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imperio ligion e Re Wervrrrrrrrretrr rey Feces resell | deat ani Jos dos mayores Estados | les. Ast, tanto los aztetas de la América precolom- | como los incas oftecen el bina, Religién e imperio | ejemplo de cambios reli- examina las causas de la | gios6s que actian en los dinémica del expansio- | elementos criticos que nismo azteca e inca y | propiciaron la transicién muestra las pautas y Jos | de pueblo marginal a po- pprocesos similares que | der imperial y finalmente subyacen en su nacimientg | a sociedad en desintegré: y dealive, Frente a la di- | cidn, La complejainterac- Fundida visién de la reli- | cidn entre tales cambio sign como elemento pa- | ideolégico-religiosos y los sivo, los autores sostienen | factores politicos y econd- dentro de una visién | mioos generé las especta- * rmulticausal de la evolu- | culares trayectrias hse: ° cin cultural- que la rei- | ricas de estos imperios iin puede ser un ele- | precolombinos. mento dindmico en las Hl i ° ll bo EF Nevo vo etn ae CULTURA CRITICA DE NUESTRO TIEMPO ie LOS NOVENTA pone al alcance de los lectores una coleccion con los mas variados temas de las ciencias sociales. Mediante la publicacion de un libro semanal, esta serie proporciona un amplio espectro del pensamien- to critico de nuestro tiempo. GEOFFREY W. CONRAD ARTHUR A. DEMAREST RELIGION E IMPERIO Dinamica del expansionismo azteca e inca Version espafiola: MIGUEL RIVERA DORADO Consejo Nactonal para ta Cultura y las Artes MEXICO, D.F. RELIGION E IMPERIO Dinimica del expansionismo azteca e inca ‘Titulo original en ingles: Religion and Empire— The Dynamics of Aztec and Inca Expansionism Primera edicibn: 1984 Primera edicidn en idioma espaol: 1988, Alianza Editorial, S.A, Madrid © 1984, Cambridge University Press 1988, de fa traducci6n en idioma espanol, Alianza Ecitorial, S.A. Calle Milan, 38 28043 Madrid, Espana D.R. © 1990, Editorial Patria, S.A. de C.V., bajo el sello de Alianza Editorial Mexicana Canoa $21, 6° piso, Col. Tizapin, Mexico, D-F., CP 61080 Primera edicion en fa coleccion Los Noventa Coedicion: Direccibn General de Publicaciones del ‘Consejo Nacional para la Cultura y las Artes/ Editorial Patria, S.A. de C.V. La presentacion y disposicion en conjunto y de cada pagina de RELIGION E IMPERIO son propiedad del editor. Queda estretamente probibida la reproduccion parcial o total de esta obra por cualquier sistema © método elecirdnico, incluso el Fatocopiado, sin autorizacion escrta del editor ISBN 968.6354-84.0 Indice Reconocimientos .. 9 1. Introduccién . 13 2. La expansién imperial azteca 5 7 25 3. La expansin imperial inca ... 107 4. El imperialismo precolombino: teorias y testimonios ... ... ... .. 183 5. Ideotogia y evolucién cultural 27 Bibliografie ... 75 2 (sffrey W. Conrad y Arthur A. Demarest Viking Penguin Ine. Extractos de The Aztecs: The History of Indies of ‘New Spain, de Fray Diego Durén. Traduccién y notas de Doris Heyden y Femando Horcasitss. Copyright © de la traduccién, 196¢, Orion Press, Ine. ‘Lawrence & Wishart: Cita de A Contribution to the Critique of Political Economy, de Karl Marx. Copyright © 1971, Lawrence and Wishart, Introduccién, Una hilera de hombres avanza lentamente, escaleras arriba, hacia lo alto de una pirdmide. A medida que cada hombre lega a la cima, lo agarran y lo sujetan firmemente sobre un altar. Se acerca un sacerdote sosteniendo con ambas manos un cuchillo de piedra. Mientras alza el cuchillo sobre su cabeza y concentra toda Ia fuerza en Ia hoja, el sacerdote entona una ple- gavia y a continuacién hunde el cuchillo en el cuerpo tendido. El hombre del altar muere en un bafo de sangre. Le sacen el corazén, que se deposit fen un cuenco, Arrastran el cuerpo hasta el borde de los peldafis y 1o dejan ‘eer. Mientras se desploma rodando y rebotando hacia la base, llevan a otro homie y lo tienden sobre el altar. Cientos de personas han perecido desde que Ie ceremonia se incid; otros cientos morirén antes de que termine Junto a la pirémide hay una empalizada donde se exhiben fos eréneos de decenas de miles de victimas anteriores. Al igual que los cuerpos des- trozados que se acumulan al pie de la escalers, esos erdncos. pertenecieron 2 prisioneros de guerra, que fueron sacrficados pare alimentar al Sol. Si el Sol no fuera alimentado con Ta vigorosa sangre de Tos guerreros, estria de- ‘masiado débil para su diavia pugna contra las fuerzas de la oscuridad, y el tunivereo sera destruido, Hoy ef sol brilla con fuerza, evidentemente es apto para el combate Pero, jy el de mafiana? ZY el de Ia préxima semana? ZY el del afio que viene? La amenaza de destruceién nunca cesa, y la demanda de sangre es inexorable. 6 1“ Geoffrey W. Conrad y Arthur A. Demarest Un anciano esté sentado, inmévil, en una habitacién débilmente ilumi- ‘nada, Cuanto lo rodea atestigua su riqueza y su poder. Las ropas que viste yy el mobiliario son de la mejor calidad. Hay servidores que vienen y van, ‘atendiendo a sus deseos. Varios ayudantes le estén consultando, en voz baja ¥ con actitud deferente. Uno de ellos pregunta y los otros responden: el lanciano no habla en voz alta. La pregunta se refiere a los cultivos que crecen en sus fincas y a los preparativos que se realizan en una de sus propiedades rurales, donde planea pasar el verano. Cualquiera puede darse cuenta de que esté hondamente complacido, aunque no sonria ni mueva los ojos mien- tras escucha. En vez de ello se mantiene reservado y digno, perfecta imagen el sefiorfo. Por supuesto, este impresionante viejo es un rey. Ascgura que desciende del Sol y sus sabditos 1o reverencian como a un dios. Ha estado casado va- rios cientos de veces, pero su primera y més importante esposa es su her- mana. En ese momento su felicidad proviene de la inminente visita de su hijo favorito, a quien ha designado heredero del trono. Este gobernante anciano e incestuoso, que en este momento dirige los ‘suntos de un dia normal, ha muerto hace treinta y cinco afos, Su hijo, que le sucedié en el trono y cenaré con él esta noche, murié hace tres afios. Los vivos mueren para alimentar al Sol y los muertos viven para go- bernar una nacién. Deambulamos seguramente por el reino de las pesadilas, donde lo familiar se torna grotesco y lo que no deseamos ni sofar acaba ccurtiendo. Nada de eso, Aunque los acontecimientos antes descritos sean unas re- ‘construcciones generales, responden en lo esencial a hechos documentados. ‘Cada episodio esté tomado de una cultura que existis hace menos de qui- nientos afios. La escena de los sacrificios humanos y de los eréneos colo- ccados en una empalizada retrata a los aztecas de México. La vision de un ‘cadaver viviente sentado en su palacio pinta a los incas del Pers. Por ex- trafias que estas imégenes puedan parecer a una mentalidad occidental del siglo xx, eran realidades cotidianas para mexicas e incas, Iss dos grandes ppotencias imperiales de las Américas en visperas del descubrimiento, ocas civilizaciones’ antiguas son un drama histérico tan puro como la rmexica y ta inca, Ambas culturas aperecieron durante los siglos x11 y xiv " sAticca> et un téemino genérco para las lkimasculturas prebstrices del valle de Mésico. Los mericas eran el principal pueblo azteca en la épocs dele conquisia ‘spafle. Introdvecign 8 después de C. —tiempos revueltos en Mesoamérica y en los Andes Centrales?. ‘Alo largo de dicho periodo poderosos estados regionales entraron en pugna, isputéndose la supremacia econémica y politica. En este ambiente feroz- ‘mente belicoso, mexicas e incas aparecen como pequefias soviedades con cculturas nada refinadas. Ignorados 0 menospreciados por sus poderosos y prestigiosos vecinos, parecian destinados a perecer como victimas oscuras y casi accidentales de las luchas de los més fuertes. Pero los mexicas y los incas no sélo sobrevivieron 2 los penosos conflic: tos que los rodeaban, sino que prevalecieron. A comienzos del siglo xv los dos pueblos, antafio tan atrasados y poco prometedores, se ttansformaron repentinamente en Jas més eficaces méquinas de guerra de Ia. prehistoria del Nuevo Mundo. Sus ejércitos empezaron a salir al exterior en campafias de conquista y hacia 1500 dominaban los mayores estados que se hubie- ran constituido nunca en las Américas indigenas: los imperios azteca e inca. Desde las simas de Ia insignificancia, mexicas ¢ ineas habian saltado a in- comparables cumbres de poder y opuiencia, Pero los dramas ain no habian terminado. Sélo unos decenios después, en un Giltimo acto digno de Séfocles o Shakespeare, ambos imperios se de. rrumbaron. Y en los dos casos le caida fue tan répida como para medirse en ‘meses. En apariencia los imperios azteca e inca fueron destruidos por a fuer- za militar, pero sus derrotas tienen un cariz terriblemente increfble. Los cigrcitos conquistadores contaban s6lo con unos pocos cientas de aventureros espafioles. En unas tierras donde era posible reclutar decenas de miles de soldados, las escasas fuerzas invasoras deberian haber sido despreciables. El significado de estos acontecimientos trasciende con mucho su carécter teatral. Los mexicas y los incas plantean a arquedlogos y antropélogos toda una serie de preguntas enormemente importantes. Por qué se formaron en Mesoamérica y los Andes Centrales vastos imperios al final de la prehisto- ria?

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