CARRILLO, Francisco, Tesis, Historia y Fábula en La Crónica de Pedro Pizarro

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TESIS, HISTORIA Y FABULA EN LA CRONICA DE PEDRO PIZARRO Francisco Carrillo, Consciente o inconscientemente todo expositor afirma algo que va intima- mente unide a sus creencias, prejuicios, deseos, esperanzas. Lo que afinna en su. tesis, su ideologia. El novelista, e! dramaturgo, c) poeta —y el cusayistu, por su- puesto— desarrollan tesis en sus exposiciones y metiforas. Y cuanto antes el lec- tor descubra estas tesis tanto mas coherentes serd la comprensiGn del mensaje 1o- tal del escritor y esto es més importante si el escritor representa o se identifica con una corriente o un grupo de poder. Por ejemplo, uiia de las tesis de Argue- das ¢s que el indio peruano debe adaptarse al mundo occidental sin perder sus Virtudes indias; otra es que el indio es fuerte y puede vencer cualquier obstdculo; otra es expresar su deseo de que en las luchas econémicas entre el indio y el blan- co “no haya rabia", Una tesis clarisima de Ciro Alegria es la siguiente, expresada principalmente en El mundo es ancha ajena: el gamonal, y sus aliados pober- nantes y jueces, destruye las comunidades de indios y con la comunidad destru- ye todas sus virtudes. Para Clorinda Matto de Turner la civilizacién, la bondad y el progreso estén en la ciudad; la maldad es de les paderosos del campo. Para Gonzalez Prada en el Peni donde se pone el dedo. .. Los cronistas son hombres de partido. Escriben con un propésito guia, con lesis, y cata tesis va con pasién. Acomodan sus anécdotas ¢ historias, 1as tuercen, para hacerlas coherentes con sus ereencias, con sus prejuicios. [Para Hernando Pizarro, él, su hermano Francisco en especial, y todos los espafioles fueron, los portadores de Ia civilizacién y Ia libertad: en cambio, Atshualpa significaba la srueldad y la upresién,)Para Bernal Diaz del Castillo el simple soldade es el hé- oe ue la conquista y'el capitin un mero coordinador de esfuerzos: Lopez de Gé- mara piensa que el haber traido un Dios, uns fe y un bautismo, y haber quitado la idolatrfa y Ios sacrificios. humanos a los indios, valen mds que “las perlas, ni la plata, ni el oro” que les han tomado, expresando asi una tesis de intercarnbio de valores que perdurard por siglos. [Una tesis secundaria de Gomara es mostrar una supuesta superioridad de Hein Cortés sobre Francisco Pizarro de quien dijo que era un criador de chanchos; y asi, unos cronistas defienden a Almagro, tras Pizarro 0 al gobernante que los subvenciona /Estos encargos se traducen en te- sis, Para Guamin Poma de Ayala el mundo peruano de su época es un caos que ‘ha interrumpido un orden milenario; ve él, y describe, un desorden de autorida- 29 des y razas, abuses, robos, “No hay remedio™ dice constantemente y dibuja el orien antiguo y ei desorden de su tiempo a manera de holocausto; y sugiere un orden basado en pureza de razas, en la tradicién, bajo el gobierno del Rey espa- fiol, un Inca colonial, siguiendo e} signo cristiano que él cree puro en esencia, Sarmiento de Gamboa el Impetio Incaicu estd regido por intrigas de corte, Por crueldades; para Garcilaso el Imperio Incaico era el gobiemo de la equidad y dulzura. Pero Garcilaso, por cierto, es mucho mis complicado, como lo es Var llejc)Las tesis de Garcilaso se entrecruzan hasta llegar a la ambiguedad y Ia sor- presa; la calidad humana se hereda pero también cada uno es hijo de sus obras; -l imperio incaico se entreg6 ante una religion superior pero ésta no se est desa- rrollanda dignamente; el indio, el mestizo, el blanco del Peri viven en un mundo de rencor, dolor ¢ injusticia; y hay en todo un caos de orden espiritual. Ahora bien {el cronista desarrrolla sus tesis a través de historias, leyendas, anéedotas. JLo que ve, oye o lee pasa por el tamiz de lo que cree o quiere demos- ad y un maximo de in- terpretacion y tergiversacién, y, por supuesto, también Jos inwenta cuando no ‘tiene a mano los que necesita. En las primeras crénicas peruanas hay un “hecho histéricu" que sufrid diferentes iMterpretaciones en la pluma de diferentes cronis- tast el episodio de los patos desollados, Estando los espafloles en camino hacia Cajamarca, Atabualpa mandé con sus embajadores unos patos desollados para ser Presentadus al capitin de los invasores. A estos patos desollados diferentes cro- nistas dan diferentes interpretaciones. Para Cristobal de Mena “significaba que assi avian de dessollar a los christianos"!. Diego de Trujillo, tan inventor de fibu- Jas como Mena, coincide con esta interpretacion pero es mas expli el capitan del Inca) “taxo un presente al Gobernador que se le envid Atabalipa que estaba en tas bafios una legua de Caxamalea, y el presente eran unos pais desollados y Ilenos de lana, que parecian aflagazas para matar a sisones; y preguntando- Je que era silo respondid, y dixo, dice Atabalipa que de esta manera os ha 2 Poner los cueros a todos vosotros, si no le vol cuanto aveis tomado ena ten nicisco de Jerez, ef cronista oficial de Pizarro, es mis sabrio en el significasto que da a este episadi “Con el capitén vino un indio principal con otros algunos, y dijo el capitan que aquel indio habia renido con cierto presente para el Gobernador; este mensgjero dijo al Gobemador que su sefior Atabalipa Ie envia desde Caxa mmalca para le traer aquel presente, que eran dos fortalezas a manera de fuen- |. Cristébal de Mona, ¢ Concuista del Peri cn Las Relaciones Primitives die tx Com. quite del Per de Rail Portas 8, Lina, lositato Rail Portas Barrenechca, 1967, p81. Diego de Trujilo, Retaciones del Descubrimiente del Reyna del Peri, Biblioteca Peruana, Primera Serie, Tome Ii, Lima, Editores Técnieox Asociados S.A. 1968, ip, 21. 30 te, figuradas en piedra, con ‘beba, y dos cargas de patos secos desollados, para que, hechos polres, xe tame con ell, porgoc aa usa entre lu se- ores de'su tierra; y pele emina dcr ur ne tiene voluniad de ser su ami- go, y experaile de paz en Caxamaica™? Y para Miguel de Estete se trata de un cierto presente, que los sefiotes usan unos 4 otros, euanda se envian a saludar". Afios despues, en Espafia, Juan Ruiz de Are solo recuerda que el Inca les habia enviado “un mensajero a decimos que nos digsemos prisas, que Atabalica nos estaba esperando con muchs comida. © com mucho oro y plata’ ‘probable equ buhn un envio de 1 togye $34 envio aguicaba ois Ta tnterpretacidn de los soldados i, Porque los conquistadores iban inter pretand 5a Mace Tod REGHOE GE Tr Conqutta, Pedro Pizarro, coma todo es- ronal ‘obsesienado por el oro, nos cuenta algunas anécdotas que ilustran estas ‘obtesiones. En la isla de Pund, por ejemplo, "se hallaron tres yndiss que sufan sido criadas de los dos espafioles que dije ‘se quedaron en esta tierra, lamados Marilla y Bocanegra, quando el Marqués don Francisco Pizarro la descubrid y fad a Expafia a pedir la gouernasién. Entre la rropal destas se hallé un papel pequelo escrito, en que desis ef Bocanegra: “A los que a esta tierra uiniéredes, saued que hay mis plata y ora en ella que hierro en Vizcaya”. Leido este papel, la mis gente crey6 y lo dezian piblicamente~ ser chads del Marqués don Francisco Piza. ro adrede para animar la gente, porque benfan muy descontentos en no ssuer hallado otro Quaque"6, Y asi los soldados van haciendo las anécdotas @ interprotaciones que ves- pués los cronistas recogen. Una obsesion subraya un hecho, lo agranda, lo con- Sidera memorable. O lo inventa, Entre cuento y leyenda Gareitaso narra un su- eso que casualmente muy bien se adapla Ue Uinta de sus tesis, Es el cugnty de la lora que sabia mas que un psicblogo o sociGloge medere “En Potocsi, por los afios de mil y quinientos y cineuenta y cuatro y cin- cuenta y cinca, huva un papagayo, de los que llaman loro, tan hablador, que a los indios e indias que passivan por Li calle les llaman por sus provin- cas, a cada uno de fa naciin que era, sin errar alguita, diziendo Colla, Yunea, Haairu, Quechua, ete,, como que tiviera noticia de las diferencias de tocados que Jos indios, en tiempo de tos Incas, trafan en las cabegas para ser conoci- dos. Un dia de aquellos passé una india hermosa por la calle do el papagayo estaba: iva con Wes.0 cuatro criadas, haziendo mucho de la senora Palla, que Francisco de Sores, Verdedtre Relacin de ia Conquista det Peri y Provincia del Gusev Maunada la Nucra Cortlle, en Bibtiotecs Petwama citads. p. 212 def Tum b 4. Miguel de Estete, Noricie de! Peni, Wid, p. 387, 4. duan ule de Arce, Adrertencias, Noid, y, 420, 6 Pedra fHearto, Relachinn del Descubvimienca » Comguivts del Persi, Cito de ba anaes ca eficidn preparada por Guillrma Lobmann Villena, Lima, Pontificia Universidad Co- tolice del Pero, 1978. Edina, Constderacionss Preliminares de G.1LV.y nota de Peite Dusiolsp. 18 a1 son las de la sangre real. En viéndola el papagayo, did grandes gritos de risa, diziendo " jHuairu, Huairs, Huaira!”, que es una nascién de gente mis vil y tenida en menos que otras. La india passé avergonsada par los que extavan delante, que siempre havia una gran cuadrilla de indios escuchando el pixa- 10; y cuandy Ilegd cerca, escupio hazia el papagayo y le llama copay, que es diablo. Los indios dixeron lo mismo, porque conascia la india, eon ir disfra- sada en hibite de Palla”? La tesis que esti ilustrando Garcilaso os una que le hiere en lo intimo: en el mundo peruano de su época se estin perdiendo las que 1 considera justas je- rarquias. _(Ees cuentos cémicos, tos chistes de los cronistas Jilevan ta misma carga ideo- logica que lus cuemtus o leyendas. Ast Diego de Trijillo le inventa al Embajador el Inca un cuenta cOmico que mds de un historlador se ha tomado en serio: “y de alli fuimos caminando con cuidado, porque av‘a una quebrada 4 don- de Atabalipa quiso inviar gonte a que alli mos matasen, y dejola de hacer, porque el Inga que venfa con nosotros fe dixo nu envies vengan que yo te Jos daré a todos a todos, porque a mi soko me han miedo, y tambien porque nu has de matar a tres de ellos, que eran el herrador, y ¢l Barbero, que hazia muzos a los jOvenes, y a Hemando Sanchez Morillo, que era gran bolteador ¥ como el Inga nos conocia a todos dijole esto"® Los chistes politicos actuales, que son un sistema de defensa o alaque con- tra los poder ienen antiguy ancestre en las crdnicas. EI lector de erimicas que quiere encontrar historia a través de ellas debe, pues; cuidarse del anecdatario, de la fabulsciin, de las bromas del cronista) El Sronista no es historiadur porque el Rey o el Conquistador lo haya nombraderco- mo tal, © porque él espontineamente Io afirme oo crea. El cronista ¢s un hom- bre de tesis, un inventor que en el meee casas, estira, atrae ciertos hechos al radio de luz que le da su obsesién.\Bajo Ia tesis de Ia crucldad de Atahualpa -cuya antitesis es la bondad de Francico Pizatro— se han inventado leyendas que a menudo pasan a los textos dé historia (por supuesto, cuando pasan a los textes de historia se persiguen los mismos propdsitos de tergiversaciOn de los cor- nistas]] Las cabriolas de Hernando de Soto ante la impasibilidad de Atahualpa y el terror de los indivs ¢s una leyenda que sirve pata sefalar “la erueldad” con que al Inca castigaba a sus vasallos. En esta linea estin el episodi f “Liegido pues Almagro y la xente ya dicha, ef Atahualpa se turb6 y enten- id que suia de morir, y un dia, estando comiendo con el Marqués, le pre- Cap. XXL, Libra Octara, CR. Cit, p21, Mead, p. 90. Ports, cn la note 49 aww cdiciin de Mona, hace, subre el mismo tema, re ‘ferencias de otros eronistas ver 32, gunté que cémo auia de rrepastir los yndios entre los espafiales. El Mar- quis le dixo que aufa de dar un cagique a cada espafiol. Ataualpa dixo si Tos mujan de estar cada uno con su cagique. El Marqués le dixo que no, sino que auia de hazer pucblos donde los espafoles estuwiesen juntos. Oydo esto, Atsualpa dixo: : quidcote dezit, apo, lo que an de fazer los ristianos con estos yndios para que se puedan serr dlls: sla algan jal dieres mill yndios, a de matar la mitad servic ae = ee El cuento, que proviene de una supuesta conversacion entre Atahuaipa y Francisco Pizarro, inicialmente difundido por él mismo Pizarro o por algin im- provisado testigo y “traductor", prendié entre los conquistadores y tuvo difu- sidn, Fray Reginalde de Lizdrraga (1545-1615) lo cuenta ¥ lo comenta 70 afios después de tal manera que podemos apreciar cudn exitosos son los oyentes 0 his toriadores posteriares que profesaron similar ideologfa a ta del inventor. “acudrdome de haber ofdu decir a algunos antiguos, que cuando Atabalipa, el dltimo seffor de estos reinos, se vio preso en poder del marqués don Fran- cisco Pizarro, te dijo: “El mejor reino tienes del mundo, pero cada tercer aflo, si te han de servir bien estos indios, has de matar la tercera parte de el consejo nv lo alabamos, porque es cruelisimo, el cual ni se acept ha de aceptar, sin comprobamos el énimo servil de éstos, que si no es por miedo no se aplican a cosa de virtud; para malicias son vivisimes""!1 ‘La esis explicita en el cuenta es aceptada pur los que van hacer terrorismo conta Jos Indios: os primeros conquistadores, tos religiowos extirpadores de idolatrias y los gobernantes peruanos hasta el presente. Fray Lizdrraga ve en las borracheras de los indios el mayor mal del Peri ¥ Ia solucién es el castigo: “como les faltd el rigor y castigo del Inga, facilisimamente se vuelven a sus malas costumbres ¢ inclinaciones y boracheras, y no hay otro Dios sino su vientre, y mientras no se les castige con mucho rigor, no se espere e:- miends, sino su total disminuciin y destruccion, y lo mismo, aunque no tanto, en los indios de la Sierra”*!? ‘Voluntad de Historia Pero hay en el cronista en general una seria Voluntud de hacer historia. Tie- ne un concepto de lo que es historia, muchas veces se rige por una definicion y se separa de otros cronistas que no saben hacer historia; y se enceguese en ideologia. Asi, Pedro Pizarro tiene voluntad de hacer historia pero no en el ser tido de hacer investigacién, Principalmente @ relata hechos, expone hechos de su experiencia, hechos singulares porque él esta entre lor que van haciendo la historia, Y sus hechot son verdaderos porque éi los ha vivido 0 porque 4 es testigo presencial, Escribe en su dedicatoria al Rey 10, Grp 60. 11, Emy Reginaldo de Lisisraga, Deserigcide Breve oe todd la tiewra del Peri, Tica, Rio de la Plots y Obie, Madrid, B.A. Tomo ducentésimodecimorexta, 1968, p. 98. 12, hid, p45, 33 “Muchos son, catélico y clementisimo Principe, los que an escripte Las co- Sai destos vuentros rreynos del Pind, asi lo de La conquista detlos, como de Jas cosas acontesgidas despuds que se poblaron de vuestros vasallos; mis co- mo los escriptores no escriven lo que vieron, sino lo que oyerun, no pue- den dar clats of berdadera notijla da in que ‘acrioen, yan yo, ol rumor de vuestros vasallos, acordé de sacar a luz lo que hasta ora a estado escuro Y en tinieblas, como persona: ae 3¢ a hallado en estas provingias desdel Pringipio de la conquista hastal fin, y después en todas fos gusesos barios que a visto” (pig. 1). Estas son sus primeras Iineas. Y en las iltimas se reafirma “Todo lo que aqui ba escriptofansi y es berdad, sin afadir ni componer co- sa alguna. E otado escreuir esta ystoria porque los que me conogen sauen ser yo amiga de berdad, y que la trato siempre, y asi ba aqui toda lo que ba escripto con toda berdad” (pag. 262). ¥ arremete contra otros cronistas deshonestos que reciben 200 6 300 duce- das para poner a ciertas personas “muy adelante en lo que esereufan™ (pag. 211), en especial contra Cieza quien ha queride hacer una crimica “ile oydas, y creo yo que muy poco de vista” (pag, 211). Ser_sestigo y ser hanesto son dos condiciones bisicas que los crunistas se ‘asighian)\ ellas se puede agregar la necesidad de off, quizds preguntar a otros tes- tigos porque Jo que han vista lene que cumpleturse con [o que no han visto, ¥ Porque tendrd que hacer referencias al pasado, “Esto hasta aqui digo de uydas, y lo demis de vista, y algunas cosas de oydas, porque es ymposible poderse ha- Iter en todas partes uno” nos escribe al final del capitulo primero (pig. 6). Y, efectivamente, pone “diren™, “dezfan™ ante hechos que le sun algo lejanos. El serco de Lima, por ejemplo, paralelo al cerco del Cuzco, lo reduce a pocas li- reas y lo pone en lejania “ydus a Lima, dizen que pusieron gerca y estubieron sobre ella algunos dias” (pig. 141). En cambio, el cerco del Cuzco, en el que él iene destacadisima actuacidn, le merece cap/tulos enterus, epivodios porme: zados. Por lo pronto, entonces, su voluntad de historier la verdad lleva un ger- men de desequilibrio. Por atro lado, su seleccién de hechos, su fabulaciin y om- nisciencia darén mayor duds a su verdad. Leyes que enmarcan la historia Detris de los hechos que narra hay, sin embargo, leyes que urdenan, que en- ‘marcan el proceso histérico, leyes que el cronista acepta y defiende consciente © inconscientemente. Estas leyes se imponen y exigen ateas leyes complementa- rias; y todas estas leyes sufren a menudo las amenazas de quienes se quieren po- ner al margen de ellas. La mis cémoda entre los cronistas es la Provider cia, la Providencia Divina que va determinando les hechos, que incluso Tos ha” Previsto por ator aWras—Atahualpa pudo “con la teria parte de la gente que te- destruir a los expafioles, pero no lo hizo: “Hordendlo Nuestro Sefior asi porque fué seruido que en esta tierra entrasen cristianos” (pag. 31). Enel cerco. del Cuzco la situaciin de los espafioles ¢s muy upremiante, Los indios ya estin 34 avisados porque “un yndio podia mas que un espafiol de a pie” pero “usb Nues- tro Seftor can nosotros de su misericordia de librarios de tanta gente y tan mala tierra para podernos aprovechar dellos” (pig. 125). La Provindencia, con Nues- 10 Seflor st: mano ejecutora, hace algo més concreto que ampliar la religidn: de~ fine la expiotacion de los indios por los expafioles. ¥ ciega a los indios (pag. 129) ‘Apana a los fuegos (Pig. 140), etc, Despiads de las batallas los invasores opradecen. a Nuestro Seftor (pag. 40) en lo posible con una miss jubllosa, Y la Provindencia, tan amplia que ha preparado el terreno entre los indios mucho antes de la lle- jada de los espafioles al Pert: “Aquécdome oyr dezir aun orején sefior de lus desta tierra, que antes diez afios, poco mis u menos, que los eipaftoles entrésemos en ella, Aparima, un, ydolo que estos yndios tenfan doze leguas del Cuzco, con que hablavan, ‘auin mandado que s< juntasen los seflores todos, que les queria hablar, ¥ juntos, les dixo: "Audis de sauer/ que uiene una gente barbuda que os = de sojuzgar, €os querido dezir esto por que comiis y bebais y gasteis todo lo que tenéis, porque cuando aquellos bengan, ne hallen nada ni tengdis que les dar”. Esto me contd, como digo, un oeejin viejo, que Lo auia él niisme oy~ do" (pig. 241), #40, un indio de Tiimbez muy al principio de la conquista se entregd afirmando que los espafioles “lo auian de conquistar todo" (pig. to de Ja Providencia, el que prepard el terrene-de la conquista en! Jogrado penetrar haste en la erénica indias ms deparadas. Wéase | sa que ofrece Leén Portilla a través de las crémicas indias de México para calar ‘con qué sutileza los curas espafioles upicron infitrarse en el pensamiento de los ‘historiadores indios. El requerimiento y su implementacién que con todus sux burlas y veras cada cronista relata no es sino el sello burveritice y visible de la historia que Dies esta guiando, Para Pedro Pizarro Dios intervicne en otras por menores de [a historia: a Picado, el Secretario de Francisco Pizarro “los de Chile descoyuntaron a tormentos y le cortaron la cauege en el rratlo de la giudad de los Reyes” (pag. 203) por pretender quitar riqueza a los legitimos conquistado- res, ¥ las muertes de Francisco Pizarro y Almagro se deben aun castigo de Dios por haber sido ellos crucles con indios allegados a Manca Inca (pig. 199), Dios -la Providencia~ dirige y depura la historia, Rey y Providencia forman una unidad determinante de la historia, Por un la- de la Provideneia determina los grandes pasos de Ia historia; el servicio al Rey, en cambio, permite un juego de libre albedrio. que pone en diversas encrucijadas a fas personajes que hacen la historia, El Rey represents a Dios y los conquista- dores han venido a servirle, Los que se aparten del servicio al Rey sufririn las pe- nas del presente y de la historia. ¥ se combate al gobemante que no es legitima, al que las crénicas Haman tirana, Atahualpa es tirano, por no ser “sefior natural Justumente La primera mencién que Pedeo Pizarro hace del Inca de Cajamarca Uene come propésite establecer esta ilegitimidad: en Poechos se “twuo noticia de fa provincia de Caxas y de In pasada de Atatialpa, que ybu de Quite a Caja 35 marca, hazicndo guerra a su hermano Guiscar, que era el seflor natural que ala ‘sazén rreinaua en esta tierra” (pig. 25). Vencido Atahualpa los naturales quisieron que Francisco Pizarro fuera el iO sefior, por haber vencido a un sefior ilegitimo (pigs. 84 y 242). “Pares- geme a mi se gand justamente esta tierra por ser ganada de tirano, como lo era Atabalpa” (pag. 242). dice el cronista para rerniar) Principalmente alrededor de sus propios ‘es que Pedro Pizarto ejem- plifica la obligatoriedad histérica de servir al Rey. . . y las consecuencias que ¢s- to tme. Por el Rey, luchando contra tiranos, Pedro Pizarro deja el hogar y la fa- milia; sufre destierras, prisiones; estd en peligro de muerte; por el Rey tiene que olvidar la amistad, la hermandad, los deberes a sus deudos, los Pizarro, por ejem- plo; por el Rey el cronista se siente obligado a soburnar; por el Rey se comete hasta [a traicién, La traicién la explica segin el caso Centeno-Almendras (réase apéndice n. 1) inconsciente espejo en que se ve su propia “traicin” a Gonzalo Pizarro. Esta traicidn le carcome el alma y eacribe ua parrafo casi conmovedar: ste Pedro Pigarro en esta eacriptura nombrado, por seruir a Su Magestad, ‘Aprouechanda muchos afreseimientas que al pringipia, quando Gongala igarro se enpegd 2 alterar le ofrespié que le harts su capitin y seria el mds Breminente en 54 campo, todo Io pospuse ¥ dexé por seruir a su rrey y se- for, y ani Gangalo Pigaro fe tuo part matar en It Giudad de los Rreyes, y ‘ruega de Caraujal, su maece de cam ale a las area ‘quitéle los yndios; perdié més io iltimo auenturd [a honera, auiendo puesta muchas vezes la vida a rl tablero, todo par seruir a.su rrey y sefor, negando sa nombre y sangre” (pig. 236) Mango Inga, por otro lado, pierde su condicion de legitimidad por aliarse com Almagro, quien constantemente traiciona a Francisco Vizarro, legitima se- Presentante del Rey; y por alzarse contra los “cristianos™. El cronista va perso: salmente, con Gonzalo Pizarro, a Vilcabamba a intentar desalojar a Mango Inga. Conquista, el cerco del Cuzco, y las guerras civiles son les principales hechos his- téricus que narra Pedro Pizarro y en todas intervine para servir al Rey y a Dios Nuestro Seftor. El providencial proceso historica sufre otro peligro: la falta de unidad de mando, de unidad de criterio. Se sirve al Rey a través de un Gobernador o un visorrey. Cualquier desobediencia o desemvicio a este representante puede traer una alteraciGn del proceso histérico. La crdnica de Pedro Pizarro ext tlena de traiciones, muchas de ellas abortadas, pero otras ponen # prucbu la Icaltad de Jos vasallos, Desde un principio Francisea Pizarro pidié al Consejo de Indias go- bemancidn para él y para Almagro pero “st le rrespondié que no aufa lugar de dar gouernagidn a dos compaferas, 4 causa de que en Santa Marta se auia dado asi a dos compaficros, ¥ cl uno muerto al otro, y pluguiera a Dios Nuestra Seflor que aii se guardara siempre, que después que se did a don Diego de Almagro gouernagida ve ma- van une ote, ¥ an cucedido las uatallas y guerras que en este rreyno a iB ¥ la crOnica se lena de intentos de ruptura de la unidad de mando: Riquel- me huye en los primeros pasos de la conquista (p. 20), Pedro de Alvarado inten- ta interferir en el camino de Pizarro; Soto s¢ amotind varias veces (pigs. 23, 26, 27), Almagro inicié: un conflicto de grandes proporciones, Gonzalo Pizarro ram- peri con el Rey y etc. Esta falta de unidad, o traicién, exaspera el cronista, Un ejemplo Limite es justamente fa falta de unidad que hubo entre los incas “y gier- 10, sila tierra no estuuiera yndiiss, todos peresci¢ramas aqui” (pig. 78). Imagen del Conquistador bre estas telones histdricos s¢ dibuja la imagen del conquistador. El con- qui e1 un enviado de Divs, por intermedi del Rey. terminados hacia la victoria sobre tiranos ¢ infieles. Prachas, 7 peligros de guerra, asechanzas, traiciones. Los que supe- ran estos peligros, los que se mantienen fieles al Rey, seran los legitimos conquis- tadores. ¥ los legitimos conquistadores reciben imediata compensacién por sus sacrificios; si se les regatea esta compensacién, si se les cecorta, viene la queja, el desengafio, Y aun la rebelibn de bos que mo saben sacrificarse haste el final. Va- ios de los quejosas escriben cartas © crdnicas al Rey pera que este pongs las co- sas en orden, para que haga justicia. Porque los. conquistadores estiin seguros de ser legitimos duefios del Peci. La crénica de Pedro Pizarro no es sino una expli- cacién ampliada de tudo esto. Es una explicacién de los conquistadores: ellos son descubridores-conquistadores-pabladares, tres sustantivos en uno. Son los que ponen su dineru y su vida, su ¢sfuerzo; los que luchan contra In ge fia Jos salvajes, son los pocos gUE sinlicron miedo v pudierum fo, La compen- aa Inmediata es la tierra y sui claves, [ad riquezas en oro y plata, el poder. Por eso la conquista y el reparto de tierras son hechos simulténeos, “Pues juntos los cagiques, hizo el Marqués la ynformasién, y en ella hall6 ser Glerto querer matar alos expailesy mueraejniado para efecto, ¥ que si no fueran sentidos lo hizieran, por lo cual condend a muerte treze cach ques, ¥ déndoles garrote, los quemaron; y hecho esto, el Marqués se partid para Tangaralé, adonde auia acordedo poblar un pueblo, y asi lo hizo, y des- pus se pasd a Piura, donde aora est poblado, que Fu¢ el primero que en es- fe treyno se pobld, trepartiendo todos los pueblos ¢ yndias que ubo dende ‘Tambez hasta Piura (p. 27). Estus conquistadores, las antiguas, tienen jerarquia porque: ‘en agael tiempo no dausn los capitanes ni gouernadores ayuda de costa a adie, sino cada uno pasaua a la suya, sin que nadie le ayudase, y aun pa- gauan los letes a lus seftores de los naufos asimismo, y no como en este tiempo, que aunque les den ayuda de costa nose disponen a yr a buscar the- ras mucuas ni a las guerras” (p. 15) Pedro Pizarro lanza quejas contra Picado porque estaba “quitando lo mejor que tenfan los conquistadores y dandolo a los amigos de Picado y a los hom: a7 bres rrezién benidos de Espatia”. (p. 203), Pizarro escribe el capitulo 31 pa- ra subrayar su queja, (Véase apéndice 2). Un aspecto de la compensacisn inmediala que Pizarro expone con cuidado ¢5 el reparto de riquezas, Cads conquistadar recibe lo justo de acuerdo con sus esfueraos y sacificigs] “ast que tomado el pueblo, 1os naturales huyeran, que muy pocas se pudie- roa ater, por estar este pueblo juato a muy grandes montafias miay expesas, dexando todos sus aueres y hazicndas, Los espafloles las rrecoxeron, y jun- taroa el oro y la plata, porque asi estaua mandado y hordenado, so pena de Ja uida el que otra cosa hiziese, porque lo auian de traer a montén, pare que de alli el Gouernador rrepartitse, dando a cada un conforme a su per- sonia y méritos y servicios” (pp. 13 y 14). La escrupulosidad de Francisco Pizarro es extrema, El rescate de Atahualpa es exclusivamente para que los que estuvieron en la toma de la plaza y del Inca, Descripeién Funcional [Pizarro describe personajes y gentes, ciudades y caminos; incursiuna en la historia inca; dice algo de la economia, de le fauna, de la flora; mas tado distor- sionado por la tesis ideoldgica que lo dirige, enmuelto en sus leyes histir cas. Y todo lo que describe va paralelo y condicionado a los hechos de la con- quista. Y entre los conguistadores él serd el principal, ¢1 mais claborado, el mis heroico, #! mis merecedor. . . Lo que describe es lo que tiene relacidn inmedia- 1a con el proceso de conquista y sus propésitos inmedi i ve indios, por cjemplo, y describe sus vestides es porque esti buscando el ard en Ios cintos: “Esta gente de esta isla y los de Puerto Viexo y Tambez traen un trane que es unos cedagillos en Jas cauegas: los pringipales y yndios de caudal traen unos gintos texidos de chaquira de oro y plata, de anchor de quatro dedos y mus, geflidos a rraiz de las cares, junto a las caderas, que les gifte todo él cuerpo; traen la bestidura engima que lo tapa; las mugeres tracn lo mesmo algunas, y las mugeres asimismo lo traen en las mufiecas de los bracos y en Jas piermas, arriua de los tobillos™ (pp. 18 y 19). Esta descripcién se completa con alimentos que tienen; con su actitud gue- rrera y 9us armas; y remata con una breve descripcién moral (“eran xenta guzia en el pecado nefando") e indicacién de sus dioses idélatras. Lo que ve es ora que decide el pillaje; la posibilidad de forraje; cdleulo de guerra, y justificacién de la ‘Matanza porque el pecado nefando y las idolatcias dan wn sentido de lucha mo- ral a la conquista, ¥ si describe “unas puentes hechas de unas crizmexas anchas” Con minuciasidad es porque “Tenianlas hechas de tal manera y tan fuertes, que pasauan muy bien les catuiallos por ellas y gente” (p. 180). Podria parecer a veces que ciertas descripcicnes del Peri Io entusiasman pe- Fo esta soltura de entusiasmo #1 cortada después, o es restringida, o la contradi- se. Asi, en alguna parte describe las siembras del Collao, sus pastos y ganados, 38 sus perdices y patos, el chaco que tanta admirsciém caus6 a los espattoles. Son cuatro hermosos parrafos de agricultura y vida comunal. Pero ¢s mucho para su tesis de negactin de la cultura india, Por eso remata asi hermosa descrip- cién: “stor yrs de estes provingias del Colo es pente puis; toe en mo chos pecados abominables; andauan muchos varones en dbita de mugeres) ‘usando mal y en muchas ydolatriat™ (p. 111) YY la belieza de los indios se define par una mayor cercania al color de los phates. ¥ mayor posite svie_de os dios tanto pis blancas (pig: 241) Y¥ de las comunes “las mis hermosas y puliday” eran las huancas, chacha- poyat y cafiares, jostamente las de Ins tribus aliadas de los espafioles (pig. 240). ividualizados, los indias notables, con el fo opuesta a Atahualpa o Pizarro opuesto a a a ‘comparar et proverbial en las primeras crémicas pe- ruanas, Perd es citable en Pedro Pizarro el “yo vide llorar al Marques de pesar por no poder dalle la vida" (p. 63) que se opone a un Atahualpa que finje Ilorar des- puds de haber dado ts orden de matar a su hermano Guiscar (p. 42). Paro siempre bondadoro y justo con los suyos s¢ opone al Atahualpa que aconseja al Conquistador matar indios para poderse servir de ellos, ¥ todo el capitulo 13 se estructura a base de la oposicin entre el Marques —funi de ciudades~ y Challicuchima ~crudelisimo— que es la opusicién entre la civilizacién y La barba- rie. Y, por supuesto, ¢6 una estructuracién no consciente pero igualmente efec- tiva. Su ideulogia también se impone en ta descripcidm del Cuzco, ciudad de la que oyé desde Tumbes ~si no antes por la atracci6n del oro. La expectativa y ‘al verla ya, refulgente de oro y solidez, caus admiracién en los conquistadores, Pero Pedro Fizarro corta cualquier conato de admizacién en las primeras des Mineas de su capitulo dedicado al Cuzco: “Hera ver la xemte que en este Cuzco aufa, que ponéa admiracién; toda la mis della seruia a estos muertos que tengo dicho” (p. 89). De esta tesis se desgrana las corrupeiones de las mujeres del sol, que fingian virginidad, hasta los accesos camales que los orejones tenfan con sus madres y hermanas, el remate del capitulo, Estos victos exigian como comple. mento un agobiante y ordenado sistema tributario; del Cuzco se irvadiaba el tra- bajo del Imperio pera la raz5n Is explics el cronis “Derfan estos seflotes de esta tierra que los naturales della los hazian trawa- fat siempre porque asf conbenia, porque raganes y bellacos y holga- ganes, ¥ que hazvéndoles trauajar bibfan sanos” (p. 105). Y¥ el ora que ve en ef Cuzco le sirve para expticar la crueldad con que los in- cas lo ccultaron de los espaftoles. En fin; la tesis de este capitulo s¢ resume atl: El Cuzco era el centro organizado de la corrupeién y crueldad incaicas)¥ en el Tapitulo diez hace una bieve y oscura historia de} Imperio Incaico. De Hudscar y Atuhualpa dice que sus nombres no eran “de sv alcua, sino que el uno al otro se los pusieron por ygnominia”. ¥ Guayna Cépac lo describe con una vulga ico ‘nia Salida de la soldadesca espafiola: “Dizen los yndios que hera muy amigo de lox proves y que mandzua que tuniesen especial cuydado dellos en toda su tierra. Dizen hera muy afable con los suyas y graue, Dizea que beuia mucho mis que tres yndios juntos y que xamds Je bian borracho; y que pregunténdole sus capitanes ¢ yndios prengipalcs que cémo bewsendo tanto no se enborrachaua, dizen que dexis que beufa por los proues quél muchos sustentaua” (p. 49). {Qué queds, pues, de historia? jPor qué se salva la erénica? Cada paca eseribe Ia historia de acuerdo con sus prejuicias 0 de acuerdo con bu ideologix]¥ dentro de cada época diferentes sectores ideoligicos se ex- presan diferentes puntos de visia] Al sigo XX, y para un sector, Pedro Pizarro ¢s.un cronista negativo. Degradar'a los indios y a los Incas, y enaltecer el pillaje ¥ el genocidio que qercéan los espafioles, no merecen nvestra admiracién, Mu- chas Io estiman pero son aquellos que ideolégicamente estén ientificados con 1, Su vision del Peri y de los hechos estd en los inicios de toda una manera de ver la historia que avalan, por ejemplo, los que siempre depredan el pati. Y en e%- te sentido si tiene el cronista plena valider histérica en un sector de nuestro mundo. Por ser quien es y por ser como et, Pedro Pizarra se constituye en para- ddigma de un primer ducto-del Peru aun sidestronado, por el gobierwe peninsulst, al momento de escribir, Las aventuras que Pizarro narra, todo lo que describe, la relaciOn que va haciendo de los personajes hasta quedar él como leg(timo y ca- 31 nico heredero de los conquistadores, ditefla toda tuna exposicin de razoney que cada conquittador en cada época, a su manera, modificard para creer mere- cer las riquezas del pais. Pareceria que en un momento Garcilaso, mestizo, hijo: de conquistador y de noble palla, es el legitima éuefio del Pert ly sus congéne- es, Guamdn Poma y Titu Cusi --indios nobles - quisicron compartir el pader con los cunquistadoses. Gonzalo Pizarzo, la beligerante y hasta la muerte bandera de Independencia, ¢s una variante de lo expresado por Pedra Pizarro. ¥ asi sucesiva: mente, En cl sentido de aclarat la meutalidad del poder la crémica es villida. ¥ es va- Vida también por Jos datos que da y que pueden servie para uns historia objetivo de la conquista: algunas emociones del cerco del Cuzco; la tictica de guerra in- dia, su aprendizaje en la aniilaciGn de los tersibles caballos; estd clara la crueldad. de guerra expafiola; esti claro el sentido econdmica — la conquista entre los sol- ic ¥ esti claro que no hay sentido ni propésito religioso 0 cultural en la con- quista, Lo que imports amotar es que cl mensaje de la ceénica a diferencia del mensaje del fio historiador— tiene ventsjas para convencer debido prinsipalmen te 4 los recursos literarios que la engalanan. En primer luger, la emocién que po- ‘ne el cronista. Es su vida la que ha estado en juego en un mundo heroico. Verdad 0 na, Pizarro nos lleva a sus servicios de armas, a us guardias incansables, a sus ificiles misiones especiales, a su singular habiidad para matar indies, Su erénica 40 es la emociéin que se canaliza en la sutobiografis. El fue de “la flor de la gente” spercibida para tamper el cerca del Cuzco e tr a avisar al Marqués (p. 143). Por- ‘que era “de las buenos Picarros de Extremadura” “hombre en Ia guerra muy buen hombre a cauallo” (p. 153), ¥ por cierto, la primera persona singulat ¥ pli- ral le sirve estar presente en toda la historia. Este “vide yo"; esta otra "yo: vide y lo oy”; en tal hecho importante estaba “yo presente”, “oy a Atabualpa” decir tal confidencia. .. y “matironinos wit cauallo y hiriéronnos algunos espa- ftoles” (p. 147) y a veces, por rubor, se quiebra a la tercera persona: “Miguel Comexo y Pedro Pigarro quedaron los postreros" (p. 149). Fabulas y Diilogos [Asi pues, Pizarro explaye s historia con aventuras personales, con fabulas, ‘quenTar o leyendas que recoge o s2 inventa y con didlogos Henos de colorids, hecho que considera importante, que mis lo conmueve, lleva en el didlogoy la fibula su mejor expresién, Y los cuentos y didlogos adquiesen mayor viraci- dad en temas que expresan su ideologia. 0 dicho al revés: su ideologia mejor la ‘express con cuentos y fibulas que con frios datos de Ia histovia. El afin de si- queza. el oro. le proporcionan més de 10 cuentos: las cameraidas que se credan falsas pero que un fraile. . .(p. 14), los tablones de plata que encuentra, los cdn- taros ¥ planehas de oro (p. 18); el ora por el cual Mango Ynga induce a Almagro al crimen; cl que engafla a Herando Pizarro y permite el levantamienta del In- ca; las hechicerias y eclipses que se producen por el oro oculto y otroi ya men- cionados; y el hermoso cucnto con didlogo que expone la tesis bisica del pobla- dor (apéndice 3). tra serie de andedotas y cuentus, los que tienen mds invectivas, conespon- den a Jas crueldades de Atahualpa. No hay didlogo mas zarandeado en Ia litera tura peruana que el que se Hevé a cabo entre Atahualpa y Valverde a través del traductor Felipillo. Cada cronitta, testigo 0 no, da su versién pero marcando simpre bondad y dulzura cristiana en el conquistador y desprecio y arrogancia en el Inca, Ademds, Iegalmente, la existencia del didlogo indicaba que se estaba cumpliendo con el Farsaso requerimiento. Pedre Pizarro pone en boca de Ati huslpa las palabras “bellaco” y “ladrones™ pero més abunda entre los cronistas ta amenaza de Atahwalpa de exigirles la devolucitin de todo lo robado, segura- mente el castigo que mas temian Ios conquistadores. El episodio siguiente el de la er jos suelos, encicnde con mAs vivera el fervor religioso de los aan de Arce soewerie que Valverde ord y Estee bfnaa Que el ex absuelve a Pizarro si este ataca al Inca inmediatamente. Garcilaso, por supvesto, rno culpa a nadie: pone entre Atahualpa y Valverde extensos cambios de ideas de ‘caricter religioso; al fin fue el diablo y la mala traduceidn de Felipillo los que causaron la incomprension y la matanza de Cajamarca. Una vez més los didtogot y fibulas se han inventedo para ejemplificar las tesis. En Pedro Pizarro los cven- tos mis emorivas son los que resaltan la bondad del Marqués. La muerte de Piza- tro esti narrada incluso con premoniciones y hechicerias. Con un cuento-didlo- 4. go de antologia expresa el tema-tesis de Ia traicién que tanto acecha al conquis- tador: por el Rey hasia la mis alta traicién se comete (apéndice 1), Los diflogos —que hacen tan viva la historia del cronista— Henos de inven- ciém, y omnisciencia, son mis de treinta en Pizarro y se pueden clasificar de acuerdo con sus tests mds sentidas.(Los més, por supuesto, se han inventado para incriminar a Atahualpa, para exponer su “cinismo™, “crueldad” y el rechazo a sus propias dioses, JE igual en cantidad son los didlogos que inventa para expresar las crucldades de Tos indios, de sus dioses y demonios. Vienen después, en canti- dad decreciente, los didlogos sabre Franciseo Pizarro, sobre Almagro (en contra de dhopvesto al Goberador) y sobre Hemande Plaarre. Otras series comespon- den al moda en que se sirve al Rey, cf modu en que se es poblador, el rescate, etc. Los didlogos y tas fibulas, en todos estos casas, ciertamenté estan para ilus- esis del cronista, su ideologia, sus peejuicios. A veces el severo historiador cree que estus didloges y cuentos son producto de la historia. Al cantrario: tos dislogos y cuentos de los cronistas se inventan para hacer historia, El lector sabed discriminar detris de la fibula pero siempre quedard prisionero de lo que quiere -ereer, y quedaré herido por Ia emocitn biografica que el cronista pone; quizis, incluvo, convenciso. Apéndice 1 Pues uoluiendo » Almendras, que extaua en la villa de La Plata, a Centeno le parecid woluer fa hoja y seruir a Su Magestad, y tratindolo con los que estdua- mos destérrados, y por cartas com Lope de Mendoga, y teniendo congertado que prendiésemos a Almendras y algisemos bandera por Su Magestad, para mejor podello hazer rrogé al Almendras algase el destieria a Mendoga y a los demés, y aleangads / lipengia y benides éstos, una mafiana Centeno, con algunos de noso- tros, se fud a [a posada de Almendras antes que estuuiese leuantado, y entid di- aiéndole: “Nuevas tenemos de Gongalo Pigarro”. El Almendras le dixo: “ySon buenas, hermano?", porque asf se ilamauan ellos, que eran muy grandes amigos, porque antes que Centeno tuuiese yndios, Almendras le haufa tenida en su casa y hecho muy buenas obras, porque el Almendras era conquistador. Pues liegise Centeno als cama donde Almendras estaua, finjendo que le lleuaua una carta, ¥ abrap6se con él, y dixole: “—jSed preso!”, y Almendras dixo: “—;Por quién?”. Centeno le rrespondié: “—Por el trey”; dixo pues Almendras: “= {A mi hermano” ;DOnde estd nuestra amistad?” ; ilegaron pues los demis que con Centena yban y prendiéronle y lewéronte preso a la posada de Centeno, y alli le corti la cauega, y a otro de la parte de Gongala Pigatro. (p. 227) a2 Aptndice 2 Capitulo treinia y une, De lo que hizo et Presidente Gasca deszaic de la muerte de Goncelo Picorro 1 wus capitones Acauada la guerra de Gongalo Picarro, el Presidente Gasea rrepartié la werra, igo Jo que en ella auia vaco, daridu a los que aufan / sido tiranos y algado a Gongalo Pigarro y seguidole, lo mejor, De aqui se a causado auer en este rreyno tantus pretensores sin méritos, porque, como iron dar lo mejor a los que les bastaua perdonalles sus delictos, de aqui an tomado ocasién de pedir y preten- der los que les bastaua y sobrawa por gelardén estar en este rreyno y no echalles él, (p. 233), Apénilice 3 Pues ynuio Almagro a un Ruy Dfaz a Mango Ynga por mensaxero, rrogindu. le saliese de paz, pues hera su amiga. Liegada pues Ruy Diaz adonde Mango ¥n- 2 estava, le rresginio muy bien, y preguntindole por Almagro y su xente y otras cosas, le tuuo asf cansigo dos dias, y al tergero le higo una pregunta —segin el Ruy Diaz comtaua-, que le dixo: “Dime, Ruy Diaz: si yo diese al rrey muy fan tesora, jecharia todos los xptianas de este ceyno””. El Ruy Diaz le rres- pondié: “~ ,Qué tanto darias, Ynga?”. Dixo el Ruy Diaz que auia mandado tra- her el Mango Ynga / una hanega de maiz, y hizola echar en el suelo, y de aquél montén tomd un grano, y dixo: “—Tanta camo este grano audis hallado los xplianas de plaia y oro: ¢n comparacién, queda que no auéis hallado tanto como esta hanega de mafz significa mis que este grano que saco della”. (pp. 156-157)

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