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este caso la comparacién, mAs que ser social, es temporal. Ryff (1991) encontré en este sentido que, a la hora de considerar su propia trayectoria evolutiva, las Personas mayores la contemplan como caracterizada basicamente por la estabilidad. Los mayores estiman que han cambiado mucho menos con los afios. y evalitan su pasado de forma mucho més Positiva de lo que lo hacen los j6venes. Este tipo de comparaciones evita en cualquier caso que la persona se vea a sf misma declinando con la edad, Todos estos procesos de comparacién social son movimientos de acomodacién en la medida que tienen como consecuencia un recorte de la distancia entre cémo nos valoramos a nosotros mismos actualmente y las trayectorias evolutivas deseadas. En este caso no se lleva a cabo reajustando 0 sustituyendo objetivos, sino cambiando (de manera no consciente) el patrén con el que valoramos nuestro estado actual y la distancia hacia esas metas. 3.3. Ciclo vital y evolucién de Ias relaciones sociales en la vejez Un ultimo émbito en el que las propuestas del ciclo vital ejercen una importante influencia es el estudio de la evolucién de la frecuencia y tipo de relaciones sociales que se mantienen a medida que la persona envejece. Este Ambito ha estado tradicionalmente marcado por la idea de que algunos de los cambios asociados a la vejez, de sus tareas evolutivas y roles caracteristicos, parecen implicar una progresiva reduccién de la actividad social: la jubilacion, la independencia de los hijos 0, en tltimo término, la muerte del cOnyuge o de otras personas significativas serian algunos hitos en este sentido. Esta reducci6n de la actividad social ha sido contemplada como un proceso natural y adaptativo (ver, por ejemplo, la teoria de la desvinculaci6n; Cumming y Henry, 1961) 0 como un proceso que la persona intenta revertir buscando nuevas relaciones y actividades que sustituyan las que se pierden (ver, por ejemplo, la teorfa de Ia actividad; Havighurst, Neugarten y Tobin, 1968). Desde el enfoque del ciclo vital, sin embargo, la explicacion de este proceso es algo més compleja, representada sobre todo por las propuestas de la autora norteamericana Laura Carstensen, Esta autora contempla el comportamiento social observable en cada momento de la vida como el resultado de un proceso de adaptacién a las circunstancias evolutivas de ese momento. Para comprender el comportamiento social en la vejez, hemos de entender las circunstancias evolutivas que rodean esa etapa y cémo la persona las tiene en cuenta para intentar compensar posibles pérdidas u optimizar los recursos disponibles. Por otra parte, el desarrollo inevitablemente implica FIGURA 4 miviuy cercanos mCercanos (Menos cercanos [No cercanos 20 48 40 ‘Namero de contactos sociales co 7 Oe OHS Cohorte de edad sociales en la vejez en funcién de su grado de cercania Promedio de contactos 1994; p. 318). (adaptado de Lang y Carstensen, seleccionar unas ciertas trayectorias evolutivas y no otras, Adaptarse es en gran medida especializarse, escogiendo ciertas actividades, lugares y personas que parecen mds adecuados para conseguir determinados fines, lo que implica, inevitablemente, dejar de ladootras posibilidades (Carstensen, 1998). En este sentido, si bien el ntimero de personas con las que nos relacionamos y la frecuencia de contacto social pueden disminuir a medida que fenvejecemos, sogrin Carstensen este descenso es muy selectivo y afecta sobre todo a los contactos més accesorios, més superficiales, mientras que las relaciones més estrechas permanecen bésicamente intactas con la edad. Esta tendencia a seleccionar 10s contactos sociales especialmente estrechos, descartando los més superficiales, parece iniciarse ya en la media edad, lo que hace dificil que pueda ser interpretada como un déficit propio de la vejez. Asi, en un estudio con personas de 10, 30, 40 y 50 afios, Carstensen (1992) estudi6 la frecuencia de contacto con diversas figuras sociales y comprob6 cémo las reducciones de contacto con conocidos eran ya apreciables de manera bastante temprana en la adultez, mientras que no se aprecié reduccién alguna en las relaciones con otras figuras con las que se tenfa un contacto y una relacion afectiva estrecha (por ejemplo, los padres, la pareja, etc.) Este patron es consistente con la presencia de un proceso de seleccién que comienza ya desde el principio de la adultez y por el que vamos excluyendo de nuestra red social a Jos compafteros més superficiales, manteniendo en cambio el nticleo de aquellos con los que mantenemos una relacién més cercana (ver figura 4). INSERTAR FIGURA 4 Para explicar esta tendencia, Carstensen (Carstensen, Isaacowitz y Charles, 1999) destaca que el comportamiento social puede estar motivado por dos tipos de razones principales: un deseo de buscar informacion, de aprender de la otra persona (motivacién informacional), y un deseo de recibir de apoyo emocional y regulaci6n de los sentimientos, de manera que los otros nos ayudan a sentirnos bien y a evitar estados emocionales negativos (motivacién emocional). Las tendencias evolutivas de estos dos motivos siguen trayectorias diferentes: mientras los motivos relacionados con la adquisicién de informacién son muy importantes en la infancia pero van disminuyendo poco a poco durante la adultez, los motivos emocionales, que también son muy elevados durante la infancia, tienden a tener relativamente menos importancia durante la adolescencia y adultez temprana para ser de nuevo muy importantes en las ultimas décadas de la vida. Asi, mientras los motivos de basqueda de conocimiento disminuyen a medida que envejecemos, los motives emocionales aumentan, lo que provoca que las personas mayores, a la hora de seleccionar personas con las que tener contacto social, seleccionen precisamente aquellas que con mas probabilidades van a proporcionar satisfacciones emocionales, es decir, aquellas que ya son conocidas y con las que ya existia una relacién fecha) Los contactos relativamente novedosos 0 més superficiales, que quizé se ajustan mas a una biisqueda de informacién, son descartados a medida que la persona envejece. Globalmente tenemos una disminuci6n de contactos, pero una disminucién altamente selectiva: @B)Baerificanil6s finds superficiales y se intentan mantener a toda costa aquellos més cercanos, que proporcionan mayor ecompensa emocional\(Friedickson y Carstensen, 1990). El determinante més importante del cambio en el balance entre un comportamiento social dirigido a la busqueda de la informacion y dirigido a la emocién no es la edad por sf misma, sino més bien la percepci6n y valoracion del tiempo que queda hasta determinado final (Carstensen, Isaacowitz y Charles, 1999). Es este factor el que explica los cambios en ambos motivos. Ast, cuando el tiempo se evalia como ilimitado, o el final no se ve en un futuro cercano, la persona tiende a priorizar metas relacionadas con la bésqueda de informacién, con la novedad, aun a costa del retraso en la consecucion de recompensas emocionales inmediatas. Por el contrario, cuando el tiempo es percibido como limitado, cuando el fin se vislumbra cereano, la persona tiende a implicarse especialmente en comportamientos sociales de los que derivar una satisfaccién y un significado inmediato de carécter emocional. De una orientaci6n al futuro la persona pasa a una orientacion al presente. Es en este sentido en el que Carstensen, Isaacowitz y Charles (1999) hablan de que las motivaciones informacionales y ‘emocionales también pueden ser contempladas como una motivacién hacia la preparacién para el futuro y hacia la satisfaccion enelmismoimomento, respectivamente. Obviamente, el envejecimiento y la vejez estan indisolublemente unidos a una dimensién temporal y, en. concreto, relacionados con una disminucion del tiempo de vida. Sin embargo, esta misma tendencia a priorizar la emocién y el presente por encima de la novedad y el futuro en las relaciones sociales se ha observado en personas que también perciben su tiempo futuro limitado, pero que no necesariamente son mayores. Diversos estudios con personas afectadas por enfermedades potencialmente mortales asi lo demuestran (Carstensen y Friedickson, 1998) En resumen, la propuesta de Carstensen enfatiza el valor del tiempo percibido como un motivador esencial que potencia los intentos de conseguir ciertas metas sociales u otras, Cuando el tiempo se percibe limitado, lo afectivo tiene un valor especial. Cuando no existen presiones temporales, las personas pueden invertir su esfuerzo en actividades que puedan tener una mayor rentabilidad a largo plazo, arriesgandose incluso a tener costes a corto plazo. En. tanto el envejecimiento es un proceso inherentemente temporal marcado por un final, los motivos de las personas tienden a cambiar motivaciones, valores y prioridades, como ya vimos en la seccién anterior (ver, por ejemplo, Lang y Carstensen, 2002). Por otra parte, precisamente por este énfasis en el aspecto emocional del comportamiento a medida que se envejece, Carstensen (Lang y Carstensen 2002; Carstensen, Isaacowitz y Charles, 1999) plantea que giojs6lolo (Carstensen, Pasupathi, Mayr y Nesselroade, 20 (Carstensen, Gottman y Levenson, 1995). De esta manera, el cambio en las relaciones sociales en la segunda mitad de la vida no tinicamente puede ser fruto de procesos de seleccién y compensacién, sino también puede contribuir a optimizar el funcionamiento en émbitos vitales relacionados, como el emocional. La presencia de estos tres componentes (selecci6n, compensacion, optimizacién) hace que podamos hablar del cambio en las relaciones sociales vinculado al envejecimiento como el fruto de un verdadero proceso adaptativo tal y como es entendido desde el enfoque del ciclo vital (Ferraro y Farment, 1995). Obviamente, el dominio de la actividad social en la vejez no se agota en la frecuencia o tipo de relaciones que se mantienen. El Ambito del apoyo social y los cuidados proporcionados por figuras sociales que rodean a la persona mayor es uno de los ambitos de estudio e intervencion mas importante en este sentido, especialmente cuando hablamos de personas mayores con salud frégil 0 que han sufrido pérdidas psicosociales importantes. Desde la perspectiva del ciclo vital, estos apoyos se conciben como capacidades de reserva que se activan en caso de necesidad y que pueden compensar algunas pérdidas asociadas a la edad (p. ej, Staudinger, Marsiske y Baltes, 1995). En los capitulos 8 y 16 se retomarén con mayor profundidad estos temas. soy Sea = Pas Tap

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