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] 3 Sr oI DYsVe CellC Ieper WUE LeliNcer) Saco TET SEN (Poles (Cartruto 14, DesaRnotso SOCIAL ¥ EMOCIONAL EN LA EDAD ADULIA ¥ La VEIEZ 1, INTRODUCCION La psicologia del desarrollo estudia los cambios en las personas a lo largo del ciclo vital (véase el Capitulo 1). Sin embargo, durante afios la psicologia del desarrollo se centré en el estudio de la infancia y la ado- lescencia, obviando el cambio evolutivo que se produce mas alla de la segunda década de la vida. Esta ausencia no se debia a un mero olvido, como se describe en el Capttulo 15, sino a una concepcién del desarrollo ligada a los cambios fisicos y biol6gicos que se producen en las dos pri- meras décadas de la vida de las personas. De esta forma, se concebia el individual normativo vinculado a la edad y a todos los cambios fisicos que se producen durante la época del crecimiento. Asi, la psico- logia del desarrollo estudié los primeros pasos del bebé, y en paralelo la aparici6n de las primeras palabras y el desarrollo simbélico (véanse los Capitulos 2 y 3); 0 el desarrollo cognitivo (véase el Capitulo 13), social y afectivo (véase el Capitulo 12) que se desencadenan junto a los cambios puberales (véase el Capitulo 11). A pesar de la ausencia de los temas rela- tivos a la adultez en la psicologia del desarrollo, la psicologia sf acumu- laba conocimientos relativos a la edad adulta y la vejez, relacionados fundamentalmente con la psicopatologfa, la psicobiologia 0 el diagnésti- co, en donde no se analizaba el desarrollo normativo del ser humano. Como hemos mencionado ya, este olvido de la psicologia evolutiva no es tal, sino que obedecia a una concepcién del desarrollo que no comulg ba con la posibilidad de que éste existiera mas alla de la adolescencia. caml 2. EL ESTUDIO DE LA ADULTEZ Y LA VEJEZ EN PSICOLOGIA DEL DESARROLLO: DOS FORMAS DIFERENTES DE ENTENDER EL DESARROLLO HUMANO Desde el inicio de la disciplina hasta la segunda mitad del s. xx, el desarrollo humano es entendido como paralelo al biolégico, y por tan- to, si el biolégico supone crecimiento hasta la pubertad, estancamiento durante la adultez y deterioro en la vejez, el desarrollo psicolégico segui- ria los mismos cénones. De esta forma, la idea de desarrollo psicolé; implica (Villar, 2003): — Cambios positives y relacionados con la edad, es decir paralelos a los cambios biolégicos y que suponen una mejor adaptacién al entorno. — Entender el desarrollo como un proceso universal, siendo la varia- bilidad individual poco relevante en comparaci6n con la homoge- neidad que se da en el desarrollo de los individuos en diferentes culturas y entornos, — Considerar el proceso de desarrollo como unidimensional, ya que las diferentes estructuras y procesos psicolégicos evolucionaran en paralelo y lo harén siguiendo una secuencia ordenada. — Suponer que los cambios son teleolégicos*, es decir, dirigidos hacia una meta o fin pre determinado. Por tanto, el desarrollo existe en cuanto tiene una meta tiltima que es el logro de las maxi- ‘eleoligico Con causa 0 meta final. Algo es teleolbgico cuando se supone que tiene uta finalidad dltima ala ‘que llegar. Pej. la teoria piagetiana es teleolégica, ya que el desarrollo tiene la meta diltima de Hegar al pensamiento formal 407 PeicoLocta pet DesaKnoro 1 Gcrontologia Ciencia que trata la vejex y os fenémenos quella caracterizan. mas potencialidades del ser humano, algo que se lograria al final de la adolescencia 0 adultez temprana. Ni el desarrollo adulto encaja en estas ideas de base ni mucho menos el envejecimiento, que implicaria —desde esta perspectiva— lo opuesto al desarrollo, es decir, basicamente cambios negativos relacionados con la edad. De hecho, la nomenclatura de psicologfa evolutiva que se utiliza como sin6nima de psicologia del desarrollo obedece a esta visién: evolu- cin durante la infancia y la adolescencia, estancamiento en la adultez & involucién en la vejez. Después de la segunda guerra mundial, y especialmente en la década de los 70 del pasado s. xx, comienzan a surgir voces dentro del ambito de la psicologia evolutiva cuestionando la vision del desarrollo imperan- te y propugnando una psicologia del ciclo vital que ampliara el estudio normativo de las personas durante la adultez y la vejez. Podemos desta- car entre estos autores a Schaie en EEUU o Baltes en el viejo continen- te. Este tiltimo cita cuatro circunstancias que favorecen esta transicién (Baltes, 1987): 1) Aumento de la poblacién anciana y, en consecuencia, mayor interés en ella (ver Figura 14.1); 2) Crecimiento de instituciones relacionadas con la gerontologia* y de estudios relacionados con la vejex desde otras areas de la psicologia; 3) Envejecimiento de los sujetos de algunos estudios longitudinales que comenzaron antes de la II Guerra Mundial e, incluso, de los propios investigadores; 4) Interés en el estudio del ciclo vital de las personas de forma integrada desde otras disciplinas afines como la sociologia. Pblacén espaol en 1900 408, Figura 14.1, Pirdmides dela peblacién espafola Estos te6ricos propugnaron la necesidad de cambiar la concepcién de base del desarrollo por una concepci6n en la que los factores contex- tuales cobran una especial relevancia. De esta forma, la persona, su psi- que, su conducta y en definitiva su desarrollo se entiende como el resul- tado de multiples causas entre las que se incluyen las determinaciones biolégicas a las que ha dado lugar la filogénesis, pero también las causas histéricas o influencia del momento en el que la persona vive, y las cau- sas sociales o influencia de una sociedad determinada en la conducta de una persona, Desde el momento en el que se reconoce la multicausali- dad, el desarrollo deja de concebirse como teleolégico, ya que la combi- (Cartruto 14, DesaRnotso SOCIAL ¥ EMOCIONAL EN LA EDAD ADULIA ¥ La VEIEZ acién de los diferentes factores que influyen en la conducta de una per sona va a dar lugar a muy distintos resultados en funcién del momento hist6rico, la sociedad y la historia personal de cada uno, describiéndose un desarrollo multidireccional. Igualmente, la concepci6n de universali- dad y unidimensionalidad del desarrollo dejan de tener cabida en este modelo, en el que por el contrario, la propia persona cobra un lugar cen- tral en cuanto protagonista de su propia ‘a muerte prematura del esposo, un cambio de resi- dencia a otro pafs, o ser beneficiario de un billete de loterfa premiado serfan algunos ejemplos. Estos acontecimientos no normativos son mas importantes a medida que avanza la historia personal de cada individuo (véase Figura 14.2). Influencias normativas relacionadas con la historia Infancia Adolescencia Adultez Figura 14.2, Cambios Normativos y No Normauivos (Apartir de Baltes, 1980), 409 PeicoLocta pet DesaKnoro 1 {educacién delos hijose hija, implicacién en ONG o asociaciones de vecinos, et) ‘Dara dejar un legado). 410 Sin embargo, la concepcién tradicional del desarrollo, también ha dado lugar a interesantes e innumerables datos relacionados con la adultez y la vejez, en general més vinculados al desarrollo cognitivo y que seran vistos enel Capitulo 15. No queremos cerrar este apartado, sin romper una lanza a favor de estos estudios, que han logrado desde sus inicios aportar una ver- tiente aplicada a los trabajos, al tiempo que multidisciplinar, siendo —pro- bablemente sin quererlo— pioneros dentro de la psicologia. “IAW EE DESARKROLO FORERARAS Los primeros trabajos que analizaron el desarrollo a lo largo del ciclo vital lo hicieron estableciendo etapas. En los siguientes epigrafes descr biremos dos de los modelos mas citados en relacién al desarrollo mas all de la adolescencia: el de Erikson y el de Levinson. © ijerclmmdeleds Eason Quizas el autor mas citado en relacién al desarrollo de la personali- dad adulta sea Erikson. En la Tabla 11.1 se muestra el desarrollo segin este autor. Los afios de la adultez. corresponden a las etapas que él deno- miné: Intimidad frente a Aislamiento y Generatividad frente a Estan- camiento, Ya comentamos en el Capitulo 11 que la tarea fundamental del adulto joven consiste en ser capaz de comprometerse con otra persona, establecer una relacién de intimidad, cercanfa estrecha y confianza en el otro, pero sin perder la propia identidad o sentido de quién soy yo en este mundo (que se habia logrado en la etapa previa). Quienes se estanquen en esta etapa lo haran en un sentimiento profundo de aislamiento social y verdn en los otros una amenaza para el propio yo, que le impedira la generatividad y la integracion del yo propias de las etapas siguientes. See samme Corresponde a la vejez la Integridad del yo frente a la Desesperacién. La persona que se acerca al final de su vida puede hacer una evaluacién global de la misma en la que su trayectoria vital cobra sentido. Puede lograr estar orgulloso de los aciertos y aceptar los fracasos. Quien consigue esto a pesar (Cartruto 14, DesaRnotso SOCIAL ¥ EMOCIONAL EN LA EDAD ADULIA ¥ La VEIEZ de la desesperacién normativa que acompatia a la vejez, ya que todos come- temos errores y no se pueden evitar; logrars la sabiduria*. Por el contrario, Ja persona que cae en la desesperacién intentarfa dar marcha atras y tomar decisiones diferentes a las que en su dia tomé, se siente apesadumbrada y desilusionada con su propia vida. Tampoco serfa sabio el anciano que no recuerda errores, sino que esta actitud serfa definitoria de una persona neu- rética (Erikson, 1979). En este recuerdo de la propia vida, son especial- mente importantes los periodos de transici6n, en los que hubo que tomar decisiones importantes. No es de extrafiar que cuando se pregunta a perso- nas mayores, el recuerdo se centre en la Universidad y en los afios de gra- duacién que son los que marcan la vida profesional (Mackavey, Malley y ‘Stewart, 1991). En caso de ausencia de integracién, la desesperanza no dej: de ser una forma de intentar negar la inevitabilidad de la muerte. Ena Tabla 11.4 se puede comprobar el paralelismo entre las etapas de Erikson y las tareas evolutivas de Havirghurst. Por motivos de espacio no vamos a detenernos en ellas. Pero sfen las etapas de desarrollo de Levinson (Levinson y otros, 1978) 3.2. Las etapas de Levinson y la crisis de mitad de la vida Levinson realiz6 entrevistas en profundidad a 40 hombres en las que les preguntaba en relacién a la vida familias, aspectos laborales, las rela- ciones con amigos, el ocio, et (AIRSRS FESPHESESTaARSS DORs 41 Sabidura Comprension extraordinaria de los aspectos vitales ‘basada en la experiencia. Ser cexperto en las ‘cuestiones vitales, siendo capaz de mirar hacia atris la vida Vivida sin sentir angustia por los cerrores cometidos y valorando los aciertos. Figura 14.3, Btapas del desarrollo deseritas por Levinson. PeicoLocta pet DesaKnoro 1 (isis de mitad de a vida Periodo alrededor de Jos 40 aftos en los que Ta persona se percata del paso del tiempo y la inevitabilidad de la muerte y que supone ‘un replanteamiento de los objetivos vitales. 412 — Adultez temprana (de los 17 a los 45 afios). en la que la vida alcanza su mayor potencialidad al tiempo que los mayores nive- les de estrés y tensi6n. Es el momento de lograr las aspiraciones de la juventud: una familia, un trabajo, posici6n social, y culmi- nar con satisfacci i in emt Hagpiee.sgalmamente de mayor estrés asociado a las responsa- bilidades familiares v laborales. a los problemas econémicos 0 a (HOMME MCESIONESIMIMIEs (en relaci6n a la pareja, la religion 0 el trabajo, p. ej.) — Adultez Intermedia (de los 45 a los 65 afios). Es una época en la que vonticnza a aparecer el declive tisico, sin embargo los inicios del declive coexisten con energias suficientes para tener una vida satisfactoria. Esta es la generacion dominante, ya que los lideres a nivel politico, religioso, econémico o artistico transitan por esta época de la vida. 3.2.1. La Crisis de Mitad de la vida Levinson no analizé en profundidad ni los primeros ni los ultimos aiios de la vida adulta, Sin embargo, mds que su descripcién de las eta- pas, si algo ha legado a la psicologfa Ia teoria deiGinSORESA? \- aciGn de la idea de crisis que se conoce normalmente como erisis de mitad de la vida*. Como se puede observar en la Figura 14.3 cada una de las etapas est precedida y precede a una época de transicion o crisis que dura, segiin Levinson, unos 5 afios. emocional que derivaré en una reformulacién de los valores, de las expectativas y de los sentimientos. Esta idea de crisis de mitad de la vida fue propuesta previamente por Jacques (1966) @uiienilaFornials|coniGhin periodo en el que la persona se da cuenta de la inevitabilidad de la muer- te, lo que le lleva a replantearse si ha logrado conseguir todo aquello que se habia planteado de joven, y por tanto, en ocasiones, a romper con la vida que se esta llevando para, en el tiempo que resta a la persona de vida, poder alcanzar las metas deseadas. Sin duda alguna, la idea de crisis de mitad de la vida ha calado hondo en nuestra sociedad y no es dificil encontrar citas a la misma en textos tanto cientificos como populares 0 cotidianos. Sin embargo, los estudios realizados para comprobar su existencia y describir similitudes y diferencias respecto a las primeras investigaciones, han encontrado que s6lo se da en un porcentaje pequefio de personas adultas, cuando se da no lo hace necesariamente en las fechas previstas (entre 40 y 45 afios), sino que puede ocasionarse en la década de los 30 0 en la de los 50, y que mas que una crisis normativa es el resultado de aconteci- mientos crdsicos. De esta forma, las crisis pueden devenir como resultado de un divorcio, de la muerte de un familiar cercano (especial- mente si es una muerte no prevista), pérdida del trabajo o una enfer medad propia (Lachman, 2004), todos ellos acontecimientos de los que (Cartruto 14, DesaRnotso SOCIAL ¥ EMOCIONAL EN LA EDAD ADULIA ¥ La VEIEZ incluimos entre los cambios no normativos y, en consecuencia, que no pueden considerarse como formando parte de una etapa por la que deban pasar todos los individuos. Es més, analizando la personalidad de los individuos se encuentra que la crisis de mitad de la vida es mas probable en aquellas personas que puntiian alto en neuroticismo que en el resto. 3.2.2, Integrando diferentes visiones de la mediana edad Como hemos comprobado a lo largo de las lineas precedentes, se ha pasado de una idea de la adultez como época de estabilidad (hasta la segunda mitad del s. xx) a la conceptualizacién de algunos aiios de esta época de la vida como de crisis profunda y reevaluacién de la propia vida. ¢Cémo pueden conjugarse estas dos visiones aparentemente tan opuestas? Siguiendo a Lachman (2004), la reconciliacién no es tan diff- cil como pueda parecer a simple vista (ver Figura 14.4). I inti 2 B a misma persone . City Ede no TTT TT Crisis y Estobilided como diferencios individuales ‘Secuencia de Criss y Estobilidad Figura 14.4, Formas de reconciliar Ia diferente conceptuslizacion de la adultex (claboracién propia a partir de Lachman, 2004). 413 PeicoLocta pet DesaKnoro 1 414 En primer lugar la estabilidad y la crisis pueden set vistas como los dos extremos de un continio, Habré personas que estén enn extremo u otro del continuo, pero la mavor parte de los adultos se situarin a lo largo del mismo. De esta forma, para la mayoria la adultez es una época que noes estable, ya que supone cambios pero éstos no derivan en autén- ticas crisis. En segundo lugar la estabilidad y el cambio pueden repre- sentar diferencias individuales. Esta opcién explicarfa las diferentes descripeiones que se han reali- zado de la etapa adulta. Por una parte, las descripeiones de crisis que provienen de muestras de adultos en consultas clinicas, por otra la des- cripcién de estabilidad de quienes realizan estudios normativos. En ter cer lugar, la relacién entre estabilidad y crisis puede seguir el esquema secuencial propuesto por Erikson y Marcia al describir el logro de la identidad. Aquellos adultos jovenes ajustados son quienes durante la adolescencia han jo Ta ident lespués de pasar por una crisis. De la misma forma, las diferentes crisis por las que se pasa a lo largo de a vida son necesarias para conseguir un mejor ajuste, un desarrollo positivo y un logro més avanzado. Finalmente, existe una cuarta opcién segtin la cual cada persona podra tener crisis parciales en algiin terreno _ de su vida, mientras que la estabilidad predomina en otros. Frente a la conceptualizacién tan popular de crisis de la mediana edad, algunos autores, en base a los resultados empiricos, describen esta etapa en términos de cambios positives. Siguiendo a Climo y Stewart (2003), los anos de la mediana edadssespueden resumir en las siguientes posturas: dbayadGt@2 imiédia come un momento para Fealizar "in balaiice de Ja vida pasada en términos de la vida que aun queda por vivir, y por tanto, considerando que atin hay tiem cambios positivos en Ja misma: Ia posibilidad real de la muerte como un elemento motivador para potenciar la generatividad, y no solo el crecimiento «interior» de la persona, sino también como un elemento motivador para dejar un lega- o Wie Suponga acciones y resultados objetivos en comunién con uno mismo y los otros; los 50 como los afios en los que la mujer esta en la flor de la vida. En general, estos autores abogan por ia idea de la adultez media como el a ee teneia, mayor elicacia y confianza en uno mismd. En definitiva, apoyan Ja idea de Erikson de la adultez como momento generativo que permite sustentar sobre las personas de esta edad el peso principal de la sociedad. En los siguientes apartados pasaremos a analizar los elementos comu- nes que parecen encontrarse en dos de los dominios més relevantes de la vida de las personas: el contexto familiar y el laboral que, a la postre, son los dos vectores claves en la vida de las personas adultas en las diferentes teorias que hemos analizado (Erikson, Levinson, Havirghurst). 4. BELACIONES FAMILIARES EN LA VIDA ADULTA, XLLAVEJEZ Como hemos venido argumentando, la explicacién del desarrollo en la vida adulta requiere entender la influencia del contexto en un sentido (Cartruto 14, DesaRnotso SOCIAL ¥ EMOCIONAL EN LA EDAD ADULIA ¥ La VEIEZ amplio y se realiza en base a éste. y sera la base sobre la que desarrollaremos el siguiente epigrafe. 4.1, El enamoramiento eS ee ya avanzamos en el Capitulo 12 a partir de el deseo sexual hacia otros, y Pe 988) defi- ne el amor (Figura 14.5). AMOR PLENO COMPROMISO Amor formal Figura 145, Triingulo del amor de Sternbery. En su tridngulo del amor la pasion es el componente motivacional y de activacién del amor. Es la expresion de deseos y necesidades, y se rela- ciona con la sexualidad en la pareja, en un deseo intenso de unién con el otro. La| nuclear se considera a todo grupo de personas tnidas por un lazo afectivo y que mantienen un compromiso de juntos. Dentro de esta definicion entrarfan las familias monoparentales (padre 0 madre mas los hijols),homopa- rentales (familias de homosexuales) ¢ incluso las parejas sin hijos. Sin embargo, las limitaciones de espacio hace que en esta cexposicidn nos cinamos a la familia tradicional de padre, madre e hijos comunes, ais PeicoLocta pet DesaKnoro 1 partir emo “Tapia 4.1, LAS SIETE CLASE DE AMOR DE STERNBERG Clase de amor Pasién intimidad Compromiso GUSTARSE, x ENAMORAMIENTO x ‘AMtor vacio x AMOR ROMANTICO x x AMOR FATUO| x x AMOR COMPANERO x x ‘AMOR CONSUMADO x = = Pareja puede comenzar gustan- fose para pasar al amor romédntico y conseguir finalmente el amor consu- mado, pero también puede comenzar con enainoramiento pasando poste- riormente a un amor fatuo. En Espafia, Yela (1997) encontré que la evolucién mas frecuente consistfa en pasar del enamoramiento al amor pasional y finalmente al amor compasiero. A pesar de que el ideal de amor occidental es el que se define como amor consumado, lo cierto es que este ideal es dificil de conseguir y de mantener, por lo que en las relaciones de amor (pareja, padres-hijos, amigos) suele primar un polo sobre los otros. 416 (Cartruto 14, DesaRnotso SOCIAL ¥ EMOCIONAL EN LA EDAD ADULIA ¥ La VEIEZ de la misma— 4 (Feingold, 1992). Sin embargo, estas hipotesis encuentran tanto resultados que las confir- man como que las refutan, por lo que no existe un acuerdo unanime al respecto. Sin duda alguna, la sociedad occidental actual dista mucho de a tribal, y otros aspectos ejercen influencia en la selecci6n de pare En general 4.2. El matrimonio y los hijos 4.2.1. El matrimonio Edad media de entrada al primer matrimonio fits Varones, ‘Mujeres Figura 14.6. Edad media de matrimonio en Espana (Fuente: INE, Espafa en cifras 2008) 417 PeicoLocta pet DesaKnoro 1 418. :flos y la de los varones de 34 (INE, 2009), cuando en el afio 2005 habla- ‘bamos de 29 y 31 aitos respectivamente y en el afio 1980 de 24 y 26 aos. Esta circunstancia seria un buen ejemplo de lo que hemos denominado cambios normativos relacionados con la historia. Muchos factores pue- den estar influyendo en este hecho: el cboom» demografico de los tilti- mos afios del franquismo y los primeros de la democracia, unido a la aparicion de la inmigracién, a los altos niveles de desempleo de los afios 80 y 90, ya la subida desorbitada de los precios de la vivienda que han dificultado la salidade-todasun@,gencracion de Ia vivienda de los padres. Multitud de personas se reparten unos recursos escasos y caros. Sia ello sumamos la incorporacién de la mujer al mereado bela su deseo de progresar antes de contraer matrimonio y tener hijos que le dificulten el ascenso laboral, puede que encontremos la explicacién a este retraso ala hora de afrontar un hito normativo en la vida de las personas. Y es que, aunque muchas personas decidan convivir sin contraer matrimonio, yla solteria ya no sea vista como un fracaso personal, la forma més habitual de convivencia en pareja en nuestro pais contintia siendo el matrimonio legal, ya sea un compromiso contraido a través del rito religioso 0 con la ceremonia civil. Los primeros afios de convivencia se convierten en la etapa mas feliz de la pareja, al mismo tiempo que el momento en el que mas divorcios se producen, [s cl momento de hacer frente a la necesidad de acomo- date cl uno al otro, establecer modelos de comunicacién y adopcién de decisiones comunes, de buscar una estabilidad laboral y recursos econd- micos suficientes para mantener el nuevo hogar, lograr que fortable; et) (Oliva, 2010). Una ‘imeras i iliac los de relaci de los hijos o hijas. 4.2.2, La transicion ala maternidad y a la paternidad . 5 a Sea amas importantes de la adultez, y afecta tanto a los roles socia- personas como, incluso. a si! personalidad a través de cambios “en las actitudes y en los comportamientos de los adultos. Fl nia: de un hijo conlleva un importante numero de ideas implicitas: es facil escuchar en la vida cotidiana que se define como un momento tierno y roméntico, e incluso de unién matrimonial por lo que no faltan parejas que, ante los problemas conyugales, recurren al nacimiento de un hijo para solventar su situacién. Sin embargo, el bebé recién nacido requiere cuidados y atencion constantes: alimentacién, cambios de pafiales, inter- pretar los Ilantos, bafos, etc., que suponen una fuente de estrés impor- tante, El nacimiento de los hijos e hijas no es, para Ja inmensa mayorfa, un momento para retorzar el vinculo de pareja. En general, las parejas bien avenidas antes del nacimiento continuaran estandolo después, pero la situacin de estrés asociada al cuidado del recién nacido hace que un importante numero de parejas se distancien y empeoren sus relaciones. ento Otro hecho que parece constatarse en los estudios es que, tras el naci- miento, tanto del primer hijo como de los siguientes, los miembros de la (Cartruto 14, DesaRnotso SOCIAL ¥ EMOCIONAL EN LA EDAD ADULIA ¥ La VEIEZ pareja radicalizan sus roles tradicionales (Abrahams, Feldman y Nash, 1978, Katz-Wise, Priess y Hyde, 2010) tanto cuando la mujer sélo traba- ja en el hogar como cuando lo hace fuera de casa: dina ene as teorias evolucionistas han hecho este posicionamiento de fuerzas: el hecho de que la gestacién, el parto y la lactancia scan tareas exclusi mente maternas son indicadores de que la filogénesis prepara a las muje- res para el cuidado de los hijos, mientras que a los hombres les da fue 2ay poder para conseyuit ls alimentos. Sita IASTaiEREHE diay (Eagly y Wood, 1999) io es extrafio que con el macimiento de los hijos, aparezca lo que las feministas han dado en Ila- mar la edoble jornada laboral» en la que tras la jornada en el trabajo apa- rece una segunda jornada en el hogar. Otras mujeres, por el contrario, asumen de otra forma el rol que la interaccién entre sociedad y biologia le han legado y optan por reducir jornadas laborales o incluso abando- nar el puesto de trabajo para dedicarse a la crianza. Incluso las familias en las que el reparto de labores es igualitario, tras el nacimiento de los hijos se produce la tradicionalizacién de los roles, aunque en estos casos de una forma mucho menos acusada. Una tercera via para explicarlo alude a las diferencias sociales objetivas asociadas al género (Smith y Reid, 1986): atin hoy contintia siendo una realidad que Jas mujeres tienen peores salarios que los hombres (un 17% menos en la U. Europea) y ocupan los puestos de trabajo que estén peor pagados, a pesar de que los datos indican que ellas estén més cualificadas: un 59% de las personas con estudios superiores son mujeres (datos de la Comi- sin Europea, 2009). Por tanto, segtin Smith y Reid, es mas facil que ellas dejen el trabajo a que lo hagan ellos porque la pérdida econémica para la familia es menor, al tiempo que ellos buscan compensar la bajada de ingresos familiares trabajando mas horas o buscando un ascenso. Independientemente de las importantes diferencias de género, las personas que mejor se ajustan a esta transicién son aquellas que dispo- nen de més recursos, no sélo econémicos, sino fundamentalmente de apoyo social: personas con quién compartir dudas, con quien dejar a los hijos e hijas en momento de necesidad, 0 con la que compartir el ocio conjunto de la familia. Asi como, por supuesto, aquellas familias en las 419 PeicoLocta pet DesaKnoro 1 Androginia Cualidad asociada a las personas que poseen tanto caractersticas tipicamente asociadas alos roles femeninos ‘como caracteristicas tipicamente asociadas alosroles ‘masculinos, independientemente de sison hombres 0 mujeres Nido Vaco Momento en el que Jos hijos hijas se van del hogar familia. El padre y la madre ‘comienzan a vivir una rmueva situacién en la que ya la crianza y preocupacién diatia por los hijos ha finalizado. 420 que sus miembros se caracterizan por la androginia* que conjugarén de forma més equitativa las labores profesionales y del hogar (roles iguali- tarios o no tradicionales). En relacién a este tiltimo aspecto, estudios espafioles muestran que los padres que se implican voluntariamente en la crianza de sus hijos se encuentran satisfechos de su rol como padres al tiempo que sus parejas, las madres, también estan satisfechas con el rol del marido como esposo, y como padre (Menéndez, 1999) 4.3. El nido vacio El siguiente hito evolutivo que est4 documentado en relacién al ciclo familiar tiene que ver con la emancipacién de los hijos, el deno- minado Nido EI momento de Ia salida de los hijos del hogar puede ser considerado, principalmente por la madre, como un momen- to de vacio. Los modelos tradicionales de patriarcado en los que la mujer se encarga de la crianza de los hijos atin no han sido superacios (Alberd?-y Matas, 2002), ESTEREL tere rere erg cupaciones han estado cefiidas a la crianza, v cuando este centro de atencién desaparece puede quedar la sensacién de no saber exacta- Mentelquéshacericonjsupnuevavida. En el caso de los varones, pueden sentir culpa al considerar que no estuvieron todo lo disponible que fue necesario durante su educacién. Sin cmbargo @Ha3HavOEpanteaelas ocasiones, el que los hijos se independicen es visto como un auténtico alivio y no como una pérdida: menos preocupaciones, mas tiempo libre 'y la posibilidad de volver a retomar la relacién de pareja (Vera v Bucno. 1995). Unas reacciones y otras dependen, mucho, de los roles que se hayan desempefiado durante la vida de los hijos: si la madre tenia o no un trabajo fuera del hogar o si el padre se implicé en la vida familiar, por ejemplo; y del momento en el que los hijos se independizan: la culpa o el sentimiento de vacio es mas facil que aparezcan si la des- cendencia decide independizarse cuando atin son jévenes y mas dificil cuando ocurre —como viene siendo habitual en nuestro pais— cerca 0 entrados en la década de los treinta. Téngase en cuenta que la inde- pendencia puede haber venido precedida de discusiones entre adultos sobre el orden en la habitacién del hijo, el uso del vehiculo familiar o los horarios y tipo de ocio de un hijo o una hija ya adultos pero bajo el a techo fami En cualquier caso, los datos actuales parecen sugerir que los padres ‘no Megan a ser «padres honorifics» en ningun momento (Schaie \ “Willis, 2003) sino que contintian con su rol de padres. Es frecuente que deban ayudar a sus hijos recién emancipados econémicamente, y poste- tiormente en el cuidado de la descendencia: los nietos. ‘Paveca docamentaclalqua lareslidad eos inyoe dal hogar eontracia GTR eae eal aes eciogrnissas| SaneM oe emma 14 con la legada de los nietos. Hl vardin puede querer octtpar con los nie- tos el papel que no ocupé con sus hijos, y la mujer aprovechar que ya no tiene la presién de la crianza para lograr realizar taicas pcudientes que no pudo hacer en su momento. (Cartruto 14, DesaRnotso SOCIAL ¥ EMOCIONAL EN LA EDAD ADULIA ¥ La VEIEZ 4.4, La generacién sandwich Durante todo este tiempo, nacimiento y crianza de los hijos y nido vacio, es frecuente que los adultos se conviertan en dla generaci6n sand- @Wichsy Aun estan cuidando de sus hijos cuando, gracias a la actual lon- gevidad, deben comenzar a cuidar a los padres (Lachman, 2004). Debido a la novedad de este fenémeno (hace unas décadas primero salfan los hijos de casa y luego se cuidaba a los padres, por poco tiempo, ya que morfan mas jévenes, es decir, las demandas eran secuenciales) existen relativamente pocos estudios que analicen este fenémeno. La mayor parte de las personas ancianas en sociedades industrializa- das y, por tanto, en nuestro pais, son auténomas en su vida cotidiana, i cuidador suele ser otro ancia- ‘non larpareja y, eT st ausencia-un-hijo_o, mas bien, una hijay(Bazo y Dominguez-Alcén, 1996). Atn hoy, @§pSES8hitaje de personasimayorss institucionalizadas es muy bajo. Los hijos e hijas adultas, ayudan a sus padresimayoresiaportanda,(Schaic y Willis, 2003): (jApoxeemociona!: salen con ellos, les escuchan cuando tienen problemas o, sencillamente, ganas de hablar y participan en sus relaciones sociales. 2) Apoyo instru. ‘mental: ayudan a los ancianos a hacer la compra, a llevar la economia cel hogar, les llevan en coche a un lugar u otro, y en caso de estar impedi- dos, facilitan Ia comida, el bafio o estan pendientes de los medicainen- tos. 3) Finalmente, actian de intermediarios entre la sociedad y los anciu- nos: cumplimentan las solicitudes, buscan centros de dia 0 asociaciones, median en las oficinas fas 0 en los servicios sociales y sanitarios. Como hemos mencionado, estas tareas suelen recaer en las mujeres (un 83% de cuidadores informales son mujeres de entre 45 y 64 afios, Miguel, Sancho y otros, 2000), que ol jempo para realizarlas incluso si estén trabajando, a costa de su propio tiempo personal: ocio y vida social. Estas tareas son realizadas por solidaridad familiar (p. ci., «quiero a mi padre y él lo necesita» «levarlo a la residencia seria como matarlo»), por reciprocidad (p. ¢j., «ellos lo han dado todo por mi», «si yo estuviera enterma y ellos pudieran me cuidarian»), 0 sencillamente por obligacién o imperative social. En este sentido, muchas mujeres pro- "Veen Cuidados aunque no quieran a la persona que los necesita, no ten- gan una buena relacién con ella o no sientan reciprocidad de las mismas. Sencillamente, debido a la presi6n social que considera a la mujer como Chinen ANE Sy Dominguez, 1996) men Sin embargo, el convertirse en cuidador informal no es un hecho mas en la vida de los cuidadores, sobre todo en los casos en que la depen dencia permanece durante mucho tiempo. d3m™LGS/GaS0S§iiasjextemos influye en Ia salud fisica y psiquica del cuidador que debe, incluso, aban- donar el trabajo para ejercer esta labor Por poner un ejemplo, en una reciente investigacién Lara, Gonzalez y Blanco (2008) @HCOHtaionquey en una muestra urbana, el 51% de los cuidadores de ancianos padecian 421 PeicoLocta pet DesaKnoro 1 422 — a los mayores puede ser una tarea reconfortante y que puede ser catalizadora de cambios positivos en la personalidad de los adultos de mediana edad: en aquellos casos en los que el sentido de competencia y confianza cn uno mismo —caracteristico de las personas de mediana edad— y su deseo de generatividad o aportar a la sociedad casan con el cuidado a las personas mayores (Climo y Stewart, 2003) 5. LA VIDA LABORAL EI trabajo aporta al ser humano una forma de vida y dinero con el jue mantenerse, ¢ incluso, lograr algdin capricho. Pe! i ‘ademas de fa forma fe encontrar dinero para lograr los intercambios necesarios para man- tenerse en la vida, mentor qué aja formar nuesta‘propia identi) @B (vase Capitulo 17, el compromiso vocacional como uno de los logros de la identidad al final de la adolescencia), aspecto que se transparenta claramente en la vida cotidiana: «soy Luis, el carpintero»; «aqui mi amiga Ana, médica del hospital El sur», en la que es fécil identificarse con la profesin que se ejerce 5.1. En busca de un trabajo Este tiltimo hecho se considera uno de los motivos que hace que los jéve- nes buscadores de empleo escojan puestos de trabajo bien remunerados, relegando a un segundo lugar la satisfaccién con el mismo, mientras que los adultos mayores prefieran ocupar puestos menos remunerados de lo que podrian conseguir, pero que en su defecto les permitan mayor satis- faccién laboral (Berger, 2009). En cualquier caso, (5 GX@{SSCoG0 nes La familia de origen del joven buscador de trabajo parece tener influen- cia en el trabajo que éste encuentrre, en diferentes sentidos: de una forma directa utilizando a su red social de apoyo para conseguir la contratacion del hijo o hija, o instandole a ocupar un determinado puesto laboral o rol (Cartruto 14, DesaRnotso SOCIAL ¥ EMOCIONAL EN LA EDAD ADULIA ¥ La VEIEZ profesional, ¢ indirectamente de multitud de formas, como facilitando a los hijos ¢ hijas el acceso a la formacién (o lo contrario), promoviendo el compromiso y la laboriosidad (o siendo ejemplo de la ausencia de com- promiso en el trabajo y la falta de interés en el mismo), 0 a través de los valores propios del estatus social. Detengdmonos un poco en este tiltimo forma los padres ensefian a sus hijos los valores y las actitudes propias de su rol social, lo que facilitaré que éstos adopten dicho rol y busquen tra- bajos acordes al mismo (Kohn, Slomezynski y Schoenbach, 1986). En cualquier caso, el grado de transmisin de valores relativos a la profesién de padres a hijos es mayor en el caso de profesiones liberales que en el caso de familias obreras, lo que facilitaria el cambio social, 5.2. El estatus laboral Como acabamos de exponer, entre los trabajadores jévenes el sueldo cs un clemento importante a la hora de escoger trabajo, y también hemos aclarado que el primer trabajo no suele ser el definitive. Otras variables entran en juego cuando se escoge un segundo o tercer trabajo, ala hora de mantenerlo (Schaie y Willis, 2003). En estos casos, el suel- do (factor extrinseco) pasa a ocupar un segundo lugar detras de la eali- dad de la vida laboral (factor intrinseco). Dicha calidad viene determi nada por la capacidad de controlar los horarios laborales, las relaciones personales en el lugar de trabajo (especificamente con eV/la jefe), la cali- dad de la organizacion en la que se trabaja, la naturaleza del trabajo o la posibilidad de compatibilizar el horario laboral y el familiar. Entre todos ellos, parece que el apoyo del supervisor o jefe es especialmente impor tante para las mujeres trabajadoras. En este apartado, es importante hacer un inciso para hablar de las diferencias de género y de la igualdad de oportunidades que va alcanzandose en el mundo occidental (no asi, desgraciadamente, en otros entornos), lo que ha transformado Ia vida —no sdlo laboral— sino también familiar en nuestro entorno. En el resto del apartado seguiremos el trabajo de Barnett (1997). Levinson) —p. cj., entrada en la vida adulta, asenta- miento y culminacién— se definen en funcién de si se ha conseguido) ‘ocupar un puesto en el trabajo del nivel que la persona cree que le corres- ponde, si se ha asentado en el puesto social y laboral, y finalmente, si se| a logrado llegar a ocupar un lugar con las responsabilidades y benefi- ‘ios que reporta ser un miembro sénior de la sociedad. El trabajo es un emento central y se le supone su influencia en el ajuste psicolégico y onductual del hombre adulto, de tal forma que no lograr la realizacin profesional va asociado al sentimiento de fracaso personal. Por el con- as teorias, en el caso de tener en cuenta a las mujeres, 423 PeicoLocta pet DesaKnoro 1 424 Durante muchos afios, se ha argumentado que las mujeres tenian «ventaja de salud» (mas salud y mas esperanza de vida) debido, precis mente, a que no trabajaban fuera del hogar, evitando el cio que dicho trabajo supone. Sin embargo, Como argumenta Barnett los ecos del pasado siguen afectando a la vida cotidiana de muchas mujeres, que sienten que su trabajo fuera del hogar puede repercutir negativamente en su vida familiar, a pesar de que los datos empiricos muestran que no exi te relacién alguna entre rol pro- fesional de la mujer ¢ infelicidad marital o desajuste de los hijos (ni pro- blemas de conducta, ni académicos, ni judiciales). Las ventajas de tra- bajar fuera del hogar para la salud psicol6gica de las mujeres se dan en todos los casos, pero mas atin cuando ocupan puestos de responsabili dad, lo que deja sin argumentos las posturas tradicionales en contra de Ja insercién profesional de la mujer. Frente a la hipdtesis de la escasez de recursos que argumentaba que las energias de las personas son limitadas y que quienes tienen un trabajo no tienen energias para ser al mismo tiempo un buen esposa/o y padre/madre, es decir, un trabajo demandante supondré inevitablemen- te conilictos y problemas en el hogar, la hipétesis de la expansion parece explicar mejor los resultados empiricos. Esta hipétesis se basa en las gonanciog Bi se rrratacen de la specimentacion de miles roles 5.3. La jubilacién La jubilacién no es un corte brusco con la realidad laboral previa de las personas, sino més bien una transici6n que se da poco a poet (Sc ADSIOWSEPESHPOEINCOASESHEFENES (vse el Cua 14.) (Cartruto 14, DesaRnotso SOCIAL ¥ EMOCIONAL EN LA EDAD ADULIA ¥ La VEIEZ Tapia 14.1, FASES DE TRANSICION EN EL PROCESO DE JUBILACION (ATcHLEY, 1975) Fase de prejubilacién. Strata del periodo previo ala jubilacién real. Las personas comicnzan a prepararse para el retro labora, preguniarseeimaginar cémo ser su vida una vez jubilados. Fase de jubilacién, Comienza con el momento en el que la persona defa el trabajo, Esta fase puede materializarse de tres formas diferentes — Luma de mie. Es el caso de los adultos que com la jubilacién comienzan a realizar aquells actividades que evan tiempo ‘queriendo hacer pero que la obligaciones laborales no le permitian, La persona es felizde tenet, por fin, tiempo, Puede viajar, voher a estudiar, acometet hobbies... en cualquier caso, es una fase caracterstica de aquellos adultos que se jubilan voluntariamemte y tienen suficientes recursos econémicos como para poder evar a cabo todas sus fantasia. — Descanso y relajacin. En este caso, el adulto aprovecha la jublacién para descansar de las obligaciones que ha debido sobrellevar durante su vida activa — Continidad, Son aquellos adultos que contingan realizando algunas de ls actividades que ealizaban cuando ain cstaban trabajando, Por ejemplo, aque! agricultor que contintateniendo su huerto por gusto, quien se dedica ala ‘maquetaciGn después de haber sido carpintero, o quien sencillamente dedica mis tiempo a ls actividades de ocio que ye venia desarollando. Fase de desencanto, Tine lugar cuando la persona deseubre que las fantasias asociadas la Gpoca de la jubilacién no se ccumplen. Puede ocurrr por la muerte dela pareja la legada de una enfermedad o simplemente porque las expectativa previas sealejan de la realidad, Fase de reorientacién. La persona abandona ls expectativas previas ala jubilacién, tanto las excesivamente postivas como las negatives, explora nuevas posibilidades, toma decisiones y logra organizar una rutina nueva dentro del retio, Esta rutna tiene cen cuenta tanto las posibilidades reales de la jubilacién como ls inconvenientes que acarrea, Fase de estabilidad, En esta fase, cl jubilado consigue tna rutna estable y satisfactoria en su dia adi, reciente estudio espafiol encontré que el porcentaje de personas que pasa ron por la fase de prejubilacién fue minimo, mientras que alrededor del 40% de los jubilados se adentraron directamente tras el retiro en la fase de desencanto, que, afortunadamente, duré poco tiempo. las (Aymerich, Planes y Gra, 2010). Sin embar- re, p. ej. cuando la jubilacién se produce en forma de prejubilacién a los 55 afios, cuando la persona atin esta en la adultez media, debido a un momento histérico de exceso de mano de obra; cuando los gobiernos deciden aumentar la edad de la jubilaci6n; o sencillamente, la diferencia de adaptacién a la jubilacién de las mujeres actuales, que en su mayoria no trabajaron fuera del hogar y deben adaptarse a la jubilacién del mari- do y la jubilaci6n de las proximas generaciones, en las que el reto ser adaptar la jubilacién y los roles de ambos cényuges. 425 PeicoLocta pet DesaKnoro 1 ‘Trabajo puente Empleo parcial remunerado que realizan las personas jubiladas a tiempo parcial 426 Tupoco os exrana gusaparczsan tos denowminadntrabales er, tet que tienen un efecto paifvo en tae personse mavores sn que es pro porciona satisfaccién laboral y personal, asi como un aumento de su calidad de vida. Esto es asi en los casos en los que la inversion de tiem- Po y trabajo se ve recompensada econémicamente o en base a la sensa- _cién de que el trabajo realizado por la persona mayor se respeta y valo- Ta (Topa, De Polo, Moriano y Morales, 2009). 5.3.1. Adaptacién a la jubilacién La forma de adaptarse a la jubilacién dependera de muchos factores: la salud del trabaiador, si se ha jubilado por decisi6n personal 0 por imposicion de izado, el nivel de ingre- joy posterior a lx jubilacion, las-relaciones familiares) ctc. La siguiente exposicién relativa a los factores asociados a la adaptaci6n ala jubilacién esta basada en la revisién de Madrid y Garcés (2000). WidagmArHAl. Estar casado se convierte en uno de los factores asocia- dos con el mayor bienestar tras la jubilaciGmeSIGSe? 6Hil/@CeaSad SE asocia a mayor satisfacci6n vital, mas actividades de ocio, mejor salud lisica y psicol6gica, y mayor apoyo social. Adeimss, la reduccin del estrés y el decremento de los problemas laborales se relaciona con un aumento de la calidad de vida marital. La etapa de la jubilacién, se defi- fhe en algunos casos, como de segundalluna de mie) Los miembros de la pareja vuelven a pasar mucho tiempo jumtos y a re-conocerse, a valorar- se y a disfrutar de la compafifa mutua. Todo ello, acompafiado de una mayor redistribucién de roles: tras la jubilacién los varones se implican més en las labores del hogar y cuidado de la prole (hijos y nietos). Este hecho hace que la mujer tenga mas tiempo libre y aumente su satisfac- ‘ci6n marital al tiempo que el marido aprende a distrutar de aquella parte dle ia vida que las obligaciones laboralesesiipidicron cjerccr. SAEED Sin ciuc. CESAREAN propia) del conyugel\ASIS iia res cercanos se convierte en un elemento clave de adaptacién a la jubi lacién. En los casos de dependencia de la pareja o algtin hijo el ajuste al relingserawividedestormamegativa, asi como cn clcasdsde.que sea la salud propia Ta qucscaresientedNo es\ektiana obserarque tz'depeliden- cia de alain familiar cercanc produce una jubilacién anticipada, sobre (G@ljenfel aso de las mujeres|bajaUOHSMA pesar de alguna idea intui- tiva contraria, @@)paleee Gxistir relacion entre jubilaciom glee ora- miento de salud. La salud del jubilado dependersi dei estilo de vida que haya mantenido a lo largo de su vida. Estatus profesional. El tipo de trabajo que se abandona también supo- ne un factor relevante a la hora de explicar el ajuste a la jubilacién. Aquellas personas que han desarrollado su carrera laboral en ocupacio- ‘nes de mayor estatus y nivel educativo parecen ajustarse mejor a la jubi- JGION, Probablemente porque son proclives a mantener un trabajo puen- te, a implicarse en asociaciones relacionadas con_su rol profesional, a mantener el contacto con algunos compaficros. GiaiembangeneuIeneS han sido obreros 0 han tenido profesioncs de menor estatus en la escal (Cartruto 14, DesaRnotso SOCIAL ¥ EMOCIONAL EN LA EDAD ADULIA ¥ La VEIEZ laboral suelen tener mas problemas para mantener el esiaius econdini- co, su posicion social o encontrar respeto. Est de prejubilacion descrita por Atchley io Se Kiii@ifiai jue (sairaia(eleSpues/ue jubilarse, mientras que los protesionales que han obtenido reconoci- miento personal y profesional seran mas proclives a prever continuidad ‘t@S/el neti. Tambien se ha encontrado que los profesionales que ocu- paban puestos que necesitaban de relaciones interpersonales se jubilan mas tarde y sienten mayor bienestar tras la jubilacién, posiblemente por que contintian manteniendo parte de los contactos. Sentir que no se han alcancudo las metas profesionales, estresores con- snauos 0 la imposibitidad en el trabajo son tactores vinculados gommunaetransiciénveomplicada-a la jubilacicn, GPHONCLAD Ya indicamos al comenzar el apartado que el rol profe- sional definfa una parte importante de nuestra identidad. GA)peSOnD recién jubilada, por tanto, tiene que adquirir un nuevo sentido de identi- dad alejada de la definicin del rol laboral, i'n funcién del apoyo perci- ares y amigos, v del erado de congruencia entre emt ‘mayor o menor faci Recursos econonricos. La relacion entre testabiidad Ceonomiea y el BiGHESEERIPESGHANESPORVA. Aquellas personas que ven mermar sus recursos y posibilidades con la jubilacién sentirdn mayor desazén que quienes pueden mantener actividades de ocio o incluso iniciar nuevos hobbies y entretenimientos. A pesar de haber discriminado entre estos factores, muchos de ellos suelen darse juntos y, es la conjuncién de varios de ellos la que explica la adaptacién a la jubilaciOngseramaquellaspersonas/commme|oresecursos econémicos, con mejores trabajos y estaius social, cuyo ijo Tes ha permitido-un-estilo de vida més saludable-y-que pueden mantener un . Por el a , aquellos individuos con fivas en el peniode dé 1a prejubilacion, con saiud pobre y bajos ingresos se adaptarén peor al periodo de Ia jubilacién. 6. ENFRENTAMIENTO DE LA MUERTE La persona no es el organismo; no es la mente; no es el cerebro, yes, mi juicio, insatisfactorio limitarse a decir que es un producto bio- psico-social. La persona es el resultado final, siempre provisional mien- tras funcione su cerebro, de su historia interactiva individual elaborada en entornos fisicos, culturales, sociales y afectivos especificos, a través del lenguaje y otras formas de comunicacién. En sintesis{{iapSSonaeS el producto singular de su biograffa ( ..) Las habilidades de comuni- -cacién, asi como Ia validacién de las biograffas, constituyen la tecnolo- ‘ofa punta, pabisiligiamebsytcimiento de las persapes{..) no nos relacio- nnamos s6lo cor cucrpos con apariencia de persona, sinojeon|person.1s 427 PeicoLocta pet DesaKnoro 1 ‘TaBLa 14.2. INTERVENCION PSICOLOGICA CON ENFERMOS TERMINALES (BAYES, 2006) = Dominar las estratepias de counseling ‘= Ser capaces de aportaral equipo lariqueza de las observaciones sobre el estado de dnimo del enfermo y los problemas relacionaes con sus cuidadores primatios, — Poscer una sdlida formacn en bioctica, = Actitud empatica. = Disponer de informacin sufciente sobre el trabajo de sus compaferos: escala analgésica, tipo de curas, comunicacion no verbal, cte. — Estar dispuestos a implicars, a deliberar con el enfermo y a responder a sus demandas si éste les interpela, PRIMER NIVEL: DETECCION = Valoracién de os si omas psicoldgicos refractarios = La prevencion precoz dela angustia vital. = Ladeteccisn temprana de dueles complicados. = Lacrvaluaeién de los estados de énimo ansiososo depresivos. = El tratamiento de ls trastornos desadaptativos. = Laintervencién en crisis. = La prevencisn del buntont — La partcipacién oiniciativa en investigaciones que impliquen aspectos psicoldgicos tales como el mantenimiento de la esperanza, SEGUNDO NIVEL: SUBIETIVO — Valoracid por parte de un profesional extern de la dinsimica del equipo eintervencidn con los TERCER NIVEL profesionales quemados. Alo largo de sus muchos aifios de carrera, el profesor Bayés ha cono- Bat cido y acompafado a numerosas personas en uno de los momentos mas ydelos procesos que. | dolorosos de la vida: la enfermedad terminal y la muerte. A partir de su la acompafian, larga trayectoria y su relacién con diferentes profesionales, elabora esta especialmente definicién de persona que coincide plenamente con la nocién de des- exocionaet lo en este capitul mitendido en el sentido mas amplio) considerar Ia muerte como una tarea evolutiva permite considerar a la persona que muere de forma holistica, contrarrestando la fucrte medi- calizaci6n occidental de la muerte (Shaie y Willis, 2003) 6.1. Factores que afectan la forma de enfrentar la muerte Al hablar de enfrentamiento de la muerte estamos haciendo referen- eae le atrontar esa muertseradferente en ann dediversos treba remos en este capitulo sdlo de algunos de ellos: el momento en que apa- rezca la muerte, la plenitud que creamos haber alcanzado en la vida y el significado cultural que se le dé a la misma. 428 (Cartruto 14, DesaRnotso SOCIAL ¥ EMOCIONAL EN LA EDAD ADULIA ¥ La VEIEZ Momento evolutivo: Sin duda alguna, no es lo mismo la muerte de un anciano de 85 afios que Ia muerte de un joven de 25. Cuando Ia muer- ‘pepe ieee emnpronas la familia del fallecido sufre més y es més dificil la recuperacién’ jecimi wren en un m to no normativo, cuando atin «no toca» una vida que atin no @iemEED Sin embargo, el sentido de fabula personal descrito en el Captielo T2'y que acompafia a los jévenes durante bastante tiempo, hace que sean momentos en los que la muerte no preocupa, ya que es cosa que ocurre a otros y a los ancianos. iii ies sate ara G0 inseinicmmesniaiaieiinieicciccnie- dad com resuladGe-GMMTEPTSWER Serd con le rensiciémerlewvide adulia, el matrimonio y Ia Legada 42 RC Cooee- TEER comiencen a preocuparse por su salud fisic:.. No s6lo por ellos mismos supmamaumianaemnigunsemesiosuemminnnensieetidedeumne, sabilidad de tener que estar ahf En “Stas edades, ademas SGAEMGMADTS Sor SERS vo en Ja década de los 30 casi todas las personas han sufrido la pérdida de familiares y/o amigos cereanos. si, entre los 25 y los 60 afios el prine: gealeterncsclerlesiperscrias tee tte Scene ean IBTENEatIONCe TCT CITES? Segun avanza la vida aumentan las probabilidades de sufrir la propia muerte o la de seres cercanos. Quizas por la normatividad del hecho, los ancianos piensan mas en la muerte, pero la temen menos, sintiendo menos ansiedad que los jévenes ante la misma. No es extrafio que se haga testamento, se preparen las propias lapidas o se aclare a las per Sona cereanas dénde quieren ser enterrados o que seiexparzanlas'ceni- zac Eb unscetualigndascrito por Berger (2009), (aaa. dedicar su tiempo 2 estar con familiares antes que con personajes cono- Gos OIPIESGSOMMUSEAUOSN ste dato se replico en una muestra de j6venes con SIDA comparando a quienes tenfan sfntomas con quienes no los tenfan y se relaciona con la cercanfa de la muerte: sonas que tienen cerca su fin prefieren estar con los seres queridos, resolver antiguas rencillas y recordar la importancia que las personas queridas han tenido a lo largo de la vid. Plenitud alcanzada: En este mismo capitulo hemos descrito la idea de Erikson de que @liRitiall@e\a\ vida pucde\SeinyparayaleanZai—> Sabiduria y sentirse plenos y sotbfechos con laaidammmbalenice © ‘un momento de desesperanza, desi iy deseos de vuclt atras para hacer las cosas de otra forma. Aquellas personas sabias afrontarén la muerte con mayor serenidad que quienes no han llegado a la plenitud. (SigaAO MAA: Si a lo largo de todo el capitulo hemos hecho referencia a la importancia de los aspectos normativos relacionados con la historia, ante la muerte estos aspect una releyancia importante, ona budista, que la considera p: , y cuyos familiares estaran cerca ayudandole a morir y sin dejar que ninetin medicamento altere ‘su estado mental o alargue la vida; o un catélico que espera una vida mejor tras la muerte, sin sufrimientos ni més finales; 0 un ateo ocei- dental que considera que tras la muerte sélo queda el vacio. Pro- bablemente, los dos primeros casos afrontarén la muerte con menos estrés y sufrimiento. 429 PeicoLocta pet DesaKnoro 1 430 6.2. El proceso de la muerte: el trabajo de Kiibler-Ross En 1969, la psicdloga suiza Elisabeth KublerRoss realiz6 un trabajo pionero en el dea con el que describié 5 etapas por las que pasarfan todos Jos enfermos al enfrentarse a la muerte: negacién, ira, negociacién, depre- si6n y aceptacién. Este trabajo, sin embargo, ha tenido criticas importan- tes: la muestra utilizada era de enfermos suizos de céncer de mediana edad: no es representativa de todas las culturas, y por tanto, Ia universalidad de Jas etapas cae por su propio peso, y no es representativa de todas las edades (ya hemos argumentado previamente como la edad es una variable impor tantea tener en cuenta a la hora de afrontar la muerte). Investigaciones pos- teriores han mostrado que estas etapas son posibles pero no necesarias, se pueden dar varias al mismo tiempo y, en cualquier caso, no ocurren de forma secuencial. P Tega ‘ano me estoy muriendo») 0 parcial («si, tengo cAncer con metéstasis y no me estén medicando, pero no todo el mundo mueres, «es una persona fuerte, seguro que sale de esta»). pn, sin embargo, i i juestra s. Sin embargo, tal y como aparece en nuestra pri- profesor Bayés mera cita racias al trabajo de Kuble: Ross y otros investigadores como Bayés, se ha reconocido el derecho del paciente a conocer su muerte inminente, a hablar abiertamente de ello con familiares o religiosos y a estar acompatiado de sus seres queridos. ee ‘Berger (2009) ESE que ella misma habia sentido ira ante la muerte de su marido. h nec ie Otros culpables frecuentes son Dios 0 los médicos. pe favor, quiero ver la boda de mi hijas, «que jocer a su nieto»), cya nada me importa»). Tnuerte es inevitable y ef dolor se acompana de desesperanza. Act 1 | (Cartruto 14, DesaRnotso SOCIAL ¥ EMOCIONAL EN LA EDAD ADULIA ¥ La VEIEZ Seguridad Necesidades Fisiolégicos Figura 14,7. Pitamide de necesidades fo Fetos a alrontar frente a la muerte, En la base de la piramide encontramos la necesidad de satisfacer las cuestiones fisiolégicas, tales como reducir el dolor y el malestar. Le sigue la necesidad de sentirse seguro/a, tener el control sobre la vida que le queda y algo de vida por vivir. A continuacién aparece la necesidad de amor y aceptacién de los familiares y amigos, la necesidad de intentar mantener las relaciones de apego. En el siguiente escaldn se sittia el respeto de los profesionales, en el caso de que tales figuras existan. Finalmente, el tiltimo escalén es la necesidad de actualizacién o trascendencia espiritual, la necesidad de encontrar o afirmar el sentido y significado de la vida 7. AMODO DE CONCLUSION En este capitulo hemos realizado un recorrido, necesariamente somero, de algunos de los hitos mas importantes del desarrollo entre los 20 y los 80 aiios que es, aproximadamente, la esperanza de vida media en Espaiia. Son 60 largos afios resumidos en apenas unos folios que dan una idea de la frecuencia ¢ intensidad de estudio de los pri- meros aiios de la vida y del resto en nuestra disciplina. En este esfuer zo de sintesis hemos dejado atras hechos como el divorcio y su influen- cia en la persona, el papel de los abuelos en la crianza de los nietos, los, trabajadores de mas de 65 afios, etc. Sin embargo, esperamos haber logrado que el estudiante tenga una vision panoramica general del dese rrollo en la adultez y la vejez, con cambios en los que los acontec mientos histéricos, la sociedad en la que se enmarca la persona y las propias decisiones e historias individuales cobran una especial rele- vancia. Y que sin embargo, no impide encontrar pautas ¢ hitos comu- nes a toda la poblacién. 431 PeicoLocta pet DesaKnoro 1 BIBLIOGRAF{A COMPLEMENTARIA BERGER, K. S, (2009). Psicologia del Desarrollo. Adultez y vejec. Madrid: Editorial Médica Panamericana (iraduce. The Developing Person. Through the Life Spar, 7th Ed, 2008). Ouwa, A. (2010). El desarrollo social durante la adultez y la vejez. Descargado de http//personal.us.es/oliva/evolutiva.html en enero de 2010. ‘Scutate, K, W. y WILLIS, S. L. (2003). Desarrollo Adulto y Envejecimiento. 5." edi- cin, Madrid: Pearson. Viutar, F, Vittamizar, D. J. y L6rez, S. (2005). Los componentes de la experien- cia amorosa en la vejez: personas mayores y relaciones de pareja de larga duraci6n, Revista Espariola de Geriatria y Gerontologia, 40, 135-202. (Descar- gable de: http:/ipersonales.ya.com/fvillar/ en febrero de 2010). 432

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