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Tsouoms . 1° 3_ Mefico_ 1948. SOBRE DERECHOS HUMANOS Y DERECHOS DE LOS PUEBLOS a Luis Villoro™ ‘uchos han advertido signos, en nuestra época, de una crisis de la figura moderna del mundo, tal como empezé a surgir en el siglo XVI y se afianz6 y desarrollé en Jos siglos posteriores. Uno de esos signos es la crisis de los Estados nacionales. La globalizacién tanto de la economia como de ia técnica y Ia ciencia, el enorme desarrolle de las comunidades, la aparitién de problemas dramiticos que conciernen a todo el planeta, han vuelto el Estado nacional demasiado pequeifo para hactrles frente. De alli la tendencia ereciente de los Estados formar comunidades regionales més amplias y los esbozas, atin balbuceantes, de formas de gobicmo sundial y de cultura planetaria. Pero, al mismo tiempo que se muestra demasiado pequeiio para solucionar los problemas mundiales, el Estado nacional es demasiado amplio para dar satisfaccién a demandas de las comunidades que lo componen, Una paradoja: la marcha hacia uma wtificacién planetaria coincide con el resurgimiento, en cada Estado, de reivindicaciones crecientes de nacionalidades, etnias y minorias culturales, El Estado nacional fue un producto de la mentalidad moderna. Se fundé en la idea de un poder scberana tinico sobre una sociedad homogénea, que se compondria de individuos iguales en derechos, sometidos al mismo orden jurfdica. Su ideal profesado era el de una asociacién libre de ciudadanos, que se ligan voluntariamente por contrato. Inctuia ls libextad y la igualdad de derechos de todas los contratantes, cuya mejor expresién se dio en las declaraciones de derechos humanos de las revoluciones norteamericans y francesa. El Estado era visto como el resultado dela voluntad concertada de individuos auténomos. Suponia por lo tanto, ta uniformizacién de una sociedad milltiple y heterogénea y Ja subordinacién de las diversas agrupaciones y comunidades, detentadoras antes de diferentes derechos y privilegios, al mismo poder politico central y al mismo orden juridico. Universidad Nacional Auténoma de México. hs © LUIS VILLORO En algunos casos, los menos, el Estado reivindica limites geogréficos que coinciden con Jos de una nacionalidad. En la mayoria, las fronteras del Estado divergen de las de fos pueblos reales. Es frecuente que un Estado abarque varias comunidades culturales, con origenes histéricos diferentes, bajo el mismo poder politico, como en Fspafia, Ital o Ja antiga Unidn Soviética, A fa inversa, un pueblo con tna unidad de cultura a menudo esta dividido en varios Estados, como es el caso de Irlanda, de Armenia o del Kurdistan. Los Estados del Tercer Mundo evar, por su parte, fa fiuella de una violencia histérica: la dominacién colonial. Sus fronteras reproducen las de las antiguas colonias y no corresponden a las de diferentes comunidades culturales. En Africa, por ejemplo, todos los Estados actuales contienen varias comunidades culturales, mientras que otras quedan seccionadas entre distintos paises. En América Latina, los Estados independientes siguieron ia traza de las divisiones administrativas coloniales, sin atender a diferencias entre los pueblos indigenas. En nuestro pais, la Republica se construyé por un grupo criollo y mestizo, que impuso su visién det Estado modemo a las comunidades indigenas minoritarias. Asi, el Estado moderno nace con waa tensidn interna entre el poder central, que intenta imponer la unidad, y los pueblos diversos que componen una realidad social heterogénca. El poder estatal ha tratado de eliminar esa tensién de maneras mis o menos radicales, pero todas violentas. Desde la exterminacién de pueblos enteros (como en Estados Unidos), su reduccién cen “reservaciones” o ghettos (Ios judfos en Europa, los zuhies en SudAftica), o las deportaciones masivas (como en la Rusia de Stalin), basta formas de violencia disfrazada, como las politica de integracién forzada a la cultura nacional hegeménica, tal como snelen practicarse a menudo en fos paises de América Latina. EL Estado modemo nace, ala vez, del reconocimiento de la autonomia de los individuos ¥ de ta represin de las comunidades o etnias a las que los individuos pertenecen, Desde su origen, le persigue una paradoja: propicia la emancipacién de la persona y violents las comunidades reales en las que la persona se realiza. En los Estados ya constituidos sobre el consenso técito -forzado o no- de las comunidades culturales que lo componen, la paradoja abre una antinomia entre dos extremos. Un extremo seria otorgar la soberanfa politica a todos los pueblos existentes en fos limites del Estado nacional, Puesto que el Estado no fue, de hecho, resultado de una decisién voluntaria de esos pueblos, habria que regresar a la situacién originaria, a reserva de instaurar un nuevo pacto politico. Esta posicién implica la disolu- 294 SBR DERECHOS HUMANOS Y DERECHOS DE LOS PUEBLOS cin del Estado existente y el retomno al “estado de naturaleza”, Sus resultados trigicos estén a la vista en la antigua URSS. y en la antigua Yugoslavia. La posicién exactamente contraria es mantener el poder estatal impuesto por coaccién, haciéndolo pasar por un convenio libre, Es decir, conservar la unidad mediante la sumisién de todas ias comunidades culturales al grupo hegeménico que instaur6 el Estado nacional y suprimir cualquier pretensién de autonomfa real. Podemos encontrar ejemplos de ese otro extremo, no menos tragicos: Irlanda del Norte, la India frente al Punjab o Irak y Turquia frente a la nacionalidad kurda. En el caso de México, el primer extremo seria el reconocimiento de soberania politica alas comunidades indigenas, lo que supondria la disolucién del Estado nacional; el segundo, la integracién forzada de las culturas minoritatias a la cultura nacional hegeménica, Ambas osiciones tienden al mismo resultado: la destruccién de las culturas minoritarias; la primera, por dejarlas aisladas y sin defensa, Ia segunda, por desintegrarlas La solucién de la antinomia no puede estar en ninguno de los dos extremos. La aceptacién de la multiplicidad de los pueblos, sin un miicleo de unidad, implica la destruccién del Estado, la imposicién de la unidad sin respeto a la diversidad, conduce a un estado opresivo. La solucién sélo puede darse en una forma de sintesis entre unidad y multiplicidad. Entre la ruptura de fa asociacién politica existente y su mantenimiento por coaccién, cabe una tercera via: la transformacién de la asociacién politica, de ser obra de la imposicién de una de las partes a ser resultado de un consenso entre sujetos autdnomos. Creo que una propuesta tedrica de Ernesto Garzén Valdés puede seitalarnos una vis. Toda asociacién politica voluntaria comprende ciertos elementos de consenso entre las partes que se asocian. Se funda, por lo tanto, en la aceptacién comin de un miicleo de valores por realizar. Ese niicleo consensual formaria lo que Garain Valdés ha llamado un “coto vedado”. Fuera de él todo puede ponerse en cuestién, Cualquier opcisn es objeto de negociacién y acuerdo eventual entre sujetos con intereses diferentes, pero ese miicleo esti “vedado” a toda discusién que pudiera ponerlo en cuestién: es inviolable. Es lo que presta unidad a la multiplicidad de sujetos que se asocian libremente, De no aceptarlo, la asociacién se romperia, {Qué es lo que formaria parte de ese “coto vedado” en toda asociacién politica voluntaria? Yo diria que lo que no puede ser objeto de discusién son las condiciones misnas que hacen posible cualquier aso- iN 10 Luis ViLtoro ciacién voluntaria. Toda asociacién implica un convenio, técito 9 expreso, entre las partes; ninguna puede darse sin que todos admitan las condiciones necesarias para que se dé ese convenio, No hacerlo seria una contradiccién performativa. Cualquier sujeto que entre en asociacién libre con otros sujetos esté aceptando, por ese mismo hecho, ciertas condiciones. Estas preceden a toda forma particular de asociacién; no derivan del convenio, al que eventualmente se legue; porque todo convenio presupone st admisién. Cualquier forma de asociacién, si es libremente consentida, supone el reconocimiento de los otros como sujetos; el cual incluye: 1) el respeto a la vida del otro, por Io tanto, la satisfaccién de las necesidades naturales necesarias al mantenimiento de esa vida; 2) la aceptacién de su autonomia, en el doble sentido de aceptacién de su capacidad de eleccién conforme a sus propios valores y de su facultad de ejercer esa eleccién; 3) la aceptacién de una igualdad de condiciones en el didlogo que conduzca al convenio, fo cual incluye ei reconocimiento por cada quien de la posibilidad de que los otros guien sus decisiones por los fines y valores que les son propios; 4) por tiltimo, para que se den esas circunstancias, es necesaria Ia ausencia de toda coaccién entre las partes. Elrespeto a la vida, a la autonomia, a la igualdad de condiciones y a la posibilidad de perseguir sin coaccién los propios fines y valores no son resultado sino condicién de todo convenio politico voluntario. Corresponden pues a una situacién ideal. De no darse ésta, el resultado no seria una asociacién voluataria sino una imposicién, al menos parcial, de una de las partes sobre fas otras. En el caso de que todos los sujetos de una asociacién politica no pertenezcan a la misma comunidad de cultura, y por lo tanto no compartan las mismas creencias basicas sobre fines y valores, se plantea el problema de en qué medida esas condiciones tendrian que incluir el respeto al contexto culturaten que se ejerce ta capacidad de eleccién conforme a Jos propios fines y valores. Garzin Valdés prefiere, para describir el “coto vedado”, una formulacién diferente pero compatible, en mi opinién, con la anterior. Estaria constituido por “bienes bisicos”, es decir, por los que satisfagan las “necesidades bisicas” de todas los sujetos. “Bienes bésicos” serfan -escribe- “aquellos que son condicién necesaria para la realizacién de todo plan de vida, es decir para fa actuacién del individuo como agente motal”.' Una necesidad se refiere 2 una propiedad obje- "BI problema ético de las minorias éticas”, en Etica yaliversidad cultural, Instituto de Investigaciones también “Representacién y demoeracia”, en Doxa, Filoséficas, U.N. A. M,, México (em prensa), pp. 13-14. Ves ‘Nim 6, Macirid, 1989, pp. 160-162. ‘SoBRE DERECHOS HUMANOS Y DERECHOS DE LOS PUEBLOS u tiva, su satisfaccién seria pues un “bien” iguaimente objetivo, en el que se realiza un “valor”, Siguiendo a Mario Bunge podrfamos entender por “valor” una propiedad o situacién “que contribuye a satisfacer una necesidad primaria de algunos individuos, en algunas sociedades, en ciertas circunstancias” * Valores y bienes bésicos serian los que satisfacen necesidades basicas. En cualquier asociacién estaria, por lo tanto, vedado infringix e30s valores. ‘Necesidades y valores basicos son los que no estén determinados por el consenso entre Jos miemibros de una asociacién politica, sino son condiciones necesarias para que ésta se dé como asociacién voluntaria. Son por lo tanto anteriores al sistema politico y juridico derivado & la asociacién, es decir, al Estado. Pero pueden considerarse como razones que justifican la promulgacién de derechos por el Estado, y ser incosporados en el sistema juridico positive como “derechos humanos”. Necesidades y valores no pueden considerarse “derechos” pero son el fundamento que justifica la promulgacién de derechos por el Estado.’ Los “derechos humanos” pueden verse como exigencias, reconocidas por el sistema legal, de dar satisfaccién a necesidades icas 0, en otras palabras, de realizar valores basicos. Como esa satisfaccién es. una condicién necesaria de toda asociacién politica voluntaria, los “derechos humanos” son la expresién, en el derecho positivo, de aquel “cote vedado”. Pero el Estado modemo, dijimos, parte de la idea de la asociacién politica como convenio entre individuos, Losderechos humanos se interpretan entonces como derechos de los individuos aislados, separados de todo contexto comunitario. Tanto en el Bill of Rights norteamericano como en la Declaracién de los derechos del hombre y del ciudadano, de la revolucién francesa, los derechos intentan proteger al individuo frente a la intromisién del poder publico, en la esfera de su vida privada. En La cwestidn judia, Marx pudo criticarlos porque consagran la separacion entre los individuos, en el seno de una sociedad atomizada. “Los derechos humanos... esctibe Marx- no son mds que Jos derechos del miembro de la sociedad burguesa, no > Treatrise on Basie Philosophy, Dordrecht-Holtand, D. Reig, Vol. VIL, cL > Otros autores prefieren hablar de “derechos morales” como findamento de Ios derechos juridicos, Pero, en ese caso, como indica Javier de Lucas, “los derechos morales... uo som tales derechos, sino que ofiecen ‘azones pera justficar Ia exigencia de un reconotimiento normativo determinado: para fundamentar los desecbos (CAlgunos equivocos sobre el conceplo y fundamentacién de los derechos jnumanos”, en Derechos humanos, J Ballesteras Ed. Tecnos, Madrid, 1992, p. 19) 12 Luis ViLLoRo son mis que los del hombre egoista, del hombre separado dei hombre y de la conmunidad” * Marx se equivocs, en mi opinién, al no ver en los derechos humanos més que la expresién de la mentalidad burguesa. Preso en su idea del caricter de las clases de la moral y del derecho, no vio cémo esos derechos eran expresién, de condiciones, no slo de un tipo de asociacién politica, sino de toda asociacién politica basada en la libertad de las personas individuales. Sin embargo, pienso que fue correcto en ligar la formulacién juridica de esos derechos a una sociedad atomizada en individuos aislados, abstrafdes de su contexto comunitario. Condicién de Ia asociacién politica es la capacidad de decidir libremente, conforme al propio sistema de fines y valores; en palabras de Garzén Valdés: “ la capacidad de clegir un plan de vida”, Pero éste supone la presencia ante el sujeto de un abanico de fines posibles y de una Jerarquia de valores, que son communes a una cultura. Una cultura, en efecto, difiere de otra en ciertas creencias bisicas acerca de lo que puede aceptarse como existente en el mundo, acerca de lo que puede tomarse por razones vélidas y acerca de lo que es realmente més valioso, Las elecciones de vida de una persona se dan bajo el supuesto de esas creencias bdsicas; son cutturaimente dependientes. Cuando todos los miembros de una asociacién potitica pertenecen a la misma cultura, esa dependencia es la misma en todos ellos; puede por lo tanta pasarse por alto; pero cuando los sujetos de la misma asociacién politica pertenecen a culturas distintas, el respeto a su capacidad de eleccién parece entrafiar el respetv al sistema de valores y fines posibles de la comunidad cultural a la que pertenece. Y éstos pueden diferir considerablemente de una cultura a otra, dentro del mismo Estado. En ese caso, se plantea un problema: {Debden inctuir los derechos humanos una referencia a las comunidades culturales a las que pertenecen los individuos? ,intre los derechos que garantizan a cada individuo la capacidad de eleccién de vida, no es necesario considerar derechos que garanticen a las diferentes comunidades cuituraies fa eutonomia que haga posible la eleccidn de vida de los individuos? Para contestar esa pregunta, asomémonos primero al derecho internacional existente. Antes de la segunda guerra mundial, el derecho internacional no habia incorporado ninguna menciée expresa, entre {fos derechos humanos, de un sujeto colectivo. Desde su constituciém, en cambio, la “Zur Judenfrage, en Marx Engels Werke, Dictz Verleg, Berlin, 1961, c. 1, p- 364. A ‘SoBRE DERECHOS HUMANS ¥ DERECHOS DE LOS PUEBLOS B ONU yuxtapuso a los derechos individuales, la figura de “derechos de los pueblos”. La Carta de las Naciones Unidas establece, en su articulo 10, el “principio de la igualdad de derechos de Jos pueblos y su derecho # la autodeterminacién”, principio que se vuelve a formar en ef articulo 55. El concepto “derecho de los pueblos” corre, desde entonces, con mucha suerte. Se Ie consagran miltiples dectaraciones; destacan la Declaracidn universal de los derechos de las pueblos, proclamada en Argelia en 1976, y la Carta africana de los derechos del hombre y de Jos puebios, en Nairobi, en 1981, El concepto se ha vuelto un lugar comin en programas y resoluciones de Ias diversas organizaciones que componen las Naciones Unidas. Sin embargo, el concepto de “pueblo” se mantiene en una brumosa imprecisién. Ninguna declaracién ni convenio contiene su definicién, Parece que los legisladores hubieran querisdo dejarlo en la ambigitedad, para poder aplicarlo a situaciones diversas. La tinica salida seria extraer el sentido en que es usado, a partir de sus aplicaciones en resoluciones especificas. Es to que han tratado de hacer algunos juristas. Para A. Critescu, las Naciones Unidas toman en cuenta al menos dos caracteristicas para aplicar el concepto de “puchla” a una entidad colectiva: debe poseer “una identidad evidente y caracterfsticas propias” y también “una relacién con un tervitorio, aim siel pueblo en cuestién hubiera sido expulsado injustamente de él y remplazado por otra poblacién”’ H. Gross Espiell, por su parte, cree poder extraer de las resoluciones de la ONU, el signiente concepto de “pueblo”: “cualquier forma particular de comunidad humana. unida por la conciencia y la voluntad de constituir una unidad capaz de actuar en vistas a un porvenir comin”.‘ En realidad, estos intentos de determinar el concepto a partir de sus usos en el derecho internacional vienen a convergir con definiciones tradicionales de los antropélogos. Un “pueblo” seria, en principio, una colectividad que: 1) participa de una unidsd de cultura (lengua, creencias bisicas comunes, ciertas instituciones sociales propias, formas de vida compattidas, etc.); 2) se reconoce a si misma como una unidad, es decir, Ia mayoria de sus mienibros se identifican con esa cultura; 3) comparte un proyecto comin, es decit, manifiesta una voluntad de continuar como una unidad; y 4) esté relacionada con un territorio geogrifico especifica, 5 Le droita autodetermination: développement historique et actuel sur Ia base des instruments des [Nations Unies, Nations Unies, N. York, 1981, p. 38 © Le droit a V'awtodetermination: application des resolutions de I'Organisation des Nations Unies, Nations Unies, N. York, 1979, p. 9. 14 Luts ViLoro Elconcepto de “pueblo” seria cercano, pero no coincidente, conel de “etnia”. Por “etna” stele entenderse “cualquier grupo de individuos ligados por un complejo de caracteres comunes -antropolégicos, lingiisticos, politico-histéricos, etc.- cuya asociacién constituye an sistema, una estructura esencialmente cultural: una cultura”.’ “Pucblo” podria aplicarse, en consecuencia, a las etnias asentadas en un territorio delimnitado y que tengan conciencia de su identidad colectiva, peronoa fas etnias sin relacién con un territorio, cuyos individuos estén diseminados entre otras poblaciones o carezean de conciencia de la propia identidad y de la voluntad de compartir un proyecto comin. El mismo concepto de “pueblo” se aplica también a las naciones, si por cllas se entiende comunidades culturales que han constituido un Estado, y a las nacionalidades que tienen ef proyecto de constittirlo.* El concepto de nacionalidad suele afiadir al de etnia ta voluntad de constituir un Estado soberano; no se entiende sin esta relacién a} Estado.® Los tinicos pueblos reafes son etnias, naciones y nacionalidades. Unas y otras pueden acceder, 0 no, a la soberania politica. Pero un Estado no es un “pueblo”, sino un poder politico que se ejerce sobre uno 0 varios pueblos, o sobre una parte de un pueblo. La promulgacién intemacional del “derecho de los pueblos” leva un equivoce de origen. Su fiuncién histérica fue legitimar el proceso de descolonizacién posterior a la segunda guerra mundial. Fue interpretado, sin discusién, como el derecho de acceder a nuevos Estados nacionates, limitados por las fronteras establecidas por los mismos colonizadores. “Pueblo” ”. La autodeterminacién y el famente a los adquiere entonces, en la prictica, el sentido de “Estado nacion: derecho de no-injerencia son atributos de la soberania, la cual se concede exch Estados. Esta interpretacién no fixe impugnada porque respondia a los intereses de unas yotros. Les antiguos colonizadores tenian interés en establecer nuevas relaciones con Estados que mantuvieran los limites fijados por la relacién colonial; los nuevos Estados independientes, por su parte, tenfan fa preocupacién de mantener una fuerte unidad y de reforzar el poder central. La descolonizacién consagré asi Estados ficticios, producto de la relacién de poder de Jas grandes potencias, como los Estados del Medio Oriente y la mayoria de los afti- 7 R Broton, Les Ethnies, P.U.F., Paris, 1981, p. 8 ° Ver R. Breton, op. cit, pp. 10 ys ° Ver. B. Gallner, Naciones y nacionglismo, Aliaaa Ukiversivad, Madrid-Buenos Aires, 1981, pp. 8-79, SoprE DERECHOS HUMANOS Y DERECHOS DE LOS PUEBLOS 15 anos, que no correspondian a comnnidades culturales reales sino se sobreponian a ellas o las dividian, La interpretacién del sujeto del derecho de los pueblos como Estado nacional no es arbitraria, El derecho internacional positivo es, como su nombre lo indica, un sistema normative entre Estados soberanos, Expresa una caracteristica de la mentalidad moderna occidental: para interpretar racionalmente la sociedad, estorban las comunidades reales de todo tipo; mejor redueit los sujetos del derecho a los individuos y a esa invencién de la Europa moderna: los Estados nacionales. Pese a todo, avin durante el proceso de descolonizacién, la diferencia entre los conceptos de “pueblo” y “Estado” quedaba sugerida en algunas resoluciones de la ONU, en las que el derecho de autodeterminacién se aplicaba a nacionalidades que ain no eran Bstados inehso a movimientos de liberacién nacional, por ejemplo, las referidas al pucblo palestino o a las, poblaciones negras de Sudafrica."” Auin asi, no prosperé ningiin intento de definiciémy se acepté. tacitamente la identificacién de “derecho de los pueblos” con “derecho de los Estados” 0, cuando mucho, de las nacionalidades con pretensién a convertirse en Estados, Esa interpretacién sitvid al proceso de descolonizacién, pero, realizado éste, ha dado lugar a serios con ec problemas. Siel derecho de los pueblos pretende ser un derecho humano fundamental y al mismo tiempo se interpreta como derecho de los Estados, puede entrar en contradiccién con los derechos individuales. En efecto, su invocacién ha servido, de hecho, para justificar et los Estados no democraticos la conculcacién sistemdtica de derechos individuales. En las comisiones de derechos huranos de los organismos de la ONU yacen miles de expedientes de violaciones ‘a es0s derechos, en Ja antigua URSS, en el Chile y la Argentina de los dictadores y en otfos paises autoritarios, que no pudieron tener curso porque el Estado concernido invecaba su favor sus derechos soberanos a la autodeterminacién y a la no intervencién. La interpretacién del derecho de los pueblos, restringido a los Estados, ha servido y sirve atin —psluso, algmos textos hacen express la dstincida entre “Estado” y “pueblo”, Por ejemplo ta Declaracién relativa a los principios del derecho internacional acerea de las relaciones amistosas y de ta cooperacién entre Estados, en conformidad con la Carta de las Naciones Unidas, de 4 de octubre 1970, donde sc lee: "La creacién de un Estado soberano ¢ independiente, a libre asociaci6n 0 te integracién a uz Estado independiente ola adguisicién de cualquier otro estado politico libremente decidido por unpuebto constityen para ese pucblo medios de ejercor su derecho & a autodeterminacin” (ct por E. Jouve, Le droit des peuples,P.U.F., Pais, 1986p. 82). 16 Luis ViLtoro también de instrumento de opresién, en el interior de muchos paises, contra las nacionalidades y ettias que lo componen. Los principios de autodeterminaciGn y de no intervencién impiden centonces fa ayuda internacional a las minorlas oprimidas, En un sentido contrario, esa misma interpretacién ha servido para desacreditar cualquier derecho colectivo, a nombre de los derechos individuates, ¢ intentar justificar asi la intervencién de grandes potencias en conflicts internos de otros paises, como en las acciones de los Estados Unidos en Nicaragua o Panamé. Las derechos de los Estados suponen la previa constitucién de una asociacién politica. Forman parte del derecho intemacional positivo tal como ha sido promulgado por los mismos Estados en cuanto sujetos activos y pasivos de ese derecho, Los llamados “derechos humanos fundamentales”, por el contratio, se fundan en el reconocimiento juridico de necesidades y valores previos a la constitucién de cualguier asaciacidin politica, Esos valores y necesidades siguen subsistiendo en el seno de un Estado, pero subsistirian también aunque éste desapareciera © no llegara a constituirse, Si el “derecho de los pueblos” ha de entenderse como un derecho ‘tumano del mismo nivel que los derechos individuales, tiene que fundarse en necesidades y en valores anteriores a la asociacién politica misma. As{ sucede si “pueblo” tiene et sentido de comunidad cultural consciente de si misma, S6lo si se mantiene ese sentido, los derechos de los pueblos no entrafian contradiccién con los derechos individuales. En una resolucién de fa ONU (resol, 637 (VID), del 16 de diciembre 1952) se considera el derecho de los pueblos a la autodeterminacién como “una condicién previa para disfrutar de todos los derechos fundamentaies det hombre”. Pero gcdmo puede un derecho colectivo ser “condicién” de un derecho individual? Sélo si se refiere al contexto que hace posible el ejercicio de ese derecho. Bl contexto es la conrunidad cultural a fa que pertenece el individuo. Los derechos bésicos comprenden el derecho a la autonomfa de la persona. Pero la persona no ¢s un individuo sin atributos, incluye la conciencia de sw propia identidad como miembro dena colectividad y ésta no puede darse més que en contexto cultural. Autonomia de la persona ces la capacidad de elegir, sin concciones, un plan de vida conforme a sus propios fines y vafores, ¥ estos tiltimos estiin delimitados por el marco de una cultura determinada, Las creencias basicas, que determinan las razones vilidas, los fines elegibles y los valores realizables, varian de una cultura a otra. Por lo tanto, el respeto a la autonomfa de las personas ‘SoBRE DERECHOS HUMANOs Y DERECHOS DE LOS PUEBLOS 7 incluye el de las comunidades culturales a las que pertenecen. El “derecho de los pueblos” solo puede contarse entre los derechos humanos furldamentales, en la medida en que el “pueblo” sea una condicién para la autonomia de la persona; en esa medida, s6lo puede referirse a la comunidad cultural en cuyo marco se da su eleccidn de fines y valores. Segin esta concepcién qué deberia comprender un “derecho de los pueblos” para ser considerado derecho humano fundamental? En mi opinién, deberia comprender las condiciones ‘minimas que hacen posible cualquier asociacién politica libre de coaccién. Bstas inchuyen los derechos individuales antes mencionados. Ademas cuando la asociacién politica se establece centre sujetos pertenecientes a una misma cultura, comprende el respeto a la autonomia de esa commnidad cultural; es el caso de muchas naciones y nacionalidades. Cuando los asociados pertenecen a comunidades cuiturales diferentes, debe comprender, ademés de fos derechos individuates, el de la autonomia de dichas comunidades. Incluye, por lo tanto, el reconocimiento jjidico de la capacidad de cada pueblo para mantener y desarrollar su cultura, como marco en el que se hace posible la autonomia de las personas: derecho al uso de su lengua, de su sistema simbélico, de sus formas de vida, de sus propias instituciones sociales. Comprenderia también quizas el control de sus recursos -dentro de limites establecidos- en el territorio que ocupa. Porque, como ha sefialado Guillermo Bonfil," la capacidad de mantener una cultura no seria posible sin el control de sus propios medios de vida, Ei derecho de los pueblos no es derecho de que cada pueblo guarde tal o cual forma de vida o tal o cual institucién social especifica, sino el reconocimiento de su facultad de elegir sin coacciones las formas de vida y las instituciones sociales que le convengan, conforme a sus propios criterios de valor. El derecho de los pueblos, en cuanto derecho humano fundamental, tendria por sujetos las naciones con Estado, las nacionalidades que aspiran a tenerlo, asi como cualquier comunidad cultural que se reconozca como un pueblo unitario y elija mantener su iddentidad, aunque sea minoritaria dentro de un pais. La autonomia de las comunidades culturales minoritarias, que forman parte de un pais, no implica, necesariamente su independencia politica, no equivale a soberanfa estatal, pero si a la capacidad de clegir libremente su propia situacién dentro del Estado, Su eleccién puede desembocar en una decision de segre- " “La woris del contol cultural en el estudio de procesos étnicos”, en Papeles de la Casa Chata, Ba Era, México, 1965. 18 Luis Vattoro gaci6n del Estado, pero también en su integracién a la nacién, 0 ex la reivindicacién de formas variadas de autonomia restringida, dentro del mismo Estado, en cualquier caso, esa eleceiéa 20 debe obedecer 2 ninguna coaccién por parte del Estado, pues cada pueblo tiene el derecho fundamental de determinar por si mismo su propia suerte, El derecho de los pueblos, tomado eneste sentido, formaria parte de aquel “coto vedado” a lanegociacién de las partes, en el caso de los Estados compuestos de diferentes comunidades culturales. Debe traducirse entonces en ef reconocimiento, en la Constitucién, del caracter ‘mutinacional o multicultural del Estado, En cambio, habria que distingnirlo del derecho de fos Estados. Lo cual invitaria a una reforma en el derecho internacional positivo, que irfa en el sentida de incorporar en su sistema juridico elreconocimiento del derecho # la zutonomia de las comunidades culturales, La reforma. tendria que comprender, a mi parecer, por lo menos los siguientes puntos: 1) Definieién del “derecho de los pueblos” sobre la base de los “derechos individuales”, 2) Definicién de “pueblo” como sujeto de derecho, estableciendo una distincién nitida entre “pueblo” y “Estado”, 3) __Establecimiento de los derechos anténomos de los pueblos, en términos de capacidad para mantener y desarrollar su propia cultura, 4) Establecimiento de las circunstancias en que un pueblo podria llegar a la exigencia de reconocimiento de su soberania como Estado. 5) Limitacién de los derechos de los Estados nacionales en caso de conflicto con el derecho de autonomia de los pueblos. Esa reforma supone un cambio en la manera de concebir el derecho internacional y Ja relacién entre los derechos individuales y los derechos de los pueblos, Pero creo que la historia marcha en ese sentido; testimonio: la crisis de los Estados nacionales. Quizis el porvenir nos acercard cada vez mds, por una parte, a una integracién progresiva de las naciones en estructuras econdémicas, politicas y juridicas supranacionales. A largo plazo, esta integracién podria conducir 2 una cesién de gran parte de las soberanias nacionales a instancias de gobierno mundiales. Por otra parte, el porvenir podria conducir a formas variadas de autonomia de nacionalidades y etnias en el interior de fas naciones. De suerte que las estructuras supranacionales tendrian como elementos cada vez menos los Estados-nacién y cada SOBRE DERECHOS HUMANOS ¥ DERECHOS DE Los PUEBLOS 19 ver mas los pueblos. Esta evolucién marcaria el fin progresivo de una etapa en la historia modema: el ocaso de la preemineneia de los Estados nacionales, el nacimiento de una comunidad mundial y el reconocimiento de la enorme diversidad y riqueza de las comunidades culturales que la componen. {No seria éste un progreso hacia la unidad de fa especie hursane en [a diversidad de sus manifestaciones? 3e4

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