dificil, pues “.. en el fondo de la mayoria de sus reflexiones lo que descubrimos son sucesivos intentos por repensar la tensign entre el pensamiento y la accién, sin recaer en la dialéctica ni precipitarse hacia un fécil pragmatismo... cosa que convierte su obra en tn lugar ver- daderamente incémodo...”” al moverse entre lo reaccionario y lo revolucionario, entre el neoaristotelismo y el kantismo, o entre lo conservador y lo radical. De hecho su obra est4 marcada por su condicién de exiliada, su pensamiento carece también de una tierra facilmente reconocible. Es criticada y cuestionada por muchos te6ricos politicos sobre todo por su anilisis histérico del fenémeno del totalitarismo, eapecificamente por su ecuaci6n entre nazismo y estalinismo, por au tesis (1963) de “la trivialidad del mal” en nuestro siglo y el andlisis del lugar que ocuparia Marx en la tradicién de la filosofia politica. Muere en Estados Unidos en 1975. En su obra madura se da a la tarea de tratar de solucionar los problemas no resueltos de la edad moderna y del mundo moder- no; la primera va desde el siglo xvu hasta la primera década del niglo 20 y la segunda comienza con las primeras explosiones atd- micas hasta nuestros dias. Dicha divisidn “... surge con las cien- clas naturales en el siglo xvu, llega a su climax politico en las revoluciones del siglo xvm y despliega sus repercusiones genera- les después de la Revolucién Industrial del siglo xx —y el mundo del siglo xx, que leg a la existencia a través de la cadena de catdstrofes por la primera Guerra Mundial”.’ Segin ella estos pro- blemas surgen cuando los pensadores perciben un mundo invadi- do por hechos e incertidumbres que su tradicién de pensamiento polftico era incapaz de enfrentar. “Vivimos en un mundo en que el propio cambio se ha converti- doen algo tan obvio que corremos el riesgo de olvidar incluso qué es [0 que ha cambiado...”.* Su propia experiencia en el enfrentamiento a lo nuevo la lleva a un constante intento de traducir en el lenguaje de la experiencia “Arendt, H.: Qué es ta potttica?, p. 38. ituro, p. 33. Qué es la polttica?, p. 37 37 1 brutal choque del hombre moderno con los hechos, ante su ne- cesidad “... de evitar que la realidad devenga opaca al pensamien- to..."° no hace més que “... sucesivos intentos por repensar la tensiGn entre el pensamiento y la accién, sin recaer en la dialéctica ni pre- cipitarse hacia un facil pragmatismo...”.*., con sus experimen: tos de pensamiento, realizados a menudo en registros diversos y no siempre exitosos, ofrece redes conceptuales qué le permiten Tetornar a las preguntas y tratar de decir y de comprender el mundo moderno, un mundo en el que las ideas mas cominmente acepta- das se han visto ‘atacadas, refutadas, sorprendidas y disueltas por Jos hechos’.”” Teoria de la accién La acciémes el centro de su pensamiento politico, pero para com- prenderla es necesario conocer previamente algunos de los con- ceptos que conforman dicha teoria. Conceptos como: labor, trabajo, esfera privada y esfera publica, mundo, natalidad y pluralidad, entre otros. __Comenzaremios explicando que para H. Arendt la vida activa tiene tres actividades centrales: la labor, el trabajo y la accidn, que se diferencian entre sf, caracterizando la labor y el trabajo de Ia siguiente form: La labor: esta ligada a la necesidad, al ciclo de repeticiéa de ta naturaleza, donde se produce lo necesario para mantener vivo al organismo humano y ala especie; sus productos estan destinados a ser del Animal laborans, de la condicion humana la vida misma. El trabajo: la fabricacién multiplica algo que ya tiene existen- cia; produce la variedad inagotable de cosas que formar el mundo en que vivimos; sus resultados son para ser usados, no consumi- dos; son estables y duraderos, lo que hace posible la objetividad; la cosa fabricada es un producto final, es solo un medio para producir tal fin; la fabricacién y el uso son dos procesos diferen- tes. La fabricacion tiene un comienzo definido y un fin determi. nado predecible; es proyectable, productiva; hay siempre STbidem, p. 15, “Toidem, p. 38. "Tbidem, p. 39, 38 elementos de violencia, actividad utilitaria por su naturaleza; se desarrolla en la esfera privada, propia del Homo faber, de la con- dicién humana, la mundanidad. ‘Su diferenciacién entre labor y trabajo es el mticleo de la criti- ca que hace a Marx, la de no diferenciar ambas actividades, pues este, segdn Arendt, considera toda labor como trabajo, elevaindola nla mas alta actividad humana; lo que segtin ella lo lleva a enten- der la politica como dominacién y violencia igual que el trabajo domina Ja naturaleza. Aunque esta critica donde més la desarro- la es en su libro La condicién humana, en otros como Entre el pasado y el futuro hace referencia también a este asunto. “RL trabajo cre6 al hombre’ significa, primero, que el trabajo y no Dios creé al hombre; segundo, significa que el hombre, en la medida en que es humane, se crea a si mismo, que su humanidad ¢s el resultado de su propia actividad; tercero, significa que lo que distingue al hombre del animal, su diferencia espectfica, no ¢s la razon sino el trabajo, que no es un animal rationale sino un animal laborans; cuarto, significa que no es la raz6n, hasta enton- ces el atributo maximo del hombre, sino ei trabajo, la actividad humana tradicionalmente mas despreciada, lo que contiene la humanidad del hombre. De modo que Marx desaffa al dios tradi- cional, la tradicional apreciacién del trabajo y la glorificaci6n tra- dicional de la razén”.* Es cierto gue el postulado marxista “EI trabajo creé al hom- bre” es un desafio al dios tradicional, a 1a apreciacién del trabajo y ala glorificacién tradicional de la raz6n porque rompe con todo el pensamiento filos6fico anterior al demostrar que el trabajo pro- ductivo del hombre no es solo un acto de mediacién entre el hom- bre y la naturaleza, desempeiia también una funcién de mediacién social. Como explicara el mismo Carlos Marx: “... el hombre mis- mo se diferencia de los animales a partir del momento en que em- pieza a producir sus medios de vida [...] Al producir sus medios de vida, el hombre produce indirectamente su propia vida material”? «La organizacién social y el estado brotan constanitemente de! proceso de vida de determinados individuos; pero de estos indivi- duos, no como puedan presentarse ante la imaginacién propia 0 ajena, sino tal y como realmente son; es decir, tal como actian y *arendt, H. "Marx, Carl intre el pasado y el futuro, p.27. La Ideotogta alemana, p. 19. 39 como producen materialmente y por tanto, tal como desarrollan su actividad bajo determinados limites, premisas y condiciones materiales, independientes de su voluntad”.° Y si atin queda duda de que la humanidad es el resultado de su propia actividad, debe recordar otro fragmento de su obra La ideo- logia alemana: “Las relaciones entre unas naciones y otras dependen de la extensi6n en que cada una de ellas haya desarrollado sus fuerzas productivas, la divisién del trabajo y el intercambio interior (...] también toda la estructura interna de cada nacién depende del grado de desarrollo de su produccién y de su intercambio interior y exterior i Con esto no niega que el atributo maximo del hombre sea la ra- z6n (entendida como conciencia), sino, al contrario, que esta surge en el trabajo, al producir su propia vida material. “No es la con- ciencia la que determina la vida, sino la vida la que determina la conciencia”.” Segiin Arendt la labor, el trabajo y la accién tienen una jerar- quia ascendente en un proceso de culturizacién y de emancipa- cién respecto a la naturaleza donde la verdadera antitesis se da entre labor y accion por ser la primera la mas antipolitica de las actividades al no requerir de la presencia de otros hombres. Para ella la labor pertenece a la esfera privada donde las relaciones estén regidas por la necesidad y la violencia, mientras que la ac- cién pertenece a la esfera publica donde las relaciones son de igualdad, garantizdndose la pluralidad. " Cuando se refiere a la esfera privada y la ptblica establece una rigida separacién en la cual cada una tiene sus propias activi- dades. Siempre que alude al espacio piblico lo hace contrapo- niéndolo y diferencidndolo del privado, Esfera privada: “... lugar en que los hombres estaban domina- dos por la necesidad y la coaccién, sino también, y en estrecha conexién con ello, el lugar donde la vida era garantizada, donde todo estaba listo para rendir satisfaccién a las necesidades vita- les..." Por tanto, la identifica con el hogar, la familia, con el es- pacio donde se desarrolla la labor y encontramos los sentimientos. “*Tb{dem, p. 25. “Tbfdem, p. 19. *2{dem. “Arendt, H.: Qué es la polftica?, p. 73. 40 Esfera publica: “... el ambito publico implica el contraste mas agudo posible respecto a nuestro 4mbito privado, donde, en la proteccién de la familia y del hogar, todo se remite a asegurar el proceso vital y debe servir para ese...”."* “,,. Contrariamente a lo que sucede en la privacidad y en la familia, en el recogimiento de las propias cuatro paredes, aqui todo aparece a aquella luz que tnicamente puede generar la publ cidad, es decir, la presencia de los demés [...] Este espacio pibli- co sélo llega a ser politico cuando se establece en una ciudad, ‘cuando se llega a un sitio concreto que sobreviva tanto a las gestas memorables como alos nombres de sus autores [...] Esta ciudad es la polis”."’ Las polis son el Ambito de hablar y actuar en co- min, en ellas los ciudadanos se reconocen como iguales en un espacio de apariencia. 'A pesar de la rigida separacién entre ambas esferas reconoce que en la sociedad moderna existe cierta conexién: “Normalmen- te, el nino entra en el mundo cuando empieza a ir a la escuela, Pero la escuela no es el mundo ni debe pretender serlo, ya que es la instituei6n que interponemos entre el campo privado del hogar y el mundo {...] Quien exige la asistencia a la escuela no es la fami- lia sino el Estado, cs decir, el mundo ptiblico...”. 18 Ese espacio de conexion lo identifica con la esfera social caracteristica de la época moderna, donde lo puiblico irrumpe en lo privado y viceversa. Percibe la existencia de un mundo necesario para la vida hu- mana. En su libro Enire el pasado y el futuro escribe: «Ja vida humana en si misma requiere un mundo, porque necesita un espacio sobre la tierra mientras dure su estancia en ella. Cualquier cosa que hagan los hombres para darse cobijo y poner un techo sobre sus cabezas —incluso las tiendas de las tri- bus némadas— puede servir como un hogar sobre la tierra para que vivan en esos momentos; pero esto no implica que esos actos den origen al mundo, y mucho menos a la cultura. En el sentido propio de la palabra, ese hogar mundano se convierte en mundo $610 cuando la totalidad de las cosas fabricadas se organiza de modo que pueda existir el proceso consumidor de la vida de las personas que habitan en él y, de esa manera, sobrevivirlas...”," “ Arendt, HL: Entre el pasado y el futuro, p. 168. "Arendt, H:: ¢Qué es la poittica?, p. 74. "Arendt, H.: Entre el pasado y el futuro, p. 200. "Tb{dem, p. 221. ai Pero no cualquier espacio, sino aquel organizado de una manera espectfica, resultado del trabajo, se compone de objetos construi- dos y por las instituciones politicas creadas a través de la accion y el discurso, proporcionando estabilidad y durabilidad. En su libro Para Arendt la piedad es la perversin de la compasién, mien- tras que la solidaridad es su alternativa, “... esta solidaridad pese a que puede ser promovida por e! padecimiento, no es guiada por éLy abarca tanto a los ricos y poderosos como a los débiles y po- *Ibidem, p. 67. S\Ibidem, p. 46. SThédem, p. 47. ©Tbidem, p. 57. Arendt, H. Sobre la revolucién, p. 87. “Tbidem, p.90. 50 bores [...] En términos estrictos, la solidaridad es un principio que puede inspirar y guiar la accién, la compasi6n es una pasién y la piedad es un sentimiento...”. ‘Sin embargo, el valor es una virtud politica cardinal porque: “., Se necesita valor incluso para abandonar la seguridad protec- tora de nuestras cuatro paredes y entrar en e! campo publico [...] porque hemos llegado a un campo en el gue la preocupacién por la vida ha perdido su validez. El valor libera a los hombres de sus preocupaciones por la vida y la reemplaza por la de la libertad del mundo. El valor es indispensable porque en politica lo que se juega no es la vida sino el mundo”.” Aunque para ella la veracidad no es una virtud politica, la ver- dad la encontramos ex una relacién conflictiva con la politica; establece diferentes tipos de verdad: la factual y la racional. La factual: sus posibilidades de sobrevivir ante el ataque del poder son muy escasas, su opuesto es la falsedad deliberada ola mentira, es politica por naturaleza, “... siempre est4 relacionada con otras personas: se refiere a acontecimientos y circunstancias en que son muchos los implicados; se establece por testimonio directo y depende de declaraciones; sdlo existe cuando se habla de ella, aunque se produzca en el campo privado...”.* La racional: sus posibilidades de sobrevivencia son mayores, producidas por la mente humana son matematicas, cientificas filos6ficas. “....el conflicto entre verdad y politica surgi6 de dos modos de vida diametralmente opuestos: la vida del fildsofo (...] y la vida de los ciudadanos. A las siempre cambiantes opiniones ciudadanas acerca de los asuntos humanos, que a su vez estaban en un estado de flujo constante, el filésofo opuso la verdad acerca de las cosas que, por su propia naturaleza, eran permanentes (...] 1a antitesis de la verdad sea la opinién...”.” En la actualidad, a pesar de que encontramos mucha mas tole- rancia respecto a opiniones diversas, si estas se oponen al prove- cho de un grupo determinado se enfrentan a una mayor hostilidad, y si las verdades factuales son inc6modas, se transforman en opinio- nes, por ejemplo: “... el apoyo que tuvo Hitler, la caida de Francia “Tbidem, p. 89. S Arendt, H.: Entre el pasado y el futuro, p. 168. =Tbidem, p. 250. »Tbidem, p. 245. 51 ante el ejército alemén en 1940 0 la politica del Vaticano durante la 1 Guerra Mundial no fueron hechos hist6ricos sino una cues- tion de opiniones...”. Esta tendencia de transformar las verda- des factuales incémodas en opiniones pone en peligro la realidad comin y objetiva, y este es un problema politico, segiin Arendt. Aunque los hechos y las opiniones no son la misma cosa pertene- cen al mismo campo: “... Los hechos dan origen a las opiniones, y las opiniones inspiradas por pasiones e intereses diversos, pueden diferenciarse ampliamente y ser legitimos mientras respeten la verdad factual. La libertad de opinién es una falsa, a menos que se garantice la informacién objetiva y que no estén en discusién los hechos mismos. En otras palabras, la verdad factual configura el pensamiento politico tal como la verdad raz6n configura a la especulacién filoséfica”.*" “Vista con perspectiva de la politica. La verdad tiene un carac- ter despético. Por consiguiente, los tiranos la odian, porque con raz6n temen la competencia de una fuerza coactiva que no pue- den monopolizar, y no le otorgan demasiada estima los gobiernos que se basan en ef consenso y rechazan la coaccién [...] El proble- ma es que Ja verdad de hecho, como cualquier otra verdad, exige un reconocimiento perentorio y evita el debate, y el debate es la esencia misma de la vida politica...”. “En otras palabras, la ver- dad de hecho no es més evidente que la opinién, y esto ha de estar entre las razones por las que quienes sustentan opiniones encuen- tran relativamente facil desacreditar esta verdad como si se tra- tara de una opinién mas...”.© “... La atenuacién de la linea divisoria entre la verdad de hecho y la opinion es una de las muchas formas que puede asumir la mentira, todas ellas formas de accién... "Mientras el embustero es un hombre de accién, el veraz, ya diga verdades de raz6n o de hecho, no lo es de ningun modo... (el embustero) |..] dice lo que no es porque quiere que las cosas sean distintas de lo que son, es decir, quiere cambiar el mundo. Toma ventaja de innegable afinidad de nuestra capacidad para la acci6n, para cambiar la realidad [...] nuestra habilidad para mentir —pero no necesariamente nuestra habilidad para ser veraces— es uno de “Arendt, H.: Entre el pasado y el futuro, p. 248. “Tbidem, p. 258. ®Tbidem, p. 253. “Ibidem, p. 256 52 los pocos datos evidentes y demostrables que confirman la libertad humana. Podemos cambiar las circunstancias en que vivimos por- que tenemos una relativa libertad respecto a ella...”." Reconoce como virtud de los politicos la valentia, niega la de ser veraz, dandole més crédito a la mentira que si la reconoce como una virtud politica, pues con ella el hombre aspira a cam- biar el mundo. Prejuicios contra la politica Todos, segtin H. Arendt, albergamos prejuicios contra la politica. “Estos prejuicios, que nos son comunes a todos, representan por s{ mismo algo politico en el sentido mas amplio de la palabra [...] No podemos ignorarlos porque forman parte de nosotros mismos y no podemos acallarlos porque apelan a realidades innegables y re- flejan fielmente la situacion afectiva en la actualidad y sus aspec- tos politicos. Pero estos prejuicios no son juicios. Muestran que hemos ido a parar a una situacién en que politicamente no sabe- mos —o todavia no sabemos— c6mo movernos. E1 peligro es que lo politico desaparezca absolutamente. Pero los prejuicios se antici- pan, van demasiado lejos, confunden con politico aquello que aca- baria con la politica...”.“... representan algo politico en el sentido més amplio de la palabra, es decir, algo, que constituye un compo- nente integral de los asuntos humanos entre los que nos movemnos todos los dfas [...] el hombre no puede vivir sin prejuicios y s6lo porque su buen sentido o discernimiento no serian suficientes para juzgar de nuevo todo aquello sobre lo que se le pidiera algtn jui- cio a lo largo de su vida sino porque una ausencia tal de prejuicios exigiria una alerta sobrehumana. Por eso la politica siempre ha tenido que ver con la aclaracién y disipacién de prejuicios”. Ejemplo: “... el temor de que la humanidad provoque su desa- parici6n a causa de la politica y de los medios de violencia puesto a su disposicién”.” “sin embargo, los prejuicios contra la politica, la idea de que la politica interior es una sarta fraudulenta y engafiosa de intereses “Tbidem, p. 263. Arendt, H.: Qué es la potitica?, p. 49. “Tbidem, p. 52. @Ibidem, p. 49. 53 ¢ ideologias mezquinos, mientras que la exterior fluctéa entre la propaganda vacfa y Ja violencia son considerablemente mas ant guos que la invencién de instrumentos con los que poder destruir toda la vida orgénica...”. El prejuicio como criterio para juzgar en la vida cotidiana solo es valido cuando estos son auténticos prejuicios. “... Uno puede reconocer los prejuicios auténticos en el hecho de que apelan con toda naturalidad a un ‘se dice’, ‘se opina’, sin que, por supuesto, dicha apelacién deba constar explicitamente, Los prejuicios no son idiosincrasias personales, las cuales, si bien nunca pueden probarse, siempre remiten a una experiencia personal en la que tienen la evidencia de percepciones sensibles. Los prejuicios no tienen una evidencia tal, tampoco para aque] que les est someti- do, ya que no son fruto de la experiencia. Por eso, porque no de- penden de un vinculo personal, cuentan facilmente con el asentimiento de los demés, sin que haya que tomarse el esfuerzo de persuadirles. Ahi es donde se diferencia el prejuicio del jui- cio, con el que por otra parte tiene en comin que a través suyo la gente se reconoce y se siente afin, de manera que quien esté preso en los prejuicios siempre puede estar cierto de algtin re- sultado, mientras que lo idiosincrésico apenas puede imponerse en el espacio publico-politico y s6lo tiene validez en lo privado e intimo. Consiguientemente el prejuicio representa un gran papel en lo puramente social”. “Uno de los motivos de la eficacia y peligrosidad de los prejul- cios es que siempre ocultan un pedazo del pasado. Bien mirado, un prejuicio auténtico se reconoce ademas en que encierra un juicio que en un dfa tuvo un fundamento legitimo en la experien- cia; s6lo se convirtié en prejuicio al ser arrastrado sin el menos reparo ni revisién a través de los tiempos [..] El peligro del pre- juicio reside precisamente en que siempre est anclado en el pa- sado y por eso se avanza al juicio y lo impide, imposibilitando con ello tener una verdadera experiencia del presente. Si queremos disolver los prejuicios primero debemos redescubrir los juicios pretéritos que contienen, es decir, mostrar su contenido de ver- dad...”.” Esto hace que sea limitada su legitimidad a épocas his- Arendt, H.: {Qué es la politica, p. 51 #Tbidem, p. 52. ™Ibidem, p. 53. 54 \Gricas donde lo nuevo es raro en las estructuras politicas y socia- Jes predominando lo viejo. “En toda crisis histrica los prejuicios se tambalean, ya no se confian en ellos y justamente porque ya no pueden contar con el reconocimiento en esos ‘se dice’, ‘se piensa’ no vinculantes, en ese terreno delimitado en que se justificaban y usaban...”.” Juicios politicos “.. la capacidad de juicio consiste y debe consistir en juzgar di- rectamente y sin criterios, [...] al juzgar en general le sea propio algo irrefutable es ello un prejuicio...”” su poder “... descansa en un acuerdo potencial con los demas, y el proceso del pensamiento que se activa al juzgar algo, no es, como el meditado proceso de la raz6n pura, un didlogo entre el sujeto y su yo, sino que se encuen- tra siempre y en primer lugar, aun cuando el sujeto esté aislado mientras organiza sus ideas, en una comunicacién anticipada con otros, con los que sabe que por fin llegar a un acuerdo. De este acuerdo potencial obtiene el juicio su validez potencial [...| (para que sea valido) [...] depende de la presencia del otro; es decir, que esta dotado de cierta validez especifica que jams es universal. Sus alegatos de validez, nunca pueden extenderse mas alld de los otros en cuyo lugar se ha puesto la persona que juzga para pian- tear sus consideraciones".” “La capacidad del juicio es una habilidad politica especifica en el propio sentido denotado por Kant, es decir, como habilidad para ver cosas no sélo desde el punto de vista personal sino también desde la perspectiva de todos los que estén presentes; incluso ese juicio puede ser una de las habilidades fundamentales del hom- bre como ser politico, en la medida en que le permite orientarse en el Ambito publico, en el mundo comaan [...] La del juicio es una actividad importante, si no la mAs importante, en la que se produ- ce este compartir-el-mundo-con-los-demas”."* *Ipidem, p. 54. *Tbidem, p. 55. *arendt, H.: Bntre el pasado y el futuro, p. 232. "Tbidem, p- 233. 55 La autoridad y las diferentes formas de gobiernos “La autoridad siempre demanda obediencia y por este motivo es co- rriente que se la confunda con cierta forma del poder o de violencia. No obstante, excluye el uso de medios externos de coacci6n: se usa la fuerza cuando la autoridad fracasa. Por otra parte, autoridad y per- suasi6n son incompatibles, porque la segunda presupone la igual- dad y opera a través de un proceso de argumentacidn. Cuando se utiliza argumentos, la autoridad permanece en situacién latente. Ante el orden igualitario de la persuasi6n se alza el orden autor tario, que siempre es jerarquico, Si hay que definirla, la autoridad se diferencia tanto de la coaccién por la fuerza como de la persua- sién por argumentos...”.”° La autora al referirse al vocablo y concepto autoridad reconoce su origen romano, este se diferencia tanto de la coacctén por fa fuerza como de Ja persuasién por argumentos; segiin Platén ha de ser aquello que comprometa sin usar la violencia, es decir, el mito de recompensas y castigos en el mas alld. Arist6teles realiza el segundo intento estableciendo la autoridad en términos de gober- nantes y gobernados siendo “... el primero que establecié la dife- rencia (...] entre el viejo y el joven, destin6 a los unos a ser gober- nados y a los otros a gobernar”;”* pero esta relacin es en esencia educativa. “En términos politicos {a autoridad puede adquirir un cardcter educacional solo si presumimos con los romanos que, en todas las circunstancias, nuestros antepasados representan un ejemplo de grandeza para toda generacién posterior...”.” Los esfuerzos de la filosofia griega en la busqueda de un con- vepto de autoridad —contintia exponiendo la autora~ fueron in- fructuosos, pues “... en el campo de la vida politica griega no habia conciencia de una autoridad basada en ta experiencia politica in- mediata {...] (por tanto) {... la pauta para comprender el contenido de Ja autoridad salicron de experiencias no politicas, surgieron de la esfera del ‘hacer’ y de las artes...”.”* Para la politica romana, el compromiso politico significa la cus- todia de la fundacion de la ciudad de Roma echando rafces verda- deras, donde la palabra patria deriva todo significado. Para ellos la "Arendt, H.: Entre el pasado..., p.102. **Tbidem, p. 127. ”'Tbidem, p. 130. ™fdem, 56 religién implicaba estar unido al pasado, al legendario esfuerzo de poner cimientos, de fundar para la eternidad; por lo que la activi- dad religiosa y la politica podian considerarse casi idénticas. Es en este contexto que aparece el concepto de autoridad. “E] sustantivo auctoritas deriva del verbo augere, ‘aumentar’, y lo que 1a autoridad 0 los que tienen auteridad aumentan cons- tantemente es [a fundacién. Los provistos de autoridad eran los ancianos, el Senado 0 Ios partes, que la habian obtenido por su ascendencia y por transmision (tradici6n) de quienes habian fun- dado todas las cosas posteriores [...] La autoridad a diferencia del poder, tenfa sus raices en el pasado...”.” : Los que tienen autoridad no tienen poder. “... La autoridad que sirve de base al ‘aumento’ brindado por los ancianos reside en que se trata de una simple opinién, que no necesita ni la forma de una orden ni el apremio exterior para hacerse ofr...”.” La fuerza vinculante de la autoridad esta conectada con la fuerza religiosa. ‘También los dioses tienen autoridad entre los hombres, més que poder sobre ellos; las divinidades ‘aumentan’ y confirman las acciones humanas, pero no las guian...”." : La trinidad romana de religiGn, autoridad y tradicién pasé una prueba decisiva cuando “... la iglesia se convirtié en romana y se adapt6 de una manera tan completa al pensamiento romano en asuntos de politica que hizo de la muerte y resurreccién de Cristo 1a piedra fundamental de una nueva fundaci6n...""* politizdndose la Iglesia Es en la Edad Moderna —continda planteando Arendt— que desaparece esta trinidad, primero fue la pérdida de la tradicién y el debilitamiento de las creencias religiosas institucionalizadas “ta decadencia de la autoridad tradicional y religiosa miné la au- toridad politica y ciertamente anticipé su ruina...”." “Vivir en un campo politico sin autoridad y sin la conciencia paralela de que la fuente de autoridad trasciende al poder y los que estén en el poder, significa verse enfrentado de nuevo L...] con los problemas elementales de la convivencia humana”. ™1b{dem, p. 133. “Tbidem, p. 134. "idem. "Tbidem, p. 136. ™ Arendt, H.: Sobre Ia revolucién, p. 117. “Arendt, HL: Entre el pasado y el futuro, p. 153. 3s7 La pérdida de la autoridad politica resulta fatal para las institu- ciones politicas, pues debilita a los gobiernos facilitando su caida, laruina de la autoridad politica, segtin la autora, es la causa no la consecuencia de las revoluciones. No obstante, reconoce que no es la Gnica causa: ‘.. Aunque sea patente la pérdida de la autoridad, las revolu- ciones s6lo pueden estallar y alcanzar la victoria cuando existe un numero suficiente de hombres que estan preparados en el momento en que se produce el colapso y, al mismo tiempo, ansian asumir el poder, estando prestos para organizarse y actuar uni- dos para la consecucién de un objetivo comiin...”. En su anéllisis de la autoridad precisa las diferencias estructu- rales entre: gobiernos autoritarios, tirdnicos y totalitarios. «.,. Para la imagen de un gobierno autoritario, propongo la forma de una pirémide, bien conocida en el pensamiento politico tra- dicional. La pirémide es, sin duda, una figura muy adecuada para una estructura gubernamental cuya fuente de autoridad esté fuera de si misma, pero cuya sede de poder se sitda en la ciispide, desde la cual la autoridad y el poder descienden hacia la base, de un modo tal que cada una de las capas sucesivas tiene cierta autoridad, pero siempre menos que la superior, y donde, precisamente por este cuidadoso proceso de filtro, todas las capas desde el vértice hasta la base estén no sélo integradas en el conjunto con firmeza, sino que ademés se correlacionan como rayos convergentes, cuyo punto focal comin es la cima de la piramide y también la fuente trascendente de un poder supremo...” “Todas las teorias politicas referidas a la tirania admiten su estricta pertenencia a las formas igualitarias de gobierno, el tira- no es el sefior que gobierna como uno contra todos, y los ‘todos’ a los que se oprime son todos iguales, es decir, todos carecen de poder. Si nos cefiimos a la imagen de la pirémide, es como si se destruyeran todas las capas que estan entre la base y el vértice de modo que este tltimo queda en el aire, apoyado sélo por las. bayonetas proverbiales, por encima de una masa de individuos a los que se mantiene en cuidadoso aislamiento, total desintegra- cién y absoluta igualdad...”.” % gvendt, Hu: Entre el pasado... p. 116. “Tide, p. 108, "'Tpidem, p. 109. 58 ja imagen adecuada del gobierno y la organizaci6n totalita- rlow es la estructura en capas concéntricas, a de cebolla, en cuyo contro, en algo asi como un espacio vacio esté el jefe; haga lo que haga este conductor [...] lo hace desde dentro y no desde fuera ni dosde arriba...” La historia y la politica en época moderna Kin la historiografia griega existe una estrecha conexi6n entre los eonceptos de naturaleza ¢ historia que no es de oposicién, cuyo denominador comin es 1a inmortalidad que la naturaleza la pose sin esfuerzo ni asistencia de nadie y que los mortales deben tratar de lograr. “... La historia recibe en su recuerdo a los mortales que a través de hechos y palabras se han mostrado dignos de la naturale- au, y su forma imperecedera significa que a pesar de su caracter mortal, pueden seguir en compafiia de las cosas perdurables”.” Homero (padre de la historia) era imparcial cuando contaba ala vez las gestas de troyanos y aqueos para que no quedaran sin glo- ria las proezas de ambos. “La historia recibe en su recuerdo alos mortales que a través de hechos y palabras se han mostrado dig- nos de la naturaleza, y su fama imperecedera significa que a pe- sar de su caracter mortal, pueden seguir en ‘a compania de las cosas perdurables”.” También eran objetivos cuando “... apren- dieron a comprender, no a comprenderse como individuos sino a mirar al mismo mundo desde 1a posicién del otro, a ver lo mismo bajo aspectos muy distintos y a menudo opuestos...”." En el moderno concepto de la historia se mantiene la estrecha eonexién con el moderno concepto de la naturaleza al surgir en los siglos xvi y avn, siglos donde se da un gran desarrollo de las ciencias naturales. “La época moderna empez6 cuando el hombre, con la ayuda del telescopio, volvié sus ojos corporaies hacia el universo, [...] y supo que sus sentidos no eran adecuados para captar el universo {...) Pero su consecuencia més inmediata fue el ascenso espectacu- lar de las ciencias naturales, que por largo tiempo se mostraron “idem. Ibidem, p. 56. {dem. “'ibidem, p. 60. 59 liberadas [...] de aqui en adelante, segura de la falta de fiabilidad de las sensaciones y de la consiguiente insuficiencia de la mera| observacién, las ciencias naturales se volvieron hacia la experi- mentacién...” y con esta se introduce un factor subjetivo en el proceso objetivo de la naturaleza quedando atrds la antigua dispu- ta entre la subjetividad de la historia y la objetividad de la fisica. ‘Al cambiar la época desaparecen las condiciones que sustenta- ban la imparcialidad homérica y la objetividad de Tucidides “... en| el cristianismo, ni el undo ni el ciclo recurrente de la vida es| inmortal, s6lo el ser vivo aistado; el mundo es el que pasa, los hombres vivirén eternamente...;* a esto se agrega el énfasis que ponen a la importancia del desinterés personal: “... El desinterés todavia puede ser una virtud religiosa 0 moral; pero apenas si podfa ser una virtud politica...” «la historia emergia como algo distinto de lo que antes habia sido. Ya no se componfa de las proezas y sufrimientos de los hom- bres y ya no narraba los hechos que afectaban a las vidas huma- nas, sino que se convirtié en un proceso realizado por los hombres, el Gnico proceso envolvente de la totalidad que debia su existencia exclusivamente a la raza humana” ** Es decir, la atencin se des- plaz6 de las acciones y proezas a los procesos convirtiéndose los primeros en subproductos casi accidentales confiriéndose a la secuencia temporal una importancia que jamés tuvo. Este concepto moderno de proceso separa la época moderna del pasado: “... Los procesos invisibles han invadido todas las cosas concretas [...] El proceso de por si solo da sentido a lo que lo lleva adelante, ha adquirido un monopolio de universalidad y significa- do”.% Separa los conceptos modernos y antiguos de historia. Segtin Arendt este concepto nuevo aparece con la Revolucién Francesa al surgir una poderosa fuerza “... capaz de constrefir a su capricho a los hombres y frente a la cual no habfa reposo, ni rebeli6n, ni escape: la fuerza de la historia y de la necesidad his- torica”,” de abt que todos aquellos que siguieron la huella de esta revolucién se consideraron agentes de la historia y no como sim- Arendt, H. Entre el pasado... p. 63. *Tbidem, p. 60. *Tbidem, p. 61. *Ibidem, p. 66. *Ibidem, p. 73. "Arendt, H.: Sobre la revolucién, p. 53. 60 los sucesores de los hombres de accién, trayendo como resultado lw nustitucién del concepto de libertad por el de necesidad como ‘eategoria principal del pensamiento politico y revolucionario. “El encanto magico que la necesidad historica ha vertido sobre lon espiritus de los hombres desde el comienzo del siglo xix se hizo més poderoso con la Revolucién de Octubre [...] quienes iban # la escuela de la revoluci6n aprendian y sabian de antemano el ‘curso que debe tomar una revolucién. Imitaban el curso de los acontecimientos, no a los hombres de la Revolucién...”.* “Hay una grandiosa ridiculez en el espectaculo de estos hom- bres —que habjan osado desafiar a todos los poderes existentes y retar a todas las autoridades de la tierra y cuyo valor estaba fuera de toda duda— capaces de someterse de la noche a la mafiana, con toda humildad y sin un grito de protesta, a la llamada de la necesidad historia...” Reconoce que el moderno concepto de la historia como proceso lene origenes diversos, ya en el siglo xx la tecnologia se convier- teenel campo de encuentro entre la naturaleza y ta historia. “La tecnologia, el terreno sobre el que los dos reinos, historia y na- turaleza, se han encontrado e interpenetrado en nuestro tiempo, vuelve a sefialar la conexién entre los conceptos de naturaleza ¢ historia tal como aparecieron en el surgimiento de la época moderna de los siglos xv1 y xvn. La conexién descansa en el concepto de proceso. Ambas implicaban que pensamos y consi- deramos todo en términos de procesos, y no nos preocupan las entidades 0 acontecimientos individuales y sus causas separa- das especiales” 1 Este concepto moderno de historia trae consecuencias negati- vas para el concepto de politica pues lo ha desplazado “... los acon- tecimientos politicos y la accién politica se desenvuelven en el devenir historico y la historia se entiende en sentido literal como un rfo...”.1 “La época moderna no sélo produjo en su comienzo mismo una filosofia politica nueva y radical [...] sino también y por primera vez, filésofos que deseaban orientarse segin los requisitos de un Ambito politico, y esta nueva orientacién politica esta presente en ‘Ybidem, p. $8. "Ibidem, p59. ‘Arendt, H.: Entre el pasado y el futuro, p.70. ‘Arendt, H.: éQué es la politica’, p. 72. 61 Hobbes [...] en Locke y Hume...”,'” provocando el ascenso repen- tino de ta historia y fa disminucién del interés por el pensamiento politico, quienes aiin siguieron interesados en este, afirma Arendt, terminaron “... En la confusién de Ja politica con la historia...) como le critica 4 Marx por identificar la accién con elaboracién de la historia. “... Lo decisive es que la filosofia politica de Marx no se basaba en un anilisis de la accién y de los hombres de accion sino, por el contrario, en el interés hegeliano en la historia. Por el mismo motivo, a antigua identificacién de la acciGn con la produceién y fabricacién se suplement6 y perfeccion6, por decirlo asi, identifi- cando la mirada contemplativa del historiador con la contempla- cién del modelo [...] que guia a los artesanos y precede toda produccién, El peligro de estas combinaciones no esté en que lo que antes fuera trascendente se vuelva inmartente, cosa que se aduce a menudo, como si Marx intentara establecer sobre la tierra un paraiso localizado antes en el més alla. El peligro de transformar ios ‘objetivos elevados’ desconocidos e incagnoscibles en inten- ciones planeadas y deliberadas estaban [sic] en el significado y la falta de significado se convertian [sic] en fines, que fue lo que sucedié cuando Marx adopté la significacién hegeliana de toda la historia —el despliegue y actualizacién progresivo de la idea de Libertad— como una meta de la accién humana y cuando él, ade- mAs, segiin cuenta la tradicién, vi6 este ‘objetivo’ Gltimo como el producto final de un proceso de manufacturacién...”.! “\w La lucha de clases: para Marx esta formula parecia develar todos los secretos de la historia, tal como la ley de gravedad pare- ci6 deseubrir todos los secretos de Ja naturaleza [...] no fue sing el primero, y por cierto el mas grande entre los historiadores, que confundié un esquema con un significado...”.1° Ademés le critica su tesis de que la pobreza también puede constituir uma fuerza politica de primer orden, transformacién que est4 contenida en su término explotacién, pues para ella la conclusién de que fa pobreza es el resultado de la explotacion operada por una clase gobernante que posee los instrumentos de la violencia, carece de valor para las ciencias histéricas porque ™ Arendt, H.: Entre el pasado y el futuro, p. 86. **[oidem, p. 86, ™tbidem, p. 87. ‘*Tbidem, p.90. 62 “se inspira en una economia de esclavos, en Ja que una clase de sefores domina sobre un sustrato de trabajadores, pero sélo es valida aplicada a las primeras etapas del capitalismo, cuando la pobreza a una escala sin precedentes fue resuttado de [a expro- piaci6n por la fuerza...” Para ella su principal dificultad est al identificar la necesidad con [as urgencias perentorias del proceso vital, llevandolo a... la idea de que la vida constituye el bien mas alto y que el proceso vital de la sociedad constituye la trama de Ja actividad humana. De esta forma, el objetivo de la revoluciGn cesé de ser la libera- ciGn de los hombres de sus semejantes y mucho menos la funda- cion de la libertad, para convertirse en la liberacidn del proceso vital de la sociedad de las cadenas de la escasez...”."” Con esto, Marx da una connotacién politica alas condiciones sociales y eco- némicas, es decir, introduce un elemento politico en la nueva cien- cia de la economia con fines revolucionarios, convirtiendo a esta en una economfa que dependia del poder politico, No obstante reconoce en él al teérico mas importante de todas las revoluciones, “... él es el tiltimo de esos pensadores que estén en Ja frontera entre el interés en la politica mas antiguo de la era moderna y su posterior preocupacién por la historia...”.2* Volvemos al mismo punto, Arendt critica a Marx justo aquellas esis que remueven [a vieja filosofia porque no solo plantea dichas tesis, sino las demuestra, Ante semejante critica nos limitaremos acitar algunos fragmentos de La ideologta alemana escrita por Marx y Engels: “.. la primera premisa de toda existencia humana y también, por tanto, de toda historia, es que los hombres se halten, para ‘hacer historia’, en condiciones de poder vivir. Ahora bien, para vivir hace falta comer, beber, alojarse bajo un techo, vestirse y nigunas cosas mas. El primer hecho histérico es, por consiguien- te, la produccién de los medios indispensables para la satisfac- cién de estas necesidades, es decir, la produceién de Ja vida material misma...” «1a suma de las fuerzas productivas accesibles al hombre condi ciona el estado social y que, por tanto, ta ‘historia de fa humanidad’ "Arendt, H.: Sobre Ja revolucién, p. &3. “'Tbfdem, p. 65, “Arendt, H.: Entre el pasado y el futuro, p. 91. w Marx, C.: Ob. cit, B. 27 63 debe estudiarse y elaborarse siempre en conexi6n con la historia de Ja industria y del intercambio”1” “... todas las luchas que se liberan dentro del Estado, 1a lucha entre la democracia, la aristocracia y la monarquia, la lucha por. el derecho del sufragio, etc. [...] no son sino las formas ilusorias bajo las que se ventilan las luchas reales entre las diversas clases [...] toda clase que aspire a implantar su dominacién [...] tiene que. empezar conquistando el poder politico...”."" En el Manifiesto Comunista plantea: “La historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros dias es la historia de Jas luchas de clases. “Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, sefiores y sier- vos, maestros y oficiales, en una palabra: opresores y oprimidos se enfrentaron siempre, mantuvieron una lucha constante, vela- da unas veces y otras franca y abierta; lucha que termin6é siempre con la transformacién revolucionaria de toda la sociedad...” ii Ademas Arendt plantea: “Marx al saltar de la filosofia a la po- litica, llev6 las teorias de 1a dialéctica a la accién, con lo que hizo que, mucho més que antes, la acci6n politica fuera mas terica, mis dependiente de lo que hoy lamariamos ideolog{a...”."> Este planteamiento puede ser contestado con las Tesis sobre Feuerbach del propio Carlos Marx. “Tesis 8 - Toda vida social es esencialmente practica. Todos los misterios que inducen a la teorfa al misticismo, encuentran su soluci6n racional en la practica humana y en la comprensién de esta préctica. “Tesis 11 ~ Los filésofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos modos, de lo que se trata es de transformarlo”."* Sistemas totalitarios Su teorfa sobre los sistemas totalitarios llevé a un amplio debate en los afios cincuenta del siglo xx. Debate que llev6 a muchos “eTbidem, p. 34, ‘“fdem. ‘Marg, C.: “El Manifiesto Comunista”, Obras Escogidas en 2tomos, tomo Lp. 1 ™rendt, Hx Entre el pasado y el futuro, p. 36. dea ‘Marx, C: “Tesis sobre Feuerbach”, p. 36 64 polit6logos a dar criterios sobre esta teorfa, ¢, incluso, a identifi- cur a todo régimen que se autodenominara comunista como tota- litario, tendencia con la cual Arendt no estaba de acuerdo, pues nolo reconocia como regimenes autoritarios a: el nazismo aleman on su ultima etapa y al estalinismo, aunque reconocfa la posibili- dad de su reaparicién por el simple hecho de que ya estaba inscripta en la histori “el gobierno totalitatio, sino se identifica en forma directa con la democracia, al menos se ve como resultado casi inevitable de ella, es decir, la consecuencia de la desaparici6n de todas las autoridades tradicionales reconocidas...”." “... la total elimina- cién de la espontaneidad misma que, de entre las manifestacio- nes mas generales y elementales de la libertad humana, es la finica a la que apuntan los regimenes autoritarios con sus diver- sos métodos de condicionamiento...”.* ‘Sin embargo, en su libro {Qué es la politica? afirma: “... lo pro- piamente nuevo y espantoso de ello no es la negacién de la liber- tad o la afirmacién de que la libertad no es buena ni necesaria para el hombre; es mas bien la conviccién de que la libertad del hombre debe ser sacrificada al desarrollo histérico cuyo proceso puede ser obstaculizado por el hombre, tnicamente si éste acta y se mueve en libertad...”.” ¥ en su articulo “Responsabilidad Colectiva” plantea: “.., la libertad de verse libre de la politica. Esta libertad era desconocida a la Antigiiedad y ha sido abolida asi mismo, con notable efectividad, en un buen nimero de dictadu- ras del siglo xx; en especial, por supuesto, en las de corte totalita- rio. En estas dltimas, en contraste con el absolutismo y con otras formas de tirania en que la participacién iba de suyo y no era objeto de eleccién, nos encontramos con una situacién en que la participacién va de suyo (y puede legar a significar complicidad en actividades criminales, como sabemos), mientras que la no participacién es objeto de decisién”.'" Respecto a su imagen de gobierno la identifica con “... la es- tructura en capas concéntricas, 0 de cebolla, en cuyo centro, en algo asi como un espacio vacio esté el jefe; haga lo que haga este “SArendt, H.: Entre el pasado y el futuro, p- 108. »sTbidem, p. 106. > Avendt, H.: 2Qué es a politica? "Arendt, 1. "Nazisimo y respon: Z6n, No. 95, sept. de 1999, p. 30 p72, ilidad cotectiva”, Revista Claves de ia Ra- 65 conductor —integre los poderes politicos, como en la jerarqufa au- toritaria, o bien oprima a los gobernados, como un tirano— lo hace desde dentro y no desde fuera ni desde arriba. Todas las muy di- versas partes del movimiento —las organizaciones de primera Ii- nea, las distintas agrupaciones profesionales, los miembros y la} burocracia de los partidos, las formaciones de élite y los grupos de policfa— estan relacionados de tal modo que cada uno forma la fachada en una direccién y ol centro en otra, es decir, desempefia el papel del mundo exterior normal para una capa y el papel de extremismo radical para otra. La gran ventaja de este sistema es que, aun en condiciones de gobierno autoritario, el movimiento da acada una de sus capas la ficcién de un mundo normal, a la vez que la conciencia de ser distinto de él y més radical. De este modo, los simpatizantes de las organizaciones de primera linea [...] rodean todo el movimiento y forman una fachada engafiosa de normalidad ante el mundo exterior por su carencia de fanatismo y extremismo, mientras que a la vez, representan el mundo normal del moyimien- to autoritario, cuyos miembros llegan a creer que sus convicciones difieren de las de los demas sélo por su grado, de modo que no necesitan tener conciencia del abismo que separa su propio mundo del mundo real que los rodea. La estructura de capas concéntricas hace que organizativamente el sistema esté a pruebas de golpes ante la factualidad del mundo real”."* Estos gobiernos “.. han descubierto los medios politicos para sumergir al hombre en la corriente de la historia, de modo que quedara atrapado tan exclusivamente por la ‘libertad’ de ésta, que ya no pudiera frenar su ‘libre’ fluir sino, al contrario, convertirse él mismo en un momento de su aceleracién. Los medios por lo que este sucede son la coaccién del terror, recibida del exterior, y la coaccién, ejercida desde el interior, del pensamiento ideolégico, esto es, un pensamiento que en cierta medida también internamente sigue la corriente del rio de la historia...” “... Lo propiamente apolitico [...] de esta forma de dominacion es la dinaémica que ha desencadenado y que le es peculiar: todo y todos los que hasta ayer pasaban por ‘grandes’ hoy pueden —e incluso deben— ser abando- nados al olvido si el movimiento quiere conservar su fmpetu...”2! Institucionalizaron el terror sobre la base de la necesidad histéri- ©" Arendt, H.: Entre el pasado y el futuro, p. 109. "arendt, H1.: Qué es la polftica?, p. 72 *"Tbidem, p. 50. 66 cu“... cuyo curso estaba determinado por el movimiento y el contramovimiento, por la revolucién y la contrarrevolucién, de tal forma que ciertos ‘crimenes’ contra la revoluci6n tenian que ner descubiertos...”? La tesis fundamental de su teoria es la esencia del sistema: la ambicién del dominio mundial y total bajo el terror, una concep- cién del poder enteramente nueva y sin precedentes: la del poder por el poder sin intereses utilitarios negando asi la existencia de Intereses de clases y en especifico los intereses de la burguesia “.. Jo que respecta a la politica interior, no se conforma con umedrentar a los individuos sino que aniquila mediante el terror nistematico todas las relaciones interhumanas. A él corresponde luguerra total, que no se contenta con la destruccién de unos cuan- {os puntos concretos militarmente importantes sino que persigue ~y la técnica ahora ya le permite perseguirlo— aniguilar el mun- do surgido entre los humanos”. “Sabido es que esta hoy denomi- nada guerra total tiene su origen en los totalitarismos, con los que estd indefectiblemente unida; la de aniquilacién es la nica guerra adecuada al sistema totalitario. Fueron paises gobernados totalitariamente los que proclamaron la guerra total y, al hacerlo, impusieron necesariamente su ley al mundo no totalitario...”.* Aunque tiene que reconocer que la primera bomba atémica no fue lanzada por un gobierno totalitario ni a un gobierno totalitario. “... Lo indignante del caso es, entre otras cosas, que Japén era ciertamen- te una potencia imperialista pero no totalitaria”."™ Viéndose en la necesidad de justificar el hecho: “... ninguno de los cientificos habria pensado en construir la bomba atémica si no hubiera temi- do que la Alemania de Hitler lo hiciera y la utilizara...”."* Conclusiones Aunque culpa a la filosofia de las indeterminaciones de la politica, su teoria politica est4 marcada por la filosofia no solo aristotélica y kantiana, sino también por la filosofia existencialista de M. Heidegger y K. Jasper. arent, H.: Sobre la revoluci6n, p. 101. ‘Tpfdem, p. 106. “«Tb{dem, p. 104 “=Tpfdem, p. 108. idem, 67 Toda su teoria es un intento de explicar el enfrentamiento del, hombre con el mundo moderno, rescatando los conceptos tradi- cionales del pensamiento politico occidental. En realidad la ma- yoria de sus reflexiones huyen de la dialéctica al no buscar las causas internas de los nuevos fenémenos, quedéndose en la des- cripcién de estos, aunque se ve obligada al reconocimiento de los} continuos cambios y la participacién de! hombre en estos. Ensu teoria excluye las relaciones sociales como condicionante del mundo y la politica, sin embargo, cuando explica sus concep- tos de natalidad, pluralidad y accién no puede menos que recono- cer la existencia de dichas relaciones. No ve el nexo entre la politica y la economfa al considerar esta Gltima un eslabén inferior a la accién politica. ‘No obstante, se le considera como la primera pensadora politica en el mundo anglosajén en aplicar el método fenomenoldgico a la comprensién de la politica; reconoce la existencia de una esfera social en el mundo moderno y, muy importante, alerta sobre el pe- ligro de la intervencion indiscriminada por parte del hombre en la naturaleza, peligro que en \a actualidad llega hasta la superviven- ciao no de la especie humana; también alerta sobre la posibilidad de que vuelvan a aparecer en el mundo sistemas totalitarios. Bibliografia Anenpt, Hannan (1988): Sobre Ia revolucién, Editorial Alianza, Madrid (1996): Entre el pasado y el futuro, Ediciones Peninsula, Barcelona. (1997): éQué es la polttica?, Ediciones Paidés, Barcelona. Toucuaro, Jean (1981): Historia de las ideas polfticas, Editorial Tecnos, Madrid. ‘Marx, Caros (1973): “El Manifiesto Comunista”, en Marx, C. y F. Engels: Obras Escogidas en 2 tomos, tomo I, Editorial Pro- greso, Mosct. (1979): “Tesis sobre Feuerbach”, Apéndice de La ideolo- gia alemana, Editora Politica, La Habana. (1979): La ideologia alemana, Editora Politica, La Habana. ‘Vatuespin, FERnanpo (1997): Historia de la teorfa politica, 6, Edi- torial Alianza, Madrid, 68 4 MICHEL FOUCAULT: LA INQUIETUD DEL PODER Hina Hizendnuz Casreo Comienza a despejarse el cruento debate que en las tres dltimas décadas del pasado siglo protagonizaron firmes seguidores y mo- lestos detractores de las irreverentes tesis foucaultianas. Si bien ese debate continéia, ahora se hace dominante la idea de auscultar cual ha sido la contribuci6n o impacto de su empresa intelectual en los distintos campos de las ciencias sociales y humanas. En Cuba, en cambio, ain sentimos una ausencia relativa de la obra en tinta de su autor, Ilenando el vacfo con eriticas y comentarios de terce- ros; gue, por supuesto, no importa cudn buenos puedan ser, no po- drén satisfacer del todo nuestras necesidades. No obstante, estos ‘acercamientos nos han sido atiles y permitirén conocer a Foucault, aunque sea de forma polémica y desordenada, quizds como a él mismo no le hubiera molestado. : A Foucault se le presenta ya como historiador 0 como fil6sofo del estructuralismo francés, aunque constantemente él reniega de ambos titulos, autodefiniéndose solo como un “genealogista”. En realidad son sintomiticas las dificultades que ejerce su obra a ser enmarcada en una disciplina o paradigma especffico. Original y contradictorio su pensamiento es de ruptura con la tradicin filos6fica occidental, pero no lo hace de manera compul- siva, sino met6dica y detectivesca. En sus posturas desafiantes se le conecta directamente con Nietzche, lo cual no ha sido negado por Foucault. De hecho una lectura de su obra desde una inter- pretacién no obtusa de Nietzche nos abre un imaginario antias- cético que seduce y nos revela un pensamiento maldito, fruto de un cardcter profundamente revolucionario. 69 Michel Foucault nace en 1926 en Portiers y estu la Escuela Normal Superior de Paris, donde tue dlecipans de Althusser; se gradué en 1950 presentando una tesis sobre la nisoo, de la Jocura en 1a época clasica, que fue publicada en 1962. Coma brofesor del College de Francia sorprendié tanto por su vastinns Cultura como por sus incendiarias disertaciones, donde mezclah Con genialidad la literatura con el andlisis filosotico y politic cerca! motit de SIDA en 1984 ya era un verdadero simbolo de in- telectualy docente Su qushacer ‘e6rico y accién militante contra las arbitrariedades politicas de st ti - les se manifest junta al estudiantado francés, le concedicnos ° in del 68, como gra i Rario,intento ante todo subvertir el sentido comin Perec on Gado por una racionalidad ilustrada en el molde de las relaciones de poder. Es decir, el discurso que samtifica que los atributes det Saber generan una asimetria de Ios roles sociales, donde los “ilumi- ‘nados” tienen el deber de conducir a los Otros a una tierra prome, tida sin que medien resistencias ni actitudes subversivas aquel canjaento “juveni)” con epicentro en fas universidades hacia blan- co de su lucha al conservadurismo moralizante, al orden capitalis. Foucault, representativo de aquel ambiente con quizante, constituye un tipico ejemplo Inelectual dea furs lucidez, as{ como de las contradicciones y limitaciones de acael temblor revolucionario en busca de emanicipaciones socialen Fue un momento de crisis para el “marxismo”. Aquellos jove- nes subVersivos prefirieron Namarse radicales de inquierda cytes que marxistas o comunistas. El marxismo de cdtedra y de pur, do, dirigido desde el Kremlin, no constituyé una alternative sali. 70 daa la altura de aquel contexto. Esmerados en justificar al mo- delo eurosoviético y sus practicas de poder, los “"marxistas blan- das”, como Foucault [0s clasificara, se alejaron por completo del estudiante que lanzaba un adoquin contra los muros del orden imperante, Ast Foucault devino de militante a agudo critica det Partido Comunista Francés. El debe gran parte de su formacién e infor- maci6n tedrica al marxismo y hasta podria decirse que parte de sus intenciones intelectuales e intereses politicos se dirigen pre- cisamente aa controversia con [as posturas marxianas. Esto no Io convierte en un autor antimarxista como en ocasiones malsanamente se ha observado, incluso podria decirse que su obra nos complementa a Marx 0 “la imprescindibilidad de una apropiacién del legado foucaultiano desde las posiciones del marxis- mo revolucionario” * “. Marx permitié pensar, ya que él estableci6 un determina- do némero de planos, un determinado nimero de mecanismos ¥ modos de funcionamientos. $i podemos hacer todos estos and- lisis se lo debemos a Marx. ¥ esto es algo absolutamente claro. Pero, después de todo, incluso si Marx no hubiese Negado a decir absolutamente todo lo que es necesario pensar actualmente sobre el Estado, con los instrumentos que nos proporcioné po- driamos reflexionar sobre una realidad historica y hacer avan- zar e} andlisis, y elto no s6lo en lo que se refiere al contenido sino también en las formas, los instrumentos, y esto ya me pare- cerfa suficiente”? No obstante, el autor no se conforma con el tratamiento que se le ha dado a Marx por sus disciplinados seguidores y en su siem- pre indécil critica afirma: “Los marxistas, algunos marxistas que consideran e] marxis- mo como una ciencia, deben saber, en nombre de esa ciencia y a partir de ella, en qué se equivocé Marx. Cuando un marxista me dice que el marxismo es una ciencia yo le respondo: creeré que usted practica el marxismo como una ciencia el dia en que me muestre en nombre de esa ciencia, en qué se equivocé Marx”? *Acanda, Jorge Luis: “De Marx a Foucault: poder y revolucién’, en Inicios de partida, p. 77. *Foucault, Michel: “En qué se equivocé Marx”, en http://www galeon.vblbook.com “idem, 7 Ademés del reproche a: politico y el reproche d ici lade inventiva que el autor hate a marnistasontodores ten ok a controvertida disposicién de rechare : a Slobalizadora y a toda pretension de autodefinirse tieneg oon na cons, Gigncias del hombre’ forman parte de la epistetme moder- bid come ta grreay a Medicina» cualquier otra cloncia;o ant Ome la i rt ehisteme cig nnatcay Ia historia natural formaban pare dela Prichoso, ‘ideologia’. Pero, que sean ciencias”, ‘Cuando os veo esforzaros en establecer que el marxismo es que, por consiguiente, sus proposici re, Posicionés son el result: cose, ectag wriflcacisn; para mi estais haciendo ante tode atin a fea is atril uyendo, al discurso marxista y a todos aquejjos tna de a iad Meda tags eee Osea a ue hacen un discurso cientifico” eae in su rechazo a lo totalizador, s ian Ss esha or, Su propuesta es tomar las teo- pectiies me, “cala de herramientas” para el andiisis focal yoy mento: una J6gica propia a las relaci jones de due se establecen alrededor de ellas”* sto pea ats nae en detriment iad cientifica dirigida a la sintesisy al oten ‘nto de fa diferencia y la multiplicidad. Es 1 als. en resistencia a los proyectos de una inscripeién de los cafes {Foucault, M.: Las palabras y Jas co : vas . 354, Foucault, M.: Microftsica del poder g' “Ib{dem, pp. 7-29. fae eee 72 “En realidad se trata de hacer entrar en juego los saberes Joca- les, discontinuos, descalificados, no legitimados, contra la instan- cia tedrica unitaria que pretende filtrarlos, jerarquizarlos, orde- narlos en nombre del conocimiento verdadero y de los derechos de una ciencia que esté detentada por unos pocos, Las genealo- gias no son, Dues, retornos positivistas en una forma de ciencia meticulosa o mas exacta; las genealogias son precisamente anti- ciencias”” Quiz4 se contradice el autor cuando constantemente nos va ordenando su propuesta, donde sefala tres lineas 0 propdsitos fundamentales. La primera, considerada su etapa arqueol6gica, se caracteriza por el andlisis de enunciados y las practicas discursivas a través de las cuales nos convertimos en objetos del conocimiento, Qué tipo de saber, por ejemplo, constituyen las ciencias que nos investigan como sujetos hablantes en la lingiiis- tica o seres que viven en la biologia 0 seres que producen y se relacionan en la economia y la sociologia? Referencia fundamen- tal en Las palabras y las cosas (1966) y La arqueologta del saber (1969). La que se considera su etapa genealdgica, donde hace una historia de las “précticas divisorias” de los sujetos (locos, cuer- dos, enfermos, sanos y criminaies) y de las respectivas practicas de poder (encierro, disciplina, adoctrinamiento y confesi6n); for- mas de entender la historia ne como discurso de verdad, sino como historia del poder en su relacién con los roles del sujeto. Es el caso de un grupo importante de obras como: I] orden del discurso y Vigilar y castigar (1975). Finalmente la llamada “etapa de gobernabilidad” donde nos propone un andlisis de “los modos en que los seres humanos se transforman a s{ mismos en sujetos”® y se elige la sexualidad como el campo donde el sujeto despliega las técnicas del yo; se puede mencionar en este sentido los dltimos dos voltimenes de La historia de la sexualidad, El uso de los pla- ceres y La inquietud de st (1982). No obstante, es significativo que al seguir sus tesis sea necesa- rig tener en cuenta no una obra o etapa especifica, sino ¢! conjunto de su produccién te6rica, incluyendo muchas entrevistas y confe- rencias donde arrastrado por la pasin del debate dejaba de ser *hidem, p. 130, *Poucault, M. (1984): “Por qué estudiar ¢} poder: 1a cuesti Liberacién, No. 6, 3. ndel sujeto”, on Rev. 73 riguroso en los términos, Observamos asi una constante evolu- ion de conceptos e ideas originalmente encadenadas en una em. bresa intelectual que asume el reto de ofrecer una historia de los objetivaciones que ha sufrido el sujeto a partir de los discursos de la ciencia, el poder y el sexo. Es evidente que Foucault insiste on escoger y poner a prueba los temas mas dolorosos para el hombre moderno. En ese rastreo de los discursos y sus prdcticas se busca el pro- ceso de formacién del sujeto a través de las formas del saber que lo dominan y la tecnologia de poder que lo constituye, En la historia de la locura, la sexualidad y las prisiones asume la critica del suje- to modelado por una reatidad instalada en la episteme. De esta manera se desnudan los mecanismos de sometimiento de los cue; os y la funcién fundacional que tiene y ha tenido el poder en la estructura social, en tanto que es régimen y politica de la verdad, (A le pregunta {qué tipo de poder produce los discursos a que stamos sometidos?, 6! nos propone primero la observacién de Poderes periféricos, redes capilares donde el poder cireula sal fando por encima de las reglas de derecho que lo organizan y de. limitan. Nos propone invertir el camino clasico fundado por El Leviatén para situarnos en un andlisis ascendente que parte de los “mecanismos infinitesimales” det poder, donde este se ejerce de manera efectiva, a través de escuelas, manicomios, prisiones sobre nuestro propio cuerpo, Asistimos a la ampliacién de los reductos donde se hallan rela- “iones de poder y, por tanto, politicas sin la exclusiva referencia I gubernativo, sino que contiene la multiplicidad de poderes que je éjercer en la esfera social. En esta noci6n el poder es, ante todo, in fenémeno relacional que circula por una red de individuos que ° comunican y reproducen, una red donde todos participamos. SEI individuo es un efecto del poder, y al mismo tiempo, o jus- umente en la medida en que es un efecto, es el elemento de co. }exiGn. I poder circula a través del individuo que ha constituide” > Ott preocupacién de métoda se refiere a la ideologia, ala que fine como constructo politico y no como dato social, por lo cual u Propuesta se dirige hacia instrumentos que no generan una leologia de clase pero si un discurso de saber y, por tanto, una clacion de dominacién. ‘oucaullt, M.: Microfisica.., p.142. 74 der al nivel “Na soy de los que intentan estudiar los efectos de po de ideologia. Me pregunto, en efecto, si antes de plantear la cues- tién de la ideologia, no fuese més materialista estudiando la cues- tin del cuerpo y los efectos de poder sobre 61”. Foucault: “El subversivo” to a un grupo importante de intelectuales, Foucault participo aotivaments em el lamado Grupo de Informacién sobre las Pri- siones (GIP), convencido de la efectividad de acciones militantes untuales. El GIP manifestaba as su desprecio hacia los aparatas de represin y dominacién ideol6gia franceses, los tibunales, es- cuelas, manicomios, el servicio militar, la prensa, la televisidn y so- bre todo la prision eran los culpables de reproducir el autoritarismo y el conservadurismo moral dominante. “Intolerable!” fue el nom- bre del manifiesto que aquel grupo de itelectuales lanzara contra lo que percibja como una derechizacién del sistema politico y cher “Hoy mas que nunca el control policial de nuestras vidas ee rias se hace més estrecho: en las calles y en las carreteras, sobre Jos extranjeros y los jévenes, una vez mis es un delito expresar una opinion; las medidas antidrogas estén llevando a un incre- mento de ls detenciones arbitrarias. Vivimos el signo de la ga @ rue (detencién por averiguacién de antecedentes). Nos dicen que ls tibunales estan empantanados, Podemos verlo, pero cy si fuera fa poblacién la que estuviera siendo sobreencarcelada?” 1a acci6n puntual o micropottica es en teoria y praxis la res- puesta valida de Foucault. Fundar miltiples frentes de betallas, atacar al sistema punitive y tocar las fibras més fntimas de la 30- cledad son los objetivas de las micropoliticas. “Mientras las ‘acropolitcas aspiran a transformer el mundo, las micropoliticas apuntan a conseguir transformaciones 2 nivel molecular: Hnstitu- clones, relaciones personales, précticas grupales, no piramidales. Se trata de lograr aplicaciones no coereitivas del poder, resistencias creativas, acciones liberadoras minimas, cotidianas, constantes, personales y sociales”. *°Tbidem, p. 106. a acion fundacional del GIP. : a. Dine Eathor 993)"Prologoa Michel Pouca, en Las eds del poder Bet totia) Almagesto, Buenos Aires, p,2. 78 En la entrevista que se le hiciera, junto a G. Deleuze, él sefala su recusar al intelectual como consejero y guia, erguido en con- ciencia suprauniversal y duefo de la verdad. El intelectual, para Foucault, lo que puede hacer es aportar su “caja de herramien- tas” para una comprensién de la realidad en su campo especifico. “..,€8 que las masas no tienen necesidad de ellos para saber, sa. ben claramente, perfectamente mucho mejor que ellos; y lo afirmnan extremadamente bien. Pero existe un sistema de poder que obs- taculiza, que prohibe, que invalida ese discurso y ese saber. Po- der que no esta solamente en las instancias superiores de la censura, sino que se hunde mAs perfectamente, més sutilmente en toda la maya de la sociedad”."* EI papel del intelectual no es situarse —explica— frente a las masas, sino en luchar contra las formas de poder alli, donde rea- liza su labor, en el terreno del “saber” y de la verdad, el intelec- tual debe elaborar su croquis del terreno de lucha, pero abstenerse de pretender dirigir la batalla a nombre de la representaci6n, “A mi juicio —dice G. Deleuze— usted (Foucault) ha sido el primero én ensefiarnos algo fundamental, a la vez en los libros y en un terreno practico: La indignidad de hablar por los otros”. éComo luchar contra los mecanismos de represi6n sin redun- dar en denuncias reformistas? Es otra de las preguntas a que se somete Foucault a propésito de uno de sus més controvertidos libros: Vigilar y castigar. El libro de la prisién supuso un tremendisimo debate en los medios juridicos. El poder visto en su multidimensién relacional y tecnol6gica en los predios carcelarios conmovié las bases del discurso humanista que propone refor- mar el sistema ideolégico sin cambiar la institucién, o la pura caridad discursiva que propone mejorar las condiciones penales sin cambiar su légica. Vigilar y castigar penetra en las instituciones penales para ana- lizar los origenes de las formas de disciplina o “tecnologia politica” que producen una determinada subjetividad. Para Foucault el po- der disciplinario lejos de reprimir o anular la individwalidad, la Produce dentro de una determinada estrategia de normalizacién “La prisién es el nico lugar en que el poder puede manifestar- se de forma desnuda, en sus dimensiones més excesivas, y justifi- "Foucault, M.: Microfisica..., p.79, "Ibidem, p. 80. 76 carse como poder moral. Tengo raz6n para castigar puesto que sabéis que es mezquino robar, matar [...] Es esto lo que es, no se enmascara, se muestra como tirania llevada hasta los mas infi- mos detalles, poder cinico y al mismo tiempo puro, enteramente ‘justificado’ ya que puede justificarse enteramente en el inte- rior de una moral que enmarca su ejercicio: su tirania salvaje aparece entonces como dominacién serena del Bien sobre el Mal, del orden sobre ei desorden”.** El autor cuestiona el discurso que se justifica en el supuesto fin de reeducar cuando es sabido que en ese sentido son muy es- casos los éxitos de las prisiones. Se propone asi desentrafar el sistema de racionalidad de la préctica punitiva y los principios te6ricos del sistema penal con el objetivo de lograr cambios rea- les en su l6gica. “Yo no he dicho que sea forzosamente necesario librarse de él, pero creo que es muy importante saber cuando se quiere llevar a cabo una transformacién y una renovaci6n, no s6lo qué son las instituciones y cudles sus efectos reales, sino también cual es el tipo de pensamiento que lo sustenta: qué es lo que se puede admi- tir todavia de ese sistema y cudles son, por el contrario, las dimen- siones que deben ser relegadas, abandonadas, transformadas”.! El fracaso de la prisi6n en términos normativos es absuelto por su eficiencia como medio de identificacién del cuerpo social en delincuentes vs honrados o culpables vs los inocentes que prota- gonizan una cruzada por la justicia. Es el discurso que se ampara en un infalible derecho a castigar donde el poder se justifica cons- tantemente, y es ahi donde la existencia del delincuente se con- vierte en la necesidad de mecanismos y aparatos “‘pandpticos” de vigilancia, delacién y disciplina, como mal menor ante los peli- gros que corre la sociedad frente al delito. “Sin delincuencia no hay policias. {Qué es lo que hace tolera- ble la presencia de la policia, el control policial a una poblacién si no es el miedo al delincuente?”” Ese es el cardcter inconfundible de Michel Foucault, siempre forzdndonos a dejar a un lado nuestras certezas y situaciones acriticas, pensar lo no pensado o lo impensable en nuestra con- cepeién moderna, dejar a un lado todo dogmatismo y entrar en un "Ibfdem, p. 81. “Foucault, M.: Las redes del poder, p. #4. ” Foucault, Mui Microfisica... p- 96. 77 escenario de combate donde todo discurso, t ), prctica y reglaes a pel como estrategia diseflada desde el boder que detenta Ja pa i oi aa duda, un pensamiento yiolentg. que se ejerce contra la a lonalidad de toda ley, un pensamiento que podemos calificar if dpe) si olvidamos el contexto de su origen, lay ademas en su estilo un Movimiento lidico e, i tr , incluso, poé- tico de las ideas, de hecho pudiera decirse que es uno de log fie. Sofos de su Seneracion que més se acercé a la literatura Dararefiir coed sentido comtin hegeménico y sus aberraciones. fe parece que existe la posibilidad de hacer funcion: 5 a a eae en la verdad, de inducir efectos de verdad con un aicuea de pai y hacer de tal suerte que el discurso de verdad suscite é rique’ ‘algo que No existe todavia, es decir, ficcione. Se ficciona oe a partir ie una realidad politica que la hace verdadera, ‘iona una politica que no exist : iiaed pong una pe q -xiste todavia a partir de una rea- éCémo Io que era irracional legé i n a 80 a convertirse en aceptable? Pudiera considerarse la Pregunta central de su empresa osote ca adscripta, segtin {a mayoria di i nana ye le sus criticos, al capo del Foucauit: ¢Estructuralista? El estructuralisme como método de investigacion i losotica contempordnea se desarrollo prineipalmonte om ie bea, cla de los sesenta. Se le ha definido como “un estilo de pensar” us uni6 bajo un signo comin a diferentes autores y a diferentes tisciplinas sociales, como el psicoandlisis de J, Lacan, la antropo. logia de Lévi-Strauss, la critica literaria de R, Barthes la flleos, fla marxista de Althusser, En Foucault, muy a pesar de us renuncias: “No veo quién puede ser mas antiestructuralista que yo". Existen elementos para acercarlo a esta corriente Los estructuralistas de manera general rechazan las ideas del subjetivismo, el historicismo y el humanismo, estudiando al hon. bre como un fenémeno natural cualquiera, Quiza su caracteristics fundamental sea investigar “sistemas,” o sea, relaciones recipre: "Ibidem, p. 162. "“Ibidem, p-179, 78 cas entre distintos hechos, sin detenerse en casos concretos aisla- dos o superticiales. Su objetivo es indagar las relaciones sistemé- ticas y constantes que existen en el comportamiento humano, individual y colectivo. Relaciones que no son evidentes, sino que deben ser explicadas, ya que no se perciben conscientemente por el individuo. El estructuralismo hace énfasis en los distintos condicionamientos y limites de la conciencia, la libertad y la ac- cion humana. En primer lugar es evidente que en Foucault aparece la idea de una estructura real tras las apariencias: el llamado estructu- ralismo epistémico foucaultiano, que identifica la episteme como un dispositivo de poder discursivo. En Las palabras y las cosas intenta demostrar cémo el orden epistémico que determiné 0 hizo posible Ja exaltacién de! hombre como sujeto se encuentra en crisis, una vez que el hombre no puede pretender ser sujeto absoluto, ya que de hecho se encuentra atrapado en estructuras que lo desbordan. ‘Asi mismo rechaza el mito del progreso, como discurso acci- dental que pretende representar una continuidad heroica inexis- tente. La historia es para él carente de continuidad, sentido y fines Gltimos. La genealogiaes la arqueologia que estudia la historia en tanto discontinuidad, que si bien toma los datos histéricos para expresar sus ideas, no es —segiin M. Foucault—ni aun funcién de un ser humano que seria sujeto de la historia. Se reconoce aqui cierto antihumanismo estructuralista que afirma la prioridad de la estructura sobre lo individual sea este sujeto u objeto real. Se anuncia la crisis del humanismo moderno o la muerte de un hom- bre dotado de conciencia trascendental. En ese sentido se plantea que Foucault lleva el estructuralismo hasta sus maximas conse- cuencias. Sin embargo, no encontramos en Foucault sefiales del observador frfo estructuralista, sino al nietzscheano sanguineo, Elestructuralismo, 0 quizas mas justo, el medio camino hacia ef posestructuralismo foucaultiano, se identifica por su aparato conceptual: redes de poder, objetivacién, mecanismos de domi- nacién, disciplinarizaci6n, normalizaci6n y practicas de sujeci6n. Las practicas de sujecién se corresponden tanto al significado de estar sometido a otro, mediante la préctica efectiva del poder, como a la sujecién a nuestra propia conciencia o al conocimiento de si mismo. Las distintas relaciones sistémicas del poder con el saber, con el placer, con la cultura, con el cuerpo, con la ética, con los discursos y, en fin, con todos los dispositivos que conforman la 79 ted social donde los individuos somos estru Sin duda, el autor asume la inmortalidad del decir que ho apruebe la resistencia o el incluso su objetivo declarado es la libertad d b- 1 lel hombre \- Presa desarticular teéricamente las redes de dominacin, peren lucha es infinita a la vez que miltiple “Porque somos ms libres de lo que creemo: a 8, y no - feos menos determinados, ino porave hay maghas cos con lemos romper —para hacer de la libi blema estratégico, par iberarnos de nose, tos micatratégico, para crear libertad, para liberarnos de noso. Citar a Foucault entre los estru i cturalistas nos recuerda aquel frase de M. Proust al decir que las escuelas y las teorias toms glébulos y microbios, se de Ebates y microbis, 'voran entre si para asegurar la icturados y sometidos. Poder, lo que no quiere Foucault: (Historiador? “Mis libros no son tratados de fit losofia ni estudios hist6ricos; sumo, fragmentos filosoficos en canteras historicas" eae ‘oda su obra constituye un desaffo a las formas tradi consti S tradicionales 7 canstruir 1a historia, Bp primer jugar, Foucault se une al ya r $ que rechazaban el mito del pro co Patron de tice a la filosofia y la historia, EI cacuentra 10 para abrir una “historia critica cor ” {anto en el sentido de andlisis de los conocimientos veraderas con Go, 05 Contextos racionales en que esos conacimientos se han crow, de, lo que conleva 4 una profunda indagacién de las relaciones rodueci la “verdad” i Bue oducita de ¥ todo el sistema de poder que "Foucault, M.: Tecnologta del yo, p. 45, “Foucault, M. (1993): “Debate I co Ios hstorindors", en Michel Foucaule Aliscurao del poder. Seleccién de Osear Toran, n'" Miehel Foucault 1 80 “Para Foucault la historia debe abandonar las nociones clési- cas de totalidad, continuidad y causalidad, y producir asi una‘ge- nealogfa’ que permita comprender y precisar las rupturas”.” No existe para 61 ese acumulado racional de la experiencia, sino un constante conflicto de racionalidades que se superponien constantemente en los discursos verdaderos. De lo que se trata es de operar con un proceso de eventualizacién que permitiria reconocer el azar de la lucha como la verdadera fuerza que mueve la historia. “Creemos qué nuestro presente se apoya sobre intenciones pro- fundas, necesidades estables; pedimos a los historiadores que nos convenzan de ello. Pero el verdadero sentido histérico reconoce que vivimos, sin referencias ni coordenadas originarias, en tniriadas de sucesos perdidos”.* En virtud del uso que el autor hace de ta critica kantiana y de Ja genealogia nietzscheana llega ala pregunta sobre la nocién del Sujeto de la historia y los limites de sus m<iples formas de racio- nalidad. Se abre asi una critica al antropocentrismo sobre la que se apoya la teleologia de la historia moderna, cimentada sobre un supuesto sujeto soberano concebido como fundamento trascen- dental del pensamiento y la acci6n, Por eso se afirma que Foucault anuncié, sin més, ia muerte del hombre como sujeto de la histo- ria. Algunos de sus criticos, por ejemplo, Habermas, han inter- pretado esta postura como deudora de una l6gica conservadora que desprecia las energias ut6picas dei hombre encadenéndolo al eterno retorno del poder. ‘Los estudios de Foucault se articulan siempre a partir de pro- blemas e interrogantes que lo urgen en el presente. Sin pretensio- nes de neutralidad su andlisis es conducido con evidente parcia- lidad hacia la definici6n de problemas contempordneos. Cambiar las preguntas que se le hacen a los hechos es su estrategia para crear ei campo de tensién que supone su critica hist6rico-politica de la verdad. Segiin Foucault lo que él hace es sustituir Ja historia totalizante por un andlisis difecenciado de tos discursos, describir los dife- rentes tipos de historia y sus combinaciones, permanencias y *Dfaz, Marfa del Pilar (2000): “Foucault la quimera del origen”, en Inicios de artida, p. 22. Foucault, M.: Microfisica..., p. 21. 81 transformaciones. “Yo pienso que lo que hago es historia det dis- curso. Una arqueologfa de) conjunto de reglas que en una socie. dad determinada definen: Qué temas se pueden hablar? _No obstante, hoy son evidentes sus aportes en 1a “nueva historiografia.” Su presencia como aval conceptual tanto en ins- trumentos y estilo como su fundamental ampliacién del conoci. miento aparece con fuerza en la microhistoria, la nueva historia cultural y Ia sociologia historic. El poder Porque sus intenciones son evidentemente comprometidas y sus métodos son confesamente sesgados hacia determinadas postu- ras politicas, él necesita transgredir el régimen de saber. El saber se sostiene por ciertos dispositivos de poder y se reproduce en un complejo reticulado de relaciones y luchas politicas. Cada dispo- sitivo: sea gobierno, escuela, clinica o iglesia, defiende un deter. minado saber como forma de ejercer su poder. Por supuesto, quien 2 Foucault, M, (1970): “Saber y verdad”, en Revista ESPRIT, No. 371, p. 850. “Iglesias Utset, M. (2000): “Foucault, la genealogia y la nueva hiatoria”, en Ini- clos de pariida, p. 32. 82 ejerza el poder puede imponer lo que considera verdadero y nin- win saber podré ser verdadero si carece absolutamente de poder. is decir, la verdad nunca estar4 al margen del poder y sus efec- tos, sino en estrecha dependencia. “No hay ejercicio de poder posible sin una cierta economia de los discursos de verdad que funcionan en, y a partir de esta pare- ja. Estamos sometidos a la produccién de verdad desde el poder y no podemos ejercitar el poder mas que a través de fa producci6n dela verdad”. Se apunta que el poder ha sido historicamente analizado en esquemas juridicos como el de la soberanfa, concentrando asi su observacién en su legitimidad 0 ilegitimidad. Sin embargo, la ley y el Estado no pueden ser los puntos de partida para la explora- cién del poder sino, en todo caso, sus puntos de llegada, El poder no es algo que se impone a la sociedad después de formada, sino que es una de las fuerzas que construye a la sociedad a su imagen y semejanza. “Que tos juristas hayan sido servidores del rey o hayan sido sus adversarios, de todas maneras es siempre del poder real de lo que se habla en esos grandes edificios del pensamiento y del sa- ber juridico”.” Como su objetivo es indagar las formas de subjetivacién del ser humane, la cuestién que le interesa no es el poder en si, sino cOmo se ejerce, es decir, sus tacticas y estrategias, sus mecanis- mos de disciplina, control y normalizacién. Aparténdose de los enfoques tradicionales, sus tesis reconocen el entramado de po- deres microsc6picos que se deslizan por la red social, donde el poder no es un atributo especifico del Estado o la clase dominan- te; sino que existen relaciones de autoridad entre hombre y mu- jer, alumno y profesor, médico y paciente, que posibilitan la ‘existencia de zonas especiales como las instituciones politicas y publicas. Por tanto, no hay un poder en la sociedad, sino una mul- tiplicidad de relaciones de poder que se apoyan mutuamente y se manifiestan de manera sutil creando el sustrato donde el poder circula y se afianza. El poder, para Foucault, merece ser analizado como fuerza que funciona en cadena, donde no existe una instancia especifica en Foucault, M: Microfisica..., p.56. *Tbidem, p. 149. 83 la cual ubicarlo, pues se trata de una verdadera red de relaciones donde todos participamos. Si bien —aclara— no significa que este sea distribuido ni de forma anarquica ni democratica, ya que existe cierta organizacién, jerarquia y coordinacién del reticulado social por donde el poder circula transversalmente. El reconoce las dificultades que entrafia separar el poder de la prohibicién. Al hablar de poder —explica—inmediatamente lo iden- tificamos con la ley, con el Estado 0 con los hombres que militar y econémicamente estén investidos con los atributos de fuerza. “Occidente nunca tuvo otro sistema de representacién, de for- mulaci6n o de andlisis que no fuera el sistema de derecho, el sistema de la ley. ¥ yo creo que es la raz6n por la cual, a fin de cuentas, no tuvimos hasta recientemente otras posibilidades de analizar el po- der excepto nociones elementales [...] de las que es necesario ahora liberarse si queremos proceder a un andllisis del poder, no desde su representacién sino desde su funcionamiento”.* Foucault penetra en lo que algunos han llamado su ontologia del poder. Comienza por definir el “cémodel poder”, es decir, “por qué medios es efercido”, apuntando que el poder es un modo de accién que actia sobre otras acciones. El poder reside en la ca- pacidad de lograr que atros actien conforme a los fines y deseos de quien lo ejerce. En ese sentido hace notar la comunicacién como accién paradigmética que exhibe variadas formas de articular relaciones de obediencia, disciplina y normalizacién. “Aquello que debe ser entendido por disciplinamiento de las sociedades europeas desde el siglo xvitt, no es, por supuesto, que los individuos que forman parte de ella se hayan vuelto cada vez més obedientes, o que ellos comenzaran a juntarse en barracas, escuelas 0 prisiones; sino que un incontrolado proceso de ajustes crecientemente mejorado ha sido buscado —cada vez mas racio- nal y econémico— entre las actividades productivas, los recursos de comunicacién y el papel de las relaciones de poder”. Cuando Foucault habla de relaciones de poder no excluye ni la violencia ni el consenso, pero estos suelen ser més bien sus resul- tados 0 instrumentos, no los ptincipios basicos como de hecho seria la accién de “conducir” o “liderar” a otros. Otros que para ser conducidos o gobernados deben ser, como precondicién fun- Foucault, M: Las redes... p-56. Foucault, M.: La verdad y las formas juridicas, p. 16. 84 damental, libres; no tiene sentido hablar de relaciones de poder si no hay libertad, es decir, si no existe la posibilidad de actuar de otra manera. “Cuando los factores determinantes saturan la totalidad, no hay relacionamiento de poder, la esclavitud no es una relacion de poder en tanto los hombres estén encadenados. (En este caso se tra- ta de una cuesti6n de relaciones de constrefimiento fisico.)”” Todo poder implica, entonces, la posibilidad de resistencia, ya que é1 presupore Ia existencia de libertad, la resistencia es un fenémeno agénico entre libertad y obediencia. “Que no existen relaciones de poder sin resistencias; que éstas son mds reales y més eficaces cuando se forman alli mismo donde se ejercen las relaciones de poder; la resistencia al poder no tiene que venir de fuera para ser real, pero tampoco esté atrapada por ser la compatriota del poder. Existe porque esté alli donde el poder esta: es como él, miltiple e integrable en estrategias globales”.”" Para focalizar las relaciones de poder se puede acudir a las instituciones, que si bien no son los Ginicos dispositivos de la red, es donde el poder se concentra de manera aguda; siendo su carac- teristica la eficiencia en la regulacién social. Una gran familia de formas de institucionalizacién: clinicas, escuelas, ejército, car- cel, la academia cientifica, la familia, han sido analizadas por Foucault para concluir que todas y entre todas se sustenta, repro- duce y comunica una malla de relaciones societales investidas de poder. Para el andlisis foucaultiano de esas relaciones se estable- ce un determinado namero de planos que se deben observar: 1. La diferenciaci6n que permite actuar sobre las acciones de los otros, diferencias que pueden estar fundamentadas en la tradi- cién, la riqueza, el conocimiento, etcétera. La diferenciacién actiia en tales casos como condicién y como resultado, 2. Objetivos que persiguen y definen las acciones de unos sobre otros; ejemplo: mantener privilegios, acumular beneficios, el ejercicio de una determinada funcién, etcétera. 3. Medios por los cuales se ejerce el poder; ejemplo: por las ar- mas, por amenaza, por el saber, por la economia o por sistemas de vigilancia y control. 4, Especificidad de la instituci6n analizada: su historia, estructu- ra, discurso, dependencia dentro del sistema y distribucién real de las relaciones de poder en su seno. “Ibidem, p. 18. ™ Foucault, M.: Microfisica..., p.171 85 5, Grado de racionalidad, es decir, el nivel de elaboracién alean- zado por los instrumentos, su efectividad, su costo econémico 0 politico, sus necesidades de ajustes y cambios de acuerdo con la situacién concreta que se presenta. Las estrategias del poder es otro de los temas que aborda recurrentemente en su obra, asumidas como totalidad de medios, modelo de accién 0 eleccién de la formula ganadora. Las estrate~ gias en tanto mecanismos de las relaciones de poder dependen en gran medida de las resistencias constantes al poder, provistas estas también de estrategias de lucha, o sea, que existen permanente- mente estrategias en confrontacién que de hecho dan sentido a la existencia del poder. “En efecto, entre una relacién de poder y una estrategia de lucha hay una atraccién reciproca, una unién perpetua y un perpetuo revés. En cada momento una relacién de poder puede transformarse en una confrontacién entre adversa- rios. Igualmente la relacién entre adversarios en una sociedad puede, encada momento, dar lugar a la puesta en funcionamiento de mecanismos de poder”. Foucault avanza hacia una nueva econom{a de las relaciones de poder tomando las estrategias de lucha y las resistencias como puntos neurdlgicos que nos ubiean y ayudan acomprender de qué se tratan esas relaciones, sus caracteristicas, sus métodos y aplicacio- nes. Las dicotomias que se expresan en \as diferentes oposiciones que existen en el cuerpo social: “la oposicién del poder del hombre sobre la mujer, la de los padres sobre los nifios, la de la psiquiatria sobre la enfermedad mental, la de la medicina sobre la poblacién, la de la administracién sobre la forma de vivir de la gente”.* Estas luchas tienen en comin que no se limitan a un Estado determinado, su objetivo radica en el efecto del poder en st; son luchas inmediatas; subrayan el derecho a la diferencia; comba- ten el régimen de saber y atacan directamente a las técnicas del poder. Foucault prefiere estas microluchas 0 micropoliticas que buscan transformaciones a nivel molecular fundando un nuevo esquema de politizacién. Para el autor esa teorfa politica esté por inventar, ya que la politica ha estado siempre subyugada al esquema juridico por la derecha o pensada como macropolitica utdpica desde la izquierda “Foucault, “Thidem, p. S. Laverdad.., p.23. 86 “Hoy en dia, la lucha contra las formas de sujeci6n —contra la numisién de la subjetividad— se esta volviendo cada vez mas im- portante, incluso cuando las luchas contra las formas de domina- cién y explotacién no han desaparecido, més bien lo contrario”.* Explica Foucault que el Estado —como forma de poder deter- minante desde el siglo xvi—ha ido combinando su dominaci6n de totalidad con la individual desplegando una tecnologia que va des- de mecanismos de control social hasta el contro! del cuerpo huma- no. El poder pastoral, que tuvo su origen en la institucién eclesidstica, pas6 al Estado como forma especial de poder politico, que atiende nno solo a la comunidad en tanto “rebafio”, sino al individuo como “oveja” que puede y debe ser salvada “en el reino de este mundo”, esto significa garantizar su seguridad y nivel de vida. ‘Asi mismo se multiplicarian las instituciones y todo un ejército de profesiones que en ejercicio policial garantizan Ja disciplina desde el cuerpo social hasta sus dtomos individuales. La disciplina como proceso que ordena toda accién sea individual o colectiva dentro de determinados parametros de normalidad necesita de una tecnologia politica a la vez. que global también individualizadora. ‘Una gran familia de técnicas disciplinarias son puestas en fun- cionamiento para el control de! cuerpo. Se trata tanto de vigilar y controlar conductas como de multiplicar su rendimiento y efi- ciencia econémica. La anatomo-politica reflejada en el ejército, los colegios, hospitales, eteétera, donde se vigila y se atomiza al individuo. “Actualmente ustedes son ubicados en fila, los ojos del profesor pueden individualizar a cada uno, pueden nombrarlos para saber si estén presentes, qué hacen, si divagan, si bostezan, etc. Todo esto, todas estas futilidades, en realidad son futilidades pero son futilidades muy importantes, porque finalmente, al nivel de toda una serie de ejercicios de poder, en esas pequenias técnicas que estos nuevos mecanismos pudieran investir, pudieran operar. Lo que pas6 en el ejército y en los colegios puede ser visto igual- mente en las oficinas a lo largo del siglo xrx. ¥ es lo que llamaré tecnologia individualizante de poder, y es tecnologia que enfoca a los individuos hasta en sus cuerpos, en sus comportamientos; se trata a grosso modo, de unaespecie de anatomo-politica, una poli- tica que hace blanco en los individuos hasta atomizarlos”.* *"Tbfdem,p.7. *sFoucault, M.: Las redes... pp. 60-61. 87 __ Asi surge también la biopolitica, que hace su blanco no en el individuo especifico, sino en la masa, en la poblacién, Técnicas como la estadistica, la arquitectura, los controles de migracién natalidad, productividad y eficiencia, permiten administrar bie” nes societales e individuos, a la vez que se vigila el comporta- miento a nivel macrosocial. En ese sentido —afirma—el sexo se tornaré, entre otros, un instrumento importante de normaliza. cién y disciplinarizacién del cuerpo social, funcionando como bisagra entre la anatomo-politica y la biopolitica. “Ahora existen cuerpos y poblaciones. El poder se hace ma- terialista. Deja de ser esencialmente juridico. Ahora debe li. diar con esas cosas reales que son el cuerpo, la vida. La vida entra en el dominio del poder, mutacién capital, una de las mas importantes sin duda, en la historia, y, es evidente, que se pue- de percibir cémo el sexo se vuelve a partir de ese momento, el siglo xvm, una pieza absolutamente capital, porque en el fondo, el sexo esté exactamente ubicado en el lugar de la articulacién entre las disciplinas individuales del cuerpo y las regulaciones de la poblacién”.» El aparato estatal moderno asumi6 comportamientos pastorales como forma de dominaci6n que se sirve de todo un mecanismo de saber sujetante que inserta en el individuo la necesidad de confe- sar sus pecados para ser purificado, creéndose una conveniente relaci6n entre el cuerpo y la ley, entre el cuerpo y los mecanis. mos de control y vigilancia socal, sf el poder puede ser visto ojo central circulante, que vigila, sigue y persigue des- de adentro y desde afuera al individuo, el poder pandptico. El Estado panéptico capaz de observar desde arriba sin ser obser- vado, capaz de controlar y ejercer el poder disciplinario sobre el todo social, llegando hasta sus propios atomos, hasta el cuerpo individual que siente sobre él las sanciones normalizadoras de la moral y el control permanente de las instituciones punitivas. “A través del panoptismo apunto a un conjunto de mecanismos que operan en el interior de todas las redes de procedimientos de los que se sirve el poder. El panoptismo ha sido una invencion tecnolégica en el orden del poder, como la maquina de vapor en el orden de la produccién”.” *Ibidem, pp. 62-63. * Foucault, M.: Microffsica... p. 118, 88 De esta manera Foucault teje su red, donde localiza efectos y funcionamientos de las relaciones sociales atravesadas por vectores de fuerza y luchas del y por el poder. Mecanismos de sujecién y control ramificados en la sociedad a través de la sexua- lidad y el despliegue de una amplia tecnologia reguladora de la conducta humana que termina con la “creacién” de la subjetivi- dad desde el poder; al punto de que nuestras acciones respondan primero a los fines del poder antes que al propio sujeto. Quizds advertido de algunas debilidades de sus formulaciones més generales sobre el poder, Foucault insistié en que sus objeti- vos no estaban en la linea de andlisis y fundamento del poder, sino en la historia de los diferentes discursos que desde el poder hacen del ser humano un sujeto o el problema de la formacién de ciertos determinados dominios del saber a partir de relaciones de fuerza y relaciones politicas en la sociedad. “Mi propésito es demostrar en estas conferencias cémo, de hecho, las condiciones politicas y econémicas de existencia no son un velo o un obstaculo para el sujeto de conocimiento sino aquello a través de lo cual se forman los sujetos de conocimiento y, en consecuencia, las relaciones de verdad. Slo puede haber ciertos tipos de sujetos de conocimiento, érdenes de verdad, do- minios de saber, a partir de condiciones politicas, que son como el suelo en que se forma el sujeto, los dominios de saber y las relaciones con la verdad”.* Ast en La verdad y las formas jurfdicas —por ejemplo— el au- tor pone énfasis en ias practicas judiciales que, apoyadas en los saberes normativos de la justicia, 1a moral y la ética, despliegan un sistema de relaciones que identifica y separa los sujetos que son aceptados por el poder de los que se consideran inadaptados o asociales. De hecho Foucault ha logrado desentrafiar el entra- mado que produce y reproduce los discursos de poder que confor- man nuestra subjetividad a partir de la capacidad de estos de regular nuestras relaciones con la verdad. Importancia capital adquiere esta tesis cuando su autor nos propone no mirar estos fenémenos como fildsofos, sino como mi- litantes politicos, comprender que la lucha revolucionaria con- siste, ante todo, en lograr desarticular los discursos del derecho burgués constitutivo, en dltima instancia, de los mecanismos mas generales del poder en la red social. Foucault, M:La verdad... p.59. 89

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