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POSLACANIANOS PAIDOS RICARDO IACUB Capitulo 1 La identidad social en el envejecimiento y la vejez EL RECORRIDO SOBRE LOS TERMINOS Los significados del envejecimiento y la vejez no resul- tan cuestiones menores a la hora de tratar su psicologia. Cada uno de los modos de narrarlos supone concepciones diversas, contradictorias entre si, dindmicas en el tiempo, con sentidos variables, positivos o negativos, o aun mds, son €spacios en construccién. Por ello, Green (1993: 49-50) Sefiala que “desde un punto de vista retérico, los términos son lugares del discurso, a los que divide entre espacios de memoria y espacios de descubrimiento. Los primeros guar- dan y recuperan narrativas y argumentos conocidos. Los Segundos son espacios donde surge la incertidumbre, la ambivalencia y la contradiccién, por lo que resulta ae tio apelar a la conjetura, a la invencién o a la ee fl Por esta razén, la emergencia de problemas en la cot : - cacién cultural de un término permite volver a pensar las (0BVTIOADY ENVEEOMIENTO desde as que partimos, ¢s decir, reconsiderar jy tqpases de lo dado, de lo prevsto, para dar cuenta de eye ‘cuadro de realidad, desde lo que es y desde lo que lege. Pe dcodifcaciones resulta fundamentales para poder salir de los espacios de significados dominantes y abordar los significados emergentes, particularmente cuando habla- mos de temas 0 grupos humanos que resultan “aminorados sociaimente” (Moscovici, 1976). 7 Por ser suctos del lengua, resulta indispensable discer- tir de qué modes se habla desde el otro, desde la cultura, 172 que los sigificados socialmente establecidos inciden en la constracsén de las identidades, en tanto esos cdi fancionan como descriptores que modelan a los a re de Sat lt espacios de contradiccién y quie- Seat rents pole cuestonar dicho si sscninc conorwedan reconsiderar las identidades Gebrtam y Holstein . pes cco de cde aes insideran que las mersfors Ruestra comprensién de lo cambio de vida cotidien ne Co Constructor y agente en la medida ce TeaSoRet prone en vet se rod Como tng wruCcionismo social d y Holetein, 206 met Teal piensa ucea 1 donde ls imeracia® (Cube sociedades pro” 'Y las, ‘wan, en la medida en que bo UA DETIOND SOCAL ENE BoRCHETOY LAVEE? 38 no puede ser pensada sin la de algui. ; contradicciones y de discursos marginales. de sus “Toda lectura se encuentra ok it i sesgada por variantes gia, propis de cada Goce y lpr Fouad que la posibilidad de hacerse preg. consideraba nba hhechos, las formas de la racionalidad y el poner las cosas en palabras estén gobernados por cédigos de : genstein denomina la gramética de! dis ‘un periodo de pensamiento (Green, 1993). ‘que penetra __ Es por ello que la nociém de “campo de os implica una particular co nite que ieiyinoiea tra a experiencia (Klein, 1990), lo cul dezermine gue ls Preguntas que se piensen o formulen se encuentren limi- tadas al material, a los mézodos y a los concepeos que se utilizan previamente; 0, como seSala Katz (1996: 2), “son superficies retéricas que obscurecen érdenes politicos y jerérquicos més profundos”. Por esta razéa, resulta neve So considerar el sentido ideokigio del conocinicntnpro- cin Srrontologia erica enfrens ln perspec wot de la gerontologia (Moody, 1988a; 1988b; 1993), Y recupera la tradiciGn de la teoria critica de la Escuela de Frankfurt (Adorno y Horkheimer, 1+; Habermas, 1981, 1984), Jos abordajes de la economia politica marxista y del posestructuralismo, asi como también hoy incluyen la onomia politica del envejecimiento, las teorias feminis- ts, las teorias de la diversidad y la gerontologia bumanista (Minkler y Estes, 1991, 1999; Phillipson y Walker. 1987). Entre sus principales objetivos se encuentran: [a inter- Pretacién del significado de la experiencia de justicia, tanto en la distribucion ecom humana, los cri- \émica como IDENTIDADY ENVEIECIMIENTO. “ invergeneracional, y un enfoque comtin en Ia critica a) ceso del poder (Baars, 1991). Moosly (1988b) sostiene que la gerontologia criticn dp, berfa promover teorfas del envejecimiento que contengy, reglas autorreflexivas para su construccién, interpretacign y aplicacién, Dichas reglas promueven Ia revision de in métodos de investigacién, los presupuestos y las conely, siones, donde se admitu la ambigiledad y la posibilidad de interpretaciones diversas. Por otro lado, dlestaen algunas metas de la gerontologia critica: teorizar las dimensio- nes subjetiva ¢ interpretativa del envejecimiento, enfocar no solo el avance técnico, sino Ia praxis, definida como la accién de implicarse en el cambio prictico, y producit un “conocimiento emancipatorio” (Moody, 1988b, 1993), Por su parte, Gubrium (1993) propone que el interés Principal de la gerontologia esté en el significado personal, {ono estandardizado, lo que emerge de Ia vida cotidiana, El foco se encuentra en la experiencia vivida y el significado ‘tribuido, teniendo en cuenta tanto la vox. como el context Politico, econdmico y social, a nocién de Post-gerontologia (Incub, 2002) plantea el tw, cada cultura y momento histérico product hile, a partir de las que se promueve desenvolvimento dle low inlividuos c0 in {}Propia gerontologta es revit nde . oe ler que wostiene o transforma 108 4) he net ¥ de los dispositives etarios craton In yerontologia evi ‘istente, sino crear mode Wejocin Ae devtaquen lay fuerza ¥ 0, Pro. controles sobre ¢l relaciéon a dicho oy como un mecanis a el recoil 1m punt devin cae de rman pene “nla medida en que wale deale LAIDENTOAD SOCAL V8 ECMO ave y espacio podemos pensar lo que el envejece, A lo que pueden ser. ecer y la vejez son y Elenvejecimiento Las definiciones de envejecimiento suelen apuntar a su biologta, reduciendo y generalizando este campo a otros, A su vex, suelen tener un claro tinte ideolégico en tanto plantean un esquema evolutivo-involutivo que lleva a con. cebir el envejecer como un proceso que se sintetiza en el deterioro progresivo, Por esta razdn, me inclino a destacar dos definiciones que describen de una manera general este proceso. La primera definicién considera al envejecimiento como “el resultado de una acumulacién de cambios diversos que se producen en el organismo y en el funcionamiento del cuerpo humano” (Ribera Casado, 1995), Una segunda perspectiva amplia esta definicién: “Ks considerado en principio una accidn y un efecto en el que algo o alguien toma las formas de la vejee” (Arags, 1980). Este proceso supone que ef sujeto, a lo largo de su vida, toma las caracterfsticas ayociadas a la vejez. Estas resultan variables y se relacionan con la diversidad cultural, hint ©, generacional y subjetiva, razén poor la cual los signos del Broveso de envejecimiento, previos a a ead de meio dle la vejez, podrin ser signitieados de maneras tan aie Como las clasificaciones existentes sobre la vejets inchiyen= lo tanto ef deterioro o ta involucidin como la musturacion y "a sabiduria, A su vey 1 low diversas proce social pueden tener es importante diferencia *08 de enyejecimiento bioligicn, prio 40M produciéndose en un mismo individ {OENTIOADY ENVEECMIENTO » iferenciales. Ninguno de ¢ ree presenta rasgos diferenci de estos procesos es Tineal y iales en cada persona, Laveez Se define de un modo instrumental como una signific, cién, que produce un corte en lo social y que determina una reti o razén de medida en la nocién de edad. La misma ha sido distinguida en la mayor parte de los pueblos, aunque to es un universal, ya que no resulta aplicable a toda orge- nizacién humana. En tanto significacién, le es proferida al ‘tramo final de la vida, entendido desde un punto de vista normativo, o lo que implique el final del término labora, © de reproduccién, et, y conlleva una serie de procesos biologicos y psicolégicos propios. Esta etapa, al ser signi- fScada por cada cultura, toma caracteristicas particulares a dicho grupo humano que promueven espacios sociales con variantes muy disimiles. El término “vejez” es definido como la cualidad de ser viejo o también es aplicable a las personas que han vivido més Gempo que las demés, es decir que surge desde una compari con el interior de una comunidad 0 de u? Al inicio del i La sje, Simone de Beauvoir expres lve remarcan el peso cultural del concep*? Hiei raseatencial del mismo, como referencia nels m de a relacién del sujeto con el tiemP? cn tone humanas, tiene una dimensio® Por lo tanto con su nea '6n del individuo con el tiem? a No vive jamfe ot PPPia historia, Por otra pare en estado de naturaleza; en st WWIDENTOAD SOCIAL EVEL ENVEECMEN OY Lege » como en cualquier edad, su condicén le ei sociedad ala que pertenece (Beauvoir, 1970: 19) PO Pero sila vejez, como destino biolgico, ex une aldad historia, no es menos cierto que ese destino es vide ie manera variable segin el context soil (Bean 170 Las nominaciones expresan los diversos modos en que esta noci6n es conceptualizada alo largo del tiempo y en las miltiples culturas. La palabra “viejo” resulta en nuestra comunidad lingiis- tica la més interiorizada socialmente, aun cuando produce un alto nivel de rechazo. Otras palabras, como “anciano”, “geronte”, “tercera edad” o actualmente “adulto mayor”, hacen referencia a la idea de viejo. Cada una refleja una historia de la lengua cargada de significaciones propias y dindmicas. Dabove Caramuto (2002) realiza un recorrido sobre algunos de los términos que permiten conocer los desliza- mientos y significados que obruvieron en el idioma espafol. La palabra “viejo” comienza a registrarse en textos alre- dedor del afio 1068. Proviene de! latin verulus, que signi- fica “de cierta edad, algo viejo o viejecito” (Corominas y Pascual, 1980), que en el latin vulgar se denominé vetw. El término “vejez” comienza a usarse hacia fines del siglo XILL y el verbo “envejecer”, asi como “envejecido” 0 “enve- Jecimiento”, en el siglo XV. Los derivados burlones “vejes- ‘orio” y “vejete” aparecen en el siglo XVI. 7 Entre los cultismos del clisico verus encontramos tr 7iR0S que encierran signiticados despectivos: “Vetus? terinario”, del siglo XIX. El término “veterinaro » ¢© latin veterinarius, derivado de veternae, significa “bestia ie GuE* animal viejo, impropio para mont ave EES 441 veterinario que los dems" (Corominasy Pascua . [DeNTDADY ENVERECIMIENTO Vinculado a este término se encuentra “vejar”, ¢ XV, del ain vexar, que significa “sacudir violent ‘naltratar”,y de alli el término “vejamen”, con la mion lngisca que “vejatorio”, “vejestorio”, “vejete™ y 4 mente “vejez” (Corominas y Pascual, 1980). La palabra “anciano”, en nuestra lengua, provien aniguo proverbio romance anci o “antes” y data de® mera mitad del siglo XIII. Este vocablo destaca la rey, del sjeto con el tiempo y, en cierta medida, con su gus sil, ya que es aquel que estuvo antes, dndole unser de valor relativo a lo que el antes signifies. El valor dl antiguo rej, a diferencia de lo viejo, lo que el temp crigcs. Quins por esta razén fue asociado en ms rejaen we Gas de Tespeto a los mayores ques | deena ee smino fuera elegido para ls traduccion | i teflejar la carga positiva de significe | 1egcimebl hebreo le confi. ln rn, SHO, de finals del siglo XI, proview al! Bajo ee We significa “més viejo” y que, durante? | no, fue utilizado para denominar # Y fing Bs Imperio Roma fem repels, significa “propi Femontan Teed Propio de la vejez” y sus origenss ® sails derivado a? siglo XVI, Su eximotogt ue aparece en ne” © (el latin) senectus, ut, paleh™ 4 emparennt™ngua en textos de 1438. Este sat ¢l Senado Romano, ya 1 60 apy 08 senexo seniles, es decis a Ser parte de Momento en el cual un sh ; mae institucién, y que impli Mic 7 \ re RB, a ar vel de la vida polite xe alr Seni “ 7 lecturas médicas ‘le enveie™ no que de Sildad) se convierte en SH enfermedades de 8 LAIDENTIDAD SOCIAL EN EL ENVEIECIMENTOY LAVEEZ a Actualmente existen una serie de términos que aluden a esta franja etaria, hoy descripta desde los 60 en adelan- te, para los paises en vias de desarrollo y desde los 65 en adelante para los desarrollados.! Entre los més utilizados, se encuentran “tercera edad”, “adultos mayores”, “personas de edad” o “jubilados”. El término “tercera edad” refleja una historia més cer- cana asociada a las politicas sociales para los mayores en el siglo XX y a la jubilacién. Surge en los afios sesenta, al poco tiempo de la instauracién de la jubilacién universal en Francia, lo cual significé un cambio muy profundo en el rol social de este grupo etario, ya que instaura una condicién singular, porque sus ingresos devienen de condiciones dis- tintas de las del resto de la poblacién. Los jubilados reciben el dinero que se supone depositaron durante su vida laboral “activa”, convirtiéndolos asi en “pasivos” en relacién con dichos términos. La jubilaci6n tendré otras consecuencias que forjardn ciertos estilos de vida, Por un lado, el elemento que los caracterizaré sera la disposicin de tiempo libre, Ia carencia de roles sociales especificos, y una disponibilidad econémica que les permite un mayor nivel de autonomia. Estos factores incidiran en conformar a los adultos mayores Gubilados) como un colectivo cada vez més uniforme Este término, entonces, nace conjuntamente con la ins- tauracién de una serie de actividades socio-recreativa’ 7 pedagégicas. FE nombre pone un mimero a una crap! vital, modifieando la nocién de una vejer pensada como tern no de la vida, al tiempo que sugiere la construccion de un rvccin socal del envejeci : jez tendran que ver con 1. Esta diferenciacién habla de la © sd lave ‘miento, ya que las caracteristicas proPis Ta calidad de vida que cada sujeto aya enide IDENTIDADY ENVEIECIMIENTO. a aver estilo de vida. As se apela a romper con lida gg retiro, convocando a una tercera etapa para Tecomenzy, actividades, que a su ver se volver especfias para a poblacidn, como los centros de ubilados o los centros pa, Ia erera edad (sgn si se asociaban por sindicato 6 pyr, simple condicién de edad); la “Universidad de la ‘Teves Edad”, nacida en Toulouse, Francia, en el afio 1972, que iy cobrado una notoria extensién a nivel mundial, actualmen, te también denominados Programas Universitarios pan Mayores;o los viajes para jubilados, entre otras milkiple Propuestas para este sector. De esta manera, se construe tun muevo actor social que emerge como un personaje mis activo, con roles més amplios y més especificados por s1 condicién etaria, : La nocién de jubilado, como se mencioné, cobra una singular importancia en la medida en que reconoce cier tos factores que distinguen a esta poblacién, aun cuando no meen iis ae ae nid ome he camera os Debid a su condicién mayoritari Gere de ain wal que deerina Estado. La ubilain dene sen fe sociedad y con levi cotidiana de os mayors sete impliaciones mc NS heer et gino la obra social, viajes, ayudas de vivienda, Tos términos “adulios mayengts se as oe mayores”? y “personas sanitarios, ctor social, Organicacién M4 lundial d to ma Sad que seh; " ae establecié en el aiio 198 Para refritse alas personas de © Zacién de las Naciones Unid®® LAIDENTOAD SOCALENELENVEECMENTOY AMEE ag edad” han sido muy utilizados por los organismos inter- nacionales, buscando designar un sujeto con menos dife- rencias con el adulto més joven y, en cierta medida, tra- tando de aportar nuevos significados asociados a estos términos tales como autonomia, derechos, principios, etc., reivindicando con ello un nuevo estatus dentro del contexto social actual. Sin duda, machos de estos conceptos funcionan en lo cotidiano como eufemismos que limitan la carga negativa de los términos tradicionales que aluden a la vejez, aun- que es importante remarcar que la historia de los conceptos da cuenta de una transformacién de este actor social y sus denominaciones. LA CONSTRUCCION DEL CONCEPTO Cada sociedad construye su propia concepcién acerca de lo ue significan las edades del ser humano y, dentro de ells, la vejez. Sin embargo, las concepciones son miiltiples y ot ten en cada sociedad y cultura con distinto nivel de validez. La categoria “edad” es uno de los cortes que realiza twa sociedad conformando un esquema social determinado. aaa su Asam fonforme ala resolucién 50/141 del afio 1996 aprobada por su As Pe ucibn 4. Este término se utilizé en la Asamblea Gees de ae 15/106 de 14 de diciembre de 1990, cuando se Proce iene de e Dia Internacional de las Personas de Edad come es Inter iniciativas de las Naciones Unidas tales como et raven la Asablet Aicional de Viena sobre el Envejecimient®, Pros i asamblen Mundial sobre el Envejecimiento celebrada et a hizo suyo ese mismo aio (resolueié” IDENTIDADY ENVEECIMIENTO “4 Cuanto mis comple son ls sociedades, mas impor, esel rol de la categoria “edad” y la divisiOn etaria en ly qq tritacin de los roles y estereotipos sociales. Sin emba enontramos en fs diversas cultras paticuaridads ee dasallgar ques le otonga a este concepto. En este cay nos refriremos a la vejez como una subcategoria que contnia de a categoria “edad”. De esta tiltima, se despren den una sere de funciones roles sociales asociados& ea edad, con toda una serie de valoraciones, tanto positva como negativas. Laedad, de esta manera, determina en el diagrama soci de un pueblo los motos en que una sociedad considers y hablitaposibilidades de trabajo o de goces, usos de poder saber, etc, determinando con ello una serie de valoraciones diversas ¢interconectadas en relacién con un amplio siste ma social, econémico y cultural, La perspectiva del curso de la vida’ En la actualidad, existen Taciones de teorias tratan de definir e] disciplinares y mul miltiples teorfas e incluso gene Y Perspectivas (Hendricks, 1992) que envejecimiento desde diversos espacios oe idisciplinares, ue, sin la insercién his dicho proceso no podsi ; rollo humano a pari Sujeto y la sociedad, lo que implict "Orica y social de los seres human “Ser comprendido (Fonseca, 2005) 5. Aunque exis - © ci ‘curo de Ie sg coeant® entre Jos términos “ciclo” J ad Jn Utilizar Ia palabra “cur? srebilidad histérica del proce LAIDENTIOAD SOCIAL EN EL ENVECMENTOY LAE Bronfenbrenner (1989: 188) considera que: La ecologia del desarrollo humano y el estudio cientifico de la acomodacién progresiva y mutua, alo larg del cur dela vide entre un ser humano activo y en desarrollo y los contextos inmediatos y en transformacién en que la persona vive, es un proceso afectado por las relaciones que se establecen entre estos contextos. Por su parte, Dixon y Lerner (1992) consideran que esta perspectiva no encuentra una causa tinica y singular para explicar el comportamiento y el desarrollo individual, ni recurriendo a variables internas (biol6gicas o psicol6gicas) © interpersonales (relaciones entre pares), nia variables externas (ambientales o institucionales). Su comprensién es posible articulando los tres niveles de organizacién y consi- derando el modo en que evoluciona esa relacién. El curso de vida es una perspectiva que se presenta como un paradigma integrador, en la medida en que per- mite un abordaje interdisciplinario o multidisciplinario, en contenido y en métodos: une abordajes del curso de la Vida aparentemente divergentes, reflejados en disciplinas académicas tales como la sociologia, la psicologia, la antro- Pologia, la economia y Ia historia; halla factores comunes en cada uno de estos abordajes; y sefiala sus aspectos com- plementarios (Bengtson y Allen, 1993; Bengtson, Burgess ¥ Parott, 1997). Es decit, psibilita la convergencis ene diversos marcos de pensamiento, especialmente el sociol¢- B8ico y el psicolégico, que indagan los process de _ micro y macrosocial, y donde se incluyen las pol am 'os individuos a lo largo del tiempo (Bengtson, Burgess» Parott, 1997), Es importante destacar ciertos ejes basicos: IDENTIOADY ENVEECIMIENTO tun proceso de diferenciacién, toe Elenvejecer es una realidad de cualquier form, de eida, aunque su complejidad difiera segiin la tie el individuo y la etapa historica; de allf que existag fanas formas de envejecer como individuos. En Jo veres humanos, a medida que se envejece, la variabil. dad interindividual aumenta tanto por razones gené. ticas como del ambiente (Pedersen, 2000; Neugarten, 1968; Thomae, 1976; Lehr, 1993, 1994; Neugarten y Datan, 1999; Baltes y Mayer, 1999). 2, Reconceptualizacién del desarrollo y el envejecimienta, Bl desarrollo y el envejecimiento deben ser analizados is alld de sus aspectos biol6gicos, pudiendo indagar- los desde una perspectiva cultural que vaya més al concepciones unidimensionales, estéticas y limitantes. En concordancia con el modelo contextual dialéct- co que busca superar las perspectivas biologicists y mecanicistas, el desarrollo y el envejecimiento han de entenderse como procesos simultineos y permanentes durante la vida, en los cuales se conjugan ganancias] pérdidas, asi como miiltiples influencias y orientaci~ 7 hi (Dulcey-Ruiz y Uribe Valdivieso, 2002). | Multidimensionalidad, multidireccionalidad, plasticidad ) recur Estos eriterios implican que difere'® cones dsl ng ontgan e interactéan em di fees eae aa de la vida de continuidad Ma algunos aspei nuevos. pal cei mdi is Flac » Y4 que, en lam 1. Elenvejecimiento come implica, al mismo tiem? ¥ discontinuidad, es decir que, mic™ ‘ctos se mantienen, surgen a la ve? ° seca, 2005) destaca la 7) nes entre el organism? Y edida en que el organis™? UAIDENTOADSOCALINELEWEEOHENTONLAE gy considerado un agente acti ea soresarrolo, el medio es mines i : jo una necesidad la ocurrencia del progreso de dicho desarrollo, pudiendo estimularlo o inhibirlo ; Lemer (1996) destaca el papel que una organizacion comportamental flexible desempeia en el desarrollo del individuo, promoviendo una ajustada interaccién adaptativa al medio. En este sentido, cuanto mayor sea la plasticidad, més elevada seré la capacidad de adaptacidn a las circunstancias y de respuestas flexi bles a las presiones contextuales. La plasticidad puede fancionar como una metéfora del desarrollo huma- no y de sus respectivas capacidades (Lerner y Kau- fman, 1985), pudiendo explicar la multidireccionali- dad del desarrollo a lo largo de la vida (Baltes, 1987) y el aumento de las diferencias individuales (Schaie, 1983). El envejecimiento como un proceso dinémico y contextual. Las miiltiples influencias de las que se compone el envejecimiento conforman una suerte de ecologia social en Ia que resultan determinantes la ubicacion estructural, la construccidn social de los signifiados y las conexiones entre el individuo y lo social, asi como los procesos dialécticos, interactivos y no lineales que se ponen en juego ala hora de pensar los cursos vitals Elcurso vital modelado por transciones y erayectoriasTlt- cionadas con la nocién de edad. La edad aparece mode lada por una estructura social, al tempo a0 oo humanas se ajustan al modo en que se considers “ade cuado vivir” segin la edad. El modelo del form vital” presenta el modo en que una sociedad oO” Ye y propone a los individuos ciertos Se de nizadores del desarrollo de su vids: So” ® IDENTIDADY ENVEIECIMENTO normas que generan los roles por edad y Ja, 7 pes en ls etapas vitals. Bjemplo de los mig los tiempos y cambios entre el estudio, el trabyy retiro (Kohli, 1986; D’Epinay, 1994), ad 6. Importancia del contexto y de la historia, Degirme, ciogla (2000) sostiene que los modelos contextuiy son los més apropiados para estudiar las trayectr vitales, dado que estas son cada vez. mas atipicas Ly variables de tiempo, perfodo y cohorte permiten an, lizar la influencia que tienen en la vida de distinas generaciones las variables histéricas y social 1987; Elder, 1991, 1992), Baltes, Cornelius) Ne lroade (1979, en Baltes, 1983) plantean tres conju- tes de factores que inciden en el curso vital: exec jaa sociales relacionadas con la edad, influent her dag, omtecimientos personales sinios.D coo eabrenden les influencias de tipo nonmati iden ae, iit en Ta conformacin dem regan ea Pettenencia a una sociedad gt ioe cae 7 tiempo” o “fuera de tiempo", » de carécter ms individual, men generalizab has deme r que inciden en el curso vital & Si Henen ef influenciasinteratian él tiempo Cates, Ter uativos y pueden variar 0° Valdivieso, 2993), ? Sts en Dulcey-Ruiz y Unb® de identidad sn, © 5 descrip MA Socatmente este oS implican un esbo "a "Toda definicién 4?” LAIDENTOADSOOALENELEWEECMENTOYAVEEZ ne el ejercicio de una serie de controles sobre la trayectoria vital de los individuos, imponiendo normas acerca de lo que significa tener “cierta edad”. Estas formas de control son parte de las politicas sobre la identidad desde las cuales se determina lo que se designa por vejezy el tipo de proble- matizaci6n que se realiza, es decir, el modo-en que esta sera identificada, tratada y valorada Partimos de la existencia de una correspondencia entre la estructura social y las subjetividades, entre las divisiones objetivas del mundo social, sobre todo entre dominantes y dominados en los diferentes campos, y las formas de su vision y division que les aplican los agentes de esa dominacién Gourdiew y Wacquant, 1995). Al sujeto se lo intenta definir a través de un conjunto de relaciones objetivas ancladas en ciertas formas de poder que lo transforman en alguien que puede ser concebido por un determinado discurso narrativo y que se espera que actiie desde ese campo de dominacién, lo cual es otra forma de construir Ia identidad. Dichas representaciones, ya sean las divisiones etarias, de sgénero o de clase social, suelen presentarse como discursos hegeménicos, es decir con la capacidad de poder establecer el sentido comin, la doxa social o el fondo de descripciones autoevidentes de la realidad social que normalmente per- manecen inexpresadas (Gramsci, 1972) Positiva o negativamente, dichas descr Procediendo como un corsé que ciere y limita los espacios identitarios y conforma a su vez identidades sociales expre- sadas por caracteristicas que se suponen especificas a Los sistemas sociales preceden al sujet, brindin lol et Toly un estatus dentro de su medio. Esto implica un fie dle adaptaciones, siempre creativas, que ¢! suet? ay del base alas normas ofrecidas, buscando el reconocis otro, ipciones terminan a IDENTIOADY ENVEIECIMIENTO Las modalidades de la aceptacién o del rechazo depen derin de las normas sociales imperantes y podrin ten signo de la virtud o del pecado, de lo bello 0 lo feo, dey normal o anormal, o cualquier otra via de control sog; Este curioso andamiaje cultural se inserta en el sentidg comin, volviendo natural sus postulados. Asi, Ia identidad puede funcionar como una interiaxe entre una definicién del sujeto enunciado por predicados sociales y predicados singulares. Dubar (1991) la definis como una identidad para si y para el otro, ya que permite subrayar ambos aspectos en un solo movimiento (Martuce- i, 2007). La cuestion del gobierno de si Foucault (1995) nos brinda una lectura acerca del modo enque el sujet gobierna y construye el yo a partir dela inte- ‘accion entre las regulaciones sociales ¢ individuales. Es ali donde la tecnologia del yo es definida como la “historia el modo en que un individuo acta sobre sf mismo” (Foucault, 1995: 49), los mecanism ¢ rete 108 autodirectivos o el modo en qu Rose 2003) dar arientas juzgan y conducen. este procen, atibe la subjetificacién® para dar cuent® Sujcen Fee® emtendiéndolo como el modo en que I través de pore tionarse consigo mismos y los ot108# se como. re 7 Sécnicas que les Ppermiten reconoce™ © suetos de “un cierto tipo”, Esta relacién consi 6. Este término hace ais maino hace ausién a 0 se consttuye” como a 12s procesos por los que un indivi lode subjedvacon® nS de un ipo dereheig ga eiind™ "yin ane arma, deren smetimaitedietee ADENTOADSOON NR OWEECMENOY AE mismo no implica un modo sustantivo sino inds alld de las diversas modalidades de o sérica del yo,’ emergen las relaciones que los seres hums. nos entablaron consigo mismos. Esta perspeciva permite articular las descripciones sobre la diversidad de lenguajes del envejecer 0 la vejez que se produjeron, en su diversidad y heterogeneidad, y los modos singulares en que el sjeto produce reflexivamente un yo, El modo en que una persona vieja se lee a si misma no es un resultado cierto de los discursos que se le plantean, aun- que estos serdn parte del conjunto de descripciones desde donde el sujeto se narrara. Resulta necesario subrayar la heterogeneidad y especificidad de los ideales y modelos de individualidad y del envejecimiento que se despliegan en las diferentes pricticas sociales, los diversos cédigos que emer- gen en las divisiones de género, etnias 0 clases sociales, y su articulaci6n con respecto a problemas y soluciones especifi- cas concernientes a la conducta humana, Una serie de premisas nos permitirén ordenar un con- junto de presupuestos relativos a la nocién de la gobernabi- lidad de sf (Rose, 2003): reflexivo, donde “onstruccién his 1. La problematizacién es entendida como el modo en que un sujeto, el viejo, o una temiatica, la vejez, devie~ hen temas a ser cuestionados y a la ver delimitados desde ciertos criterios sociales. Su producto serin las definiciones sobre este conjunto poblacional. Cada momento histérico problematiza,y po ello consin Y decide desde distintos parimetros sociocultural modalidades, ya se de corte social nivel genndamos al yo pensado en sus diversi 8Enero, generacién, edad, entre otras forms [DENTIOADY ENVESECIMIENTO Lavejer el ser viejo suele ser problematizado com, un trastorno © enfermedad, un temible increment, poblacional, una condicin de diseriminacion o ung ttapa rca en posiblidades. Dicha problematizacin resulta de fundamental importancia, ya que de ello flevendrin diversas decsiones que se tomarin sobre este grupo. 2 Las telenlogias son las formas de vida, metas o idea- les propuestos a determinado grupo social, en las que se incluyen los eédigos de conocimiento que apoyan estos ideales y valores éticos. Sobre cierta problemati- zacién surgirin las teleologias, y es alli donde la des- vinculacién (Cumming y Henry, 1961) puede ser un resultado tan cierto como la inclusién, la expectativa de dependencia o de autonomia, de pasividad o acti- vidad, de fracaso 0 éxito, y de retiro 0 continuidad* “Todo ello dependera del modo en que se problematice Ja vejez y se construyan ideales sociales que funcionen como expectativas sociales para este grupo- 3. Las teenologias son los montajes estructurados @ pat tir de una cierta racionalidad prictica con el fin d& encauzar la conducta de un sujeto en direcciones esP™ cificas, propiciando determinados roles y funciones sociales. ‘Toda tecnologia debe estructurarse @ part i ets insiaclones sociales afin de posibilit ie de adultos ayaa! a ace + Las aworidades son aquellas a quienes se otorga 0° 8. Un amplio mare modelos de vejez, * de ideales sociales es utilizado para desesibit Jos fobemnabilidad y tecnologias del yo en ! ‘cas que aluden a la posicién del vieioY LAIDENTEADSOCALENELWEECMENMOYLAWEED ay vindica la capacidad de hablar verazmente de los seres hhumanos, de su naturaleza y sus problemas, ya sea el sacerdote, el médico o el psiclogo. La multiplicidad de representantes hace referencia a los “dispositivos, asociaciones, mods de pensamiento ios de juiio {que buscan, reivindican, adquieren o reciben avtori- dad, asi como en la diversidad de formas de autori- zar a esa autoridad” (Rose, 2003: 223). El poder que comenzaron a detentar las lecturas psicosociales sobre el envejecimiento, y con ello sus profesiones afines, se relaciona con los cambios en la problematizacién de Ia vejez, en tanto deja de ser una mera cuestién médi- ca. 5. Las estrategias vinculan los procedimientos para regu- lar las capacidades de las personas a objetivos morales, sociales 0 politicos més amplios concernientes a los rasgos deseables o no deseables de una sociedad. Las estrategias relativas a la vejez suponen una inversion social que implica esfuerzos humanos y econémi- cos relativos a investigaciones o estudios cientificos, narrativas artisticas, luchas sociales o politcas socia~ les, entre otros, y que posibilta un tipo de cuadro de realidad u otro, lo que implica una cierta problemat- zacién de la vejez. : En este centide, la conformacién de toda identdad es politica, en la medida en que surge de una dindt= ca que incluye el conflicto y la reivindicacion Por representaciones de cada grupo e individve de Estas premisas nos permitirin rene Ja vejee- a” IDENTIDADY ENVEECIMENTO LAS PERSPECTIVASY LOS SIGNIFICADOS DE LA Veg, Los mods en que se establecen los significados sob vejez son miiltiples y disimiles a lo largo de la historia, Aley. nos resultan de mayor continuidad inter e intracultural y of, aparecen localizados en determinados momentos histérico, Existen factores que brindan continuidad, tales come ly presencia de mayor fragilidad fisica o de la cercania con muerte, aun cuando ninguna de estas referencias produr- «a significados universales;? por otro lado, aparecen otros como la jubilacin o la noci6n de edad que resultan ligados a contextos socio-histéricos més limitados, El objetivo seré describir algunas pautas generales que construyen los modelos de vejez en la actualidad y que tie- nen un alto nivel de incidencia en la forma en que se pro- duce su diferencia, con respecto a los otros, y su identidad. Laperspectiva implica reconocer el modo en que se cons Stuyen los significados a partir del entrecruzamiento entre ‘una referencia de edad, género, educacién, clase social y de vejez, con todas las atribuciones, ideas, representacions ¥ Preseripciones sociales con que se las define. Por significado desarroll concebidos algunos conce uctividad y la autonomia, dad en la vejer, ‘aremos el modo en que fucro" Ptos tales como el cuerpo, la pro » el sujeto psicolégico, y la activ El obj 4 = cnn iis correlacionar ciertas perspectivas ¥ Ce” °s elegidos en su proyeccién al envejecimiet® ylavejez, Taciones yee mitiendo de este modo evidenciay ne config” pecuiares que se produces ” entien liversas culturas y losin ro siitcados enteramente comune’ © ‘$05 momentos hist istéricos, ADETADSCONNELEUEROMEMOT La nocién de prejuicio y estereoti contesto como mares sociales que inprimen vege ideniicador, com altos niveles de aceptacin soe sine sean verifcables desde cierts cbigos centten, ante Jos prejucios y los estereotipos son también inguloe dens donde un cierta cultura local, con sus representaciones te la realidad, critica a otra. Esto nos indica que toda cultura carga con representaciones ideol6gicas, determinadas por politicas de edad que nos llevan a pensar, investigar y pro- ducir la realidad de una determinada manera, sin ereet por ello que nuestras lecturas se encuentran exentas de crterios prejuiciosos y estereotipados. Existe una serie de falsas creencias acerca de la vejen,y una de ellas es el denominado “mito de la modernizacién? Kertzer, 1995). Este consiste en creer que antes, es decir, a lo largo de la historia, la vejez habia sido apreciada y que a modernidad denigré el lugar simbilico de los mayores. ‘También se sostiene que antes los viejos vivian en familias ‘multigeneracionales y ahora en familias nucleares, 0 que antes los viejos estaban excluidos de la seualidad y es ahora que se les empieza a posibilitar un espacio. Resulta necesario ser preciso con los datos que arroja la historia y la antropologia y no caer en reducconistos sim. blificadores que parecen hacer mis aprehensibe I raid ¥ que pueden llevar a apreciaciones del acta gv mente reduecionistas. Gran parte de estos datos son fos [Sts dichos se producen como efecto de un mame © "6 cultura donde ciertas referencias de Ia realidad s¢ Pretan de un modo determinado. PO se piensan en este IDENTIDADY ENVEECIMIENTO 36 La perspectva de edad Alo largo de la historia, la edad tuvo diversos iveles dy influencia en la definicién de los roles y las actitudes ee rables a nivel sociale individual. En este e230, realizarems un breve recorrido entre dos momentos histéricos que ny permitirin dar cuenta de cémo puede funcionar insty, cionalizando el curso de la vida 0 volverse més irrelevany dando lugar a una mayor individualizacién, “El curso de la vida implica un conjunto de reglas que organizan una dimensién clave de la vida” (Kobi, 1986 271) en una determinada sociedad y en un momento histé- rico especifico (Cavalli y Fragniére, 2003), Dicho curso de 'a vida se compone de un conjunto de trayectorias vitae, mas 0 menos entrelazadas, donde se desarrolla la existencia humana (Dannefer, 2006). La modemidad'” tendi6, por un lado, a la estandar zacién de las edades y, por el otro, intenté hallar en cadt STupo etario diferencias notables y caracteristicas, asi como Fesortes sociales definidos que ofrecfan una instituciondl- zacién del curso vital sin Precedentes, donde el trabajo (que ea ala edueacién como medio y la jubilacién com Tomttuy6 como el gran ordenador social. As fit ron programaciones rigidas y curriculares le correspond la educaci6n, a la adult ol trabajo ya la vejer la jubilacion it Iain Xx ee ln : fue una ereacion de la segut® Pass desarolados yen ; Jos Progresivamente en aa “as de desarrollo, "= en 60" Pe WIOETONOIOCN EN E.AOREMEMOT GE: En esta sociedad, cada miembro results visible y detec table, canto por la imagen que debia transmitira través de sos de indumentaia, como en conducts y ots ue se concebfan adecuados segzin la edad. Con el crecimiento del Estado, del industrialacn y Ia sociedad pandptica (Foucault, 2002), el curso vital queda sujeto a una fuerte vigilancia, control ynormalizaciin, pro- vocando una mayor institucionalizacién, y ast se estreetn, 16 en secuencias ordenadas de crecimiento psicosocial y desarrollo (Featherstone y Hepworth, 1991). Estas secuen cias determinaron un andamiaje de saberes que validaron y extremaron las diferencias en las condiciones de validez relativa a cierta edad, para las diferentes experiencies vita- les, tales como las condiciones de derecho, de goce y de capacidad, entre otras. A su ve7, estas fueron sostenidas por criterios académico-cientificos y morales que volvian com- prensibles dichas condiciones. : La critica que se realiz6 a este modelo es que produjo un encajonamiento de la vida de manera rigida y segrega- toria, y la liberacién de los mayores que hoy concebimos {@s{ como en los afios sesenta se produjeron cambios con Tespecto a la nifiez y adolescencia) se bas6 fuertemente en la ¢mancipacién frente a dicha segmentaci6n social. A Con la posmodemidad, se produce una emergent des insttucionalizacién y desdiferencacion del cue wih dando lugar a una mayor individualizacién. ban i ane el género dejaron de ser variables relevantes finir los roles y comportamientos. i Este cambio ha ide desdibujando lo aoe ae ‘elativamente claro: estadios marcados a sani “petiencias conductuales asociadas CO” eT dental leyrowitz (1984) sefiala que en la oc yee més a los “ontemporénea los chicos se parece” IDENTIDAD ENVEEOMIENTO 8 adultos y los adultos, a los chicos. Hay una creciente , ltd en los modos de presentacién de los actores: ioe tos las posturas, as modas y las formas de las bigs, de placer son similares para padres ¢ hijos. Se Puede yey un movimiento hacia un estilo mas informal uni-age yn. edad) o donde la edad se vuelve irrelevante (Neugaren, 1999). Exist aetualmente un cambio en la temporalidad aj. dicada a cada edad, asi como una flexibilizacién respecto sus limites, lo que permite hallar adolescencias alargacaso envejecimientos postergados. Estudiar, trabajar o jubilare se desvanecen de su ordenamiento por edades y se convier ten en una serie de opciones alternadas y no consecutivas,2 su ver se pierden los mandatos sociales tales como las pro- fcsiones o los matrimonios para toda la vida, y se gener it cultura de lo limitado y de lo mévil, De esta manera, Pierden relevancia los acontecimientos simbélicos compartidos y deja de tener vigencia el orden de les factores que definian anteriormente les diferentes el? des. En este sentido, Moody (19882) sostiene que el curs? Ge vida posmoderno es una eatensige de la adultez en dos ecciones: hacia atris (la desaparicién de la infancia) ¥ hacia delante (dela tercera edad) ty ue Hleva al ser hums de nent Como adulto joven, edad que sintetiza las ides * “esponsabilidad, autonome ficad cub, 20069). Levy Qop, ¥ consumo diversi ie 4 que “los cursos tae +4) denominé “biografizaci6 “ son interpretados culturalment como el Tesultado d, los jogs : 5% puesta en obra (°° PFOVEctos biogréticos personal’ LAIDENTIOAD SOOAL ENE ENVEEOMENTOY LAvger 9 mayores;!? por el otro, la edad aparece como un critetio irrelevante (Neugarten, 1999) que es parte de un discurso contemporineo que busca climinar el peso institucional de las restricciones ligadas a la edad. Sin embargo, resulta necesario mantener esta dualidad, ya que permite rede. finir esta categorfa segtin criterios mas actuales. Su eli- minaci6n implicaria la pérdida de un criterio que actual- mente indica necesidades particulares, la conformacién de tiempos sociales con expectativas espectficas, y donde su diferencia con respecto a otras edades no necesaria- mente implica discriminacién, La perspectiva de género La nocién de género surge como otra de las maneras de construir la identidad en lo social. Esta se define como un Conjunto de creencias valores yrepresentaciont aec del varén y la mujer, hetero w homosexual, que suponen roles, formas de expresién de las emociones y los secimintos pos de actitudes y actividades. Cada una de estas forms se despliegan en contextos de interaccién, mediatizadas pot Usos jerérquicos del poder. Tatoe modelos de‘ dented son pare de una claraqe Se ansmite en cada generacién aportando represenaco- Res de género, los cuales a su vez envejecerin ae diferenciales. La rigidez de los modelos denominas t Hcionales acerea de los roles de género Ee “nte los nuevos contextos que plantea el enveje vs yacios es que son para x i a Pe oa 805 propone un estilo de wda don ie [pes TOAD ENVEIECHIENTO La fortaleza o el 01 de productor y generador de recur. maticamente en UN var6n Viejo si ge caer dra eal esquema rigido de valores “tradicionalmente masculinos”. Del mismo modo, demandas femeninas rel: maternales pueden no resul miento (Neugarten y Gutmann, y Parron, 1981; Sinnot, 1984). or el contrario, las perspectivas de varones y mujeres homosemuales nos muestran de qué modo los roles de géne- ro mis flexibles facilitan los cambios de rol asociados al cenvejecimiento (Friend, 1980). Ja mujer vieja puede encontrar que ls ativas a la seduccin o a los roles tar manejables con el envejeci- 1964; Livson, 1976; Troll La perspectiva de cohortes Se concibe la cohorte como “un grupo de personas que experimenta un evento durante un mismo intervalo d tiempo” (Allwin, Hofer y McCammon, 2006: 23). Por est raz6n, la cohorte no debe confundirse con la generacidn, que la primera se construye en funcién de influencias €sP cificas de eventos y experiencias histéricas, que NO neces riamente son compartibles con el conjunto de las persons de la misma edad, En términos més amplios, las cohortes modelan a un S¥i toen lajuventud, debido ala apertura que se realiza a NUS contests ya miipls formas de socaizacién, Se adQ¥ tea peptide mand, aocadas a vale creencit® Y acods, que impactarin en esta etapa y se mantend™ aver @ menor fijeza) el resto de sus vidas gen (1973: 309) consi ; mr capone consideraba que “las teorfas 60” a de la conducta social son prim WABATOADSOOALNELEWEECHEMOY UR ente reflexiones sobre historia contemporines”, ‘ip, sugeria que las diferencias en el eee copas de diferentes cohortes son de una gran variabilved de caracteristicas, incluso en personas nacidas en la misma poca, ya que estas dependen de las circunstanciashistéi- cas particulares, generando trayectorias de edades espec- ficas que se reflejan en las capacidades cognitvas, las ideo- logias politicas, las caracteristicas de personalidad, u otras (Gergen, 1980). ‘Una de las diferencias mas notorias se presenta en el incremento del coeficiente intelectual entre cohortes. Schaie y Willis (2003) sostienen que esto se debe a que, en la mayoria de los paises, la educacién ha aumentado y la persona media tiene niveles de escolaridad mas altos. Asi- mismo, la nutricién y el cuidado sanitario mejoraron nota- blemente en los tltimos 70 u 80 afios, lo que lleva a que la condici6n fisica del cerebro de las cohortes mis jovenes se encuentre en mejores condiciones.’ Los cambios de cohorte influencian también los rasgos de personalidad, hallando en los adultos mayores de hoy niveles mas altos de apertura y extroversidn (Neugarten, 1999), Las actuales generaciones de adultos mayores presentan no resultan uniformes, dU fa once cohortesnacidis ent yen fa capacidad mental ramets Se PUC™ 5 sun: Sin embargo, estas diferencias» {uh cuando, en términos generals, el '89 y 1966 en los EE.UU, hubo incremento brimaria de comprensién verbal y razonamient, los 0 a SPeciicar en: Ia orientacién exp ln? sisi angidad numérica en 1924, aunque Ie#0 FT coninoo 'etiores (Schaie y Willis, 2003) Este aumen? mcs nau ens Acusado un descenso en vaios fer Les la Mame ee pores puntuaciones en Io 8; IDENTIDADY ENVEIECIMIENTO distintivos en su posici6n frente a la lectura d ve edad, lo cual implica que se visualicen y projec es recursos y limites en estas cohortes, royeetey Las perspectivas de clases sociales, etnias y los niveles de educacion Cada sociedad construye diferencias y semejanzas entre los grupos etarios, y en el interior de estas hallaremos ots segmentaciones producidas por los contextos de signific. cidn en los que un sujeto esté inmerso. Ser pobre o rico ‘os simplemente un hecho econémico, sino que impli tuna serie de vivencias biol6gicas, psicol6gicas y sociales qu determinarén modos de llegar ala vejez, expectativas deol, pos de familia o de disponibilidad de sf que pueden resul- diferenciales. Contar 0 no con una jubilacién o un t my puede implicar niveles de independencia o depende recursos de atenciGn y cuidado, y capacidad de seguir Trollindose, entre otros. en yocion de etnia es otro eje diferenciador, en la medi ‘que ciertas formas cultural 4g we a ee les basadas en origenes com ofe sini T Mayores o menores posibilidades fertas sociales, recurso Lint le determinado ay Para concebirse como un sujet Gimeno, et. Uno de pan soci expectativas de re20"" '°s ejemplos mas interesantes 50” ‘comunidades indi Dos sigue pboesra €n las cuales el Consejo de An Interior de su comunidad, estacado de este greP? Las diferencia f 6 cultur Inds fuertes de ls sujet Preoe tado y 7 "nodifican incluso los temo" cpa due en Ia cultura 0°" Paciones mayores de los viei® Para depender de la family los dental una de las uedar discapaci it LAIDENTIOAD SOCALEN EE cmENTOY LAvge2 7 ‘ India es uno de los valores centrales del envejecimiento exi- toso (Markus y Herzog, 1991), = Los significados de la enfermedad en la vejez ‘Tratar el modo en que fue y es considerada la enferme- dad implica cuestionar uno de los ejes centrales de reflexin sobre la vejez, su aspecto més temible y, en gran medida, mis estigmatizante. En el siglo XIX emerge una preocupacién biolégica y médica por tratar de solucionar las enfermedades de la vejez, evitar los signos del envejecimiento y alargar el curso vital (Bourdelais, 1993; Katz, 1996). Este enfoque produjo una reduccién de interpretaciones acerca del fenémeno del envejecimiento a un hecho biolégico, en el cual todo debia ser visto y constatable en el cuerpo. Las enfermedades pro- pias de la vejez se vuelven el eje de la tematica, concibiendo incluso un término especifico para denominarlas: la “senili- dad”. Por ello, Haber (1986) considera que en el proceso de su reformulacién, el envejecer fue definide como una enfer- medad progresiva que causa una multitud de cambios fsio- logics y anatémicos. Envejecer fue en si mismo una fuente de alteraciones orginicas inevitables conocidas como veje% Sin embargo, es importante destacar que se abre al mismo tiempo una fuerte diferenciacién entre normalidad y pat0- logia que permitira posibilitar un ideal diferenciador frente a ee tesis anterior. ES en esta época cuando el médi Elie Metchnikoft (1903) sugiere que se de! 1 saber (gos) sobre la vejez (gero») que dé Berontologia”. Asi es como en 190? d cae 'gnaz Nasher crea la palabra “geriatria” Om ico ruso y premio Nobel ria construir ugar al vocablo ico austriaco a rama de IDENTIOADY ENVEECIMIENTO a ta medicnadediada a atender las patologias“especgys de la vejez. Stephen Katz serie de transformaciones e! se condensan en tres criterios esenciales: (1996) considera que se produjeron tn, 1 la percepcién social de la yj que 1. El cuerpo del viejo fue pensado como tn sistema de sgn. fcacin en si mismo, limitado a la vision de un interior tmicrosedpico donde las metéforas biol6gicas iban en contra de cualquier ambigiiedad. 2. El cuerpo del viejo se presentd como separado y anormal, es decir, como un punto diferencial en la anatomia pato- logica, identificable con sintomas de enfermedad que requieren una terapéutica especializada profesional El problema central fue la degeneracién progresiva de ls enfermedades que definen su estado de envejecimiento. 3. Elcuerpo del viejo fue concebido como el de un desfallecientt 0 moribundo. De esta manera, se lo redujo a un estado de degeneracién donde los significados de la vejezy# — del cuerpo parecian condenados a sig icar cada uno al otro en perpetuidad. sper mE efoaues que heredamos sguen vigentes en mi Se ms ela aetuaidad, Estes y Binney (198%) & peace tel “Biomediavacién dl eovejecimie cen la profundidad d biomédico, La biomedicalzacion ecto intimamente 1 ae las lecturas sobre la veje le las perspectivas a un acotado model? (el envejecimiento tiene dos sol del enjoin BOF Ua lado, la interpre (otro, las praxis d mo un probl Edico; po lel problema médico; P a los médicos, Dichagamlento como un asunto reser”? Praxis d, ‘ F leterminardn que la gero™” LAIDENTOAD SOCAL EVEL EWERCMENTOY Avg? s fa, como corpus cientifico, se plantee or emninos de investigacin médica a fesionales al interior de la gerontologa estén jrarq ind y sostenidas desde estos valores; que ls politica sociales, de Jormacion y de investigacién se fundamenten en estos ete. rios y que la percepcién publica lea la cuestién del envejecer desde esta reducida y sesgada Optica (Estes y Binney, 1989). ‘Uno de los ejes centrales de la gerontologia actual reside en calificar como prejuiciosa la asociacién de la veez con la enfermedad. Esta critica present6 un cuadro de la vejez dis- tinto, mostrando potenciales de salud mas amplios y nuevas maneras de conceptualizar la temética. La asociacién entre vejez y enfermedad, y la demanda de curacién del envejecimiento promovieron que se piense aa senectud como un momento donde el sujeto deberia dedicarse a cuidar su salud, limitando todos aquellos inte- reses que pongan en riesgo este valor. Este objetivo, que tuvo interesantes repercusiones en la salud piblice, results empobrecedor a nivel individual, ya que limita el proyecto vital a una prictica de cuidados fisicos. Sin perder de vista que la vejez no es reducible a laenfer- medad, sf es constatable la pluripatologia de a persona ve). Sin embargo, la cuestién central que habria que subrayar, en la medida en que podamos slir de ciertos modelos de “normalidad y patologia”, es que la vejez excede en Er ‘medida la dimensién de salud o enfermedads que la nook de salud se basa en normas rgidas asciadss a juvenr Y ue existe una lectura moraista que cere contol aquellos que tienen cuerpos diferentes ala noma" O'S cf.UU. del siglo vvierorianos en 10s Le i, asociando 14. Col fala que lo le (1997) sefiala que los Wad yf fer tomaban Ia lectura binaria de « {DENTIOADY ENVEECIMIENTO. controles se manifiestan en el envejecimiento al asociar jy normalidad con la autonomifa y la patologfa con la depen. ia, generando un gradual desempoderamiento que implica pérdida de autonomia y autoestima. Eldiscurso gerontolégico construyé un modelo de enve- jecimiento que desafiaba los estereotipos de patologia y decrepitud, evidenciaba el potencial de salud, cuestionaba las falsas creencias sobre el verdadero estado de salud de los mayores y conformaba nuevos conceptos como Ia nocién de salud funcional, que permite comprender la salud por fuera de esquemas rigidos y poco titiles para este grupo eta- rio. La OMS y la OPS (1976) definieron la salud funcional cn la vejez como la capacidad de enfrentar los procesos de ‘cambio, con un nivel adecuado de adaptacién funcional y de satisfaccién personal. Este cambio de modelo pudo presentar otra expectati- va vital de los mayores;!5 no obstante, resulta habitual que s siga problematizando la temética desde el mismo part- digma binario de salud-enfermedad, aunque con diversi teleologias, autoridades y estrategias. os senticodes de 1 eréuca en la vejez ea 2 dimensin ba tenido diversos modelos de prod i, feitdosn el interior de la cultura occidental, PO” actendo limitaciones y posibilidades a nivel del uso Y # 4a primers cum wns moral de c ete a eam on san impact par ‘doularmente vate ¥ worprende socialmente y results donde te presentan win manicacin yen ls PN derroche y fuerte control Pe LAICENTIOND SOCAL NEL BEECH YUNGD enonibilidad de la sexualidad ast ‘eres (acub, 2006a). como del uso de los pla- a, La compaiiia y el goce sexual alo largo de toda la vide: al interior de la cultura judia, aparece como que el hombre esté anesh eae un modo de alegrar su vida. Del mismo modo, apare- ce un llamado a disponer del goce sensual en el marco de la pareja durante toda la vida. b, La construccién del pudor: la imagen de la vejez apa- rece fuertemente deserotizada en la medida en que se contrapone con los modelos estéticos vigentes asocia- dos a Ia juventud. Lectura que se arraiga muy clara- mente en Ja cultura grecorromana, donde la imagen del cuerpo de los viejos remitia a lo cadaverico y a la desvitalizacién, con un conjunto de caracteristicas fisicas y mentales que se les asociaban. La respetabilidad como demanda moral: supone que los viejos tienen menos posibilidades para el disfrure, ya que se encuentran mas demandados socialmente que los de otras edades a controlar sus deseos, Esta lectura se vuelve explicita en diversos autores roma Ros y posteriormente en los cristianos. ' 4 Delassenuaidadala perversién: el discurso barguesY victoriano construye un viejo que es definido = fe asexuado o imposibilitado pars el sexo, 1und¥e 2 emergencia de un interés envtico puede FOOT como un perverso, La nocion de perversion sl got 4 la concepcién de un deterioro fico ¥ MET eva a que el sujeto involucione psiguicsmen'= diendo controles psicolégicos Y morales. E! control corporal: un elemento cls © tizacién de la vejez se encuent™ 2 in la desero- a vision asociado 2.00 IDENTIDADY ENVEJECIMIENTO. utilitarista del cuerpo, propia de una lectura me: vada y vietoriana (Cole, 1997), donde este ne cebido como un objeto de goce, sino de conse, El cuerpo es pensado como un objeto que dete mantenido sano incluso a costa de no hallar diye” Este control corporal devendré particularmente te en aquellos amenazados por la enfermedad, por, que concebir este cuerpo como patolégico proiue un fuerte efecto deserotizador. La reduccién de los goces a la genitalidad: es otro & los factores que limitan el acceso al conjunto de bs goces. En este sentido, el funcionamiento genital ap Fece como un parémetro normativo que organiza relacién del sujeto con su deseo, especialmente en varon. ao sexual: actualmente aparece una te 2038s promocion del goce sexual, en gran medi 138 ge CON una mirada wnage (Myra cape eg aa desafiar ls lecturas habituales de creel Ba ese sentido, surge una sexualidad s# a aes de edad que resulta fuertemer a Per los relatos cientificos que afirma® sinedad. > |" Posibilidad y deseabilidad del so" . El cues Timer ogc 2 fetchiacion de I sew forma de engi Pteee” como referents istdo ala seducetén yf roeciendo un 800% Puede exchuiral cuern) <2 autocontemplacion» a TPO envejecido, LAIDENTIOAD SOCAL EN FL ENVEEOMENTOY Lave 6 Los signifcados de la productvidad y la autonomia en e enwejecimiento Rice, Léckenhoff y Carstensen (2002) plantean de qué manera las expectativas culturales de Occidente acerca del envejecimiento influyen sobre las metas y las motivaciones individuales, construyendo trayectorias del curso dela vida, expectativas que tifien las lecturas de la ciencias, yen espe- cial as sociales, en la medida en que estas pueden terminar reflejando y reificando lo que la misma cultura produjo. “La primacfa otorgada a la contribucién productiva en la sociedad occidental, enraizada en Ia ética protestante del trabajo y, con el foco en el funcionamiento indepen- diente, més que en la interdependencia entre las personas son sellos del pensamiento occidental” (Rice, Léckenhoff y Carstensen, 2002). Por lo que consideran que la vejez corre el riesgo de presentarse como un antimodelo, por los cam- bios fisicos que se producen y que ponen en riesgo el valor de la autonomia. Es importante destacar dos di den de esta cita: el valor de la prod solo econémica) y de la autonomia. Aun cuando de lo productivo ha ido transformindose, ‘conjuntamente con una serie de cambios, entre los que aparece el passie de una ética del trabajo a una ética més hedonista, resulan remarcables las dificultades que atin hoy sigue provocando Ja jubilacién en muchas personas mayores (Leyva Gonzilez Ycols,, 1995) y la dificil transicién hacia actividades econo- micamente no productivas. La valoracion social dt tabao formal esablerdo 7 Solo como medio de subsistencia, sino CO" ide re rente vital, eva también a que el tzmino de Se asocie con una pérdida de la pertenene smensiones que se despren- fuctividad (remarcaria: no Ja nocién ganizacional ~ IDENTIDADY ENVEEMENTO. la identidad laboral y las formas de socialioacs en la autoimagen, autoeficacia y autoestima; mod, de metas y objetivos, y de rutinas que estructuran el tiempo. a “Por otto lado, el valor de la auronomia,aborda diversos pardgrafos de este texto, toma en la cis meng nada una dimensién muy peculiar, en la medide en on se contrapone la independencia con Ia interdependere, presentando de este modo un rasgo de la cultura occier. tal actual que piensa al sujeto de una manera muy sists de los otros, valorizando con ello un tipo de vivencia qe pareciera excluir al otro. Es importante reconocer que autonomia puede incluir a otros que apoyen de una mane interdependiente. Catiy Los sigificados del sujeto psicoldgico envejecido Li i ey esetpcones del sujeto envejecido son multiples variables, aun cuando existen algunas que se encuent™# Ins extendidassocalmente conta Pare de las leearas acerea de la persona Ve a nyjeto prisoligeo se enraizan en teorfas de caf? XX (Cane it el siglo XIX y primera mitad dl sige el curs fel 3% Hub, 2006), en las que se suponia nivel Gp leter9r feo repercutiria de igual mane?! filoséficas Ree tiempo que se agregaban concepcion’’ Durgues ftt lo que significa ser viejo en una mega orian, asf como estilos de vida supues™ ascher i dela menage, comsideraba que Los cambios normals senil eran la depresin, la falta de inte ¥ UN excesi vo retraimi imlento sobre sf mismo, nociones 1 LAIDENTIDAD SOCIAL EN EL ENVEKCIMENTOY Avge ” erin retomadas 0 validadas por mochas de as tori ps- woldgicas y filos6ficas de su época, FE discurso emergente asociaba a la vejez como un mo- mento improductivo, tanto a nivel reproduetivo como eondmico, 10 cual los hacfa equivaler a sujetos despreo- cupados por sus congéneres 0 egoistas, menos adaptables, reromando las teorias biol6gicas de Weismann, que tendian ia desvinculacién'® y se deslbidinizaban, lo cual podia conducirlos a posiciones perversas polimorfas ya niveles de jnmadurez crecientes. Vale remarcar que as fronteras entre To normal y lo patol6gico no resultaban claras, motivo por el cual el horizonte de expectativa llevaba a pensar los in- tomas demenciales a lo largo del envejecimiento. ‘Algunos de los presupuestos que atin cangamos acerca del sujeto psicoldgico en Ia vejez som: igidosy etn deprimidos (CoO, Fate estereotipo supone wn 1 recursos psicol6gicos, igi- Los adultos mayores son 1998; Whitbourne, 2001). sujeto que cuenta con escaso: do, sin capacidad de disponer de herramients de aon tamiento frente a los declives que plantes el proces! f envejecimiento (Sneed y Whitbourne, 2005) carne go, hoy contamos con una gran canal end empirica que muestra Ia existencia mnductas en la vida adulta y adecuados re to. Los adultos mayores no son neee flexibles en sus actitudes 0 €” SUS estilo dad, comparados con los adultos jovenes ( Labouvie-Vief, 1996). 1s de personali- piehl, Coyle ¥ 16. Se puede hallar este dscurso mt 7 fe 'teulacidn planteada por Cummins ¥ IDENTIOADY ENVERCIMENTO datos mayores estin aislados, abandonades ging aan. Una de las referencias mas clisicas agg, wa dela vejez sn las esperables carencias y limitaciong sn sn integracion social y redes de apoyo social en vejez. Como regla general, se consider6 que las misma; wefan severas perdidas, ala vez que ~por diversos mos. vos asociados a la vejez— existfan escasas posibilidades {e incluir nuevos vinculos. Estas circunstancias gener. han frecuentemente situaciones de extremo aislamienn social, sentimientos de soledad y diversas patologias qe de ellas se derivaban. Al respecto, Charles y Carsten sen (2007) han propuesto que las explicaciones que s han brindado acerca de la disminucién de las relaciones sociales en la vejez se han basado més en ideas y este reotipos -en muchos casos incorrectos~ que en hallit- gos de investigacién. Esta afirmacién ha sido confirmais porlos resultados de trabajos recientes que cuestionan supuesta disrupcién de la red como un hecho general- zado y propio de la vejez. Investigaciones realizadss distintos paises han demostrado que los adultos mayo" Poseen una vida social muy activa, disponen en sum)” oe amplias y suficientes, se encuentran 0°" ‘ania ge del que disponen e incorporan Mur y cols., 2009 as etapa de la vida (Arias, 2004 i tere, 2009) Canc, Polizzi, 2010; Ferndndez. Bal esis fcaingdn eee et sltima euestiom redes de personas ne {a exploracién cualitativa © didas como gananei vores y de los cambios tanto Pe ; cias- producidas en la misma 0” PY Los IpeNTIOAD soc a LOLOWKOMMOT EE dtomuchas de ellas a sus redes (Arias 5009; Elgart, 2009; Arias y Polini 2010, Misys, ta creencia acerca de la masiva institucionalizadign 2 We sidencias para adultos mayores resulta falsay 4 nica internacional, es una pequefia parte de la aa que alli reside.!” 3 ‘Las adultos mayores som personas cognitive y posigia- snc teminaidas (Sneed y Whiteame, 20%) ten de los principales ejes de comprensicn de la veje en la Serualidad es la descalifcacién de la capacidad intelec- tual, hoy referida més especificamente como cognitva Una suma de concepciones prejuiciosss y estereotpadas acerca de los adultos mayores suele hacerlos equivaler 2 sujetos anifiados, con exageradas limitacions a nivel ognitivo que llevan a confundi los cambios nomales en la memoria con el deterioro cognitvo, generando muchas veces una generalizacin de las demencias ante cualquier limitaci6n o problema intelectual Esta descalificacion promueve tres problemas centrales: 1. Produce limitaciones en la posibilidad de autonomy Jo que acarrea internaciones forzadas, cexagerados temores acerca de la capacidad de afrontar situscion®s srsona se dispon- © cualquier tipo de actividad que la pe ga a realizar. 2. Genera una interferencia en k ya que media una duda en la ca Jo que determina que se tome? decisiones as interacciones sociales paciad ral de jc premature sidencas parade 17. En la Repu Jo vive en Tastes piiblica Argentina solo eens de 200)- * mayores un 1,5% de este grupo esi Hes 7 IDENTIDADY ENVEECIMENTO por sobre los sujetos, que no se entablen telaci profundidad y que se pueda llegar a anular voy de la persona vieja. 3. Induce a que se les oferten y adopten activ inapropiadas, infanilizantes 0 poco estimulants cual, por otro lado, funciona como un mecanismo, consolida dichas creencias. - Volum, Curiosamente, existe una opinién sobre la vejez tou ‘mente opuesta que afirma que son todos sabios, lo cual mis alld de ser un prejuicio positivo, es igualmente reduccionis- ta de la vejez. Los significados de la actividad en el envejecimiento La actividad ha devenido uno de los referentes mis tuales que sitia la problematica del envejecimiento. Ka ee sugiere que, desde los afios sesenta, la gerontolog# a intentado salir de los esquemas discriminatorios al Pr” co Para los viejos un estilo de vida “activo”, similar al dé : es ‘ue evidencie el fondo mitico de los prejuici® a en juego val : jac Genus acd ee ores dela juventad en la organize Ekerdt (1986) vio en la construccién de una activa “€3 le la ocupacién” ee moral semjante bservar tres dimensiones (Rowlands, 1997) cabe IDENTIDADY ENVEECIMENTO ~ persnal: pone el desarrollo de la confianza yj, dad individual, asf como deshacer los efeg fr opresioninteriorizada. Para ello, resulta neg tomar conciencia de las dinémicas del poder que op, ran en el contexto vital y promover las habilidajs, tas capacidades para lograr un mayor control soe, (McWhirter, 1991). ~ Relaciones priximas: se refiere al desarrollo de l cp dad de negociar e influir en la naturaleza de la rea y de las decisiones que se toman dentro de ela, = Colectiva: implica el trabajo conjunto para lograr i: impacto mas amplio del que podrian haber alcanl individualmente. En este sentido, Dabas y Najmane vich (1995) utilizan la nocién de “restitucién com nitaria”, en tanto implica un acto politico en ques produce sociedad y se construye una comunidad con capacidad de brindar sostén, potenciacién y resolucét de problemas. rs Por iltimo, la base ideolégica es uno de los ejes cent® de la posibilidad de empoderamiento, ya que permite 4° sujeto se lea desde un sistema de ideas distinto y sea!“ |as piezas que permitan su transformacién identitaria- © desempoderamiento El proces ea 208A confrontacién con diversos cestercos® deracion que ne minan lenta y progresivamente !8 comienea's degrees enen de sf mismos, 8 ME, on Ja improductivides on la debilidad intelectual LAIDENTIOAD SOCAL ENELENVEEOMENTOYLAVEEZ gy Uno ectura desde ls investigacones Bandura (1997) desarroll6 una serie de investigaciones en las que focaliz6 el modo en que las creencias cultura- Jes y las teorias implicitas sobre el envejecimiento pueden jnfluir en la autoeficacia durante la vejez, desalentando las cxpectativas, las metas y los resultados. Incluso aquellos que tienen expectativas positivas sobre su proceso de envejeci- tiento parecen ser vulnerables 2 la amenaza de los estereo- tipos, cuando sienten que corren el riesgo de confirmar un estereotipo negativo existente acerca de su grupo (Steele, 1997). El efecto es un incremento de ansiedad y amenaza al yo, lo cual puede interferir con la ¢jecucién de tareas inte- lectuales y motoras. La preocupacién de ser considerado como parte de un grupo estereotipado negativamente, con Ia consiguiente sensacin de denigracin y rechazo social, desplaza la aten- cién de la tarea y puede obstaculizar su ejecucién. Existen evidencias empiricas crecientes de que el funcionamien- to intelectual de los adultos mayores puede declinar si se exponen a estereotipos culturales negativos, mientras que los estereotipos positives sobre el envejecimiento pueden ser beneficiosos (Rice, Lackenhoff y Carstensen, 2002). Las experiencias cientificas muestran que los estereot- Pos negativos hacia la vejez, en las personas mayores, gene fan una sensacin de “amenaza” a la integridad personal Menor rendimiento a nivel de la memoria (Lew: 1996) pa capacidad para las matematicas, en el sentimiento . qtonfcacia (Levy y cols., 2000), en la capacidad para I itura (Levy y cols., 2000) en trastornos de salud (Lesy Aisa 2000) y en toda una serie de retiros ert Compromisos y roles laborales y sexuales (lacub, 2003, 20064), 7" IDENTIOADY ENVEECIMIENTO La explicacién de estos déficits se encuentra en personas al suponer que su rendimiento no va aq M8 elaboran estrategias de evitacién de un posible ae miento que podria ser vivido como traumatico 9 gn ® mente porque responden a profecias sociales que ped que los mayores ya no pueden, no deben, etc. . Las experiencias de dominio o fracaso que resuan 4 estos mecanismos pueden tener consecuencias para la as eficacia, ya que resulta necesaria la creencia en ls propia capacidades para alcanzar con éxito un determinado logy Bandura, 1977). Una de las preocupaciones actuales que més setiamene limita la autonomfa y produce menor autoestima es laser sacién de bajo nivel de eficacia en relaci6n con la meno ria, Esto puede producir una pobre ejecucién en tareas& memoria (Cavanaugh, 1990; Berry, 1999), menor gr de persistencia y de esfuerzo cognoscitivo, estados afte vos negativos (Berry, West y Dennehey, 1989; Berry, 19% Berry y West, 1993) y mayor probabilidad de distrac® Por las preocupaciones asociadas a un pobre desempefo Lineweaver y Hertzog (1998) examinaron Ia hipét® de que las creencias personales (autoconcepto de memo" y control personal sobre la memoria) estén muy enlazad® con las creencias generales que los individuos tienen © la memoria. Por su parte, Hertzog y Dixon (2005) describen la hif™ {esis de la teoria implicita, en Ja que se establece 4 individuos perciben un declive en la memoria cuand? ucida con su teoria implicit acerca de los cambios * : ae ee de la edad actual del individuo. b informacién bourne (2005) refieren el impact? ig, Positiva y negativa, Mientras que 10s i" duos que recibieron informacis, Ere loses macién positiva sobre 10s & LADENTADSOCALENELENMEOO TUNE? sipos inerementaron sus capacidades para caminar, comp en el tiempo de nado (Hausdorff, Levy y Wei, 1999) on aquellos que recibieron informacion o estereotipos nega vos sobre el envejecimiento, el tiempo y el desempene en Jas tareas no se vio modificado. (Otra experiencia se realiz6 para observar los efectos de Jos estereotipos en la memoria de los sujetos, utilizando una computadora que presentaba palabras asociadas a imé- genes positivas 0 negativas de la vejez. Las positivas mos- traron favorecer un incremento de la memoria en los suje- tos, mientras que las negativas tuvieron el efecto contrario (Levy, 1996). Levy y Langer (1994) encontraron diferencias en tareas de memoria y ejecucién entre adultos mayores chinos y estadounidenses. En China, los adultos mayores tuvie- ron resultados comparables con los jévenes en pruebas de memoria. La explicacién que aducen plantea que la vision positiva que hay en China en relacién a la vejez.y la funcién social que cumplen las personas mayores ayuda a amorti- guar los inevitables cambios biolégicos que se producen a nivel de la memoria. Todo esto plantea que los déficits que se ven en la memo- tia de los adultos no provienen solo de cuestiones biol6gi- as, sino que se adquieren desde las representaciones socio- Contextuales y de cémo se caracterice socialmente ala vejer En esta misma linea, Levy, Hausdorff, Hencke y Wei (2000) mostraron que los adultos mayores expuestos 9 Feotipos subliminales negativos sobre la ee a 8 respuesta cardiovascular. Sobre la misma bis pela a oe investigacién examin6 la relacion Neng ij Hones negativas del envejecimien'® ¥ I ance sst€ estudio de tipo longitudinal fue deseo" Seats Athos con 660 personas (338 hombres ¥ “ IDENTIDADY ENVEEOMENTO Se demostré que en las personas con mej sobre la vejez habia un incremento de 7,5 aos pe vida (Levy, Slade, Kunkel y Kasl, 2002), meting Otras investigaciones pusieron el acento en Joy gue tienen el valor social atribuido a los viejos; los oy Propéstosvitales y el sentido de crecimiento penn, metas y objetivos personales y su relacién con la sl ; expectativa de vida (Ekerdt, Bosse y Levkoff, 1985). {a teoria del intereambio social de Dowd (1975, Bengtson y Dowd (1981) se relaciona con el desempoder: miento, ya que describe una disminucién en la interscés entre las personas viejas y j6venes, sefialando que ls pine as tendrian menos recursos para ofrecer en el interca bio socal y, por ello, menos posibilidades para conti al encuentro, Este criterio se basa en considerar que les encuentros deben asegurar que los beneficios sean mayats ue los costos (Hendricks y Achenbaum, 1988). Finale? te, Gouldner (1960) advierte que, al menos en Ia cultu (ccidental, los intercambios se realizan con base en n0m8 de reciprocidad, - peg y Wilmoth (2003), una de las consecte™ oe ©6 tntercambios inequitativos de los bienes ¢ naira la depresi6n y al est jores pe LATOENTOAD SOON ENE NEEOHHETOY Leer & sin dar més objetos de intercambio, ya que su presencia se vuelve valiosa, algo que no sucede con los adultos mayores sta correlacién de valores no es extrapolable a toda cultura ni momento hist6rico. La constitucén de un sujeto y un agente El empoderamiento resulta ser, por un lado, un concep- to impreciso, debido a su amplitud para determinar cules son los elementos efectivamente contenidos en su defini- cién. Por otro lado, es un concepto central para destacar Ja influencia que en un determinado momento histérico tienen los criterios sociales sobre ciertos grupos socialmen- te aminorados (Moscovici, 1976). El concepto de empode- ramiento se relaciona con Ia disposicién del poder sobre si, darse su propia norma (auto noms) y reconocerse con la capacidad de seguir disponiendo de su vida. La autonomfa y el autoconcepto son dos ejes que per- miten enfrentar “los mitos de dependencia”. Thursz (1995) Sefala que resulta necesaria una transformacién ideol6gica, tanto de los adultos mayores como del conjunto dela socie~ dad, para que el sujeto “crea” que es posible disponer de Mayores niveles de autonomia. En este sentido, el sujeto no es un ente pasivo, sino que S el motor de cambio ante los modelos que sobre él se Plantean, En la medida en que el sujeto toma conciencis vit aminoramiento social, en evanto objeto de una dete Thinada concepcién de la realidad, puede volverse caps” de ‘tir el orden que lo victimizaba (lacub, 2003), misma persona que se encuentra construia por 0 Enificados que se le atribuyen es + a vet wn EET al, en la medida que puede modificar y neg°C" los gi 6 IDENTIDADY ENVEJECIMIENTO nocimiento de su identidad, en el interior de una malls. dad de representaciones ideolégicas contradictorias (Alen 1988). De manera curiosa, el mismo proceso que constr. ye sujetos dominados establece sujetos que resisten (Kay, 1996) y donde los efectos nocivos, relativos a los estereo. pos de la vejez, pueden modificarse en contextos que pr muevan representaciones menos rigidas y negativas. En este sentido, el concepto de empoderamiento, en tan tw modificacién de un orden ideolégico y social que puede limitar y estereotipar a las personas viejas, se transforma en una posibilidad de construir una identidad diferenciads y singular. Capitulo 2 La identidad psicolégica en el envejecimiento INTRODUCCION profundizar las implica- El objetivo de este capitulo es ciones psicoldgicas que el envej to ta vex tiene? para el sujeto, Por ello, se expondré una sve de Pompe vas teéricas desde donde se piensa y aborda a emst= La identidad se desarrolla en el tiempo y coment %s de mayor fijeza, como los rasgos are ‘onalidad que se forjan tempranamente! ¥ ON one ™ayor estabilidad, y otros aspectos (¥° resulta tacit. bles por jos diversos contex#o> de signif sos de it 08 Hi OO sided 0 5 ye los prime 1976, 1 Desde fon 1 psicoandlisis, se sostiene toute forjrn las formas element eee McC aes dead pempecias ass Capitulo + La perspectiva psicoanalitica sobre la vejez INTRODUCCION En los origenes del psicoanilisis, se considers quel vejez Producfa un profundo cambio a nivel del aparato psiquico. Disminu‘a la cantidad de libido, incrementaba es * Muerte, producfa una regresién evolutiva y aumentaba I libido cael yo. Todo esto se traducia en rigidez caracterol6- Sica y formas pregenitales de goce libidinal que generaban Cambios en el funcionamiento del aparato psiquico y li taban el acceso analitico. Estos puntos de vista fueron modificind ¥ finalmente, de manera directa 0 indirect, ps Bran generadora de ideas y de pricticas "erapéuticas relativas a este grupo erie nis grandes Jose en el tiempo cesta teorfa fue teéricas y PS- Seguramente Erikson produjo uno de los mit oe “Portes a la cuestién del desarrollo a wis 3 referencias “© broducen ciertos desis, entre ls as 5 [DENTIDADY ENVEECHENTO, a la mediana edad yl vejez, que han dado agar a nociones ty relevantes como las de e ‘Uno de los modos més cisicos en los que el psicoanais indagé la identidad en la vejez. ha sido a través de las vig. situdes del narcisismo. En este texto propondremos con, frontaciones entre lecturas que tienen diferentes puntos dg vista y, fundamentalmente, le otorgan diversos niveles de plasticidad o adecuacién a los contextos vitales. PERSPECTIVAS PSICOANALITICAS DEL NARCISISMO El término “narcisismo” designa el amor por si mismo en la tradicién griega. Se incluye en la psicopatologia por Alfred Binet en 1887 para describir una forma de fetichis- ‘mo, que consiste en tomarse a sf mismo como objeto sexu Havelock Ellis (1898) fue quien lo definié como un com- Portamiento perverso relacionado con el mito griego y en 1899, el crimindlogo Nacke introduce el término en le- man (Roudinesco y Plon, 1997). Desde el psicoanslisis, se lo define de maneras diferent®* ~ Laiinversién del objeto sexual (refiriéndose a la hom” sexualidad). : ~ Una fase de la evolucién sexual, entre el auroerous™ ¥ la eleccién de objeto cuando surge, a través 4& Tuevo acto psiquico (Freud, 19814: 2019) EY yy ~ Las catexis libidinales, donde diferencia la libido ¥0 de la libido de objeto, y establece un principio Caulibrio, ya que, cuanto més aumenta uns ™ empobrece la otra, i ~ Un estancamienta de la libido que ninguna "eto permite sobrepasar completamente. LAFERSFECIVA PSCOANAIDCA Sone gee ” - “BI complemento libidinoso del egoamo inherent Ja pulsion de conservacién, egoismo que atribuimos justificadamente, en cierta media, a cualquier se vivo”, segiin Freud (19812: 2017), lo que implica que el yo es pasible de ser libidinizado. = La diferenciacién entre el narcssmo primario y secundario. El primario remite al narcisismo de los padres, “su majestad el bebé”, en la medida en que manifiestan su propio narcisismo resignado que viene a renacer y que, a pesar de su metamorfosis en amor de objeto, no deja de tener su antigua naturaleza, Al narcisismo secundario se lo concibe como un segundo tiempo, una vez que el sujeto retira las cargas sobre el yo o sobre sus fantasias. A la vuelta de las cargas sobre el yo, se lo denomina retraccién y da lugar a un estado de narcisismo. El objeto perdido se introyecta en el yo, via la identificacién masiva y primaria del obje~ to, lo que da como resultado clinico la parafrenia. En cambio, la introversi6n implica un retiro de las car- 8as, sin que conlleve una identificacién total al objeto, sino una pérdida discriminada, secundaria en la que el objeto se mantendra en las fantasias, sustiruyendo los personajes reales por otros imaginarios o mezclan- do unos con otros, y una renuncia a realizat los 08 motores que los llevarfan ala consecucion de os fne® en tales objetos, Esto explicaria por qué ent na o se rompen los lazos eréticos con las personas ¥ cosas, ~ El desarrollo del yo, consistente el narcisismo primario y una bisquet™ I conquistarlo, a través del oa oa ion, ¥ cUy? Sobre un yo ideal impuesto desde oO Satisfaccién depende de su cumplim' en un alejamiento wyeda para volvel 2 [DENTOAOY EWEEOMENTO = Lacan relaciona este momento de formacién det < can fo que denomina el estadio del espejo, donde’y sarcsismo no aparece como la fata de relacién sou ‘como ha interiorizacién de una relaci6n (Laplanche y Pontalis, 1981). ~ La autoestima como la medida en que la estructur narcisista se siente gratificada. — Finalmente, existen factores sociales que inciden en, el modo de comprender lo narcisista segtin valores y rasgos ideales de cada momento historico. Lasch (1979) sostuvo una tesis provocativa: “Las condicio. nes sociales reinantes intensifican el narcisismo pre- existente en cada uno de nosotros en grados diver- sos". El mundo contemporéneo es visto como com- plejo y amenazante, promoviendo con ello ansiedad ¢ inseguridad, por lo que se tiende a concentrarse en {a autopreocupacién, preservaci6n e indulgencia, con tun énfasis por el éxito personal en detrimento de los ideales colectivos. Esta suma de definiciones que cuentan con perspestivs Comunes y otras diferenciadas darn lugar a una serie de lecturas sobre la cuestién de la vejez. UA PERSPECTIVA DE ERIKSON |a'mirada de Erikson (2000) sobre el desarrollo api ls aboracin de una serie de estadios donde se prot i rouaitan ciertos desafios, los cuales desencadenarén a a 2 distonia'en un e "brig siempre dinsmico- i inseguses PONE En juey. deseos y temores, seguridt Buridades, necesidades y carencias, LUA PERSFECTVA PSICOANALITICA Sane avez = Desde esta perspectva, se piensanelaboraiones pos vasen Ja mediana edad y la vejez, que conducen a la gene. ratividad ¢ integridad, o negativas que conducen al estancy- mniento la desesperaci6n. Cada una de estas elaboraciones garticala con otras anteriores, resignficéndose y scwalt zandose en diversos momentos vitales. El desafio especifico de la vejez es la integridad os. la desesperanza o desesperacién, donde la integridad es defi- aida como un sentimiento de coherencia y totalidad que corre el riesgo de fragmentacién cuando aparecen pérdi- das de vinculos en tres procesos organizativos: el soma, la psique y el ethos.! La nocién de organizacién psiquica, relativa al anuda- miento vincular en dichas esferas, permite al sujeto darse tm sentido de integracién que se confronta con la deses- Peracién o desesperanza, la cual es considerada como un Proceso de desintegracién en el que el sujeto no encuentra lazos que lo articulen y le brinden seguridad. Es por ello {ve la muerte apareceré no solo como inminencia y falta de tiempo para desarrollar proyectos, sino también como “gmentaci6n y engaiio de la esperanza primaria. Por ello, Uexpresion es el disgusto o desdén que se traduce en enojo ° desinterés vital para sf y por los otros. Erikson (1981) remarca la importancia del compromiso wn las otras generaciones en la integridad, lo cual es un ‘node de anudamiento vincular mas abstracto que permite wurctribe Sas Heiitacieoon 20, kw procesos organizativos ¥ “Nees lo contrario del desdén de si ye las 070. noun rikson (2000) distingue el concepto “fuer” cm ficas 0 de Lp jolégics onde 8 Feferencia aude a ls difcultades fies, sco Social que pueden afectar al sujeto en su en¥2h a (CENTOADY ENVEECMIENTO Jemento necesario en cada desaffo vital. La fuerza, touno objevo propiciarsalidas sinténicas 0 de equet 5tivo en cada uno de los desafios emprendidos, La sibidaria, concebida como fa fuerza de est ete vital, implica la posibilidad de realizar cambios en la repre. sentacién de si que permitan lecturas diferentes, con, proyeccién, abstraccién y metaforizaci6n, y posibiliten un, sentimiento de interés renovado, seguridad y nuevos mip. genes de control, y un sentido de continuidad y trascenden Ga encl otro o los otros. La sabiduria puede acompafiarse de una ritualizacién filoséfica o religiosa que provea indices externos de sostén, o de una narrativa que brinde sentido y significado, tanto nivel de una creencia como de practicas sociales repetitiva, ante un riesgoso desequilibrio. Cobler (1993: 119-120) reescribe a Erikson diciendo que: La sabiduria conseguida en la vida tardia consiste en la habili- dad para mantener una narrativa coherente del curso de vi x la cual el pasado recordado, el presente experimentadoY

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