Negri Antonio. Inmigrantes o El Fin de Internacionalismo Obrero

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apitulo 7 INMIGRANTES O EL FIN DEL INTERNACIONALISMO OBRERO scrtst: Hay una imagen ya arquetipi do de nuestro imaginati a, Bi abada en lo més profun- : las naves de los inmigrantes albaneses, aba- rrotadas hasta lo indecible, en Ia rada de los puertos pulleses. Des- pués, el habitual truco a ka italiana. Tras reunirlos en el estadio, los reanimaron con bocadillos y agua mineral para volverlos a enviar des pués al otro lado del Adriatico. Tratemos de plantear el problema de Jos inmigeantes en Italia y Europa: gcomo se configura? Neort: Aquellos barcos sardinas, un es Conocia a un intclect cargados de personas parecian latas cle ulo increible, atraidos por el suesio consumista. albanés en Paris que luego llegé a set Minis tro de Cultura en uno de los primeros gobietnos libres de su pais, y vi mos juntos las imagenes de los barcos. Me dijo que no era Gnicamen- te una fuga, sino el intento de entrar en el jardin magico de la riqueza y el consumo; no era tanto, pues, una huida de la miseria como la cer- teza de la abundancia, No imaginaban que el régimen comunitario se mibstbaro en el que vivian, entre Valona y las montafas interiores, cra, desgraciadamente, mejor de como habrian podido vivir en Italia Sélo que las imagenes de la televisién y las ansias de fuga desen nadas por fac: a fda lel Muro de Berlin les conducia a esto. Recuerdo que cuando era joven, a mediados de la década de 1950, al comienzo de la guerra de Argelia, me enconiré bloqueado en la frontera libio-tu- necina. Fue algo impresionante, Llegaban los autobuses procedentes de La Meca, y los franceses, en lugar de abrir el autobiis para dejat sa- lir a sus ocupantes, lanzaban dentro bombas desinfectantes, Los deja- ban encerrados un cuarto de horay luego los hacfan salir: vamitos, 50° de temperatura, desinfeccidn... 2Méodos coloniales? Cierto, Pero qué ha cambiado entonces? La emigracién es contradictoria, las empresas quieren inmigrantes y cada vez los necesitan mas porque la relacion mundial, global, entre 86 Goodbye Mr. Soe desarrollo del trabajo material ¢ innovacion tecnoldgica constituye un cluster, una relacién sumamente complicada. No es verdad ne noso. iros cjerzamns un trabajo inmaterial y tecnoldgicamente avanzado mientras que en China habria slo trabajo material, fisico, fordista Los dos mundos estan, en realiclad, entrelazados. También aqui se ne cesita trabajo material para nutrir a las clases misma cle innovar el masaltas y lt posibilidad stema, Cuanto mas se progresa en la construe cion de productos del tra bajo inmaterial y en el desarrollo tecnoliyi- co, mas se necesitan sustratos de abastecimiento ce trabajo manerial Solo asi es posible mantener la competencia. Por otra parte, estoy con. vencido de que la batalla productiva con Extremo Oriente se mediante la actividad de las grandes fabricas inmatetiale proceso, la inmigracién e ana . En este necesaria, pero es mano de obra que debe costar menos. De abi una erucldad demente, una violen fa luc Nos re- mite al modo capitalista de produccién, que hay que suftir, o contta el cual es preciso reaccionar La inmigracin es la gran fuga hacia ef Occidente capitalista que oftece trabajo y, por lo tanto, salario, y el salario permite un modo de vida decente, pero Occidente necesita tener una mano de obra docil, flexible y capaz de seguir el juego, una mano de obsa atemorizada y al menor coste posible, Se t ara, pues, de amenazarla y mantenerla en la condiciones biopoliticas mas opresivas y desesperadas que puedan darse. Las fronteras que los inmigrantes atraviesan se reconsteuyen Iucgo en el interior de los pafses eapitalistas, Scrist: Decias que el trabajo es necesario, que debe costar menos, de ahi la violencia. Pero en la acogida que el ejército italiano dispenso alos barcos sobrecargados de albaneses, o en el caso que altudias de los franceses y Las bombas desinfectantes, se ejerce tina forma de colo- nialismo brutal que va mas all de la necesidad ins narla fucrza trabajo, rumental de orde- Necrt Me parece mucha la hipocresia del ex minisiro Calderoli < .ando arremete contra los inmigrantes, mientras qtie patrones de pa- cotilla los utilizan como criados © cuidadores de anci anos. Esta es una, forma de colonistismo peor que la de los briténicos, los cuales mante- nian una relacién cultural de distancia y desprecio, Aqui se da incluso confraternizacién, en el caso de los servicios domésticos, Y la afectivi | Inmigeantes o el fin del internacionalismo obreso 87 dad se ha convertide en una mercancia en el mercado del trabajo, aunque, como todas las mercancias, muy complicada. scrtst: Si miramos el Meditertdineo tal como lo describia un histo- riador como Braudel, abtenemos una imagen muy distinta de la ac tual. Sin duda, era disputado y estaba surcado por piratas de toda ca laita; en él, y para Hevar a buen puerto sus negocios, los navegantes dificilmente se arriesgaban a mat abierto. Pero era un mar que permi- tia el conocimiento reciproco de pueblos distintos. Hoy se ha conver: tido en una autopista de la muerte, con cortedores y tutes preestable cidas, comercios c industrias, entre las cules se encuentra el negocio vinculado alos clandestinos. ¢Cémo ha cambiado este mar? Naor: El Mediterraneo es un lugar de apertura hacia Oriente y Oriente Proximo, pero es un lugar de apertura contradictorio por- que Oriente Proximo es un hugar de revolucién y, al mismo tiempo, de exportacién de mano de obra. En este sentido, Palestina es un ejem- plo desgraciadamente significativo. La inmigracién esta compuesta también de mano de obra cualifi- cada, no necesariamente misera, Cuando digo Mediterraneo, no me refiero ciertamente ala zona subsahariana, sino a inmigraciones que tienen un cierto grado de compatibilidad con los sistemas productivos de los paises europeos. E150% de la fuerza trabajo procedente de 1a inmediata franja mediterranea puede situarse en niveles medios en la fuerza trabajo industrial. No esta destinada a ka agricultura nia nive- gravosos de explotacién, sino que ya esta insertacla en niveles tecnoligicos medios, como fu albaiileria y los servicios sanitarios. Después se produce un salto ha cia abajo, hacia la agricultura y los servicios de limpicza. Nos encon- tramos pues en una situacién en que se podrian exaltar la homogenei- dad y la concordia, ante la posibilidad de realizacién de un melting pot. Sin embargo, no se lleva a cabo una politica de acogida por razo- hes econémicas ligadas al abaratamiento del coste del trabajo. A ello cabe afiadir la pesadex de los instrumentos de Estado, como, por ejemplo, los tramites administrativos para la obtenci6n del visado y la reunificacién familiar, que, en lugar de ser un derecho 0 un premio, deviene una carga terrible para el trabajador inmigrado, segtin se des- les mai za trabajo de masa, de la mecénica, la s relatos. prende de 88 — Goodbye Mr. Socialism EI Mediterraneo se ha convertido en un mar absurdo, surcado por autopistas de inmig1 en cuando piedras y clavos para hundir hasta el fondo del mar los vehiculos que alli transitan, El «genio maligno» es un agente europeo aci6n en las que un «genio maligno» arroja de ver que pretende abararar el coste de la emigracién. Volvemos a encon- trar, asi, los grandes esquemas del poder capitalists: el uso del terror para disminuir el coste del desarrollo y para aumentar, al propio tiem. po, la cantidad del beneficio, Luego esta el problema de la asimilacion de masas de trabajadores insertadas en las deficiencias y en las int rrupciones de la cransformacién actual del sistema capitalist trial, El fordismo ha legado a su fin, pero sélo en la produccisn de metcancfas, ya que sigue proponiéndose como modelo hegeménico de organizacién social: como relacidn irracional ¢ inadecuada ent trabajo y no trabajo, entre trabajo industrial y organizacién territorial, Ha desaparecido totalmente la relaci6n fordista entre trabajo y modos de vida, y es en este vaco de relacidn donde se introducen las fran débiles de la poblacién interna y, sobre todo, de la inmigracién. En esta interrupcién del orden sociocconémico acontecen la de la inmigraci6n. ac indus. tragectias Estamos ante la ausencia total de seleccién de las fuerzas migrato- rias, dependientes hoy, en realidad, de las relaciones internacionales, de la violencia de Ia seleccién industrial o de sistemas autortegula dores. Se advierte, ademas, la incapacidad de incorporar a estas po. blaciones en los mecanismos de autovaloracion y socializacién de la fuerza trabajo. Con respecio a Francia, en Italia faltan las «cité, los barrios construidos en la década de 1970 para los trabajadores inmi- grados. En Italia no hay ninguna politica publica de acogida, que si- gue siendo, aqui, perversa y salvaje; ningiin modelo de asimilacién, de melting pot, ni estadounidense ni francés, sino sélo una anarqufa ate auada a veces por la intervencién de asociaciones laicas o religiosas, ONG 0 centros sociales particularmente generosos. En la actuslidad, se ha llegado aproximadamente alos cuatro millones de inmigrantes {entre regulates e irregulares), por debajo, sin duda, de la media curo- pea y, ademas, parte de este flujo que llega a Ttalia esta de paso hacia la Europa central Es preciso efectuar una nueva distincién, porque la inmigracién meditersnea esta siendo progresivamente sustituida por la de la Europa oriental (rumana, moldava, ucraniana, rusa, yugoslavay de los antes o el fin ddl intetnacionalisme obrero 89 Cérpatos). Usta inmigracion blanea se prefiere a la de color, Existe un tacismo en Etalia, especialmente en el Véneto, terriblemente hipéeriea y vinculado al juego econdmico deaceptacién y de rechazo ala vex, un rechazo que s¢ expresa mediante formas cle explotacién muy dur lamiento/marg nacion: disminucin de las gavantfas salariales y el ai de las poblaciones inmigradas, Peto se prefierea los inmigrantes blan: cos. 1: ¢Por qué hay zonas en las que se acentitan los fendmenos mmo focalista? En Francia se ha producico el clamoroso recha- de cgots zo ala Con de las culturas tradicionales en Escocia y Gales, 0 en el nacional lo en Tailandia o Bhutan... ubrimiento, titucién cutopea, pero pensemos en el red mo exage Neat: Talia sigue siendo la naci6n de les cien pueblos con un en je politico de miles de wadiciones y campanarios diversos, pero sde el punto de vista cultural este renacimiento del «peligro» dela acu desfiguracién del paisaje por parte de los inmigrantes resulta m: ciante, Italia es tambien el pais de la pequeia y la mediana industria con un hambre de fuerza trabajo especitica. Cuando la Fiat necesita éneta, en cambio, con me personal, da un silbido; la pequetia falbrica nos personal, tiene miedo de perder su especificidad con la introduc cién de trabajadores extranjeros. Ademis, tengo ciertas dudas sobre la honestidad de las tradiciones que estan renaciendo. Me ha impre- sionado mucho este fenémeno en Brasil propias o importadas restituyen, por u onats exeluiclos cle fa vida social, acio de las reacion: ese pais el resurgimiento de las tradiciones religiosas parte, una dignidad a estratos de pers pero, por otra, constrayen una forma de les, conducen de nuevo a los ciuidadanos hacia la divinidad mientras se convictten en reservas de votos para los partidos «omercialess. socia Por un lado tenemos, pues, una especie cle restitucién de dignidad y, por otro, una forma de trascendentalismo mercantil. Dicho esto, el problema de la inmigraci6n se juega cn todos los planos: desde la dis minucion del salatio hasta privar al inmigge pacidad de s politicamente activo. Desde esta perspectiva, la percepcién de la alar ma social que se estrecha en torno a estas personas es cada vez mas preocupante, Una alarma social no vinculada a los indices de crimina- lidad real, sino a la supuesta por los érganos de prensa, poder y domi inte dela ca r 90 Goodbye Me. Socialism nio, unida a un alto nivel de ignorancia y a una presuncidn de indlige- vidad (lombarda, véneta u otra) Cuando atin estaba en libertad vigilada, y me desplazaba a Bolo nia, Florencia o Mikin, tenia que pasar por la jefatura de policia para lirmar. Estaba en la fila de los inmigrantes y naturalmente me hacian pasar antes: en cuanto «delincuente italiano seguro» cra un privileyia- do con respecto a fos «presuntos delincuentes de colon», Ciertamen- te, ganaba horas, pero no me libraba de experimentar un asco y una incomodidad tremendos, Para mi cra cosa de diez minutos, para aquellos «presuntos delincuentes» se trataba de horas Scrist: Pero gcémo gestiona la izquierda el fendmeno migratorio? ¢Hay semejanzas con el pensamicnto de la derecha? Neont: Mientras la izquiceda siga siendo prisionera del problema de la ocupacién y de una concepeidn del puesto de trabajo a tiempo dcapaz de de indefinido como cuestion fundamental, nunca se lar y resolver Ia cuestidn del uro- insercién de los iamigrantes de forma decente. Mientras el problema de la ocupacisn siga siendo m: im- es evidente que la izquierda seguira subordinada al temor de la llegada de la fuerza inmigrada. Al gunas veces, dicho sea sin intencién de blastemar, cl egoismo capita lista es mas abierto con los problemas de la inmigr mo obrero, ef egoismo de la fuerza trabajo corporativa, Pero no se entiencle por qué esta tiltima esta tan amedrentada por la ampliacin de kibase social del trabajo. Por otra parte, una nueva ventaja que po portante que la dinamica del sistem cién que el egois dria generar una gestién uo histérica de la inmigracion consistiria en la ruptura de las corporaciones sindicales, tan perjudiciates para la de- finicién de un proyecto general de desartollo social. Pero la izquierda sigue totalmente prisionera de «sts» corporaciones Bien, dejémoslo por ahora, Convendria, sin embargo, antes 0 des- pués, comenzar a decir lo que la izquierda deberia hacer en lugar de decir lo que no es eapaz de hacer. T gencias contractuales de renova cétera, que no provienen sélo de Jos empresarios sino también de la nueva fuerza trabajo, la izquierda se ha abstenido, cuando no ha ejet cido un bloqueo, por temor a que cualyuier toma de postura favo mbién en Francia las cosas han iclo asi. Ante las demandas y exi- anizacion del trabajo, ct- i6n dela or tex o el fin del internacionalism obrero 9h ra la derecha en el chantaje que ésta ya ejerce sobre ble puciera supe los trabajadores despedidos, desoeupades y jubilado: EL problema de la izquierda debe phintearse y, en todo caso, re- solverse més alla del terror que sigue a a desesperada capacidad de defensas corpotativas: se trata mas bien de reinventar la produceion 1 productor no puc el inmi en torno a la libre participacién del productor. de ser mas que libre y democriticamente capaz. ‘Tamb ante, La gran cuestién esta en reinventar La produccién proyectando ge nuevas formas de cooperacién y asociaci6n en tore a grandes proyec tos productivos. La Red demuestra ya la posibilidad de todo esto, pero el nudo consiste en decidir jugiirsela cueste lo que cueste en estas si tuaciones, sobre todo cuando se trata de produecién de servicios. No existe concepto de izquierda, si éste no se corresponde con la capaci- dad de implantar nucvas formas de organizacién de la produccion... Hasta el momento hemos asistide sdlo al agotamiento de las viejas y tradicionales formas de organizacion alternativa del trabajo inventadas por la izquuierda entre los sighos xix y xx. En Italia, por ejemplo, tene mos sistemas cooperatives, gestionados ahora con procedimientos ab- soluramente capitalistas, hasta el punto de intentar escalaclas de adqui- siciones de grandes bancos como la BNL, Se trata de una asimilacion c las organizaciones cooperativas a la organizacién capitalista, que les ha hecho perder todo fundamento de izquierda, Esto es mucho mis que atin existen formas de asociacién y coope- paradjico si se pien racién de gran intensiciad en el Norte de Europa, en los pais os de fa an- tigua Union Soviética y en China, mientras que en Ttalia no se consigue evitar ka deriva social-capitalista. En realidad, la fan petmitir, arin integrand a los inmi sociacin y de coo dimensiones de nues tro desarrollo econdmico pod ante: la experimentacisn de nuevas formas de peracién, Ltalia se encuentra ante una defen tradicional fuerza trabajo. Colferati c B saba contra la defensa del articulo 18. No sé muy 1, pero aplicaba lo que habia dicho ativa exasperada de ka sa corpo} | simbolo de esta situacion. ersonalmente yo bien si Biagi eraun gran econom 1’Antona. Su trabajo era equivoco y quizés imposible, porque cual quier norma impuesta para favorecer la movilidad de la fuerza traba jo carece de sentido hasta e] momento en que se inserta en un conjun- to de normas que fijan, junto con la movilidad, garantias adecuad 92. Goodbye Mr. Socialism decir, una renta basica, La movilidad cs impensable si no existen limi tes bisicos que permitan la reproduceién social de cada ciudadano, E bajo de D’Antona y Biagi abria nuevas posibilidades de discusién. Dicho esto, hay que reconocer finalmente que un nucvo modo de procuccidn que se corresponda con las transformaciones del trabajo no puede dejar de abrirse a la maxima flexibilidad y movilidad, Segui imaginando una fuerza trabajo vinculada a la fabrica desde hace trein 1 aos era una imagen fantasiosa, hoy impensable, Pero la izquierda s una ilusién, sigue ligada a aquel modelo, Ama el mono aul, y éta ideol6gicamente equivocada, ya que haber ido mas alli de la fabric: no es fruto de una dertota sino de una victoria de los trabajadore Que la clase obrera ya no sea fordista es una vietotia, que el esfuerzo no sea cl de antaiio, el del hombre en la cadena de montaje, es una vie- toria. El capital lo ha entendido, pues ha sido obligado a ello, mientras que la izquierda y los partidos de la clase obrera, no; o cuando la i qnierda lo comprende, lo hace en términos reformistas, revisionistas y desleales, porque sufte y legitima fa transformacién sin arriesgarse a luchar para gestionar la transicién, Se pasa de las contradicciones del sindicato, que quiere el empleo asegurado, a las posturas de fos parti- dos de izquierda que legitinian, por boca de sus economistas, la movi bsoluta ¢ inciscriminada. No pienso que aqui haga falta un partido revolucionario para resolver estas cuestiones; bastaria sencilla- mente con una gobernanza democritica y tna administracién correcta. Sin embargo, el gran problema actual es el de la renta basica, porque ésta representa la red material que esta detris de las transformaciones lidad ma del salario. Ademas, moverse en el plano de fa renta garantizada pue- de permitir reabrir frentes sociales de hucha y de contratacién colec- tiva. Necrt: No. Mejor una relacion entre movimientos una gobernanza real, que traducido sigoifi y gobiernos, ‘a simplemente que los problemas deben someterse a los movimientos y que éstos deben po- der expresarse. Por otra patte, los gobiernos no pueden decidir s confrontando continuamente sus decisiones con las propuestas movimiento: el concepto de eficacia de gobierno esta obligado a de- Inmigcantes o el fin del intemacionatisma obrera 93 patirse con los movimientos. (No recordamos aqui a Foucault para bpromear... ;tealmente es esto lo que también él explicaba!) El poder representative comienza a estar hoy en los movimientos. Hs hermoso como esto ya esta sucediendo en América Latina. Despu s de que nosotros pretendinios ensefiarles una revolucisn imposible, es decir, a como nosottos, ellos comienzan a ensefiarnos una transformacién gobierno y mo- posible, que pasa através dela relacion continta ent yimientos. erda ha perdido la capacidad én scrtst: Volvamos al trabajo. La ing de moverse en este terteno, incluso en el plano de su representac politica, El denominado «pucblo de las partidas IVA (seis-ocho mi- jlones de personas), una de kas caras juridicas de la flexibilidhad y de ka labora, presenta una dinamica ambivalente, Una pequetia movil parte de ese «pueblo» ve esta situacién como un proceso de yalora cién de sf, mientras que ka mayoria se ve obligada a trabajar sin garan tias, con un horizonte espacio-temporal de gran precariedad, Es sin tomitico que, entre estos trabajadores, la izquierda no plantec una representacidn politica adecuada, Nos encontramos ante una situa enta ya el mundo del trabajo, o una detado ion inédita: la izquierda no repre amplia parte del mismo, cuando deberia ser stabi Necri: Vale la pena, pues, recuperar la vieja distincién entre com- posicién téenica y composicién politica del trabajo, y recordar cémo. ambas se relacionaban, Por ejemplo, entre finales del siglo xtx y comics zos del xx, en cuanto a la composicién técnica, los obreros profesionales conocian perlectamente no sélo las caracteristicas de su trabajo, sino también el y en cuanto a la composicién politi ciclo de produccién de la fabrica; ca estaban los consejos obreros y, después, el sovietismo, es decir, la pretensién por parte obrera de asumir fa guia, la direccién del ciclo productivo, Luego aparecié el obrero mas dela década de 1930, y la composicién técnica se convittié en el obre ro subordinado a la organizacion taylorista del trabajo, alicnado en ka f la complejidad del ciclo de produccién; y la composicién politica se centré cn las huchas sociales por el salatio y la gestién del Bienestar, como clave para la redistribucién social de la renta, y primeta reapropiacin de lo «comin» productivo. Hoy esta , a partir de la gran crisis prica, incapaz de reconoc 94 Goodbye Mr, Sox mos frente @ una nueva composicién técnica del trabajo: inmaterial y de servicio, cognitivo y cooperative, auténomo y autovalorizante. Com posicién politica: éte no encuentra repr antacion politica y la iz, quicrda queda fuera del juego. La izquierda es nostilgica y puramen te reacti a (por el resto, funcional a las mediclas mais opresivas de la tepresién capitalista del trabajo vivo), y totalmente incapaz de reco. nocer y, por lo tanto, de rechazar los nuevos modelos de explotacisn, Ejerce ahora una autoridad que ya no tiene sis del trabajo, esto ¢ adda que ver con ef anili- t composicién técnica, sino que es sin plemente tradicional y arrastta consigo mitos perjudiciales y destruc tives como el de la continttidad , El poder se ha roto en dos; para poder rea lizarse ya no tiene la posibilidad de determinar una norma para Hevar- faa cabo luego en un acto concreto adminis as) de la produceién contem- ancl ativo. La norma no s realiza si no hay consenso, claramente entendido en el sentido de la participacidn de fos sujetos. Ciertamente, a veces hay momentos de fuerza ejercidlos; pero este contexto ya no asume una forma vertical 0 piramidak se representa mas bien como un conjunto de paralela Qujo al que se oponen los obstéculos liminates. Ya no hay una ver ticalidad a partir de ka cual se organicen las normas y los aconteci mientos Rebatiré tu justa objecin sobre fa relativa e un fie a del pons miento y dela prictica de fo comin de la realidad productiva y polit ca actual, atenuando la contradiccién y preguntindote si la solucién podré darse alguna vez en tétminos relativamente homogéncos, La Gowuna de Madrid 115 Esta ilusion parece implicita en tu pregunta, Pero en el fondo me remites, asi, a un viejo modelo de discurso politico, que exige una fi ura productiva unitaria de decision Scrist: Mi objeci6n se reficre a un discutso dee planos. Niort: Mira, no creo que dispongamos de una filosofia de la his toria que nos conduzea a ka unidad, en vez de a la pluralidad, como, por otra parte, tampoco poscemos su contrario. No hay filosotia le la 5 que en nuestros dias ef pocler esta s historia. Lo que sf es seguro tuado ante una tuptura del nexo administrative, del cje formal que de nla actualidad, ef elemento dual termina la unidad de la ordenacion. | y de ruptura es fundamental en el plano interno e internacional. Arti cular estas problematicas es algo cru plantee estos problemas cs inexistente: una aizquierdla de gobierno o ial, y una izquicrde que no se combativa» da risa, No se pede ser una costo la otra, si no es erean © capacidad de clegir uno u do confusién. Se trata mas bien de ten otro de estos rerrenos, segtin las cireunstancias, sabiendo que hoy en dia gobernar no es una operacidn unitaria sino abierta, escindidl, en busca siempre de negociaciones y decisiones compartics, Scxtst: Pero si pensamos en el tema de la participacion, parece ha ber una dualidad. Por una parte, hay una demanda de participacion cién de los ambitos de dee pero, por otra, estd en acto una simplific sin. Pensemos en ef procedimiento de produccién de tas leyes: han do los procesos politicos de mediaciény bi utorizado el CNEL (Consiglio Nazionale dell’ E- sta obscrvar de qué salta maneta ha sido des conomia e del Lavoro) respect a la visi6n de los padres de la Consti tucidn 0 cémo la discusi6n preliminar sobre la ley relativa al aborto ha sido sometida al denominado «método Aspen», es decir, a la conside itucidn privada bajo la guia atenta y «biparticista» racién de una ins de Giuliano Amato. Neore t sla re. peticién de un viejo modelo corporativo que, trado una capacidad de expresin nueva y vivaz en la modifi los intereses corporativos. No habria asumido un papel tan importan- adas de 1960 y 1990 de no set por su propic toy de acuerdo contigo. ELCNEL es ejemplar, n embargo, ha encon- icidn de te en Malia entre las « 116 Goodbye Ms, Socialisin dad de transformarse; mas alla de las estructuras formales que fo sus- tanciaban, en relacidn con el cambio de los intereses sociales y de fa corporaciones «ue fo sostenfan. Desde esta perspectiva, los cxtdlicos han sido muy importantes en el CNEL ya que ban logrado desarrol de forma dinamica las tensiones corporativas de la sociedad. Dicho esto, quecla el otro problema. Fn fa actualidad, deseonoce- mos cul es la figura de la representa partido ni la representacion en sentido corporativo. Preeisamente en cidn de los intereses: ya no es el estos dias, reflesionando sobre fos enfrentamientos en las periferias francesas, referfa la propuesta de un comunista reformador, el alcalde de Saint-Denis, basada en la idea de una nueva Grenelle: esto es, un acuerdo similar al establecido en 1968 y 1969 entre los sindicatos y el gobierno Pompidou, que Hevaba a una redistribucién de la rent ‘slo. que Grenelle tenia detras una representacidn, los obreros fordistas que se movian sobre salatio, critica de la jerarguia (y afirmacién del igua- litarismo) y Estado clel Bienestar; esobre qué se plantea hoy el acuer- do con estos muchachos de las baulieues? Y sobre todo, ga través de qué representacion? un enjambre de trabajo prec tio, un acuerdo problema sélo puede referirse a lo que kes es comin: pero gquién deline lo comin? Se vuelve al problema inicial de una contratacién continua que hay que abrir para la definicién de bos problemas que estan en la base del actual debate politico. La izquierda deberia organizar esta discusién, tras que, por bien que vaya, ésta representa genéricamente di- mensiones corporativas, cuando no se alinea de golpe sobre posicio nes de compromiso, reformistas on sentido blai Quiero una izquierda que sepa nadar en el mar que tenemos ante nosotros, y en el que cada cual esta inmerso, una izquierda que sepa reinventarse. No hay izquiierda fuera de esta condicién, pero para ésta mic iano, se requiere democracia, democracia, democracia scrist ‘iene que haber también niveles econdmicos sobre los que intervenir para poder redisttibuir, En tu opinidn, ala experiencia de Jos equilibrios participativos puede ir en este sentido? Near: Ha sido ana experiencia importante, pero se ha agotado como modelo. Ha tenido enorme repercusidn al poner de manifiesto que las relaciones que sustentaban el equilibrio par ipative eran in- La Comuna de Madrid 117 finitamente mais altas y grandes de lo que cabia imaginar. Sin embar- go, la verdadera cuestién era como pasar de la moviola a la gran pan talla, No podemos, en efecto, dejar de pasar a fa gran pantalla, Flay un problema de nuevas dlites y de nuevas estructuras administrativas no separadas de la gran mayoria; de nuevas estracturas multitudinaria Hay un problema de innovacién de to politico. El sistema parlamentario y de representacisn esti agotado, ya no se puede hacer nada alli dentro; hay que inventar cosas nuevas. Al fin yal cabo, los instramentos de equilibrios participativos les y no pueden medirse con la realidad industrial, mejor dicho, post aclustrial. son artesana’ Scutst: El modelo que vishumbras y que reposa en el concepto de bien comén necesita una traduccidn préctica, por ejemplo, de agen cias sobre el terreno que gestioncn la gobernanza, Pero este modelo podria interpretarse también como un desmantelamiento de las for mas de la democracia tal como la hemos conocido hasta hoy. Asi, en lugar de ser una forma de democracia ain mas radical, como tii plan teas, este ambito de gestién de la gobemanza podria restringir al final los ambitos de decision. Neer: No creo, y me parece un juicio de intenciones acusarme de poca sensibilidad democratica, al menos, en este caso. Conviene no olvidar que hay una gran diferencia cuando vivimos en condiciones de subsuncidn real, ctando todos los modos de vida e: tin sometidos al capital, dentro de una teproduccién continua de lo 1 por el biopoder. Fste es un proceso que determina cont cada vez mas densas, profundas y articuladas. ¢Paradéjico? El hecho es que, a diferencia de lo que piensan los filésofos de la , de keynesiana memoria, 0 en formas de «trueque», por ejemplo, entre ‘julicos). Pero resisten y ar que en ef plano prestaciones psicoanaliticas y servicios bid con iguen mas resultados en el Estado del Bienes ocupacional, gPor qué sucede esto? Porque en Argentina los procesos de pre jon del trabajo son extraordinariamente {uertes, y los pi queteros parecen habetlo comprendiclo, Parece que han entendido gue la época salarial ha tcrruinado y que la confrontacisn se desplaza desde el terreno del enfrentamiento entre capital y trabajo en torno al cariza salario hasta el choque entre multitud y Estado en torno a la rent ba sica. Los piqueteros, en una situaci6n de crisis extrema, han anticipa aco global proponiendo este nuevo terteno is argentina do en Argentina el proletat de lucha, Porotra parte, hay que tener presente que la cris ha aceletado, por asi decirlo, los procesos de globalizacién no séle desde la perspectiva internacional (el choque entre América Latina y eL FMI), sino también desde un punto de vista interno: el gran capital global se ha precipitado sobre In Argentina en crisis, adquiriendo lo géticos, colonizando la Pampa y los gran 1, Argentina se ha encontrado er servicios piblicos y los en des espacios dela Patagonia, etee el centro del cickén de la mundializacién,

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