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RACION 9. TRES cpiTerios DE vALO! ducta, particularmente de las nor, as interesantes, de gran actualida, echo (sobre todo después de x,’ ara la filosofia contemporane,, . as de con' Elestudio de las norm problem aren senta muchos juridicas, pre rearll general del der no solo para 1 i ' “sn para la logica ¥ P sen) sino también P minaremos algunos de estos problemas. En Io que sigue eXxal Ami juicio, si se quiere establecer una teoria de la norma juridic, sobre bases sOlidas, lo primero que hay que tener bien claro es si tod, tres distintas valoraciones, y Por el imperativo es obligatorig ° nes con qu dan agar a Obie determinar el comportamiento de los demi, de influir en el comportamien muds mnissuBveS.S menos vinculantes tipos que tienen particular ‘rele af a See euadeirderccte: ie consejos y las peticio, relevancia en el mundo del derecho: los mes. oor ee ae por'lo -generalsen ai ncion entre mandatos y consejos sé ha dejado ) Be ilencio (solo se encuentran algunas referencias en la Juristische Grundlehre de F. Somio, pags. 179 y ss.), la disputa es antigua: los tedlogos conocen la diferencia entre los consejos y evangéli- Cos, que son aquellas maximas de Cristo, cuyo contenido no es obligato- rio, sino pura y simplemente recomendaciones para alcanzar la mas alta perfecci6n espiritual, y los preceptos o mandamientos, cuyo conte- nido, por el contrario, es obligatorio. Basandose en esta distincién no hubo tratadista antiguo del derecho natural que no tocara la cuestién que no haya discutido Ia validez y los criterios de la misma; asi, en una larguisima nota a Grocio, que habia adi ido Ia distincién, +l traductor y comentador JEAN BARBEYRAC afirma que ella no es soste- ible y que, por consiguiente, no se pude hablar de consejos morales, encuentran aquellas maximas que se denominan conse- orque donde se aql jos, como, por ejemplo, la maxima de no volverse a casar o de permanc- o se indica una accion indiferente (y entonces no és ni cer célibes, ~— eo ; m mandato ni consejo) o bien, se indica una acci6n obligatoria en determi- nadas circunstancias y para ciertas personas (y entonces es un mandato). BARBEYRAC sostiene que la distincién es perjudicial porque los hombres de la virtud (véase De iure belli ac pacis, traduccion de BARBEYRAC, L 2,9, a 19). ; Hay que observar también que la distincién entre mandatos y con- 5 puede servir para distinguir el derecho de la moral asi como han ‘stinciones entre normas auténomas y heteronomas, y entre éricas ¢ hipotéticas. Deberia decirse entonces que solo Ademas, puede desviar a sejo: : servido las di * pormas categ' Escaneado con CamScanner LAS PROPOSICIONES PRESCRIPTIVAS 61 aa j aconsejar, a dar recomendacio a, solo al responsable) d le Seguirlas n de este género, es a THOMAS Hones, queen rid nen n capitulo entero (el vigesimoqui u Lev stinciones con los mandatos (en la edicion italia de ae y asus © 9s. 202- 209). Los argumentos que Hones aduce ade vol. IP ndato del consejo son sustancialmente cinc para distin- 1 Respectoal suj 0_ activo: quien ordena tiene una autoridad el derecho par mandar, quien aconseja no puede arrogarse otros diremos, mas exactamente, el poder) para hacerlo. 2) Respect al contenido: los mandatos se imponen por la voluntad de quien Jos da (0 sea, derivan su fuerza vinculante del hecho de ser expresion de una voluntad superior); los consejos logran determinar la accion de los demas en razon de su contenido (0 sea, si son mas 0 menos razonables); lo que quiere decir que el mandato se caracteriza por el principio ‘stat pro ratione voluntas, y el consejo por el principio opuesto (los mandatos, en cuanto s¢ confian al pretigio de una voluntad superior, se pueden ir a cualquiera, los consejos solo a las personas razonables). 3) Respe la persona del destinatario: en el mandato el destina- tario esta obliga lo a seguirlo, en tanto que en el consejo no lo esta, o sea, es libre de seguirlo o no seguirlo; en otras palabras, se dice que el comportamiento previsto por el mandato es obligatorio y el previsto por el consejo es facultativo. 4) Respecto al fin: el mandato se imparte en interés de quien man- da; el consejo sé da én interés del aconsejado. Respecto a la consecuencia: si de la ejecucion de un mandato se deriva un mal, la responsabilidad es de quien manda; si ese mismo mal se deriva por haber seguido un consejo, la responsabilidad no es del consejero sino solo del aconsejado; esta distincion sirve de contrape- 80, por asi decirlo, a la precedente, porque si es cierto que quien ordena realiza mediante el mandato, su propio interés, de ellos de desprende que no puede descargar sobre el otro la responsabilidad de su propia Tuina, mientras de la gratitud propia del consejo se deriva también laimposibilidad por parte del aconsejado de imputar Ja responsabilidad de la propia desgracia al consejero. No creemos que todos estos caracteres diferenc! Por Hopes, tengan importancia. En particular, no creemos que sea importante el referente al sujeto activo, pues en el campo del derecho, Por ejemplo, también para dar consejos (el denominado “poder consul- tivo”) se necesita tener autoridad (0 sea, el derecho, © menor, el poder) ue 4 derecho (NOS iales enumerados Escaneado con CamScanner oY v2 TEORIA DE LA NORMA JURIDICA para hacerlo; se trata de dos autoridades de diferente tipo, y Probab, aN ‘ty ede excluir que también ¢| Pod, mente de diverso peso, pero no se pu * idad. T, ley de aconsejar debe estar investido de una particular autoridad, AMpo,,, elcvarto argumento, relativo al fin, me parece aceptables PUES Si bigs 8 cierto que el consejo se da en interés del aconscjat oe vane Elly decir gue el mandato sca impartido solo en ialeree leq wn Ordena, dado gue seria en verdad ingenuo creer que las sides Se dictan so), "en interés publica, como seria también demasiado — Creer guy, S dician solo en interés de quien tiene el sumo poder. Las ocras tres argumentos son mejores: teniendo en cuenta el conte, nida, ex verdad que una ley se obedece generalmente solo porque «, ‘ey, indenendientemente de toda consideracion sobre su contenido (ap, fes bien con la conviecién de que ordena cosas irracionales), Mientray gue al seguir el consejo, comoquiera que la ejecucion ¢s libre, cuenta, no ianto la autoridad del consejero (en el caso del consejero ciertament. mas Que una autoridad se habla de ‘‘competencia’”’) como el estar con. vencido de que lo aconsejado es razonable, 0 sea, que es conforme cs fines gue nos proponemos alcanzar. Ep cuanto al comportamiento Rersona del destinatario, aqui r\ la diferencia it Cadle- ments Tas importante y que por si sola bastaria para dist guir el mandaro del consejo (aun cuando noes suficiente para distinguir el con- scio de la peticion): mientras estoy obligado a cumplir un mandato, tos facultado para seguir o no seguir un consejo. Lo“que significa Ty no cumplo un mandato, quien lo ha impartido no se desinteresa de lz consecuencias que se deriven; Pero si yo no sigo un consejo, 2! con: ‘© se desinteresa de sus consecuencias (“Si no quieres lo que vO te digo ianto pero para ti’: quien habla de este modo es una persona Que no esta investida de poder mandar, sino un consejero). Por ultimo, el quinto argumento Teferente a las conseciiéricias, tambien puede ser acogido aunque con cautela. Es cierto que el mandato pretends mas del individuo al cual se dirige, pero lo compensa eximién- Golo de lz responsabilidad del acto cumplido (existe en todos los ordena- mientos juridicos un articulo como el 51 de nuestro Cédigo Penal* pio deber o por orden de una autoridad superior), Mient: gue nadie puede substraerse a las consecuencias de las Propias acgj Tas aduciendo como pretexto haber seguido un consejo. Ninguna auto Tones gue impone Srdenes y, por consiguiente, comportamientos obligato’ : ctor: Cédi | italiano. Este principi ~ Note de! raductor: Cédigo Penal Principio std con : 26 del Cadigo Penal colombiano. S88rado'en Escaneado con CamScanner

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