Manual de Relojería - Belda González

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T464tuy > IZEIE9I CEL MANUAL DE RELOJERIA Rr 206.234 PEDRO-GERMAN BELDA GLEZ BELDA FUNDADOR ¥ DIRECTOR DE “CURSOS FoLITEC™ (tanned Relate pr een) COLECCION DE OBRAS D! - Manual de Relojeria. (3* edicién) Se trata de una obra de divulgaci6n, sobre relojes me cénicos, debidamente divididos por érganos para su mediata aplicacion a cualquier tipo de reloj. La excelente acogida del pablico nos ha obligado por lo mismo a completarla con nuevos libros. 2- ‘Trabajos de ajuste y torno (En relojeria) DE EL ERI A El ajuste fino y todos los trabajos delicados de taller se dan cita en este importante libro. Solamente con poner en préctica uno de los miltiples consejos de que esta leno el libro, mereceria la pena leerlo. 3 - Relojes especiales. (Mecénicos y eléctricos.) ‘Una impresionante panordmica de los relojes curiosos (TERCERA EDICION) y de méAquinas especiales. Zi ai ‘Ademés de estudiar a modo de relato los antiguos in- Contiene 185 disefios entre texto y 4 completas TABLAS ‘ea de ‘nadie al di detail de diametros de pifiones, Sistemas de horas, Longitudes de ee eee eter ee péndulo en centimetros y Equivalencias de Lineas y centi- este libro los mecanismos especiales, como relojes au- rietroe. tomaticos, cronégrafos, relojes de “Cuco”, ete. 4 - Relojes eléctricos. (Blectricidad y relojeria) La electricidad en la relojeria ha sido un capitulo im portante en la batalla por medir el tiempo con exactitud y es preciso reparar en esa época trascendente. Distribucién exclusiva: (Obra en preparacién) ag Para informacién 0 compra de estos libros: Faron Ee | Cursos POLITEC - Apartado, 14.881 | LeaRaninre Oss} 28080 - MADRID - Espana. ‘Magallanes, 25 - 28015 - MADRID 5 - Relojes electronicos y de cuarzo. (En preparacién) FOTO DE PORTADA: “Foto ONDAS” de Bilbao. ILUSTRACIONES ENTRE TEXTO: Manuel Urquijo Grijalba ‘Angel Maria Pereda Enrique Garcfa-Fresea José Antonio Urquijo Grijalba y el propio autor. Dedico este MANUAL DE RELOJERIA a JOSE MARIA URQUIJO ‘como una prolongacién de nuestras charlas y studios. P.G. Belda. © P.Germin BELDA GLEZ. Reservados todos los derechos. Prohibida la reproduccién. Primera edicién, 1.954 Segunda edicién, 1.980 Tercera edicién, 1.986 1.S.B.N, 84-300-2797-1 D.L. m.33730 - 1986 P.G, BELDA -Apartado, 40.020 28080 - MADRID - (Espana) Impreso en Espafta por Graficas CARRETERO Madrid, PROLOGO (A la tercera edicién) Reeditar un libro siempre es un motivo de alegria pa- ra el autor. Quiere decir que la obra que has hecho sigue vi- gente y aun interesa al piiblico, a las nuevas generaciones de relojeros. Y eso a pesar de que la electronica y los modernos y muy exactos relojes digitales y de cuarzo invaden material y realmente el ancho mundo. Pero a pesar de ello los relojes mecanicos no moriran como no han desaparecido los antiguas relojes ya anticuados. EI reloj mecanico tiene un seftorio, una distincion ex traordinaria, que no vemos en la inmensa mayoria de los re- lojes desechables japoneses. EI relojero actual se ve inmerso en una microeletroni- ca para la que no esta capacitado y que por otro lado anali- zada friamente tampoco precisa conocimientos muy especia— les, ya que las pastillas donde va el circuito impreso es into- cable y ha de ser sustituido completamente en caso de fallar interiormente. La relojeria, siempre, ha estado influido por los avan- ces cientificos de la época. Nuestra época se ha caracteriza~ do por adelantes sorprendentes y admirables. Nuestros reloje- ros tendrén que irse adaptando en el futuro. P.G. Belda. Junio-86 PROLOGO A LA 2 EDICION Dice Hugo Wast que no nace un libro hasta que no imprime por segunda vez. Una edicin puede hacerla el autor a su costa si no halla editor. Pero si el libro no se vende y fracasa la edi- cién, nadie se aventuraré a lanzarlo de nuevo, porque se ago- taron las posibilidades de venta y tambien los amigos a quie nes obsequiar la obra, siempre mds escasos que los ejemplares, por desgracia, de una mala edicién. Nace une segunda edicién de MANUAL DE RELOJERIA. He repasado concienzudamente el texto y veo que en su ma- yor parte no se puede tocar: deduzco de esto que lo expuse fen su momento de una forma acertada, didactica. Pero si voy a afadir varios detalles y en consecuencia este nuevo material de ampliacién seré un beneficio complementa rio de esta puesta al dia. En los afos transcurridos ha avan- zado mucho, en algunos aspectos, el arte de medir el tiempo «a tenor de los avances generales de Ia ciencia y la tecnologia actuales. No en vano el hombre ha llegado a la luna. Tambien se ha modificado sustancialmente en los talleresy me alegra, el método de trabajo, medios mecénicos de limpie. 2a y comprobacién, gracias a la incorporacién de la electréni ca, Por eso se afade en esta edicién un capitulo relacionado con ese tema. Pienso que el mayor mérito de mi obra, si es honrado que el autor hable ‘de las hipotéticas virtudes de su “hijo” del pen samiento y tambien del amor a su profesién, es que ensefio lo que sé de una forma clara y comprensible. El elogio més sentido que se ha hecho de mi tarea pedagé gica ha sido esta: — “Todo lo que ensefia se comprende con suma facilidad. Esto mismo no me ha ocurrido, por desgracia, con otros au- tores y libros o articulos que he leido en revistas”. Sin embargo sé que la venta de un libro se consigue no so lo por su calidad, sino tambien por su presentecion y distribu- cién adecuadas, que lo pone en el mercado en los puntos de la venta mas indicados y en los paises mas interesantes. Aquellos que se interesen por esta distraccién “de reyes” les ofrezco la posibilidad de aumentar racional y completamente sus conocimientos siguiendo el Curso por Correo. Al pie de este prélogo tienen direccion a la que pueden dirigirse EL AUTOR. Madrid, 2 de Julio de 1.980. Centro Autorizado por et Ministerio de Educacién y Ciencia N° 139, Solicite INFORMACION y FOLLETO EXPLICATIVO sin compromito ‘A Pedro-Germin BELOA GLEZ, — Apartado, 14.881 - 28080 - MADRID - Esparia PRESENTACION (A modo de coloquio) Elarte de la relojeria exige paciencia, cuidado y co- nocimientos. Todos los manuales y obras de consulta valen para cubrir esta dltima necesidad profesional. Pero sobre todo el relojero debe serlo prictico y es por eso que no puedo prescindir de tocar este importantisi- mo tema, Cuanto més habil y cuidadoso, més aprovechara y adelantara en esta profesion. Yo quisiera inculearle interés por esta delicada pro- fesion; procure, cuando repare un reloj, hacerlo con verda- dero esmero, nunca haga una cosa para ver si pasa, Si obra asi camina hacia su anulacién técnica Una obra mal hecha nunca es disculpable. Si quie- re estar contento de si mismo, solamente lo eonseguiré si trabaja a conciencia, Buscar evasivas 0 hacer, como he visto mil veces, y siempre por malos profesionales, hacer marchar el reloj pa- ra cobrar y salir corriendo antes de que se pare, es perdi- da lamentable de tiempo. Si obra asi es mejor que cierre, rapidamente, el libro y no se preocupe de esta profesién. Si no es asi yo le auguro una vida lena de satisfac ciones, porque vivira contento de su profesién y orgulloso, incluso de su trabajo impecable. El autor. Keres A CAPITULO PRIMERO EVOLUCION HISTORICA El décimo de segundo es una victoria del siglo veinte Hasta nuestros dias no se ha conseguido lo que duran- te muchos siglos se persiguié: Ia medicién exacta del tiempo. Si haciendo un esfuerzo imaginative retrocediésemos al hombre de las cavernas, veriamos como se esfuman estas mediciones escrupulosas de la cultura ¥ acion actual. Del décimo de segundo nos perderiamos en el dia y la noche. De la delicada 3 cula miquina de medir el tiem- po, nos hallariamos con Ia desdibujada y variante sombra de cualquier cuerpo, proyectada en el suelo por virtud de los movimientos solares. —iQué abismo! — tendriamos necesariamente que ex- clamar. Y si nos fijdsemos en el mosaico de las mis variadas culturas, tropezariamos con los sistemas de division del tiempo mas originales. Asi nacen las olimpiadas, los lustros, los jubileos. Las horas, los minutos y los segundos, que actualmente rigen en todo el mundo. desterraron sistemas horarios capri- chosos y rudimentarios, que buceando en la historia en- contraremos ain. El camino seguido, a grandes rasgos y partiendo de los mecanismos empleados para la medicién del tiempo, es como iré detallando. 10 Retos GxoMOs. EL primer reloj de que se tiene idea ¥ conocimienty es el Gnomon, Consiste en un estilo. ver= cn un enadrante 0 esfera y que sefala las lose de los movimientos del sol sin demasiada seguridad, aue los pr en emplear este procedimiento fueron los caldeos, h BME (antes de Nuestro Seiior Jesueristo). En Caldea, se empleaba un obeliscs que seial Ja esferao cuadrante el mediodia © otras har: RELos De Sot. Eatcio, — Se halla, en el museo de Ber- Jin un reloj de sol, cuya invencién data de 600 aos a tes de J. C. y se atribuye a Beroso Babilonio. Consiste en una piedra lisa, con cabeza también pétrea, que se coloca de cara al nacimiento del sol. A medida que éste avanza, por su érbita celeste, va ‘sefialando las n horas, mas brey do a la verti A partir del mediodia se yuelye hacia poniente y vuel- ve a sefialar inversamente las horas de la tarde. Su iinico inconveniente es que tenemos que «darle a moverle, eada dia, dos veces nite a medida que se va aproximan- Drvisi6y prt Soy pe ny non. — La division del aio en doce partes; los meses, es antiquisima y no falta quien afirma que ya cra empfeada, hace Ia friolera de treinta siglos, por algunos. pueblos. Es mis reciente (100 6 200 aiios antes de J.C) la di- visiin del dia en 21 horas, la hora cn 60 minutos y el to en 60 segundos, 51 ensayo de In hora decimal, durante Ia revolucién francesa, fraeasé ru ente, No porque sea uma wto- pia irrealizable, sino porque origina infinidad de tras- tornos de todo géncro. dasa Los wetoses pe FvEGO. — En dias nublados, o durante Ia noche, no era utilizable el sol. A salvar estos lapsos de tiempo ticnden los inyentos que iré resefiando, 12 En In antigiedad, Ios chinos, utilizaban cuerdas em- breadas, con nudos a igual distancia unos de otros. AL ar- der, comenzando por una punta, iba consumiéndose de nudo a nudo, en el espacio ealeulado — y aproximado — de una hora Los griegos, en sus olimpiadas, ut lorchas y relojes de fuego, de materias abrasivas de du- racién determinada. En’ nuestra obra inmortal «Don Juan Tenorio» se ve un reloj de fuego, en una de las tiltimas escenas. Figura 3. — Reto} de arena, Mas perfeccionado es el reloj en cl que se emplea aceite por combustible. Se trata de una botella graduada para 24 horas, con salida de aceite, semejante a un candil, con mecha en su punta 13 Era preciso comprobar Ia cantidad consumida con otro reloj que marchase bien, Para regular la salida y que consumiese mas 0 menos, se hacia mediante el empleo de una Ilave, que daba mayor 0 menor salida al aceite. Los HELOJES DE ARENA. — Hacia el aio 5 datan los relojes de arena y los de agua, que luego detallaré. Son un avance en la conquista sobre la fugacidad del jempo. Ya desde este momento el tiempo va haciendo su paso en miniisculas fracciones. reloj de arena, esta formado por dos botellas, uni- das por el cuello, entre las cuales queda un paso angosto y permite el deslizamiento de la arena a paso de tortuga Las botellas, solian Mevar fracciones mas menudas, cquivalentes a particiones de la hora. Los relojes de arena se utilizan atin en nuestros dias. Poseo uno de tres minutos, que se fabrica para conocer la duracién de las conferencias telefénicas. También se ven en cocinas y elinicas, para los mas variados usos. Las cLePsiDRAS (Relojes de agua). — La clepsidra 0 reloj de agua, es el reloj precursor de los modernos me. curioso analizar la historia del reloj, para ir com- probando como todo nuevo adelanto se va introduciendo en cl reloj. Asi ha sucedido, sucede y sucederd EI reloj de agua, ha sido el mas perfeccionado entre los antiguos procedimientos. Existen verdaderas joyas. Si estudiamos los primitivos relojes hidraulicos, vemos que parten de Ia misma idea de los nudos de la cuerda embreada, Una serie de baldes, de los cuales sélo esta leno el de superior, se van vaciando uno en otro, en el espa una hora. Luego, utilizando mayor delicadeza, se emplea el vel que, parecido al empleo del-aceite, va sefialando so bre las divisiones previas el tiempo transcurrido. Bry Luego se introduce «1 flotador y se inicia el acopla- miento de figuras y mecanismos varios, terminando con la introduccién de la cuerd A partir de este momento las clepsidras aleanzan su mayor esplendor, sefialando en sus formas mas cuidadas a talla de los modernos relojes. Conviene sefiular, por ser datos curiosos, el regio re- galo que el Califa Arin ofrendé a Carlomagno y la clep- sidra que tenia una duraciin de tres meses. La que recibié Carlomagno, indicaba las horas por me- dio de doce bolitas,.que al caer — cuando el mecanismo se lo permitia — golpeaban una plancha metilica sono- ramente, al tiempo que doce figuritas, que representaban otros tantos caballeros, salian, cada una de su puert Ha, dando una vuelta y volviendo a entrar en su sitio, cerrandose detras de eilus la puertecita correspondiente. Como se ve Hegé a una notable perfeccién la cons- truceién de estos relojes. wb cl siglo pasado, én 1827, Blac, present a Ie Real Academia de Ciencias de Paris, uno, con un gigantesco depisito, eapaz de contener 1.500 litros y de marchar sin interrupcién por espacio de tres meses. Estos dos iiltimos datos, muestran, hasta donde han Hegado los adekantos en e! tipo de relojes que nos ocupan. Los nrtoaes ron vesss. — Hacia el siglo x, se_sustitus y6 el agua por In pes. que sa un pequeno roda- je, sujeto a presidn estudiada, para que no corriese dema- Siado y que a su vez, arrastraba una saela sobre un eua- drante, indicando la hora EL antiguo reloj Kesan, japons. data de esta época ¥ consist en un rodaje. movido por una pesa y regula- do por una rueda de escape y ancora, en la que Teva dos martillos, que producen un marchar lento, semejante al timbre de nuestros despertadores, pero con mayor len titud La esfera, era > contrapeso, iba se! tiguo sistema hor considera sagrados rece de ellos Y éste es ya, el tiltimo eslabsn de la cadena, en busea de una reguiacién del tiempo de forma uniforme. En el aiio 1852, Galileo Galilei, observando, durante ceremonias rel mparas de la catedral de Pi- sa — In ci ees famosa por su torre in= clinada — descubrid el sincronismo del péndulo, esto es, que las oscilaciones del péndulo guardan relacién con su largura, Como todo adelanto, que se vislumbra que puede te- ner ulilidad en cl reloj, el péndulo fué introducido aiios mas tarde por Huygens cn el reloj, como organo regit- lador. EI pénditlo, al oseilar, regula el impulso motor y_se~ cundado por el escape, permite un paso lento del rodaje ada como ki caj alando en ella Jas he 10 japonés, ue va de dos e los ntimeros 1, 2 y 3 y por tanto ca festacidn al exterior, por medio del sistema de horas y aguja Ya pocos aiios después, al introducirse el impulso por un muelle Iya regulaeion por un volante y otro muelle esp 1, se ha Megado a la cumbre ac- tual Ahora la historia del reloj, como antafo, va ligada a los avanees modernos de la ciencia y Ia cultur Primero, la eleetricidad, luego los cambios atmosfé- ricos, mis tarde la impresién fotoeléctrica, después la cnergia atomica y hogaiio Dios dira. EI reloj, continuara siempre, en el primer plang de Ia actualidad, pucs los hombres tenemos como una obse- sidn, el saber exactamente, con la mayor certeza posible, cl tiempo que hemos consumido en nuestra incierta exi tencia. CAPITULO SE UNDO UN VISTAZO AL TALLER Y LAS HERRAMIENTAS Aunque en cl de pesas y les colocan un péndulo mas ornamentado y mas pesado también, y para compensar este derroche de fuer- za, que no esta calculada, hacen un mayor brazo de ‘pa- lanca en el tambor del barrilete, aumentando su di y este aumento se hace progresivo hasta que el péndulo oscile normalmente. Existen normas técnicas o fisicas, pues he tenido oca- sién de estudiar algo relacionado con diametro del tam- bor y peso del péndulo, pero no hallo a mano Ia pro- poreién, Impulso motor por muelle real Estudiaremos en este uparte los sig que se le presentan al reparador de relojes: Forma, largura, altura, diametro y fuerza de los mue- Mes reales. ntes problemas Figure 29. — Una cuerda en au brida Forma: La determina su aspecto visto sujeto por brida © suelto y los enganches interior y exterior. La primitiva forma era espiral, luego se comenzaron a fabricar rectas y actualmente todas las fabricas tienden a hacerlos en forma de «S». Los enganches interior y exterior son: el interior un agujero eliptico, y el exterior un angulo que se adapta en el saliente 0 ufia del barrilete. E] enganche interior no tiene variaci 1 de unos a otros 52 relojes. En el enganche exterior se aprecian algunas moda- lidades que explicé: En algunos relojes el angulo que se adapta a la ufa del barrilete es vivo, y sin més aparece destemplado y doblado; este tipo no da buen resultado, Otros relojes — cilindros antiguos y los Roskopf — tienen los dos enganches iguales, un simple rectingulo agujero eliptico. En los cilindros tiene una difieultad y es que de darle cuerda con mucha fuerza puede saltar el muelle 0 mejor el enganche exterior. a Figura 90, — Un mueie real suelto en forma de S. En los Roskopf ya viene esto solucionado y Mevan una brida de salto que evita la rotura del enganche sin que se escape la fuerza acumulada Algunos enganches exteriores son por remache, 0 sea que van remachados el muelle con Ia particula de engan- che que hace el angulo. Algunos lo Hevan a presién, no explico ahora oémo porque luego doy la forma de hacer enganches. Y por Ultimo los relojes de marca levan doble enganche exte- rior. Generalmente van remachados y se une por agu- jero a una uiia y en las dos tapas del barrilete evan dos agujeros y alli se-adapta el enganche. Cuando se rompe uno de los enganches no existe nin- gin inconveniente en aprovechar Ia cuerda, si ésta reine condiciones de elasticidad, fuerza, altura y largura, que detallo luego. 53 El engunche interior se hace destemplando como cosa de dos dedos, de mas o menos. En el extremo exterior se matan los cantos ¥ se destempla totalmente, luego a medi- da que van aproximandose al trozo templado, que sera dos dedos mas alld del extremo, se va azulando cada ver menos, de forma que no sea brusco el paso de tem- plado a destemplado. 1 agujero se hace con taladrado de alicate especial oa lima. Se comienza por matar eantos, o sea ‘dejar el borde exterior sin angulos agudos. Luego se doble en cireulo incompleto y con la punta de Ia lima se hace un agujero que queds alargado. Para esta operacién puede sujetarse al tornillo de mesa. Tratandose de enganche exterior se destempla como cosa de medio dedo totalmente. Luego con un alicate de puntas redondas se le dobla un poco ¥ se coloea un troz0 de muelle real que coincida cn altura. Tenga en cuenta el lector que digo que haga una curva, mejor una circun- fereni quiere hacer*un angulo se le partira y difie cilmente conseguiré lo que se propone. ‘Tenga presente pues: el muelle en el lugar del cur- vado totalmente destemplado y hacer un circulo en lugar de un angulo. Ademas ha de hacer un bisel para que aga- rre mejor al barrilete 0 uiia, el trozo que se afiada ha de ser templado. Largura: En realidad la largura la determina el did- metro. Para que una cuerda sirva para un determinado barrilete, han de poder contarse una vez dentro de ésie hasta doce vueltas de muelle y ocupar Ia mitad del in terior. Tanto si es mayor como si es menor, no desarrolla las horas debidas — 36 por término medio —. Altura: La determina el barrilete, si se pone mas alta rozara impidiendo la marcha y ocasionando paradas bruscas. Si menor, no seri capaz de mover el rodaje y mante- ner en funcionamiento el volante

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