512 RazonReligion

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JURGEN HABERMAS } JOSEPH RATZINGER _ ENTRE RAZONY RELIGION Dialéctica de la secularizacion Traduccién Pato Lanco / Tsanet Banco centzonree FONDO DE CULTURA ECONGMACA Peder ein, 200 Vie ey ag Try fl dese gen Hatem outage na he mes Rs Btn et ete en Tei hth ro Oe et in in iin ose ts BAN ee cy i lot stg topo 1. hc asa ‘ans Ras ooo pice temtrmepet esdoeceoictoeetarncs severe ote eed ine 08 Wie pd opi itn 28 amen ara hiner ‘rmnndcateconotiacon Wiss ara: 0 sr coe Hi ee oriode Bose 0 Dio depts ancy re Men vides Laut Booms Age . Re 208 gen Hae be Bacay aloe acer, rs duende es de gen Habe ‘Ro i, edharal Cuda er, op Rae edad mi (ibs Lara por ado ede op Rateger .R.© 20, Fowo0 08 Cnzora Eemsca Cavers eco: jn, 27 1098 Mon ‘pe rpc lo parle ob inch eno Ato y deporte eco eet dco ‘iio sr eosin pared tor ISBN 978-968-16-8436-5 (ristica) ISBN 978-968-16-8604-8 (empastada) Ine cn Mic ris i Mase Invitados por la Academia Catélica de Baviera, el 19 de nero de 2004 el ildsofo Jurgen Habermas y el teélogo Joseph Ratzinger mantuvieron una canversacién en tor- no a los fundamentos morales del Estado. Habermas, conocido partdario del laicismo, y Ratzinger en aquel entoncesprefecto de la Congregacién para la Doctrina de la Fe —y quien quince meses despues sefa elegido ‘ipa, presentaron en Munich ls ponencias que agut se reproducen, La encarnacign del pensamiento liberal secular, el wno, y la personificacion de la fe catlic, el co1ro, dion ast wn ejemplo de rolerancia y pluralidad y tmostraron que es posible un dilogo flssfco fructifro entre posturas discrepant, -Mediante razonamientos diferentes y con una idea ‘muy disinta de la fundamentacion dela ética, ambos ears, sin embargo, a conclusionessemejantes a partir e¢ Nowales conipartidus. Habermas, Indice WI mismo poco musical en materia eli qu lr convicts reigisas son un Ww. piann Ia filosojta, £1 mismo enfrenta el Hithe (le WW earactertstico ateismo metodo- imple dar wibidta a cualquier premisa Idd, reconoce el potencial de verdad loss: propowe una secularizacén que no -_gPandamentos prepoltcos del Estado democrdtco My Ratalnge, por su parte, lama a reconocer la de derecho?,Jangen Habermas ¢ 9 i eorrelacidn entre razin y fe, As, tanto el filéso- il coro el teblogo cat6lico apelan a un edoble Lo que cohesiona al mundo, Los flamentos morales y prepliticos ellgidn y viceversa i del Estado liberal, Joseph Ratzinger # 35 Al flual de este didlogo se desaté una apasionada e -lseus6n, en la que elector queda ahora invitado a parti- ipa con et edicon de Centzontie. 3Fundamentos prepoliticos del Estado democrdtico de derecho? JORGEN HABERMAS 1 Tema propuesto para esta discusi6n recuerda la pregunta que a mediados de los aos sesenta Rrast- Wolfgang Béckenférde formul6, con gran expresivi- dad, acerca de sel Estado liberal y secularizado se sus- tentaba en presupuestos normativos que él mismo no podiasiquieragarantizar Esta pregunta pone en duda In capacidad del Estado constitucional democritico | de recur a sus propias fuentes para renovar sus fun- damentos normativos ale ver que hace surgi la sos- pecha de que depende de lo religioso, de tradiciones ‘ut6ctonas arraigadas en cosmovisiones 0, en todo «aso, de tradiciones éticas que vinculan a la colectivi- dad, Si se toma en consideracin el shecho del plura- Woche «Di shang det tater ale eran er St wna, Rc, Stat ree, Saka, rancor dl Meo, ope nyse lismow dle Rawls, este cuestionamiento haria tambalear «un Estado obligado a mantenerse neutral en lo relati- la cosmavision (Weltunschaaung). Sin embargo esta deduccién no contradiee par sf sola lt menciona- da sospecha, En primer lugar me gustarfa puntualizar dos as- pectos en este problema, Desde un punto de vista cog- nitivo la duda se refiere ala cuestién de si puede si- quieca aleanzarse un poder politico —una vee llevada, a cabo una completa positivacién del derecho— de justificacién secularizada, es decir, no religiosa 0 pos- ‘metafsica (1) ¥,aun cuando se admita tal legitimacion, ‘queda el aspecto motivacional de la duda acerca de si es viable la estabilidad, més allé del simple modus vivendi, de una sociedad pluralista en lo eferente a la cosmovisi6n, en el mejor de los casos sujeta a una nor- ‘matividad consensualmente limitada por procedimien- tos y principios (2). Bn caso de poder despejarse esta dduda, queda en pie el hecho de que un ordenamiento liberal necestarfa siempre de la solidaridad de sus ciu- ddadanos como fuente, y de que esta fuente podria des- parecer completamente a causa de una secularizacién «cdescarriladay de la sociedad, Este diagndstico es in- discutible, pero no por ello debe entenderse de forma {que los intelectuales defensores de la religién saquen, de ello cierto tipo de eplusvalia» (3). En vez de esto propongo entender el proceso de seclarizacion cultu- rly social como un doble proceso de aprendizaje que force tanto a las tradiciones de la ustracién como a las ensefianzas rligisas a una reflexim sobre sus res pestvos lentes (4). En lo que respecta ala sociedades postseculares habria que abordar en éltima instancia tambien la cuestién de endl son las actitudescognit yas y cues las expectaivas normativas que el Estado liberal tendefa que exigir a ciudadanos ereyentes y no B creyentes en su relaci6n mutua (5). 1. SopRE LA PUNDACION DBL ESTADO DE LAS FUENTES DE LA RAZON PRACTICA ‘Bl iberalismo politico (al que defiendo en la forma es- © pecial de un republicanismo kantiano) se entiende co- Eo una justificacin no religiosa y posmetafsica de los principios normativos del Estado constitucional de- Imocritico, Esta teorfa se sitia en la tradicién de un dorecho racional que ha renunciado a las enseftancas ol derecho natural clasico y religioso fuertemente ‘neladas en suposiciones cosmol6gicas o relativas ala Habermas, Di Enbaung as Andre, Soham rancor el Noone historia de fa salvaciOn. Si bien la historia de la teolo- fa cristiana en la Eidad Media —en especial la escolds- tica espatiola tardia— pertenece ya a la genealogia de los derechos humanos, los principios de legitimacién de un poder estatal neutral en términos de cosmovision, roceden en tltima instancia de las fuentes profanas dela filosofia de los sglos xvi y xvi, Seré mucho més tarde cuando teologia¢ Iglesia superen los desafioses- pitituales que planteaba el Estado constitucional revo- lucionatio. Silo entiendo bien, desde el punto de vista atélico, que como es sabido mantiene una relacién distendida con la lumen naturale, no hay nada que en rincipio impida justficar la moral y el derecho de ‘manera aut6noma, es decir, independientemente de las verdades reveladas, En el curso del sigho xx la justficacién poskan- tiana de los principios constitucionales liberales ha tenido que dedicarse més a discutr las critcas histori- cistas y empiristas que las penosas consecuencias de- tivadas del derecho natural objetivo (por ejemplo, la tica material de los valores), En mi opinién, basta un inimo conocimiento sobre el contenido normativo de la constitucién comunicativa de formas de vida socioculturales para defender frente al contextualismo lun concepto no derrotista de razén y frente al positi- vismo juridico un concepto no decisionista de legali- dad, Latatea principal consiste entonces en aclarar los siguientes puntos * por qué el proceso democriticn se considera un procedimiento legitimo de etablecimiento jur- dico sien la medida en que este proceso garant- za condiciones para laconstruccién inclusva y discursiva dela opinién y la voluntad, funda la sospecha sobre la aceptabilidad racional de sus resultados, y + por qué en el proceso constitucional democracia © derechos hummanos se entrecruzan en sus prin- Epos bésicos: la insttucionalizaciéa jurica del proceso de establecimiento democritico exi- ge garantizar derechos fundamentales tanto li- berales como politicos: El punto de referencia de esta estrategia de justifi- __sacién es la constitucién que se otorgan asf mismos los ciudadanos asociados, y no la domesticacién de un. | poder estatal preexistente, porque tal poder deberia érearse primero en el transcurso del establecimiento (stata «constituido» (es decir, no domesticado consti- "obras, Faia lie, Tt, Malbec. tucionalmente) estd completamente areaigado en lo juridico, de modo que no queda ningiin aspecto del poder politica que no estétraspasado en su totalidad por el derecho. Mientras que el positivism de Estado de la docirinaalemana del derecho pilico (desde La- band y Jelinek hasta Car Schmitt), que hunde sus af- «es enelImperoaleman, habia dado un certo margen «una sustancia ica libre de derecho en lo concer niente eal Estado» 0 lo politico», no existe en el Es- tado consttucional ningiin sujeto que detente el poder que se alimente de alin tipo de sustancia pre- juridica No queda por tanto ningiin hueco de la so- beranta preconsitucional de los monarcas que debiera rellenarse ahora —como ethos de un pueblo més 0 ‘menos homogéneo— mediante una soberania popu lar sustancil Esta herencia problemética provocd que la pre- sgunta de Bockenforde se interpretara de modo que daba a entender que un orden constitucional comple- tamente positivizado precisaba de la religion o de algsn otto Laces mis promt dt Seals cn lala omitatemueque eon ctr sae once co Mo 0 ff sad, Test, Balan, ip- Paral tinct nt be ea Soto roplamene har yn vot qu if, Mn Sehr comp) ain an tres Waa gS issn rw i loa qe seompate le luli nig ery erin SaceSans “Sale a edison del derecho tral in ie secon ger oven del atari crn en tales (Upiso y odencion epee dea ntsc col de home ‘flu oberacoes ferns natn de aye, 6 Lo i The und Kc Vip. 5. sist son. to de deco ara ue gar ln et Din Ca it er dace ein stra ie ree mri tl eget Buse cnet un usu tar ally hw) prt a fee ud i, ‘nas, que han surgido de la raz6n del hombre y que no pueden resolverse sin recurrt ala raz6n. El Ultimo elemento que ha quedado del derecho natural (que, en el fondo, pretendia ser un derecho ra- cional, por lo menos en la modernidad) son los dere- ‘hos huumanos, los cuales no son comprensibles sino se acepta previamente que el hombre por s{ mismo, sim- plemente por su pertenencia a la especie humana, es sujeto de derechos, y su existencia misma es portadora de valores y normas que hay que descubrir, no que inventar, Quizés hoy habria que complementar la doc trina de los derechos humanos con une doctrina de los deberes ylos limites del hombre, y esto podria ayu- dar a replantear en otros términos la cuestién de si puede existir una razén de la naturaleza y por consi- guiente un derecho de la raxén aplicable al hombre y a su lugar en el mundo, Esta cuestién habrfa que afron- tarla e interpretarlaaescala intercultural. Para los cris tianos tiene que ver con la creaci6n y el Creador. Bn el ‘mundo hindd corresponderia al concepto de dharma, la ley interna del ser, y en la tradici6n china, alas ideas yalos mandatos celestiales.? 18s dvi qu el concept de stra dele tal basa ene fe «Dis Crendor tude into 6 cn dey eit el ‘ec xen elbcpto del dara tbl dl ier on ‘eo pecans dis date arn dog 48 4-La perercurrurauipan honder algo més en lo que acabo de indicat. Me parece que hoy es indispensable la dimensién intercultural pain plantar la dscusion sobre las cuestionesFunlament les acera del hombre, que nose puede entaboe pure y simplemente entre cristianos ni tinicamente dentro de Ja tradiciénracionalista occidental ts certo que ane bas perspectivas consideran como wniversal su ato= ‘comprensin, y ques, deiure, lo sea, Sin embargo, de fact, deben reconocer que slo son aceptudas #indls 0 comprensiblesen determinados sectores de ahve manidad. Aunque también es verdad que el iment de as culturas concurrenes es mucho ms linitedo do Jo quea primera vista pudieraparecet Es importante sobre todo tener en event que dentro de los distintos ambitos culturales ya né.hity uniformidad; todos estin marcados por tensioned radicales en el seno de su propia tradicidn, Eu Oeele dente esto salta ala vista. Y aunque la eutuir Inen rigurosamente racional —que Habermas nos acaba de ilustrar con efcacia— ocupa un papel prepondernite Yse concibe si misma como el elemento unificador, lo cierto es que a comprensin cristiana dela realidad 49 sigue siendo una fuerza activa. A veces estos dos polos ‘opuestos estén mas cerca o mas lejos entre sly més 0 ‘menos dispuestos a aprender el uno del otto 0 recha- arse reciprocamente. ‘También el mbito cultural istimico se caracteriza por tensiones semejantes,y presenta un arco muy am- plio que va desde el absolutismo fanético de un Bin Laden hasta posiciones abiertas de racionalidad tole- rante, El tercer gran émbito cultural, el indio, 0, més exactamente, los 4mbitos culturales del hinduism y el buclismo, estan también sujetos a tensiones parecidas, ‘aunque no tan drésticas, al menos tal como las vemos nosotros, También estas culturas se hallan expuestas tanto a la pretensién de le racionalidad occidental co- que las interpela: ambas estin pre- sentes en sus émbitos y asimilan tanto la una como la smo ala fe cristia ‘otra de modos distintos, aunque sin dejar de mante- ner su propia identidad. Completan el panorama las, culturastribales fricanas y también las cultura triba- les latinoamericanas, incitadas por ciertas teologias cristianas. Estas ponen en cuesti6n la racionalidad occi- dental, pero tambien a pretensi6n universal de la reve- lacién cristiana, {Qué se deduce de todo esto? En primer lugar, me parece, una falta de universalidad de facto de las dos ‘grandes culturas de Occidente, la cultura de la fe cris- 50 ire tenance sis tiana y la dela racionalidad laica, por mss que ambi cada una a su modo, inflayan en todo el mundi y eh todas las culturas. En este sentido la cuestdn de eo ga de Teherdn citada por Habermas me parece dle pie ticular importancia: a saber si, desde el punto de Vista ‘dela comparacién de culturas y de la sociologt deta ‘eligion, la secularizacién europea no seria un camino particular que necesita revisién* Yo no reducieia en absolutolacuestin, al menos no necesariamente al «como hicieron Carl Schmitt, Martin Heidegger y Lév Strauss—, ala situacion europea, cansada, por asi de- cirlo, de la racionalidad, Lo cierto es que nuestra ra- cionalidad laca, por mas que pueda parecer evidente a nuestra razén educada al estilo occidental, no es com- prensible para toda rato, en el sentido de que, como racionalidad, encuentra limites en su intento de hacer~ se inteligible. De hecho, su evidencia est ligada a de- terminados émbitos culturales,y debe reconocer que, tal como es, no es reproducible en el conjunto de la hhumanidad y, en consecuencia, tampoco puede ser plenamente operativa a escala global. En otras pala- bras, no exist a férmula universal racional o ética 0 ‘aha aamencodn en one obec den col de Teter pr bia recht saya en alin de pe Smo de C Schmit M. Helge y Lvs, La conference de Habermas pin Zar bt in 3004 8 st religiosa en la que todos puedan estar de acuerdo yen la que todo pueda apoyarse. Por eso mismo la llamada «ética mundial» sigue siendo una abstraccién. 5. Conctustones, {Qué hacer, entoncest En cuanto a las consecuencias pricticas estoy en gran parte de acuerdo con lo que ha ‘expuesto Habermas sobre la sociedad postseculariza- da, sobre la disponibilidad para aprender y sobre la autolimitacién por ambas partes. Para terminar, po- defa resumir mi vision personal en dos tsi, 4 Hemos visto que en la religién hay patologiasalta- ‘mente peligrosas que hacen necessrio considerar la uz dlivina de la raz6n como una especie de érgano de con- trol porel que lareligin debe dejarse pusifcaryregu- lar una y otra vez cosa que ya pensaban los Padres de la Iglesia?” Pero nuestras consideraciones han puesto también de manifieso (y la humanidad hoy, en gene- ral, no se da cuenta de ello) que también hay patolo- fas dea raz6n, una hybris dela razén que no es menos peligrosa; mas atin, si se considera su efectividad po- "ero de Basra mejor en ioe ray ra ots fie Meow lpi en Chis, Sehalg 290 | tencial es todavia mas amenazadors a bomba ata a el ser humano entendido como prodcto, Por e80 también a ta razon se le debe exigit su ver que 10» conozca sus limites y que aprenda a escuchat las ‘grandes tradiciones religiosas dela humanidad, Se ‘emancipa totalmente y renuncia a dich dispesicidn 9 aprender, si renuncia ala correlacién, se vuelve des tructiva, Kurt Hubner ha expresado recientemente cesta exigencia diciendo que una esis de este tipo no significa un inmediato sretorno al fe, sino que de «ste modo «nos liberamos dea idea enormemente fal- sa de que af ya no tiene nada que deci al hombre de hoy pues contradice su concepto humanista de raz6n, racionalided y libertad>.* Por ello, yo hablaria de una correlacién necesaria de razén y fe, de raz6n y reli- edn, que estén lamadas a depurarse y egenerarsere- ‘lprocamente, que se necesitan mutuamente y deben econocetl, 42. Esta regla bdsica debe hallar una concrecién en el contexto intercultural presente. Sin duda, los dos agentes principales en esta correlacin son la fe cristia- na y la racionalidad occidental laica. Esto se puede y se debe decir sin caer en un falso eurocentrismo, Ambas "Kune, Ds Crinum Watre der Wcginen, Me ‘Sec Tobin 0.94 caractetizan la situacién mundial como ninguna otra fuerza cultural, Pro cllo no significa que nos poda- mos desentende de as demas cultura com si fueran tuna quanti négligeabe Esta sersa una forma de hybris occidental que pagariamos muy caro, yen pate ya lo estamos haciendo. Es importante que ls dos grandes components de a cultura occidental estén dispuestos a escuchar deserrollen una auténtica coreacin tam bign comes cultura, Es importante darles vox en el intento de una autentca correlacin poifonica en la que se abran ala esencialrelacién complementarie de ran y fe, de modo que pueda crecer un proceso uni- versal de purificacion en el que al final puedan res- plandecer de nuevo los valores y las normas que en cierto modo todos los hombres conocen 0 intuyen,y asi pueda adquirr muva fuera efectiva entre los hom- bres io que cohesiona al mundo re rasiny rl, de Wngen Habermas y Joseph Ratzinger, se terming de imprimit ‘yeneaademar en janio de 2008 en Impreso Fay BncuadernadoraProgies, S.A. de CV. (aren), Calrada Sen Lorento, aaa: 09830 ‘Mexico, D. En su composed, dborada ode Intgracion Digital del nas Gab eon pos, Minion de 3,104 524 puntos. La edict, alcuidado de Javier Leda, conta 87000 ‘jemplares en rasta y yo00 empastade, ZON Y RELIGION Bl connotado filésofo de fa actualidad y el entonces prefecto de la Congregacién para la Doctrine de la Fe a unos meses de ser electo sumo pontifice de la Igle- sia car6lica, Benedicto XVI— entablan un didlogo sobre los fandamentos de un orden social libre y pact fico.

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