Professional Documents
Culture Documents
Asunto No Contencioso de Competencia Notarial
Asunto No Contencioso de Competencia Notarial
INDICE
I. Introducción ………………………………………………………………1
2. Modalidades……………………………………………………………19
3. Requisitos……………………………………………………………....20
4. Oposición……………………………………………………………….21
V. Bibliografía…………………………………………………………………...21
I. Introducción
1. Concepto:
2. Requisitos:
a) Continua
2
b) Pacífica
c) Pública
El poseedor no debe temer que su posesión sea conocida, debe de actuar con la
naturalidad que le daría tener un derecho legítimo. No adquirirá quien subrepticiamente
se introduce en un inmueble y permanece oculto en una habitación del mismo con la
intención de que el propietario no lo descubra. (Bullard Gonzáles, 1987, p. 77). La
posesión pública involucra que el ejercicio de alguno de los atributos del derecho de
propiedad (uso y disfrute) puedan ser advertidos por las personas que moren cerca al
inmueble o pasen por sus alrededores.
d) Como propietario
B. Competencia territorial
C. Solicitud y recaudos
La solicitud deberá contener todos los requisitos legales exigidos por el artículo 40
del reglamento, y que a continuación analizamos someramente:
5
d. Descripción del bien con la mayor exactitud posible, para lo cual se acompañará
planos de ubicación y perimétricos, así como la descripción de las edificaciones y las
hubiese, suscrito por ingeniero o arquitecto colegiado. Según el artículo 5.3 de la
directiva número 13-2003-SUNARP/SN, Luego confirmada por los reglamentos
registrales de 2008 y 2013, el plano que se Presenta al registro es de ubicación y
localización del predio, y no es necesario que los planos sean visados por la autoridad
municipal, ya que en el ámbito de la ley de regularización de edificaciones, la
comprobación del terreno y de las construcciones que sobre él se hayan levantado
corresponden exclusivamente al verificador.
f. Copia literal de los asientos del registro público con una antigüedad no menor de
10 años.
D. Anotación preventiva
La jurisprudencia del tribunal registral ha señalado, sin mayor justificación, que los
planos no sean necesarios cuando la solicitud de prescripción comprende todo el predio
inscrito, sin desmembración, empero, ello olvida que los planos son una prueba de
posesión, pues el ingeniero ha debido levantarlos en el terreno.
Una vez presentada la solicitud autorizada por letrado (art. 14° Ley N° 26662, art.
39° Reglamento), y acompañada por los documentos antes mencionados, el notario
emplazará al titular registral, a las personas de las que derive el derecho sobre el predio,
7
así como a los propietarios u ocupantes de los predios colindantes, y a toda otra persona
que el interesado indique en su solicitud (art 400 Reglamento; art. 5°-d Ley N° 27333).
Según la modificatoria introducida por el Decreto Supremo 001-2009-VIVIENDA, el
notario deberá notificar a la Superintendencia Nacional de Bienes Estatales, o a los
Gobiernos Regionales con competencia para administrar bienes estatales, pues existe el
principio por el cual todos los bienes sin dueño corresponden a la Nación (doctrina del
dominio eminente); sin embargo, el principio se ha entendido extensivamente, en cuanto
este opera en los bienes vacantes y no en los bienes no-inscritos, salvo que se pretenda
entender que estos últimos pertenecen necesariamente a la Nación, lo que es exagerado.
Sin embargo, la medida tal vez se justifica desde una perspectiva práctica, pues resulta
conocido el alto número de procedimientos de título supletorio que se han tramitado al
amparo de esta ley, con el grave resultado de afectar el dominio público.
El oficio del notario debería seguir las formalidades propias del Derecho Notarial,
conforme la normativa de las cartas notariales, aplicable en forma analógica, aunque no
exista el registro cronológico para este efecto, sin embargo, sería conveniente imponer
esta seguridad adicional, que dotaría de fecha cierta incontrastable a la diligencia (art.1
de la Ley N° 27333, en el cual se establece que el procedimiento se regula por las Leyes
N° 27157 y 27333 y subsidiariamente por las Leyes de Competencia Notarial de
Asuntos No Contenciosos y del Notariado, eliminándose la remisión al Código Procesal
Civil). Sin embargo, el Decreto Supremo 001-2009-VIVIENDA ha repetido
textualmente el último párrafo del art. 40 del reglamento, por el cual se remite la
regulación de las notificaciones al Código Procesal Civil; olvidando que ese párrafo se
encontraba derogado por efecto del art. 1 de la Ley N° 27333, que hace la remisión a la
legislación notarial, y no al citado código. En tal sentido, debe considerarse que se trata
de una simple errata de técnica legislativa, en cuanto ha reproducido el texto formal de
una norma, pero no el texto vigente. Por tanto, la notificación y circunstancias del
diligenciamiento se rigen por la legislación notarial, y no por la procesal.
Por último, se exige que el notario fije carteles en los lugares más visibles de la
edificación cuyo saneamiento se Solicita (art. 5, inciso d, Ley N° 27333). Esta garantía
adicional de notificación por carteles no está prevista en el proceso judicial sobre la
misma materia, pero tal vez se justifique por la característica sumaria del trámite
notarial. Sin embargo, su efectividad es muy discutible.
F. Acta presencial
Luego del emplazamiento personal o por edictos, según fuese el caso, y de las
notificaciones genéricas por publicación, el notario deberá constituirse en el inmueble
objeto del saneamiento, extendiendo un acta de presencia en la que hará constar la
descripción y características del inmueble, la posesión pacífica y pública ejercida por el
solicitante, y tomará la manifestación de los ocupantes de los predios colindantes (art.
41° reglamento, art. 5 inciso e Ley N° 27333). En virtud de lo dispuesto por esta Ley,
no se necesita que la declaración de testigos se tome durante la facción del acta de
presencia, pues basta la manifestación escrita que hagan los testigos en la solicitud.
9
G. Oposición
El artículo 41.2 del reglamento establecía que el notario solo puede declarar la
prescripción adquisitiva, una vez transcurrido el término de 30 días contados desde la
última publicación. Actualmente, el plazo es de veinticinco las útiles en virtud del art. 5,
inciso e, de la Ley N° 27333, cuyo carácter de norma posterior y de mayor jerarquía
implica que ha derogado a la anterior.
aun después del vencimiento del plazo, siempre que el notario no hubiese realizado la
respectiva declaración: "Hasta el momento de emitirse el acta notarial que ponga fin al
procedimiento, cualquier persona podrá formular oposición (…)”.
El procedimiento notarial, tal como están planteadas las cosas, no debe durar más
de dos meses contados desde la presentación de la solicitud.
delito contra la fe pública, pero sí podrá ser objeto de responsabilidad civil si es que
actuó con culpa.
Esa misma situación es la que ocurre con los juicios que realicen los magistrados al
momento de dictar sentencias, pues en estos casos nunca hay delito contra la fe pública
(por no existir comprobación de un hecho a través de los sentidos), pero si puede haber
prevaricación, que no se aplica a los notarios.
Si bien existe un Precedente del Pleno del Tribunal Registral, en el cual se establece
que el titular registral deberá ser emplazado, sin embargo, ello solo permitía verificar
que tal hecho ocurra en la solicitud; ahora, por el contrario, es necesaria la certificación
del notario respecto al emplazamiento realizado conforme a ley de todos los legitimados
pasivos.
Los medios de prueba vienen a ser los instrumentos utilizados por las partes para
trasladar los hechos a la presencia del órgano de decisión, sea juez o notario. Si tenemos
en cuenta que los elementos de la usucapión son tres: la posesión cualificada, el tiempo
requerido y la inactividad del propietario; entonces, la prueba aportada por el actor
deberá versar sobre estos. Si bien en el proceso judicial, buscará cualquiera de ellos, con
el fin de desvirtuar la pretensión; en el procedimiento notarial basta que el emplazado se
oponga.
A. Prueba de la Posesión
Los medios típicos que sirven para acreditar la posesión son las siguientes: las
declaraciones juradas y recibos de pago del impuesto predial o arbitrios municipales, los
contratos que se refieran al inmueble o que lo señalen como domicilio, los recibos de
pago por la asesoría técnica o de la adquisición de materiales de construcción , las
licencias o autorizaciones tramitadas ante la autoridad municipal o administrativa, las
constancias de posesión emitidas por organizaciones oficiales o representativas de los
pobladores, los recibos de arrendamiento girados por el solicitante en calidad de
arrendador, las declaraciones testimoniales de vecinos o colindantes o los
procedimientos administrativos o judiciales que haya perseguido el poseedor y en los
que la controversia gire sobre la ocupación del bien, o por los menos se indique el
domicilio fehaciente del actor; certificados domiciliarios o inspecciones judiciales
14
tramitadas como prueba anticipada o que hayan sido levantadas dentro de cualquier tipo
de proceso, constataciones notariales, entre otros.
Nótese que muchas de las pruebas enumeradas son de carácter indirecto, es decir,
no están enfiladas a acreditar en forma inmediata el hecho controvertido, pues en
realidad probar un hecho determinado, del cual recién se tiene el punto de partida para
inferir la posesión. Por ejemplo, el pago de los servicios públicos, solo constatan que el
sujeto es deudor de una relación jurídica de consumo y, de forma indirecta lleva a inferir
que dicha persona posee el bien, la misma situación se presenta con la licencia de obra,
la cual acredita la petición para levantar una edificación.
En tal sentido, hay que tener cuidado con “constancias municipales de posesión”,
en tanto que constituyen una prueba débil del hecho posesorio, pues se trata de una
declaración que en donde no se indican las circunstancias de la inspección ocular que
necesariamente debió realizarse, la fecha, los testigos.
La posesión pública implica que esta se ejerce de modo visible, y no oculta; de tal
forma que se pueda revelar exteriormente la intención de sujetar la cosa. La publicidad
no está en relación al número de testigos que puedan presenciar la posesión, sino por la
facilidad con la que cada uno de ellos pueda conocerlo.
Las pruebas de posesión pública persiguen arribar a la convicción que el control del
bien se realiza ante la presencia de vecinos, colindantes y de cualquier sujeto; lo que
implica naturalidad y frecuencia de los actos posesorios.
Es lógico que el legislador habilite la usucapión solo a favor del poseedor pacífico,
esto es, del poseedor sin vicio de violencia.
Los actos tales como la puesta en mora, las tratativas de negociación, las cartas de
requerimiento e incluso la interposición de una acción reivindicatoria no tienen relación
con el carácter de la pacificidad. La reivindicatoria, o cualquier otra acción de tutela de
16
1. Base legal
2. Requisitos:
a. Solicitud firmada por el interesado y los testigos propuestos, autorizada
por abogado.
b. Copia literal de la partida registral del vehículo o certificación de no
encontrarse inscrito en el Registro de Propiedad Vehicular.
c. Declaración testimonial de no menos de tres ni más de seis testigos
mayores de veinticinco años.
d. Certificación expedida por la Dirección de Investigación de Robo de
Vehículos (DIROVE) de la Policía Nacional del Perú en la que conste que el
vehículo no tiene afectaciones por robo.
e. Evidencia de la posesión del vehículo.
3. Posesión
La posesión debe de ser: i. Continua, ii. Pacífica y iii. Pública. Por un plazo de 4
años.
4. Procedimiento:
a. La solicitud se tramitará como asunto no contencioso de competencia
notarial y se regirá por lo establecido en las disposiciones generales de la Ley Nº
26662 y por la presente Ley.
18
Lo rectificación del área podrá ser solicitado por el interesado ante el abogado
Notario competente, vale decir, de lo provincia donde se encuentra ubicado el inmueble
(Art.5° Ley 27333).
19
1. Base Legal
2. Modalidades
3. Requisitos
4. Oposición
V. Bibliografía
Gonzales Barrón, G. (2011), Derecho Urbanístico, (6ª ed.). Lima: Jurista Editores.
Gonzales Barrón, G. (2015), Derecho Registral y Notarial. (Vol. VI). Lima: Legales
Editores.