Texto 9 - Luis Villoro El Pensamiento Moderno

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‘VIM. Caracteristicas del pensamiento moderno. Inicié este ensayo expresando una perplejidad: zqué es el ensamiento moderno? Para responder, busqué sus ini- clos alif donde er aGn intuici6n primera, En el Renaci- miento se da un gio en el pensamiento, pero es s6lo un inicio. Nadie podia estar consciente en aquel momento de las implicaciones y desarzallas de esos comienzos. El Pensimiento modemo se construlrs, consolidart y diver- sificara en los cuatro siglos posteriores, acompanando el desarrollo de Ja mueva sociedad creada por los descen- dientes de aquellos “hombres nuevos" Por otra parte, en el Renacimiento la nueva manera de ‘pensar tenia un sello que s6lo comesponde a ese petiodo y ‘no habri de repetirse. Cada periodo posterior presentard también un estilo, un earieter propio. Seria ingenuo preten- der reconocer en el racionalismo de siglo xu, en la Hustra~ i6n del xvi, en el romanticismo o en el clentsema pisitivista del xix y 20 fos mismos rasgos de la isnagen del mundo tal como se presenta en el Renacimiento, Cada pericdo, incluso cada comiente inteleenial o amtistica centro de un periodo, ofrece variantes peculiares del pensamiento modemo y de su figura del mund6? Sin embargo, creo que todas pueden veise como diferentes desarrollos © varlaciones de ciertos temas centrales, simples, cuyo origen hemos rastreado en el Renacimiento. Por eso, al revisar las ideas de ese periodo, 84 tratamos de dejar en la Sombra ciertas creencias que servitfan, para identificar la época renacentista a diferencia de otras Spocas y revivir su caricter peculiar; 00s fiamos en cambio fen unas cuantas creencias basicas, que podsiamos ceconocer ‘eco gérmenes de convieciones ¥ actitudes que recorren toda la época madera, Ellas constituyen, por asi decislo, un nGcleo de ereencias que estin a la base de las demis, por ‘que forman el marco conceptual de una figura del mando adn vigente. En los siglos posteriores el pensamiento moder- no se volvera més complejo y se desartollard en distintas direcciones. Podrfa verse empero cGmo esos desarrollos estaban implictos, no expresads ain, en aquel ndcleo ger ‘minal. Un campo amplio de actiudes y creencias variari de pericdo en pericdo, pero aquel conjunto de ereencias bis ‘cas permaneceri como supuesto, a menudo inexpresado, de las dems, En cada época se enfrentarin entre s{ doctrinas ‘opuestas, pero la contraversia entre ellas s6lo ser posible si existe un suelo comdn que establezea los limites en que cualquier argumentacion pueda aceptarse. Ese suelo comin est4 constituide poraquel nicleo de creenciss basicas, Pues bien, uataremgs ahora de caracterizar el pensa~ mienta moderna, precisando las ideas comunes que se encuentran en su base. Recapitularemos para cllo los rasa0s principales de un modo nuevo de pensar que descubrimos fen el Renacimiento, pero wmbién indicaremos c6mo se pprolongan esos rasgos en las épocas posteriores, hasta nues- fros dias, aunque no podamos naturalmente exponer su desarrollo por no ser ése nuestro tema, Se tata de condensar ‘en breves proposiciones lo ya expuesto, de manera que pueda indicarse la pervivencia de esas ideas en kx €poca posterior 1 Puesto que hemos llamado “figura del mundo" a la manera como éste se le manifiesta al hombre, la traza que 85 adopte dependess de una ereencia bisica: el puesto que el hombre considera ocupar en el cosmos dil pensamiento modemo se inicia cuando el hombre deja de verse desde la totalidad de! ente que lo abarca, para ver la totalidad del ente desde el hombre, Ya no se contempla s6lo como una ‘creatura con un puesto singular al lado de las otras, bajo la ‘mirada ecufnime del dios, sino como un sujeto que reco- noce el sitio de las demis creaturas en el todo y elige para si su propio puesto. Deja de ser un elemento intearado en cl gran todo; ahora es eapaz de hacerle frente. En el Renacimiento esta idea lleva a concebir una sepa- racion precisa entre el hombre y el mundo no humano: el hombre es liberad, el mundo no humano, necesidad; el hombre es posibilidad, trascendencia, el mundo, realidad, facticidad; el hombre es foco de actividad dirigida a los objetos; el mundo, su correlato. El hombre no tiene, como las dems creaturas, una naruraleza Aja; vacto de atributos incambiables, esté’determinado por su eleccién. Cada hombre debe elegirse a si mismo, trazar su propia figura, promulgar su propia ley. Cada quien es fuente de sentide y de valor. El individuo debe legar a ser é1 mismo, insus- tituible, obra de sus propias manos. Desde entonces el individualism sera un rasgo de la modernidad, Esta condicion propia del hombre constituye su digni- dad. El humanismo renacentista descubre y ensalza esta ‘nueva dignidad, que ya no consiste s6lo en ser hijo e ima- zen de Dios, sino creador de si mismo a imagen de Dios. En los siglos posteriores se diluird esta manera de conce- bir la dignidad del hombre, propia del Renacimiento. Diversas doctrinas aparecerin, pero quedara un logro come caracteristica de la modernidad: el acceso del hom- bre a su mayoris de edad, por el ejercicio de su libertad individual, La eleccién de si mismo se presentaré en unos como afirmacion de la autonomia de la voluntad; cada 86 quien, para realizarse como hombre, debe pasar de la sumisién heterénoma a los dictados ajenos al pleno uso de st responsabilidad moral; el hombre es autolegisiador, la ley moral radica en el interior del hombre y no puede ‘cumplirse més que por obra de la voluntad libre. En otros, Ia conciencia de la libertad personal conduciré a la nocion de autenticidad, solo es auténtico quien asume el riesgo. de llegar a ser & mismo. Por variables que sean las ideas sobre el hombre, poste iores al Renacimiento, conservarin el ideal de la realiza- ‘ci6n plena del individuo. Este ideal se presentara, a veces, ‘como el derecho a la “libertad natural” de todo hombre, ‘ozras, como bisqueda de la felicidad personal. Un gran legado del Occidente modemo a la civilizaci6n universal ‘que se anuncia es el caricter inviolable de la libertad del individuo y su basqueda de la perfeccion personal. La doc- tina de los derechos humanos individuales est por convertirse en consenso comin de la humanidad. Su fuente primera esti en el descubrimiento inicial de que Ia dignidad del hombre, frente a las dems creaturas, radica en su libenad. 12) Para los pensadores renacentistas la cultura y Ia his toria son hazafas del hombre mismo. Mundo propio del hombre no es Ia naturaleza en que se encuentra arrojado, sino esa segunda naturaleza que él crea con su virtus y su ars. El destino del hombre es forjar un mundo a su imagen y semejanza, Ia civilizacién doblega el mundo en tomo y lo transfigura en artifcio. A pattir del siglo xvit Ia sociedad misma se ve como, ‘creaci6n libre de los hombres. No pertenece al orden de la naturaleza, es producto del contrato voluntario que los individuos conciertan para lograr sus fines. Los individuos, depositarios de derechos inalienables, son origen y fin del Estado. El Estado es pues un artificio forjado por los hom 7 bres a partir del estado de naturaleza, El orden social no es cl simple resultado de una herencia intocable, el hombre puede proyectarlo conforme a un diseflo racional. Las revo- uciones politicas de los siglos svn al xx suponen la posibi- lidad de trastocar el estado social existente y de seconstruir Ja, sociedad sobre la base de las voluntades concertadas, presuponen, por lo tanto, una creencia bastea anunciada ya en el Renacimiento: el mundo en que el hombre puade realizarse es e] que 1 mismo produce con su prictica (Otro desarrollo de esa idea germinal sera la nocion de que la historia persigue los fines de la emancipacion hu- mana que el hombre mismo proyecta en ells. La concep- ion del progreso incesante del decurso hist6rico hacia un termino, ene! que el hombre se liberara de sus sujecio~ nes, es caracterfstica de la Tustracién y se prolonga en los miovimientos sociales de los siglos 2x y xx. Implica la no- clon de una historia resultado de la accién del hombre, capaz de vencer has fuerzas irracionales que rigen los ac tecimientos y de instaurar progresivamente un orden racional proyectado. Esa noeién no hubiera surgido sin la previa creencia biésica en la historicidad del hombre y en su capacidad de icrumpir en el rfo de la historia y doble- parlo con su esfucrza, 3) EI mundo en tomo se convierte en objeto para el hombre, Objeto, primero, ante el “ojo” del hombre. EL alma es el Ambito en donde todos los objetos se vinculan, mis adn, se constituyen como tales objetos. El transite del alma como substancia al alma como sujeto, que advertimos en algunos pensadores renacentistas, se consolidari en los Siglos posteriores. El inico mundo del que podemos hablar con sentido es entonces la totalidad de los correlatos de conciencia, o el Ambito de la experiencia posible. El cogito cuyo correlato son los cogitata, el sujeto trascendental, tunidad Gitima de toda sintesis de conocimiento, 1a reciuce 88 cién de lo cognoscible al campo de lo dado en la experien- ‘a, son temas que suponen una idea mAs simple: la de un sujéto de conocimiento consicerado espacio de la presencia de todo objeto y condicin de posibilidad de la inteligibili- dad de cualquier proposicién con sentido, 4) Pero el mundo no sélo es objeto para cl *ojo", tam- bien para la “mano” del hombre. Es decir, e] mundo es considerado material moldeable, transformable en instru- ‘mento por el arte y la técnica? E} mundo en torno esta alli para ser organizado, medido, estructurado por la razén humana, remodelada, destraido y reconsinuido por el tra bajo del hombre. El hombre se Impone al mundo externo, Jo conoce hasta encontrar las vias para liberarse de su constriccion y dominatlo. Rompe el curso clego de las cassis, las convierte en medios para sus propios proyec- tos, El pensamiento modemo es un pensamiento de emanctpacién, pero también de dominiap El extraordi- aria desarrollo de la ciencia natural y de la tecnica, que empieza en el siglo xvu y se acelera considerablemente en. elax, responde a las visiones de los poemas cle Campa nella, realiza el suefio del “regnum bomints” de Bacon. Bl ideal de dominacion de la magia renacentista es cumpliclo por la ciencia y la técnica modernas. El hombre empieza a Conocer lis fulerzas elementales de la naturaleza y a po~ hnerlas a su servicid) El mundo en que vive, a todas horas, esti formado por un conjunto de artefactos obedientes a la eneraia prisionem, dirigida por el hombre. A fines del siglo 30 la transformacién del mundo en tomo es total: la ‘morada humatia ¢s ahora un artificio, '5)*Ei fin del intelecto es transformar todas las cosas en él mismo.” Esta idea puede interpretarse de varlas maneras. En sus comienzas, est ligada a la concepciGn de la simpa- ‘fa universal, base de la magia. Pero, poco después, al remplazar los vinculos de simpatla y analogia por las rela 8

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